Tema3 R M P
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NUCLEO ANZOATEGUI
RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
La interacción que se establece entre el médico y el paciente es llevada a cabo para devolverle al
paciente la salud, aliviar su padecimiento y prevenir la enfermedad. Para que el médico pueda aplicar sus
conocimientos teóricos y técnicos al diagnostico y tratamiento, necesita establecer este dialogo con el
enfermo del que depende en gran parte el éxito terapéutico. El médico necesita ser o convertirse en un
modelo de persona física y emocionalmente sana, debe conocer sus limitaciones y funcionar con eficiencia. El
paciente tiene que confiar en la persona que trata de ayudarlo y si la relación tiene un valor terapéutico
duradero, se debe mantener o aprender formas eficaces para enfrentar a situaciones de futuras crisis. En la
relación médico-paciente le va corresponder al médico orientar el encuentro para convertirlo en lo menos
angustiante posible, como el médico posee conocimientos y experiencias que el paciente no tiene, lo coloca
en la situación de dirigir el encuentro, posición que debe asumir al atender, alentar y respetar al paciente.
El paciente Es un ser humano que busca ayuda para mejorar su salud o para prevenir enfermedades,
siempre va tener una buena impresión del médico si recibe un trato con respeto y sinceridad.
El médico Es una persona con amplia capacidad de entrega hacia los demás, con capacidad de
liderazgo e inteligente emocionalmente. El médico a parte de estar muy entregado en su especialidad,
debe completarse con una gran capacidad de comunicación. Es importante que al entablar una
conversación con su paciente no use términos que el paciente no comprenda. La mayoría de las veces
el médico no cura una enfermedad pero si puede aliviarla.
Antes de llegar a una consulta médica, han ocurrido una serie de hechos en la persona quien presenta
el problema de salud, integrando lo que se conoce como trayectoria del paciente, constituidas por el
conjunto de vivencias que experimenta la persona, para decidir que sus molestias integran un
problema de salud y que requiere el apoyo de otra persona para solucionarlo.
Para entender la situación debemos definir y entender lo que es un problema de salud. Son las
alteraciones que la persona percibe en su cuerpo, tanto de manera subjetiva o también denominada
dolencia que es el modo de cómo cada persona se ve afectada por la enfermedad y de manera
objetiva o enfermedad explicada a través de la fisiopatología del modelo biomédico. La enfermedad es
el modelo mental que se construyen los médicos para abordar los problemas biológicos y
psicosociales. La dolencia es la construcción mental de los pacientes acerca de su enfermedad. Una vez
que el paciente integra esas molestias separadas o juntas como un problema de salud, pone a trabajar
su mente para interpretarlas y para ello entra en juego elementos que agruparemos en a) su cuerpo,
b) su biografía, c) su interacción con el ambiente, así como los capitales de los que dispone para
buscar solución a su problema: a) económico, b) cultural, c) social, y d) simbólico.
El cuerpo, cada persona esta familiarizada en diferentes grados con su cuerpo, conoce sus alcances y
limitaciones, identifica sus fortalezas y debilidades, por lo tanto lo puede interpretar de manera
subjetiva como nadie más puede hacerlo, cada quien califica la magnitud de sus molestias o sabe si
alguna de sus funciones se desvía de lo normal, de manera independiente a lo que se ha establecido
como tal para la generalidad. La cultura también influye sobre la manera de percibir la causa de la
molestia.
La biografía, la manera como cada persona ha “andado por el mundo”, tomando en cuenta no solo
aquellos aspectos que se suelen consignar en las historias clínicas , sino todo aquello que permita
conocer el estilo de vida y los factores que influyen para que surjan problemas de salud y la persona
los perciba e interprete, también se incluyen los aspectos que favorecen la salud, así como la atención
y tratamiento de sus problemas, de esta manera adquieren significación clínica vivencias tan
aparentemente simples como el lugar que ocupa en la familia, experiencia de la muerte de personas
cercanas, dificultad para deglutir capsulas, el miedo al dolor entre otras. La exploración de la biografía
requiere de tiempo y generalmente se hace en varias consultas, siendo frecuente encontrar en ella la
explicación de una serie de valores, actitudes y comportamiento del paciente ante su problema de
salud, quien le atiende, su familia y el mundo general.
