La deconstrucción es una corriente filosófica y crítica asociada principalmente a Jacques Derrida que cuestiona las jerarquías binarias y la presencia de un centro metafísico que estructure el significado. Busca desmontar estas estructuras mediante una lectura atenta que revele las implicaciones del lenguaje. La escritura, no el habla, es la base del significado. La Escuela de Yale aplicó estos principios en Estados Unidos en los años 80, priorizando el lenguaje sobre el significado e interpretando los textos como caden
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La deconstrucción es una corriente filosófica y crítica asociada principalmente a Jacques Derrida que cuestiona las jerarquías binarias y la presencia de un centro metafísico que estructure el significado. Busca desmontar estas estructuras mediante una lectura atenta que revele las implicaciones del lenguaje. La escritura, no el habla, es la base del significado. La Escuela de Yale aplicó estos principios en Estados Unidos en los años 80, priorizando el lenguaje sobre el significado e interpretando los textos como caden
La deconstrucción es una corriente filosófica y crítica asociada principalmente a Jacques Derrida que cuestiona las jerarquías binarias y la presencia de un centro metafísico que estructure el significado. Busca desmontar estas estructuras mediante una lectura atenta que revele las implicaciones del lenguaje. La escritura, no el habla, es la base del significado. La Escuela de Yale aplicó estos principios en Estados Unidos en los años 80, priorizando el lenguaje sobre el significado e interpretando los textos como caden
La deconstrucción es una corriente filosófica y crítica asociada principalmente a Jacques Derrida que cuestiona las jerarquías binarias y la presencia de un centro metafísico que estructure el significado. Busca desmontar estas estructuras mediante una lectura atenta que revele las implicaciones del lenguaje. La escritura, no el habla, es la base del significado. La Escuela de Yale aplicó estos principios en Estados Unidos en los años 80, priorizando el lenguaje sobre el significado e interpretando los textos como caden
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LA DECONSTRUCCIÓN
Yvancos la define como una “modalidad concreta de lectura de textos” y Viñas
como una actitud crítica que plantea el debate contra la crítica literaria y contra los métodos empleados para interpretar los textos. Asensi, especialista en Derrida, va más lejos y señala que es un modo de resistencia política Representada por Jacques Derrida, que vinculado al movimiento filosófico que en el s. XX defendió la destrucción de los conceptos de la metafísica en el sentido de Heidegger: si en filosofía occidental toda oposición se presenta como un enfrentamiento entre dos estructuras binarias jerárquicas (existencia- esencia, hombre-mujer, ser humano- animal, alma-cuerpo…), la Deconstrucción tratará de invertir esas jerarquías y desmontarlas evidenciando su falta de solidez (tratará de hallar cuál es la oposición binaria jerárquica que domina en un texto). Vinculado también a la nouvelle critique, será la fuente de inspiración de la Escuela de Yale Derrida hace un comentario sobre el término de Deconstrucción que no usa como sinónimo de destrucción, sino como una cuestión de mantenerse atento, de estar alerta a las implicaciones del lenguaje que utilizamos. Este escrito, que expone la teoría del descentramiento de la estructura, tuvo una enorme influencia en EEUU. A partir de dicha teoría se concluye que la interpretación no es una mímesis pasiva de significantes, sino una cadena de significantes que se sustituye por otra cadena de significantes. La colaboración de Donato publicada en las actas de este simposio plantea 2 cuestiones esenciales para los seguidores de Derrida y a sus oponentes: la estructuralidad de la estructura (su descentramiento); y la interpretación de la estructura como una sustitución de significantes. Sólo el grupo Tel Quel muestra interés en la persona y en la obra de Derrida y colabora con el texto “La différance” (en respuesta a las teorías estructuralistas del lenguaje). La diferencia se convierte en prototipo de lo que escapa a la metafísica occidental. Differance es distinguir (diferenciar) y diferir (posponer). Estos primeros textos trabajan ya sobre el problema de la significación o la idea de que la interpretación no es mímesis pasiva. En la tª estructuralista se da por sentado un centro de sentido