Alberto Benegas Lynch
Alberto Benegas Lynch
Alberto Benegas Lynch
6
La que imparte la familia, el tutor, el colegio, la universidad de modo metódico y sistemático para
distinguirla de las experiencias cotidianas que,en contraposición, llamamos educación informal.
7
El individualismo en modo alguno implica aislacionismo. Por el contrario, el individualismo se basa en la
cooperación social como instrumento fundamentalísimo para el logro del bienestar espiritual y material. El so
cialismo, en cambio, se opone a la cooperación social —por definición libre y voluntaria— y propugna la autarquía.
Los términos individualismo y socialismo se deben a los sansimonianos. Para ver otros aspectos del significado del
individualismo véase P. A. Hayek, Individualismo verdadero y falso, Centro de Estudios sobre la Libertad, Buenos
Aires, tomado de Individualism and economic order, Chicago University Press.
8
Aunque sea un detalle meramente formal, pensamos que el uso de uniforme en los colegios no ayuda al
desarrollo de la personalidad. Si se consideraría una afrenta el uso del uniforme o "delantal" en una institución dé
posgrado, no parece razonable imponerlo a aquellos cuya capacidad de protesta es menor. La abolición del uniforme
no implica necesariamente que la casa de estudios deje de establecer normas mínimas de vestimenta.
hubiera sucedido de no haber mediado la intromisión fiscal.11 Esta reasignación de los
siempre escasos factores productivos implica desperdicio de capital, con lo cual, dada la
relación capital-trabajo,12 se afectan negativamente los ingresos y salarios en términos
reales. Los impuestos conducen a una merma en la capitalización, cosa que sólo se
justifica cuando resulta ser el costo político necesario para que el gobierno cumpla con su
misión de salvaguardar los derechos de los gobernados. En otras palabras, todos nos
hacemos cargo de los impuestos a través de las apuntadas mermas en la capitalización
que, a su vez, redundan en precios más elevados (véase nota 10). El contribuyente de
derecho siempre es el que absorbe directamente el impuesto, de igual manera que
repercute sobre el patrimonio neto del empresario cualquier modificación en la estructura
de costos,13 pero, indirectamente, el impuesto repercute sobre toda la comunidad.
Si todos pagan impuestos, centremos nuestra atención en una familia extremadamente
pobre, tan pobre que no puede afrontar el enviar a sus hijos a estudiar fuera de la casa
porque necesita del trabajo de sus miembros para subsistir. Si existen instituciones
educativas estatales, esta familia, a través de los menores ingresos resultantes del
impuesto, estaría sufragando estudios de individuos que provienen de familias más
pudientes, lo cual constituye una flagrante injusticia. En segundo lugar, aquella familia
que, con gran sacrificio, envía a sus hijos a estudiar, tenderá a colocarlos en
instituciones estatales de educación, de lo contrario duplicaría sus costos; de esto último
se deduce que las instituciones estatales de educación, en gran medida, resultan
discriminatorias respecto de las privadas. Las instituciones educativas de carácter
público son empresas estatales que producen los mismos resultados que éstas en cuanto al
desperdicio de recursos que implican y a la consiguiente mala administración.14 Por otra parte,
como veremos más - adelante, afirmar que debe haber instituciones estatales de educación para
que la comunidad financie los estudios de algunos de sus miembros constituye un non sequitur.
Hemos dicho al comienzo que la individualidad requiere máxima flexibilidad en la enseñanza
y ésta es, precisamente, otra ventaja de la despolitización de las instituciones educativas, es
decir, otra razón para sacarlas de la órbita política a los efectos de que funcionen enteramente en
el mercado y que, al igual que otras empresas, ofrezcan los más diversos "productos" para los
más diversos mercados. De más está decir que esto implica la derogación de todas las normas
educacionales que provienen de la órbita política 15 puesto que una estructura férrea impuesta
desde el Ministerio de Educación respecto de programas y textos hace que de facto todos los
colegios sean estatales. La flexibilidad también se aplica a la propia dimensión de las
instituciones, lo cual agrega otra razón para operar en el mercado.
En esta sección debemos considerar un último punto que se refiere a la educación compulsiva
y a las instituciones estatales. Podemos establecer aquí cuatro posiciones básicas. La primera
sostiene que debe existir educación compulsiva para ciertos conocimientos básicos y que el
gobierno debe verificar el cumplimiento de esta norma independientemente de dónde se lleve a
cabo (en su familia, colegio privado, etc.).16 Una segunda posición sostiene que debería haber
colegios estatales para ofrecer estudios "gratuitos" a quienes voluntariamente deseen
realizarlos.17 En tercer lugar, se sostiene que no deberían existir instituciones estatales de
educación y que no debe haber educación compulsiva de ninguna
9
Véase J. Hospers en La conducta humana, Tecnos, Madrid, sec, 24 del cap. X, "Determinismo y libre albedrío".
10
Es frecuente que, ceteris paribus, el aumento de precios debido al incremento en la erogación por unidad de
producto qué provoca la mayor presión tributaria sea confundido con el fenómeno de traslación. Una explicación
más extensa sobre el tema fiscal puede verse en mi "Consideraciones en torno a principios de tributación", La Ley,
XLVIII, N9 185.
111
Si el gobierno recauda impuestos exclusivamente para cumplir con sus funciones específicas este efecto podría
considerarse una externalidad (costos externos). Si, en cambio, recurre a instrumentos extra-fiscales o la recaudación
es aplicada a funciones que exceden su misión específica, nos encontraríamos frente a una violación de derechos y,
por tanto, no resulta pertinente incluirlos en externalidades.
