Temario 2017
Temario 2017
Temario 2017
ARCIPRESTAZGO Nº 7
TEMARIO
CATEQUESIS DE
CONFIRMACIÓN
Tema I: La oración
El dialogo con Dios, pero ¿Cómo debemos orar? La oración debe ser espontanea,
personal y llena de fe. Una de las constantes que ayudan a mantener el alma y la vida en
continuo contacto con Dios es la fuerza de la oración. Oración es pensar en Dios amándolo.
Es un compromiso entre la relación del hombre y Dios. Es la expresión del amor de Dios
en cada hombre. La oración es esencial en la vida de los cristianos.
Para un cristiano, una vida sin oración corre el riesgo de convertirse en árida. Pero orar,
no es tan simple como uno se pueda imaginar. El tedio, el desaliento, la repetición o la
costumbre pueden hacer difícil la oración.
Repetir una oración, meditarla, comprobar todo su sabor, vibrar con ella para que se
convierta en una respiración, es entrar en el misterio del diálogo entre Dios y el hombre. Es
como dejarse guiar paso a paso por un mejor conocimiento del misterio de Dios.
Frecuentemente el dialogo con Dios es ante todo tema de silencio, lo que de por si no es
muy gratificante. Sin embargo, Santa Teresa nos dice que es en el silencio en donde se
encuentra el alma disponible, en el abandono a la confianza y a la fe. Ahí se puede
encontrar a Dios.
La oración toma una forma diferente según el tiempo, los lugares, las ocupaciones y las
preocupaciones de cada uno, la cultura y las experiencias vividas. La oración puede nacer
espontáneamente con palabras de todos los días; ella toma prestado igualmente aquellas
otras de las escrituras. Puede ser personal o comunitaria.
Los monjes y las monjas y también los religiosos (as), sacerdotes, laicos, cristianos
normales, acompasan sus jornadas con la oración de la iglesia o la liturgia de las horas.
Repartidos en cuatros semanas, los Salmos constituyen el corazón de la oración de la
iglesia.
El Salmo es un grito antes de que haya sido escrito. Es una voz que llama, murmura,
invoca, un cuerpo que se pliega ante la dureza de la prueba. En los Salmos, el pueblo de
Israel habla a Dios cuando se encuentra sumido en la culpabilidad después de una falta,
sumergido bajo las pruebas y tambien cuando goza y se alegra tras una victoria.
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Hay 5 formas en las que tú puedes orar o platicar con Dios Nuestro Señor:
1) Adoración y Alabanza
Cuando le dices a Dios que te das cuenta de que Él te creó, y le dices que lo adoras, que lo
respetas y lo amas sobre todas las cosas porque es tu Dios. (Salmos 66, 17)
2) Petición
Cuando pides a Dios algo que necesitas o que te gustaría que te diera. ¿Y qué puedes
pedir? (Mateo 21, 22)
a) Puedes pedir “cosas espirituales” como por ejemplo que te ayude a vencer un defecto,
que te ayude a acercarte más a Él, que te ayude a rezar mejor…
b) Puedes pedir “cosas materiales” como por ejemplo que te ayude a encontrar un trabajo,
a juntar para pagar esa deuda, a curarte de esa enfermedad...
c) Puedes pedir perdón, cuando has pecado. Dile a Dios que te sientes mal, que te duele
haberlo ofendido a El que es tan bueno contigo.
3) Intercesión
Cuando le pides a Dios algo no para ti, sino a favor de otro, quienquiera que sea. Pide, pide
mucho a Dios por otros: por tu esposo/a, por tus hijos, por tu familia, por los enfermos, por
los que sufren, por los que viven alejados de Dios, por el Papa, por la Iglesia, por México...
No te canses de pedir por otros.
Imagínate cuanto bien puedes hacer tú solo, si a diario rezas a Dios por todas estas
personas.
4) Acción de Gracias
Cuando le dices a Dios “Gracias” por algo.
Dale gracias a Dios porque te ama, porque te ha creado, por permitirte vivir otro día, por el
sol que te ilumina y te calienta, por la lluvia que humedece tu cosecha, por el amor de tu
familia, por el trabajo que te permite llevar alimento a los tuyos, por la salud, por la
alegría, por la paz.
Dale también gracias por la enfermedad, por la tristeza, por esa prueba que te ha costado
pero que te ha acercado a Él, por ese negocio que no te salió bien.
Dale gracias por ser tan bueno y perdonarte una y otra vez tus mismas ofensas.
(Tesalonicenses 5, 16-18)
5) Ofrecimiento
También puedes decirle a Dios que le ofreces algo que te cuesta trabajo como regalo para
Él porque lo amas.
Ofrécele no volver a hacer lo que sabes que le ofende; ofrécele hacer ese sacrificio que
tanto te cuesta pero que a Él le gustaría que hicieras.
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El ofrecer estos pequeños regalos a Dios, muchas veces es el modo más bello de decirle:
“Señor, yo te amo” con obras y no sólo con la boca.
*Textos:
En el Antiguo y Nuevo Testamento, descubriréis diferentes formas de expresiones de
oración: petición, adoración, alabanza, acción de gracias, ofrenda...
Antiguo Testamento:
. Job maldice el día de su nacimiento (Job 3, 1-31)
. Abraham pide la gracia para los justos de la ciudad de Sodoma (Génesis 28,23-33)
. Salomón pide a Dios la gracia de la Sabiduría
Nuevo Testamento:
Jesús mismo ora al Padre: (Juan 17,1-26).
. Jesús enseña a sus discípulos (Mateo 6,7-13).
. Zacarías dice una oración de alabanza
. Magníficat
el Señor es contigo
SEÑAL DE LA CRUZ bendita eres entre todas la mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre Jesús
Por la señal de la Santa Cruz, + Santa María, madre de Dios
de nuestros enemigos; + líbranos Señor, ruega por nosotros
Dios nuestro. + los pecadores
En el nombre del Padre, del Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte
del Espíritu Santo. + Amen Amén.
PADRENUESTRO EL GLORIA
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a los ángeles, a los santos subió a los cielos y está sentado a la
y a ustedes hermanos, derecha de Dios Padre
que intercedan por mí desde allí ha de venir a juzgar a los vivos
ante Dios, Nuestro Señor. y a los muertos.
Amén. Creo en el Espíritu Santo;
en la Santa Iglesia Católica,
ACTO DE CONTRICIÓN la comunión de los Santos; en el perdón
de los pecados;
Jesús, mi Señor y Redentor: en la resurrección de la carne;
Yo me arrepiento de todos los pecados y en la vida eterna.
que he cometido hasta hoy, Amén.
y me pesa de todo corazón, SALVE
porque con ellos, ofendí a un Dios tan
bueno. Dios te salve, Reina y Madre, Madre de
Propongo firmemente no volver a pecar, misericordia,
y confió en que, por tu infinita vida y dulzura y esperanza nuestra:
misericordia, Dios te salve. A ti llamamos los
me has de conceder el perdón de mis desterrados hijos de Eva;
culpas a ti suspiramos, gimiendo y llorando en
y me has de llevar a la vida eterna. este valle de lágrimas.
