El documento discute los conceptos de salvación, pecado, muerte y ansias de infinitud desde una perspectiva cristiana. Argumenta que Dios salva de la condenación eterna, vence el pecado y supera la muerte, dando esperanza y satisfaciendo las ansias humanas de trascendencia e infinitud a través de la comunión con la vida divina.
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El documento discute los conceptos de salvación, pecado, muerte y ansias de infinitud desde una perspectiva cristiana. Argumenta que Dios salva de la condenación eterna, vence el pecado y supera la muerte, dando esperanza y satisfaciendo las ansias humanas de trascendencia e infinitud a través de la comunión con la vida divina.
El documento discute los conceptos de salvación, pecado, muerte y ansias de infinitud desde una perspectiva cristiana. Argumenta que Dios salva de la condenación eterna, vence el pecado y supera la muerte, dando esperanza y satisfaciendo las ansias humanas de trascendencia e infinitud a través de la comunión con la vida divina.
El documento discute los conceptos de salvación, pecado, muerte y ansias de infinitud desde una perspectiva cristiana. Argumenta que Dios salva de la condenación eterna, vence el pecado y supera la muerte, dando esperanza y satisfaciendo las ansias humanas de trascendencia e infinitud a través de la comunión con la vida divina.
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LA SALVACIÓN: UNA PALABRA PASADA DE MODA
¿De que nos salva Dios?
La palabra salvación casi ha desaparecido del lenguaje cotidiano en un mundo donde los seres humanos pretenden controlar por sí mismos su destino. Se utiliza en las escasas situaciones. El lenguaje. El lenguaje religioso sí utiliza profusamente la palabra salvación.
La primera pregunta debe ser: ¿De que nos salva Dios? La salvación que el ofrece no se sitúa en el mismo plano que las ofrecidas por la ciencia y las transformaciones sociales. Si consultamos a nuestros abuelos para saber que evoca en ellos la palabra salvación nos hablarán de la salvación eterna. La victoria sobre el pecado, la superación de la muerte y la sed de infinitud.
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LA VICTORIA SOBRE EL PECADO
Sólo el 28,8% de los jóvenes creen en el pecado.
ANULAR EL PECADO
El pecado es personal y universal; no nos exculpa estar buscando continuamente chivos
expiatorios en los demás, y justificaciones en el ambiente, la herencia, las instituciones, las estructuras o las relaciones.
Por eso, no es suficiente arrepentirnos del mal que hacemos, y ni siquiera que Dios perdone nuestro pecado: necesitamos además que lo aniquile.
LA UNIVERSALIDAD DE LA SALVACIÓN
No se debe separar de la conciencia de la universalidad de la salvación en Jesucristo. Si
se aísla de esta, genera una falsa angustia por el legado y una consideración pesimista del mundo y de la vida.
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LA SUPERACIÓN DE LA MUERTE
Existen 6 preguntas vitales acerca de la muerte
La pregunta sobre la muerte es la pregunta sobre el sentido de la vida. No se puede dar
respuesta a la pregunta por el sentido de la vida mientras que no se aclare el sentido de la muerte.
La pregunta por la muerte es la pregunta sobre el significado de la historia. La muerte es
la anticipación de la muerte de la humanidad. La pregunta sobre la muerte es la pregunta sobre los imperativos de la justicia, libertad, dignidad.
La pregunta sobre la muerte es la pregunta sobre la dialéctica presente-futuro. Vivimos
en un mundo poco acogedor y aspiramos a un futuro mejor.
La pregunta sobre la muerte es la pregunta sobre el sujeto de la esperanza.
La pregunta sobre la muerte es una variante de la pregunta sobre la persona, sobre la
densidad irrepetible y validez de quien la sufre. Pregunta fundamental que plantea la muerte: Todo ser humano, ¿es o no un hecho revocable, irreversible?
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LAS ANSIAS DE INFINITUD
A algunos de nuestros contemporáneos el ansía de infinitud les parece una petulancia
inadmisible. Hace unos años se repitió mucho el dicho del profesor Tierno Galván sobre la necesidad de vivir “perfectamente instalados en la finitud”. Sin embargo, otros muchos piensan que la finitud nos agota nuestras posibilidades y por eso no están bien instalados en ella.
El cristiano, por su parte, piensa que soñar cosas imposibles, si lo hace apoyándose en la palabra de Dios. La Primera Carta de Juan muestra el estupor ante el gran regalo de Dios: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
COMUNIÓN CON LA VIDA DIVINA
Somos hijos adoptivos.
Sed de eternidad.
“Tengo sed de eternidad, y sin ella me es todo igual. Yo necesito eso, ¡lo ne-ce-si-to! Es muy fácil esto de decir: ‘hay que vivir, hay que contentarse con la vida’… ¿y los que no nos contentamos con ella?” M. Unamuno.
