Introducción Al Audio Digital - Unidad 1
Introducción Al Audio Digital - Unidad 1
Introducción Al Audio Digital - Unidad 1
Presentación:
En esta Unidad nos introducimos en el mundo del audio, comenzando por la acústica y la
percepción, y analizando sistemas de audio comunes. Siguiendo un trayecto que
comienza en la generación de un sonido y su propagación, vemos cómo la información
sonora llega al cerebro y qué procesos psicoacústicos intervienen en la percepción.
Analizaremos, también, cómo se compone un sistema de audio que nos permita medir e
intervenir señales.
Objetivo:
Que los participantes:
Se familiaricen con los procesos intervinientes en la generación y la percepción del
sonido, conocimientos fundamentales a la hora de realizar la mayoría de las tareas
relacionadas con el audio digital.
Bloques temáticos:
1. Introducción a la Acústica.
2. Percepción Auditiva.
Percepción de intensidad.
El oído humano.
Percepción de frecuencia.
Percepción de timbre.
Enmascaramiento.
3. Cadena de Audio.
Señales y transductores.
Rango dinámico.
4. Ejercicio.
En esta Unidad los participantes se encontrarán con diferentes tipos de actividades que,
en el marco de los fundamentos del MEC*, los referenciarán a tres comunidades de
aprendizaje, que pondremos en funcionamiento en esta instancia de formación, a los
efectos de aprovecharlas pedagógicamente:
Es importante que todos los participantes realicen algunas de las actividades sugeridas y
compartan en los foros los resultados obtenidos.
El carácter constructivista y colaborativo del MEC nos exige que todas las actividades
realizadas por los participantes sean compartidas en los foros.
Tomen nota:
Las actividades son opcionales y pueden realizarse en forma individual, pero siempre es
deseable que se las realice en equipo, con la finalidad de estimular y favorecer el trabajo
colaborativo y el aprendizaje entre pares. Tenga en cuenta que, si bien las actividades
son opcionales, su realización es de vital importancia para el logro de los objetivos de
aprendizaje de esta instancia de formación. Si su tiempo no le permite realizar todas las
actividades, por lo menos realice alguna, es fundamental que lo haga. Si cada uno de los
participantes realiza alguna, el foro, que es una instancia clave en este tipo de cursos,
tendrá una actividad muy enriquecedora.
Asimismo, también tengan en cuenta cuando trabajen en la Web, que en ella hay de todo,
cosas excelentes, muy buenas, buenas, regulares, malas y muy malas. Por eso, es
necesario aplicar filtros críticos para que las investigaciones y búsquedas se encaminen a
la excelencia. Si tienen dudas con alguno de los datos recolectados, no dejen de consultar
al profesor-tutor. También aprovechen en el foro proactivo las opiniones de sus
compañeros de curso y colegas.
1, Introducción a la Acústica
Con respecto al medio también debemos hacer una distinción: tenemos el medio
propiamente dicho que transmite el sonido y sus límites, por ejemplo, las paredes, el
techo, el piso, la gente de la audiencia, etcétera, que alteran la propagación del sonido por
reflexión y absorción de las ondas sonoras y cuya configuración determina las
características de la acústica de la sala (reverberación, eco).
El oído externo con el tímpano, que percibe las oscilaciones de presión de la onda
sonora que llega al oído, convirtiéndolas en vibraciones mecánicas que son
transmitidas mediante tres pequeños huesos enlazados a
Figura 1.1
De todas maneras esta es una descripción simple. En primer lugar, la altura de un tono
musical complejo puede ser oída claramente incluso estando ausente la fundamental;
ésta cambia levemente cuando cambia la sonoridad, y el mismo tono musical puede
percibirse con alturas distintas entre un oído y el otro. En segundo lugar, la sensación de
sonoridad de un tono de intensidad física constante parecerá variar si cambiamos la
frecuencia, y la sonoridad de una superposición de muchos tonos de diferentes alturas
(por ejemplo un acorde) no está relacionada de manera simple con la suma de energías
acústicas de cada componente; para una sucesión de sonidos de muy corta duración, por
otro lado (por ejemplo la ejecución en stacatto), la sonoridad percibida también depende
de cuánto dure cada sonido. En tercer lugar, la percepción refinada del timbre, tal como
es requerida para la identificación de instrumentos musicales, es un proceso que utiliza
mucha más información que la dada por el espectro de un sonido; el ataque transitorio y
el decaimiento son igualmente importantes, como podríamos verificar fácilmente tratando
de reconocer instrumentos musicales grabados reproducidos al revés.
