07 Silabo Codigo Penal II - 2021
07 Silabo Codigo Penal II - 2021
07 Silabo Codigo Penal II - 2021
SÍLABO DESARROLLADO
DERECHO PENAL II.
AULA VIRTUAL
III PERIODO ACADEMICO PROMOCION 2021-I
SILABO
DERECHO PENAL II
(PROGRAMA REGULAR)
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I. DATOS GENERALES:
II. SUMILLA
La Asignatura forma parte del Currículo de Estudios de las Escuelas de Educación Técnico
Superiores de la PNP, sus Unidades de Aprendizaje comprenden contenidos relacionados
con el estudio del Libro Segundo del Código Penal - Parte Especial que, para su
sistematización utiliza como base el Bien Jurídico Protegido, comprendiendo el contenido
temático los siguientes grupos de delitos: Delitos Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, Delitos
Contra la Libertad, Delitos contra el Patrimonio, los Delitos contra la Seguridad Pública y
Delitos contra la salud pública. La legislación que corresponde a dichos delitos, se encuentra
actualizada a Marzo del 2020
III. OBJETIVOS
A. OBJETIVO GENERAL
Proporcionar conocimientos sobre los delitos contenidos en el Código Penal para
posibilitar el óptimo ejercicio de la función policial.
B. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
IV. CONTENIDOS
I UNIDAD
PARTE ESPECIAL EN EL CÓDIGO PENAL PERUANO
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• Primera Sesión
La Parte Especial. Parte General de la Parte Especial.
Bases para la sistematización de la Parte Especial: Bien
PRIMERA Jurídico Protegido: ámbito, sistematización y jerarquía de
SEMANA los delitos. La tipificación. Elementos especificadores del
(04 horas) injusto y técnicas de tipificación.
13SET.2021 al La configuración de la Parte Especial en el Código Penal
18SET.2021 Peruano. Método y Plan de Exposición.
II UNIDAD
DELITOS CONTRA LA VIDA, EL CUERPO Y LA SALUD
• Segunda Sesión
Delitos contra la vida. Vida humana y vida de la persona.
El bien jurídico protegido. La vida humana independiente
y vida humana dependiente.
El concepto de vida humana dependiente. El inicio de la
vida humana. El fin de la vida humana. El concepto de
vida humana independiente. Análisis
III UNIDAD
DELITOS CONTRA LA VIDA HUMANA INDEPENDIENTE
• Primera Sesión
- Homicidio Simple (Art.106º CP). Tipicidad Objetiva.
Tipicidad Subjetiva. Grado de desarrollo del delito.
SEGUNDA Participación. Concurso. Pena.
SEMANA - Parricidio (Art.107º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
(04 horas) Subjetiva. Error, Circunstancia y Pena.
20SET.2021 al - Asesinato (Art.108º CP), Tipicidad Objetiva. Tipicidad
25SET.2021 Subjetiva. Consideraciones a los elementos calificantes.
Error, grados de desarrollo, participación, pena.
• Segunda Sesión
- Homicidio emocional (Art.109º CP). Tipicidad Objetiva.
Tipicidad Subjetiva. Consideraciones a los elementos
atenuantes. Grados de desarrollo, participación, pena.
- Infanticidio (Art.110º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
Subjetiva. Consideraciones a los elementos atenuantes.
Error. Grados de desarrollo, participación, pena.
- Homicidio culposo (Art. 111º CP). Tipicidad Objetiva.
Tipicidad Subjetiva. Problemas de participación,
agravantes concurso. Error. Grados de desarrollo,
participación, pena.
IV UNIDAD
DELITOS CONTRA LA VIDA HUMANA DEPENDIENTE
EL DELITO DE ABORTO
• Primera y Segunda Sesión
TERCERA - Consideraciones Generales. Desaparición del delito. El
SEMANA aborto como asesinato. Aborto. Conflicto de Intereses.
(04 horas) - Tipicidad. Consideraciones de las modalidades típicas:
27SET.2021 al auto-aborto. Aborto consecutivo. Aborto no consecutivo.
02OCT.2021 Aborto Preterintencional.
- Antijuricidad, grados de desarrollo, circunstancias.
Antijuricidad: Requisitos. Indicaciones específicas;
Indicación terapéutica (Art.119º CP, Art.21º). Indicación
Sentimental (Art.120º CP inc.1). Indicación Eugenésica
(Art.120ª CP inc.2). Grados de desarrollo del delito.
- Tentativa, consumación. Agravantes (Art.115º, 116º y
117 CP), atenuantes (Art.118º, 120º inc. 1 y 2)
LESIONES
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CUARTA • Primera Sesión:
SEMANA Lesiones Graves (Art. 121°); Lesiones Graves a Menor de Edad
(04 horas) (Art. 121-A); Lesiones Graves por Violencia Familiar (Art. 121-
04OCT.2021 al B); Lesiones Leves (Art. 122°); Tipo Objetivo, Tipo Subjetivo,
11OCT.2021 Consumación, Participación, Agravantes.
• Segunda Sesión
Lesiones Preterintencionales o con Resultado Fortuito (Art.
123°); Lesiones Culposas (Art. 124°); Daños al Concebido (Art.
124-A). Tipo Objetivo, Tipo Subjetivo, Consumación,
Participación, Agravantes.
Segunda Sesión
DELITO DE GENOCIDIO
Segunda Sesión
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SÉPTIMA
SEMANA
(04 horas) EXAMEN PARCIAL I
25OCT.2021 al
30OCT.2021
V UNIDAD
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD
• Primera Sesión
- Violación de la persona (Art.170º CP). Tipicidad
Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Grado de desarrollo,
participación, concurso, circunstancias y pena.
NOVENA - Violación de la persona con alevosía (Art.171º CP).
SEMANA Tipicidad Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Grados de
(04 horas) desarrollo, participación, concurso y pena.
08NOV.2021 al - Violación de la persona inconsciente o incapaz de
13NOV.2021 resistir (Art.172º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
Subjetiva. Grados de desarrollo, participación, concurso y
pena.
• Segunda Sesión
- Violación del menor de 14 años (Art.173º CP). Tipicidad
Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Grados de desarrollo,
participación, concurso y pena. Agravantes.
- Acto sexual con persona dependiente (Art.174º CP).
Tipicidad Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Grados de
desarrollo, participación, concurso y pena.
- Atentado al Pudor (Art.176º). Tipicidad Objetiva.
Tipicidad Subjetiva. Atentado al pudor en menor de 14
años (Art. 176º- A). Grados de desarrollo, participación,
concurso y pena.
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PROXENETISMO
• Primera sesión
DÉCIMA - Favorecimiento a la prostitución Art.179º CP). Tipicidad
SEMANA Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Antijuricidad. Grado de ejecución
(04 horas) del delito, circunstancia y pena
15NOV.2021 al - Rufianismo Art.180º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
20NOV.2021 Subjetiva. Antijuricidad. Grado de ejecución del delito,
circunstancia y pena
• Segunda sesión
Proxenetismo Art.181º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
Subjetiva. Antijuricidad. Grado de ejecución del delito,
circunstancia y pena
VII UNIDAD
• DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
•
DÉCIMA
SEGUNDA
SEMANA E X A M E N P A R C I A L II
(04 horas)
29NOV.2021 al
04DIC.2021
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• Primera y Segunda Sesión
DÉCIMA - Estafa (Art.136º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
TERCERA Subjetiva. Grados de desarrollo. Tentativa y
SEMANA consumación. La Pena.
(04 horas) - Extorsión (Art.200º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
06DIC.2021 al Subjetiva. Grados de desarrollo. Tentativa y
11DIC.2021 consumación. Agravantes, Diferencia en los delitos de
robo y secuestro. La Pena.
- Chantaje (Art.201º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
Subjetiva. Grados de desarrollo. Tentativa y
consumación. Pena.
- Usurpación (Art.202º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad
Subjetiva. Grados de desarrollo. Tentativa y
consumación. Pena.
- Daños (Art.205º CP). Tipicidad Objetiva. Tipicidad Subjetiva.
Grado de desarrollo. Tentativa, consumación. Pena. Agravantes
(Art.206ª CP). Pena.
VIII UNIDAD
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA
IX UNIDAD
DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA
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• Primera Sesión
- Tráfico Ilícito de drogas- Tipo Base (Art.296º CP). Bien
Jurídico Protegido. Tipicidad Subjetiva. Grados de
desarrollo. Tentativa y consumación. Pena
- Receptación (Art.296º A CP). Bien Jurídico Protegido.
DÉCIMA QUINTA Tipicidad Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Tipos de
SEMANA comportamiento. La Pena.
(04 horas) - Lavado o Blanqueo de dinero (Art.296º-B CP). Bien
20DIC.2021 al Jurídico Protegido. Análisis del tipo. La Pena.
25DIC.2021
• Segunda Sesión
- Siembra Compulsiva (Art.296º C CP). Bien Jurídico
Protegido. Tipicidad Objetiva. Tipicidad Subjetiva.
Grados de desarrollo. Tentativa y consumación. Pena.
- Agravantes (Art.237º CP). Análisis de los agravantes.
Desificación. La Pena.
- Posesión Ilícita de drogas (Art.299º CP).
Consideraciones generales. Análisis del tipo. La Pena.
- Suministro indebido de drogas (Art.300º CP). Tipicidad
Objetiva. Tipicidad Subjetiva. Grados de desarrollo.
Tentativa y consumación. Pena.
- Expulsión (Art.303º CP). Análisis del tipo. Pena de
expulsión para el extranjero (Art.302º CP).
DÉCIMA SEXTA
SEMANA
(04 horas)
27DIC.2021 al E X A M E N FINAL
31DIC.2021
V. PROCEDIMIENTOS DIDÁCTICOS
A. EQUIPOS
MATERIALES
VII. EVALUACIÓN
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El proceso de evaluación del aprendizaje será permanente, comprenderá:
1. Talleres
2. Exposiciones.
3. Dos exámenes escritos parciales (8ª y 13ª semana), enmarcados en los
modelos de la Prueba Objetiva, pudiendo, además, contener preguntas tipo
desarrollo y situación problema, en las que prime el empleo de la capacidad
reflexiva, la correlación de criterios, el análisis y el pensamiento lógico.
Promedio General:
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..............0...............
I UNIDAD
En el derecho Penal se distingue en dos partes: Parte General (Teoría del delito y teoría de la
culpabilidad) y Parte Especial, la cual nos toca enmarcarnos.
La parte Especial se dedica al estudio concreto del delito y las penas que les corresponda según el
Código Penal, por ejemplo: homicidio, aborto, secuestro, usurpación, etc.; hay que tener en cuenta
que en esta parte del derecho penal la figura delictiva va a tener una relevancia fundamental la
• BIEN JURÍDICO PROTEGIDO: el bien jurídico protegido son los derechos enmarcados
por nuestra constitución política, tratados y convenios internacionales, los mismos que
✓ Para saber - El criterio para clasificar los delitos en el Código penal, sigue este
procedimiento:
Para que se configure un hecho previsto en el Código penal tiene que afectarse realmente a un bien
jurídico.
La tipicidad subjetiva
La descripción típica
La pena
Se indica el mínimo y el máximo de pena para el delito, que es privativa de libertad temporal (de 2
días a 35 años) y la pena de cadena perpetua; a esto hay que considerar las accesorias.
1. LA DESCRIPCIÓN TÍPICA:
Es la descripción del artículo específico de los delitos contemplados en el código penal, del cual se
va analizar; ejemplo delito contra la vida el cuerpo y la salud (descripción general) artículo 106 –
El bien jurídico protegido es teniendo en cuenta el delito cometido; es decir, se tiene en cuenta al
momento de la realización del ilícito cometido; ejemplo: el que mata a otro, el bien jurídico protegido
es la vida.
3. LA TIPIFICACIÓN OBJETIVA:
• Sujeto Pasivo: Es el titular del bien jurídico protegido en cada precepto penal.
Omisión (El sujeto no hace y al no hacer viola una norma imperativa, ejem. Art. 149 del
C.P.); o mediante una Comisión por Omisión (el cual se encuentra descrita en el artículo
13 del C.P.).
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se analiza en primer lugar, la exigencia de dolo, culpa o preterintencional.
• El dolo es definida como la intención del autor de querer realizar el delito; el cual es necesario
advertir las diferentes clases que en la actualidad distingue la doctrina, dentro de las cuales
tenemos: Dolo Directo o de Primer Grado (es cuando el autor quiere realizar la acción que se
establece en el delito; ejemplo Luis quiere matar a Juan y para conseguirlo coge un arma y
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le dispara en el corazón); Dolo de Consecuencia Necesaria o Dolo de Segundo Grado (es
cuando el sujeto activo sabe que para realizar un hecho necesariamente tendrá que producir
• La culpa, definida como negligencia o falta de intención por parte del autos de cometer un
delito; se distingue entre culpa consciente (es cuando el autor no quiere causar la lesión, pero
advierte la posibilidad de que esta se produzca; ejemplo: Juan estando mariado conduce su
carro por la panamerica norte a las cinco de la mañana a alta velocidad y mata a un
transeúnte, su intensión no es causar el delito pero sabía que conducir en estado de ebriedad
y alta velocidad podía ocasionarlo dicho ilícito); y Culpa Inconsciente (El sujeto activo no solo
Este punto es más conocido como el Iter Criminis que significa camino o desarrollo del delito, es
importante saber cuándo empieza y cuando termina el delito y las figuras que se pueden presentar
en este lapso (tentativa, desistimiento, arrepentimiento, etc; es un proceso que tiene una parte mental
(interna) y una parte física (externa), es decir existen fases del desarrollo del delito.
1. Fase Interna. -
Esta fase no se castiga ya que se encuentra dentro del pensamiento de la persona resultaría pues
imposible probarla, esta fase tiene tres elementos los cuales son:
Deliberación. - es la elaboración y desarrollo del plan, viendo los detalles y la forma en que se va a
realizar, ejemplo Juan ve la forma más efectiva de como matar a Pedro, el cual puede ser durante la
Decisión. - es tomar la decisión de poner en práctica el plan, ejemplo Juan decide matar a Pedro,
durante la noche y con arma de fuego.
2. Fase Externa. -
Esta fase consiste en exteriorizar la fase interna, es decir los actos planeados dentro de la persona
se realiza en el mundo exterior, con el propósito de cometer el delito; esta fase se divide en actos
dirigidos a facilitarlos. En principio estos actos no están castigados, salvo cuando en forma
independiente constituyan delito, es decir cuando el propio código penal lo señale, ejemplo, tenencia
ilegal de arma de fuego;
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Tentativa.- es un grado de desarrollo del delito en el cual se pone en peligro el bien jurídico pero que
no se ha llegado a consumar la lesión del mismo, la tentativa en si no existe, es decir no hay delito de
tentativa, la tentativa tiene que tener un delito que le sirva de base; ejemplo, tentativa de asesinato,
haya completado la acción típica; existen dos clases de tentativa: i) Tentativa inacabada: se da
cuando el actor no realiza todos los actos necesarios para la consumación del delito; es decir la acción
típica se interrumpe por la irrupción de un factor extraño al querer del agente que le impide la
consumación de la conducta, acá se presenta la figura del desistimiento (el agente en forma voluntaria
debe decidir no seguir con la ejecución del delito, el agente es dueño de sus decisiones y el agente
no debe continuar la ejecución del delito), ejemplo A se dispone a disparar a B, pero en el último
minuto decide no hacerlo; ii) Tentativa acabada: se da cuando el autor ha realizado todos los actos
necesarios para la consumación, pero ésta no se realiza, algunos lo denominan como delito frustrado;
ejemplo: A dispara cuatro balas contra B con la intención de matarlo, pero la intervención oportuna y
rápida de los médicos impiden que la persona muera; acá puede surgir el arrepentimiento.
primero se da cuando se realiza lo que indica el verbo rector del tipo penal, y es siempre punible,
ejemplo: matar, apoderarse, etc.; realizar el verbo rector implica lesionar o poner en peligro el bien
jurídico protegidos; el segundo (agotamiento) es una fase posterior a la consumación, es decir el delito
ya se ha realizado, ejemplo Juan mata a pedro de un balazo, y para asegurar su muerte le da cinco
puñaladas en el corazón.
PENA:
El rasgo distintivo del derecho penal es la aplicación de las penas, la pena viene a ser una
manifestación directa del poder punitivo estatal, se aplica siempre y cuando se haya afectado (lesión
o puesta en peligro) un bien jurídico protegido y no viene a ser otra cosa que una formalización a la
violencia; es decir, para la aplicación de la pena, debe haberse configurado un delito, y ésta se da
cuando la conducta humana puede ser calificada como típica, antijurídica y culpable, además, deben
haberse respetado los mecanismos procesales que rigen el debido proceso como garantía de la
administración de justicia; la pena no es parte del delito sino una consecuencia de éste. La pena debe
reunir las siguientes características: Personal persona determinada, y es a dicha persona que
después de habérsela encontrado responsable del delito, a la que se sanciona con una pena;
Proporcional: la pena que se imponga debe tener un correlato lógico con el delito que se ha cometido;
II UNIDAD
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DELITOS CONTRA LA VIDA, EL CUERPO Y LA SALUD
La vida humana es el bien jurídico principal en nuestra sociedad, al que toda persona tiene
derecho, la vida se protege de modo absoluto, con algunas excepciones a esta regla general como
lo previsto en el artículo 140 de la Constitución (pena de muerte para los delitos de traición a la
patria)
Dentro del concepto genérico de vida humana hay que distinguir entre vida humana dependiente y
La diferenciación es sumamente importante porque cuando se acabe con una vida humana
independiente estaremos ante un delito de homicidio, parricidio, asesinato, infanticidio u homicidio
por piedad, según corresponda; mientras que si se entiende lesionada una vida humana
1. Es importante poner de relieve que cuando se alude al derecho a la vida, nos estamos
refiriendo tanto a la vida independiente, así como a la dependiente; y cuando nos referimos a la
se ha determinado objetiva y científicamente que toda lesión al bien jurídico integridad psico-física de
la persona, afecta inmediatamente a la salud de aquella, entendida ésta como el estado de equilibrio
2. PROTECCIÓN DE LA VIDA.
Entendemos como bien jurídico a todo aquel interés social que se constituye en presupuesto
necesario para el normal desenvolvimiento de la persona humana en sociedad. “Los bienes jurídicos
son tales no porque el legislador los considere merecedores de protección jurídica, sino porque, son
en sí, presupuestos indispensables para la vida en común”. (Hurtado Pozo, 1987, p. 39).
De ese modo, y tal como aparece en nuestro sistema jurídico penal, a la vida humana se protege de
manera rigurosa; pero ello no significa que se la proteja de manera absoluta como alegan actualmente
Luis Bramont-Arias y García (1997, p. 35), pues continuamente caeríamos en serias contradicciones.
Es evidente que la vida viene a constituir el derecho principalísimo y sublime del ser humano, no
obstante, en determinadas circunstancias también se le sacrifica, ciertas veces sin causa y otras con
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Por otro lado, la vida humana de acuerdo a su naturaleza de desarrollo se protege en dos aspectos:
vida humana independiente que se lesiona con las figuras delictivas de homicidio y vida humana
dependiente que se lesiona con las conductas dolosas rotuladas como aborto. El derecho penal
PROTEGIDO:
* VIDA HUMANA INDEPENDIENTE: En el presente se lesiona con las figuras delictivas de homicidio;
ejemplo el Art. 110 C.P., referido al infanticidio, delito que se considera protege la vida humana
independiente; toda persona natural tiene derecho de gozarla, de disfrutarla libremente y como a bien
tenga, siempre y cuando no entre en conflicto con el desenvolvimiento del conglomerado social que
El objeto de protección en estos delitos es la vida humana, dentro de la cual hay que considerar tanto
la vida del embrión o el feto como la vida de la persona; No puede dudarse que el feto y el embrión
disfruta también de vida humana, solo que de manera dependiente de la vida de otra persona – la
madre puesto que existe la esperanza de que surja la vida de una persona.
En la ciencia penal también aparece la polémica nada pacífica sobre la pregunta: ¿desde cuándo se
inicia la vida para ser protegida penalmente?. Para un sector, la vida comienza con el fenómeno de
la fecundación del óvulo (teoría de la fecundación) en tanto que para otro sector mayoritario, el inicio
de la vida se produce desde la implantación del óvulo ya fecundado en el útero de la mujer (teoría de
la anidación). En la doctrina penal peruana actual existe unanimidad en considerar que ésta se inicia
desde el momento de la anidación del óvulo fecundado por el esperma en el útero de la mujer..
Consideramos que el producto de una concepción lograda fuera del seno materno en un probeta -
fecundación extracorpórea (FEC)- y se sostiene artificialmente por no haber sido anidada en el vientre
de una mujer, aún cuando puede catalogarse como vida humana, su aniquilamiento de ningún modo
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constituye delito contra la vida, pues no aparece el momento biológico de la anidación en la matriz
endometrial.
La vida humana se acaba con la muerte, pero surge de inmediato la interrogante ¿Cuándo se entiende
en el ámbito del Derecho Penal que una persona está muerta?. Actualmente la mayoría de la doctrina
sostiene que una persona se considera muerta cuando ya no existe actividad cerebral, dado que
según argumentan algunas autores, con el desarrollo de la ciencia se puede precisar cada vez con
mayor exactitud dicho momento, no obstante existen otras opiniones que entienden producida la
muerte de una persona cuando esta deja de respirar o cesa el latido de su corazón.
Finalmente en doctrina existe consensus en considerar que concluye la vida con la muerte de la
persona natural, entendida ésta como la cesación definitiva e irreversible de la actividad cerebral, ello
debido que actualmente con el avance científico de la medicina y sus instrumentos resulta fácilmente
En el Perú, el artículo 3 de la Ley Nro. 28189, Ley General de donación y trasplante de órganos y/o
tejidos humanos, publicada el 18 de marzo del 2004, prescribe que el diagnóstico y certificación de la
muerte de una persona se basa en el cese definitivo e irreversible de las funciones encefálicas de
acuerdo a los protocolos que establezca el reglamento y bajo responsabilidad del médico que lo
certifica.
De esa forma aparece como características principales de la muerte: ausencia de respuesta cerebral
III UNIDAD
El que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de veinte
años.
TIPICIDAD OBJETIVA:
La conducta típica del homicidio simple consiste en quitar la vida dolosamente a una persona, sin la
a la forma de aniquilar la vida de otro, se entiende que puede ser por acción u omisión, en este último
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supuesto será de aplicación el artículo 13 del Código Penal que regula la omisión impropia. Siendo
así, se concluye que detrás de una omisión delictiva debe existir una norma de mandato (prestar
auxilio, avisar a la autoridad, etc.), caso contrario, la conducta es atípica. Ocurre por ejemplo, cuando
un médico de guardia nocturna dolosamente no atiende a un paciente herido de bala con la finalidad
que muera desangrado por ser éste, el causante de su divorcio. “Lo determinante es que el sujeto
activo se encuentre en una posición de garante frente a la muerte del sujeto pasivo” (Villavicencio,
1997, p. 290). Es decir, se encuentre con el deber jurídico de actuar para evitar el resultado dañoso
Es importante tener en cuenta que para calificar el delito de homicidio simple resulta irrelevante
determinar la modalidad empleada por el agente así como los medios utilizados (revólver, cuchillo,
Se pretende tutelar la vida humana independiente, entendida desde la perspectiva natural y biológica.
Esto es, se pretende proteger la vida de la persona, la misma que comprende según nuestra
sistemática desde el momento del parto hasta la muerte de aquella.
Sujeto Activo
El tipo legal de homicidio simple indica de manera indeterminada al sujeto activo, agente o autor al
comenzar su redacción señalando ‘El que...’; de ese modo se desprende o interpreta que autor del
homicidio básico puede ser cualquier persona natural. Constituye un delito común, pues para ser
sujeto activo no se necesita reunir alguna condición o cualidad especial, ya sea que actúe por sí
Sujeto Pasivo
Al prescribir el tipo penal ‘... a otro’ se entiende que sujeto pasivo puede ser también cualquier persona
natural y con vida desde el momento del parto hasta su muerte debidamente determinada. - Resulta
claro que el sujeto pasivo tiene que ser una persona con vida. El que procura la muerte de un cadáver
creyéndole vivo, de ningún modo puede ser imputado el hecho ilícito de homicidio simple.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Para configurarse el homicidio simple es requisito sine qua nom la concurrencia del dolo en el actuar
del agente. El dolo exige el conocimiento y voluntad de realizar las circunstancias del tipo objetivo; es
decir, el sujeto activo, debe actuar con conocimiento de dar muerte a su víctima y querer hacerlo. Es
admisible el dolo directo, dolo indirecto y el dolo eventual; acá no se requiere que el sujeto activo
TENTATIVA Y CONSUMACIÓN.
El delito de homicidio es un delito de resultado para cuya consumación se requiere la muerte de una
El Art. 106 C.P. establece pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de veinte años
concubino, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años.
TIPICIDAD OBJETIVA:
o descendiente, natural o adoptivo, o a su cónyuge o concubino, sabiendo muy bien que tiene tales
agente con pleno conocimiento que tiene vínculos consanguíneos (padre, hijo natural, etc) o jurídico
(hijo adoptivo, cónyuge o concubino) con su víctima, dolosamente le da muerte. Siendo irrelevante
los medios y formas empleadas, circunstancias que sólo tendrán importancia al momento de graduar
la pena e individualizarla. El conocimiento del vínculo de parentesco consanguíneo o jurídico por parte
del sujeto activo respecto del sujeto pasivo, constituye un elemento fundamental de éste delito; tal
homicidio simple. Si no hay forma de probar el parentesco entre agente y víctima el caso será tipificado
El parricidio también puede perfeccionarse por una conducta de omisión impropia (art. 13 del C.P.);
ello debido que la relación interpersonal entre agente y víctima fundamenta la posición de garante del
La vida humana independiente comprendida desde el instante del parto hasta la muerte natural de la
persona humana.
Sujeto Activo
Al describir el tipo penal ciertas relaciones interpersonales entre el agente y su víctima, el delito se
torna en lo que se denomina en doctrina ‘delito especial’ ; esto es, el sujeto activo sólo está limitado
a quien ostenta las cualidades de parentesco consanguíneo o jurídico con el sujeto pasivo de la
acción. Nadie más puede ser autor de este delito. Sólo puede ser sujeto activo en línea ascendente:
el padre, abuelo, bisabuelo, etc. y en línea descendente: el hijo, el nieto, bisnieto, etc. También un
Sujeto Pasivo
Es la o las personas que ostentan cualidades especiales que le une con el agente. Sujeto pasivo no
puede ser cualquier persona, sino aquellas que tienen relación parental con su verdugo, es decir
únicamente pueden ser los ascendientes y descendientes en línea recta del parricida. También su
cónyuge; el hijo adoptivo de acuerdo al art. 377 del Código civil y finalmente el concubino unido al
El hecho punible de parricidio se realiza con dolo directo (primero y segundo grado), así como por
dolo eventual. Este se presenta cuando el sujeto activo conociendo la relación parental con el sujeto
No cabe la comisión por culpa. Aparece el dolo cuando el sujeto activo con conocimiento y voluntad
da muerte a su víctima sabiendo que tiene en la realidad, un parentesco natural o jurídico debidamente
especificado en el tipo penal. En efecto, si se verifica que el agente no conocía o no pudo conocer
por determinadas circunstancias, que su víctima era su pariente, el delito de parricidio no se configura;
El error sobre el parentesco ya sea natural o jurídico del sujeto activo respecto del pasivo, excluye el
Circunstancias
circunstancias personales que afecten a los autores y partícipes de un mismo hecho delictivo.
Pena
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años el que mate a otro
4. Por fuego, explosión, veneno o por cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud
de otras personas;
5. Si la víctima es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas, Magistrado del
TIPICIDAD OBJETIVA:
El hecho punible denominado Homicidio Calificado – Asesinato (términos utilizados por diferentes
descritas para perfeccionarse aquel ilícito penal, sino con la sola verificación de una de ellas aparece
el delito.
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Teniendo en cuenta que las circunstancias especiales que caracterizan al asesinato se refieren a
medios peligrosos o revelan una especial maldad o peligrosidad en la personalidad del sujeto activo,
podemos definirlo como la acción de matar que realiza el agente sobre su víctima haciendo uso de
por ende, le dan fundamento y plena autonomía frente al homicidio simple en nuestro sistema jurídico,
consisten:
Por Ferocidad o por Lucro o por placer (Art. 108 – Inc. 1 C.P.)
Por Ferocidad:
No obstante que fácilmente puede definirse al asesinato por ferocidad como el realizado con absoluto
Por lucro
Se configura el asesinato por lucro cuando el agente produce la muerte de su víctima con el firme
propósito y objetivo de obtener un provecho o ganancia patrimonial. Esto es, el sujeto activo actúa
porque recibió o recibirá en un futuro, dinero de un tercero para poner fin a la vida de su víctima, o
porque espera obtener una ganancia o provecho económico con su actuar ilícito al heredar los bienes
Por Placer
Se configura cuando el asesino mata por el solo placer de hacerlo; es decir, el agente experimenta
una sensación agradable, un contento de ánimo o un regocijo perverso al poner fin a la vida de su
víctima. En esta modalidad, el único motivo que mueve o motiva al agente es el deleite, complacencia
delito y en ello radica la gravedad del acto, pues el sujeto activo menosprecia la vida humana, la pasa
por alto con tal de alcanzar el ilícito fin al cual estaba orientada desde un inicio su conducta, el agente
debe actuar con dolo, por cuanto ve en el homicidio un medio que le ayuda a obtener sus propósitos,
lo que implica ya conocimiento y voluntad; el asesino dio muerte a la víctima con el firme propósito de
facilitar o favorecer la comisión de otro hecho punible doloso realizado por él o por terceros, excluye
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En la realidad se configura esta modalidad homicida cuando el agente da muerte a una persona con
la finalidad o propósito de ocultar la comisión de otro delito que le interesa no sea descubierto o
Se configura esta circunstancia cuando el sujeto activo produce la muerte de su víctima haciéndole
Con Alevosía
Se presenta esta modalidad del asesinato cuando el agente actúa a traición, vulnerando la gratitud y
confianza (la bona fide= buena fe) que le tiene su víctima y a la vez, aprovechando la indefensión de
ésta al no advertir, ni siquiera sospechar, el riesgo que corre su vida al brindar confianza a su verdugo
creyéndole leal y que muchas veces se presenta generoso. En otros términos, podemos definir la
alevosía como la muerte ocasionada de manera oculta a otro, asegurando su ejecución libre de todo
Por fuego, explosión, veneno o por cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de
otras personas (Art. 108 – Inc. 4 C.P.)
Por Fuego.-
prende fuego al ambiente donde sabe se encuentra la persona a la que ha decidido dar muerte,
poniendo en peligro la vida o salud de otras personas. El peligro concreto originado a dos o más
personas que se deriva de la forma y medio empleado por el agente para ocasionar la muerte del
Por Explosión
Se presenta esta modalidad del asesinato cuando el agente haciendo uso de medios o elementos
explosivos que ponen en riesgo la vida y salud de terceras personas, logra dar muerte a su víctima.
El sujeto activo logra su fin creando un peligro concreto de muerte o lesiones para dos o más
personas, en el asesinato por el uso de explosivos, el agente actúa con animus necandi directo.
Persigue la muerte de su víctima. Para lograr su objetivo no le interesa poner en riesgo la vida y la
salud de otras personas. Con ello se demuestra su peligrosidad y se justifica la agravante. El agente
planifica su conducta homicida no importándole poner en peligro a otras personas con tal de lograr su
finalidad.
Por Veneno
Se entiende por veneno cualquier sustancia animal, vegetal o mineral, sólida, líquida o gaseosa que
al ser introducida en el cuerpo humano tiene efectos destructivos en el organismo, produciendo
muchas veces, y de acuerdo a la dosis, la muerte de una persona, combinando su naturaleza por
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Si la víctima es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas, Magistrado
del Poder Judicial o del Ministerio Público, en el cumplimiento de sus funciones (Art. 108 – Inc.
5 C.P.)
Este delito específicamente se da cuando es realizado por los nombrados en cumplimiento de sus
funciones.
La vida humana independiente. Como en todos los hechos punibles homicidas, la vida es el interés
social fundamental que el Estado pretende proteger de manera rigurosa; si confluyen algunas de las
modalidades enumeradas y analizadas, le pena es más alta, buscándose con ello disuadir que no se
Sujeto Activo
Agente o sujeto activo de la figura ilícita penal de asesinato puede ser cualquier persona, No se
requiere que aquel tenga alguna cualidad o condición especial que le caracterice.
Sujeto Pasivo
Víctima también puede ser cualquier persona natural y con vida. El objeto que resiste la acción
TIPICIDAD SUBJETIVA
sujeto activo necesariamente debe tener conciencia y voluntad de cegar o aniquilar la vida de su
víctima haciendo uso de las formas y desarrollando las circunstancias especificadas en el tipo penal.
Error
El problema del error no ofrece mayores dificultades, no obstante, podrían suscitarse algunas en el
Tentativa. - Bien sabemos que la tentativa se configura cuando el sujeto activo da inicio a la ejecución
de la acción típica mediante hechos directos, faltando uno o más actos para la consumación del delito;
en este punto nuestro ordenamiento jurídico sigue la teoría de la responsabilidad en virtud de la cual
el merecimiento de pena se centra en que el sujeto pone en peligro un bien jurídico penalmente
protegido. La tentativa se castiga en consecuencia por la probabilidad de lesión de algún bien jurídico.
quitar la vida de su víctima, desarrollando cualquiera de las modalidades prescritas en el artículo 108
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Igual como ocurre con el parricidio, el legislador sólo se ha limitado a señalar el mínimo de la pena
El que mata a otro bajo el imperio de una emoción violenta que las circunstancias hacen excusable,
será reprimido con pena privativa de libertad, no menor de tres ni mayor de cinco años.
Si concurre algunas de las circunstancias previstas en el artículo 107, la pena será no menor de cinco
TIPICIDAD OBJETIVA:
El ilícito penal se configura cuando el sujeto activo actúa y da muerte a su víctima bajo el dominio de
una emoción violenta, la misma que surge repentinamente por circunstancias excusables o mejor,
justificables provocadas por el mismo sujeto pasivo o por un tercero. Se trata de un homicidio realizado
en estado de emoción violenta justificada por especiales circunstancias. En otras palabras, aparece
la emoción violenta como elemento atenuante, cuando en las mismas circunstancias excepcionales,
toda persona respetuosa del orden o sistema jurídico la experimentaría y realizaría actos impensables
en circunstancias normales.
Las circunstancias excusables pueden ser de cualquier naturaleza, no necesariamente éticas, sólo
deben tener una capacidad de causar conmoción en la conciencia del sujeto activo. Aquellas
circunstancias deben hacer excusable el actuar del agente, esto es, justificar en cierta forma o
medianamente la conducta homicida.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las circunstancias que provocaron la emoción
violenta deben ser inmediato anteriores al acto homicida; es decir, entre la causa que hizo nacer la
emoción violenta y el resultado muerte de la víctima, no debe transcurrir mayor tiempo que cree
convicción en el juzgador que el sujeto activo tuvo oportunidad y tiempo suficiente para sobreponerse,
reflexionar y no cometer el homicidio. Mas por el contrario, si por la forma, tiempo y circunstancias en
que actuó el agente, nos hacen caer en la cuenta que tuvo bastante tiempo para salir del estado de
conmoción y, sin embargo, persistió en dar muerte a su víctima, no habrá homicidio por emoción
violenta, sino estaremos ante a un homicidio simple o calificado según las características especiales
Finalmente, resulta obvio que el autor no debe haber provocado ni facilitado su propia emoción
violenta. La provocación deber ser extraña al sujeto; de ese modo, la emoción violenta tampoco puede
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ser el resultado del propio carácter del agente, sino que debe encontrar su estímulo en una causa
El segundo párrafo del tipo penal 109, regula la figura del parricidio cometido por emoción violenta
como agravante del homicidio realizado bajo el imperio de una emoción violenta. A comparación de
la figura típica del parricidio ya estudiada, el presente hecho típico viene a constituir una atenuante
de aquel, ello por las mismas circunstancias especiales en las que ocurre. Es decir, estamos ante un
supuesto que se constituye en agravante del homicidio por emoción violenta recogido en el art. 109 y
a la vez en atenuante del parricidio previsto en el art. 107 del Código Penal.
Es la vida humana independiente que como ya expresamos se inicia desde el momento del parto
hasta le muerte cerebral del individuo. Bien jurídico que se protege en forma rigurosa por nuestro
Sujeto Activo
Agente del homicidio por emoción violenta puede ser cualquier persona natural, pues del tipo penal
autores sólo podrá ser en línea ascendente: el padre, abuelo, bisabuelo, etc. y en línea descendente:
el hijo, el nieto, bisnieto, etc. También un cónyuge o concubino respecto del otro.
Sujeto Pasivo
En el caso de la figura agravada, víctima pueden ser los ascendientes y descendientes en línea recta
El agente debe actuar con conocimiento y voluntad de poner fin a la vida de su víctima. La resolución
homicida debe ser producto o consecuencia inmediata de la emoción violenta surgida en forma súbita
y repentina por especiales circunstancias excusables o justificables. En definitiva, para tipificarse el
ilícito penal se exige que el agente obre en un estado de alteración de su ánimo y, por tanto,
Grados de desarrollo
Tentativa.- Al ser un delito de comisión ya sea por acción u omisión y de resultado lesivo al bien
Consumación.- El agente perfecciona el delito en sede cuando logra poner fin a la vida del sujeto
pasivo concurriendo en su accionar los elementos descritos. Todos deben de concurrir. A falta de una
de ellos, el delito perfeccionado será el de homicidio simple o asesinato según sea el caso. Es
Participación:
La participación es posible en todas sus modalidades. De acuerdo al auxilio o asistencia del partícipe
Pena:
Después del debido proceso y verificado la concurrencia de los diversos requisitos indicados, el
acusado de homicidio por emoción violenta será pasible de ser condenado a pena privativa de libertad
Tratándose de un parricidio atenuado, el autor será merecedor a una pena privativa de libertad no
menor de cinco ni mayor de diez años. Todo ello de acuerdo a la forma, circunstancias, medios
empleados para la perpetración del hecho punible y la personalidad del autor o autores.
La madre que mata a su hijo durante el parto o bajo la influencia del estado puerperal, será reprimida
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, o con prestación de servicio
comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas.
TIPICIDAD OBJETIVA:
El infanticidio se configura cuando la madre ocasiona, ya sea por acción u omisión, la muerte dolosa
del producto de su gestación durante o en circunstancias del parto o cuando se encuentre bajo los
efectos del estado puerperal. Aún cuando en la doctrina nacional ni en la jurisprudencia hay acuerdo
unánime sobre el contenido de las frases ‘durante el parto’ y ‘estado puerperal’, nosotros sostenemos
que aquellas frases deben ser entendidas haciendo uso de la ciencia médica. De ahí que para resolver
cada caso concreto, los médicos legistas y profesionales en la sicología serán de importante
asesoramiento.
Durante el Parto.
En la ciencia médica, se entiende por parto a la función fisiológica natural mediante el cual el producto
del embarazo es expulsado del vientre materno al mundo exterior. Ello significa que se inicia desde
el momento que la gestante comienza a sentir intensos dolores que avisan el inminente nacimiento y
finaliza cuando es totalmente expulsado al exterior el nuevo individuo. En forma más precisa, el parto
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se inicia con lo que comúnmente los obstetras, obstetrices y ginecólogos llaman dilatación (desde uno
a diez cm.), pues desde esos instantes, el producto de la gestación tiene vida independiente. Ha
cumplido el período biológico de nueve meses y se encuentre expedito para desarrollar su vida en el
mundo exterior. Ya sea expulsado naturalmente por la madre, o sea, extraído mediante intervención
quirúrgica conocida como cesárea, el individuo tiene todas las posibilidades biológicas para hacer
vida normal en el mundo exterior sin ser necesario ningún instrumento mecánico, como sí sería
indispensable de ser extraído antes que se inicien aquellos intensos dolores del parto. Situación
fácilmente verificable por la ciencia médica que ha adquirido real importancia y eficacia en la
actualidad. En suma, los intensos dolores producto del inicio del parto, constituye el hito fundamental
para diferenciar un homicidio simple o infanticidio con el aborto. Para nuestro sistema jurídico penal
hijo en el periodo comprendido entre el inicio de los intensos dolores y la expulsión total al exterior del
nuevo ser.
hasta que los órganos genitales y el estado psicológico de la recién madre vuelvan a su normalidad
anterior a la gestación. Resulta como efecto natural del parto la alteración psicológica de la madre,
ocasionando una disminución en su capacidad de entendimiento y sus frenos inhibitorios, ello como
consecuencia lógica del sufrimiento físico vivido durante el parto y la debilidad al haber perdido
abundante líquido sanguíneo y cuando no, el latente sentimiento de no querer al recién nacido ya sea
por circunstancias éticas o económicas. Roy Freyre (1989, p. 211), enseña que estado puerperal es
el tiempo que transcurre sin que la madre se haya recuperado todavía de las alteraciones psico-física
propias del embarazo y alumbramiento. La palabra estado permite dar una idea clara que se trata de
un proceso donde se presentan sucesivos modos de ser de una situación personal sujeta a cambio.
En consecuencia, si la madre durante este estado da muerte a su hijo recién nacido, será autora del
delito de infanticidio. Caso contrario, de verificarse la inexistencia del estado puerperal al momento
de dar muerte a su hijo, la conducta homicida de modo alguno constituirá infanticidio sino parricidio y,
por tanto, la pena a imponerse será mayor. Finalmente, al ser unánime la doctrina en el sentido que
el tiempo que dura el estado puerperal es incierto y varía de una mujer a otra, su fijación se
determinará en cada caso concreto que la realidad presente. Situación que será determinada con el
apoyo de los expertos en la ciencia médica y sicológica y en base a las circunstancias en que
Lo constituye la vida humana independiente, entendida como aquella que no necesita ningún
mecanismo artificial para desarrollarse y desenvolverse en este mundo. Esto es, desde el momento
en que el individuo trata o mejor dicho intenta, en forma natural, salir del vientre de la madre hacia
adelante. En otros términos, desde la circunstancia fácilmente verificable por la ciencia médica, como
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lo es el inicio de los intensos dolores, aparece el bien jurídico protegido por el hecho punible de
infanticidio.
Sujeto Activo
Por la misma construcción del tipo penal, sólo es posible que la madre biológica del naciente o recién
nacido sea sujeto activo del ilícito penal de infanticidio. Se conoce como un típico delito de propia
mano. El infanticidio viene a constituir un delito especial impropio, pues la condición del sujeto activo
sólo atenúa la penalidad. En tanto, si la madre no actúa bajo las circunstancias anotadas en el tipo
penal, será autora del ilícito de parricidio. La atenuante no alcanza a otros parientes, de tal modo que
si el padre del recién nacido da muerte a éste, su conducta será adecuada para la figura del parricidio.
Con la condición impuesta por el legislador de que sólo sujeto activo puede ser la madre biológica del
naciente o nacido, se está dando a entender que de modo alguno la calidad de vida del sujeto pasivo,
extraño pone fin a la vida del naciente o nacido, su conducta no será adecuada a la figura del
De acuerdo a lo expuesto, sólo serán sujetos pasivos de infanticidio: el individuo que se encuentra en
normalmente durante el período en que la madre se encuentra bajo los efectos del estado puerperal.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Necesariamente se requiere la presencia del dolo al momento de realizarse el hecho punible. Es decir,
de conciencia y voluntad homicida. Sin la constatación efectiva de aquel elemento subjetivo, no habrá
infanticidio sino homicidio por negligencia o también podrá declararse la inimputabilidad de la madre,
en caso de constatarse una grave alteración de la conciencia que afecte gravemente el concepto de
la realidad. Ello en aplicación del artículo 20 inc. 1 del Corpus Juris penale. Esto último ocurriría
cuando la madre actúe bajo los efectos de una fiebre puerperal por ejemplo.
Por lo que el fundamento último de la atenuación de la pena hay que situarlo en una disminución de
la imputabilidad de la madre.
Error
Hay que tener claro que el delito de infanticidio esta en relación de especialidad con los delitos de
Grados de desarrollo:
Tentativa.- Es posible la tentativa al ser el infanticidio un hecho punible de resultado lesivo al bien
jurídico vida.
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Consumación.- El delito se perfecciona en el instante que la agente pone fin a la vida de su indefensa
víctima. Es irrelevante los medios y la forma empleada para calificar el delito, pudiendo ser por
Participación
Pena:
Después del debido proceso donde queda claro la forma, medios y circunstancias en que actuó el
sujeto activo, así como su personalidad, la autoridad jurisdiccional podrá imponerle una pena privativa
de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, o también de acuerdo a las circunstancias le
impondrá una pena limitativa de derechos de prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a
ciento cuatro jornadas. Esto es, facultativamente el juzgador le impondrá una pena privativa de la
El que, por culpa, ocasiona la muerte de una persona, será reprimido con pena privativa de libertad
no mayor de dos años o con prestación de servicios comunitarios de cincuenta y dos a ciento cuatro
jornadas.
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de ocho años e inhabilitación,
según corresponda, conforme al Artículo 36 incisos 4), 6) y 7), cuando el agente haya estado
presencia de alcohol en la sangre en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o cuando sean varias las
víctimas del mismo hecho o el delito resulte de la inobservancia de reglas técnicas de tránsito.
La pena será no mayor de cuatro años si el delito resulta de la inobservancia de reglas de profesión,
de ocupación o industria y cuando sean varias las víctimas del mismo hecho, la pena será no mayor
de seis años.
TIPICIDAD OBJETIVA:
El delito se perfecciona cuando el sujeto activo ocasiona la muerte del sujeto pasivo por haber obrado
culposamente. El agente obra por culpa cuando produce un resultado dañoso al haber actuado con
falta de previsión, prudencia o precaución, habiendo sido el resultado previsible o, previéndole, confía
en poder evitarlo.
Se obra por negligencia cuando el agente no toma las debidas precauciones y prudencia en su
accionar. Obra negligentemente quien omite realizar un acto que la prudencia aconseja realizar. En
Aparece la imprudencia cuando el autor realiza la acción por actos inusitados, precipitados y fuera de
lo corriente, de los cuales debió abstenerse por ser capaces de producir un resultado lesivo para
determinado bien jurídico por las mismas circunstancias que lo rodean. Obra imprudentemente quien
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realiza un acto que las reglas de la prudencia aconsejan abstenerse. Es un hacer de más, un plus o
un exceso en la acción
Se imputará impericia o también conocida en la doctrina como culpa profesional, al agente cuando
éste sin estar debidamente preparado o capacitado para realizar determinada acción peligrosa, lo
realiza sin prever el resultado dañoso. En suma, la impericia es la falta o insuficiencia de aptitudes
para el ejercicio de una profesión o arte, que importa un desconocimiento de los procedimientos más
elementales. Por ejemplo, cometerá homicidio culposo el médico cirujano que a consecuencia de
haber ejecutado una operación difícil y riesgosa sabiendo o siendo consciente que no estaba
Por último, la inobservancia de los reglamentos y deberes del cargo configuran un supuesto de culpa
punible que puede derivar de cualquier normativa de orden general emanada de autoridad
municipales, etc.,) que prescriben determinadas precauciones que deben observarse en actividades
de las cuales pueden derivar hechos dañosos. El desconocimiento u omisión de ellas genera una
hipótesis de responsabilidad culposa, en la medida que el obrar de ese modo causara un resultado
dañoso típico. Cabe resaltar que con la tipificación penal de determinados comportamientos culposos
o imprudentes, lo único que se persigue es motivar a los ciudadanos para que, en la realización de
acciones que puedan ocasionar resultados lesivos para bienes jurídicos trascendentes (como la vida,
la integridad física, etc.), empleen el máximo cuidado que es objetivamente necesario para evitar que
Finalmente, es importante señalar que el debido cuidado exigible debe ser en condiciones normales
tanto para el agente como para el sujeto pasivo, mas si las circunstancias mismas que rodean a la
víctima ya de por sí son riesgosas (por ejm. intervenir a un paciente que presenta un cuadro que los
médicos denominan de alto riesgo), es casi imposible verificar objetivamente la inobservancia de la
diligencia debida.
previsión para quienes desempeñan actividades que demandan una buena dosis de diligencia y
precaución. Apareciendo así el principio de confianza que inspira el actuar dentro de la comunidad
haciendo uso de medios peligrosos o desarrollando actividades que por su trascendencia devienen
en peligrosos y, por tanto, exigen conocimiento y una preparación especial. En otras palabras, el
maniobrar objetos riesgosos (vehículos, aviones, barcos, etc.), o desarrollar actividades peligrosas (la
medicina, la arquitectura, la química, etc.) exigen un mayor cuidado en el actuar normal de las
personas, caso contrario de ocasionarse un perjuicio a algún bien jurídico por falta del cuidado debido,
explicados.
Sujeto Activo
Puede ser cualquier persona, no requiriéndose alguna condición o cualidad personal especial. Incluso
pueden cometer homicidio por culpa aquellas personas que tiene relación de parentesco natural o
jurídico con su víctima; también un inculto e ignaro como un erudito y científico, etc.
Sujeto Pasivo
La persona sobre la cual se descarga la acción culposa, también puede ser cualquiera. Desde un
naciente hasta incluso un enfermo incurable y que sufre de intolerables dolores. No importa la
TIPICIDAD SUBJETIVA:
En primer término, queda claro, que, en el homicidio culposo, el agente no tiene intención de dar
muerte. No actúa con el ánimus necandi (deseos de matar). No quiere el resultado letal; este se
produce por la inobservancia (quebrantamiento) del deber objetivo de cuidado. En ese sentido, la
figura del homicidio culposo necesariamente requiere la presencia de la culpa ya sea consciente o
de las reglas técnicas de profesión, actividad o industria. Entendido la culpa global como la falta de
poder evitarlo. Es decir, el agente ocasiona un resultado lesivo-letal al actuar culposamente, teniendo
la oportunidad o alternativa de prever el resultado y conducirse con el cuidado debido que exigen las
que el agente previó y por exceso de confianza en evitarlo no realizó la diligencia debida (culpa
consciente). En consecuencia, si en determinado hecho concreto no se constata aquellas condiciones
o elementos de la acción culposa, el hecho será atípico e imposible de ser atribuido penalmente a
persona alguna
Agravantes
En efecto, el legislador no podía ser ajeno a tales circunstancias y así los ha previsto como agravantes
A.- Cuando son varias las víctimas del mismo hecho.- Ello ocurre cuando con una sola acción culposa,
diligentemente y poniendo el debido cuidado. Al referirse el tipo penal a víctimas sólo se está refiriendo
a las personas que han perdido la vida y no a aquellas que pueden haber quedado heridas. Es decir,
si a consecuencia de la acción culposa sólo una pierde la vida y las demás personas quedan heridas,
la agravante no se configura.
B.- El delito resulte de la inobservancia de reglas técnicas de profesión, de ocupación o industria.- La
vulneración a los deberes impuestos por desarrollar una profesión, ocupación o industria están
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considerados como circunstancias que agravan la acción culposa. Ello tiene plena justificación en el
hecho que al desempeñarse en actividades que exigen del agente la máxima diligencia en observar
las reglas técnicas que le son propias su inobservancia y como consecuencia de ello se produce un
resultado letal de determinada persona, sin duda, hacen más reprochable la acción del sujeto activo.
social.
Grados de desarrollo:
Tentativa.- Como ha quedado establecido y aceptado por la doctrina, en los delitos por culpa es
imposible hablar de tipos de realización imperfecta o mejor tentativa. En ese sentido, aparece sin
mayor polémica que en el homicidio por culpa es imposible la tentativa, ello debido que el agente
resultado ‘muerte’ del sujeto pasivo a consecuencia del actuar negligente del agente. En tal forma, la
simple vulneración del deber de cuidado no es suficiente para estar frente al ilícito en hermenéutica
(interpretativa); resulta necesario la producción efectiva del resultado muerte. De modo más claro:
para la imputación a una persona de un homicidio culposo no es suficiente la simple infracción del
deber objetivo de cuidado, sino resulta imprescindible que se verifique el resultado muerte de la
víctima. Recién con la verificación del resultado letal, podemos hablar de un homicidio culposo, antes
no se configura.
Participación
No es posible que en un hecho culposo se den actos de participación (instigadores, cómplices), pues
estos sólo aparecen en hechos queridos y cuando menos medianamente preparados. En ese sentido,
Pena
Después del debido proceso, donde se ha debatido la forma y circunstancias concretas, resultado y
personalidad del agente, la autoridad jurisdiccional podrá imponer una pena privativa de libertad no
menor de dos días ni mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos
a ciento cuatro jornadas de adecuarse el hecho al primer párrafo del tipo penal 111. En cambio, si
concurren la agravante prevista en el párrafo segundo la pena privativa de libertad oscila entre no
Finalmente, si estamos ante a los supuestos previstos en el tercer párrafo del artículo 111; la pena
seis años.
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IV UNIDAD
EL DELITO DE ABORTO
CONSIDERACIONES GENERALES:
En doctrina la expresión aborto deriva del latín abortus, la misma que se entiende como: AB, MAL y
hablando el delito de aborto pone en peligro o lesiona la vida humana en formación más no la vida de
periodo comprendido entre la anidación hasta antes que comience el parto, ya sea provocando su
No obstante que la corriente social peruana se manifiesta contraria al aborto y a favor de una
planificación familiar edificada sobre las bases del respeto a la decisión personal y el acceso general
doctrina existen posiciones encontradas entre los que consideran: 1) que el aborto debe ser reprimido
penalmente en todas sus formas; 2) que el aborto debe ser impune en todas sus modalidades; 3)
La primera posición la defienden los tratadistas católicos, quienes orientados por la doctrina católica
concluyen que debe reprimirse todo atentado contra la vida, sus planteamientos al respecto siguen
los lineamientos desarrollados en la Encíclica Humana Vitae, la misma que puede resumirse en la
La segunda postura la sustentan los movimientos liberales, como los grupos feministas quienes con
argumentos coincidentes señalan que existe el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y que de
acuerdo a él, sólo se puede ser madre las veces que deseen. Otro argumento lo constituye la
puede estar de acuerdo en el hecho que el feto tenga más derechos que la mujer que la lleva;
finalmente también sostienen que las necesidades económicas deben tenerse en cuenta para
despenalizar el aborto, pues la calidad de vida que se puede ofrecer a los hijos es tan importante que
la vida misma. No debemos soslayar que en aquel sentido o por fundamentos parecidos, existen
La tercera posición de modo realista concluye que el respeto a la persona y a su dignidad esta por
encima de una vida en formación, por tanto en circunstancias especiales debidamente prevista por la
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normatividad penal y practicada con las debidas garantías y por persona especializada, debe ser
impune el aborto.
En suma, se descubre la comisión del delito de aborto cuando las maniobras abortivas acarrean
consecuencias funestas para la salud y muchas veces para la vida de la abortante, caso contrario, ni
llega a sospecharse.
La mujer que causa su aborto, o consiente que otro le practique, será reprimida con pena privativa de
libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a ciento
cuatro jornadas
TIPICIDAD OBJETIVA.
De la lectura del tipo penal se evidencia que encierra o describe dos conductas delictivas, fácilmente
a.- Cuando la propia gestante se ocasiona el aborto.- En doctrina se conoce con el nombre de
aborto activo. Aparece cuando la propia mujer en estado de preñez se practica la interrupción de su
embarazo por diversas razones y valiéndose de cualquier medio. La conducta puede ser por acción
u omisión. Se verifica una conducta omisiva cuando la mujer que ha decidido interrumpir su embarazo
no toma los medicamentos prescritos por el profesional médico para impedir el aborto.
b.- Cuando la gestante presta su consentimiento para que otro le practique el aborto.- En
doctrina se le conoce como aborto pasivo. Se verifica cuando la mujer embarazada consiente que un
tercero le interrumpa su gestación, o cuando la propia gestante instiga a un tercero a que le provoque
abortiva; ella se limita únicamente, a dar su consentimiento o a cooperar para que un tercero le haga
abortar”
Los móviles o causas que guían la conducta de la embarazada para someterse a practicas abortivas,
no afectan la tipicidad de su conducta, sin embargo, resulta sobre entendido que aquellas serán
observadas por el juzgador en cada caso concreto al momento de individualizar la pena al emitir
sentencia. Tal situación también ocurre con el tipo de medios empleados para interrumpir el
aborto, ha dejado establecido implícitamente que estos pueden ser tanto físicos (introducción de
sondas en el útero, masajes en el abdomen, etc.); químicos así como psíquicos (sustos, cólera, etc.).
del embarazo. La vida humana en formación y, por tanto, dependiente. En doctrina del derecho
penal, como volvemos a insistir, existe unanimidad para considerar que la vida dependiente se le
protege penalmente desde el momento de la anidación biológica. Recién en ese crucial instante, la
vida humana cuenta con todos los elementos necesarios e indispensables para desarrollarse. Antes
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de aquel momento histórico-biológico, no es seguro aún su viabilidad. Constituyendo ello el motivo de
mayor peso para aceptarse el uso de los anticonceptivos. Concluye la protección penal de la vida
dependiente según nuestro sistema penal, en el momento que comienza las contracciones uterinas
El sujeto activo de ambos supuestos delictivos previstos en el artículo 114 del Código Penal puede
ser cualquier mujer en estado de gestación mayor de 18 años. La mujer en estado de preñez al
ocasionarse su propio aborto o consentir que un tercero le practique el aborto, se convierte en autora
directa del delito. En consecuencia, al identificarse que sólo la mujer embarazada puede ser agente
o autora del delito en hermenéutica (interpretativa), se concluye que estamos ante una figura delictiva
especial, propia o exclusiva. Nadie que no esté gestando o en estado de embarazo, puede ser sujeto
activo de este delito. El tercero que coopera o interviene en el aborto propio, también se constituye
en sujeto activo, pero su conducta se subsume al tipo penal 115 del Código sustantivo. No hay
duda que tanto la abortante como el tercero tienen el dominio del hecho, por lo que se trata de una
figura de coautoría con la diferencia que mientras la conducta de aquella se subsume al tipo penal
114, la acción del tercero se encuadra en la figura sancionada en el tipo penal 115, siendo la penalidad
más grave.