Amén. Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
CREDO misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a
Creo en Dios Padre todopoderoso, Jesús,
creador del cielo y de la tierra. fruto bendito de tu vientre.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
Señor; Virgen María!
que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
nació de Santa María Virgen; Para que seamos dignos de alcanzar y
padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, gozar las promesas
fue crucificado, muerto y sepultado; de nuestro Señor Jesucristo.
descendió a los infiernos, Amén.
al tercer día resucitó de entre los muertos;
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Tema II: Misa o Eucaristía
¿Qué es la Eucaristía?
La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró
Jesús con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la
consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad
histórica, la celebración de la Eucaristía (Fracción del Pan) comenzó en la Iglesia primitiva
antes de la redacción de los Evangelios.
Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre
los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras
de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por
vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."
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increiblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.
La Santa Misa
Así la Santa Misa es la renovación del sacrificio reconciliador del Señor Jesús. Además
de ser una obligación grave asistir a la Santa Misa los domingos y feriados religiosos de
precepto -a menos que se este impedido por una causa grave-, es también un acto de amor
que debe brotar naturalmente de cada cristiano, como respuesta agradecida ante el inmenso
don que significa que Dios se haga presente en la Eucaristía.
¿Qué es la Eucaristía?
Es el sacramento del cuerpo y la sangre de Jesucristo bajo las especies de pan y vino.
Por medio de la consagración, el sacerdote convierte realmente en su cuerpo y sangre el pan
y vino ofrecido en el altar.
¿Cuales son los fines por los que se ofrece la Santa Misa?
Los fines por los que se ofrece la Santa Misa son cuatro: adorar a Dios, agradecerles sus
beneficios con pedirle dones y gracias, y satisfacer por nuestros pecados.
La Santa Comunión
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recomienda vivamente la comunión frecuente y, si es posible, siempre que se asista a la
Santa Misa, para que la participación en el sacrificio de Jesús sea completa.
Es muy importante recibir la Primera Comunión cuando se llega al uso de razón, con la
debida preparación.
La Santa Misa como reproducción que es del sacrificio redentor de la cruz, tiene los
mismos fines y produce los mismos efectos:
Petición: fin impetratorio. Pedir gracias y favores, pues la Misa tiene eficacia
infinita de la oración del mismo Cristo.
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Tema III: Cuaresma
La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios
Padre lleno de misericordia. Es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para
prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados
y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel paso en el
desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de
fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido gozo de esa tierra
maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 y siguientes).
También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la
Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de
Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo
sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque
Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo
profundo, de la muerte a la vida.
Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios, la
Cuaresma sera entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados
pasados y presentes que han herido el amor de ese Dios Padre; esta purificación la
lograremos mediante unas practicas recomendadas por nuestra madre Iglesia; así
llegaremos preparados y limpios interiormente para vivir espiritualmente la Semana Santa,
con todo la profundidad, veneración y respeto que merece. Estas prácticas son el ayuno, la
oración y la limosna.
Ayuno no solo de comida y bebida, que también sera agradable a Dios, pues nos servirá
para templar nuestro cuerpo, a veces tan caprichoso y tan regalado, y hacerlo fuerte y pueda
así acompañar al alma en la lucha contra los enemigos de siempre: el mundo, el demonio y
nuestras propias pasiones desordenadas. Ayuno y abstinencia, sobre todo, de nuestros
egoísmos, vanidades, orgullos, odios, perezas, murmuraciones, deseos malos, venganzas,
impurezas, iras, envidias, rencores, injusticias, insensibilidad ante las miserias del prójimo.
Ayuno y abstinencia, incluso, de cosas buenas y legítimas para reparar nuestros pecados y
ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de amor; por ejemplo, ayuno de televisión,
de diversiones, de cine, de bailes durante este tiempo de cuaresma. Ayuno y abstinencia,
también de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos;
ayuno aquí significara renunciar a todo lo que alimenta nuestra tendencia a la curiosidad, a
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la sensualidad, a la disipación de los sentidos, a la superficialidad de vida. Este tipo de
ayuno es más meritorio a los ojos de Dios y nos requerirá mucho mas esfuerzo, más
dominio de nosotros mismos, más amor y voluntad de nuestra parte.
Limosna, dijimos. No solo la limosna material, pecuniaria: unas cuantas monedas que
damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir mas allá: prestar ayuda a
quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que nos lo pide, compartir
alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. La limosna es esa
disponibilidad a compartir todo, la prontitud a darse a si mismos. Significa la actitud de
apertura y la caridad hacia el otro. Recordemos aquí a san Pablo: “Si repartiese toda mi
hacienda...no teniendo caridad, nada me aprovecha” (1 Corintios 13, 3). También san
Agustín es muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes
misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el
corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna”.
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Tema IV: Rosario
El rosario (del latín rosarĭum «rosa») es un rezo tradicional católico que conmemora
veinte «misterios» (15 en la forma tradicional) de la vida de Jesucristo y de la Virgen
Maria, recitando después de cada uno de ellos un padrenuestro, diez avemarías y un gloria
al Padre. Es frecuentemente designado como Santo Rosario por los católicos.
También se llama «rosario» a la sarta de cuentas que se utiliza para rezar el rosario. Las
cuentas están separadas cada diez por otras de distinto tamaño y la sarta está unida por sus
dos extremos a una cruz.
La corona del rosario (o camándula, como se le conoce en algunos países) está formada
por 50 cuentas en grupos de 10 (conocidos como «decenas»), con una cuenta más gruesa
entre cada decena, o bien una cuenta algo más separada de las de las avemarías. La ristra se
cierra en sus extremos, enganchándose éstos simplemente, o a una placa de intersección. La
placa suele tener forma triangular o semejante, con el vértices hacia abajo, del que, por lo
general (pero no siempre, sobre todo en rosarios antiguos) sale un tramo de comúnmente
cinco cuentas (1, 3, 1), siendo algo mayores las extremas, como las de los padrenuestros.
De la última sale un enlace del que cuelga un Crucifijo, o una cruz (frecuente en la
antiguedad, desde el siglo XVIII hacia atrás). Antiguamente se usaba también una medalla
en vez de la Cruz. Estas cinco cuentas pueden simbolizar las cinco llagas de Jesucristo y se
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utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes, o bien después de los misterios. Hay
coronas o rosarios completos, es decir, de 150 cuentas + 15 (de padrenuestros) +15 (de
gloriapatris), + 5 (o 3) adicionales. Para fabricar las cuentas se utilizaban semillas de caoba
o incluso perlas reales, pero en la actualidad se fabrican, tambien, de materiales artificiales.
