Manual para Líderes
Manual para Líderes
Manual para Líderes
Grupos Pequeños
¿Son los “grupos pequeños” algo nuevo? ¿La última moda de ministerio en la iglesia? De ninguna manera.
El uso de estos grupos comenzó con la iglesia primitiva descrita en Hechos. Los grupos pequeños se
reunían en casas para adoración, compañerismo, crecimiento en la fe y compartían con sus vecinos o
amigos las buenas noticias que habían escuchado. Estos grupos también se juntaban con otros en
reuniones más grandes para adorar a Dios, recibir enseñanza y evangelizar.
Es un grupo de mínimo 5 personas que procuran la comunión y edificación de cada integrante pero
con un enfoque evangelístico porque se busca alcanzar al perdido. En el grupo pequeño el equipo
responsable se ocupa de los nuevos, de orar por ellos y con ellos, de integrarlos al Cuerpo de Cristo. Al final
el grupo pequeño crecerá y se multiplicará en un nuevo grupo.
Cada reunión pequeña tiene el compromiso de:
1. Evangelizar.
2. Nutrir y discipular creyentes.
3. Desarrollar líderes.
4. Multiplicarse para cumplir la Gran Comisión.
En la Iglesia Marangatú los grupos se constituirán en forma homogénea (según las características
comunes de los participantes). Así se abrirá reuniones pequeñas de 5 integrantes (incluyendo el líder)
para:
Niños.
Pre-juveniles mujeres.
Pre-juveniles varones.
Señoritas colegiales.
Jóvenes colegiales.
Señoritas universitarias.
Jóvenes universitarios.
Mujeres.
Varones.
Familia.
Tercera edad.
Los materiales de estudio que se utilizarán son los seleccionados por los líderes del Ministerio que –
previamente- han buscado la dirección y el propósito del Espíritu Santo.
El discipulado es el proceso de ayudar y enseñar a las personas para que crezcan en mente y
espíritu conforme a la imagen de Cristo. En el Nuevo Testamento se observa que había un compromiso
fuerte con la Palabra (Hch. 6:4). La iglesia se dedicaba a las enseñanzas de los apóstoles (Hch. 2:42), las
mismas que después quedaron registradas en cartas (Col. 4:16; Fil 1:1, Gá. 1:2). En cada reunión se hace
discipulado cuando:
Se memorizan pasajes bíblicos.
Estudian pasajes en grupo.
Se comparte tiempo con hermanos maduros.
Se involucran en el ministerio con el grupo.
Aprenden a aplicar la Biblia a la vida diaria.
Aprenden a usar los dones espirituales.
El evangelismo es compartir las buenas nuevas de Cristo con la gente para que pueda conocer a Dios
como Padre y a Cristo como Salvador. Los primeros creyentes hablaban del amor de Cristo de una manera
natural (Hch. 4:20; 5:42) y el Espíritu Santo trabajaba en ellos (Hch. 4:31, 20:20). Hoy, en las reuniones
pequeñas, hacemos evangelismo si:
Oramos con otros por amigos no creyentes.
Invitamos a los no creyentes al grupo.
Alcanzamos necesidades de gente externa al grupo.
Desarrollamos amistades con no creyentes.
Compartimos de Cristo a los no creyentes.
Los beneficios de formar reuniones pequeñas son varios, entre los que destacan:
1. Desarrollo de relaciones
Cuando Jesucristo estuvo en la tierra Él escogió vivir en comunidad con Sus discípulos. Estos
hombres hacían muchas actividades juntos: oraban, adoraban a Dios, aprendían por el ejemplo y
las palabras de Jesús, comían, se animaban y proclamaban las buenas noticias de la salvación. Por
supuesto, no fue un accidente que Jesús decidiera usar un grupo para preparar a Sus discípulos
para el ministerio. Su grupo fue la primera reunión pequeña de un organismo que luego creció en
gran manera (Mt. 13, como relata la parábola de la semilla de mostaza).