Además, existe una influencia "de arriba hacia abajo" de los procesos impulsados por el
conocimiento en el cerebro, lo que introduce un sesgo fuertemente dependiente del
contexto en la percepción de música. Por ejemplo, los sonidos de un instrumento dado
podrían poseer características espectrales que varían apreciablemente a lo largo del
instrumento y la composición espectral de un sonido podría variar considerablemente de
un punto a otro de una sala de conciertos, y aún así son reconocidos sin dudarlo como
pertenecientes al mismo instrumento.
Otra característica física relevante del sonido es la dirección espacial desde la cual la
onda está arribando. Lo importante en este caso es la diferencia de tiempo, instante a
instante, entre la detección de la señal acústica entre un oído y el otro, dependiente de la
dirección de incidencia. Esta diferencia temporal es mesurada y decodificada por el
sistema nervioso para brindar la sensación de direccionalidad, imagen estéreo o
lateralización.
Cuando dos tonos musicales suenan simultáneamente, nuestro cerebro, dentro de ciertos
límites, es capaz de diferenciarlos individualmente. Escuchando dos o más tonos
superpuestos aparecen nuevas sensaciones subjetivas, menos definidas pero igualmente
importantes a nivel musical que conducen al concepto de armonía. Entre éstas se
encuentran las sensaciones "estáticas" de consonancia y disonancia, que describen el
carácter "placentero" o "irritante" de ciertas superposiciones de tonos, respectivamente; la
sensación "dinámica" de la necesidad de resolver un intervalo o acorde disonante; el
efecto peculiar del pulso; y el carácter distintivo de los acordes mayores y menores. En
particular la octava, como el intervalo musical "más perfecto", posee una propiedad única:
las alturas de dos tonos que están separados por una o más octavas son percibidas como
pertenecientes a la misma "familia" de alturas. Como resultado, todos los tonos
distanciados una o más octavas se los denomina con el mismo nombre. A esta propiedad
circular de la altura se la denomina chroma.
2. Percepción Auditiva
Percepción de intensidad
La intensidad está relacionada con la energía (o la variación en la presión del aire) en una
onda. Generalmente, cuando la intensidad (como un parámetro que describe una
magnitud física) de un sonido aumenta, notamos un aumento en su sonoridad. Pero no
existe una correspondencia lineal entre intensidad y sonoridad; la sonoridad depende,
además, de otros parámetros tales como el espectro, la duración del evento sonoro y los
sonidos que se encuentren de fondo. El oído humano es capaz de oír un rango muy
amplio de intensidades, y su sensibilidad a cambios en intensidad es proporcional a la
cantidad de intensidad. Dicho de otra manera, el mecanismo de percepción de sonoridad
responde a una curva exponencial. Entonces, al describir un sonido, suele convenir usar
el logaritmo de intensidad que usar el valor de intensidad directamente. La intensidad del
sonido se mide en términos del nivel de presión sonora (NPS), definido como
𝑝
𝑁𝑃𝑆 = 20 𝑙𝑜𝑔10 [𝑑𝐵]; 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑓 = 20 𝜇𝑃𝑎
𝑝𝑟𝑒𝑓
En esta relación, 𝑝 es la presión acústica en un punto del espacio y 𝑝𝑟𝑒𝑓 es una referencia
convencional estandarizada. El estándar internacional estipula que la referencia debe
coincidir con el umbral de audibilidad a 1000 Hz, que corresponde a una presión de
20𝜇𝑃𝑎. Así se consigue vincular de manera directa una unidad física, el decibel, con una
de las principales características de la audición humana.
Decibel
𝑛𝑖𝑣𝑒𝑙
𝑑𝐵 = 10 × 𝑙𝑜𝑔10 ( )
𝑛𝑖𝑣𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎
El decibel es una unidad logarítmica que se utiliza para expresar la relación entre dos valores de una
magnitud física. En mediciones acústicas, la escala de decibeles indica la relación de un valor con un valor
de referencia, donde el valor de referencia es generalmente el umbral de audibilidad (20𝜇𝑃𝑎 a 1000 Hz). La
base logarítmica del decibel implica que si dos sonidos suenan al mismo tiempo y cada uno mide 60dB, el
incremento en la medición es de solo 3dB. Un incremento de un millón de veces la intensidad resulta en un
aumento de 60dB. La figura 1.2 muestra la escala de decibeles y algunas mediciones acústicas estimadas
relativas a 0dB.
