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Displasia de Cadera

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"Displasia de cadera" es el término médico que se utiliza para indicar

que la cavidad de la cadera no alcanza a recubrir por completo la


porción esférica del extremo superior del fémur. Esto causa que la
articulación de la cadera se disloque total o parcialmente. La mayoría
de las personas con displasia de cadera nacen con esta afección.
Es posible que, en los casos de displasia de cadera leve, los síntomas no se
manifiesten hasta que la persona sea adolescente o adulto joven. La displasia de
cadera puede dañar el cartílago que recubre la articulación y dañar, además, el
cartílago blando (labrum) que bordea la cavidad de la articulación de la cadera.
Esto se denomina "desgarro del labrum de la cadera".

En los niños mayores y los adultos jóvenes, es posible que sea necesario realizar
una cirugía para mover los huesos a las posiciones adecuadas para que el
movimiento de las articulaciones sea suave.

Síntomas

Los signos y síntomas varían según el grupo etario. En los bebés, se podría
observar que una pierna es más larga que la otra. Cuando un niño empieza a
caminar, puede desarrollar cojera. Durante el cambio de pañales, una cadera
puede ser menos flexible que la otra.

En adolescentes y adultos jóvenes, la displasia de cadera puede ocasionar


complicaciones dolorosas, como osteoartritis o desgarro del labrum de la cadera.
Esto puede causar dolor en la ingle asociado a la actividad. En algunos casos,
puedes experimentar una sensación de inestabilidad en la cadera.

Causas

En el momento del parto, la articulación de la cadera está formada por un cartílago


blando que progresivamente se endurece hasta formar el hueso. La parte cóncava
y la convexa de la articulación necesitan encajar bien, ya que actúan como moldes
una para la otra. Si la parte convexa no se asienta firmemente en la cóncava, esta
no se formará completamente alrededor de la parte convexa y no se volverá lo
suficientemente profunda.

Durante el último mes antes del parto, el espacio dentro del útero puede tornarse
tan reducido que la parte convexa de la articulación de la cadera se sale de la
posición correcta, lo que hace que la parte cóncava no sea tan profunda. Los
factores que pueden reducir la cantidad de espacio en el útero incluyen los
siguientes:

 Primer embarazo

 Bebé grande

 Presentación de nalgas.

Causas
La cadera está conformada por una bola y un receptáculo articulatorio. La bola se denomina
cabeza femoral. Forma la parte superior del hueso del muslo (fémur). El receptáculo
(acetábulo) se forma en el hueso de la pelvis.

En algunos recién nacidos, el receptáculo está demasiado superficial y la bola (fémur) puede
salirse ya sea parcial o completamente. Una o ambas caderas pueden estar comprometidas.

La causa se desconoce. Los bajos niveles de líquido amniótico en el útero durante el


embarazo pueden incrementar el riesgo de que el bebé padezca DDC. Otros factores de
riesgo incluyen:

 Ser primogénito

 Ser de sexo femenino

 Posición de nalgas durante el embarazo, en la cual los glúteos del bebé están abajo

 Antecedentes familiares de este trastorno

 Gran peso al nacer

 Factores de riesgo
 La displasia de cadera tiende a transmitirse de forma hereditaria y es más
común en las mujeres. El riesgo de presentar displasia de cadera también
es mayor en los bebés que nacen en posición podálica y en los bebés que
están envueltos con las caderas y las rodillas rectas.
 Complicaciones
 Más adelante en la vida, la displasia de cadera puede dañar el cartílago
blando (labrum) que bordea la cavidad de la articulación de la cadera. Esto
se denomina "desgarro del labrum de la cadera". La displasia de cadera
también puede hacer que la articulación sea más propensa a desarrollar
osteoartritis. Esto se produce porque hay más contacto que ejerce presión
sobre una superficie menor de la cavidad. Con el tiempo, esto desgasta el
cartílago blando de los huesos que los ayuda a deslizarse unos con otros
cuando la articulación se mueve.
 ¿Qué produce la displasia de cadera?