En el grupo pequeño se desarrollan naturalmente las relaciones. Mientras el grupo se reúne para
convivir, adorar, discipular y evangelizar, cada una de estas actividades fomenta un tipo único de 3
relación:
El Compañerismo- De hombre a hombre.
La Adoración- De hombre a Dios.
El Discipulado- De Dios al hombre.
El Evangelismo- Del Cuerpo de Cristo a los perdidos.
Dios
Adoración Discipulado
Compañerismo Evangelismo
En una reunión pequeña, los miembros comparten juntos varias horas, participan en el ministerio, se
animan y oran el uno por el otro, se ayudan en problemas y necesidades. Su amor y dedicación a
Dios y a los otros miembros del grupo es fuerte e intenso. Tienen un sentido de pertenencia al
formar parte de una comunidad que les cuida. Conforme los miembros crecen en amor el uno
para con el otro, ocurre algo muy especial en el tiempo que pasan en adoración, mientras
expresan el amor que tienen para Dios.
Ya que una de las metas del grupo pequeño es crecer y multiplicarse, los miembros continuamente
están buscando maneras para alcanzar a los perdidos. Tienen la libertad de expresar sus ideas a
otras personas y aprenden de ellas diferentes formas de compartir el mensaje de Cristo a su familia
y amigos. Hay un compromiso en el grupo para edificar relaciones con los no creyentes y
transmitirles las buenas noticias de Jesús.
Muchos nuevos creyentes tendrán problemas y necesidades que el grupo ayudará a resolver. Una
reunión pequeña puede cuidar y satisfacer las necesidades físicas, espirituales, sociales y
emocionales de la gente de una manera eficaz. Los miembros crecen en su conocimiento y amor
hacia los demás al compartir estas necesidades y al tratar de solucionarlas juntos. Varios, por vez
primera, aprenderán que las verdades de la Biblia se relacionan con la vida cotidiana. Ellos
estudiarán la Palabra de Dios y aplicarán lo que están aprendiendo a las dificultades que
confrontan.
3. Desarrollo de Líderes
El grupo pequeño también involucra a los líderes laicos y les da la oportunidad de desarrollar sus
dones de liderazgo. Ellos son calificados por la madurez y habilidad que han demostrado en su
ministerio. Al parecer un grupo constituido por 10 personas es ideal para ser cuidado
apropiadamente por una persona. Los líderes son responsables por el desarrollo espiritual de pocas
personas, no de docenas.
4. Plantación de nuevas iglesias
Los grupos pequeños permiten desarrollar una estrategia para que una comunidad, ciudad o país 4
entero pueda ser saturado con un testimonio eficaz de Cristo. El uso de reuniones pequeñas hace
más fácil plantar nuevas iglesias.
Los líderes pueden ser experimentados o aprendices (Timoteos). Estos últimos apoyan efectivamente la
labor del responsable del grupo pequeño. Son fieles en su asistencia y son los futuros líderes de las
reuniones pequeñas que se formarán en el TEC.
El líder del grupo pequeño tiene compromisos directos con Dios, con la iglesia y con los integrantes
del grupo.
1. Permanecer en santidad
Dios sólo escoge instrumentos limpios a través de los cuales puede fluir para hacer Su obra. No
podemos dar lugar al pecado en nuestra vida. Ni siquiera permitir que pequeñas actitudes y
pensamientos nos contaminen. Es importante que tengamos el corazón limpio de todo pecado. Si
tenemos rebeldía, eso mismo vamos a transferir. Por eso cada día hay que ponerse a cuentas con
el Señor, pedirle perdón por todo lo que no le agrada de nosotros y obedecerle.
4. Mantenerse humildes
La Palabra dice: “Dios resiste a los soberbios (orgullosos) y da gracia a los humildes” (Stg.
4:6). Jesús mismo estableció que el mayor dentro del reino de su Padre es el que sirve. Nosotros
somos el instrumento que el Señor escogió, pero lo más importante son las manos del Maestro
tocándonos.
