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Ap688 2020 (56704)

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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Penal

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER


Magistrado Ponente

AP688-2020
Radicación 56704

Aprobado en acta No. 044

Bogotá D.C., veintiséis (26) de febrero de dos mil veinte


(2020).

Decide la Sala la admisibilidad de los fundamentos


lógicos y de adecuada argumentación de la demanda de
casación presentada por el defensor de los procesados
ANDRÉS CAMILO GUERRERO, MARCOS ALBERTO LEÓN
GUERRERO y JUAN DAVID LEÓN GUERRERO, contra la
sentencia del Tribunal Superior de Bogotá que confirmó con
modificaciones la emitida por el Juzgado Cuarenta y Ocho
Penal del Circuito del mismo Distrito Judicial, al condenarlos
como coautores del delito de homicidio.
CASACIÓN 56704
ANDRÉS CAMILO GUERRERO,
JUAN DAVID LEÓN GUERRERO y
MARCOS ALBERTO LEÓN GUERRERO

HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL

Hacia las 3:55 horas del 6 de febrero de 2016, en la calle

93 con carrera 91 del barrio Luis Carlos Galán de esta capital,


se presentó una riña entre los hermanos ANDRÉS CAMILO
GUERRERO, MARCOS ALBERTO LEÓN GUERRERO, JUAN
DAVID LEÓN GUERRERO con Alexander Montero Rojas,
resultando éste último con múltiples heridas producidas con
arma corto-punzante a consecuencia de las cuales murió
minutos después de ingresar al hospital de Engativá.

El 7 de febrero de esa anualidad, ante el Juez Primero


Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de
Bogotá, se cumplió la audiencia de legalización de captura de
ANDRÉS CAMILO GUERRERO, MARCOS ALBERTO LEÓN
GUERRERO y JUAN DAVID LEÓN GUERRERO. En dicho
acto la Fiscalía también les formuló imputación como
presuntos coautores del delito de homicidio agravado y
solicitó que fueran afectados con medida de asbguramiento
privativa de la libertad, pedimento que le fue a4eptado. Los
imputados no aceptaron el cargo.

Presentado escrito de acusación por el citado ilícito de


conformidad con los artículos 103, 104 numeral 7'
(indefensión de la víctima), con la circunstancia de mayor

punibilidad del numeral 10 del artículo 58 (participación plural),


del Código Penal, el 26 de agosto de 2016 se cumplió en el
Juzgado Cuarenta y Ocho Penal del Circuito de Bogotá la
respectiva audiencia.
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JUAN DAVID LEÓN GUERRERO y
MARCOS ALBERTO LEÓN GUERRERO

Evacuadas en ese despacho judicial las audiencias


preparatoria y de juicio oral, en ésta última se anunció
sentido de fallo de carácter condenatorio por el delito objeto
de acusación, decisión que se materializó el 4 de mayo de
2018 al imponerles a los enjuiciados cuatrocientos cincuenta
(450) meses y un (1) día de prisión y de inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas, sin concederles la
suspensión condicional de la ejecución de la pena, ni la
prisión domiciliaria.

En virtud del recurso de apelación elevado por el


defensor común de los enjuiciados, el Tribunal Superior de
Bogotá, por decisión de 12 de agosto de 2019, estimó que no
se configuraba la causal de agravación predicada para el
ilícito de homicidio, razón por la cual redosificó la sanción al
fijarla en doscientos sesenta y ocho (268) meses y dieciséis
(16) días de prisión, determinando la inhabilitación
ciudadana en el lapso de veinte (20) años.

Inconforme con lo anterior, el mismo defensor interpuso


recurso extraordinario y allegó la demanda de casación, de
cuya admisibilidad se pronuncia la Corte.

DEMANDA

Formuló dos censuras por violación indirecta de la ley


sustancial encaminadas a que se reconozca la causal de
ausencia de responsabilidad de la legítima defensa o su
exceso, y de forma subsidiaria, se disminuya la pena por
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JUAN DAVID LEÓN GUERRERO y
MARCOS ALBERTO LEÓN GUERRERO

ratón del estado de ira e intenso dolor en el que actuaron lo


incriminados.

Primer cargo:

Bajo un error de hecho planteó laá siguientes


modalidades que llevaron a la "exclusión evidente ,del artículo 32
en sus numeral 6 o 7 del Código Penal".

