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Estudios Constitucionales, Año 13, Nº 1, 2015, pp. 465-488.

ISSN 07180195
Centro de Estudios Constitucionales de Chile Universidad de Talca
“El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano”
Alan E. Vargas Lima

El legado de Pablo Dermizaky


y su aporte al constitucionalismo boliviano
(Homenaje póstumo)1

Alan E. Vargas Lima∗


Academia Boliviana de Estudios Constitucionales
alan.vargas@lapaz.bo

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que
luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y
son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los
imprescindibles”. Bertolt Brecht (Escritor alemán. 1898-1956).

Resumen
El presente estudio bio-bibliográfico, pretende realizar un bosquejo general
acerca de la vida, obra y pensamiento del eminente constitucionalista boliviano
Dr. Pablo Dermizaky Peredo (†), describiendo algunos de sus rasgos biográ-
ficos más importantes, y desarrollando a su vez, una revisión bibliográfica de
sus principales obras, con la finalidad de destacar: su loable labor académica
de enseñanza del Derecho Constitucional, su indispensable contribución en la
consolidación del primer Tribunal Constitucional en Bolivia, y su extraordinario
aporte al desarrollo del constitucionalismo boliviano.

*  Abogado Especialista en Derecho Constitucional y Procedimientos Constitucionales (UMSA). Fue Do-

cente de la Universidad Privada Franz Tamayo y del Centro de Capacitación Municipal. Autor de distintos
Libros sobre Derecho Constitucional, Derecho Procesal Constitucional y Derechos Humanos. Columnista
de opinión en el Suplemento “La Gaceta Jurídica”, en el Periódico Digital “Oxígeno”, y en la página web
de “Asuntos del Sur”. Escribe para el Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano (Colombia),
la Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional (México), y la Revista Iberoamericana de
Derecho Administrativo (Argentina). Es miembro de la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales,
del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional-Sección Nacional (Bolivia), y es miembro
fundador de la Asociación Boliviana de Derecho Procesal Constitucional. Actualmente, ejerce funciones en
calidad de Asesor Legal, dependiente de la Dirección Jurídica del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
Responsable del Blog Jurídico: Tren Fugitivo Boliviano (http://alanvargas4784.blogspot.com/).

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Nota introductoria
Marzo, se distingue principalmente porque el día 19 se celebra el Día del
Padre; sin embargo, este año nos embarga la tristeza de una lamentable noticia,
dado que ese mismo día se produjo la inevitable partida, en un viaje sin retorno,
de quien fue eminente ensayista, diplomático boliviano, abogado constituciona-
lista, impulsor y primer Presidente del Tribunal Constitucional de Bolivia, Dr.
Pablo Dermizaky Peredo, nacido en la ciudad de Trinidad (Beni) el 24 de marzo
de 1923; habiendo cursado sus estudios profesionales en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de San Simón (Cochabamba), donde
fue uno de los alumnos más destaca­dos de su promoción.
Asimismo, en el ejercicio profesional, desempeñó cargos con re­conocida sol-
vencia en el ámbito público y privado, habiendo dedicado gran parte de su vida
a la cátedra universitaria, dejando una vasta producción bibliográfica de obligada
consulta en varias universidades bolivianas y latinoamericanas. Por otro lado, su
vida cotidiana, disciplinada, discreta y sin ostentaciones, estuvo llena de valores
éticos y morales, destacándose como un hombre muy respetuoso de las personas,
sus derechos y libertades, en apego a las reglas y normas preestablecidas para
nuestra convivencia pacífica, convirtiéndose así en un digno ejemplo a seguir.

Trayectoria pública y académica


de pablo dermizaky

La trayectoria de este ilustre profesor es bastante conocida a nivel nacional e


internacional, dado que en forma paralela a su excepcional carrera docente, ejer-
ció igualmente algunas funciones públicas y privadas, además de sus constantes
actividades académicas, sobre lo cual se puede mencionar lo siguiente:
1º) En el ámbito público desempeñó funciones diplomáticas como Secretario
de la Delegación de Bolivia a la Asamblea Gene­ral de las Naciones Unidas, en los
años 1947, 1948 y 1951; Delega­do a la Asamblea General de las Naciones Unidas
(1969 y 1970); Primer Secretario de la Embajada de Bolivia en Francia y Encarga­
do de Negocios a.i. (1950 a 1952); Cónsul General de Bolivia en Nueva York
(1969 a 1971); Embajador de Bolivia en Bélgica y ante la Comunidad Económica
Europea (1979-1980); Delegado de Bolivia a Conferencias Internacionales de la
OIT, de la OEA y de la Cuenca de la Plata; Asesor del Ministerio de Relaciones
Exterio­res de Bolivia (1983-1989). Miembro del Consejo Consultivo Permanente
del Ministerio de Relaciones Exteriores (1993 a 1997); funciones importantes
que las desempeñó con ab­soluta solvencia, responsabilidad e idoneidad.

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2º) En el ámbito privado desempeñó el cargo de Ase­sor Jurídico y Gerente


de Relaciones Industriales en la Empresa Manufacturera Boliviana S.A. (MANA-
CO) entre los años 1957-1969; Gerente de la Fábrica de Textiles de Capinota
TEXTICA (1971-1972); Gerente General de la Cervecería TAQUIÑA S.A.
(1972-1977); Presidente del Directorio de la Empresa Manufactura Boli­viana
S.A. MANACO (1976-1992).
3º) El Dr. Pablo Dermizaky Peredo fue designado Magistrado Al­terno del
Tribunal Andino de Justicia (1983-1989); Presidente del Tribunal de Honor del
Colegio Departamental de Abogados de Cochabamba (1995-1997); Conjuez de
la Corte Superior del Dis­trito Judicial de Cochabamba (1997-1998).
Como estudioso y pu­blicista del Derecho Constitucional, impulsó de manera
decisiva el control jurisdiccional concentrado de constitucionalidad en Bolivia.
Desde la cátedra universitaria, y en sus libros, ensayos y artículos (publicados en
Revistas Especiali­zadas de España, Francia, Chile y Bolivia), conferencias, semi­
narios o talleres en los que tuvo ocasión de participar, siempre fundamentó la
necesidad de crear un Tribunal Constitucional co­mo el máximo intérprete de la
Constitución. En este sentido, par­ticipó activamente en el proceso de discusión
académica del Pro­yecto de Ley del Tribunal Constitucional y contribuyó con
valio­sas ideas, iniciativas y sugerencias1.
Como no podía ser de otra manera, el 24 de julio de 1998, previa califica-
ción de méritos, fue designado, por el Congreso Nacional, como Magistrado
Titular del Tribunal Cons­titucional. Una vez tomado posesión del cargo, fue
elegido por unanimidad, como Presidente del Tribunal Constitucional, cargo
que asumió el 4 de enero de 1999 y lo desempeñó hasta el 15 de febre­ro de
2001, fecha en la que, por problemas de salud, renunció al cargo de Presidente
y Magistrado, privándose al país de uno de los profesionales, juristas y magis-
trados más probos.
La contribución del Dr. Pablo Dermizaky Peredo en la consolidación del
Tribunal Constitucional de Bolivia fue impor­tante, pues junto a sus colegas
magistrados trabajó incansable­mente en su organización interna, la designación
del personal de apoyo, así como en la elaboración y aprobación de sus regla­
mentos, elaboración del presupuesto y otras actividades. En el ejercicio de la

1 Los comentarios y observaciones del autor, al entonces Anteproyecto de Ley del Tribunal Constitucional,
pueden consultarse en: Dermizaky Peredo, Pablo. Constitución, Democracia y Derechos Humanos. Sucre,
Bolivia: Editorial Judicial, 1999, pp. 61-68.

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Presidencia del Tribunal, demostró sus cualidades de hombre probo, líder de


equipo, inculcando la mística de tra­bajo, dentro de los márgenes de seriedad
y responsabilidad.
4º) En el ámbito académico, fue Catedrático de las materias de Derecho
Constitucional, Derecho Administrativo y Ciencias de la Administración en
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de San
Simón, entre los años 1972 a 1988. También desempeñó el cargo de profesor
de Sociología en la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército (1975-
1978); y profesor de la materia de Geopolítica de la misma institución (1988-
1990-1993). La labor docente la desempeñó de manera activa, combinándola
con la investigación y la difusión del pensa­miento constitucional, a través de
conferencias y disertaciones en mesas redondas y talleres, en diversas unidades
académicas del país.
En el ejercicio de la docencia volcó a favor de los estudiantes, sin mezquindad
alguna, la gama completa de sus conocimientos adquiridos con años y años de
estudio; es que el Dr. Pablo Dermizaky Peredo fue uno de los pocos constitucio-
nalistas bolivianos que no cultivó la disciplina a mitad de camino, al contrario,
hizo del estudio de esta disciplina una de sus grandes pasiones. Fruto de su
entrega al estudio y enseñanza del Derecho Constitucional y Administrativo,
fue distinguido como Profesor Honorario de la Universidad Boliviana “General
José Ballivián” de Trinidad-Beni; Profesor Honorario de la Universidad Mayor
de San Simón de Cochabamba, y Profesor Honorario de la UPSA de Santa
Cruz; además de haber sido declarado Ciudadano Meritorio de Cochabamba,
distinción otorgada por el Gobierno Municipal de Cochabamba; recibiendo la
Medalla de Oro al Mérito Profesional, por parte del Colegio de Abogados de
Cochabam­ba. Años más tarde, fue incorporado como Miembro Honorario de
la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales (ABEC), y también fue
miembro correspondiente del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitu-
cional (IIDC-México)2.

