Aire Limpio2
Aire Limpio2
Aire Limpio2
Cátedra GRADO
9°____
Nombre: 3 período
La importancia de un ambiente sano libre de contaminantes sólidos, líquido y gaseosos es para preservar la fauna, la flora y
las generaciones futuras del Ser Humano. Un medio ambiente limpio es fuente de satisfacción, mejora el bienestar mental,
permite a las personas recuperarse del estrés de la vida cotidiana y llevar a cabo actividades físicas.
Maneras de mejorar el estado del aire:
Existen un sinnúmero de acciones que pueden llevarse a cabo para contribuir a un ambiente más limpio, incluso, si se cree
que algunas no son “necesarias”, porque “no se tiene ese problema”, es recomendable practicarlas y fomentarlas en un
ejercicio de solidaridad y compromiso mundial.
DESCRIPCIÓN
Consumo • Reducir el uso de productos industriales en la agricultura y en labores cotidianas (aerosoles,
consciente y pesticidas...)
responsable • Usar productos limpios, orgánicos preferir los elaborados con materiales alternativos (o
reutilizados)
Gestión de • Buscar procesos de gestión y tratamiento de aguas residuales
residuos • Practicar el reciclaje y la reutilización, así como la recuperación de materiales y objetos
• No quemar basuras
Cuidado del • Practicar la reforestación
ecosistema • Evitar las fogatas en los bosques
• No arrojar basuras
Combatir la • Emprender campañas de formación y creación de nueva conciencia, trabajo en equipo y
indiferencia ejercitando la fraternidad
Buscar formas • Usar la bicicleta o el transporte masivo
alternativas de • Caminar más
transporte
Pasos para un planeta más limpio y saludable después de la pandemia del coronavirus
1. Proteger y preservar la fuente de la salud humana: la naturaleza.
Las economías son producto de sociedades humanas saludables, que a su vez dependen del medio ambiente natural, la
fuente original de todo el aire, agua y alimentos limpios.
Las presiones humanas, desde la deforestación, hasta las prácticas agrícolas intensivas y contaminantes y el manejo inseguro
y el consumo de vida silvestre, socavan estos servicios. También aumentan el riesgo de enfermedades infecciosas
emergentes en humanos, más del 60% de las cuales se originan en animales, principalmente en la vida silvestre.
Los planes generales para la recuperación posterior a COVID-19, y específicamente los destinados a reducir el riesgo de
futuras epidemias, deben ir más allá de la detección temprana y el control de los brotes de enfermedades, también necesitan
disminuir nuestro impacto en el medio ambiente.
2. Invertir en servicios esenciales, desde agua y saneamiento hasta energía limpia en instalaciones sanitarias
En todo el mundo, miles de millones de personas carecen de acceso a los servicios más básicos que se requieren para
proteger su salud, ya sea de COVID-19 o de cualquier otro riesgo.
Las instalaciones de lavado de manos son esenciales para la prevención de la transmisión de enfermedades infecciosas, pero
un 40% de los hogares no las tienen.
Los patógenos resistentes a los antimicrobianos están muy extendidos en el agua y los desechos, y se necesita un manejo
adecuado para evitar la propagación a los humanos. En particular, es esencial que las instalaciones de atención médica estén
equipadas con servicios de agua y saneamiento, incluido el jabón y el agua que constituye la intervención más básica para
reducir la transmisión del SARS-CoV-2 y otras infecciones, el acceso a la energía necesaria para llevar a cabo la mayoría de
los procedimientos médicos y los equipos de protección para los trabajadores de la salud.
En general, los riesgos ambientales y laborales evitables causan aproximadamente una cuarta parte de todas las muertes
en el mundo. La inversión en entornos más saludables para la protección de la salud, la regulación ambiental y la garantía
de que los sistemas de salud sean resistentes al clima, es una barrera esencial contra futuros desastres y ofrece algunos de
los mejores beneficios para la sociedad.
Por ejemplo, cada dólar que se invirtió en el fortalecimiento de la Ley de Aire Limpio de los Estados Unidos ha devuelto 30
dólares en beneficio a los ciudadanos estadounidenses, a través de una mejor calidad del aire y una mejor salud.
3. Asegurar una transición energética rápida y saludable.
Actualmente, más de siete millones de personas al año mueren por exposición a la contaminación del aire, 1 de cada 8 las
muertes en el mundo. Más del 90% de las personas respiran aire exterior con niveles de contaminación que exceden los
valores de referencia de calidad de aire. Dos tercios de esta exposición a la contaminación exterior son el resultado de la
quema de los mismos combustibles fósiles que impulsan el cambio climático.
Al mismo tiempo, las fuentes de energía renovable y su almacenamiento continúan bajando de precio, aumentando la
confiabilidad y proporcionando trabajos más numerosos, más seguros y mejor pagados. Las decisiones de infraestructura
energética tomadas se mantendrán durante las próximas décadas.
