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Reglas de Ortografía, Acentuación y Puntuación

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REGLAS DE ORTOGRAFÍA,

ACENTUACIÓN Y PUNTUACIÓN

Aquí se incluyen las reglas de ortografía, acentuación y


puntuación, así como una tabla de las letras y fonemas del español
mexicano.
La ortografía es un conjunto de reglas que establecen cuál es la forma
correcta de representar los sonidos o fonemas de una lengua por medio de
letras.

La relación entre un fonema y una letra es, en principio, arbitraria, puesto


que no hay ninguna razón lingüística que la determine. Esto se puede
comprobar si, por ejemplo, se comparan las varias representaciones del
fonema / x / del español, que se escribe con x en el nombre de México, con
j en jícama y con g en gente. Cada fonema se podría representar de manera
muy variada, como lo nota uno también cuando compara las ortografías de
lenguas diferentes.

La ortografía del español tuvo su origen en la escritura romana de la lengua


latina, del mismo modo en que la propia lengua española fue resultado de
una evolución del latín hace más de mil años. Seguramente que los
primeros hispanohablantes que se interesaron por escribir su lengua no
habrían de inventar un sistema ortográfico completamente nuevo, si su
propia lengua no era una creación espontánea, sino una modificación
gradual, y muchas veces difícil de notar, del latín.

La ortografía es producto del interés por fijar las relaciones entre fonemas
y letras de una manera uniforme, para hacer más sencilla y eficaz la
comunicación escrita entre todos los miembros de la comunidad lingüística
y precisamente porque, dada su arbitrariedad, podrían inventarse casi
tantos sistemas de escritura como hablantes o como gustos de los hablantes
hubiera.

La ortografía del español se fijó principalmente en el siglo XVIII y desde


entonces se han venido haciendo algunos cambios y ajustes. El criterio
principal de los autores de esta ortografía debe haber sido, además del de
uniformar la escritura, el de que a cada fonema debía corresponderle una
sola letra. Pero, junto a ese criterio, se tuvieron presentes el respeto y la
conservación de la ortografía etimológica latina y algunos usos ortográficos
que se habían generalizado en España en esa época. Esta mezcla de criterios
es la razón por la cual la ortografía del español no siempre se corresponde
con su fonología, lo que hace necesario establecer un conjunto de reglas que
indiquen la forma correcta de representarla.

La lengua española tiene una de las ortografías más sencillas y regulares


que se conocen, sobre todo si se la compara con la del inglés o la del francés;
sin embargo, por las causas señaladas, no deja de plantear problemas en
casos como el de la v, que históricamente nunca ha tenido una
pronunciación labiodental (a pesar de que algunas personas cultas la
empleen) sino bilabial, que solamente duplica la representación del fonema
/b/, o como el de las letras s, c y z que, para los mexicanos y los
hispanoamericanos en general, representan el fonema /s/. (Para los
hispanohablantes de la península ibérica el problema es menor, pues
la s siempre corresponde a /s/, mientras la c y la z representan, salvo en
Andalucía y algunas otras regiones, su fonema interdental /θ/.) Son estas
dificultades las que han hecho que parezca conveniente incluir una serie de
reglas de ortografía y de puntuación. El caso de la puntuación es
relativamente distinto al de la ortografía, por ser sus “reglas” hasta cierto
punto más flexibles y dar lugar en algunos casos a estilos particulares. La
puntuación correcta es, sin embargo, una garantía para la comprensión de
lo que se escribe y por ello se le debe poner una gran atención.
En este Diccionario se presenta la ortografía en dos partes: cuando la
relación entre el fonema y la letra es regular y no plantea dificultades —
como sucede en la mayor parte de los casos— se encontrará, en la entrada
correspondiente a la letra en cuestión, una breve descripción del fonema
que representa y algunos ejemplos de su escritura; cuando, por lo contrario,
se aplican reglas excepcionales o se trata de casos raros en la escritura de
los fonemas, se encontrarán las explicaciones y los ejemplos necesarios en
la lista que sigue, ordenada también alfabéticamente.
Fonemas y letras del español mexicano
Vocales
/a/ ……… a
/e/ ……… e
/i/ ……… i
(seguida de consonante o entre consonantes:canta y baila, reír y
y
llorar; o al final de una palabra: estoy, doy, mamey)
/o/ ……… o
/u/ ……… u
ü (seguida de e, i: güera, pingüino)