Sujeto Pasivo
La víctima sólo puede ser el producto del engendramiento con vida. Aquí coinciden tanto sujeto pasivo
como el objeto material del injusto penal. El feto debe estar con vida en el momento que se producen
las maniobras abortivas, sin que importe sus condiciones de viabilidad. No se puede hacer diferencia
entre fetos viables o inviables, pues por más inviable que sea el feto tiene protección penal. Es
irrelevante el tiempo de vida que tenga el embrión, basta que se constate que las maniobras abortivas
se produjeron dentro del periodo comprendido desde la anidación del óvulo fecundado hasta el inicio
de las contracciones uterinas. El aniquilamiento del ser humano fuera de tal periodo, constituirá
cualquier otro ilícito pero nunca el que se conoce con el nomen iuris de aborto
TIPICIDAD SUBJETIVA
Necesariamente se requiere la presencia del dolo en la comisión de las conductas explicadas,
conocidas con el nomen iuris de auto-aborto o aborto propio. La gestante debe tener conciencia y
voluntad que su conducta está dirigida a conseguir la muerte del feto (Roy Freyre, 1989, p. 250). No
obstante, si como consecuencia de las maniobras abortivas no se consigue que el ser en formación
deje de existir y por el contrario, éste es expulsado con vida y es viable, se cometerá homicidio al ser
aniquilado después. Si aquel elemento subjetivo no aparece en la conducta de la abortante, los ilícitos
del autoaborto o el dar el consentimiento para que un tercero practique maniobras abortivas, no se
perfeccionan. Si llega a determinarse que el aborto se produjo por un actuar culposo de la gestante o
del tercero, la conducta será atípica e impune al no haberse previsto en nuestro sistema penal alguna
figura de aborto culposo.
Grados de Desarrollo
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Tentativa.- Al ser un delito doloso y de resultado, es posible la tentativa. Ocurre cuando la gestante
que previamente se ha agenciado de los elementos abortivos, se dispone a practicarse el aborto, sin
una acalorada discusión y forcejeo, logró evitar la consumación del hecho delictivo.
abortivas tiene como objetivo primordial poner fin a su embarazo aniquilando su producto, debemos
concluir que el delito se perfecciona en el momento que se verifica tal objetivo. Es irrelevante
penalmente que la muerte del embrión se haya producido en el vientre de la madre o con su violenta
expulsión al mundo exterior. Basta que se verifique la muerte del feto como consecuencia de las
maniobras abortivas para estar frente al delito consumado, ya sea que la muerte del feto se produzca
Participación
La participación es posible. No obstante, el tercero que practica las maniobras abortivas con el
consentimiento de la autora del delito, de modo alguno es sólo partícipe, sino aparece como autor del
delito de aborto pero sancionado con la figura delictiva que regula el aborto consentido.
Partícipe, por ejemplo, sería el causante del embarazo de la mujer que decidió someterse a practicas
abortivas, cuando se verifique que aquel determinó a aquella a que proceda de tal manera con la
finalidad de deshacerse del nuevo ser en formación. O también cuando se verifique que contribuyó
con el dinero para que el tercero practique el aborto a la gestante, quien accedió voluntariamente.
Penalidad
Después del debido proceso, de hallarse responsable a la acusada del delito de autoaborto o por
haber prestado su consentimiento que un tercero le practique el aborto, se hará merecedora a pena
privativa de la libertad que oscila entre dos días y dos años, o con prestación de servicio comunitario
de cincuentidós a ciento cuatro jornadas
Si sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo prever este resultado, la pena será no menor de
TIPICIDAD OBJETIVA
S.A.: Cualquier persona y la mujer gestante y el consentimiento prestado por la gestante debe ser
legal, voluntario y espontáneo y sin ningún vicio que lo invalide. Esto es, debe ser emitido por mujer
mayor de 18 años, sin violencia ni coacciones de algún tipo; caso contrario, estaremos frente a la
figura delictiva del aborto no consentido. El consentimiento de una menor de edad es equivalente a
un no consentimiento y, por tanto, carece de valor alguno. También carece de valor el permiso que
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pudiera prestar una enajenada o débil mental. Igualmente, si el consentimiento es obtenido por
En doctrina, aun con polémica, se le conoce como muerte preterintencional. Ello ocurre cuando el
agente que dolosamente somete a prácticas abortivas a la gestante, provoca por culpa previsible su
muerte. La muerte tiene que ser a consecuencia del aborto o del procedimiento abortivo al que fue
requisito esencial la concurrencia de la previsibilidad para reprochar penalmente la conducta del autor.
En suma, la muerte de la gestante a consecuencia del aborto o prácticas abortivas sólo agrava la
conducta si se realiza de manera culposa. Si se determina que el sujeto activo ha tenido el dolo de
matar a la gestante, ya sea dolo eventual, nos encontraremos ante un delito de homicidio o asesinato,
La vida dependiente. El interés que se pretende tutelar con la tipificación del delito denominado
“aborto consentido” lo constituye la vida del producto de la concepción, el mismo que produce el
Con la tipificación del supuesto previsto en el segundo párrafo del tipo penal en comentario, sin duda
que se pretende proteger y defender un solo bien jurídico como lo es la vida, pero en grado de
desarrollo evolutivo diferente: La vida dependiente del embrión y la vida independiente de la abortante.
Sujeto Activo
Autor puede ser cualquier persona, desde un profesional de la ciencia médica hasta una comadrona;
siendo suficiente la verificación del desarrollo de su conducta dolosa, después de haber obtenido el
consentimiento de la mujer que se dispone a abortar. En este supuesto sólo se excluye a la gestante
que presta su consentimiento, pues su conducta se encuadra en el tipo penal 114 ya tratado en su
calidad de autora.
Sujeto Pasivo
El producto de la gestación, sobre el cual recae la acción dolosa del agente.
De producirse el supuesto agravado, víctima será la mujer fallecida a consecuencia del aborto o del
TIPICIDAD SUBJETIVA
El agente necesariamente debe actuar con conocimiento y voluntad de practicar el aborto con pleno
para el derecho punitivo. Esto es, al no haberse tipificado el aborto culposo, cualquier acción que no
tenga como objetivo y finalidad aniquilar al embrión, constituye conducta irrelevante penalmente, así
se verifique el aborto.
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En el supuesto del segundo párrafo del tipo penal 115, interviene el elemento culpa como
Grados de Desarrollo
Ocurrirá por ejemplo cuando por circunstancias extrañas a la voluntad del agente (es intervenido
cuando ya se disponía a hacer uso de la sonda, o cuando estaba haciendo los masajes respectivos,
cuando los medios empleados en las maniobras abortivas no son idóneos para tal fin; o, cuando
Consumación.- El aborto consentido se perfecciona cuando el agente o sujeto activo que actúa con
el consentimiento de la mujer que se encuentra gestando, logra su objetivo de provocar la muerte del
producto de la concepción mediante maniobras abortivas. En ese sentido, queda claro que es
indiferente la circunstancia que se cause o no la expulsión del producto del embarazo; ello debido que
es perfectamente posible se ocasione la muerte del feto dentro del vientre de la madre sin producirse
la expulsión al exterior.
Al tratarse de la conducta indicada en el segundo párrafo del tipo penal en comentario, se consuma
y tentativa de aborto.
Participación
de los partícipes. La acción puede ser por instigación al aborto o por complicidad, ya sea primaria o
secundaria. Por ejemplo, será sancionado en calidad de instigador, el padre de la embarazada que le
motiva e induce para que se someta a prácticas abortivas, prometiéndole ayuda económica para que
finalice sus estudios universitarios. En tanto que tendrá la calidad de cómplice, el causante del
embarazo quien conduce a la gestante a la comadrona para que le ocasione el aborto, e incluso, paga
sus servicios. También será cómplice la ayudante de la comadrona que ayuda a preparar a la gestante
para ser sometida al proceso abortivo; o la amiga que indica la dirección de la clínica donde practican
abortos, e incluso le presta parte del dinero para pagar al autor del aborto ilegal, etc.
Penalidad
El agente acusado por la comisión del delito de aborto consentido, será merecedor de una pena
privativa de libertad que oscila entre uno a cuatro años. Si se produce la muerte de la abortante,
siendo previsible o sospechada, el agente será merecedor de pena privativa de libertad que oscila
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El que hace abortar a una mujer sin su consentimento, será reprimido con pena privativa de libertad
Si sobreviene la muerte de la mujer y el agente pudo prever este resultado, la pena será no menor de
TIPICIDAD OBJETIVA
La hipótesis o supuesto delictivo que recoge el artículo 116 del Código Penal, se configura cuando el
agente, sea este una persona natural común o profesional de la medicina, practica el aborto a una
mujer en estado de gestación sin contar con su consentimiento o lo que es más reprochable, en contra
de su expresa voluntad. La conducta ilícita puede verificarse por acción o por omisión. También son
irrelevante los medios empleados por el agente para vencer la resistencia, potencial o activa, de la
mujer embarazada; los mismos que servirán para el momento de graduar la pena por el juzgador. En
prestado por persona que no tiene capacidad suficiente para emitir un consentimiento jurídicamente
válido; esto es, por ejemplo, la autorización dado por una mujer embarazada menor de 18 años de
edad, carece de validez, en consecuencia, el autor del aborto practicado en base a aquel permiso,
El supuesto agravado se presenta cuando el agente, ocasiona por culpa la muerte de la gestante que
causalidad entre las maniobras abortivas y la muerte previsible para atribuir el supuesto agravado al
sujeto activo. En otras palabras, el agente será responsable penalmente por la muerte de la gestante,
cuando el resultado letal haya sido previsible y en consecuencia evitado, si hubiese actuado con el
debido cuidado y prudencia para no lesionar o poner en peligro la vida de la mujer sometida a la
interrupción de su embarazo sin su consentimiento. Si el resultado muerte se produce sin que el
de la frustrada madre. No obstante, aparece obvio que de manera secundaria y accesoria, también
se atenta contra intereses jurídicos fundamentales como son la salud y la libertad de la mujer sometida
De la propia redacción del tipo penal, se desprende de modo claro que la propia mujer en estado de
gestación queda excluida. Cualquiera puede ser sujeto activo menos la mujer embarazada.
Sujeto Pasivo
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En la hipótesis recogida en el primer párrafo del tipo penal en comentario aparecen hasta dos víctimas.
Por un lado el indefenso producto de la concepción, y por otro, la gestante que no prestó su
Sin embargo, de presentarse el supuesto agravado recogido en el segundo párrafo del tipo penal 116,
aparece como sujeto pasivo la mujer que momentos o días antes, había sido sometida a prácticas
TIPICIDAD SUBJETIVA
La forma de redacción del tipo penal exige la presencia del dolo en la conducta del agente. Esto es,
el sujeto activo tiene conocimiento que la gestante no ha prestado su consentimiento e incluso que
abortivas con la finalidad de acabar con la vida del embrión que se proyecta decididamente a
convertirse en persona.
En el segundo supuesto que encierra el tipo penal, resulta necesario la aparición del elemento culpa
en el actuar del sujeto activo después que dolosamente ha realizado el proceso abortivo. Es decir, en
el supuesto agravado debe concurrir el dolo en las maniobras abortivas sobre la gestante renuente al
aborto y luego debe aparecer la culpa o negligencia en la muerte de la mujer embarazada, caso
contrario, al haber quedado prescrito la responsabilidad objetiva de nuestro sistema jurídico, el hecho
será impune.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- No obstante, que en la praxis judicial es rarísimo encontrar procesos por tentativa, en
teoría y teniendo en cuenta que la figura delictiva es de lesión y resultado, es perfectamente posible
la tentativa o lo que modernamente se conoce como tipo de realización imperfecta. Ocurrirá por
ejemplo, cuando en circunstancias que el agente se encuentra haciendo uso de la violencia para
vencer la resistencia de la gestante a fin de ser sometida al proceso abortivo, es sorprendido por el
responsable del embarazo antes de lograr su objetivo. También se configura cuando después de
haber sido vencida y el agente se dispone a iniciar las maniobras abortivas, en un descuido de éste,
la mujer embarazada logra escapar del lugar donde se encontraba.
Consumación.- Como ocurre con las demás figuras de aborto, el hecho punible se perfecciona cuando
expulsión del feto del seno materno. En el segundo supuesto, el delito se perfecciona con la muerte
Participación
La participación es posible en la consumación del hecho punible de aborto no consentido, la misma
que puede aparecer por instigación o por complicidad. Será partícipe de aborto no consentido en su
modalidad de instigación, el responsable del embarazo que paga una jugosa suma de dinero al
ginecólogo de su novia, a fin que haciendo uso del engaño le interrumpa su embarazo; hecho que
finalmente se verifica.
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Aparece la participación en forma de complicidad cuando el responsable del embarazo ayuda en
forma directa a vencer la resistencia de la gestante para que la comadrona le someta al proceso
abortivo. Las circunstancias y forma como ocurrieron los hechos servirán para calificar si se trata de
Penalidad
El autor o autores del aborto sufrido serán merecedores de las penas más severas que ha previsto el
legislador para el aborto, las mismas que por la propia naturaleza del ilícito penal deben mantenerse
en caso de declararse impune la figura del aborto, como son: no menor de tres ni mayor de cinco
años en el primer supuesto y en el agravado, no menor de cinco ni mayor de diez años. Ello se explica
por la misma conducta del agente, quien no tiene miramientos para poner fin al estado de embarazo,
utilizando incluso la fuerza para vencer la resistencia y voluntad de la gestante que se opone a tal
para causar el aborto, será reprimido con la pena de los artículos 115 y 116 e inhabilitación conforme
De la lectura del contenido del artículo 117 se advierte que el legislador solo pretende poner énfasis
en el sentido que además de la pena privativa de libertad prevista en los artículos 115 y 116 del
autores del aborto que tengan el título de médico, obstetra, farmacéutico o cualquier profesional de la
salud. En otros términos, el artículo 117 regula una agravante por la condición del autor. En doctrina,
con esta forma de legislar se ha dado cabida para hablar de un aborto abusivo, el mismo que se
configura cuando el agente que tiene condición especial de ser profesional de la medicina, abusando
de sus conocimientos de la ciencia médica o de su arte, somete a practicas o proceso abortivo a una
mayormente a cambio de ventajas patrimoniales. El abuso referido consiste en una violación maliciosa
de sus deberes profesionales. Con igual criterio Bramont-Arias Torres y García Cantizano (1997, p.
95), enseñan que no se castiga toda intervención sanitaria, sino sólo aquella en la cual se da un abuso
en su ciencia o arte para causar el aborto. Dentro de sus facultades elementales del profesional de la
ciencia médica está el de cuidar los bienes jurídicos más importantes, la vida y la salud; si se
aprovechan de sus conocimientos en contra de estos bienes jurídicos, deben ser penados de manera
más grave. Resulta una figura delictiva agravada por la condición especial del autor. Esto es, al
aparece más reprochable socialmente tal conducta. A su vez, la conducta del profesional de la ciencia
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médica resulta execrable, pues teniendo pleno conocimiento que está prohibido el aborto, lo realiza
con plena confianza de que no será descubierto, obteniendo por ello un lucro. Sin duda, el profesional
libertad prevista en el párrafo segundo de los tipos penales 115 y 116, ello por el hecho concreto de
que por sus especiales conocimientos médicos tienen mayores posibilidades de prever el resultado
Así mismo, se requiere que el profesional médico o sanitario actúe con conocimiento y voluntad de
practicar el aborto sin ninguna finalidad terapéutica, estando éste prohibido. Es un conducta punible
sólo a título de dolo; como en todas las figuras delictivas de aborto no cabe la comisión por culpa.
Bien señala Roy Freyre (1989, p. 274), que en nuestra dogmática penal no es punible, a título de autor
del delito de aborto, el profesional sanitario que, por falta de pericia o por error, origina la muerte del
p. 33), enseña que cuando el profesional de la medicina obrare de buena fe en razón de los remedios
o el tratamiento aconsejado, por falta de pericia o error produce el aborto, quedará exento de pena
El que, con violencia, ocasiona un aborto, sin haber tenido el propósito de causarlo, siendo notorio o
constándole el embarazo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años, o con
Aun cuando en doctrina no existe unanimidad para etiquetar esta modalidad del aborto, la dogmática
peruana se ha decidido en aceptar como el nomen iuris más adecuado el de “aborto preterintencional”.
Ello debido que la tipicidad subjetiva se constituye de una mixtura entre dolo en la acción inicial y
ocasiona el aborto sin haber tenido el propósito de causarlo. El sujeto activo dirige una energía física
sobre la mujer de la cual le consta que viene gestando o es notorio tal circunstancia y le ocasiona el
aborto sin habérselo propuesto. En este sentido Roy Freyre (1989, p. 294), Prado Saldarriaga (1985,
p. 104) y Bramont-Arias- García (1997, p. 90). En esa línea, para la configuración del aborto
previstos en el tipo penal. En efecto, el comportamiento delictivo bien puede configurarse cuando el
embarazo sea notorio para cualquier persona incluido el agente, es decir, que la gestación sea
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objetivamente evidente, o cuando el estado de gestación le conste al agente, es decir, aun no siendo
El autor haciendo uso de la violencia, actúa dolosamente al querer lesionar la integridad física de la
gestante, sin embargo, infringiendo el deber objetivo de cuidado ocasiona la muerte del producto del
embarazo. La responsabilidad del agente salta inmediatamente, pues toda persona sabe y es
consiente que de actuar con violencia sobre la mujer delicada por la gestación, puede ocasionar
La violencia que a indicado el legislador en el tipo penal, se refiere al desarrollo de una energía física
sobre la mujer en estado de gestación con el solo propósito de causarle daño a su cuerpo y salud, de
modo alguno debe querer causar el aborto. Si al momento de calificar los hechos se determina que
la violencia a tenido el objetivo oscuro de causar el aborto, se encuadrará tal conducta en el delito de
aborto no consentido. Según la redacción del tipo penal en hermenéutica, no es posible aceptar la
figura del dolo eventual en la acción inicial, pues si llegara a determinarse en un caso concreto que el
causar el aborto, ejerce violencia sobre ella no importándole el resultado (lo menosprecia)
ocasionándole en consecuencia el aborto, estaremos ante a la figura del aborto no consentido. El tipo
penal 118, exige que el agente no haya tenido el propósito de causar el aborto, lo que en buena
cuenta significa que no debe haberse representado el resultado aborto. Caso contrario, si hay dolo
Finalmente, para configurarse simplemente el aborto en comentario, sostenemos que las lesiones
producidas por el empleo de la violencia que ocasionó lamentablemente la interrupción del embarazo,
deberán ser de escasa gravedad, caso contrario, de haberse producido lesiones de cierta gravedad
Como en todas las modalidades de aborto, esta figura delictiva busca proteger la vida dependiente
Sujeto Activo
Al no exigir el tipo penal alguna cualidad o condición especial en el sujeto activo, este puede ser
cualquier persona, sea profesional o sin profesión, sólo se excluye a la propia gestante.
Sujeto Pasivo
Tratándose de una conducta delictiva preterintencional se exige que el agente actúe con dolo al
momento de dirigir la violencia sobre el cuerpo de una mujer grávida cuyo estado es notorio o le
consta. La finalidad del agente debe ser el de lesionar la salud de la embarazada y como
ningún modo debe ser la causa del aborto sino simplemente la ocasión para que ello se produzca. En
suma , la violencia no origina directamente el aborto sino que ocasiona o sirve para que el aborto se
produzca incluso ayudado por otras causas como por ejemplo la fragilidad de la gestante. El elemento
subjetivo de la culpa aparece después del uso doloso de la violencia por el agente sobre la integridad
consta, pero éste deviene como consecuencia automática del uso de la violencia, debido que el
agente infringió el deber objetivo de cuidado que tenemos todas las personas hacia aquellas que se
encuentran en el estado bendito de embarazo. En efecto, ante una mujer con embarazo notorio, todos
los demás nos convertimos de una u otro manera en garantes para que el estado gestacional finalice
sin contratiempos, pues todos sabemos que con una actitud hostil o violenta sobre la gestante
consta tal estado al agente de la violencia, no es posible atribuirle la interrupción de la gestación, pues
al no ser evidente ni constarle el embarazo, este de ningún modo se convierte en garante del
embarazo.
Así mismo, si se determina que el aborto fue consecuencia de circunstancias fortuitas ajenas a la
Grados de Desarrollo
aparece la tentativa en el caso que como producto de la violencia que recibió la mujer gestante, esta
expulsa el feto pero gracias a su viabilidad y a intervención de terceros, logra sobrevivir. Por nuestra
parte pensamos que es posible hablar de tentativa en este único supuesto.
intervenir el elemento culpa como requisito sine qua nom del delito en hermenéutica. En el caso que
dos o más personas actúen violentamente sobre la mujer grávida, todas responderán a título de
víctima, no responderá por el aborto preterintencional, limitándose a responder sólo por la lesiones
que se hubieran producido.
Participación
es imposible la participación.
Penalidad
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El sujeto activo de la presente conducta ilícita y dependiendo de la forma y circunstancias en que
actuó, así como a su personalidad podrá ser merecedor de una pena privativa de libertad que oscila
entre no menor de dos días ni mayor de dos años, o con prestación de servicio comunitario de
su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o
TIPICIDAD SUBJETIVA
Estamos ante el denominado aborto terapéutico cuando el aniquilamiento del producto de la gestación
legal de ser ésta menor de edad o sufrir de capacidad disminuida, se realiza como única alternativa
para salvar la vida de la gestante o en todo caso, evitarle un mal grave y permanente en su salud.
Interpretando el contenido del tipo penal 119 del C.P. y el contenido del art. 21 del Código sanitario
de 1981, el mismo que establece taxativamente los requisitos para practicar en forma eficaz el aborto
necesario, podemos conceptualizar el aborto terapéutico como la interrupción artificial del embarazo
que realiza un médico, con el consentimiento de la gestante o su representante y con previa opinión
favorable de dos médicos que trataron el caso en consulta, con la finalidad de salvaguardar la vida
En consecuencia, para calificar un caso concreto como aborto terapéutico resulta necesario constatar
ser expreso tratándose de mujer lúcida y mayor de edad. En caso de tratarse de una menor de edad
de la mujer grávida, indirectamente se está reconociendo el real derecho del producto de la gestación
a la vida extrauterina, unido a ello, el respeto a los sentimientos de la gestante, por no decir al instinto
2.- El aborto debe presentarse como la única alternativa para salvar la vida de la embarazada o en
todo caso, evitarle un mal grave y permanente en su salud. Aquí aparecen dos supuestos claramente
diferenciables: primero, cuando el continuar con el embarazo ponga en peligro concreto la vida de la
gestante, dándose preferencia el salvar la vida de ésta a la del embrión. Por ejemplo, puede ocurrir
que una gestante cardíaca, puede correr el firme riesgo de perder la vida si continúa con su embarazo.
Y segundo, cuando de continuar con el embarazo, represente para la futura madre un riesgo concreto
de ocasionar un mal grave y permanente en su salud. El mal puede ser tanto físico o psíquico, el
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mismo que será determinado expresamente por los especialista. El daño a la salud aparte de ser
grave tiene que ser permanente. Si se llega a determinar que el mal a sufrir por la mujer grávida de
continuar con su estado gestacional es de suma gravedad pero temporal, no se admitirá la práctica
3.- También en el caso concreto debe acreditarse un previo diagnóstico médico efectuado por dos o
más especialista que aconsejan realizar el aborto. Bien señalan en este punto Bramont-Arias y García
Cantizano (1997, p. 93) cuando sostienen que esta es un forma de evitar, por parte del legislador,
4.- Finalmente, el aborto debe ser practicado por un médico, excluyéndose a cualquier otra persona.
Estas circunstancias devienen en condición sine qua nom para configurarse el aborto necesario, pues
de faltar alguno de ellos estaremos ante un aborto punible. Sin embargo, de presentarse urgencias
en las cuales el aborto se practica sin contar con todos aquellos requisitos (incapacidad de la gestante
diagnóstico de dos médicos), el médico al convencerse de la necesidad del aborto para preservar la
vida o la salud de la embarazada puede positivamente practicarlo, pues su conducta estaría amparada
Código sustantivo en el art. 30 inc. 8. Igual criterio exponía el ahora versado magistrado de la Corte
Superior de Lima Víctor Prado Saldarriaga, cuando comentaba el Corpus juris penale derogado (
1985, p. 91).
El objetivo primordial para declarar la impunidad de este tipo de aborto, lo constituye el salvar la vida
de la gestante o evitarle un mal grave y permanente en su salud cuando exista el peligro inminente
que ello puede suceder sino se sacrifica el producto del embarazo. En ese sentido, el aborto
legalmente permitido debe obedecer a fines terapéuticos exclusivamente (Bramont Arias, 1990, 33).
FUNDAMENTO DEL ABORTO TERAPÉUTICO O NECESARIO
Interpretando sistemáticamente las normas de nuestro código penal sustantivo, se concluye que el
fundamento legal del aborto impune lo encontramos en el inc. 4 del art. 20, es decir, en la categoría
del estado de necesidad justificante. Sin embargo, esto no significa que invocándose el estado de
necesidad se va a justificar todo tipo de prácticas abortivas, sino solo aquellas que reúnan los
Los supuestos del aborto terapéutico se diferencian de los supuestos del estado de necesidad
médico, según sus conocimientos, puede declarar que el embarazo implica un grave peligro para la
vida o la salud de la madre y en esa convicción practicar el aborto sin aumentar el peligro para la
embarazada. Además, el aborto terapéutico requiere el consentimiento de la gestante, condición
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innecesaria en los casos identificados plenamente con el estado de necesidad justificante previstos
Por su parte, Bramont-Arias y García (1997, p. 92), indican que el supuesto previsto en el art. 119 se
trata de una especial exención de responsabilidad por el aborto causado ante una situación de peligro
para la mujer, que ve privilegiado su derecho a la vida y la salud frente al del feto o embrión. No
obstante - continúa- ello sólo será posible en tanto que ésta preste su consentimiento, siendo éste el
dato que nos impide identificar plenamente esta exención con la naturaleza propia del estado de
necesidad justificante, donde la concurrencia del peligro justifica de por sí la directa intervención en
del art. 20 del Código penal, pero nadie puede negar que en aquel supuesto aparecen todos los
elementos constitutivos del estado de necesidad justificante, agregado a ello, particulares elementos
que lo diferencian e independizan de aquel, y a la vez, sirven de fundamento para que el legislador lo
CONFLICTO DE INTERESES
En la figura impune del aborto necesario, se presenta un conflicto de intereses entre dos
circunstancias de desarrollo de un mismo bien jurídico como es la vida: La vida independiente y cierta
de la gestante, reconocida como persona y la vida dependiente e incierta del producto de la gestación
identificado como esperanza de vida o vida en desarrollo. Este es un ser en quien recién comienza la
vida humana. Circunstancias que objetivamente no pueden ser de la misma magnitud. Hecho evidente
que se evidencia en el hecho concreto que se castiga más severamente al que produce la muerte de
una persona (homicidio, asesinato, parricidio, etc.), que al que produce un aborto.
Doctrinariamente a quedado establecido que la vida autónoma y cierta de la gestante de modo alguno
puede ser igual a la vida dependiente e incierta del producto del embarazo. Su rango en la
consideración social y su potencia vital son plenamente diferenciables, situación que ha sido aceptada
por nuestro legislador y finalmente plasmado en nuestro sistema jurídico desde mucho tiempo atrás
artificial no consentida y ocurrida fuera de matrimonio, siempre que los hechos hubieren sido
denunciados o investigados, cuando menos policialmente; o
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2. Cuando es probable que el ser en formación conlleve al nacimiento graves taras físicas o psíquicas,
TIPICIDAD OBJETIVA
Tradicionalmente se ha conceptuado al aborto sentimental o ético como aquel practicado a una mujer
por haber resultado embarazada como consecuencia de haber sufrido el delito de violación sexual.
En otros términos, por haber resultado gestando a consecuencia de haber sido sometida al acto
sexual lesionando su libertad sexual. No obstante, el legislador de nuestro código penal, acorde con
como una modalidad del aborto ético al practicado a una mujer que haya sido embarazada como
Importante sector de la doctrina sostiene que ésta clase de aborto debe ser impune, pues toda mujer
tiene derecho a tener una maternidad libre y consciente. Si le hubiere sido impuesta la maternidad
con violencia física, grave amenaza o en su caso, mediante inseminación artificial sin su
consentimiento, se sostiene debe reconocérsele a la mujer la facultad de deshacerse del estado de
embarazo. En estos casos, debe prevalecer el derecho a la propia dignidad y el derecho al honor de
la mujer, reconocido a nivel constitucional como consecuencia mediata del reconocimiento en normas
de nivel internacional.
En tal sentido, del tipo penal anotado se desprende que la conducta punible se configura cuando se
practica el aborto a una mujer que resultó en estado de gestación a consecuencia de una violación
sexual o en su caso, de una inseminación artificial no consentida, siempre que en ambas situaciones,
haya ocurrido fuera del matrimonio y hayan sido cuando menos denunciados ante la autoridad
competente los hechos causantes de la concepción no deseada. De ese modo, el agente cometerá
aborto sentimental o ético cuando practique maniobras abortivas sobre una mujer que resultó
embarazada por un acto sexual realizado mediante violencia o bajo amenaza por persona diferente a
su cónyuge de ser casada. Aquí debe haber existido un atentado a la libertad sexual, el mismo que
debe haber sido cuando menos denunciado.
También, se configura el ilícito penal, cuando el sujeto activo someta a práctica abortiva a una mujer
que resultó embarazada con ocasión de una inseminación artificial no consentida y ocurrida fuera del
matrimonio; es decir, cuando resulta la gestación por haber sido sometida la mujer, sin su
consentimiento, a una de las técnicas de reproducción humana como es la inseminación artificial (IA),
la misma que se realiza inoculando el semen del varón de manera directa pero asistida, en la vagina
de la mujer teniendo como finalidad esencial la procreación (Varsi, 1995, p. 62). Por la forma como el
legislador ha redactado el tipo penal, entendemos que no ha tomado en cuenta la otra técnica de
reproducción humana asistida, conocida como fecundación extra corpórea (FEC), la misma que se
realiza uniendo el espermatozoide y el óvulo en un probeta para después transferirlo al útero de la
mujer. En consecuencia, de verificarse que se practicó el aborto a una mujer que resultó gestando a
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consecuencia de la técnica de la fecundación extra corpórea sin su consentimiento, se subsumirá tal
Otra circunstancia importante, lo constituye el haber sido denunciado o investigado cuando menos
policialmente las causas que ocasionaron la gestación. Esto es, si se produjo una violación sexual
fuera del matrimonio, cuando menos debió ser denunciado ante la autoridad competente tal hecho,
para de ser el caso poder practicarse el aborto privilegiado; la misma condición reza para la
inseminación artificial no consentida. Si no hay cuando menos denuncia de los hechos a nivel policial,
no hay privilegio y el hecho será calificado como aborto común. En suma, se entiende que si se
practica el aborto sin la concurrencia al mismo tiempo de los elementos referidos, estaremos ante a
un aborto agravado.
maternidad libre y consciente; es decir, a una maternidad no impuesta contra su libre voluntad (Peña
Sujeto Activo
De la lectura del contenido del inciso primero del artículo 120, se concluye que cualquier persona
puede practicar el aborto privilegiado siempre y cuando cuente con el consentimiento o autorización
la embarazada que prestó su consentimiento también se constituye en sujeto activo del delito de
Sujeto Pasivo
El producto de la gestación.
TIPICIDAD SUBJETIVA
El agente debe obrar con conocimiento y voluntad de poner fin a la vida del feto que es producto de
una violación sexual o en todo caso, consecuencia de una inseminación artificial sin el consentimiento
de la gestante. El agente debe conocer estas circunstancias, caso contrario su conducta se subsume
a otro tipo penal. Así, en su forma peculiar, Javier Villa Stein (1997, p. 179) enseña que el dolo debe
estar acompañado de la motivación del agente de actuar para mitigar los estragos de un parto
Se configura el delito denominado aborto eugenésico cuando el sujeto activo somete a práctica
abortiva a una gestante al tener diagnóstico médico que el producto del embarazo nacerá con graves
taras físicas o psíquicas.
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Doctrinariamente, es evidente que la impunidad de la figura del aborto eugenésico tiene por objeto
evitar el nacimiento de seres humanos que sufrirán toda su vida por las graves taras de las que
pueden ser portadores. Su objetivo es como advierte Roy Freyre (1989, p. 286) el prevenir la
procreación de hijos defectuosos o enfermos en su aspecto físico o mental. Sin embargo, aquellos
objetivos fácilmente comprensibles en una sociedad severamente injusta e hipócrita, al parecer han
sido soslayados por el legislador al disponer que aquel es punible. Para la configuración del hecho
punible del aborto eugenésico, el agente debe actuar después de conocer el diagnóstico médico que
indica la sólida probabilidad del nacimiento de un ser defectuoso. El diagnóstico médico se constituye
En el pasado se criticó este tipo de aborto privilegiado, señalando que muchas veces podía frustrarse
nacimientos de seres normales por erróneo diagnóstico médico, sin embargo, actualmente con el
desarrollo de la ciencia médica especializada, la arbitrariedad en los diagnósticos es cada vez más
remota. De ese modo, se justifica que el profesional de la ciencia médica pueda ser privilegiado por
practicar un aborto después de diagnosticar graves males en el producto de la gestación. Se entiende
también que las graves taras detectadas en el producto de la concepción deben ser permanentes; es
decir, el diagnóstico debe señalar claramente que la tara detectada es de imposible curación. Caso
contrario, de detectarse que la tara del feto es curable con especial tratamiento médico, la práctica
Indudablemente la vida del producto de la gestación, aun cuando sea probable que tiene graves taras
física o mentales.
Sujeto Activo
Puede ser cualquier persona, desde la gestante que presta se consentimiento hasta aquellas
personas inescrupulosas que lucran con la práctica del aborto. No obstante, aún cuando la norma
penal no resulta clara, pensamos que al hablarse de diagnóstico médico, el legislador a querido
señalar que las únicas personas con posibilidad de practicar el aborto eugenésico, son los
Sujeto Pasivo
El producto de la gestación
TIPICIDAD SUBJETIVA
El sujeto activo debe tener conocimiento y voluntad de poner fin a la vida del feto, siendo consciente
de la existencia de un diagnóstico especializado regularmente emitido, el mismo que indica la
probabilidad que aquel sufre graves taras incurables. Si el agente actúa dolosamente sin conocer la
existencia del diagnóstico médico que exige el tipo penal o sin efectuarlo, o en su caso, en el
diagnóstico se indica que la tara del feto es curable después de producido el nacimiento, su conducta
Consumación.- Igual que en todas las figuras delictivas de aborto, el injusto penal se perfecciona en
Participación
Penalidad
Inciso 1).- El agente será pasible de pena privativa de libertad que oscile entre dos días a tres meses;
situación que conociendo nuestra administración de justicia, parece imposible que a alguna persona
se le pueda condenar por este delito, debido que antes que se agote la investigación judicial cuando
Inciso 2).- El agente de esta figura delictiva, de encontrársele responsable, será merecedor de pena
LESIONES.-
Consiste en el daño injusto causado en la integridad física o en la salud de una persona. No debe
estar motivado por el propósito de matar, pues si alguien, queriendo causar a otro la muerte, sólo
logra lesionarle, el delito cometido no será de lesiones, sino de tentativa de homicidio. Si sucede al
contrario, es decir, si el que queriendo lesionar a otro, lo mata por desconocer los efectos de su
acción o no prevenir complicaciones posteriores (por ejemplo, no sabía que un corte de cuchillo en
un brazo podía ser mucho más difícil de cerrar en esa víctima concreta, por tratarse de un
En este delito se consideran tanto las lesiones infligidas en la salud física como las de carácter
psíquico o sensorial alcanzando incluso a la capacidad laboral. Así, se conceptuará como delito de
lesiones la mutilación o inutilización de un miembro, la privación del sentido de la vista, del oído u
Como es natural, la pena es tanto mayor cuanto más grave sea la lesión, y para evaluarla se tienen
en cuenta tanto las secuelas como, en su caso, el tiempo que la víctima tarde en curar de las
mismas.
Suelen tener una consideración aparte los delitos y faltas cometidos por el patrón o empresario
cuando, por una infracción de la normativa laboral de seguridad, higiene, salubridad y otras relativas
a las condiciones laborales, se originen daños en la salud o en la integridad de los trabajadores.
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Además de la pena correspondiente al delito de que se trate, el autor de las lesiones se verá
En la actualidad existe una tendencia, más o menos acusada según los países, a establecer una
serie de categorías de lesiones según un baremo concreto, con arreglo al cual se pretende que
lesiones de similar entidad no sean indemnizadas con cuantías muy diferentes según la apreciación
Frente a un hecho ilícito doloso, que ocasiona lesiones en el cuerpo o en la salud de una persona,
nos preguntamos cuando estamos en el caso de lesiones dolosas leves y cuando en el caso de
lesiones dolosas graves; para ello, es de importancia determinar los elementos constitutivos de los
mismos. Elementos Constitutivos del Delito de Lesiones Dolosas Leves y Lesiones Dolosas Graves
A.-La realización de un acto dañoso al cuerpo o a la salud: Las lesiones pueden ser producidas
que puede producir perturbaciones mentales). Para nuestra ley es indiferente el medio
denota que el legislador no puso límite a los medios, por tanto es indiferente cualquier medio
B.- Cuando el resultado dañoso, no se encuentre subsumible como lesión grave y el daño en el
cuerpo o en la salud requieran más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso,
según prescripción facultativa, estaremos ante una lesión dolosa leve y cuando el resultado
dañoso, se encuentre subsumible como lesión grave y el daño en el cuerpo o en la salud
taxativamente los criterios antes señalados, impidiendo así que arbitrariamente se determine.
C.- Relación de causalidad entre el acto lesivo y el resultado dañoso: Así se tiene que a
ninguna persona se le puede reprimir por un hecho previsto por la ley como infracción, si el
resultado dañoso o peligroso del que depende la existencia de este ilícito, no es consecuencia
de la acción u omisión de esa persona, en otras palabras, el resultado del cual depende la
existencia del delito, solamente es imputable a quien lo causó, considerándose causa la acción
D.- Dolo: Es necesario que se precise la culpabilidad del agente, esto es, que el resultado “daño”
constituya una consecuencia consciente y voluntariamente obtenida. Así el agente debe actuar
con animus vulnerandi, llamado también animus laedendi; es decir, se requiere conciencia y
voluntad de dañar la integridad física o la salud (física o mental). Por lo que el dolo del autor
debe comprender necesariamente, tanto el nexo causal como el resultado dañoso producido,
Lesión en consecuencia es el daño que se causa en el cuerpo o en la salud mental de una persona
Desde el punto de vista jurídico y de acuerdo a la descripción legal, resultan ser dos los bienes
jurídicos que se tutelan: el cuerpo y la salud.
b).-Lesiones leves.
d).-Lesiones culposas.
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El delito se encuentra consumado con el daño ocasionado a la víctima, y el cual según prescripción
facultativa requiera más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso, para el delito
de lesiones leves; y para el delito de lesiones graves, mayor de treinta días de asistencia o
descanso.
1.- Que el sujeto activo tuvo la intención de causar una lesión menos grave.
víctima.
3.- Que el sujeto activo no pudo prever el resultado, era pues imprevisible.
Para la calificación de las lesiones será necesario, en todo caso, el dictamen médico.
EL CONSENTIMIENTO:
pasivo. A este respecto se cuestiona la naturaleza la naturaleza jurídica del consentimiento dado
por la persona que sufre de lesiones, es decir si se configura una causa de atipicidad, de
justificación, de atenuación de la sanción penal o carece de relevancia penal para el sujeto activo
del delito.
El primer párrafo del Artículo 124º del Código penal en el cual se indica expresamente para las
lesiones culposas con resultado leve que la acción es privada: en cambio en el segundo párrafo se
dice que, si las lesiones culposas generan un resultado grave, la acción es pública. A este respecto,
habría que recordar que en los delitos de acción privada , quien puede denunciar es solo el
afectado, de ahí que las lesiones culposas generan un resultado leve opere el consentimiento del
agraviado; por lo tanto , si este consiente en las lesiones no podrá seguir ningún proceso penal por
ellas.
En cambio, en las lesiones dolosas y en las culposas con resultado grave carece de relevancia
el consentimiento del agraviado, puesto que la acción es pública y cualquiera puede denunciar el
hecho delictivo.
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En resumen, el consentimiento del agravado en el Código Penal, solo tiene relevancia en las
lesiones culposas con resultados leves, mientras tanto, en las lesiones dolosas como en las
LESIONES GRAVES
DESCRIPCION TIPICA.
"Artículo 121º.
El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud, será reprimido con pena privativa de
2. Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio para su función,
causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía psíquica permanente o la
3. Las que infieren cualquier otro daño a la integridad corporal, o a la salud física o mental de una
persona que requiera treinta o más días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa.
En estos supuestos, cuando la víctima es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas
Armadas, magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, miembro del Tribunal
Constitucional o autoridad elegida por mandato popular, en ejercicio de sus funciones o como
consecuencia de ellas, se aplica pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este resultado la
pena será no menor de ocho ni mayor de doce años. En este caso si la víctima es miembro de la
Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas, magistrado del Poder Judicial o del Ministerio
Público, miembro del Tribunal Constitucional o autoridad elegida por mandato popular, en ejercicio
de sus funciones o como consecuencia de ellas, se aplica pena privativa de libertad no menor de
1. Cuando la lesión pone en peligro inminente la vida de la víctima. No que muera es el hecho
de poner en peligro la vida. Si un sujeto apuñala a otro y lesiona un órgano principal de la
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persona y luego se le opera y se salva, el solo hecho de haber puesto en riesgo la vida de la
2. Varias modalidades
miembros principales generales, una pierna, etc. Pero en algunos casos, como el de mutilar
principal.
señala que depende de donde se causa la desfiguración, debe ser un lugar visible, si es en
la cara es obvio.
Todos estos supuestos pueden concurrir, pero basta que se realice uno para que se configure
una lesión.
3. Las lesiones que requieran 30 o más días de asistencia médica o descanso, según
prescripción facultativa.
La posición mayoritaria plantea la existencia de un doble bien jurídico tutelado: la integridad corporal
o sustancia corporal y la salud comola ausencia de enfermedad sea psíquica o física. La otra
posiciónes que ambos bienes jurídicos (sustancia corporal y psíquico –físico), pueden coexistir en
la Salud.
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DESCRIPCIÓN TÍPICA
“Artículo 121º-A.
En los casos previstos en la primera parte del artículo 121, cuando la víctima sea menor de
edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre discapacidad física o mental y el agente se aprovecha
de dicha condición se aplica pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años.
Agravante
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese resultado, la
DESCRIPCIÓN TÍPICA
Artículo 121-B.
En los casos previstos en la primera parte del artículo 121 se aplica pena privativa de libertad no
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese resultado, la
pena será no menor de doce ni mayor de quince años.
Esta modalidad de lesión grave se sustenta sobre la basede la relación familiar o de dependencia
1. El que causa a otro lesiones en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez y menos de
treinta días de asistencia o descanso, o nivel moderado de daño psíquico, según prescripción
facultativa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco
años.
2. La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años si la víctima muere
como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 1 y el agente pudo prever ese resultado.
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3. La pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si la víctima:
a. Es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas, magistrado del Poder
Judicial o del Ministerio Público, miembro del Tribunal Constitucional o autoridad elegida
b. Es menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre discapacidad física o mental y
4. La pena será privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de catorce años si la víctima
muere como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 3 y el agente pudo prever ese
resultado.
5. El juez impone la inhabilitación correspondiente a los supuestos previstos en el párrafo 3.
En el caso de este tipo de lesiones, el sujeto activo y pasivo puede ser cualquier persona para el
tipo base. La sanción para este tipo de lesiones se agrava por las particulares condiciones de la
víctima. El comportamiento consiste encausar daño a otro, puede ser por acción u omisión. No se
establece ningún tipo de límite con respecto a los medios que se empleen, puede ser material o
intelectual.
será disminuida prudencialmente hasta la que corresponda a la lesión que quiso inferir.
CONCEPTO:
El Art.123º describe típicamente el delito de lesiones con resultado fortuito en los siguientes
términos:
“Cuando el agente produzca un resultado grave que no quiso causar, ni pudoprever, la pena será
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En las lesiones con resultado fortuito el sujeto activo quiere causar una lesión a otra persona,
La lesión que se quiere causar es una lesión menos grave, pero en la práctica, a consecuencia de
esta lesión menos grave, se produce un resultado grave que puede consistir bien en una lesión
Esta disposición confirma la idea fundamental del Código: NO PUEDE HABER PENA SIN
CULPABILIDAD.
Caso fortuito es considerado como un hecho que no pudo ser previsto, y nopudo o era imposible
evitar. Se excluye al agente de responsabilidad por los hechos que acontecen fortuitamente.
La imputación objetiva del resultado no puede ser connotada típicamente, porque aun cuando la
desplegada por el agente puede ser considerada como una condición para el resultado, éste escapa
a la capacidad de control del autor, dado su carácter imprevisible; Ejemplo:así no es punible por el
resultado, aquel que hiere a otro dejándolo en campo abierto donde después le cae un rayo
deceso.
Como se señaló líneas arriba, el bien jurídico protegido en este tipo de lesiones, como en todas las
TIPO OBJETIVO:
A).Sujeto Activo:
Puede ser cualquier persona distinta del sujeto pasivo. El derecho penal nosanciona las
autolesiones, por los mismos fundamentos político-criminales que no incrimina el suicidio tentado.
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B).Sujeto Pasivo:
Debe tratarse de una persona viva. Queda excluida de la tutela el feto, ya que de afectarse éste
siempre se aplicará el artículo 123 puesto que se entiende que el agente desconocía del embarazo,
y en caso de acreditarse lo contrario se aplicará el artículo 118 del Código Penal, que prevé el delito
de aborto preterintencional.
El Consentimiento del sujeto pasivo posee eficacia eximente de responsabilidad penal (artículo 20,
Como se señaló, se comprende por “resultado grave” tanto a la lesión grave como a la muerte
Al igual que en las otras figuras, es irrelevante el lapso entre el acto y el resultado fortuitamente
producido.
Es pertinente resaltar que, para este delito, es decir el agravamiento o surgimiento de nuevas
lesiones por causas que exceden la acción del ofensor, no determinan su mayor responsabilidad,
por ejemplo, el herido que sufre nuevas lesiones por el choque del vehículo en que era conducido
al centro médico.
TIPO SUBJETIVO:
Como se señaló, esta figura constituye la configuración de una idea fundamental: no hay pena sin
culpabilidad.
Entonces la acción tiene que ser inicialmente de carácter dolosa. La forma culposa está aquí
excluida porque nuestra ley habla “de la acción que quiso inferir”; es decir, el agente conoció,
planificó y dirigió la causalidad hacia ese resultado, por ende no puede imputársele un resultado
mayor que por ser imprevisible, no podía formar parte de su pre ordenación causal.
Algunos tratadistas hablan de la concausa (aspecto fundamental para la producción del resultado
grave no querido ni previsto), preexistentes o superviniente, ignorada o no calculada por el agente;
y clasificando las preexistentes en normales, aquellas que son debidas a una particularidad, a un
estado pasajero de ciertos órganos, en virtud de una función ordinaria del cuerpo humano; por
ejemplo, un sujeto acaba de comer y estando el estómago lleno, en tal condición, recibe un golpe
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en el abdomen, pudiéndose presentar la muerte subsecuente por el debilitamiento del estómago
También las concausas preexistentes son atípicas; es decir, aquellas circunstancias que se deben
a una anormalidad anatómica del organismo (la que no influye en el estado de salud); por ejemplo,
los casos de dextrocardia; un sujeto recibe una puñalada en el costado derecho del plexo y cae
Finalmente pueden ser patológicas, las que son todas aquellas que tienen su origen en una
producir la muerte; el mismo golpe aplicado a una persona normal puede no producir ni siquiera
una lesión.
También la concausa, señalamos, puede ser por circunstancia superviniente; por ejemplo, un
sujeto es víctima de una herida y por su propia cuenta se prescribe y aplica sustancias que le
aparejan una infección mortal.
Para que se admita la concausa es necesario que ésta sea independiente del hecho mismo. Si la
lesión, entonces jurídicamente forma parte del agravio. En suma, para la dogmática peruana la falta
de independencia entre la lesión y la concausa haría previsible el resultado más grave y, por ende,
Por último señalamos que el resultado fortuito es el producto de una causa mediata conocida a
la que se le une otra causa inmediata ignorada (relación de causalidad).En síntesis, en el Código
predomina el aspecto subjetivo (intención criminal)sobre el objetivo (resultado grave). Así, la Corte
Suprema, en Ejecutoria del 12 de mayo de 1938, declaró: “Si el delincuente causa un daño grave
que no quiso realizar ni pudo prever, dado el estado de embriaguez en que se encontraba, la pena
Ejecutoria del 12 de mayo de 1942 sostuvo que “el resultado grave ocasionado, que no se quiso
CONSUMACION:
Como se sostuvo este delito se consuma con la realización de las lesiones propuestas,
CONCLUSIONES
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Esta disposición traza una clarísima línea divisoria entre el acontecimiento fortuito y el delito
preterintencional; pues mientras que en este el sujeto hizo mal en no prever lo previsible; en el
imprevisible.
El estado psicológico del agente es determinante para la aplicación del artículo materia de estudio,
ya que debe estar en incapacidad de conocer o prever el resultado grave producido; es decir
En cuanto a la política criminal; se está imponiendo lo más justo al agente, ya que éste no tiene el
“animus” de producir una lesión grave o la muerte en todo caso; sino muchas veces “amedrentar”
condena
por el resultado grave (suficiente tiene con la pena por la lesión que quiso cometer); ya que debe
Lesiones Culposas
"Artículo 124.- El que por culpa causa a otro un daño en el cuerpo o en la salud, será reprimido,
por acción privada, con pena privativa de libertad no mayor de un año y con sesenta a ciento veinte
días-multa.
"La pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento
veinte días-multa, si la lesión es grave, de conformidad a los presupuestos establecidos en el
"La pena privativa de libertad será no menor de uno ni mayor de tres años si el delito resulta de
cuatro años cuando sean varias las víctimas del mismo hecho."
"La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de seis años e
inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 -incisos 4), 6) y 7)-, si la lesión se comete
utilizando vehículo motorizado o arma de fuego, estando el agente bajo el efecto de drogas tóxicas,
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litro en el caso de transporte público de pasajeros, mercancías o carga en general, o cuando el
La Culpa.- es el término jurídico que, según Francesco Carrara, al igual que la negligencia, supone
propio hecho".
A esta teoría se le han formulado diversas críticas, lo que no implica que no se reconozca que el
concepto de previsibilidad desempeña un papel de importancia en la culpa, sino tan solo que ese
elemento no puede considerarse como suficiente para servirle de fundamento, dado que en otras
razones, aun siendo previsible el resultado, puede no darse la culpa, si el sujeto ha actuado con la
por una omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Se manifiesta por la
imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. Sin embargo,
en la apreciación de la culpa a los fines del resarcimiento del daño, en un caso, y de la represión
del delito, en el otro, existen pautas diversas: en el primer caso la culpa se aprecia como un criterio
muy afinado para no dejar a la víctima sin reparación; en el segundo, existe mayor rigor para valorar
que: la más leve culpa impone responsabilidad civil al autor de un daño y, por consiguiente, una
absolución penal por falta de culpa no hace cosa juzgada en lo civil. Corolario del mismo principio
es que puede fundarse la responsabilidad civil en una simple culpa en la vigilancia y que aun ésta
sentido estricto. La culpa en sentido estricto es definida como la falta de intención en el sujeto
activo de provocar las consecuencias que el acto que emprende suscita; por lo que se dice que no
activo.
FORMAS DE LA CULPA
Negligencia.- Descuido en el actuar. Omisión Consciente, descuido por impericia o dejar de cumplir
vulgar aconseja, la cual conduce a ejecutar actos que se realizan sin la diligencia debida y que son
Impericia.- Falta de pericia, sabiduría, práctica, experiencia y habilidad en una ciencia o arte.
Inobservancia.- Consiste que al desempeñar ciertas actividades o cargos, el sujeto omita cumplir
Es muy importante la clasificación de la culpa por su gravedad, dado que en muchas ocasiones los
entre:
• Culpa leve.
• Culpa levísima.
En muchos casos la jurisprudencia hace equivaler la culpa grave al dolo. Realmente, no se está
haciendo equivaler ambos conceptos pero, en la práctica, y dado que probar la intención es
sumamente difícil, se entiende que una culpa grave o muy grave se asemeja demasiado a una
actuación intencionada, dado que es difícil comprender que se haya hecho de forma involuntaria.
"Artículo 124-A.- El que causa daño en el cuerpo o en la salud del concebido, será reprimido
con pena privativa de la libertad no menor de un año ni mayor de tres"
EL CONCEBIDO.
El concebido tiene derecho a la vida y al respeto a su dignidad. Este derecho podrá ser reconocido
por el legislador. No puede ser concedido por éste, ya que le pertenece por ley natural, que es
previa a cualquier legislación civil.
Al unirse los gametos (espermatozoide y óvulo maduro) se inicia una nueva vida, es la
CONCEPCIÓN, por lo tanto el derecho penal protege el daño causado en el cuerpo o en la salud
de lesionar al concebido.
• TIPO PENAL.
Art. 125
El que expone a peligro de muerte o de grave e inminente daño a la salud o abandona en iguales
circunstancias a un menor de edad o a una persona incapaz de valerse por sí misma que estén
legalmente bajo su protección o que se hallen de hecho bajo su cuidado, será reprimido con pena
• TIPICIDAD OBJETIVA
Por exponer entendemos: retirar al menor al menor o incapaz del ámbito o esfera donde
normalmente se encuentra protegido para luego pasarlo a otro carente de las seguridades debidas
Es importante tener en cuenta la temporalidad: debe ser permanente o meramente modular. El
peligro de muerte o daño no es un simple temor por eso se dice que es inminente.
D. Abandonar a un menor de edad o incapaz de valerse por sí mismo a grave e inminente daño a
su salud
conductas desarrolladas por todas aquellas personas que tienen el deber legal ineludible de proteger
La victima solo puede ser un menor de edad o un incapaz de valerse por sí mismo.
• TIPICIDAD SUBJETIVO
La redacción del tipo penal, nos indica que estamos ante conductas netamente dolosas. El agente
No hay tentativa
• AGRAVANTES
Deben concurrir dos circunstancias elementales: primero, el resultado grave deberá ser
consecuencia del peligro creado a la víctima y segundo que el resultado grave producido se haya
debido a la actuación culposa del agente.
• Concordancias
• TIPO PENAL
Art. 126
El que omite prestar socorro a una persona que ha herido o incapacitado, poniendo en peligro su
vida o su salud, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años.
• TIPICIDAD OBJETIVA
Se configura cuando el agente con una conducta omisivo no presta auxilio o socorro al sujeto pasivo
que ha herido o incapacitado, poniendo con tal conducta omisivo en peligro su vida o su salud.
Siempre debe existir un hecho precedente que es el herir o incapacitar a la víctima (mismo sujeto
Incapacidad: imposibilidad física o mental para valerse por si mismo, y atender a la subsistencia.
"Se exige necesariamente la concurrencia de un inminente peligro para la vida o salud de la víctima.
Por ejemplo, no aparece delito cuando Juan Tipacti después de atropellar a Francisca Ochante se
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fuga del lugar al observar que se acerca una tercera persona a socorrerla, quien rápidamente le
Es un delito especial, ya que solo lo puede cometer la persona que previamente de manera culposa
• TIPICIDAD SUBJETIVO
En la conducta debe concurrir necesariamente el dolor, es decir, el agente debe conocer la lesión o
incapacidad que ha causado a su víctima y tener la voluntad para no prestarle el socorro que dentro
de las circunstancias normales se le exige. El agente debe querer, con su omisión, causas un peligro
para la vida o salud de su víctima. Su animus es simplemente poner en peligro la vida o la salud.
• CONSUMACION
Se consuma cuando realmente se verifica el peligro inminente a la vida o salud del sujeto pasivo.
• Elementos
• a) Una conducta consiste en no prestar auxilio o solicitar asistencia a una persona.- el auxilio
puede ser otorgado de forma personal o acudir a otra persona o profesional que para el caso
fortuitamente.- aun el caso de que esta alteración de la salud se haya producido en forma
auxilio o solicitud de asistencia, debe llevarse a cabo existiendo esa posibilidad, es decir sin que
• TIPO PENAL
Art. 127
El que encuentra a un herido o a cualquier otra persona en estado de grave e inminente peligro y
omite prestarle auxilio inmediato pudiendo hacerlo sin riesgo propio o de tercero o se abstiene de
dar aviso a la autoridad, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de un año o con
treinta a ciento veinte días-multa.
• TIPICIDAD OBJETIVA
El tipo penal se configura cuando el agente omite prestar auxilio inmediato a un herido o cualquier
otra persona en estado de grave e inminente peligro o cuando el sujeto se abstiene de dar aviso a
la autoridad competente respecto del herido o la existencia de una persona en estado grave e
inminente peligro.
peligro producto del actuar de un tercero, causas fortuitas, producto de la misma víctima o cualquier
otro origen que para el tipo es irrelevante mientras esta no sea producida por el sujeto activo.
Por dar aviso se entiende poner en conocimiento al funcionario público que por su condición está
• SUJETO ACTIVO
• TIPICIDAD SUBJETIVO
La forma de redacción del tipo penal evidencia que se trata de un delito doloso
• CONSUMACION
Se perfecciona en el mismo momento que el sujeto activo decide omitir prestar el auxilio inmediato
teniendo la posibilidad de hacerlo sin ningún riesgo para su persona. O cuando el agente se abstiene
Art. 128
El que expone a peligro la vida o la salud de una persona colocada bajo su autoridad,
dependencia, tutela, curatela o vigilancia, sea privándola de alimentos o cuidados indispensables,
sea abusado de los medios de corrección o disciplina, o cualquier acto análogo (semejante), será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años. En los casos en
que el agente tenga vínculo de parentesco consanguíneo o la víctima fuere de menor de catorce
años de edad, la pena será privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
Si se produce lesión grave o muerte de la víctima, la pena será no menor de cuatro ni mayor de
ocho años.
El bien jurídico que se pretende proteger lo constituye la vida y la salud de las personas, mas no la
seguridad de estas. El peligro concreto que se crea con el actuar del sujeto activo siempre es
El hecho punible se configura cuando el sujeto activo expone a peligro para la vida o salud al sujeto
El ilícito penal aparece solo en los casos en que la víctima sea dependiente del agente, ya sea
porque está colocado bajo su autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia. Si se verifica que
la supuesta víctima no tiene relación de dependencia respecto del sujeto activo, el delito no se
configura.
