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¿Perdonarías una infidelidad?

El adulterio es inherente al ser humano; el matrimonio es para toda la vida;


el amor es para siempre; la poligamia practicada en otras culturas como la musulmana es
natural; la moral y la sociedad actual están erradas... Entre todas estas frases que
escuchamos a diario, la confusión de las causas de la infidelidad se acrecienta, pero
¿seríamos capaces de perdonar una infidelidad? “La reconciliación de la pareja es un
problema delicado al que hay que tomar muy en serio y, sobre todo, hacerlo con
honestidad. Es difícil pero no imposible”, afirma Mariana Jiménez, sicóloga especializada
en relaciones de pareja.

LA HONESTIDAD CON UNO MISMO.


REDES Consultores realizó una encuesta en la Ciudad de México por
encargo de 20th Century Fox, la distribuidora de la película CECILE, la cual trata de una
joven de 20n años y de escasos recursos, la cual no sabe por quién decidirse, si por su
novio, que tiene la misma edad que ella o por un abogado de 46 años, casado, que además
es rico. Ella siente que está enamorada de los dos. La esposa del abogado es una mujer
culta y hermosa, la cual sospecha que le es infiel pero no le pide el divorcio. Según esta
encuesta, el 86% de las mujeres mexicanas no están de acuerdo con la infidelidad,
mientras que el 40% nunca perdonaría un engaño. Indudablemente mucho tiene que ver
con la cultura en la que crecimos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando en esta época, la
globalización de civilizaciones es cada vez mayor, los decretos morales están cambiando
hacia una liberación y menor compromiso con el prójimo? Los resultados de la encuesta
comprueban que entre más jóvenes, las mujeres viven más normal el asunto de una
infidelidad. Los sociólogos y sicólogos coinciden en que la falta de educación ética y el
debilitamiento de la base moral (en el sentido estricto de la palabra) de comportamiento
en el hombre, solamente ha llevado a confundir los juicios del bien y del mal. “Hoy en día,
todo el mundo hace lo que quiere. Me refiero a que prácticamente no existe un código de
ética que justifique las acciones. En cuanto a la infidelidad, si las personas no aprendemos
a ser honestas con los demás y con nosotros mismos, la vida que llevamos, seguramente
será poco digna. La fidelidad no solamente es cuestión de una “moral ciega” o de poco
machismo, tampoco de obligación social, es cuestión de respeto a uno mismo y a su
pareja”, señala Mariana Jiménez.

INFIDELIDAD, ¿SEXUAL O SENTIMENTAL?


La mayoría de las mujeres cree que si ama a su pareja, no estaría
interesada en una aventura siquiera, por lo que, si alguien tiene una aventura, significa
que no ama a su pareja y que está más involucrado sentimentalmente con la otra persona.
Sin embargo, muchos de los hombres que aman a su pareja y disfrutan sus relaciones
sexuales con ella, no desaprovechan la oportunidad de una relación sexual extramarital.
La vieja idea de “mantén contento a tu marido para que no descarríe” obsesiona a las
mujeres. La mujer puede ser maravillosa y el hombre quizá aún dude en tener una
aventura, mucho depende de su sistema de valores, de sus antecedentes familiares o su
estructura sociodinámica. Cuenta una historia que un hombre casado durante más de
cuarenta años había muerto y su esposa estaba inconsolable porque parecían llevar el
mejor de los matrimonios. Él había sido su amante, amigo y apoyo. Ella lo extrañaría
inmensamente. No obstante, tiempo después se supo que el muertito no era un santo
porque se le había visto una que otra vez con una mujer más joven que él. Este hombre,
¿engañó a su mujer todos esos años y realmente no la amaba? ¿Cómo era posible estar
casada por más de cuatro décadas y pensar que se tiene un buen matrimonio cuando te
están “pintando el cuerno”? Lo que sucede es que el adulterio puede significar algo muy
diferente a lo que pensamos.

La teoría del “no hay energía para dos” es muy subjetiva. Si tu pareja tiene
relaciones sexuales fuera de casa, lo sabrías porque seguramente no querrá tener
relaciones contigo. Sin embargo, algunas personas resultan más apasionadas en casa
cuando tienen relaciones extramaritales. “Hace tiempo, cuando comencé en esto, me
asombró muchísimo escuchar a un hombre decirme que cuando dejaba el departamento de
su amante y llegaba a casa, ansiaba en verdad a su mujer más que nunca, pues su amante
lo había excitado muchísimo”, cuenta la sicóloga Mariana Jiménez. Muchas de nuestras
creencias acerca del comportamiento de los demás vienen de cómo vemos las cosas, desde
nuestra perspectiva. Por ejemplo, con frecuencia, una mujer no puede creer que un
hombre pueda estar sexualmente comprometido con una mujer sin estarlo emocionalmente
justamente porque así es como funciona ella, con los afectos atados a lo físico.

