Hamlet
Hamlet
Hamlet
Resumen
Aparece un espíritu
El espíritu del anciano Hamlet, el difunto rey de
Dinamarca, se les aparece por la noche a los guardias del
castillo de Elsinor. Los soldados tiemblan de miedo,
porque temen que el fantasma anuncie la desgracia en la
guerra contra Noruega y su príncipe Fortimbrás. Aunque
le exigen al espíritu que hable e incluso lo amenazan con
una lanza, la aparición desaparece, sin decir palabra, con
los cantos matutinos de un gallo. Los guardias deciden
hablarle ese mismo día al joven Hamlet, hijo del difunto,
sobre la aparición nocturna.
¿Es locura?
Después, se apresura a ir con Ofelia, su amada; sin decir
nada y con una mirada desesperada, la toma por la
muñeca y luego se retira. Antes de eso, Ofelia está con su
padre Polonio, el consejero estatal supremo de
Dinamarca, quien imposibilita cualquier relación, al
prohibir cualquier trato con Hamlet por el solo hecho de
ser el legítimo sucesor del difunto rey.
La ratonera
Poco después, en presencia de la pareja real, Polonio y
Ofelia, se representa la obra de teatro. Ahora, el principe
colma a su amada repentinamente con amabilidades
irónicas. Cuando el rey pregunta por el título de la obra,
Hamlet responde: “La ratonera”. Los actores, instruidos
por Hamlet, escenifican el asesinato del viejo rey a manos
de Claudio, así como su precipitado enlace matrimonial
con la reina Gertrudis. La reacción es abrumadora: el rey
se levanta y abandona precipitadamente el salón, seguido
por Ofelia, Polonio y otros dignatarios. Claudio ordena a
los dos cortesanos Rosencrantz y Guildenstern que se
lleven a Hamlet a Inglaterra tan rápidamente como sea
posible. Aunque lo abruman los remordimientos y el
arrepentimiento, no quiere renunciar al poder y la
riqueza. Cuando el rey cae de rodillas rezando, Hamlet se
acerca a él por detrás y saca su espada, dispuesto, por fin,
a vengar el asesinato de su padre. Pero la actitud devota
del rey lo hace titubear y posponer el hecho para después;
teme que, de lo contrario, el alma del rey pueda ir al cielo,
mientras que él quiere asegurarse de que arda en el
infierno.
La muerte de Polonio
Bajo la impresión por la obra de teatro, la reina Gertrudis
le pide a su hijo una reunión urgente. Polonio se oculta
detrás de una cortina para escuchar la conversación.
Hamlet contesta a los reproches de la reina con tal
impertinencia que ella interrumpe la conversación de
inmediato, e incluso se siente amenazada.
Un plan alevoso
Después de la muerte de su padre Polonio, su hija Ofelia –
que canta y lleva flores en las manos– cae víctima de la
locura, mientras que su hijo Laertes, totalmente
enfurecido, con una tropa incondicional, trama una
revolución contra el rey, a quien considera, al principio,
como el autor del delito. Sin embargo, el rey convence
fácilmente a Laertes de que Hamlet asesinó a su padre.
Juntos idean un plan para asesinar al príncipe.
La futilidad de la vida
El sepulturero cree, sin embargo, que la muchacha se
dejó caer en el río con intención de suicidarse y que, solo
porque es noble, recibe una sepultura cristiana en el
cementerio. Cantando, el sepulturero cava la tumba de
Ofelia y saca de la fosa una calavera. Esto lo observan
Hamlet y su confidente, Horacio, pero ninguno de los
dos sabe de quién es la tumba. Cada vez que sacan una
calavera, el príncipe se hace conjeturas irrespetuosas de a
quién le pudo haber pertenecido en vida: a un pícaro, a un
cortesano, a un picapleitos o a un especulador de tierras.
La gran muerte
Laertes reta a Hamlet a duelo. Durante el combate, del
cual el rey y la reina son espectadores, Gertrudis bebe sin
querer de la copa del vino envenenado. En el alboroto de
la pelea, ambos adversarios cambian por error las
espadas, así que los dos resultan heridos por el arma
envenenada y, por tanto, quedan condenados a una
muerte segura. La reina cae al suelo, sin vida; Laertes,
agonizante, le confiesa a Hamlet la artimaña, por lo que
este último también apuñala al rey. La venganza está
consumada.
Horacio quiere seguir a su amigo en la muerte y beber
también el vino envenenado, pero Hamlet se lo impide: él
debe sobrevivir para narrar a la posteridad los
acontecimientos ocurridos en la corte de Dinamarca. En
ese momento, júbilo y salvas anuncian la llegada del
noruego Fortimbrás, que regresa a su hogar después de
una victoriosa batalla contra Polonia. El moribundo
Hamlet desea que Fortimbrás sea nombrado como el
nuevo rey. Este, de todos modos, hará valer sus antiguos
derechos al trono danés y será el nuevo gobernante.
Hamlet recibe un funeral honroso.
Planteamientos de interpretación
Hamlet es considerado, esencialmente, como
una persona indecisa y descontenta que
constantemente se cuestiona a sí misma y, por tanto, es
incapaz de actuar de manera rápida y categórica. Esto lo
convierte en una de las figuras originales de la literatura
moderna. El personaje de Hamlet es a la vez totalmente
contradictorio y, en última instancia, incomprensible. En
ciertos momentos, el gran indeciso parece ser sumamente
activo. Además, se culpa a sí mismo, por ejemplo, en
relación con el suicidio de Ofelia. La ambigüedad le
confiere al personaje su indestructible fascinación.
La locura de Hamlet, de la que no queda claro
cuánta es fingida y cuánta es real, indica que un
enfrentamiento razonable y planeado con la realidad es
imposible o, al menos, es engañoso.
