Aproximacion Conceptual Ambientes de Aprendizaje
Aproximacion Conceptual Ambientes de Aprendizaje
Aproximacion Conceptual Ambientes de Aprendizaje
pid=s0718-
07052003000100007&script=sci_arttext
Estud. pedagóg. n.29 Valdivia 2003
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052003000100007
Estudios Pedagógicos, Nº 29, 2003, pp. 97-113
ENSAYOS
Resumen
Cada una de estas concepciones define unas prácticas que desde su especificidad se
complementan, de manera que pensar en el ambiente implica una realidad compleja y
contextual, que sólo se puede abordar desde la pluralidad de perspectivas para pensar
el ambiente educativo.
Frente a los graves problemas de violencia y conflicto social que afectan a la sociedad
colombiana, el departamento de Antioquia viene desarrollando una propuesta
educativa llamada "La escuela como cátedra viva de convivencia y paz". Se trata de
una propuesta que hace de la convivencia democrática un modo de ser y de actuar en
la escuela. Promueve la construcción participativa y solidaria de alternativas
pedagógicas, curriculares, administrativas, culturales y sociales que propicien mejores
ambientes de convivencia institucional y social; y se desarrollan estrategias
metodológicas y formas de concertación que favorecen la formación integral y
promueven la socialización en la escuela (SEDUCA 2000).
Una vez realizado un breve recorrido por algunas experiencias sobre ambientes de
aprendizaje, se hace necesario iniciar una conceptualización teórica, que delimite más
claramente el objeto del presente escrito.
Los ambientes educativos también están signados por la identidad, pues la gestión de
las identidades y lo cultural propio es la posibilidad de creación de relaciones de
solidaridad, comprensión y apoyo mutuo e interacción social.
La escuela y el medio
a) La escuela como lugar de la ciudad: ¿es parte del barrio, es del barrio, está en el
barrio? La escuela explica y propone sus fronteras y su localización. Por lo general ha
estado asociada a una idea de lugar con fronteras duras y lejanas de la ciudad, como
aislada en un gran territorio.
c) La escuela como punto de encuentro: aquí la escuela opera para ser un foro en el
que las diferentes versiones de ciudad se encuentren. Todos los sectores de la ciudad
se reúnen y ponen en común sus propias comprensiones. Así, la escuela se ofrece
como lugar de transacción hacia la construcción de una ciudad compartida.
Parece que en la sociedad occidental, afirman los autores, existe una actitud hacia la
aceptación pasiva de los ordenamientos sociales y no hacia la transformación o a los
cuestionamientos que conduzcan a convivencias sociales diferentes. Tradicionalmente
la escuela ha sido leída como una organización cerrada y que en sí misma pareciera
un conjunto de mundos individuales aislados entre sí. Se trata de un aislamiento que
sobrepasa las dimensiones físicas, las aulas, y llega hasta el aislamiento
psicosociológico en el que parecen convivir distintos sujetos. Los autores señalan
como características de estos ambientes de aprendizaje:
Cada uno de los participantes de la actividad escolar tiene unos referentes diferentes
al hablar de la escuela; generalmente los especialistas y los profesores siempre hablan
de planes de estudio y régimen disciplinario, mientras que los padres de familia hablan
de formas de relación, tolerancia, comprensión y los alumnos hablan de las relaciones
afectivas.
Dentro del mundo de la escuela, tal vez es el aula de clases donde se ponen en escena
las más fieles y verdaderas interacciones entre los protagonistas de la educación
intencional, maestros y estudiantes. Una vez cerradas las puertas del aula se da
comienzo a interacciones de las que sólo pueden dar cuenta sus actores. Es aquí
donde el maestro se hace y se muestra, aquí ya los deseos se convierten en una
realidad, ya no es el mundo de lo que podría ser, sino el espacio de lo que es.
Son muchos los investigadores que se han dedicado a estudiar la clase como el
momento crucial del acto educativo. En la investigación realizada por María Isabel
Cano (1995) en cuanto al espacio físico y sus determinantes en las interacciones
sociales en la escuela, se plantean unos principios como hipótesis de trabajo, que
merecen ser retomados acá.
· Estructura de
comunicación en clase:
Unidireccional
Grupal
Informativa/académica/for
mal
· Características de las
actividades
Individuales
Competitivas
La misma actividad para
todos y al
mismo tiempo
Académicas Programa
oficial
· Características de las
actividades:
Opcionalidad del alumno
Grupales e individuales
Cooperativas
Posibilidad de actividades
distintas y
simultáneas
Parece existir, según lo establecen los autores citados, una relevancia entre los
estados de ánimo, las relaciones personales y los objetivos de la actividad, tanto como
las características del material y las metodologías que se emplean. Por consiguiente,
es importante crear ambientes en el aula, cualitativamente diferentes: unos
orientados hacia la lúdica, la relajación, la libertad de hacer, otros espacios más
individuales y otros más colectivos.
