Iras y Edas
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Iras y Edas
Tales medidas pueden dividirse en dos tipos: las que interrumpen los mecanismos de
transmisión de la enfermedad; y las que incrementan la resistencia del huésped a la infección.
Las tareas específicas efectivas para prevenir las enfermedades diarreicas, son:
Cloración del agua y procedimientos de desinfección;
Lactancia materna exclusiva, durante los primeros cuatro a seis meses de vida;
Mejoramiento de las prácticas de ablactación, a partir de los cuatro a seis meses de edad;
Promoción de la higiene en el hogar, con énfasis en el lavado de manos, manejo higiénico
de los alimentos y la eliminación correcta de las excretas en niños con diarrea;
Vacunación contra el sarampión;
Administración de vitamina "A" como suplemento, que juega un papel central en la
resistencia inmunológica a la infección.
Medidas de Control
La atención eficaz y oportuna de la enfermedad diarreica comprende tres acciones
principales:
1. La administración de líquidos en forma de tés, agua de frutas, cocimientos de cereal y
Vida Suero Oral
2. Mantener la alimentación habitual. Ambas acciones evitan por un lado la deshidratación y
por el otro la desnutrición.
3. La madre o responsable del niño identifique oportunamente la presencia de
complicaciones.
Caso con deshidratación, es aquel que presenta dos o más de las manifestaciones
clínicas siguientes:
Inquieto o irritable; Ojos hundidos, llanto sin lágrimas;
Boca y lengua secas, saliva espesa;
Respiración rápida; Sed aumentada, bebe con avidez;
Elasticidad de la piel, mayor o igual a dos segundos;
Pulso rápido; Llenado capilar de tres a cinco segundos;
Fontanela anterior hundida (lactantes);
´
Caso con choque hipovolémico, es aquel que presenta dos o más de las manifestaciones
clínicas siguientes:
Inconsciente o hipotónico;
No puede beber;
Pulso débil o ausente;
Llenado capilar mayor de cinco segundos;
Plan A: Para pacientes con enfermedad diarreica sin deshidratación con atención en el
hogar:
1. Continuar con la alimentación habitual;
2. Aumentar la ingesta de los líquidos de uso regular en el hogar así como Vida Suero Oral:
de este último, en los niños menores de un año de edad, ofrecer media taza (75 ml) y en
los mayores de un año, una taza (150 ml) y administrarlo a cucharadas o mediante
sorbos pequeños, después de cada evacuación.
3. Capacitar a la madre para reconocer los signos de deshidratación y otros de alarma por
enfermedades diarreicas: (sed intensa, poca ingesta de líquidos y alimentos, numerosas
heces líquidas, fiebre, vómito y sangre en las evacuaciones), con el propósito de que
acuda nuevamente a solicitar atención médica en forma oportuna.
Plan B: Para pacientes con diarrea y deshidratación con atención en la unidad de salud:
1. Administrar Vida Suero Oral 100 ml por kilogramo de peso, en dosis fraccionadas cada
30 minutos durante cuatro horas;
2. Si el paciente presenta vómito, esperar 10 minutos e intentar otra vez la hidratación oral,
más lentamente;
3. Al mejorar el estado de hidratación, pasar al Plan A. En caso contrario, repetir el Plan B
por otras cuatro horas, de no existir mejoría pasar al Plan C;
4. Si los vómitos persisten, existe rechazo al Vida Suero Oral, o gasto fecal elevado (más de
10 g/kg/hora o más de tres evacuaciones por hora) se hidratará con sonda nasogástrica, a
razón de 20 a 30 ml de Vida Suero Oral por kilogramo de peso, por hora.
Uso de Antimicrobianos
Los antimicrobianos no son útiles en el tratamiento de las enfermedades diarreicas en el
90% de los casos. Por otra parte, su uso puede propiciar que la enfermedad se prolongue y
ocasionar resistencia bacteriana.
Los antimicrobianos sólo están indicados en casos de diarrea por: Shigella sp, Vibrio cholerae,
presencia de trofozoitos de Entamoeba histolytica o Giardia lamblia, de acuerdo con el cuadro
siguiente:
Infección aguda de las vías respiratorias inferiores, es la enfermedad infecciosa, que afecta
al aparato respiratorio, de las cuerdas vocales hacia abajo, durante un periodo menor de 15 días.