Como es de verse, de modo alguno puede alegarse que la conducta de poner en peligro la salud de
una persona privándole de alimento sea igual a la conducta de privarle de los cuidados
priva de aquel, poniéndole de ese modo en peligro su vida o salud. Aquí es necesario resaltar
que el sujeto pasivo debe estar imposibilitado de acceder por sí mismo a los alimentas, ya sea
porque está privado de su libertad (cárcel), porque es un menor de edad, un impedido físico.
cuando el agente, teniendo el deber de brindar los cuidados indispensables para que el sujeto
Es indudable que el hecho punible solo se presenta cuando la persona dependiente no puede
valerse por sí misma, ya sea por su edad o por impedimento físico o psicológico.
Ej. salir de excursión un fin de semana con toda su familia, deja encerrado en su casa, sin ninguna
obliga a realizar labores excesivas, desmesuradas o sobrehumanas para las normales fuerzas
del sujeto pasivo, quien tiene una relación de dependencia respecto de aquel. El agente
dolosamente y con la única finalidad de obtener algún provecho patrimonial del trabajo de su
dependiente, le obliga realizar trabajos que exceden las fuerzas normales de la víctima.
Ej. Un padre obliga a trabajar a su hijo de diecisiete años en labores de construcción civil, estando
sufriendo de tuberculosis, etc.
el agente abusa de los medios de corrección que tiene sobre el sujeto pasivo, quien es su
dependiente. El sujeto activo tiene derecho y el deber de corregir de modo normal al sujeto pasivo,
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sin embargo, exagera y abusa en el empleo de los medios utilizados para corregirle. Para
configurarse el ilícito penal es irrelevante determinar los móviles que motivaron al agente.
f. Abuso de los medios de disciplina. El hecho punible se presenta cuando el agente abusando
de los medios de disciplina, crea un peligro para la vida o salud del sujeto pasivo quien es su
dependiente.
Ej. cuando el director de un colegio, hace arrodillar sobre un falso piso, sin moverse y por más de
• Sujeto activo
De la redacción del tipo legal se concluye que el ilícito penal se constituye en un delito especial,
propio o exclusivo. En efecto, solo pueden ser agentes, autores o sujetos activos aquellas personas
que tienen las condiciones debidamente especificadas en el tipo penal, es decir, aquellas personas
que tiene la condición de autoridad, ascendencia, tutor, curador o vigilante respecto del sujeto
pasivo. En consecuencia, el delito puede ser cometido solo por los padres, tutores, curadores,
directores de colegio, profesores, jefes de oficina, gerentes, médicos, enfermeras, policías, alcaides,
etc.
• Sujeto pasivo
Sujeto pasivo puede ser cualquier persona desde su nacimiento hasta que fallece. No se requiere
tener otra condición especial sino la de ser persona dependiente del sujeto activo. Es decir, debe
estar bajo la autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia del agente quien debe tener el
deber de cuidar y vigilarlo. En consecuencia, pueden ser víctimas los hijos mayores o menores de
De acuerdo con el artículo 3 de la Ley Nº 26926 o ley de los delitos contra la humanidad, publicada
La agravante se configura cuando la víctima a consecuencia de las conductas antes descritas muere
o resulta con lesiones graves por culpa del agente, esto es, la lesión grave o muerte del sujeto pasivo
El tipo penal es claro. Aparece el delito agravado, cuando el agente pudiendo prever el resultado
muerte o lesión grave, no lo hizo y actuó sin importarle los lamentables resultados.
Ej. Un curador no le presta los alimentos a un impedido físico por tres días consecutivos y este
muere por inanición. De ningún modo debe aparecer el animus necandi en el comportamiento del
agente, caso contrario, estaremos ante la figura del delito de homicidio.
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Por otro lado, si llega a verificarse que el resultado grave se produjo por circunstancias fortuitas o
• TIPICIDAD SUBJETIVA
El elemento subjetivo del tipo penal hace referencia que el sujeto activo debe actuar con dolo, es
decir, con conocimiento y voluntad de producir el resultado, cual es exponer a un peligro concreto
la vida o salud del sujeto pasivo, quien debe tener una relación de dependencia respecto de aquel.
El agente debe conocer la especial circunstancia que la víctima está colocada bajo su autoridad,
dependencia, tutela, curatela o vigilancia. En efecto, si llega a determinarse que el agente no conocía
Finalmente, para configurarse la forma agravada del ilícito penal previsto en el artículo 129, debe
concurrir el dolo y después la culpa en el actuar del sujeto activo, esto es, el agente desarrolla una
conducta inicial dolosa para crear un peligro concreto sobre la vida o salud de la víctima, sin
embargo, después, por falta de previsión o por falta del deber de cuidado exigido por parte del
agente, se produce un resultado más grave al realmente querido.
• CONSUMACIÓN
El ilícito penal se perfecciona en el mismo momento que aparece el peligro concreto para la vida o
salud de la víctima. En efecto, el delito no se consuma, como piensan algunos tratadistas, con la
sino se requiere necesariamente que como consecuencia de aquellos actos se cree un peligro
concreto para la vida o salud del sujeto pasivo. Si no se verifica el peligro concreto, el delito no
aparece.
Al ser un delito de peligro, no se admite la tentativa. Es imposible su verificación.
En cuanto se refiere a la forma agravada del ilícito en sede, se consuma cuando después de
producirse los actos antes descritos para crear un peligro concreto, se ocasiona culposamente en
forma efectiva la muerte o lesión grave de la víctima.
• PENALIDAD
Pena privativa de libertad que oscila entre uno y cuatro años. De configurarse el segundo párrafo del
artículo 128, la pena oscila entre dos y cuatro años. En tanto que de configurarse la agravante
prevista en el último párrafo del artículo 128, la pena para el autor será no menor de dos ni mayor
de cinco años.
En cambio, si se produce la forma agravada prevista en el artículo 129, al agente se le impondrá
culposo se produjo la muerte de la víctima, se le impondrá pena privativa de libertad que oscila entre
cuatro Y ocho años; y finalmente, de haberse ocasionado solo lesiones graves al sujeto pasivo, la
• TIPO PENAL
Art. 129
En los casos de los artículos 125º y 128º, si resulta lesión grave o muerte y éstas pudieron ser
previstas, la pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años en caso de lesión
DELITO DE GENOCIDIO
1. Introducción
A finales del mes de agosto del año 2020 un hecho que llamó la atención de la prensa nacional fue
del presente artículo no es analizar la procedencia o no, de la denuncia presentada por la abogada
Liliana Yolanda Humala de la Oliva; sino que, a raíz de la denuncia formulada se esbozará un estudio
histórico; en ese sentido recordemos que en Código Penal de 1924 en principio no tipificó
expresamente crímenes de connotación internacional y que a través de sus modificatorias
hasta antes de 1991 tampoco incorporó estos delitos, lo que representaba un incumplimiento
responsabilidad internacional.
Fue en los años ochenta donde, a raíz de la reforma penal, se pudieron ver los primeros
del año 1984[2] sin embargo, en estos proyectos no se llegó a especificar los ilícitos contra
los derechos humanos y no fue hasta el proyecto de reforma de 1985 en donde por primera
vez se encontró el genocidio tipificado en el artículo 117°. Si bien su incorporación fue un
gran avance, la ubicación dentro del código, generó críticas puesto que se entendía que el
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bien jurídicamente tutelado partía de la concepción clásica de vida y salud, lo que implicaba
que el genocidio era agravante de los delitos de homicidio dejando de lado el concepto de
siguientes hasta llegar al Código Penal de 1991 que mantuvo las carencias legislativas antes
señaladas puesto que seguía manteniendo al genocidio como parte del capítulo dedicado a
los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, trayendo consigo a que el genocidio pierda su
Más adelante llegaría la promulgación de la Ley N°26926[5] que incorporaría el Titulo XIV-A
“Delitos contra la Humanidad”. Eso significaba que finalmente el código tendría un título
propio que enmarcaría los más graves crímenes contra los Derechos Humanos[6].
Finalmente, el legislador apostó por una regulación autónoma y conjunta de los delitos
contra los Derechos Humanos, generando que el delito de genocidio regulado en el artículo
129 del Código Penal fuera trasladado al Artículo 319 con el único defecto de que la redacción
de este nuevo tipo penal era igual al del derogado artículo 129, razón por la cual la crítica
3. Concepto de genocidio
Actualmente el termino genocidio es entendido por la Real Academia de la Lengua Española como
el “exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, etnia, religión, política
remonta al año 1944 y fue realizada en principio por Rafael Lemkin[8], quien definía el genocidio
como “un crimen especial consistente en destruir internacionalmente grupos humanos raciales,
religiosos o nacionales, y como el homicidio singular puede ser cometido en tiempo de paz como en
tiempo de guerra[9]”; además, señala que el genocidio está compuesto por varios actos
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De lo expuesto tenemos que, en el ámbito internacional el genocidio es entendido como aquellos
actos que buscan destruir o eliminar parcial o totalmente a un grupo de seres humanos por
razones de nacionalidad, étnico, religioso utilizando para ello cualquier método; tales como
atentados graves a la integridad física, medidas que eviten el nacimiento de un grupo, entre otros.
Ahora bien, en lo que respecta al ordenamiento jurídico peruano, el concepto legal recogido en
nuestro código se asemeja mucho al concepto establecido en el artículo 6 del Estatuto de Roma
Un punto importante que se debe tener en consideración a la hora de estudiar cualquier delito es
lograr encajarlo dentro de las diferentes clasificaciones existentes; así entonces, tenemos que el
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte años el que, con
Por su gravedad: Para esta clasificación se debe partir de la premisa que nuestro Código Penal
solo ha reconocido la existencia de dos ilícitos penales, siendo estos los delitos y las faltas; sin
embargo, por la ubicación en el Código Penal del delito de genocidio y su connotación internacional
se consideraría nefasto considerarlo solo como un delito. En ese sentido, pese a que nuestro
Roma.
Por la acción: El tipo penal en cuestión nos habla de intencionalidad que debe tener el sujeto activo
por lo se puede colegir que el delito estaría enmarcado dentro de los delitos de comisión; esta
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postura toma mayor fuerza si analizamos las cinco modalidades que el tipo penal propone ya que
cada una de ellas estipula como presupuesto una acción dejando de lado la posibilidad de que se
Por Su Ejecución: La complejidad del delito de genocidio que presupone una serie de actos
Por las Consecuencias de la acción: La tipificación del delito de negocio exige, como presupuesto,
la afectación material del bien Jurídico protegido; es decir, para que se constituya el delito de
genocidio se tiene que vulnerar los bienes jurídicos colocándonos frente a un delito de resultado.
Por la Calidad del Sujeto Activo: Respecto a esta clasificación y desde un punto de vista
netamente literal, se tiene que el tipo penal contiene la premisa “el que” por lo que deberíamos
entender que es un Delito Impropio, debido a que no exige una cualificación especial por parte del
sujeto; si bien los delitos de corte internacional tienden a tener muchos matices políticos, por parte
de sus ejecutantes, el tipo penal deja la posibilidad a que cualquiera pueda ser el autor del delito.
Por la forma Procesal: Por el bien jurídico protegido se tiene que el delito de genocidio es de acción
pública[13]. Esto debido a que el bien jurídico tiene un carácter social y no podría ser reclamado de
manera privada.
Por el elemento subjetivo: En nuestra legislación solo existe la imputación culposa si es que esta
se encuentra expresamente establecida por ley, ello debido al principio de legalidad imperante en
nuestro ordenamiento, por lo que de la lectura del tipo analizado tenemos que no admite la
posibilidad de que el delito sea cometido por culpa exigiendo que la conducta sea necesariamente
Por el número de personas: En principio el tipo penal no establece la necesidad de que el delito
sea cometido por varios agentes por lo que podría entenderse que el delito es individual; esto no
implica que varios sujetos no puedan ser procesados por el delito de genocidio (lo que resultaría
Por el Bien Jurídico Vulnerado: El tipo penal por su ubicación dentro del Código Penal y por la
connotación internacional que contiene en si mismo calza dentro de calificación de delito complejo.
Ello se debe a que los derechos vulnerados son derivados de la dignidad humana y por tanto
resultan ser cuantiosos.
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Por su naturaleza Intrínseca: La naturaleza del delito de genocidio, como se ha podido revisar en
la reseña historia, tiene una relación directa con los derechos humanos y por lo tanto este delito es
Por el daño causado: El tipo penal en este delito exige necesariamente que se materialice la
vulneración al bien jurídico por lo que nos encontramos frente a un delito de lesión.
10. Conclusiones
aproximadamente, treinta años; ello trajo consigo que su tipificación actual tenga las mismas
deficiencias que la original de 1991, esto pese a tener la influencia del Estatuto de Roma del 98.
El concepto de genocidio que se utiliza en el ordenamiento peruano, si bien tiene como referente
directo el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y a la Convección de 1942 no ha logrado
profundizar la dimensión de bien jurídico tutelado en tanto aún, al menos a nivel legislativo, no se
ha logrado congregar el ilícito con la vulneración a los derivados de la dignidad del ser humano. Por
lo que a nuestro juicio existe una grave deficiencia en cuanto se refiere a la regulación del Genocidio,
ello en razón a que, si bien su tipificación conceptual responde a parámetros internacionales, aún
Finalmente tenemos que en nuestro ordenamiento legal vigente el genocidio se encuentra recogido
en el artículo 319 del Código Penal, al haber sido incorporado por la Ley 26926, y de la revisión de
su tipo podemos concluir que es un delito de resultado, impropio, compuesto, doloso, individual,
complejo y de lesión.
EN EL PAIS.
EXAMEN PARCIAL I
V UNIDAD
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OCTAVA SEMANA: Primera Sesión: 02 de Noviembre de 2021.
La libertad viene a ser una categoría entendida como la capacidad que tiene todo ser humano para
elegir, decidir, vivir y pensar como a bien tenga, sin coacciones de algún tipo (libertad individual). Así
mismo, es la capacidad que tiene un grupo de personas para organizarse y realizar determinadas
actividades en común (libertad social). La libertad es pura decisión o elección. Por la libertad se
escoge ser, decidimos hacer tal o cual cosa, más la decisión se pone en marcha con la conducta y
tiene que luchar contra las resistencias. Sucumbe ante ellas, pacta o las vence.
El hombre por intermedio de sus potencias psico-físicas pone en marcha su decisión, la realiza o deja
de realizar. No obstante, y a fin de conseguir una relativa paz social y evitar manifestaciones egoístas
del ser humano, surge el derecho como una forma de limitar y orientar la libertad siempre a conseguir
el bien común. En consecuencia, el derecho se presenta como un instrumento coercitivo para limitar,
que no significa aniquilar, la libertad individual o social de las personas en sus diversas
manifestaciones, caso contrario, de dejarse actuar conforme a bien tengan los seres humanos no
Cuando se habla de libertad, debe especificarse su aspecto, el mismo que puede ser individual, es
decir, atañe a una sola persona, o puede ser social o colectiva, esto es, cuando se refiere a un
conjunto de personas. En ese sentido se entiende que la acción restrictiva de la libertad puede
concretarse sobre una persona, lesionándole en su condición de persona particular. Así mismo, la
acción de restringir la libertad puede ser ejercitada contra un número indeterminado de personas,
lesionando con ello las libertades sociales como por ejemplo la libertad de reunión.
La libertad individual o personal se conceptúa.-como la facultad intrínseca de la que gozan todas las
personas individualmente para elegir y decidirse actuar como a bien tengan dentro del medio social
en que viven. La única limitación a este tipo de libertad es la libertad de otro individuo y los parámetros
La libertad personal o individual como derecho se constituye en uno de los principales derechos de
las personas reconocido, como ha quedado establecido, a nivel constitucional. Se ha dicho con razón,
que el derecho a la libertad es tan igual derecho como el de la vida.
La libertad personal como derecho se traduce en la máxima recogida en la letra d del inciso 24 del
artículo 2 de la Constitución Política del Estado, que señala “nadie esta obligado a hacer lo que la ley
no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe” . Es decir, nadie puede ser obligado por
persona alguna a realizar actos o acciones que la ley no manda, ordena o prescribe específicamente.
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En el otro aspecto, tampoco puede impedirse a una persona a realizar acciones o actos que la ley no
El que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a hacer lo que la ley no manda o le impide hacer
lo que ella no prohibe será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
TIPICIDAD OBJETIVA
De la propia redacción del tipo penal se evidencia que el delito de coacción consiste en obligar a la
víctima a realizar algo que la ley no manda o impedirle lo que la ley no prohíbe, haciendo uso de la
violencia o amenaza.
Para efectos de la configuración del delito debe entenderse por violencia o como se conoce en
doctrina, la vis absoluta o vis phisica o vis corporalis, a aquella fuerza o energía física que el sujeto
activo o agente descarga sobre el cuerpo de la víctima con la finalidad de obligarle a realizar lo que
la ley no manda o impedirle hacer lo que la ley no prohíbe. En otros términos, se entiende por violencia
la fuerza física ejercida sobre una persona, suficiente para vencer su resistencia, obligándola a hacer
1. Obligar hacer lo que la ley no manda por medio de la violencia física sobre el sujeto pasivo.
2. Impedir al sujeto pasivo a realizar algo que la ley no prohíbe, haciendo uso de la violencia física.
3. Obligar hacer lo que la ley no manda por medio de la amenaza al sujeto pasivo.
4. Impedir al sujeto pasivo a realizar algo que la ley no prohíbe, haciendo uso de la amenaza.
Finalmente, el delito también se evidencia cuando se obliga a realizar algo que la ley no manda, caso
contrario, no aparece el delito de coacción cuando una persona por medio de violencia o amenaza
obliga a realizar algo que la ley manda explícita o tácitamente . Un típico ejemplo de lo indicado lo
constituye el artículo 920 del Código Civil cuando prescribe que el poseedor puede repeler la fuerza
que se emplee contra él y recobrar el bien, sin intervalo de tiempo, si fuere desposeído, pero en ambos
casos debe abstenerse de las vías de hecho no justificadas por las circunstancias. Así mismo, se
evidencia el delito cuando se impide realizar algo que la ley no prohíbe; caso contrario, si por medio
de la amenaza o violencia se impide realizar un hecho que la ley prohíbe no se evidenciará el elemento
objetivo del delito en sede. Ello sucede cuando por medio de amenaza o violencia se impide que
determinada persona cometa un hecho delictivo como por ejem., robar un banco.
como aquella facultad o atributo natural de las personas de comportarse como a bien tengan dentro
del circulo social donde les ha tocado desenvolverse. La libertad que tiene como límite la libertad de
otra persona y los parámetros que impone el derecho, se constituye en el bien jurídico protegido.
Sujeto Activo
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Al iniciar el tipo penal con la frase “el que…”, sirve para afirmar que sujeto activo, agente o autor del
delito en análisis puede ser cualquier persona. No se exige alguna condición especial en la persona
del agente. Incluso puede ser un funcionario público. Constituye un ejemplo práctico, la conducta que
desarrolla un oficial de la Policía Nacional al detener a un ciudadano sin motivo aparente. Detención
ilegal que es declarada a consecuencia del ejercicio de la acción de garantía de Habeas Corpus. Aquí
se ha pretendido encontrar confusión entre los supuestos delictivos previstos en los tipos penales 151
y 376 del Código Penal; sin embargo, de la lectura de ambos supuestos punibles se concluye que se
diferencian abismalmente tanto que es imposible pensar que puedan confundirse. Los elementos
violencia o amenaza que caracterizan al delito de coacción, no aparecen en el tipo penal 376.
Sujeto Pasivo
Al utilizar el legislador la frase “…a otro…” en la estructura del tipo penal para evidenciar al sujeto
pasivo, nos indica que éste puede ser cualquier persona en capacidad psicofísica de obrar. En tal
sentido, quedan excluidos los inimputables por enfermedad mental y los recién nacidos por no tener
aún voluntad para ser doblegada por la coacción. Resulta imposible obligar a un recién nacido a
realizar algo que la ley no manda o impedirle que haga lo que la ley no prohíbe. Igual ocurre con un
inimputable mental. Por el contrario, los niños con capacidad de obrar pueden, ser sujetos pasivos
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la propia redacción del tipo penal se evidencia que se trata de un delito netamente doloso, no cabe
la comisión culposa o imprudente. Esto es, el agente conociendo perfectamente que con su conducta
limita o lesiona la libertad de su víctima, voluntariamente decide actuar utilizando ya sea la violencia
o la amenaza con la finalidad de lograr su objetivo propuesto. Roy Freyre (1975, p. 261), afirma que
el dolo consiste en la conciencia que se tiene de que se quebranta el deber de respetar la libertad al
imponer a otro, con empleo de violencia o amenaza, una conducta activa u omisiva contraria a la
voluntad de la víctima.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- el delito se quedará en el grado de tentativa cuando el sujeto activo ejerza la fuerza física
o prefiera la amenaza sin que el sujeto pasivo se someta a sus exigencias, ofreciendo resistencia.
En consecuencia, el delito se perfecciona en el mismo momento que el sujeto activo obliga al sujeto
pasivo a realizar lo que la ley no manda o le impide a realizar lo que la ley no prohíbe; es decir, en el
mismo momento que la víctima realiza en contra de su voluntad lo que le solicita el agente, por medio
de la violencia o amenaza, se habrá consumado el delito en exégesis.
Penalidad
Al autor del delito de coacción después de un debido proceso penal, se le impondrá la pena privativa
de libertad que oscila entre no menor de dos días ni mayor de dos años, dependiendo de la forma y
Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de veinte ni mayor de treinta años el que,
sin derecho, motivo ni facultad justificada, priva a otro de su libertad personal, cualquiera sea el móvil,
su libertad.
1. Se abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del agraviado.
6. El agraviado es pariente, dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad con las
7. Tiene por finalidad obligar a un funcionario o servidor público a poner en libertad a un detenido o a
conceder exigencias ilegales.
11. Es cometido por dos o más personas o se utiliza para la comisión del delito a menores de edad u
La misma pena se aplicará al que con la finalidad de contribuir a la comisión del delito de secuestro,
suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de sus funciones, cargo u oficio,
dicho acto.”
TIPICIDAD OBJETIVA
El delito de secuestro se configura cuando el agente o sujeto activo priva, sin tener derecho, motivo
o facultad justificada para ello, de la libertad personal ambulatoria del sujeto pasivo o víctima sin
El comportamiento que exige el tipo simple es el de privar, sin derecho , motivo ni facultad justificada,
a una persona de su libertad ambulatoria, sea cual fuere el móvil o circunstancia (Villa Stein, 1998, p.
114).
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Agravantes
El legislador, recogiendo la experiencia social de los múltiples secuestros ocurridos en las grandes
ciudades peruanas, ha previsto en forma singular diversas agravantes al hecho punible simple, las
1.- El agente abusa, corrompe, trata con crueldad o pone en peligro la vida o salud del agraviado (inc.
1, art. 152).- Esta circunstancia agravante significa que el secuestro será calificado cuando el agente
aparte de privar de la libertad ambulatoria al agraviado, abusa de él, lo corrompe, le trata con crueldad
o pone en peligro la vida o su salud. Se trata de uno de los casos que en doctrina se conoce con la
denominación de delito imperfecto en dos actos, donde el secuestro es querido por el agente como
un medio subjetivo para una actuación ulterior. El secuestro aparece como un medio para alcanzar
otra finalidad que sólo se logra con otra conducta ulterior (Roy Freyre, 1975, p. 267). En efecto, el
agente después de secuestrar a su víctima puede realizar cualquiera de las circunstancias previstas
en el inc. 1 del tipo penal 152 del Código Penal, las mismas que por si solas sirven para perfeccionar
el injusto penal de secuestro calificado. El agente o bien puede abusar sexualmente de la víctima (por
ejm. el agente todos los días que dura el secuestro, hace sufrir el acto sexual a su víctima); o bien
puede actuar con la finalidad de corromper a la víctima; o bien puede tratar con crueldad a la víctima
La expresión corromper debe ser entendida como el desarrollo de actos o sugestiones inmorales que
despiertan o incitan en el agraviado apetitos o prácticas desviadas. Por ejm. incitar a la secuestrada,
El agente actuará con crueldad cuando después de secuestrar al agraviado acrecienta deliberada e
injustamente el sufrimiento de aquel, causándole un dolor innecesario a los fines del secuestro mismo.
No le falta razón a Villa Stein (1998, p. 115) cuando sostiene que la crueldad se define sólo a partir
de la innecesariedad del tormento para el propósito principal que reclama el tipo. Por ejm., el agente
todas las noches que dura el secuestro despierta a su víctima utilizando un fierro caliente con el cual
le infiere quemaduras en las extremidades.
La circunstancia de poner en peligro la salud o la vida de la víctima aparecerá cuando el agente realiza
una conducta tendiente a tal finalidad. Ejm. aparece esta circunstancia cuando todos los días que
dura el secuestro, el agente no proporciona alimento a la víctima o también ocurre cuando el agente
no presta asistencia médica a su víctima que como producto del secuestro resultó herido de bala.
.2.- El agente pretexta que el agraviado sufre de enfermedad mental.- Se presenta el secuestro
agravado cuando el agente priva de la libertad ambulatoria a su víctima con el pretexto que aquel
sufre de enfermedad mental. El profesor Villa Stein (1998, p. 116) indica que la gravedad del hecho
resulta del medio -falsedad en el dato- empleado por el agente. El atribuirle a la víctima un
padecimiento mental que no tiene, resulta alevoso. Sin duda esta circunstancia es muy común en
nuestra realidad, pues siempre de por medio están motivaciones económicas. Ocurre por ejm. cuando
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los hijos con el propósito de disfrutar de la fortuna económica de su padre, con el auxilio de un
3.- El agente suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de sus funciones,
cargo u oficio con la finalidad de contribuir en la comisión del delito de secuestro.- Aquí se trata de un
cómplice primario, esto es, el agente presta su ayuda de manera primordial sin la cual no sería posible
la comisión del secuestro. La agravante se configura cuando el cómplice entrega información precisa
que conoció con ocasión de ejercer sus funciones, cargo u oficio, a los secuestradores para que
realicen el delito de secuestro sin mayor dificultad. Ocurre por ejemplo cuando una persona que
realiza labores domésticas en el hogar del agraviado, informa a los secuestradores que su empleador
sale solo a pasear su mascota en el parque, todos los días a las ocho de la noche, e incluso informa
que aquel no puede correr por haber sido golpeado en el muslo durante un partido de fulbito.
4.- El agente suministra deliberadamente los medios para la perpetración del secuestro.- Esta
agravante también se trata de una complicidad primaria; es decir, el agente presta los medios
materiales indispensables para la comisión del secuestro; sin la ayuda del cooperador hubiese sido
imposible la realización del secuestro. Por ejemplo, ocurre cuando el agente presta su vehículo y las
armas a los secuestradores, quienes no cuentan con tales medios, para secuestrar a determinada
persona.
agrava por el hecho que la víctima viene a ser una persona al servicio de los intereses públicos. Para
efectos de la agravante no bastará verificar que el sujeto pasivo cuente con la cualidad indicada, sino
que será necesario verificar el ejercicio normal de la función que cumple al servicio del Estado. Así,
en el caso del “funcionario público”, el secuestro debería estar vinculado al ejercicio de sus funciones
para entender que el mayor injusto deriva de la afección al “correcto funcionamiento de la
administración pública”, además de la libertad individual (Abanto Vásquez; Comentarios a la ley contra
los delitos agravados, p. 115). En consecuencia, el secuestro se agrava por el hecho que aparte de
privar de libertad ambulatoria al agraviado, indirectamente se está perturbando el normal
actúa con más temeridad, pues para lograr su fines no le interesa privar de su libertad a un trabajador
del Estado. Sin duda para saber qué personas son considerados como funcionarios o servidores
públicos para efectos de la normatividad penal, debe recurrirse al art. 425 del Código Penal.
2.- El agraviado es secuestrado por sus actividades en el sector privado.- La presente agravante ha
sido introducida con la modificación del tipo penal mediante el decreto legislativo Nro. 896, el mismo
que tuvo como correlato social, el incremento de secuestros al paso de empresarios exitosos ocurrido
en las grandes ciudades del Perú. Se agrava la conducta de secuestro cuando el agente ha dirigido
su conducta sobre un empresario o profesional de éxito con la finalidad común de obtener un provecho
económico. Sin duda, el legislador busca evitar los secuestros en contra de empresarios
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sobresalientes para no poner en peligro la actividad económica del país. El incremento de los
secuestros al paso era indicativo que se vivía una inseguridad y que las normas penales en contra de
los secuestradores eran benignas, por lo que el legislador no dudó en introducir la presente agravante.
Tiene razón Villa Stein (1998, p. 117), cuando enseña que la previsión es, sin embargo, muy abierta,
pues cualquier actividad que no sea la correspondiente al sector público pertenece por exclusión al
prever como conducta agravada la que atenta contra la libertad de empresarios privados o
profesionales cuyo éxito económico sea ostensible. La agravante obedece más a fines económicos y
3.- La víctima es pariente, dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad, con las
personas referidas en el incisos 3, 4 y 5.- Aquí la conducta de secuestro se califica por el hecho que
el agraviado resulta ser pariente, dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad
busca proteger a la familia de las personas que tienen las calidades antes anotadas.
4.- Si el agraviado es menor de edad o anciano.- Esta agravante presenta un problema a resolver
recurriendo a leyes extra-penales. En efecto, mientras que de manera fácil sabemos cuándo estamos
ante un menor de edad por haber una definición legal al respecto; en el caso de “anciano” resulta
poco difícil saberlo. Sin embargo, se debe entender el término “anciano” recurriendo a normas
extrapenales como las laborales, y entender que estamos ante un persona anciana cuando a
alcanzado o sobrepasado la edad cronológica límite para la jubilación. En ese sentido, el secuestro
se agrava cuando el agente dirige su conducta sobre un menor de dieciocho y un mayor de setenta
años. En consecuencia no compartimos la posición de Villa Stein (1998, p. 118), cuando afirma que
por aplicación extensiva del art. 22 del Código Penal, es anciano una persona mayor de sesenta y
cinco años. Ello debido que el artículo 22 prescribe la imputabilidad relativa de las personas mayores
de sesenta y cinco años que hayan cometido un hecho punible, equiparando a la imputabilidad relativa
que tiene una persona mayor de 18 y menor de 21 años. Se busca proteger la integridad física y
afectiva de los menores de edad y los ancianos, quienes son más susceptibles a cualquier daño de
1.- El agente busca obligar a un funcionario o servidor público a poner en libertad a un detenido.- La
agravante aparece cuando el agente secuestra a determinada persona y después solicita se deje en
libertad a una persona detenida. Ejm. Ocurre cuando A secuestra a B que tiene estrechos lazos
sentimentales con el comisario de una Comisaría, y luego conmina a éste, dejar en libertad a C, que
2.- El agente busca obligar a una autoridad a conceder exigencias ilegales.- La agravante se evidencia
cuando el agente secuestra al sujeto pasivo y luego solicito a determinada autoridad le conceda
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exigencias ilegales, tales como el pago de honorarios no debidos o el pago de beneficios no ganados,
etc.
3.- El agente busca obligar al agraviado a incorporarse a una organización criminal.- La circunstancia
calificada aparece cuando el sujeto activo secuestra una persona para obligarlo a incorporarse en una
organización de personas dedicadas a la comisión de hechos delictivos. Ocurre por ejm., cuando el
agente secuestra a un electricista y le obliga bajo amenaza de muerte, se incorpore a su banda, pues
les hace necesario una persona que conozca sobre electricidad para perpetrar delitos contra el
patrimonio.
4.- El agente busca obligar a una tercera persona para que le preste ayuda económica o su concurso
bajo cualquier modalidad.- La circunstancia agravante se configura cuando el sujeto activo secuestra
al sujeto pasivo con la finalidad de presionar que un tercero le preste ayuda patrimonial o le preste
concurso de cualquier modalidad. Ocurre por ejm. cuando el agente secuestra a la víctima con la
perfecciona cuando el agente con la finalidad o intención final de obtener tejidos somáticos de su
víctima lo secuestra. Aquí el agente no secuestra a una persona para obligar que un tercero dé su
consentimiento para donar sus tejidos y trasplantarlos a otro, sino que de la misma víctima del
Por el resultado.
1.- Cuando el agraviado resulte con graves daños en el cuerpo o en la salud física o mental.- La
circunstancia agravante se configura cuando la víctima a consecuencia del secuestro que ha sufrido,
resulta con lesiones graves en su cuerpo o en su salud física o mental. Ocurre por ejemplo, cuando
el agraviado pierde uno de sus brazos al no haber sido atendido quirúrgicamente de la herida de bala
2.- Cuando el agraviado muere durante el secuestro o a consecuencia de dicho acto.- La agravante
se presenta cuando el agraviado muere durante el acto mismo del secuestro o a consecuencia de
producido el secuestro, es decir, el que ocurra con posterioridad al recobrar la víctima su libertad
ambulatoria, siempre que el fallecimiento sea consecuencia de dicho acto. Ocurre por ejemplo,
consecuencia de haber recibido un impacto de bala mortal durante la balacera que se produjo entre
El bien jurídico preponderante que se trata de proteger lo constituye la libertad personal entendida en
existenciales. En tal sentido, Javier Villa Stein (1998, p. 113), citando a los españoles Agustín Jorge
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Barreiro y José Prats Ganut (quienes comentan el Código Penal español), afirma que es intensiva la
doctrina que admite que el bien tutelado con el tipo penal del secuestro es la libertad ambulatoria, es
decir, la libertad de locomoción, entendida como la facultad de fijar libremente, por parte de la persona,
su situación espacial.
Sujeto Activo
Agente, sujeto activo o autor del delito de secuestro puede ser cualquier persona, el tipo penal no
exige alguna condición especial. Incluso puede ser cometido por un funcionario o servidor público en
Sujeto Pasivo
Víctima, agraviado o sujeto pasivo del delito de secuestro puede ser cualquier persona, incluso un
recién nacido o un enfermo mental. Esta es la diferencia con el delito de coacción, en el sentido que
en aquel ilícito penal se requiere que el sujeto pasivo tenga conciencia de su libertad para poder
obligarle a realizar lo que la ley no manda o impedirle algo que la ley no prohíbe; mientras que en el
secuestro no se requiere tal conciencia, pudiendo ser sujeto pasivo del delito cualquier persona tenga
o no conciencia de la libertad. Finalmente, cabe anotar que la calidad o cualidad del sujeto pasivo, en
ciertos supuestos delictivos, sirve como agravante del delito de secuestro, tales como: funcionario o
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la propia redacción del tipo penal que recoge el supuesto básico del injusto penal denominado
secuestro y sus agravantes, fluye que se trata de un delito netamente doloso. El agente actúa con
conocimiento y voluntad de privar o restringir la libertad ambulatoria de su víctima, esto es, afectar la
libertad de la víctima.
Además, cuando concurre alguna de las circunstancias agravantes ya analizadas, el agente debe
conocer también las especiales circunstancias que califican su conducta. Por ejemplo, de concurrir la
agravante prevista en el inciso 2 del art. 152 del Código Penal, el agente deberá tener pleno
conocimiento que el agraviado no sufre alguna enfermedad mental; cuando concurra la circunstancia
calificante del inciso 4 del art. 152, el agente debe conocer que el agraviado es un empresario
sobresaliente; etc.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Existe tentativa cuando el autor inicia la ejecución del delito por hechos exteriores,
practicando todos o parte de los actos que objetivamente deberían de producir el resultado, y sin
embargo, éste no se produce por causas independientes a la voluntad del agente. En tal sentido, el
secuestro por tratarse de un delito de lesión y de resultado, es posible que se quede en realización
imperfecta, esto es, en el grado de tentativa. Ello ocurrirá por ejemplo cuando después de desarrollar
los actos tendientes a lograr el secuestro, los delincuentes no logran su objetivo por la tenaz
resistencia que opuso el agraviado y los efectivos de su seguridad personal. El agente debe haber
dado inicio con actos ejecutivos objetivos la comisión del delito de secuestro que decidió cometer.
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Antes que aparezcan objetivamente tales actos estaremos ante lo que se denomina actos
preparatorios de un delito de secuestro, los mismos que por regla general son atípicos e irrelevantes
consumación desde que el sujeto pasivo queda privado de su libertad ambulatoria; desde aquel
momento, comienza o se inicia el estado consumativo que sólo concluye cuando por voluntad del
agente o por causas extrañas a su voluntad se pone fin a la privación de libertad del sujeto pasivo de
la conducta ilícita.
Los tratadistas peruanos coinciden en este aspecto. Roy Freyre (1975, p. 269) indica que el delito
Participación
Del tipo penal fluye que al agente que comete el delito de secuestro dentro de los parámetros del tipo
básico será merecedor a pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
En caso de presentarse alguna de las agravantes previstas en los diez incisos del art. 152, el agente
será merecedor a pena privativa de libertad no menor de veinte ni mayor de veinticinco años.
Finalmente, si a consecuencia del secuestro se causa una lesión grave, ya sea física o metal, en el
agraviado o éste muere durante o a consecuencia del secuestro, el agente será merecedor de cadena
perpetua.
por sí misma, empleando violencia, amenaza, engaño u otro acto fraudulento, con la finalidad de
obtener ventaja económica o explotar social o económicamente a la víctima, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de diez años, e inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2, 4 y 5.
Si el agente comete el hecho en agrupación o en calidad de afiliado a una banda, la pena será privativa
de libertad no menor de cinco ni mayor de doce años, e inhabilitación conforme al artículo 36, incisos
1, 2, 4 y 5
TIPICIDAD OBJETIVA
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De la lectura del tipo penal se concluye que el delito denominado “tráfico de menores o incapaces”
puede perfeccionarse o configurarse hasta por dos modalidades debidamente independientes una de
Se configura cuando el sujeto activo retiene, conserva, guarda, sujeta, recluye o secuestra en
determinado lugar a un menor de edad o a una persona incapaz de valerse por sí mismo, con la
finalidad de obtener una ventaja económica o explotarlo social o económicamente, haciendo uso para
También se perfecciona cuando el agente o sujeto activo traslada, transporta, lleva, muda, desplaza
o conduce de un lugar a otro distinto al menor de edad o a una persona incapaz de valerse por sí
misma, empleando violencia, amenaza, engaño u otro acto fraudulento, con la finalidad de obtener
in locum, es decir, el traslado del sujeto pasivo de un lugar a otro. Si no hay traslado de un lugar a
Los medios para conseguir su propósito el sujeto activo o agente pueden ser la violencia física sobre
la víctima, la amenaza, el engaño o cualquier acto fraudulento que induzca a error al agraviado. Se
entiende por violencia física la fuerza o energía física descargada sobre la víctima, de modo suficiente
El bien jurídico tutelado por el tipo penal lo constituye la libertad personal ambulatoria del menor o de
la persona incapaz de valerse por sí misma. Es necesario aclarar que no se trata de proteger la
libertad en el sentido de no dejarlo moverse de un lugar a otro, sino en un sentido amplio de restringir
la libertad de la víctima no dejándole desenvolverse como a bien tenga o mejor les parezca a su
El agente o autor del comportamiento punible puede ser cualquier persona. El tipo penal no exige
alguna condición cualidad o calidad para cometer el delito de tráfico de menores o incapaces. Puede
ser una persona común y corriente; familiar o no del agraviado; tenga o no vínculos de amistad con
el agraviado o sus familiares. Se excluye a los funcionarios y servidores públicos en ejercicio, quienes
Sujeto Pasivo
De acuerdo a las exigencias del tipo penal se trata de un delito especial desde la perspectiva del
sujeto pasivo, debido que para constituirse en víctima o agraviado se requiere tener una condición
debidamente especificada. Si el secuestrado no tiene las condiciones que exige el tipo penal, no se
configurará el delito, sino otro previsto también en la ley penal. En ese sentido, sólo será susceptible
de aparecer como agraviado del delito en comento un menor de 18 años de edad o una persona
incapaz de valerse por sí misma. La incapacidad puede ser por deficiencias físicas o psicológicas
TIPICIDAD SUBJETIVA
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De la redacción del tipo penal se evidencia que el injusto penal de tráfico de menores o incapaces es
una figura netamente dolosa. El agente actúa con conocimiento de que restringe la libertad
decide y actúa.
Además del dolo, se exige la presencia de un elemento subjetivo de tendencia interna trascendente
a la víctima.
Grados de Desarrollo
delictiva se quede en el grado de tentativa. Ello ocurrirá por ejemplo cuando el agente que viene
Corcona es detenido por no saber explicar las razones por las que conduce al menor.
disposición o bajo las órdenes del sujeto activo. Ello significa que para perfeccionarse el injusto penal,
no se requiere que el agente consiga sus propósitos o fines propuestos con el secuestro de la víctima.
Participación
Penalidad
Al agente o sujeto activo del delito será merecedor a pena privativa de libertad que oscila entre no
menor de cuatro ni mayor de diez años. Unido a ello, la autoridad jurisdiccional le inhabilitará conforme
al artículo 36, inciso 1, esto es, se le privará de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado,
aunque provenga de elección popular; inciso 2, esto es, se le incapacitará para obtener mandato,
cargo, empleo o comisión de carácter público; inciso 4, es decir, se le incapacitará para ejercer por
cuenta propia o por intermedio de tercero profesión, comercio, arte o industria; y finalmente el inciso
5, esto es, se le incapacitará para el ejercicio de la patria potestad, tutela o curatela, respectivamente.
Resulta obvio que la inhabilitación a imponer por el juzgador dependerá de la condición o calidad del
sentenciado. Por ejm. sólo al que era funcionario o servidor público al momento de la comisión de los
hechos, se le impondrá la inhabilitación prevista en el inciso 1 del artículo 36 del Código Penal.
De concurrir alguna de las agravantes antes analizadas, el autor será merecedor a una pena privativa
de libertad no menor de cinco ni mayor de doce años, e inhabilitación conforme al artículo 36, incisos
1, 2, 4 y 5
153 – A)
El funcionario o servidor público y los directivos de las entidades privadas, vinculadas especial o
genéricamente con menores o personas incapaces que, abusando de su cargo, los retiene o traslada
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arbitrariamente de un lugar a otro, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni
Si comete el hecho con la finalidad de obtener una ventaja económica o explotar social o
económicamente a la víctima, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor
TIPICIDAD OBJETIVA
Según la redacción del tipo penal, el delito de tráfico de menores o incapaces de valerse por sí mismo
agravado por la calidad del autor o sujeto activo, se configura hasta por dos modalidades: Primero,
cuando el autor (que puede ser funcionario, servidor público o directivo de entidades privadas
vinculadas con menores o personas incapaces), abusando de su cargo, retiene, mantiene o secuestra
Como se observa, para perfeccionarse el delito no se requiere ni exige que el agente busque alguna
finalidad, basta constatar que ha actuado abusando de su cargo en la retención del agraviado en
determinado lugar, o en el traslado arbitrario de la víctima de un lugar a otro no querido.
Resulta importante dejar establecido que el agente debe actuar dentro del ejercicio normal de sus
funciones; en tal ejercicio abusa de su cargo y comete excesos en perjuicio del agraviado. En otros
términos, el agente hace mal uso o un uso indebido del cargo que tiene. Por ejemplo aparecerá el
delito cuando el director de un colegio, pretextando castigo disciplinario, retiene a tres alumnos y los
hace quedar en los ambientes del colegio desde las seis de la tarde (hora de salida normal) hasta las
particular, con el pretexto del viaje de promoción, sin obtener el respectivo permiso de los padres,
traslada a los alumnos de una promoción de la ciudad de Lima a la ciudad Imperial del Cuzco. Sin
duda, en los casos hipotéticos citados el agente ésta actuando en el ejercicio mismo de sus funciones,
no obstante, por el abuso de su cargo comete excesos que configuran hecho delictivo.
Referente a este aspecto, Bramont-Arias- García (1997, p. 195), sostienen que para configurarse el
tipo, es presupuesto típico que el agente actúe en el marco de las funciones que le corresponden por
razón de su cargo. Cometerá el ilícito penal cuando se exceda de manera arbitraria en el ejercicio de
su función, ya que si falta el abuso, la retención o el traslado del sujeto pasivo serán hechos atípicos.
Finalmente, de acuerdo al segundo párrafo del tipo penal 153-A, la conducta se agrava para efectos
de la imposición de una pena más severa, cuando el agente retiene o traslada arbitrariamente al
agraviado movido por una finalidad de obtener ventaja económica o explotarlo social o
económicamente. Respecto de estas circunstancias se reproduce todo lo referido en el análisis del
tipo penal precedente, con el agregado que para estar ante la agravante no se requiera que el agente
logre su finalidad propuesta, será suficiente que haya actuado movido por tal intención.
Bien Jurídico Protegido
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Como todas las conductas delictivas de este rubro, el bien jurídico que se pretende tutelar, lo
constituye la libertad personal ambulatoria de los menores de edad y de las personas incapaces de
Sujeto Activo
El tipo penal especifica que sólo pueden ser sujetos activos o autores del delito en comento las
personas que ostentan los cargos de: funcionarios públicos, servidores públicos o directivos de una
entidad privada, vinculada especial o genéricamente con menores o incapaces de valerse por sí
mismos. Nadie más puede ser sujeto activo del delito en sede. Es obvio que para saber cuando
estamos frente a un funcionario o servidor público para efectos de la aplicación del tipo penal, se
recurrirá al artículo 425 del Código Penal. Se excluye a los funcionarios o servidores públicos o
Sujeto Pasivo
También, el tipo penal indica de manera excluyente que sólo podrán ser sujetos pasivos o víctimas
del delito en comentario, los menores de dieciocho años de edad y las personas incapaces de valerse
por sí mismos. Sin lugar a dudas, la incapacidad podrá ser tanto física como mental.
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la estructura del tipo penal en análisis, se desprende que se trata de una conducta netamente
dolosa, no cabe la comisión por imprudencia. En efecto, el agente debe actuar con conocimiento y
voluntad de retener en un lugar, o trasladar a la víctima de un lugar a otro, abusando del cargo que
subjetivo del tipo, como viene a ser el móvil o finalidad que motiva la actuación del sujeto activo. Si
se llega a evidenciar que el agente realizó una conducta imprudente, la conducta será atípica al no
haber previsto tal modalidad como punible nuestro legislador en el catálogo penal.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Que, al tratarse de una figura delictiva de resultado, es factible que el desarrollo de la
conducta se quede en el grado de tentativa.
Consumación.- El hecho punible de tráfico de menores o incapaces agravado por la calidad del autor,
se perfecciona en el mismo momento que el sujeto activo retiene en determinado lugar al agraviado,
agraviado queda subordinado al agente se consuma el delito. Como volvemos a insistir, en el caso
Participación
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Se conmina la conducta con una pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de doce años
En el caso de la agravante, se establece que el agente será merecedor a una pena privativa de libertad
que oscila entre no menor de diez ni mayor de veinte años e inhabilitación conforme al artículo 36,
VIOLACIÓN DE LA INTIMIDAD
La doctrina y la jurisprudencia no ha sido pacífica cuando se ha tratado de perfilar una definición del
derecho a la intimidad, debido que se trata de una noción jurídica impregnada de la idiosincrasia, de
los valores culturales que derivan, muchos de ellos, de la estructura económico-social de una
comunidad. No ha sido factible para el sistema del Common Law norteamericano, ni para nuestro
sistema, perteneciente a la familia romano-germánico, por tener un contenido muy amplio, siendo
prácticamente imposible encerrar todas sus posibilidades en una definición, con mayor razón si
queremos darle un alcance universal (Morales Godo, Derecho a la intimidad, 2002, p. 52).
respetar un ámbito de independencia de la persona. De allí surge el derecho a la intimidad como pilar
fundamental del derecho a la libertad para hacer frente a las primeras formas de intromisión por parte
recién a fines del siglo diecinueve, y es que si bien, anteriormente, ha existido la protección a ciertos
ámbitos propios de la intimidad como es el domicilio, lo cierto es que la autonomía la adquiere desde
fines del siglo pasado, cuando el adelanto de la ciencia y la tecnología ponen en evidencia la facilidad
con que se puede penetrar en el ámbito de la vida privada de las personas; cuando los medios de
comunicación masiva adquieren papel preponderante en las sociedad y pueden poner al descubierto
hechos que las personas no desean que se divulgue; cuando las técnicas de espionaje son cada vez
más sofisticados.
Primero, porque se pretende evitar intromisiones de terceros en ciertos hechos y conductas que de
trabados con lo más recóndito de su ser, y segundo, porque los ataques contra la intimidad de una
persona son altamente perjudiciales e intolerables para el que las sufre y a veces par la sociedad
misma. La razón de aquella protección radica en la libertad del hombre, que se vería seriamente
afectada por la invasión de su intimidad, violentando su propia conducta. Es natural la postura de
consideramos desagradables o que, en todo caso, queremos mantener bajo nuestro exclusivo
dominio. Al perder el control sobre estos datos íntimos se produciría ineludiblemente un cambio en
nuestra actitud por la coacción de hechos revelados, atentando contra nuestra libertad.
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En suma, el derecho a la intimidad es un bien estrechamente relacionado con la propia dignidad
humana. Esto significa que es inherente a tal condición y requisito sine quo nom para la plena
Sin embargo, pese a lo indicado, lo cierto es que no se trata de una protección global ni absoluta del
derecho a la intimidad, pues es frecuente que se encuentre en tensión con otros derechos
inabarcabilidad de las múltiples facetas que presenta la intimidad en el acontecer de la vida y de las
relaciones humanas, junto con el carácter fragmentario del Derecho Penal (el cual, probable y
precisamente en relación con estos delitos, requiere una observancia mucho más escrupulosa),
refuerza la necesidad de que la protección de este bien jurídico haya de ser también fragmentaria.
Esto significa que sólo deben ser objeto de protección penal algunas facetas o manifestaciones de la
intimidad, las más relevantes para las personas, e, indudablemente, frente a las agresiones más
intolerables contra ellas (Romeo Casabona, La intimidad y los datos de carácter personal…, ob. cit.,
p. 84)
EL DERECHO A LA INTIMIDAD EN NUESTRO SISTEMA JURÍDICO
Teniendo en cuenta que el panorama que se presentaba era peligroso para la persona, hubo
rincón de la creatividad, de las ideas propias, de las opiniones personales, en otras palabras, es el
trampolín básico e indispensable para el ejercicio de los demás derechos, resultando ser la expresión
colectividad (Morales Godo; apuntes sobre el derecho a la intimidad, p. 37). Y además siguiendo
posiciones doctrinarias mayoritarias, el Perú comienza a reconocer y proteger la intimidad como tal,
recién con la Constitución de 1979 en el inciso 5 del artículo 2. Es decir, mientras que en Estado
Unidos marca el inicio de la autonomía del derecho a la intimidad en 1890, en el Perú, las normas
En tal sentido, el legislador del Código penal de 1991, siguiendo las tendencias modernas del derecho
punitivo, no le quedó otra alternativa que incorporar el derecho a la intimidad como un bien jurídico
penal, es decir, como un interés factible de ser protegido penalmente, pues su vulneración o puesta
en peligro lesiona gravemente las relaciones interpersonales en sociedad. Así, ahora aparece en
nuestro Código sustantivo, varias conductas delictivas en las cuales la intimidad es el bien jurídico
protegido. Este acontecimiento aparece como toda una innovación en nuestro Derecho penal. En
efecto, en nuestro Código penal encontramos el Título IV con el rótulo de ‘delitos contra la libertad’ y
en este rubro, el capítulo II con el nomen iuris de ‘violación de la intimidad’, donde aparecen diversas
conductas delictivas, como son: Vulnerar la intimidad de la vida personal o familiar del agraviado, ya
personal o familiar del agraviado, que conociera el sujeto activo con motivo del trabajo que prestó a
su víctima o a la persona a quien éste le confió, y finalmente, se ha tipificado como hecho punible
cuando el agente, indebidamente, organiza, proporciona o emplea cualquier archivo que tengan datos
referentes a las convicciones políticas o religiosas y otros aspectos de la vida íntima de una o más
personas; apareciendo como agravante la calidad del sujeto activo de funcionario o servidor público,
siempre que haya actuado dolosamente en el ejercicio del cargo que desempeña. Bramont-Arias
Torres, sostiene que el criterio principal que ha llevado a regular estas conductas en el Código Penal
es el avance tecnológico alcanzado en nuestra sociedad, el que hace posible que se realicen
conductas dirigidas a afectar la intimidad o a controlar a las personas (La protección de la intimidad
En tal contexto, el legislador con la tipificación de las conductas citadas que afectan la intimidad,
intimidad de las personas tanto privada o familiar. Esto es, se pretende impedir la simple intrusión en
la esfera privada como la divulgación de cualquier acto a ella atinente. Se busca evitar que, por
conductas por parte de terceros que supongan indagar, escudriñar, husmear y entrometerse en la
propiedades de la persona, sin que medie un público interés o en todo caso, el consentimiento del
afectado. En otro aspecto, para efectos del análisis coherente de los tipos penales del Código de
1991, debe tenerse en cuenta que el derecho a la intimidad tiene como únicos límites el
consentimiento de la propia persona y la existencia de un interés social prevaleciente. Esto es, la
el derecho a la intimidad con los derechos al honor, a la buena reputación, a la voz y el derecho a la
imagen propia. En efecto, aquel numeral prescribe que toda persona tiene derecho: “Al honor y a la
buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a la voz y a la imagen propias”. Toda
persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de comunicación social,
tiene derecho a que éste se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las
responsabilidades de ley.”
Interpretando esta disposición constitucional se concluye que ella garantiza a todas las personas el
derecho a poseer intimidad, a tener vida privada, disponiendo de un poder de control sobre la
publicidad de la información relativa a la persona y a su familia, con independencia del contenido de
aquello que se desea mantener fuera del conocimiento público. La Constitución garantiza el derecho
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al secreto, a ser desconocido, a que los demás no sepan qué somos o lo que hacemos, vedando que
terceros, sean particulares o autoridades, decidan cuáles son los lindes de nuestra vida privada,
pudiendo cada persona reservarse un espacio resguardado de la curiosidad ajena, sea cual sea el
contenido de ese espacio. De allí se deduce también que el derecho a la intimidad garantiza al
consentida lo que ha de encontrar sus límites, como es obvio, en los restantes derechos
Así mismo, del precepto constitucional y para efectos del presente trabajo, resulta importante advertir
que si una persona es afectada en su intimidad ya sea personal o familiar por afirmaciones inexactas
o haciendo uso de un medio de comunicación social, tiene derecho a que aquel se rectifique en forma
gratuita, inmediata y proporcional; sin embargo, ello de ningún modo elimina o cancela el hecho
punible que puede haberse consumado. En otras palabras, así se rectifique la información que afecta
la intimidad, ello no elimina la comisión del delito perfeccionado, quedando el agraviado en la facultad
de recurrir a la autoridad jurisdiccional para accionar penalmente.
C.P.)
El que viola la intimidad de la vida personal o familiar ya sea observando, escuchando o registrando
un hecho, palabra, escrito o imagen, valiéndose de instrumentos, procesos técnicos y otros medios,
La pena será no menor de un año ni mayor de tres y de treinta a ciento veinte días-multa, cuando el
TIPICIDAD OBJETIVA
La figura delictiva de violación de la intimidad, recogida o descrita en el tipo penal 154 del Código
sustantivo, se configura cuando el sujeto activo o autor pone en peligro, vulnera o lesiona la intimidad,
o mejor, “aspectos o datos sensibles” que conforman la intimidad personal o familiar del sujeto pasivo,
mediante la observación, escuchando o registrando un hecho, palabra, escrito o imagen, haciendo
uso para ello, de instrumentos, procesos técnicos u otros medios. Como se observa, el tipo penal
hace uso de los verbos observar, escuchar y registrar, circunstancia que nos convence que el tipo
penal recoge tres supuestos delictivos que perfectamente pueden aparecer en la realidad concreta
1.- La primera modalidad, del delito de violación a la intimidad se configura cuando el agente lesiona
la intimidad personal o familiar del sujeto pasivo, observando conductas intimas que desarrolla aquel
en su esfera privada, haciendo uso para ello de instrumentos, procesos técnicos u otros medios.
Ocurre por ejemplo, cuando el agente haciendo uso de una larga vista, todas las mañanas observa a
su vecina haciendo aeróbicos en ropa íntima, quien no tiene la menor idea que viene siendo
observada. No le falta razón a Javier Villa Stein (1988, p. 129) cuando certeramente, respecto de este
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punto, sostiene que la observación además de dirigida, será la que corresponde al propósito del
agente de enterarse de lo que ocurre, es decir, atenta, concentrada y hasta sostenida, pues una
observación casual o de pasada, no puede darse por subsumida en el tipo penal. En otros términos,
2.- La segunda modalidad del delito de violación de la intimidad, se configura o aparece cuando el
o interés privado o familiar, utilizando instrumentos, procesos técnicos u otros medios. Ocurre por
ejemplo cuando el agente haciendo uso de un micrófono miniaturizado que previamente ha colocado
en el comedor de sus vecinos, todos los días escucha las conversaciones familiares que aquellos
cuando el agente lesiona la intimidad personal o familiar del agraviado registrando, anotando,
grabando o graficando mediante instrumentos, procesos técnicos u otros medios, un hecho, palabra,
escrito, imagen o datos sensibles que pertenecen a la esfera o ámbito privado de aquel. Se evidencia
por ejemplo cuando el sujeto activo, haciendo uso de un mini radio cassett, que previamente coloca
en el dormitorio de los agraviados, graba la conversación íntima que tiene la pareja en el lecho
matrimonial.
El legislador, al referirse a los medios con los cuales el sujeto activo puede desarrollar sus conductas
reprochables, generalizando, indica que puede ser mediante “instrumentos, procesos técnicos u otros
medios”. Tales términos sin duda, sirven para subsumir todo tipo de mecanismos o medios que el
avance de la cibernética ha creado o vaya creando capaz de poner en peligro o lesionar la intimidad
personal o familiar de las personas. Estos pueden ser por ejemplo las conexiones telefónicas
Otro aspecto a tomar en cuenta en los delitos contra la intimidad, es el referente a que las conductas
expuestas deben ser realizadas sin el consentimiento libre del afectado, esto es, a efectos de la
saber que el agente viene observando, escuchando o registrando hechos o conductas pertenecientes
a su esfera o ámbito de su vida privada. Por el contrario, si se verifica que el sujeto pasivo prestó su
consentimiento libremente con la finalidad que el agente le observe, escuche o registre aspectos o
datos de su vida íntima, por aplicación del art. 14 del Código Civil, la conducta será atípica y por lo
tanto irrelevante penalmente. El consentimiento como causa de atipicidad ha sido confirmada por el
legislador del Código Penal cuando en el artículo 158 prevé que estos delitos son perseguibles por
acción privada, esto significa que si el agraviado presta su consentimiento o en todo caso, después
de la realización de la conducta ilícita presta su consentimiento, la conducta será impune al no
presentar denuncia. La autorización o consentimiento del sujeto pasivo debe ser expresa y clara, no
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cabe alegar autorización tácita. La renuncia a un derecho fundamental como lo es la intimidad no se
Los párrafos segundo y tercero del tipo penal en análisis, recogen dos circunstancias que agravan el
delito de violación de la intimidad. Las agravantes aparecen cuando el agente, revela o hace público
A.- Cuando el agente revele la intimidad.- El segundo párrafo del tipo penal en hermenéutica jurídica
recoge la circunstancia agravante que se configura cuando el agente revela, manifiesta, expone,
declara o comunica a otra persona los hechos o conductas de la vida íntima del sujeto pasivo que ha
conocido en forma ilegal haciendo uso de instrumentos o procesos técnicos. La agravante se justifica
plenamente por el mayor daño que se ocasiona al titular de la intimidad personal o familiar.