Cuando el líder enseña modelando, los miembros del grupo comprenderán mejor la vida cristiana y
podrán instruir a otras personas. Los discípulos aprendieron viendo y escuchando a Jesús. En 1 Ts.
1:6-7, Pablo, Silas y Timoteo describen como los tesalonicenses llegaron a ser imitadores de ellos y
luego ejemplos para otros. En 1 Co. 11:1 Pablo les dice a los creyentes que lo imiten. En resumen,
un líder de reuniones pequeñas debe ser un ejemplo -en su estilo de vida y ministerio- que el
grupo puede seguir. Debemos andar como Jesús anduvo (1 Jn. 2:6).
Las responsabilidades del líder con los integrantes del grupo pequeño son:
El líder -imitador del Maestro- modela el proceso de edificar relaciones y provee oportunidades para
que lo mismo suceda en el grupo. Para que las relaciones crezcan y se desarrollen se necesita
amor, oración y convivencia.
¿Cómo se expresa este amor en una reunión pequeña? Cada miembro se siente amado cuando es
aceptado, cuando sabe que es importante para las otras personas, cuando tiene un problema y el
grupo (o algunos individuos) le ayuda (n). El amor cristiano entre miembros de una reunión
pequeña se observa en las acciones, no solamente en las palabras.
Por ejemplo, ¿qué debe hacer el grupo cuando alguien falta a una reunión? El líder (y los
integrantes del grupo pequeño que tengan el mismo sentir) debe (n) contactarlo (a) al día
siguiente para decirle que lo (a) extrañaron, que les hizo falta. Quizá estaba enfermo (a) o tuvo
algún problema. ¡Nunca ignore la ausencia de ningún discípulo!
Hay que aprovechar la intercesión, esa herramienta que Dios nos ha dado para ganar las almas. Si
queremos ver cierta realidad en el mundo natural, primero debemos conquistarla en el
mundo espiritual. La oración desata el poder de Dios y destruye los obstáculos e impedimentos
que el enemigo nos presenta. Recuerde: Los milagros se conquistan en el lugar secreto, en el
tiempo de oración. 7
Es sano que el grupo pequeño se reúna ocasionalmente para eventos especiales. Así se
profundizarán y fortalecerán las relaciones entre los miembros. Las actividades pueden ser
informales -como una salida al parque- o pueden ser más estructuradas -como trabajar juntos en
algún proyecto para ayudar a alguien del grupo o de la comunidad-. Si los miembros del grupo han
estado orando y hablando con inconversos que no se animan a asistir a el grupo pequeño, éstas
son oportunidades excelentes para involucrarlos en el grupo en un ambiente menos amenazador.
Esfuércese por comprender el problema y sentir empatía por él. “Si un miembro padece,
todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se
gozan.”(1Co. 12:26) Demuestre que a usted le importa como individuo. Tome tiempo para
simplemente escucharlo. Imagínese como se sentiría usted si estuviera en su posición (póngase
en sus zapatos).
Como grupo, oren por una solución. Necesitamos la sabiduría de Dios, no la nuestra (Stg.
1:5). Haciendo esto fomentará relaciones fuertes y la solidaridad.
Como grupo, busquen respuestas en la Biblia (2 Ti. 3:16-17). Mientras más usan la Biblia,
estarán mejor equipados para ministrar. También es una oportunidad para demostrar cómo la
Biblia se aplica a los problemas de la vida cotidiana.
Consideren lo que el grupo puede hacer para ayudar -espiritual, emocional o físicamente
(en lo material). A veces, lo más que podemos hacer es orar por la persona lastimada, animarla y
hacerle saber que nos importa. Si una necesidad se puede satisfacer, el grupo debe decidir qué
hace al respecto. Lo que tienen es suficiente en las manos del Señor. Poco es mucho si Dios
está allí.