Consonantes
/b/ ……… b
v
/d/ ……… d
/g/ ……… g (seguida de a, o, u: gato, gordo, gusto)
gu (seguida de e, i: guerra, guitarra)
/y/ ……… y
ll
/p/ ……… p
/t/ ……… t
/k/ c (seguida de a, o, u: casa, cosa, culto)
qu (seguida de e, i: queso, quizás)
(en palabras como kilo, kilómetro, etc., y otras, tomadas de
k
lenguas extranjeras, como kiosco y kindergarden)
/ch/ ……… ch
/f/ ……… f
/s/ ……… s
c (seguida de e, i: celos, circo)
(seguida de a, o, u: zacate, zorro, azúcar; y seguida de e, i en
z
ciertas palabras cultas: zenit, zinc)
(particularmente en palabras de origen náhuatl, como Xochimilco,
x
xocoyote o xóchitl)
/x/ ……… j
g (seguida de e, i: general, girar, Borges)
(particularmente en palabras de origen náhuatl, como México,
x
Oaxaca o Tlaxiaco)
/r/ ……… r
/rr/ ……… r (inicial y tras n, s, l: rosa, Enrique, Israel, alrededor)
rr (entre vocales: carro, fierro)
/l/ ……… l
/m/ ……… m
/n/ ……… n
/ñ/ ……… ñ

Véanse las explicaciones correspondientes en cada entrada del diccionario


y en las reglas ortográficas que a continuación se presentan.

Ortografía

Se escribe:
1 En los grupos bl, br, como en doblar, amable, blindar, broma o hambre.
2 Después de sílaba que acabe en m, como en ambos, cambio o también.
b En todas las terminaciones -ba, -bas, -bamos, (-bais), -ban del copretérito de
indicativo de los verbos de la primera conjugación, como en cantaba,
3
caminabas, bailábamos o buscaban, y del copretérito de indicativo del verbo ir :
iba, ibas, íbamos e iban.
En los verbos terminados en -buir, en sus formas conjugadas y en sus deri
4 vados, como en atribuir, atribuyó y atributo o en distribuir, distribuía y
distribución.
En el prefijo bi-, bis- cuando tienen el sentido de ‘dos’, como en bicolor o
5
bisnieto.
En los prefijos ab-, ob-, sub-, como en absolver, observar o subterráneo. (Véase
6
v)

Antes de e, i en palabras que han sido fijadas con esa ortografía o que en el
1 español peninsular se pronuncian con el fonema interdental fricativo sordo,
como hacer, cena, cielo, aceite. (Véase z)
En los plurales de los sustantivos que en singular terminan en -z, como en
2
nueces, luces, peces.
En los derivados de palabras que se escriben con z, cuando el sufijo empieza
3
con e, i, así cacería, derivado de cazar.

c En la primera persona del pretérito de indicativo y en todas las del presente de


4 subjuntivo de los verbos terminados en -zar, como comencé y comience, del
verbo comenzar.
En las terminaciones -cita y -cito de los diminutivos, como en madrecita y
5
camioncito.
Antes de a, o, u, l, r cuando representa el fonema velar oclusivo sordo / k /,
como casa, precaución, cosa, recorrer, cuero, transcurrir, clara, aclamar,
6
aclimatar, cloro, incluir, cráter, páncreas, crimen, crustáceo o acróstico. (Véanse
q y k)

Antes de e, i representa el fonema velar fricativo sordo /x /, como en general,


1
género, gitano, gimnasia.
Antes de a, o, u representa el fonema velar oclusivo sonoro /g/, como en gallo,
g 2
gato, gota, gorro, gusto o guante.
Seguida de u necesariamente cuando representa el mismo fonema anteriormente
3
descrito y lo sigue e, i, como en guerra, llegué, anguila o águila. (Véanse j y x)

En los prefijos hidr-, hiper-, hipo-, higr-, helio-, hema-, hemo-, home-, hetero-,
homo-, hemi-, hepta-, hecto-, hexa- y algunos otros, como en hidrología,
h hipertensión, hipotálamo, higrómetro, heliotropo, hematoma, hemoglobina,
homeopatía, heterogéneo, homogéneo, hemisferio, heptasílabo, hectogramo,
hexámetro.

Antes de a, o, u, cuando representa el fonema velar fricativo sordo /x /, como en


j 1
jamás, jarabe, jarra, jota, joroba, juego o jugo. (Véase g)
Antes de e, i en palabras que se han fijado con esa ortografía, como jitomate,
2
mujer, jefe o jirafa.
En la conjugación de verbos terminados en -ger, -gir, cuando el morfema que
3
siga comience con a, o, como protejo del verbo proteger o surja de surgir.
4 En la terminación -aje, como en linaje, peaje, carruaje, lenguaje o abordaje.