En el pasado eran comunes los rosarios hechos con huesos de aceitunas, algunos de los
cuales se creía que eran de los olivos del huerto de Getsemaníi.
[...] para resaltar el carácter cristológico del Rosario, considero oportuna una incorporación
que, si bien se deja a la libre consideración de los individuos y de la comunidad, les permita
contemplar también los misterios de la vida publica de Cristo desde el Bautismo a la
Pasión. En efecto, en estos misterios contemplamos aspectos importantes de la persona de
Cristo como revelador definitivo de Dios. Él es quien, declarado Hijo predilecto del Padre
en el Bautismo en el Jordán, anuncia la llegada del Reino, dando testimonio de el con sus
obras y proclamando sus exigencias. Durante la vida publica es cuando el misterio de
Cristo se manifiesta de manera especial como misterio de luz: «Mientras estoy en el
mundo, soy luz del mundo» (Jn 9, 5).
Para que pueda decirse que el Rosario es mas plenamente 'compendio del Evangelio', es
conveniente pues que, tras haber recordado la encarnación y la vida oculta de Cristo
(misterios de gozo), y antes de considerar los sufrimientos de la Pasión (misterios de dolor)
y el triunfo de la resurrección (misterios de Gloria), la meditación se centre también en
algunos momentos particularmente significativos de la vida publica (misterios de luz). Esta
incorporación de nuevos misterios, sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura
tradicional de esta oración, se orienta a hacerla vivir con renovado interés en la
espiritualidad cristiana, como verdadera introducción a la profundidad del Corazón de
Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de Gloria.
Juan Pablo II, Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae sobre el Santo Rosario, 19
En el mismo documento se sugiere e indica el orden semanal de los mysteria lucis
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(misterios de la luz o luminosos):
¿Donde introducir los «misterios de la luz»? Considerando que los misterios gloriosos se
proponen seguidos el sábado y el domingo, y que el sábado es tradicionalmente un día de
marcado carácter mariano, parece aconsejable trasladar al sábado la segunda meditación
semanal de los misterios gozosos, en los cuales la presencia de María es más destacada.
Queda así libre el jueves para la meditación de los misterios de la luz.
Juan Pablo II, Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae sobre el Santo Rosario, 38
Por lo anterior, los cambios en el rezo del rosario en el presente quedaron de la siguiente
manera:
4.- En función del día de la semana, elegimos los misterios a meditar, según lo que se
indica más abajo. Tras enunciar cada Misterio, se reza un padrenuestro.
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Misterios Luminosos (Jueves)
El Bautismo en el Jordán
La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
La Transfiguración del Señor en el monte Tabor.
La institución de la Sagrada Eucaristía.
5.- Luego de rezar cada Padrenuestro se rezan 10 avemarías, un gloria y las Jaculatorias
para seguir anunciar el siguiente misterio.
7.- Finalmente, se reza La Salve, las Letanías de la Santísima Virgen María, un Cordero de
Dios, un Bajo tu Amparo y se termina con un Bendita sea tu Pureza.
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Tema V: Los Mandamientos
Los diez mandamientos, conocidos también como los 10 mandamientos de la ley de
Dios, así como con el nombre de “el Decálogo”, son los principios éticos y de culto que
ocupan una parte fundamental en la religión Cristiana y Judía. Dichos mandamientos
aparecen en la Biblia, en los libros del Éxodo 20, 6-17 y Deuteronomio 5, 10-21.
Los mandamientos también pueden definirse como LAS REGLAS QUE HA PUESTO
DIOS A LOS HOMBRES PARA PODER ENTRAR AL CIELO. Jesús mismo nos dice en
el Evangelio: ¨Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos¨.
Muchos, muchos años atrás, un gran hombre llamado MOISÉS, que era el ¨patriarca¨, o
sea como el jefe o guia del pueblo israelita, fue llamado por Dios al Monte Sinaí y ahí Dios
le entregó ¨el decálogo ¨, es decir los 10 mandamientos. Moisés luego los entregó a todo el
pueblo. Ahora trataremos de explicarte un poco cada mandamiento:
¿Qué significa sobre todas las cosas? Que debes cumplir lo que a Dios le gusta MÁS QUE
cumplir lo que a ti te gusta; que no te importe el trabajo que te cueste, lo que tengas que
dejar, lo que la gente diga; que solo te importe hacer lo que Dios quiere .
No es correcto decir “te lo juro por Diosito Santo que...” por cualquier
tontería. Las promesas en nombre de Dios son cosa muy seria. Jurar en falso
sería tomar a Dios por testigo de algo que no tienes intención de cumplir o que
después de prometerlo te hechas para atrás.
Esto significa que debes dedicar a Dios el día DOMINGO y los días de fiesta de la
Iglesia.
En estos días todos los católicos debemos de ir a MISA, a no ser que no podamos por
alguna razón seria, como sería una enfermedad grave o una emergencia. Los domingos y
días de fiesta, es obligatorio el “descanso”.
Además de los domingos, ¿En qué otros días del año nos obliga la misa?
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a) El 1o. de enero, en que festejamos la maternidad divina de la Virgen.
b) El jueves de Corpus Christi, en que festejamos el día de la Eucaristía.
c) El 11 de septiembre, día de nuestra patrona y amada Virgen de Coromoto, madre de
todos los venezolanos.
d) El 25 de diciembre, día de Navidad.
Es también tu obligación ayudar a tus padres con lo material y con tu apoyo y compañía
en los años de vejez o en la enfermedad.
¡Cómo no vas a ocuparte de quienes han dado su vida por ti!
5) NO MATARÁS
Nadie tiene derecho, por ningún motivo, a quitar la vida a otro. Sólo Dios es quien da y
quita la vida.
Es pecado mortal el ABORTAR, que no es más que MATAR a tu propio hijo, a una
criatura que ni siquiera puede defenderse y que, por pequeñito que sea, ya tiene un “alma” y
ya es hijo de Dios. Es también pecado contra este mandamiento, el suicidarse. Este
mandamiento pide:
a) respetar tu propia vida y salud; por esto no debes beber alcohol en exceso y está
totalmente prohibido contaminarte con drogas.
b) respetar la vida de los demás; por lo que prohíbe la guerra, la tortura, el terrorismo, el
secuestro y cualquier acto que atente contra vida de las personas.
a) Los hombres debemos aprender a dominar nuestras pasiones, debemos respetar nuestra
sexualidad. Esto significa la CASTIDAD.
b) Las principales ofensas a la castidad son: la lujuria, la masturbación, la fornicación y la
pornografía, la prostitución, la violación y las prácticas homosexuales.
c) Ya casados, nuestro amor debe ser fiel y durar hasta el día de la muerte.
d) Son pecados mortales también:
- El adulterio, o sea tener relaciones con otra persona que no sea nuestro esposo o esposa.