12
Los equipos de capital hacen de apoyo logístico al trabajo al potenciar la energía humana, lo cual se traduce en
incrementos en la productividad.
13
Supongamos que en cierto momento los consumidores valoran un bien en $ 100. Esta valorización no tiene
relación alguna con la estructura de costos de quien vende (a los efectos podría operar sin costos). Resulta claro
que toda modificación en los costos (incluyendo la disminución o el aumento de impuestos) afectará el patrimonio
neto del empresario.
clase18 y, por último, hay quienes afirman que debe haber instituciones de enseñanza estatales
además de las privadas y que la educación debo ser compulsiva.19 Una quinta posición sería la
que sustenta la compulsión en la educación, la cual debe llevarse a cabo exclusivamente en
instituciones estatales, sistema que es propio de los regímenes totalitarios y, por ende, estaría
fuera del. contexto de este trabajo.
Respecto de la primera postura, de la obligatoriedad de contar con una educación mínima, se
nos presenta el primer problema, el cual consiste en la arbitraria determinación de aquel
mínimo. Si la educación es el permanente aprendizaje que el individuo realiza en su paso por la
vida, resulta difícil fijar un criterio para establecer cuál "debe ser" el mínimo. Si a alguno de
nosotros nos parece evidente que la gente debería educarse en A y B y, efectivamente,
acertamos en nuestro juicio respecto de dicha evidencia no habría necesidad alguna de
imponerle que aprenda A y B ya que de todas maneras procedería en este sentido. La
compulsión resultaría superflua y se incurriría en gastos administrativos inútiles. Por el
contrario, si la mayoría no considera evidente la importancia de su instrucción en A y B ¿ qué
derecho tiene la minoría de imponerla? Más aun, aunque se trate de una minoría, tampoco
tendría derecho la mayoría de imponer su criterio respecto de la vida educativa de aquélla. Por
otro lado, debe señalarse que en la medida en que la gente es obligada a educarse en A y B, no
lo podrán hacer en C, D, E, etc. Asimismo, no tendría sentido obligar a los ineptos para A y B a
estudiar estos temas a expensas del nivel académico de los aptos y de los que desean estudiar A
y B. Hasta la adolescencia, los padres son responsables de la educación de sus hijos; luego,
éstos son los responsables. Los padres son los que mejor los conocen y los que les tienen el
mayor afecto.20 Sí los individuos que circunstancialmente detentan el poder político deciden
acerca de los standards, al establecer coactivamente un mínimo de educación, ¿por qué no
pueden decidir acerca de un mínimum de vitaminas, proteínas e hidratos de carbono? Al fin y al
cabo para pensar en educarse el individuo debe estar alimentado. Más aun ¿por qué no
establecer normas estatales para el vestido y para conducirse en general en la vida?
La base fundamental de una persona bien educada es que respete al prójimo, lo cual no
ocurre si se lesiona el derecho del individuo obligándolo a adquirir cierto tipo de educación
que los gobernantes del momento consideran apropiado. No es posible contar con un
edificio sólido sobre la base de cimientos mal construidos. No parece razonable
fortalecer la responsabilidad individual obstaculizando el poder de decisión de cada uno
respecto de su vida y de sus asuntos personales.
Respecto de la segunda postura, ya hemos comentado las desventajas de las
instituciones estatales de educación y hemos anunciado que más adelante explicaremos
que si la comunidad desea financiar los estudios de ciertas personas, no se sigue de ello
que deban existir instituciones estatales de educación.21
La cuarta posición reúne los vicios de las dos anteriores, mientras que la tercera postura
14
Es interesante el estudio que realiza A. Martino en Free education oreducational freedom, Mont Pélérin
Society, 1981, donde muestra cómo el costo por estudiante es sustancialmente más elevado en las instituciones
públicas que en las privadas. Resulta interesante también consultar el trabajo de B. Roggie y P. Goodrich en
Education in a free society, Liberty Fund., p. 40, donde se muestra cómo en la actualidad muchos colegios
públicos de los Estados Unidos están dando en concesión la administración de esas instituciones al sector privado con
la intención de evitar el derroche.
15
Más adelante nos detendremos a considerar la libertad académica como parte indivisible de las libertades
individuales que el gobierno debe preservar, así como también las políticas de transición en materia educativa.
16
Ésta es la posición de J. S. Mill (On liberty, Appleton Ed., p. 107).
17
Ésta es la posición de T. Jefferson en S. K. Padover, Jefferson,
Brase Ed., p. 169 y ss.)
18
Ésta es la posición de H. Spencer (Social statics, Schalkentach Fund.,
cap. XXVI.)
19
Ésta es la posición de M. Lutero (véase Lord Acton, Essays on freedom and power, The Free Press, p. 88 y
ss.).
