¡Ensayo Sobre La Filosofía de La Edad Media. (WFT) !!
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UCNE
FACULTAD DE CIENCIAS DE SALUD (MEDICINA)
Asignatura:
Filosofía
Participante:
Wanda Laritza Bretón Paula
Docente:
Apolinar Escolástico, M. A.
En el presente ensayo se habla sobre todo lo concerniente a la edad media, desde su marco
histórico, hasta los pensadores y filósofos más relevantes de esta edad.
La Edad Media es un lapso histórico que empieza en el año 476 (aunque en la actualidad los
historiadores del lapso prefieren hacer un término intermedio entre antigüedad y edad media, así
en el 476 iniciaría la llamada Antigüedad Tardía, que por cierto seria como una época de
transición) con la caída del Imperio Romano de Occidente tras ser destronado el último jefe
supremo, Rómulo Augústulo, por el líder de los bárbaros, Odoacro, y acaba en 1492 con el
hallazgo de América. Ciertos historiadores permiten variantes de su final en 1453 con la caída
del Imperio Romano de Oriente. Una gran parte de la Edad Media se va desarrollando en Europa
nuevas formas de organización política, económica, social y cultural.
La edad media se divide en alta edad media desde el siglo V al X y baja edad media desde el
siglo X al XV.
A lo largo de los primeros siglos de la Edad Media, la filosofía se nutre de savia teológica. La
exageración de los principios platónicos había conducido a negar el razonamiento, sustituido por
el éxtasis; el éxtasis arrastraba a la cancelación de la individualidad, y la gran Unidad, Dios
mismo, venía a ser implícitamente negado: pues la unidad simplicísima excluye hasta la realidad,
que es ya una complicación. Los sistemas del lado contrario habían engendrado el escepticismo y
el materialismo. La negación circundaba el raciocinio por cada una de piezas.
Los filósofos de la Edad Media aceptaron más o menos que el cristianismo era lo verdadero.
Pero la cuestión que en ésta época se plantea es que si había que tener fe para así creer en los
milagros cristianos o también se podía acceder a las verdades cristianas mediante la razón. La
filosofía medieval se basó prácticamente en la cuestión de que si eran compatibles la fe y la
razón.
La patrística fue un sistema filosófico de los Padres de la Iglesia; esto es, de los primeros
filósofos y teólogos del cristianismo que sentaron las bases doctrinales de la Iglesia. Según el
idioma en que escribieron se los clasifica en: Padres de la Iglesia de rito latino y Padres de la
Iglesia de rito griego.
El escolasticismo fue un movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural
humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido
sobrenatural de la revelación cristiana. Principal corriente en las escuelas y universidades de
Europa durante la edad media, su ideal último fue integrar en un sistema ordenado el saber
natural de Grecia y Roma y el saber religioso del cristianismo. El término “escolástica” también
se utiliza, en un sentido más amplio, para expresar el espíritu y métodos característicos de ese
momento de la historia de la filosofía occidental o cualquier otro espíritu o actitud similar hacia
el saber de otras épocas. En su origen “escolástico” designaba a los maestros de las escuelas
monásticas o catedralicias medievales, de las que surgieron las universidades, pero acabó por
aplicarse a cualquiera que enseñara filosofía o teología en dichas escuelas o universidades.
- Avicena:
- Averroes:
- Abelardo:
Según Abelardo, 'mundial' es un vocablo servible que expresa la imagen combinada de aquellas
asociaciones usuales de palabras en la mente. Esta postura no es nominalista, ya que Abelardo
remarca que las asociaciones de las cuales está formada la imagen y a las que se da un nombre
mundial poseen una determinada analogía o naturaleza común. Su teoría es un paso definitivo
hacia el realismo moderado de Aquino, empero carece de una descripción del proceso por el cual
están compuestas las ideas. En la evolución de la ética, la más grande contribución de Abelardo
ha sido mantener que un acto debería ser juzgado por el fin que guía a quien lo hace.
- San Agustín:
La filosofía de San Agustín se enfrentaba a tres ámbitos: las relaciones entre la fe y la razón, la
naturaleza de Dios y del alma humana y sobre la ciudad de Dios. Y este se adhería al
maniqueísmo en la búsqueda de la sabiduría racional del universo y una solución al problema del
mal.
San Agustín transmitía a la edad media la identificación entre ambos planos, es decir, entre la fe
y la razón. Y este descubrió que la fe pone a disposición la verdad que la razón no había logrado
descubrir, y para este era mejor creer para saber para creer.