2 Los rasgos biográficos del profesor Pablo Dermizaky, se encuentran detallados en las páginas preliminares
del Libro colectivo: Análisis de la Reforma a la Constitución Boliviana, que fue editado hace más de diez
años atrás, en homenaje a este destacado constitucionalista boliviano, por parte de la Academia Boliviana
de Estudios Constitucionales (Santa Cruz, Bolivia: Editorial El País, 2002). Una breve justificación de
este homenaje, ahora puede consultarse en el siguiente sitio web: http://www.abec.org.bo/index.php/
publicaciones/item/21-analisis-de-la-reforma-a-la-constitucion-boliviana. Asimismo, los materiales biblio-
gráficos disponibles en la red internet, correspondientes a algunas de las publicaciones más importantes del
profesor Pablo Dermizaky (en el período 1993-2012), pueden consultarse en: http://dialnet.unirioja.es/

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Sin embargo, en esta oportunidad me interesa rescatar su notable faceta aca-


démica, reseñando algunas de sus obras más importantes, para poner de relieve
la lucidez de su pensamiento y su indudable trascendencia en el desarrollo y
evolución del constitucionalismo boliviano.

Aporte bibliográfico al derecho administrativo


En este sentido, debemos comenzar señalando que la producción bibliográfica
del profesor Pablo Dermizaky, empieza en el año 1985, cuando publica la primera
edición de su libro sobre “Derecho Administrativo”, producto de la experiencia re-
cogida en las aulas universitarias, al ritmo de las exposiciones diarias e inquietudes
de sus alumnos. Se trata de una obra, cuyo contenido fue “decantado a través de
numerosas consultas de otros textos nacionales y extranjeros, y de revisiones periódicas
por las cuales el profesor renovaba constantemente sus lecciones, de manera que los
alumnos encontraban siempre algo nuevo y algo mejorado, de un semestre a otro”
(Palabras del autor en la introducción de la obra)3. Ello, muestra la constante
revisión y actualización a que era sometido el texto (que alcanzó su quinta edición
en el año 2001) por parte de su autor, quien en la medida de sus posibilidades
académicas, no escatimaba esfuerzo alguno para brindar un material de estudio

servlet/autor?codigo=531357. Por otro lado, algunos datos sobre la obra literaria de este autor boliviano, se
encuentran descritas en el Diccionario Cultural Boliviano: http://elias-blanco.blogspot.com/2011/11/pablo-
dermizaky-peredo.html Entre sus últimas obras, se encuentra precisamente el libro: Justicia Constitucional
(La Paz, Bolivia: Editorial Plural, 2010), que recoge seis trabajos escritos por el autor durante los últimos
años, algunos de ellos con motivo de sus compromisos académicos dentro y fuera del país, y que están unidos
por el hilo conductor de una materia común –la justicia constitucional– que es un elemento esencial de
la democracia y del Estado de Derecho. Finalmente, una columna de opinión, dedicada a la memoria del
maestro Pablo Dermizaky Peredo, destacando facetas notables de su personalidad, y poniendo de relieve
su aporte al constitucionalismo boliviano, fue publicada en el periódico Los Tiempos (Cochabamba, 26
de marzo de 2015), por el Dr. José Antonio Rivera Santivañez, quien fue su discípulo en la Universidad, y
colega en el primer Tribunal Constitucional de Bolivia; escrito que se encuentra disponible en el siguiente
enlace: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20150326/a-la-memoria-del-maestro-
pablo-dermizaky-peredo_295918_653173.html.
3  El texto, fue diseñado para la enseñanza-aprendizaje del estudiante universitario y del profesional en

Derecho; de ahí que el profesor Dermizaky sostenía que: “La formación del Abogado exige que éste vaya
habituándose desde las aulas universitarias al conocimiento, manejo e identificación de las normas con-
cernientes a cada capítulo de la especialidad. Así lo ha remarcado en sus clases el profesor a sus alumnos,
para que éstos cobren conciencia de la importancia que ambas partes (doctrina y legislación) tienen en su
formación. De ahí que el texto contenga no solamente profusión de citas, sino transcripciones de muchos
textos legales pertinentes y en vigencia”. Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Derecho Administrativo. La Paz,
Cochabamba, Bolivia: Editorial Los Amigos del Libro, 1985, pp. 5-6.

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útil, práctico y didáctico –rasgos que caracterizaron toda su obra–, dirigido a los
estudiantes universitarios, y también a los profesionales del Derecho.
Entre los temas que conformaban el contenido mínimo de la materia que
ofrecía el libro en aquel tiempo, se encuentran: la Ciencia de la Administración,
la Administración Pública y Privada, el Derecho Administrativo, la Personalidad
de la Administración, la Responsabilidad del Estado y de la Administración, la
Organización Administrativa, la Competencia y Jerarquía Administrativas, la
Centralización y Descentralización Administrativa en Bolivia, la Organización
Administrativa en Bolivia, los Actos Administrativos, los Contratos Administra-
tivos, los Servicios Públicos, la Función Pública, la Carrera Administrativa, el
Dominio Público, la Función Jurisdiccional de la Administración, los Recursos,
Procesos y Procedimientos Administrativos; temáticas cuyo contenido y desarrollo
se encuentran expuestos con bastante claridad y precisión en el texto, que se
constituyó en uno de indispensable consulta en varias Universidades bolivianas.
Luego de haberse agotado aquella primera edición, en el año 1988, el au-
tor publicó una segunda edición de la obra, enriqueciendo el contenido de la
mayoría de sus capítulos, con base en la bibliografía más reciente que pudo
consultar en aquel tiempo (consistente en obras publicadas en España y en varios
países de América Latina durante los años 1983 a 1987, según aclara el mismo
autor), habiendo agregado al texto, algunos temas referentes a: Gobierno Local
o Municipal, Aclaración, Modificación y Extinción de los Actos Administrativos,
y el Régimen Disciplinario en la Función Pública, actualizando los distintos
capítulos conforme a las reformas de la legislación boliviana hasta ese tiempo.
Y es que según el criterio del profesor Pablo Dermizaky: “El Derecho Ad-
ministrativo es una disciplina dinámica, sujeta a constante revisión en su doctrina
y legislación, por lo mismo que versa sobre la compleja problemática jurídica de la
Administración Pública que abarca un campo cada vez mayor”; por lo que, abri-
gaba la esperanza de que su Manual, llenara las expectativas de los estudiantes
de Derecho, que tan buena acogida dispensaron a la primera edición de la
obra, y que necesitaban de una clara orientación en una materia tan importante
como ésta4.
Esta muy didáctica obra del Dr. Dermizaky, que pronto se convirtió en
una de indispensable consulta en las Universidades bolivianas, llegó a su ter-

4 Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Derecho Administrativo. Segunda Edición ampliada y actualizada. La Paz,

Cochabamba, Bolivia: Editorial Los Amigos del Libro, 1988, p. 10.

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cera edición en 1997, y una cuarta edición en 19995 (con la colaboración de


la Editorial Judicial de la ciudad de Sucre), destinada a satisfacer la demanda
de profesores y estudiantes, que requieren de un manual donde se conjuga la
doctrina administrativa contemporánea con la legislación boliviana que, aunque
deficiente, incorpora cada año otras normas sobre la materia, siendo que en ese
mismo año se había anunciado la aprobación de una Ley de Procedimientos
Administrativos; “pero aún queda mucho camino por recorrer –decía el autor en
aquel tiempo–, no existe una ley completa sobre organización de la administración
pública, ni otra sobre el proceso contencioso-administrativo, ni sobre actos y contratos
administrativos, etc.” (sic).
En la quinta y última edición de esta obra del profesor Pablo Dermizaky (pu-
blicada el año 2001), se actualizó la mayor parte del texto, incluyendo un nuevo
capítulo sobre el Sistema de Regulación Sectorial, que se refiere al denominado
Derecho Regulatorio, incorporado en las demás legislaciones del mundo como con-
secuencia de la Reforma del Estado realizada en las últimas décadas del siglo XX;
y es que, según el autor, “Se trata de instituciones (los entes reguladores) esenciales
para la ejecución de dicha reforma, que en nuestro país no están funcionando aún
como se espera. Faltan ajustes y las normas complementarias que el sistema requiere
para mover una maquinaria moderna y compleja” (sic).
De la revisión del texto, se evidencia que esta obra no llegó a incorporar en su
contenido, el análisis correspondiente acerca de los alcances y limitaciones (virtudes
y defectos) de la Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo, promulgada en
fecha 23 de abril de 2002. Sin embargo, ello no significa que el autor se hubiera
mostrado ajeno a esta reforma en el ordenamiento jurídico administrativo, más
al contrario, participó activamente en el debate acerca de la configuración nor-
mativa, naturaleza y alcances del entonces Proyecto de Ley de Procedimiento
Administrativo que se discutía a nivel del Congreso Nacional6.