Varios de los países que fueron los primeros y más afectados por COVID-19, como Italia y España, y los que tuvieron más
éxito en el control de la enfermedad, como Corea del Sur y Nueva Zelanda, han puesto el desarrollo verde junto con la salud
en el corazón de sus estrategias de recuperación de COVID-19. Una rápida transición global hacia la energía limpia no solo
cumpliría con el objetivo del acuerdo climático de París de mantener el calentamiento por debajo de los 2 ° C, sino que
también mejoraría la calidad del aire hasta el punto de que las ganancias de salud resultantes compensarían el costo de la
inversión hasta dos veces.
4. Promover sistemas alimentarios saludables y sostenibles.
Las enfermedades causadas por la falta de acceso a los alimentos o por el consumo de dietas poco saludables y altas en
calorías son ahora la principal causa de problemas de salud a nivel mundial. También aumentan la vulnerabilidad a otros
riesgos: afecciones como la obesidad y la diabetes se encuentran entre los principales factores de riesgo de enfermedad y
muerte por COVID-19.
La agricultura, particularmente la destrucción de tierras para criar ganado contribuye aproximadamente un cuarto de las
emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y el cambio en el uso de la tierra es el principal impulsor ambiental de
los nuevos brotes de enfermedades.
Existe la necesidad de una transición rápida hacia dietas saludables, nutritivas y sostenibles. “Si el mundo pudiera cumplir
con las pautas dietéticas marcadas por la Organización Mundial de la Salud, esto salvaría millones de vidas, reduciría el riesgo
de enfermedades y reduciría en gran medida las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”, asegura la
Organización.
5. Construir ciudades saludables y habitables.
Más de la mitad de la población mundial ahora vive en ciudades que son responsables de más del 60% de la actividad
económica y las emisiones de gases de efecto invernadero. Como las urbes tienen densidades de población relativamente
altas y están saturadas de tráfico, muchos viajes se pueden realizar de manera más eficiente en transporte público, a pie y
en bicicleta, que en automóviles privados. Esto también trae importantes beneficios para la salud al reducir la contaminación
del aire, las lesiones causadas por el tránsito y las más de tres millones de muertes anuales por inactividad física.
Muchas de las ciudades más grandes y dinámicas del mundo, como Milán, París y Londres, han reaccionado a la crisis de
COVID-19 al peatonalizar las calles y expandir las ciclo vías de forma masiva, lo que permite el transporte con distancia física
durante la crisis y ha mejorado actividad económica y calidad de vida.
6. Dejar de usar el dinero público para financiar la contaminación
El daño económico del COVID-19, debido a las medidas necesarias para su control, es muy real y ejercerá una gran presión
sobre las finanzas del gobierno. La reforma financiera será inevitable para recuperarse de COVID-19, y un buen lugar para
comenzar es con los subsidios a los combustibles fósiles.
A nivel mundial, se gastan aproximadamente 400.000 millones de dólares cada año del dinero de los contribuyentes para
subsidiar directamente los combustibles fósiles que están impulsando el cambio climático y causando contaminación del
aire. Además, los costos privados y sociales generados por la salud y otros impactos de dicha contaminación generalmente
no están incluidos en el precio de los combustibles y la energía. Incluyendo el daño a la salud y al medio ambiente que
causan, el valor real del subsidio supera el medio billón de dólares por año, más de lo que todos los gobiernos de todo el
mundo gastan en atención médica, y alrededor de 2000 veces el presupuesto de la Organización Mundial de la Salud.
Poner un precio a los combustibles contaminantes en línea con el daño que causan reduciría aproximadamente a la mitad
las muertes por contaminación del aire exterior, disminuiría las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un
cuarto y aumentaría aproximadamente el 4% del PIB mundial en ingresos. Deberíamos dejar de pagar la factura de la
contaminación, tanto a través de nuestros bolsillos como de nuestros pulmones.
Tomado: https://news.un.org/es/story/2020/05/1475072
Actividad:
1. Consulta el significado de las palabras que en el texto encuentras en negrilla y subrayadas.
2. Elaborar oraciones con cada una de ellas
3. Une con líneas las expresiones de las columnas y arma parejas “problema-solución) según corresponda
Problema Solución
a. Incendios forestales Usar la bicicleta
b. Combustibles fósiles Menos aerosoles
c. Residuos sólidos No fogatas en los bosques
d. Emisión de gases Reciclaje
4. Completa el enunciado
El transporte tradicional contamina por el uso de combustibles ______________, la emisión de gases_________ y
partículas ______________
5. Reflexiona un momento sobre los contextos en los que te desenvuelves. Identificas un problema ambiental,
descríbelo, propón una solución a éste.