- El tener más de un esposo o esposa.
- El abusar sexualmente de cualquier persona y peor de nuestros hijos.
- El vivir y tener relaciones sexuales con alguien antes de casarse por la Iglesia.
- El divorciarse y volverse a casar con otro.
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7) NO ROBARÁS
Este mandamiento manda:
Que nadie debe tomar lo que no es suyo, aunque se le antoje mucho, aunque el otro
no se vaya a dar cuenta de que algo le falta.
Ser ¨justos¨ y caritativos en el uso de los bienes que Dios le ha dado a cada quien.
Que respetemos y cuidemos todo lo que Dios ha creado como la naturaleza, los
animales...
Que los que debemos hacerlo paguemos nuestros impuestos.
No dañar voluntariamente los bienes de otras personas.
Cumplir muy bien con nuestro trabajo o empleo
Pagar salarios justos.
8) NO MENTIRÁS
Esto quiere decir que debemos decir siempre la verdad a los demás. Mentir es decir algo
falso, es engañar. La mentira nos hace sentir culpables y nos mete en muchos enredos.
Tampoco está bien enjuiciar o hablar mal de otros. Si alguien miente, debe reparar su
mentira, o sea confesar la verdad.
CONCLUSIÓN:
Jesucristo, confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con su palabra y con su
ejemplo.
Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de los
preceptos de la Iglesia. En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos: amar a
Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo
nos amó.
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Tema VI: Semana Santa
Es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos
se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial:
esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y
Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Esta celebración inicio hace ya casi más de 2 mil años con la muerte y resurrección de
Jesús, y se realiza de acuerdo al ciclo lunar, el primer plenilunio de primavera, es decir
cuando aparece la luna llena.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la
riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino
entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a
nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
Lunes Santo:
Martes Santo:
Es llamado “Martes de controversia,” porque Jesús se enfrenta con los líderes religiosos
de su tiempo. Primero con los sacerdotes y ancianos que cuestionan su autoridad para
predicar y hacer milagros. Y luego con los fariseos, quienes le preguntan sobre el tributo y
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Él responde mostrando una moneda: “Dad, pues al César lo que es del César; y a Dios lo
que es de Dios. (Juan 18, 28-40)
Miércoles Santo:
Recuerda el momento en el que Judas, uno de los doce discípulos del Señor, se pone de
acuerdo con los enemigos de Jesús y se ofrece a entregarlo a cambio de 30 monedas de
plata. La Iglesia Católica se reserva para este día un momento de penitencia, en las vísperas
de Pasión de Jesús, es día que nos preparamos con mayor interés para vivir mejor los días
del Triduo Pascual.
Jueves Santo:
Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los
pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en
el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la
Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los
Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a
aprehenderlo. Es también el primer día del Triduo Pascual.
Viernes Santo:
Sábado Santo:
Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto
y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren también, durante
la mañana no hay misa, el altar sigue desnudo y los sagrarios están abiertos hasta que, por
la noche, se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia
quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.” En esta celebración se acostumbra
bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta
de los católicos.
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Domingo de Resurrección:
Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús
venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de
salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso
de la muerte a la vida. La historia cuenta que en cuanto se hace de día, tres mujeres van al
sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su cuerpo. Un Ángel les dice que
ha resucitado. Van donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia.
Mientras tanto, Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo.
Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la
muerte.
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Tema VII: Biblia
La Biblia es una compilación de textos que en un principio eran documentos separados,
llamados libros, escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un dilatado período
de tiempo y después reunidos para formar el Antiguo Testamento para los cristianos, y
luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. La Biblia
transmite la palabra de Dios. La Biblia, o al menos parte de ella, se encuentra traducida a
2.303 idiomas.
La Biblia es considerada un libro sagrado por varias de las religiones de occidente, pero
no todo el material que contiene es de carácter religioso, (incluye genealogías, censos, leyes
civiles, actos administrativos, etc.) sino que tiene valor histórico y literario.
ANTIGUO TESTAMENTO
Es la serie de textos sagrados israelitas anteriores a Cristo, y que es aceptada por todos
los cristianos como primera parte de las biblias cristianas. En términos generales, no existe
un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos sobre si el canon del Antiguo
Testamento debe corresponder al de la Biblia griega, con deuterocanónicos, que es lo que
plantean las iglesias cristianas ortodoxas y católica a través de su historia, o al del Tanaj
hebreo, que es lo que plantean los judíos actuales, algunos protestantes, y otros grupos
cristianos emanados de estos. En total se numeran en el Antiguo Testamento 39 libros en la
versión protestante, 46 libros en la versión de la Iglesia católica, y 51 libros en la de
la Iglesia ortodoxa. Sin embargo, el orden, nombres y particiones de los libros del Antiguo
Testamento de las biblias cristianas, a través de la historia, siguen la usanza griega y no la
hebrea. Y, de la misma forma, varía del judaísmo en la interpretación y énfasis. (Véase, por
ejemplo, el Libro de Isaías 7:14.). Aparte de los libros propios del texto griego de la Biblia,
el canon de la Iglesia copta admite otros libros, como el Libro de Enoc y el Libro de los
Jubileos.
Pentateuco
Éxodo
Génesis
Levítico
Números
Deuteronomio
Libros sapienciales
Salmos
Job
Proverbios
Eclesiastés
Cantar de los Cantares
Sabiduría
21
Eclesiástico
Libros históricos
Josué
Rut
I Samuel
II Samuel
I Reyes
II Reyes
I Crónicas
II Crónicas
Esdras
Nehemías
Tobías
Judit
Ester
I Macabeos
II Macabeos
Libros proféticos
Isaías
Jeremías
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonás
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Ageo
Sofonías
Zacarías
Malaquías
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NUEVO TESTAMENTO
Cartas Católicas
Santiago
I Pedro
II Pedro
I Juan
II Juan
III Juan
Judas
Apocalipsis
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¿Por dónde empezar la lectura de la Biblia?
Lo más sencillo es empezar con el Evangelio, en que nos encontramos directamente con
Cristo, que es la Luz, La Verdad y La Palabra de Dios.
Por supuesto, las páginas del Antiguo Testamento contienen enseñanzas muy
importantes. Sin embargo, el que las lee después de haber oído a Cristo las comprende
mejor y les encuentra otro sabor.
Algunos suelen abrir la Biblia a la suerte y consideran que el párrafo encontrado primero
les dará precisamente la palabra que necesitan en ese momento. Bien es cierto que Dios
puede contestar así a sus inquietudes, pero nunca se comprometió a comunicarse con
nosotros de esta manera.
