Dd268-Caso Practico
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1. La premisa expuesta que los actos ilegales por sobre los legales producen mayor
beneficio económico, de tiempo y sociales, ¿Justifica los actos de criminalidad en una
sociedad?
Antes de adentrarse en la justificación de criminalidad en una sociedad, basados en que los actos
legales producen mayor beneficio económico, de tiempo y sociales, se hace preciso definir en un
primer orden lo que es la criminalidad. La criminalidad se emplea en la idea de “una
circunstancia que convierte un acto en criminal”; así mismo, hace referencia a la cantidad de
crímenes que se comenten en un lugar y en el momento concreto y la acción de cometer
crímenes.
Cada individuo, tiene el deseo intrínseco de obtener beneficios en la vida y que esos beneficios
sean más o menos perdurables. Esa es la razón por la que, la sociedad en la que vivimos se ha
vuelto mucho más competitiva ya que todos quieren llegar a ser “alguien en la vida”. Pero, la
pregunta a responder en este punto es que sí esos deseos de llegar justifican que un individuo
decida adentrarse en el mundo de la criminalidad. Tan cierta es esta afirmación que Becker en su
obra suponía que los criminales son individuos que actúan racionalmente y buscan maximizar su
bienestar.
Uno de los motivos fundamentales o más certeros que tienen los individuos para delinquir es que
estos cometen los actos criminales si los beneficios por hacerlo superan los de las actividades
legales. Esto quiere decir que, si el beneficio económico de delinquir supera el costo esperado de
cometer un delito, esto incluyéndole la pena impuesta por la justicia y del mismo modo el tiempo
que impone como castigo la ley, el delincuente elegiría sin duda alguna cometer el delito. En
nuestra región el beneficio esperado de cometer crímenes “siempre” será más alto del beneficio
que se derivarían de la realización de otras actividades legales. Existen muchas razones que
amparan la afirmación anterior, una de ellas es que la taza de urbanización es muy elevada,
ocupando el 80%, superando en mucho a la tasa promedio del 50% que existen en los países
desarrollados, como lo es Corea. Así mismo la desigualdad en el ofrecimiento de oportunidades,
hace que la población vea al crimen como una actividad más rentable que aquellas actividades
legales a las que tendrían acceso.
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Sin embargo, sabiendo muchos que lo anteriormente expuesto influye considerablemente en la
elección de las personas para cometer actos delictivos, afirman que el ambiente y la economía no
tienen nada que ver con la elección de una persona para cometer actos de criminalidad en una
sociedad. Esta exponente es de criterio de que al producir considerablemente los actos de
criminalidad mayor beneficio económico, justifica de manera parcial que se comentan actos
delictivos; aunado a esto los factores sociales y psicológicos juegan un papel determinante y que
justifican más que una persona se incline a la comisión de un crimen.
Nos atrevemos a decir esto, en vista de que, el sistema, tanto policial como judicial, no está, si se
podría decir, lo suficientemente capacitado para reducir o resolver los problemas de fondo de los
actos ilegales de índole penal, ya que, aún se encuentra en un estado de debilidad que impide
afrontar los problemas sociales relacionados con la criminalidad. Cada año, son asignados
millones de pesos del presupuesto nacional para que “se resuelvan” los actos criminales de
manera eficiente y que las políticas públicas sean aplicadas de manera correcta; pero, a pesar de
esto aún se sufre una de una inseguridad y que las personas terminen escogiendo cometer actos
ilícitos, (aunque esta afirmación también se apoya en otras variables sociales, que no es preciso
tocar en este punto ya que se saldría un poco del contexto referencial que se quiere abordar en
este punto).
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Se asignan anualmente mediante el presupuesto nacional fondos que son destinados
exclusivamente a la policía, tribunales, jueces, oficiales, inmuebles, gasto penitenciario, pero, al
pasar de los años, la ineficiencia y debilidad son demasiado notorias. En la actualidad, si se
podría tomar un punto referencial, en la República Dominicana, aunque se esté luchando
“fuertemente contra el crimen organizado y administrativo”, aún carece de mucho. Diariamente
los ciudadanos se inclinan a cometer actos delictivos y es más evidente la inestabilidad en
muchos de los sistemas del país. Esto no se debe a que el gobierno no invierta, sino que se ha
dado un enfoque erróneo y solamente se han concentrado las fuerzas para cambiar las vendas de
una enfermedad que necesita ser tratada desde la raíz.
3. Cuáles serían sus propuestas para reducir la criminalidad, teniendo en consideración las
premisas fundamentales del análisis económico del derecho.
En el mundo en el que vivimos, lleno de violencia y falta de conciencia del ser humano en
cuanto a las relaciones humanas, así como también el vivir en armonía con los demás
ciudadanos, es lo que ha provocado un mundo lleno de caos y violencia. Por años los gobiernos
se han encargado de invertir en medidas de represión de los mayores crímenes pero vemos que
no ha funcionado y muchos de esos esfuerzos han sido un total fracaso. Siendo así las cosas,
entendemos que para que sea cortada la criminalidad de raíz, se debe de tomar un tiempo en
analizar a profundidad cuáles son aquellas causas que lleva al ser humano a cometer un crimen y
del mismo modo, valorar si a nivel económico saldría en menor costo seguir reprimiendo desde
afuera o seguir con las mismas medidas que se han tenido hasta ahora.