Figura 1.2
Figura 1.3
Como muestra la figura 1.3, una sinusoide de 1000 Hz en el umbral de audibilidad posee
una presión 𝑝 igual a 𝑝𝑟𝑒𝑓, por lo que su NPS es de 0dB. Una sinusoide de un millón de
veces la intensidad de 𝑝𝑟𝑒𝑓 estaría en el umbral del dolor (el perímetro superior de la
silueta en la figura 1.3). Este tono poseería un NPS cercano a 120dB.
Figura 1.4
Estas curvas aportan una gran cantidad de información útil. Por ejemplo:
• La forma de las curvas muestra que la sensibilidad del oído decrece a medida que
nos alejamos de la zona central del espectro hacia las altas y bajas frecuencias. Es
necesario aplicar más energía en la región grave que en la media para obtener el
mismo resultado auditivo.
• Existe una zona de máxima sensibilidad entre los 2500 y 3500 Hz. Los sonidos que
ocupen esta banda van a ser percibidos con mayor facilidad que los que ocupen otras
regiones del espectro.
• Si se genera una señal sinusoidal que recorra completamente una de las curvas de
igual sonoridad se oye un glissando perfecto, de sonoridad constante.
El oído humano
Antes de adentrarnos en una discusión sobre la percepción temporal y frecuencial,
analizaremos muy brevemente cómo funciona el oído. La figura 1.5 muestra una
representación del oído y sus tres subdivisiones principales: el oído externo, el medio, y el
interno. El oído externo amplifica las vibraciones del aire. El oído medio transduce estas
vibraciones en vibraciones mecánicas. El oído interno procesa estas vibraciones,
filtrándolas y transduciéndolas mecánica, hidrodinámica, y electroquímicamente, y las
señales electroquímicas resultantes son transmitidas a través de nervios al cerebro. El
oído externo, medio, y el interno son clasificados grupalmente como el sistema auditivo
periférico.
Figura 1.5
La cóclea es el punto focal del oído interno. Contiene la membrana basilar y el órgano de
Corti (no incluido en la figura 1.5), quienes forman los complicados mecanismos que
transducen vibraciones en señales o códigos neurales. Más allá de la cóclea, en el
cerebro, se realiza más procesamiento auditivo, usando la información contenida en estas
señales neurales. Este procesamiento central es importante en el sentido de que combina
las señales de ambos oídos.
Existe evidencia para un tipo de mecanismo que codifica eventos. Este tipo de células
disparan durante el comienzo o final (onset y offset), y diferentes células operan en
diferentes secciones de las pendientes de ataque. Cuando un instrumento ejecuta una
nota, sus transitorios disparan este mecanismo, pero la porción estática del sonido no.
Otras células responden a ciertos intervalos temporales entre eventos. Esta información
puede llegar a ser usada al conectar eventos individuales para formar cadenas rítmicas
(por ejemplo, al identificar secuencias de eventos provenientes de diferentes fuentes,
cada una con su propio patrón rítmico).
Percepción de frecuencia
Cuando una onda excita el oído, una región de la membrana basilar oscila en torno a su
posición de reposo. Esta región es amplia; sin embargo, posee un punto de
desplazamiento máximo bastante agudo. La distancia a este punto máximo del extremo
de la membrana basilar está directamente relacionada con la frecuencia. En otras
palabras, las diferentes frecuencias están mapeadas a distintos lugares a lo largo de la
membrana. Este es el mecanismo básico que provee de la detección de frecuencia
(parámetro físico), pero no es el único mecanismo que contribuye a la sensación de altura
tonal (parámetro perceptual). De hecho, ya hemos visto que existe un mecanismo
temporal para detectar el período de una onda, que es el inverso de la frecuencia, y éste
también puede contribuir a la sensación de altura tonal.
Aunque el oído de un adulto joven puede detectar frecuencias en un amplio espectro (de
20 Hz a 20 KHz, aproximadamente), la percepción de altura tonal está limitada a una
región mucho menor. Para propósitos musicales, la percepción de altura tonal no es
precisa, por ejemplo, para diferenciar octavas debajo de 60 Hz o por encima de 5 KHz.