20
Sobre el papel de la familia en la educación véase P. H. Alfort, Free education en A plea for liberty, Liberty
Press, p. 331 y ss.
es la que consideramos más atractiva. Se suele decir que "la comunidad" debe financiar
compulsivamente los estudios de algunos de sus miembros con el argumento de que
esto "les conviene" a los que financian, puesto que el retorno sobre la inversión
compensará con creces el sacrificio. A veces esta argumentación se clasifica también
dentro de externalidades (beneficios externos). Se sostiene, por ejemplo, que a través de
aumentos en los salarios se compensará el sacrificio a que aludimos, ya que los mejor
educados provocarán un aumento en la capitalización. El retorno sobre la inversión —
sea psíquico o material— es lo que precisamente condujo a la fundación de colegios e
instituciones privadas, entre las que deben incluirse importantes obras filantrópicas y de
caridad. No tiene mucho sentido obligar a X a financiar a Z argumentando que "esto le
conviene" al primero, ya que si éste lo considerara conveniente financiaría
voluntariamente los estudios de Z. Si no procede en este sentido es porque no encuentra
que tales ventajas existan dadas las circunstancias imperantes. Aquel modo de razonar
abre las puertas a la planificación estatal más generalizada, puesto que algún
burócrata podría decidir que, por ejemplo, si se unifican tudas las fábricas que venden
el producto A podría haber economías de escala, lo cual "le conviene a la comunidad".
Este razonamiento desconoce las valorizaciones, deseos y gustos de los sujetos actuantes
en el mercado. En resumen, con la intención de obtener estos supuestos beneficios
externos, se viola el derecho de cada uno a disponer del fruto de su trabajo. Al respecto,
el profesor Ludwig von Mises afirma: "En verdad, hay sólo una solución: el estado, el
gobierno, las leyes en modo alguno deben involucrarse en la educación. Los fondos
públicos no deben ser utilizados para tales propósitos. La educación de la juventud debe
estar totalmente en manos de los padres y de asociaciones e instituciones privadas".22
Si hemos comprendido cabalmente que cada uno de los individuos de la especie humana
son seres únicos diferenciados de todos los demás, forzosamente hemos de concluir que
en modo alguno son iguales las oportunidades "de hacer cosas" que cada uno tiene.
Unos tendrán más oportunidades que otros en algunas cosas y menos en otras según las
circunstancias y las características propias de cada sujeto. Más precisamente, debemos
señalar que de la naturaleza del ser humano se desprende la desigualdad de oportu-
nidades, según sean las inclinaciones, capacidades, talentos, gustos, preferencias,
caracteres, energía física y mental, fortunas, etc. No tiene la misma oportunidad de
jugar al tenis el lisiado que el que se encuentra en buen estado físico. No tiene la
misma oportunidad de entender álgebra el incapaz que el que no lo es.
Tomemos la desigualdad de oportunidades por motivos económicos. Esto quiere decir
que, en el mercado, tendrán mayores oportunidades de comprar cosas (incluyendo
educación) aquellos que relativamente cuentan con mayores recursos. Si se trata de una
sociedad libre, esto implica que, en el área comercial, aquellos que poseen mayores
patrimonios han sabido atender las necesidades de sus semejantes de la mejor manera
posible. Los recursos les son confiados en el plebiscito diario que se realiza en el merca-
do, en la medida de su aptitud para atender los reclamos del consumidor. Los siempre
escasos factores productivos asignados de este modo permiten aumentar las utilidades
allí donde la productividad es mayor y, por ende, permiten incrementar el ritmo de
capitalización, lo cual, a su turno, se traduce en aumentos de ingresos y salarios en
términos reales. Esto último, a su vez, es lo
21
Respecto de la mala calidad de la educación impartida por instituciones estatales véase P. Johnson,
Schools for Atilas en Enemies of society„ Athe-neum Ed., p. 174 y se-, y O. Mc Graw, Family choice in
education, The Heritage Foundation.
22
The free and prosperous Commonwealth, Ed. Van Nostrand, p. 115.
que facilita mayores oportunidades para los que hasta ese momento no las tenían debido a
razones económicas. Así, un mayor número de personas ve incrementadas su capacidad de
ahorro y sus condiciones de vida.
Si, por el contrario, en nombre de la igualdad de oportunidades el gobierno aplica la coacción
redistribuyendo ingresos, el resultado neto será el haber disminuido las oportunidades de todos
pero muy especialmente de los relativamente más pobres. La redistribución de ingresos
significa que el gobierno vuelve a distribuir coactivamente aquello que el mercado ya había
distribuido según la eficiencia de cada cual para atender las necesidades del prójimo. Dicha
redistribución tácitamente apunta al igualitarismo. Supongamos que se pretende nivelar
ingresos en 500. Esta política producirá dos resultados: a) nadie en su sano juicio producirá más
de 500 si sabe que lo expoliarán por la diferencia y b) los que se encuentran bajo la línea de 500
no se esforzarán en llegar a ella puesto que consideran que serán redistribuidos por la
diferencia, cosa que no sucederá debido al primer resultado que hemos apuntado.23
No es necesario llegar a la total nivelación de ingresos para que estos efectos se pongan de
manifiesto. Los resultados que señalamos aparecerán en la medida en que la redistribución
tenga lugar. La menor capitalización a que tal política conduce disminuye ingresos y salarios en
términos reales, con lo cual, en última instancia, se están vedando oportunidades a todos pero,
como hemos dicho, esto repercute especialmente sobre los marginales respecto de la
satisfacción de requerimientos mínimos. Por este mismo motivo, y en este mismo contexto,
técnicamente carece por completo de sentido afirmar que "nadie tiene derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo necesario".24 Independientemente de los problemas que plantea
la definición de lo necesario y lo superfluo, aquella afirmación apunta a la nivelación de
ingresos y patrimonios con los efectos a que antes aludimos, sin percibir que resulta