7. Enfrentar el pecado
Si un miembro ha pecado contra otro del grupo, las instrucciones de Jesús en Mateo 18:15-17 se
deben emplear como método para resolver el problema. Si alguien en el grupo ha caído en
pecado, el grupo necesita “restaurarle con espíritu de mansedumbre” (Gá. 6:1). Rendirse cuentas
los unos a los otros con respecto a nuestro andar en Cristo es un aspecto importante del
compañerismo entre creyentes.
En resumen, se espera que cada responsable de un grupo pequeño se esfuerce por vivir según el:
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Aunque a nadie le gusta el papeleo, el líder debe trabajar con su grupo elaborando planes y metas para el
grupo pequeño. El planeamiento involucra un proceso simple de 3 pasos:
Como algunos de los asistentes a la primera reunión no se conocen, es importante tener algunas
actividades para “romper el hielo”.
Desarrolle la reunión de una manera informal y natural. No comience con una oración de 20
minutos, ni un estudio bíblico profundo que confundirá y aburrirá a los visitantes. Presente la Biblia
como la Palabra de Dios, la cual contiene respuestas a las preguntas de la vida cotidiana.
Si decidieron cantar, enséñeles una o dos canciones (debe tener la letra impresa para que puedan
guiarse). Dirija el estudio bíblico y no espere mucha participación en la etapa inicial. Trate de
mostrar una aplicación práctica para las necesidades diarias.
Pregúnteles si hay un tema de oración y apúntelo para acordarse durante la semana y preguntar
al respecto la próxima reunión. Cierre el encuentro con una oración. No los eche inmediatamente.
Muchas veces los visitantes se sienten más relajados cuando la reunión concluye y puede usar ese
tiempo para conocerlos mejor.
Cuando los asistentes se han ido, el equipo debe evaluar toda la actividad y anotar las
sugerencias para mejorar la próxima reunión. Es mejor hacer esto el mismo día porque los
detalles están “frescos” en la mente.
Mientras se desarrolla el grupo pequeño, el proceso de orar, planear y repasar es permanente. El líder
comenzará a ver áreas que necesitan atención y los pasos que se deben tomar para alcanzar las metas
establecidas. Ocasionalmente el grupo tendrá que ajustar sus metas y cronograma, pero eso es algo
normal.
Comenzar con un tiempo de compañerismo y compartimento entre los miembros del grupo.
Luego seguir con un periodo de adoración, con oración, cantos y alabanzas a Dios.
Después se da un espacio para el estudio del tema y la discusión.
Finalmente, el grupo conversa sobre la visión del ministerio. Aquí los miembros comparten
actividades personales y en grupo para alcanzar a amigos, familiares, vecinos… Esto puede incluir
un tiempo de oración por individuos específicos quienes todavía no han asistido a la reunión.
El tiempo invertido en cada actividad depende de cuánto se conocen los miembros del grupo. Al
principio, el grupo debe pasar más tiempo en el compañerismo y menos en el estudio bíblico. Después se
pondrá más énfasis en el estudio y el evangelismo. Este equilibrio cambiante se observa en el siguiente
gráfico:
Figura 2 - Equilibrando las Funciones del Grupo Pequeño
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Compañerismo
Compañerismo Adoración
Edificación
Adoración
Edificación
Evangelismo
Evangelismo
La reunión entera debe durar entre 60 y 90 minutos. Por ejemplo si la reunión dura 70 minutos, el grupo
puede pasar 15 minutos en el compañerismo, 15 en adoración, 30 en el estudio bíblico, y 10 en el tiempo de
evangelismo.
El líder tiene la responsabilidad de comenzar a tiempo, mover al grupo de una actividad a otra (todas
son importantes) y terminar la reunión a tiempo.
Al principio el líder planea y dirige toda la reunión de reuniones pequeñas. Conforme el grupo crece y
madura, él delega varias actividades de las reuniones a integrantes del grupo pequeño. Cada aspecto de la
reunión requiere algún tipo de preparación:
A. El ambiente de la reunión
El líder debe preparar el lugar con sillas o sillones ubicados en forma circular (así la gente tiene
contacto visual) y alistar agua, té o café.