En vocablos que proceden del griego, como kilómetro o kirie, o en palabras


k
cuyo origen extranjero trae con ellas esta letra, como káiser, kinder o kantiano.

nn cuando se unen un prefijo terminado en n y una palabra con n inicial; así


n
connotar, connubio, ennoblecer, innovar o circunnavegar.

Antes de e, i, y seguida necesariamente por u, para representar el fonema velar


q
oclusivo sordo / k /, como en queso, quien, quince, poquito o ataque.

En posición inicial de palabra, para representar el fonema alveolar vibrante


1
múltiple /rr/, como rosa, risa o raro.
Después de las consonantes b, l, n, s cuando es principio de sílaba representa
2 también el fonema anteriormente descrito, como en subrayar, alrededor, enredo
r
o israelita.
En palabras compuestas, cuando se escriben separadas por un guión una de otra
3 o cuando se antepone un prefijo seguido de guión a una palabra, como en greco-
romano o pre-romántico.

1 Entre vocales, como en errar, corroer.


rr En palabras compuestas, cuando no hay guión que las separe o que separe un
2
prefijo de cierta palabra, como en grecorromano o prerromántico.

Después de b, n, d, como en subversión, inventar, adverso, envidia, convidar o


1
advertir.
En los pretéritos de indicativo o de subjuntivo y en el futuro de subjuntivo
(poco usual) de los verbos estar, andar, tener, y de los formados con este último
2 (detener, sostener, contener, retener, obtener, mantener, entretener, atener),
v como estuve, estuviera, anduve, anduviera, tuve, tuviera, detuve, sostuve,
contuve, retuve, obtuve, mantuve, entretuve, atuve.
En los presentes de indicativo o de subjuntivo y en el imperativo del verbo ir,
3
como voy, vayas, ve.
En los prefijos vice-, viz-, vi- cuando tienen el sentido de ‘en vez de’, como en
4
vicepresidente, vizconde o virrey.

x 1 Cuando representa la combinación de fonemas / ks/, como en éxito o léxico.


Cuando representa el sonido /sh/ de palabras provenientes de lenguas
amerindias, especialmente del náhuatl, como Xola o mixiote, aunque en muchos
2
casos varíe la pronunciación hacia /s/, como en xocoyote, Xochimilco o
cacaxtle.
Cuando se desea conservar una grafía etimológica, como en los casos de
3
México, Xalapa o Xalisco.

En todas aquellas formas verbales en las que la conjugación regular haría


aparecer una i átona entre dos vocales, como leyó, leyeron, leyera, leyese,
1
leyere, leyendo del verbo leer, o huyó, huyeron, huyera, huyese, huyere,
huyendo de huir.
En final de palabra, cuando forma parte de los diptongos ai, ei, oi, aunque no se
2
y pronuncie como consonante, como fray, mamey, estoy, doy, soy, hoy.
Alternan las grafías ye y hie en las palabras yedra o hiedra, yerba o hierba. Pero
hay otros casos en que es necesario distinguirlas, como yendo (gerundio del
3 verbo ir) de hiendo (primera persona singular del presente de indicativo de
hendir) o yerro (primera persona singular del presente de indicativo de errar) de
hierro (sustantivo o primera persona singular de indicativo de herrar).

