ENSAYO Linguistica
ENSAYO Linguistica
ENSAYO Linguistica
Profesor: Estudiante:
Giovanni Rassmann
C.I:30.403.139
Sec. 5
Enero, 2022
Lenguaje, Lengua y habla.
Cada lengua natural está constituida por un complejo dialectal del cual se
selecciona una variedad – ocasionalmente se puede tratar de una fusión de más de una
con el propósito de lograr y mantener la estabilidad y funcionalidad de la comunidad
de habla, lo cual es loable en principio. Sin embargo, la realidad, invisible para
amplios sectores, es que esta variedad, preferida y protegida, se transforma en un
obstáculo para el desarrollo social, ya que esa selección está regida universalmente
por parámetros de poder temporal y no por los que corresponden a validez lingüística
y social. Así, desde un punto de vista concreto, toda lengua o idioma se materializa a
través de un conjunto más o menos grande y más o menos dispar de variedades
lingüísticas que le son propias.
Del mismo modo, si consideramos que todo el que habla una lengua pertenece
a una geografía y, por tanto, habla un dialecto, podríamos concluir que el conjunto de
dialectos es la única manifestación concreta y tangible de una lengua. Como
resultado, nadie habla el idioma "universal", libre de matices dialectales en la
pronunciación y el vocabulario. Como resultado, hay dialectos más cercanos (menos
diferenciados) y por tanto más fáciles de entender, mientras que hay otros que se han
distanciado tanto entre sí que es imposible que sus respectivos hablantes lo entiendan
todo, obligándolos a recurrir a "prestamos" que son más "universal.
Es así como, las lenguas varían, que no es igual el español hablado en España
que el español que se habla en Chile, aunque ambos se parecen más entre sí que al
vasco; que no se escribe igual en el siglo XXI que en el XV..., es decir, que hay toda
una serie de variantes dentro de una misma lengua. Según esto, el término variedad
lingüística se define como el conjunto de rasgos diferenciales con relación a la lengua
estándar que utiliza un usuario o un grupo de usuarios de una lengua, según su
situación social y cultural, el momento histórico, el lugar en que se encuentre o la
situación comunicativa en la que se vea inmerso.
Otro aspecto que es importante señalar es que todas estas características están
moderadas por un factor externo que es el prestigio. Muchas veces se han
considerado “dialectos” a lo que en realidad son lenguas simplemente por términos de
aceptación social. Así, no existe ningún inconveniente por ejemplo con la lengua
inglesa, al poseer los cuatro principales rasgos lingüísticos que la caracterizan. Sin
embargo, existen problemas en caracterizar otras lenguas como tales en vista de que
algunas variedades como las criollas pueden generar algunos inconvenientes en
cuanto a su historicidad o autonomía.
En otro orden de ideas, tenemos que, los distintos usos que hacemos de
nuestra lengua (o idioma), originan los diferentes registros o niveles del habla,
dependiendo de la formación sociocultural del hablante, de los hábitos lingüísticos de
la comunidad y de la situación en que se produce. No es lo mismo hablar con un
amigo que hablar con un médico, o hablar con nuestra madre que hablar con el
vigilante de la discoteca; no es lo mismo escribir una carta que hacer un examen, y no
es lo mismo contar una historia que escribir una historia. Todas estas formas son lo
que se denominan registros.
La lengua posee tres niveles los cuales son: subestándar (por debajo de la
norma), estándar (a tono con la norma) y superestándar (por encima de la norma). Se
entiende por niveles de la lengua o niveles del lenguaje (y también registro
lingüístico) al grado de corrección con que utilizamos el idioma en una situación
determinada. Esto significa que no siempre nos expresamos de la misma manera, sino
que ponemos más empeño y atención en el modo de hablar o escribir en algunas
situaciones, mientras que en otras nos relajamos y nos permitimos un mayor margen
de error, incertidumbre y/o informalidad.