Banda crítica
Como cada frecuencia estimula una región específica de la membrana basilar (y no un
punto), existe un límite para la resolución en frecuencia del oído. Este límite está
relacionado íntimamente a una característica importante del mecanismo perceptual
conocido como la banda crítica. La banda crítica fue descubierta primero durante
Si tomamos dos sinusoides que están muy próximas en frecuencia, nos encontramos con
que la sonoridad total que percibimos es menor a la suma de las sonoridades de cada
sinusoide por separado. A medida que alejamos en frecuencia a estas sinusoides, la
sonoridad resultante permanece constante hasta cierto punto, pero luego, cuando se
alcanza cierta diferencia en frecuencia, la sonoridad empieza a aumentar. (En este punto,
la sonoridad es proporcional a la suma de las sonoridades individuales de las sinusoides.)
Esta diferencia en frecuencia corresponde con la banda crítica. Podemos pensar este
mecanismo como una integración en frecuencia análoga a la integración a nivel temporal
que tratamos anteriormente.
Se supone que la banda crítica juega un rol importante en la mayoría de las sensaciones
de disonancia (aunque en la literatura psicoacústica es preferido el término aspereza,
dado que disonancia posee connotaciones derivadas de la teoría musical tradicional). Si
dos sinusoides están cercanas en frecuencia, son percibidas como un tono con una
frecuencia que se encuentra entre las dos frecuencias específicas; junto con esta
percepción encontramos una sensación de batimento o pulsación. A medida que los tonos
comienzan a separarse, pero permanecen dentro de esta banda crítica, hay una
sensación de disonancia. Separando aún más estos tonos posibilita al oído de discriminar
entre las dos frecuencias; pero la sensación de disonancia permanece hasta que la
diferencia en frecuencia entre las sinusoides excede un ancho de banda crítico. Cuando
están presentes muchas frecuencias, el sistema auditivo opera simultáneamente sobre
todas ellas, sujeto a sus límites de resolución. Si las frecuencias están relacionadas por la
serie armónica, el espectro general se percibe como altura tonal y timbre, en un orden
superior de percepción. Sin embargo, también pueden vislumbrarse sensaciones de altura
tonal en espectros inarmónicos, incluyendo ruido.
Percepción de timbre
Un espectro estático no representa el total de la identidad de un instrumento. La porción
de ataque y decaimiento de un sonido brindan información muy importante. De hecho, el
espectro de un instrumento cambia constantemente, y si esta actividad temporal, o
espectro dinámico, está ausente (como sucede a veces en sonidos generados por
computadora), percibimos el sonido como uno generado artificialmente. Entonces, cuando
hablamos de timbre, estamos hablando de algo que tiene más de una dimensión.
Centro de e-Learning SCEU UTN - BA.
Medrano 951 2do piso (1179) // Tel. +54 11 4867 7589 / Fax +54 11 4032 0148
www.sceu.frba.utn.edu.ar/e-learning
p. 24
Aquí consideraremos uno de los aspectos más notorios del timbre: el balance de los
parciales en un espectro armónico (la relación entre las intensidades relativas de cada
parcial). Una de las curiosidades sobre el mecanismo perceptual es que una onda de
sonido que abarca varias frecuencias puede ser percibida como con una única altura
tonal, y que el balance espectral entre sus armónicos los fusiona en una única sensación
de timbre. La fusión es, posiblemente, un fenómeno de orden superior que resulta de la
combinación de informaciones espectrales y temporales que provee el sistema auditivo
periférico. Es más fácil inducir un efecto de fusión si los parciales son armónicos; sin
embargo, espectros inarmónicos pueden fusionarse si la envolvente de amplitud
compartida es suficientemente repentina, como por ejemplo un ataque muy rápido y un
decaimiento exponencial. En efecto, muchos tonos de campana poseen espectro
inarmónico y este tipo de envolvente de amplitud.
