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Formacion de Brigadistas de Emergencias

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FORMACIÓN DE BRIGADISTAS

DE EMERGENCIAS

CAPITULO I
PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS
Básicamente el objetivo de la prevención es evitar la gestación de incendios, pero podemos
ampliar esta definición como la serie de medidas que se toman para eliminar el mayor número de
riesgos de fuego, el estudio de sus posibilidades y de sus causas, los medios de propagación y
los factores necesarios para que estos se desarrollen. Su fnalidad al igual que otras materias de la
prevención es resguardar la integridad de las personas y de los bienes.

La prevención tiene una técnica que se ocupa de todos los problemas vinculados con el
fuego: la protección contra incendios, que la podemos dividir en cuatro grandes ramas, cada una
de ellas persigue objetivos y estudian problemas que se complementan entre sí.

Según la N.F.P.A. de los Estados Unidos se espera cada año que ocurran 12.000 muertes
por incendios y 1.000.000 de edificios incendiados en todo el territorio Estadounidense.

Desde el punto de vista de las pérdidas materiales, considerando las directas únicamente,
representan un billón de dólares. Las pérdidas indirectas son prácticamente imposibles de evaluar.
Las distintas entidades especializadas en esta área coinciden en que una toma de conciencia y la
adopción de medidas de prevención, entre ellas los sistemas de alarmas y detección, probablemente
reducirían las muertes en un 50 % y consecuentemente las pérdidas materiales.

PROTECCIÓN PASIVA O ESTRUCTURAL

Corresponde a la protección pasiva o estructural prever la adopción de las medidas


necesarias para que, en caso de producirse un incendio, quede asegurada la evacuación de las
personas, limitando el desarrollo del fuego impidiendo los efectos de los gases tóxicos y garantizada
la integridad estructural del edificio. La protección estructural debe ser tomada en consideración en
el proyecto del edificio, o en el caso de construcciones ya realizadas, aplicar normas que permitan
corregir las deficiencias originales.

PROTECCIÓN PREVENTIVA

Es la técnica de protección contra incendio que tiene como función principal la gestación
de incendios, se ocupa del estudio y confección de normas y reglamentos sobre situaciones e
instalaciones que potencialmente pueden provocar incendios y de su divulgación a la industria y a
la sociedad.
Se ocupa de las instalaciones eléctricas, de calefacción, gas, hornos, chimeneas, transporte,
almacenamiento y uso de sustancias inflamables, estudio de materiales atacables por el fuego y
toda otra cuestión vinculada con causas de origen de incendios

1
PROTECCIÓN ACTIVA O EXTINCIÓN

La protección activa, destinada a facilitar las tareas de extinción presenta dos aspectos:
Público y Privado. El público contempla todo lo relacionado con las labores operativas de los cuerpos
de bomberos y sus materiales; el segundo, estudia la disponibilidad de elementos e instalaciones
para atacar inicialmente al fuego y lograr su extinción. Dentro de este segundo aspecto se incluye
también la organización y entrenamiento de bomberos privados y de cuerpos de bomberos internos
en las fábricas.

PROTECCIÓN HUMANA O EVACUACIÓN

Sus funciones son: capacitar, adiestrar a las personas para que sepan actuar correctamente
en caso de incendio, y señalizar las vías de escape de los edificios para poder realizar en orden el
rol de evacuación.

CAPACITAR: al personal de la planta, haciéndoles saber qué es el fuego, cuáles son los
peligros del mismo, las posibilidades de fuego en sus áreas de trabajo, los pasos a seguir en caso
de incendio para una rápida evacuación y asistencia de primeros auxilios, etc.

SEÑALIZAR: mostrando las rutas de escape, indicando las salidas, puertas y peligros,
colocando sistemas de iluminación de emergencia.

ADIESTRAMIENTO: organizando simulacros y zafarranchos, formando brigadas contra


incendios, estableciendo líneas de mando y todo lo referente a comunicaciones (internas y externas).

2
CAPITULO II
QUÍMICA DEL FUEGO
¿QUE ES EL FUEGO?

Podemos definir al fuego como un proceso de combustión caracterizado por una reacción
química de oxidación (desde el punto de vista del combustible) de suficiente intensidad para emitir
luz y calor y en muchos casos, llama. Esta reacción se produce a temperatura elevada y evolución
de suficiente calor como para mantener la mínima temperatura necesaria para que la combustión
continúe. Los valores que alcanza la temperatura de combustión dependen en gran parte de la
naturaleza de los combustibles utilizados, pudiendo variar desde los 1.039°C para algunos alcoholes
hasta más de 1.700°C para algunos metales que entran en combustión, como ser el Magnesio,
Aluminio, etc.

FACTORES QUE INTERVIENEN


Los factores intervinientes son cuatro: Combustible (O2), Comburente, Calor y Reacción
Química.

• Combustible: (agente reductor), es un material que puede ser oxidado, por lo tanto en la
terminología química es un agente reductor. Como combustibles podemos nombrar el carbón,
celulosa, madera, ceras, caucho, nafta, gas oil, metano, hidrógeno, propano, uranio, titanio,
zinc, etc. Los combustibles pueden estar en cualquier estado de agregación (sólido, líquido,
gaseoso), pero debemos aclarar que lo que arde con llama son los gases de combustión por
estos despedidos. Las sustancias normalmente en estado sólido mantienen una combustión
de masa, elevándose la temperatura de la misma en toda la superficie a medida que el fuego
se extiende hacia el núcleo. En los combustibles líquidos, el intenso calor radiante genera
vapores en cantidades crecientes lo que alimenta el fuego (flama), los gases arden en toda
su masa produciendo gran parte de ellos, serios riesgos de explosión.
• Comburente: (agente oxidante), es un agente que puede oxidar a un combustible y al hacerlo
se reduce a sí mismo. Desde el punto de vista del incendio el oxígeno del aire es el comburente
principal, pues en casi exclusivamente todos los siniestros, el aire es el agente que alimenta
el fuego.
• Temperatura de ignición: esta propiedad es la mínima temperatura a que una sustancia (sólida
o líquida) debe ser calentada para iniciar una combustión que se sostenga por sí misma
independiente de las fuentes externas de calor.
• Reacción en cadena o química: la eliminación de este cuarto factor significa intervenir un
proceso químico y por consiguiente habrá una extinción química, aunque además pueda estar
presente una extinción física. Esta reacción está compuesta por una variedad de fragmentos
moleculares como los radicales libres, hidrógeno libre, carbón libre, conocidos como especies
activas.

TRIANGULO DEL FUEGO


Así como existen diferentes modelos para explicar
fenómenos físicos, existe un modelo geométrico: «el triángulo del
fuego», propuesto fundamentalmente para explicar los mecanismos
de acción sobre el fuego de los distintos elementos extintores.
Entonces el fuego se representa con un triángulo en que cada lado
figura un Factor. COMBUSTIBLE, COMBURENTE (O2) y ENERGÍA
DE ACTIVACIÓN (CALOR).

El fuego se extingue si se destruye el triángulo, eliminándo


o acortando alguno de sus lados. El calor puede ser eliminado por

3
enfriamiento, el oxígeno por exclusión del aire y el combustible por su remoción o bien evitando su
evaporación.

TETRAEDRO DEL FUEGO

Las investigaciones realizadas durante los últimos 25-30 años


han descubierto que detrás del frente de llama existe una serie de
especies activas (ver reacción química) que son las responsables
de las reacciones químicas que se producen en dicho frente. Por
consiguiente la nueva representación es agregar al triángulo una
cuarta cara que será la reacción química o en cadena, formándose
el tetraedro.

CLASIFICACIÓN DE LOS FUEGOS

La clasificación de fuegos utilizada en nuestro país es la llamada CLASIFICACIÓN


UNIVERSAL, la cual está compuesta por cuatro clases de fuego diferentes:

CLASE «A»: fuegos que se desarrollan sobre combustibles SÓLIDOS. Ejemplos: maderas tela, papel,
plásticos termoendurecibles, etc. Se trata de materiales carbonizables cuya combustión provoca un
gran porcentaje de cenizas y elevadas temperaturas. Para su extinción son requeridos los efectos
refrigerantes, humectantes y penetrantes del agua.
CLASE «B»: fuegos sobre líquidos inflamables, combustibles líquidos y gases combustibles. Ej.:
grasas, pinturas, ceras, asfalto, aceites, plásticos termofusibles, butano, etileno, cloruro de metilo.
La sustancia inflamada consiste en los gases o vapores desprendidos por calentamiento de la
película superficial. Pueden apagarse con espuma, agua (niebla o vapor) polvo y CO2 (en ambientes
cerrados únicamente)
CLASE «C»: fuegos materiales, instalaciones o equipos sometidos a la acción de la corriente
eléctrica. Por ej.: motores, cables, tableros, interruptores, etc. En estos casos no se debe usar agua
ni otros elementos que sean buenos conductores de electricidad. Son ideales los extinguidores a
base de CO2 o polvo.
CLASE «D»: fuego sobre metales combustibles. Ej.: magnesio, titanio, potasio, sodio, circonio, uranio,
etc. Para su extinción debe recurrirse a la arena seca, grafito, ceniza y polvos especiales únicamente,
ya que por otros medios estos metales pueden reaccionar violentamente y no son sofocados.
CLASE «K»: Son aquellos que ocurren en las grandes cocinas/freidoras de última tecnología como
la que habitualmente utilizan restaurantes, hoteles, negocios, fast-food y similares con presencia
habitual de cantidades ponderables de aceites, vegetales, gases animales, manteca, margarina,
entre otros productos combustibles.

COMO SE APAGA UN FUEGO


ACCIÓN DE DILUCIÓN

Consiste en la eliminación del combustible. No se consigue con ninguno de los agentes


extintores conocidos hasta el momento. Un ejemplo aproximado sería el bombeo del líquido inflamable
fuera del depósito incendiado.

ACCIÓN DE SOFOCACIÓN

Consiste en la eliminación del aire u oxígeno. Ejemplos típicos: vapor de agua, CO2, gas
inerte, espuma, etc.

4
ACCIÓN DE ENFRIAMIENTO

Consiste en la eliminación de la energía de activación, sea cual fuere su origen, la forma


más directa de eliminarla es en forma de calor. Sólo un 10 % del calor producido permanece en
el foco, el resto se va como humos y gases. Lo que debemos eliminar es ese 10 % y se consigue
con un agente que reaccione endotérmicamente (evaporación, sublimación, descomposición, etc.).
Ejemplos típicos: evaporación del agua, evaporación del CO2 líquido y sublimación del sólido.

ACCIÓN ANTICALITICA (SOBRE LA REACCIÓN EN CADENA):

Consiste en la eliminación de los radicales libres. Esto se logra entre otras cosas con
un muro cortafuegos (muro finamente dividido que se proyecta en el foco), polvo seco o agentes
halogenados. Esta extinción actúa inhibiendo la reacción química en cadena.

AGENTES EXTINTORES
AGENTES EXTINTORES QUÍMICOS

Los agentes extintores químicos son aquellos denominados supresores de la combustión


y actúan directamente en las REACCIONES EN CADENA; a continuación se detallan los distintos
agentes extintores de acción química:

• Polvo Químico Seco (Tipo BC y Tipo ABC).


• Compuestos Halogenados (1211 – 1301).
• Polvos Especiales para Fuegos Clase «D»

AGENTES EXTINTORES FÍSICOS

Podemos decir que los agentes extintores físicos son los que actúan sobre las otras 3
caras del triángulo que son: oxígeno, temperatura y combustible. En el siguiente cuadro ilustramos
los diferentes agentes extintores físicos:

• Agua (Chorro pleno – Niebla- Niebla alta velocidad – Agua mujada).


• Anhídrido Carbónico (CO2).
• Espuma (Baja, media o alta expansión – FP, AFFF, FFFP, ATC).
• Mezclas inertizantes (Inergen – Argonite)

DESCRIPCIÓN DE DISTINTOS AGENTES EXTINTORES – CARACTERÍSTICAS:

AGUA: Los equipos extintores a base de agua ejercen su poder de extinción por el efecto de
ENFRIAMIENTO. Son adecuados para fuegos de clase A sólidos. No deben ser utilizados para
fuegos de clase B líquidos combustibles y gases inflamables y fuegos de clase C equipos eléctricos
bajo tensión, por ser el agua conductora de la corriente eléctrica. No son aptos para fuegos de clase
D metales. Por lo tanto, el AGUA debe ser utilizada para fuegos clase A, tales como madera, papel,
telas, gomas y otros.

ESPUMA: Ejercen su poder de extinción por el


efecto de sofocación que se produce al formarse una
capa ignífuga sobre el combustible y además, por
el efecto de enfriamiento, dado que la espuma es
esencialmente a base de agua más el agregado de
emulsor. Son adecuados para fuegos de clase «A»
y «B». No deben ser utilizados para fuegos de clase

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D metales y sobre elementos energizados – fuegos clase «C».

ANHÍDRIDO CARBÓNICO - CO2: Los equipos que utilizan anhídrido carbónico CO2, ejercen su
poder de extinción por el efecto de sofocación, pero también se debe destacar que tiene acción de
enfriamiento, si bien es menor. Este agente no posee efectividad para fuegos de clase «A», debido
a que no logra extinguir los fuegos de arraigo que se producen sobre sólidos.
POLVO QUÍMICO ABC: Extinguen fundamentalmente por acción química sobre la reacción en
cadena y por sofocación al actuar sobre combustibles sólidos, poseen también un poder enfriante,
por acción del compuesto amoniacal que posee, si bien es prácticamente despreciable. Sirven para
fuegos clase A, B y C, teniendo un muy buen poder de extinción y rápido control de las lamas. Su
mayor inconveniente radica en el poder de corrosión que presentan, por lo cual, se trata de evitar su
uso en instalaciones eléctricas o electrónicas de alto valor, que pudieran ser afectadas por el efecto
de corrosión que presenta al ser aplicado. No es efectivo para fuegos sobre metales.

HALOTRÓN I: Este producto es un agente de extinción limpio, sustituto del halon 1211 que se utilizaba
anteriormente provocando destrucción de la capa de ozono. Este nuevo compuesto no provoca
daño al medio ambiente. Actúa esencialmente sobre los radicales libres de la llama, teniendo un
muy buen poder de extinción para fuegos de clase A, B y C. Se utiliza por lo general para protección
de instalaciones de alto valor.

POLVOS ESPECIALES: Los extintores que utilizan polvos especiales, ejercen su poder de extinción
en formas muy diversas, dependiendo de la composición química propia de cada polvo especial. Son
utilizados para fuegos sobre metales, clase «D» exclusivamente. Existen en el mercado distintas
formulaciones, aptas para diferente tipo de metales.

MATAFUEGO A BASE DE AGUA DESTILADA: El extintor de ROCÍO DE AGUA o WATER MIST


ha sido pensado para ser aplicado sobre fuegos clase «A», aún sin riesgos en presencia de fuegos
Clase «C». El agua destilada no es conductora de la electricidad y produce la extinción por efecto
de enfriamiento al igual que cualquier extintor común a base de agua. Si bien hoy día se a extendido
su aplicación a diferentes usos, ha sido diseñado en principio para uso en ámbitos sanitarios (salas
de terapia intensiva, quirófanos, etc.).

EXTINTORES PARA COCINA – CLASE «K»: Los extintores de Químicos Húmedos son los mejores
extintores portátiles para aparatos en cocinas de restaurantes y aprobados por la nueva Clase K en
listado por la UL específicamente para accidentes de cocinas en restaurantes.

Según lo determina en Capítulo 18 «De la Protección Contra Incendios» del Dec. Reg.
351/79 de la ley 19.587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo:

Art. 176.- La cantidad de matafuegos necesarios en los lugares de trabajo, se determinarán según
las características y áreas de los mismos, importancia del riesgo, carga de fuego, clases de fuegos
involucrados y distancia a recorrer para alcanzarlos.
Los matafuegos se clasificarán e identificarán asignándole una notación consistente en
un número seguido de una letra, los que deberán estar inscriptos en el elemento con caracteres
indelebles. El número indicará la capacidad relativa de extinción para la clase de fuego identificada por
la letra. Este potencial extintor será certificado por ensayos normalizados por instituciones oficiales.
En todos los casos deberá instalarse como mínimo un matafuego cada 200 metros
cuadrados de superficie a ser protegida. La máxima distancia a recorrer hasta el matafuego será
de 20 metros para fuegos de clase A y 15 metros para fuegos de clase B.
El potencial mínimo de los matafuegos para fuegos de clase A, responderá a lo especificado
en el Anexo VII e idéntico criterio se seguirá para fuegos de clase B, exceptuando los que presenten
una superficie mayor de 1 metro cuadrado.

6
Art. 184.- El empleador que ejecute por sí el control periódico de recargas y reparación de equipos
contra incendios, deberá llevar un registro de inspecciones y las tarjetas individuales por equipos
que permitan verificar el correcto mantenimiento y condiciones de los mismos.

ESTRATEGIA EN EL COMBATE CONTRA INCENDIOS


ATAQUE A FUEGOS ELÉCTRICOS

La característica especial de este tipo de fuego la da el contener energía eléctrica por una
fuente externa; si se anula esta fuente se transforma en fuego clase «A» automáticamente, por lo que
se quema es la cobertura de los cables y demás aislantes. Se lo ataca generalmente con Anhídrido
Carbónico (CO2) dado que es un gas inestable y se evapora sin dejar residuos, por lo contrario los
polvos, por ejemplo dejan partículas duras que pueden dañar los componentes de precisión o el
agua que deja humedad en todo el circuito, haciendo que su recuperación sea muy costosa.

ATAQUE A FUEGOS DE CLASE «D»

Las características de estos fuegos son las siguientes: Temperaturas muy altas de
combustión, Explosiones de vapor, Productos tóxicos de la combustión, Reacción explosiva con
algunos agentes extintores, Descomposición de algunos agentes extintores (liberando combustibles
y/o gases tóxicos), Radiación peligrosa en materiales radioactivos.
El ataque de estos fuegos queda muy ligado al producto metalífero que entra en combustión, ya que
hay que saber primero con que se puede sofocar, como y si es tóxico por efecto de la temperatura
o por sí sólo; todo esto hace que se deba saber que medidas se deban tomar con antelación para
prevenir el incendio o sea conocer el producto y las características ya mencionadas. En algunos
casos se deberá utilizar los elementos de protección personal.