indispensable que algunos cuenten con "lo superfluo" para que otros cuenten con "lo necesario"
debido a que "lo superfluo" son las utilidades que permitirían a otros incrementar sus salarios a
través de la capitalización. La implicancia lógica de aquel curioso aforismo referido a la
educación sería que nadie puede ir al colegio secundario antes de que todos (?) hayan podido ir
al primario y, asimismo, nadie puede ir a la universidad antes de que todos hayan completado el
ciclo secundario y así sucesivamente. Por otra parte, resulta frecuente que se haga referencia a
las "barreras económicas" como causa de que relativamente 25 algunos cuenten con menores
oportunidades. Esta expresión puede interpretarse como que los que cuentan con menores
oportunidades están en esa situación debido al "impedimento" que les significa el hecho de que
otros hayan creado riquezas. Esta interpretación deriva del Dogma Montaigne26 en el sentido de
que "la riqueza de los ricos es la causa de la pobreza de los pobres", sin percibir la conexión
entre la mayor capitalización y la disminución de la pobreza. En parte, por eso también se hace
referencia a los relativamente más pudientes como "los privilegiados", cuando este término en
realidad significa gracia, favor, prerrogativa, prebenda, lo cual es incompatible con la sociedad
libre. Como queda dicho, contrariamente a lo que sucede en regímenes feudales y totalitarios,
en el mercado abierto los que progresan económicamente lo han hecho por su capacidad para
servir a los demás y no debido a privilegios otorgados por el poder político del momento. Esto
nos lleva a otra acepción del concepto de igualdad de oportunidades que, en verdad, se
confunde con la igualdad ante la ley (por cierto inherente a la sociedad libre, como ya hemos
apuntado al comienzo). Si la referencia es a la indispensable igualdad de derechos debe
subrayarse que ésta es conditio sine qua non para la existencia de una sociedad libre. Pero,
como hemos señalado también, una cosa es que a los individuos desiguales se los trate de un
mismo modo ante la ley27 y otra cosa bien distinta es que se los haga iguales mediante la ley, lo
cual significa la peor de las desigualdades. Por ello la igualdad de oportunidades, en la primera
acepción que analizamos, en la práctica significa desigualdad ante la ley, lo cual, a su vez,
implica que los individuos no tienen iguales derechos. Con justeza se ha dicho que la "igualdad
de oportunidades es la oportunidad de ser iguales", cosa que, por las razones señaladas, se
traduciría en el sistema más anti-
23
Véase mi Fundamentos de análisis económico, op. cit., p. 265 y ss.
24
Véase A. Salceda, Lo necesario y lo superfluo, Temas Contemporáneos, México, N* 242.
25
Riqueza y pobreza son términos relativos. No se es rico en términos absolutos a partir de cierto patrimonio neto.
El rico lo es en términos de otros cuyos recursos son menores pero también esa misma persona es pobre en relación
con otra que dispone de mayor capital.
26
Véase L. von Mises, Acción Humana - Tratado de Economía, Unión Editorial, p. 967 y ss.
humano Que pueda concebirse. La igualdad de oportunidades así entendida conduce a que un
mayor número de gente tenga menores oportunidades como consecuencia de la
redistribución de ingresos que esta política necesariamente implica, lo cual, en definitiva,
incluye menores posibilidades de educarse.
Un fenómeno parecido se observa cuando se hace referencia al "derecho a la educación", lo
cual en verdad implica una lesión al estado de derecho, cuya vigencia resulta tan necesaria para
la asignación económica de recursos productivos que, a su vez, hará posible una educación más
completa. Como es sabido, a todo derecho corresponde una obligación. Al derecho sobre mi
propiedad corresponde la obligación universal de respetarla. Sin embargo, si afirmo que tengo
"derecho a la educación, a una vivienda digna, o a un salario adecuado" estoy, en realidad,
haciendo referencia a seudoderechos puesto que no resulta posible reconocer semejante
"derecho" sin lesionar derechos de otros. Si se me reconoce el "derecho a una vivienda digna"
esto quiere decir que otro tiene la obligación de proporcionármela, con lo cual se conculca el
derecho de este último. En nuestro ejemplo, en la medida en que se debilita la estructura jurídica
se obstaculizará la misma construcción de viviendas debido a la mala asignación de recursos
que provoca el resquebrajamiento institucional. Robert Nozick resume bien el punto: "La
objeción mayor para hablar de que todos tienen un derecho a varias cosas tal como la igualdad
de oportunidades [— ] y efectivamente otorgar aquellos derechos, consiste en que éstos
requieren ciertas acciones y se refieren a específicos bienes, mientras que otras personas tienen
derecho sobre aquéllos. Ninguna persona puede tener derecho sobre cosas cuya efectivización
implique usos y disposiciones de bienes y actividades de las que otros son titulares".28
El profesor E. G. West29 sugiere que la educación compulsiva, al socavar la libertad, tiende a
producir resentimientos y estados de insatisfacción que en algunos casos se convierten en
incentivos para la delincuencia juvenil puesto que, con este procedimiento lesivo de la libertad,
se está debilitando uno de los pilares básicos de la educación. Ya hemos puesto de manifiesto
que la educación consiste en todo el proceso de aprendizaje que adquiere el individuo.
Concretamente en qué áreas debe cada uno educarse depende de los padres y luego del propio
interesado. Parecería que se parte del supuesto de la "irresponsabilidad" del interesado o de sus
padres pero nunca parece siquiera mencionarse la irresponsabilidad de los sujetos que actúan
sobre la base de la coacción en nombre de la educación estatal. No parece percibirse que, por
definición, la responsabilidad individual sólo puede florecer en un régimen libre. Por otra parte
West30 muestra que George J. Stigler ha investigado sobre los tipos de educación que se han
traducido en ingresos más elevados durante ciertos años y la conclusión es que dos tercios de
aquéllos fueron adquiridos por personas sin educación en colegios ni universidades. Es
imposible que un extraño determine a priori qué tipo de educación debe recibir cada individuo.