 La displasia de cadera se detecta, en general, en la niñez y
se produce por un retardo en el desarrollo de los elementos que forman la
articulación: cabeza femoral y acetábulo que lo cubre.

Qué es la displasia de cadera?


El término displasia de desarrollo de la cadera (DDH) engloba alteraciones en la forma de cabeza
del fémur, del acetábulo (donde encaja en la pelvis) o de ambos que pueden provocar problemas
de desarrollo y estabilidad de la articulación, ya desde el periodo intraútero hasta el período
neonatal que van desde la subluxación hasta la luxación de la cadera.
El término «cadera luxada» significa pérdida de relación entre la cabeza femoral y el acetábulo y
puede tratarse de una luxación reducible por manipulación o de una luxación irreducible. El término
«cadera luxable» significa una correcta relación entre la cabeza femoral y el acetábulo que puede
perderse por manipulación externa.
Anteriormente se utilizaba el término “luxación congénita de cadera” pero se ha sustituido por el de
displasia ya que no todas las caderas se encuentran luxadas al nacimiento ni todas evolucionan
hasta la luxación.
 
¿Cómo se produce la displasia? 
Se han identificado numerosos factores de riesgo que influyen en el desarrollo de una displasia de
cadera, si bien destacan (3):
-presentación nalgas puras debido a la influencia en la postura de las caderas
-sexo femenino debido a la mayor elasticidad producida por la sensibilidad a las hormonas
maternas
-cadera izquierda debido a la postura en aducción al estar apoyada contra sacro
-primer hijo debido a la posición en un útero más tenso 
-historia familiar con patrones hereditarios de penetrancia incompleta
¿Las mochilas portabebés pueden producir displasia de cadera?
Algunas culturas colocan los recién nacidos en unos sistemas de porteo en postura forzada con las
piernas estiradas y juntas durante muchas horas al día. Se ha comprobado que en estas
situaciones aumenta el riesgo de desarrollar una displasia de cadera propia de estos sistemas, por
lo que no se recomienda mantener las piernas de los niños en esa postura.
No se ha visto ninguna relación entre la displasia de cadera y los actuales sistemas de mochilas
portabebé, ya que mantienen las piernas separadas y suelen permitir una movilidad libre de las
caderas.
 
¿Cómo se descubre la enfermedad?
La exploración física de todos los recién nacidos permite la detección precoz de la mayoría de
pacientes. Con unas maniobras de exploración que llamamos Ortolani y Barlow evaluamos si la
cadera está luxada o es luxable.
Primero realizamos la maniobra de Ortolani (figura), que consiste en intentar colocar en su sitio una
cadera que está luxada. Si notamos el resalte de que la hemos reducido, concluimos que el niño
tenía la cadera luxada.
Después realizamos la maniobra de Barlow (figura), que consiste en intentar luxar una cadera que
está en su sitio. Si notamos el resalte de que la hemos luxado, concluimos que el niño tiene la
cadera luxable.
No todas las caderas luxadas pueden reducirse con estas maniobras. Por ello, valoramos también
la abducción de cadera, es decir, cuanto abre o separa las piernas.  Si existe una asimetría
importante, podemos pensar que la cadera que se abre menos pueda tener una luxación.
Existen otras maniobras exploratorias más complejas que el ortopeda pediátrico puede practicar en
caso de duda.
La asimetría en los pliegues del muslo no se considera que tenga relación con la displasia de
cadera.
 
 
 
Maniobra de ortolani: al realizarla introducimos la cadera luxada en el cótilo.
Adaptado de referencia 2. 
 

Maniobra de Barlow: al realizarla luxamos la cadera que estaba previamente en el cótilo.


Adaptado de referencia 2.
 