ATAQUE A FUEGOS DE SUPERFICIE DE CLASE A

Los fuegos de superficie clase «A» son de fácil extinción, ya que el fuego no ha penetrado
en el material y no ha hecho brasas. Para extinguirlos se necesitan los efectos del enfriamiento
o absorción del calor que produce el agua, las soluciones acuosas o los efectos protectores por
cubrimiento de ciertos polvos que retardan la combustión. El agua es el más efectivo y de poco
valor comercial.

Se considera al fuego de superficie al principio de un incendio; el agua se puede utilizar


en todas sus facetas para este tipo de fuego (desde niebla a chorro directo).

ATAQUE A FUEGOS DE DERRAME DE COMBUSTIBLE

Las formas de ataque dependen de la situación geográfica o lugar donde se produce. Ej.
un tanque, derrame de batea, superficie expuesta, etc. Estos tipos de fuego se atacará con espumas
químicas o mecánica, también con polvos químicos (excepto los especiales) y con anhídrido carbónico.
Ataque a un fuego vertical

Las secuencias a seguir para el ataque de un fuego vertical son las siguientes:

1. Apuntar el elemento extintor hacia la base del fuego.


2. Atacar hacia arriba en forma de zig-zag.
3. Cubrir la totalidad del combustible para evitar el re-encendido.

ATAQUE A UN FUEGO HORIZONTAL DE TANQUE ELEVADO

Se circunscribe el fuego del líquido que se está derramando mediante el uso de arena,

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luego se procede a atacar el fuego con una acción de barrido sobre el piso y por último, extinguir el
lugar donde se produce la pérdida.

Esta metodología tiene su explicación debido a que si atacamos primeramente el lugar


de pérdida de combustible, las llamas que se desarrollan sobre el piso provocarán la re-ignición del
líquido que continuará cayendo por la falla del tanque. En todos los casos es recomendable refrigerar
la superficie de los tanques para evitar la posibilidad de explosión.

ATAQUE A UN FUEGO DE GAS DE UN CAÑO A PRESIÓN ROTO

Se deben realizar dos operaciones diferentes y simultáneas:

1. El cierre de la válvula que permite el paso del gas. En caso de que la misma se encuentre a
elevada temperatura, utilizar guantes protectores o refrigerar con agua.
2. El ataque al fuego mediante el uso de un extintor adecuado. Es de suma importancia que
éste se aplique en forma paralela con igual dirección y sentido al de la llama; debido a que la
turbulencia que se produce en el aire por efecto de la combustión, «arrastrará» al elemento
extintor posibilitando que el fuego se apague.

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CAPITULO III
EL INCENDIO COMO FENÓMENO TÉRMICO
La investigación científica sobre el desarrollo y la propagación y los métodos adecuados
para su prevención y dominio se basan fundamentalmente de la experiencia que surge de la
intervención en casos reales y en la experimentación de laboratorio. «NO HAY DOS INCENDIOS
IGUALES». Esta expresión, común en el léxico de los Bomberos, revela precisamente la multiplicidad
de formas y matices propias del fenómeno Ígneo, originadas en el gran número de variables que lo
caracterizan.

a) Naturaleza del combustible: b) Naturaleza del local: c) Condiciones ambientales:

Estado físico, Materiales constitutivos, Presión,


Grado de humedad, Capacidad térmica, Temperatura,
Poder calorífico, Dimensiones del local, Humedad relativa,
Temperatura de combustión, Dimensiones y disposición Viento (intensidad y
dirección),de aberturas,
Cantidad de material, Efectos de tiraje, etc.
Disposición del material, Dificultad para el acceso
Estado de subdivisión (en los sólidos), de los servicios de extinción.
etc.

Estas variables además, pueden influenciarse entre sí. A título de ejemplos:

• El aumento del contenido de humedad, provoca un descenso del poder calorífico de la


sustancia en cuestión.
• La apertura de puertas o ventanas en un momento dado, puede activar el efecto de tiraje
colaborando al desarrollo del fuego, etc.

Para suplir el inconveniente derivado de la multiplicidad de variables, se ha generalizado


la referencia del fenómeno térmico constituido por el incendio a tres parámetros:

1) Temperatura alcanzada
2) Cantidad de calor desarrollado
3) Duración.

De estas magnitudes se derivan otras de importancia:

1) Velocidad del incremento de temperatura


2) Velocidad de propagación.

Partiendo de la observación en numerosos casos reales y pruebas de laboratorio, en


distintos países se han compilado datos sobre las temperaturas alcanzadas en los incendios en
función del tiempo por relevamientos efectuados durante el desarrollo del incendio, por estudio de
los materiales fundidos hallados en el lugar o por estudios de laboratorio.

La representación gráfica de estos procesos adquiere las características que presentamos


en la CURVA DE INCENDIO que muestra la figura 1, en la cual se observa que el incendio presenta,
en general, tres fases expresadas en términos de tiempo, a saber:

A. FASE I: que se corresponde con el PERIODO PRELIMINAR, caracterizado por un régimen


confuso y complejo, durante el cual las temperaturas crecen lentamente en función del tiempo
debido a que el calor producido se aplica a elevar la temperatura del combustible, la del aire
circundante y las zonas del local Vecinas al foco de fuego. En este período las temperaturas
difieren sensiblemente de un punto a otro del local en fuego y la variación del valor medio de

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las mismas está relacionada con un gran número de parámetros.
B. FASE II: que se corresponde con el PERIODO DE PROPAGACIÓN (1-2) donde la temperatura
aumenta rápidamente al ser mayor la cantidad de combustible en actividad, al aumentar la
velocidad de combustión, etc. La duración de esta fase está vinculada con la cantidad de
materia combustible presente y la alimentación de aire en cantidad suficiente para asegurar
la combustión (forma cóncava de la curva con respecto al eje horizontal). El punto 2, en la
culminación del período, se corresponde con el equilibrio entre el calor desarrollado y el
que se disipa; esta temperatura máxima del evento se produce en un tiempo que es el que
precisamente denominamos DURACIÓN del incendio. Este tiempo se conoce también como
aquél en que se logra el DOMINADO.
C. FASE III: correspondiente al PERIODO DE DECRECIMIENTO, en la cual la temperatura
desciende rápidamente con el tiempo (curva de forma convexa con respecto al eje horizontal).
La finalización de esta fase se logra con el EXTINGUIDO.
1000
Temperatura ºC

2
800

600

400

figura 1
200
FASE DEL INCENDIO
1. PERÍODO DE PRELIMINAR
1 3
2. PERÍODO DE PROPAGACIÓN
0
10 20 30 40 50 60
3. PERÍODO DE DECRECIMIENTO
Tiempo en minutos

Por supuesto que cada incendio tendrá su propia


representación gráfica, variando la duración de las fases y la
temperatura alcanzada.

Del análisis de familias de curvas de incendios


individuales, puede llegar a establecerse una curva Standard,
o curva característica “tiempo – temperatura”.

Se observa que la curva Standard presenta rápidos


figura 2
e importantes aumentos de temperatura en los primeros
minutos, para ir asumiendo luego pendientes cada vez menores. En caso de perdurar un incendio
por varias horas difícilmente se alcanzaran temperaturas que superen los 1.200 ºC.

En lugares cerrados el comportamiento del fuego es más complejo que el de los fuegos en
lugares abiertos. En el número anterior del Boletín Informativo, explicamos las diferentes variables que
intervienen en el proceso de incendio de estas características y la curva tiempo temperatura que ellos
describen con sus diferentes fases. Científicos de todo el mundo han intentado dar una explicación
cierta de lo que ocurre en incendios de compartimientos (entendiendo como tales a una habitación
o recinto cerrado). La NFPA (National Fire Protection Asociation) de los E.E.U.U. ha clasificado las
diferentes etapas que se suceden en un incendio y las características de cada una de ellas. Estas
se corresponden con la curva propia del incendio y se detallan a continuación: La importancia de
estas curvas reside en su utilización como programa térmico en los ensayos de incendio, que para
la determinación de la resistencia al fuego de los materiales se realizan en hornos normalizados en
base a la curva Standard de incendio.

Fase I - CRECIMIENTO
El oxígeno no se ha Reducido todavía, los productos de la
combustión son: agua (H 2 0), bióxido de carbono (CO2), monóxido de
carbono (CO2), quizá pequeñas cantidades de bióxido de azufre (SO 2),

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y otros gases. La temperatura de la llama puede ser superior a 538ºC. La del edificio sólo subirá
ligeramente.

Fase II - DESARROLLO COMPLETO

Los gases calientes forman un hongo y caen por los laterales. La


temperatura alcanzada es superior a 700ºC, el fuego va consumiendo el
oxígeno, por lo que entra en un estado de arder sin llama; en este proceso,
sólo se necesita un aporte de oxígeno para arder de forma violenta, incluso
con explosión.

Fase III - DISMINUCIÓN O ARDER SIN LLAMA

Es la fase final. Si el confinamiento es total, de cierre hermético,


cesa la llama. El fuego continuará ardiendo sin llama y llenando de humo
la habitación a una temperatura aproximada de 538ºC, con vaporización
de los elementos ligeros del combustible, hidrógeno y metano. Con presión
suficiente para hacerlos salir por las grietas del edificio.

FLASHOVER
Estudios llevados a cabo en la última década por suecos y británicos, han demostrado
que en fuegos de compartimientos, la acumulación o estratificación de gases en la parte alta de
este, dan lugar a un efecto por el cual toda la habitación se ve súbitamente envuelta en llamas.
Este efecto es conocido como FLASHOVER, y se lo considera como la etapa de transición entre el
CRECIMIENTO y el DESARROLLO COMPLETO del incendio. La capa de gas caliente que se crea
en el techo durante la fase de crecimiento causa un calor radiante en los materiales de combustible
situados lejos del origen del incendio. Por regla general, la energía radiante (el flujo de calor) de la
capa de gas caliente sobrepasa los 20 kw/m2 cuando se produce el flashover. Este calor radiante
produce la pirolisis (transformación de un compuesto en una materia distinta por efecto del calor)
en los materiales combustibles del compartimiento.

El Flashover es la temperatura de un compartimiento resultante de la ignición simultánea


de todo el contenido combustible en el espacio. La temperatura alcanzada es de aproximadamente
483°C a 649°C. Este rango esta en correlación con la temperatura de ignición del monóxido de
carbono (CO) 600°C, uno de los gases más habituales que se desprenden de la pirolisis. La liberación
de calor de una habitación con un flashover completamente desarrollado puede ser del orden de
10.000 kW o más.
Material KW
Silla Tapizada (algodón) 370
Colchón (algodón y yute) 40
flashover

Sofá (espuma de poliuretano) 3.200


Árbol de navidad 500
Temperatura

FLASHOVER 10.000 a 20.000 Kw. máximo desarrolla

decaimiento
fase inicial
FLASHOVER 10.000 a 20.000 Kw. (fuente NFPA
oxígeno
921 guía de investigación sobre incendios y
Tiempo
explosiones)

11
Es probable que las personas que no hayan podido escapar del compartimiento antes que
se produjera el flashover no sobrevivan. Los bomberos que se encuentran en un compartimiento
cuando se produce el flashover corren un riesgo extremo, incluso si llevan puesto el equipo de
protección personal.

Durante el desarrollo del incendio pueden ocurrir diferentes procesos como los que se
explican a continuación.

Es muy importante para el personal de bomberos que trabaja en el lugar poder reconocerlos,
ya que ello brindará mayor seguridad durante las operaciones de extinción.

FLAMEOVER O ROLLOVER (Flamazo o Rollido)

Estos términos ingleses describen las llamas


que se mueven a través o a lo largo de los gases no
quemados durante la progresión de un incendio. Se
distingue del flashover, porque sólo implica a los gases
del fuego y no a las superficies de los combustibles
sólidos. Se puede observar cuando los gases sin quemar salen de una habitación durante las fases
de crecimiento y desarrollo completo. A medida que estos gases calientes pasan del compartimiento
que arde al espacio adyacente, se mezclan con el oxígeno, cuya concentración es más abundante
allí. Si se encuentran en la temperatura de ignición, las llamas a menudo se hacen visibles en la
capa. La existencia de Flameover en un incendio de compartimiento, puede anunciar el momento
previo a la ocurrencia de un Flashover.

EXPLOSIÓN DE HUMO

A medida que el incendio crece en un compartimiento, grandes volúmenes de calor


y gases del fuego sin quemar pueden acumularse en los espacios no ventilados. Estos gases
pueden encontrarse a temperatura de ignición o superior, pero carecen del suficiente oxígeno para
encenderse. Cualquier acción durante las operaciones de extinción, que permita que el aire se
mezcle con estos gases calientes puede provocar una ignición explosiva o explosión de humo (en
inglés, backdraft).

Muchos bomberos han resultado muertos o heridos a causa de una explosión de humo.

Las siguientes características pueden indicar una condición para que ocurra una explosión
de humo:

• Humo bajo presión saliendo de aberturas pequeñas.


• Humo negro convirtiéndose de un color grisáceo a
amarillento y denso.
• Aislamiento del incendio y calor excesivo.

• Llamas pequeñas o invisibles, Humo que sale del edificio en bocanadas o en intervalos (similar
a la respiración).
• Ventanas manchadas por el humo.

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CAPAS TÉRMICAS DE LOS GASES Y VENTILACIÓN

Los gases de un incendio tienden a formar capas según la temperatura conocidas como
estratificación del calor y el equilibrio térmico. Los gases más calientes suelen estar en la capa
superior. Abriendo un agujero en los niveles superiores, permitiendo la salida de los gases calientes
acumulados, puede lograrse que los niveles inferiores sean más seguros para los bomberos.

La probabilidad de que ocurra una explosión de humo se puede reducir con una ventilación
vertical apropiada.

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CAPITULO IV
EL AGUA COMO AGENTE EXTINTOR
Es la sustancia extintora por excelencia, fundamentalmente por su elevada capacidad
enfriante.

En condiciones ambientales normales es un líquido estable y pesado que se solidifica a


0° C, y entra en ebullición a 100° C. Estos cambios de estado se producen por una modificación
en su contenido de energía térmica; o sea que al congelarse el agua pierde calor, mientras que al
evaporarse la absorbe.

En el proceso de ebullición se desprende «vapor de agua», que es completamente invisible


mientras no se condense.

La condensación se produce a consecuencia de la pérdida de calor, dando lugar a que el


vapor se convierta en una «niebla» o «bruma» visible, que erróneamente se identifica como vapor
cuando en realidad es «vapor en condensación».

Sólo una porción muy pequeña de la capacidad de absorción de calor del agua es empleada
en la elevación de su temperatura hasta la ebullición. La máxima acción enfriante de un volumen
dado de agua se obtiene cuando el mismo ha sido totalmente convertido en vapor, siendo éste seis
veces mayor que el necesario para calentarla. La capacidad de absorción de calor por el agua es,
prácticamente, la más grande que cualquier otra sustancia existente en la naturaleza.

1 kg. de agua líquida a 20º C + 80 Kcal = Agua Líquida a 100º C.


1 Kg. de agua líquida a 100º C + 540 Kcal = Vapor de agua a 100º C.
Total Suministrado 620 Kcal = Traspaso de líquido a
vapor.

“El agua tiene elevada capacidad calórica, porque absorbe calorías sin
elevar mucho su temperatura”

1 Kg. De H2O a 20º C + 10 Kcal 30º C


1Kg. De Arena a 20º C + 10 Kcal 70º C
1Kg. De Mercurio a 20º C + 10 Kcal 320º C

Grado Celsius: (centígrado) 1º C es la centésima parte de la diferencia entre la temperatura de fusión


del hielo y la temperatura de ebullición del agua a 1 atm. De presión, dividido en 100 partes iguales.
Caloría: Cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de un gramo de agua un grado
Celsius.
Kcal: (Kilo calorías) equivale a 1000 calorías. 1 Caloría x 1000.

Desde el punto de vista profesional es bien claro que los mejores resultados se alcanzarían
cuando toda el agua arrojada sobre un incendio se transformara en vapor. En otras palabras, se
debe incrementar Ia superficie del agua expuesta al calor, cosa que puede hacerse subdividiéndola
en partículas muy pequeñas por medio de boquillas diseñadas a tal efecto.

Cuando un chorro de agua contra incendios se divide en pequeñas partículas, éste absorbe
el calor y lo convierte en vapor más rápidamente que si se utiliza un chorro compacto, ya que se
expone una parte más grande de la superficie del agua al calor; por ejemplo, 1.638,7 mm3 (1 pulgada
cúbica) de hielo en un vaso de agua tarda cierto tiempo en absorber su capacidad de calor. Esto se
debe a que sólo una superficie de 3.870 mm2 (6 pulgadas cuadradas) del cubito de hielo está en
contacto con el agua. Sin embargo, si se divide en cubitos de 204,8 mm3 (0,125 pulgadas cúbicas)

14
y se echan al agua, la superficie del hielo en contacto con ésta es de 30.967 mm2 (48 pulgadas
cúbicas). Las partículas de hielo divididas en porciones más finas absorben el calor más rápido.
Este mismo principio se aplica al agua en estado líquido.

Otra característica del agua, es la extraordinaria expansión que


se produce en su pasaje de líquido a vapor. Efectivamente, en este
cambio de estado (a la presión normal) el agua aumenta 1.700 veces
su volumen original al ser sometida a 100º C., con lo cual desplaza
o excluye una masa similar de aire y gases de combustión, haciendo
disminuir en consecuencia el porcentaje de oxígeno necesario para la
prosecución del proceso ígneo. Si la temperatura del vapor se aumenta
alrededor de 500°C, este volumen llega a ser el doble, o más, es decir como mínimo 3.400 veces.
Este notable fenómeno es el que le confiere su poder sofocante fundamentalmente en lugares
cerrados.