metafísico (yo, revolución francesa, ser, esencia, verdad…) que sostiene la estructura. Al tratar de destruirlos nos topamos con sus opuestos. Derrida llama logocentrismo al deseo de un centro que le dé sentido. Mientras que el estructuralismo se conformaba con reducir un texto a oposiciones binarias, para Derrida el signo lingüístico no es una unidad compuesta por significado y significante sino una fijación momentánea en el proceso temporal del lenguaje. La posibilidad de su repetición hace que se divida su identidad: si puede repetirse en distintos contextos, tendrá distintos significados. Para Derrida, literatura y crítica no se pueden separar. La tª literaria es en sí misma un texto y no existe un dentro/fuera del texto ni un metatexto ni el lenguaje transparente. Cree que es logocentrista la idea de que el habla es superior a la escritura. Sustituye la Gramática como ciencia del lenguaje por la Gramatología como ciencia de la escritura. Desarrolla una tª de la escritura como crítica al logocentrismo. Su objetivo es explicar por qué lo esencial del lenguaje debe entenderse conforme al modelo de escritura y no conforme al modelo de habla: el significante lingüístico es arbitrario (los signos, fónicos o gráficos, significan por lo que difieren de los demás; su identidad se compone por la capacidad que tienen de remitir a otros o por la huella presente/ausente que otros han dejado en él). Así, la identidad no es una presencia plena: todo significado es ya un significante. La escritura o archi-escritura (texto) es el término que emplea Derrida para determinar el ámbito general de los signos que anteceden a toda inscripción identificable. Otorga a la escritura 3 características: 1) puede repetirse en ausencia del sujeto que lo emitió en un contexto y con un receptor concreto; 2) puede romper con su contexto real (leerse en uno diferente al del que fue escrito, independientemente de la intención del autor) y 3) incluye en su constitución un espaciamiento en dos sentidos (está separado de otros signos en una cadena particular y está separado de un referente presente) Escuela de Yale. Es un ejemplo representativo de la deconstrucción literaria, que se difundió por las universidades norteamericanas durante los 80. En 1979 se publica “Deconstruction and criticism”, manifiesto que pone en evidencia ciertos problemas como la propia situación de la crítica o la fuerza de la literatura. Los críticos de Yale priorizan el lenguaje sobre el significado; consideran que la fuerza de la literatura no es identificable con el “sentido incorporado” y aceptan la influencia del logocentrismo en la valoración del arte. Algunos autores que pertenecieron a esta: Man: primero se aprecia una influencia existencialista (Sartre) que más tarde desaparece y da paso a la visión derridiana. Aborda los textos desde una perspectiva formal asociada a la fuerza retórica del lenguaje (cree que las figuras retóricas pueden producir fisuras en la lectura, que todo texto es figurativo y que todo lenguaje se encuentra cargado de retoricidad). Destacan 2 obras: Blinds and insight; y Allegories of Reading: figural language in Rousseau, Nietsche, Rilke and Proust. Hartman: especialista literario en el Romanticismo y desconstruccionista, se interesa especialmente por las técnicas para entender el lenguaje literario. Cree que la deconstrucción es u método de lectura atenta Miller: cree que el sentido unívoco y determinado de un poema/texto es una imposibilidad, así como la historia. La lengua es figurativa y metafórica y no puede representar la realidad de una manera directa e inmediata: la deconstrucción es una investigación sobre lo que está implícito (es una disciplina retórica). Cree que ambas lecturas (unívoca y ambigua/deconstructiva) son igualmente válidas o no válidas. Rechaza el New Criticism y defiende un juego infinito del lenguaje donde cada signo puede ser sustituido por otro. Los conflictos del lenguaje, para él, son irresolubles. Bloom: primera etapa opuesta al New Criticism y segunda etapa opuesta a la deconstrucción. Es fundamental su teoría de las fuentes de los poderes de la poesía (la fuerza se encuentra en los poemas ya leídos). En cuanto al lenguaje poético, cabe adoptar una teoría mágica o el llamado “nihilismo lingüístico” de la deconstrucción. Ambas teorías son aceptables, pero incompatibles entre ellas. Para Bloom no existen los textos, solo sus interpretaciones; y asegura que todo conocimiento poético es conocimiento de tropos.