Hamlet es un ser melancólico, lo que no se debe
confundir con un depresivo en el sentido moderno. Al
inicio de la edad moderna, la naturaleza melancólica era
considerada como escéptica, pero también como
ingeniosa, divertida, sagaz y autocrítica. Alrededor de
1600, la melancolía era una moda entre los aristócratas e
intelectuales.
Hamlet es, sin duda, una tragedia de venganza,
como había muchas en la época de Shakespeare. En este
drama, sin embargo, no se pone en primer plano la
rectificación moral o la expiación del delito, sino el dilema
interno en el que cae el protagonista por la petición de la
venganza.
Otro tema central es la cuestión del significado
de la vida frente a la muerte inevitable, condensada en el
verso inicial del gran monólogo de Hamlet: “Ser o no
ser…”.
Un motivo importante y muy moderno es el del
teatro en el teatro: la verdad sobre el asesinato del rey no
sale a la luz mediante el razonamiento y el análisis, sino a
través de la escenificación, la mascarada y el
distanciamiento teatral. Se difumina la frontera entre
apariencia y existencia, entre realidad e ilusión.
Antecedentes históricos
El teatro isabelino
Bajo el mandato de la reina Isabel I, cuyo reinado duró de
1559 a 1603, Inglaterra vivió un impresionante auge
político y económico. El país se emancipó de la Iglesia
católica, lo que dio origen a un clima político interno de
tolerancia intelectual y religiosa. Además, reemplazó a
España como la nación naviera más poderosa y se
convirtió en una gran potencia europea. El creciente
bienestar material de la burguesía también contribuyó a la
conciencia de la propia valía.
El Londres de William Shakespeare era una ciudad
moderna, viva e intelectualmente curiosa, de
aproximadamente 200.000 habitantes: las condiciones
ideales para una cultura teatral pública y vital.
El ascenso político y militar de Inglaterra despertó el
interés en la propia historia, por lo que el teatro isabelino
se caracterizó por obras históricas y tragedias de
venganza, géneros en los que Shakespeare profundizó y a
los cuales llevó a la perfección artística.
Isabel I no fue únicamente una política sagaz, sino
también una promotora del arte y el teatro. Bajo su
reinado, los lugares de representación se convirtieron en
lugares de convivencia para amplios sectores de la
población, por lo que hubo un verdadero apogeo del
teatro, acompañado de una fructífera competencia
artística entre compañías teatrales profesionales. No
obstante, los dramas fueron considerados como literatura
de consumo con fines de escenificación, así que solo una
pequeña parte de la producción total se puso por escrito.
Alrededor de dos tercios de las obras de teatro del auge
teatral durante el reinado de Isabel I se consideran
perdidas.
Origen
La tragedia Hamlet de Shakespeare está intensamente
influida por el género del drama de venganza. Este se
remite al filósofo, estadista y poeta romano Séneca (Las
troyanas, Medea, Edipo, y demás) y fue desarrollado aún
más por los dramaturgos ingleses para el escenario
nacional de la época isabelina. Vale la pena mencionar
aquí, sobre todo, La tragedia española de Thomas Kyd
que influyó directamente en Hamlet.
La obra de Shakespeare se creó entre 1600 y 1603. Entre
las probables fuentes del tema se encuentra una saga
nórdica de la Historia Danica de Saxo Gramaticus (o
Sajón Gramático), así como Histoires Tragiques de
François Belleforest. La saga nórdica narra la rivalidad
entre dos hombres en la corte real danesa; Belleforest
escribió una versión francesa al respecto. Hamlet tuvo
numerosas reediciones en poco tiempo, de las cuales la de
1604 se considera la primera fidedigna. La obra forma
parte de un cuarteto sobresaliente de tragedias de
Shakespeare, al que pertenecen El rey
Lear, Otelo y Macbeth, todas producidas entre 1600 y
1606.
Sobre el autor
William Shakespeare puede ser designado, sin
exageración, como el poeta más ilustre e importante de la
literatura mundial. Escribió en total 38 obras de teatro y
154 sonetos. Shakespeare fue bautizado el 26 de abril de
1564 en Stratford-upon-Avon; se desconoce su fecha
exacta de nacimiento. Era hijo del vendedor de guantes y
alcalde, John Shakespeare. Su madre, Mary Arden,
provenía de una familia acomodada de la nobleza
provincial católica romana. En 1582 se casó con Anne
Hathaway, la hija del propietario de una finca, con la que
procreó tres hijos: Susanna y los mellizos Hamnet y
Judith. En 1590, Shakespeare se mudó a Londres, donde
en poco tiempo se hizo un nombre como actor y
dramaturgo. Desde 1594, fue miembro de la compañía
teatral Lord Chamberlain’s Men, posteriormente King’s
Men. A partir de 1597, fue socio del Globe Theatre, cuya
forma redonda se inspiró en el anfiteatro griego. También
fue socio del Blackfriars Theatre, a partir de 1608. En
1597, adquirió una propiedad en Stratford y
supuestamente se retiró de la vida del teatro a partir de
1613. Murió el 23 de abril de 1616.Hay muy pocos
documentos sobre la vida de Shakespeare, por lo que su
biografía solo puede exponerse de manera fragmentaria.
Repetidamente se han hecho conjeturas acerca de que su
obra, o parte de ella, procede, en realidad, de otras
plumas. Como posibles autores se han mencionado, por
ejemplo, al filósofo y estadista Francis Bacon, al
dramaturgo Christopher Marlowe o incluso a la reina
Isabel I. Sin embargo, nadie ha sido capaz de aportar una
prueba contundente para tales hipótesis. Los
investigadores actuales dan por sentado, en su mayoría,
que Shakespeare es el único y auténtico autor de su obra
literaria.