Evolucion Humana 1
Evolucion Humana 1
Evolucion Humana 1
Los orígenes del hombre y su evolución, desde las primeras especies de homínidos hasta la
concreción de la única especie actual, el Homo sapiens. Cuenta el proceso de transformaciones
biológicas y culturales que nos explica por qué somos cómo somos.
Las cualidades y potenciales que nuestra especie expresa deviene de estos grandes
descubrimientos y transformaciones que hemos realizado en: locomoción, alimentación,
organización, adaptación a los cambios del medio, trabajo y división social o comunitaria,
lenguaje y símbolo.
Hoy en día a más de 20.000 años siendo la única especie humana, cada uno de estos hitos se
han ido profundizando, enriqueciendo y modificando con el mismo fin: mejorar la calidad de
vida de la especie o su mera supervivencia.
A partir de 1900 se eliminó el valor taxonómico del termino “raza”. A pesar de ello, su uso se
mantiene en la lengua común. En el caso del ser humano (Homo sapiens), existe opinión
mayoritaria entre los especialistas en que es inadecuado el uso del término raza para referirse
a cada uno de los diversos o diferentes grupos humanos, y se considera que es más apropiado
utilizar los términos etnia o población para definirlos. Más aún, muchos científicos consideran
que para referirse a seres humanos, biogenéticamente, las “razas” no existen, tratándose solo
de interpretaciones sociales.
EVOLUCION HUMANA
Todas las personas somos primates que pertenecemos a la especie Homo sapiens, el único
homínido que
subsiste en la Tierra,
pero en el pasado
existieron otras
especies de
homínidos.
La
paleoantropología
o antropología
biológica es la
ciencia que intenta
conocer las
relaciones de
familia de las
distintas especies
descubiertas de
homínidos, bajo el principio de que existen cambios a través del tiempo, posiblemente por
selección natural, y de que hay rasgos tanto ancestrales como derivados, así como específicos
de un grupo o compartidos.
ESCENA LUCY
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(Tanzania, 3.700.000 años) con el rastro de pisadas encontradas en el sedimento volcánico. El
excepcional hallazgo es la más antigua prueba directa de la existencia de primates caminando
sobre dos piernas.
Ilustración de fondo: Mauricio Anton.
El bipedismo
Homo ergaster (1.800.000 - 1.400.000 años). Fue encontrado en Kenia, África. Se trata de un
homínido de gran cerebro. Desarrolló el Modo Tecnológico Achelense, caracterizado por la
fabricación de grandes cuchillos de piedra tallados por las dos caras que servían para cortar,
tajar y clavar.
La tecnología
Los humanos nos caracterizamos por la fabricación acumulativa, con transmisión cultural, de
objetos implicados en la consecución del alimento y la satisfacción de nuestros deseos.
La tecnología lítica surge al menos hace 2.500.000 años en varias localidades de África
Oriental.
Homo erectus (1.800.000 - 35.000 años). Fue encontrado en Asia. Poseía más de 1.000 cc de
cerebro, fuertes cejas continuas, occipital anguloso y huesos muy gruesos. Dominaba el fuego
y ocupó toda Asia Occidental.
Todas las personas somos primates que pertenecemos a la especie Homo sapiens, el único
homínido que subsiste en la Tierra. La postura erguida y la marcha bípeda supusieron la
separación con los antepasados de chimpancés y gorilas.
EL ARTE
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Para hablar de arte necesitamos que un signo o un elemento sirvan a la comunicación y se
desliguen de aspectos nutricionales o reproductivos, que se conviertan en un vehículo para
expresar ideas. Nos aparece en cuevas y al aire libre, fijo en rocas o móvil sobre objetos. Surge
con seguridad hace unos 100.000 años en Sudáfrica.
Las pinturas corporales, los adornos de plumas y la recogida de objetos raros son quizás las
primeras manifestaciones. El arte no es exclusivo de nuestra especie. Los neandertales
hicieron collares y pulseras con huesos y dientes perforados.
PIEZAS
Venus de Willendorf
La anatomía
Nuestra anatomía actual es una herencia del pasado. Tenemos hombro móvil, pies curvados y
manos prensiles con uñas, cara plana con visión desarrollada. Tenemos muy poco vello,
receptividad sexual constante y gran diversidad sanguínea y genética.
El desarrollo
Los humanos nos caracterizamos por un nacimiento prematuro, gran indefensión de las crías,
crecimiento lento, prolongación de las etapas de aprendizaje y una larga vida después de la
pérdida de fertilidad.
El cerebro
Los primates y los animales sociables tenemos cerebros grandes. El cerebro es el órgano más
costoso de nuestro organismo, apropiándose, incluso en reposo, de gran parte de la energía
que introducimos con los alimentos.
La dieta
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Nuestro origen primate nos predisponía a ser omnívoros. Nuestros dientes son bunodontos,
con pequeñas protuberancias propias de animales que comen de todo.
Los primates se alimentan sobre todo de vegetales y frutos, pero también de insectos, huevos
y pequeños vertebrados. El progresivo consumo de proteínas de origen animal fue una
especialización de los humanos y contribuyó a nuestra expansión cerebral y a la ocupación de
todos los ecosistemas.
La consciencia de la muerte
La autoconsciencia es propia del ser humano. Así reconocemos al otro y podemos valorar su
presencia o su ausencia. Sabemos que nos moriremos y que la muerte de los allegados nos
deja un vacío, que intentamos cubrir con mitos, intermediarios y rituales.