En todo caso conviene haber leído, una vez por lo menos, en forma seguida cada uno de
los libros del Nuevo Testamento. Lo bueno es empezar con el Evangelio: léase al respecto
la “Introducción a los Cuatro Evangelios”, al comienzo del Nuevo testamento.
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Tema VIII: Virgen Maria
En el mes de mayo, todo el mundo festejamos a las mamás. Los católicos dedicamos
este mes a Nuestra Madre del Cielo: la VIRGEN MARÍA. ¿Quién es la Virgen María? Es
la mujer que escogió Dios para ser la Madre de nuestro salvador Jesucristo y Madre
nuestra. Dios pensó en la mujer más buena y hermosa que jamás haya existido: MARÍA.
- Los padres de la Virgen María se llamaban Joaquín y Ana. Eran de la Tribu de Judá y eran
descendientes del Rey David.
- La Virgen era una muchacha humilde, bondadosa y sobretodo vivía muy cerca de Dios.
Dedicaba mucho tiempo a orar, y había prometido a Dios servirlo y amarlo a Él durante
toda su vida.
- Un día, María conoció a José, que era un hombre muy bueno y muy piadoso también.
José pidió a María que se casaran.
- Y te preguntarás: ¿Qué hizo María? Pues con toda humildad dijo que SI al ángel con
estas palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
- ¡Qué grande y qué hermoso fue este momento para la humanidad! Imagínate, Dios que
todo lo puede, respetó la libertad de María, le mandó ¨preguntar¨ si quería ser la madre de
Jesucristo, el Dios que se iba a hacer hombre para salvarnos.
- Y la Virgen María no pensó si esto iba a ser muy difícil o le iba a traer mucho
sufrimiento, sólo dijo un SÍ GENEROSO a Dios.
- Así deberíamos nosotros de responder a Dios cuando sentimos que nos pide algo, en vez
de darle tantas vueltas y poner excusas.
- Luego María no sabía cómo contarle lo sucedido a José, ¿Cómo ella embarazada antes
de casarse con él? Entonces un ángel le dijo a José en sueños que no dudara en recibir a
María como esposa, que el hijo concebido en ella era obra del Espíritu Santo.
- Entonces José, que como te dijimos, era un hombre bueno y justo, recibió a María,
se casaron y decidió guardar esto en secreto. Después la Virgen y San José ofrecieron
a Dios guardar CASTIDAD toda su vida. Por eso la Virgen no tuvo ningún otro hijo.
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Aquí queremos explicarte que hay algunas sectas, o personas de otras religiones, que
dicen que la Virgen tuvo más hijos. Esto no es cierto por lo siguiente:
- Ellos dicen que en la Biblia está escrito “los hermanos” de Jesús y ahí se apoyan para
decir esto. Pero fíjate que en la Biblia se habla de “los hermanos” de Jesús, porque en el
idioma hebreo, arameo y árabe, se les llamaba ¨hermanos¨ a los primos hermanos y a los
parientes. Y claro que Jesús tenía parientes, pero no hermanos, porque María permaneció
Virgen siempre. ¡No te dejes confundir!
- La IGLESIA nos enseña 4 ¨DOGMAS¨, o sea, 4 cosas que debemos creer los católicos
sobre la Virgen María. No dejes que otra gente trate de convencerte de lo contrario.
1. La INMACULADA CONCEPCIÓN.
Te acuerdas que te contamos que Adán y Eva desobedecieron a Dios; desde entonces
todos los hombres nacemos con una mancha en nuestra alma que se llama PECADO
ORIGINAL. Este pecado se borra cuando nos bautizan. Pues, la INMACULADA
CONCEPCIÓN significa que la única mujer a la que Dios le permitió ser concebida y nacer
sin este pecado original, fue a la Virgen María, porque iba a ser la madre de Jesús.
2. La MATERNIDAD DIVINA:
Esto quiere decir que la Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo
de Dios.
3. La PERPETUA VIRGINIDAD:
Significa que, como ya te explicamos antes, María permaneció VIRGEN toda su vida.
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1º Las Bodas de Caná (Juan 2, 1-12)
Había sido invitado Jesús con sus discípulos a unas bodas, a que asistía también María.
Durante la comida faltó el vino. María se lo advirtió a Jesús. "Mujer, le contesta el
Salvador, ¿por qué te diriges a mí? No ha llegado aún mi hora".
Y dice María a los sirvientes: "Haced cuanto Él os diga". Ordena Jesús que llenen de
agua seis tinajas, manda escanciarlas, y gustan los convidados un vino mejor que el que
hasta entonces se les había servido. Este fue el primer milagro de Jesús, que sirvió para
confirmar a sus discípulos.
Durante una época entera de su vida, va como a olvidarse de su Madre; pero antes le
concede obtener el primer milagro que confirma la fe de sus discípulos. ¡Qué demostración
tan espléndida del poder de María!
2º En la Calle de la Amargura
Acompañada por San Juan y por las piadosas mujeres, María quiso salir al encuentro de
su divino hijo. El lugar del suplicio no es ciertamente un sitio adecuado para una madre.
Bien sabía Ella que no habría podido prestar ningún socorro a su Hijo pues los verdugos,
según la ley, se lo habrían impedido. Sabía muy bien, además, que con su presencia, lejos
de disminuir el dolor del Salvador, no haría más que aumentarlo. Esto no obstante, su
deber, su calidad de Corredentora, no le permitía estar ausente; impulsada por el deber, se
dirigió Ella también hacia el Calvario, al encuentro de su Hijo.
Una antigua tradición nos cuenta que la Virgen en vez de agregarse a la multitud
tumultuosa que seguía al condenado, tomó un atajo a fin de encontrarse con su Hijo, quizás
junto a la puerta por la cual habría debido pasar para dirigirse al Calvario y se encontró de
hecho con Él, pero, a causa de los esbirros y de la plebe no hubo ni pudo haber otra cosa,
entre Ella y Él, que un rápido cambio de miradas y de afectos, sintetizando en dos palabras
pronunciadas más con el corazón que con los labios: "Madre mía, Hijo mío". Cuánto pesar
y compasión no se expresarían mutuamente. Cuántas cosas no se dirían en estas dos
palabras.
Después de haberse visto María como olvidada durante la vida pública del Salvador,
reaparece en el momento supremo del sacrificio. Allí está; fuerte en medio de su inmenso
dolor. La ve su Hijo, y en su corazón sumergido en el sufrimiento, halla aún, lugar para la
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compasión y la piedad hacia su Madre. En el momento de la despedida, quiere verse
reemplazado para con Ella. ¿A quién confiar tan preciosa misión, sino a su discípulo
amado? "Mujer, dice a María, designando a Juan: he aquí a tu Hijo". "Hijo, dice a San Juan,
he aquí a tu Madre" (Juan 19, 25-28).