B. Compañerismo
Puede ser tan formal o informal como el líder quiera. Si hay nuevos miembros o visitantes al grupo,
se recomienda usar algún tipo de “rompehielos” (maneras divertidas para que la gente se conozca)
y lograr que todos se sientan bienvenidos. El tiempo de compañerismo es cuando los miembros
comparten qué ha pasado en sus vidas (alegrías y tristezas), se animan y se edifican uno al otro.
C. Adoración
La adoración prepara a los miembros para el resto de la reunión, especialmente para el tiempo
del estudio bíblico. Si el líder u otra persona en el grupo tiene una habilidad musical (toca guitarra u
otro instrumento), debe usarla en el tiempo de adoración. Si no, cantan de todos modos porque Dios
quiere escuchar las alabanzas que provienen de un corazón sincero o también pueden leer un
salmo, una poesía cristiana, etc.
D. Oración
La oración se encuentra en todas las actividades de la reunión. El líder debe comenzar y
terminar la reunión con oración. Él debe considerar que el orar en voz alta puede ser muy incómodo
para los nuevos miembros, y debe aclarar que es opcional.
La oración es natural en el tiempo de adoración, pero el líder debe planear tener oración durante el
tiempo de evangelismo y compañerismo también. En ese momento, se puede orar por las peticiones
del grupo. Otra alternativa es orar en grupos de 2, lo cual puede animar a cristianos nuevos a orar y
compartir necesidades más personales.
El objetivo no es conocer la Biblia de memoria, ni ser eruditos en literatura antigua, es llegar a ser
verdaderamente discípulos del Señor. Es obvio que para que ello ocurra, el conocimiento de la
Biblia es esencial. Pero es imprescindible que ese conocimiento se convierta en vivencia. En
otras palabras, el énfasis no es descubrir el significado que el texto tenía en el pasado, sino
discernir el sentido para nuestra vida hoy. 11
F. Discipulado
El discipulado se lleva a cabo cuando le ayudamos a una persona a ser más como Cristo en
carácter y a ser más productivo en el ministerio. Un nuevo cristiano tiene necesidades
especiales mientras él trata con la duda, el desánimo, la ignorancia en los asuntos espirituales, la
oposición espiritual y un sentido de “incomodidad” en un terreno desconocido. Él necesita cuidado
genuino y sincero de alguien que hará de su bienestar una prioridad. También precisa tener alguien
a quien plantearle sus preguntas y saber que es importante para otra persona. Debido a la
naturaleza cercana de la relación discipuladora, sólo hombres deben discipular a hombres, y
mujeres a mujeres.
Como Cristo se relacionó con Sus discípulos uno a uno, así cada nuevo cristiano debe tener a
una persona con la cual relacionarse.
El líder del grupo debe estar discipulando a su aprendiz y éste tiene que involucrarse en todo
aspecto del ministerio, para que pueda ver y experimentar el liderazgo de reuniones pequeñas.
G. Evangelismo
El líder es responsable de crear una visión en el grupo para alcanzar a los perdidos. Les
ayuda a ver como sus esfuerzos individuales encajan con los esfuerzos del grupo. Esto se puede
lograr estudiando pasajes que amonestan a los cristianos a compartir la buenas nuevas y luego
desafiando a los miembros a aplicar la Palabra en sus vidas.
El tiempo de evangelismo en una reunión de grupo pequeño es un tiempo excelente para compartir
testimonios acerca de cómo Dios está trabajando en las vidas de ellos para alcanzar a otros con el
amor de Cristo y orar por los perdidos. También el líder puede recordarles a todos que hay
necesidad de dividir y multiplicar el grupo.
Sintetizando, para cada reunión el líder elaborará una agenda que incluye:
Refrigerio.