Imagínese una boquilla que descarga 568


L de neblina de agua por minuto sobre una área con
2609 C, lo que provoca que la neblina de agua se
convierta en vapor. Durante un minuto de actuación,
se descargan y evaporan 0,57 m3. los que se
expanden hasta convertirse en 1.359 m3 de vapor.
Este vapor basta para llenar una habitación de aproximadamente 3 m de alto, 15 m de ancho y 29 m
de largo. En atmósferas más calientes, el vapor se expande hasta alcanzar volúmenes superiores.

CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA

El agua tiene la capacidad de disolver sales y otras sustancias con enlace de un carácter
eléctrico, esto es conocido como enlace iónico. El significado es que el agua conduce electricidad.
En otras palabras, las sustancias disueltas sirven como conductoras de cargas eléctricas. A mayor
cantidad de sales, mejor la conductividad a través del agua. Solamente el agua cuidadosamente
destilada está libre de sales.

TENSIÓN SUPERFICIAL

La capacidad del agua de penetrar en materiales porosos es importante cuando hablamos


de extinción de incendios y esta penetración está relacionada con la tensión superficial del agua. Si
se disminuye la tensión superficial normal del agua, se obtiene mejores resultados.

Por el agregado de agentes químicos en una determinada proporción por litro, se puede
disminuir la tensión superficial en un 50%. Esto da como resultado un aumento en la penetración
del agua en los materiales combustibles.

FORMAS DE ACTUACIÓN DEL AGUA

Enfriamiento Superficial: Eficaz cuando el punto de inflamación tiene una temperatura


superior a la del agua, pero materiales con punto de inflamación menor también se apagan. La
conclusión es que no sólo con enfriamiento superficial actúa, sino con otras formas.

Acción Sofocante o Bloqueadora: El efecto de expansión que experimenta el agua al pasar al


estado de vapor, en un compartimiento cerrado, logra desplazar el oxígeno, dando lugar a este efecto.
Acción Emulsificante: El agua finamente pulverizada, al chocar con fuerza con líquidos no
miscibles, se emulsiona formando una superficie de incombustibilidad temporaria (es como eliminar

15
el combustible).

Dilución: Se puede extinguir o atenuar un fuego en combustible miscibles en agua, al diluirlos en


agua.

Reemplazo de Capas Calientes por Frías: Disminuye la vaporización de combustibles y de esta


manera se altera la mezcla estequiométrica no permitiendo la combustión.
Reacción química: Se ha demostrado que el agua reacciona químicamente en la zona de llama
con algunos productos del fuego, en forma endotérmica (absorbiendo calor). Aunque la cantidad es
poco significativa.

Aditivos: Con la adición de agentes tensoactivos a los efectos de favorecer


la acción de penetración y empapamiento; de agentes espesantes para
producir un retardo en el goteo y aumentar la penetración; de fosfatos
amónicos, para obtener un recubrimiento ignífugo, y por último de
concentrados de espumas formando una película protectora espumante
sobre los sólidos y la mayor parte de los líquidos. Puede utilizarse
emulsores al 1% con esta finalidad. De esta forma se consigue una
extinción más rápida del proceso ígneo y un ahorro significativamente
grande de agua.

Hay que recordar que el calor escapa por radiación, conducción y convección. En un
recinto cerrado, solo es necesario absorber una pequeña parte de la cantidad total de calor que está
produciendo el fuego para extinguirlo por enfriamiento y romper el llamado “Equilibrio Térmico”. 2/3
del calor son liberado al ambiente y 1/3 regresa para mantener viva la llama.

REACCIONES QUÍMICAS PELIGROSAS CON EL AGUA

DISTINTAS FORMAS DE UTILIZACIÓN DEL AGUA

El agua se caracteriza por ser el agente más adecuado para fuegos en sólidos, pudiendo
ser utilizada y empleada en forma de chorro pleno, niebla de agua, niebla de alta presión, vapor de
agua, agua mojada, agua fraccionada, soda-ácido y lluvia.

CHORRO PLENO: utilizado para extinguir los sectores de fuego más profundo o fuegos de arraigo,
no adecuándose para la extinción de líquidos inflamables, ya que al producirse la penetración en
la llama, el chorro se hunde produciendo la elevación del nivel del fuego y haciendo que éste se
propague a otros sectores.

NIEBLA DE AGUA: es utilizado en sistemas automáticos, para proteger transformadores eléctricos,


sistemas de lubricación de turbinas, depósitos de aceite, en casos de sólidos licuables, y líquidos no
miscibles cuando la temperatura de inflamación de hidrocarburos es superior a 100 °C. Las ventajas

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de estos sistemas es el menor consumo de agua ya que reduce la cantidad y peso de agua que se
tira, la cual se vaporiza rápidamente tomando energía de la zona de combustión, generando vapor
que desplaza al oxígeno. Además, precipita las partículas de carbón como el humo y los gases
tóxicos. También cabe destacar que su grado de protección al operador es notablemente mayor. Es
muy aconsejable en fuegos de superficie, no así en fuegos de arraigo.

NIEBLA DE ALTA PRESIÓN: básicamente cumple la misma función que la anteriormente


mencionada, permitiendo gran pulverización con menor consumo; posee mayor alcance, pero logra
menor penetración, a menos que se utilicen lanzas tipo NE-PI-RO, las cuales permiten la aplicación
de Niebla de Alta Presión con buen alcance y fuerza de choque. Humedece el ambiente y toda la
masa se convierte en una gran nube de vapor.

VAPOR DE AGUA: se utiliza en aquellos casos en los cuales el sistema generador de vapor se
halle instalado para cumplir funciones que no sean exclusivamente la lucha contra el fuego. El vapor
también puede existir disponible en calderas. No es de gran funcionalidad debido al requerimiento
de mangueras aisladas para evitar pérdidas de calor; además existe el peligro de quemaduras en
la gente. Suele traer numerosos inconvenientes.

AGUA MOJADA: se trata de agua común a la que le ha sido adicionado alcohol laurílico (destilado
del aceite de coco) con el fin de disminuir la tensión superficial que originalmente es de 73 dinas/
cm2 y, finalmente, por la acción de este aditivo, pasa a 25 dinas/cm2. De este modo el agua puede
penetrar con mayor facilidad en cuerpos compactos (ej. fardos de algodón).

AGUA FRACCIONADA: es la única forma de usar el agua para cualquier propósito, excepto para
fuegos tipo D (por reacción química). El agua de una cañería pasa por picos fraccionadores especiales
en el interior de los cuales está provisto con un helicoide centrifugándola. Trabaja de 7-12 kg/cm2. Es
muy conocido también con los nombres de “DILUVIO” ; “MULSYFIRE” o “HI-FOG”; las gotas fluyen
discontinuamente; no es conductora de electricidad, por lo tanto se utiliza a menudo para instalaciones
eléctricas, Como así también para emulsionar el combustible favoreciendo así su extinción.

LLUVIA: la lluvia fina es casi imprescindible para la extinción de incendios de polvo, como así también
puede ser empleada en incendios de tipo superficial con muy buen resultado. El efecto de la lluvia
es casi siempre más satisfactorio que el del chorro pleno, ya que la fina distribución de sus gotas le
permite una mayor cantidad de calor.

FRACCIONAMIENTO DEL AGUA: Como ya ha sido mencionado, el agua requiere una gran cantidad
de energía para convertirse en vapor. La situación es más o menos la misma cuando se desea dividir
un chorro de agua en pequeñas gotitas. Las gotitas pueden ser formadas utilizando diferentes tipos
de lanzas, éstas son mencionadas en el servicio de lucha contra incendio como lanzas tipo spray.
La cantidad de energía disponible para la conversión es determinada por la lanza a presión. El nivel
de presión en el combate del fuego de alrededor de 10 bar. puede generar gotitas con un diámetro
de 1/3 o 1/4 mm. En sistemas de alta presión se utilizan hasta 40 bar., logrando gotitas de hasta
1/100 mm, que son de gran capacidad de extinción.

La NFPA sugiere que una definición práctica de «niebla de agua» puede ser la de un spray
en el cual el agua está formado por gotas de menos de 1 mm.

TÉCNICAS DE ATAQUE A FUEGOS EN LUGARES CERRADOS (COMPARTIMIENTOS)

ATAQUE DIRECTO: Consiste en la aplicación de un ataque directo a la base del fuego con un chorro
pleno o con un chorro directo. En espacios cerrados, no debe aplicarse el agua durante demasiado
tiempo, o de lo contrario las capas térmicas se verán afectadas, el vapor producido empezará a
condensarse, y el humo caerá rápido hacia el suelo.

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ATAQUE INDIRECTO: Durante la Segunda Guerra Mundial, la Marina de los Estados Unidos,
inició una intensa investigación sobre la utilización de agua pulverizada para extinción de fuegos de
compartimientos en buques, tanto para ser aplicada sobre combustibles sólidos como también para
líquidos inflamables. La diferencia esencial entre este nuevo método y el utilizado anteriormente,
consiste en que el agua utilizada en forma de niebla, se dirige a la parte más caliente del lugar del
incendio, en lugar de aplicarlo, como se venía haciendo, en forma de chorro pleno sobre el lugar
de conflagración. Puede realizarse un ataque indirecto desde el exterior de la zona o a través de
una puerta o de una ventana. El chorro contra incendios, de patrón de agua nebulizada o niebla,
de ángulo estrecho, debe dirigirse hacia el techo y moverse de un lado a otro a través de paredes y
gases supercalientes a nivel del techo. El agua en contacto con las superficies calientes, generará
gran cantidad de vapor, debido a la notable expansión del agua en su cambio de estado, en forma
súbita, acompañada de una extraordinaria absorción de calor, sumado al proceso de sofocación por
desplazamiento del oxígeno del recinto. Todo esto en un breve lapso de tiempo y con muy pequeña
cantidad de agua. Ni bien lograda la extinción, el chorro debe interrumpirse, antes de que perturbe las
capas térmicas, y haga precipitar el vapor por condensación del mismo. Después de que el incendio
se haya oscurecido y el espacio esté ventilado, la línea de ataque puede avanzar para extinguir las
zonas calientes que quedan utilizando un ataque directo. Este tipo de ataque no es el más indicado
cuando hay víctimas atrapadas o cuando no puede contenerse la propagación del fuego hacia zonas
no implicadas. El efecto de pistón ocasionado por la expansión brusca del vapor, puede desplazar
el incendio, propagándolo hacia áreas no afectadas.

En este caso, ante un incendio generalizado, el pitonero aplica un chorro directo a la parte
alta del recinto. Al instante se produce gran cantidad de vapor que satura el ambiente.

ATAQUE MIXTO: Este método utiliza un ataque a la altura del techo con una técnica generadora
de vapor en combinación con un ataque directo sobre los materiales que arden cerca del suelo. La
boquilla puede moverse siguiendo patrones en forma de T, Z u O, comenzando con un chorro de
niebla de ángulo cerrado y penetrante dirigido a los gases calientes en el techo, para que luego caiga
sobre los combustibles que arden cerca del suelo. El patrón en forma de O del ataque combinado
es probablemente el método de ataque más conocido. Cuando se utiliza este patrón, hay que dirigir
el chorro hacia arriba y girar con él al tiempo que el extremo del chorro alcanza el techo, el muro, el
suelo y el muro opuesto. Los bomberos deben recordar que la aplicación de agua sobre el humo no
sólo no extingue un fuego, sino que además provoca daños innecesarios y altera las capas térmicas.
Los bomberos que se desempeñan como ayudante de pitonero, no deben agolparse tras la lanza,
ya que se dificulta la manipulación de la misma por parte de su operador.

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ATAQUE 3DWF (ATAQUE TRIDIMENSIONAL): Estas técnicas han llegado ha ser populares entre
los bomberos en los últimos 20 años en grandes ciudades como Estocolmo, Londres y Paris. No es
comparable a la forma de “ataque indirecto” que llegó a ser popular durante los años 50 y 60. Este
estilo de lucha contra el fuego, que todavía hoy tiene sus seguidores, tiene una serie de peligros
asociados. Por ejemplo, la técnica depende de la creación de una excesiva cantidad de vapor súper
calentado dentro de un compartimiento razonablemente no ventilado, pudiendo causar graves
lesiones sobre personas atrapadas dentro del incendio, como también a los propios bomberos que
combatían el incendio. Hay también un problema por el «efecto pistón» causado por la expansión
del vapor que empuja el humo, el calor y ocasionalmente el fuego dentro de partes relativamente
no afectadas de la estructura, obligando algunas veces a los ocupantes a saltar desde las ventanas
exteriores de los pisos altos.

En términos de aplicación, los bomberos eran frecuentemente atrapados por sus propias
acciones. Por estas razones, es que el antiguo “Ataque Indirecto”, es hoy remplazado por las Técnicas
de ataque tridimensional “3DWF”. Estas técnicas se basan en la utilización de una lanza de spray
(Fogfighter) para aplicar una fina niebla de agua dentro de la capa superior de gases de fuego, usando
una serie de chorros cortos (utilizando una técnica de «pulsing» en el surtidor). El objetivo es evitar
el contacto con las superficies calientes (paredes y techos), y poner pequeñas cantidades de gotas
de agua directamente dentro de los gases, maximizando el efecto de refrigeración. La aplicación
evita la masiva expansión del vapor y otros problemas asociados con el «ataque indirecto», creando
un seguro y confortable ambiente para los bomberos que avanzaban dentro y antes de atacar a la
fuente principal del fuego.

Idealmente las aplicaciones son dirigidas a prevenir cualquier ignición de los gases de
fuego, apagando, mitigando y controlando los peligros asociados Flashover y Backdraft. El incendio
es atacado posteriormente con la aplicación de chorros directos sobre los paquetes incendiados.

En esta secuencia se muestra una descarga con la técnica de “Pulsing”. Se observa cómo
el agua queda suspendida un intervalo de tiempo en el aire.

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CAPÍTULO V
PROTECCIÓN PASIVA O ESTRUCTURAL
ACCIONES PREVENTIVAS DE LA PROTECCIÓN ESTRUCTURAL
Las acciones preventivas a adoptar serán las siguientes:

• Sectorización del edificio, dividiéndolo en compartimientos estancos al humo, fuego y gases


del incendio.
• Medios de escape, en cantidad y dimensiones adecuadas para posibilitar una evacuación
rápida y segura.
• Resistencia al fuego de las estructuras y elementos constructivos, para garantizar que el
incendio eventual origine solamente daños menores.
• Tratamiento ignífugo a las estructuras, ya sea por medio de pinturas u otros materiales.
• Presurización de cajas de escaleras y otros medios de escapes.

DEFINICIONES:
SEGREGACIÓN DE ÁREAS DE RIESGO

Se llama así a la separación de sectores de gran peligrosidad de otros que ofrecen menos
riesgo. El objetivo principal que se persigue con esta compartimentación es limitar la propagación
del fuego y de productos de la combustión, impidiendo su pasaje hacia otras zonas del edificio. Este
control de la propagación se extiende tanto en sentido horizontal (en su misma planta) cuanto en
sentido vertical (hacia otros niveles).

RESISTENCIA AL FUEGO

Se llama resistencia al fuego a la determinación del tiempo durante el cual los materiales
y elementos constructivos conservan las cualidades funcionales que tienen asignadas en el edificio
mismo. Interesan aquí la fisuración, la reducción de resistencia mecánica, el gradiente térmico, la
reducción de secciones, la acción combinada del calor y el agua de extinción etc. Es del caso aclarar
que el término «resistente al fuego» no es modo alguno sinónimo de «incombustible». Las clases
de resistencia al fuego normalizadas se indican con una letra F seguida de un número que indica la
cantidad de minutos durante el cual en un ensayo de incendio el material o elemento constructivo
conserva sus cualidades. Según el Decreto 351/79 todo elemento constructivo deberá tener una
resistencia F que corresponda de acuerdo a la ventilación del local, natural o mecánica, basándose
en la carga de fuego existente.

SECTOR DE INCENDIO

Local o conjunto de locales, delimitados por muros y entrepisos de resistencia al fuego


acorde con el riesgo y la carga de fuego que contiene comunicado con un medio de escape. Los
trabajos que se desarrollan al aire libre se considerarán como sector de incendio.

CARGA DE FUEGO

Peso en madera por unidad de superficie (Kg/m2) capaz de desarrollar una cantidad
de calor equivalente a la de los materiales contenidos en el sector de incendio. Como patrón de
referencia se considerará madera con poder calorífico inferior de 18,41 MJ/kg.
Los materiales líquidos o gaseosos contenidos en tuberías, barriles y depósitos, se considerarán
como uniformemente repartidos sobre toda la superficie del sector de incendios.

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Acorde al Capítulo 18 del Dec. Reg. 351/79:

Art. 170.- Los materiales con que se construyan los establecimientos serán resistentes al fuego y
deberán soportar sin derrumbarse la combustión de los elementos que contengan, de manera de
permitir la evacuación de las personas. En los establecimientos existentes, cuando sea necesario,
se introducirán las mejoras correspondientes. Para determinar los materiales a utilizar deberá
considerarse el destino que se dará a los edificios y los riesgos que se establecen en el Anexo VII,
teniendo en cuenta también la carga de fuego.
Art. 171.- Los sectores de incendio, excepto en garajes o en casos especiales debidamente justificados
a juicio de la autoridad competente, podrán abarcar como máximo una planta del establecimiento y
cumplimentarán lo siguiente:

1. Control de propagación vertical, diseñando todas las conexiones verticales tales como
conductos, escaleras, cajas de ascensores y otras, en forma tal que impidan el paso del fuego,
gases o humo de un piso a otro mediante el uso de cerramientos o dispositivos adecuados.
Esta disposición será aplicable también en el diseño de fachadas, en el sentido de que se
eviten conexiones verticales entre los pisos.
2. Control de propagación horizontal, dividiendo el sector de incendio, de acuerdo al riesgo y a la
magnitud del área en secciones, en las que cada parte deberá estar aislada de las restantes
mediante muros cortafuegos cuyas aberturas de paso se cerrarán con puertas dobles de
seguridad contra incendio y cierre automático.
3. Los sectores de incendio se separarán entre sí por pisos, techos y paredes resistentes al
fuego y en los muros exteriores de edificios, provistos de ventanas, deberá garantizarse la
eficacia del control de propagación vertical.
4. Todo sector de incendio deberá comunicarse en forma directa con un medio de escape,
quedando prohibida la evacuación de un sector de incendio a través de otro sector de incendio.