Las actividades que han demostrado ser efectivas en la prevención de las infecciones
respiratorias agudas, y que se deben promover en la comunidad, son:
1. Dar lactancia materna exclusiva, durante los primeros cuatro a seis meses de vida, y
2. complementaria después de esa edad;
3. Vigilar y en caso necesario, orientar a la familia sobre la alimentación adecuada y otras
medidas que contribuyan a corregir el estado nutricional del niño;
4. Vacunar contra el sarampión, tos ferina, difteria e infecciones invasivas por Haemophilus
influenzae tipo b
5. Evitar fumar cerca de los niños;
6. Evitar la combustión de leña, o el uso de braseros, en habitaciones cerradas;
7. Evitar los cambios bruscos de temperatura;
8. En época de frío, mantener abrigados a los niños;
9. Proporcionar el aporte adecuado de líquidos, frutas y verduras amarillas o anaranjadas,
que contengan vitaminas "A" y "C";
10. Evitar el hacinamiento humano, para disminuir la transmisión de estas infecciones;
11. Ventilar la habitación del niño;
12. Fomentar la atención médica del niño sano;
Medidas de control
En la atención de los niños con IRA, el interrogatorio y la inspección se deben orientar
hacia la identificación, en primer lugar, de la presencia o no de neumonía y en forma secundaria,
de otitis media aguda, faringoamigdalitis purulenta u otra entidad nosológica de etiología
bacteriana.
Se ha aceptado que la polipnea es el signo predictor más temprano de neumonía, con una
alta sensibilidad y especificidad, además de constituir el primero de los mecanismos que el
organismo pone en marcha ante la dificultad respiratoria.
El manejo de los casos de infecciones respiratorias agudas se basa en tres planes generales
De tratamiento:
Antimicrobianos:
Sólo están indicados en casos de faringoamigdalitis purulenta, otitis media aguda y
sinusitis, de acuerdo con el cuadro siguiente:
Plan B: Tratamiento para niños con neumonía leve, sin factores de mal pronóstico:
Tratamiento ambulatorio:
1. Aumentar la ingesta de líquidos;
2. Mantener la alimentación habitual, pero en pequeñas fracciones, un mayor número de
veces al día;
3. No suspender la lactancia al seno materno;
4. Controlar la fiebre: con acetaminofén, 60 mg/kg/día, por vía oral, divididos en cuatro a
seis dosis diarias;
5. En caso de sibilancias, administrar salbutamol jarabe, 0.2-0.3 mg/kg/día, vía oral,
divididos en tres dosis diarias. En el menor de un año, valorar la respuesta en una o dos
horas; si es positiva, continuar con salbutamol, y si es negativa, suspender el tratamiento. `
6. En mayores de un año continuarlo, y
7. Revalorar en 24 horas, o antes, si se agrava.
Antimicrobianos:
Amoxicilina, 40 mg/kg/día divididos en tres dosis diarias, durante siete días, vía oral o
Trimetoprim 8-10 mg/kg/día, con sulfametoxazol, 40-50 mg/kg/día, divididos en dos dosis
diarias, durante siete días, vía oral.
Capacitación a la madre:
La capacitación debe estar dirigida, fundamentalmente, hacia la identificación de los
signos de alarma (respiración rápida, dificultad para respirar, beber y amamantarse, o
avance de la enfermedad), a fin de que la madre acuda urgentemente a la unidad de salud más
cercana; además, hacia los cuidados generales que deben brindarse al niño en el hogar.
Plan C: Tratamiento para niños con neumonía grave o neumonía leve, con factores
de mal pronóstico:
1. Envío inmediato a un hospital;
2. Traslado con oxígeno, si es necesario (4 a 6 litros por minuto);
3. Control de la fiebre: acetaminofén, 15 mg/kg, vía oral, dosis única, y
4. En caso de sibilancias, administrar salbutamol jarabe, 0.15 mg/kg por dosis, vía oral o
inhalado (dos disparos con espaciador de aire) o 0.1 ml de adrenalina, 1:1000, vía
subcutánea.
Antimicrobianos:
Primera opción:
En el menor de dos meses, ampicilina, 50 mg/kg/día, vía oral o intramuscular;
En niños de dos meses a cuatro años, Bencilpenicilina sódica cristalina, 100,000 U.I. por
kg, vía intramuscular.