La fe no es entendimiento, más bien esta nos prepara para él. Aunque la fe sea un acto de
pensamiento al que se concede asentamiento, no es el entendimiento que nos abre las puertas a la
sabiduría, por eso el acto de la fe debe prolongarse con el de entender, y el entender lo que
creemos nos hace contemplar, aprehender y la verdad. Y los que creen en Dios y él es la verdad,
ya que creer, saber y aprehender so las tres etapas que hacen al hombre feliz. Y San Agustín
distingue distinguía entre la autoridad humana y la divina, que es la “Vera Autoritas”, la que vale
la verdad revelada en las sagradas escritura que proporcionan los contenidos del saber racional.
Ya que sin la revelación, nuestro saber natural seria ciego para la verdad.
Entender para creer, la razón, el elemento más elevado de la naturaleza humana, es la facultad
con la que el hombre, a partir de lo visible, va ascendiendo a lo invisible, y por esta razón el acto
de la fe debe prolongarse con el entender.
Según St. Tomas de Aquino la filosofía debía reconocer como previas las verdades de la fe, y
este hizo un esfuerzo racial para demostrar que era muy razonable admitir que Dios existe y que
la imagen de Dios está presente en sus criaturas (en la filosofía siempre hay que tener una
respuesta razonable a los hechos, y para muchos filósofos no es muy fiable creer que el mundo se
creó en 7). Las ideas principales son: que el hombre es libre, y esa libertad es una propiedad de la
voluntad humana, y esa voluntad humana es la facultad que apetece el bien y que el fin del
hombre es la posesión de Dios, sumo bien. Y todos los demás fines están encaminados a este
objetivo. Y que el mal moral consiste en no proponerse como fin último la posesión de Dios.
Y que para poseer a Dios el hombre debe cumplir lo que manda la ley natural. Y esta ley es
presencia en la naturaleza de la ley eterna. Y que esta era el designio de Dios sobre los seres
naturales y lo que Dios impuso como fin de todas las y cada una de las naturalezas creadas. Y
esta ley impone hacer el bien y evitar el mal. Este precepto se concreta en el hombre como
conciencia moral u obligación de realizar ciertas acciones y evitar otras. La ley positiva era el
mandato razonable promulgado por la autoridad competente en orden al bien común de una
comunidad o sociedad, y que el hombre estaba obligado a cumplir las leyes positivas. Y para St.
Tomás la autoridad viene de Dios, y este no justificaba la tiranía.
Es decir que debe de haber un primer motor no movido por nadie, más bien este debe de ser
movido por la fe, y que debe de existir un ser absolutamente necesario (ya que si no tenemos a
Dios no podremos vivir en sociedad ya que con el empiezan todos los valores que nos inculcan),
y que debe de haber un ser perfecto ¿y quién más perfecto que nuestro Dios? Nadie. Y también
debe de existir un ser que dirija a todas las cosas naturales (como Dios nos guía como el gran
pastor que es, a nosotras las ovejas ya que cuando una se descarría él nos hace llegar al camino
correcto). St. Tomás trataba de hacer reaccionar sobre la existencia de Dios y lo grande que era
este.
El conocimiento sensible: que proviene de las sensaciones de nuestros sentidos. Es
siempre de cosas particulares y de cualidades sensibles. Se fija en los accidentes o
apariencias directas de las cosas. No puede formar conceptos universales. Sólo nos da
cuenta de los objetos particulares y de sus cualidades sensitivas.
El conocimiento intelectual: es obra del entendimiento. Es un conocimiento universal o
por conceptos, no sensible porque ya no necesita de la imagen de las cosas ni de su
presencia física. El conocimiento intelectual está formado por:
- Los sentidos.
- La imaginación.
- El entendimiento.
- Y la abstracción.
También está la ley positiva que es el mandato razonable que es el mandato razonable
promulgado por la autoridad competente en orden al bien común de una comunidad o sociedad.
El hombre está obligado a cumplir las leyes positivas justas.
1. Se deduce del movimiento y concluye que existe un primer motor inmóvil. Influencia
aristotélica.
2. El encadenamiento de las causas eficientes no puede ser infinito. Debe llegarse a una causa
primera que no haya recibido extrínsecamente la razón de su existencia. Antecedentes en
Avicena.
3. La realidad de los seres contingentes prueba la existencia de un ser necesario. Antecedentes
en Maimónides.
4. Los grados de perfección de las cosas muestran la relatividad de éstas con arreglo a un Ser
perfectísimo, en el que se dan en grado excelente y absoluto. Tomado de San Anselmo.
5. El orden teleológico de las cosas, la causa final que preside el desarrollo del universo prueba
la existencia de un Ser inteligente que dirige todas ellas a su fin: Dios. Antecedentes en
Cicerón y Séneca.
En conclusión en la Edad Media la filosofía se inspiró en el cristianismo, por el cual describía la
vida y los fenómenos de todo el mundo que les rodeaba. La realidad era buscada en la Biblia,
libro de máxima inteligencia revelada por Dios, conforme el cual Dios diseñó el planeta y a cada
una de las criaturas.