Puede que ya existiera en Homo heidelbergensis, hace medio millón de años, pero es nuestra
especie (Homo sapiens) la que ha colocado a la muerte y a los difuntos como sustentadores de
los recuerdos y símbolos de la brevedad de la vida.
El lenguaje
Nuestra comunicación se desarrolla por medio del lenguaje oral, siguiendo reglas gramaticales.
El descenso de la laringe, que se produce hacia los dos años, ayuda a separar nuestro sistema
respiratorio y digestivo, facilitando el habla.
Los estudios muestran una preadaptación al lenguaje ya en Homo habilis. Los análisis de los
huesos hioides (hueso bajo la lengua) y del oído medio, avalan que Homo heidelbergensis,
hace 500.000 años, tenía una frecuencia auditiva similar a los humanos actuales, y diferente de
la de los primates.
Neandertales y Cromañones
Hace poco más de 40.000 años comienzan a aparecer en el registro arqueológico las primeras
evidencias de la llegada a Europa de Homo sapiens; son los denominados “hombres de
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cromañón” creadores del arte rupestre y portadores de nuevas técnicas para tallar la piedra y
obtener artefactos líticos. Estos elementos de la cultura material son los que van a caracterizar
al Paleolítico Superior europeo.
Para otros científicos sin embargo, la anatomía de los neandertales tardíos, aquellos que
coincidieron en el tiempo con los humanos modernos, experimentó cambios en una dirección
que les aproximaba a los humanos modernos.
Cualquiera que fueran las causas, una especie humana (Homo neanderthalensis) desapareció
para siempre de la faz de la Tierra. Quizá fuimos los artífices de su desaparición. Y sin embargo,
trasmitimos generación tras generación algunos de sus genes.
DESCRIPCION ESCENAS
Groenlandia y la Antártida.
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pastadores, con el mamut lanudo y el rinoceronte lanudo como sus especies más
características.
CURIOSIDADES
El genoma neandertal ha puesto de manifiesto que todos los seres humanos, a excepción de
los de origen sub-sahariano, somos portadores de genes neandertales.
Los neandertales compartían con nuestra especie la mutación del gen FOXP2, implicada
específicamente en la elaboración del lenguaje.
Los neandertales fueron la primera especie que comenzó a inhumar a sus muertos hace 80.000
años.
¿Quiénes llegaron?
¿Cuándo llegaron?
De acuerdo con la teoría más aceptada, las primeras incursiones en el continente americano se
produjeron desde hace alrededor de 14.000 años, durante el último período glacial, conocido
como Würm o Wisconsin.
En el curso de unos pocos miles de años, las oleadas migratorias fueron alcanzando los
distintos territorios hasta poblar todo el continente americano, desde Alaska hasta Tierra del
Fuego.
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Se cree que los movimientos de poblaciones que resultaron en el poblamiento americano se
produjeron como consecuencia de la persecución de las piezas de caza, que agrupadas en
manadas se movían habitualmente entre Asia y América a través de Beringia.
Los primeros americanos cazaban una variedad de presas, desde pequeños mamíferos hasta
caribúes, bisontes, bueyes almizcleros, mastodontes y mamuts. La captura de los ejemplares
más grandes exigía a los cazadores un trabajo de planificación y coordinación grupal para
emboscar a las presas.
Entre fines del siglo XIX y principios del XX, el sabio Florentino Ameghino propuso un esquema
evolutivo de nuestra especie que generó una gran conmoción en el ámbito científico. Según su
teoría, el hombre tendría su origen en la Argentina y habría coexistido con algunas especies de
megafauna que se extinguieron a fines del Pleistoceno.
En 1912, unos pocos meses después de la muerte de Ameghino, el antropólogo Ales Hrdlicka,
publicó un trascendental artículo crítico sobre los hallazgos y teorías del origen del hombre en
Sudamérica. En dicho escrito, concluyó que no había razón alguna para pensar que el hombre
en América del Sur tuviese más que unos pocos milenios de antigüedad y que era poco
probable que hubiera convivido con la megafauna.
Actualmente, la teoría de Ameghino sobre el origen americano del hombre ha sido descartada
por el ámbito científico, pero goza aún de valor histórico por la relevancia del debate.
Ameghino sí estuvo en lo cierto al afirmar que el hombre convivió en Sudamérica con
representantes de la megafauna a fines del Pleistoceno.
FOSILES
Gliptodonte
El gliptodonte (Doedicurus clavicaudatus) se caracterizaba por poseer una rígida coraza ósea y
una larga cola terminada en un tubo que se engrosaba en su extremo distal, en donde llevaba
espinas córneas. Llegaba a pesar unos 1.400 kilos. Los primeros restos conocidos de este
mamífero los descubrió Charles Darwin y los estudió el paleontólogo inglés Richard Owen.
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Primeros habitantes de la región pampeana hace 10.800 años en las Serranías de Lobería
En la llanura pampeana existen más de veinte sitios arqueológicos fechados entre los 12.300 y
los 8.000 años de antigüedad. La mayoría de ellos se localizan en el extremo sudoriental de las
Sierras de Tandilia.
Algunos de estos sitios presentan evidencias de la coexistencia de los hombres con mamíferos
hoy extintos, como el armadillo Eutatus seguini, el gliptodonte Doedicurus clavicaudatus y el
gigantesco perezoso Megatherium americanum.
Las localidades arqueológicas Cerro La China y Cerro El Sombrero, en las Sierras de Lobería, se
componen de varios aleros y sitios a cielo abierto ocupados por los pobladores desde estos
primeros tiempos.