Siempre que la exploración es patológica  o siempre que existan tres o más factores de riesgo en
un recién nacido, exploramos la cadera mediante una ecografía. La última revisión (2015) de la
Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos recomienda también realizar una ecografía en
todos los niños menores de 6 meses que presenten uno o más de los siguientes factores de riesgo:
presentación de nalgas, antecedente familiar de displasia de cadera o inestabilidad clínica en la
exploración.
La radiografía convencional constituye el método usual de diagnóstico y control en los niños
mayores de 6 meses, ya que a partir de esa edad la osificación progresiva de la cabeza del fémur
dificulta mucho la interpretación de las imágenes de ecografía.
 
Esquema de un estudio radiológico de las caderas. En el lado marcado como normal la cabeza del
fémur está enfocada hacia el cótilo o acetábulo de la pelvis. En el lado marcado como CDH, la
cabeza del fémur está por encima y por fuera de su correcta localización. Sobre la radiografía se
realizan una serie de mediciones que nos orientan sobre el grado de afectación .
Adaptado de referencia 1.
 
La exploración física en el niño grande afecto de luxación congénita de cadera se caracteriza por la
cojera y las deformidades (asimetría de pliegues, extremidad más corta,...), pero cuando la
afectación es bilateral la exploración física puede ser engañosa.
 
¿Qué hacer cuando nace un niño? 
El diagnóstico precoz de la luxación congénita de cadera constituye el punto fundamental para
obtener una evolución satisfactoria, es decir, para obtener el desarrollo de una cadera de
características normales. Cualquier retardo en el diagnóstico puede comprometer el futuro de la
articulación y provocar la evolución hacia una artrosis precoz.
A todos los recién nacidos se les debe explorar las caderas durante el primer examen postnatal,
antes del alta clínica y en los controles pediátricos habituales.
 
¿Qué tratamiento es el más apropiado? 
El objetivo del tratamiento de la luxación congénita de cadera es obtener una cadera reducida sin
deformidades residuales así como evitar las complicaciones y las secuelas.
Algunos niños presentan sólo una inestabilidad de la cadera durante las primeras semanas de vida
y en muchos de ellos la inestabilidad desaparece de forma espontánea. La conducta a seguir ante
estos pacientes varía de un médico a otro: mientras unos consideran sólo la observación y los
controles ecográficos, otros prefieren el tratamiento con férulas de abducción (Paulik o Tubingen)
de todos los niños con inestabilidad de cadera.
Todos los niños que presentan una inestabilidad de cadera más allá de las seis primeras semanas
de vida o una luxación completa, han de ser tratados. En una primera fase, para reducir la cadera,
el tratamiento consiste en la colocación de una férula de abducción (Paulik o Tubingen), que
mantiene las piernas abiertas y, por lo tanto, las caderas estarán reducidas. Si la ecografía o
radiografía de control muestra una correcta reducción, éste será el tratamiento definitivo. La
duración del tratamiento suele ser de unos tres meses.

Sexo. Es de cuatro a seis veces más frecuente en niñas que en niños.