Respecto de leer y escribir dice I. Paterson31 que "[. . .] incluso en los Estados Unidos hemos
tenido un presidente [Lincoln] que' aprendió a leer y a escribir después de haberse casado y una
vez que adquirió los ingresos suficientes como para mantener un buen nivel de vida. La verdad
es que en un país libre una persona analfabeta debe también ser respetada [...]. La educación
sólo es posible en un contexto donde el conocimiento es adquirido voluntariamente".32
27
Véase nota 5 ut supra.
28
Anarchy, state and utopia, Basic Books, p. 238.
29
Education and the state, The Institute for Economic Affairs, p. 33 y ss.
30
Ibidem, p. 90.
31
The God of the Machine, Ed. Putnam, p. 259.
32
La cursiva es mía. Debido al deseo de conseguir algún standard que ciertos burócratas desean lograr
coactivamente, se lesiona un bien mucho mayor como es la libertad de decisión. A. Rand dice en For the new intelec
tual, New American Library, p. 80: "No hay sustituto para la dignidad de la persona. El único standard para la
dignidad personal es la libertad del individuo".
Instituciones públicas y privadas: algunos antecedentes
33
Donde aconseja que las tierras se cultiven en común, que el estado se haga cargo de la totalidad de la
educación de todos los chicos, que se exterminen los niños enfermizos "por ser inservibles al estado" y se eliminen
las
artes, porque "pintores, poetas y músicos' sólo sirven para corromper las costumbres al infiltrar el aguijón secreto de
la voluptuosidad".
34
J. W. Perrin, The history of compulsive education in New England, citado por M. N. Rothbard, Education,
free and compulsive, Center for Independent Education, p. 19.
35
Rothbard, op. cit., p. 20. Esta conclusion es del todo concordante con la de Lord Acton (op. cit.).
36
Lutero en Perrin, trabajo citado por Rothbard, op. cit., p. 21.
37
Rothbard, op. cit., p. 23,
38
Rothbard, ibidem, p. 31.
39
Véase E. G. West, op. cit., esp. caps. IX y XI, "Literacy: before and after 1870" y "The quality of schooling:
before and after 1870", donde el autor concluye que la educación se deterioró notoriamente como consecuencia de
In Education Act de 1870 (donde se implantó la educación compulsiva por primera vez en Gran Bretaña). Esta idea
se hizo aun más rigurosa con las leyes de 1880 y 1944.
En Estados Unidos, en un comienzo —salvo la colonia de Nueva Inglaterra dominada por el
calvinismo—, la educación era privada y exenta de toda compulsión gubernamental. La educa-
ción estatal apareció a comienzos del siglo XVIII y la compulsión para atender colegios data de
principios de este siglo.43
En nuestro país, durante la colonia, era principalmente la Iglesia la que ofrecía educación en
instituciones formales de enseñanza. La discusión pública acerca de la educación compulsiva
tuvo en Sarmiento y Alberdi a sus representantes más destacados. El primero era partidario de
la educación compulsiva en lo que se refiere a la educación primaria, mientras que Alberdi
sostenía la necesidad de reforzar la libertad también en ese campo. "La confusión sobre el
significado de la educación condujo a otro error: el de desalentar la educación que se opera por
la acción espontánea [....]. La instrucción primaria dada al pueblo más bien fue perniciosa, ¿de
qué sirvió al hombre del pueblo saber leer? De motivo para verse ingerido como instrumento en
la gestión de la vida política que no conocía, para instruirse en el veneno de la prensa electoral
[....]. ¿Qué han sido nuestros institutos de enseñanza en Sudamérica sino fábricas de
charlatanismo, de suciedad, de demagogia y de presunción titulada?"44
Años más tarde José M. Estrada confirmaba aquella opinión: "En Alemania son raros
los individuos que escapan a la acción educadora de las escuelas; y sin embargo, no veo
que el carácter de las masas alemanas se pulimente ni se vigorice, lejos de eso [].
Estudiando sociedades que son más próximas a nosotros, las unas por la sangre, las
otras por la contigüidad del territorio, encontramos pruebas que concurren en el mismo
sentido. Todos sabemos que las provincias de Galicia y Asturias, en España, no son las
que más arriba se encuentran en cultura y, sin embargo, son las provincias en que hasta
hace pocos años, según la estadística lo comprueba y la experiencia diaria de propios y
extraños puede acreditarlo, estaba más difundida la instrucción primaria. Cuando
comenzó la guerra entre la República Argentina y el Paraguay, era muy escaso el
número de individuos paraguayos que no supieran leer y escribir, sin embargo, aquél
no era un pueblo libre ni culto. Luego, es menester, para que las sociedades prosperen y
se gobiernen bien, una cultura distinta de ésta [. . . ] esa cultura no puede ser ni es el
derecho exigible a todos los hombres".45 La Constitución de 1853 se refiere a la
educación en sus artículos 5, 14 y 67 inciso 16 46 pero, en la práctica, la educación se
hizo compulsiva a partir de la ley 1.420 de 1884. Los debates parlamentarios de la
época y los que se suscita ron con motivo de la Ley Avellaneda y en el Congreso
Pedagógico de 1882 centraban más bien su atención en torno a si la educación
compulsiva debería ser religiosa o laica.47 Privó finalmente
44
Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Ed. Francisco Cruz,
Buenos Aires, pp. 57 y 58.