María mira a su alrededor. Sólo ve a Juan, y a Juan precisamente mira Jesús. Entonces
comprendió muy bien María que Juan estaba allí en representación de otros hombres, cuyo
lugar él ocupaba en esos instantes sublimes, y esos hombres éramos todos nosotros. Recién
entonces comprendió el hondo significado de su "fiat" de Nazaret: para salvarnos, para ser
Nuestra Madre en el orden de la gracia, debía sacrificar a su Hijo, en el orden de la
naturaleza. He aquí, cómo la Santísima Virgen ha quedado constituida Madre nuestra, he
aquí cuál es la parte que ha tenido en nuestra redención y hasta qué punto le somos
deudores de la vida de la gracia para nuestra salvación.
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Tema IX: Los Sacramentos (Confirmación)
Son signos sensibles/palpables, instituidos por Jesucristo, para darnos la gracia. La
gracia es un don sobrenatural que Dios nos concede para alcanzar la vida eterna.
El bautismo
Es el sacramento por el que renacemos a la vida divina, mediante la ablución con agua y
la invocación expresa de la Trinidad.
La Confirmación
Es el Sacramento que nos llena del Espíritu Santo mediante dones y nos hace perfectos
cristianos, apóstoles de Jesucristo.
La Eucaristía
En este culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del
sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la
Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio
mismo del Señor.
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La penitencia o confesión
El sacramento de la Penitencia o Confesión es uno de los mayores regalos que la
misericordia de Cristo nos ha dejado para que vivamos Vida sobrenatural. Se
denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial
de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.
La enfermedad y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más graves
que aquejan la vida humana. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus
límites y su finitud. Toda enfermedad puede hacernos entrever la muerte.
El Orden Sacerdotal
Este consagra a los hombres elegidos por Dios; es el sacramento donde se ordenan
hombres a sacerdotes-discípulos de Jesucristo para que difundan su palabra a toda la
humanidad, den ejemplos de vida, sigan su ministerio, conviertan almas, liberen los
pecados y contribuyan a la salvación de la humanidad con sus enseñanzas y ejemplos.
El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles
sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del
ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el
diaconado.
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Cristo, sumo sacerdote y único mediador, ha hecho de la Iglesia "un Reino de sacerdotes
para su Dios y Padre" Toda la comunidad de los creyentes es, como tal, sacerdotal. Los
fieles ejercen su sacerdocio bautismal a través de su participación, cada uno según su
vocación propia, en la misión de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Por los sacramentos del
Bautismo y de la Confirmación los fieles son "consagrados para ser...un sacerdocio santo"
(LG 10)
Matrimonio
Es una alianza de por vida entre un hombre y una mujer, en el cual se convierten en una
señal viviente del Amor de Dios por su Iglesia y el mundo. Ambos deberán tener por lo
menos 19 años de edad. Al menos una persona debe estar bautizada y ser miembro activo
de la Iglesia.
Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación
fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y
semejanza de Dios, que es Amor. Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo
entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al
hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador. Y este amor que Dios
bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la
creación. "Y los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y
sometedla''.
Porque 7 son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las
etapas de la vida sobrenatural" Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC n. 1210).
En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. Lee: Juan 3, 5. Nuestra madre la Iglesia
nos engendra por el Bautismo.
En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el
Bautismo. Lee: Juan 15, 16.
En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su cuerpo y su sangre. Lee: Lucas 22, 19.
En la vida sobrenatural Jesucristo, medico de las almas (Lee: Mateo 9, 12), nos ofrece el sacramento de
la Reconciliación para sanar las heridas del pecado: Lee: CIC n.1421.
En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,
25): para eso instituyó el Matrimonio.
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6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social.
En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que
apacienten las ovejas de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio.
La Uncion de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo: Lee: CIC n. 1523.
En efecto, Cristo dijo: "Quien no nace del agua y del Espiritu no puede entrar en el Reino de Dios".
Juan 3, 5. Pero Jesucristo nunca dijo: "Basta tan solo nacer del agua y del Espíritu para entrar en el
Reino de Dios". Y ¡claro! ¿como iba a bastar? Aquel que es la Vida verdadera ¿como nos iba a dar la
vida a medias? Si la vida natural tiene siete etapas ¿por qué Cristo iba a hacer la vida sobrenatural menos
perfecta? Algunos cristianos objetan: "Yo no veo los siete sacramentos en la Biblia, para mi son un
invento de la Iglesia Católica".
¡Claro que no los ves! De la misma manera que tú no ves los siete colores del arco iris si no tienes un
prisma. Nosotros si los vemos porque tenemos un prisma que es la Iglesia. El prisma no inventa los
colores de la luz, simplemente los separa y distingue para que tu ojo los pueda percibir con claridad y
nitidez. Lo mismo la Iglesia, ella no inventa los sacramentos, simplemente nos ayuda a distinguir con
claridad lo que la Biblia enseña.
Sin el prisma yo no podría distinguir los siete colores en un rayo de luz. Sin la Iglesia yo no puedo
percibir los siete sacramentos contenidos en la luz de la Palabra Divina.
Bautismo.
"Y acercándose Jesús les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues
y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo". Mateo 28, 18-19.
Confirmación.
"Cuando los apóstoles oyeron como había recibido Samaria la palabra de Dios, enviaron a
Pedro y a Juan, los cuales bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo,
pues aun no había venido sobre ninguno de ellos; solo habían sido bautizados en el nombre
del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo". Hechos
8, 14-17.
Eucaristía.
"Tomando pan se los dio diciendo: ´Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced
esto en memoria mía.´ Así mismo el caliz... diciendo: ´Este es el caliz de la Nueva Alianza
en mi sangre que es derramada por vosotros´”. Lucas 22, 19-20.
Confesion.
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"Diciendo esto soplo y les dijo: ´Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados
les serán perdonados, a quien se los retuviereis, les serán retenidos´ ". Juan 20, 22-23.
Sacerdocio.
"Les constituyeron presbiteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y
ayunando y los encomendaron al Señor". Hechos 14, 23.
Matrimonio.
"En cuanto a los casados, el precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe
del marido y de separarse, que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido y que el
marido no repudie a su mujer". 1 Corintios 7, 10-11.
Sacramento de la Confirmación
Es uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación
que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.
Institución
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Además encontramos en el Antiguo Testamento, numerosas referencias por parte de los
profetas, de la acción del Espíritu en la época mesiánica y el propio anuncio de Cristo de
una venida del Espíritu Santo para completar su obra. Estos anuncios nos indican un
sacramento distinto al Bautismo. El Nuevo Testamento nos narra como los apóstoles, en
cumplimiento de la voluntad de Cristo, iban imponiendo las manos, comunicando el Don
del Espíritu Santo, destinado a complementar la gracia del Bautismo. “Al enterarse los
apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les
enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran al Espíritu
Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido
bautizados en nombre del Señor Jesus. Entonces les imponían las manos y recibían al
Espíritu Santo”. (Hech. 8, 15-17; 19, 5-6).