-). Falso juicio de identidad ante el cercenamiento de lo


afirmado por Sandra Milena León, quien desde la ventana
observó cuando "el sujeto de la macheta" agredió a sús hermanos
y pegarle a ANDRÉS CAMILO por defender a su mamá, relato
del cual, en criterio del defensor, se establece que los hechos
ocurrieron en dos momentos.

Y tras resaltar que los exámenes de medicina legal


evidenciaron las heridas con armas corto-punzante tanto
para los hermanos LEÓN como para la víctima, lo que
acredita que ésta los agredió con una macheta, en tanto que
MARCOS utilizó una navaja, estimó que se estructura la
legítima defensa ante la proporcionalidad cúalitativa y
cuantitativa frente al ataque.

-). Falso raciocinio al considerar que la riña excluía la


legítima defensa desconociendo la manifestación de Emerson
Saavedra Sáenz acerca de la agresión inicialmente verbal y
luego física entre su primo Alexander Montero Rojas con
MARCOS ALBERTO LEÓN, de la cual incluso éste último dio
cuenta cuando indicó que Alexander tras insultarlos le ct
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propinó "un machetazo en la cabeza", por lo que él debió


defenderse, pero ya en la mitad de la calle sintió golpes de
quienes estaban con Alexander y como a uno de ellos se le
cayó una navaja, él la recogió y se fue en contra de la víctima.

Que JUAN DAVID LEÓN GUERRERO también afirmó


que por empujar una cerveza en lata que estaba en el piso
del establecimiento comercial se presentó la discusión con
Alexander en la que intervino su hermano MARCOS,
resultando agredido por parte de aquél en cuyo
enfrentamiento también participó su otro hermano ANDRÉS
CAMILO.

Con base en lo anterior, aseguró el libelista que está


acreditada la legítima defensa, pues "la calidad del arma
esgrimida por el agresor Montero Rojas, no dejaba la posibilidad a los
hermanos LEÓN de pensar que el uso en su contra del arma corto
punzante, no tuviera la calidad de no causar heridas graves, por lo que
no tuvieron la posibilidad de evitar el ataque injusto y actual por lo que

se vieron obligados a defenderse".

De otro lado, adujo que como las heridas sufridas por


los hermanos LEÓN no fueron mortales, pero si lo fue la
causada a la víctima "la conducta se encuadra dentro del numeral 7
del artículo 32 del Código Penal —sic—, porque la respuesta al ataque
fue excedida en la cantidad de heridas y en la gravedad de las mismas".

Segundo cargo:

Denunció que a través de un error de hecho por falso


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raciocinio el Tribunal no aplicó el artículo 57 del Código Penal


al considerar que no hubo alteración del estado anímico de
los procesados por las lesiones que le ocasionó' la víctima a
MARCOS LEÓN, sino que se produjo por las agresiones que
sufrió la madre de los procesados, lesión que está
demostrada, porque no se acreditó ni la identidad de ella ni
la incapacidad que le generó.

Que esa Corporación se apoyó en el escrito de acusación


al indicar que la víctima solo tenía una pequeña navaja,
cuando contrariamente todos los declarantes dijeron que
portaba una macheta, en tanto que MARCOS LEÓN tenía la
navaja, cercenando así las manifestaciones de Brayan
Campo Najar, Emerson Saavedra y Marinella Beárán quienes
ubicaban en poder de Alexander una macheta, un cuchillo o
daga, o una navaja.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Si bien para denunciar la ilegalidad de la sentencia el


demandante presenta dos cargos en orden jerárquico, no
dedica espacio para evidenciar la necesidad de un
pronunciamiento de fondo en relación con los fines de la
casación; si se trata del interés personal en aras de la
efectividad del derecho material, el respeto de las garantías
de los intervinientes, la reparación de los agravios sufridos
por estos, o por el interés general de la unificación de la
jurisprudencia.

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Pero lo que vaticina la no admisión de los cargos es la


generalidad de los planteamientos al no demostrar
cabalmente los vicios probatorios que estructurarían: i) la
necesidad de defensa de los procesados como justificante de
la conducta; ii) el exceso en los límites de lo necesario como
atenuante de responsabilidad; o iii) la alteración anímica de
aquellos que los llevó a dar muerte a Alexander Montero
Rojas y por esa vía reducir también la penalidad impuesta.