Enmascaramiento
La mayoría de la música incluye más de un sonido ocurriendo al mismo tiempo, o en un
punto cercano en el tiempo. Es útil entender cómo dos o más sonidos interactúan entre sí
en términos de cómo son percibidos (o incluso organizados) por el oído humano. En la
figura 1.6 se muestra un tono sinusoidal de 1200 Hz y 80 dB NPS. La intensidad de un
tono secundario es alterada para determinar su umbral de audibilidad (llamado umbral de
enmascaramiento). La curva sólida en la figura 1.6 muestra el umbral de
enmascaramiento para un amplio rango de frecuencias del tono secundario. Podemos ver
que las frecuencias por encima del tono principal son enmascaradas más eficazmente
que las que se encuentran por debajo. También podemos notar que la presencia de
Centro de e-Learning SCEU UTN - BA.
Medrano 951 2do piso (1179) // Tel. +54 11 4867 7589 / Fax +54 11 4032 0148
www.sceu.frba.utn.edu.ar/e-learning
p. 25
batimentos causa que el umbral de enmascaramiento caiga en las proximidades del tono
principal (1200 Hz).
Figura 1.6
Los batimentos que ocurren en 2400 y 3600 Hz indican la presencia de armónicos
aurales. Es decir, armónicos del tono principal que no están presentes en este tono están
siendo suministrados por el procesamiento no-lineal del oído dada la alta intensidad de los
tonos (80 dB NPS).
Cuando el tono secundario está por encima de los 40 dB NPS, toma lugar otro efecto no-
lineal del oído: aparece un tono de frecuencia igual a la diferencia entre el tono principal y
el secundario. Intensidades más fuertes producen el efecto perceptual de una mezcla de
tonos de diferentes frecuencias. Este efecto es llamado tono diferencia.
Aquí hemos tratado enmascaramiento en simultáneo, pero es posible que una ráfaga de
notas o sonidos enmascaren un tono que ocurre luego de que esta ráfaga de sonido se
haya apagado (enmascaramiento hacia delante o forward masking) o incluso un tono que
sucedió antes de que esta ráfaga de sonidos ocurra (enmascaramiento hacia atrás o
backwardsmasking).
3. Cadena de Audio
Para poder trabajar con el sonido debemos ser capaces de capturarlo, medirlo, procesarlo
y generarlo. Esto se hace posible gracias a una serie de dispositivos como micrófonos,
amplificadores, ecualizadores, parlantes, etc., que al ser interconectados dan origen a lo
que se denomina un sistema de sonido. A efectos de lograr un resultado óptimo, es
necesario tomar ciertos recaudos en la interconexión de los componentes de un
determinado sistema. Cuestiones como la adaptación de impedancias, ancho de banda,
rango dinámico, relación señal-ruido y otras, deben ser cuidadosamente analizadas en
cada caso particular si se desea sacar el máximo provecho del equipamiento disponible.
Al completar nuestro sistema obtendremos una cadena de audio capaz de capturar,
procesar y emitir señales sonoras. La cadena de audio básica comienza y termina con un
transductor, pero podremos utilizar otros dispositivos para intervenir la señal en cualquier
parte de la cadena para procesarla.
Figura 1.7
Señales y transductores
Todos los equipos, dispositivos y sistemas trabajan con señales, es decir con magnitudes
variables que transmiten información. En el caso de los sistemas de sonido, la información
es la onda del sonido y, en nuestro sistema, aparece representada principalmente en dos
tipos de señales: la acústica y la eléctrica. La conversión entre estos tipos de señales está
a cargo de los transductores. Un transductor es un dispositivo diseñado para convertir
cambios en un tipo de energía en cambios en otro tipo de energía. En nuestro sistema de
audio podemos encontrar dos transductores principales, uno es el micrófono, que
convierte variaciones de presión sonora en variaciones de tensión eléctrica, y el otro es el
parlante, que realiza el trabajo opuesto, convertir una señal eléctrica en una acústica.
Centro de e-Learning SCEU UTN - BA.
Medrano 951 2do piso (1179) // Tel. +54 11 4867 7589 / Fax +54 11 4032 0148
www.sceu.frba.utn.edu.ar/e-learning
p. 28
La señal original es el sonido mismo tal y como llega al elemento transductor, es decir al
micrófono, y éste la convierte en una señal eléctrica. Idealmente, la señal eléctrica
resultante debería tener exactamente la misma forma de onda que la señal acústica, con
un mero cambio de unidades: la señal sonora es una presión sonora mientras que la
señal eléctrica es una tensión o voltaje. Este es el concepto de analogía, por eso se dice
que la señal eléctrica es una representación analógica de la señal sonora.