Principio N 5: El entorno ha de ser construido activamente por todos los miembros del
grupo al que acoge, viéndose en él reflejadas sus peculiaridades, su propia identidad.
Así como ocurre en otros ambientes sociales, la casa, y en ella el cuarto, los individuos
tienen el derecho a decidir sobre la organización de su espacio; en el aula con mayor
razón se debe permitir que sus habitantes participen en su estructuración, pues son
ellos quienes vivirán en ella la mayor parte de su tiempo, por no decir de sus vidas.
Esto genera en los estudiantes sentido de identidad y marca la territorialidad que todo
ser humano requiere para desplegar su vida.
Todo problema ético remite a un asunto estético, al campo de lo que se podría llamar
"estética social"2 en tanto está en juego una forma de sensibilidad y es social, porque
no se trata de la experiencia individual, sino de la afección que se comparte con el
grupo y que decide el curso del comportamiento del sujeto y su escena en público. En
esta perspectiva, la noción propuesta por André Leroi-Gourham se compadece con lo
expuesto hasta ahora. Para este paleontólogo francés, la estética social o
"comportamiento estético" remite no a las nociones de la filosofía sobre lo bello en la
naturaleza y en el arte. No se trata tampoco de la sensibilidad eminentemente
auditiva o visual para el arte, "...sino de rebuscar, en toda la densidad de las
percepciones, cómo se constituye, en el tiempo y en el espacio, un código de las
emociones, asegurando al sujeto étnico lo más claro de la inserción afectiva en su
sociedad" (Leroi-Gourham, 1971: 267).
La lúdica es una dimensión que cada día ha venido tomando mayor importancia en los
ambientes educativos, particularmente porque parece escapar a la pretensión
instrumentalista que caracteriza a la escuela. La lúdica se presta a la satisfacción
placentera del niño por hallar solución a las barreras exploratorias que le presenta el
mundo, permitiéndole su autocreación como sujeto de la cultura, de acuerdo con lo
que señala al respecto Huizinga: "La cultura humana ha surgido de la capacidad del
hombre para jugar, para adoptar una actitud lúdica" (Huizinga 1987).
Uno de los elementos que han permitido generar ambientes de aprendizaje lúdicos es
la incorporación del juego: este es un recurso educativo que se ha aprovechado muy
bien en los niveles de preescolar y primaria, pero que a medida que se avanza en la
escolaridad tiende a relegarse a favor de formas más expositivas de enseñanza.
El juego es una función vital sobre la que no es posible aún dar una definición exacta
en términos lógicos, biológicos o estéticos. Descrito por sus características, el juego no
es "vida corriente" ni "vida real", sino que hace posible una evasión de la realidad a
una esfera temporal, donde se llevan a cabo actividades con orientación propia. El
aislamiento espacio-temporal en el que tiene lugar el juego genera mundos
temporales dentro del mundo habitual, a partir de una actividad particular. El juego
introduce en la confusión de la vida y en la imperfección del mundo una perfección
temporal y limitada: permite al sujeto crear un orden.
La noción de juego en su forma coloquial, tal como es presentada por algunos autores,
se concibe como una actividad u ocupación voluntaria, ejercida dentro de ciertos y
determinados límites de tiempo y espacio, que sigue reglas libremente aceptadas,
pero absolutamente obligatorias; que tiene un final y que va acompañado de un
sentimiento de tensión y de alegría, así como de una conciencia sobre su diferencia
con la vida cotidiana.
Estudiosos del juego (Ferrari 1994: 47-49) destacan que puede empleársele con una
variedad de propósitos dentro del contexto de aprendizaje. Señalan que dos de sus
potencialidades básicas, las más importantes, son la posibilidad de construir
autoconfianza e incrementar la motivación en el jugador. Es un método eficaz que
posibilita una práctica significativa de aquello que se aprende; el juego en la
educación ha servido como motivador y a veces como recurso didáctico; sin embargo,
en la práctica pedagógica no se ha explorado suficientemente su potencial como
espacio de conocimiento y de creatividad.
