Manual Practico para La Ansiedad y Preocupaciones
Manual Practico para La Ansiedad y Preocupaciones
Manual Practico para La Ansiedad y Preocupaciones
CLARK
AARON T. BECK
2ª edición
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
Desclée De Brouwer
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1. Empezar de nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2. Comprender la ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3. La mente ansiosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
4. Echar a andar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
Enormemente preocupada
Rebecca, una mujer de treinta y ocho años con dos hijas en edad
escolar, no puede dormir. Estos últimos cinco años, desde que la
ascendieron a responsable de tienda, se siente embargada de
aprensión y nerviosismo, y sumamente preocupada por el trabajo,
la seguridad de sus hijas, la salud de sus padres ya mayores, la
economía familiar y la inseguridad laboral de su marido. Su men-
te parece estar anticipando constantemente posibles catástrofes:
que si no podrá rendir eficazmente en el trabajo ni encargarse de
las proyecciones de ventas mensuales, que si su hija pequeña se va
a hacer daño en la escuela o a su hija mayor la van a importunar
unos chicos, que si sus padres se van a sentir desilusionados al no
recibir sus visitas (además, con todo lo que se gasta en pagar los
recibos de la casa no le va a quedar dinero suficiente para contri-
buir económicamente a su plan de pensiones), que si su marido
podría perder el trabajo cualquier día… Una lista que no se acaba
aquí. Rebecca siempre ha sido una persona muy preocupada,
pero los últimos años esto se ha vuelto casi insoportable. Además
de pasar muchas noches en vela, le parece estar constantemente
agitada, con temblores, agobiada, incapaz de relajarse, irritada y,
ocasionalmente, a punto de estallar de ira. Asimismo, rompe a
llorar sin ninguna razón aparente. Sus preocupaciones, además
de incesantes, son imposibles de controlar. A pesar de todos sus
esfuerzos por distraerse y tranquilizarse, diciéndose a sí misma
que todo saldrá bien, no consigue librarse de la insidiosa sensa-
ción de que al final “todo se va a torcer”.
Perder el control
Todd está perdiendo el control, al menos eso le parece a él. Tras
licenciarse en la universidad y conseguir un trabajo en el área de
ventas, se mudó a otra ciudad, donde por primera vez pudo vivir
en un piso propio. Había empezado a hacer amigos, tenía novia, y
en su nuevo trabajo las cosas le iban cada vez mejor (sus primeros
resultados comerciales fueron sumamente positivos). La vida le
sonreía. Pero todo esto cambió para Todd un frío día de noviem-
bre mientras volvía a casa del trabajo. Había tenido que hacer
horas extraordinarias para terminar a tiempo un ambicioso pro-
yecto de ventas. Se dirigió al gimnasio para hacer sus habituales
ejercicios cardiovasculares y soltar la habitual tensión acumula-
da a lo largo de la jornada. Mientras volvía a casa, se apoderó de
él una sensación extraña e inesperada. De repente, notó una opre-
sión en el pecho y el corazón empezó a latir alocadamente. Se sen-
tía aturdido, casi mareado, como si fuera a perder el sentido. Paró
en el arcén, apagó el motor y se agarró al volante. Se sentía tenso:
empezó a estremecerse, a temblar y también a sudar. Trató de res-
pirar hondo, pues estaba convencido de que se iba a quedar sin
aire. También temía que fuera a sufrir un ataque al corazón, igual
que le había ocurrido a su tío tres años atrás. Esperó a que amai-
naran los síntomas y, unos minutos después, acudió a Urgencias.
Le hicieron un examen exhaustivo, pero no le encontraron nin-
gún problema físico. El médico que lo atendió le dijo que se trata-
ba de un ataque de pánico; le recetó Ativan y le recomendó que
fuera a ver a su médico de familia.
Ese primer ataque ocurrió hace nueve meses, y desde enton-
ces la vida de Todd ha cambiado drásticamente. Ahora sufre fre-
cuentes ataques de pánico y se muestra constantemente
preocupado por su salud. Ha reducido al mínimo sus actividades
sociales y no se atreve a salir por ahí por miedo a sufrir un nuevo
ataque. Solo acude a su lugar de trabajo y a casa de su novia, pues
le horroriza aventurarse en territorios nuevos, desconocidos. Su
mundo se ha encogido considerablemente a consecuencia del
miedo y de la evitación.
Usted puede usar este libro por su propia cuenta si así lo desea,
pero según nuestra experiencia los métodos a utilizar serán más efi-
caces si los usa en terapia con un experimentado profesional de la
salud mental. Los métodos de este libro se basan en la terapia cogni-
tiva (TC), que empezamos a desarrollar en los años sesenta uno de
nosotros (Aaron T. Beck) para el tratamiento de la depresión(3). En
1985, publiqué junto con mis compañeros Trastornos de ansiedad y
fobias: una perspectiva cognitiva, obra que ofrecía una nueva versión
de la terapia cognitiva para el tratamiento de la ansiedad (4). En 2010
perfilamos y actualizamos dicha terapia en Terapia cognitiva para
trastornos de ansiedad: ciencia y práctica, libro que se basaba en los
hallazgos científicos sobre la naturaleza y tratamiento de la ansie-
dad realizados en los veinticinco últimos años (5).
En la actualidad, la terapia cognitiva (o terapia cognitivo-con-
ductual [TCC]) la practican en todo el mundo cientos de profesio-
nales de la salud mental, y, según muestran docenas de estudios de
resultados clínicos científicos, es un tratamiento eficaz para
muchas formas de trastornos de ansiedad: entre el sesenta y el
ochenta por ciento de las personas con problemas de ansiedad que
han seguido un curso de terapia
cognitiva (por ejemplo, entre diez
Los miles de personas que hay
con ansiedad son el testimonio y veinte sesiones) han experimen-
vivo de que una persona puede tado una importante reducción
llevar una vida productiva y de su ansiedad, si bien solo una
satisfactoria con importantes minoría (es decir, entre el veinti-
períodos de desazón. También cinco y el cuarenta por ciento)
usted puede reducir la
intensidad, persistencia y efectos
han quedado completamente
negativos de la ansiedad en su libres de los síntomas (6,7). Esto es
vida. Es posible “volver a meter equivalente a –o mejor que– la
al genio dentro de la botella”, eficacia de la medicación sola,
es decir, devolver el miedo y la toda vez que en un buen número
ansiedad a su lugar normal, al
de estudios la terapia cognitiva
lugar que les corresponde en la
vida de una persona. ha arrojado una mayor mejoría a
largo plazo que la medicación
Ejemplos
Esperando una entrevista “No tengo idea de lo Me siento nervioso,
de trabajo (desencadenante) a que voy a decir; a tenso, con cosquillas
creen que soy un idiota” en el estómago
Características Explicación