B.- Cuando el agente utilice los medios de comunicación social para revelar la intimidad.- El tercer
párrafo del tipo penal 154 del Código sustantivo recoge la circunstancia agravante que se configura
cuando el agente pública o mejor, hace de conocimiento público, los hechos o conductas de la vida
íntima de la víctima sin contar con su consentimiento, haciendo uso para ello de los medios de
comunicación social masiva. Ocurre por ejemplo, cuando el sujeto activo hace conocer aspectos
íntimos del agraviado por medio de la radio, la televisión, los periódicos, etc. El uso de los medios de
comunicación masiva, hace más reprochable la conducta del agente, pues la intimidad de la víctima
se verá más afectada cuando mayor sea el número de personas que la conocen.
Finalmente, respecto de las circunstancias agravantes, debe quedar establecido que según la
redacción del segundo y tercer párrafo del tipo penal 154, el agente debe revelar o publicar la intimidad
conocida de la manera prevista en el tipo básico, es decir, en forma ilícita. En consecuencia, no se
comete hecho punible cuando después de observar, escuchar o registrar conductas o hechos
referentes a la intimidad personal o familiar de una persona, contando para ello con su consentimiento,
se revela a un tercero o se hace público haciendo uso de los medios de comunicación masiva sin
El bien jurídico tutelado lo constituye el derecho a la intimidad personal entendida en dos aspectos
únicamente asequible al titular y la intimidad personal externa que lo constituye el espacio espiritual
asequible a quienes aquel titular desee (la que afecta a familiares y amigos) para desarrollar su
formación y personalidad como ser humano. En concreto, con la tipificación del delito de violación de
la intimidad, el Estado pretende o busca proteger el derecho a la intimidad de las personas, es decir,
el Estado busca cautelar la facultad que le asiste a toda persona de tener un espacio de su existencia
para el recogimiento, la soledad, la quietud, evitando las interferencias de terceras personas, así como
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la divulgación de hechos reservados para sí, permitiendo un desarrollo libre y autónomo de su
personalidad.
También se pretende proteger la intimidad familiar, entendida como la facultad que le asiste a toda
unidad familiar de tener una esfera de intimidad para su normal desenvolvimiento sin la interferencia
de personas ajenas al grupo familiar. Lo constituye el espacio que un grupo de personas que
conforman una familia han decidido reservar para ellos, cuyas manifestaciones identifican al grupo.
Sujeto Activo
Agente, sujeto activo o autor de las conductas descritas puede ser cualquier persona, el tipo penal no
exige que éste goce de alguna condición o cualidad especial. Es obvio que cuando afirmamos que
puede ser cualquier persona nos referimos a todas aquellas personas susceptibles de ser atribuidas
conductas delictivas, o mejor, aquellas que tienen capacidad para asumir responsabilidad penal. Cabe
mencionar que incluso pueden ser sujetos activos los funcionarios o servidores públicos, con la única
diferencia que como veremos más adelante, su conducta aparece tipificada en el tipo penal 155 del
C.P. como agravante de las conductas.
Sujeto Pasivo
Víctima, agraviado o sujeto pasivo de las conductas tipificadas en el tipo penal 154 del C.P. también
puede ser cualquier persona individual o un grupo de personas que conforman una familia. Aun
cuando es obvio, resulta pertinente dejar expresado que muy bien puede constituirse en sujeto pasivo
o víctima del delito contra la intimidad un personaje público el mismo, que como es lógico, tiene un
margen de intimidad más reducido que cualquier ciudadano común y corriente que desarrolla su vida
al margen de la publicidad y de las actividades públicas. “Sin embargo, ningún personaje público
pierde totalmente su derecho a la intimidad, salvo que haga una renuncia expresa a determinados
acontecimientos que voluntariamente, los pone a conocimiento del público o admite la intromisión”
(Morales Godo, Los personajes públicos y el derecho a la intimidad, p. 44). Por otro lado, resulta
necesario afirmar que una persona jurídica no es susceptible de convertirse en sujeto pasivo del delito
de violación de la intimidad, ello por exclusión expresa del tipo penal en exégesis que habla de
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la estructura del tipo penal se evidencia con claridad meridiana que se trata de un delito de
comisión dolosa. Ello significa que el agente debe conocer perfectamente que observa, escucha o
registra hechos o conductas íntimas del agraviado sin su consentimiento, sin embargo,
voluntariamente decide actuar en perjuicio evidente de la víctima. Saber si el agente conocía que
actuaba ilícitamente o en forma indebida corresponderá al elemento culpabilidad. Esto es, determinar
en la realidad concreta por actos culposos. Tampoco aparece alguna modalidad del hecho punible de
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violación de la intimidad cuando determinada persona por una casualidad o en forma circunstancial
Considero que es posible se presente un error de tipo cuando el agente obre en la creencia que el
intimidad.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- De la estructura del tipo penal se concluye que se trata de un delito de resultado y por lo
tanto, es factible que el desarrollo de las conductas ilícitas se quede en grado de tentativa. En efecto,
estaremos frente a un tipo de realización imperfecta cuando el agente realice los actos necesarios
para violar la intimidad del sujeto pasivo, pero no llega a lograr su objetivo. Ocurrirá por ejemplo,
de escuchar conversaciones íntimas, sin embargo, casualmente, la víctima llega a descubrir los
aparatos evitando de ese modo que el agente logre su objetivo. No le falta razón a Villa Stein (1988,
p. 130), cuando sostiene que si el agente sin penetrar físicamente el ámbito territorial íntimo, prepara
dispositivos de observación a distancia, con el propósito, pero sin iniciar la conducta del tipo, por estar
que el agente observa, escucha o registra hechos o conductas que pertenecen al ámbito íntimo de la
del agraviado. Basta que el agente haya empezado a materializar las conductas prohibidas para estar
ante un delito consumado. Para efectos de la consumación del delito es irrelevante por ejemplo, que
el agente haya grabado o filmado una conversación íntima de una familia por espacio de dos minutos
o por dos horas.
De la redacción del tipo penal, se evidencia también que para efectos de la consumación no es
necesario que el agente revele o haga público las conductas o hechos de carácter íntimo conocidos
ilegalmente; es suficiente que se viole la intimidad familiar o personal del afectado. Si llega revelarse
o publicarse los aspectos íntimos conocidos en forma ilícita, a lo más se configurará una circunstancia
agravante, la misma que motiva mayor pena a imponer al agente. En suma, se trata de un delito de
mera actividad, es decir, no se requiere que el autor persiga o consiga alguna finalidad; tampoco se
requiere que la víctima pruebe que su intimidad ha sido seriamente afectada para configurarse el
delito. Para ello sólo es suficiente que el agente realice alguno de los actos previstos en el tipo penal,
ya sea observar, escuchar o registrar.
Penalidad
El tipo penal debidamente dispone que al tratarse de una de las conductas tipificadas en el tipo básico
del art. 154, la pena a imponerse al agente será no menor de dos días ni mayor de dos años.
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En caso de la agravante tipificada en el segundo párrafo del tipo penal citado, se impondrá al autor
pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años, unido a ello, de treinta a ciento
veinte días-multa. Finalmente, en caso de la agravante prevista en el tercer párrafo del tipo penal en
análisis, se impondrá pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años, unido a
Si el agente es funcionario o servidor público y, en ejercicio del cargo, comete el hecho previsto en el
artículo 154, la pena será no menor de tres ni mayor de seis años e inhabilitación conforme al artículo
36 incisos 1, 2 y 4.
Análisis
De la estructura del tipo penal, se evidencia que constituye una circunstancia agravante de las
conductas tipificadas en el tipo penal 154. Las conductas delictivas ya analizadas se agravan por la
calidad del agente. En efecto, las conductas de observar, escuchar o registrar hechos o conductas,
en forma ilegal, de carácter íntimo personal o familiar se agravaran cuando el agente tiene la calidad
de funcionario o servidor público. De ese modo, para saber qué personas se constituyen en
funcionarios o servidores públicos para la Ley penal no queda otra alternativa que recurrir al artículo
425 del Código Penal. En efecto, allí se expresa que se consideran funcionarios o servidores públicos
los que están comprendidos en la carrera administrativa; los que desempeñan cargos políticos o de
confianza, incluso si emanan de elección popular; todo aquel que independientemente del régimen
laboral en que se encuentre, mantiene vínculo laboral o contractual de cualquier naturaleza con
entidades u organismos del estado y que en virtud de ello ejerce funciones en dichas entidades u
organismos; los miembros de las fuerzas armadas y la Policía Nacional y los demás, indicados por la
funcionario o servidor público, sino que, la conducta punible debe ser realizada en el ejercicio del
cargo que ostenta aquél. Esto significa que el agente debe actuar cuando se encuentra laborando o
cumpliendo sus funciones normales correspondientes a su cargo. Caso contrario, si el funcionario o
servidor público comete los hechos punibles previstos en el tipo penal 154, fuera del ejercicio normal
del cargo que ostenta, no se configura la agravante. En consecuencia, para subsumir un hecho a la
figura agravada prevista en el tipo penal 155 será necesario verificar dos circunstancias importantes:
primero, que el agente sea funcionario o servidor público y segundo, que el agente realice el ilícito
penal en el ejercicio de su cargo. Las dos circunstancias deben ser concurrentes, a falta de una de
ellas la agravante no aparece. Por ejemplo, no se configurará la agravante cuando un servidor público
aprovechando su mes de vacaciones, en forma ilegal, se dedica a filmar la vida íntima de sus vecinos.
ilegalmente. Basta constatar que el agente en forma ilegal ha observado visualmente, escuchado o
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registrado de cualquier manera un hecho, actividad, imagen, palabras o escritos que tienen que ver
con la intimidad personal o familiar del agraviado, para configurarse el delito agravado.
Penalidad
Al tratarse de una conducta agravada por la calidad del agente, la pena que se impondrá al agente
después de un debido proceso, será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años e
DELITOS SEXUALES
Largo ha sido el tiempo en que la religión, la moral, las costumbres y las convenciones tuvieron un
importante poder regulador de las conductas humanas en la sociedad y en cierto modo, podían por
sí solas mantener unida a una sociedad. Sin embargo, aquellos factores culturales, con el transcurso
del tiempo y conforme al avance del conocimiento científico, han perdido fuerza social. Ello debido al
pluralismo y fragmentación de las modernas concepciones sobre los valores que el individuo ha
llegado a concebir; resultando como consecuencia, que todas las funciones de estos factores las ha
asumido el derecho, pues actualmente es el único en prescribir de modo vinculante lo que el individuo
En esta época en que las variadas corrientes del pensamiento, por peculiaridades específicas, han
como elemento básico a la libertad individual, elemento que se traduce en uno de los derechos
fundamentales de los ciudadanos y pilar de un Estado democrático de derecho; en consecuencia, su
En ese sentido, un Estado que respete una diferenciada estructura axiológica sexual en el seno de la
sociedad, debe renunciar a la pretensión de imponer determinadas costumbres sexuales, y más bien
debe considerar que dentro de una realidad tan cambiante como la actual, resulta ficticio pretender
descriminalizado diversas conductas que en el pasado fueron consideradas delictivas por el simple
hecho de ser inmorales o deshonestas, tales como aquellas que se realizan con el consentimiento de
Teniendo en cuenta las ideas precedentes, el legislador del Código penal vigente recogió a la libertad
sexual como el bien jurídico protegido en los delitos sexuales. Con ello se pretende proteger una de
las manifestaciones más relevantes de la libertad; es decir, la libertad sexual, pues al ser puesta en
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peligro o lesionada trasciende los ámbitos físicos para repercutir en la esfera psicológica del individuo,
Para el penalista español Miguel Bajo Fernández (T. I, 1991, p. 198), este aspecto de la libertad debe
entenderse de dos maneras. Como libre disposición del propio cuerpo, sin más limitaciones que el
respeto a la libertad ajena; y como facultad de repeler agresiones sexuales de terceros. En sentido
parecido, el destacado profesor Caro Coria (Problemas de interpretación judicial en los delitos contra
la libertad e indemnidad sexuales, 1999, p. 216; Delitos contra la libertad e indemnidad sexual, 2000,
p. 67)), prefiere enseñar que la libertad sexual debe entenderse tanto en sentido positivo-dinámico
de la persona de disponer libremente de su cuerpo para efectos sexuales, mientras que el cariz
puramente positivo. No se entiende como la facultad que permita a las personas a tener relaciones
sexuales con todos, sino debe entenderse en un sentido negativo, por el cual no puede obligarse a
nadie a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
La libertad sexual es la capacidad de toda persona para comportarse como a bien tenga en la
actividad sexual. Es la capacidad que tiene la persona de elegir libremente, el lugar, el tiempo, el
contexto y la otra persona para relacionarse sexualmente. En ese sentido, el profesor Roy Freyre
(1975, p. 40) la define como la voluntad de cada persona de disponer espontáneamente de su vida
sexual, sin desmedro de la convivencia y del interés colectivo. En esa línea, no le falta razón a María
del Carmen García Cantizano (Los delitos contra la libertad sexual como delitos de acción pública;
1999, p. 42), cuando sostiene que el concepto de libertad sexual se identifica a la capacidad de
por dos requisitos fundamentales: en primer lugar, por el pleno conocimiento del sujeto del contenido
y alcance de dichas relaciones, lo que evidentemente implica que éste ha de contar con la capacidad
mental suficiente para llegar a tener dicho conocimiento; y en segundo lugar, por la manifestación
voluntaria y libre del consentimiento para participar en tal clase de relaciones, lo que tiene como
Comprendida de ese modo la libertad sexual, se llega a la conclusión que en los delitos sexuales
pueden ser sujetos activos o pasivos tanto el varón como la mujer, sea esta menor, soltera, virgen,
prostituta o casada. De ahí que coincidamos doctrinariamente que en nuestra legislación penal actual,
se ha previsto el hecho punible de violación sexual dentro del matrimonio, pudiendo ser sujeto activo
uno de los cónyuges y pasivo el otro. De esa forma, en el Título Cuarto del Código Penal, rotulado
como ‘Delitos contra la Libertad’ ubicamos el capítulo noveno, etiquetado como ‘Violación de la
Libertad Sexual’, donde se regulan todas las conductas delictivas que lesionan o ponen en peligro los
bienes jurídicos “libertad sexual” e “indemnidad sexual”. Rúbrica que con sobrada razón afirma Caro
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Coria (Delitos contra la libertad sexual e indemnidad sexuales, 2000, p. 63) resulta deficiente por dos
razones: primero porque incorpora ilícitos que atentan contra “la indemnidad” o “intangibilidad” de
menores de edad. En segundo término, la expresión violación comulga con una concepción de la
agresión sexual limitada a la genitalidad, es decir, la penetración vaginal o anal y, en estricto mediante
el uso de violencia o amenaza, lo que excluye relevancia a la sanción de conductas como el acto
No obstante, la forma cómo se ha regulado las conductas sexuales delictivas en nuestro Código
sustantivo, merece general aceptación, pues se ajusta a los lineamientos de un Estado Social y
Democrático de derecho que propugna todo nuestro sistema jurídico, aún cuando en ciertas
coyunturas se le deja de lado. En nuestro sistema, la igualdad de todos ante la ley le es consustancial,
por lo que de ningún modo puede hacerse distinciones de sexo aparte de las diferencias que impone
la propia naturaleza, y también, porque se ha tomado en cuenta una realidad difícil de soslayar, en el
sentido que la mujer no es sólo un mero sujeto pasivo en el ámbito sexual, sino que posee idéntica
capacidad de iniciativa que el varón y muchas veces, cumplen un rol protagónico superior a él, en el
desarrollo de la conducta sexual. Ello actualmente se constituye en una realidad generalmente
aceptada.
Por otro lado, muy bien apuntan Bramont-Arias Torres y García Cantizano (1997, p. 233), al
manifestar que hay comportamientos dentro de la categoría de los delitos sexuales en los que no
puede afirmarse que se proteja la libertad sexual, en la medida en que la víctima carece de esa libertad
o, aún si la tuviera fácticamente, ha sido considerada por el legislador irrelevante. De esa forma, en
los tipos penales en los cuales el legislador no reconoce eficacia a la libertad sexual del sujeto pasivo
como por ejemplo en los supuestos de hecho recogidos en los arts. 172, 173 y 176-A del C.P., el
interés que se pretende proteger es la indemnidad o intangibilidad sexual entendida como seguridad
o desarrollo físico o psíquico normal de las personas para de ser posible en el futuro ejercer su libertad
sexual. Caro Coria (2000, p. 69) por su parte, amparado en argumentos de penalistas españoles,
afirma que en los tipos penales antes citados, lo protegido no es una inexistente libertad de disposición
sexual en sí misma, aunque exista tolerancia de la víctima, lo protegido son las condiciones físicas y
psíquicas para el ejercicio sexual en “libertad”, las que puede alcanzar el menor de edad, recuperar
quien esté afectado por una situación de incapacidad transitoria, o, como sucede con los enajenados
y retardados mentales, nunca obtenerla. En estricto -sentencia el autor citado- si se desea mantener
a tales personas al margen de toda injerencia sexual que no puedan consentir jurídicamente, no se
tutela una abstracta libertad, sino las condiciones materiales de indemnidad o intangibilidad sexual.
En consecuencia, es la indemnidad o intangibilidad sexual el verdadero bien jurídico que se tutela con
las conductas delictivas previstas en los tipos penales antes referidos. Esto es, le interesa al Estado
proteger la sexualidad de las personas que por sí solas no pueden defenderlo al no tener la capacidad
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suficiente para valorar realmente una conducta sexual. Circunstancia que posibilita el actuar delictivo
del agente. La idea de “indemnidad sexual” se relaciona directamente con la necesidad de proteger y
garantizar el desarrollo normal en el ámbito sexual de quienes aún no han alcanzado el grado de
madurez suficiente para ello, como sucede en el caso de menores, así como con la protección de
quienes, debido a anomalías psíquicas, carecen, a priori, de plena capacidad para llegar a tomar
conciencia del alcance del significado de una relación sexual (García Cantizano María del Carmen,
Ob. Cit., p. 43). En términos del español Muñoz Conde (Derecho Penal, Parte Especial, 2001, p. 201)
podemos concluir que la protección de menores e incapaces se orienta a evitar ciertas influencias que
para que cuando sean adultos puedan decidir en libertad sobre su comportamiento sexual, y en el
caso de los incapaces, para evitar que sean utilizados como objeto sexual por terceras personas que
El que con violencia o grave amenaza, obliga a una persona a tener acceso carnal por vía vaginal,
anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de
las dos primeras vías, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de
ocho años.
La pena será no menor de doce ni mayor de dieciocho años e inhabilitación conforme corresponda:
2. Si para la ejecución del delito se haya prevalido de cualquier posición o cargo que le dé particular
autoridad sobre la víctima, o de una relación de parentesco por ser ascendente, cónyuge, conviviente
de éste, descendiente o hermano, por naturaleza o adopción o afines de la víctima, de una relación
3. Si fuere cometido por personal perteneciente a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional del Perú,
5. Si el autor es docente o auxiliar de educación del centro educativo donde estudia la víctima.
TIPICIDAD OBJETIVA
Actualmente con la modificatoria del Código Penal respecto de los delitos sexuales por la Ley 28704,
el delito de violación sexual se configura cuando el agente o sujeto activo haciendo uso de la violencia
o grave amenaza logra realizar o tener acceso por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos
análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías con la víctima
sin contar con su consentimiento o voluntad. El acceso carnal o acto sexual se realiza en contra de la
voluntad del sujeto pasivo. El verbo “obligar” utilizado en la redacción del tipo penal, indica que para
realizar el acceso carnal (vaginal, anal o bucal) o análogo (introducción de objetos o partes del cuerpo
vía vaginal o anal) se vence la resistencia u oposición de la víctima. Así mismo, del mismo tipo penal
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se desprende que los medios ilícitos previsto por el legislador para vencer la resistencia del sujeto
Del contenido del supuesto de hecho del tipo penal, se desprende que la conducta típica de violación
sexual se perfecciona cuando el sujeto activo obliga a realizar el acceso carnal sexual al sujeto pasivo
haciendo uso de la fuerza física, intimidación o de ambos factores; el acto sexual o acceso carnal
puede ser tanto por la vía vaginal, anal, bucal o mediante la realización de otros actos análogos como
puede ser la introducción de objetos o partes del cuerpo en la vagina o ano del sujeto pasivo.
Ahora por disposición expresa del modificado tipo penal 170, el acto o acceso carnal sexual puede
materializarse tanto por vía vaginal como por vía anal o bucal. Sin duda que en el coito oral se
presentaran problemas al probar la consumación, sin embargo, bastará probarse que el sujeto activo
introdujo su miembro viril en la cavidad bucal de la víctima para alegar que estamos ante un delito
consumado, siendo irrelevante la eyaculación. Por otro lado, también se materializa el delito de
violación sexual cuando el agente en lugar de usar su órgano sexual natural, introduce por la vía
vaginal o anal, objetos o partes del cuerpo. El segundo supuesto, se materializa cuando el agente del
acceso carnal prohibido en lugar de hacer uso de su órgano sexual natural u objetos, introduce en su
víctima vía vaginal o anal, partes del cuerpo. Este supuesto se presenta cuando por ejemplo, el agente
introduce por la vagina o el ano del sujeto pasivo, los dedos, la lengua o la mano completa. Aquí las
“partes del cuerpo” a que hace referencia el tipo penal, pueden ser tanto del agente como de la misma
víctima, pues aquel muy bien haciendo uso de la fuerza puede coger la mano de su víctima-mujer por
ejemplo, e introducirlo en su vagina. Por exclusión tácita del tipo penal, no existe violación sexual
cuando el agente simplemente se limita a introducir objetos o partes del cuerpo en la boca de su
víctima. A lo más tal hecho será calificado como acto obsceno siempre y cuando el objeto usado
a) Fuerza Física.- Es la violencia material que se refiere el tipo Penal. Consiste en una energía física
ejercida por el autor sobre la víctima. El autor recurre al despliegue de una energía física para vencer
con ella, por su poder material, la resistencia de la víctima. La violencia se traduce en actos materiales
sobre la víctima (golpes, cogerla violentamente de las manos, etc.) tendientes a someterlo a un
contexto sexual deseado por el agente pero a la vez, no querido ni deseado por el sujeto pasivo.
b) Grave Amenaza.- El medio grave amenaza a que hace referencia el tipo penal en hermenéutica
jurídica, consiste en el anuncio de un mal o perjuicio inminente para la víctima, cuya finalidad es
instrumento no es el despliegue de una energía física sobre el sujeto pasivo, sino el anuncio de un
mal. La amenaza o promesa directa de un mal futuro, puede hacerse por escrito, en forma oral o
cualquier acto que lo signifique. Es evidente que el mal a sufrirse mediata o inmediatamente, puede
persona, su honor, sus bienes, secretos o personas ligadas por afecto, etc.
El acto sexual debe ser producto de la voluntad coaccionada del sujeto pasivo. El contenido de la
C) Finalidad de la fuerza y la grave amenaza.- Violencia y amenaza se asemejan en tanto que ambas
resultan ser un medio de coacción tendiente a restringir o a negar la libertad de la víctima. Pero
mientras la violencia origina siempre un perjuicio presente e implica siempre el empleo de una energía
física sobre el cuerpo de la víctima, la amenaza se constituye en un anuncio de originar un mal futuro.
En suma, la finalidad que tiene la violencia o amenaza grave es vencer la resistencia de la víctima a
practicar el acto o acceso carnal sexual, ya sea vía vaginal, anal o bucal; el mismo que puede
materializarse haciendo uso del órgano sexual natural o con la introducción de objetos o partes del
cuerpo. Su finalidad es lograr conseguir el propósito final del agente cual es someter al acceso carnal
La libertad sexual. La libertad sexual debe entenderse en un doble aspecto: como libre disposición
del propio cuerpo sin más limitaciones que el respeto a la libertad ajena, y como facultad de repeler
agresiones sexuales de otro. El tipo penal del delito de violación sexual trata de tutelar una de las
manifestaciones más relevantes de la libertad; aquella cuyos ataques transciende los ámbitos físicos
En el delito de violación sexual, la relación entre el sujeto activo y pasivo es directa, caso contrario,
aquel ilícito no se configura.
1.- Sujeto activo.- Según la redacción del tipo penal, el agente del delito de violación puede ser
cualquier persona, el autor de violación sólo puede ser el varón, que es el único que puede penetrar
carnalmente; la mujer puede ser partícipe del delito de violación en cualquiera de sus formas, excepto
2.- La mujer como sujeto activo.- Se considera agente o autor del delito de violación sexual a toda
persona que realiza la acción o acciones tendientes a someter a un contexto sexual determinado al
sujeto pasivo. Pudiendo ser tanto el varón como una mujer. En suma, cualquier persona que imponga
el acto sexual en las condiciones previstas en el artículo 170 del Corpus Juris penal, lesionando con
ello la libertad sexual del sujeto pasivo, será autor del delito en exégesis (interpretación).
3.- Sujeto pasivo.- En el delito de violación sexual puede ser sujeto pasivo o víctima, tanto el varón
como las mujeres mayores de catorce años sin otra limitación. En ello la doctrina es unánime. El tipo
penal responde con ello a la realidad delictiva. La identificación de ambos sexos viene de suyo. No
En ese sentido, el sujeto pasivo no debe tener ninguna otra condición que la de ser persona natural.
Siendo así, en caso de mujer puede ser agraviada, la mujer soltera o casada, virgen o desflorada,
viuda o divorciada, vieja o joven, honesta o impúdica, pues lo que se violenta no es su honestidad u
TIPICIDAD SUBJETIVA
La satisfacción sexual por medio del acto o acceso carnal es el objetivo del agente de un plan
previamente ideado. Si aquel objetivo no se materializa en la realidad y por ejemplo, el agente sólo
tuvo por finalidad lesionar a su víctima introduciéndole ya sea por la cavidad vaginal o anal objetos o
El elemento subjetivo en el comportamiento delictivo de violación sexual lo constituye el dolo, esto es,
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Estando que el delito de violación sexual necesita de actos previos para su consumación,
es posible la tentativa.
Consumación.- La consumación del delito es la verificación real de todos los elementos del tipo legal.
En la violación sexual, la consumación se verifica en el momento que se inicia el acceso carnal sexual
propiamente dicho, es decir, con la penetración del miembro viril en la cavidad vaginal, bucal o anal
sin que sea necesario ulteriores resultados, como eyaculaciones, ruptura del himen, lesiones o
embarazo. En ese sentido, se afirma que no interesa si la penetración es completa o parcial; basta
que ella haya existido real y efectivamente, para encontrarnos frente al delito de violación sexual
consumado.
El término penetración debe entenderse tanto cuando el miembro viril del varón agresor se introduce
en la cavidad vaginal, anal o bucal de la víctima, como cuando alguna de aquellas cavidades viene a
introducirse en el pene del varón agredido sexualmente. Con la penetración se inicia el acto sexual u
análogo propiamente dicho.
También en los supuestos en que el agente no utiliza el miembro sexual natural para acceder a la
víctima, se consuma cuando el agente comienza a introducir los objetos o partes de su cuerpo (lengua,
Autoría y Participación
Lo expuesto de ningún modo deja sin aplicación las reglas de la participación previstas en los art. 24
y 25 del Código Penal. Esencialmente, los partícipes no tienen el dominio del hecho, ello lo diferencia
El delito de violación sexual se agrava hasta por las circunstancias debidamente previstas en la ley
penal. Veamos en seguida en qué consisten cada una de ellas:
sexual. En efecto, se establece que estaremos ante la violación sexual agravada cuando en la
comisión del hecho participan dos o más personas o si se realiza a mano armada. Es decir, se tratan
de circunstancias diferentes. En efecto, se agrava la violación sexual cuando el sujeto activo para
conseguir su objetivo hace uso de arma de fuego o de cualquier otro tipo; y a la vez, actúa con el
concurso de dos o más sujetos; basta que el sujeto haga uso de un arma (revólver, cuchillo, etc.) para
vencer la resistencia de la víctima, incluso poniendo en peligro hasta su integridad al poder hacer uso
efectivo del arma. Igual ocurre cuando concurren dos o más sujetos.
2.- Si para la ejecución del delito se haya prevalido de cualquier posición o cargo que le dé particular
autoridad sobre la víctima, o de una relación de parentesco por ser ascendente, cónyuge, conviviente
de éste, descendiente o hermano, por naturaleza o adopción o afines de la víctima, de una relación
Aparece esta agravante cuando el agente somete al acto o acceso carnal sexual a su víctima,
aprovechando la posición de ventaja o superioridad que tiene sobre ella. Así también, se configura la
agravante cuando el agente aprovechando el cargo que le da particular autoridad sobre la víctima, la
somete al acceso carnal. Esta agravante es de aplicación para aquellos jefes que por ejemplo,
someten por medio de la violencia y grave amenaza a sus subordinados al acto sexual, etc. De igual
forma se perfecciona la agravante cuando el sujeto activo somete al acto o acceso carnal a su víctima
consanguíneo o por adopción o afines de aquella. Esta agravante ésta dispuesta para aquellos padres
que con el cuento que brindan protección y alimento a sus hijas, haciendo uso de la violencia las
someten al acto sexual; o para aquellos hermanos mayores que por la violencia o intimidación obligan
a sus hermanas menores a practicar el acto sexual. La agravante, es de aplicación a los autores de
la violación sexual cuando la víctima, es su madre o padre, hijo o hija consanguínea o adoptiva, nieto
Este se agrava el delito de violación sexual cuando el agente en pleno ejercicio de su función pública
en su condición de miembro de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, serenazgo, policía municipal
o vigilancia privada, somete al acto o acceso carnal sexual a la víctima. La agravante se justifica por
el hecho que aquellos grupos de personas ejercen función pública consistente en brindar seguridad
y protección a los ciudadanos. De modo que si en lugar de ejercer su función encomendada
normalmente, haciendo uso de la violencia o amenaza grave, someten al acto sexual a su víctima,
aparte de lesionar el bien jurídico “libertad sexual” afectan gravemente la confianza brindada ya sea
por parte del Estado o de un tercero que los contrató en caso de vigilancia privada.
4.- Si el autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave
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Esta circunstancia agravante se configura cuando el agente sabiendo que es portador de una
enfermedad de transmisión sexual (SIDA, Herpes, Chancro, etc.), haciendo uso de la violencia o
amenaza grave somete al acto o acceso carnal sexual a su víctima. La agravante se explica por el
hecho que aparte de lesionar la libertad sexual de la víctima, el agente lesiona su salud toda vez que
5.- Si el autor es docente o auxiliar de educación del centro educativo donde estudia la víctima
Esta circunstancia agravante se configura cuando el agente haciendo uso de su cargo como educador
brindada en la institución.
Penalidad
El autor del delito de violación sexual será pasible de pena privativa de libertad no menor de seis ni
De concurrir las agravantes previstas en el segundo párrafo del art. 170 del CP., la pena será no
El que tiene acceso carnal con una persona por vía vaginal, anal o bucal, o realiza otros actos
análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, después de
haberla puesto en estado de inconsciencia o en la imposibilidad de resistir, será reprimido con pena
Cuando el autor comete este delito abusando de su profesión, ciencia u oficio, la pena será privativa
El delito de violación sexual presunta, se configura cuando el agente después de haber colocado a
introduciendo objetos o partes del cuerpo por la cavidad vaginal o anal. En tal sentido y de la propia
redacción del tipo penal, se advierte que aquel recoge dos supuestos de hecho que por su naturaleza
adquieren autonomía en la realidad concreta. Así tenemos: cuando el agente con el propósito de
configura cuando el agente, con la finalidad de practicar el acto o acceso carnal sexual pone a la
víctima en incapacidad para resistir a la agresión sexual.
Resulta necesario reiterar que ambas condiciones o circunstancias, necesariamente deben aparecer
momentos antes de la consumación del acto sexual u análogo como es la introducción de objetos o
partes del cuerpo por la cavidad vaginal o anal. Si se verifica que tales circunstancias fueron
ocasionadas por el agente con posterioridad al acto sexual, el delito en comentario no se configura.
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1.- Colocar en Estado de Inconsciencia
Villa Stein (1998, p. 185), asevera que por estado de inconsciencia debemos entender, al mental
transitorio absoluto o parcial, no mórbido, que priva a la víctima de su capacidad intelectiva y volitiva
para asimilar y oponerse al agravio de que está siendo víctima. Tal el caso de la embriaguez,
narcóticos, pastillas somníferas en particular, afrodisíacos, anestesia del ginecólogo que simula un
aborto, etc.
la incapacidad física de la víctima para poder defenderse. Aquí el sujeto pasivo conserva su plena
capacidad de entender, pero las circunstancias materiales del suceso demuestran que es obvio que
está privada de la potestad de querer (En los supuestos previstos por el legislador se evidencia que
el agente actúa sobre seguro de no fallar en la consumación del acto sexual. Actúa alevosamente,
El último párrafo del artículo 171 recoge la primera agravante del delito de violación sexual presunta.
En efecto, allí se tipifica la agravante que se configura cuando el agente para efectuar el acceso carnal
sobre su víctima, abusa de su profesión, ciencia u oficio. Se entiende que la profesión, ciencia u oficio
que ejerce el agente, es de aquellas que para su ejercicio necesita de la confianza de los demás. Por
ejemplo, la profesión o ciencia médica requiere de la confianza del paciente y sus familiares para con
el médico, cirujano, odontólogo, enfermera, etc. Si no hay confianza es más que difícil su ejercicio.
dentadura de su paciente para su tratamiento, le pone una fuerte dosis y luego le practica el acto
sexual. El caso judicializado del cirujano Max Álvarez, es un típico ejemplo de violación sexual
presunta agravada. Los medios de comunicación se encargaron de hacer conocer al público cómo
este cirujano plástico luego que anestesiaba a su paciente, procedía a introducirle una prótesis sexual.
Aquí el médico colocaba en estado de inconsciencia a su víctima y luego realizaba sobre ella el acceso
sexual, lesionando de ese modo la libertad sexual de su víctima así como vulnerando la confianza
depositada en él.
El bien jurídico que se busca proteger con la tipificación de los supuestos delictivos recogidos en el
art. 171 del Código Penal, lo constituye la libertad sexual entendida en sus dos facetas como la libre,
voluntaria y espontánea disposición del propio cuerpo en contextos sexuales sin más limitación que
deseadas. Sin duda, en los supuestos de hecho comentados, la libertad sexual del sujeto pasivo en
forma evidente y alevosa aparece limitada cuando no anulada transitoriamente. Aquí el posible
condicionado.
Sujeto Activo
Agente, autor o sujeto activo del delito puede ser tanto el varón como la mujer. El tipo penal no exige
condición o cualidad especial en el agente. En la doctrina es lugar común sostener que tanto hombre
como mujer pueden ser sujetos activos del delito en análisis, pues resulta obvio que tanto en varón
afrodisíacos. Más aún actualmente cuando el acceso carnal puede realizarse con la introducción vía
vaginal o anal de objetos o partes del cuerpo. Es perfectamente posible que una mujer luego de
colocar en estado de inconsciencia relativa a un varón le introduzca por el ano una prótesis sexual.
Sujeto Pasivo
Igual como sujeto activo puede ser varón o mujer, sujeto pasivo o víctima también pueden ser tanto
varón como mujer con la única condición que sea mayor de catorce años de edad y no sufra
incapacidad física o mental. Si la víctima tiene menos de catorce años, la conducta del agente se
subsumirá o encuadrará en el tipo penal que recoge la violación sexual de menor (art. 173 C.P.); y en
el caso, que la víctima sufra alguna incapacidad natural o previa al desarrollo de la conducta del
agente, el hecho será tipificado de acuerdo al tipo penal 172 que después analizaremos. En
consecuencia, se comprenden tanto las relaciones heterosexuales como las homosexuales entre
hombres o mujeres.
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del tipo penal se desprende que se trata de un delito netamente doloso; no es posible
la comisión imprudente. El sujeto activo actúa con pleno conocimiento y voluntad de realizar el acto o
acceso carnal sexual con el sujeto pasivo; es decir, el agente ordena su pensamiento y después sus
actos con la finalidad concreta de practicar el acto o acceso carnal sexual vía vaginal, anal o bucal o
realizando otro acto análogo como puede ser introduciendo objetos o partes del cuerpo en la vagina
o ano de su víctima. Así tenemos: primero el agente utilizando elementos extraños (alcohol,
narcóticos, afrodisíacos, etc.) pone o coloca a su víctima en estado de inconsciencia o en la
imposibilidad de oponer resistencia y acto seguido sin mayor dificultad realiza el acceso sexual o acto
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Es posible que el hecho se quede en el grado de tentativa. Ello ocurrirá cuando el agente
estando por iniciar el acto sexual después de haber colocado a su víctima en la imposibilidad de
resistir, es sorprendido por un tercero. Resulta importante tener en cuenta, que sólo habrá tentativa
cuando el agente haya dado inicio al acto sexual sin que haya logrado la penetración. Si por el
contrario ello no se verifica, no habrá tentativa, pues el hecho de colocar en estado de inconsciencia
o en incapacidad de resistir, sólo se configuran como actos preparatorios impunes por el carácter
que se produce el acto o acceso carnal sexual, el mismo que ocurre cuando comienza la penetración
del pene en la cavidad vaginal, bucal o anal. La penetración puede ser parcial o total. Para efectos de
la consumación basta verificar que haya existido penetración. Si ello no se verifica, el hecho,
caso, actos contra el pudor. Por su parte, cuando se trata de actos análogos, el delito se consuma en
el momento que el agente comienza a introducir objetos o partes del cuerpo en la vagina o ano de su
víctima.
Participación
presunta, es posible. En tal caso se aplicará lo previsto en los arts. 23, 24 y 25 del Código Penal.
Penalidad
El agente, será merecedor a pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años. En
el caso que concurra la agravante prevista en el último párrafo del artículo 171, el agente será
sancionado con pena privativa de libertad no menor de doce ni mayor de dieciocho años.
El que tiene acceso carnal con una persona por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos
introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, conociendo que sufre
incapacidad de resistir, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte ni mayor de
veinticinco años.
Cuando el autor comete el delito abusando de su profesión, ciencia u oficio, la pena será privativa de
libertad no menor de veinticinco ni mayor de treinta años.
TIPICIDAD OBJETIVA
El presente delito de acuerdo al inciso 2 del artículo 181 de su Código Penal, los españoles le
denominan “delito de abuso sexual”, se configura objetivamente cuando el agente teniendo pleno
conocimiento del estado psicológico o físico disminuido o anulado del sujeto pasivo, le practica el acto
sexual ya sea vaginal, anal o bucal. Este delito de violación sexual abusiva se perfecciona cuando el
sujeto activo con pleno conocimiento que su víctima sufre de un estado permanente o parcial de
resistir, le practica el acceso carnal sexual vía vaginal, anal o bucal o le introduce vaginal o analmente
objetos o partes del cuerpo.
Esto significa que para configurarse el delito no es necesario la concurrencia de todas aquellas
circunstancias previstas en el supuesto de hecho del tipo penal, sino basta que concurra una de ellas.
Los supuestos podemos conceptualizarlo del siguiente modo:
trastornos, permanentes o transitorios, cuya gravedad afecta de tal modo el sistema nervioso y el
comportamiento del que las padece que dificulta su sentido de la realidad, su capacidad de ajuste
adaptivo racional al medio ambiente y en consecuencia el dominio sobre la o las conductas de que
es protagonista (todo tipo de psicosis). Aquí, el sujeto pasivo no administra adecuadamente los
B.- Grave alteración de la conciencia.- Comprende la perturbación cognitiva que hace que el sujeto
pierda su capacidad intelectual de comprender y valorar lo que ocurre en su alrededor. Villa Stein
(1998, p. 188) afirma que es el caso de quien adolece un estado mental transitorio de conciencia
alterada, como la embriaguez, drogadicción, sueño profundo autoinducido o inducido por persona
distinta al agente.
Creemos necesario advertir que tanto la anomalía psíquica como el estado de grave alteración de la
conciencia aparecen recogidas en el inciso 1 del art. 20 del Código Penal como circunstancias que
han llegado a sostener que estos estados en la víctima de la violación sexual deben tener la misma o
igual magnitud que sirve para declarar inimputable a una persona que consumó un delito.
C.- Retardo mental.- Una persona sufre de retardo metal cuando adolece de un déficit intelectual serio
que le impide entender a cabalidad lo que ocurren en su medio ambiente, un ejemplo característico
de este estado lo constituye la idiotez, la misma que se manifiesta en una ineptitud parcial o absoluta
del sujeto para poder concebir conceptos, inclusive de los objetos familiares más corrientes. Los
idiotas en grado máximo no aprenden a hablar, los otros tienen un lenguaje pobre, casi siempre
agramático y con fallas en la articulación. (Roy Freyre, citando a Honorio Delgado, 1975, p. 78)
D.- Incapacidad de resistir.- Es un estado de inferioridad física en que se encuentra el sujeto pasivo,
por el cual le es imposible obrar en forma positiva para oponerse u oponer resistencia al actuar del
agente de realizar el acceso carnal sexual u otro análogo como puede ser la introducción de objetos
o partes del cuerpo. La enfermedad grave de una mujer, así como la secuela igualmente grave que
la misma dejare (parálisis, por ejemplo) serían alguna de las formas que puede revestir la “incapacidad
de resistir”. Incluso como pie de página, el autor citado afirma que “incurre en el delito previsto por el
art. 198 del C.P. el enfermero de un Hospital, que violó a una internada gravemente enferma…”. Villa
Stein (1998, p. 188) afirma que se trata de la imposibilidad de resistencia físico corporal en que el
sujeto activo encuentra a la víctima. Ej. amarrada, mutilada, paralizada. Por su parte, Bramont-Arias
Torres y García (1997, p. 245), enseñan que supone la existencia de una causa que afecta la
condición personal de la víctima que le priva de la posibilidad de obrar materialmente contra el acto
del sujeto activo; por ej., cuando la persona sufre alguna parálisis, mutilaciones, etc. Estas anomalías,
aun cuando por su naturaleza no afectan a la conciencia del sujeto, quien se da cuenta del alcance
Con la finalidad de evitar que el operador jurídico confunda los conceptos, resulta pertinente poner en
el tapete la diferencia que existe entre el supuesto de “imposibilidad de resistir” previsto en el tipo
penal 171 C.P. e “incapacidad de resistir” previsto en el tipo penal 172 del CP. Así, cuando se habla
de imposibilidad de resistir se refiere o se está haciendo referencia al estado en que el sujeto activo
o agente ha puesto a su víctima para conseguir su propósito sexual. Aquí, el agente actúa previamente
para poner o colocar a su víctima en un estado que haga imposible su resistencia u oposición a la
agresión sexual. En tanto que “incapacidad de resistir” se refiere o está haciendo referencia a un
estado propio de la víctima. Se trata de un estado que ya tiene la víctima mucho antes de ser sometida
al acceso carnal. El agente sólo se aprovecha de aquél estado. Se refiere al estado en el cual no ha
intervenido la voluntad o acción del agente. Aquí, el agente encuentra y aprovecha la incapacidad que
Circunstancias Agravantes
Del último párrafo del artículo 172 y contenido del artículo 177 del Código Penal, se concluye que los
supuestos delictivos previstos en el primer párrafo del tipo penal 172, se agravan hasta por cuatro
circunstancias. En efecto, se agrava en primer término cuando el autor o agente perfecciona o realiza
el hecho punible de agresión sexual, abusando de su profesión, ciencia u oficio. En esta agravante
se subsumen las conductas de aquellos médicos o psiquiatras por ejemplo, que aprovechando la
Luego, el artículo 177 del C.P. prevé hasta tres supuestos que agravan las conductas de violación
aparece o se perfecciona cuando el agente, pudiendo prever el resultado ocasiona lesión grave en su
víctima. En estos dos supuestos el agente debe estar en la posibilidad de evitar los resultados graves,
caso contrario, de aparecer un caso fortuito o fuerza mayor, la agravante no se configura.
Finalmente, la última agravante se configura cuando el agente en la comisión del delito procede o
actúa con crueldad sobre la víctima; es decir, le hace sufrir en forma innecesaria. El agente goza con
el sufrimiento de su víctima.
A diferencia de las conductas sexuales ya analizadas, en las cuales el bien jurídico protegido lo
constituye la libertad sexual, aquí, en la mayoría de los supuestos de hecho, el bien jurídico protegido
lo constituye la indemnidad o intangibilidad sexual entendida como protección del desarrollo normal
en el ámbito sexual de quienes aún no han alcanzado el grado de madurez suficiente para ello como
sucede con los menores de edad, así como la protección de quienes debido a anomalías psíquicas,
grave alteración de la conciencia o retardo mental carecen de capacidad para llegar a tomar
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conciencia del alcance y significado de una relación sexual. Este delito - enseña Caro Coria (2000, p.
107)- protege la indemnidad sexual de las personas que, por su incapacidad mental para comprender
En tanto que respecto de quien se encuentra en una situación de incapacidad de resistir, el bien
jurídico protegido es la libertad sexual, en la medida que dicha incapacidad física no anula la
Sujeto Activo
Agente, autor o sujeto activo del delito en comentario puede ser tanto varón como mujer, el tipo penal
no exige alguna cualidad o calidad especial. Basta que sea imputable penalmente para responder
Sujeto Pasivo
Víctima o sujeto pasivo puede ser también tanto varón como mujer con la única condición que tenga
una edad cronológica mayor a catorce años y se encuentra en un estado de inferioridad psíquica o
física. El tipo penal no hace distinciones respecto del sexo que debe tener el sujeto pasivo de los
supuestos delictivos previstos en el tipo penal 172, pudiendo ser tanto varón como mujer.
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del tipo penal se desprende con claridad meridiana que se trata de supuestos
delictivos de comisión dolosa. No cabe la comisión por imprudencia. En efecto, el agente debe actuar
con conocimiento de estar sometiendo a una relación sexual al sujeto pasivo, con la finalidad o
propósito de satisfacer su instinto sexual. Además del dolo, el tipo penal exige la concurrencia de un
elemento subjetivo especial que consiste en el conocimiento que debe tener el agente sobre el estado
particular de su víctima; esto es, debe saber que sufre de anomalía psíquica, alteración grave de la
conciencia, retardo metal o incapacidad para resistir y con tal conocimiento aprovecharse de este
En la praxis judicial muy bien pueden presentarse casos de error sobre los elementos objetivos del
tipo (anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia, retardo mental o incapacidad de resistir),
los mismos que serán resueltos aplicando el art. 14 de nuestro Código Penal
Grados de Desarrollo
Tentativa.- al ser los supuestos delictivos de resultado, muy bien pueden quedarse en el grado de
tentativa, para tal efecto el operador jurídico no tendrá otra alternativa que aplicar lo dispuesto en el
en el mismo momento del inicio de la penetración del miembro viril en la cavidad vaginal, anal o bucal
del otro sujeto participante en el acto sexual. Así mismo, se perfecciona en el mismo momento que el
agente comienza a introducir objetos o partes del cuerpo en la cavidad vaginal o anal de la víctima.
Doctrina y jurisprudencialmente ha quedado establecido que no se requiere una penetración total para
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estar ante un delito de violación sexual consumado. Basta que se verifique la real penetración o
introducción parcial e incluso por breve término, para la consumación del hecho delictivo.
El que tiene acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, con un menor de edad, será reprimido
1. Si la víctima tiene menos de diez años de edad, la pena será de cadena perpetua.
2. Si la víctima tiene entre diez años de edad, y menos de catorce, la pena será no menor de treinta
3. Si la víctima tiene entre catorce años de edad y menos de dieciocho, la pena será no menor de
víctima o le impulse a depositar en él su confianza, la pena para los sucesos previstos en los incisos
TIPICIDAD OBJETIVA
El delito más grave previsto dentro del rubro “delitos contra la libertad sexual” en nuestro Código
Penal, lo constituye el ilícito penal denominado violación sexual de menor. Este hecho punible se
configura cuando el agente tiene acceso carnal sexual por la cavidad vaginal, anal o bucal o realiza
otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por la vagina o ano, con una persona
menor de dieciocho años de edad cronológica. En otros términos, “la conducta típica se concreta en
la práctica del acceso o acto sexual o análogo con un menor, ello incluye el acto vaginal anal o bucal
realizado por el autor, o por el menor a favor del autor o de un tercero” (Caro Coria, 2000, p. 111). De
igual forma, comprende también la introducción de objetos o partes del cuerpo por vía vaginal o anal
de la víctima.
Agravantes
Las circunstancias que agravan la conducta delictiva de violación de menor aparecen expresamente
previstas en el último párrafo del artículo 173 así como en el art, 173-A del Código Penal. Así tenemos:
1.- Cuando el agente tuviere cualquier posición, cargo o vínculo familiar que le dé particular autoridad
Primero, que el agente tenga alguna autoridad sobre el menor por cualquier posición, cargo o vínculo
familiar. Situaciones que según Bramont Arias (1990, T. 3, p. 26) originaban mayores posibilidades
para la comisión del delito, consiguientes al temor reverencial, por ejemplo, padre, tutor, curador,
aprovechándose de esta particular situación, aquel practica el acto sexual u otro análogo.
2.- También aparecen como circunstancias agravantes los supuestos previstos en el art. 173-A
modificado por el artículo 01 de la Ley Nro. 28704 del 05 de abril del 2006. Aquí se especifica que se
aplicará cadena perpetua cuando el agente que realice los actos previstos en los incisos 2 y 3 del
artículo 173, cause la muerte de la víctima o le produce lesión grave, pudiendo aquel prever este
resultado. El resultado muerte o lesión grave deben realizarse durante la ejecución de la violación
sexual o en todo caso, ser consecuencia inmediata a la violación sexual. De verificarse que fue
consecuencia de un acto anterior o posterior al acto sexual, estaremos ante un concurso real de
delitos ya sea violación sexual de menor con homicidio o violación sexual de menor con lesiones
graves. Así mismo, aquellos resultados deben ser previsibles, es decir, deben ocurrir hasta por culpa
del agente. Caso contrario, si se determina que tales resultados no eran previsibles, aquel no
responderá penalmente por estos. Resulta reiterativo insistir que nuestra normatividad penal ha
proscrito para siempre de nuestro sistema penal nacional la simple responsabilidad objetiva (art. VII
C.P.). Finalmente, en el art. 173-A, aparece una última circunstancia agravante al indicarse que se
aplicará cadena perpetua en los supuestos ya indicados cuando el agente procedió con crueldad
sobre el menor en la consumación del acto sexual u otro análogo. Esta circunstancia se verifica
cuando el sujeto activo de manera innecesaria para efectos del acto sexual, actúa haciendo sufrir
Con el delito de violación de menor se pretende proteger la indemnidad o intangibilidad sexual de los
menores de catorce años de edad. La indemnidad o intangibilidad sexual se entiende como protección
del desarrollo normal de la sexualidad de los menores quienes todavía no han alcanzado el grado de
madurez suficiente para determinarse sexualmente en forma libre y espontánea.
El profesor Francisco Muñoz Conde (Derecho Penal, Parte Especial, 2001, p. 201), certeramente
sostiene que en el caso de menores, el ejercicio de la sexualidad con ellos se prohíbe en la medida
que puede afectar al desarrollo de su personalidad y producir en ella alteraciones importantes que
Sujeto Activo
Agente o sujeto activo de la conducta delictiva en comentario puede ser cualquier persona sea varón
o mujer; el tipo penal no exige la concurrencia de alguna cualidad o calidad especial, salvo para
agravar la conducta como ha quedado expresado. Incluso, puede tener la condición de enamorado,
novio o conviviente de la víctima. Se excluye el estado civil de casado debido que de acuerdo a
nuestra normatividad civil es imposible jurídicamente contraer matrimonio con una menor de catorce
la mujer, con la única condición trascendente de tener una edad cronológica menor de dieciocho años.
Muy bien puede tener alguna relación sentimental con el agente o incluso, dedicarse a la prostitución
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del tipo penal se desprende que se trata de un delito de comisión dolosa no cabe la
no obstante, libre y voluntariamente le practica el acto o acceso carnal sexual, ya sea por la cavidad
vaginal, anal o bucal o en todo caso, le introduce objetos (prótesis sexuales, etc.) o partes del cuerpo
Grados de Desarrollo
grado de tentativa; es decir, el agente inicia la comisión del acto o acceso carnal sexual o análogo
que ha decidido voluntariamente realizar, sin embargo por causas extrañas o voluntariamente decide
no consumar o perfeccionar la violación sexual. Esto es, por ejemplo, el agente por causas extrañas
a su querer no logra penetrar a su víctima o en su caso, voluntariamente decide no penetrarla. Si bien
en teoría resulta fácilmente identificable la tentativa del delito de violación de menor, en la práctica
judicial resulta cuestión o tarea difícil y muchas veces se le confunde con el delito de actos contra el
pudor, cuando de acuerdo a la redacción de los tipos penales 173 y 176 son figuras totalmente
diferenciables.
Consumación.- Igual como ocurren en las conductas sexuales ya analizadas, el delito de violación
sexual de menor se perfecciona o consuma con la penetración total o parcial de la víctima, ya sea vía
vaginal, anal o bucal. O en su caso, cuando comienza la introducción de objetos de objetos o partes
del cuerpo en la cavidad vaginal o anal de la víctima. Esto es, habrá penetración cuando el miembro
viril del varón se introduce en alguna de las cavidades ya indicadas del sujeto pasivo-menor o cuando
sexualmente. En caso del uso de objetos o partes del cuerpo, se perfecciona cuando aquellos son
introducidos por vía vaginal o anal del menor.
Penalidad
El que, aprovechando la situación de dependencia, autoridad o vigilancia tiene acceso carnal por vía
vaginal, anal o bucal o introduce objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías a
una persona colocada en un hospital, asilo u otro establecimiento similar o que se halle detenida o
recluida o interna, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de siete ni mayor de diez
años e inhabilitación de dos a cuatro años, conforme al artículo 36, incisos 1, 2 y 3.".
El hecho punible denominado también violación sexual de persona dependiente o violación sexual
por prevalimiento se verifica o configura cuando el sujeto activo o agente aprovechando la situación
de superioridad, autoridad o vigilancia que ejerce sobre su víctima, le realiza el acceso carnal sexual
ya sea por vía vaginal, anal o bucal o en su caso, le introduce objetos o partes del cuerpo en su
cavidad vaginal o anal. El agente abusa o aprovecha de la relación de superioridad que tiene sobre
su víctima, toda vez que esa dependencia condiciona la libertad y por ende la libertad sexual de la
víctima.
En este comportamiento delictivo no debe mediar violencia o intimidación, el acto o acceso carnal
sexual debe ser consecuencia del estado psicológico en que se encuentra el sujeto pasivo; estado
que incluso le puede llevar a expresar en forma aparente su consentimiento para practicar aquel acto.
Resulta importante establecer que no se requiere necesariamente que el acto sexual o análogo se
perfeccione o consume dentro de los lugares establecidos, pues muy bien puede perfeccionarse fuera
de aquellos lugares, por ejemplo, cuando el agente extrae al enfermo del hospital o al detenido de la
carceleta y lo lleva a otro lugar con la finalidad de practicarle el acto sexual con mayor comodidad.
Circunstancias Agravantes
Las circunstancias que agravan la conducta punible de violación sexual de persona dependiente
aparecen reguladas en el art. 177 del Código Penal. En efecto, allí se menciona que la conducta se
agrava cuando a consecuencia del acto sexual o análogo se produce la muerte o lesión grave en la
víctima, pudiendo el agente prever estos resultados. El resultado muerte o lesión grave deben
ocasionarse durante la ejecución de la violación sexual o en todo caso, ser consecuencia inmediata
del acto sexual; caso contrario, si se verifica que tales resultados se produjeron a consecuencia de
actos anteriores o posteriores al acto sexual o con fines de no ser descubierto, aparecerá un concurso
real de delitos entre violación sexual de persona dependiente con lesiones graves u homicidio de ser
el caso, pero de modo alguno se configurara la agravante. El resultado muerte o lesión grave debe
ser consecuencia del actuar negligente o imprudente del agente al momento de realizar el acto sexual.
Esto es, en el agente no debe existir la intención de causar la muerte o lesión grave en la víctima,
aquellos resultados deben ser consecuencia del actuar imprudente de aquel. Caso contrario, de
verificarse que el agente actúo con intención homicida o con el ánimo de causar lesión grave en la
art. 50 del Código penal para resolver el concurso, imponiéndose al agente la pena del delito más
grave. Así mismo, se constituye en circunstancia agravante el hecho que el agente al momento de
realizar el acceso carnal sexual o en su caso, al momento de introducir objetos o partes del cuerpo,
procede con crueldad sobre su víctima; es decir, el agente haga sufrir de manera innecesaria, cruel e
inhumanamente a la víctima.
Bien Jurídico Protegido
lo constituye la libertad sexual entendida como la facultad personalísima de realizar conducta sexual
sin coacciones ni mayor limitación que la libertad ajena. Sin duda, en el presente supuesto delictivo
se lesiona la libertad sexual desde el momento que la víctima se encuentra en una situación de
dependencia que le imposibilita o limita una aceptación libre y voluntaria para realizar el acto sexual
o análogo. La libertad sexual, como es natural, no tiene por qué pertenecer exclusivamente a la mujer.
El varón también puede sentirse obligado, por determinadas circunstancias de lugar y dependencia,
a la práctica del acto o acceso carnal sexual con una mujer, contrariamente a su deseo de abstenerse
de hacerlo.
Sujeto Activo
Sujeto activo o agente del delito de violación sexual por prevalimento puede ser tanto varón como
mujer, el mismo que debe tener una posición de superioridad, autoridad o vigilancia sobre su víctima.
Se trata de un delito especial, pues se requiere necesariamente que el agente tenga la calidad o este
investido de autoridad o le esté encargado la vigilancia de la víctima. Nadie que no tenga las
cualidades descritas en el tipo penal sobre la víctima, puede constituirse en sujeto activo del delito en
comentario. En tal sentido, podrá ser sujeto activo el director de una institución penitenciaria, un
pero de ningún modo, por ejemplo el abogado que visita a su cliente que se halla detenido, ni el
autoridad sobre los internos, esto es, contadores, electricistas, choferes, etc. (Bramont-Arias- García,
1997, p. 251).