El ambiente y los capitales que proporciona está formado también por hechos y circunstancias
complejos, que van desde la sencilla exposición a agentes nocivos, hasta los elementos ideológicos
aprendidos a lo largo de toda la vida. Lo que cada persona ha recibido de su interacción con el
ambiente se aprecia al plantear la existencia de “capitales”, semejantes a los monetarios que se
acumulan en forma dinámica a lo largo de las andanzas por el mundo y se utilizan cuando se requieren.
Un primer capital es el económico integrado por los bienes reales o potenciales de los que se dispone
y pueden ser utilizados, en este caso, para atender el problema de salud. De esta manera se engloba
no solamente el dinero, sino también la pertenencia a sistemas de seguridad social, los seguros de
gastos médicos, la propia fuerza de trabajo y todo aquello propio o perteneciente a personas cercanas
que puedan venderse o comprometerse para lograr el bienestar. Cuando se comprometen los bienes
de la familia y sin embargo no retorna la salud o queda una invalidez, deja una huella profunda, de la
que es difícil recuperarse. Con frecuencia la familia se siente culpable de no haber contado con
mayores recursos económicos para atender a un ser querido, a pesar de que su problema de salud de
cualquier manera lo hubiera llevado a la muerte. Por suerte no todas las situaciones son tan
dramáticas pero quien atiende los problemas de salud de sus pacientes deben conocer su capital
económico. Existen tratamientos altamente efectivos pero su costo lo deja fuera del alcance de
algunos. Se debe solicitar solo los exámenes y procedimientos necesarios, ya muchas veces puede
estar más allá de las posibilidades del paciente.
El segundo capital del paciente es el cultural, donde se engloban sus actitudes, creencias,
conocimientos y conductas en este caso en relación con la salud y sus problemas. A lo largo de la vida
se adquiere lo que antropológicamente se conoce como la cosmovisión, es decir, una forma de
entender el mundo donde se engloba más que la religión y la filosofía, por un ejemplo podemos
entender mejor el concepto “ en la cosmovisión judeo-cristiano se concibe el plano terrenal, así como
un infierno( llegan las almas que dadas sus malas acciones durante su vida, no tienen acceso al cielo
abajo y un cielo( donde van las almas libres de pecado) arriba, además existe un sitio denominado
purgatorio( es donde las almas de quienes no han muerto en este estado de gracia, esperan por llegar
al cielo)”. Esta percepción varía según las diferentes religiones existentes. Para el médico es
fundamental entender el capital cultural de sus pacientes. Algunos tienen acceso a información
actualizada y terminan sabiendo más que el propio médico sobre su enfermedad y el tratamiento de
esta; también existen pacientes cuyo capital cultural, por más valioso que sea incluye una serie de
hechos importantes para sub atención y tratamiento, como el uso y no uso del reloj en ciertas culturas
y la indicación de tomar un medicamento cada cierto número de horas si no se usa reloj no podrá ser
seguida, sin embargo si se explica con la posición del sol en el cielo será bien aceptado a pesar de su
imprecisión.
El tercer capital es el social, integrado por las redes familiares, amistades, compañeros y demás
personas, con quienes cada persona se relaciona. Estas redes son fundamentales para apoyar
“nuestras andanzas” por la vida. Una persona con problemas de salud, casi de manera invariable
requiere apoyo tanto para confortarle ante sus dudas y angustias como para auxiliarle es sus
actividades cotidianas. Estas redes no aportan solo recursos materiales, sino también y seguramente
con resultados más trascendentes con los apoyos emocionales; la red social más inmediata suele ser la
familia, complementada por los amigos, compañeros de trabajo e integrantes de los grupos en que
participa la persona. Existen redes muy grandes pero también personas que viven en soledad.