Antes de a, o, u en palabras que han sido fijadas con esa ortografía o que en el
español peninsular se pronuncian con el fonema interdental fricativo sordo,
1
como en zanahoria, garza, zócalo o azul, y excepcionalmente antes de e, i,
como en zeta, zenit, enzima o zinc.
En las terminaciones de la primera persona del presente de indicativo y todas
las del presente de subjuntivo de los verbos que acaban en -acer, -ecer, -ocer, -
2
ucir (complacer, agradecer, conocer, traducir, etc.), como complazco,
agradezco, conozco, traduzco.
En el sufijo -izar que sirve para formar nuevos verbos, como utilizar, fertilizar,
3
aromatizar o sintonizar.
z
En los sufijos -ez, -eza, -adizo, -edizo, -idizo que sirven para expresan la
4 cualidad o la capacidad de algo, como pesantez, doblez, belleza, bajeza,
nobleza, resbaladizo, caedizo o escurridizo.
En los sufijos -aza, -azo de los aumentativos, como manaza, mujeraza, golpazo,
5
gustazo.
En los sufijos -izo, -uzco, que sirven para expresar semejanza, como cobrizo,
6
macizo o negruzco.
En los sufijos -izador, -ización, -izante que sirven para formar nuevos
7 sustantivos, como fertilizador, aromatizador, fertilización, aromatización,
fertilizante o aromatizante.
En el sufijo -azgo que expresa el establecimiento de una institución o relación
8
duradera, como cacicazgo o compadrazgo.
Acentuación
El acento consiste en una mayor energía o énfasis al pronunciar alguna de
las sílabas de una palabra y tiene un valor fonológico, como los fonemas.
En español suele diferenciar unos vocablos de otros. Así, se distinguen por
el acento palabras, como depósito, deposito, depositó; cante, canté; este,
esté; dómine, domine o dominé. A este acento, que poseen todas las
palabras del español, se le llama acento prosódico para distinguirlo del
que, además de pronunciarse, se debe marcar ortográficamente, acento
ortográfico, puesto que de no hacerlo así se producirían confusiones.
La sílaba en que cae el acento se llama sílaba tónica; las demás que no se
acentúan en una palabra son átonas. Las palabras se clasifican por la
posición en que se encuentra la sílaba tónica. Así llamamos agudas a
aquellas cuya sílaba tónica es la final, como papel, pisar, tapiz, pensar,
decir o candil; graves o llanas a las que tienen la sílaba tónica en
penúltimo lugar, como palabra, verbo, nombre, parte o cosa; esdrújulas a
las que tienen la sílaba tónica en antepenúltimo lugar, como esdrújula,
clásico o crítica; y sobreesdrújulas a las que la tienen en sílaba anterior a
la antepenúltima, como últimamente o encomiéndamela.
Se escribe el acento ortográfico cuando:
1. Se trata de palabras agudas polisilábicas terminadas en n, s o vocal,
como razón, comezón, camión, zaguán, autobús, demás, anís, cortés,
adiós, veintidós, acá, está, miré, cantaré, comí, paquistaní, durmió,
murió, cebú o bambú.
2. Se trata de palabras graves o llanas que terminan en una consonante
que no es n ni s, como cárcel, ángel, mástil, tótem, álbum, almíbar,
ámbar, cáncer, prócer, superávit o tórax.
3. Se trata de cualquier palabra esdrújula o sobreesdrújula,
como rápido, término, gótico o poniéndoselo.
4. Se trata de una palabra grave terminada en s pero agrupada con otra
consonante, como bíceps o fórceps.
5. Se trata de pronombres, adjetivos y adverbios interrogativos y
exclamativos, como ¿Quién habló?, ¿Cuál de todos?, ¿Cuándo?,
¿De dónde?, ¿Cuántas veces?, ¡Cómo no me lo dijo?, ¿Qué le importa!
Acento diacrítico
Además de los casos anteriores, el acento sirve para romper la homografía
de algunas palabras que al escribirse igual y tener distinto significado o
función gramatical podrían dar lugar a confusiones, como aquel (adjetivo)
y aquél (pronombre), aun (conjunción y preposición)
y aún (adverbio), de (preposición) y dé (imperativo y presente de
subjuntivo del verbo dar), el (artículo) y él (pronombre), ese (adjetivo)
y ése (pronombre), este (adjetivo) y éste (pronombre), mas (conjunción)
y más (adverbio), mi (adjetivo y sustantivo)
y mí (pronombre), se (pronombre) y sé (imperativo del verbo ser y
presente de indicativo del verbo saber), si (conjunción y sustantivo)
y sí (adverbio y pronombre), solo (adjetivo)
y sólo (adverbio), te (pronombre) y té (sustantivo), tu (adjetivo)
y tú (pronombre).
Acentuación de diptongos y triptongos
Los diptongos y triptongos se ajustan a las mismas reglas de acentuación
ortográfica explicadas arriba; por ejemplo, salió, camión, tripié y benjuí se
acentúan de acuerdo con la regla de las palabras agudas polisilábicas
(1); huésped o réquiem, de acuerdo con la regla de las palabras graves o
llanas (2); murciélago, ciénaga o jesuítico, de acuerdo con la de las
esdrújulas (3).