Sujeto Pasivo
Sujeto pasivo o víctima del delito de violación sexual de persona dependiente puede ser tanto varón
como mujer mayores de dieciocho años de edad que se encuentre dentro de un hospital, asilo u otro
establecimiento similar o que se hallen detenidos, recluidos o internos en una celda, carceleta o un
centro penitenciario. En consecuencia, pueden ser sujetos pasivos, los ancianos, los enfermos,
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la estructura del tipo penal se evidencia que se trata de un delito de comisión dolosa, no cabe la
comisión imprudente. Esto es, el agente voluntariamente actúa o desenvuelve su conducta con
conocimiento y voluntad de realizar el acto sexual u análogo con persona que se encuentra bajo su
dependencia. El agente conoce la condición de dependencia en que se encuentra su víctima hacia
teniendo acceso carnal vía vaginal, anal o bucal o en su caso, introduciéndole objetos o partes del
cuerpo en su cavidad vaginal o anal.
Grados de Desarrollo
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Tentativa.- Al constituir un delito de resultado, es perfectamente posible que el hecho se quede en el
grado de tentativa, en tal caso se aplicará lo dispuesto en los artículos comprendidos del 16 al 19 del
que se produce la penetración del miembro viril en la cavidad vaginal, anal o bucal del sujeto pasivo
de la acción sexual ilícita. Esto es, desde el momento que empieza la conjunción del miembro viril con
la cavidad vaginal, anal o bucal del sujeto pasivo. Para efectos de la consumación no interesa verificar
si la penetración fue total, bastará que se verifique una simple penetración parcial. En el caso del uso
de objeto o partes del cuerpo, hay consumación en el mismo momento que el agente, comienza a
Penalidad
El agente de este delito será sancionado teniendo en cuenta la condición de dependencia que ejerce
sobre la víctima.
El que sin propósito de tener acceso carnal regulado por el artículo 170, con violencia o grave
amenaza, realiza sobre una persona u obliga a ésta a efectuar sobre sí misma o sobre tercero,
tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de cinco años. La pena será no menor de
3. Si el agente tuviere la condición de docente, auxiliar u otra vinculación académica que le confiera
autoridad sobre la víctima.
TIPICIDAD OBJETIVA
El delito denominado “actos contrarios al pudor de una persona” se configura cuando el sujeto activo
sin tener el propósito de practicar el acceso carnal sexual vía vaginal, anal o bucal u otro análogo
como introducción de objetos o partes del cuerpo vía vaginal o anal, haciendo uso de la violencia o la
amenaza grave, realiza sobre su víctima u obliga a ésta a efectuar sobre sí misma o sobre tercero
tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor. Aquí pudor se
entiende como la situación de recato, decencia o decoro del que gozamos todas las personas en
sociedad.
De la redacción del tipo penal se evidencia que los comportamientos contra el pudor, recato o decoro
de personas pueden realizarse hasta por tres modalidades. Primero, cuando el agente por medio de
la violencia o amenaza realiza sobre la víctima tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos
libidinosos, lascivos, lúbricos, eróticos, lujuriosos e impúdicos. La segunda modalidad se configura
cuando el agente con la finalidad de sólo observar y de ese forma satisfacer su lujuria, obliga a la
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víctima a realizarse a sí misma tocamientos indebidos o actos libidinosos o eróticos. Se realiza este
tipo de delito cuando por ejemplo, el agente obliga a su víctima a sacarse toda su vestimenta y luego
le hace que se toque sus partes íntimas y zonas erógenas. Finalmente, la tercera modalidad se
configura cuando el agente obliga que la víctima realice o efectúe tocamientos indebidos o actos
lujuriosos en el cuerpo de un tercero que se encuentra en la escena del delito. Estaremos ante esta
modalidad delictiva cuando por ejemplo, el agente, haciendo uso de la amenaza con arma de fuego
obligue a su víctima a tocar y acariciar los genitales de un tercero que allí se encuentra. El tercero
muy bien puede dejarse realizar voluntariamente los tocamientos, o también puede estar obligado a
dejarse tocar. En el primero caso, el tercero será partícipe del delito, mientras que en el segundo
supuesto, el tercero también será víctima. Constituye circunstancia importante a tener en cuenta que
los tocamientos, manipulaciones o actos libidinosos, eróticos o lascivos realizados sobre el cuerpo de
la víctima o en su caso, los actos y tocamientos que se obligan a la víctima efectuar sobre sí misma
o contra un tercero, deben tener finalidad diferente a la de practicar el acto sexual o análogo, caso
contrario, si se verifica que el autor tenía esta finalidad y por circunstancias extrañas no logró el acceso
carnal, estaremos ante el delito de tentativa de violación sexual (art. 170) pero de ninguna manera en
el delito que ahora nos ocupa. La intención del agente de practicar el acto sexual o no, se constituye
en punto de quiebre para diferenciar una tentativa de violación sexual con el delito de actos contra el
Se entiende por actos contrarios al pudor, aquellos tocamientos y manipulaciones que realiza el
agente o autor sobre el cuerpo de la víctima, así como aquellos tocamientos o actos libidinosos que
se obliga efectuar a la víctima sobre su propio cuerpo o sobre el cuerpo de un tercero, especialmente
en sus genitales o zonas erógenas con la finalidad de satisfacer su propia lujuria, excitando el libido
del sujeto pasivo y sin que el agente haya evidenciado su intención frustrada de practicar el acto
sexual o análogo, siendo indiferente la circunstancias que el autor alcance o no el orgasmo o la
eyaculación (Roy Freyre, 1975, p. 89). En igual sentido, Bramont-Arias y García (1997, p. 257),
sostienen que se considera actos contrarios al pudor todo tocamiento lúbrico somático que ha de
recaer sobre el cuerpo del sujeto pasivo con el fin de satisfacer el apetito sexual del sujeto activo, por
Por otro lado, los medios utilizados por el agente para realizar el delito de actos contrarios al pudor
física que se proyecta sobre la víctima para vencer su resistencia con la finalidad de hacerle o en su
caso, obligarle a efectuarse sobre sí misma (por ejemplo, obligarle a desnudarse y luego se realice
tocamiento en su genitales) o sobre un tercero, tocamientos o actos libidinosos. La amenaza grave
es entendida como el anuncio del propósito de causar un daño o mal sobre el sujeto pasivo si éste no
realiza lo que se le pide. El agente intimida o asusta al sujeto pasivo para que se deja hacer o él se
efectúe sobre sí mismo o tercero, actos contrarios al pudor. Estos medios que de modo explícito
aparecen en el supuesto de hecho del tipo penal en comentario, necesariamente deben concurrir
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juntos o por separado para perfeccionarse el delito. Si llega a verificarse que el agente no hizo uso
de alguno de estos recursos para someter a su víctima, el delito no se configura. En tal sentido, de
comprobarse que el sujeto pasivo prestó su consentimiento para los actos impúdicos, la conducta
Circunstancias Agravantes
Las circunstancias que agravan el hecho punible en hermenéutica jurídica aparecen previstas en el
segundo párrafo del art. 176 y en el artículo 177 del Código Penal. En efecto, la conducta de actos
1.- El agente se haya prevalido de cualquier posición o cargo.- Aparece esta agravante cuando el
agente somete a su víctima, aprovechando la posición de ventaja o superioridad que tiene sobre ella.
Así también, se configura la agravante cuando el agente aprovechando el cargo que le da particular
autoridad sobre la víctima le obliga a realizar actos contrarios al pudor. Esta agravante es de
aplicación para aquellos jefes que por ejemplo, obligan por medio de la violencia y grave amenaza a
sus subordinados a dejarse realizar tocamientos indebidos en sus genitales, o para aquellos
profesores que intimidando a sus alumnos con jalarlos en su curso, los someten al trato impúdico, etc.
De igual forma se perfecciona la agravante cuando el sujeto activo obliga a su víctima a realizar actos
contrarios al pudor, aprovechando una relación de parentesco por ser ascendiente, descendiente o
hermanos, consanguíneo o por adopción o afines de aquella. De esa forma, esta agravante es de
aplicación a los autores de los actos contra el pudor cuando la víctima, es su madre o padre, hijo o
hija consanguínea o adoptiva, nieto a nieta, hermano o hermana, cónyuge, cuñada o cuñado, suegra
o suegro.
2.- Agravante por calidad o cualidad especial del agente.- El inciso primero de la segunda parte del
artículo 176, prevé también que se agrava el delito cuando el agente obliga a su víctima a realizar
actos contrarios al pudor, estando aquel en pleno ejercicio de su función pública en su condición de
miembro de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, serenazgo, policía municipal o vigilancia privada.
La agravante se justifica por el hecho que aquellos grupos de personas ejercen función pública
consistente en brindar seguridad y protección a los ciudadanos. De modo que si en lugar de ejercer
actos contra el pudor a su víctima, aparte de lesionar el bien jurídico “libertad sexual” afectan
gravemente la confianza brindada ya sea por parte del Estado o de un tercero que los contrató en
cuando el agente previamente coloca a su víctima en un estado de inconsciencia, que no es otra cosa
que la pronunciada incapacidad psico-física que le impide reaccionar y procurarse alguna forma de
defensa para contrarrestar la agresión sexual. La víctima al quedar desprovista de la capacidad de
entender o conservando sólo un mínimo grado de la misma, tiene también suprimida o muy menguada
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su facultad de querer. Ello puede ser producido por ebriedad, el hipnotismo, el uso de los narcóticos,
de los afrodisíacos, el sueño, pastillas somníferas en particular, anestesia del ginecólogo que simula
un aborto, etc. También se configura la agravante cuando el sujeto activo previamente ha colocado a
percepción, pero las circunstancias materiales del suceso demuestran que aquel se halla privado de
la facultad de querer. Por ejemplo, causar una lesión, atar las manos de la mujer, etc.
4.- Actos sobre persona en incapacidad de resistencia.- Se agrava los actos contra el pudor cuando
la víctima se halla en el supuesto del artículo 172 del C.P. que regula la violación sexual de persona
en incapacidad de resistencia. Es decir, aquí se configura la agravante cuando el sujeto activo con
pleno conocimiento que su víctima sufre de un estado permanente o parcial de anomalía psíquica,
tocamiento o actos contrarios al pudor. El especial estado personal de la víctima debe ser anterior al
momento que se efectúa los tocamientos impúdicos, es decir, no haya sido provocado u ocasionado
por el agente. Caso contrario si éste lo provocó, estaríamos ante el supuesto de la agravante anterior.
5.- Muerte de la víctima.- La muerte de la víctima a consecuencia de los actos contrarios al pudor, se
constituye en otra agravante, la misma que aparece tipificado en el art. 177 del Código Penal. La
agravante se configura siempre y cuando, el agente haya podido prever aquel resultado. Aquí la
muerte debe ser producto de los tocamientos o actos eróticos e impúdicos mismos, pudiendo haberse
6.- Lesiones graves en la víctima.- También el art. 177 del C.P. establece como circunstancia
agravante el hecho que a consecuencia de los actos contrarios al pudor, el agente pudiendo prever
el resultado, le haya ocasionado lesiones graves a su víctima. Las lesiones deben ser consecuencia
inmediata de los tocamientos de las partes íntimas. Si son producidas después no estaremos frente
a la agravante, sino ante la figura de concurso real de delitos: actos contra el pudor con lesiones
graves.
7.- Crueldad sobre la víctima.- Finalmente, el art. 177 del C.P. prevé la circunstancia agravante que
se configura cuando el agente procede o actúa con crueldad sobre la víctima. Sin duda, ello se
desprenderá del modo, forma y circunstancias en que ocurrieron los hechos. Se presenta esta
agravante cuando el agente realiza los actos contrarias al pudor haciendo sufrir en forma inexplicable
e innecesaria a su víctima. Para estar ante esta modalidad agravada resulta necesario verificar dos
aspectos que lo caracterizan: primero, que el sufrimiento ya sea físico o psíquico, haya sido
aumentado deliberadamente por el agente, quien actúa con la intención de hacer sufrir a la víctima; y
segundo, que el padecimiento sea innecesario y prescindible para lograr el propósito del agente,
sexual. En efecto, de la estructura del tipo penal se evidencia que el agente por medio de la violencia
o amenaza grave limita o vulnera la libertad sexual de la víctima, la misma que es sometida a un
Sujeto Activo
Sujeto activo puede ser cualquier persona sea varón o mujer, el tipo penal no exige alguna cualidad
o condición especial.
Sujeto Pasivo
Víctima o sujeto pasivo del delito de actos contrarios al pudor también puede ser cualquier persona,
sea hombre o mujer con la única condición específica que sea mayor de catorce años de edad. Ello
debido que si la persona ofendida con los actos libidinosos tiene una edad por debajo de los catorce
TIPICIDAD SUBJETIVA
Se trata de un delito necesariamente doloso. No cabe la comisión por imprudencia, es decir, si llega
a evidenciarse por ejemplo tocamientos en los genitales de una persona de manera casual o
imprudente, el delito no se configura por falta de tipicidad. El delito de actos contrarios al pudor exige
la presencia del elemento subjetivo denominado “dolo”; esto es, el agente actúa con conocimiento y
voluntad de realizar manipulaciones en las zonas erógenas de la víctima o actos libidinosos, eróticos
o lujuriosos contrarios al pudor con la finalidad de satisfacer su apetito sexual. El propósito del autor
es satisfacer su deseo sexual con los tocamientos o manipulaciones. Caso contrario, si tuviera la
finalidad de excitar a su víctima para de ese modo realizar el acto sexual ya sea vía vaginal, anal o
bucal, estaremos frente al delito de violación sexual previsto en el art. 170 del Código Penal en el
grado de tentativa si no llegó a consumarse el acceso carnal. En suma, en el análisis del aspecto
subjetivo del agente, encontraremos la diferencia entre el hecho punible de actos contrarios al pudor
y el delito de violación sexual en grado de tentativa. Determinar cuándo estaremos ante un delito y
cuando en el otro, sólo dependerá de la finalidad que tuvo el agente que propició un contexto sexual
específico no deseado por la víctima.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Se dará cuando el sujeto activo, habiendo ejercido violencia o grave amenaza sobre el
víctima o le obliga a ésta a efectuar sobre sí misma o sobre un tercero, tocamientos indebidos en sus
partes íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor. De la forma y circunstancias en que se produjo
el evento, incluso, sólo bastará un solo tocamiento. No se requiere otro acto posterior como el
orgasmo o la eyaculación, circunstancia normal de satisfacer alguna apetencia sexual. En tal sentido,
determinar si hubo o no orgasmo o eyaculación a consecuencia de los actos contra el pudor de la
El que sin propósito de tener acceso carnal regulado en el artículo 170, realiza sobre un menor de
catorce años u obliga a éste a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamientos indebidos en sus partes
íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor, será reprimido con las siguientes penas privativas de
la libertad:
1. Si la víctima tiene menos de siete años, con pena no menor de siete ni mayor de diez años.
2. Si la víctima tiene de siete a menos de diez años, con pena no menor de seis ni mayor de nueve
años.
3. Si la víctima tiene de diez a menos de catorce años, con pena no menor de cinco ni mayor de ocho
años.
Si la víctima se encuentra en alguna de las condiciones previstas en el último párrafo del artículo 173
o el acto tiene un carácter degradante o produce grave daño en la salud física o mental de la víctima
que el agente pudo prever, la pena será no menor de diez ni mayor de doce años de pena privativa
de libertad.
TIPICIDAD OBJETIVA
El delito de actos contra el pudor de menor se configura cuando el agente con la finalidad de satisfacer
sus apetencias sexuales y sin tener el propósito o intención de realizar el acceso carnal sexual o
análogo, realiza sobre un menor de catorce años o le obliga a efectuar sobre sí mismo o tercero,
tocamiento indebidos en sus partes íntimas o actos libidinosos, eróticos, lujuriosos o lúbricos
contrarios al pudor, recato o decencia. Aquí, con la única salvedad de la edad del sujeto pasivo y que
no es necesario la concurrencia de violencia o amenaza grave para someter a la víctima, vale todo lo
dicho al comentar el acápite de la tipicidad objetiva del tipo penal 176 del C.P.
Circunstancia Agravante
El segundo párrafo del art. 176-A, recoge el supuesto agravante de la conducta delictiva en
comentario. En efecto, la conducta se agrava si el agente tuviere cualquier posición, cargo o vínculo
Por otro lado, de la lectura del art. 177 del Código Penal y en estricta aplicación del principio de
legalidad, se concluye que las agravantes previstas en este numeral, no alcanzan a la hipótesis
delictiva recogida en el tipo penal 176-A, resultando un contrasentido normativo debido que como es
de verse si alcanzan a la conductas contrarias al pudor de mayores de edad (art. 176) que en el tipo
básico prevé penas más leves que las previstas para el delito de atentado contra el pudor de los
menores de catorce años. En otros términos, los atentados contra el pudor de mayor en que concurra
las circunstancias previstas en el artículo 177, merecen mayor sanción, a diferencia de los atentados
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contra el pudor de menores de catorce años. En consecuencia, con la finalidad de buscar cada vez
mayor coherencia interna y externa de nuestra normatividad penal sustantiva, de lege ferenda debe
Aquí al igual como ocurre con el tipo penal 173 del C.P., el interés o bien jurídico protegido lo
doctrina nacional existe unanimidad al respecto. Así, Bramont-Arias- García (1997, p. 260), enseñan
que “se protege la indemnidad sexual, referida especialmente al libre desarrollo sexual del menor”.
Por su parte Villa Stein (1998, p. 202) sostiene que “se tutela la sexualidad humana en formación”.
Sujeto Activo
Puede ser cualquier persona, sea varón o mujer; no se requiere alguna cualidad ó calidad especial
en el agente.
Sujeto Pasivo
Puede ser cualquier menor, sea varón o mujer con la única condición que tenga una edad cronológica
por debajo de los catorce años.
TIPICIDAD SUBJETIVA
Igual que el injusto penal previsto en el art. 176 del Código Penal, se requiere la presencia necesaria
del dolo. El agente con conocimiento y voluntad de satisfacer sus apetencias sexuales y sin tener el
propósito o intención de realizar el acceso carnal sexual o análogo, realiza sobre un menor de catorce
años o le obliga a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamiento indebidos en sus partes íntimas o
actos libidinosos o eróticos contrarios al pudor, recato o decencia. En el mismo sentido se pronuncian
Bramont-Arias y García (1997, p. 260), al enseñar que “se requiere necesariamente el dolo, es decir,
la conciencia y voluntad de realizar actos contrarios al pudor, con exclusión del propósito de practicar
el acto sexual u otro análogo, es decir, de violar, lo que permite distinguir un acto contrario al pudor
Si por el contrario, se verifica que los tocamientos aparentemente libidinosos fueron casuales o
consecuencia de conducta imprudente, el delito no se configura, pasando a formar el grueso de
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Al constituir un delito de mera actividad que no requiere el uso de violencia o amenaza
grave, es imposible que en la realidad se configure la tentativa. Tan pronto se inicia o comienza la
ejecución del acto contrario al pudor del menor, el delito queda perfeccionado.
Consumación.- El delito se consuma o perfecciona desde el momento que el agente realiza sobre un
menor de catorce años o le obliga a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamiento indebidos en sus
partes íntimas o actos libidinosos o eróticos contrarios al pudor, recato o decencia. Basta que se
verifique un solo tocamiento en las partes íntimas de la víctima o en su caso, la realización de un sólo
Penalidad
Para su aplicación se tiene en cuenta las circunstancias, la calidad y cualidad del agente.
PROXENETISMO
El que promueve o favorece la prostitución de otra persona, será reprimido con pena privativa
contractuales o laborales.
situación de vulnerabilidad.
7. Cuando el agente, a sabiendas, favorezca o promueva actos de prostitución violentos que
prostitución.
El Tipo de agrava ]:
a) El menor de 18 años, así haya prestado su consentimiento para realizar la acción ( Inc.1 )
d) Cuando el agente utiliza vis absoluta o vis compulsiva u otros medios descritos en el tipo
e) El sujeto activo tiene un vinculo de parentesco con el sujeto Pasivo dentro del cuarto grado
bajo su cuidado.
f) Cuando es proxeneta o por su modus vivendi se entiende como un criterio del derecho
INTER CRIMINIS
Este delito se consuma con la sola promoción o favorecimiento de la prostitución sin que sea
RUFIANISMO.-
DESCRIPCION LEGAL ART. 180.- El que explota la Ganancia deshonesta obtenida por una
persona que ejerce la prostitución será reprimido con penal privativa de libertad no menor de
Si la victima tiene catorce y menos de dieciocho, la pena será no m menor de seis ni mayor
de diez años
Si la victima tiene menos de catorce años, o es cónyuge, conviviente, hijo adoptivo, hijo de su
cónyuge o de su conviviente o si esta a su cuidado, la pena será no menor de ocho ni mayor
de doce años-.
La conducta típica consiste en explotar la ganancia deshonesta obtenida por una persona que
ejerce la prostitución.
INTER CRIMINIS
Este delito se consuma cuando el sujeto activo ha dado inicio a la inversión con la finalidad de
obtener un provecho.
Es posible la tentativa.
DESCRIPCION LEGAL Art.181.- El que compromete, seduce o sustrae a una perdona para
entregarla a otro con el objeto de practicar relaciones sexuales, o el que la entrega con este fin,
será reprimido con una pena privativa de libertar no menor de tres ni mayor de seis años.
Coerción.
El sujeto activo puede ser cualquiera (nombre o mujer ).E l sujeto pasivo puede ser cualquiera
a) Comprometer, seducir o sustraer a una persona para entregarla a otra con el objeto de practicar
relaciones coitales o
c) Cuando el sujeto activo utiliza vis absoluta, vis compulsiva, abuso de autoridad u otro medio de
coerción ( Inc-2 )
relaciones coitales
Inter Criminis
Este delito se consuma con los acros de compromiso, seducción o sustracción de la víctima, o con
de noviembre de 2021.
abundantes institutos de estricta creación del derecho privado, siempre ha sido un problema a resolver
para el jurista del derecho penal, la interrogante de saber si los conceptos de los institutos del derecho
civil o comercial tienen el mismo contenido cuando son utilizados en el campo del derecho punitivo, o
en su caso, tienen conceptos diferentes. En efecto, con el profesor Rojas Vargas (2000, p. 38) se
concluye que en síntesis, de lo que se trata de saber es si el Juez debe darle a términos tales como
bien mueble, ajenidad, posesión, dinero, valor, depósito, comisión, administración, propietario,
prenda, gerente, administrador, socios, etc., su significación de origen, vale decir, el otorgado por el
derecho civil, comercial o societario. O es que acaso tales vocablos jurídicos adquieren un sentido
especial propio cuando son utilizados en la normatividad penal?.
1.- Una primera que se etiqueta como civilista, monista o de la identidad, por la cual se afirma que el
derecho penal debe utilizar y aplicar los mismos conceptos que otorga el derecho privado. Debe
respetarse las significaciones de origen, estando vedado al derecho penal recrear los conceptos
2.- La segunda teoría denominada autónoma o independiente sostiene que el derecho penal recibe
los institutos creados por el derecho privado pero en su aplicación le otorga un contenido particular
3.- La tercera teoría rotulada como mixta, ecléctica o integradora sostiene que el derecho penal
recepciona los conceptos elaborados por el derecho privado y los aplica respetando su significado
original, sin embargo, cuando se presente conflictos lingüísticos no le está prohibido al derecho penal
De las tres teorías los juristas peruanos se han inclinado por la tercera, es decir, por la mixta o
ecléctica. Roy Freyre (1983, p. 21) afirma que los conceptos e instituciones autónomas del Derecho
Privado, en cuanto son utilizados por la ley penal, deben ser entendidos desde una perspectiva
publicista que tenga en consideración el fin inmediato del derecho penal (especial protección de
concretos intereses comunes) y también su fin mediato (paz social con justicia), sin olvidar lo que
sostienen los teóricos objetivistas, que los nuevos fenómenos jurídicos, económicos, políticos,
morales o técnicos imponen una interpretación de la ley desde aquí y para ahora (interpretatio ex
nunc) y no con el sentido que las expresiones legales tuvieron en pasadas circunstancias
Por su parte, Peña Cabrera ( 1993, p. 6) parafraseando al también desaparecido español Quintano
Ripollés sostiene que la solución ha de hallarse pura y simplemente en saber elegir en cada caso
concreto, bien la autonomía institucional, bien la dependencia, rehuyendo posturas absolutas que de
antemano están abocadas al fracaso. En determinadas ocasiones -continúa Peña Cabrera- los
institutos jurídicos son efectivamente idénticos en lo penal y en lo civil, pero en otras muchas requieren
un tratamiento aparte pese a la identidad léxica, que por lo mismo debiera ser evitada prefiriéndose
el uso de denominaciones distintas cuando las cosas o ideas también lo sean. En tanto que Rojas
Vargas (2000, p. 42), después de glosar las opiniones de Joan Queralt, Ricardo Núñez, Alfredo
Etcheverry, Roy Freyre, Bajo Fernández y Francesco Antolisei, tomando posición considera correcta
de los términos extrapenales -sean éstos normativos o naturales- sólo se legitima en función a dichos
fines y a las posibilidades de los usos lingüísticos que brinde el lenguaje. Es más, el autor citado
sentencia que al no tomarse en cuenta tales presupuestos ocasionaría las siguientes indeseables
Por nuestra parte, tomando postura y para efectos del presente trabajo dogmático consideramos que
la postura adecuada resulta ser la teoría ecléctica o integradora, pero no en su sentido radical que
sostiene que cuando no coincida los conceptos creados por el derecho privado con los utilizados por
el derecho penal debe hacerse una recreación total de las expresiones hasta el punto de darle un
concepto diferente, sino en un sentido moderado, esto es, si llega a determinarse que el concepto del
derecho privado resulta contrario a los fines del derecho punitivo, el jurista, al momento de interpretar
debe ampliar o restringir sus alcances. Ello significa que el concepto seguirá siendo el mismo con la
diferencia que según el caso concreto para el derecho punitivo interpretativamente el concepto será
consecuencia corresponde al jurista u operador jurídico, haciendo uso de los métodos adecuados,
determinar en cada caso concreto si el término utilizado en el tipo penal tiene el mismo concepto al
otorgado por el derecho privado o por el contrario, tiene otro sentido. Al concluir el intérprete que no
tienen el mismo significado, en el caso concreto, deberá recurrir al concepto original para finalmente
ampliar o restringir su contenido de modo que no se oponga a los fines propios del Derecho Penal.
Si consideramos que el núcleo o base fundamental de un sistema jurídico nacional lo constituye los
debe concluirse sin mayor inconveniente que en aras de construir o enarbolar un sistema jurídico
coherente, lógico y que tenga consistencia interna, el legislador primero al construir las normas y el
jurista después al interpretarlas, tienen la obligación científica de lograr por medio de los métodos de
interpretación que los conceptos de los institutos jurídicos tengan contenidos equivalentes o parecidos
en todas las ramas del derecho. Aquellos institutos sólo deben diferenciarse por sus efectos que
producen en el campo social en que son aplicados.
Es lugar común en el pensamiento penal contemporáneo afirmar que al derecho penal le corresponde
la función de protección de bienes jurídicos, aun cuando para el funcionalismo radical impulsado por
Gunther Jakobs, la función del derecho punitivo sea la vigencia o estabilización de la norma penal.
En tal sentido, corresponde identificar plenamente el bien jurídico que se pretende tutelar o proteger
A través del tiempo, las diversas legislaciones se han dividido: para unas el bien jurídico era la
propiedad (C. P. francés de 1810, C.P. belga de 1867) en tanto que para otras, lo constituía el
patrimonio (C.P. italiano de 1889). Tal división incluso permanece hasta la actualidad (por ejm. los
C.P. de Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador prefieren a la propiedad, en tanto que los C.P. de Brasil,
México, Guatemala y Panamá prefieren al patrimonio.) trayendo como consecuencia lógica que los
doctrinarios del derecho penal también adopten posiciones divididas (Rojas Vargas, 2000, p. 42).
fundamental a proteger. Sin embargo, el legislador de 1924 siguiendo el proyecto de Código Penal
suizo de 1918 prefirió e impuso el membrete de “Delitos contra el patrimonio”. Denominación que
perdura en el Código Penal de 1991. Ante tal panorama legislativo siempre ha sido y sigue siendo
tema de discusión doctrinaria la interrogante: cuál es el bien jurídico que se pretende tutelar o proteger
considerar a la propiedad o al patrimonio como bien jurídico protegido. No obstante, los tratadistas
peruanos siendo coherentes con el membrete “Delitos contra el patrimonio” utilizado tanto por el
Código de 1924 y el de 1991, se han adherido convencidamente a la posición que sostiene que el
patrimonio es el bien jurídico que se pretende tutelar con esta clase de conductas delictivas (Roy,
1983, p. 24, Peña, 1993, p. 4, Bramont-Arias-García, 1997, p. 283, Vargas, 2000, p. 59, Villa Stein,
2001, p. 27).
En efecto, para nuestro sistema jurídico se entiende por propiedad al concepto esgrimido en el art.
923 del Código Civil de 1984. Allí, se afirma que la propiedad es el poder jurídico que permite usar,
disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Debe ejercerse en armonía con el interés social y dentro de
los límites de la ley. En suma, como sostienen los civilistas la propiedad es definida como el poder
jurídico pleno sobre una cosa. No obstante, pleno no significa que sea ilimitado, pues, la misma ley le
pone límites. Le pone fronteras más allá de las cuales no llega el señorío que se reconoce al titular
del bien. En esa línea y teniendo en cuenta que ciertas figuras delictivas como el de la usurpación
apenas protegen algún atributo de la propiedad, debe concluirse tajantemente que para nuestro
sistema jurídico penal la propiedad no se constituye en el bien jurídico protegido de los delitos
patrimoniales.
En cambio, doctrinariamente existe consenso en sostener que el patrimonio constituye el bien jurídico
protegido con los delitos patrimoniales. Roy Freyre (1983, p. 34) haciendo hermenéutica jurídica del
Código penal derogado de 1924, sostiene que se entiende al patrimonio como el conjunto de bienes
muebles e inmuebles susceptibles de valoración económica, de utilidad primordial o superflua, sobre
los cuales una persona física o los representantes de una persona jurídica tienen la garantía estatal
de ejercer todas y cada uno de los derechos inherentes a la propiedad, sin más limitaciones que las
acreedores.
En tanto que Peña Cabrera (1993, p. 4) sostiene que por patrimonio entendemos en sentido general
todo bien que suscite estimación pecuniaria. Los bienes que conforman el patrimonio pueden ser
tanto las cosas como los objetos inmateriales. Se trata que entre la persona y un objeto apreciable
pecuniariamente medie una relación con el objeto. Contrario sensu, no existe patrimonio si no media
la vinculación entre la persona y la cosa o entre la persona y el derecho. Nosotros, antes de ensayar
necesario revisar sumariamente las teorías que se han ensayado en la doctrina para tal efecto.
Los teóricos del derecho penal han esgrimido diversos conceptos para definir al patrimonio, ello ha
A.- Concepción jurídica del patrimonio.- Esta posición sostiene que debe entenderse por
patrimonio de una persona todos aquellos derechos y obligaciones reconocidos subjetivamente por
el derecho privado o público. Esta teoría al tomar como eje central el aspecto jurídico en la actualidad
no tiene seguidores. Ello debido que resulta poco pacífico determinar qué se entiende por derechos
patrimoniales subjetivos.
B.- Concepción económica del patrimonio.- Los penalistas que sostienen esta posición afirman
que se entiende por patrimonio de una persona al conjunto de bienes con valor económico sin importar
que estén o no reconocidos jurídicamente. Es decir, el daño patrimonial se entiende como una efectiva
disminución económica del patrimonio de una persona. La principal objeción que se hace a esta teoría
radica en el hecho que por medio de ella se aceptaría que el patrimonio de determinada persona esté
C.- Concepción mixta del patrimonio.- Los tratadistas para superar las deficiencias conceptuales
de las posiciones anteriores, han conjugado los factores jurídicos y económicos y de ese modo se ha
construido la concepción mixta. Para esta teoría vendría a constituir patrimonio de una persona todos
aquellos bienes con valor económico y reconocidos o protegidos por el derecho. En tal sentido, se
incluyen en el patrimonio de una persona tan solo los bienes que son valorados económicamente
pero siempre que estén en su poder en base a una relación jurídica tutelada por el derecho. Esta es
concepción mixta, sostiene que el patrimonio de una persona está constituido por todos los bienes
con valor económico y reconocidos jurídicamente pero siempre y cuando posibiliten el desarrollo de
la personalidad del individuo. El patrimonio de una persona es una garantía objetiva para el desarrollo
de su personalidad.
De estas posiciones la que tiene mayor consenso en la doctrina es la teoría mixta. En la literatura
penal peruano por unanimidad encontramos que los tratadistas se han adherido a esta concepción
para hacer dogmática de los delitos contra el patrimonio previstos en nuestro Código Penal. Peña
Cabrera (1993, p. 5), afirma concluyentemente que la característica del concepto penal de patrimonio
radica en el valor económico del bien como en la protección jurídica que brinda la relación de una
persona con este bien. Igual postura Villa Stein (2001, p. 26) y Castillo Alva (Algunas consideraciones
sobre el bien jurídico en los delitos contra el patrimonio, 2002, p. 222). En suma, para efectos del
presente trabajo entendemos que de acuerdo al nomen iuris del Título V del Código Penal “Delitos
pertenecientes a determinada persona. En tanto que en sentido específico para efectos de la tutela
penal, constituye patrimonio de una persona todos aquellos derechos reales (principales: posesión,
jurídico. De ahí que algunos tratadistas propongan que en lugar de hablar de “delitos contra el
patrimonio” debe acuñarse la frase de “delitos contra los derechos patrimoniales” (Muñoz Conde,
Rivacoba y Rivacoba).
Con lo expuesto hasta aquí queda prístinamente claro que los bienes para ser objeto de tutela penal
deben ser susceptibles de valoración económica. Quedan fuera de tutela punitiva todos aquellos
bienes sin relevancia económica así para la persona tengan el máximo valor sentimental e incluso
sirvan para su desarrollo normal de su personalidad. En efecto, “las cosas con exclusivo valor afectivo
(fotografías, imágenes, cabellos del ser amado, hojas de un árbol exótico, recuerdos de un viaje por
el Cuzco, cenizas del familiar cremado, etc.) y desprovistos objetivamente de valoración pecuniaria
objetos físicos de tutela penal, no integrando el concepto de patrimonio y por lo mismo no son
susceptibles de constituir objeto material de los delitos patrimoniales” (Rojas Vargas, 2000, p. 73).
Esta conclusión vale para nuestro sistema jurídico penal hasta por dos argumentos:
Primero, por el hecho que para entender los delitos patrimoniales previstos en nuestro Código Penal
se adopta como base la concepción mixta respecto del patrimonio, esto es, se entiende por patrimonio
en sentido genérico todo bien susceptible de valoración económica y reconocido por el derecho. Todo
bien que no puede ser valorado económicamente queda fuera del concepto penal de patrimonio; y.
Segundo, al revisar la redacción de las figuras punibles que atentan contra el patrimonio recogidas
en nuestro Código Penal, encontramos el art. 444, en el cual se exige que el bien dañado o hurtado
debe tener un valor superior a las cuatro remuneraciones mínimas vitales para constituir delito, caso
contrario, constituirá faltas contra el patrimonio. Igual criterio encontramos en el segundo párrafo del
444 y en el inc. 1 del art. 445. En este último numeral el legislador hace mención a un bien de escaso
valor económico. En suma, legislativamente se exige que el bien tenga valor económico.
Otro tema de viva controversia en la doctrina penal peruana radica en responder la siguiente
interrogante: los hurtos y los daños agravados requieren de una cuantía especial o la cuantía es
irrelevante?. Pese que cuando tratemos específicamente sobre el hurto y daño agravado sentaremos
posición al respecto, cabe adelantar que sobre el tema existen dos marcadas posiciones.
La primera afirma que para estar frente al delito de hurto agravado se requiere necesariamente que
el valor del bien sobrepase las cuatro remuneraciones mínimas vitales. Se fundamenta esta posición
en la circunstancia que el artículo 186 prevé pena privativa de libertad de mayor gravedad respecto
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de la prevista para el supuesto del artículo 185, siempre y cuando el hurto sea cometido con las
agravantes que allí se señala. En ese sentido, Castillo Alva (2002, p. 228) afirma que en irrestricta
aplicación del principio de legalidad, antes de calificar las agravantes resulta necesario establecer si
en el hecho concreto concurren todos los elementos objetivos y subjetivos del hurto previsto en el art.
185. En consecuencia, se sostiene que primero debe establecerse si el valor económico de lo hurtado
sobrepasa el monto de las cuatro remuneraciones vitales que exige el art. 444 del Código punitivo. Si
lo sustraído tiene un valor pecuniario por debajo de las cuatro remuneraciones mínimas vitales, no se
configura el delito de hurto agravado, constituyendo tal hecho así haya agravantes en faltas contra el
patrimonio. Esta posición se fundamenta en el mayor desvalor del resultado, dejando de lado el mayor
desvalor de la acción que debe tomarse en cuenta para hacer hermenéutica jurídica de los delitos
patrimoniales. Caso contrario, también tendremos que exigir cuantía significativa para el delito de
robo.
La segunda posición sostiene que el hurto agravado para efectos de su configuración no requiere que
el valor de lo hurtado sea superior a las cuatro remuneraciones mínimas vitales. Respetando el
principio de legalidad base fundamental de nuestro derecho penal, se afirma convencidamente que
al tratarse de supuestos de hecho totalmente diferentes los previstos tanto en el art. 185 y en el art.
186, su configuración típica también exige elementos diferentes. En efecto, el hurto agravado previsto
en el art. 186 adquiere total autonomía del hurto simple previsto en el art. 185, en consecuencia, al
exigirse taxativamente en el art. 444 un monto superior de las cuatro remuneraciones mínimas vitales
tan sólo para el supuesto de hecho del art. 185, debe concluirse en forma lógica y coherente que
nuestro sistema punitivo no exige cuantía para configurarse el delito de hurto agravado. En tal sentido,
Rojas Vargas (2000, p. 72) sostiene que desde las determinaciones normativas establecidas en el
Código Penal la solución a tal problemática cede ante la preeminencia de la taxatividad de la norma
penal que restringe sólo el hurto y daños básicos (art. 185 y 205) el referente económico pecuniario.
Sólo es necesario que el valor del bien hurtado sea susceptible de valoración económica. No cabe
duda que el valor del bien hurtado influirá en la convicción del Juez al momento trascendental de
individualizar la pena que impondrá al acusado (incisos 4 y 9 del art. 46 del C.P), debiendo escoger
entre un mínimo de tres y un máximo de seis años. No se requiere de aptitudes excepcionales para
concluir que si el bien no tiene mayor valor económico, se le impondrá la pena mínima al acusado.
Igual ocurre con el delito de daños previsto en el art. 205 y el de daños agravados previstos en el art.
Nosotros teniendo en cuanta que el objetivo es hacer dogmática penal nos adherimos a la segunda
posición, pues resulta más coherente para interpretar los delitos patrimoniales tal y conforme
aparecen redactados en nuestro texto punitivo. No cabe duda que por ejemplo, nos parece injusto
que se imponga tres años de pena privativa de libertad a un sujeto que con la ayuda de otro y
aprovechando la noche, hurtó de su vecino dos patos cuyo valor no llega a cincuenta soles, sin
jurídico penal.
Ahora bien, ello no es óbice para proponer de lege ferenda que en el futuro, el legislador tenga en
cuenta en el momento histórico de tipificar los delitos contra el patrimonio, indicar el monto mínimo
del objeto material del delito. Pues resulta inicuo y exagerado con el consecuente perjuicio económico
que se ocasiona al Estado, ventilar todo un proceso penal para estafas, apropiaciones ilícitas, hurtos
agravados, hurtos de uso, etc. sobre bienes de insignificante valor económico. Ello sin duda pone en
tela de juicio los principios rectores del derecho penal denominados de lesividad, proporcionalidad y
de ultima ratio.
No son reprimibles, sin perjuicio de la reparación civil, los hurtos, apropiaciones, defraudaciones o
poder de terceros.
Hermenéutica Jurídica
Para entender el sentido del artículo 208 del Código Penal, en primer término debemos analizar cuáles
son sus fundamentos. Ellos surgen por sí solos al exponer la naturaleza de las causas que excluyen
la punibilidad. Y en segundo lugar, exponer las razones del porqué sólo los sujetos indicados en el
Actualmente, en la doctrina penal es posición dominante considerar que no son sólo tres los
elementos del delito, sino que agrega otro, denominado “punibilidad”. Es decir, delito es una conducta
culpable no es punible porque así lo establece determinado sistema jurídico, aquella conducta no
constituye delito.
Nuestro Código Penal prevé dos supuestos que excluyen el elemento punibilidad de una conducta
típica, antijurídica y culpable. Las causas personales de exclusión de puniblidad previstas por ejemplo
en el art. 133 y 208 del C.P. y las causas que extinguen la punibilidad previstas en el artículo 78 del
Código Penal.
En esa línea las causas que excluyen la punibilidad son aquellas circunstancias personales del autor
cuya concurrencia en un hecho concreto excluye la punibilidad o cuya no concurrencia es presupuesto
en un injusto penal, sino sólo a aquel en cuya persona concurre el elemento excluyente de la
punibilidad (Véase: Roxin, 1997, p. 971). En suma, la punibilidad puede ser excluida en los casos en
que el legislador ha considerado conveniente no imponer una pena, a pesar de darse una acción
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típica, antijurídica y culpable. Se trata, normalmente de causas vinculadas a la persona del autor y,
por lo tanto, sólo le afectan a él y no a los demás participantes en el delito, ya actúen en calidad de
autores o en calidad partícipes en los delitos precisados por la ley, pero no a los terceros que
intervengan en el hecho, aun cuando estos sean los autores del hecho. Por ilustrativo cabe citar el
ejemplo de Bramont-Arias y García (1997, p. 289): si un extraño comete un delito de hurto y el hijo de
Este es el caso del artículo 208 del Código Penal en el cual se recogen todas las circunstancias en
parentesco con el sujeto pasivo, en los delitos contra el patrimonio en su modalidad de hurto,
apropiación ilícita, defraudaciones o daños a la propiedad. Sólo se menciona en forma taxativa estos
delitos y no al robo o extorsión por ejemplo, porque en estos aparte de lesionarse el bien jurídico
patrimonio se lesiona o pone en peligro otros bienes jurídicos fundamentales como es la integridad
ilícitas, defraudaciones y daños entre las personas unidas por el vínculo del parentesco; por nuestra
pretende el poder punitivo es evitar la destrucción total de la familia, célula básica de nuestra sociedad,
y del matrimonio, a lo que contribuiría inevitablemente la sanción penal de dichos delitos. En parecido
sentido Peña Cabrera (1993, p. 392) y Ángeles y otros (1997, p. 1356). Roy Freyre (1983, p. 336)
haciendo hermenéutica jurídica del art. 260 del Código Penal derogado, sostiene que es malo dejar
sin sanción un delito patrimonial cuyo autor ha sido plenamente identificado, pero es un mal mayor
comprometer la armonía del núcleo familiar con el castigo infligido a uno de sus miembros. No es
extraño al derecho escoger un mal menor para evitar otro mayor. Sin duda esta es la ponderación
que ha primado en el legislador para excluir de sanción penal a las personas que cometen los delitos
indicados en el artículo 208 del C.P. en agravio de sus parientes.
Aceptado ello, según el inciso 1 del art. 208 del Código Penal, no son reprimibles los hurtos,
ascendientes, descendientes y afines en línea recta. Los cónyuges para efectos de la presente
interpretación son los derivados del matrimonio civil. La eximente alcanza incluso así viviesen
separados. Basta constatar que entre el sujeto activo y víctima de un hurto, apropiación, defraudación
o daños a la propiedad, existe el vínculo matrimonial para excluir de punibilidad cónyuge-agente. Los
concubinos son aquellos que tienen una unión de hecho estable, voluntariamente realizada y
mantenida de acuerdo al art. 5 de la Constitución del Estado y desarrollado por el artículo 326 del
Código Civil. Los ascendientes son los parientes consanguíneos en línea recta ascendente, es decir,
consanguíneos en línea recta descendente, esto es, los hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, etc.
Para saber cuándo hay afinidad en línea recta resulta necesario recurrir al artículo 237 del Código
Civil. Allí se prevé que el matrimonio produce parentesco de afinidad entre cada uno de los cónyuges
con los parientes consanguíneos del otro. Cada cónyuge se halla en igual línea y grado de parentesco
por afinidad que el otro por consanguinidad. La afinidad en línea recta no acaba por disolución del
matrimonio que la produce. Siendo así, los afines en línea recta son los suegros con los yernos o las
nueras.
El inciso 2 del artículo 208 dispone que no es reprimible el cónyuge viudo o sobreviviente, respecto
de los bienes de su difunto cónyuge, mientras no hayan pasado a poder de terceros. Esto significa
que se excluye de punibilidad al consorte viudo que ha efectuado una conducta típica, antijurídica y
culpable de hurto, apropiación ilícita, defraudación o daños, siempre y cuando el objeto material del
delito haya constituido bienes del cónyuge fallecido que aún no han pasado a poder de terceros. Si el
bien del difunto cónyuge ha posado a poder de tercera persona y el consorte viudo lo hurta por
ejemplo, su conducta será reprimible. La excusa no le asiste. Se entiende que la tercera persona será
un extraño o ajeno a cualquier relación de consanguinidad o afinidad en línea recta al cónyuge viudo.
Si por el contrario se verifica que el tercero tiene alguna relación de las indicadas, también la eximente
Finalmente, el inciso 3 del art. 208 del Código Penal prevé que no son reprimibles los hurtos,
apropiaciones ilícitas, las defraudaciones o lo daños a la propiedad que se causen los hermanos y
cuñados siempre y cuando vivan juntos. Es decir vivan o compartan una sola vivienda. Si viven en
Otro aspecto resaltante del artículo 208 del C.P. lo constituye la disposición que si bien no son
reprimibles los hurtos, apropiaciones ilícitas, defraudaciones y daños que se causen las personas que
tengan los vínculos antes anotados, los autores responden civilmente. Esto es, la víctima tiene
derecho a la reparación civil. Resulta lógico que en estos casos se pueda exigir la responsabilidad
civil, puesto que el sujeto activo ha cometido una acción antijurídica que se opone y lesiona al
Para reclamar la reparación civil, en la práctica pueden presentase hasta dos supuestos:
modo claro y preciso que en el hecho ilícito sólo ha participado un agente y este tiene un vínculo de
hijo, padre, cónyuge, etc respecto de la víctima, el representante del Ministerio público, titular de la
acción penal, archivará la denuncia y orientará a la víctima haga uso del derecho extra-penal para
reclamar la correspondiente reparación civil. En todo caso, de formalizarse denuncia penal, el Juez
penal debe declarar no ha lugar a apertura de instrucción. En parecido sentido Peña Cabrera (1993,
p. 400) amparado en lo expuesto por Sebastián Soler y Ángel Gustavo Cornejo.
sentencia, exima de pena al agente y sólo fije la reparación civil en favor de la víctima. No es racional
gastar horas hombre en tramitar todo un proceso penal con la ignominia que ello representa para el
llegado a determinar que el pariente ha actuado junto a otros sujetos que no tienen el vínculo de
parentesco, el representante del Ministerio Público formalizará acción penal en contra de todos los
participantes en la comisión del delito, con la finalidad de fijar la reparación civil en la sentencia de
acuerdo al grado de participación. Ello es lógico, pues en la tramitación del proceso penal bajo el
manto del principio procesal etiquetado como “debido proceso” se determinará el grado de
participación de cada uno de los autores o partícipes del delito y de acuerdo a ello se fijará la
reparación civil que cada uno de ellos deberá pagar a favor del agraviado. No actuar de ese modo,
puede generar serias injusticias, pues al excluirse desde el inicio al agente-pariente, es posible que
se fije una reparación civil no acorde con su participación en el hecho delictivo. Puede fijarse un
mínima reparación civil cuando su participación ha sido de autor, o viceversa, puede fijarse una
El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente
ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, será reprimido con pena privativa de libertad no
Se equiparan a bien mueble la energía eléctrica, el gas, el agua y cualquier otra energía o elemento
Actualmente se entiende que se configura el delito de hurto denominado simple o básico cuando el
agente se apodera ilegítimamente de un bien mueble total o parcialmente ajeno, sustrayéndole del
lugar donde se encuentra con la finalidad de obtener un provecho económico siempre y cuando no
haya utilizado violencia o amenaza contra las personas. Lo primero que salta al entendimiento es la
concurrencia de tres verbos rectores que caracterizan al delito de hurto básico: apoderarse, substraer
y aprovechar. Si alguno de estos verbos falta en determinada conducta que lesiona el patrimonio de
El no uso de violencia o amenaza contra las personas, constituye característica fundamental del hurto
que lo diferencia en forma nítida del ilícito denominado robo.
De la forma como aparece redactado el supuesto de hecho del artículo 185, hay consenso en la
doctrina peruana respecto de la tipicidad objetiva del delito de hurto simple. Así tenemos: para
Bramont-Arias Torres y García Cantizano (1997, p. 292) el comportamiento consiste en apoderarse
ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se
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encuentre. En el mismo sentido, Peña Cabrera (1993, p. 18) alega que la materialización de este
sustrayéndolo del lugar donde se encuentra. En tanto que Javier Villa Stein (2001, p. 33) en su estilo
particular argumenta que la conducta que reclama el tipo es la de “apoderamiento” que implica
“tomar”, agarrar la cosa, asirla con las manos, y desplazarla de modo que escape del ámbito de tutela
y dominio de su legítimo tenedor titular y pase a la del autor, de modo y manera que quede a su
disposición por el tiempo que sea. Roy Freyre (1983, p. 42), comentando el art. 237 del Código Penal
derogado, afirma que en nuestra dogmática podemos decir, entonces, siguiendo un itinerario que nos
permita arribar a un concepto claro de la figura delictiva estudiada: para hurtar hay que apoderarse;
para apoderarse hay que substraer; y para substraer es necesario sacar la cosa mueble del ámbito
de vigilancia ajeno donde se encontraba, para luego colocarla ilegítimamente, con ánimo de obtener
provecho para sí o para otro, dentro de la propia esfera de disposición del agente. En consecuencia,
para configurarse objetivamente el delito de hurto básico debe verificarse la concurrencia de varios
elementos típicos sin los cuales el delito no aparece. Veamos brevemente cuáles son aquellos
elementos típicos:
A.- Acción de apoderar.- Este elemento típico se constituye cuando el agente se apodera, apropia
o adueña de un bien mueble que no le pertenece, pues lo ha substraído de la esfera de custodia del
que lo tenía antes. Roy Freyre (1983, p. 45) sostiene que se entiende por apoderarse toda acción del
sujeto que pone bajo su dominio y disposición inmediata un bien mueble que antes de ello se
encontraba en la esfera de custodia de otra persona. Igual postura asumen Bramont-Arias Torres y
sustraído, vale decir, se trata de un estado de hecho resultante, usualmente, de las acciones de
sustracción practicadas por el propio agente del delito, por el cual éste adquiere ilegítimamente
facultades fácticas de señorío sobre el bien mueble, pudiendo disponerlo. No obstante, para llegar al
estado de apoderamiento se requiere que el agente rompa la esfera de custodia que tiene la víctima
sobre el bien; acto seguido debe haber un desplazamiento del bien a la esfera de custodia del agente
para finalmente éste, funde su dominio sobre el bien y pueda o tenga la posibilidad de disponer como
si fuera su dueño (Véase, Rojas Vargas, 2000, p. 148). Se discute en la doctrina si el apoderamiento
que el agente haya tenido la posibilidad de disponer en provecho propio del bien sustraído para estar
frente al estado de apoderar. Siendo así, en el supuesto de hecho narrado, todavía no habrá
apoderamiento.
adueña del bien mueble sin tener derecho alguno sobre él, esto es, no cuenta con el sustento jurídico
ni con el consentimiento de la víctima para generarse un ámbito de dominio y por tanto de disposición
sobre el bien.
Para Rojas Vargas (2000, p. 150) la ilegitimidad se entiende todo lo que está prohibido por el
ordenamiento jurídico, no sólo por el Código Penal. Por definición negativa, el hecho estará legitimado
de existir consentimiento del propietario del bien, ya que el patrimonio particular como bien jurídico
posee naturaleza disponible. Consentimiento que para ser válido deberá ser dado expresa y
C.- Acción de sustracción.- Se entiende por sustracción todo acto que realiza el agente para
arrancar o alejar el bien mueble de la esfera de dominio de la víctima. Se configura con los actos que
realiza el agente con la finalidad de romper la esfera de vigilancia de la víctima que tiene sobre el bien
y cogerlo para luego desplazar a éste a su esfera de dominio. Bramont-Arias Torres y García
Cantizano (1997, p. 291) sintéticamente aseguran que por sustracción se entiende toda acción que
realiza el sujeto tendente a desplazar el bien del lugar donde se encuentra. En tanto que Rojas Vargas
(2000, p. 150) refiere que por sustracción se entiende el proceso ejecutivo que da inicio al
desapoderamiento del bien mueble del ámbito de control del propietario o poseedor.
Objetivamente debe haber actos de desplazamiento por parte del agente del bien objeto del hurto,
caso contrario el delito no aparece. No habrá hurto cuando el agente se apodera o adueña de los
patos del vecino que solos se pasaron a su esfera de dominio. Tampoco se exige necesariamente la
aprehensión manual o contacto material del autor con el bien mueble, debido a que muy bien puede
realizarse los actos de sustracción por otros medios, por ej., valiéndose de otra persona -caso de
D.- Bien mueble.- Antes de entrar a conceptualizar qué entendemos por bien mueble, resulta
pertinente señalar que a diferencia del Código derogado, el vigente Corpus iuris penale habla de
“bien” y no de “cosa” al referirse al objeto del delito de hurto. Creemos que con mayor técnica
legislativa, el legislador nacional ha hecho uso del término bien mueble para caracterizar al delito de
hurto, otorgándole de ese modo mayor precisión e indicar al operador jurídico que se trata de un delito
netamente patrimonial.
Esta precisión resulta importante y de ningún modo puede sostenerse que los términos “bien” y “cosa”
tienen el mismo significado al momento de interpretar los tipos penales que lesionan el patrimonio.
En efecto, si recurrimos al diccionario de la real Academia de la lengua castellana y buscamos el
significado de cada uno de los vocablos indicados, encontraremos: bien.- Cosa útil y beneficiosa que
atrae nuestra voluntad. Son términos sinónimos “beneficio, riqueza, don, valor, hacienda, caudal,
recursos”; y, Cosa.- Todo lo que tiene existencia corporal o espiritual, natural o artificial, real o
imaginaria. Se tiene como sinónimos a los términos de “objeto, ser, ente”. En suma, de estas
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definiciones se puede concluir que “bien” indica cosas con existencia real y con valor patrimonial para
las personas. En tanto que cosa indica todo lo que tiene existencia corporal o espiritual tenga o no
valor patrimonial para las personas. Así, estamos frente a vocablos que indican género y especie. El
género es el vocablo “cosa” y la especie el término “bien”. Todo bien será una casa pero jamás toda
cosa será un bien. En consecuencia, al exigirse en los delitos contra el patrimonio necesariamente un
perjuicio patrimonial para la víctima y consiguiente beneficio para el agente, tenemos que concluir que
Teniendo claro qué significa “bien” ahora toca indicar qué debe entenderse como “bien mueble” para
efectos del presente trabajo. Todos hemos aprendido en el curso de “Derechos reales” dictado
entre bienes muebles e inmuebles es la siguiente: los primeros son movibles o transportables de un
lugar a otro por excelencia, en tanto que los segundos, no pueden ser objeto de transporte, son
inamovibles. En tal sentido, bien mueble constituirá todo cosa con existencia real y con valor
patrimonial para las personas, susceptibles de ser transportadas de un lugar a otro ya sea por sí
mismas (animales) o por voluntad del hombre utilizando su propia mano o instrumento mecánicos o
electrónicos.
E.- Valor del bien mueble.- Se ha convenido que los bienes muebles para tener relevancia penal
deben tener valor patrimonial. Esto es, deben ser valorados económicamente en la interrelación
social. Sin embargo, a fin de no caer en exageraciones de sancionar hurtos simples de bienes de
elemento típico del delito de hurto, el mismo que se convierte en un límite importante. No obstante,
tal elemento no aparece de la redacción del art. 185, sino se desprende de la lectura artículo 444 del
Código sustantivo.
Aquí se prevé que cuando el valor del bien objeto de una conducta regulada en el art. 185 del C.P.
no sobrepase las cuatro remuneraciones mínimas vitales, estaremos ante lo que se denomina faltas
contra el patrimonio y en consecuencia no habrá delito de hurto. En suma, sólo habrá hurto cuando
el valor del bien mueble sea mayor de las cuatro remuneraciones mínimas vitales. En la praxis judicial
cuando estamos ante casos en los que es poco difícil establecer el valor del bien hurtado, se recurre
valor del bien sobrepasaba las cuatro remuneraciones mínimas vitales, y en la investigación o antes
de la sentencia, el valor del bien se deprecia o reduce y alcanza un valor por debajo del mínimo
exigido, el hecho se convertirá en faltas contra el patrimonio.