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Los resultados del proyecto de prevención de la USAID reflejaron que hubo una reducción de los reportes de
asesinatos en 51 %; reducción en los reportes de venta de drogas ilegales en 36 %; reducción en los reportes de
robos en 19 %. (Berk-Seligson, Orcés, Pizzolitto, Seligson, & Wilson, 2014).
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Otra estrategia, es la creación de un programa de prevención basado en la escuela y el cual se
diseña para aumenta la competencia social y disminuir considerablemente los factores de riesgo
asociados al con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. El programa consta de diez
lecciones interactivas en el aula adaptadas para diferentes niveles de grado.
Demasiado bueno para las drogas: es un programa de prevención basado en la escuela para
estudiantes de K – 12. Está diseñado para aumentar las competencias sociales y disminuir los
factores de riesgo asociados con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. El programa
consta de diez lecciones interactivas en el aula adaptadas para diferentes niveles de grado.
(Instituto de Políticas Públicas del Estado de Washington, WSIPP, 2017). La tabla siguiente
muestra los costos y beneficios de este programa.
Según lo investigado, “el costo por estudiante del programa fue de $54; el beneficio de $443 y 90
% de posibilidades de que el programa producirá mayores beneficios que costos. Este programa
se entrega típicamente en un solo año escolar. Los costos incluyen la capacitación docente, el
programa y los materiales del aula, tales como cuadernos de ejercicios, carteles, encuestas,
juegos, CD y DVD, y el tiempo del docente para impartir las lecciones, repartidos entre la
cantidad de niños en un aula típica de Washington”. (Ortíz, 2019).
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Estás estrategias ayudarían considerablemente a la reducción de la criminalidad a un bajo costo y
con resultados favorables.
En este punto y basándonos en la situación actual que sufre más Latinoamérica, es preciso crear
normas políticas combinadas, a los fines que poder tratar tanto los males producto de las
actuaciones ilícitas como las causas de los mismos. Aunque resulte un poco ambiciosa la
propuesta de esta alumna, tenemos a bien decir que, si se invierte solamente en el fortalecimiento
y la creación de nuevas medidas de represión contra el crimen, entonces las causas que provocan
este mal seguirían aumentando lo que provocaría que a largo plazo una gran inversión y que a la
corta o a larga, el gasto público se viera fuertemente afectado.
Ahora bien, si invertimos solamente en contrarrestar las motivaciones económicas que instan a
los ciudadanos a cometer hechos ilícitos, también el Estado se vería en la obligación de invertir
igualmente mucho del dinero del presupuesto nacional, solamente para tratar este tipo de mal. En
ese sentido, se propone tratar de manera conjunta en vista que esto provocaría el cubrimiento de
los puntos débiles de uno y otro punto.
Reconocemos que dicha propuesta quizás a consideración de muchos es inaplicable, pero, nos
atrevemos a decir que la creación e inversión en el fortalecimiento y nuevas medidas de
represión contra el crimen así como el trabajo unánime en también contrarrestar las motivaciones
económicas que provocan a cometer hechos ilícitos llevarían al Estado que considere aplicarlas a
la reducción significativa de aquellos males que por años han venido luchando.
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4. Entendiendo que una sanción o sentencia puede entenderse como igual a precio dentro
del análisis económico del derecho, ¿Considera que mayores sanciones en las legislaciones
penales reducirían la criminalidad o solo aumentaría más el gasto público en rubros como
cárceles, sistema penitenciario?
Para sustentar la anterior afirmación tenemos como base que, en la República Dominicana, según
los datos realizados y levantados por la Oficina Nacional de Estadísticas, se registraron entre los
años 2019-2021, los casos como se muestra a continuación:
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(Análisis de las Estadísticas sobre Delitos Registrados y Reclusiones en República Dominicana,
2021).
En la tabla anterior muestran una disminución considerable en cuanto a los casos registrados en
esos tres, años.
Dichos datos se corroboran con los emitidos por el Poder Judicial en la República Dominicana,
en los que reportó que, en el año 2019, se resolvieron un total de 183, 01, en el año 2020 un total
de 129, 552 y aunque en el año 2021 aún no se ha emitido el informe correspondiente, nos
atrevemos a afirmar que, seguiría la constancia de baja.
Aunque, se podría decir que estos son buenos números y que a simple vista las sentencias han
podido reducir la criminalidad; estos números están condicionados a variables, ya que, solo
muestran las sentencias falladas en ese año pero no muestran la fecha de entrada de dichos casos.
Diferente ocurre con los datos proporcionados por la ONE. Por conocimiento, en los tribunales
tienen casos de hasta 5 años, lo que los números proporcionados por el Poder Judicial, no nos
hacen afirmar que verdaderamente las sentencias tienen el poder de reducir la criminalidad.
Ahora bien, hay un factor que ha provocado una reducción en los crímenes, que no nos
atrevemos a decir que sean las sentencias, ya que podrían ser factores sociales, biológicos, etc.
A modo de conclusión, tenemos a bien decir que, aunque las sanciones sean un instrumento
utilizado para contrarrestar la criminalidad, estas no son las que provocan realmente en sí que la
criminalidad reduzca y esto lo podemos afirmar en el sustento de que, las estadísticas emitidas en
este aspecto son en base a las denuncias realizadas por los afectados. Y que la “reducción” que se
visualiza podría darse en razón a que las personas han dejado denunciar y que exista un poco de
perdida de “fe” en lo que actualmente llamamos justicia.
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BIBLIOGRAFÍA