El censor debió en cargos separados plantear, de una


parte, la legítima defensa con el desarrollo de todos los
elementos que la conforman, y de otra, la desproporción
entre el eventual acto agresivo injusto y la reacción, y no
presentar esta atenuante de responsabilidad de manera
residual, pues aunque ambas figuras provienen del elemento
común de una agresión actual e inminente, la independencia
conceptual que las informan les da autonomía, al punto que
la primera justifica la conducta, en tanto que la segunda tan
solo atenúa la punibilidad.

Disiente de la postura judicial que la riña excluía la


legítima defensa, pero no logra demostrar otra vertiente de
los hechos que denotara la agresión inminente y contraria al
ordenamiento jurídico por parte de Alexander Montero Rojas
por la cual en defensa de la vida de alguno de los miembros
de la familia LEÓN-GUERRERO, los procesados
forzosamente intervinieron mediante una acción necesaria
para contrarrestar tal ataque.

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JUAN DAVID LEÓN GUERRERO y
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Y aunque a través del falso juicio identidad en el dicho


de Sandra Milena León pretende hacer ver que los hechos se
presentaron en dos episodios, no explica , tal escisión
temporal y cómo o contra quien se configuró la agresión
ilegítima o antijurídica por parte de la víctima y que la misma
al ser actual o inminente fue la base o el origen de la
respuesta defensiva de los enjuiciados.

No expone cómo, si bien pudo existir un inicial acuerdo


para empezar de manera coetánea el ataque, hubo una
suspensión de la misma y la víctima ejecutó, una acción
desproporcionada que influyera para que lOs hermanos
defendiendo un derecho, atentaran contra el bien jurídico de
la vida de Montero Rojas, resultando tal acción justificada.

Tampoco con el falso raciocinio que radica en la


declaración de Emerson Saavedra Sáenz, quien daba cuenta
de la agresión verbal y física suscitada entre su primo
Alexander Montero con MARCOS ALBERTO LEÓN,
demuestra el defensor algún error del Tribunal en cuanto no
dirige algún embate a las consideraciones judiciales
concluyentes que medió entre los contrincantes la voluntad
común de causarse daño, sin que de manera alguna se
hubiera tratado de una agresión por parte de la víctima: "en
el momento en que Marcos Alberto León Guerrero se próvisiona de un
arma corto punzante y sus hermanos Juan David León Guerrero y
Andrés Camilo Guerrero deciden igualmente hacerse parte en la
contienda mediante las agresiones que ocasionaron a Montero Rojas, se
desvirtúa la existencia de la legítima defensa, pues ya la intencionalidad
no está encaminada a repeler el ataque sino a la mutua voluntad de
causarse daño".
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A su turno, no demerita las razones por las cuales el


Tribunal, tras analizar las seis heridas causadas con arma
corto punzante a la víctima por parte de los procesados,
frente a las heridas que recibieron MARCOS ALBERTO Y
ANDRÉS CAMILO, concluyó que se dio un intercambio de
agresiones con el único propósito de causar daño recíproco.

De otra parte, en vez de explicar el exceso en los límites


de lo necesario, en los medios elegidos, esto es, que no hubo
la debida proporción entre el eventual acto agresivo injusto
desplegado por la víctima y la reacción de los enjuiciados,
sólo a manera de epígrafe aduce que "la respuesta al ataque fue
excedida en la cantidad de heridas y en la gravedad de las mismas",

sin esbozar razones que conllevarían a aplicar el exceso en la


legítima defensa.

En el fallo se determinó que no existió la agresión, por


eso como primer presupuesto para estructurar ora la
eximente de responsabilidad o la disminución punitiva por
su exceso, le demandaba al impugnante una reflexión
tendiente a refutar o controvertir tal conclusión, ejercicio que
no acometió.

Igual precariedad demostrativa se advierte en el


segundo cargo cuando discrepa de la forma como el Tribunal
aprehendió los hechos y determinó que la situación subjetiva
del ánimo de los incriminados no estaba perturbada al no
mediar un estado de excitación de su juicio que les impidiera
tener control de sus actos, sin explicar así los presupuestos
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del factor real modificador de los límites punitivos propios


por los estados emocionales de la ira o el intensb dolor.