F.- Bien mueble total o parcialmente ajeno.- Respecto de este elemento normativo no hay mayor
discusión entre los tratadistas peruanos. Es lugar común afirmar que se entiende por bien ajeno a
todo bien mueble que no nos pertenece y que por el contrario pertenece a otra persona. En otros
términos resultará ajeno el bien mueble, si éste no le pertenece al sujeto activo del delito y más bien
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le corresponde a un tercero identificado o no. Tal concepto trae como consecuencia que los res nullius
no sean susceptibles de ser objeto del delito de hurto; igual sucede con las res derelictae (bienes
abandonados por sus dueños) y las res comunis omnius (cosa de todos). En todos estos casos, los
bienes no tienen dueño, y por tanto, el acto de apoderarse de ellos no lesiona patrimonio alguno (Peña
Cabrera, 1993, p. 26; Roy Freyre, 1983, p. 52; Bramont-Arias-García, 1997, p. 294; Paredes Infanzón,
1999, p. 42; Vargas Rojas, 2000, p. 145; Villa Stein 2001, p. 35). En cambio, estaremos ante una
situación de ajenidad parcial cuando el sujeto activo o agente del delito, sustrae un bien mueble que
otro u otras personas. Es lógico indicar que para perfeccionarse el delito de hurto, resultará necesario
que el bien se encuentra dividido en partes proporcionalmente establecidas; caso contrario, si llegase
a establecerse que el bien es indiviso, es decir, no hay cuotas que correspondan a tal o cual
copropietario y por tanto el bien corresponde a todos a la vez, será materialmente imposible la
Tampoco habrá hurto cuando el bien parcialmente ajeno se encuentre en poder del agente y este
realice actos de dueño sobre el total. Aquí sin duda al no existir sustracción, estaremos ante lo que
conocemos por apropiación ilícita. Para configurarse el hurto en esta hipótesis se exige
necesariamente que el bien parcialmente ajeno se encuentre en poder de un tercero de cuyo dominio
Establecer el bien jurídico que se protege con el delito de hurto simple o básico, es punto de
controversia en la literatura penal peruana así como en la extranjera. Sin embargo, dos son las
(Bramont-Arias-García y Paredes Infanzón), en tanto que para otros, se pretende amparar el derecho
de propiedad (Ángeles-Frisancho-Rosas, Rojas Vargas, Villa Stein) aún cuando para algunos menos
se pretende proteger el derecho de propiedad como el de posesión (Roy Freyre). Rojas Vargas (2000,
p. 126) dejando establecido que existen ciertas hipótesis delictivas de hurto en las cuales la posesión
constituye el bien jurídico, se adhiere a la posición que sostiene como el bien jurídico de hurto a la
propiedad, por considerarla de mayor rigurosidad científica, más afín al principio de fragmentariedad
y mínima intervención y por razones de sistematización normativa efectuada por el Código Penal
peruano, al considerar éste al furtum possesionis (modalidad delictiva donde se tutela la posesión
Nosotros también compartimos esta última posición, pues además de los argumentos presentados
por Rojas Vargas, concurre otro de vital importancia en la práctica judicial. En la realidad judicial
peruana, siempre se exige que el sujeto pasivo del hurto acredite la propiedad del bien objeto del
hurto con la finalidad de ser el caso, retirar los bienes de sede judicial si estos han sido incautados;
así mismo, en estricta aplicación del artículo vigente 245 del Código Procesal Penal, siempre se
hurto y sólo se puede hacer presentado documentos que demuestren el derecho de propiedad.
Refuerza ésta tesis el art. 912 del Código Civil, el mismo que prescribe “el poseedor es reputado
vigente, siempre se presumirá que aquella persona que ha sufrido un hurto de sus bienes, será
propietario de los bienes hurtados, salvo que se pruebe que otra persona es su propietario,
En suma, el derecho de propiedad se constituye en el bien jurídico estricto protegido con el delito de
hurto. Esto es, la propiedad como parte del patrimonio de una persona.
Sujeto Activo
Sujeto activo, autor o agente del delito de hurto simple puede ser cualquier persona natural nunca
jurídica. El tipo penal no exige que se cuente con determinadas condiciones o cualidades; sólo se
exige que el agente se haya apoderado de un bien ajeno o parcialmente ajeno por medio de la
sustracción.
En esa lógica, no podrá ser sujeto activo del delito de hurto los propietarios totales de sus bienes. Si
llega a determinarse que la sustracción lo ha realizado el propietario del bien a un posesionario, por
ejemplo, no será autor del delito de hurto sino del delito de apropiación ilícita como tendremos la
oportunidad de saber más adelante cuando analicemos las modalidades delictivas de esta figura
penal.
Sujeto Pasivo
Sujeto pasivo puede ser cualquier persona natural o jurídica poseedora o propietaria del bien mueble,
no se exige ninguna condición especial. Como ha quedado establecido los poseedores son reputados
propietarios del bien hurtado en consecuencia también pueden constituirse en sujetos pasivos
TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del delito que venimos realizando hermenéutica jurídica sin problema se concluye
que se trata de un injusto penal netamente doloso, es decir, el agente debe actuar con conocimiento
y voluntad de realizar los elementos objetivos típicos, tales como apoderarse ilegítimamente de un
bien total o parcialmente ajeno, sustrayéndole de la esfera de dominio de la víctima con la finalidad
El sistema peruano no exige sólo la concurrencia del dolo para perfeccionarse el delito, sino que
requiere desde el inicio de la acción delictiva la presencia de un segundo elemento subjetivo que
viene a reforzar al dolo, esto es, la intención del agente de obtener un provecho con la sustracción
del bien. Se exige la concurrencia de lo que se conoce como ánimo de lucro. Presentado así el
concurrencia de un dolo directo. No es posible un dolo indirecto y menos uno eventual. Así mismo, es
perfectamente posible que se presente un error de tipo vencible o invencible previsto en el art. 14 del
Provecho Económico
Como ya se mencionó la frase “para obtener provecho” que da inicio la redacción del artículo 185 del
Código Penal, representa un elemento subjetivo importante del delito de hurto. Sin su presencia, no
aparece el delito. Este elemento subjetivo que normalmente en doctrina se le rotula como “ánimo de
lucro” o ánimo de obtener provecho económico indebido, refuerza al dolo del agente. Este elemento
subjetivo adicional del dolo se configura como la situación subjetiva del agente que le mueve a realizar
todos los elementos objetivos para encontrar satisfacción final. En otros términos, constituye la
finalidad que persigue el agente del hurto, esto es, el sujeto activo actúa desde el inicio con la finalidad
última de obtener un provecho, beneficio, utilidad o ventaja indebida. En tal sentido, si en el actuar del
agente existe otra intención diferente a la de obtener un provecho, el delito de hurto no se evidencia.
No habrá hurto por ejemplo, en el caso que el agente sustrae unos viejos caballos de carrera para
evitar que su dueño pase apremios económicos que le origina su manutención y cuidado.
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Teniendo en cuenta que el delito de hurto es un hecho punible de lesión y resultado, es
perfectamente posible que el actuar del agente se quede en grado de tentativa. En efecto, estaremos
ante la tentativa cuando el agente suspende, ya sea voluntariamente o por causas extrañas a su
voluntad, su actuar ilícito en cualquiera de los momentos comprendido entre el inició de la acción
hasta el momento que el agente tiene la mínima posibilidad de disponer del bien hurtado. Esto es,
una vez que el agente tiene la posibilidad de disponer del bien se habrá perfeccionado el delito, antes
de aquel hito, habrá tentativa, como ocurrirá por ejemplo cuando el agente ha ingresado al domicilio
del sujeto pasivo con la intención de hurtar o cuando es descubierto saliendo del domicilio llevándose
las cosas o cuando es aprehendido por personal policial cuando el agente está en plena fuga
También es posible actos preparatorios para realizar la conducta de hurto, no obstante, tales actos
así se verifiquen resultan intrascendentes para efectos penales.
Consumación.- Determinar en qué momento histórico del desarrollo de una conducta delictiva de
doctrina penal de todos los tiempos, al punto que se han esgrimido diversas teorías: tales como la
contrectatio que sostiene que habrá apoderamiento apenas el agente entre en contacto con el bien
mueble. La teoría de la amotio para la cual el hurto se consuma con el cambio de lugar donde se
encontraba el bien mueble a otro diferente. La teoría de la illatio que sostiene que el hurto se consuma
cuando el agente traslada el bien mueble a un lugar seguro escogido por él y lo oculta. Y finalmente
la teoría de la ablatio que sostiene que el hurto se consuma cuando se traslada el bien mueble
sustraído a un lugar donde el agente tenga la posibilidad de disponerlo.
Ablatio como la más coherente para interpretar el delito de hurto simple. En efecto, Roy Freyre (1983,
p. 64), haciendo dogmática con el Código penal derogado, afirma que sin olvidar que basta la intención
de lucro al no requerir nuestra ley penal provecho efectivo, diremos que la consumación tiene lugar
en el momento mismo que se da por quebrantada la custodio o vigilancia ajena, al surgir la posibilidad
de disponer de la cosa por parte del agente infractor. Peña Cabrera (1993, p. 32) sostiene que el
delito de hurto se consuma en cuanto el agente se apodera del bien sustrayéndolo del lugar donde
se encuentra, de manera que le permita la posibilidad física de realizar actos dispositivos.Por su parte
Bramont-Arias Torres y García Cantizano (1997, p. 295) aseveran que según el tenor del art. 185 del
C.P. ha de admitirse la consumación en el momento en que el sujeto activo tiene la disponibilidad del
bien mueble. Incluso, los autores citados, adoptando posición discutible afirman que se considera
consumado el delito de hurto así el agente se encuentre en plena huida (fuga), siempre y cuando en
la fuga haya tenida una mínima disponibilidad del bien sustraído. Igual posición enseña Villa Stein
(2001, p. 38)
Finalmente, Rojas Vargas (2000, p. 159) sostiene que para utilizar la clásica gradualización romana
del iter criminis, el delito de hurto se consuma en la fase de la ablatio, es decir, el delito de hurto se
halla consumado o perfeccionado típicamente conforme a las exigencias del tipo penal, cuando el
autor (o coautores) han logrado el estado o situación de disponibilidad del bien mueble. Igual posición
Nosotros también nos adherimos a esta posición mayoritaria, pues la posibilidad de disponer por
mínima que sea constituye un hito fundamental para entender y comprender perfectamente la
consumación y su diferencia con la tentativa. Sin embargo, la posibilidad de disposición que tenga el
agente debe ser libre, espontánea y voluntaria sin más presión que el temor de ser descubierto, esto
es, la voluntad del agente no debe estar viciada por presiones externas como ocurriría por ejemplo,
cuando al estar en plena huida del lugar donde se produjo la sustracción es inmediatamente
perseguido. Sin duda, al momento de la fuga, el agente puede tener la posibilidad de disponer del
bien ya sea destruyéndole o entregándole a un tercero, etc. pero ello de ningún modo puede servir
para afirmar que se ha consumado el delito. Esa disposición no es voluntaria ni espontánea. En plena
huida puede también ser aprehendido el sujeto no llegando a tener la posibilidad de hacer una
disposición provechosa del bien sustraído. Menos habrá consumación como pretende Bramont-Arias
hurto es cometido:
1. En casa habitada.
2. Durante la noche.
4. Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad pública o desgracia particular del
agraviado.
TIPICIDAD OBJETIVA
Objetivamente para estar ante a una figura delictiva de hurto agravado, se requiere la presencia de la
totalidad de elementos típicos del hurto básico, menos el elemento “valor pecuniario” indicado
expresamente sólo para el hurto simple por el artículo 444 del Código Penal. Se exige sustracción del
bien de la esfera de protección de su dueño o poseedor; apoderamiento ilegítimo del bien por parte
del sujeto activo; bien mueble total o parcialmente ajeno con valor patrimonial, la finalidad de obtener
un provecho indebido que debe inspirar al agente y el dolo. Por el principio de legalidad no se exige
que el valor del bien mueble sustraído deba sobrepasar las cuatro remuneraciones mínimas vitales
previsto en el artículo 444 del C.P. Aquí se hace mención sólo para el hurto previsto en el artículo 185
mas no para el hurto agravado regulado en el artículo 186 en concordancia con el 185 del C.P.
Los hurtos agravados son modalidades específicas del hurto cuya estructura típica depende del tipo
básico pero que conservan en relación a éste un específico margen de autonomía operativa. Muy
bien Rojas Vargas (2000, p. 173) afirma que el argumento que explica la exclusión del referente
del agente y valoraciones normativas. La resultante ofrece la siguiente lectura: más que el valor
referencial del bien, lo que interesa en el hurto agravado es el modo como se realiza la sustracción-
apoderamiento.
El agente en todo momento debe conocer la circunstancia agravante y querer actuar en base a tal
conocimiento. Si el autor desconoce tal circunstancia aparece lo que denominamos error de tipo
previsto en el art. 14 del Código Penal, debiendo sancionarse al agente sólo por el delito de hurto
básico.
En la práctica judicial bien puede presentarse una conducta ilícita de hurto donde concurra una sola
circunstancia agravante como también puede presentarse dos o más agravantes; en ambas
condiciones estaremos ante el delito de hurto agravado con la diferencia que al momento de graduar
la pena por la autoridad jurisdiccional, el agente que ha cometido hurto con concurso de agravantes
será merecedor de pena más alta respecto al que lo hizo con una sola agravante, ello de acuerdo al
Agravantes Sancionadas con Pena Privativa de Libertad no menor de tres ni mayor de seis años
La primera agravante de la figura delictiva de hurto es la circunstancia que aquel se efectúe o realice
en casa habitada. Los tratadistas peruanos coinciden en señalar que dos son los fundamentos de la
agravante: Pluriofensividad de la acción y peligro potencial de efectos múltiples que se puede generar
para los moradores y segundo, vulneración de la intimidad que tenemos todas las personas (Peña
Cabrera, 1993, p. 38; Bramont-Arias- García, 1997, p. 297; Paredes Infanzón, 1999, p. 58; Rojas
Vargas, 2000, p. 175 y Villa Stein, 2001, p. 43). La acción realizada por el agente, afecta diversos
bienes jurídicos protegidos por el Estado por considerarlos fundamentales para una armoniosa
convivencia social como son afectación al patrimonio, inviolabilidad del domicilio y eventualmente
afectación a la vida, la integridad física, la libertad sexual, el honor, etc. de los moradores de la casa.
Y violación de la intimidad, entendida como el derecho que le asiste a toda persona de tener un
espacio de su existencia para el recogimiento, la soledad, la quietud, evitando interferencias de
Haciendo hermenéutica jurídica de esta agravante se discute en doctrina si a la frase “casa habitada”
debe dársele una acepción restringida, limitándola sólo al lugar donde moran una o más personas
(Bramont-Arias -García, 1997, p. 297) o amplia, entendida como todo espacio físico que cumpla el
papel de vivienda o habitación y donde una o varias personas moran habitual o circunstancialmente.
Academia de la Lengua encontramos que por casa se entiende todo edificio para habitar; es decir,
puede denominarse también residencia, domicilio, hogar, mansión, morada, vivienda o habitación. En
tal sentido, toda vivienda permanente o temporal, por precaria que sea su construcción sirve para
configurar la agravante a condición que no esté abandonada o deshabitada. La casa puede servir de
domicilio permanente o eventual de sus moradores, lo importante es que se trate de una morada y
que al tiempo de cometerse el hurto servía de vivienda para la víctima sin importar claro está, que al
momento de realizarse el hurto la vivienda se encontraba sin sus moradores que habían salido por
ejemplo, de visita a un familiar o a una fiesta. En consecuencia quedan incluidas las casas de campo
Desde el momento que se toma como referencia que el inmueble debe servir de morada o vivienda
para la víctima, resultan excluidos de la agravante los edificios que sirvan para negocios, los colegios,
las oficinas, los locales de instituciones públicas o privadas. En términos más gráficos y contundentes,
un hurto cometido en un colegio o en local de una Universidad no constituye agravante así éste se
presencia de la agravante en interpretación cuando el sujeto activo es el propio guardián que habita
la casa, o una persona que mora en la vivienda, o quien estando dentro de la vivienda con el
casa quien se apodera de un bien mueble de quien se encuentra en su vivienda por la circunstancia
que sea. En estos casos opera el factor abuso de confianza y no hay perpetración en casa ajena que
origina el peligro potencial de afectar otros intereses aparte del patrimonio de la víctima.
entendida como lapso de tiempo en el cual falta sobre el horizonte la claridad de la luz solar. Así el
horizonte esté iluminado por una hermosa luna llena o por efectos de luz artificial, la agravante igual
se configura. El agente debe buscar la noche para realizar su accionar de sustracción ilegítima de
bienes, pues sabe que la protección de los bienes por parte de la víctima se ha relajado y que tendrá
mayores posibilidades de consumar su hecho y no ser descubierto. Es lugar común sostener que el
fundamento político criminal de esta agravante radica en que la noche es un espacio de tiempo
propicio para cometer el hurto, al presuponer la concurrencia de los elementos: oscuridad, mínimo
riesgo para el agente y facilidad mayor para el apoderamiento al relajarse las defensas por parte de
la víctima y presuponer condiciones de mejor ocultamiento para el sujeto activo del delito (Peña
Cabrera, 1993, p. 40 y Rojas Vargas, 2000, p. 183). La frase “durante la noche” debe entenderse
desde un criterio gramatical, esto es, en su sentido cronológico-astronómico; de ningún modo puede
alegarse para el derecho penal peruano, que esta agravante encuentra su explicación en un criterio
teleológico funcional, esto es, buscando la finalidad político criminal de la norma penal. Creemos que
no es posible hacer un híbrido entre el criterio gramatical y el teleológico para tratar de entender la
agravante “durante la noche”, como lo sugiere Rojas Vargas (2000, p. 187) al sostener que durante
la noche se constituye así en una agravante que debe ser considerada tanto en su acepción físico-
iluminación y/o posibilidades de defensa iguales a que si el hecho se hubiera cometido durante el día
con luz solar. Esta posición restringe en forma extrema la aplicación práctica de la agravante, pues
en una calle donde haya suficiente iluminación artificial e incluso vigilancia particular no será posible
cometer un hurto agravado así el agente haya penetrado el inmueble y aprovechando el sueño de
sus moradores haya sustraído todo el dinero que había en la caja fuerte. Igual, no se configuraría esta
agravante en el hecho que el agente ingresa a una vivienda iluminada debido que los moradores se
olvidaron de apagar la luz y se sustrae los bienes. Lo cual nos parece poco racional, pues los
supuestos evidentemente configuran agravante por haberse producido durante la noche. Aparece la
agravante así el inmueble donde se ingresa esté deshabitado. Es indiferente tal circunstancia. Incluso
si está habitado se configurará un hurto perpetrado con dos agravantes: durante la noche y casa
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habitada. La consumación o perfeccionamiento del hurto tiene que hacerse durante la noche. Si en
un caso concreto se llega a determinar que los actos preparatorios se hicieron en el día y la
agravante si llega a determinarse que los actos preparatorios se hicieron aprovechando la noche pero
El inciso tercero del artículo 186 recoge hasta cuatro supuestos que agravan la figura delictiva del
hurto, los mismos que tienen naturaleza diferente aun cuando la finalidad sea la misma. En un hecho
concreto pueden concurrir una sola de estas circunstancias así como dos o más circunstancias
agravantes, incluso pueden concurrir perfectamente con las otras agravantes que recoge el artículo
186 del C.P. Veamos en qué consiste cada una de estas modalidades:
1.- Hurto mediante destreza.- Se configura la agravante con destreza cuando el agente ha realizado
la sustracción ilegítima de un bien total o parcialmente ajeno sin que la víctima lo haya advertido o
enterado sino después de caer en la cuenta que le falta el bien, debido que el agente actúo haciendo
uso de una habilidad, maña, arte, pericia, agilidad o ingenio especial. La noción de destreza implica
un especial cuadro de habilidad y pericia, no necesariamente excepcional, que sea suficiente para
eludir la atención de un hombre común y corriente para sustraer las cosas que se hallan dentro de su
inmediata y directa esfera de vigilancia. Para Peña Cabrera (1993, p. 41), la destreza presupone una
actividad disimulada, que no permite al sujeto pasivo percatarse de la intención del ladrón, de lo
contrario éste podría oponer resistencia en defensa de los bienes que trae consigo. Actúan con
destreza aquellas personas que se dedican a sustraer billeteras aprovechando las combis o buses
llenos de pasajeros; o cuando el agente haciendo uso de una habilidad especial en los dedos (los
sacara) sustraen las billeteras de los bolsillos de los transeúntes sin que éste se dé cuenta; o también
cuando se sustrae bienes muebles abriendo la puerta de los vehículos haciendo uso de llaves falsas
hace el agente de circunstancias de pericia, maña o arte para vulnerar la normal vigilancia del sujeto
pasivo que hace de sus bienes. La especial habilidad o rapidez con que actúa el agente debe ser
utilizado conscientemente como un medio para vulnerar la esfera de vigilancia del sujeto pasivo. Es
decir, el agente debe querer actuar con especial habilidad para lograr su objetivo, caso contrario, si
llega a determinarse que el agente actúo con aparente destreza pero que en realidad no era
2.- Hurto por escalamiento.- Como la anterior agravante, ésta también supone cierta habilidad o
pericia en el agente. En efecto, la conducta desarrollada por el sujeto activo del hurto se encuadrará
en la agravante cuando para sustraer y apoderarse ilícitamente del bien mueble total o parcialmente
ajeno, actúe superando corporalmente los obstáculos dispuestos como defensas preconstituidas de
cercamiento o protección del bien (cercos, muros, rejas, paredes, etc.) mediante el empleo de un
esfuerzo considerable o de gran agilidad. No hay escalamiento sin esfuerzo significativo por parte del
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agente. En suma, para estar ante la agravante deberá verificarse la concurrencia sucesiva de las
indirectamente el bien objeto del delito; segundo, se verificará el despliegue de una energía física
considerable o gran agilidad por parte del agente para sobrepasar y vencer las defensas de
protección; y, tercero, sustracción y apoderamiento del bien que motivó el escalamiento. Este último
elemento resulta trascendente pues para consumarse el delito de hurto necesariamente se exige
apoderamiento, esto es, posibilidad del agente de poder disponer libremente del bien ilegítimamente
sustraído, por lo que muy bien el escalamiento también puede producirse para salir de la esfera de
protección de la víctima. En esa línea, si el sujeto es sorprendido antes que se produzca el real
3.- Hurto mediante destrucción de obstáculos.- Constituye otra agravante el hecho de destruir o
inutilizar las defensas inmediatas o mediatas pre constituidas de protección del bien mueble que
pretende apoderarse el sujeto activo. Por destrucción debe entenderse toda acción que inutiliza o
coloca en situación de inservible la defensa u obstáculo que protege los bienes de la víctima. Aquí
hay aumento del desvalor del injusto penal, pues para lograr su objetivo, el agente hace uso de la
violencia sobre las cosas que protegen los bienes de la víctima. Se presentará la agravante cuando
el agente por ejemplo, hace un forado en la pared o techo de la vivienda de su víctima; rompe la
ventana de un vehículo para sustraer un equipo de radio; destruye la caja fuerte utilizando explosivos,
etc. Los daños ocasionados a consecuencia de la destrucción de las defensas de los bienes, quedan
subsumidos en el hurto agravado. Aun cuando esto aparece obvio, existen operadores jurídicos que
todavía califican por separado al hurto agravado con los daños e incluso con violación de domicilio.
Defecto que se produce por desconocimiento de los principios generales del derecho penal que la
el dinero o los valores, las maletas o maletines cerrados con llave u otros mecanismos de seguridad,
el cofre, baúl, gaveta, armarios, cómodas, etc., así como sus cerraduras, candados, dispositivos de
seguridad (mecánica, eléctrica o electrónica). Son defensas Indirectas o mediatas las paredes, muros,
techos, ventanas, enrejados, cercos eléctricos, etc. que protegen el inmueble (Rojas Vargas, 2000, p.
209)
4.- Hurto por rotura de obstáculos.- Se configura esta agravante cuando el sujeto activo con la finalidad
quiebra, destrozo o desgarro de las defensas preconstituidas del bien. Aquí no hay destrucción o
inutilización de los objetos que conforman las defensas sino simplemente fracturas o rupturas
suficientes para hacer posible el apoderamiento del bien objeto del hurto; por ejemplo estaremos ante
esta modalidad cuando el agente utilizando un instrumento de fierro denominado “pata de cabra” ha
fracturado el candado que aseguraba la puerta de ingreso a la vivienda de la víctima. No le falta razón
a Rojas Vargas (2000, p. 211) cuando enseña que la rotura de obstáculos supone vencer defensas
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con un mínimo de destrucción que no hace perder la estructura de la defensa, ni arruina su
individualidad como objeto. Rotura es desunión violenta de las partes de una cosa, con posibilidades
presentan en forma independiente, esto es, donde se alega destrucción no puede a la vez, alegarse
que hay rotura y donde hay rotura no puede alegarse a la vez, que ha habido destrucción. En un caso
concreto o hay rotura o hay destrucción. Todo depende de la magnitud del daño ocasionado al
obstáculo que configura la defensa de los bienes de la víctima. Finalmente, la destrucción o rotura de
las defensas del bien objeto del hurto deben ser realizadas con dolo por parte del agente, esto es,
deben ser ocasionados con intención. Si llega a determinarse que la rotura o destrucción se debió a
D.- Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad pública o desgracia particular del
agraviado.
El inciso cuarto del artículo 186 del Código sustantivo recoge hasta cinco modalidades o
circunstancias que agravan la figura del hurto. La doctrina peruana por consenso esgrime que el
defensa de sus bienes por parte de la víctima al atravesar cualquiera de las calamidades anotadas;
así mismo por el mayor desvalor de la conducta del agente, quien se aprovecha para hurtar de la
Cabrera, 1993, p. 44; Bramont-Arias Torres y García, 1997, p. 299; Rojas Vargas, 2000, p. 216 y Villa
Stein (2001, p. 48 citando a Rojas Vargas). Pero veamos en qué consiste cada una de estas hipótesis:
1.- Hurto con ocasión de incendio.- Se verifica esta agravante cuando el agente o sujeto activo
aprovechando un incendio que necesariamente causa zozobra y confusión en la víctima, sustrae
bienes muebles. Se entiende por incendio un fuego de gran magnitud, incontrolable por la conducta
de una persona. La frase con ocasión de incendio nos da a entender que no necesariamente el hurto
tiene que darse en el lugar del incendio sino, también puede producirse en lugares adyacentes o
cercanos al desastre. Lugares de los cuales la víctima se aleja para concurrir al lugar del incendio y
tratar de controlarlo y salvar sus bienes. El agente aprovecha la confusión natural que produce el
siniestro en el espíritu de su víctima. El hurto debe perfeccionarse durante el incendio, esto es, desde
que se inicia hasta que es controlado. Si llega a determinarse que el hurto se produjo después del
incendio, debido que el agente se puso a remover los escombros y se lleva un bien mueble de la
víctima, estaremos ante un hurto simple y no ante la agravante.
2.- Hurto en inundación.- Se perfecciona la agravante cuando el agente realiza el hurto durante o con
ocasión de una inundación. Se entiende por inundación una gran torrentada de agua incontrolable
por el hombre que cubren extensos terrenos o poblaciones, originando muchas veces muerte,
destrucción total de las viviendas y en otras, graves daños a la propiedad como a la integridad física
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y psicológica de las personas. Las inundaciones pueden ser a consecuencia de la acción de la
naturaleza como a consecuencia de la acción del hombre. En ambos casos puede muy bien
perfeccionarse el hurto agravado. Ante el siniestro las personas abandonan sus viviendas o lugares
donde normalmente defienden sus bienes, ocasión que es aprovechada por el agente para
perfeccionar su actuar ilícito y sustraer bienes. Con Rojas Vargas (2000, p. 223) concluimos que los
hurtos pueden producirse igualmente durante la inundación como mientras duren los efectos de la
misma en base a las condiciones de racionalidad y evaluación objetiva promedio señaladas para el
caso del incendio. La agravante puede perfeccionarse cuando la torrentada de agua a pasado, sin
embargo, por los graves aniegos y empozamiento de agua que se produce hace difícil que las
personas vuelvan a sus viviendas, situación que muy bien puede aprovechar el delincuente para
sustrae ilícitamente bienes muebles ya sea de la propia embarcación averiada o de los pasajeros. Se
entiende por naufragio toda pérdida o ruina de una embarcación en el mar, río o lago navegables. El
agente del hurto debe tener conciencia o conocer que la embarcación ha naufragado, caso contrario
sólo estaremos ante un típico hurto simple. La agravante se justifica por el hecho que en tales
circunstancias la defensa que ejerce normalmente la víctima sobre sus bienes se debilita, facilitando
4.- Hurto en calamidad pública.- Se entiende por calamidad toda desgracia o infortunio de grandes
proporciones producida por cualquier causa o factor que afecta a una población o varias. Esta es una
fórmula abierta con la cual el legislador ha querido abarcar otros infortunios que puede sufrir la
población diferentes a los que expresamente se especifica en el artículo 186 del C.P, los mismos que
pueden servir para que los delincuentes se aprovechen y pretendan obtener utilidad económica
indebida en detrimento de las víctimas que aparte de soportar la calamidad deberán soportar la
sustracción de sus bienes. El debilitamiento o anulación de las defensas sobre la propiedad mueble
constituye la razón político criminal que fundamenta en estricto esta agravante, pues caso contrario,
de no producirse disminución, abandono o anulación de la protección de los bienes muebles,
propio de la vida social, los mismos que generan efectos de disminución en la defensa de la propiedad
mueble. Son desastres que adquieren caracteres de gran compromiso social (local, regional o
podemos indicar a los terremotos, explosiones volcánicas, estados de hambruna, las pestes, sequías,
guerras civiles, guerras o invasiones extranjeras, etc (Rojas Vargas, 2000, p. 226)
5.- Hurto en desgracia particular de la víctima.- Esta circunstancia agravante del hurto es la última
indicada en el inciso 4 del artículo 186 del Código Penal. Aparece cuando el agente, con el ánimo de
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obtener un beneficio económico indebido, aprovechando que su víctima atraviesa una desgracia o
infortunio que le toca a su persona o familia, le sustrae ilícitamente sus bienes. El legislador al indicar
el adjetivo “particular” está poniendo el límite al infortunio. Éste no debe comprometer a gran número
de personas ni debe tener irradiación masiva, pues en tal caso estaremos frente a las agravantes
antes comentadas. La desgracia de la cual se aprovecha el sujeto activo, sólo debe afectar al
agraviado o a sus familiares o allegados cercanos, a nadie más. En suma, desgracia particular es
todo suceso funesto para la economía, la salud o la tranquilidad de la víctima, previsible o imprevisible,
por la víctima, que disminuyen las defensas que ésta tiene normalmente sobre sus bienes y de cuya
situación se aprovecha el sujeto activo para perfeccionar el hurto (Rojas Vargas, 2000, p. 229).
Ejemplos que la doctrina cita para graficar esta agravante constituye el hurto producido durante un
por “equipaje” y por “viajero”, pues en la práctica judicial todavía no se tiene claro tales términos desde
la perspectiva jurídico penal. Se entiende por equipaje todo aquello que el viajero lleva dentro de una
maleta, mochila, bolsa, alforja, costalillo, etc. por razones de propia necesidad, comodidad o finalidad
personal como por razones relativas a su profesión o finalidad de viaje. Se descarta de ese modo que
constituya equipaje todos aquellos bienes que lleva puesto el viajero como su vestido, reloj, sombrero,
etc.
Por viajero se entiende toda persona que por razones diversas (visita familiar, turismo, negocios,
trabajo, etc) y en consecuencia llevando equipaje, sale del ámbito de su morada o domicilio habitual
y se desplaza geográficamente de un lugar a otro, utilizando para tal efecto algún medio de transporte
adecuado e incluso caminado. Se entiende que el viajero debe tener cierta permanencia en el
trayecto. Así mismo, tendrá condición de viajero la persona desde que sale de su domicilio con su
equipaje hasta llegar a su destino final así en el trayecto realice escalas propias del viaje (con más
amplitud, véase: Rojas Vargas, 2000, p. 242). En esta línea del razonamiento, para estar ante la
agravante es necesario el desarraigo de la víctima del ámbito de su domicilio habitual para trasladarse
a otro lugar. Si no hay desarraigo, así la persona lleve equipaje no es considerado viajero para el
derecho penal. En efecto, no es viajero aquella persona que de Ancón, viene al Jirón de la Unión y
efectúa la compra de diversas prendas de vestir llevándolas en un maletín. No hay agravante si a esta
persona que fue de compras le sustraen el maletín durante el viaje que realizó del centro de Lima al
balneario de Ancón. El hecho será hurto que muy bien puede agravarse por otras circunstancias
(concurso de dos o más personas), pero nunca por la circunstancia en comento. Teniendo claro tales
presupuestos, la agravante se configura cuando el agente sabiendo que su víctima es un viajero,
cuando esta ingiriendo sus alimentos, etc. Lo importante es verificar que la víctima estaba en trayecto
a su destino fijado. Así mismo, el sujeto activo puede ser cualquier persona, pudiendo ser un tercero,
El fundamento de la agravante radica en la exigencia de mayor tutela del Estado sobre los bienes de
personas en tránsito, en lugares probablemente extraños a ellas y acaso tutelar el turismo (Villa Stein
Esta agravante quizá sea la más frecuente en la realidad cotidiana y por ello haya sido objeto de un
sin número de pronunciamientos judiciales aun cuando no se ha logrado establecer su real significado.
Los sujetos que se dedican a hurtar bienes siempre lo hacen acompañados con la finalidad de facilitar
la comisión de su conducta ilícita pues por la pluralidad de agentes merman o aminoran rápidamente
las defensas que normalmente tiene la víctima sobre sus bienes; radicando en tales presupuestos el
vertientes o posiciones. Unos consideran que los partícipes entran a la agravante. Para que se
concrete esta calificante afirma Peña Cabrera (1993, p. 48) sin mayor fundamentación, es suficiente
que el hurto se realice por dos o más personas en calidad de partícipes; no es exigible el acuerdo
previo, sólo es necesario participar en la comisión del delito de cualquier forma: coautoría,
La otra posición que asumimos, sostiene que sólo aparece la agravante cuando las dos o más
personas que participan en el hurto lo hacen en calidad de coautores. Es decir, cuando todos con su
conducta teniendo el dominio del hecho aportan en la comisión del hurto. El mismo fundamento de la
agravante nos lleva a concluir de ese modo, pues el número de personas que deben participar en el
hecho mismo facilita su consumación por la merma significativa de la eficacia de las defensas de la
víctima sobre sus bienes. El concurso debe ser en el hecho mismo de la sustracción-apoderamiento.
No antes ni después, y ello sólo puede suceder cuando estamos frente a la coautoría. En esa línea,
no habrá agravante cuando un tercero facilita su vehículo para que Juan Pérez solo cometa el hurto.
Tampoco cuando un tercero induce o instiga a Juan Pérez para que hurte bienes de determinada
vivienda. Con Rojas Vargas (2000, p. 250) afirmamos que para la legislación penal peruana cometen
delito quienes lo ejecutan en calidad de autores; el inductor o instigador no cometo delito, lo determina;
los cómplices no cometen delito así concursen con un autor o coautores, ellos colaboran o auxilian.
Por lo mismo, la agravante sólo alcanza a los autores o coautores del delito. Ni a la autoría mediata,
donde el instrumento es utilizado y por lo mismo no comete jurídico-normativamente el delito, ni la
instigación, donde quien comete el delito es tan sólo el inducido o autor directo, articulan hipótesis
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asimilables o subsumibles por la circunstancia agravante en referencia. En el mismo sentido Javier
Entre los coautores debe existir un mínimo acuerdo para perfeccionar el hurto. No obstante tal
acuerdo no debe connotar permanencia en la comisión de este tipo de delitos, pues en tal caso
Agravantes sancionadas con Pena Privativa de Libertad no menos de cuatro ni mayor de ocho años
A.- Por un agente que actúa en calidad de integrante de una organización destinada a perpetrar estos
delitos.
Aquí estamos ante una agravante por la condición o cualidad del agente. La agravante se configura
cuando el autor o coautores cometen el delito de hurto en calidad de integrantes de una organización
destinada a cometer hechos punibles. El legislador se ha cuidado en usar el término banda que resulta
demasiado complicado para definirlo y más bien ha hecho uso del término organización para abarcar
todo tipo de agrupación de personas que se reúnen y mínimamente se organizan para cometer delitos
coautores cometan el hurto en nombre o por disposición del grupo. Si se determina que aquel actúo
sólo sin conocimiento de la organización a la que pertenece o porque dejó de ser miembro de aquella,
la agravante no se verifica.
Esta agravante puede entrar en concurso con el supuesto de hecho previsto en el artículo 317 del
Código Penal, denominado asociación ilícita para delinquir tan de moda en estos tiempos que se ha
destapado y conoce la mayor corrupción en las altas esferas del Estado Peruano. Sin embargo por el
principio de especialidad y por la redacción de la agravante, ésta subsume al supuesto del art. 317.
B.- Sobre bienes de valor científico o que integran el patrimonio cultural de la nación.
Estamos ante dos circunstancias agravantes por la cualidad del objeto del hurto. Se configuran
cuando el agente sustrae ilícitamente bienes de valor científico o cuando lo hace sobre bienes que
y significado de los bienes objeto del hurto para el desarrollo científico del País y por su legado
histórico, artístico y cultural de los mismos. Por los bienes que conforman el patrimonio cultural se
conoce el pasado histórico de la nación. Pero qué bienes tienen valor científico y cuáles pertenecen
al patrimonio cultural de la nación? Responder a tales preguntas rebasa la labor del operador jurídico,
quien tiene que recurrir a normas o disposiciones extra-penales para poder determinar si estamos
Resulta difícil saber qué bienes tienen valor científico y cuáles no. Correspondiendo al Juez
determinar tal calidad en cada caso concreto. Para ello sin duda, necesitará la concurrencia de
personas calificadas en bienes de valor científico para saber si se trata de bienes de tales
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características. Con Rojas Vargas (2000, p. 265), a modo de ejemplo, podemos decir que bienes con
valor científico serían máquinas o instrumentos médicos de alta precisión, riñones o corazones
espectrógrafos de última tecnología, etc., así como bienes de utilidad científica como material genético
depositado en recipientes, cultivo de virus para estudio e investigación médica, fármacos en proceso
económico del bien, sino su valor científico, así como que el agente debe conocer tales cualidades.
En tanto que bienes que integran el patrimonio cultural de la nación son todos aquellos que
importancia artística, científica, histórica o técnica. Por medio de ellos las generaciones humanas
presentes y por venir conocen su pasado histórico. Para saber si estamos ante un bien que integra el
patrimonio cultural de la nación, el operador jurídico debe recurrir a la vigente ley número 24047 de
1985 que establece en forma más o menos clara lo que se entiende por bienes que conforman el
valor económico que pueda tener el bien sustraído; tampoco interesa que el agente saque provecho
económico del mismo, debido que muy bien puede sustraerlo para tenerlo como adorno o tenerlo en
su colección, etc. Lo único que interesa saber es si el bien tiene valor cultural expresamente
reconocido y el agente conocía de tal cualidad, caso contrario sólo estaremos ante a la figura del hurto
simple. Para estar ante la agravante, la sustracción debe hacerse de museos o de lugares donde los
patrimonio cultural previsto en los arts. 226 y ss. del C.P. Así mismo, si por ejemplo, primero se produjo
la sustracción-apoderamiento y después el agente lo saca o extrae del país, se presentará un
concurso real de delitos entre hurto agravado y el delito previsto en alguno de los artículos 228 o 230
del Código Penal. En tal sentido, se aplicará la pena del delito más grave. Si concurre el hurto con lo
previsto en el art. 228 se aplicará la pena de éste artículo y en caso que concurra con lo dispuesto en
el art. 230 se aplicará la pena del hurto agravado. De ningún modo habrá concurso aparente de leyes
Aquí aparecen tres supuestos que en doctrina se les denomina desatinadamente delitos informáticos.
No le falta razón a Bramont-Arias Torres (1997, p. 58) cuando el referirse al bien jurídico que se
protege con los delitos informáticos afirma que en realidad no existe un bien jurídico protegido con
aquellos, porque en verdad no hay, como tal un “delito” informático. Este no es más que una forma o
método de ejecución de conductas delictivas que afectan a bienes jurídicos que ya gozan de una
después como veremos más adelante ha creado tipos penales que tipifican los delitos informáticos.
No obstante, estos últimos nada tienen que ver con las circunstancias que ahora nos ocupa.
De ese modo encontramos reunidas tres circunstancias que agravan la figura delictiva del hurto:
fondos; segundo, cuando el hurto se efectúa por la utilización de la telemática en general; y, tercero,
cuando el hurto se produce violando claves secretas. Estas circunstancias agravantes tiene
naturaleza de materialización distinta aun cuando la finalidad sea la misma: obtener provecho
económico indebido por parte del agente en perjuicio de la víctima. Las agravantes se justifican por
el medio que emplea el agente en la sustracción. Esta fórmula no tiene antecedente legislativo y es
por ello su agrupamiento en un solo tipo penal conductas matizadas y complementarias entre sí.
instrumento telefónico u ordenador, por el cual se autoriza un crédito o un débito contra una cuenta o
institución financiera. Este sistema de transferencia de fondos está referido a la colocación de sumas
de dinero de una cuenta a otra, ya sea dentro de la misma entidad financiera, y a una cuenta de otra
entidad financiera, o entidad de otro tipo ya sea pública o privada, manifestándose tal hecho en el
reflejo de un asiento contable (Bramont-Arias Torres, 1997, p. 68). En otros términos, transferir
electrónicamente fondos es trasladar, movilizar, desplazar dinero de una cuenta a otras sin recibos,
firmas ni entregas materiales y sobre todo, sin remitir o enviar físicamente el dinero.
Rojas Vargas (2000, p. 282) enseña que las modalidades comisivas de la agravante en comentario
pueden ser: apoderamiento cargando a la cuenta del acreedor -más allá de lo pactado- los fondos
derivados de la cuenta o de la tarjeta de crédito del deudor; incursiones a las cuentas bancarias del
agraviado para desviar fondos a cuenta de tercera personas; adulteración del saldo de una cuenta en
base a transferencias apócrifas; concesión de créditos a personas o instituciones inexistentes; utilizar
En nuestra realidad, el hurto mediante transferencia de fondos se constituye en una de las formas
entidades bancarias, no obstante muchas veces no se denuncia para evitar desconfianza de los
usuarios en el sistema financiero, situación que origina el alto índice de la cifra negra de la criminalidad
informática.
(educativos, médicos, científicos, etc,) a escala mundial (Rojas Vargas, 2000, p. 283). De allí que las
personas con la finalidad de obtener un provecho económico no tengan miramientos para cometer
hurtos haciendo uso de los servicios que brinda el Internet como son la página Web, el correo
electrónico entre los más estandarizados. Así estaremos ante la agravante en análisis cuando el
de programas que aún no han salido al mercado; el hurto se produzca en operaciones del
3.- Mediante la violación del empleo de claves secretas.- La agravante se configura cuando el agente
haciendo mal uso o mejor, mal empleo de las claves secretas que sabe o conoce porque le han sido
confiadas por su titular, comete el hurto. Si llega a determinarse que el sujeto activo no tenía las claves
secretas y más bien entró en conocimiento haciendo uso de la informática o por otros medios, no se
verifica la agravante, subsumiéndose su conducta en las otras circunstancias ya comentadas, pues
en aquellas necesariamente se viola claves secretas con las cuales se encuentran protegidas las
operaciones del ciberespacio. Igual razonamiento hermenéutico realiza Rojas Vargas (2000, p. 286)
al enseñar que el violar el empleo de claves secretas no tiene tanto un sentido técnico de penetración
informático-electrónica a las claves, como sí el uso indebido de ellas hecho por personas que han
logrado (o tienen) el acceso a las mismas debido a los roles propios de sus atribuciones profesionales
y técnicas como por especiales vinculaciones al titular de la clave (el analista de banco o financiera,
el funcionario que custodia la base de datos, el personal de confianza que maneja la tarjeta magnética
del titular, etc) y que hacen aplicación ilícita de su especial posicionamiento de conocimiento
privilegiado en las operaciones electrónico-telemáticas.
En primer término resulta pertinente señalar quién es víctima en los delitos contra el patrimonio. En
este aspecto, no hay mayor discusión en la doctrina considerar víctima del delito de hurto a aquella
persona que por efecto del actuar ilícito del agente ha visto disminuido su patrimonio. La víctima puede
ser una persona natural o jurídica. En esa línea, se presenta la agravante cuando la víctima o la familia
que depende directamente de aquella, como consecuencia del hurto han quedado desprovistas de
los recursos económicos indispensables para satisfacer sus necesidades y de su familia. Sin
embargo, para que opere la agravante no es necesario que la víctima quede en la pobreza o
indigencia absoluta, sólo se exige que ésta quede en una situación patrimonial difícil de cierto agobio
Se verifica la agravante cuando el agente conoce o percibe una variación notoria de la economía en
que deja a la víctima o a su familia; el dolo directo se ve así reforzado por el conocimiento de tal
la agravante no aparece (Rojas Vargas, 2000, p. 291; Bramont-Arias- García, 1997, p. 302)
E.- Con empleo de materiales o artefactos explosivos para la destrucción o rotura de obstáculos.
La agravante se fundamenta en la peligrosidad de los medios empleados por el agente para lograr su
comentada prevista en el inciso 3 de la primera parte del art. 186 del Código Penal. Aquí se exige que
de estos medios que ponen en peligro la vida y la integridad físico o mental de las personas así como
el patrimonio de terceros, justifica la previa de la agravante. Materiales explosivos son todas aquellas
provocado o accidental. En tanto que artefactos explosivos son todos aquellos artificios diseñados
Agravantes sancionadas con Pena Privativa de Libertad no menor de ocho ni mayor de quince años
A.- Cuando el agente actúa en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una organización destinada a
perpetrar hurtos.
Esta circunstancia agravante prevista en la última parte del artículo 186 que se agrava por la
condición, rango o calidad del sujeto activo, sin justificación racional, rompe con el derecho penal de
acto para dar paso al derecho penal de autor que con razón Rojas Vargas (2000, p. 302) afirma, es
repudiable al igual que la responsabilidad objetiva como forma de imputación, por contravenir los
principios que rigen el derecho punitivo contemporáneo. La agravante exige la concurrencia de dos
elementos: Primero, el agente debe actuar en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una
organización delictiva; y, segundo, esta organización debe estar destinada o tenga como actividad o
finalidad la comisión de delitos contra el patrimonio. Para determinar si estamos ante una organización
delictiva el operador jurídico deberá verificar si ésta tiene cierta permanencia en el tiempo y existe
organización tenga una especie de estatuto o reglamento interno de cumplimiento obligatorio, sino
por la forma de comisión reiterada de hechos parecidos, sus propios integrantes identifican al jefe,
cabecilla o dirigente. El agente será identificado como tal y será merecedor a la sanción prevista
cuando concurre la agravante en comentario, siempre que actúe liderando una organización de tres
o más personas cuya finalidad sea cometer hurtos. Con tal razonamiento, no compartimos el criterio
rígido expresado por Rojas Vargas (2000, p. 303) al definir como jefe a quien tiene la máxima
prerrogativa o jerarquía dentro de la organización delictiva; dirigente, en cambio, es quien desde roles
definidos y precisos conduce orgánicamente las acciones delictivas, por lo general en relación de
subordinación al jefe. La organización puede tener varios dirigentes según áreas o zonas; y, será
cabecilla, quien cumple funciones de liderazgo en determinados actos delictivos pudiendo haber sido
nominado por el jefe o dirigente o surgir producto de los hechos. Pues estos rótulos varían
dependiendo de qué tipo de organización se trate. Sin duda, si sólo se tratara de bandas, lo expresado
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por el citado autor tendría perfecta cabida, sin embargo como ha quedado establecido, el legislador
al referirse a organizaciones, ha tratado de englobar a todo tipo de grupos que se dedican a cometer
delitos contra el patrimonio. Grupos que por ejemplo, en lugar de jefe tienen cabecilla. Esta agravante
complementa la hipótesis prevista en el inciso 1 de la segunda parte del art. 186 del C.P., en el sentido
que aquel supuesto prevé la conducta del integrante de la organización en tanto que esta, prevé la
conducta del líder de la organización. En consecuencia, según la condición del agente dentro de la
apreciable.
Penalidad
La pena que se aplicará al autor autores o partícipes, se tendrá en cuenta las circunstancias
agravantes previstas y las penas mínimas y máximas establecidas para cada uno
El que sustrae un bien mueble ajeno con el fin de hacer uso momentáneo y lo devuelve será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de un año
TIPICIDAD OBJETIVA
En doctrina se le conoce como furtum usus, figura delictiva que se le entiende como la conducta del
agente que substrae un bien mueble para servirse de él en la satisfacción de una necesidad con el
El hurto de uso se perfecciona o consuma cuando el agente ilícitamente sustrae un bien mueble ajeno
al sujeto pasivo. Si bien el hurto de uso tiene características similares del hurto simple regulado en el
artículo 185 del C.P., también tiene elementos propios que le otorgan autonomía normativa e
independiente hermenéutica jurídica. En efecto, los elementos: devolver el bien después de sacarle
provecho, la intención de no querer quedarse definitivamente con el bien, sólo se produce en bienes
totalmente ajenos y no se exige monto mínimo del valor del bien, se constituyen en características
propias del hurto de uso que lo diferencian totalmente del hurto simple.
No obstante, con el desaparecido Raúl Peña Cabrera (1993, p. 56) podemos concluir que la distinción
entre hurto simple y de uso se hace más evidente con el elemento subjetivo. Mientras que en el hurto
simple el autor se apodera del bien con ánimo de lucro, es decir, con la intención de obtener una
ventaja patrimonial con la apropiación del bien, en el hurto de uso, el autor obra sin ánimo de
apoderarse del bien para sí, esto es, sin querer obtener una ventaja económica con la incorporación
del bien al propio patrimonio, sino trata de obtener una ventaja patrimonial sólo con el uso del bien
ajeno para después regresarlo al patrimonio del sujeto pasivo. Ahora, veamos pedagógicamente en
qué consiste cada uno de los elementos típicos objetivos del hurto de uso:
Acción de Sustracción
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Aparece cuando el agente realiza una conducta positiva de sacar o remover el bien de la esfera de
desplazamiento. La idea de desplazamiento, remoción, alejamiento del bien del ámbito de control es
una condición material típica implícita en la sustracción (Rojas Vargas, 2000, p. 313).
Mínimo Apoderamiento
Se configura cuando el agente después de sustraer el bien ajeno, lo ingresa a su esfera de dominio
y tiene la posibilidad concreta de hacer el uso pertinente del mismo. Igual como hemos dejado sentado
para el hurto simple, si no hay posibilidad mínima de usar el bien, todavía no habrá apoderamiento.
Provecho Temporal
Este elemento sigue al apoderamiento que hace el agente del bien ajeno, esto es, el sujeto activo al
hacer uso del bien ajeno, obtendrá un provecho económico. La mayor de las veces el propio uso ya
constituye el provecho requerido por el agente. Este provecho deberá ser temporal. Por tiempo
aprovechamiento y en tal situación se devuelve el bien, estaremos ante una tentativa de hurto de uso.
Momentaneidad del Uso del Bien
El tipo penal expresamente indica que el agente debe usar momentáneamente el bien, esto es, en un
lapso de tiempo, corto o breve simplemente suficiente para hacer un uso del bien dentro de sus
funciones normales; contrario sensu, si el uso es permanente o por tiempo largo o indefinido no
estaremos ante un hurto de uso sino ante un hurto simple. Tampoco habrá hurto de uso cuando el
agente utilice el bien sustraído para fines ilícitos como por ejemplo, cometer otros delitos así de estos
obtenga beneficio económico. En esa línea, no se configura el hurto de uso cuando el agente hurte
un vehículo para ser usado en un robo y después es devuelto a su propietario o legítimo poseedor.
poseedor el bien sustraído. Se entiende que deberá tratarse del mismo bien en cantidad y calidad
siempre y cuando sea tangible o corpóreo. No es posible devolver bienes consumibles o fungibles
como la energía eléctrica por ejemplo (Villa Stein, 2001, p. 61).
Entre el uso y la devolución no debe mediar más tiempo que el suficiente para trasladar el bien a la
esfera de dominio de la víctima. Con Rojas Vargas (2000, p. 318), sostenemos que la devolución o
restitución del bien se halla estrechamente vinculada con la concreción del uso, objetivamente
apreciada, sin importar aquí si el uso fue suficiente o no para los propósitos personales del autor.
Entre el uso del bien y la restitución debe mediar el tiempo estrictamente necesario para restituir. Será
exagerado subsumir en el hurto de uso cuando se verifique en un caso concreto que el agente
después de hacer uso del bien lo guarda para entregarlo o devolverlo después. Si se verifica que el
retardo en la devolución se produce por factores de fuerza mayor o caso fortuito, no desaparece la
figura del hurto de uso, pues al momento de calificar los hechos en el operador jurídico deberá primar
la voluntad de devolución que guía todo el actuar del agente. La intención del agente de devolver el
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bien después de usarlo, significa que la devolución debe ser voluntaria y a propia iniciativa del agente;
de tal modo, se excluye el hurto de uso cuando la devolución se hace a solicitud del sujeto pasivo o
Finalmente, la intención de devolver el bien que guía al agente, hace que cuando concurran alguna
de las agravantes previstas en el art. 186 del C.P., estemos ante concurso real de delitos entre el
hurto de uso y el delito que por sí solo configure alguna de las circunstancias previstas en el numeral
186. No hay hurto de uso agravado. Igual conclusión sostiene Rojas Vargas (2000, p. 319) al afirmar
o amenaza grave no son típicas del hurto de uso en la fórmula peruana; de producirse tales
circunstancias en el marco ideal de los componentes básicos del hurto de uso, afirmarán un delito de
coacciones o lesiones de ser el caso, al no existir en el Código Penal peruano robo de uso, menos
Bien Ajeno
El objeto del delito debe ser un bien ajeno. A diferencia del hurto simple que se configura con la
sustracción de bien total o parcialmente ajeno, en el hurto de uso el bien tiene que ser sólo ajeno. No
hay hurto de uso sobre bienes parcialmente ajenos, puesto que si el autor de la sustracción es co-
propietario del bien, significa que tiene la facultad de usar el bien; en consecuencia al usarlo
momentáneamente estaría materializando aquella facultad. Que haga un uso excesivo no configura
el hurto en comentario.
El valor del bien sustraído en el hurto de uso es tema debatible por su contradicción legislativa. En
efecto, el artículo 187 ni otra articulación hace referencia respecto del valor del bien objeto del delito,
como si aparece previsto para el hurto simple previsto en el art. 185 que en aplicación del art. 444 del
Código Penal se concluye que el valor del bien tendrá que superar las cuatro remuneraciones mínimas
vitales. En tal sentido se entiende que habrá hurto de uso sobre un bien de mínimo o escaso valor
económico en tanto que si hay hurto simple sobre el mismo bien estaremos frente a una falta contra
el patrimonio y no delito. Presentados así los hechos sin duda, la legislación penal no motiva al hurto
de uso sino más bien al hurto definitivo o simple. Con Rojas Vargas (2000, p. 321) indica que se trata
de inconsistencias de nuestra legislación penal patrimonial que nos pueden llevar a situaciones tan
contradictorias como aquella en la cual quien hurta un bien mueble, cuyo valor judicialmente estimado
es inferior a las cuatro remuneraciones mínimas vitales, si lo devuelve a su propietario luego de usarlo,
será castigado a título de delito, mientras que si se lo apropia o dispone de alguna u otra forma será
procesado y sancionado a título de faltas contra el patrimonio. Se estaría de esta forma fomentando
el apoderamiento definitivo del bien y no su restitución, consecuencia contradictoria con los fines de
respecto del valor del bien objeto del delito de hurto de uso, en tanto que el legislador no extienda los
Respecto del bien jurídico en líneas generales se pretende proteger el patrimonio, pero de modo
a usar el bien del que goza el titular del mismo ya sea como propietario o poseedor (Véase: Peña
Cabrera, 1993, p. 56; Bramont-Arias-García, 1997, p. 303; Rojas Vargas, 2000, p. 312).
Sujeto Activo
Sujeto activo, autor o agente del delito de hurto de uso puede ser cualquier persona natural a
excepción del propietario o legítimo poseedor. Al referirse el tipo penal que el objeto del hurto debe
ser un bien ajeno, es decir, un bien que pertenece a otra persona, automáticamente se excluye al
Sujeto Pasivo
Sujeto pasivo o víctima puede ser cualquier persona ya sea natural o jurídica que tenga la titularidad
del bien objeto del hurto y por tanto, tenga la facultad de hacer un uso natural ya sea a título de
TIPICIDAD SUBJETIVA
Se trato de un delito netamente doloso, es decir, el agente debe tener conocimiento y voluntad de
sustraer ilícitamente un bien ajeno. Pero además, subjetivamente deben concurrir dos elementos
por parte del agente de devolver o regresar el bien al patrimonio del sujeto pasivo. A este elemento
subjetivo especial se le conoce como el ánimus reddendi, es decir, ánimo de devolver (Villa Stein,
2001, 61). Si se verifica que en un hecho concreto, el agente no tenía la convicción de devolver el
bien después de usarlo temporalmente, y sólo lo devolvió porque le obligaron a hacerlo, el delito en
conducta se quede en el grado de tentativa, esto es, se inicie la ejecución de la conducta sin lograr el
resultado final ya sea por propia iniciativa o por intervención de terceros. Tan igual como en el hurto
simple, habrá tentativa siempre y cuando la conducta se quede en la sustracción, es decir momentos
antes del estado en que el agente tiene la posibilidad material de usar el bien sustraido. Aquí el
aspecto subjetivo servirá para delimitar racionalmente cuando estamos ante una tentativa de hurto
Consumación.- El delito de hurto de uso se halla consumado con el apoderamiento mínimo del bien
que logra el agente con el fin de usarlo, esto es, cuando se halla en posibilidad de usar el bien, es
decir, de disponer de él en su provecho temporal; con el uso se da inicio al agotamiento del delito. La
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devolución del bien usado es una previsión legal político-criminalmente formulada para justificar el
minus punitivo, pero que no integra la tipicidad a efectos de consumar el delito y que se ubica a nivel
de agotamiento del mismo. Se produce así una degradación normativamente contemplada del injusto
penal: de no producirse la devolución el hecho será simple y llanamente hurto básico de bien ajeno
(véase con más amplitud: Rojas Vargas, 2000, p. 324). Así, tendremos hurto de uso perfeccionado
cuando se interrumpa la conducta en pleno uso del bien o antes que éste sea devuelto a su legítimo
poseedor, pues aquí estaremos en la fase de agotamiento del delito, siendo trascendente el aspecto
subjetivo que guió al agente al desarrollar la conducta ilícita. Si se verifica la intención de devolver el
bien después de usarlo estaremos ante un hurto de uso, caso contrario se habrá perfeccionado el
hurto simple. De ese modo resulta inconsistente lo sostenido por Bramont-Arias y García Cantizano
(1997, p. 305) al enseñar que el delito se consuma cuando el sujeto devuelve el bien después de
haberlo sustraído y usado momentáneamente. Igual postura adopta Villa Stein (2001, p. 62).
Penalidad
El autor del delito de hurto de uso será merecedor de pena privativa de libertad no menor de dos días
ni mayor de un año.