5  En ese mismo año, ya en su calidad de Presidente del Tribunal Constitucional, el Dr. Pablo Dermizaky
asistió como expositor al Seminario: “Derecho Administrativo y Sistemas de Regulación”, organizado por la
entonces Superintendencia de Recursos Jerárquicos y el Instituto Internacional de Gobernabilidad, en cuyo
evento participó con uno de los temas de su especialidad, bajo el interesante título: “La protección jurídica
del ciudadano. La defensa del administrado en el derecho constitucional y administrativo”. Ensayo que fue
publicado en la Revista Internacional de Administración Pública (México), y en el Anuario Iberoamericano
de Justicia Constitucional (1999), disponible en: http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1976156.pdf.
6  Así por ejemplo, en ocasión de analizar las disposiciones del entonces Anteproyecto de Ley de Procedi-

miento Administrativo (9 de julio de 1999), el profesor Pablo Dermizaky hizo conocer sus observaciones
puntuales en cuanto a la denominación del proyecto, el ámbito de aplicación, el régimen de supletoriedad
de otras normas respecto a la falta de disposición expresa, la capacidad del administrado para actuar, la

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Enseñanza del derecho constitucional


En la época en que impartía la docencia universitaria, el profesor Pablo Der-
mizaky también llegó a sistematizar con bastante destreza académica y amplio
dominio de la materia, el contenido mínimo de la disciplina del Derecho Cons-
titucional para su enseñanza a nivel universitario en Bolivia, ello con la profunda
convicción de que:

“La enseñanza del Derecho Constitucional y de los preceptos constitucionales, es


una necesidad vital no sólo para los juristas y para los estudiantes de Derecho, sino
para la población en general. Un pueblo que desconoce sus derechos, no puede
invocarlos. La educación es, por ello, el principal instrumento de defensa que tiene
el hombre común contra la arbitrariedad de los poderosos” (Palabras del autor en la
introducción de la obra, que se hallan reproducidas en posteriores ediciones).

Fue así que, en el mismo año de 1985, publicó su Curso de Derecho Cons-
titucional dividido en dos volúmenes (Derecho Constitucional. Tomos I y II.
Biblioteca San Simón. Cochabamba, Bolivia: Imprenta Universitaria, 1985 y
1986, respectivamente)7, cumpliendo así una responsabilidad académica, en su
calidad de Catedrático de Derecho Constitucional y Administrativo de la Fa-
cultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de San Simón
de Cochabamba, en donde formó varias generaciones de constitucionalistas que
desde entonces hasta ahora siguieron sus pasos, transitando por el sendero de la
enseñanza, trazado diligentemente por el Maestro.

competencia de los órganos de la Administración Pública, los derechos de los administrados, el silencio de
la administración, los actos administrativos, y algunas otras deficiencias formales del proyecto legislativo,
todo ello a la luz de la legislación comparada y vigente en ese tiempo. Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. “Breve
comentario al Anteproyecto de Ley de Procedimiento Administrativo”. En: Revista Opiniones y Análisis.
Nº 44. Anteproyecto de Ley de Procedimiento Administrativo. La Paz, Bolivia: Fundemos y Fundación
Hanns Seidel Stiftung, 1999, pp. 29-38.
7  “El curso está separado en dos partes –según justificaba el profesor Dermizaky en la introducción de su
obra–, siguiendo la división tradicional de la asignatura en una parte teórica, doctrinal o ‘dogmática’, que
se ocupa de los derechos fundamentales y de las garantías de los mismos; y de otra parte llamada ‘orgánica’
porque trata de la constitución y funcionamiento de los órganos de gobierno, así como de los regímenes
especiales introducidos desde 1938 como aporte del constitucionalismo social que se abrió cauce después
de la Primera Guerra Mundial”. En definitiva, se trata de una histórica primera edición, en donde Pablo
Dermizaky expresa su agradecimiento a la Universidad cochabambina “en cuyas aulas se formó el autor y
donde profesa esta materia y la de Derecho Administrativo desde hace muchos años” (sic); sin embargo, es
también una edición agotada, cuyo único ejemplar, solamente me ha sido posible encontrar en la Biblioteca
de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Mayor de San Simón de la ciudad de Cochabamba.

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Cabe agregar que una vez agotada aquella primera edición del Libro –dividi-
do inicialmente en dos tomos no muy extensos–, el autor consideró pertinente
publicar una segunda edición de la obra, esta vez condensando los contenidos
temáticos de ambos tomos, en un solo volumen (presentación que conservó
en las posteriores ediciones); y es que, definitivamente –según aclara el mismo
autor– se trató de un nuevo libro “sobre la base del anterior, pero actualizado, en-
riquecido y concordado con nuevos capítulos, con la legislación secundaria del país y
con declaraciones y convenios internacionales” (sic). Hay que destacar que esa visión,
ciertamente constituía una forma muy peculiar de enseñar y difundir la disciplina
por parte del profesor Pablo Dermizaky en aquel tiempo, siendo que además, en
esa nueva edición, el autor vio por conveniente comparar “la constitución vigente
con las anteriores a 1967, y con otras de Europa y América, en cuanto concierne a
las principales instituciones que rigen en Bolivia y a otras que juzgamos debieran
incorporarse a nuestra legislación fundamental”.
Es de rescatar su lectura muy clara de la realidad nacional y mundial, acerca
del desarrollo de la disciplina hasta ese tiempo, y su estrecha relación con la evo-
lución de los derechos humanos, en el siguiente sentido:
“El Derecho Constitucional reverdece cada día en los predios domésticos y en el campo
internacional. Las declaraciones, así como los convenios universales y regionales han
dado un gran impulso a esta ciencia que está por convertirse en el marco de las insti-
tuciones básicas del siglo veintiuno a nivel mundial. Aunque, por desgracia, están lejos
de desaparecer las guerras y la violencia, con su secuela de atropellos a los derechos y
a la dignidad del hombre, éste no ceja en su empeño multisecular por establecer un
orden internacional y nacional, basado precisamente en el respeto a esos derechos.
Como en los primeros tiempos, y aún más que entonces, el hombre lucha contra sus
semejantes para desterrar la injusticia, el racismo, la discriminación y el odio que son
origen de los males que padece la humanidad. Es reconfortante observar que, en vez
de decaer, acrecen los esfuerzos en pro de ese ideal mientras arrecia la embestida del
armamentismo y su cortejo, la violencia, la miseria y la opresión” (Palabras del autor,
en el prólogo de la segunda edición de su obra, publicada el año 1991).

En esta obra (que ha cumplido 30 años de vigencia desde su primera edición,


y gracias a su amplia acogida llegó a su décima edición actualizada en el año
2011)8, el profesor Pablo Dermizaky sostenía que el Derecho Constitucional, “es

8 Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Derecho Constitucional. Décima Edición revisada y concordada con
la Constitución vigente y las leyes de desarrollo constitucional. Cochabamba, Bolivia: Grupo Editorial
Kipus, 2011. Entre las diversas reacciones, favorables y contrarias, que provocó la aprobación del proyecto

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una rama del Derecho Público Interno que determina (léase estudia) la organización
jurídica y política del Estado, así como los derechos y deberes de los ciudadanos”; vale
decir, que se trata de una ciencia fundamental –según criterio del autor–, a la
cual confluyen y se subordinan todas las ramas del derecho público y privado,
ello siguiendo el criterio de Kelsen, quien decía que constituye el fundamento
de todo el derecho restante.
En cuanto a su naturaleza, el autor precisaba que esta disciplina: “Es una
materia esencialmente jurídica porque contiene preceptos de aplicación obligatoria, y
formalmente política porque se refiere a las instituciones de éste género que se relacionan
con el Estado” 9. Cabe anotar que la breve definición antes descrita, justifica su
sencillez en los destinatarios de la obra, que fueron precisamente los estudiantes
universitarios (de primer o segundo año de carrera) que recién se introducían
al estudio de la disciplina, con absoluta incertidumbre acerca de su naturaleza
jurídica, su contenido y alcances10.