MEDIOS DE SALIDA - Capítulo 18 del Dec Reg 351/79:


Art. 172.- Los medios de escape deberán cumplimentar lo siguiente:

1. El trayecto a través de los mismos deberá realizarse por pasos comunes libres de obstrucciones
y no estará entorpecido por locales o lugares de uso o destino diferenciado.
2. Donde los medios de escape puedan ser confundidos, se colocarán señales que indiquen la
salida.
3. Ninguna puerta, vestíbulo, corredor, pasaje, escalera u otro medio de escape, será obstruido
o reducido en el ancho reglamentario.
1. La amplitud de los medios de escape, se calculará de modo que permita evacuar
simultáneamente los distintos locales que desembocan en él.
2. En caso de superponerse un medio de escape con el de entrada o salida de vehículos, se
acumularán los anchos exigidos. En este caso habrá una vereda de 0,60 m. de ancho mínimo
y de 0,12 m. a 0,18 m. de alto, que podrá ser reemplazada por una baranda. No obstante
deberá existir una salida de emergencia.
3. Cuando un edificio o parte de él incluya usos diferentes, cada uso tendrá medios independientes
de escape, siempre que no haya incompatibilidad a juicio de la autoridad competente, para
admitir un medio único de escape calculado en forma acumulativa.
4. No se considerará incompatibles el uso de viviendas con el de oficinas o escritorios. La
vivienda para mayordomo, encargado, sereno o cuidador será compatible con cualquier uso,
debiendo tener comunicación directa con un medio de escape.
5. Las puertas que comuniquen con un medio de escape abrirán de forma tal que no reduzcan el
ancho del mismo y serán de doble contacto y cierre automático. Su resistencia al fuego será
del mismo rango que la del sector más comprometido, con un mínimo de F. 30 (Anexo VII).

El ancho de pasillos, corredores, escaleras y situación de los medios de escape se calculará según

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lo establecido en el Anexo VII. En lo referente a medios de egreso en espectáculos públicos, se
adoptará lo establecido en el Código de Edificación de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires
u otros municipios según corresponda, de acuerdo a lo establecido en el Capítulo 5 de la presente
reglamentación.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS MEDIOS DE ESCAPE:

• Caja de escalera: escalera incombustible, contenida entre muros de resistencia al fuego


acorde con el mayor riesgo.
• Los escapes deben estar presurizados para mantenerlos libres de humos.
• Las puertas que comuniquen con un medio de escape deberán abrirse hacia el exterior, para
evitar aplastamiento.
• Deben permanecer libres de obstáculos.
• Que el ancho total mínimo, la posición y el número de salidas y corredores sean determinados
en función al factor ocupacional del edificio.
• En edificios que tengan subsuelo la caja de la escalera deberá ser interrumpida a nivel de
planta baja, para evitar que en caso de evacuación se continúe descendiendo al subsuelo.
En estos casos, se construirá otra escalera para el subsuelo, independiente de la anterior.
• Deberán estar constantemente señalizadas y poseer iluminación de emergencia.
• Las escaleras exteriores no deberán ser construidas en forma de caracol, deberán tener
pasamanos, dependiendo el ancho de la escalera, no deben ser abiertas.
• No se admitirán puertas horizontales ni giratorias.
• Deben ser construidas con materiales incombustibles (mármol, hormigón).

22
CAPÍTULO VI
PLANES DE EMERGENCIA – SU IMPORTANCIA – ORGANIZACIÓN
Y CARACTERÍSTICAS
RIESGOS PRESENTES EN LOS INCENDIOS

Existe en todo incendio una gran cantidad de riesgo por lo general de carácter físico, estos
se hallan vinculados a los elementos que se detallan a continuación:

• Llamas: Riesgo de quemadura.


• Temperatura elevada: Incompatibles con la vida en muchos casos.
• Gases tóxicos: Muchos de ellos de alta toxicidad.
• Humo: Presenta grandes inconvenientes por molestias en la vía aérea y el obscurecimiento
total del lugar.

Es sabido que la mayor parte de las víctimas en incendios, se produce a causa de los
gases de la combustión, siendo mucho menor la proporción alcanzada por las llamas o que sufre
algún tipo de quemaduras extremas.

Si bien debemos considerar que las temperaturas que se desarrollan en los incendios
son incompatibles con la vida, el mayor riesgo está dado por el humo y los gases de la combustión.

Desde el punto de vista de éste breve análisis no parece necesario considerar los procesos
de generación de humos y gases de la combustión, ni su estudio físico, químico o toxicológico, así
como sus efectos fisiológicos sobre los seres humanos, cuestiones todas del máximo interés, pero
no imprescindible para nuestros fines.

Si es necesario considerar, por el contrario, el comportamiento, movimiento y distribución


de los humos y gases de la combustión en caso de incendio.

Los humos están constituidos por productos sólidos (partículas de carbón, especialmente),
los líquidos (pequeñas gotas de brea, alquitranes, etc.) que junto con el vapor de agua se encuentran
en suspensión en el aire.

Los gases de combustión están formados por el conjunto de gases, que se mezclan en
la atmósfera que envuelve al incendio y resultan de reducción de los combustibles incendiados
(monóxido de carbono, anhídrido carbónico, sulfuro de hidrógeno, anhídrido sulfuroso, amoníaco,
cianuro de hidrógeno, ácido clorhídrico, dióxido de nitrógeno, acroleína, fosgeno, etc.).

La producción de humos y gases de la combustión durante un incendio puede variar muy


notablemente, tanto cuantitativa como cualitativamente, y en relación de su composición.

Estas variaciones son debidas sobre todo a la cantidad y naturaleza de los combustibles,
y a las disponibilidades del aire.

Cuando las circunstancias se conjugan desfavorablemente, puede producirse tal cantidad


de humo, y de tal opacidad, ocupando el edificio, que se crea una completa reducción de la visibilidad,
lo que implica un nuevo elemento de peligrosidad.

Aunque los humos y los gases de combustión alcancen concentraciones muy altas en el
aire, es importante señalar que nunca lo serán tanto como para alterar el movimiento de la atmósfera
por este cambio de composición. Es decir, el humo y los gases reducidos en la combustión se

23
desplazarán durante el incendio como lo haría en el aire en las mismas condiciones de presión y
temperatura.

De todos son conocidas las pavorosas circunstancias que rodean a los incendios en
edificios, cuando las vías de evacuación han sido inutilizadas por el humo o fuego, quedando
atrapadas personas en su interior.

Debemos ser conscientes al abordar la problemática que:

Las muertes habidas en grandes catástrofes (cada día más frecuente por la tendencia al
aumento de la densidad, número de personas / superficie), no son fruto de mala suerte, sino de los
errores cometidos en la planificación de emergencias, si es que se habían planificado. No se trata
de pérdidas materiales substituibles sino de pérdidas humanas insustituibles.

El intentar aportar soluciones concretas puede entrañar graves dificultades por la


complejidad de las circunstancias que pueden influir en cada caso (incendios de rápida propagación
o con gran producción de humos, riesgos de explosión, grandes almacenes, hospitales, instituciones
penales, etc.), o por la gama de posibles soluciones según la ubicación y actividad (escaleras
interiores, exteriores, de emergencia, estancas al humo, mecánicas, ascensores, etc.) todo ello
agravado por medidas laterales necesarias como iluminación de emergencia, señalización, sentido
de apertura de puertas, anchura de las vías de evacuación.

En el término generales, toda planificación de la protección contra incendios comprenderá


una actividad de prevención y otra de lucha contra incendio. Pero si limitamos el análisis a la protección
de las personas aparece inmediatamente como primer medio de protección la evacuación de las
mismas del entorno afectado por el incendio.

La evacuación de las personas constituye, por tanto, la actividad más eficaz en la lucha
contra los daños que el incendio pueda provocar, pues implica la protección del bien
más valioso: «las vidas humana».

NORMATIVA VIGENTE

DEC. REG. 351/79 DE LA LEY 19.597:


Art. 187.- El empleador tendrá la responsabilidad de formar unidades entrenadas en la lucha contra
el fuego. A tal efecto deberá capacitar a la totalidad o parte de su personal y el mismo será instruido
en el manejo correcto de los distintos equipos contra incendios y se planificarán las medidas
necesarias para el control de emergencias y evacuaciones. Se exigirá un registro donde consten
las distintas acciones proyectadas y la nómina del personal afectado a las mismas. La intensidad
del entrenamiento estará relacionada con los riesgos de cada lugar de trabajo.

LEY N° 1.346 – Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Artículo 1º.- Créase el Plan de Evacuación y Simulacro en casos de incendio, explosión o advertencia
de explosión, obrando el mismo en el Anexo I que forma parte de la presente Ley.
Artículo 2º.- El Plan será de aplicación obligatoria en edificios, tanto del ámbito público como del
ámbito privado, de oficinas, escuelas, hospitales y en todos aquellos edificios con atención al público,
adecuándolo a las características propias del inmueble su destino y de las personas que lo utilicen
siendo de aplicación voluntaria en los edificios de vivienda.
Artículo 3º.- Los simulacros considerados en el Plan serán realizados al menos dos veces al año.

24
ANEXO I
1. Organización

1.1. Grupo Director

El Plan de Evacuación y Simulacro se iniciará con la formación del Grupo Director de la


evacuación.

El mismo estará formado por un Director de Evacuación, un Jefe Técnico y un Jefe de


Seguridad, contando con personal alternativo en el caso que se produjera una vacante o una ausencia
en dichos cargos.

Al conocerse la señal de alarma, el Director se dirigirá al sitio destinado como base para
dirigir la evacuación, situado en la planta baja del edificio, y solicitará la información correspondiente
al piso donde se inició el siniestro.

Acto seguido, se procederá al toque de alarma general para el piso en emergencia y todos
sus superiores. El Jefe de Seguridad dará aviso al Cuerpo de Bomberos y al Servicio Médico de
Emergencia, una vez confirmada la alarma, en tanto que el Jefe Técnico dará corte a los servicios
del edificio, tales como ascensores, gas y sistemas de acondicionamiento de aire, del sector en
cuestión, procediendo a la evacuación del piso siniestrado y sus superiores. Luego se procederá a
evacuar los pisos restantes.

En caso de traslado de accidentados, deberá disponerse el acompañamiento de personal


auxiliar.

1.2. Grupo de Emergencia

El Grupo de Emergencia participará en la evacuación, como también en la realización de


los simulacros periódicos.

El mismo estará constituido por un Responsable de Piso, su Suplente y un Grupo Control


del incendio o siniestro.

El Responsable de Piso informará acerca del siniestro al Director y deberá proceder a la


evacuación conforme con lo establecido, confirmando la desocupación total del sector. Mantendrá
el orden en la evacuación, de modo que no se genere pánico. La desocupación se realizará siempre
en forma descendente hacia la planta baja, siempre que sea posible. El Responsable de Piso deberá
informar al Director cuando todo el personal haya evacuado el piso. Los Responsables de los pisos
no afectados, al ser informados de una situación de emergencia, deberán disponer que todo el
personal del piso se agrupe frente al punto de reunión establecido, aguardando luego las indicaciones
del Director a efectos de poder evacuar a los visitantes y empleados del lugar. Recibida la alarma,
el grupo de control de incendio evaluará la situación del sector siniestrado, informará acerca de la
situación al Director y adoptará las medidas convenientes tendientes a combatir o atenuar el foco
causante del siniestro hasta el arribo del Cuerpo de Bomberos. Deberá informar a estos últimos las
medidas adoptadas y las tareas realizadas hasta el momento.

2. Modos de evacuación
2.1. Pautas para el personal del piso siniestrado

Todo el personal estable deberá conocer las directivas del Plan de Evacuación.

El personal que detecte alguna anomalía en el piso en el cual desarrolla sus tareas dará

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aviso urgente, siguiendo los siguientes pasos:

1. Dar aviso al Responsable de Piso.


2. Accionar la alarma.
3. Utilizar el teléfono de Emergencia.
4. Evacuado el piso se constatará la presencia de personas.

Acto seguido, en la medida de lo posible, deberán guardar sus valores y documentación,


desconectar los artefactos eléctricos y cerrar las puertas y ventanas a su paso. Evacuarán el lugar
siguiendo las instrucciones del Responsable de Piso, sin detenerse a recoger objetos personales,
caminando hacia la salida acordada y descendiendo por las escaleras caminando, sin gritar y
respirando por la nariz.
Una vez en la planta baja, se retirarán hasta el punto de reunión preestablecido.

2. 2 Pautas para el resto del personal

Deberán seguir las indicaciones del Responsable de cada sector y tener conocimiento de
los dispositivos de seguridad y medios de salida. Se dirigirán al lugar asignado sin correr, cerrando
puertas y ventanas a su paso, sin transportar bultos ni regresar al sector siniestrado. Descenderán,
siempre que sea posible, utilizando sólo las escaleras, y de espaldas en caso que en el trayecto
encuentren humo, ya que éste y los gases tóxicos suelen ser más peligrosos que el fuego. Una vez
fuera del edificio, se concentrarán en el lugar previsto.

2.3. Otras pautas

En el caso de encontrarse atrapado por el fuego, se deberá colocar un trapo debajo de


la puerta de modo de evitar el ingreso de humo. Si este es el caso, deberá buscarse una ventana y
señalizarla con una tela para poder ser localizado desde el exterior, sin trasponer ventana alguna.

En el caso de la evacuación de personas discapacitadas o imposibilitadas, la evacuación


de las mismas deberá estar planificada de antemano, llevando un registro actualizado de las mismas.
El Encargado de Piso será quien se encargará de determinar el número y la ubicación de las mismas
en el área que se le ha asignado y de asignar un ayudante para cada discapacitado. También deberá
solicitar a los empleados cercanos que ayuden a cualquier persona que se encuentre enferma o
sufra lesiones durante la evacuación.

3. Consideraciones Generales

Los planos de evacuación deberán encontrarse en lugar visible, al igual que la ubicación
de los puntos de reunión.

Se deberá capacitar al personal en lo referente al plan de evacuación como así también


al uso de matafuegos y sistemas de alarma.

Resulta indispensable verificar que los extintores se encuentren adecuadamente cargados


y que los hidrantes se encuentren en condiciones óptimas de operación, como así también activar
periódicamente los detectores de humo de modo de cerciorarse de su buen funcionamiento.

PLANES DE EVACUACIÓN DE GRANDES ESTRUCTURAS

El plan de evacuación integra el plan de emergencias. El objetivo principal de un plan de


emergencias es controlar y contener en el lugar un accidente con el fin de impedir que se extienda.

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El control de una emergencia, dependerá de que se adopten medidas y decisiones
apropiadas. Este plan debe contemplar las señales de aviso para poner en conocimiento a quien
corresponda, con el fin de acudir al control de la situación planteada.

Dentro de los alcances del plan, pude incluirse la atención de los primeros auxilios a
personas accidentadas, actuación ante una emergencia química o por incendio.

Entre otros aspectos debe contemplar también la Evacuación del establecimiento en acso
que fuera necesaria, tanto parcial como total.

Evacuación: Se debe evacuar el personal no esencial. La evacuación debe dirigirse a un


punto de reunión predeterminado en un lugar seguro. Se debe designar una persona para que tome
nota de los ocupantes que son evacuados y llegan al punto de reunión, con la finalidad de transmitir
esta información al centro de control o al Director del Plan de Emergencias.

En edificios que posean una población significativa en cada una de sus plantas, se
considera conveniente la creación de un Comité de Seguridad, el que se encargará de la confección
del respectivo Plan de Evacuación, de su puesta en marcha y del los simulacros periódicos.

El referido plan deberá garantizar:

1° Alarma.
2° Evacuación.
3° Ataque por medios Propios.

Para la realización de un plan de emergencia es necesario que se instalen los medios


de alarma. En forma ideal, deberán ser más de uno para lograr formas alternativas y poner en
conocimientos de la situación con la rapidez necesaria a toda la población.
Se deberá contar con algunos de los siguientes sistemas:

1. Alarma general y sectorial con manejo desde un puesto de comando.


2. Audio de emergencia con selección sectorial de entrada a los niveles desde el puesto de
comando y mensajes programados.
3. Sistema de telefonía de emergencia con puesto en todos los niveles.

Los citados servicios deberán poseer un sistema de alimentación independiente, convertidor


a fuentes de emergencia que garanticen su funcionamiento y su instalación se ajustará a normas
para su propia protección del fuego o los efectos de alta temperaturas.

APLICACIÓN DEL PLAN DE EVACUACIÓN:

El Plan de Evacuación deberá ser aplicado ante la existencia de una Emergencia. Si bien
una Emergencia puede suscitarse por muy variadas razones, podemos enumerar tres especies más
comunes:

• INCENDIO
• EXISTENCIA DE PRESUNTO ARTEFACTO EXPLOSIVO
• OTROS (derrumbes, explosiones de gases combustibles, estallidos, derrames de sustancias
tóxicas, corrosivas, etc.)

Es importante remarcar que la puesta en práctica de los máximos alcances del Plan
de Evacuación va a ser tomada como última medida de aplicación, y por lo tanto más allá de la
apariencia que esté ofreciendo la emergencia, la disposición va a emanar sólo a partir del juicio del

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Director del Plan y/o de sus colaboradores que estén conociendo en forma directa una situación de
riesgo, con el aporte del equipo operativo de esta Superintendencia que se encontrara en el lugar.

ESTRUCTURA DEL PLAN DE EVACUACIÓN:

El Plan de Evacuación se estructurará básicamente con un Componente Humano, un


Componente Técnico y una celosa y prolija discriminación de áreas. El componente humano es el
que asume el papel protagónico en oportunidad de adoptarse algún curso de acción respecto de la
evacuación. Los componentes técnicos, son algunos de los factores y/o sistemas que se explican en
el capítulo V, sobre la protección pasiva o estructural, además de los componentes activos. Todos ellos
tiene como finalidad ayudar durante el desarrollo de la evacuación en cuanto a factores fundamentales
como las comunicaciones, señalización e indicación de medios de salida, sectorización, sistemas
de aviso, etc. Y por último se debe sectorizar el edifico, a fin de asignar responsables sobre cada
área, como así también racionalizar los medios de evacuación existentes, a fin de no saturarlos al
momento de la evacuación masiva, repartiendo los ocupantes adecuadamente sobre los mismos.