5. ROBO.-
Antes de analizar los supuestos delictivos del robo nos parece necesario exponer brevemente las
teorías que se han planteado en doctrina para explicar la naturaleza jurídico-legislativa de la figura
A.- El robo como variedad del hurto agravado.- Esta teoría sostiene que como el robo tiene los mismos
elementos constitutivos del hurto como son el mismo bien jurídico protegido, apoderamiento mediante
sustracción, ilegitimidad de la acción, bien mueble total o parcialmente ajeno, finalidad de lucro, etc.,
aquel constituye una modalidad del hurto agravado debido que solo se diferencia por los modos
facilitadores de la acción, esto es, el uso o empleo por parte del agente de la violencia sobre las
personas o la amenaza en contra de las personas. Legislativamente, esta posición tiene cabida en el
Código Penal Colombiano, en el cual se regula la figura del robo como una modalidad del hurto. Esta
postura que teóricamente puede ser atinada, técnicamente no es la más afortunada pues, al menos
B.- El robo como un delito complejo.- Teóricos como Bramont-Arias Torres y García (1997, p. 306)
sostienen que como en la figura del robo concurren elementos constitutivos de otras figuras delictivas
como son coacciones, lesiones, uso de armas de fuego, incluso muerte de personas, estamos ante
un delito complejo. Este razonamiento si bien a primera impresión puede parecer sólido e impecable,
se desbarata inmediatamente al advertir que en la mayoría de delitos concurren elementos que a la
C.- El robo es de naturaleza autónoma.- La posición actual mayoritaria en doctrina sostiene que al
intervenir los elementos violencia o amenaza en la construcción del tipo penal, automáticamente se
convierte en una figura delictiva particular, perfectamente identificable y diferenciable de las figuras
que conforman el hurto (Peña Cabrera (1993, p. 69). No obstante, no le falta razón a Rojas Vargas
(2000, p. 344) cuando afirma que el consenso logrado en tal sentido, no puede soslayar
nos previenen el no olvidar que, pese a los consensos obtenidos, el robo no es muy diferente al hurto,
así como que su estructura típica no está alejada de la tesis de la complejidad, sobre todo en el
modelo peruano que incluye especies de robo agravado con lesiones, resultados de muerte y lesiones
graves.
Nos parece importante dejar establecido breve pero tajantemente que el bien objeto del delito de robo
sólo debe tener valor económico así sea mínimo. En nuestra legislación penal no se exige monto
mínimo, como si ocurre con el hurto simple. La sustracción ilegítima de un bien de mínimo valor
económico haciendo uso de la violencia o la amenaza, constituye el delito de robo. Mucho más si
estamos ante una agravante. El valor del bien sólo tendrá efecto al momento que la autoridad
jurisdiccional determine la pena a imponerse al acusado, pues en casos parecidos, por el uso de la
violencia o amenaza, tendrá mayor pena aquel que sustrajo un bien de mayor valor económico que
figuras del hurto y el robo, aparecen en forma clara las diferencias entre estas figuras que atentan
contra el patrimonio. Pedagógicamente, las diferencias más saltantes son las siguientes:
1.- Al desarrollarse la conducta del robo necesariamente debe concurrir la violencia contra la persona
o la amenaza con un peligro inminente para su vida o integridad física; en el hurto aquellos elementos
no aparecen, salvo que se haga uso de la violencia pero contra las cosas.
2.- La conducta desarrollada por el agente en el hurto es subrepticia o clandestina, esto es, la víctima
muchas veces se entera cuando el delito se ha consumado, en tanto que en el robo, la conducta es
robo básico no se exige cuantía, basta que se determine algún valor económico.
4.- El delito de robo es pluriofensivo, pues aparte de lesionar el patrimonio, ataca bienes jurídicos
como la propiedad, la libertad, la integridad física, la vida de la víctima; mientras que en el hurto solo
se lesiona el patrimonio y a veces la propiedad cuando se utiliza la violencia sobre las cosas.
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5.- La pena es mayor para la conducta de robo simple y agravado en tanto que para el hurto simple y
El que se apodera ilegitimamente de un bien mueble total o parcialmente ajeno, para aprovecharse
de él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra, empleando violencia contra la persona o
amenazándola con un peligro inminente para su vida o integridad física será reprimido con pena
TIPICIDAD OBJETIVA
La conducta del robo simple se configura cuando el sujeto activo con la finalidad de obtener un
provecho patrimonial, sustrae para sí un bien total o parcialmente ajeno de modo ilegítimo, haciendo
uso de la violencia contra la persona o la amenaza con un peligro inminente para su vida o integridad
física. Rojas Vargas (2000, p. 359) enseña que el robo es un delito de apoderamiento mediante
sustracción al igual que el hurto, pero con empleo de violencia y/o grave amenaza sobre las personas,
condiciones de ventaja y dominio, lo que lo diferencia substantivamente del hurto y de los demás
delitos patrimoniales. De los conceptos esgrimidos y especialmente del propio texto del tipo penal se
concluye que en la figura del robo concurren la mayoría de los elementos objetivos del delito de hurto
Acción de Apoderar
Este elemento típico se constituye cuando el agente se apodera, apropia o adueña de un bien mueble
que no le pertenece, al que ha sustraído de la esfera de custodia del que lo tenía antes. En otros
términos, se entiende por apoderarse toda acción del sujeto que pone bajo su dominio y disposición
inmediata un bien mueble que antes de ello se encontraba en la esfera de custodia de otra persona.
de las acciones de sustracción practicadas por el propio agente del delito, por el cual éste adquiere
ilegítimamente facultades fácticas de señorío sobre el bien mueble, pudiendo disponerlo. No obstante,
para llegar al estado de apoderamiento se requiere que el agente rompa la esfera de custodia que
tiene la víctima sobre el bien; acto seguido debe haber un desplazamiento del bien a la esfera de
custodia del agente para finalmente éste, funde su dominio sobre el bien y pueda o tenga la posibilidad
de disponer como si fuera su dueño (Véase, Rojas Vargas, 2000, p. 148).
El problema de delimitación se presenta cuando el agente después de haber sustraído el bien mueble
de la esfera de dominio de la víctima inmediatamente es perseguido por la Policía que interviene al
provecho propio del bien sustraído, para estar ante estado de apoderar. En tal sentido, en el supuesto
Este elemento típico que tiene que ver más con la antijuricidad que con la tipicidad, se constituye
cuando el agente se apropia o adueña del bien mueble sin tener derecho alguno sobre él, esto es, no
cuenta con el sustento jurídico ni con el consentimiento de la víctima para generarse un ámbito de
Acción de sustracción
Se entiende por sustracción todo acto que realiza el agente para arrancar o alejar el bien mueble de
la esfera de dominio de la víctima. Se configura con los actos que realiza el agente destinados a
romper la esfera de vigilancia de la víctima que tiene sobre el bien y desplazarlo a su esfera de
dominio.
Bramont-Arias Torres y García Cantizano (1997, p. 291) sintéticamente aseguran que por sustracción
se entiende toda acción que realiza el sujeto tendiente a desplazar el bien del lugar donde se
encuentra. En tanto que Rojas Vargas (2000, p. 150) refiere que por sustracción se entiende el
proceso ejecutivo que da inicio al desapoderamiento del bien mueble del ámbito de control del
propietario o poseedor. Objetivamente debe haber actos de desplazamiento por parte del agente del
Bien Mueble
Antes de entrar a conceptualizar qué entendemos por bien mueble, resulta pertinente señalar que a
diferencia del Código derogado, el vigente Corpus iuris penale habla de “bien” y no de “cosa” al
referirse al objeto del delito de robo. Creemos que con mayor técnica legislativa, el legislador nacional
ha hecho uso del término bien mueble para caracterizar al delito de robo, para de ese modo darle
mayor precisión e indicar al operador jurídico a primera impresión que se trata de un delito netamente
patrimonial. Esta precisión resulta importante y de ningún modo puede alegarse que para efectos de
la interpretación de los tipos penales que lesionan el patrimonio tienen el mismo significado “bien” y
bien.- Cosa útil y beneficiosa que atrae nuestra voluntad. Son términos sinónimos “beneficio, riqueza,
don, valor, hacienda, caudal, recursos” ; y, Cosa.- Todo lo que tiene existencia corporal o espiritual,
natural o artificial, real o imaginaria. Se tiene como sinónimos a los términos de “objeto, ser, ente”.
De estas definiciones se puede concluir que “bien” indica cosas con existencia real y con valor
patrimonial para las personas. En tanto que cosa es todo lo que tiene existencia corporal o espiritual
tenga o no valor patrimonial para las personas. Así, estamos frente a vocablos que indican género y
especie. El género es el vocablo “cosa” y la especie el término “bien”. Todo bien será una casa pero
jamás toda cosa será un bien. En consecuencia, al exigirse en los delitos contra el patrimonio
tenemos que concluir que el uso del vocablo bien resulta coherente y pertinente.
Ahora bien, como hemos dejado ya establecido al analizar el delito de hurto, se entiende por bien
mueble todo objeto del mundo exterior con valor económico, que sea susceptible de apoderamiento
material y de desplazamiento. Quedan fuera del concepto de bien mueble para efectos del derecho
En consecuencia entendido el concepto de bien mueble en sentido amplio, comprende no sólo los
objetos con existencia corporal, sino también los elementos no corpóreos pero con las características
de ser medidos tales como la energía eléctrica, el gas, el agua y cualquier otro elemento que tenga
Respecto de este elemento normativo no hay mayor discusión entre los tratadistas peruanos. Es lugar
común afirmar bien ajeno es todo bien mueble que no nos pertenece y que por el contrario, pertenece
a otra persona. En otros términos resultará ajeno el bien mueble, si éste no le pertenece al sujeto
activo del delito y más bien le corresponde a un tercero identificado o no. Tal concepto trae como
consecuencia que los res nullius no sean susceptibles de ser objeto del delito de robo; igual sucede
con las res derelictae (bienes abandonados por sus dueños) y las res comunis omnius (casa de todos).
En todos estos casos, los bienes no tienen dueño y por tanto, el acto de apoderarse de ellos no lesiona
patrimonio alguno. En cambio, opera una situación de ajenidad parcial cuando el sujeto activo o
agente del delito, sustrae un bien mueble que parcialmente le pertenece. Esto es, participa de él en
su calidad de copropietario o coheredero con otro u otras personas. Es lógico indicar que para
perfeccionarse el delito de robo, resultará necesario que el bien se encuentra dividido en partes
al delito de robo respeto del hurto, esto es, los elementos de violencia o amenaza contra las personas
que necesariamente debe aparecer en determinada conducta contra el patrimonio para atribuirle la
figura del robo. Caso contrario sólo estaremos frente al delito de hurto. Antes de analizar cuál es el
contenido de los elementos objetivos antes anotados, es necesario indicar de modo tangencial para
los interesados de seguir a los penalistas de la madre patria, que a diferencia del código Penal
Español, el peruano exige de modo expreso que la violencia se efectúe en contra de las personas.
De modo alguno constituye robo el uso de la violencia en contra de las cosas. Para nuestra legislación
si se verifica que el agente ha hecho uso de la violencia en contra de las cosas de las personas
estaremos ante el delito de hurto agravado.
pertinente repasar los conceptos esgrimidos por los tratadistas peruanos más importantes, pues como
se verá todos plantean puntos de vista particulares. No existe mayor coincidencia debido a la misma
naturaleza del tema, sobre el cual todos nos sentimos invitados a formular conceptos que sirvan al
operador jurídico al momento de resolver un caso concreto. Por nuestra parte y sin desconocer la
autoridad que tienen los conceptos antes glosados, sostenemos que de la propia redacción del tipo
penal se desprende que el primer elemento característico del robo lo constituye la violencia. La
violencia o fuerza física deviene en un instrumento que utiliza o hace uso el agente para facilitar la
sustracción y por ende el apoderamiento ilegítimo del bien que pertenece al sujeto pasivo. Si en un
caso concreto que la multifacética realidad presenta, se evidencia que el uso de la violencia no tuvo
como finalidad el de facilitar la sustracción sino por el contrario tuvo otra finalidad específica, no
aparecerá el supuesto de hecho del delito de robo. Sólo vale el uso de la violencia en el delito de robo
cuando ella esté dirigida a anular la defensa de sus bienes que hace el sujeto pasivo y de ese modo,
ejerce el sujeto activo sobre su víctima con la finalidad de vencer por su poder material, su resistencia
natural o en su caso, evitar la materialización de la resistencia que hace la víctima ante la sustracción
expresarse en una energía desplegada sobre la víctima de manera manifiesta y abierta (violencia
propia). No cabe violencia del tipo que algunos tratadistas han denominado violencia impropia como
es el uso de narcóticos, hipnosis, alcohol, etc. para lograr la sustracción. Estos supuestos constituyen
hurto con la modalidad de destreza. Ya hemos expresado y también veremos más adelante, en el
delito de robo al hacerse uso de la violencia o amenaza se pone en peligro presente o inminente otros
bienes jurídicos importantes como es la vida o la integridad física de las personas (delito
pluriofensivo), mientras que con el uso de los narcóticos o hipnosis el agente no pone en peligro tales
bienes jurídicos. La violencia puede ser usada por el agente hasta en tres supuestos: para vencer la
resistencia; para evitar que el sujeto pasivo resista la sustracción y para vencer la oposición para
fugarse del lugar de la sustracción. Estaremos frente al primer supuesto cuando el agente para
sustraer el reloj de su víctima forcejea y de un golpe le hace caer dándose a la fuga; en cambio
estaremos ante la segunda hipótesis cuando el agente por detrás coge de los brazos a su víctima
para que otro le sustraiga el reloj. En tanto que estaremos ante el tercer supuesto, cuando el agente
después de haber sustraído el reloj golpea a la víctima para que deje de perseguirlo y de ese modo
lograr consumar el robo. Los dos primeros supuestos no presentan mayor problema ni discusión en
la práctica judicial, en cambio, el último supuesto resulta polémico. Sin embargo, nosotros afirmamos
que teniendo en cuenta que existe apoderamiento y por ende delito consumado de robo cuando el
agente tiene la posibilidad de disponer del bien, cualquier violencia que utilice aquel para conseguir
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tal objetivo constituirá elemento objetivo del delito. Siendo así, el uso de la violencia sobre la víctima
al momento de la fuga del autor constituye supuesto englobado en la figura del robo. Rojas Vargas
(2000, p. 374) denomina a este tipo de violencia “subsiguiente” para diferenciarlo de los tipos de
sustracción es el momento previo inmediato al apoderamiento del bien y a la disponibilidad del mismo
por parte del sujeto activo, definiendo cuadros de tipicidad referidas a la fase de alejamiento -o huida
del sujeto activo del lugar de los hechos- del bien del ámbito de dominio y control del propietario,
delito y cuadros de violencia en tal contexto. Un aspecto obvio y no menos importante es que la
violencia debe estar dirigida contra las personas. Es imposible la figura del robo si la violencia está
simplemente dirigida contra las cosas. Sin duda la violencia será contra las personas que detentan la
posesión del bien objeto del delito; pueden ser el propio propietario, un poseedor o un simple tenedor.
En tal sentido no es necesario que exista identidad entre el titular del bien mueble y el que sufre los
actos de violencia. La persona que sufra la violencia física tiene que ser una persona natural, es
imposible que ello ocurra contra una persona jurídica. No obstante, la persona jurídica será agraviada
cuando se haya sustraído bienes de su propiedad haciendo uso de la violencia contra sus
representantes o personas que poseen sus bienes. Finalmente, resulta pedagógico indicar que la
intensidad de la violencia no aparece tasada por el legislador. El operador jurídico tendrá que
apreciarlo en cada caso concreto y determinar en qué caso ha existido violencia suficiente en la
2.- La amenaza de un peligro inminente.- Primero repasemos los conceptos expuestos por los
tratadistas peruanos respeto de la amenaza como elemento facilitador de la sustracción del bien
mueble en el delito de robo. Por nuestra parte, consideramos que la amenaza como medio facilitador
del apoderamiento ilegítimo consiste en el anuncio de un mal o perjuicio inminente para la vida o
integridad física de la víctima, cuya finalidad es intimidarlo y de ese modo, no oponga resistencia a la
sustracción de los bienes objeto del robo. No es necesario que la amenaza sea invencible sino
meramente idónea o eficaz para lograr el objetivo que persigue el sujeto activo. La amenaza o
promesa directa de un mal futuro, puede hacerse por escrito, en forma oral o cualquier acto que lo
signifique. Para determinar si la amenaza ha sido suficiente para intimidar a la víctima, en un caso
concreto, será indispensable verificar si la capacidad psicológica de resistencia del sujeto pasivo ha
quedado suprimida o sustancialmente enervada, Es difícil dar normas para precisar el poder o la
eficiencia de la amenaza, quedando esta cuestión a criterio del juzgador en el caso concreto. La
amenaza tendrá eficacia según las condiciones y circunstancias existenciales del sujeto pasivo.
Muchas veces la edad de la víctima, su contexto social o familiar que le rodea o el lugar donde ocurre
la amenaza puede ser decisivo para valorar la intimidación. El Juzgador se limitará a determinar si la
Por otro lado, la amenaza requiera de las siguientes condiciones: la víctima debe creer que exista la
firme posibilidad que se haga efectivo el mal con que se amenaza; el sujeto pasivo debe caer en la
perjuicio que se anuncia. Ello puede ser quimérico pero lo importante es que la víctima lo crea.
Un aspecto importante que merece ponerlo de relieve lo constituye la circunstancia que la amenaza
debe estar dirigida a causar daño a la vida o integridad física de las personas ya sea de la propia
víctima o de terceros, quedando descartado otro tipo de males. Rojas Vargas (2000, p. 389) afirma
integridad física o la de terceros estrechamente vinculados con ella e incluso de terceros que acuden
en su auxilio, quienes son así utilizados para coaccionar a la víctima. No hay mayor inconveniente en
considerar que el peligro para la vida tiene su conversión práctica en la posibilidad de muerte, mientras
que el peligro para la integridad física cubre un amplio espectro de lesiones que merecen tratamiento
médico, vale decir, aquellas que supongan alteración en el equilibrio somático funcional y mental.
Igual como ocurre con la violencia, la amenaza puede materializarse hasta en tres supuestos. Para
impedir que la víctima se oponga a la sustracción; que la víctima entregue silenciosamente el bien
mueble y tercero, cuando la amenaza sea proferida en momentos que el sujeto activo se da a la fuga
hasta el momento objetivo que logra el real apoderamiento del bien mueble.
Finalmente, es necesario dejar establecido que la amenaza no deberá hacerse con algún arma o por
la concurrencia de dos o más sujetos, pues ello constituye otra figura delictiva como lo es el robo
agravado. El robo simple por ejemplo se concretizará cuando el agente amenace con golpear con
puño a la víctima o a un familiar cercano o cuando le amenace con lanzarlo a un precipicio sino le
entrega el dinero. En tal contexto, la mayoría de casos que presenta Rojas Vargas (2000, p. 390)
como ejemplos representativos o típicos de robo por medio de amenaza de modo alguno constituyen
supuestos de robo simple, pues ellos constituyen supuestos de robo agravado que analizaremos más
adelante.
En doctrina aparece la discusión respecto de cuál o cuáles son los bienes jurídicos fundamentales
que se pretende proteger con la tipificación del delito de robo. Por un lado se afirma que junto al
sostenemos que el único bien jurídico que se pretende tutelar con la figura del robo simple es el
patrimonio representado por los derechos reales de posesión y propiedad. En efecto, por la ubicación
del robo dentro del Código Penal etiquetado como delito contra el patrimonio y además por el animus
lucrandi que motiva la acción del autor, el bien fundamental protegido es el patrimonio de la víctima.
La afectación de otros bienes jurídicos como la vida, la integridad física o la libertad aquí sólo sirven
para calificar o configurar objetivamente el hecho punible de robo. Estos intereses fundamentales
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aparecen subordinados al bien jurídico patrimonio. Si por el contrario se afectara alguno de aquellos
bienes de modo principal y en forma secundaria o accesoria el patrimonio estaremos ante una figura
delictiva distinta al robo. O en su caso, si la lesión al bien jurídico vida o integridad física por ejemplo,
es igual que la lesión al patrimonio, estaremos ante un robo agravado pero de modo alguno frente
El bien jurídico protegido directamente es el patrimonio representado por el derecho real de posesión
primero y después por la propiedad. Pues en todos los casos, siempre la sustracción y consecuente
apoderamiento será contra el poseedor de bien mueble objeto del delito. Esto es, la acción del agente
estará dirigida contra la persona que ostenta o tiene la posesión del bien mueble que muy bien puede
coincidir con el propietario o un simple poseedor legítimo temporal del bien. En la figura del robo,
bastará verificar contra qué persona se utilizó la violencia o la amenaza con un peligro inminente para
su vida o integridad física y acto seguido, se le solicitará acredite la preexistencia del bien mueble,
En la práctica judicial se traduce del siguiente modo: si la persona contra quien se hizo uso de la
violencia o la amenaza es el propietario del bien objeto del delito existirá una sola víctima y si por el
contrario, se verifica que la persona que resistió la violencia o amenaza del sujeto activo fue un simple
Sujeto Activo
De la redacción del tipo penal 188, se desprende que no se exige la presencia de alguna cualidad
especial en el sujeto activo o agente del delito de robo por lo que sin duda, autor puede ser cualquier
persona natural. La única condición que se establece hermenéuticamente es que el agente no sea el
propietario exclusivo del bien, pues el bien objeto del delito debe ser “total o parcialmente ajeno”. Esta
última circunstancia también orienta que fácilmente un copropietario o coheredero puede constituirse
en sujeto activo del delito de robo y ello solo podrá ocurrir siempre y cuando aquel copropietario no
ostente la posesión del bien mueble. Si por el contrario, tiene la posesión del bien no habrá robo pues
También sujeto pasivo o víctima de robo será el propietario del bien mueble y en su caso, junto a él
también será el poseedor legítimo del bien cuando a éste se le hayan sustraído. Así mismo, muy bien
la persona jurídica puede constituirse en sujeto pasivo del robo cuando se haya sustraído bienes
muebles de su propiedad. Así, cuando en un caso concreto, la persona que resistió la sustracción
violenta del bien no es el propietario, habrá dos sujetos pasivos del hecho punible de robo: el titular
del bien mueble y el poseedor legítimo.
TIPICIDAD SUBJETIVA
La tipicidad subjetiva del supuesto de hecho del robo comporta, igual que el hurto, dolo directo, pero
posee un ingrediente cognoscitivo-volitivo mayor: el conocimiento por parte del sujeto activo que está
haciendo uso de la violencia sobre la persona, así como de la amenaza grave y la voluntad de actuar
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bajo tal contexto de acción, es decir, de utilizar tales medios para lograr o facilitar el apoderamiento
del bien mueble (Rojas Vargas, 2000, p. 364). No obstante, aparte del dolo directo, es necesario un
elemento subjetivo particular o específico como es el ánimo de lucro, esto es, el agente actúa movido
o guiado por la intención de sacar provecho del bien mueble sustraído. Si en determinado caso
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Es lugar común afirmar que como el delito de robo simple es de lesión o de resultado,
cabe perfectamente que la conducta se quede en tentativa. En efecto, estaremos ante una tentativa
de robo cuando el agente ha dado inicio a la sustracción del bien haciendo uso de la violencia o
amenaza y luego se desiste o cuando el agente no logra sustraer el bien por oposición firme de la
víctima o es sorprendido por terceros en los instantes que se encuentra cometiendo el delito y lo
detienen, o cuando estando dándose a la fuga con el bien sustraído es detenido por un tercero que
No hay discusión en la doctrina que en los primeros supuestos constituyen tentativa de robo, la
discusión se origina con el último supuesto. El origen de la discusión depende del concepto que
ensayemos sobre el apoderamiento del bien mueble. Si sostenemos que por apoderamiento se
entiende el instante que toma en su poder el bien después de haberlo sustraído, llegaremos a la
conclusión que teniendo en su poder el bien ya habrá robo consumado así el agente haya sido
detenido dándose a la fuga; en cambio, si sostenemos que hay apoderamiento desde el instante en
que el agente tiene disponibilidad del bien, esto es, puede disponer libremente del bien sustraído,
llegaremos a la conclusión que habrá tentativa cuando el agente es sorprendido y detenido en plena
huida del lugar después de haber despojado de la posesión de su bien mueble a la víctima. Aquí
estaremos frente una tentativa acabada o lo que inapropiadamente algunos denominan robo frustrado
Consumación.- De los argumentos expuestos para la tentativa, se concluye que habrá conducta
punible de robo simple consumado cuando el agente a logrado apoderarse y por tanto tiene la
posibilidad de disponer libremente del bien mueble sustraído a la víctima. En la doctrina peruana y a
nivel jurisprudencial se ha impuesto la teoría de disponibilidad como elemento fundamental para
En tal sentido, Rojas Vargas (2000, p. 391) enseña que el delito de robo simple, delito de resultado,
se halla consumado cuando el sujeto activo ha logrado el apoderamiento del bien en fase de
valiéndose de ambas acciones instrumentales. Por su parte Bramont-Arias Torres y García (1997, p.
309) sostienen que el delito de robo simple se consuma con el apoderamiento del bien mueble, es
decir, cuando el sujeto activo obtiene su disponibilidad. Por tanto, siguen afirmando los autores
citados, no basta con que el sujeto activo haya tomado el bien y huido con él para entenderse
consumado el delito, es preciso que haya tenido, aun en el curso de la huida, una mínima
disponibilidad.
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Autoría y Participación
Autor o agente será aquella persona que realiza todos los elementos objetivos y subjetivos de la
conducta descritos en el tipo penal 188. No cabe la coautoría en el robo simple toda vez que si en un
caso concreto participan dos o más personas haciendo uso de la violencia o amenaza contra las
personas estamos ante la figura del robo agravado previsto en el inc. 4 del art. 189. No obstante, es
perfectamente posible que hayan partícipes ya sea como instigadores, cómplices primarios o
cómplices secundarios; circunstancias que el operador jurídico deberá evaluar según lo establecido
Serán casos de robo simple con plurisubjetividad cuando el agente amenaza o practica actos de
vehículo para lo fuga o huida (o presta con conocimiento la motocicleta o automotor). Los aportes de
quienes facilitan informaciones valiosas pero no intervienen en el hecho también definen un cuadro
de complicidad necesaria o primaria en relación al hecho del autor, quien domina y decide el curso
El agente o autor de robo simple será merecedor a la pena privativa de libertad no menor de tres ni
1. En casa habitada.
3. A mano armada.
4. Con el concurso de dos o más personas.
minero-medicinales con fines turísticos, bienes inmuebles integrantes del patrimonio cultural de la
Nación y museos.
6. Fingiendo ser autoridad o servidor público o trabajador del sector privado o mostrando
2. Con abuso de la incapacidad física o mental de la víctima o mediante el empleo de drogas y/o
insumos químicos o fármacos contra la víctima.
La pena será de cadena perpetua cuando el agente actúe en calidad de integrante de una
organización delictiva o banda, o si como consecuencia del hecho se produce la muerte de la víctima
TIPICIDAD OBJETIVA
Se define al robo agravado como aquella conducta por la cual el agente haciendo uso de la violencia
o amenaza sobre su víctima, sustrae un bien mueble total o parcialmente ajeno y se lo apodera
El robo agravado exige la verificación de la concurrencia de todos los elementos objetivos y subjetivos
de la figura del robo simple, luego debe verificarse la concurrencia de alguna agravante específica,
caso contrario, es imposible hablar de robo agravado. Como lógica consecuencia el operador jurídico
(Fiscal al formalizar la denuncia o Juez al aperturar instrucción) al denunciar o abrir proceso por el
de otro modo, como hemos tenido oportunidad de ver en la práctica judicial de sólo indicar como
fundamento jurídico algún inciso del art. 189 sin invocar el 188, es totalmente errado, pues se estaría
imputando a una persona la comisión de una agravante pero no de robo. Para no volver a repetir el
contenido de todos los elementos objetivos y subjetivos del robo válidos para el robo agravado,
remitimos al lector a lo ya expresado al hacer hermenéutica del art. 188 del C.P.
Circunstancias Agravantes
Ahora toca analizar cada una de las circunstancias que agravan la figura del robo y por tanto, el autor
que aquel se efectúe o realice en casa habitada. Con la acción realizada por el agente se afecta
diversos bienes jurídicos protegidos por el Estado por considerarlos fundamentales para una
armoniosa convivencia social, como son afectación al patrimonio, inviolabilidad del domicilio y
eventualmente afectación a la vida, la integridad física, la libertad sexual, el honor, etc. de los
moradores de la casa. Se afecta también de modo abrupto la intimidad entendida como el derecho
que le asiste a toda persona de tener un espacio de su existencia para el recogimiento, la soledad, la
quietud, evitando interferencias de terceros, permitiendo de ese modo un desarrollo libre y autónomo
de su personalidad.
B.- Robo durante la noche.- Constituye agravante el realizar o ejecutar el robo aprovechando la
circunstancia de la noche, entendida como lapso de tiempo en el cual falta sobre el horizonte la
claridad de la luz solar. Esto es importante tenerlo en cuenta puesto que así el horizonte esté
iluminado por una hermosa luna llena o por efectos de luz artificial, la agravante igual se configura. El
agente debe buscar la noche para realizar su accionar de sustracción ilegítima de bienes, pues sabe
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que la protección de los bienes por parte de la víctima se ha relajado y que tendrá mayores
C.- Robo en lugar desolado.- Esta circunstancia agravante es totalmente nueva en nuestra legislación.
En efecto, mientras que robo en lugar despoblado significa que la acción debe realizarse en un lugar
donde normalmente no hay población, el lugar es solitario; el robo en lugar desolado significa que la
Esto es, puede ser en un lugar despoblado como también puede ser en un lugar poblado pero que
En tal sentido Rojas Vargas (2000, p. 410), enseña que lugar desolado será tanto el espacio físico sin
población como el ámbito poblado que por factores diversos se halle sin gente: zonas industriales,
calles extensas y solitarias, caminos, carreteras, zonas rurales alejadas de los pueblos o ciudades,
estadios, plazas, teatros vacíos de gente, etc. El mensaje comunicativo del vocablo desolado posee
así mayor riqueza significativa que la palabra despoblado, de allí entonces la mayor extensión de
tipicidad objetiva que su inclusión en la circunstancia agravante del robo amerita. Igual posición
adoptan Bramont-Arias Torres y García (1997, p. 312) y Villa Stein (2001, p. 73). En cambio, para el
desaparecido Peña Cabrera (1993, p. 80) es lo mismo robo en lugar despoblado que robo en lugar
la realización del robo por parte del agente y naturalmente fundamentan la agravante en análisis.
D.- Robo a mano armada.- El robo a mano armada se configura cuando el agente porta o hace uso
entiende todo instrumento físico que cumple en la realidad una función de ataque o defensa para el
que la porta. En tal sentido, constituyen armas para efectos de la agravante: arma de fuego (revólver,
pistolas, fusiles, carabinas, ametralladoras, etc), arma blanca (cuchillo, verduguillo, navajas, sables,
serruchos, etc) y armas contundentes (martillos, combas, piedras, madera, fierro, etc).
La sola circunstancia de portar el arma por parte del agente a la vista de la víctima, al momento de
cometer el robo, configura la agravante. Si en un caso concreto se verifica que el autor portaba el
agravante y aplicarlo a un hecho concreto, no resulta de utilidad diferenciar si realmente se hizo uso
del arma o sólo se portó a vista del sujeto pasivo, pues al final en ambos supuestos el agente
demuestra mayor peligrosidad y atemoriza a su víctima de tal forma que no pone resistencia a la
sustracción de sus bienes. Tal disquisición sólo será importante para el juzgador al momento de
graduar la pena que impondrá al agente al final del proceso. La discusión en la doctrina nacional
aparece cuando el agente hace uso de armas aparentes tales como revólver de fogueo, una pistola
de juguete o una cachiporra de plástico, etc. Para Bramont-Arias Torres-García (1997, p. 312), el uso
de armas aparentes en la sustracción configura el delito de hurto, debido que el empleo de un arma
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aparente demuestra falta de peligrosidad en el agente, quien en ningún momento ha querido causar
una daño grave a la víctima. Igual postura adopta Peña Cabrera (1993, p. 81) cuando alega que la
mera simulación no es suficiente para delinear la agravación que comentamos, pues el arma aparente
no aumenta la potencialidad agresiva del agente. En esa línea Villa Stein (2001, p. 73) sostiene que
“por arma no se entiende las simuladas o inservibles, por inidóneas”. En el mismo sentido Ángeles-
cuenta si el arma aumenta la potencial agresividad del agente sino por el contrario, se toma en cuenta
el estado anímico de la víctima al momento en que el agente actúa portando o haciendo uso del arma
aparente.
En tal sentido, primera posición se basa en la eficacia del arma en su poder para producir un peligro
real para la víctima; en tanto que la segunda postura se coloca en el plano de la víctima, valorando el
Rojas Vargas (2000, p. 424) afirma que terciando en este debate doctrinario-jurisprudencial existe
una posición racionalizadora que, sopesando el rigor de la fuerza argumentativa de tales tesis y sin
subestimarlas o desecharlas, sostiene que si bien no se puede negar que un arma inutilizada o
deteriorada no es apta para concretar su destino ofensivo, si la misma puede ser utilizada de otro
modo con igual peligro real para la vida, integridad física o salud, estaremos ante el ámbito normativa
de la agravante de robo a mano armada; de no ser así nos quedaremos en el dominio típico de la
Por nuestra parte, asumimos totalmente la tercera postura denominada racionalizadora con
producir peligro real para la víctima el uso del arma aparente, pone énfasis en el arma de fuego que
si no es apta para su finalidad o destino normal obviamente no pone en peligro la vida o integridad
física de la víctima; sin embargo, tal postura no toma en cuenta que muy bien aquella arma aparente
(revolver de fogueo, pistola de juguete, etc) puede ser utilizado como arma contundente y fácilmente
poner en peligro la integridad física de la víctima.
La segunda postura al tomar en cuenta solamente el poder intimidante que produce en la víctima el
uso del arma aparente, también obvia que el arma aparente puede causar real peligro para la
integridad física de la víctima. Para esta postura si el uso del arma aparente no causó efecto
uso de arma aparente pone muy bien en peligro real la integridad del sujeto pasivo.
En suma, el uso de arma aparente se subsume en la agravante en análisis hasta por tres argumentos:
PRIMERO, aceptando que arma es todo instrumento que cumple una función de ataque o defensa,
el arma aparente muy bien puede ser usado para atacar o defender. Un arma de fuego al ser inútil
para cumplir su finalidad natural por deterioro, ser de juguete o de fogueo, muy bien en la práctica
puede convertirse en arma contundente o punzante. Esto es, como arma contundente o punzante
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pone en peligro real la vida o integridad física de la víctima. Ejm. opera la agravante cuando el agente
al hacer uso de un revolver de fogueo en un robo, al tener resistencia de su víctima, lo utiliza como
agravante cuando el agente para robar hizo uso de una pistola de juguete, con el cual al oponer
SEGUNDO, el empleo de arma (blanca, de fuego o contundente) por parte del agente, normalmente
pasivo, al punto que teniendo éste la posibilidad de defender la sustracción de sus bienes, no lo hace
por temor al mal de perder la vida o poner en riesgo su integridad física. Al producirse un hecho
concreto, la víctima nunca piensa si el arma es real o aparente. Lo aparente sólo se sabrá después
de los hechos cuando incluso se someta a determinadas pericias. De ese modo, Walter Vilcapoma
(La calificación del delito de robo agravado, 2003, p. 76) sostiene que es el efecto intimidante del arma
lo que se levanta como un elemento cualificante, con mucha más valía que la peligrosidad o eventual
fuego real o aparente. Lo hace con el firme objetivo de anular la capacidad de resistencia de la víctima
por miedo. Sabe perfectamente que una persona común de carne y hueso se intimida al observar un
arma de fuego y sabe también perfectamente que llegado el caso puede utilizar el arma de fuego
aparente en arma contundente o punzante para defenderse en caso que la víctima oponga
resistencia.
Esta correcta posición adoptada por nuestro máximo tribunal de justicia, debe ser tomada en cuenta
por el operador jurídico con la finalidad de desterrar la errada práctica judicial que en robos con uso
de armas de fuego, se formalice denuncia y abre proceso por robo agravado a mano armada y a la
vez, por el delito de tenencia ilegal de armas. Así mismo, para efectos de la calificación de la agravante
es irrelevante determinar si la posesión del arma de fuego por parte del agente es legítima o ilegítima.
Para concluir, debemos expresar que la agravante se fundamenta en el notorio desvalor de la acción
que supone el reforzar la acción instrumental de la violencia o la amenaza con elementos físicos
contundentes que facilitan la realización del delito, ponen en riesgo la vida y la integridad físico-mental
inmediata del sujeto activo. A través de tal actitud, el sujeto activo revela especial peligrosidad y pone
de manifiesto un enfático desprecio por los riesgos y efectos previsibles de su comportamiento para
realidad cotidiana y por ello haya sido objeto de innumerables pronunciamientos judiciales aun cuando
no se ha logrado establecer su real significado. Mayormente los sujetos que se dedican a robar bienes
muebles, lo hacen acompañados con la finalidad de facilitar la comisión de su conducta ilícita pues
por la pluralidad de agentes merman o aminoran rápidamente las defensas que normalmente tiene la
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víctima sobre sus bienes; radicando en tales presupuestos el fundamento político criminal de la
agravante.
existen dos vertientes o posiciones. Unos consideran que los partícipes entran a la agravante. Para
que se concrete esta calificante afirma Peña Cabrera (1993, p. 82) sin mayor fundamentación, es
suficiente que el robo se realice por dos o más personas en calidad de partícipes. No es exigible
acuerdo previo; sólo es necesario participar en el delito de cualquier forma: coautoría o complicidad.
Igual postura Ángeles-Frisancho-Rosas (Código Penal, p. 1209) y Paredes Infanzón (1999, p. 108).
En tanto que la otra posición que asumimos sostiene que sólo aparece la agravante cuando las dos
o más personas que participan en el robo lo hacen en calidad de coautores. Es decir, cuando todos
con su conducta teniendo el dominio del hecho aportan en la comisión del robo.
El mismo fundamento de la agravante nos lleva a concluir de ese modo, pues el número de personas
que deben participar en el hecho mismo facilita su consumación por la merma significativa de la
eficacia de las defensas de la víctima. El concurso debe ser en el hecho mismo de la sustracción-
apoderamiento. No antes ni después, y ello sólo puede suceder cuando estamos ante la coautoría.
En esa línea, no opera la agravante cuando un tercero facilita su vehículo para que Francisco Luján
solo cometa el robo. Tampoco cuando un tercero induce o instiga a Francisco Luján para que robe a
determinada persona.
derecho penal peruano, el robo con el concurso de dos o más personas sólo puede ser cometido por
autores o coautores. Considerar que los cómplices o inductores resultan incluidos en la agravante
implica negar el sistema de participación asumida por el Código Penal en su Parte General y, lo que
es más peligroso, castigar al cómplice por ser tal y además por coautor, esto es, hacer una doble
calificación por un mismo hecho (violación del principio del ne bis in idem) (Rojas Vargas, 2000, p.
acuerdo no debe connotar permanencia en la comisión de este tipo de delitos, pues en tal caso
estaremos en presencia de una banda que configura otra agravante diferente. No está demás dejar
establecido que esta agravante casi siempre concurre con otras agravantes como puede ser en casa
G.- Robo en cualquier medio de locomoción de transporte público o privado de pasajeros o de carga.-
La presente agravante que dicho sea de paso no tiene antecedente en la legislación nacional, se
medio de locomoción (vehículos, barcos, lanchas, acémilas, etc) de transporte público o privado de
pasajeros o de carga. Son medios de transporte público aquellos que prestan servicios al público en
general en tanto que transporte privado son aquellos medios que sirven para prestar servicio a
y cuando este venga cumpliendo su función de transporte. Por ejemplo, si se determina que el medio
sustraerle su radio, la agravante no aparece. Igual posición adopta Rojas Vargas (2000, p. 439)
cuando afirma que de la naturaleza misma de la circunstancia modal se desprende que se tratará de
medios de transporte en servicio, esto es, cumpliendo su rol de traslado de personas o de carga. En
igual sentido Peña Cabrera (1993, p. 83). El fundamento de la agravante radica en la mayor
indefensión de la víctima para defender sus bienes, haciendo más fácil la tarea del agente para
H.- Robo fingiendo el agente ser autoridad.- Esta agravante se configura cuando el agente para
sustraer y apoderarse ilegítimamente de los bienes muebles de la víctima, aparte de utilizar la
violencia o la amenaza, finge ser autoridad, esto es, simula o aparenta la calidad de autoridad que en
la realidad no tiene. Al utilizar el legislador nacional la expresión “autoridad”, se está refiriendo a los
funcionarios públicos que da cuenta el art. 425 del Código Penal. El funcionario es toda persona que
tiene autoridad emanada del Estado. La acción de fingir (ante el propietario) la calidad no poseída,
para ser penalmente relevante deberá tener una suficiente entidad engañadora. Esto es, se exige
idoneidad suficiente y adecuada para -en ponderación promedio- lograr el quiebre o eclipsamiento de
la defensa. Esta ponderación no puede pasar por encima ni soslayar condiciones concretas bajo las
cuales se desarrolló la acción ilícita, tales como la edad, la cultura, el contexto geográfico (ciudades
o áreas rurales) y la vulnerabilidad de la víctima, ni perder de vista que la acción de fingimiento va
aunada a la amenaza grave y los actos de violencia, lo que en su conjunto genera un cuadro de
prevalimento difícil de superar para el sujeto pasivo o afectado (Rojas Vargas, 2000, p. 444).
Aparece la agravante cuando dos sujetos, simulando uno Juez y otro Secretario, entran en una casa
afirmando que están realizando un embargo y sustraen los bienes de la víctima bajo amenaza; o
cuando en la calle, un sujeto fingiendo ser policía (vestido o identificándose como tal), detiene a una
persona y se apodera de su dinero que llevaba (Bramont-Arias Torres y García, 1997, p. 313).
I.- Robo fingiendo el agente ser servidor público.- Esta agravante recogida igual que la anterior en el
inc. 6 del art. 189 del Código Penal, aparece cuando el agente haciendo uso de la violencia o amenaza
y simulando o aparentando ser servidor público sustrae los bienes de la víctima. Es decir, el agente
finge ser servidor o empleado público entendido como aquel trabajador que vinculado a la
ingresa al inmueble del agraviado y bajo amenaza de ser detenido le sustrae diversos bienes muebles.
J.- Robo fingiendo el agente ser trabajador del sector privado.- La agravante se configura cuando el
agente haciendo uso de la violencia o la amenaza y simulando o fingiendo ser trabajador de una
empresa privada, sustrae ilegítimamente los bienes muebles del sujeto pasivo. El agente finge ser
cuando los agentes simulando ser trabajadores de CARSA de donde el agraviado adquirió a crédito
sus artefactos, ingresan a la vivienda de este último con el cuento de verificar el estado de los
artefactos y a viva fuerza se sustraen aquellos bienes; o cuando, el agente aparentando con un carnet
aseverando venir a revisar la conexión del teléfono y luego, por medio de amenaza logra sustraer los
bienes domésticos. Aquí, cabe dejar establecido que de modo alguno en las tres hipótesis últimas,
estaremos ante un concurso real con los delitos de usurpación de autoridad y estafa. El hecho de
hacer uso de la violencia o amenaza y adicionalmente fingir ser funcionario, servidor público o
trabajador del sector privado por parte del agente con la finalidad de sustraer bienes muebles
K.- Robo mostrando el agente mandamiento falso de autoridad.- La circunstancia agravante también
recogida en el inc. 6 del art. 189 del C.P. se configura cuando el agente mostrando o enseñando a su
víctima orden o mandato falso de autoridad y haciendo uso de la violencia o la amenaza sustrae sus
bienes muebles de modo ilegítimo. Debe verificarse el dato objeto del tipo que la orden o mandato
que muestra el agente en forma directa a la víctima es falso, caso contrario, si se determina que la
orden era legítima o legal, la agravante no se configura. Se gráfica perfectamente esta agravante
cuando los agentes fingiendo uno ser Fiscal de turno y los otros de ser policías (incluso vestidos de
tales) llegan a la vivienda del agraviado y mostrándole una orden falsa de supuesto allanamiento
emitido por el Juez de turno, ingresan a su vivienda y a viva fuerza le sustraen diversos artefactos.
L.- Robo en agravio de menores de edad.- La agravante recogida en el inc. 7 del art. 189 se configura
cuando el agente comete el robo en agravio de menores de edad. No hay mayor discusión en
considerar menores a las personas que tienen una edad por debajo de los dieciocho años. Aparece
así establecido en el inciso 2 del art. 20 del Código Penal, en el artículo 42 del Código Civil y en el
art. 1 del Texto Único Ordenado del Código del Niño y Adolescentes.
La circunstancia agravante se materializa cuando el agente dirige los actos de violencia o amenaza
en contra de un menor. En tal sentido como afirma Rojas Vargas (2000, p. 451), el término “agravio”
implica, no sólo el desmedro o merma patrimonial, sino también un direccionamiento de la violencia
o la amenaza que afecta directamente al menor. El agravio tiene así dos dimensiones concurrentes:
aparece. No hay agravante por ejemplo cuando la violencia o amenaza fue contra el guardián de la
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vivienda del menor quien sólo vio mermado su patrimonio por efecto del robo producido. El agente
debe conocer o darse cuenta que está ejecutando el robo en perjuicio de un menor de edad. Si no
tipo que se resolverá aplicando las reglas del art. 14 del Código Penal. De verificarse un error de tipo
sobre la circunstancia agravante, el o los autores sólo serán pasibles de sanción penal a título de robo
simple.
M.- Robo en agravio de ancianos.- Saber cuando estamos ante un anciano resulta una tarea poco
difícil. No obstante, siguiendo la posición adoptada por Manuel Abanto Vásquez, consideramos que
debe entenderse el término “anciano” recurriendo a las normas extrapenales como las laborales. En
tal sentido, estamos ante una persona anciana cuando ha alcanzado o sobrepasado la edad
cronológica límite para la jubilación. Es decir, cuando el varón haya cumplido los 65 años y en caso
de las mujeres, los 60 años (art. 57 del Dec. Leg. 728 del 12-07-1991: Ley de Fomento del Empleo,
aun cuando el art. 57 de la Ley Nro. 26513 del 28-07-1995: Modificaciones a la Ley de Fomento del
Empleo no mencione expresamente la edad mínima de jubilación).
Aparece la agravante cuando el agente dirige la violencia o la amenaza contra un anciano con el
objetivo de sustraerle ilegítimamente sus bienes. Igual que en la agravante anterior, la acción de
violencia o amenaza debe ser directa en contra del anciano y de ello debe resultar una consecuente
merma de su patrimonio. Si la violencia o amenaza fue dirigida contra otra persona y sólo resultó
mermada el patrimonio del anciano, la agravante no se verifica. También es posible que el agente por
error actúe con la firme creencia que su víctima no es un anciano, en tal caso es factible invocarse el
N.- Robo causando lesiones a la integridad física o mental de la víctima.- El legislador nacional en la
segunda parte del art. 189 del CP. ha regulado otro grupo de agravantes, las mismas que por su
mayor injusto penal merecen una pena más elevada que las agravantes ya analizadas. La primera
circunstancia agravante tiene su antecedente nacional inmediato en el segundo párrafo del art. 239
del Código Penal de 1924. Aparece la circunstancia agravante cuando el agente por efectos mismos
del robo ocasiona lesiones a la integridad físico o mental de la víctima. Esto es, causa transformación
evidente del estado de equilibrio actualizado y funcional de las estructuras somáticas y psicológicas
de la víctima. Se entiende que las lesiones a la integridad físico o mental de la víctima deben ser
consecuencia del uso doloso de la violencia o amenaza por parte del agente al momento de la
Las lesiones que exige la agravante deben ser consecuencia del empleo de la violencia en el acto
mismo de la sustracción. Estas lesiones pueden haber sido causadas en forma dolosa o por culpa del
agente en el mismo momento que se produce el robo. No antes. Serán dolosas las lesiones que
ocasiona el agente a la víctima que en el mismo momento de la sustracción de sus bienes opone
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resistencia. En cambio, serán culposas cuando la víctima se lesiona a consecuencia del forcejeo que
se produjo al momento de la sustracción. Lo importante es que las lesiones simples físicas o mentales
sean consecuencia circunstancial y episódica del robo. En esa línea del razonamiento, no opera la
agravante si en determinado caso, llega a determinarse que el sujeto activo previamente había
planificado lesionar a su víctima para luego sustraerle sus bienes. Aquí se presentará un concurso
real de delitos entre lesiones simples o menos graves y hurto. No hay agravante si las lesiones son
Se perfecciona o consuma el robo con la presente agravante cuando la magnitud de las lesiones
alcanza más de diez días de asistencia facultativa o descanso para el trabajo (Art. 122 del CP.). Si
las lesiones merecen una prescripción facultativa menor no estamos ante lo que jurídicamente se
denomina lesiones sino faltas contra las personas, salvo claro está, que el daño a la integridad se
haya producido con la concurrencia de agravantes en cuyo caso serán lesiones (art. 441 del CP.). No
opera la agravante si las lesiones producidas alcanzan sólo a constituir faltas contra las personas. De
ser el caso, el hecho será robo simple. Asimismo, las lesiones no deberán ser de una magnitud de
lesión grave, pues en este caso se configura la agravante prevista en la última parte del art. 189 del
C.P.
Es importante tener en cuenta que las lesiones producidas a consecuencia del robo son subsumidas
por esta agravante. No es posible jurídicamente formalizar denuncia penal y abrir proceso penal por
el delito de robo agravado por la circunstancia en comentario y a la vez por el delito de lesiones como
erróneamente todavía se estila en los estrados judiciales aun cuando existen diversas Ejecutorias
Supremas que han enfocado de modo atinado el problema. Aquí sólo hay el delito de robo agravado.
Sin embargo, también se denunciará y abrirá proceso penal por el delito de lesiones junto al de robo
agravado cuando, la víctima sea una tercera persona contra la cual no fue dirigida la acción del agente
para sustraerle sus bienes y en consecuencia no vio mermada su patrimonio. Para subsumir las
lesiones a la agravante, estas deben haberse ocasionado a la víctima de la sustracción ilegítima. Igual
postura sostiene Rojas Vargas (2000, p. 458) al sostener que esta focalización permite entender y
desdoblar la imputación -en el marco de la agravante en alusión- para las demás personas afectadas
(distintas de la víctima) a título de lesiones más no de robo agravado. Es víctima el sujeto pasivo
diversos, estaremos frente al delito de robo agravado en grado de tentativa así se haya verificado las
la finalidad de lograr su objetivo de sustraer bienes ajenos no tiene miramientos para afectar bienes
agravante radica en la mayor facilidad para la comisión del delito del que se aprovecha el agente,
unido a ello la alevosía con la que actúa. Tal como aparece redactada la circunstancia agravante se
entiende que la incapacidad física o mental es anterior a la sustracción. El agente debe saber de la
Se presenta la agravante cuando el agente haciendo uso de la violencia o amenaza sustrae los bienes
muebles de un ciego o paralítico o un autista, etc. Aparte de abusar o aprovecharse del estado de
incapacidad física o mental de la víctima, el agente debe actuar haciendo uso de la violencia o la
amenaza sobre su víctima. Si por el contrario sólo se aprovecha de la incapacidad sin hacer uso de
la violencia o amenaza, los hechos constituirán hurto mas no robo. Para que exista robo agravado es
supuesto de error de tipo previsto en el art. 14 del Código Penal, correspondiendo al operador jurídico
determinar si el error fue vencible o invencible, pero en ambos casos la consecuencia es la misma:
P.- Robo mediante el empleo de drogas y/o insumos químicos o fármacos contra la víctima.- Esta
agravante también recogida en el inciso 2 del segundo párrafo del art. 189 del Código Penal, se
configura cuando el agente comete el robo haciendo uso o empleando para tal efecto drogas, insumos
químicos o fármacos contra la víctima para anular su resistencia de defensa de sus bienes.
Como hemos dejado establecido al hacer hermenéutica del robo simple, nosotros consideramos que
estos supuestos constituyen hurto agravado por destreza. De ningún modo aceptamos lo que se
denomina violencia impropia. Pues aquí no hay uso de violencia entendida como la aplicación de una
energía física sobre la víctima de intensidad necesaria para vencer su resistencia. En el supuesto de
uso de drogas no hay violencia, lo que existe es la destreza que utiliza el agente para primero anular
la capacidad de defensa de la víctima de sus bienes y después sin ninguna dificultad sustraerlos y
apoderarse ilegítimamente de aquellos bienes. Esperemos que en el futuro se haga una mejor
No obstante, como la finalidad de este trabajo es hacer un análisis de las normas penales tal como
aparecen redactadas en el texto punitivo con el firme propósito de hacer que su aplicación en la
realidad práctica sea de modo más previsible y coherente, no queda otra alternativa exponer qué
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significa aquella agravante o cuándo se verifica. Aquí estamos ante la violencia impropia, esto es,
aquí el agente no se aprovecha del estado de incapacidad como sucede en la hipótesis anterior, sino
que causa o genera el estado de incapacidad haciendo uso de la droga, insumo químico o algún
fármaco para de esa forma facilitar la sustracción y apoderamiento ilegítimo de los bienes muebles
de la víctima. Para que se presente la agravante también debe tenerse en cuenta que el agente debe
causar la incapacidad de su víctima a través de la droga, caso contrario, si se aprovecha del hecho
verifica.
Con fines pedagógicos es necesario indicar que los términos droga y fármaco utilizado por el
legislador nacional tienen el mismo significado. La Organización Mundial de la Salud define a la droga
como la sustancia terapéutica o no que, introducida al organismo por cualquiera de los medios
sistema nervioso central del individuo provocando una alteración psíquica o intelectual (Con mayor
amplitud, Rojas Vargas, 2000, p. 467).
Q.- Robo colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.- En primer término
resulta pertinente determinar a quien se le considera víctima en los delitos contra el patrimonio. No
hay mayor discusión en la doctrina el considerar víctima del delito de robo a aquella persona que por
efecto del actuar ilícito del agente ha visto disminuido su patrimonio. La víctima puede ser una persona
natural o jurídica. En esa línea, se presenta la agravante cuando la víctima o la familia que depende
directamente de aquella, como consecuencia del robo ha quedado desprovista de los recursos
económicos indispensables para satisfacer sus necesidades y de su familia. Sin embargo, para que
opere la agravante no es necesario que la víctima quede en la pobreza o indigencia absoluta, sólo se
exige que esta quede en una situación patrimonial difícil de cierto agobio e inseguridad, el mismo que
El agente debe conocer o percibir una variación notoria en la economía de la víctima o su familia; el
dolo directo se ve así reforzado por el conocimiento de tal circunstancia. Caso contrario, si el sujeto
de esta agravante es, al parecer, el mayor perjuicio real que genera en la víctima. Sin embargo, puede
tener un efecto político-criminal negativo, pues fomenta la selectividad del robo y no su erradicación
(García Cavero, Análisis dogmático y político-criminal de los denominados delitos agravados y del
del inciso 4 de la segunda parte del artículo 189 del C.P. se evidencia que estamos ante dos
circunstancia agravantes por la cualidad del objeto del robo. Se configuran cuando el agente sustrae
ilícitamente haciendo uso de la violencia o la amenaza sobre los poseedores, bienes de valor científico
o cuando lo hace sobre bienes que integran el patrimonio cultural de la nación. El fundamento de las
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agravantes radica en su importancia y significado de los bienes objeto del robo para el desarrollo
científico del país y por su legado histórico, artístico y cultural de los mismos.
amenaza, debe hacerse en museos o de lugares donde los bienes de valor cultural se encuentren
aparece configurándose el delito contra el patrimonio cultural previsto en los arts. 226 y ss. del C.P.
Así mismo, si por ejemplo primero se produjo la sustracción-apoderamiento por medio de la fuerza o
amenaza sobre sus protectores y después el agente lo saca o extrae del país, se presentará un
concurso real de delitos entre robo agravado y el delito previsto en alguno de los artículos 228 o 230
del Código Penal. En tal sentido, se aplicará la pena del delito más grave, es decir, del delito en
comentario.
S.- Robo por un integrante de organización delictiva o banda.- Aquí se recoge en forma aparente dos
cualquiera y la segunda cuando el agente es miembro de una banda. Decimos aparente porque a
nuestra manera de ver las cosas, organización delictiva y banda tienen la misma naturaleza y
persiguen los mismos objetivos e incluso de acuerdo a nuestra legislación merecen la misma sanción
punitiva, la única diferencia que podemos evidenciar radica en el hecho que la organización delictiva
es el género y la banda es la especie. La banda también es una organización delictiva con la diferencia
que es mucha más organizada que cualquier otra organización o asociación delictiva.
El agente será integrante de una agrupación delictiva cuando haya vinculación orgánica entre éste y
coautores cometan el robo en nombre o por disposición del grupo. Si se determina que aquel actúo
sólo sin conocimiento de la organización a la que pertenece o porque dejó de ser miembro de aquella,
la agravante no se configura.
De la comparación sistemática entre el contenido del inciso 1 de la segunda parte del art. 186 con el
último párrafo del art. 189 del Código Penal que pareciera tuvieran contenidos parecidos, se evidencia
claramente una diferencia surgida, sin temor a equivocarnos, por descuido del legislador. En efecto,
aparece el hurto agravado cuando el agente pertenece a una organización delictiva destinada a
cometer “estos delitos”, es decir, delitos contra el patrimonio; en tanto que, aparece el robo agravado
La segunda circunstancia aparece cuando el agente o agentes que cometen el robo pertenecen o son
miembros de una banda, es decir, de una organización, asociación o agrupación de personas mucho
más organizada, e incluso podríamos afirmar que tienen una normatividad interna que si los miembros
la infringen son sancionados hasta con la muerte. La única condición que se exige es que la actuación
del agente este vinculada a los planes delictivos de la organización. Si se llega a probar que si bien
no aparece.
Con Rojas Vargas (2000, p. 483) podemos indicar que la agravante consistente en actuar en calidad
1.- El agente actúa individualmente en cumplimiento de los planes fijados por la banda, sin requerirse
2.- El agente actúa en división funcional de roles, sin requerirse concurrencia espacial conjunta
3.- Varios agentes actúan conjuntamente, de modo que resultan fácilmente internalizados por la
víctima.
4.- El agente actúa individualmente haciendo patente para la víctima su pertenencia a una banda, sin
que cumpla planes que reconduzcan el hecho a un concierto y decisión previa para el caso.
