Cómo Ser Un Estoico
Cómo Ser Un Estoico
Cómo Ser Un Estoico
Los estoicos dividen las emociones en dos categorías: las emociones constructivas (alegría, amor,
sentido de la justicia) y las emociones disruptivas (rabia, miedo, odio) Un buen estoico busca
cultivar las constructivas y evitar las disruptivas.
El estoicismo es una filosofía de vida, una manera de orientarse en la vida, se diferencia de otras
filosofías por su premisa principal, vivir de acuerdo a la naturaleza. La naturaleza de los estoicos es
que somos seres sociales y racionales. Una vida que vale la pena es cuando ponemos la razón por
encima de todas las cosas, para ayudar a los demás y a nosotros mismos.
«En el caso de las cosas particulares que te gustan, o te benefician, o a las que has cogido cariño,
recuerda lo que son. Empieza con cosas de poco valor. Si te gusta la porcelana, por ejemplo, di:
“Me gusta una pieza de porcelana”. Cuando se rompa, no te sentirás desconcertado. Cuando le des
un beso a tu esposa o hijo, repite: “Estoy besando a un mortal”. Así no te sentirás tan desconsolado
cuanto te los arrebaten.»
«Siempre que planifiques una acción, practica mentalmente lo que el plan implica. Si te diriges a los
baños, imagínate la escena típica de las termas: gente chapoteando, empujando, gritando y tirándote
de la ropa. Completarás el acto con mayor compostura si te dices desde el principio: “Quiero
bañarme, pero al mismo tiempo quiero mantener mi voluntad alineada con la naturaleza” [es decir,
aplicando la razón a la vida social]. Hazlo con todos los actos. De esta manera, si ocurre algo que te
fastidie el baño, tendrás dispuesto el pensamiento “Bueno, no solo era esta mi intención, también
quería mantener mi voluntad en línea con la naturaleza, lo que es imposible si todo salta en pedazos
cuando ocurre algo malo”.»
«Para cada desafío, recuerda los recursos que tienes dentro de ti para enfrentarte a él. Provocado por
la visión de un hombre guapo o de una mujer hermosa, descubrirás en tu interior el poder contrario
del autocontrol. Enfrentado al dolor, descubrirás el poder del aguante. Si te insultan, descubrirás la
paciencia. A su debido tiempo, crecerás hasta confiar en que no hay una sola impresión para la que
no tengas los medios morales para tolerarla.»
«Recuerda, no es suficiente con que te golpeen o insulten para que te hieran, debes creer que van a
herirte. Si alguien tiene éxito en provocarte, date cuenta de que tu mente es cómplice de la
provocación. Esa es la razón por la que resulta esencial que no respondamos impulsivamente a las
impresiones; tómate un momento antes de reaccionar y descubrirás que es más fácil mantener el
control.»
«Evita fraternizar con no filósofos. Pero si tienes que hacerlo, ten cuidado de no bajar a su nivel;
porque, sabes, si un compañero es sucio, sus amigos no pueden evitar ensuciarse un poco, sin
importar lo limpios que estaban al principio.»
«Si te enteras de que alguien está hablando mal de ti, no intentes defenderte de los rumores; en su
lugar responde: “Sí, y él no sabe ni la mitad, porque podría haber dicho más”.»
«En tu conversación, no te detengas demasiado en tus logros o aventuras. Solo porque te guste
contar tus gestas no significa que los demás obtengan el mismo placer de escucharlas.»
«Algunos se bañan con prisa; no digas que se bañan mal, sino con prisa. Alguien bebe mucho vino;
no digas que bebe mal, sino mucho. Mientras no conozcas sus razones, ¿cómo puedes saber que sus
acciones son malas? Esto evitará que percibas una cosa con claridad, pero después expreses algo
diferente.»
«No admitas el sueño en tus tiernos párpados hasta que hayas evaluado cada uno de los hechos del
día: ¿cómo he errado, ¿qué he hecho o dejado de hacer? Empieza así y revisa tus actos y entonces
por los actos infames amonéstate, por los buenos alégrate.»