Tal falencia le impide desvirtuar las consideraciones


judiciales en el sentido que por la forma como se dieron los
acontecimientos no había prueba de que la afectación de la
integridad personal de los hermanos y aun de su progenitora
hubiera sido la causa desencadenante de un estado irascible
que los hubiera llevado a acabar con la vida de Alexander
Montero.

En efecto, los juzgadores destacaron que Si bien varios


testigos señalaron que la progenitora de los procesados
también resultó herida, además de no haberse establecido ni
—siquiera el nombre de ella, ni el tipo de lesión sufrida, tales
atestaciones no tenían la contundencia necesaria para
establecer que ello fue el detonante del comportamiento de
ellos, pues ANDRÉS CAMILO GUERRERO y JUAN DAVID
LEÓN GUERRERO refirieron que su intervención en los
hechos obedeció a la disputa que su hermano MARCOS
ALBERTO LEÓN GUERRERO había trenzado con la víctima
sin referir inicialmente la lesión de su progenitora.

El juez plural evidenció que la presencia de la


progenitora fue cuando ya habían avanzado las agresiones
mutuas entre los contrincantes, por eso estimó que de
aceptar que aquella también fue herida, si bien pudo generar
algún estado anímico en los hermanos en todo caso no fue el
determinante del actuar de ellos, ya que el mismo ya se
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encontraba en curso, esto es, cuando la reyerta estaba en su


fragor para la cual habían concurrido por voluntad libre.

El falso raciocinio que propone el defensor se queda sin


demostración, máxime que no lo radica en algún elemento de
convicción. Igual ocurre con el error que funda en el
cercenamiento de las manifestaciones de Brayan Campo
Najar, Emerson Saavedra y Marinella Beltrán quienes dan
cuenta de que Alexander Moreno tenía una macheta o daga,
porque no explica qué incidencia tuvo tal aspecto o cómo
tales testimonios develaban el origen de la alteración anímica
de los incriminados que los llevó impulsivamente a la
conducta homicida.

Precisamente, el Tribunal al sopesar tales atestaciones


desvirtúo el estado de indefensión de la víctima y eliminó la
causal predicada para el delito de homicidio, ya que en la
riña mediante el uso de un machete hirió a MARCOS
ALBERTO y ANDRÉS CAMILO.

Así las cosas, el defensor se queda en una simple


oposición a la condena, postura que, como de tiempo atrás
lo ha señalado la Sala, no basta para motivar el análisis de
la legalidad del fallo, en cuanto debe sujetarse a las técnicas
establecidas para probar la existencia de yerros manifiestos
y esenciales, con incidencia en el sentido de la decisión.

Por lo tanto, la demanda no será admitida.

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Finalmente, es necesario señalar que no se ve la


necesidad de superar los defectos que exhibe el libelo para
decidir de fondo, según lo dispone el inciso 3°1 del artículo
184 de la Ley 906 de 2004 que ameritara la intervención
oficiosa de la Corte, pues se advierte razonablemente que no
se precisa del fallo para cumplir alguna de las finalidades del
recurso de casación: i) la efectividad del derecho material; ii)
el respeto de las garantías de los intervinientes; iii) la
reparación de los agravios inferidos a estos; o iv) la
unificación de la jurisprudencia.

Precisión final

Contra la decisión de no admitir la demanda de


casación procede el mecanismo de insistencia de
conformidad con lo establecido en el artículo 184 de la Ley
906 de 2004.

En mérito de lo expuesto, la Sala Penal I de la Corte


Suprema de Justicia,

RESUELVE

NO ADMITIR la demanda de casación interpuesta por el


defensor de ANDRÉS CAMILO GUERRERO, MARCOS
ALBERTO LEÓN GUERRERO y JUAN DAVID LEÓN
GUERRERO contra la sentencia proferida el 12 de agosto de
2019 por el Tribunal Superior de Bogotá.
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JUAN DAVID LEÓN GUERRERO y
MARCOS ALBERTO LEÓN GUERRERO

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 184 de


la Ley 906 de 2004, es facultad de la demandante elevar
petición de insistencia.

Notifiquese y cúmplase.

Presidente

SÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

EUGENIO FERNANDEZ CA,LIER

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28 FFS.2ú20
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JUAN DAVID LEAN GUERRERO y
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LUIS \ANTONIO HERNÁNDEZ BÁRBOS

E HUMBER O MORENO ACERO


JAI' E

IÑO CABRERA\\

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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