de Constitución en el año 2009, y en plena víspera de su aprobación mediante referendo popular, resulta
interesante encontrar la opinión del Dr. Pablo Dermizaky, quien expresaba su profunda preocupación y
descontento frente al texto definitivo de aquel proyecto, con las siguientes palabras: “La criatura que se tratará
de bautizar el 25 de enero próximo, ha nacido con defectos incurables de ilegalidad, con malformaciones
elefantiásicas en su redacción y con impropiedades de conceptos que la desfiguran totalmente. El
constitucionalismo contemporáneo se basa en la Constitución normativa como ley fundamental del orden
jurídico. Normativa significa que todos los preceptos, principios y valores contenidos en la Constitución, y
que forman el “bloque de constitucionalidad”, son directamente aplicables, sin necesidad de reglamentación
previa, y exigibles ante la justicia. (…) El proyecto de Constitución (a ser sometido a votación el próximo
25 de enero) es un anacronismo porque la mayoría de sus cláusulas son programáticas, es decir meramente
declarativas, propias de un programa electorero y no de una ley fundamental. Véanse, a propósito, los
artículos 16, 18, 19, 20, 33, 35-I, 37, 41, 54, 67, 267 y 313, relativos a los derechos expectaticios sobre
salud, educación, vivienda, medio ambiente, erradicación de la pobreza, reivindicación marítima, entre
algunos. El texto es ampuloso y rebuscado. Hay repeticiones innecesarias y contradicciones flagrantes.
Se repite los caracteres de la educación en los artículos 78.II y 91.II, como ejemplo”. Pablo Dermizaky.
“Muchas cláusulas son declarativas”. Análisis publicado en el periódico Los Tiempos (20 de enero de 2009).
Disponible en: http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20090120/muchas-clasulas-son-
declarativas_22553_35411.html.
9 Cfr.Dermizaky Peredo, Pablo. Derecho Constitucional. Tercera Edición ampliada y actualizada.
Cochabamba, Bolivia: Editorial Serrano, 1996, pp. 20-21.
10 “El concepto de Derecho Constitucional –decía Dermizaky– fluye, naturalmente, del de Constitución,
aunque bien es cierto que lo rebasa porque, como observa Linares Quintana, esta disciplina se ocupa
no sólo de la normativa, sino de las instituciones propias del Estado. Por ello se dice que el Derecho
Constitucional es esencialmente jurídico (normativo) y formalmente político (institucional)…”. Cfr.
Dermizaky Peredo, Pablo. Justicia Constitucional y Estado de Derecho. Segunda Edición. Cochabamba,
Bolivia: Editorial Alexander, 2005. Pág. 178.

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Asimismo, conviene recordar que una de las fuentes de esta disciplina, y la


más importante, es precisamente la Constitución11, sobre la cual, el profesor
Pablo Dermizaky explicaba su significado, señalando que: “Una Constitución es
el código, norma o ley fundamental de un país, que determina la estructura jurídico-
política del Estado, la forma o sistema de su gobierno y los derechos y deberes de
la población”, y agregaba además que: “como toda norma legal, la Constitución
no es un fin en sí, sino un medio para conseguir el equilibrio entre gobernantes y
gobernados, fijando límites y controles al poder de los primeros, y derechos y obli-
gaciones para los segundos” 12.
Esta concepción, describe el contenido mínimo de toda Constitución, en
consonancia con el postulado liberal expuesto en el artículo 16 de la Déclara-
tion des droits de l’homme et du citoyen (1789), que estableció expresamente lo
siguiente: “Una sociedad en la que no esté asegurada la garantía de los derechos ni
reconocida la división de poderes, no tiene Constitución”. Esta declaración –decía
Dermizaky en su obra–, coincidente con la primera Constitución escrita (la de
Estados Unidos de Norteamérica de 1787), precisa el significado moderno del
vocablo Constitución, en el sentido de norma fundamental que establece la
organización del gobierno en órganos separados que impiden la concentración
del poder en uno solo de ellos, lo que garantiza los derechos fundamentales de
las personas.
Esta idea de Constitución, plasmada en la Declaración de Derechos del Hombre
y del Ciudadano, nos ayuda a comprender la estructura básica que debe poseer
toda Constitución, dividida clásicamente en dos partes: dogmática y orgánica. Sin
embargo, cabe considerar que según la doctrina constitucional contemporánea,
la Constitución contiene diversas clases de normas, como las axiológicas (que
consagran los valores supremos y principios fundamentales), dogmáticas (que
proclaman los derechos fundamentales y garantías constitucionales), y las orgánicas
(que regulan la organización del Estado y el ejercicio del Poder Público); de ahí

11  “La Constitución –decía Pablo Dermizaky– es el silabario de la ciudadanía. En ella debe aprender el

hombre las primeras letras de su naturaleza política y social; sus derechos, sus deberes, las posibilidades y
limitaciones que moldean su actividad en una sociedad organizada. De ahí que la Constitución debe ser
enseñada y divulgada en todas partes, en la escuela y en el hogar, en el gobierno y en la Universidad, en la
empresa y en el taller, en los colegios profesionales y en el foro sindical. La Constitución es el catecismo de
la nacionalidad, el breviario del honor, el oráculo de la verdad”. Cfr. Prólogo de Pablo Dermizaky Peredo,
al libro de: Rivera S., José Antonio. Reformas a la Constitución: ¿Modernización del Estado? Cochabamba,
Bolivia: Editorial Kipus, 1994.
12 Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Derecho Constitucional, pp. 47 y 49.

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Alan E. Vargas Lima

que, actualmente la mayoría de las Constituciones latinoamericanas se caracterizan


por hallarse precedidas de una parte axiológica donde se establecen los principios
fundamentales y valores supremos (principios y valores ético-morales, en el caso
de Bolivia) que son transversales a todo el ordenamiento jurídico13.

Estudio de la Constitución Política del Estado


Cabe destacar también que en el año 1987, el profesor Dermizaky, publicó
una versión comentada y concordada de la Constitución Política del Estado de
1967 (que hasta ese tiempo había cumplido veinte años de vigencia en Bolivia),
con el propósito de llenar un vacío en la bibliografía jurídica boliviana, dado
que hasta ese tiempo no existía un texto de la Constitución Política concor-
dado con la propia Constitución y con la legislación secundaria, así como con
las principales Declaraciones Internacionales de Derechos que constituyen
parte esencial del Derecho Constitucional codificado de nuestro tiempo. En

13  De ahí que, la Constitución se puede definir como un pacto social y político adoptado por el pueblo,
en el cual se determina el sistema constitucional del Estado, estableciendo las reglas básicas para lograr una
convivencia pacífica y la construcción de una sociedad democrática, basada en los valores supremos, como
ideales que una comunidad decide constituir como sus máximos objetivos a desarrollar por el ordenamiento
jurídico y expresarlos en su estructura social-económica-política; los principios fundamentales, como los
presupuestos lógicos y líneas rectoras o básicas del sistema constitucional que orientan la política interna
y externa del Estado; así como en los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las personas,
cuya garantía de cumplimiento y observancia, constituye uno de los fines y funciones esenciales del Estado
Plurinacional, que además tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos. Cfr. Rivera S., José
Antonio; Jost, Stefan y otros. La Constitución Política del Estado. Comentario Crítico. Tercera Edición,
actualizada con las reformas del 2004. Cochabamba (Bolivia): Talleres Gráficos Kipus, 2005, p. 38. Por
su parte el Tribunal Constitucional de Bolivia, en la Sentencia Constitucional Nº 0773/2005-R, de fecha
7 de julio de 2005, ha establecido que los principios fundamentales ocupan un lugar preponderante en
nuestro ordenamiento constitucional: “Estos principios hacen referencia a las normas que fundamentan
todo el sistema constitucional y tienen por objeto determinar los rasgos esenciales del sistema político,
la titularidad del poder, la modalidad de su ejercicio, así como su finalidad. Estos principios constituyen
verdaderos mandatos jurídicos, dirigidos, en primer término, al legislador –y también al órgano ejecutivo,
cuando asume su facultad reglamentaria–, para que sean tomados en cuenta en el proceso de creación
de la normas, pues al ser éstos la base en la que se inspira el modelo de sociedad que la Constitución
propugna, debe existir armonía entre la ley a crearse y los principios constitucionales. En segundo término,
los principios, como mandatos jurídicos, también se dirigen a las autoridades judiciales o administrativas
que van a aplicar las normas jurídicas, en el entendido que al ser jerárquicamente superiores, presiden la
interpretación de todo el ordenamiento, e inclusive de la Constitución misma. Las funciones anotadas,
coinciden con el carácter informador del ordenamiento jurídico, que tienen los principios; carácter que,
de acuerdo a la doctrina, implica que estos principios son directrices para la elaboración de las leyes y
para la labor interpretativa, además de ser un parámetro para determinar la inconstitucionalidad de las
normas (…)”.

