Misterios Dolorosos
Misterios Dolorosos
Misterios Dolorosos
Bienvenidos todos a este Santo Rosario. Nos reunimos hoy bajo una sola voz, para orar
fervientemente a Nuestra Señora Auxiliadora, bajo el título de Nuestra Señora de Sheshan,
unidos a todos aquellos en China, que en medio de sus pruebas diarias, continúan creyendo,
esperando, amando, para que nunca tengan miedo de hablar de Jesús al mundo y del mundo a
Jesús.
Que María Santísima, Madre de la Iglesia y Madre de la Esperanza acompañe al pueblo de Dios
en China, ilumine continuamente su camino e interceda por sus necesidades, esto lo pedimos en
unión con su Patrón San José y los innumerables Santos Mártires de China.
Señal de la Cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
● Da a los líderes políticos mundiales y a todos los políticos del mundo, especialmente a
aquellos en la República Popular de China cargando con grandes responsabilidades ,
sabiduría, prudencia, un corazón que escucha y un alto respeto por los derechos humanos
y por la dignidad de cada persona en su nación.
Padre Misericordioso; dales fortaleza y coraje
● La epidemia del Coronavirus , bajo la cual el pueblo chino sufrió primero, ocasionó en el
mundo un gran sufrimiento. Da a todos el espíritu de solidaridad, el espíritu de amor y el
espíritu de autosacrificio para juntos poder luchar contra esta enfermedad y hacer un
mundo mejor.
Padre Misericordioso; dales fortaleza y coraje
Profesemos nuestra fé
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único
Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a
los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Rezamos tres Ave Marías por el aumento de las tres virtudes teológicas: fé, esperanza y caridad.
Ave María (Fatima/Andrew/Mariana) (Ma. Eugenia/Ana Ma./Yola)
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (3 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Rezaremos los Misterios Dolorosos
Oración: Bendita Madre María, ahora te ruego con fervor que intercedas por mí ante el Señor
Jesús para que pueda orar constantemente, apegarme a la voluntad de Dios, aceptar el
sufrimiento en la vida y aceptar la purificación del sufrimiento con paciencia. Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (10 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas! Amén.
Madre María quien perseveró con entereza, meditando en Tu sufrimiento interior, te dedico esta
oración. Jesús, Hijo de Dios tan lleno de gloria, ahora en la casa de Pilato, despojado a la fuerza
de sus vestiduras, atado a un pilar, golpeado más de 5400 veces. El cuerpo de Jesús estaba
completamente destrozado y la sangre brotaba incontrolablemente. En medio de un sufrimiento
tan humillante, Jesús se quedó callado como un cordero, aguantando en silencio sin defenderse
de ninguna manera.
Oración: Bendita Madre María, ahora te ruego fervientemente que intercedas por mí ante el
Señor Jesús para que remueva de mi el manto de la mundanería, de la concupiscencia y
desafuero. Revísteme con un manto de humildad y paciencia, para que pueda soportar de buena
gana las dificultades y sufrimientos que Dios permite en mi vida. Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (10 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas! Amén.
Oración: Bendita Madre María, ahora te ruego fervientemente que intercedas por mí ante el
Señor Jesús para que descarte todo mi orgullo y arrogancia y deje a un lado toda mi hipocresía.
Que tolere de buena gana por mi Señor Jesús todas las dificultades y humillaciones que llegan
como coronas de espinas en mi vida. Oro para que pueda, como Jesús, obtener la corona de la
vida eterna y el gozo eterno en el Cielo. Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (10 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Jaculatoria de la Medalla Milagrosa
¡Oh María, sin pecado concebida!, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oración de Fátima
¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas! Amén.
Oración: Bendita Madre María, ahora te ruego con fervor que intercedas por mí ante el Señor
Jesús para que yo pueda siempre recordar Su sufrimiento y nunca lo olvide, como si yo mismo
estuviese cargando la pesada cruz. También oro al Señor para que yo pueda con alegría
soportar mis cruces con reverencia por Él. Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (10 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas! Amén.
María Madre, que entregó su vida por causa de la justicia, meditando en tu sufrimiento interior, te
dedico esta oración. Al llegar a la cima del Calvario, los malhechores despojaron a Jesús de sus
vestiduras y clavaron sus manos y pies en la cruz. Jesús tuvo sed, y los malhechores le dieron a
beber vinagre mezclado con hiel. La tierra tembló, las rocas se abrieron y el sol y la luna perdieron
su luz. Todas las personas que vieron esto se golpearon el pecho de dolor. La escena se llenó de
trágica tristeza. Toda la creación testificó la Pasión de Jesús, el verdadero Creador y Señor.
Oración: Bendita Madre María, ahora te ruego con fervor que intercedas por mí ante el Señor
Jesús para que pueda sentir la intensidad de la Pasión de Jesús tal como sucedió en las trágicas
circunstancias de la época. Hazme ver que el sufrimiento y las dificultades en la vida son dones
de Dios, que me permiten experimentar el verdadero dolor y el arrepentimiento sincero para
perseverar en la virtud. Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (10 veces).
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
¡Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas! Amén.
Oremos. Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo por su vida, muerte y resurrección nos ha comprado la
recompensa de la vida eterna; concédenos, te suplicamos, que, meditando estos misterios del
Santísimo Rosario de la Bendita Virgen María, podamos imitar lo que contienen y obtener lo que
prometen, por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Del Ángelus:
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por
la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas
de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Antes de salir de la sala virtual, se recomienda el canto de un Ave María o jaculatoria corta.
Estas meditaciones son publicadas por Guang Qi Publications, Diócesis de Shanghai.z