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Hebreos 2

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HEBREOS 2  

– UNA SALVACION TAN GRANDE


A. Por lo tanto: debido a la superioridad de Jesús sobre
los ángeles, debemos prestar atención a Jesús.
1. (1) La lección de Hebreos 2 es aplicada: escuchen y
no se deslicen.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las
cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.

b. Con más diligencia atendamos: Esto es lo que


debemos hacer a la luz de la superioridad de Jesús sobre
los ángeles. Debemos con más diligencia atender a las
palabras de Jesús. Es fácil pensar que esta exhortación es
dada a los no-creyentes, pero esta carta fue escrita para
cristianos.
i. Con más diligencia atendamos: No solo lleva la idea
de escuchar atentamente, sino también de hacer lo que
hemos escuchado, y es necesario que con más diligencia
atendamos. Hay una urgencia y necesidad de esto.

Proverbios 3:21-22
21 
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos;
Guarda la ley y el consejo,
22 
Y serán vida a tu alma,
Y gracia a tu cuello.

c. No sea que nos deslicemos: Si nosotros no atendemos con


más diligencia, nos deslizaremos. El escritor tenía en mente
la deriva de un bote, y dicha deriva ocurre naturalmente sin
ancla a algo sólido. Si no estamos anclados en la verdad
de la superioridad de Jesús, nos deslizaremos con las
corrientes del mundo, la carne y el diablo.

i. La palabra griega antigua deslicemos viene de la


idea “resbalar” .si no atendemos ala palabra el
consejo puej nos resbalarermos fácilmente.
ii.
iii. ¿Cuándo nos deslizamos?
Cuando dejamos de escudriñar las escrituras
Cuando dejamos de congregarnos
Cuando dejamos la intimidad con Dios
Hermano seamos diligente ,seamos atento es necesario que
con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído

proverbios 3. 23 23 Entonces andarás por tu camino con


seguridad,y tu pie no tropezará.

ii. El carcelero filipense le preguntó a Pablo: “qué debo


hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30), Pablo le respondió
iii. “La protección contra el deslizo es tener a Cristo como el
ancla y el timón de la vida. El ancla nos sostendrá a la
verdad, mientras que el timón nos guiará por la verdad”.
2. (2-4) La lección enfatizada: ¿cómo escaparemos si
descuidamos una salvación tan grande?

Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme,


y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación
tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente
por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios
y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según
su voluntad.

a. La palabra dicha por medio de los ángeles: Esto describe


la Ley mosaica, la cual fue recibida… por disposición de
ángeles (Hechos 7:53). La idea es que la ley fue entregada
a Moisés por manos de ángeles.
b. Fue firme: La Ley Mosaica fue firme y estricta (toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución).
Demandaba ser tomada en serio.

c. Cómo escaparemos: Si debemos tomar con seriedad la


palabra que vino a nosotros por medio de los ángeles,
entonces debemos tomar con aún más seriedad la palabra
que nos llegó a través del Hijo de Dios.
El Hijo a probado ser superior a los ángeles, entonces su
mensaje debe ser considerado superior.

i. Un mensaje superior traído por una Persona superior que


tiene mejores promesas traerá una mayor condenación si se
descuida.
d. Si descuidamos una salvación tan grande: La antigua
palabra griega traducida a descuidamos es amelesantes, la
cual se usa también en Mateo 22:5 de aquellos que
ignoraron la invitación a la cena de bodas (sin hacer caso).
Significa tener la oportunidad, pero ignorarla o descuidarla.

i. Este fue un mensaje para los creyentes, y para aquellos


fuera de la fe. El peligro que se describe no es
el rechazo de la salvación (aunque el principio ciertamente
también aplica ahí), pero el descuido de la salvación.
ii. Recuerde que Hebreos no fue escrito principalmente
como un tratado evangelístico, sino como estímulo y
advertencia para los cristianos q se han desalentados. Fue
escrito para aquellos que habían descuidado un caminar
continuo con Jesús.
Santiago 4: 8
8 aAcercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, blimpiad vuestras manos; y vosotros, los de
doble ánimo, cpurificad vuestros corazones.
e. Una salvación tan grande: Cuando consideramos algo tan
grande, naturalmente le pondremos atención y no
descuidaremos de ello. Si no consideramos algo como
grande, lo dejamos a conveniencia en vez que a
compromiso.

i. “La frase ‘una salvación tan grande’ es un recordatorio


impresionante de lo que Dios ha provisto en Cristo. La
palabra ‘tan’ es similar a la instancia en el pasaje familiar:
‘De tal manera amó Dios al mundo’ (Juan 3:16) y expresa
una profundidad insondable”.
ii. Por lo tanto, si descuidamos algo, probablemente no lo
consideramos grande. Sin embargo, nuestra salvación es
grande porque:
·Somos salvos por un gran Salvador.
·Somos salvos a un gran costo.
·Somos salvos de una gran pena.

iii. Una razón por la cual muchos descuidan su salvación es


porque nunca la ven como salvación. La ven como si fuera
solo el recibir algo, no como ser rescatado de algo.