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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

ese propósito, esta edición comentada de la Constitución “contiene un estudio


general sobre la Constitución boliviana, sus concordancias, notas y comentarios que
han sido sugeridos al autor a través de la enseñanza de la cátedra y de la lectura
del Derecho Constitucional comparado, así como el texto de otras Constituciones.
Las notas y comentarios son breves, como corresponde al propósito enunciado, pues
los estudiosos encontrarán un desarrollo más amplio de los temas, en la obra del
propio autor…” (sic).
Esta versión comentada de la Constitución, incluye un estudio preliminar
sobre la naturaleza y contenido de la Constitución, algunos antecedentes de la
Constitución boliviana –haciendo referencia a las características principales de
la Constitución Bolivariana y sus fuentes de inspiración–, para luego precisar la
estructura de la Constitución vigente en aquel tiempo (promulgada el 2 de febrero
de 1967), observando el autor, que a diferencia de la mayoría de las Constitu-
ciones, “la Constitución boliviana no está precedida de un preámbulo que condense
sus postulados esenciales, como ocurre en la mayoría de las Constituciones de Europa
y de América” (sic), al tiempo que describía los principios del constitucionalismo
liberal y social, que inspiraron sus diferentes disposiciones.
Ante la favorable acogida que tuvo aquella primera edición del texto cons-
titucional, el profesor Dermizaky publicó en el año 1992, una segunda edición
de los comentarios y concordancias de la Constitución vigente en ese tiempo,
incluyendo esta vez, una propuesta de reformas a la Constitución Política del
Estado14.
En dicho trabajo, a modo de adherirse a los diversos sectores de la población
que exigían una profunda reforma constitucional, planteó por vez primera, la

14  Esta propuesta integral de reformas, ya había sido presentada con anterioridad por el mismo autor, en
ocasión del primer Seminario sobre “Reformas Constitucionales”, llevado a cabo los días 31 de octubre y
1º de noviembre de 1991, en la ciudad de Santa Cruz, con los auspicios de la Directiva de la H. Cámara
de Diputados y de su Comisión de Constitución, Justicia y Policía Judicial. En su contenido, desarrolló
diversos temas que en su criterio eran esenciales y necesarios de modificar o incorporar a la Constitución,
como por ejemplo: Preámbulo, Símbolos, idioma y territorio, Estado Plurinacional, Responsabilidad del
Estado, Derecho Internacional, Derechos Fundamentales, Derechos no mencionados en la Constitución,
Gobiernos usurpadores, Ciudadanía, Ampliación de los Derechos políticos (proponiendo la incorporación
de: la iniciativa popular, el referéndum, la revocatoria, las candidaturas cívicas o agrupaciones ciudadanas),
Órgano Legislativo, Órgano Ejecutivo, Régimen Interior, Poder Judicial, Control de Constitucionalidad,
Ministerio Público, Contraloría General de la República, Recursos Naturales, Medioambiente y Ecología,
Gobiernos Municipales, Conservación del orden público, Procedimiento para reformar la Constitución,
además de algunas correcciones de forma y otras medidas indispensables. Cfr. Honorable Cámara de
Diputados-Comisión de Constitución, Justicia y Policía Judicial. La Reforma Constitucional. La Paz
(Bolivia): Empresa Editora Proinsa, 1992, pp. 55-82.

Estudios Constitucionales, Año 13, Nº 1 477


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Alan E. Vargas Lima

siguiente sugerencia: “Debe incluirse un artículo que reconozca oficialmente que


Bolivia es un Estado Plurinacional y pluricultural; que protege la existencia, idiomas,
cultura y desarrollo de las nacionalidades asentadas en su territorio, y que promueve
su integración efectiva con el resto de la población”. Esta propuesta, muestra la
lectura muy objetiva de la realidad boliviana, por parte del autor, en cuanto a
su composición social eminentemente plural y diversa, a cuyo efecto, también
ponía de relieve la necesidad de proteger y preservar la cultura de los pueblos
indígena originario campesinos, cuyos idiomas y cosmovisiones, actualmente han
alcanzado un justo reconocimiento constitucional (a través de la Constitución
aprobada el año 2009).

Consolidación del primer tribunal constitucional


Por otro lado, haciendo referencia a los alcances muy restringidos que hasta
la década de los años 90’s tenía el control de constitucionalidad en la legislación
boliviana, en su propuesta de reforma constitucional, el profesor Dermizaky obser-
vaba también lo siguiente: “(…) el control se ejerce a instancia de parte solamente, y
no de oficio, y la declaración de inconstitucionalidad por la Corte Suprema de Justicia
entraña la inaplicabilidad de la norma solamente en el caso concreto cuestionado,
y no la abroga ni tiene efecto erga-omnes”; por ello, se constituye en uno de los
primeros juristas bolivianos, que con bastante sabiduría planteó la necesidad de
incorporar un Tribunal Constitucional en Bolivia, que se encargue del control
de constitucionalidad de las leyes, a cuyo efecto, con base en el amplio bagaje de
conocimientos que poseía sobre la materia, el autor argumentaba que:
“Esta materia es la base del orden jurídico nacional y, por lo tanto, debe confiarse
a un tribunal especial que se ocupe de examinar, de oficio, la legalidad de las leyes,
decretos y resoluciones, antes de su aprobación (lo que no ocurre actualmente en
Bolivia); que declare de oficio la inconstitucionalidad de leyes, decretos y otras normas
vigentes; que falle en las demandas, a instancia de parte, sobre inconstitucionalidad
de las mismas normas; que conozca, de oficio o a denuncia, sobre la ilegitimidad de
los nombramientos de altos funcionarios de Estado, etc.”15.

15 Cfr. Constitución Política del Estado (Con Introducción, Notas, Comentarios y Concordancias por

el Dr. Pablo Dermizaky Peredo). Segunda Edición. Cochabamba-La Paz, Bolivia: Editorial Los Amigos
del Libro, 1992, p. 39. Años más tarde, en una conferencia pronunciada por el autor en la ciudad de
Cochabamba (1996), y a tiempo de referirse al entonces Anteproyecto de Ley del Tribunal Constitucional,
hizo conocer su opinión señalando que: “La importancia de la jurisdicción constitucional coloca al
Tribunal Constitucional en la cúspide de la pirámide institucional del país. De su labor dependerá en

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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

Posteriormente, y haciéndose eco de ésta y otras propuestas que surgían de


los principales actores de la sociedad boliviana, en 1993 el entonces Congreso
Nacional emitió la ley Nº 1473 que declaró la necesidad de reformar la Cons-
titución Boliviana, proponiendo entre otros aspectos, la incorporación de tres
instituciones esenciales para consolidar la democracia y proteger los derechos de
las personas: El Defensor del Pueblo, El Tribunal Constitucional, y el Consejo de la
Judicatura, mismas que fueron incorporadas como parte de la institucionalidad
boliviana, a través de la ley Nº 1585 de Reforma a la Constitución Política del
Estado, de fecha 12 de agosto de 199416, que introdujo diversas modificaciones
al texto constitucional que hasta ese entonces, se hallaba vigente sin cambio
alguno desde el año 1967.
A ello se debe agregar, que dicha reforma constitucional indudablemente se
constituye en un hecho trascendental con una importancia histórica sin prece-
dentes dentro del sistema constitucional, puesto que en aquella oportunidad,

gran medida, el desarrollo positivo de la vida pública y privada, por lo que, debe tener la confianza de
gobernantes y gobernados por igual. Lamentablemente, el marco constitucional no constituye base sólida
para su organización y funcionamiento. Quienes participamos de alguna manera en su alumbramiento,
tenemos la responsabilidad histórica de llamar la atención sobre esta circunstancia, para que la criatura
no nazca lisiada, incapaz de cumplir su misión”. Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Constitución, Democracia
y Derechos Humanos, p. 67.
16  Mediante dicha reforma constitucional, se modificaron aproximadamente treinta y cinco artículos de la

Constitución boliviana, cuyo alcance puede resumirse en lo siguiente: a) Inserción de los pueblos originarios
y comunidades indígenas a la estructura social del Estado, a cuyo efecto se definió la estructura social como
multiétnica y pluricultural, así como de las bases de su organización como son la unión y la solidaridad; b)
Modificaciones en el sistema electoral, cambiando el requisito de la edad para el ejercicio de la ciudadanía
de 21 años que regía hasta entonces, a 18 años; c) Fortalecimiento del entonces Poder Legislativo, a través
de la reforma del sistema de elección de los Diputados para devolverles legitimidad y representatividad,
con la introducción del sistema del doble voto en circunscripciones uni y plurinominales; d) Estabilidad
y gobernabilidad en el ejercicio del gobierno nacional, reformando las reglas para la elección congresal
del Presidente y Vicepresidente de la República, en aquellos casos en los que ninguno de los candidatos
obtenga mayoría absoluta de votos en las elecciones generales; e) Plena vigencia y protección de los derechos
humanos como base del orden democrático constitucional, a cuyo efecto se ha creado la Defensoría del
Pueblo con la misión de velar por la vigencia y cumplimiento de los derechos y garantías de las personas con
relación al sector público; f ) Fortalecimiento de los gobiernos locales autónomos como unidades básicas del
desarrollo sostenible sobre la base de la planificación participativa y el control social; g) Seguridad jurídica
y fortalecimiento del orden constitucional reformando la estructura del entonces Poder Judicial (actual
Órgano Judicial), mediante la creación del Tribunal Constitucional como máximo intérprete jurisdiccional
de la Constitución, asignándole la función del control concentrado de constitucionalidad. Cfr. Rivera
Santivañez, José Antonio. Reforma Constitucional en Democracia. En: Análisis de la Reforma a la Constitución
Boliviana, editado por la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales. Santa Cruz-Bolivia: Editorial
El País, noviembre de 2002, pp. 5-8.