Finalmente, esta agravante puede entrar en concurso aparente con el supuesto de hecho previsto en
el artículo 317 del Código Penal, denominado asociación ilícita para delinquir. Sin embargo, por el
principio de especialidad y alternatividad penal y por la redacción de la formula, la circunstancia
T.- Robo con lesiones graves a la integridad física o mental de la víctima.- Esta agravante se configura
cuando el agente o agentes por actos propios del uso de la fuerza o amenaza para sustraer
ilícitamente los bienes de su víctima le causan lesiones físicas o mentales. Las lesiones deben ser de
la magnitud de los supuestos taxativamente indicados en el artículo 121 del Código Penal. Si por el
contrario las lesiones tienen la magnitud de los supuestos previstos en el art. 122 o 441 del Código
Penal, la agravante no aparece. Se entiende también que las lesiones graves pueden ser causadas
dolosamente o por negligencia del agente, esto es, el agente debe haber causado las lesiones físicas
o mentales queriendo hacerlo para evitar por ejemplo, que la víctima siga resistiendo a la sustracción
o también como consecuencia del acto mismo de la violencia utilizada para lograr la sustracción.
Aparecerá la agravante por lesiones graves por negligencia cuando el agente en el acto de despojarle
violentamente de su billetera a un pasajero, este pierde el equilibrio y cae del vehículo que se
Las lesiones deben ser originadas como consecuencia del uso de la violencia o la fuerza del autor
ni planificadas por el agente. Si en un caso concreto se llega a determinar que el agente actúo
sabiendo y queriendo perfectamente lesionar gravemente a la víctima para anular cualquier oposición
o resistencia a la sustracción de sus bienes, no estaremos ante la agravante sino ante un concurso
real de delitos, esto es, se configurará el delito de lesiones graves previsto en el art. 121 del CP con
el delito de robo simple o robo agravado si alguna de las circunstancias agravantes ya analizadas
concurre. Originando que al momento de imponer la pena al autor o autores se le aplicará la pena del
delito más grave según la regla prevista en el art. 50 del Código Penal; es decir, se le impondrá una
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pena privativa de libertad no mayor de veinticinco años salvo que el agente haya actuado como
integrante de una banda. En tal sentido, tal como aparece redactada esta agravante, llegamos a un
absurdo jurídico que esperemos se corrija en el futuro inmediato. El mensaje de tal forma de legislar
es patético y aterrador para los ciudadanos a los cuales están dirigidas las normas penales para
motivarlos a no cometer delitos. En efecto, como el lector se habrá dado cuenta, si el agente no ha
planificado ni pensado causar lesiones graves sobre la víctima, queriendo solamente sustraer bienes
por medio de la violencia o la amenaza, no obstante ocasionalmente como producto de los actos
mismos de la violencia o amenaza los causa, será merecedor de cadena perpetua; en cambio, si el
agente ha planificado y, por tanto, quiere causar primero las lesiones graves sobre la víctima para
después sustraerle sus bienes, el autor será merecedor a una pena no mayor de veinticinco años.
Finalmente, las lesiones graves pueden ser sobre el propietario de los bienes o sobre los poseedores
o tenedores de los bienes objeto de la sustracción. Hemos ya dejado expresado que en un delito de
robo es víctima tanto el titular o propietario del bien por ver mermado su patrimonio, como aquella
persona que posee legítimamente los bienes y sobre el cual van dirigidos los actos de violencia o
amenaza para despojarle de los mismos. Si por el contrario la lesiones son ocasionadas a terceros
como por ejemplo, personas que ocasionalmente se presentaron en defensa de la víctima o efectivos
policiales, la agravante no se configura, estando en su caso, ante un concurso de delitos entre robo
agravado en agravio del propietario o poseedor de los bienes sustraídos y lesiones graves en agravio
de los terceros.
U.- Robo con subsiguiente muerte de la víctima.- Esta circunstancia o supuesto es la última agravante
del robo, la misma que merece también la pena de cadena perpetua. La agravante se configura
cuando el agente o agentes como consecuencia de los actos propios del uso de la violencia o
amenaza para vencer la resistencia natural de la víctima en defensa de sus bienes, le ocasionan o le
producen la muerte. Según la redacción de la circunstancia agravante se entiende que el resultado
final de muerte puede ser consecuencia de un acto doloso o culposo. Así mismo, para estar ante la
agravante, el agente no debe haber planificado la muerte de su víctima, esta debe producirse por los
actos propios del uso de la violencia o amenaza en el acto mismo de la sustracción. Si llega a
determinarse que el agente previamente quiso acabar con la vida de la víctima para después
apoderarse de sus bienes, no aparece la agravante sino el supuesto de asesinato previsto en el inc.
2 del art. 108 del Código Penal, y, por tanto, el agente será merecedor de la pena privativa de libertad
temporal no menor de quince ni mayor de 35 años en aplicación del art. 29 del Código Penal. En esa
línea del razonamiento llegamos a evidenciar la incoherencia legislativa en que cayó el legislador del
decreto legislativo 896 de 1998 y no superado por la ley Nro. 27472, al sancionar con la absurda pena
planificada; en tanto que al agente que origina la muerte de una persona en forma planificada y
deliberadamente dolosa, le sanciona con una pena privativa de libertad no mayor de 35 años.
son subsumidas en la última parte del art. 189 del Código Penal. En los casos en los que el autor o
coautores han preordenado la muerte de la víctima, o actúan decididamente con el objetivo expreso
de matar para luego apoderarse de los bienes muebles, configuran asesinato, mas no robo y
subsecuente muerte de la víctima. Igual situación aparece cuando el agente mata a un tercero que
no reúne las características exigibles para constituirse en víctima del robo agravado, es decir, cuando
el agente ocasiona la muerte de un tercero que no es propietario ni poseedor del bien objeto del robo.
Respecto de quienes pueden constituirse en víctimas, cabe hacer la siguiente precisión: como ya
hemos dejado establecido al realizar la hermenéutica del delito de robo, son víctimas los propietarios
del bien objeto del robo así como aquellos poseedores legítimos o servidores de la posesión que
define el artículo 897 del Código Civil, sobre los cuales van dirigidas las acciones de violencia o
amenaza o en este caso, la acción homicida para vencer cualquier eventual resistencia en defensa
de los bienes y de ese modo lograr la sustracción. En otras palabras: víctima es el propietario que ve
mermado su patrimonio con la sustracción así como los poseedores que se ven afectados o
perjudicados con la acción homicida.
Para concluir con el análisis de las agravantes del delito de robo, es pertinente dejar establecido que
las dos últimas agravantes de ningún modo constituyen resultados preterintencionales. En efecto,
determinado, el mismo que por negligencia o culpa de su autor se convierte en un resultado más
grave. Ejemplos evidentes de ilícitos preterintencionales son las últimas partes de los artículos 115,
121, y 122 del Código Penal. Allí se redacta expresamente cuándo estamos ante un delito
preterintencional, apareciendo siempre la frase “y el agente pudo prever este resultado”. En cambio,
la redacción de la última parte del art. 189 dista totalmente de tales parámetros. Aquí la mayor de las
veces el agente dolosamente causa las lesiones leves o la muerte de la víctima con la evidente
preterintencional, el agente no quiere el resultado grave en cambio aquí, el agente quiere el resultado
grave. En los casos en que concurre la negligencia en la producción del resultado (lesiones graves o
muerte), este es consecuencia inmediata y directa de los actos de fuerza sobre la víctima en la
sustracción de sus bienes. Aquí el agente ocasiona el resultado grave con una culpa directa e
inmediata.
No obstante, y como punto de partida en el análisis de esta cuestión, hay que tener presente que el
delito de robo presenta la naturaleza de un delito complejo, en la medida en que el injusto típico viene
compuesto por varias acciones que por si solas pueden ser constitutivas de otros ilícitos penales. En
estos supuestos, esto es, cuanto la violencia o la intimidación llegan a ser de tal magnitud que por si
solas ya encajan bajo la tipificación de cualquiera de los delitos contra la vida, la misma que se ve en
El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de ganado vacuno, ovino, equino, caprino,
porcino o auquénido, total o parcialmente ajeno, aunque se trate de un solo animal, sustrayéndolo del
lugar donde se encuentra, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de
tres años.
Si concurre alguna de las circunstancias previstas en los incisos 1, 2, 3, 4 y 5 del primer párrafo del
Artículo 186, la pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
Si el delito es cometido conforme a los incisos 2, 4 y 5 del segundo párrafo del Artículo 186, la pena
La pena será no menor de 8 ni mayor de 15 años cuando el agente actúa en calidad de jefe, cabecilla
De la redacción del tipo penal se advierte que se recoge lo que viene en denominarse también hurto
simple y hurto agravado de ganado. En efecto, el primer párrafo recoge la figura del hurto simple de
ganado en tanto que el segundo y tercer párrafo recogen las circunstancias por las cuales se agrava
la conducta del abigeato y, por tanto, su autor o agentes merecen mayor pena. Con fines pedagógicos
De la lectura del tipo penal aparece que en la configuración del delito de abigeato concurren todos los
elementos objetivos y subjetivos del delito de hurto previsto y sancionado en el art. 185 del Código
Penal. Por ello, es unánime la posición en la doctrina nacional en el sentido que tal como lo indican
los profesores Bramont-Arias Torres y García Cantizano, carece de sentido la creación del Capítulo
II-A en el Título V del Libro II del Código Penal, pues esta figura ya está comprendida en el tipo base
de los delitos de hurto y robo, dado que el concepto de bien mueble abarca también el de animal
(1997, p. 318, Rojas Vargas, 2000, p. 533, Paredes Infanzón, 1999, p. 133).
En esa línea, asumimos plenamente las expresiones de Rojas Vargas (ob. cit.), al sostener que ni
dogmática ni jurídico-normativamente existen razones suficientes para hacer de los tipos penales de
abigeato construcciones legales autónomas y con naturaleza jurídica diferente a la de los delitos de
apoderamiento mediante sustracción regulados en los artículos 185 al 188 del actual Código Penal
cuyas tipicidades absorben, sin mayores dificultades, a las diversas expresiones de abigeato,
ameritándose a lo sumo una regulación a título de agravante del hurto, a modo de brindar una enfática
protección a la industria y propiedad ganadera, tal y como se hace con los bienes de valor científico.
Sin embargo, al estar así tipificado, el lector debe remitirse a la lectura del análisis efectuado a la
figura del hurto simple. Aquí sólo nos parece pertinente dejar establecido que se configura el delito
de abigeato cuando el sujeto activo con la finalidad de obtener un provecho patrimonial (por ejemplo,
vendiéndole, aprovechando su carne, etc.) sustrae ganados total o parcialmente ajenos del lugar
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donde se encuentran sin tener derecho alguno sobre ellos, causando con ello un perjuicio patrimonial
al sujeto pasivo. Aquí el bien jurídico protegido es la propiedad y, por tanto, el sujeto pasivo siempre
será el titular o propietario del animal objeto de sustracción. La única diferencia con la figura del hurto
previsto en el art. 185 del Código Penal, es respecto al bien objeto de la sustracción. Mientras que en
la figura del hurto puede ser objeto de sustracción todo bien mueble o animal que tenga una valoración
sustracción solamente lo constituye aunque sea uno, los animales de la familia de los vacunos, ovinos,
equinos, caprinos, porcinos o auquénidos. Estamos ante la fórmula conocida como numerus clausus,
es decir, aparte de las familias de animales indicados en el tipo penal, ningún animal más puede ser
objeto del delito de abigeato. Si otro animal como las gallinas, conejos, perros, etc. son objeto de
sustracción ilegítima estaremos ante un hurto siempre que el valor de aquellos animales sobrepase
las cuatro remuneraciones mínimas vitales, caso contrario se configura la figura de faltas contra el
patrimonio previsto en el primer párrafo del art. 444 del Código Penal.
El contenido del art. 189-A, debe analizarse sistemáticamente con el contenido del segundo párrafo
del art. 444 del C.P. En consecuencia para configurarse el delito de abigeato con la sustracción de un
sólo animal, este debe tener un valor patrimonial superior a un tercio de la Unidad Impositiva
Tributaria. Si en un caso concreto, el valor del animal es inferior se configurará faltas contra el
patrimonio.
Cabe precisar que los auquénidos como la vicuña, el guanaco y sus híbridos, por ley Nro. 26496 del
11 de julio de 1995, reciben una sobreprotección punitiva, penalizando con mayor severidad el hurto
simple y agravado de los auquénidos. La citada Ley al indicar en su art. 10 que se derogan y dejan
sin efecto todas las disposiciones que se le opongan, afecta la aplicación de los arts. 189-A y 189-C
del Código Penal, pero deja incólume la vigencia del hurto de uso previsto en el art. 189-B (Véase:
Rojas Vargas, 2000, p. 541)
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Al ser un delito de resultado, la conducta del abigeato muy bien puede quedar en grado
de tentativa ya sea acabada o inacabada igual como ocurre con la figura del hurto prevista y
Consumación.- No obstante las diversas modalidades que pueden presentarse para la sustracción de
los ganados, la consumación se produce cuando el agente se apodera del o los animales con la firme
abigeato se perfecciona en el mismo momento circunstancial que el agente tiene acceso a la facultad
de disposición del animal sustraído ya sea vendiéndolo, sacando provecho de su carne, regalándole,
etc.
Penalidad
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Al verificarse la comisión del delito de hurto de ganado previsto y sancionado en el primer párrafo del
art. 189-A, el agente será pasible de la pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
años.
El segundo, tercero y último párrafo del tipo penal 189-A, recoge las agravantes del delito de abigeato
o hurto de ganado, las mismas que no está demás dejarlo expresado, constituyen algunas de las
circunstancias agravantes del hurto reguladas en el art. 186 del Código Penal, siendo así remitimos
al lector a las páginas donde se han analizado aquellas agravantes. El legislador a graduado la pena
Así, de la lectura del segundo párrafo se advierte que el abigeato se agrava cuando el hurto se
produce en casa habitada, durante la noche, mediante destreza, escalamiento, destrucción o rotura
particular del agraviado y finalmente cuando el agente sustrae el ganado que conforma el equipaje
de viajero. En tanto que el tercer párrafo establece que el hurto de ganado merece mayor pena cuando
la sustracción se efectúa sobre bienes (ganado) de valor científico o que integren el patrimonio cultural
La agravante consistente en la sustracción que se produce sobre el ganado que tiene valor científico
o que integra el patrimonio cultural de la nación, presenta serias dificultades teóricas y prácticas para
su adecuación a un hecho concreto. En efecto, “ganado de carácter científico” es una calificación que
sólo responderá a las calidades reproductivas de determinados sementales de interés para la industria
la dirección técnica respectiva, sea que lo ubiquemos a nivel de entidades públicas o privadas. Igual
o mayor dificultad se tiene al precisar cuándo el ganado pertenece al patrimonio cultural de la Nación,
en el comprendido que tal calidad tiene que ser expresa y reconocida como tal por la ley (Rojas
El último párrafo recoge las circunstancias agravantes cuya concurrencia hacen que la conducta de
abigeato del agente merezca mayor sanción punitiva. Se establece que el agente será pasible de una
pena no menor de ocho ni mayor de quince años cuando haya sustraído ganado actuando en calidad
de jefe o cabecilla o dirigente de una organización destinada a perpetrar delitos de abigeato. Antes
de pasar al punto siguiente corresponde dejar expresado que de la lectura de todo el contenido del
art. 189-A, se evidencia que el hurto de ganado o abigeato realizado con el concurso de dos o más
agentes, no constituye agravante para este delito. Omisión que debe superarse, pues como ya quedo
expuesto al analizar esta agravante en el hurto, la concurrencia de dos o más agentes facilita la
Si se configura las agravantes previstas en el segundo párrafo del art. 189-A, el autor o autores serán
sancionados con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años. En caso de
presentarse alguna o todas las agravantes previstas en el tercer párrafo del art. 189-A, el agente será
pasible de la pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de diez años. Finalmente de
presentarse los supuestos previstos en el último párrafo del citado numeral, el agente será sancionado
El que sustrae ganado ajeno, con el fin de hacer uso momentáneo y lo devuelve, directa o
indirectamente en un plazo no superior a setentidós horas, será reprimido con pena privativa de
artículo anterior.
TIPICIDAD OBJETIVA
El delito de hurto de ganado para uso momentáneo se configura cuando el agente sustrae ganado
ajeno para usar o utilizarle por breve término y después devolverlo a su dueño directa o
indirectamente. Aquí el agente no busca apropiarse del animal sino simplemente sacarle provecho de
modo ilegítimo. Por ejemplo, estaremos ante el delito en análisis cuando el agente sustrae dos bueyes
para remover o preparar su terreno de cultivo (arar) por tres días o cuando sustrae ilegítimamente
cinco acémilas para conducir carga a un pueblo vecino. El legislador nacional ha puesto como plazo
límite para la devolución el término de setentidós horas o tres días. Si el agente no devuelve el ganado
sustraído en aquel plazo se configurará el delito de abigeato previsto en el art. 189-A del Código
Penal.
La configuración del hurto de uso de ganado no exige que el animal o animales sustraídos tengan un
valor económico superior a un tercio de la Unidad Impositiva Tributaria. Esta preocupación sólo sirve
En cambio, si bien el valor del provecho obtenido por el agente, no sirve para calificar el delito,
determinar aquel valor servirá en su momento para graduar la pena a imponer al agente por el
operador jurídico. Así por ejemplo, si el valor es mínimo le impondrá la pena de prestación de servicios
a la comunidad y si el valor del provecho obtenido es significativo, se le aplicará una pena privativa
de libertad no mayor de un año. Incluso el valor económico obtenido o conseguido por el agente del
uso del animal también servirá para graduar el monto de la reparación civil que se impondrá al agente
encontrado responsable de este delito.
como el iter criminis del mismo, el lector debe remitirse al análisis efectuado al artículo 187 del Código
El que se apodera ilegítimamente de ganado vacuno, ovino, equino, caprino, porcino o auquénido,
total o parcialmente ajeno, aunque se trate de un solo animal, sustrayéndolo del lugar donde se
encuentra, empleando violencia contra la persona o amenazándola con un peligro inminente para su
vida o integridad física, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de
ocho años.
La pena será privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de quince años si el delito se comete
con el concurso de dos o más personas, o el agente hubiere inferido lesión grave a otro o portando
La pena será no menor de quince ni mayor de venticinco años si el agente actúa en calidad de jefe,
En los casos de concurso con delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, la pena se aplica sin perjuicio
Comentario
Igual como ocurre con el hurto de ganado a simplemente abigeato, el legislador en forma innecesaria
volvió a tipificar el delito de robo simple y robo agravado cuando el objeto material del delito lo
constituya el ganado vacuno, ovino, equino, caprino, porcino o auquénidos. Si la justificación de tal
forma de tipificación era el dar mayor protección a la propiedad o tenencia del ganado, bastaba
haberlo puesto como circunstancia agravante del artículo 189 del C.P.
No obstante, como así aparece tipificado en nuestra ley penal sustantiva, y teniendo en cuenta que
el objetivo del presente trabajo es hacer dogmática penal, no queda otra alternativa que hacer
hermenéutica jurídica del indicado artículo. En tal sentido y apareciendo que el art. 189-C, recoge las
figuras delictivas de robo simple y robo calificado previstas en los artículos 188 y 189 del Código
Penal, para saber en qué consisten los elementos típicos objetivos y subjetivos, el lector debe
esbozar el concepto del delito de robo de ganado; segundo, establecer que algunas circunstancias
agravantes del robo de ganado han sido derogadas y tercero, poner en evidencia la agravante no
prevista para el hurto de ganado. En efecto, aparece la conducta de robo de ganado cuando el agente
con la finalidad de obtener provecho, haciendo uso de la violencia contra la víctima o la amenaza con
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un peligro inminente para su vida o integridad física, sustrae del lugar donde se encuentran ganado
vacuno, ovino, equino, caprino, porcino o auquénidos total o parcialmente ajenos, para disponerlos
en su provecho de modo ilegítimo. Aquí la sustracción de los animales debe estar rodeada de violencia
o amenaza contra la víctima. Si estos elementos típicos del robo no aparecen y sólo se verifica la
sustracción, estaremos ante un caso típico de hurto de ganado. El aprovechamiento que debe guiar
la conducta del agente debe ser objetivamente acreditada, pues si tal elemento no es probado, el
delito de abigeato no se configura. Otro aspecto importante puesto también en evidencia, lo constituye
el hecho que la violencia o amenaza sobre la víctima debe efectuarse al momento de la sustracción
del ganado; es decir, el agente debe utilizar la violencia o amenaza para vencer la resistencia de la
víctima y de ese modo hacer viable la sustracción de los animales. Por otro lado, nos parece
fundamental poner en el tapete que algunas agravantes del robo de ganado previstas en la disposición
en comentario han quedado derogadas tácitamente debido que hay incompatibilidad entre el
contenido del artículo 189 vigente al momento de entrar en vigencia la ley 26326 del primero de junio
de 1994 que reguló las conductas de abigeato y el actual artículo 189 modificado por ley Nro. 27472
del cinco de junio del 2001. Al variar el contenido en lo concerniente a las circunstancias agravantes,
ya sea descriminalizando o variando su ubicación en el art. 189, en forma tácita han quedado sin
“comparación de normas” se llega a la conclusión que el cuarto párrafo del art. 189-C ha sido
redacción del actual art. 189, en tanto que otras como las previstas en los inciso 3 y 5, si aparecen,
pero en diferente ubicación. En consecuencia como en derecho penal está prohibida la analogía, es
indudable que por incompatibilidad de normas ha quedado derogado el cuarto párrafo del art. 189-C.
Otro detalle que merece ponerse en evidencia y tenerse en cuenta lo constituye la situación siguiente:
a diferencia de lo que ocurre con el hurto de ganado previsto en el 189-A, en el cual no aparece
recogida como circunstancia calificante, el legislador nacional ha previsto en el segundo párrafo del
art. 189- C como agravante, el hecho que la conducta se realice con el concurso de dos o más
personas.
dinero o un valor que ha recibido en depósito, comisión, administración u otro título semejante que
produzca obligación de entregar, devolver, o hacer un uso determinado, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
Si el agente obra en calidad de curador, tutor, albacea, síndico, depositario judicial o en el ejercicio
de una profesión o industria para la cual tenga título o autorización oficial, la pena será privativa de
libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
consecuencias de desastres naturales u otros similares la pena será privativa de libertad no menor
TIPICIDAD OBJETIVA
De la lectura del tipo penal se concluye que la conducta delictiva de apropiación ilícita o indebida se
configura cuando el agente con la finalidad de obtener un provecho patrimonial para sí mismo o para
un tercero, se apropia, adueña, adjudica o apodera de un bien mueble, dinero o un valor que ha
recibido del sujeto pasivo en calidad de depósito, comisión, administración u otro título semejante que
Para entender mejor la conducta delictiva de apropiación ilícita, creemos necesario explicar
brevemente el contenido de cada uno de los elementos objetivos que lo constituyen. Así tenemos:
Bien Mueble
El objeto material del delito siempre será un bien mueble, dinero o un valor que lo represente. Pero
qué se entiende por bien mueble? Para contestar la pregunta y saber qué debe entenderse como bien
mueble para efectos del presente trabajo, cabe recordar que la primera diferencia entre bienes mueble
e inmuebles radica en que los primeros son movibles o transportables de un lugar a otro por
excelencia en tanto que los segundos, no pueden ser objeto de transporte, son inamovibles. En tal
sentido, bien mueble constituirá todo cosa con existencia real y con valor patrimonial para las
personas, susceptibles de ser transportadas de un lugar a otro ya sea por sí mismas (animales) o por
En esa línea, para efectos del presente trabajo de derecho penal, y específicamente para el delito de
apropiación ilícita, se utiliza el concepto bien mueble en su acepción amplia a diferencia del derecho
privado que de acuerdo al Código Civil recoge la acepción restringida en el sentido que no utiliza
como base para conceptualizar bien mueble al elemento “cambio de un lugar a otro del bien”. Siendo
así, aparte de los bienes muebles enumerados en el art. 886 del Código Civil, se incluye a las naves
y aeronaves previstas en el inciso 4 del artículo 885 del citado cuerpo legal. Una nave puede ser
apropiada ilícitamente por aquella persona que la recibió en administración por ejemplo. En cambio,
si aceptamos la acepción restringida que impone nuestra normatividad civil en el sentido que las naves
o aeronaves son bienes inmuebles, estaríamos aceptando un supuesto delito de usurpación de naves
o aeronaves lo cual nos parece discutible y pondría en tela de juicio los elementos típicos del citado
delito.
Respecto del bien objeto del delito en interpretación cabe indicar que no le falta razón a Roy Freyre
(1983, p. 60) cuando al comentar el art. 240 del Código de 1924 afirma que resulta innecesario las
referencias específicas que se hacen al dinero y a los valores, en razón de estar comprendidas ambas
nociones dentro de la otra más amplia de bien mueble (en el mismo sentido Bramont-Arias-García,
1997, p. 330). Se entiende por dinero al signo convencional de valor que representa la moneda
metálica y el papel moneda de curso forzoso impuesto por el Estado. En tanto que por valor debe
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entenderse a los títulos valores, a los derechos de crédito, valores negociables como los inscritos en
Apropiación Indebida
conducta por la cual el agente se apodera, adueña o adjudica a su favor un bien mueble que no le
pertenece legalmente. Esto es, el agente en forma ilegal, ilícita o indebida coloca dentro de su
patrimonio un bien mueble que sabe perfectamente le pertenece a otro, quien por título lícito le confió
actos de disposición del bien como si fuera realmente su dueño o propietario y se resiste a devolverlo
Finalmente, para estar ante un caso real y típico de apropiación ilícita debe evidenciarse que el agente
quiere la cosa para sí, quiere adueñarse del bien. Doctrinariamente esta circunstancia es conocida
como el animus rem sibi habendi que debe guiar al autor de la conducta. Si no hay intención de querer
el bien para sí y por el contrario, por ejemplo, el sujeto quiere sólo usar el bien, así sea de modo ilícito,
no se configurará el delito de apropiación indebida.
Si en una conducta por la cual el agente se niega a entregar o devolver los bienes muebles recibidos,
no aparece el animus rem sibi habendi, el delito en comentario no se configura. Teniendo claro este
último aspecto, el operador jurídico no podrá calificar como apropiación ilícita cuando una persona
haga efectivo el derecho de retención que le reconoce el art. 1123 del Código Civil, esto es, cuando
por ejemplo el comodatario retiene el bien debido que el comodante se resiste a pagar los gastos
extraordinarios que hubiese hecho el comodatario para conservar el bien, según lo previsto en el art.
1748 del C.C.; tampoco existe apropiación ilícita cuando el depositario retiene el bien hasta que el
depositante le pague lo que le debe en razón del contrato según lo dispuesto por el art. 1852 del C.C.
Finalmente, no es posible el delito de apropiación ilícita cuando una persona hace efectivo lo previsto
en el art. 1067 del C.C., el mismo que reconoce al acreedor que recibió en prenda un bien mueble en
garantía de una obligación, el derecho de retener el bien recibido en prenda en tanto no han sido
íntegramente pagados el capital e intereses y reembolsados los gastos relativos a la deuda y a la
Que el bien haya sido recibido mediante título que produzca la obligación de entregar, devolver o
El agente o sujeto activo recibe el bien mueble lícitamente o por título legítimo de parte del sujeto
pasivo o víctima, configurándose el delito cuando después aquel se resiste a devolverlo, entregarlo o
hacer un uso determinado del bien. El delito se configura cuando el agente abusando de la confianza
o aprovechando que tiene a su disposición el bien mueble que se le confió temporalmente, se resiste
a devolverlo y por el contrario hace actos de disposición como si fuera el dueño o propietario.
Los títulos legítimos o lícitos por los cuales el agente recibe el bien mueble han sido indicados por el
legislador en el mismo tipo penal, tales como el depósito, comisión, administración y otros títulos
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semejantes que produzcan en el agente obligación de entregar, devolver o hacer un uso determinado
del bien. Los títulos lícitos regulados en ley extra-penal, por los cuales recibe el agente el bien mueble,
títulos otorgan al agente posesión o custodia temporal del bien mueble, luego del cual deben ser
devueltos a quien los entregó o entregar a la persona que corresponda. Si la devolución o entrega no
se produce ante el requerimiento, el delito aparece. Por el contrario, si el título por el cual se recibió
el bien mueble dinero o valores no indica claramente la obligación de devolver o entregar, el delito de
apropiación ilícita no aparece ante la negativa del agente a devolver o entregar. En suma, para la
configuración del delito es indispensable que por la naturaleza del título o en su contenido, aparezca
claramente que hay obligación del que recibe el bien mueble de devolverlo, entregarlo o hacer un uso
determinado.
El primer título por el cual el agente puede recibir el bien de modo legítimo, lo constituye el contrato
nominado “depósito”, el mismo que de acuerdo a nuestra normatividad civil se divide en voluntario y
necesario o legal. El primero previsto en el art. 1814 del C.C. que estipula: por el depósito voluntario
el depositante se obliga a recibir un bien para custodiarlo y devolverlo cuando lo solicite el depositante.
En tanto que el segundo aparece previsto en el art. 1854 del C.C. donde se señala que el depósito
necesario es el que se hace en cumplimiento de una obligación legal o bajo el apremio de un hecho
o situación imprevista. El art. 1830 del C.C. estipula que el depositario debe devolver el bien en cuanto
lo solicite el depositante, aunque hubiese plazo convenido, así mismo el art. 1834 señala que el
depositario debe restituir el bien a quien se lo confió o a la persona en cuyo nombre se hizo el depósito
de parte del depositante, se niega a hacerlo, o ante el requerimiento del depositante para que entregue
el bien a la persona a cuyo nombre se hizo o destinó el depósito, se resista hacerlo.
Aparte del contrato de depósito común previsto en nuestro Código Civil, existen en nuestro sistema
jurídico los depósitos en los bancos, cooperativas, financieras, almacenes generales de depósito,
mutuales y otras instituciones análogas, las mismas que se rigen por la leyes especiales que los
regulan según lo dispuesto en el art. 1853 del C.C. Depósitos que sin duda pueden dar lugar a la
Otro título lo constituye el contrato de “comisión” previsto en el Código de Comercio, por el cual una
persona denominado comitente entrega un bien mueble a otra, denominado comisionista, con la
finalidad de efectuar algún negocio, luego del cual el comisionista devuelve el bien a quien se lo
entregó y recibe a cambio una comisión por su labor. El delito aparece cuando el comisionista se hace
dueño del bien entregado en comisión y se resiste a devolverlo. También el contrato de comisión
puede originar el delito cuando el agente efectúa sobre el bien un uso diferente al determinado.
Otro título lícito por el cual una persona puede recibir un bien mueble y después apropiarlo lo
constituye la administración, es decir, la situación jurídica que se produce cuando una persona recibe
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bienes muebles para administrarlo en beneficio del propietario del bien o de un tercero. Un caso típico
que puede servir de ejemplo, viene a ser la situación prevista en los artículos 54 y 55 del C.C. referente
a la designación de administrador judicial de los bienes del ausente. El art. 55 prevé las obligaciones
del administrador tales como percibir los frutos, pagar las deudas del ausente y atender los gastos
correspondientes al patrimonio que administra, etc. Aparecerá el delito cuando este administrador se
apropie del total o parte de los bienes muebles que ha recibido en administración.
Finalmente la obligación de entregar debe incumplirse respecto a una tercera persona, es decir,
distinta al sujeto de quien se recibió el bien mueble. En cambio, la obligación de devolver se supone
incumplida respecto a la misma persona que le dio el bien al agente. (Roy Freyre, 1983, p. 112). En
tanto que la obligación de hacer un uso determinado queda incumplida cuando el agente otorga, da
Otro elemento objetivo de la tipicidad del delito de apropiación ilícita lo constituye el provecho indebido
propio o de un tercero que busca obtener el agente con su conducta ilícita. Provecho es una ventaja
de índole económica que busca el agente al desarrollar su conducta de apropiación ilícita de un bien
mueble. Aquí no requiere que efectivamente el agente obtenga el provecho económico, basta con
verificar que el agente tuvo propósito de conseguirlo. Es decir, se configura el delito cuando el agente
con el fin o propósito de obtener un provecho económico indebido se apropia del bien mueble. Es
Es lugar común en la doctrina aceptar que el bien jurídico que se protege es el patrimonio y más
precisamente el derecho de propiedad regulado en el art. 923 del Código Civil, donde se le define
como el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Con la apropiación
ilícita se lesiona este derecho evitando que el propietario pueda usar, disfrutar o disponer de sus
bienes y dinero. En igual sentido Bramont-Arias y García (1997, p. 327) cuando enseñan que el bien
del propietario a su restitución, que, como contrapartida, tiene la existencia de una obligación que
pesa sobre otro sujeto de restituir el bien. Parecida postura Villa Stein (2001, p. 105).
En efecto, el art. 245 vigente del Código Procesal Penal establece que en los delitos contra el
patrimonio deberá acreditarse la preexistencia de la cosa materia del delito. Esto significa que el sujeto
pasivo necesariamente deberá demostrar documento cierto que acredite ser el dueño o propietario
del bien objeto de apropiación. La simple posesión es difícil de probarla tratándose de bienes muebles
Así mismo, para nuestra legislación penal, cuando el objeto material del delito fuera dinero, igual se
afecta directamente el patrimonio del sujeto pasivo, pues se ve mermado con la conducta desarrollada
al crédito como alegan Bramont-Arias-García (1997, p. 328) y Paredes Infanzón (1999, p. 168).
Sujeto Activo
El sujeto activo o agente del delito no puede ser cualquier persona. Es un delito especial, pues se
exige que en el agente concurran dos circunstancias esenciales: primero, que haya recibido el bien
mueble en virtud de un título lícito por el cual se trasmite la posesión y no la propiedad y segundo,
que tenga la obligación de devolver, entregar o hacer un uso determinado del bien recibido.
Así mismo, al tratarse de las agravantes, sujeto activo sólo puede ser aquellas personas que tengan
las calidades que se establecen específicamente en el segundo párrafo del art. 190 del C.P. Nadie
Sujeto Pasivo
Víctima o sujeto pasivo del delito de apropiación ilícita será cualquier persona natural o jurídica con
la única condición de ser la propietaria del bien mueble o dinero entregado por título legítimo al agente,
para después ser devuelto o entregado a una tercera persona o hacer un uso determinado del bien.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Según la redacción del tipo penal, la apropiación ilícita es un delito netamente doloso. No cabe la
comisión culposa.
El agente debe actuar con conocimiento que el bien mueble pertenece a otra persona y hay obligación
de devolver, entregar o hacer un uso determinado y sin embargo, voluntariamente decide apoderarse
quien tiene derecho hacerlo. En la actitud del agente debe prevalecer el animus ren sibi habendi, es
decir, el agente debe querer adueñarse del bien mueble sabiendo perfectamente que pertenece a
otra persona. Adicionalmente, se exige la presencia de otro elemento subjetivo como es la intención
de obtener un provecho patrimonial para sí o un tercero que debe guiar la conducta del agente. Se
conoce también como ánimo de lucro que no es otra cosa que la intención de conseguir cualquier
ventaja, utilidad o beneficio, incluso de finalidad meramente contemplativa o de ulterior liberalidad que
persigue el agente. Si no hay intención de obtener provecho patrimonial, así se evidencia todos los
elementos objetivos del tipo penal 190, el delito de apropiación ilícita no se configura, tal como ocurre
por ejemplo cuando un ciudadano hace prevalecer su derecho a la retención recogido en nuestra
normatividad civil.
Circunstancias Agravantes
En el segundo y tercer párrafo del art. 190 del Código Penal, el legislador ha previsto las
circunstancias por las cuales la conducta de apropiación ilícita se agrava, o mejor, el agente merece
mayor pena.
En efecto, el segundo párrafo recoge las circunstancias agravantes por la calidad del sujeto activo.
Es unánime la doctrina peruana al considerar que la mayor sanción se justifica en razón que el agente,
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al mismo tiempo que con su conducta agravia el patrimonio particular, también defrauda la confianza
depositada por el Estado (Roy Freyre, 1983, p. 115; Bramont-Arias-García, 1997, p. 332; Paredes
Infanzón, 1999, p. 186 y Villa Stein, 2001, p. 108). Por su parte, Peña Cabrera (1993, p. 103) afirma
que aquí, además de lesionarse el bien jurídico tutelado específicamente con la apropiación ilícita
simple, se violan deberes de tanta importancia como el velar por la seguridad de su pupilo y de los
La norma penal en interpretación expresamente indica que la apropiación ilícita se agrava cuando el
agente actúa u obra en calidad de curador, tutor, albacea, sindico, depositario judicial o en el ejercicio
de una profesión o industria para la cual tenga título o autorización oficial. Para saber cuando el agente
de la apropiación ilícita ha actuado en calidad de curador, el operador jurídico deberá recurrir al art.
564 y ss. del Código Civil, allí se indica que están sujetos a curatela los incapaces mayores de edad
El art. 502 del Código Civil estipula que a los menores que no estén bajo la patria potestad se les
nombrará tutor para que cuide de su persona y de sus bienes. Así mismo, para saber cuándo una
persona es albacea, el operador jurídico recurrirá al art. 778 y ss. del Código Civil, donde
expresamente se dispone que albacea o ejecutor testamentario es aquella persona nombrada por
testamento para hacer cumplir las disposiciones de la última voluntad del testador. La calidad de
patrimonial, con la cual corresponde a la junta de acreedores velar por la administración de la empresa
depositante. En ese sentido, se tiene que si la designación del depositario es realizada por la autoridad
se designa depositario judicial o custodio cuando se traba embargo sobre un bien mueble (art. 642
del C.P.C.) o cuando el proceso tiene por finalidad concreta la dilucidación del derecho de propiedad
o posesión de determinado bien, se producirá el secuestro del bien y se entregará a un custodio (art.
643 del C.P.C.). El art. 655 del C.P.C establece las obligaciones de los órganos de auxilio judicial: el
depositario y custodio. Igualmente el art. 657 del C.P.P. que se refiere al embargo en forma de
retención y el art. 661 del mismo texto legal que regula el embargo en forma de intervención en
recaudación, establecen supuestos en los cuales el retenedor o interventor pueden muy bien ser
sujetos activos de apropiación ilícita cuando no devuelvan los bienes entregados en custodia o
recaudación.
Aquí me parece necesario hacer un deslinde respecto de lo previsto en el art. 392 del Código Penal
que regula la figura penal denominada peculado y malversación extensiva. En este numeral se indica
que “están sujetos a lo prescrito en los artículos 387 a 389,… los administradores o depositarios de
dinero o bienes embargados o depositados por orden de autoridad competente, aunque pertenezcan
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a particulares,…”. Es decir, de la lectura de este numeral pareciera que el legislador nacional a
previsto que el depositario judicial también puede ser autor de los delitos de peculado y malversación,
presentándose de ese modo un aparente conflicto de normas penales con lo previsto en el art. 190
del C.P; sin embargo, nosotros aplicando el principio de especialidad por el cual ante un aparente
conflicto de normas penales aplicables a un caso, se aplicará la norma que prevé en forma más
específica y precisa el hecho dejándose de lado las demás (Lex especialis derogat lex generalis),
consideramos que los depositarios judiciales sólo son pasibles de cometer el delito de apropiación
ilícita.
El art. 190 se refiere en forma específica a los depositarios judiciales como agentes del delito, en tanto
que el art. 392 se refiere a depositarios designados por autoridad competente, esto es, la norma es
más general. De ese modo, el art. 392 está reservado para aquellos depositarios no judiciales
designados por autoridad competente facultada para designar depositarios o custodios como por
Por otro lado, resulta indiscutible que si el depositario judicial tiene a la vez la calidad de funcionario
o servidor público y se apropia de los bienes que se le entregó en depósito o custodia, cometerá el
Así mismo, se agrava cuando el autor de la apropiación ilícita obra en el ejercicio de una profesión o
industria para la cual tenga título o autorización oficial. La agravante funciona siempre que el autor
haya recibido el bien en virtud del desempeño de una profesión que tenga un título expedido a nombre
de la nación, por ejemplo, el abogado será pasible de la agravante al apropiarse del dinero entregado
por su patrocinado con el fin de hacer un depósito judicial en el Banco de la Nación. En igual sentido
funciona la agravante cuando el agente obra en el ejercicio de una industria para el cual tiene
autorización oficial. Por ejemplo, cometerá apropiación ilícita con agravante el técnico de artefactos
que se apropia de la refrigeradora que se le dio para refaccionarla. también estaremos ante la
agravante cuando el transportista se apropia de las encomiendas y no las entrega a sus destinatarios,
etc.
Finalmente, el tercer párrafo del artículo 190 del C.P. recoge la agravante por la calidad del bien
mueble objeto del delito. Esto es, la apropiación ilícita se agrava cuando el agente se apropia de
bienes destinados al auxilio de poblaciones que sufren las consecuencias de desastres naturales u
otros similares. Esta agravante también pareciera que entra en conflicto con lo dispuesto en la última
parte del art. 392 del Código Penal donde se estipula que cometerán peculado o malversación “todas
las personas o representantes legales de personas jurídicas que administren o custodien dineros o
bienes destinados a fines asistenciales o a programas de apoyo social”; no obstante, también el
aparente conflicto de normas se resuelve aplicando el principio de especialidad por el cual si el que
se apropia de los bienes destinados a fines asistenciales o de auxilio social por desastres naturales
es el administrador o custodio designado propiamente para tal fin (por ejm. jefe de defensa civil),
cometerá peculado o malversación según sea el caso. En cambio, si el que se apropia ilícitamente de
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aquellos bienes no es administrador ni custodio designado para tal fin, sino por ejemplo, un simple
ayudante o colaborador de defensa civil, cometerá el delito de apropiación ilícita agravada previsto
Grados de Desarrollo
Tentativa.- Resulta imposible que la conducta efectuada por el agente se quede en el grado de
tentativa.
Consumación.- Compartimos en toda su extensión lo sostenido por Roy Freyre (1983, p. 114): es fácil
afirmar en la teoría que el delito se consuma cuando el agente ha logrado realizar la conducta indicada
por el verbo principal “apropiar” utilizado en la descripción típica, o sea, que hay consumación en el
momento que el sujeto se apropia indebidamente de la cosa que poseía lícitamente y de manera
inmediata. La dificultad radica en precisar en la práctica cuándo existe realmente apropiación ilícita,
es decir, cuándo el agente estableció de muto propio sobre la cosa aquellas relaciones equivalentes
a las del propietario que son incompatible con el cumplimiento de las obligaciones de entregar o
devolver el bien.
Por nuestra parte y tomando en cuenta la práctica judicial consideramos que el delito se consuma en
devolver el bien ante el requerimiento expreso e indubitable de la persona que tiene derecho a
efectuarlo. Sólo con la negativa o resistencia al requerimiento expreso podemos tener convicción que
realmente el agente se ha apropiado del bien. Si no hay petición o requerimiento expreso es imposible
Penalidad
De verificarse algunos de los supuestos previstos en el primer párrafo del art. 190, el agente o autor
será merecedor a pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años. En caso de
tratarse de los supuestos previstos en el segundo párrafo, al agente se le impondrá pena privativa de
libertad que oscila entre no menor de tres ni mayor de seis años. Finalmente, si se verifica el supuesto
previsto en el último párrafo del tipo penal en comentario, el autor será sancionado con pena privativa
de libertad no menor de cuatro ni mayor de diez años.
DELITO DE RECEPTACIÓN
Delitos,Derecho Penal
El delito de receptación se produce cuando una persona ayuda a los responsables de un delito a
aprovechar los efectos de dicho acto delictivo precedente con ánimo de lucro.
A pesar de ser menos conocido que el delito más cercano a este, que es el blanqueo de capitales,
El delito de receptación consiste en que una persona ayuda a los responsables de un hecho
1. El que, con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o
el orden socioeconómico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a
los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales
efectos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.
Es un delito de referencia, ya que se requiere la comisión previa de otro. Las penas pueden ir
Para comenzar, es necesario definir el vocablo receptar. Desde el punto de vista jurídico, receptar
otro ilícito, dificultando la recuperación del bien robado y estimulando la comisión de nuevos
delitos.
El delito de receptación se encuentra tipificado en el Código Penal, en su artículo 298.1. La
reforma del año 2015 agregó a los bienes patrimoniales los objetos de valor artístico, y al orden
Estos son agravantes específicos. Otro agravante, que figura en el artículo 298.2, es que la
Para que se configure el delito de receptación, deben estar presentes los siguientes elementos:
1. Existencia previa de un delito que afecte el patrimonio o el orden socioeconómico, por lo cual
como:
o Irregularidades en el proceso de compra o adquisición, falta de documentación o facturas,
propio beneficio. Esto da lugar a las distintas modalidades del delito de receptación.
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En muchas ocasiones, para que se perfeccione el delito de receptación es suficiente con que el
sujeto activo tenga disponibilidad sobre los efectos del delito, no siendo preceptivo que llegue a
lucrarse de ello, bastando, por tanto, un animo de aprovechamiento potencial de los mismos.
distintos agravantes.
• Finalidad de traficar con los bienes robados: agrava la pena en su mitad superior.
• Si se realiza en un local comercial o industrial: agrava con multa de doce a veinticuatro meses.
Según la gravedad, puede incluir inhabilitación especial para el ejercicio de una profesión o
industria por dos a cinco años, y clausura temporal o definitiva del local. Si la clausura fuese
muy relacionados, que tienen como efecto distorsionar el sistema económico: receptación,
SEMEJANZAS
• En ambos casos uno de los requisitos es el conocimiento de la procedencia ilícita de los bienes.
1. La receptación debe ser un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico, mientras que el
3. La ley sanciona distintas finalidades. En el delito de receptación, procura evitar que quien cometió
el delito se beneficie o ayude al autor del delito previo. En el blanqueo de capitales, se trata de
evitar que los bienes objeto del blanqueo se integren al sistema con apariencia legal.
4. Las penas máximas son diferentes. Dos años de prisión por el delito de receptación y seis años
para el blanqueo.
Otro delito muy relacionado con el de receptación y que a veces puede confundirse, es el
de encubrimiento.
anterior.
• La comisión del delito tiene como finalidad ayudar y permitir el beneficio de los autores de este. Si
• En ambos casos el sujeto debe tener conocimiento de la comisión de dicho delito, no sospechas o
presunciones.
diciembre de 2021.
El que procura para sí o para otro un provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo
en error al agraviado mediante engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será reprimido con
TIPICIDAD OBJETIVA:
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Es necesario el dolo.
Grados de Desarrollo
Consumación.- En el perjuicio, que en la mayoría de los casos tendrá lugar cuando se realiza el acto
de disposiciones patrimonial.
Penalidad
El que mediante violencia o amenaza obliga a una persona o a una institución pública o privada a
otorgar al agente o a un tercero una ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier otra
índole, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
suministra información que haya conocido por razón o con ocasión de sus funciones, cargo u oficio o
El que mediante violencia o amenaza, toma locales, obstaculiza vías de comunicación o impide el
ejecución de obras legalmente autorizadas, con el objeto de obtener de las autoridades cualquier
beneficio o ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancionado con
El funcionario público con poder de decisión o el que desempeña cargo de confianza o de dirección
una huelga con el objeto de obtener para sí o para terceros cualquier beneficio o ventaja económica
indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancionado con inhabilitación conforme a los
La pena será no menor de quince ni mayor de veinticinco años si la violencia o amenaza es cometida:
a) A mano armada;
Si el agente con la finalidad de obtener una ventaja económica indebida o de cualquier otra índole,
mantiene en rehén a una persona, la pena será no menor de veinte ni mayor de treinta años.
La pena será privativa de libertad no menor de treinta años, cuando en el supuesto previsto en el
párrafo anterior:
c) Si la víctima resulta con lesiones graves o muere durante o como consecuencia de dicho acto.
TIPICIDAD OBJETIVA:
Sujeto activo: Puede ser cualquier persona
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se requiere el dolo.
Grados de Desarrollo
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Tentativa.- No hay inconvenientes en admitir la tentativa.
Consumación.- Cuando el sujeto pasivo otorga la ventaja económica indebida es decir basta con su
desprendimiento.
En el delito de robo viene constituido exclusivamente sobre bienes muebles, la extorsión puede recaer
Penalidad
La concurrencia de alguna agravante con pena privativa de libertad no menor veinte ni mayor de
treinta años.
El que, haciendo saber a otro que se dispone a publicar, denunciar o revelar un hecho o conducta
cuya divulgación puede perjudicarlo personalmente o a un tercero con quien esté estrechamente
vinculado, trata de determinarlo o lo determina a comprar su silencio, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con ciento ochenta a trescientos
sesenticinco días-multa
TIPICIDAD OBJETIVA:
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se requiere el dolo.
Grados de Desarrollo
Consumación.- Cuando el sujeto activo realiza la intimidación consiste de hacer saber que se dispone
a efectuar la divulgación de un hecho o conducta que pueda perjudicar al sujeto pasivo.
PENA:
Se establece pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y de ciento ochenta a
1. El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los linderos del mismo.
2. El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a otro, total o parcialmente,
de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real.
Sujeto activo: Puede ser el poseedor o propietario del bien mueble, colindante.
Sujeto Pasivo: Será siempre el propietario del bien inmueble y a veces también otros titulares de
derechos reales.
Comportamiento: Consiste en destruir o alterar los linderos de un bien inmueble para apropiarse
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se requiere el dolo.
Grados de Desarrollo
Penalidad
El que daña, destruye o inutiliza un bien, mueble o inmueble, total o parcialmente ajeno, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a sesenta días-multa.
TIPICIDAD OBJETIVA:
Sujeto Pasivo: Es el propietario de bien, pero no el mero poseedor que en todo caso será un
perjudicado.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se requiere necesariamente el dolo.
Grados de Desarrollo
Penalidad
Se reprime con pena privativa de libertad no mayor de dos años y de treinta a sesenta día – multa.
1. Es ejecutado en bienes de valor científico, artístico, histórico o cultural, siempre que por el lugar en
que se encuentren estén librados a la confianza pública o destinada al servicio, a la utilidad o a la
servicio público.
En el caso de que concurra alguna agravante, se establece pena privativa de libertad no menor de
diciembre de 2021.
1. DELITOS DE PELIGRO COMÚN: PELIGRO PARA LAS PERSONAS O BIENES: (Art. 273
C.P.)
El que crea un peligro común para las personas o los bienes mediante incendio, explosión o liberando
cualquier clase de energía, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor
de diez años
TIPICIDAD OBJETIVA.
Sujeto Activo: El autor de la infracción debe crear un peligro para las personas o las cosas.
TIPICIDAD SUBJETIVA
Se requiere el dolo.
Bien Jurídico:
Es la colectividad.
Grados de Desarrollo
peligro existente.
Penalidad
mayor de 0.5 gramos-litro, o bajo el efecto de estupefacientes, conduce, opera o maniobra vehículo
motorizado, instrumento, herramienta, máquina u otro análogo, será reprimido con pena privativa de
Cuando el agente presta servicios de transporte público de pasajeros o de transporte pesado, la pena
privativa de libertad será no menor de uno ni mayor de dos años o cincuenta días-multa como mínimo
TIPICIDAD OBJETIVA.
TIPICIDAD SUBJETIVA
Se requiere el dolo.
Grados de Desarrollo
Consumación.-
instantánea, pues la acción se agota en todos sus efectos en el momento en que se concretan los
elementos o las condiciones de su punibilidad.
el solo dicho del efectivo policial no resulta suficiente a efecto de lograr tal convicción.
5. La declaración del acusado quien reconoce que momentos antes de conducir su vehículo
Con pena privativa de libertad no mayor de un año o treinta días – multa como mínimo y cincuenta
será no menor de uno ni mayor de dos años o cincuenta días – multa como mínimo y cien días –
La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince años cuando en la comisión
del delito previsto en el artículo 273 concurre cualquiera de las siguientes circunstancias:
2. Si el incendio provoca explosión o destruye bienes de valor científico, histórico, artístico, cultural,
religioso, asistencial, militar o de importancia económica.
Sujeto Activo: Posesión del arma para que el hecho por si constituya delito.
Sujeto Pasivo: Puede ser la sociedad que organizada jurídicamente configura el estado.
Es la seguridad pública.
Penalidad
El que causa estragos por medio de inundación, desmoronamiento, derrumbe o por cualquier otro
medio análogo, será reprimido conforme a la pena señalada en los artículos 273 y 275, según el caso
TIPICIDAD OBJETIVA.
Sujeto Activo: Posesión del arma para que el hecho por si constituya delito.
Sujeto Pasivo: Puede ser la sociedad que organizada jurídicamente configura el estado.
Bien Jurídico Protegido
Penalidad
Será reprimido conforme a la pena señalada en los artículos 273 y 275 según el caso.
El que daña o inutiliza diques u obras destinadas a la defensa común contra desastres, perjudicando
su función preventiva, o el que, para impedir o dificultar las tareas de defensa, sustrae, oculta,
destruye o inutiliza materiales, instrumentos u otros medios destinados a la defensa común, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años.
TIPICIDAD OBJETIVA.
Sujeto Activo: Posesión del arma para que el hecho por si constituya delito.
Sujeto Pasivo: Puede ser la sociedad que organizada jurídicamente configura el estado.
Penalidad
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años.
TIPICIDAD OBJETIVA.
Sujeto Activo: Posesión del arma para que el hecho por si constituya delito.
Sujeto Pasivo: Puede ser la sociedad que organizada jurídicamente configura el estado.
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Bien Jurídico Protegido
Penalidad
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años.
El que, ilegítimamente, fabrica, almacena, suministra o tiene en su poder bombas, armas, municiones
su preparación, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince
TIPICIDAD OBJETIVA.
Sujeto Activo: Posesión del arma para que el hecho por si constituya delito.
Sujeto Pasivo: Puede ser la sociedad que organizada jurídicamente configura el estado.
Bien Jurídico Protegido
Penalidad
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince años.
El que, a sabiendas, ejecuta cualquier acto que pone en peligro la seguridad de naves, aeronaves,
seis años.
Si el hecho produce naufragio, varamiento, desastre, muerte o lesiones graves y el agente pudo
prever estos resultados, la pena será no menor de ocho ni mayor de veinte años
TIPICIDAD OBJETIVA.
PENA:
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
Si se produce desastre, muerte, lesiones graves, la pena será no menor de ocho ni mayor de veinte
años.
3. Dificulta la reparación de los desperfectos en las fábricas, obras o instalaciones a que se refieren
TIPICIDAD OBJETIVA.
Grados de Desarrollo
Penalidad
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de diez años.
IX UNIDAD
El que promueve, favorece o facilita el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas, mediante actos de fabricación o tráfico será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de ocho ni mayor de quince años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-
El que posea drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas para su tráfico ilícito será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años y con ciento veinte
El que provee, produce, acopie o comercialice materias primas o insumos para ser destinados a la
El que toma parte en una conspiración de dos o más personas para promover, favorecer o facilitar el
tráfico ilícito de drogas, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Grados de Desarrollo
Consumación.- Cuando se promueve, favorece o facilita el consumo ilegal de drogas mediante actos
Penalidad
Ambos comportamientos se requieren con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de
quince años, con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa e inhabilitación (Art. 36,1,2,4
C.P.)
El que promueve, favorece, financia, facilita o ejecuta actos de siembra o cultivo de plantas de
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de ocho años ni mayor de quince años y con
ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa e inhabilitación conforme al artículo 36, incisos
1, 2 y 4.
El que comercializa o transfiere semillas de las especies a que alude el párrafo anterior será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años y con ciento veinte a ciento
ochenta días-multa.
La pena será privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis años y de noventa a ciento veinte
días-multa cuando:
2. La cantidad de semillas no exceda de la requerida para sembrar el número de plantas que señala
el inciso precedente.
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinticinco ni mayor de treinta y cinco años
el que, mediante amenaza o violencia, obliga a otro a la siembra o cultivo o al procesamiento ilícito
TIPICIDAD OBJETIVA:
Sujeto activo: Puede ser cualquier persona excluyendo al autor y participe en el delito precedente.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
Se requiere el dolo.
Tipos de comportamiento
ganancias, cosas o bienes provenientes de aquellos o del beneficio económico obtenido del tráfico
ilícito de drogas, siempre que el agente hubiese conocido ese origen o lo hubiera sospechado.
2. Comprar, guardar, custodiar, ocultar o recibir dichas ganancias, cosas o bienes o beneficios
PENA:
Con pena privativa de libertad no menor de ocho años ni mayor de quince años y con ciento ochenta
a trescientos sesenta y cinco días – multa e inhabilitación conforme al Art. 36 inciso 1- 2 y 4.
El que importa, exporta, fabrica, produce, prepara, elabora, transforma, almacena, posee, transporta,
adquiere, vende o de cualquier modo transfiere insumos químicos o productos, sin contar con las
autorizaciones o certificaciones respectivas, o contando con ellas hace uso indebido de las mismas,
con el objeto de destinarlos a la producción, extracción o preparación ilícita de drogas, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años y con sesenta a ciento veinte
días multa.
BIEN JURÍDICO PROTEGIDO:
países, empleando cualquier modalidad ofrecida por el sistema bancario o financiero, o repartiéndolo
para su ingreso al circuito económico del país, de tal forma que se oculte su origen, propiedad en
Penalidad
Con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años y con sesenta a ciento veinte
días multa.
C. Autoría inmediata
E. Por la finalidad
Penalidad
Pena privativa de libertad no menor de quince ni mayor de veinticinco años, de ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco días – multa e inhabilitación conforme al Art. 36. inciso 1,2,4,5 y 8.
No es punible la posesión de droga para el propio e inmediato consumo, en cantidad que no exceda
de cinco gramos de pasta básica de cocaína, dos gramos de clorhidrato de cocaína, ocho gramos de
marihuana o dos gramos de sus derivados, un gramo de látex de opio o doscientos miligramos de sus
de drogas.
Consideraciones Generales
Se distingue entre la posesión de droga para el consumo y la posesión para el tráfico. Por tanto, puede
El tipo penal establece que la posesión de droga en dosis personal para su propio e inmediato
La posesión se entiende como tenencia de droga. Ésta posesión tiene que ser de dosis personal.
Penalidad
El médico, farmacéutico, químico, odontólogo u otro profesional sanitario que indebidamente receta,
psicotrópica, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años e
TIPICIDAD OBJETIVA:
Sujeto activo: Puede ser cualquier persona cuya profesión este dentro de las ramas sanitarias.
TIPICIDAD SUBJETIVA:
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Se requiere el dolo.
Grados De Desarrollo
Penalidad
Se establece pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años e inhabilitación (Art.
36, 1, 2 y 4 C.P).
El extranjero que haya cumplido la condena impuesta será expulsado del país, quedando prohibido
su reingreso
Contiene la pena de expulsión para el extranjero, la cual consiste en la separación del reo del territorio
de la república.
Se trata de una pena restrictiva de la libertad y se aplica después de ampliada la pena privativa de
PENA:
El extranjero que haya cumplido la condena expuesta será expulsado del país, quedando prohibido
su reingreso.
E X A M E N FINAL