Plan de trabajo.
Pregunta para romper el hielo.
Oración.
Alabanza y adoración.
Edificación.
Momento de compartir la visión.
Registro del grupo.
1. 2. 3. N
N
N
4.
N
N Dos Células
N
La multiplicación de grupos pequeños sucede de una manera similar. Cada grupo tiene un líder quien
provee las “condiciones” apropiadas para el crecimiento y nutrición del conjunto. Si el grupo no es
nutrido y desarrollado (crecimiento espiritual y alcance evangelístico), no crecerá. El líder provee el ejemplo,
la enseñanza y el incentivo al grupo para que alcancen a las personas a su alrededor. Por medio del trabajo
del Espíritu Santo, estos amigos y conocidos llegan a las reuniones, aprenden acerca de Jesucristo y lo
reciben como Salvador.
Conforme el grupo sigue creciendo en madurez, el líder comienza a trabajar con su aprendiz. Este nuevo
líder se instruye observando las acciones y palabras de su mentor, y de muchas maneras llega ser un
“imitador” (1 Co. 11:1). Cuando el “Timoteo” está preparado mental y espiritualmente para guiar a su
propio grupo, el grupo pequeño original se multiplica en dos, y el proceso de crecer y dividirse
comienza de nuevo.
Repetir continuamente la visión de multiplicación del grupo pequeño. Él explicará por qué
razones es bueno y necesario cumplir con el mandato que nos dio Jesucristo.
Capacitar a un líder aprendiz –como mínimo- quien tomará la responsabilidad de liderar uno de
los grupos. Cuando se aproxima el tiempo, este último debe desarrollar una meta general para
su nuevo grupo, además de planear las primeras reuniones. El líder debe revisar el trabajo del
aprendiz, como experto que es, y ofrecer consejos o sugerencias.
Discutir los futuros cambios con el grupo. Las personas pueden ser aprensivas, pensando
erróneamente que la fuerza del grupo consiste en quienes pertenecen al grupo y no a Quien
pertenece el grupo. El líder debe tomar en serio sus temores y ayudarles. Durante el proceso,
hay que escuchar, orar y animar. Haga todo lo posible para evitar el negativismo. Lea y medite
en Juan 14-17 para ganar perspicacia espiritual en cuanto a cómo Jesús manejó la etapa de
multiplicación con sus discípulos.
Determinar quién lidera cada grupo. En algunos casos, cuando el grupo se multiplica, el líder
aprendiz llegará ser el líder del grupo pequeño “hija”, pero no tiene que ser así. El líder original
puede tomar el nuevo, lo cual a veces es mejor si los miembros del nuevo grupo no son tan
maduros como los miembros que se quedan. 13
Decidir, junto a todos los integrantes, quienes irán con el nuevo grupo y quienes se
quedarán en el grupo pequeño madre. El líder pedirá a los miembros que oren a su Señor y le
pregunten a cuál grupo deben pertenecer. Nunca el liderazgo puede presumir ni escoger cuales
miembros se irán. Cualquier sugerencia se debe hacer cuidadosamente, sin apariencia de
coerción o manipulación. Dependa del Espíritu Santo para arreglar los grupos como Él desea.
Escoger el lugar donde se reunirá el nuevo grupo (puede ser en el hogar del nuevo líder o en
el de uno de los miembros). El grupo necesita un sentido de estabilidad, seguridad e identidad.
Reunirse con el líder aprendiz para apoyar su labor. Tener a un mentor cerca para orar y
discutir problemas le ayudará mucho al nuevo responsable de reunión pequeña.
Escoger, en grupo, la fecha de la última reunión del grupo pequeño original y tener una
celebración. Repasen y den gracias por todo lo que Dios ha hecho. Oren por los 2 grupos.
Regocíjense ya que, por medio de las 2 reuniones pequeñas, más gente será alcanzada para
Cristo. Tengan un servicio especial para el nuevo líder y los miembros que se van con él.