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Alan E. Vargas Lima

y por vez primera en la historia republicana de nuestro país, se reformó la Ley


Fundamental dando cumplimiento a los mecanismos y procedimientos especialmente
previstos al efecto por la propia Constitución, vale decir que se aprobó, sancionó
y promulgó la Ley de Reforma Constitucional en observancia de las normas
previstas por los artículos 230 al 232 del texto constitucional vigente en ese
tiempo.
No obstante la vigencia de la Constitución reformada, el Tribunal Constitucio-
nal de Bolivia no ingresó en funciones sino hasta julio de 1998, cuando el entonces
Congreso Nacional, previa calificación de méritos, designó a los Magistrados del
primer Tribunal Constitucional de Bolivia, que se instaló formalmente el 5 de
agosto de 1998, e inició sus labores jurisdiccionales el 1º de junio de 1999 (luego
de su “vacatio legis”), con el respaldo de la ley Nº 1.836 de 1º de abril de 1998,
emitida para regular su estructura, organización y funcionamiento.
Fue en ese tiempo, que los miembros del flamante Tribunal Constitucional
(René Baldivieso Guzmán, Hugo de la Rocha Navarro, Willman Durán Ribera y
Elizabeth Iñiguez de Salinas), por voto unánime eligieron al Dr. Pablo Dermizaky
Peredo, para que asumiera la presidencia de dicha institución; cargo que asumió
el 4 de enero de 1999 y lo desempeñó con dignidad hasta el 15 de febrero de
2001, fecha en la cual, por problemas de salud, renunció al cargo de Presidente y
Magistrado, privándose al país de uno de los profesionales, juristas y magistrados
más probos de los últimos tiempos.
El Dr. José Antonio Rivera Santivañez –que se desempeñó como Magistrado
suplente durante la primera época del Tribunal Constitucional de Bolivia–, en
su reciente columna de opinión dedicada a la memoria del Maestro, brinda un
testimonio de la faceta de Juez Constitucional del Dr. Pablo Dermizaky, con las
siguientes palabras:
“En el ámbito jurisdiccional no sólo que desempeñó con sobrada solvencia profe-
sional la labor de Magistrado del Tribunal Constitucional de Bolivia, sino que fue
la pieza clave para la configuración y puesta en funcionamiento de dicho órgano
constitucional; pues en su condición de primer Presidente de aquella institución,
junto al resto de los magistrados titulares y suplentes, equipo del que tuve el honor
de formar parte, trabajó de manera denodada y silenciosa para organizarlo admi-
nistrativa y jurisdiccionalmente; con un presupuesto limitado y prescindiendo de
asesores o consultores, los 10 magistrados, encabezados por Dermizaky, elaboraron
los reglamentos, alquilaron un inmueble y lo equiparon; seleccionaron y contrataron
al personal de apoyo jurisdiccional y administrativo, para luego tramitar una ley que,
modificando la vacatio legis prevista por la Ley Nº 1.836, posibilitó adelantar el inicio
de las funciones jurisdiccionales del Tribunal Constitucional.

480 Estudios Constitucionales, Año 13, Nº 1


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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

En el tiempo que presidió al Tribunal Constitucional le dio su sello personal de


transparencia, mística de trabajo y responsabilidad; cuidó celosamente que el
Tribunal no incurriera en retardación de justicia controlando personalmente el
despacho de las causas; defendió con firmeza y convicción la independencia del
Tribunal y los magistrados; pues no dudó un segundo en rechazar una convocatoria
efectuada por el Presidente del Congreso Nacional, de ese entonces, a una reunión
con los Vocales de la Corte Nacional Electoral que enfrentaba ante el Tribunal un
Recurso Directo de Nulidad, recordándole a la autoridad legislativa la importancia
del respeto a la independencia judicial; cuidó celosamente la imparcialidad con
la que debieron obrar los magistrados al hacer cumplir la prohibición de recibir
en audiencias privadas a las partes que intervenían en un proceso constitucional;
así, por ejemplo, no tuvo ningún reparo en rechazar al Alto Mando de las Fuerzas
Armadas una solicitud de audiencia privada que efectuaron trasladándose per-
sonalmente hasta las oficinas del Tribunal Constitucional; recuerdo que dichas
autoridades tuvieron que retornar a su sede de funciones expresando su enfado por
no habérseles recibido en audiencia privada. Con su ejemplo enseñó a sus colegas
y funcionarios la responsabilidad, mística y amor al trabajo”.

Particularmente, considero pertinente rememorar que en el solemne acto de


inicio de labores jurisdiccionales, llevado a cabo en fecha 31 de mayo de 1999,
el entonces Presidente del Tribunal Constitucional de Bolivia, afirmaba enfáti-
camente:

“El Tribunal hablará a través de sus fallos y no hará declaraciones que no sean cons-
titucionales. Estará atento a las inquietudes políticas y sociales que tengan relación
con su labor, pero no aceptará presiones interesadas ni críticas subjetivas. Se colocará
por encima de las pasiones, de las rencillas parroquiales y de los intereses subalter-
nos. Será austero y discreto; pero reclamará el sitial que corresponde a la dignidad
de la Constitución. A la legalidad de su elección tratará de agregar la legitimidad de
su actuación, para merecer la confianza de las sociedades política y civil, requisito
indispensable para cualquier obra de trascendencia nacional. Puesto que tenemos
una misión muy alta que cumplir, nos revestiremos con la humildad del misionero;
pero seremos inflexibles en el cumplimiento del deber. Y como esta misión será ardua
y compleja, es posible que nos equivoquemos; pero no nos desviaremos. En otras
palabras: puede que no seamos infalibles; pero seremos insospechables”17.

17 Cfr. Discurso del señor Presidente del Tribunal Constitucional, Dr. Pablo Dermizaky Peredo (mayo 31,
Salón del Senado de la Casa de la Libertad). En: Poder Judicial de Bolivia. Labores Judiciales 1999. Sucre,
Bolivia: Editorial Judicial, 2000, pp. 181-187.

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Asimismo, en cuanto a la naturaleza de las funciones del Tribunal Constitu-


cional y la importancia de la magistratura, el Dr. Pablo Dermizaky ponía énfasis
en que:
“Los Magistrados del Tribunal Constitucional somos profesionales del Derecho y,
como tales, nuestro razonamiento es básicamente jurídico, sin ignorar las circuns-
tancias políticas y sociales circundantes. Siempre que haya un conflicto inevitable
entre lo jurídico y lo político, nuestro deber nos colocará del lado del Derecho. Y a
quienes les cuesta aceptar la idea de que el Tribunal Constitucional puede invalidar
actos del (Órgano) Legislativo, les recordamos las palabras escritas por Alexander
Hamilton hace más de dos siglos: ‘Esta conclusión no supone de ningún modo la
superioridad del Poder Judicial sobre el Legislativo. Sólo significa que el poder del
pueblo es superior a ambos, y que donde la voluntad de la legislatura, declarada
en sus leyes, se halla en oposición con la del pueblo, declarada en la Constitución,
los jueces deben gobernarse por la última, de preferencia a las primeras (…)”18.

Posteriormente, al culminar el primer año de labores jurisdiccionales del Tri-


bunal Constitucional de Bolivia, el Dr. Pablo Dermizaky presentó un Informe
haciendo un balance de las principales actividades realizadas por dicha institución,
con especial referencia a los aspectos institucionales, jurisdiccionales y adminis-
trativos, en cuya oportunidad concluyó señalando:
“Un año es una ínfima fracción de tiempo en la vida de instituciones que, como
el Tribunal Constitucional, están hechas para durar lo que dure el país como na-
ción y como sociedad políticamente organizada. Pero si ese es el primer año, un
año en el que el Tribunal ha debido conocer y resolver un mil quinientas causas,
mientras continuaba organizándose, labor ésta que no ha concluido por falta de
edificio propio y de recursos suficientes; un año en el que se han sentado los ci-
mientos de una estructura institucional sólida y permanente, podemos concluir
con la satisfacción del deber cumplido, con la seguridad de que hemos asumido
los retos planteados por la historia y respondido con idoneidad a la misión que se
nos confió, una misión que se proyecta, por ello, con una trayectoria ascendente
hacia el porvenir”19.