Responsabilidades y Misiones

El éxito de la puesta en práctica de este plan de evacuación va a estar directamente en


relación con el conocimiento que toda la población estable tenga del mismo, del acatamiento de sus
pautas, del cumplimiento responsable de las misiones en los casos de aquél personal que tenga
asignada una, y del fiel acatamiento por parte de la población de las directivas que cada Líder imparta.
Por ello existirá una centralización de la dirección del curso de acción a seguir, materializada en un
Responsable General, y para llevarlo a cabo, un ordenamiento definido verticalmente con distintos
Líderes que serán quienes estén concretando directamente el traslado de la población.

Roles e Indicaciones:

El éxito del Plan va a depender directamente de una adecuada designación de cada


empleado para determinado rol, del conocimiento de su misión y del cumplimiento que éste observe
ante una emergencia.

GRUPO DIRECTOR

A - DIRECTOR DE EVACUACIÓN: El responsable del Plan de Evacuación tiene por misión,


esencialmente, la TOMA DE DECISIONES durante la emergencia, basando éstas en la información
que reciba de parte de los Líderes o responsables de evacuación de cada área, o en su propia y
directa apreciación, posibilitando la ejecución de acciones y reducción de riesgos.

B - JEFE TÉCNICO: Tendrán la función prioritaria de efectivizar el corte de fluidos, con lo cual se
neutraliza cualquier derivación indeseada del hecho si éste prosperara desfavorablemente y la
realización de otras tareas técnicas que fueran necesarias.

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C - JEFE DE SEGURIDAD: Toda aquella persona que detecte el comienzo de un proceso ígneo o
de algún otro incidente, deberá dar aviso al personal de guardia interna más cercano. Darán aviso a
la Autoridad Máxima y a la División CENTRAL DE ALARMA de la SUPERINTENDENCIA FEDERAL
DE BOMBEROS.

GRUPO DE EMERGENCIAS - PERSONAL DE EVACUACIÓN:


A - RESPONSABLE DE PISO

La función específica de las personas que ocupan estos cargos consiste en coordinar el
trabajo de los demás Líderes de ese piso para guiar al personal a evacuar por la salida más segura
hacia el Punto de Reunión.
Esta guía sólo puede ser efectiva en la medida que el Líder de Evacuación de Piso posea
un profundo conocimiento de la totalidad del edificio, ello en base a la posibilidad de decidirse rutas
alternativas de evacuación, y además deberá reunir aptitudes personales que lo hagan apto para
la misión.
Se encargarán de:

• Mantenerse actualizados continuamente en lo relativo a la configuración del Plan.


• Distribuir entre los Líderes de Sector y sus Asistentes, instrucciones especificas que tengan
que ver con su piso, indicando responsabilidades y asignando tareas.
• Tener presente el equipamiento contra incendio disponible en el piso que tenga a cargo.
• Supervisar la instrucción de los Líderes de Sector y Asistentes correspondientes a su piso,
sobre los procedimientos de la evacuación.

De determinarse la implementación del Plan de Evacuación, procederá a:

• Recibida la alarma por teléfono o por medio del policía, se desplaza al hall de piso.
• Indicar a los Líderes de Sector cuál debe ser la Ruta de Evacuación a adoptarse.
• Fiscaliza que el personal eventual y visitas se integren al grupo.
• La ruta de escape en la emergencia es la escalera del edificio más próxima a su sector, salvo
indicaciones en contrario.
• En tal caso, mantendrá el contacto directo con los restantes Lideres de Piso para llevar a
cabo la Evacuación de cada nivel acorde a la secuencia establecida.

Con relación a los Líderes de Pisos de los planos no afectados por el fuego, de recibirse la
señal de alerta en el piso, dispondrán que todo el personal del nivel forme frente al punto de reunión
en el piso y esperarán las directivas de la Dirección del Plan para desalojarlo.

B - RESPONSABLE DE SECTOR: La función de estos Líderes de Sector será la de guiar a los


grupos de evacuandos que tenga a cargo en su sector hacia el Punto de Reunión, respondiendo a
las directivas emanadas por el Líder de Piso, ya que se encuentra subordinado a éste.

Se encargará de:

• Instruir a los Asistentes en los procedimientos a seguir para que todas las áreas, incluyendo
baños y otros sitios, queden libres de personal.
• Establecer un procedimiento ágil y funcional para lograr el recuento fiel, al terminar la
evacuación, de todo el personal que abandonó el sector, lo que deberá ser informado al Líder
de Piso.
• Nombrar a las personas que ayudarán a evacuar a otras con movilidad reducida.
• Inspeccionar el Sector del piso con frecuencia y corregir las condiciones que pudieran contribuir
a un siniestro, como así también recorrer los caminos de Evacuación a fin de corroborar la
inexistencia de objetos, muebles, etc., que disminuyan el ancho de paso, o interrumpan las

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vías de escape.
• Dar aviso de inmediato de cualquier anomalía al Líder de Piso y/o a su Asistente y al Personal
de Seguridad del piso.

Ante la emergencia deberán proceder a:

• Disponer la evacuación de su sector una vez recibida la orden respectiva del Líder de Piso,
indicando qué Vía de Evacuación debe ser adoptada.
• Supervisar la evacuación de Personal del Sector para asegurar un desalojo ordenado, y no
abandonar el Sector hasta asegurarse la inexistencia de personas remanentes.
• Informar a todo el Personal de su sector cuál será el punto de reunión fuera del edificio.
• Antes de salir de su sector corroborar que todas las Áreas del mismo se encuentren vacías.
• Una vez en el Punto de Reunión, propiciar que los evacuados permanezcan en sus sitios
hasta que sean contados e informará al Líder de Piso las novedades del Sector a cargo, para
el curso de acción respectivo.

OTROS ROLES
C - PERSONAL DE GUARDIA INTERNA: De determinarse la implementación del Plan de Evacuación,
procederá a:

• Recorrer la totalidad de los pisos para observar que se han cumplido los procedimientos de
evacuación.
• Pondrán especial atención en las personas que tengan capacidad de locomoción disminuida
algún otro tipo de impedimento.
• En caso de no poder realizar la inspección por presencia de humo o gases de combustión,
informarán a los Bomberos de la P.F.A. de tal situación.

D - ENCARGADO DE AGUARDAR A BOMBEROS: Será designado por la Dirección del Plan. Tal
como su función lo impone será aquel personal que aguardará el arribo de la/s Dotación/es, a fin de
aumentar la celeridad en el procedimiento.

E- ENCARGADOS DE RECEPCIÓN: Nos referimos aquí al dispositivo de seguridad del Acceso. Se


garantizará que las puertas de acceso al edificio se encuentren abiertas mientras dure la evacuación,
a la vez que se prestará especial atención a prohibir el ingreso de toda persona ajena a los servicios
de emergencia (bomberos, policía, Asistencia Pública, etc.).

GRUPO DE CONTROL DE INCENDIOS Y SINIESTROS: Esta asignación recaerá en personal


que haya sido capacitado para el uso de extintores portátiles o matafuegos, y de líneas de ataque
manuales u otros sistemas si los hubiese en el edificio. La elección de los miembros debe recaer en
las personas que conocen el edificio en su totalidad, con aptitudes físicas apropiadas y capaces de
afrontar situaciones como un foco de fuego. En un primer momento evaluarán si puede efectivizar
la extinción del fuego, lo cual de ser posible hará; en caso contrario se subordinarán al Líder de Piso
y acatarán lo indicado por éste. Es aconsejable que en cada Sector o Área haya una designación
preconcebida de una o más personas destinadas a la extinción.

TIEMPO DE EVACUACIÓN

Es el tiempo total empleado en la evacuación. Debe contabilizarse desde que aparece la


primera manifestación visible del incendio, (humo o llamas) hasta que la última persona ha recorrido
el camino de evacuación.

Se obtiene como la suma de los tiempos invertidos en cada una de las etapas en que puede
dividirse el proceso de evacuación: detección, alarma, retardo y tiempo propio de la evacuación.

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Etapa de detección, alarma: El fuego y las desastrosas consecuencias humanas y
materiales de él derivadas, crecen de forma exponencial tras la aparición de la primera llama.

El desarrollo del fuego y especialmente la aparición de humo pueden cortar e inundar


las vías de evacuación imposibilitando su utilización. Ello exige que las etapas por las que más a
menudo se rompe la cadena de evacuación, detección y alarma, deban analizarse a prioridad con
gran rigurosidad.

En los locales con riesgo de incendio debe existir una vigilancia humana o automática y
una alarma que trasmita la noticia a todas las personas que puedan resultar afectadas.

Etapa de retardo: El tiempo de retardo, depende fundamentalmente de la identificación y


fiabilidad de la alarma, de la preparación de los individuos y de la señalización de los accesos a los
caminos de evacuación que permitan a cada individuo la rápida elección de la vía por donde evacuar.
Etapa propia de evacuación: El tiempo propio de evacuación dependerá:

• De la racionalidad en el diseño de los camino de evacuación.


• De la preparación de los individuos que evacuan.

PUNTO DE REUNIÓN EXTERNO:

Será definido por la Dirección del Establecimiento. Consiste en el sitio dispuesto


preconcebidamente en el cual se reunirá la totalidad de la población y personal evacuado, una vez
que se ponga en marcha el plan de evacuación. Dicho lugar será un SITIO SEGURO FUERA DEL
EDIFICIO y equidistante a no menos de 100 metros.

La reunión de la población del edificio debe preverse y organizarse de forma tal de asegurar
el recuento del personal y/o población y no debe entorpecer las tareas operativas del personal de
Bomberos que concurre en auxilio.

Es importante que el punto de reunión quede asegurado, es decir fuera de los alcances
de la emergencia) previendo el tipo de siniestro que puediera producirse. Esto significa que, si en
el se emplean substancias químicas peligrosas, debe contemplarse las distancias de seguridad
respecto los productos involucrados y así con cada tipo de situación planteada.

PUESTA EN PRÁCTICA DEL PLAN

La puesta en marcha del Plan, y el curso que adopte, como asimismo su culminación o
interrupción, estarán signadas por distintas variables. Son numerosas las alternativas capaces de
producirse, pero se puede delinear una serie de aquéllas a las cuales va a obedecer el curso del Plan.
DISCRIMINACIÓN DE SITUACIÓN:

No siempre se pondrá en marcha el Plan, o bien se lo aplicará parcialmente, o también


pueden existir condicionamientos en su transcurso. Por ello, para la toma de decisiones es conveniente
delinear una serie de probables situaciones que serían las siguientes:

FALSO AVISO: El suceso que se reporta es inexistente.

SUCESO CONTROLADO: Ocurre un hecho más que despreciable, pero neutralizado por medios
y alcances normales: El fuego carece de importancia o está extinguido, o el siniestro no produce
mayores alteraciones o consecuencias.

SITUACIÓN PELIGROSA: El suceso en curso está ocasionando problemas, no puede ser neutralizado

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por medios y alcances normales, existe peligro de compromiso de otros sectores, está en peligro la
población: El resultante del proceso ofrece propagación, se invaden espacios por humo, se redujo
la visibilidad, se deterioran o se han deteriorado circuitos, hay deterioros estructurales.

SITUACIÓN CRÍTICA: El suceso no puede ser controlado, está -o no- en expansión, está produciendo
un riesgo real para la población: Los productos de la combustión invaden otros Planos, hay víctimas,
se ven afectados sectores No o Parcialmente evacuables, se interrumpieron servicios o soportes
imprescindibles.

DISPOSICIÓN DE ACCIONES: La Dirección del Plan tomará la decisión más adecuada, tanto sea
en el sentido de un estado de Alerta, de Emergencia o de Evacuación.

ORDEN DE ALERTA:

• Control de Incendios o Suministros. Se dirigirá al sitio del siniestro a fin de controlar la situación.
• Jefe Técnico (corte de suministro). Se pondrá en alerta a fin de proceder o no a sus misiones
específicas de acuerdo a las directivas emergentes.
• Personal Encargado de Evacuación. El personal y los componentes del Plan adoptarán una
actitud de expectativa respecto de las próximas directivas que van a emerger de la Dirección
del Plan.

Estarán prevenidos respecto de que ocurre un hecho y de la posibilidad de puesta en


práctica de alguna medida.

ORDEN DE EMERGENCIA:

• Control de Incendios o Suministros: Este grupo obra sin perjuicio del resto del edificio a fin
de controlar la situación.
• Jefe Técnico (corte de suministro): Cada componente procede a su misión específica porque
la emergencia va en curso (Accesos, Fluidos, Estacionamiento, Servicios, etc.) de acuerdo
a las directivas emergentes.
• Personal Encargado de Evacuación: Pasarán a esta acción aquellos sectores a los cuales se
haya ordenado en consecuencia. Pondrán en práctica las acciones activas y preventivas que
sean pertinentes, como por ejemplo ir interrumpiendo cualquier servicio de fluidos gaseosos
peligrosos, suprimiendo circuitos innecesarios, abriendo accesos de las vías de evacuación,
cerrando ventanas, aprestando personas, etc. Recuérdese que existe un hecho que va a
determinar una acción parcial o total del Plan.

ORDEN DE EVACUACIÓN:

Por la situación planteada, es necesario desalojar el edificio, parcial o totalmente. En


todos los casos el RESPONSABLE GENERAL indicará si es necesario proceder a la evacuación
sectorizada o total del Edificio. Sobre la base de esta determinación los Líderes de Piso (y por ende
los de Sector y Grupo) evacuarán o no cada una de las plantas y/o zonas.

32
CAPITULO VII
EMPLAZAMIENTO Y MANEJO DE LÍNEAS DE ATAQUE A
INCENDIO
MANGAS

El término manga ( de incendio) se utiliza para identificar un tipo de tubo cilíndrico flexible
que lleva agua bajo presión, desde el punto de aprovisionamiento hasta el lugar donde se arroja
para extinguir el fuego.

Como la extinción depende fundamentalmente del eficiente transporte del agua hasta
dicho lugar, las mangas son un elemento esencial en los servicios de bomberos. Por tal motivo
deben fabricarse con los mejores materiales y no tienen que emplearse para otros propósitos que
los específicos.

La manga más simple es un tubo de tela sin costura (fabricado en telares circulares) que
se teje generalmente con lino o algodón. Los hilos que corren a lo largo de la manga constituyen la
urdimbre, y son los que le dan flexibilidad y duración, en tanto que los transversales forman la trama,
que le otorga resistencia a la presión. Por esta razón es común que mientras la urdimbre se halla
constituida por hebras simples, la trama suele estar integrada por hebras compuestas por dos, tres
o aún mayor cantidad de hilos, según la presión que la manga deba soportar. Todas las mangas
tejidas se fabrican en tramos cortos (30, 25, 20 ó 15 metros) que hacen posible tender líneas de la
longitud adecuada a cada caso y facilitan el reemplazo de las secciones que pueden reventarse o
deteriorarse durante las intervenciones. (La vinculación de los distintos tramos se efectúa por medio
de las «uniones» que se describen más adelante). Los diámetros más comunes son 45, 50, 63,5 y
70 mm.

Aunque todas las mangas tejidas se basan en los mismos principios, hay dos tipos
perfectamente diferenciados:

• Las mangas sin forro interior; y


• Las mangas con forro interior.

MANGAS SIN FORRO INTERIOR

Responden íntegramente a la descripción brindada en los párrafos anteriores y por tal


motivo su impermeabilidad depende del ajuste del tejido. Por lo general se fabrican con lino de
primera calidad (hebras largas y resistentes), ya que sus fibras se hinchan al mojarse y disminuyen
las filtraciones. En efecto, las mangas sin forro interior dejan escapar cierta cantidad de agua en
los primeros momentos de su utilización (proceso que se denomina exudación), pero cuando las
hebras se saturan, aumentan de volumen y producen el cierre del tubo, haciéndolo casi impermeable.
(En este sentido es interesante destacar que si bien es posible fabricar una manga prácticamente
impermeable, la tela resultante es demasiado rígida, poco resistente a la abrasión (roce) y tiende a
romperse en los codos y dobleces).

Hasta hace muy pocos años estas mangas eran las más empleadas en los servicios de
bomberos, pero ya han cedido su posición a las que cuentan con forro interior, al punto de que hoy
en día cuando se habla de mangas de incendio se piensa automáticamente en estas últimas. Este

33
es el motivo por el cual utilizamos la denominación de «mangas sin forro interior» para referirnos al
elemento que antes se conocía simplemente como manga.

El principal problema profesional de las mangas sin forro interior es su gran pérdida de
presión, ocasionado por la fricción del agua contra el tejido que, al presentar los nudos descubiertos,
es excesivamente rugoso. También son frecuentes las filtraciones y deterioros durante su empleo,
lo que resiente la eficiencia de la labor bomberil.

En la actualidad este tipo de mangas se encuentra exclusivamente en las instalaciones


privadas de protección contra incendio, donde el uso poco frecuente y las menores exigencias de
rendimiento permiten aprovechar su costo más reducido.

MANGAS CON FORRO INTERIOR

Constan también de un tubo de tela tejida de manera similar al anterior, que se protege
interiormente por algunos de los métodos siguientes:

• Sucesivos baños de látex;


• Un tubo interior de goma, vulcanizado a la manga;
• Un forro interior de tela tina bañada en látex, también vulcanizado a la manga.

El propósito de estos tratamientos es el de lograr una superficie interior más lisa, para
facilitar el desplazamiento del agua y reducir así la pérdida de presión por fricción. Si bien los tres
métodos mencionados presentan considerables diferencias entre sí, el nombre genérico que se
aplica a estas mangas es el ya mencionado de «mangas con forro interior». En nuestro país las
mangas forradas se fabrican también con lino, en tanto que en otros (especialmente en los Estados
Unidos) se suele emplear el algodón, ya sea en tejidos simples, dobles y hasta triples (que puedan
ser independientes o entretejidos).