Dijimos que la materia del Bautismo, el agua, tiene el significado de limpieza, en este
sacramento la materia significa fuerza y plenitud. El signo de la Confirmación es la
“unción”. Desde la antigüedad se utilizaba el aceite para muchas cosas: para curar heridas,
a los gladiadores de les ungía con el fin de fortalecerlos, también era símbolo de
abundancia, de plenitud. Además la unción va unido al nombre de “cristiano”, que significa
ungido.
Nos da también audacia para cumplir el derecho y el deber, que tenemos por el
Bautismo, de ser apóstoles de Jesus, para difundir la fe y el Evangelio, personalmente o
asociados, mediante la palabra y el buen ejemplo.
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Tema X: Tiempos Litúrgicos
La celebración del Año Litúrgico es la vivencia de la vida de Cristo, todas sus etapas
desde su nacimiento hasta su muerte.
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El Año litúrgico es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y resurrección de
Cristo y las celebraciones de los santos que nos propone la Iglesia a lo largo del año. Es
vivir y no sólo recordar la historia de la salvación. Esto se hace a través de fiestas y
celebraciones. Se celebran y actualizan las etapas más importantes del plan de salvación. Es
un camino de fe que nos adentra y nos invita a profundizar en el misterio de la salvación.
Un camino de fe para recorrer y vivir el amor divino que nos lleva a la salvación.
Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de los
santos mártires y en Pentecostés.
El Adviento es tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo. Es recordar a
Cristo que nació en Belén y que vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos. Es
un tiempo de cambio y de oración para comprometernos con Cristo y esperarlo con alegría.
Es preparar el camino hacia la Navidad. Este tiempo litúrgico consta de las cuatro semanas
que preceden al 25 de diciembre, abarcando los cuatro domingos de Adviento.
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La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de
Resurrección.
El Domingo de Pascua es la mayor fiesta de la Iglesia, en la que se celebra la
Resurrección de Jesús. Es el triunfo definitivo del Señor sobre la muerte y primicia de
nuestra resurrección.
El Tiempo de Pascua es tiempo de paz, alegría y esperanza. Dura cincuenta días, desde el
Domingo de Resurrección hasta Pentecostés, que es la celebración de la venida del Espíritu
Santo sobre los apóstoles. En esta fiesta se trata de abrir el corazón a los dones del Espíritu
Santo.
Después de Pentecostés sigue el Segundo tiempo ordinario del año litúrgico que termina
con la fiesta de Cristo Rey.
Las fiestas que cambian año con año, son las siguientes:
· Miércoles de Ceniza
· Semana Santa
· La Ascensión del Señor
· Pentecostés
· Fiesta de Cristo Rey
Ahora, hay fiestas litúrgicas que nunca cambian de fecha, como por ejemplo:
· Navidad
· Epifanía
· Candelaria
· Fiesta de San Pedro y San Pablo
· La Asunción de la Virgen
· Fiesta de todos los santos
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Tema XI: Pentecostés y Espiritu Santo
Es una festividad cristiana que data del siglo primero y estaba muy estrechamente
relacionada con la Pascua.
Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del
año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la
relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu
Santo.
Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del
Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia
y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando
nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde
vivir.
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pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les
enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San Juan 14,
25-26).
Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les conviene que
yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas cosas tengo todavía que
decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad,
os guiará hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas que están por
venir” (San Juan 16, 7-14).
Entonces, en el calendario del Año Litúrgico, después de la fiesta de la
Ascensión, a los cincuenta días de la Resurrección de Jesús, celebramos la
fiesta de Pentecostés.
Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las
potencias del alma para recibir y secundar con facilidad las nociones del propio Espíritu
Santo al modo divino o sobrehumano.
1. Sabiduría
La sabiduría ocupa el primer lugar entre los siete dones del Espíritu Santo. Tener el don de
la sabiduría nos permite ver las cosas de acuerdo a como Dios las ve. Podemos adquirirla
mediante la búsqueda de la mente y la voluntad del Señor a través de una comunicación
regular en la oración, en el estudio de las Escrituras y cultivando una relación íntima con él.
La sabiduría nos dirige a la hora de juzgar todo de acuerdo a la perspectiva divina.
2. Entendimiento o Inteligencia
La comprensión es el regalo que nos da una mejor y más profunda visión de los misterios
de la fe cristiana. Nos ayuda a tener un conocimiento más claro de las enseñanzas y las
verdades de la iglesia. Da una gran confianza en la palabra revelada de Dios y conduce a
los que la tienen para llegar a conclusiones verdaderas a partir de los principios revelados".
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3. Consejo
El don del consejo nos da la intuición de hacer lo correcto en circunstancias difíciles. Esto
nos permite practicar y perfeccionar la virtud de la prudencia, o saber qué hacer y qué
evitar en diferentes situaciones. El libro Segundo de Éxodo afirma; "El Espíritu Santo habla
al corazón a través del don del consejo y muestra a los que lo tienen qué hacer".
4. Fortaleza
La fortaleza es el don de la fuerza, la perseverancia y el coraje que nos permite obedecer y
seguir la voluntad de Dios en todo momento. Nos ayuda a superar los obstáculos y a
perseverar en nuestra fe, siempre confiando en la divina providencia de Dios para
equiparnos con la virtud necesaria.
5. Ciencia
Con el don de la ciencia, somos capaces de discernir y descubrir la voluntad de Dios en
todas las cosas y juzgar todo de acuerdo con esta perspectiva divina. El don del
conocimiento es a menudo llamado 'la ciencia de los santos', ya que permite a los que lo
tienen discernir rápidamente entre los impulsos de la tentación y las inspiraciones de la
gracia".
6. Piedad
El don de piedad perfecciona nuestro amor a Dios. Desarrolla este amor instintivo por él
como nuestro padre, lo que nos permite obedecer de forma más natural, ya que confiamos
plenamente en su amor por nosotros.
7. Temor de Dios
El temor del Señor nos equipa con un temor del pecado y de ofender a Dios. No es por
miedo al castigo del Señor, sino que brota naturalmente de nuestro profundo amor y respeto
por Dios.
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Tema XII: Iglesia Comunidad de Hermanos
Porque así como el cuerpo es uno, tiene muchos miembros, y cada uno tiene
una función, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo
cuerpo, donde Cristo es la cabeza y nosotros el resto de las extremidades.
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Tema XIII: Evangelización
El Evangelio es la Buena Nueva traída por Jesucristo, Hijo de Dios.