18 Cfr. El Federalista. San José, Costa Rica: Edit. Libro Libre, 1986, p. 203. Citado por: Dermizaky

Peredo, Pablo. La tensión entre Política y Derecho en la Justicia Constitucional. En: Tribunal Constitucional
de Bolivia (editor). “Justicia Constitucional para comenzar el Tercer Milenio”. Revista Constitucional Nº 3.
Sucre (Bolivia): diciembre de 1999, p. 13.
19 Cfr. Poder Judicial de Bolivia. Informe del Primer Año de Labores Jurisdiccionales 1999-2000. Editorial

Judicial, 2000, p. 65.

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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

Por último, en oportunidad de dar posesión al nuevo Presidente del Tribunal


Constitucional (febrero de 2001), elegido con motivo de sus renuncias a la Magis-
tratura y a la Presidencia del mismo, correspondió al Dr. Pablo Dermizaky hacer
un breve balance de lo realizado hasta ese momento, a cuyo efecto, pronunció un
breve discurso rememorando el inicio del ejercicio de las labores jurisdiccionales
del Tribunal, las estadísticas existentes acerca de las causas resueltas, dando cuenta
de la celeridad con que se pronunciaban las resoluciones constitucionales, para
luego concluir con algunas sugerencias de modificaciones indispensables a nivel
legislativo, para mejorar dicha labor. Culminó muy acongojado su discurso, con
las siguientes palabras:
“Al privilegio de haber sido el primer presidente del Tribunal Constitucional sobre-
viene el dolor de ser el primero en abandonarlo, obligado por las circunstancias. No
hay palabras para expresar la pena que me embarga desde que tomé esta ineludible
decisión. Me queda el consuelo de saber que el Tribunal queda en buenas manos,
con un Presidente, Magistrados y personal que desde el inicio contribuyeron a hacer
de esta institución un modelo de trabajo en equipo, de eficiencia y organización”20.

Se debe mencionar también, que una vez posesionado e instalado el primer


Tribunal Constitucional en Bolivia (1998-1999), recién comenzaron a escri-
birse y difundirse ensayos y estudios sobre la supremacía de la constitución y el
control de constitucionalidad en Bolivia21, principalmente a través de la Revista

20 Cfr. Discurso del Dr. Pablo Dermizaky en la toma de posesión del nuevo Presidente del Tribunal Consti-
tucional (Sucre, 9 de febrero de 2001). En: Poder Judicial de Bolivia. Informe del Segundo Año de Labores
Jurisdiccionales junio 2000-mayo 2001. Editorial Gaviota del Sur, 2001, p. 83.
21  Y se debe anotar, que precisamente el Dr. Pablo Dermizaky Peredo y el Dr. José Antonio Rivera Santi-

vañez (ambos Magistrados del Tribunal Constitucional), junto al Dr. Jorge Asbún (Profesor universitario),
fueron los primeros autores bolivianos que en esa época, escribieron abundantemente sobre el origen, la
evolución y alcances del control de constitucionalidad que se estaba implementando en Bolivia, a raíz de
la reforma constitucional de 1994, dando a conocer este tema en Revistas Jurídicas especializadas a nivel
nacional y latinoamericano. Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. “Sistemas de Control Constitucional. El
Tribunal Constitucional en Bolivia”. Conferencia pronunciada por el autor en un seminario auspiciado
por la Universidad Mayor de San Simón y el Colegio de Abogados de Cochabamba, en octubre de 1997.
En: Constitución, Democracia y Derechos Humanos. Sucre, Bolivia: Editorial Judicial, 1999, pp. 69-81.
Rivera Santivañez, José Antonio. “El Control de Constitucionalidad en Bolivia”. En: Revista del Tribunal
Constitucional. Número 1. Sucre, Bolivia: Editorial Judicial, 1999, pp. 45-86. Ensayo que fue publicado
en el Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional (2003), disponible en: http://dialnet.unirioja.es/
descarga/articulo/1976174.pdf; Asbún, Jorge. “Control Constitucional en Bolivia. Evolución y Perspec-
tivas”. En: Revista Constitucional. Número 3. Sucre-Bolivia: Editorial Judicial, 1999. Ensayo publicado
en el Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional (1999), disponible en: http://dialnet.unirioja.
es/descarga/articulo/761377.pdf.

Estudios Constitucionales, Año 13, Nº 1 483


2015, pp. 465-488
Alan E. Vargas Lima

del Tribunal Constitucional, que precisamente desde el año 1999, compilaba las
ponencias y conferencias de todos los juristas nacionales e internacionales que
presentaban sus investigaciones sobre la materia en los seminarios organizados
por el mismo Tribunal Constitucional, y que estaban principalmente referidos a
la Justicia Constitucional y su importancia en el Estado de Derecho; todo ello,
dentro del Programa de Pedagogía Constitucional, un proyecto elaborado origi-
nalmente por el Dr. José Antonio Rivera Santivañez (cuando se desempeñaba
como Magistrado suplente del Tribunal Constitucional), y que fue aprobado
favorablemente por el Pleno del mismo Tribunal.

Labor de pedagogía constitucional


Sobre este aspecto, el entonces Presidente del Tribunal Constitucional de
Bolivia afirmaba que las labores del Tribunal Constitucional podían agruparse en
tres grandes áreas: control, interpretación y pedagogía constitucional, cuyos alcances
los explicaba con bastante claridad, en el siguiente sentido:

“Interpretar la Constitución es una función que fluye naturalmente de la jurispruden-


cia a que da lugar el control de constitucionalidad… (de ahí que) en la importante
y difícil misión que explica y legitima a un Tribunal Constitucional, su rol como
intérprete último de la Constitución es, quizá, el más importante de sus trabajos.
(Entonces) La interpretación del Tribunal Constitucional será una tarea constante,
oportuna y activa, a diferencia de la interpretación esporádica encomendada al Órgano
Legislativo por el artículo 234 de la Constitución (reformada en 1994). En cuanto
a la pedagogía constitucional, es deber del Tribunal difundir el conocimiento, la
comprensión y la valoración de las normas fundamentales, procesos necesarios para
crear una conciencia constitucional indispensable en la construcción de una sociedad
justa y progresista. (…)”. (los agregados entre paréntesis, me corresponden).

Dicho programa, que incluía conferencias, cursos y publicaciones, estaba


destinado a “formar una conciencia constitucional que conduzca al conocimiento,
comprensión y acatamiento de la Constitución Política del Estado, así como de los fines
y objetivos de la jurisdicción constitucional”, de acuerdo a la mentalidad visionaria
del entonces Presidente del Tribunal, quien era consciente de que el programa
debía seguir desarrollándose, “porque constituye una de las labores concurrentes del
Tribunal, sin la cual no será posible cumplir su misión principal” 22.

22 Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Justicia Constitucional y Estado de Derecho, pp. 11, 27 y 85.

484 Estudios Constitucionales, Año 13, Nº 1


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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

Cabe destacar que en varios de sus escritos, el Dr. Pablo Dermizaky resaltaba
la importancia de la pedagogía constitucional entre las labores cotidianas del Tri-
bunal Constitucional, explicando su estrecha relación con las funciones esenciales
de la jurisdicción constitucional, en el siguiente sentido:
“En otras palabras, no es suficiente declarar los derechos e identificar las garantías
respectivas, sino que es necesario aplicar éstas mediante un mecanismo que asegure
su oportunidad y eficacia. Ese mecanismo no es otro que la jurisdicción constitu-
cional o justicia constitucional, que es el conjunto de procedimientos destinados,
según la concepción de Bidart Campos, a la defensa, control e interpretación de la
Constitución.
La jurisdicción constitucional cumple, pues, una triple función, a la que nosotros
hemos agregado una cuarta en el Tribunal Constitucional: la de pedagogía consti-
tucional, que es concurrente e inseparable de las otras tres, pues, en la medida en
que la jurisdicción constitucional responde a las expectativas y a las necesidades
sociales, la sociedad en su conjunto aprende de ella, la aprecia y la apoya, retroa-
limentándola en un proceso de interacción que es vital para su mantenimiento y
superación”23.

Aporte a la reforma constitucional


Para culminar, considero necesario poner de relieve el aporte del Dr. Pablo
Dermizaky en el proceso de reforma constitucional en Bolivia24, labor a la
cual fue convocado en reconocimiento de su destacada trayectoria profesional,
y sobre todo por su amplio conocimiento sobre la Constitución boliviana y la
necesidad de su profunda revisión, conforme había pregonado durante gran
parte de su vida.

23 Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Obra Citada, pp. 45-46.