45
Curso de Derecho Constitucional. Ed. Científica y Literaria Argentina tomo I, pp. 252-253. A pesar de la
postura liberal de Estrada, éste adhiere a la creencia de contar con universidades creadas por el estado "pero ab
solutamente independientes". En este aspecto, tiene una posición similar al movimiento reformista de 1918.
46
La palabra "gratuita" se sacó del texto primitivo del artículo 5" de la Constitución de 1853 en la Reforma de
1860 (después de "educación primaria"). Llama la atención que el motivo de dicha supresión haya sido que
de otro modo las provincias se hubieran visto obligadas a recurrir a rentas generales y no a un impuesto ad hoc
para financiar los colegios estatales.
Véase M. A. Montes de Oca, Lecciones de Derecho Constitucional, Imprenta y Litografía La Buenos Aires, p.
226 y ss.
47
Como hemos dicho, éste es otro de los graves inconvenientes de la educación estatal al verse obligados a
establecer standards. Cuando la norma coactiva y uniforme establece la enseñanza religiosa los no religiosos se
perjudican y viceversa. Un ejemplo grave que ha provocado serios inconvenientes en los colegios estatales en los
Estados Unidos es la educación sexual, la cual ha sido reiteradamente objetada por padres de familia que sostienen
que "los temas íntimos deben ser tratados en la intimidad"; en este sentido véase P. Courtney, The sex education
racket, Free Man Speak Pub., esp. cap. VI y los comentarios que se hacen en la última sección respecto del grupo
comunista que opera bajo el nombre de "National Council of Churches".
este último criterio pero, prácticamente, no se discutió el tema de la compulsión. La ley
1.420 estipulaba criterios muy generales para la educación, lo que permitió al comienzo
un amplio campo para la adaptación y la flexibilidad para atender los requerimientos
individuales;48 esto fue eliminado en la legislación posterior, cada vez más estatizante.
Tal vez uno de los argumentos más difundidos para mantener a los funcionarios
gubernamentales en el campo educativo sea el de que "deben formarse buenos
ciudadanos para bien de la Nación", que "la sociedad quiere gente educada de tal
manera", que "la comunidad reclama. ..", "los intereses superiores del Estado mandan
a la población ...", "el pueblo requiere...", etc. Esta marcada tendencia a la hipóstasis al
otorgar vida propia a las construcciones mentales, especialmente las vinculadas a la
concepción del estado y su representación de la sociedad, la comunidad, el pueblo, etc.,
deriva de Hegel,49 quien a su vez ha influido decisivamente en el comunismo, el
nacional-socialismo y el fascismo.
En un régimen de libertad la individualidad es respetada a través de la inviolabilidad
de los derechos de cada uno. Un conjunto de familias reunidas en lugares geográficos
específicos se llaman pueblos, que en su relación recíproca se dicen naciones. El con-
junto de las soberanías individuales y en su relación con otras naciones se dicen estados.
Para garantizar en forma práctica la soberanía del estado en el todo y en sus partes se
requiere la existencia del gobierno que, por tanto, es el aparato de compulsión y
coerción para proteger derechos.50 La sociedad es otra denominación para la
cooperación social libre y voluntaria; por ende, es también pertinente hacer referencia a
la sociedad como a "los otros" individuos. Ahora bien, aquellas construcciones mentales
sirven para representar ideas, lo cual no permite inferir que estos conjuntos reemplacen
al individuo o lo releguen a segundo término. Muy por el contrario, debería resultar
claro que aquellas construcciones mentales sirven para subrayar su dependencia
respecto de la individualidad que deben proteger. Como hemos señalado, esta
concepción hegeliana constituye el corpus del fascismo. En la primera frase de la Carta
di Lavoro se lee que: "[...] la Nación italiana es un organismo con fines, vida y me-dios
de acción superiores a los individuos". Por su parte, dice Mussolini:51 "Mi espíritu se
halla dominado por una verdad re-
48
En Evolución histórica de la ciudad de Buenos Aires: 1869-1914 (trabajo inédito, varios autores) L. de Latorre
se refiere, entre otra interesante documentación, a la flexibilidad en la ley 1.420 (véase cap. V). Se muestra también
en este trabajo el crecimiento de las instituciones privadas de enseñanza en proporciones muy superiores a las
estatales en el período analizado. Sostiene, sin embargo, que "[...] la efectividad de la instrucción obligatoria se ve
con mayor fuerza analizando el analfabetismo [...]". Aunque la palabra efectividad en este contexto no
necesariamente implica un juicio de valor de la autora, sino que puede referirse a la efectividad de la ley para cumplir
sus objetivos, creemos pertinente formular algunas observaciones. No cabe duda que si la compulsión estatal obliga a
que se demande A, la oferta de A se incrementará. Pero como hemos señalado antes, dado que la educación consiste
en todo el aprendizaje que el individuo realiza en el transcurso de su vida, si se lo obliga a educarse en A, dejará de
educarse en B, C, D. .. según el tiempo que le demande A. También, como hemos dicho antes, si un grupo de
personas considera importante educarse en A y otro en B no hay razón moral o jurídica alguna para que unos
impongan la educación que deben tener los otros. El fundamento de la sociedad libre es el respeto al ser humano, lo
cual no es posible lograr sobre la base de la falta de respeto que implica el uso de la fuerza agresiva en nombre de "la
conveniencia" de la víctima. Por otra parte, en el trabajo a que aludimos no parece considerarse lo que hubiera
ocurrido incluso en la educación de A (en este caso el alfabetismo) debido al aumento en la población y a las
extraordinarias condiciones económicas imperantes. Puede admitirse la posibilidad de que los índices de alfabetismo
hubieran sido aun mejores de no haber mediado la mala asignación de recursos que necesariamente implica la
coacción estatal en la educación.