De este modo, cabe pensar que los ambientes lúdicos pueden ser no sólo ocasión de
entretenerse y divertirse, que es lo primero que se asocia con el juego; la sorpresa, lo
gracioso, son componentes naturales en el juego. Pero el juego-juego va más allá,
permite vivir en micromundos usualmente entretenidos y amigables (al menos no
amenazantes), sean situaciones de menor complejidad que las reales, o mucho más
allá de estas, fantasiosas y especulativas, pero en cualquier caso ceñidas a las reglas
vigentes y en pos de metas valederas. Y es por esto que el juego permite desarrollar
la creatividad, pues las reglas, dando un orden a la interacción entre los participantes,
no son necesariamente lógicas o ceñidas al comportamiento del mundo físico, cabe
inventárselas o concertar unas nuevas formas de camino; esto brinda una muy sólida
base para potenciar las capacidades humanas, para traspasar el umbral de lo
conocido, para desarrollar el potencial creativo del ser humano y dar lugar a lo que
más caracteriza al hombre: su capacidad para simbolizar el mundo: la "libertad
simbólica". Este aspecto es sumamente destacado y valorado en los estudios de la
semiótica y las ciencias sociales contemporáneas. Para el antropólogo Gilbert Durand,
el símbolo remite la libertad del sujeto para crearse y crear el mundo: "Así se revela el
papel profundo del símbolo: es "confirmación" de un sentido a una libertad
personal. Por eso el símbolo no puede explicitarse (...) Y la potencia poética del
símbolo define la libertad humana mejor que ninguna especulación filosófica: esta
última se obstina en considerar la libertad como una elección objetiva, mientras que
en la experiencia del símbolo comprobamos que la libertad es creadora de un
sentido: es poética de una trascendencia en el interior del sujeto más objetivo, más
comprometido con el acontecimiento concreto. Es el motor de la simbólica. Es el Ala
del Angel" (Durand s.f.).
El paso del siglo XX al XXI será conocido como el que marcará la transformación de
una sociedad basada en las relaciones materiales a otra que se apoya en las
relaciones virtuales comunicativas en su sentido más amplio. Ahora la existencia
humana se desarrolla en la esfera de lo virtual y lo semiológico, constituyendo la
comunicación mediática.
Una sociedad de la información exige una nueva alfabetización basada en los nuevos
medios técnicos y en los nuevos lenguajes que ellos suponen. Son muchas las
novedades y escasa la toma de conciencia sobre los cambios que se nos presentan.
Los sistemas de educación no son ajenos a este escasísimo discernimiento. Los
procesos de enseñanza se ven obligados a indagar cómo se suscitan en una relación
de aprendizaje ya no sólo mediada por el lenguaje oral y escritural, sino por el
iconográfico, la imagen digital y los variados sistemas de representación que traen
consigo nuevas maneras de pensamiento visual.
Pero las nuevas mediaciones tecnológicas no sólo traen aparejada una transformación
estructural en el conocimiento, sino también en los vínculos intersubjetivos que se
suceden en la escuela y en las familias. En esta dirección, debe destacarse el papel
que cumple y ha cumplido la televisión y la internet con respecto a la familia y a la
escuela, pues trae por consecuencia un "desorden cultural" que descompone las
formas de autoridad vertical entre los jóvenes, sus padres y maestros. Como lo ha
sugerido Jesús Martín-Barbero, la televisión "deslegitima" y "deslocaliza" las formas
continuas del saber promovido en la escuela desde el texto escrito, que constituye el
centro de un modelo lineal mecánico, basado en aprendizajes graduales de acuerdo
con las edades evolutivas del niño. Por medio de la televisión el joven accede rápida y
cómodamente a un "saber visual" que subvierte el modelo escolar por etapas,
legitimado por la autoridad del maestro. Trasladada al hogar, la televisión cortocircuita
las relaciones de autoridad entre padres e hijos, al permitir que estos últimos accedan
por su propia cuenta al mundo que antes les estaba vedado: el mundo de los adultos
(Martín-Barbero 1996: 14; Pérez Tornero 2000: 37-57). De esta manera los medios
han venido a recordar que antes de que los aprendizajes adquirieran la forma de
escuela, los niños se encontraban entremezclados con el mundo de los adultos, sin los
escrúpulos y cuidados con que hoy se los trata y aprendiendo los códigos culturales
por medio de prácticas sociales bastante versátiles y efectivas.
NOTAS
1
Intervención en planteamiento de planteamientos, realizado en el Planetario Distrital,
Santafé de Bogotá, marzo de 1993.
2
Concepto acuñado por Restrepo.
3
Para Jesús Martín-Barbero: "El lugar de la cultura en la sociedad cambia cuando la
mediación tecnológica de la comunicación deja de ser meramente instrumental para
espesarse, densificarse y convertirse en estructural. Pues la tecnología remite hoy no
a la novedad de unos aparatos, sino a nuevos modos de percepción y de lenguaje, a
nuevas sensibilidades y escrituras. Radicalizando la experiencia de desanclaje
producida por la modernidad, la tecnología deslocaliza los saberes modificando tanto
el estatuto cognitivo como institucional de las condiciones del saber, y conduciendo a
un fuerte emborronamiento de las fronteras entre razón e imaginación, saber e
información, naturaleza y artificio, arte y ciencia, saber experto y experiencia
profana".
BIBLIOGRAFIA
Investigaciones
Libros y revistas