Evangelizar es anunciar a cada hombre la Buena Noticia de que es amado por Dios. Hablar
de evangelización es hablar de la misión de la Iglesia. Este anuncio de la Buena Nueva se
lleva a cabo por:
* Los sacramentos: la palabra de Dios y los sacramentos alimentan a los cristianos que son
enviados al mundo para dar testimonio.
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Tema XIV: Santísima Trinidad
Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles.
Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre.
Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en
Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma
eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que
cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras
dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.
Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra
razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo.
Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en
sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama
encendida es el Espíritu Santo. Los tres son "vela", pero son distintos entre sí.
"En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos
repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras
acciones.
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de
la Santísima Trinidad.
- En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que
controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de
nuestra vida.
-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al
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amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y
resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho,
recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos
ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo.
Cada Persona del Misterio Divino se le identifica por una misión específica:
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Tema XV: Adoración al Santísimo
La adoración eucarística es aquella oración litúrgica que se realiza frente al Santísimo
Sacramento cuando éste es expuesto para ello. Es practicada por las iglesias Católica.
Cuando la adoración es constante, o sea 24 horas, se le llama perpetua adoración. En una
parroquia, esto es hecho por voluntarios; en un monasterio o en un convento, esto es hecho
por los monjes residentes o monjas.
Doctrina católica
En la tradición católica, al momento de la consagración, los elementos (o «dones» como
son llamados para propósitos litúrgicos) son transformados (literalmente,
transubstanciados) en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo. La doctrina católica sostiene que
los elementos no son transformados espiritualmente, sino verdadera y sustancialmente
transformados en su Cuerpo y Sangre, que aunque los dones retienen las apariencias o
"accidentes" del pan y del vino.
Ésta es una forma de la doctrina de la Presencia Real —la presencia sustancial actual y
real de Jesus en la Eucaristía. En el momento de la consagración, se da lugar un doble
milagro: 1) que Cristo se presente en una forma física y 2) que el pan y el vino se
conviertan en su Cuerpo y Sangre. Ya que los católicos creen que Cristo esta realmente
presente (Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad) en la Eucaristía, le rinden culto y adoración.
La practica de la adoración
La hostia se muestra en una Custodia, típicamente situada en el altar.
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Tema XVI: Vida y Obra de Sanfrancisco de Asís
El nombre completo de Francisco de Asís es Giovanni di Pietro Bernardone y nació en
Asís (Italia) el año de 1182. Hijo de Doña Pica y Pietro Bernardone. Fue un religioso y
Místico fundador de la Orden franciscana, liderando así un movimiento de renovación
cristiana centrado en el amor de Dios, la pobreza y la alegre fraternidad.
A los veinticinco años, sin más bienes que su pobreza abandono su ciudad natal y se
dirigió a Gubbio, donde trabajo abnegadamente en un hospital de leprosos; luego regreso a
Asís y se dedicó a restaurar con sus propios brazos, pidiendo materiales y ayuda a los
transeúntes, las iglesias de San Damián, San Pietro in Merullo y Santa María de los
Ángeles en la Porciúncula.
En 1210, tras recibir una visita de Francisco y sus compañeros el Papa Inocencio III
aprobó oralmente su modelo de vida religiosa, lo ordeno Diacono y les dio por misión
predicar la penitencia.
San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que queria que fueran
humildes. La orden creció tanto que necesitaba de una organización sistemática y de
disciplina común. La orden se dividió en provincias y al frente de cada una se puso a un
ministro encargado “del bien espiritual de los hermanos”. El orden de fraile creció más allá
de los Alpes y tenían misiones en España, Hungría y Alemania. En la orden había quienes
querían hacer unas reformas a las reglas, pero su fundador no estuvo de acuerdo con estas.
Surgieron algunos problemas por esto porque algunos frailes decían que no era posible el
no poseer ningún bien. San Francisco decía que este era precisamente el espíritu y modo de
vida de su orden.
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En la Navidad de 1223 San Francisco construyo una especie de cueva en la que se
representó el nacimiento de Cristo y se celebró Misa.
En 1224 se retiró al Monte Alvernia y se construyó ahí una pequeña celda. La única
persona que lo acompaño fue el hermano Leon y no quiso tener visitas. Es aquí donde
sucedió el milagro de los estigmas en el cual quedaron impresas las señales de la pasión de
Cristo en el cuerpo de Francisco. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las
mangas del hábito y llevaba medias y zapatos. Dijo que le habían sido reveladas cosas que
jamás diría a hombre alguno. Un tiempo después bajo del Monte y curo a muchos
enfermos.
La salud de San Francisco se fue deteriorando, los estigmas le hacían sufrir y le
debilitaron y ya casi había perdido la vista. En el verano de 1225 lo llevaron con varios
doctores porque ya estaba muy enfermo. Poco antes de morir dicto un testamento en el que
les recomendaba a los hermanos observar la regla y trabajar manualmente para evitar la
ociosidad y dar buen ejemplo. Al enterarse que le quedaban pocas semanas de vida, dijo
“¡Bienvenida, hermana muerte!”Y pidió que lo llevaran a Porciúncula. Murió el 3 de
octubre de 1226 después de escuchar la pasión de Cristo según San Juan. Tenía 44 años de
edad. Lo sepultaron en la Iglesia de San Jorge en Asís.
¿Qué nos enseña la vida de San Francisco?
Nos enseña a vivir la virtud de la humildad. San Francisco tuvo un corazón alegre y
humilde. Supo dejar no solo el dinero de su padre sino que también supo aceptar la
voluntad de Dios en su vida. Fue capaz de ver la grandeza de Dios y la pequeñez del
hombre. Veía la grandeza de Dios en la naturaleza.
Nos enseña a saber contagiar ese entusiasmo por Cristo a los demás. Predicar a Dios con
el ejemplo y con la palabra. San Francisco lo hizo con Santa Clara y con sus seguidores
dando buen ejemplo de la libertad que da la pobreza.
Nos enseña el valor del sacrificio. San Francisco vivió su vida ofreciendo sacrificios a
Dios.
Nos enseña a vivir con sencillez y con mucho amor a Dios. Lo mas importante para el
era estar cerca de Dios. Su vida de oración fue muy profunda y era lo primordial en su vida.
Fue fiel a la Iglesia y al Papa. Fundo la orden de los franciscanos de acuerdo con los
requisitos de la Iglesia y les pedía a los frailes obedecer a los obispos.
Nos enseña a vivir cerca de Dios y no de las cosas materiales. Saber encontrar en la
pobreza la alegría, ya que para amar a Dios no se necesita nada material.
Nos enseña lo importante que es sentirnos parte de la Iglesia y ayudarla siempre pero
especialmente en momentos de dificultad.
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