49
"El Estado es la sustancia general de la que los individuos son accidentes" (cita de Hegel en Selected
Writings of Frank Chodorov, Liberty Press, p. 31). "Debemos honrar al Estado como a lo divino en la tierra", J. F. G.
Hegel, Philosophy of Rights, Ed. Knox, Oxford, p. 285.
50
Véase J. M. Estrada, op. cit., p. 1214 y ss. También véase una brillante exposición sobre la importancia de las
funciones esenciales del gobierno en J. Hospers, Libertarianism: a philosophy whose time has come, Nash Pub., p.
417 y ss.
ligiosa: la verdad de la patria".52 Siguiendo a Sorel53 Mussolini se refiere a la necesidad
del mito afirmando que: "Nuestro mito es la Nación [. . . ] y a este mito [. . . ]
subordinamos todo lo demás" 54 y "La Nación es un ejército [...] y los individuos pueden
ser considerados los cuadros productivos del gran ejército" mientras que "el gobierno es
el Estado Mayor de la Nación".55 Continúa Mussolini afirmando que "al Estado no se le
permite sustraer esfera alguna de la vida individual [....] toda esfera entra en el Estado y
vive en el Estado con todo lo que es y le pertenece".56 G. Gentile, el ideólogo más
destacado del partido después de Mussolini, resumía su pensamiento al decir que: "El Es-
tado es el mismo hombre en cuanto se realiza umversalmente [. . . ] el Estado es
humanidad plena y perfecta".57 De igual modo se expresaban Rocco, Sailis y otros
intelectuales del fascismo. Este pensamiento respecto de la negación del individuo y la
exaltación del aparato estatal, de más está decirlo, se encuentra presente en el nacional-
socialismo: "El Estado [,...] aspira a crear una comunidad de seres racial y
espiritualmente semejantes".58 El enemigo mortal tanto del comunismo como del nazi-
fascismo es el liberalismo, puesto que aquellos sistemas propugnan la abolición de la
propiedad privada, en el primer caso de jure y en el segundo de facto.59 Es útil observar
que en el manifiesto del partido fascista republicano se propone "la abolición del sistema
capitalista".60
Debido a la enorme penetración hegeliana parecería que: "La palabra yo ha
desaparecido del lenguaje humano y que no hay pronombres singulares; así el hombre se
refiere a sí mismo como nosotros y a otro hombre como ellos".61 En una sociedad libre el
primer punto que debe comprenderse en materia educativa es que hay que respetar la dignidad
del hombre, su individualidad, su humanidad, para lo cual resulta vital que se le reconozca la
facultad de desarrollar su energía creadora del modo que considera adecuado a su exclusivo y
singular "modo de ser". La construcción mental que se traduce en la palabra gobierno pre-
cisamente significa el monopolio de la fuerza para resguardar los derechos individuales que
son anteriores a su propia existencia. En una sociedad libre, el gobierno recurre exclusivamente
a la fuerza defensiva con el objeto de reprimir violaciones a los derechos de los gobernados.
Curioso resulta, en verdad, que algunos de los partidarios del sistema social de la libertad
propongan que los agentes que circunstancialmente detentan el poder político se ocupen de
"educar para la libertad" a través de instituciones estatales de enseñanza, claro está que
recurriendo para ello a la violencia. Hemos dicho al comienzo que constituye un non sequitur
afirmar que de la necesidad de aprender tal o cual cosa se desprende el hecho de que deban
existir instituciones oficiales de enseñanza. Más aun, creemos haber demostrado que las
instituciones oficiales de enseñanza reducen las posibilidades de educación debido al consumo
de recursos que dicha política engendra. También hemos mencionado que es requisito
indispensable para el verdadero aprendizaje el deseo de conocer y el gusto por la materia
estudiada. No resulta posible educar compulsivamente en el verdadero significado del vocablo.
Más aun, no parece posible educar para la libertad sobre la base de la compulsión.62
No menos frecuente resulta el invocar la "solidaridad social" para recurrir a la coacción
51
Escritos y discursos, Ed. Bosch, t. Ill, p. 187.
52
E. Echeverría afirma que "Los esclavos o los hombres sometidos al poder absoluto no tienen patria, porque
la patria no se vincula en la tierra natal sino en el libre ejercicio y pleno goce de los derechos del ciudadano"
(Principios de la Asociación de Mayo, Abeledo-Perrot, p. 123). Por su parte J. B. Alberdi nos; dice que: "La patria
es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización organizada en el suelo nativo bajo su enseña y en su nombre"
(op. cit., p. 71).
53
Reflexiones sobre la violencia, Ed. Bosch, cap. IV.
54
Ibidem, tomo II, p. 370.
55
Ibidem, tomo V, pp. 218-219.
56 Ibidem, tomo VII, p. 318.
57
Introduzione alia Filosofía, Univ. de Milán, 1933, p. 116.
58
Mein Kampf, F. Eher, p. 433, traducción de G. R. De Yurre en Totalitarismo y egolatría, Aguilar.
59
Resulta sumamente interesante analizar las raíces marxistas del fascismo en J. A. Gregor, The ideology of
fascism, Macmillan.