HABLANDO DE SATISFACCION.

Se sabe que los hombres de matrimonios duraderos que tienen relaciones


extramaritales, tienen satisfacción sexual con su esposa, y que las mujeres infieles no
consiguen la satisfacción con sus maridos. No obstante, en los matrimonios más jóvenes,
los hombres que tienen aventuras son mucho menos felices. Un affaire es más serio si
sucede durante los primeros años de matrimonio. La diferencia entre una relación fuera
del matrimonio entre un hombre y una mujer, radica en que los hombres se comprometen
sexualmente y las mujeres lo hacen de manera sentimental.

Pareciera que lo que una persona busca con una relación extramarital es
satisfacer las necesidades que no logra en su matrimonio. Sin embargo, esto no debiera ser
así ya que en las relaciones de larga duración siempre se van a presentar distintas
necesidades que como pareja se deben compartir, dar a conocer y tratar de satisfacer.
Pero sobre todo, el pensamiento de “estoy completo solamente cuando estoy contigo” es
erróneo. Uno tiene que estar completo consigo mismo. Uno tiene que conseguir
crecimiento a partir de sus propias satisfacciones porque cuando la pareja se va, de una u
otra manera quedamos solos, lo que puede ser muy agravante si no hemos aprendido a
estar bien con nosotros mismos. “Entre más satisfecho estés en términos de las cosas que
tú hagas por ti mismo, más independiente y más completo estás. Y como consecuencia, más
aptitud para intimar con alguien positivamente”, comenta la sicóloga.
UN FUERTE ENGAÑO.

“La infidelidad radica en que: tú tomaste algo que era mío, ya sea
emocional o sexual, algo íntimo y se lo diste a alguien más”, señala la sicóloga. Aquí
también existen las diferencias entre los géneros. Los hombres se sienten más traicionados
cuando su mujer tiene relaciones sexuales con alguien más. Bien que las mujeres no
soportan cuando su pareja se envuelve emocionalmente con una mujer. Evidentemente, las
mujeres no desean que su pareja tenga relaciones sexuales con alguien pero quizás estén
dispuestas a perdonar un affaire de una noche, no así una relación más duradera en la que
la pareja compartiera todo tipo de maneras de amar con alguien ajeno. El adulterio va
más allá del sexo, se refiere a la falsedad y al engaño. Es como si uno se casa con alguien
que supuestamente es en extremo honorable y luego descubre que es el “verdadero villano
de la novela”. Alguien que conserva un amante por largo tiempo está llevando una doble
vida. Luego uno descubre que un cincuenta por ciento de sus actividades son intercambio
de cartas, poemas, viajes...Es un engaño que al ser descubierto tira la imagen que uno
tenía de la pareja y la de uno mismo, porque comúnmente nos vemos reflejados en quienes
amamos, sintiéndonos parte de él. Encontrar algo distinto a lo que estabas asumiendo con
respecto a tu relación es quebrantador. Es entonces cuando comienza la toma de
consciencia regresiva. “Cuando fuiste a la farmacia y te tardaste tres horas y media, no
fue porque se te había ponchado la llanta y no traías refacción, ¿verdad?

LÍMITES Y OPORTUNIDADES.

Es Posible amar a alguien más y estar atraído por alguien diferente aunque
se tenga un buen matrimonio o una buena relación. En el mundo de hoy donde las
probabilidades de caer en una aventura, cada vez son más, uno debe construirse sus
propios límites, no creando oportunidades, particularmente en los tiempos de crisis, de
más vulnerabilidad. Esto significa que cuando vas de viaje no invites a alguien a tomar
una copa en tu cuarto si acabas de tener una pelea con tu pareja y jamás comentes el
asunto con la pareja potencial. Puedes tener una amistad pero debes tener cuidado con
quién estás compartiendo tus más delicados sentimientos. A pesar de que las mujeres
comparten sus sentimientos con mucha gente, particularmente con otras mujeres, los
hombres se sienten mejor si comparten sus sentimientos con alguien a quien desean o
aman.

DESCUBIERTA LA INFIDELIDAD.