TIPOS DE LUXACIÓN Cabe distinguir los siguientes tipos de luxaciones: 1. Teratológica.
Ésta tiene su origen en una etapa temprana del desarrollo; los signos clínicos y radiológicos
al nacer, son la manifestación de los cambios adaptativos de la pelvis y cabeza del fémur, se
encuentra en 2% de los casos y se asocia a enfermedades como artrogriposis múltiple
congénita y mielodisplasia. 2. Típica. Es más frecuente, aparece y se desarrolla en el
periodo perinatal, hay pocos cambios adaptativos, siendo las manifestaciones clínicas al
nacimiento sutiles y los estudios radiográficos frecuentemente son normales. Se divide así:
• Cadera luxada: En ésta, la cabeza del fémur se encuentra completamente desplazada del
acetábulo. • Cadera luxable: La cabeza se encuentra en el acetábulo pero puede ser
desplazada completamente con una maniobra, para después volver a reducirse. Es la más
frecuente. • Cadera subluxable: La cabeza femoral se encuentra dentro del acetábulo pero
se puede provocar su desplazamiento sin sacarlo de esta cavidad completamente.7 ETIO
• Hormonales: La laxitud articular se relaciona con los estrógenos, progesterona y relaxina;
estas hormonas están presentes en la madre durante el parto e inducen la relajación de la
pelvis, condicionando una laxitud transitoria de la articulación y la cápsula. Estos cambios
son particularmente más notorios en las niñas: lo que explica la mayor incidencia en ellas.8
• Mecánicos: Estos factores actúan por restricción del espacio intrauterino, en el último
trimestre de la gestación. En seis de cada diez son primogénitos, lo que sugiere que los
músculos abdominales y del útero de la madre dificultan los movimientos del feto, a lo que
pueden contribuir situaciones como sobrepeso, macrosomía, gemelaridad y
oligohidramnios; entre 30-50% de estos niños hay el antecedente de “presentación
podálica” a lo que cabe agregar que el miembro más afectado es el izquierdo (60%):
probablemente porque el feto tiende a colocarse con el muslo izquierdo en aducción
apoyado en el sacro materno; en 40% el miembro afectado es el derecho o es bilateral. La
frecuencia de cesáreas en las madres de los niños con este problema hace pensar en
distocias del canal de parto, que pueden alterar los diámetros pélvicos para contribuir a
posiciones fetales anormales.8 • Ambientales: Situaciones tales como la forma en que se
arropa en exceso a los niños o bien cuando esto se hace de tal manera que los niños
permanecen en extensión, aumenta la incidencia de este padecimiento 1
• Signo de Galeazzi: Presente hasta los 11 meses de edad, es un acortamiento aparente de
una extremidad con desigualdad del nivel de rodillas cuando se unen los pies del niño
colocado en decúbito supino sobre la mesa de exploración, con las caderas y rodillas
flexionadas. Indica desplazamiento proximal de la cabeza femoral, pero no está presente en
una afectación bilateral2 (Figura 1). • Pliegues: Colocando a los niños en decúbito supino,
la asimetría de los pliegues glúteos y de los muslos o en las niñas, la desviación de la vulva
aparece en un 12% de los casos y se mantiene hasta el tercer mes. Estos signos son de
menor valor diagnóstico, ya que en menos de la mitad de los casos se puede encontrar que
la cadera es luxable.2 • Signo de pistón: Este signo es el que comúnmente se encuentra en
los lactantes. Es positivo cuando al niño, colocado en decúbito dorsal se le tracciona el
miembro inferior en sentido distal y éste se desplaza con facilidad, pero al soltarlo vuelve a
la posición que tenía antes de esta maniobra: repetido varias veces este procedimiento da la
idea de un “pistón” funcionando. • Maniobra de Ortolani: Con esta maniobra se pretende
comprobar la reducción de una cadera previamente luxada. Se debe hacer con el niño en
decúbito supino, relajado y flexionando las caderas y rodillas 90 grados, fijado el muslo con
el dedo pulgar, mientras el segundo y tercer dedo fijan el relieve del trocánter. Luego se
abduce el muslo y se estira, presionando el trocánter hacia adentro, hacia el borde
acetabular. Si hay luxación se escucha un “click” y se puede ver cómo resalta el muslo que
se tracciona. Esta maniobra traduce luxación de cadera2 (Figura 2). • Maniobra de Barlow:
Comprueba lo luxable de una cadera reducida. El niño se coloca en decúbito supino con las
caderas en abducción a 45 grados. Mientras una cadera fija la pelvis y la otra se moviliza,
suavemente en aducción y abducción, tratando de deslizarla sobre el borde acetabular,
pretendiendo luxarla al aducirla al empujar con el pulgar el cuello