El acento ortográfico se usa, en cambio, cuando no se trata de diptongos


sino de hiatos en la pronunciación —es decir, aparecen juntas vocales
juntas pero pertenecen a sílabas distintas— que, si no se marcaran, podrían
dar lugar a confusiones en la escritura como en los casos siguientes:

1. Cuando la agrupación de las vocales que forman hiatos coinciden con


alguno de los diptongos ascendentes (ua, ue, uo, ia, ie,
io) o descendentes (au, eu, ou, ai, ei, oi), como en púa, acentúe, dúo,
venía, críe, confío, baúl, Seúl, raíz, maíz, país, reír, oír. En este caso
el acento siempre se escribe sobre la vocal más cerrada (i, u).
2. Cuando ua, ue, uo se hallan en formas conjugadas de verbos cuya
terminación en infinitivo es -uar y no va precedido
por c ni g (como actuar, evaluar, exceptuar) constituyen hiatos,
como actúo, actúas, actúe; evalúo, evalúas, evalúe; exceptúo,
exceptúas, exceptúe. (Por el contrario, forman diptongo cuando esta
terminación verbal va precedida por c o g —como licuar, adecuar,
averiguar— por lo que no se acentúan, como licuo, licuas,
licue; averiguo, averiguas, averigüe; adecuo, adecuas, adecue.)
3. Cuando hay h intervocálica en los diptongos citados en (1) y se
pronuncia en dos sílabas, como prohíbo, rehíce o búho.
Acentuación de palabras compuestas
1. El primer elemento léxico de la palabra compuesta nunca se acentúa,
aunque lo requiera su forma original; en cambio, se acentúa el
segundo, siempre y cuando su forma original sea acentuada, como
en decimoséptimo o cefalotórax, o cuando este segundo elemento sea
un monosilábico terminado en n, s o vocal, como
en ciempiés, puntapié o veintitrés.
2. Se conserva el acento de aquellos adjetivos que lo tengan en su forma
original y formen un adverbio con el sufijo -mente, como
en prácticamente, teóricamente o fácilmente.
3. Se conservan los dos acentos originales de los dos adjetivos que se
unan mediante guión en una nueva palabra, como en teórico-
práctico o histórico-crítico.
4. En las palabras compuestas por verbo más pronombre no se aplica la
regla gene ral cuando la palabra resultante es grave o llana; en esos
casos el verbo conserva su acento ortográfico original, como
en cayóse, déle, salíme, pensó, acabóse.
Acentuación de palabras de origen extranjero
En general, las palabras extranjeras o los extranjerismos se asimilan a las
reglas de acentuación del español: chofer, garage, Nápoles, París, Milán,
Boston, etc. El mismo tratamiento reciben los latinismos más
usados: memorándum, currículum, ad líbitum.
Signos de puntuación
La coma
1. Sirve para separar elementos análogos de una serie de palabras,
frases y oraciones, como por ejemplo: triste, melancólico,
desesperado; Dame un poco de pan, un poco de vino, un poco de
carne; Ni tú lo crees, ni yo lo creo, ni nadie lo cree.
2. Sirve para separar elementos con carácter incidental dentro de la
oración: Buenos Aires, la capital, es una ciudad muy populosa; Yo, si
me lo proponen, lo acepto.
3. Sirve para indicar la omisión del verbo: Juana era muy agradable;
Pedro, antipático.
4. A veces se usa para separar oraciones enlazadas por la conjunción y
en los casos en que pueda haber confusión o se prefiera esa formación
más clara: A Pedro le gustaba el trabajo y el estudio, y el ocio lo
consideraba absurdo.
El punto y coma
1. Sirve para separar oraciones o frases largas que constituyen una serie
o entre cuyos sentidos hay proximidad o semejanza: Al contrario,
vivo muy cerca; éste es mi distrito.
2. Cuando la coma no es suficiente para precisar el sentido y provoca
confusión: La primera parte de la obra era interesante; la segunda,
aburrida; la tercera, francamente insípida.
El punto y seguido
Sirve para separar oraciones que contienen pensamientos relacionados
entre sí, pero no de forma inmediata. La diferencia con el punto y coma es
sutilísima: “Levantarse a las seis y media. Lavarse la cara y los brazos.
Irse a la iglesia sin distraer la mirada en cosa alguna.” (A. Yáñez).
El punto y aparte

Marca el final de un párrafo.

El punto final

Marca el final de un escrito.

Los dos puntos


1. Indican que tras ellos viene una enumeración de elementos incluidos
en la primera frase: Cuatro nombres destacan en la novela
hispanoamericana contemporánea: García Márquez, Cortázar,
Vargas Llosa y Fuentes.
2. Se usa cuando la primera oración tiene su consecuencia o su
justificación en la segunda: No se me puede condenar por lo que he
dicho: la verdad, lealmente expresada, no puede ser delito.
3. Se usa con mayor frecuencia antes de la transcripción o cita de lo
dicho por otra persona: Al entrar en la casa, me dijo: “Acabo de
llegar de Veracruz”.
Los puntos suspensivos

Siempre se escriben tres puntos.