¿Es indispensable una regresión en el tiempo para curar las heridas luego
de descubrir una traición? “Cuando se sufre un trauma de esta magnitud. Sí”, afirma
Mariana. “Parte de la terapia de recuperación consiste en contar la historia paso por
paso”. Después de la infidelidad siempre se hace la pregunta equivocada: “¿Qué le viste a
ella o él que no tengo yo?” ¿Qué tiene ella o él que no tenga yo?”. La sicóloga comenta
que en su terapia acostumbra a preguntar a la persona que engañó a su pareja: “¿Qué te
gustó de ti en esa relación? ¿En qué eras diferente? Y en cuanto a esa diferencia, ¿qué
quisieras conservar en tu relación con tu mujer o tu marido? ¿Cómo podemos alimentar
esa parte en esta relación?”. Una de las metas más importantes cuando comienza la
terapia de recuperación, es liberar todo lo que estaba escondido, precisamente en esa
relación extramarital. “Es muy difícil la recuperación, pero no imposible en el caso de que
ambas partes lo deseen”, continúa la especialista. Y lo que sucede muchas veces, es que
las partes reprimidas o no aprovechadas de una relación se buscan en la relación de la
infidelidad. Sobre todo, la parte romántica que se pierde con el paso del tiempo. Una
relación de infidelidad es una especie de espejo de la vanidad que transforma a las
personas en algo más alegre, en alguien que disfruta más de la vida. Por su parte, el
matrimonio suele convertirse en un espejo de los defectos. Lo que más les gusta a las
personas cuando tienen otra relación es ellas mismas, es decir, la transformación que han
sufrido a partir de su nueva relación. Una vez descubierto el engaño, la persona que ha
actuado mal puede experimentar una especie de alivio en caso de detestar las mentiras y
no estar tranquilos con el comportamiento moral presentado. Dirán: “No puedo entender
cómo es que te estaba haciendo esto. Yo no soy así”. Otras personas progresarán en el
juego. Para ellas, parte de la pasión del affaire es la mentira, el no ser descubiertos. Y hay
personas que tienen problemas de conducta y las relaciones extramaritales sean un
síntoma de ello. Este tipo de personas mienten en todo o en casi todo en lo que hacen en
su vida. En este caso es muy difícil llegar a tenerles confianza y establecer una relación
perdurable y satisfactoria.

RECONSTRUIR LA CONFIANZA.

Una infidelidad crea desconfianza y una cicatriz en la relación. La sicóloga


Jiménez acostumbra decirle a sus pacientes que la relación jamás podrá ser la misma,
aunque sí más fuerte a través de la honestidad. Comienza con la eliminación de la tercera
persona y compartiendo todas las dudas que surjan en la persona engañada: “¿Le dijiste
que la amabas? ¿Tuvieron relaciones sexuales? ¿Cada cuánto se veían?”, etc. La persona
engañada lo querrá saber todo. Luego, las preguntas serán más complejas: “¿Cómo
pudiste continuar sabiendo que estaba mal lo que hacías? Después de la primera vez, ¿te
sentiste culpable?”. El intercambio de información es importante para que la confianza se
reconstruya. “Muchas parejas creen que el no volver a tocar el tema es lo mejor, pero no.
Hay que hablarlo a fondo para que la confianza llegue de nuevo”, comenta Mariana
Jiménez. “Cuando las parejas están curadas, hasta pueden llegar a hacer pequeñas
bromas acerca de algo que saben que pasó con la otra. Es cuando su relación está
restablecida”, afirma la sicóloga. Otra de las señales más importantes en la
reconciliación, es que la percepción de la infidelidad es más integrada, se habla de los
errores de cada uno y se aceptan, tratando de mejorar. Para sanar la relación, hay que
construir una pared con una ventana (que abra sólo para reforzar la relación) hacia la
otra, y otra pared con una gran ventana(siempre abierta) hacia la relación del
matrimonio.

El 63% de las mujeres temen a la infidelidad. Mientras que sólo el 5% considera que no
importa si la pareja es infiel o no.
Para el 51% de las mujeres, las mujeres inteligentes representan a las más temibles
rivales, de las cuales hay que cuidarse en lo que se refiere a infidelidad.
¿CÓMO SÉ QUE NO ME VAS A ENGAÑAR OTRA VEZ?

LAS SIGUIENTES SON SEÑALES DE RECUPERACION, CURACION Y ESPERANZA


PARA UN COMPROMISO FUTURO EN PAREJA.

LA PARTE QUE ENGAÑÓ


 Reconoce y entiende las vulnerabilidades individuales que contribuyeron a propiciar la
“aventura” –curiosidad, depresión, ansiedad de algo nuevo y fantasías- son algunas
de ellas y las ve como señales peligrosas.
 Muestra empatía por el dolor causado por la infidelidad.
 Asume la responsabilidad por el engaño, a pesar de cualquier problema que existió en
la pareja.

LA PARTE ENGAÑADA
 Es capaz de reconocer cuando su pareja está mintiendo de nuevo.
 Se rehusa a evadir una realidad.
 Se rehusa a dar sin obtener nada a cambio.

JUNTOS
 Pueden referirse a los hechos relacionados con la infidelidad con tranquilidad,
probablemente con humor.
 La relación es más fuerte: existe más reciprocidad, más cuidado, comunicación y
mejor manejo de los problemas.
 Comparten la responsabilidad de eliminar los defectos de la relación
 Se dan más tiempo como pareja, fuera del tiempo dedicado a los hijos, como una
manera de fortalecer la relación de amistad y de intimidad.

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