ESTUDIOS IMAGENOLÓGICOS Radiología. El estudio radiológico, examen


morfológico y estático, no permiten observar las alteraciones dinámicas que ocurren
inicialmente al verse afectadas las estructuras cartilaginosas y ligamentosas. Los primeros
cambios en las estructuras óseas acontecen después de las cuatro a seis semanas de que se
manifiesta la laxitud articular. Por eso su mayor sensibilidad para el diagnóstico de esta
anomalía es después de que el niño tiene dos meses de edad. Tiene la ventaja de ser un
examen sencillo, seguro para el paciente, económico y accesible en cualquier centro
hospitalario. La imagen normal de la articulación en la que el ángulo medial del cuello
femoral se sitúa en el cuadrante inferior y medio, se encuentra alterado; se le encuentra en
el área inferior y lateral, lo que identificaría una subluxación, de encontrarse en la parte
superior externa sería una displasia de cadera12 (Figura 4). Ultrasonografía. Es el estudio
que se recomienda en los primeros meses de vida, permite con mayor claridad visualizar la
cabeza femoral cartilaginosa y el acetábulo; es decir, la estabilidad articular y la morfología
acetabular. Las caderas se estudian de forma dinámica (Figura 5) y la sensibilidad de este
procedimiento de diagnóstico es del 100%. Infortunadamente el equipo no es accesible a
todas las instituciones de salud y requiere de personal capacitado y con experiencia, tanto
para hacer el estudio como para interpretar las imágenes. En el primer mes de vida no
descarta la posibilidad de que después pueda encontrarse una displasia de la cadera, por lo
que en niños a riesgo por los factores predisponentes ya mencionados, un examen físico
anormal y el ultrasonido normal antes del primer mes de vida es recomendable indicar una
radiografía de la pelvis a los 3 meses de edad, de acuerdo a las siguientes pautas:12

Tomografía axial. Es un examen que expone a los niños a mayor radiación, por lo que debe
usarse de manera complementaria; es útil para obtener una imagen que delinea mejor la
anatomía de la cadera ante las siguientes circunstancias:13
Artrografía. Proporciona información que no brinda ningún otro estudio, permitiendo ver
los obstáculos que impiden la reducción cerrada y la inestabilidad persistente, como el
síndrome de abducción limitada de la cadera o en caso de necrosis avascular.13