Así, los niveles de la lengua tienen que ver, en primer lugar, con el contexto
comunicativo: con quién nos comunicamos, en qué situación y para qué; y en
segundo lugar con las capacidades lingüísticas de cada quien, esto es, con su nivel de
instrucción educativo, su talento para el manejo del lenguaje y su léxico. Así, cuando
empleamos un nivel inadecuado para la situación en la que estamos, corremos el
riesgo de desentonar, ofender o perder la atención y el respeto de nuestros
interlocutores; mientras que empleando el registro adecuado garantizamos un menor
margen de ruido en la comunicación. Además, cuando nos comunicamos revelamos
cosas sobre nosotros, no sólo en lo que decimos, sino en cómo lo decimos.
En esa medida, existe un único registro asociado a este nivel, que es la lengua
coloquial: aquella que se adapta a las necesidades básicas formales y de corrección de
una comunidad lingüística, que puede ser una ciudad, una región o un país entero. Esa
es la razón por la cual un extranjero, incluso si habla el mismo idioma, puede
desconocer muchas de las normas estándar de otro país.
Cabe destacar que, una de las bases sobre las cuales se asienta la actitud
lingüística es la conciencia sociolingüística. Los individuos forjan actitudes, del tipo
que sea, porque tienen conciencia de una serie de hechos lingüísticos y
sociolingüísticos que les conciernen y los afectan. Tales hechos pueden pertenecer a
su forma de habla o a la de su grupo o comunidad, pero también a la forma de otros
hablantes, otros grupos u otras comunidades. Los hablantes saben que su comunidad
prefiere unos usos lingüísticos a otros, que ciertos usos son propios de unos grupos y
no de otros, que unas formas de habla son más prestigiosas que otras y, por lo tanto,
tienen la posibilidad de elegir lo que consideran más adecuado a las circunstancias o a
sus intereses.
La comunicación no verbal que va más allá de las palabras, y por ese motivo es la
que transmite en mayor medida los verdaderos sentimientos o estado interior
personal. El lenguaje no verbal es el lenguaje corporal que no miente fácilmente
(aunque todo se puede entrenar), a diferencia de la palabra que sí lo hace más a
menudo de lo que pensamos. De hecho, a menudo sucede que las palabras dicen algo
que contradicen los gestos de quien habla. Aun así, no debemos pensar que podemos
saber a ciencia cierta qué está pensando de verdad una persona sólo con verla. La
interpretación de un gesto, sobre todo si es aislado, puede traernos confusión, puesto
que los gestos obtienen su significado al relacionarse los unos con los otros.
Los gestos: cuando se utilizan las manos, piernas y brazos para gesticular, se están
expresando sentimientos y actitudes. Una persona entusiasta y vital acompañará la
conversación con gestos amplios y cargados de energía, mientras que otra más
reflexiva utilizará movimientos más calmados y armoniosos. Es interesante resaltar el
hecho de que los gestos carecen de universalidad. Debido a este factor, cada gesto
puede tener un significado muy distinto según la cultura.
Por último, El hablante, según sean sus intenciones, para lograr una finalidad, se
vale de las funciones del lenguaje. Tomando en consideración este principio, las
funciones del lenguaje se han clasificado en: expresiva, apelativa o conativa,
representativa o referencial, metalingüística, fática y poética, clasificación que
estableció Jakobson (1960) basándose en los seis elementos de la comunicación: el
emisor, receptor, mensaje, canal, código y contexto. Los actuales estudios de las
funciones del lenguaje, han permitido hacer otras clasificaciones. Entre éstas, está la
función:
Lo anterior hace referencia los distintos cometidos con que el ser humano
emplea el lenguaje, es decir, los propósitos comunicativos con los que utiliza esa
herramienta cognitiva y abstracta.
Alvar, M. (1961). Hacia los conceptos de lengua, dialecto y hablas. Nueva Revista de
Filología Hispánica, 51-60.
Ordoñez Gallego, A. (1993). Jerga, cultura e información. Rev San Hig Púb, 67.
https://concepto.de/funciones-del-lengua
https://www.portaleducativo.net
http://logopediaciudadreal.es/