El último capital es el simbólico, apreciable de dos maneras complementarias, la primera es la manera
simbólica de cómo los demás perciben a cada persona, y la segunda el valor simbólico que la persona
otorga a la totalidad de su mundo. De este manera se implica al mundo de los valores y las vivencias
subjetivas. Por ejemplo durante una consulta el equipo de salud modifica sus actitudes de acuerdo con
el valor simbólico otorgado al paciente enviado con recomendación, con el que se procura
conscientemente evitar cualquier error y dar un trato esmerado, en contraste con el dado a un
paciente pobre y desaliñado, sin profundizar en las cualidades personales que los dos pudieran tener.
EL PADECER, entendemos por padecer la forma absolutamente personal e individual que cada
paciente tiene para vivir e interpretar su problema de salud. Ante un mismo problema de salud cada
persona responderá de manera diferente, dadas las ya mencionadas características, de su biografía e
interacción con el ambiente incluyendo sus cuatros capitales. Un mismo problema de salud puede ser
padecido de manera distinta por cada persona, en función de sus características personales y su
experiencia durante episodios semejantes, todo ello matizado por su cultura personal. Es necesario
conocer las adversidades percibidas de la existencia, incluyendo relaciones hostiles y contradicciones
no resueltas en las que la persona está profundamente involucrada y que atormenta su ser y causa
resentimiento a lo largo del tiempo, produciendo una multitud de síntomas o padecimientos que no
atentan contra la vida. Las lesiones de la vida implican la expresión en el cuerpo de la adversidad, de
las contradicciones de la vida y recrean en el mundo interno del cuerpo, las paradojas y desorden del
mundo externo. Las lesiones de la vida penetran en el cuerpo de manera semejante a los agentes
patógenos o a las lesiones anatómicas, pero no son mortales, como tienden a serlo el infarto al
corazón o el cáncer. Las lesiones de la vida reflejan su historia o biografía, inscrita en el cuerpo y
manifestada por angustia, dolor generalizado en todo el cuerpo, y por síntomas cuya etiología no se
puede dilucidar pero no amenazan la sobrevivencia, estos síntomas no se pueden traducir a un
diagnóstico médico y no se pueden percibir en los equipos e instrumentos diagnósticos de la medicina.
Las inscripciones talladas en el cuerpo por las lesiones de la vida hacen que las personas, estén
dolorosamente conscientes de su cuerpo y de estar enfermas. Es el conocimiento de la persona,
integrando las características de su cuerpo, biografía, relaciones con el ambiente y los capitales
resultantes, son el fundamento para diagnosticar el padecer.
El problema de salud, el padecer y, de existir, la enfermedad, están íntimamente relacionadas, pero es
existen problemas de salud y padeceres para los cuales no todos los sistemas médicos identifican
enfermedad. La mayor parte de los médicos se conforman con señalar que no hay nada y que las
molestias son producto de la mente del paciente y lo atribuyen al agobio o la angustia y se limitan a
prescribir reposo y algún tranquilizante. Bajo la perspectiva antropológica es fundamental que se
aprenda a reconocer no solamente a las enfermedades, sino también a los problemas de salud y los
padeceres, ya que estos también deben ser objeto de análisis, atención y tratamiento. Son la
manifestación concreta del conjunto de problemas y vivencias y, por lo tanto, debe aprenderse a
interpretarlos y ofrecer apoyo para resolverlos o sobrellevarlos.
Las personas identifican y valoran sus problemas de salud y el padecer en función de su personalidad,
actitudes, valores, creencias, conocimientos y capitales disponibles, con ello toman la decisión de
ignorarlos, esperar que se definan de mejor manera o buscar atención, esto es el inicio de lo que se
conoce como trayectoria del paciente y que engloba los contactos, consultas y búsqueda de apoyo y
demás actividades conducentes hacia la solución del problema de salud. En ocasiones el paciente
solamente conoce o tiene acceso a un solo sistema médico, en otras oportunidades, puede escoger
entre una gran variedad de personas, instituciones e incluso de sistemas médicos. Cada modalidad
ofrece a los pacientes alternativas concretas que son valoradas en el proceso de decisión respecto a la
trayectoria a seguir.