Actualmente también se fabrican mangas con fibras sintéticas, en especial de dacrón,


tanto en los tipos con forro interior como sin forro, obteniéndose muy buenos resultados en cuanto
se refiere a peso, maniobrabilidad, resistencia a la presión, durabilidad e inmunidad contra el
enmohecimiento y la polilla.

También es común bañar exteriormente las mangas con caucho sintético o substancias
equivalentes, que aumentan su impermeabilidad y resistencia a la abrasión. Actualmente también
se fabrican mangas con fibras sintéticas, en especial de dacrón, tanto en los tipos con forro interior
como sin forro, obteniéndose muy buenos resultados en cuanto se refiere a peso, maniobrabilidad,
resistencia a la presión, durabilidad e inmunidad contra el enmohecimiento y la polilla.

También es común bañar exteriormente las mangas con caucho sintético o substancias
equivalentes, que aumentan su impermeabilidad y resistencia a la abrasión.

MANGAS DE GOMA

Las mangas de goma se usan en las líneas de menor diámetro (por lo general 32 mm),
que regularmente se reservan para «primeros auxilios».

Estas mangas están formadas por un tubo interior de goma, del diámetro escogido, y
sucesivas capas de tela y goma; según los casos la tela puede estar dispuesta en capas longitudinales
o a modo de espiral. De cualquier manera el resultado es un tubo de considerable consistencia, que
aún estando vacío retiene su forma cilíndrica.

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Dos son los motivos que justifican el uso generalizado de estas mangas, en los incendios
de poca importancia: primero, su absoluta impermeabilidad, que reduce considerablemente los daños
ocasionados por el agua, y segundo, la poca cantidad de líquido que arrojan, lo que permite iniciar
el ataque sin pérdida de tiempo, con el agua transportada en el tanque de la autobomba.

Para aprovechar al máximo sus ventajas las mangas de goma se enrollan en tambores
especiales, denominados «devanaderas», que por medio de una conexión articulada hacen posible
mantener la línea permanentemente conectada a una derivación de la expulsión de la bomba.

Estas devanaderas suelen contar con 40 metros de manga (dos tramos de 20) fácilmente
desenrollable, que terminan en una lanza con grifo.

UNIONES

Las uniones son piezas metálicas que hacen posible el armado de dos tramos de manga
entre sí, o de éstas con otros equipo y elementos de lucha contra el fuego.

Si bien las uniones pueden tener diversas características, de acuerdo con los varios
sistemas empleados, las más difundidas son las del tipo denominado «a rosca». En esta clase de
unión hay dos piezas diferentes, una que presenta los hilos de su rosca hacia afuera, y la otra que
tiene una anilla giratoria, cuyos hilos están en la parte interior; el armado entre ambas uniones se
logra engarzando los hilos y haciendo rotar la anilla.

La unión que posee los hilos exteriores se denomina «macho» y la que los tiene dentro
de la anilla se llama «hembra».

Cada tramo de manga cuenta con una unión hembra y una unión macho, convenientemente
fijadas a sus extremos. Esto hace necesario que, para posibilitar el armado de las mangas a otros
equipos de incendio, se requiera un criterio uniforme en la elección del género de las uniones
correspondientes. Por tal motivo, todo orificio por donde el agua salga está provisto de una unión o
rosca macho, mientras que los destinados a la entrada del líquido cuentan con una unión o rosca
hembra. Esta diferencia se aprecia con mucha claridad en las autobombas, en cambio en las mangas
es preciso recordar que siempre la unión macho es la que se orienta hacia el incendio.

Las uniones más comunes están fabricadas en bronce, aunque también hay algunas de
aluminio e incluso de hierro maleable. Por lo general cada unión posee dos proyecciones cilíndricas,
opuestas entre sí, que permiten el ajuste mediante el empleo de una llave especial, llamada llave de
unión. (Las uniones se fijan a la manga de diversas maneras, pero la más empleada consiste en la
expansión de un anillo de cobre, que oprime el tejido y el forro contra el interior de la pieza, que es
áspero para facilitar la seguridad y hermeticidad del ajuste.

A su vez, el cierre perfecto en el armado de una unión macho con una unión hembra se
obtiene por medio de una junta, comúnmente llamada rodete, que puede ser de caucho, plástico,
cuero, o tela y goma, y que se ubica en la cavidad o rebaje que presentan las uniones hembras de
los distintos elementos profesionales.

Es oportuno destacar que en el tipo de unión roscada las piezas también se suelen llamar
simplemente “roscas”.

35

En algunos países europeos, particularmente en Gran Bretaña y en Alemania Occidental


se emplean distintos sistemas de uniones “instantáneas” que, como su nombre lo indica pueden
ser armadas con gran rapidez, ya sea ejerciendo una leve presión entre ambas piezas, o dándole
un cuarto de vuelta a una de ellas. El tipo británico de unión instantánea es el más rápido y eficaz,
pero debido a la complejidad de su mecanismo tiene un costo muy elevado y puede deteriorarse
durante el servicio.

En cambio, las uniones alemanas constituyen un buen término medio entre el sistema
tradicional a rosca y las verdaderamente instantáneas, que son las británicas. En efecto, aquellas
uniones permiten un armado más rápido que las roscadas, son menos vulnerables a los golpes que
las de cualquier otro tipo, y por tener ambas piezas iguales (no hay una unión macho y otra hembra)
evitan confusiones en el tendido de las líneas.

Por la mencionada característica de poseer ambas uniones iguales, se las conoce con la
denominación de “hermafroditas”.

Casi todas las autobombas de alta presión emplean este sistema alemán en sus líneas
de diámetro reducido (32 y 50 mm). En este caso, cada unión cuenta con un cuerpo (fundido en
aluminio) que en su frente presenta dos salientes y otras tantas muescas y pestañas, y una anilla
roscada posterior, fabricada en bronce. El armado se hace introduciendo las salientes de una pieza
en las muescas de la otra, y dando un cuarto de vuelta a cualquiera de ellas, para que las salientes
de cada unión engarcen en las respectivas pestañas de la opuesta. El ajuste se logra rotando hacia
la derecha cualquiera de las dos anillas, y no requiere el empleo de una llave, que sin embargo
puede ser necesaria para desarmar la unión. Como se desprende de esta descripción, cada unión
cuenta con su propia junta o rodete, elemento que por las características del sistema juega un papel
fundamental en la obtención de un cierre hermético.

Empleo de llave unión para acople de mangas.

En estos sistemas la fijación de la unión a la manga se produce por medio de una


empatilladura, vale decir que cada pieza presenta una prolongación posterior, que se introduce en
la manga y sirve de cuna a varias vueltas de alambre galvanizado que la retienen firmemente.

36
Acople rápido STORZ

ENROLLADO DE LAS MANGAS

Una de las primeras tareas que el bombero debe aprender a realizar es la de enrollar las
mangas eficientemente. Es que, al margen de los distintos métodos que se utilicen para el transporte
de las mismas en las unidades (los que se tratan más adelante), los rollos constituyen los elementos
fundamentales para el tendido de líneas mediante el empleo de mangas de 45, 50, 63,5 ó 70 m
de diámetro. El rollo más simple es el que se usa para conservar las mangas en depósito durante
un tiempo más o menos prolongado. En esta forma de acondicionamiento siempre se deja fuera la
rosca hembra. El hombre debe proceder del modo siguiente:

• Escoge un lugar limpio para efectuar la tarea;


• Extiende totalmente la manga, de manera que queda sin curvas ni dobleces;
• Toma la unión macho con ambas manos, enrollando la manga tan ajustadamente como pueda;
• Apoya el rollo sobre un costado, y empareja los bordes con ambos pies.

Cuando hay que recoger las mangas dañadas en los incendios se procede de la misma
manera, con la excepción de que el rollo se comienza con la rosca hembra, para que una vez
terminado quede afuera la unión macho, indicando que el tramo está deteriorado.

Aunque estos dos tipos de rollos simples se utilizan casi exclusivamente para los fines
mencionados, algunos cuerpos de bomberos también los emplean en labores operativas, en particular
con mangas cortas.

Sin embargo, el rollo más difundido es el que originariamente se conocía como “rollo
holandés”. Para hacerlo se requieren por lo general dos hombres, que actúan de la manera siguiente:

• Extienden totalmente la manga, de manera que quede sin curvas ni dobleces.


• Uno de ellos toma la rosca macho y la lleva hasta aproximadamente un metro de la unión
hembra, con la cual casi media manga queda sobre la mitad restante;
• El otro hombre comienza a enrollar la manga a partir del doblez, mientras el primero va guiando
la mitad superior para asegurarse que cubra bien a la de abajo.
• Cualquiera de ellos apoya el rollo sobre un costado y empareja los bordes con ambos pies.
Empleando un poco más de tiempo, la misma labor puede también ser llevada a cabo

37
eficientemente por un solo hombre.

Rollo tipo holandés

La principal ventaja de este rollo radica en que como ambas uniones quedan afuera, puede
emplearse por igual en el tendido de líneas de ataque o de alimentación. Asimismo, la rosca macho
queda bastante protegida de los golpes por la porción final de la manga, protección que se acentúa
considerablemente con la buena práctica de asegurar el rollo con una cuerda corta.

Por otra parte, requiere sólo la mitad de la extensión de la manga para desenrollarse
totalmente, lo cual es muy conveniente para el tendido de líneas dentro de un edificio o cualquier
lugar cerrado, o para mantener una reserva cerca de la lanza, lo que permitirá su posterior avance
sin el agregado de tramos adicionales.

Este rollo también hace posible el tendido eficiente de un tramo con un solo hombre, por
el sencillo recurso de “dar un tirón” a la unión macho, ya que con un poco de práctica tal impulso
bastará para desenrollar totalmente la manga.

Contando con dos hombres, la operación puede acelerarse en forma considerable, ya que
al tomar cada uno de ellos una rosca y correr en direcciones opuestas, se puede tender la manga
sin esperar a que se desenrolle por sí misma.

Para transportar un rollo, el bombero lo pone sobre el hombro derecho, de manera que
quede en posición vertical, y con la rosca hembra frente al pecho, asegurándolo por debajo con
ambos pulgares y lateralmente con los restantes dedos bien extendidos. En caso de suma necesidad
un hombre puede transportar dos rollos a la vez, poniendo uno debajo de cada brazo y haciendo
presión contra el cuerpo.

Este método es particularmente efectivo con mangas sintéticas de poco peso.

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ARMADO DE LAS MANGAS

En el trabajo normal es necesario armar constantemente las líneas de mangas, ya sean de


ataque o de alimentación. Tal es así que puede apreciarse fácilmente la experiencia de un bombero
por la forma en que efectúa estas tareas. Por otra parte, sólo a través de la práctica cotidiana se
desarrolla la habilidad de enroscar rápidamente las uniones sin correr el riesgo de dañar los hilos.
Sin embargo, hay un método que permite acelerar el aprendizaje de este importante aspecto de la
labor profesional; en pocas palabras, debe procederse del modo siguiente:

Se enfrentan las uniones macho y hembra, de manera que lleguen a tocarse ligeramente,
vale decir sin hacer presión;

• Se hace girar la anilla de la unión hembra hacia la izquierda, hasta escuchar el ruido
característico que produce uno de los hilos al zafar sobre el otro; e
• Inmediatamente después se hace girar la anilla hacia la derecha, hasta completar el ajuste
de la unión.

Normalmente la tarea de unir dos mangas es llevada a cabo por dos bomberos, que se
paran uno frente al otro, pasando los tramos por entre sus piernas. El que tiene la unión macho la
sostiene firmemente con ambas manos, apoyándola contra el vientre, y presentando la rosca hacia
adelante. El otro hombre toma la unión hembra con la mano izquierda y la anilla con la derecha, la
acerca a la rosca macho y una vez obtenida la alineación necesaria, hace girar la anilla hasta lograr
un buen ajuste.

Cuando el armado debe ser hecho por un solo hombre se pueden emplear diversos
métodos, que si bien son totalmente distintos resultan de similar eficacia, como los tres que se
describen a continuación:

1. El hombre toma la unión hembra con su mano derecha, dobla ligeramente la misma rodilla
y hace descansar la manga sobre la parte superior del muslo. Toma la unión macho con
la mano izquierda, acerca y nivela ambas uniones, y hace girar la anilla con el pulgar
derecho, hasta lograr un buen ajuste. (Este método es el más recomendable).
2. Se ponen ambas mangas en una misma línea, con las uniones en el piso. El bombero se
para de manera que el pie izquierdo quede cerca de la rosca macho, lo aplica directamente
al lado de dicha unión y hace presión hasta que los hilos se orienten hacia arriba. Toma
la unión hembra con la mano derecha y la anilla giratoria con la izquierda, acerca y alinea
ambas roscas, y rota la anilla con el pulgar izquierdo. (Este método se puede usar cuando
el piso es firme).
3. Es similar al anterior, con la diferencia de que antes de comenzar la operación se debe
efectuar un doble pliegue cerca de la unión macho. (Se emplea cuando el terreno es flojo
o resbaladizo).

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TRANSPORTE DE MANGAS

El transporte de las mangas necesarias para la extinción de los incendios, especialmente


en lugares donde el abastecimiento de agua no es abundante, constituye uno de los factores
fundamentales en la eficiencia de la labor profesional. En la actualidad, y de acuerdo con las diversas
condiciones locales y los métodos operativos de los cuerpos en cuestión, las mangas se transportan
en las unidades por medio de rollos, carreteles o estibas.

ROLLOS

En realidad esta forma de acondicionamiento de mangas fue ideada para el tendido de


líneas cortas de ataque, el reemplazo de tramos dañados y el agregado de secciones a una línea
ya tendida. Sin embargo, su practicidad para muchos otros usos ha hecho que se convirtiera en
un verdadero método para el tendido de toda clase de líneas (incluso de alimentación), aunque en
este tipo de cometido implica grandes demoras por el tiempo que demanda el armado en el lugar
de los distintos tramos entre sí.

Los rollos se transportan en compartimientos especiales de las autobombas, cuya forma


hace posible el acondicionamiento de varios tramos, uno al lado de otro, sin necesidad de elementos
adicionales que los retengan durante la marcha del vehículo.

Tales divisiones deben ser herméticas, para la mejor protección de las mangas, y de fácil
acceso, para posibilitar el rápido tendido de las líneas. Por otra parte, se reservarán exclusivamente
para las mangas, porque de esta manera se evitan los daños derivados del roce con otros materiales,
en especial cuando éstos son metálicos.

El número de compartimientos suele variar; puede haber tres o cuatro cuando las mangas
se transportan únicamente en rollos, o sólo uno si se emplean carreteles o estibas, puesto que,
según ya se dijera, aún en estos casos los tramos enrollados resultan imprescindibles para diversas
tareas profesionales.

ESTIBAS

Esta forma de transporte consiste en el plegado de las mangas dentro de un compartimiento


de la autobomba, de manera tal que las sucesivas “capas” de tramos doblados queden unas sobre
otras formando especies de “estibas”.

Como todos los tramos que integran una estiba se hallan armados consecutivamente,
igual que en los carreteles, se gana mucho tiempo en el tendido de las líneas de manga.

Las estibas no son recomendables para los cuerpos de bomberos que tienen pocas
intervenciones, ya que el gran número de dobleces puede perjudicar a las mangas cuando quedan
acondicionadas por muchos días. Por supuesto que este inconveniente se salva cambiando
periódicamente la posición de los tramos, por ejemplo, cada veinte días, haciendo coincidir dicha

40
tarea con el entrenamiento del personal.

La ventaja fundamental de la estiba sobre el carretel se


manifiesta en el tendido de líneas de ataque dentro de los edificios
y en particular cuando es necesario llevarlas a pisos superiores, ya
que en estos casos cada hombre puede transportar varios pliegues
a la vez, generalmente sobre el hombro.

Para que una autobomba sea capaz de transportar mangas


estibadas debe haber sido diseñada con tal propósito, ya que el
tamaño de los compartimientos necesarios hace prácticamente
imposible adaptarlos a unidades concebidas con otro criterio.

Sin embargo, cualquier cuerpo de bomberos puede


aprovechar las ventajas operativas de las estibas, recurriendo al
empleo de vehículos auxiliares como los furgones que sirven para
tal forma de transporte de mangas, sin perder su natural versatilidad
para la carga de cualquier otro elemento. Esto es perfectamente posible, ya que todo lo que se
requiere para el estibado es un cajón rectangular similar al de dichos vehículos comerciales, con el
simple agregado de una base de listones de madera separados entre sí, para permitir la ventilación
de los tramos.

Pese a que los requisitos que debe llenar el compartimiento son, como puede apreciarse,
muy sencillos, el correcto estibado de las mangas reclama el empleo de ciertas técnicas que, sin ser
complicadas, deben conocerse perfectamente para obtener buenos resultados. En síntesis, la estiba
no es un método rápido y económico para acelerar el tendido de líneas, pero requiere personal bien
entrenado en la preparación de las mangas.

Por todos los motivos expuestos, y por tratarse de una forma de transporte que ofrece
diversas variantes, es necesario dedicarle unas líneas más que a las anteriores, en especial teniendo
en cuenta que su poca difusión se debe principalmente a la falta de literatura sobre el tema.

AUMENTO DE UNA TIRA DE MANGA

Durante el curso de una labor profesional puede ser necesario aumentar la longitud de
una línea de mangas; frecuentemente esto ocurre cuando, siendo necesario el avance del pitonero,
la línea resulta corta.

El aumento se realiza, preferentemente, en la unión con la


lanza, de modo de evitar que el pitonero tenga que arrastrar la manga
llena de agua al reanudar el trabajo; si esto no fuera posible, el aumento
se efectúa donde el espacio lo permita, tratando de que sea cerca de la
lanza. El hombre encargado de hacer esta maniobra toma un tramo de
manga y lo lleva hasta el sitio conveniente, donde la extiende en forma
de circunferencia, al lado de una unión. Si la línea se halla trabajando avisa al pitonero que se va
a cerrar el paso del agua, haciendo enseguida efectuar el corte. Luego de esto desarma la unión
escogida y agrega el tramo, efectuando las otras dos uniones necesarias para completar el trabajo.