un examen físico anormal y el ultrasonido normal antes del primer mes de vida es
recomendable indicar una radiografía de la pelvis a los 3 meses de edad, de acuerdo a las
siguientes pautas:12 Figura 1. Asimetría de extremidades. En decúbito supino con caderas y
rodillas flexionadas, se observa asimetría de rodillas. Figura 2. Maniobra de Ortolani.
Abducción del muslo y se estira presionando el trocánter hacia el borde acetabular. Figura
3. Maniobra de Barlow. Las caderas con abducción a 45 grados se fija una cadera y se
moviliza suavemente en aducción y abducción, y se desliza sobre el borde acetabular,
empujando con el pulgar el cuello del fémur hacia afuera intentando luxarla. Delgadillo
AJM y cols. • Desarrollo displásico de cadera Rev Mex Pediatr 2006; 73(1); 26-32 30
edigraphic.com Cabeza femoral Acetábulo Radiografía cadera normal Cadera luxada 1.
Neonatos con factores de riesgo para la displasia de cadera, pero con exploración física
normal: se hará ultrasonido de cadera entre la segunda y tercera semana de vida. 2. Recién
nacidos con o sin factores de riesgo y examen físico anormal: ultrasonido de cadera al
nacer. 3. Niños recién nacidos sin factores de riesgo y con exploración física normal, tanto
periodo neonatal como en los controles clínicos siguientes: Radiografías de pelvis a los tres
meses. 4. Una indicación para ultrasonografía es en aquel niño en el que la radiografía de la
pelvis es dudosa o es técnicamente deficiente en un niño con un examen físico normal.
Tomografía axial. Es un examen que expone a los niños a mayor radiación, por lo que debe
usarse de manera complementaria; es útil para obtener una imagen que delinea mejor la
anatomía de la cadera ante las siguientes circunstancias:13 • Para comprobar la reducción
después de la colocación de una férula de yeso. Figura 5. Radiografía de cadera. Los
centros de osificación de la epífisis del fémur son simétricos y localizados en los espacios
comunes. Ambas cabezas proyectan en los cuadrantes más bajos internos formados por la
intersección de las líneas de Hilgenreiner y de Perkins. Las líneas de Shenton son continuas
y demarcadas por las líneas discontinuas. Los ángulos acetabulares son simétricos y menos
de 28°. Figura 4. Esquema de una placa de cadera, para diagnóstico de displasia de cadera.
En el RN son útiles los signos radiográficos cuando hay mayor osificación de la pelvis que
permite tomar los parámetros para las mediciones correspondientes. A. Línea de
Hilgenreiner, que une a los cartílagos trirradiados. B. Línea que va desde el cartílago
trirradiado y que pasa entre los dos pilares externos del acetábulo. C. Índice acetabular es el
ángulo formado por las dos líneas anteriores, Normal = 30o . D. Línea de Perkins: línea que
pasa por el borde más lateral del acetábulo, formada por la línea de Hilgenreiner, y los
cuadrantes de Putti. Normalmente el núcleo de osificación de la cabeza femoral se
encuentra en el cuadrante infero-medial. E. Línea de Hilgenreiner, que une a los cartílagos
trirradiados. Ángulo acetabular Línea de Perkins Línea Hilgenreiner 40° 23° Línea D Línea
H DISPLASIA DE CADERA Cadera displásica derecha Cadera normal izquierda menor 6
meses • Cuando ha fallado la reducción hecha inicialmente. • Si la rigidez de la cadera
impide ver una correcta reducción radiográfica. • Para valorar y determin
TRATAMIENTO El tratamiento depende de la edad en que se haga el
diagnóstico a un niño. Pueden plantearse de manera general, las siguientes
conductas a seguir: 0-6 meses. En esta etapa las caderas que muestran sólo
inestabilidad tienen buen pronóstico, incluso someter a los niños a tratamiento.
Puede ser suficiente,
6 meses-1 año. Estos niños se deben someter a tracción durante tres semanas
para disminuir la retracción de las partes blandas. En caso de presentar una
tensión excesiva pueden requerir de una tenotomía de aductores. La tracción
se retirará al comprobar que la articulación se desarrolla correctamente.14 1-4
años. El tratamiento a esta edad es la tracciónabducción por tres semanas o la
tenotomía del músculo psoas y miotomía de los abductores, ya que la
deformidad progresiva requiere de tratamiento quirúrgico.14 Arnés de Pavlik.
Consiste en una correa torácica, dos correas para los hombros y dos estribos,
quedando las caderas en posición de flexión por encima de los 90º y
abducción, permitiendo cierto grado de movimiento y que la cabeza femoral
se mueva en el acetábulo, moldeándolo y profundizándolo (Figura 6). Se
requieren 3 meses de tratamiento para obtener resultados. Dentro de las
complicaciones de su mal uso es la necrosis avascular, luxación inferior de la
cadera y parálisis del nervio

Arnés de Pavlik. Consiste en una correa torácica,


dos correas para los hombros y dos estribos, quedando las caderas en posición
de flexión por encima de los 90º y abducción, permitiendo cierto grado de
movimiento y que la cabeza femoral se mueva en el acetábulo, moldeándolo y
profundizándolo (Figura 6). Se requieren 3 meses de tratamiento para obtener
resultados. Dentro de las complicaciones de su mal uso es la necrosis
avascular, luxación inferior de la cadera y parálisis del nervio
Férula de Tubingen. Permite un control más cómodo respecto al arnés de
Pavlik, con el inconveniente de que se retira con la ropa. Deben evitarse
posiciones en abducción forzada (“posición de rana” o similares).14 Además
de los métodos descritos para mantener las caderas en abducción, hay otros
como la férula o almohadón de Frejka, férula de Von Rosen y la férula de
Craig
Bibliografía

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