Por último este enfoque de la consulta médica refuerza la concepción que para ella se requiere el
doble enfoque de la ciencia y del llamado arte de la medicina. Este arte es simplemente un enfoque
humanista para comprender la compleja naturaleza de nuestros pacientes en forma integral, tomando
en cuenta no solo los aspectos emocionales y sentimentales, sino también la cultura.
Cuando se aborda la relación médico-paciente en una dimensión biopsicosocial pero también se incluye a la
familia, este modelo se usa en Medicina Familiar; nos centramos en la enfermedad y en el que la padece, es
decir contextualizamos el proceso. Permitiendo que el paciente cuente sus problemas, sin interrumpirlos,
validando sus emociones, dudas y necesidades.
Estimular al paciente a que exprese sus molestias o problemas, sus deseos, necesidades, sus
sentimientos y una explicación propia de su enfermedad, haciendo que la adhesión y la satisfacción
sean mayores, ya que están relacionadas a la capacidad del paciente para poder hablar de la
enfermedad desde su percepción.
Dar información correcta y precisa al paciente, la satisfacción de ambos se logra con la explicación que
se logre de la enfermedad, el tratamiento y las medidas tanto educativas como preventivas.
Barreras en la comunicación
Conductas Específicas
2. El control de la entrevista: manera por la cual, el estilo del médico influye en el ritmo y el foco de la
entrevista. Esta variable y la anterior son muy importantes en el proceso relacional. Se describen tres
estilos: el directivo, el democrático y el no directivo. El foco de la entrevista se refiérela tema o
problema tratado en la consulta y al que hay que dedicarle la máxima concentración.
Directivo: el médico toma el rol dominante en decidir que‚ hacer, cuándo y cómo.
Democrático: el médico colabora con los pacientes en decidir que‚ debe ser hecho.
Variables que influencian la elección del estilo: Forma de pago del médico, variabilidad en las necesidades de
los pacientes, estilo de personalidad, tiempo disponible, entre otras.
1) Conductas Especificas
Adaptar el estilo a la situación
2) Conductas del médico en el establecimiento del ritmo de la sesión:
Estar atento al tiempo
Acelerar o desacelerar la discusión
Tratar todos los temas programados
Pedir a los pacientes que colaboren en el establecimiento del ritmo de la sesión
3) Conductas del médico en el establecimiento del foco de la sesión:
Determinar una agenda (determinar el tiempo y/o prioridades)
Evitar las interrupciones externas
Evitar digresiones, mantenerse en el tópico
Pedir a los pacientes que ayuden en el establecimiento del foco
Habilidades Básicas:
Instrumentos:
-Conductas Específicas:
1) Establecer un tiempo para que el paciente cuente sus necesidades, deseos y hable de su contexto
familiar y social inmediato:
Dar tiempo para la respuesta.
Establecer un tiempo para que al paciente cuente sus necesidades y deseos.
2) Interrogando:
Comenzar la sesión con preguntas abiertas.
Usar preguntas cerradas para refinar las hipótesis.
5) Reaccionando a la información:
Conformar o descartar las hipótesis ante la aparición de nuevos datos verbales, no verbales y/o
emocionales (razonamiento hipotético-deductivo).
El paciente y el médico, teniendo en cuenta sus diferencias, se ponen de acuerdo en como llamar a lo
que pasa y establecer un contrato.
-Habilidades Básicas:
Debe ser una relación de colaboración entre el médico, el paciente y su familia, con el fin de alcanzar y
mantener el contrato terapéutico negociado en la definición del problema.
Para que los cambios de conducta sean duraderos, se deben producir cambios en 5 dominios:
-Características:
-Conductas Específicas:
Perales Alberto: ETICA Y PSIQUIATRÍA: LA IMPORTANCIA DE LA RELACION MEDICO - PACIENTE EN CLINICA E INVESTIGACIÓN .
Editorial Lange. México 2000.
Tena Tamayo Carlos y Hernández Orozco Francisco: LA COMUNICACIÓN HUMANA EN LA RELACIÓN MEDICO PACIENTE. Editorial
Prado. 2da Edición. México 2007.
Tierney Jr., Lawrence: HISTORIA CLINICA DEL PACIENTE METODO BASADO EN EVIDENCIAS: Editorial Mc Graw Hill. México 2007.