Una vez unidas las mangas se vuelve a dar paso al agua, previo aviso al pitonero.

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REEMPLAZO DE UNA TIRA DE MANGA

Cuando una manga que se encuentra trabajando en una línea cualquiera sufre un deterioro
de importancia (rotura, varias pinchaduras, etc.) es necesario reemplazarla. Para hacerlo, el bombero
designado toma una tira y la conduce hasta el lugar del problema, donde la extiende paralela a la
manga afectada, de modo que las uniones queden próximas, procediendo luego como en el caso
anterior.

DISTINTOS TIPOS DE LÍNEAS

En la terminología bomberil se da el nombre de línea a


cualquier manga o sucesión consecutiva de mangas empleadas para el
transporte de agua u otros medios de extinción. Para decirlo con mayor
claridad, luego que una o más mangas han sido tendidas para cumplir
una finalidad operativa cualquiera, pasan a constituir una “línea” que, en
términos generales, puede ser directa, de ataque o de alimentación.

LÍNEA DIRECTA

Se llama línea directa a la que partiendo de la columna llega hasta el incendio. La maniobra
para el tendido de una línea directa se hace por lo común con cuatro hombres que son: un columnero,
dos bomberos (número 1 y número 2) y un pitonero. Simultáneamente estos hombres cumplen las
tareas siguientes: el columnero arma en el hidrante de piso (ver maniobra), los números 1 y 2 tienden
los tramos necesarios (ya sea con rollos o carretel) y el pitonero arma directamente la lanza en la
última tira.

LÍNEA DE ATAQUE

Se denomina línea de ataque a la que va desde la unidad impulsora hasta el incendio. Su


tendido es similar al de una línea directa, con la sola excepción de que en la de ataque no interviene
el columnero.

En toda línea de ataque se debe utilizar siempre un pequeño exceso de manga, que permita
al pitonero desplazarse a medida que avanza la extinción. Esa porción de manga se conoce con el
nombre de reserva y preferentemente debe dejarse a la izquierda del pitonero. Aquí corresponde
hacer notar también que, pese a su distinta denominación, las líneas directas también son líneas
de ataque, y por este motivo, también en ellas se dejará manga de reserva.

LÍNEA DE ALIMENTACIÓN

Se llama línea de alimentación a la que partiendo de la columna (hidrante de pared, poste


hidráulico u otra fuente de aprovisionamiento) llega hasta los niples de alimentación de la unidad
impulsora. Su tendido también es similar al de una línea directa, excepto que en la de alimentación
no interviene el pitonero.

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HIDRANTE

En el vocabulario bomberil recibe el nombre de hidrante un


elemento que sirve para conectar la manguera o la columna a una cañería
de agua.

Existen dos tipos principales de hidrantes, los de piso y los de


pared.

Los hidrantes de pared se constituyen sobre la base de un diseño casi universal y están
constituidos por una pieza de bronce montada directamente sobre la cañería, cuya boca de 45 ó 63,5
mm. tiene una inclinación hacia el suelo de 45°. En nuestro país dicha boca presenta una rosca para
el armado de la manga, pero en otros lugares se utilizan distintos sistemas de unión instantánea.
El paso del agua es regulado por una válvula esclusa instalada en la misma pieza, que se acciona
manualmente con un llave a volante. Por su parte, los hidrantes de piso se hallan agrupados por
dos grandes clases: los de válvula exterior y los de válvula interior, a bola.

LANZA

En los servicios de bomberos se denomina lanza o pitón a un tubo generalmente metálico,


que se acopla al extremo de la manga con el objeto de dar velocidad y dirección al agua. Desde que
el agua sale de la lanza hasta que llega al punto deseado (por lo general al material en combustión)
recibe el nombre de chorro. Como la efectividad del chorro es esencial en la lucha contra el fuego,
resulta imprescindible contar con lanzas de buena calidad.

La lanza tradicional es un tubo de cobre, que adopta la forma troncocónica, para dar
más velocidad al agua. En sus extremos posee sendas piezas de bronce soldadas, que reciben el
nombre de cajas.

La caja grande es la que se arma en la manga y, por tal motivo cuenta con una rosca
hembra dotada de sus correspondientes proyecciones cilíndricas.

La caja chica sirve para el armado de la boquilla (que es la pieza que completa la lanza)
y posee para ello una rosca macho.

En este tipo de lanza los diámetros más comunes son los que corresponden a las líneas
más difundidas, o sea 63,5 y 45 mm respectivamente.
La longitud del tubo suele variar aún en lanzas del mismo diámetro, y con el pasar de los años se
ha ido reduciendo, sin que esto perjudique la eficacia del chorro.

El complemento de estas lanzas es la boquilla, una pieza adicional que permite obtener
chorros de distinto alcance, de acuerdo a la presión de trabajo, sin necesidad de cambiar la lanza.
Para lograr este propósito todas las boquillas que corresponden a una lanza determinada, cuentan

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con igual paso de rosca, y sólo se diferencian en su abertura final, que suele variar desde los 8
hasta los 32 mm de diámetro.

La forma general de la boquilla es similar a la de la lanza (tronco-cónica) pero antes del


orificio de salida se hace cilíndrica, para obtener un chorro eficiente.

Es muy importante que el interior de la boquilla conserve


el pulimentado original, pues cualquier raspadura desvía los filetes
líquidos y provoca turbulencias que reducen el alcance del chorro.
Como la parte esencial es el orificio de salida, éste no se encuentra a
nivel con el borde de la boquilla sino ligeramente más adentro, para
asegurar su protección, la que se completa con un collar exterior.

Los conceptos anteriores tienen vigencia en cuanto se relacionan con las lanzas
tradicionales, que todavía se emplean en algunas labores profesionales. Dentro de la misma línea
de diseño también hay lanzas con grifos, que permiten controlar el paso del agua de acuerdo con
las condiciones imperantes en el incendio, para evitar en lo posible el perjuicio que su exceso puede
ocasionar. Por lo general en las lanzas modernas de este tipo el tubo es de plástico y las cajas y el
grifo de aluminio.

Un complemento bastante difundido de las lanzas de diseño clásico es la llamada boquilla


de niebla. La más antiguas eran muy similares a las de chorro pleno, con el agregado de un pequeño
cono invertido de bronce, que se aseguraba a su collar, para disgregar el chorro y obtener así una
niebla cuyo espectro variaba con la distancia a la cual se fijaba el cono. También hubo modelos en
los cuales era posible regular dicha distancia, ya que el cono iba soldado a una anilla roscada en
el extremo de la boquilla.

Las boquillas de niebla que aún se emplean (siempre armadas a las lanzas tradicionales)
responden a un diseño más evolucionado que permite obtener diversas clases de niebla, e incluso una
especie de chorro pleno, que si bien es hueco tiene suficiente proyección para alcanzar considerable
distancia.

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MANEJO DE LÍNEAS DE ATAQUE

Método de un hombre con línea de 1 ½ pulgadas. Método dos un hombres con línea de 1 1/2 pulgadas.

Método de un hombre con línea de 2 1/2 pulgadas. Línea de 2 1/2 pulgada atada con una cuerda

Método de dos hombres para manejar una Línea de tres hombres para manejar una línea de
línea de 2 1/2 pulgadas. 2 1/2 pulgadas.

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CAPÍTULO VIII
PROTECCIÓN RESPIRATORIA

EQUIPOS DE PROTECCIÓN RESPIRATORIA

Los aparatos de protección respiratoria constituyen uno de los elementos esenciales dentro
del equipamiento de los actuales servicios de incendio. Si bien es cierto que la necesidad de estos
implementos ha sido reconocida desde hace más de cien años, puede decirse que recién ahora se
aprecian universalmente las notables ventajas que derivan de su empleo, y todavía no faltan quienes
debido a su inexperiencia los consideran un complemento incómodo al que sólo debe recurrirse en
última instancia.

No obstante, los cuerpos de bomberos modernos han comprendido que el uso frecuente
de los aparatos respiratorios en los incendios, y por supuesto, el constante entrenamiento con los
mismos, son la base del buen éxito operativo, ya que aceleran las labores de salvamento, protegen
la integridad física del personal, facilitan el control del fuego e incluso, disminuyen, por razones
obvias, las pérdidas ocasionadas por el agua.

Como se sabe, la función de los aparatos respiratorios es la de permitir al operador


desenvolverse en una atmósfera irrespirable. Estas condiciones normalmente derivan de la presencia
de distintos tipos de gases que pueden ser generados por la combustión, la vaporización o la reacción
química de diversos tipos de sustancias, o bien fluir accidentalmente de algún sistema de refrigeración
u otra clase de planta industrial. Si tales gases son calientes o livianos ascienden rápidamente,
permaneciendo en los niveles inferiores de los sectores afectados cuando son más densos o fríos.
Tanto unos como otros pueden ser tóxicos o provocar problemas respiratorios de distinta gravedad
cuya incidencia en los casos fatales que se registran en los incendios se deduce fácilmente de los
datos siguientes, que resumen las conclusiones de múltiples estudios médicos realizados sobre el
particular:

PRINCIPALES CAUSAS DE DECESOS EN LOS INCENDIOS

• Aspiración de aire con elevada concentración de monóxido de carbono. Como ya hemos


visto el monóxido de carbono es un compuesto peligroso e inestable que se desprende
de la combustión de sustancias que contienen carbón, cuando la cantidad de oxígeno es
insuficiente. Es extremadamente inflamable y su peligrosidad se acentúa por el hecho de ser
invisible, insípido e inodoro. El monóxido de carbono es mortal porque la hemoglobina de la
sangre que transporta el oxígeno a todo el organismo tiene mayor afinidad por él que por el
oxígeno, y cuando se combinan forman un compuesto estable, la carboxihemoglobina, que
la inutiliza para efectuar dicho transporte. Generalmente la muerte sobreviene cuando se ha
saturado más del 75 % de la hemoglobina, cosa que en un incendio puede llegar a ocurrir
en menos de dos minutos.
• Falta de oxígeno, que en los lugares cerrados puede haber sido consumido por la combustión.
• Edema bronquial y pulmonar con hiperemia. El edema es una condición física en la cual los
tejidos del cuerpo contienen una cantidad anormal de fluido que causa hinchazón; hiperemia
es la presencia de una cantidad desusada de sangre en cualquier parte del cuerpo. Ambos
males son ocasionados por la inhalación de gases irritantes, tales como los anhídridos,
aldehídos y ácidos e incluso vapor de agua.
• Aspiración de aire con elevada concentración de anhídrido carbónico, lo que ocasiona una
prolongada hipernea, esto es una exagerada aceleración del ritmo respiratorio.
• Inhalación de otros gases tóxicos como el cianógeno, cloro, óxidos de nitrógeno, fosgeno, y
ácidos orgánicos volátiles.
• Fibrilación ventricular, producida por la inhalación de vapores de hidrocarburos. Fibrilación

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es la contracción desordenada e insuficiente del corazón.
• Efectos directos del calor.

En síntesis, la mayoría de los casos fatales se producen por la inhalación de gases


y no como generalmente se piensa por contacto directo con las llamas, lo que ratifica el papel
preponderante que los aparatos respiratorios desempeñan en la preservación del personal.

La real comprensión del mecanismo en base al cual actúan tales equipos es uno de
los factores fundamentales en su mejor aprovechamiento por parte del bombero, y para ello es
imprescindible incluir algunos conceptos relacionados con la función respiratoria en general.

La atmósfera terrestre es una mezcla de gases, cuya composición aproximada es la


siguiente:

• Nitrógeno 78,13 %
• Oxígeno 20,90 %
• Gases raros 0,94 %
• Anhídrido carbónico. 0,0003 %

De todos estos gases los organismos animales sólo emplean uno para sus funciones
vitales, que es el oxígeno, ya que el nitrógeno es un elemento inerte cuyo pasaje se produce
prácticamente sin alteraciones, mientras que el anhídrido carbónico, pese a su radical importancia
como estimulante del proceso respiratorio es producido por éste en mayores cantidades que las
aportadas por el aire atmosférico.

Los fenómenos respiratorios son físicos y químicos. Los físicos son los que determinan la
entrada y salida alternativas del aire en los pulmones y comprenden por lo tanto dos movimientos
musculares opuestos: uno de «inhalación» con el ensanchamiento del tórax, y el otro de «exhalación».
que tiene por objeto expulsar el aire ya utilizado.

El número de movimientos respiratorios varía en el hombre de acuerdo con las


características individuales, edad, estado de ánimo, fatiga, reposo. etc.: en los adultos se producen
de 15 a 20 veces por minuto, siendo aún más frecuentes en los niños.

El consumo de oxígeno también varía, como el número de los movimientos respiratorios,


de acuerdo con el grado de actividad del individuo; así un hombre en reposo, acostado, consume
aproximadamente ¼ litro de oxígeno por minuto, cantidad que va aumentando armónicamente con
la actividad o desgaste de energía, hasta alcanzar cerca de 3 litros por minuto, cuando el trabajo
efectuado es violento. El consumo normal de un adulto es de 1,5 litro por minuto, motivo por el cual
las válvulas reguladoras de los aparatos respiratorios están preparadas de modo que permitan el
pasaje de esa cantidad.

La cantidad de aire que entra en los pulmones en cada movimiento es de aproximadamente


medio litro, pero luego de una exhalación prolongada todavía queda en ellos un importante residuo,
estimado en un litro y medio.

Los fenómenos químicos vinculados con la respiración son los que determinan la fijación
del oxígeno en la sangre, por medio de su hemoglobina (que pasa entonces a ser oxihemoglobina)
y el desprendimiento de anhídrido carbónico. En este sentido el cuerpo humano puede compararse
con una gran cantidad de diminutos motores cada uno de los cuales requiere para su funcionamiento
una determinada cantidad de combustible, oxígeno y un circuito de escape para despedir los gases
producidos. Así, cada vez que se mueve un músculo por cualquier motivo, o se cumple una función
fisiológica, se pone en marcha un número variable de tales «motores», reclamando la alimentación

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correspondiente; el combustible es suministrado por el aparato digestivo y el oxígeno por la función
respiratoria, en tanto que la misma sangre se encarga de desprenderse del anhídrido carbónico y
otros productos de desecho.
Efectuando un análisis de los cambios experimentados por el aire en el proceso respiratorio,
pueden observarse las modificaciones porcentuales siguientes:

Nitrógeno Oxígeno Anhídrido carbónico


Aire inhalado 79 21 0,0003
Aire exhalado 79 15,5 4,5

Las mismas ratifican que la sangre absorbe oxígeno y desprende anhídrido carbónico, y que
el nitrógeno no juega papel alguno en la respiración. Corresponde agregar que el aire exhalado se
halla saturado de vapor de agua, y que su temperatura es considerable, aproximándose a los 35° C.

Dando ya por sentado el conocimiento de todos los conceptos anteriores, podemos encarar
ahora la descripción de los aparatos respiratorios con mayores posibilidades de aprovechamiento.

Si bien tradicionalmente se dividía a los aparatos respiratorios de acuerdo con su


dependencia o independencia de la atmósfera, la evolución tecnológica ha determinado la casi
absoluta desaparición de los primeros, muy particularmente en los servicios de bomberos. Por
razones prácticas, entonces, nos limitaremos a los equipos independientes de la atmósfera, por lo
general conocidos como autónomos, los que pueden ser de circuito cerrado o de circuito abierto.

EL APARATO RESPIRATORIO

La respiración pulmonar es un proceso por el cual el cuerpo humano ventila la sangre.


De esta manera, logra llevar oxígeno a los tejidos, lugar donde lo utiliza la respiración celular. El
cerebro, por ejemplo, deja de funcionar en alrededor de 4 minutos si no recibe oxígeno, por lo que
este proceso es vital. Para llevarlo a cabo, el cuerpo posee un aparato llamado respiratorio, el que
se compone por lo siguientes órganos:

• Nariz y boca.
• Nasofaringe.
• Tráquea.
• Bronquios.
• Bronquiolitos.

Estos órganos son una serie de conductos que canalizan el aire y lo filtran de impurezas
como polvo y partículas extrañas, reteniendo los primeros y expulsándolos luego por medio de las
mucosidades. Se denominan también vías respiratorias, y alojan además el sentido del olfato y las
cuerdas vocales (que necesitan aire para vibrar y así producir sonidos).

El último órgano del aparato es el pulmón. Hay dos pulmones en el cuerpo humano, siendo
más grande el derecho que el izquierdo. Están conformados por numerosas unidades funcionales
llamadas alvéolos, que son extremadamente pequeños, a tal punto que a través de sus paredes,
permiten el pasaje de gases de un lado al otro.

MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN

Cuando se respira aire, el mismo es transportado hacia los pulmones. Una vez en los
alvéolos, este aire, que posee un 21% de oxígeno, entra en contacto con la sangre - impulsada por
el corazón - que viene viciada de los tejidos, y que tiene aproximadamente un 16% de oxígeno y
un 4-5% de dióxido de carbono (CO2). Por simple diferencia de concentración, el CO2 sale de la

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sangre a través de la pared alveolar hacia el aire, y éste a su vez cede oxígeno a la sangre, que la
transporta nuevamente a los tejidos, mediante unidades de transporte de una sustancia denominada
hemoglobina.

Cabe agregar que los movimientos respiratorios de inspiración (inhalación) y expiración


(exhalación) son controlada en forma automática por el cerebro, que expande y contrae
alternativamente la caja torácica por medio de una compleja red de músculos del tórax y diafragma.