1. Sirven para marcar interrupción en lo que se expresa: Sí, lo respeto


mucho, pero...
2. Pueden estar en lugar de etcétera: Los grandes grupos animales:
mamíferos, aves...
3. Sirven para marcar una pausa al expresar temor, duda o algo
sorprendente: No me atrevía a estrechar la mano de un... presidente;
Abrí la puerta y... ¡horror!.... un espectáculo dantesco.
Los signos de interrogación y admiración
1. Se usan en las oraciones interrogativas y admirativas. Se colocan al
principio y al final de la oración que deba llevarlas, aunque ésta se
encuentre interca lada en el centro del periodo: “¿Oyes? Allá afuera
está lloviendo. ¿No sientes el golpear de la lluvia? ” ( J. Rulfo); ¡Ah,
qué gusto me das!
2. Ciertos enunciados son interrogativos y admirativos a la vez. En estos
casos se coloca al principio el signo de interrogación y al final el de
admiración —o viceversa—, según el sentido del enunciado: ¡Qué cosa
es ésta?, ¿Qué clase de gente son ustedes, amigos!
3. El valor de estos signos corresponde al del punto; pero ello no excluye
la posibilidad de que se empleen los otros signos. Es frecuente, por
ejemplo, que vayan seguidos de una coma: ¿Quién es?, ¿cómo ha
venido?
El guión menor o corto
1. Se utiliza para marcar la separación de las palabras al final del
renglón e indica que la palabra continúa en el siguiente:
Se desconoce el origen preciso de esta espe-
cie de fenómenos.
2. Se usa en determinadas palabras compuestas para indicar
relación: teórico-práctico.
3. Se usa para marcar los prefijos o inicios de palabras, como hiper-, i-,
sub-, o coloq-, presid-; y para señalar los sufijos o terminaciones de
palabras: -izar, -ismo, -ero, o -uar, -s, -jer.
El guión mayor o largo
1. Separa elementos intercalados en una oración. Es un grado mayor de
separación que el indicado por las comas en la oración
incidental: “Nueva aurora, nueva ciudad. Ciudad sin cabos —
recuerdo o presentimiento—, a la deriva sobre un río de asfalto,
cercana a la catarata de su propia imagen descompuesta.” (C.
Fuentes).
2. Es el signo empleado para marcar el diálogo: —Bueno, ¿vendrás esta
tarde?
—No lo sé.
El paréntesis
Separa igualmente los elementos incidentales que aparecen dentro de una
oración: “Y te diré más: si hay politiqueros (y me avengo a que los hay),
donde ahora los veo menos es en mi bando.” (m. L. Guzmán). Se usan las
comas, los guiones o los paréntesis según el mayor o menor grado de
relación que tenga la incidental con lo que se escribe.
Las comillas
1. Destacan una cita o una frase reproducida textualmente: Y yo le dije:
“¡Caramba! ¡Estás desconocido!”.
2. Dan cierto énfasis o un sentido irónico a una palabra: La
“amabilidad” con que recibió a sus competidores los hizo desconfiar.
3. Se usan al escribir una palabra nueva (neologismo) o algún vocablo
poco conocido (una palabra específica de una especialidad profesional
o de una época en particular): Las cabinas “presurizadas” del avión.
Los corchetes
1. Se usan para completar lo que hipotéticamente falta en una
inscripción, un códice o una cita:

Deja que el hombre de jui[cio]


En las obras que compo[ne]
Se vaya con pies de plo[mo]
Que el que saca a luz pape[les]
Para entretener donce[llas]
Escribe a tontas y a lo[cas]
(Miguel de Cervantes)
2. Se usan también para encerrar una frase que ya tiene un paréntesis o
para evitar la repetición seguida de dos paréntesis: La antigua ciudad
de Vallado lid (hoy Morelia) [Mostrar mapas y fotos] fue un centro
cultural importante en la época colonial.
La diéresis
1. Sirve para darle valor fonético a la u en las sílabas gue, gui: cigüeña,
lengüita.
2. También se usa, en poesía, para los efectos de deshacer un diptongo y
de dar a la palabra una sílaba más:
La más bella niña
de nuestro lugar
hoy vïuda y sola
y ayer por casar…
(Luis de Góngora)

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