60
Octavo punto del Manifiesto, reproducido por J. A. Gregor, op. cit.,p. 388.
estatal, debilitando así la responsabilidad individual y la autoridad de la familia. En este
sentido, considero importante citar a Kingsley Davis, uno de los sociólogos más influyentes en
temas educativos y uno de los que con mayor énfasis hacen de la "solidaridad social" su tesis
central, siguiendo los pasos de Comte. "La persona, en cuanto puede ser un objeto para sí, es
esencialmente una estructura social y surge en la experiencia social."63 "No es posible trazar
una clara línea divisoria entre nuestra propia persona y la de los demás" j64 "[. . . ] la educación
paternal se torna cada vez menos adecuada hasta que finalmente es preciso confiar en la
socialización fuera de la familia";65 "[.,..] la sociedad compleja y especializada corre el riesgo
de caer en un individualismo incontrolado con la consiguiente pérdida de la cohesión social".66
"Frente a la motivación individualista y a la crítica científica, los valores centrales y los fines
comunes de la sociedad tienden a desmoronarse."67 Concluye Davis que "de todos los países
que han realizado experimentos con la política educativa, Rusia ha sido el más severo y,
aparentemente, el que mas éxito ha tenido".63 "En el plano económico, la escuela está
sincronizada con la vida productiva por medio de la politecnización [.. . ] los soviets se basan
lo menos posible en la familia para la educación. No sólo alivian a la familia del costo de la
educación sino que toman al niño a edad muy temprana para la educación preescolar en
guarderías y jardines de infantes comunales. Por lo tanto, en el momento de la adolescencia,
resulta al niño muy fácil quitarse de encima la autoridad paterna ya desalojada por una
autoridad estatal [....]. El sistema soviético sugiere que para convertir la escuela en parte
integral de la estructura política y económica, y para conceder a la juventud un papel
productor, es necesaria la planificación central de toda la economía. Que un estado
democrático pueda lograr o no tal planificación, constituye un profundo interrogante. Pero, en
apariencia, tiene que lograrlo o dejar de existir."69
Ortega y Gasset nos muestra con gran precisión la importancia del individualismo: "El terrible
impersonal aparece ahora formando parte de nosotros mismos [....] en la medida en que no
pensemos en virtud de evidencia propia, sino, porque oímos decir, porque 'se' piensa y 'se'
opina, nuestra vida no es nuestra; dejamos de ser el personaje determinadísimo que es cada
cual; vivimos a cuenta de la gente, de la sociedad; es decir, estamos socializados [..]. Hay dos
formas de vida humana: una la auténtica, que es la vida individual, la que le pasa a alguien y a
alguien determinado, a un sujeto consciente y responsable; otra, la vida de la gente, de la
sociedad, la vida colectiva que no le pasa a nadie determinado, de que nadie es responsable".70
Y así concluye esta idea Ortega: "Desde hace ciento cincuenta años se han cometido no pocas
ligerezas en torno a esta cuestión; se juega frivolamente, confusamente, con las ideas de lo
colectivo, lo social, el espíritu nacional, la clase, la raza, la cultura (Spengler). Pero en el juego,
las cañas se han ido volviendo lanzas. Tal vez, la mayor porción de las angustias que hoy pasa
la humanidad provienen de él".71
Para finalizar este apartado me parece interesante citar el caso de conversión del socialismo
al liberalismo de Michael Novak. El siguiente párrafo de su última obra me parece que ilustra
muy bien lo que les sucede a no pocos estatistas modernos: "[...] había una capa levemente
hegeliana en mi imaginación, con la cual yo trataba de pensar en la humanidad como un Cuerpo
Místico, un algo unido orgánicamente tal como está unido el cuerpo humano. Los escritores
que enfatizaban el corporativismo, la solidaridad o incluso formas no ateas de socialismo,
captaban entonces mi imaginación [, . . ]".72
61
A. Rand, op. cit., p. 64.
62
Véase más adelante el apartado sobre libertad académica.
63
La sociedad humana, EUDEBA, tomo I, p. 200.
64
Ibidem, p. 202.
65
Ibidem, p. 209.
66
Ibidem, p. 210. La llamada "cohesión social" —más bien la adecuada evolución del conjunto social en una
sociedad civilizada— sólo resulta posible si el gobierno limita sus funciones a proteger la libertad y el derecho de
cada uno de sus miembros. Esta sociedad libre será así la más próspera que permitan las circunstancias, espiritual y
materialmente hablando.
67
Ibidem, p. 211.
68
Ibidem, p. 219.
69
La cursiva es mía. Ibidem, p. 220.
Instituciones públicas y privadas: la libertad académica
79
Poder político y libertad personal, Uthea, México, p. XIV.
80
Ibidem, p. XV.
81
Citado por S. Hook, op. cit., p. XVI.
82
La Constitución y el Federalismo en la Política, Ed. Vea y Lea, pp. 84-35.
83
Holmes, citado por S. Hook, op. cit., p. 299.
consideraríamos la actual afiliación de un miembro de nuestra fa-. cuitad al Partido Comunista
como una grave falta de conducta, que justifica la destitución" 84
Hayek nos dice en forma más general que "[,. . .] las experiencias recientes parecen sugerir
que al hacer una designación de profesores deberá establecerse una cláusula reservándose el de-
recho a destituir al nombrado si, con pleno conocimiento de causa, se une o colabora en
cualquier movimiento contrario a los principios en que tal privilegio descansa. La tolerancia no
presupone que la intolerancia haya de ser amparada. Éste es el motivo que, en mi opinión,
aconseja el no conceder a un comunista un cargo en propiedad".85