24 En referencia a la adecuada configuración de las normas de procedimiento que regulan la reforma de la
Constitución, el profesor Pablo Dermizaky consideraba que la clasificación que hacían algunos tratadistas
de las Constituciones, en rígidas y flexibles, carecía de fundamento y habría perdido todo valor; y es que,
según él, “una Constitución no debe ser ni tan rígida como un corsé, ni tan flexible como una túnica. En el
primer caso se inmoviliza el cuerpo social, anquilosándolo, y en el segundo se lo deja muy suelto, sin ningún
control, fuera del equilibrio a que nos referimos anteriormente. Una Constitución debe combinar en dosis
adecuadas los caracteres de permanencia (que no es lo mismo que rigidez) y de cambio, que es un fenómeno
constante en toda sociedad”. Entonces –según el criterio de este destacado constitucionalista boliviano–,
el procedimiento de la reforma constitucional no debe ser lo mismo que para las leyes ordinarias, ni uno
que haga imposible, o muy difícil, la reforma. Cfr. Dermizaky Peredo, Pablo. Constitución, Democracia y
Derechos Humanos, pp. 52-53.

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En efecto, mediante Resolución de la Presidencia del Congreso Nacional


Nº 008/2000-2001, del mes de abril del año 2001, el entonces Vicepresidente
de la República, dispuso aprobar la creación del Consejo Asesor de la Presi-
dencia del Congreso Nacional, bajo la denominación de: “Consejo Ciudadano
para la Reforma de la Constitución Política del Estado”, que estuvo conformado
por los siguientes ciudadanos: Dr. Luis Ossio Sanjinés (Presidente), Dr. Pablo
Dermizaky Peredo, Dr. Carlos Gerke Mendieta, Sr. Carlos Mesa Gisbert, Dr.
Waldo Albarracín Sanchez, Lic. Martha Urioste de Aguirre, Dra. María An-
tonieta Pizza Bilbao, Dr. Jorge Asbún Rojas, Dr. Juan Carlos Urenda Díaz.
Este Consejo Ciudadano, tenía como principales funciones: asesorar, apoyar,
promover y garantizar la participación ciudadana e institucional en la reflexión,
debate y elaboración de recomendaciones que permitieran al H. Congreso
Nacional, contar con antecedentes e información útil y oportuna para efectuar
la reforma de la Constitución Política del Estado. Los miembros del Consejo,
fueron posesionados el día 18 de mayo de 2001, reuniéndose por vez primera
de manera oficial el día 28 de mayo del mismo año. A partir de allí, iniciaron
un arduo trabajo, a título honorario, por el lapso de cinco meses, con el objeto
de recoger la demanda ciudadana en materia de reforma constitucional, para
plasmarla en un texto ordenado y técnicamente elaborado, que expresara de la
mejor manera posible, las aspiraciones de todos los bolivianos.
Al principio de las discusiones, se definieron los grandes temas de la re-
forma constitucional que el Consejo Ciudadano consideró tratar. En esa fase,
se dio una profunda discusión conceptual y se llegó a los consensos generales
imprescindibles para producir un texto común. Luego se inició el análisis
artículo por artículo de la Constitución Política del Estado en vigencia, y la
redacción de las modificaciones propuestas. Aunque el trabajo resultó moroso
y difícil por la variedad de materias afrontadas, felizmente se logró culminar
con la elaboración de un documento completo y de satisfacción de todos los
miembros del Consejo.
El Dr. Jorge Asbún Rojas –quien fue uno de los miembros integrantes de
aquel Consejo Ciudadano–, brinda un testimonio de los notables aportes del Dr.
Pablo Dermizaky para consolidar la reforma constitucional, con las siguientes
palabras:
“La presencia del Dr. Dermizaky en el Consejo, me permitió conocer más a fondo a la
persona y debo resaltar su plena y responsable entrega al trabajo, entre los aportes que
realizó merecen destacarse su sugerencias por generar una democracia más participativa
y que dio lugar a la inclusión del referéndum, plebiscito e iniciativa ciudadana (art. 4 y

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El legado de Pablo Dermizaky y su aporte al constitucionalismo boliviano

40 e) y la necesidad de instaurar la Procuradoría General, cuya misión esencial sería la


defensa de los intereses del Estado. (art. 131)” 25.

Fue así que el Consejo Ciudadano para la Reforma Constitucional cumplió


con el compromiso contraído, y el 1º de noviembre del año 2001 concluyó sus
labores con la redacción de la versión final de un Anteproyecto de Ley de Necesidad
de la Reforma Constitucional, con la esperanza de contribuir a la consolidación
de la democracia, y sobre todo al mejoramiento de las condiciones de vida de
los(las) ciudadanos(as)26.
Finalmente en el año 2007, y mientras el país se encontraba en pleno proceso
constituyente, la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales (ABEC) edi-
tó un Libro colectivo en donde reunió los estudios constitucionales de diversos
autores nacionales y extranjeros, en torno a un núcleo común, consistente en
construir un Estado Social y Democrático de Derecho. Entre estos estudios, es
posible encontrar también una última propuesta de reforma constitucional (in-
tegral), elaborada por el Dr. Pablo Dermizaky, quien justificaba el documento
con las siguientes palabras:

“Hace muchos años que el autor del presente documento propuso varias reformas
constitucionales, algunas de las cuales fueron adoptadas en las reformas de 1994
y 2004, como el referendo, la iniciativa popular legislativa, la Asamblea Cons-
tituyente, la abolición del monopolio partidario de la representación política,
la restricción de la inmunidad parlamentaria, la introducción de la jurisdicción
constitucional especializada, etc. (…) Por otra parte, el Consejo Ciudadano para la
Reforma Constitucional (2001) del que el autor fue miembro, propuso al Congreso
Nacional un conjunto de reformas que en su mayor parte no fueron consideradas,
menos aprobadas.
El autor considera que muchas entre dichas iniciativas son válidas para una próxima
reforma, y por ello las consigna en esta parte. Mención especial merece el hecho
de que en el Consejo Ciudadano para la Reforma Constitucional, el autor pro-
puso que se incluyera la Asamblea Constituyente como medio de reforma de la
Constitución, propuesta que sólo fue apoyada por los doctores Waldo Albarracín

25  Entrevista efectuada por el autor al Dr. Jorge Asbún, miembro del Consejo Ciudadano para la Reforma

Constitucional (vía email), el 16 de abril del 2015.


26 Cfr. Programa de Reformas Constitucionales. Anteproyecto de Ley de Necesidad de la Reforma
Constitucional, elaborado por el Consejo Ciudadano para la Reforma Constitucional. La Paz, Bolivia:
Editorial Offset Boliviana, 2001, pp. 7-12.

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y María Antonieta Pizza, por lo que, el propio Consejo no incluyó esa iniciativa
en sus propuestas.” 27.

Lo precedentemente expuesto, pone en evidencia la incansable lucha del


Dr. Pablo Dermizaky por la adopción de una Asamblea Constituyente como
mecanismo idóneo que sea previsto por la propia Constitución Política del Es-
tado para su reforma, ello en consonancia con su ideal constante de posibilitar
una participación ciudadana, efectiva y real, en la toma de decisiones políticas
fundamentales para el país.

Epílogo
He ahí, algunos datos significativos que he podido indagar y sistematizar sobre
la obra trascendental y el pensamiento imperecedero del profesor y jurista boliviano
Pablo Dermizaky Peredo, quien ciertamente dedicó gran parte de su vida a luchar
por la preservación del Estado Constitucional de Derecho y la protección de los
derechos fundamentales de la persona, pregonando la importancia de estudiar el
Derecho Constitucional, enseñando las virtudes y defectos de la Constitución en
Bolivia, proponiendo ideas de reforma para su perfeccionamiento y adecuación a
nuestra incesante evolución como sociedad, todo lo cual hizo con el único afán de
lograr a través de la educación, una conciencia constitucional capaz de transformar
la realidad boliviana, por medio de todos y cada uno de los(las) ciudadanos(as),
para que siguiendo sus enseñanzas, seamos conscientes de nuestros derechos, pero
también de nuestros deberes y obligaciones en servicio de la patria.
Por sus notables cualidades humanas, la lucidez de su visionario pensamiento,
su inquebrantable firmeza en la defensa de la Constitución, su innegable convic-
ción democrática de escuchar primero la voz del pueblo, y su inagotable labor
de enseñanza académica, a través de la exposición oral o la palabra escrita, sea en
la Universidad, la Academia o el Foro; Pablo Dermizaky fue, y siempre será, un
boliviano imprescindible.
Ciudad del Illimani, otoño de 2015.

27 Cfr.Dermizaky Peredo, Pablo. “Propuesta de Reforma Constitucional”. En: Propuestas para construir
un Estado Social y Democrático de Derecho. Libro colectivo editado por la Academia Boliviana de Estudios
Constitucionales. Cochabamba, Bolivia: Grupo Editorial Kipus, 2007, pp. 265-286.

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