IMPORTANCIA DE LA PROTECCIÓN RESPIRATORIA

Para que la respiración se lleve a cabo correctamente, deben darse las siguientes
condiciones:

• El aire que se respira debe contener no menos de un 17-18% de oxígeno, dado que de lo
contrario no habrá suficiente concentración como para producir adecuado intercambio gaseoso
a nivel alveolar.
• Si el aire que se respira está saturado de partículas en suspensión (polvo o humo) llegará
un momento en que las vías respiratorias se bloquearán, al ir atrapando esas partículas en
su interior.
• Si el aire que se respira está saturado de CO2, habrá demasiada concentración como para
que éste pueda salir de la sangre, produciéndose un efecto de asfixia.
• Algunas sustancias comúnmente presentes en los incendios como por ejemplo el monóxido
de carbono (CO2) tienen una gran afinidad por la sangre, y desplazan al oxígeno, por lo
que aún en pequeñísimas cantidades intoxican la sangre. Ello se debe a que se unen a la
hemoglobina a una velocidad 270 veces superior al oxígeno, por cuanto si a nivel alveolar el
aire está entrando con CO2, la hemoglobina va a unirse primero a este último, siendo saturado
enseguida el torrente sanguíneo y dejando cada vez menos hemoglobina libre para transportar
oxígeno. De este modo, el CO2 enseguida comienza a neutralizar el sistema sicomotríz del
organismo y a causar numerosos perjuicios en los demás sistemas como consecuencia del
avance de la intoxicación.
• Lo mismo ocurre con otros compuestos, mucho más peligrosos aún. La descomposición
térmica de muchos materiales sintéticos, genera gases de muy extrema peligrosidad por
su grado de toxicidad, como por ejemplo el cianuro de hidrógeno, dióxido de azufre, otros
compuestos azufrados, dióxido de nitrógeno, amoníaco, etc. La madera genera sustancias
entre las cuales predominan el oxido pirolenioso, alquitranes y CO2,. También la espuma de
polieuretano libera una serie de productos tóxicos pudiéndose citar el acetonitrino, benzonitrilo,
acrilonitrilo, disocianato de tolueno, amoníaco, dióxido de nitrógeno y aldehídos alifáticos e
insaturados.
• Las sustancias que tienen algún otro efecto agresivo, como por ejemplo los corrosivos (cloro,
amoníaco, etc.), también hacen estragos en el organismo, puesto que si son inhaladas, al
injuriar inmediata y severamente las vías respiratorias provocan el colapso de la mecánica
respiratoria, así que aunque no exista un envenenamiento o intoxicación inmediato, el mayor
peligro está referido a sus otras condiciones de agresividad.
• Lo expuesto, es nada más que una introducción al proceso de respiración humana y la
razón por la cual debe procurarse respirar aire puro. Debe considerarse que en nuestra labor
cotidiana estamos permanentemente operando con masas de gases de combustión u otros
que en todos los casos son agresivos definidos para el organismo.

Debe procurarse proteger la respiración por dos razones fundamentales:

• Para proteger a largo plazo su salud, evitando la continua incorporación de agresivos a su


aparato respiratorio.
• Para ser más eficiente en su desempeño dentro de la dotación: La protección respiratoria

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puede ser incómoda y pesada, pero sin ella el Bombero se encuentra totalmente limitado en
una intervención. El bombero que inhala gases de combustión o agresivos en la zona crítica,
a la cual llegó excitado y agitado luego de las maniobras primarias, inmediatamente pierde
gran parte de su capacidad de respuesta física e intelectual, cuando no directamente se ve
imposibilitado de continuar con el trabajo, debiendo además generalmente ser evacuado por
sus compañeros.

MEDIOS DE PROTECCIÓN

Para posibilitar el trabajo operativo, existen distintos medios de protección respiratoria.


A continuación, se vierte una clasificación de acuerdo a su concepto de funcionamiento, y resultan
ser estos dos grupos:

1. Mascaras para filtrado del flujo de aire respirable.


2. Aparatos respiratorios autónomos.

MASCARAS PARA FILTRADO DEL FLUJO DE AIRE RESPIRABLE


Definición

Se trata de un dispositivo pequeño y sencillo, apto para el filtrado de una atmósfera


contaminada permitiendo acondicionar el flujo de aire que va a pasar a las vías respiratorias.
Su composición es generalmente la siguiente:

• La máscara facial propiamente dicha, que tiene una aplicación que podría considerarse de
tipo permanente, hasta su salida de servicio por deterioro, y
• El elemento filtrante, de tipo intercambiable y descartable, que es el órgano que precisamente
va a impedir que las sustancias nocivas pasen al interior de la mascara.

Como concepto general, debe tenerse presente que son fácilmente portátiles cuando no
se usan, son muy prácticas para tareas operativas en sitios con un grado leve de contaminación,
son muy livianas y no obstaculizan ni dificultan la movilidad.

Como contrapartida, sus inconveniencias resultan ser que en una atmósfera muy
contaminada el filtro se satura rápidamente, como también que requieren cierto esfuerzo extra en la
mecánica respiratoria, dado que es el usuario con su inhalación quien debe forzar el paso del aire a
través del filtro. Asimismo, no son aptas para atmósferas calientes, ya que filtrarán el contaminante
pero no el calor, y si el usuario además del esfuerzo extra recién mencionado inhala aire caliente,
inmediatamente sufrirá una consecuencia de mareos y baja de presión, por cuanto su uso en incendios
no es aconsejable, salvo para ocasiones en las que la temperatura y el humo son leves, como por
ejemplo cuando aquellos ya están controlados y suficientemente ventilados y no se justifica el uso
de aparatos respiratorios autónomos.

Existen numerosos filtros, específicos para casi todas las atmósferas agresivas con que
nos podemos encontrar en la actualidad en el ámbito de nuestra labor operativa cotidiana.

Es importante que cada usuario conozca perfectamente el filtro que tiene instalado en su
máscara o los que lleva de repuesto o reserva. El filtro tendrá poco éxito o ninguno si se lo destina
a filtrar una atmósfera distinta de aquella para la cual es específica, y no es aconsejable utilizar
uno que ya ha sido empleado anteriormente. No se deben utilizar filtros cuya descripción se ignore,
y menos aun pasado su vencimiento. En cualquier caso, no se debe usar ningún filtro del cual no
se este seguro:

• De su fecha de vencimiento.

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• De su procedencia.
• De sus especificaciones.
• Que es estrenado por el usuario.

APARATOS RESPIRATORIOS AUTÓNOMOS

Compuesto por:

• Una botella con aire a presión de duración mínima 30 min.


• Un regulador de presión.
• Regulador de presión para aspiración.
• Regulador de presión positiva.
• Una máscara de goma adaptable a la cara.
• Arneses para portar con comodidad la botella a la espalda.
• Un timbre de alarma de baja presión o un silbato.

A. Botella de aire. Es un cilindro de acero estirado o aluminio, con válvula y conexión macho para
la manguera, y manómetro de presión. Contiene aire de pureza no inferior a un contenido de
monóxido de carbono máximo de 20 partes por millón (ppm) y grado de humedad apropiado
a las condiciones de uso según el clima y lugar. La duración del aire en la botella no será
inferior a 30 min calculado a un régimen de gasto de 38 l/min.
B. Regulador de presión para aspiración. Junto con la máscara de goma para la cara y el tubo
flexible que los conecta entre sí, permite al usuario respirar el aire de la botella cada vez que
hace un movimiento de inspiración, y expeler el aire usado al exterior en cada movimiento
de expulsión.

Está provisto de un regulador de presión que deja pasar el aire al hacer la inspiración y se
cierra cuando cesa ésta. Dispone de dos válvulas, una de apertura al regulador y otra de by-pass de
apertura directa a la máscara. En operación normal, la primera se mantiene completamente abierta
y la de by-pass cerrada, que se abrirá a voluntad del usuario si nota que necesita mayor cantidad de
aire. Un manómetro en el regulador permite al usuario verificar en todo momento la presión del aire
en el cilindro. Cada marca de equipo tiene su propio regulador, pero todos reailriez el mismo trabajo.

C. Regulador de presión positiva. Permite una ligera presión positiva, con respecto al exterior,
en el interior de la máscara y tubo flexible de conexión; por lo que en caso de grieta, rotura o
ajuste defectuoso a la cara se producirá una salida de aire, impidiendo la entrada de gases,
por diferencia de presión. La National Fire Protection Association (NFPA) norteamericana sólo
permite, en la actualidad, el uso del regulador de presión positiva. La Occupational Safety
and Health Association (OSHA) exige que en los fuegos en edificios se usen sólo equipos
con regulador de presión positiva.
D. Máscara de goma. Es una pieza de goma flexible y fácilmente adaptable a la cara, con una
pieza de plástico duro que permite la visión, y una válvula para expulsión del aire usado, al
mismo tiempo que permite hablar y hacerse entender al usuario de la máscara. Seis cintas
ajustables sobre cabeza y cuello permiten un ajuste estanco a la superfície de la cara. NOTA:
Se prohibe usar barba a todos los que tengan que usar máscara.
E. Arneses. Una pieza metálica para la espalda permite sujetar la botella a ésta y los arneses
de pecho, cintura y hombros, para una fijación al cuerpo del bombero con cierta comodidad.
F. Timbre de alarma - silbato. La alarma suena cuando la botella dispone de aire para,
aproximadamente, una duración de cinco minutos. De este modo, el bombero tiene tiempo
suficiente para dejar el trabajo que está realizando y salir al exterior a cambiar la botella vacía
por otra llena.
G. Cómo ponerse el equipo. El equipo de respiración de aire autónomo está diseñado para que
el usuario, por sí mismo, pueda ponérselo sin ayuda de otra persona.

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1. Debe asegurarse que todos los arneses están aflojados al máximo, incluidas las cintas
de la máscara.
2. Cogiendo el soporte de la botella con ambas manos, y con los pies junto a la base
de la botella, elevará ésta por encima de su cabeza, de manera que se deslice con
suavidad por su espalda, con la válvula hacia abajo, quedando todo el equipo colgado
de los hombros.
3. Ajustar arnés de pecho, arnés de cintura y arneses de hombros, por este orden, hasta
notar que la botella se acopla con cierta comodidad sujeta a la espalda.
4. Abrirá la válvula de paso del regulador, completamente.
5. Se coloca la máscara introduciéndola por la parte superior de la cabeza, y ajustándosela
con una mano a la cara, procederá a tensar las cintas, en movimientos hacia atrás, de
dos en dos, comenzando por las del cuello y terminando por las de la parte superior
de la cabeza.
6. Comprobará estanqueidad, poniendo la palma de la mano en el orificio del tubo flexible
y aspirando. Si no entra aire por ninguna parte, está correcto; de lo contrario, apretar
más las cintas correspondientes y volver a probar estanqueidad.
7. Conectar el tubo flexible al regulador y enroscarlo totalmente.
8. Abrir la válvula de la botella inmediatamente. En este momento, el equipo comienza
a funcionar.

Cuando al cilindro le queda poco aire (unos cinco minutos de respiración normal) suena una
alarma, por lo general un timbre, que avisa al usuario. En ese momento deberá cesar en lo que está
haciendo, salir al exterior y cambiar el cilindro vacío por otro lleno. Esta operación se puede realizar
fácilmente, con la ayuda de otra persona, sobre las espaldas del usuario; es decir, sin necesidad de
quitarse el equipo; si bien pudiera aprovecharse esta salida para descansar.

Los usuarios de equipos de respiración autónomos deben entrar en el edificio siniestrado


en parejas; tanto si se trata de operaciones de rescate como si es manejando una manguera para
apagar el fuego. Si por las causas que fueren tuviera que entrar uno sólo, éste llevará una cuerda

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atada a la cintura y en otro extremo de la cuerda estará su ayudante con equipo puesto y en stand-by.
Entre ambos mantendrán la cuerda tensa y se comunicarán por un código de señales con la cuerda.

Un tirón: Pregunta el de fuera, ¿qué tal estás?


Un tirón: Respuesta del de dentro, estoy bien.

Dos tirones: Del bombero de dentro, significa: Quiero avanzar.


Contesta el ayudante con un tirón: Estoy enterado.

Tres tirones: Del bombero de dentro, significa: Quiero retroceder.


Contesta el ayudante con un tirón: Estoy enterado, y procede a recoger cuerda, manteniéndola
tensa.

Cuatro tirones: Del bombero de dentro, significa: Necesito ayuda.


Cuatro tirones: Del bombero de fuera, significa: Una orden al que está dentro para que salga
inmediatamente.

CUIDADOS DEL EQUIPO

Una vez terminada la operación, cada equipo se depositará en su estiva (maleta o asientos
del coche de bomberos) perfectamente limpio y con los arneses flojos, listo para ser usado. Las
máscaras de goma se lavan con agua jabonosa, se enjuagan con agua clara y se secan con un
paño limpio. El tubo flexible se revisa por posibles grietas o roturas. No obstante esta operación de
lavado, es recomendable que cada bombero use su propia máscara, si bien a veces, la limitación
de presupuesto impide que esto se cumpla. Por higiene y seguridad, las autoridades debieran hacer
un esfuerzo y prestarle a este capítulo la atención que la vida del bombero merece.

SITUACIONES DE EMERGENCIA

1. En los equipos de regulador de presión por aspiración, si el regulador deja de aportar el aire
necesario, se abrirá el by-pass y se cerrará la válvula de paso normal.
2. Si en el momento de una operación de apagado se rompe la máscara o se corta el tubo de
aspiración, hay que quitarse la máscara, quitarse los arneses y aspirar el aire de la salida del
regulador hasta salir al exterior.
3. Uno de los bomberos que entran en el edificio se queda sin aire. En este caso ambos bomberos
aflojan sus tubos flexibles y van alternando dos o tres respiraciones del mismo regulador.
Mientras uno respira, el otro contiene la respiración, apretando su tubo flexible.
4. Encuentran a una persona semiinconsciente. Un bombero le aplica su mascarilla para que
respire y de la otra mascarilla respiran los dos bomberos, alternándose, hasta que salgan
con la víctima al exterior de la atmósfera contaminada.

TÉCNICA PRESTADA A UNA VÍCTIMA Y POR UNA SOLA PERSONA.


Coloque el brazo de la víctima alrededor de su propio cuello, y tómelo de la mano
correspondiente, con el brazo que le queda libre rodee la cintura de la víctima y ayúdelo a caminar
hasta donde NO halla peligro.
Es necesario que la víctima este consciente y así mismo sea capaz de mantenerse en pie mientras
usted hace los movimientos necesarios para su traslado.

COMO PUEDE UNA SOLA PERSONA TRASLADAR A UNA VÍCTIMA A CUESTAS O EN BRAZOS.
Ayude a la victima a que se ponga de pie y luego permanezca usted delante de él, y
dándole la espalda. Enseguida tómele los brazos, páselos por encima de sus hombros y crúcelos
sobre su pecho. Inclínese y afirme la posición de la victima con los brazos siempre cruzados sobre
su pecho, póngase en cuclillas y sujételo de los muslos. Con un impulso hágalo subir sobre su

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espalda, pase sus antebrazos por debajo de las piernas de la víctima y con sus manos sosténgalo
por las muñecas, con lo cual podrá usted tener confianza de que será capas de transportarlo con
toda seguridad hasta donde no halla peligro.

TRASLADO “A LA MANERA DEL BOMBERO” (SOBRE LOS HOMBROS).

Acueste al paciente de espalda y con las rodillas flexionadas. Tómelo de las muñecas y
cuide que las palmas de él queden volteadas hacia abajo. Situé sus pies contra los de él y tire de las
muñecas hacia delante y hacia arriba al mismo tiempo; mientras tira hacia delante inclínese hasta
colocarse por debajo del brazo extendido del paciente. Hágalo caer sobre sus hombros y cuando
sienta el peso sobre usted elévese de nuevo, rodéele las piernas con un brazo y con la mano desde
ese mismo brazo sujételo por una o por las dos muñecas.

MÉTODO DE ARRASTRE CON CUERDA


Acueste a la persona boca arriba, ate uno de los extremos de la cuerda con el otro, haga
una doble lazada y se desliza la cuerda rodeando la espalda, por debajo de los brazos del paciente.
Tiéndase usted sobre este, mirando hacia arriba, pase sus propios brazos a través de las lazadas y
gire sobre su espaldo. Avance sobre sus manos y sus rodillas o levántelo y camine hasta encontrarse
fuera de peligro.

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TRASLADO EN BRAZOS.
Coloque un brazo en la espalda del paciente, de manera que su mano quede debajo del
brazo mas alejado. Luego pase el otro brazo por debajo de las rodillas del paciente y estará entonces
en condiciones de levantarlo. Si el paciente se encontrara conciente, dígale que se sostenga de su
hombro con el brazo que le queda libre.

TRASLADO EN SILLA DE MANO POR DOS RESCATADORES.

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LOS ERRORES MÁS FRECUENTES
EN LAS BRIGADAS DE EMERGENCIAS

CONFUNDIR EL OBJETIVO CON LA FORMA DE ALCANZARLO

EL OBJETIVO NO ES EL COMBATIR INCENDIOS, SINO MINIMIZAR LOS DAÑOS.

FORMAR LA BRIGADA CON PERSONAS QUE NO SE TIENEN

LA BRIGADA DEBE ESTAR COMPLETA, AUN EN LOS DÍAS FERIADOS O EN PERIODOS DE


VACACIONES. LOS MIEMBROS DEBEN ESTAR NORMALMENTE EN LA PLANTA.

ENTRENAR EN CONDICIONES DIFERENTES A LAS ESPERADAS

SI SE ESPERA QUE EL INCENDIO SEA EN UN PLANO INFERIOR, EL ENTRENAMIENTO DEBE


EFECTUARSE A DICHO NIVEL DE LA PLANTA Y CON LOS MATERIALES PRESENTES EN LA
PLANTA.

CONFUNDIR BRIGADAS PARA FUEGOS INCIPIENTES CON BRIGADAS PARA INCENDIOS


EXTRUCTURALES

SIEMPRE DEBE RESPETARSE EL LÍMITE IMPUESTO POR EL ENTRENAMIENTO RECIBIDO.

ANTEPONER LA ACCIÓN CONTRA EL FUEGO A LA PROPIA SEGURIDAD

LOS ACCIDENTES DURANTE UN INCENDIO SON EL REFLEJO DEL ENTRENAMIENTO RE-


CIBIDO. LA SEGURIDAD DEL BRIGADISTA ES EL REQUISITO PARA CUMPLIR CON SUS
OBJETIVOS.

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