Distorsión
La distorsión es la deformación de la forma de onda de una señal. Los casos de distorsión
se dan naturalmente durante la transducción y procesamiento de señales, aunque se
intenta mantenerla al mínimo posible y dentro de lo imperceptible. Existen dos grandes
tipos de distorsión: distorsión no lineal y distorsión lineal.
Distorsión no lineal
Figura 1.8
Existe otro tipo de distorsión no lineal llamada distorsión por intermodulación que se
produce típicamente cuando la señal original posee más de una fundamental y éstas no
están relacionadas armónicamente. Si tenemos dos frecuencias 𝑓1 y 𝑓2, tras la distorsión
aparecerán frecuencias iguales a las sumas y restas de las originales, es decir
aparecerán las frecuencias dadas por la fórmula:
𝑓 = |𝑛 × 𝑓1 ± 𝑚 × 𝑓2 |
donde𝑛 y 𝑚 son números enteros (incluyendo el 0). Estos artefactos producidos son
disonantes con las frecuencias de la señal original, por lo tanto este tipo de distorsión
resulta mucho más perjudicial para la calidad del sonido que la distorsión armónica. En los
dispositivos se especifica la cantidad de distorsión por intermodulación producida
mediante el parámetro IMD (del inglés IntermodulationDistortion). Todos los dispositivos
producen ambos tipos de distorsión no lineal, aunque en niveles por debajo de lo
perceptible. Sin embargo, si exigimos a un equipo llevándolo al límite de amplitud que
puede soportar, esas distorsiones se intensifican abruptamente. Esto es lo que
denominamos saturación en un dispositivo.
Figura 1.9
Ruido
Denominamos ruido a toda señal no deseada que se encuentre acompañando (sumada) a
la señal deseada. En los sistemas de sonido existen dos tipos de ruido: el ruido acústico y
el ruido eléctrico. El ruido acústico es el ruido ambiente propiamente dicho formado por
fuentes sonoras que no son la que nos interesa capturar con un micrófono, pero que
logran sumarse a la señal acústica antes de producirse la transducción. El ruido eléctrico
se origina en los fenómenos físicos que tienen lugar dentro de los circuitos eléctricos y
electrónicos, y si bien es posible reducirlo cuidando el diseño y fabricación de los
dispositivos, existen límites físicos que impiden eliminarlo por completo. Lo importante es
mantenerlo debajo del umbral de la audición. En los dispositivos se especifica el nivel de
ruido eléctrico como relación señal-ruido, definida como:
𝑠𝑒ñ𝑎𝑙
𝑆/𝑅 = 20 𝑙𝑜𝑔10
𝑟𝑢𝑖𝑑𝑜
Rango dinámico
El rango dinámico es un parámetro asociado a una señal que representa la relación entre
el máximo y el mínimo nivel de la señal, expresada logarítmicamente en decibeles. Es
decir, el rango dinámico de una señal será mayor entre mayor sea la diferencia entre su
nivel máximo y su nivel mínimo. Por lo tanto, el rango dinámico puede obtenerse como
diferencia entre estos niveles:
𝑅𝐷 = 𝑁𝑃𝑆𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑎 − 𝑁𝑃𝑆𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑎
En nuestra cadena de audio, el ruido del sistema no permitirá que trabajemos con sonidos
de amplitudes muy bajas, mientras que las amplitudes demasiado altas llevarán a la
distorsión por saturación. Entonces, el sistema tiene un límite de rango dinámico en el que
puede trabajar sin afectar la señal de manera perjudicial, y este límite está dado por los
niveles de distorsión armónica, distorsión por intermodulación y relación señal-ruido de los
componentes de la cadena de audio.
4, Ejercicio
Imaginar un escenario en el cual un sonido es generado en una fuente, atraviesa una
cadena de audio y culmina su trayecto en los procesos cognitivos de un oyente.
Realizar un diagrama de flujo donde se vean representados todos los sistemas, procesos
y fenómenos intervinientes.
Modo de entrega:
Lo que vimos:
En esta Unidad hemos tratado el sonido desde su generación, pasando por la forma en
que nuestro sistema auditivo lo percibe, y cómo lo transformamos en otro tipo de señal
para su posterior proceso y almacenamiento.
Lo que viene:
En la siguiente Unidad comenzaremos nuestro trabajo con señales digitales.