En la carta a los Hebreos se nos exhorta a ser diligentes para


no descuidar una salvación tan grande la cual ha sido provista por
nuestro Dios. Cuando pensamos en las palabras que el autor
utiliza, una salvación tan grande, nos hace pensar en lo grande y
maravillosa que realmente es la obra expiatoria que nos ha librado
de la condenación eterna. Pero, ¿por qué la palabra nos dice que
la salvación que Dios nos ofrece es grande?

 I.  PORQUE NOS SALVA DE LAS CONSECUENCIAS


DEL PECADO.

“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión


de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos
todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había
contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la
cruz”.
Colosenses 2:13-15

En primer lugar, es una salvación tan grande porque nos


salva de las consecuencias del pecado. La consecuencia del
pecado es la condenación eterna y por ello en las Escrituras se nos
exhorta a huir del pecado y buscar la misericordia de
Dios: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos
6:23). En Colosenses se nos dice que gracias a la salvación que
Dios nos ofrece nos libró de:
1.       La condenación eterna, perdonando nuestros pecados y
anulando el acta que nos acusaba: Y a vosotros, estando muertos
en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida
juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el
acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.
2.       Liberándonos de la tentaciones del diablo y sus demonios: y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

De esta forma hoy somos libres de la condenación eterna y


del imperio de Satanás ya que hemos venido a ser hijos de Dios.

  II.            PORQUE ES GRACIAS A LA OBRA


EXPIATORIA DEL HIJO DE DIOS.

“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió


por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo;
con todo, pudiera ser que alguno osará morir por el bueno. Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Romanos 5:6-8
En segundo lugar, es una salvación tan grande porque es
gracias a la obra de Cristo Jesús el Hijo de Dios. Nuestra
salvación no consiste en las obras que nosotros u otro hombre
pueda hacer, sino está basada en la obra de Cristo y por eso Pablo
decía: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo
murió por los impíos.
. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que,
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Como seres pecadores nuestras justicias jamás lograrían
agradar a Dios y ser suficientes como para salvarnos de la
condenación eterna, de allí que Isaías dice: “Si bien todos
nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como
trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y
nuestras maldades nos llevaron como viento”, (Isaías 64:6).
De esta forma ningún sacrificio lograría ser aceptable
delante de Dios para redimirnos de nuestros pecados: 
“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros,
no la imagen misma de las cosas nunca puede, por los mismos
sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de
ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no
tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios
cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de
los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”,
(Hebreos 10:1-4).
Por ello, Dios envió a su Hijo para hacer aquello que
nosotros no lograríamos, ofrecer un sacrificio perfecto por todas
nuestras maldades: “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez
para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez,
sin relación con el pecado, para salvar a los que le
esperan”, (Hebreos 9:28). En este sentido nuestra salvación
realmente es tan grande porque es gracias al sacrificio de Cristo
Jesús.

                          III.            PORQUE ES GRATUITA.

“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la


redención que es en Cristo Jesús”.
Romanos 3:24

            Finalmente, nuestra salvación es una salvación tan grande


porque es gratuita. Definitivamente la gran bondad de Dios se
muestra en el sentido de que la salvación de nuestra alma no se
gana por obras o méritos humanos sino es un don gratuito que
Dios otorga: Siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús. Desde el Antiguo
Testamento Dios ha venido anunciando lo maravillosa que sería
su salvación y que esta sería gratuita: “A todos los sedientos:
Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y
comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por
qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo
que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se
deleitará vuestra alma con grosura”, (Isaías 55:1-2).
Ahora bien, esta salvación es un regalo de Dios no porque no
valga nada, sino al contrario, su precio es incalculable ya que vale
la sangre del Hijo de Dios y nadie podría reunir los suficientes
méritos o las suficientes riquezas como para comprarla. Es esta la
razón por la cual la salvación no es por obras, sino a través de la
fe en el Hijo de Dios: “Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe”, (Efesios 2:8-9). Por esta razón decimos
que es una grande salvación.

            CONCLUSIÓN.

            La salvación que el Señor nos ofrece es un don tan grande

f. La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el


Señor, nos fue confirmada: Esta palabra fue hablada por
Jesús y confirmada por testigos (por los que oyeron).
Entonces fue confirmada con señales, prodigios, diversos
milagros y repartimientos del Espíritu Santo dados por Dios.

i. Al decir que fue confirmada por los que oyeron, el escritor


confirma que él no es parte de la “primera generación” de
cristianos. Él había escuchado el mensaje de segunda
mano a través de los apóstoles y testigos del ministerio de
Jesús.

g. Testificando Dios juntamente: Dios confirma su palabra


con diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo.
Pero lo hace todo según su voluntad, no por orden del
hombre.

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