Intercesión
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Intercesión
Paso Intercesión
“Y no nos metas en tentación más libranos del mal”
¿Qué es?
La oración intercesora es el acto de orar en favor de otros. Al interceder seguimos
el ejemplo de Cristo, quien es señalado en el Nuevo Testamento como el
intercesor fundamental, pues Jesús cerró la brecha entre Dios y nosotros cuando
murió en la cruz, él se ofreció generosamente por nosotros, de hecho su sacrificio
es en sí un acto de intercesión. Por esta causa, ahora podemos interceder en
oración a favor de otros cristianos, o por los perdidos, pidiendo a Dios que les
conceda sus peticiones de acuerdo a Su voluntad (que otros puedan acercarse a
la cruz y ser transformados por ella).
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre” (1 Timoteo 2:5). “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió;
más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros” (Romanos 8:34).
¿Cómo debemos interceder?
Un maravilloso modelo de oración intercesora se encuentra en Daniel 9:1-19.
Tiene todos los elementos de una verdadera oración intercesora. Es en
respuesta a la Palabra (v.2); caracterizada por el fervor (v.3) y la
autonegación (v.4); identificándose sin egoísmo con el pueblo de Dios (v.5);
e intensificada por la confesión (v.5-15); dependiente del carácter de Dios
(vv. 4,7,9,15); y teniendo como meta la gloria de Dios (vv.16-19).
Como Daniel, los cristianos debemos venir ante Dios intercediendo por otros con
un corazón contrito y una actitud de arrepentimiento, reconociendo nuestra propia
insignificancia y con el sentido de auto-negación. Daniel no fue y dijo, “Tengo el
derecho a exigirte esto, Dios, porque yo soy uno de tus especialmente elegidos
intercesores”. Él fue y dijo, “Soy un pecador,” y en efecto, él dice, “No tengo el
derecho de exigirte nada”. La verdadera oración intercesora, busca no sólo
conocer la voluntad de Dios y ver que se cumpla, sino verla cumplida, sin importar
si nos beneficia y sin importar lo que nos cueste. La verdadera oración de
intercesión busca la gloria de Dios, no la nuestra.
¿Por quién debemos interceder?
1. Nuestra familia (Hechos 16:31)
2. Todos los que están en autoridad (1 Timoteo 2:2)
3. Ministros (Filipenses 1:19)
4. La iglesia (Salmos 122:6)
5. Amigos (Job 42:8)
6. Compatriotas (Romanos 10:1)
7. Los enfermos (Santiago 5:14)
8. Enemigos (Jeremías 29:7)
9. Por quienes nos persiguen (Mateo 5:44)
10. Aquellos que nos abandonan (2 Timoteo 4:16)
11. Por todos los hombres (1 Timoteo 2:1).