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Alojamiento Conjunto Madre

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Alojamiento conjunto madre/hijo

El alojamiento conjunto, también llamado habitación


compartida, consiste en brindar la atención médica,
enfermería y del personal de trabajo social a la madre y al
recién nacido de manera tal que se favorezca su contacto
temprano piel a piel, desde el momento del nacimiento y
durante todo el tiempo que permanecen en el hospital, con
motivo del parto. Para ello, madre e hijo son alojados
conjuntamente, con objeto de fortalecer la relación afectiva
entre ellos y de lograr que el niño inicie con la alimentación
al seno materno y se continúe a libre demanda; asimismo,
esto permite brindar a la madre información práctica acerca de la alimentación y
cuidados de su hijo. Es necesario que el personal médico y de enfermería se
encuentre bien informado con respecto a los procedimientos que deben llevarse a
cabo para la atención de la madre y el niño en el alojamiento conjunto. Se inician
desde la orientación e información en el control prenatal, continúan en el momento
del trabajo de parto y se tornan indispensables en el puerperio inmediato, en el
cual el personal participa activamente ayudando y orientando a la madre en el
cuidado de su hijo.
El contacto precoz y las manifestaciones afectivas y de seguridad entre la madre y
su hijo son esenciales para el desarrollo futuro de ambos. Por otra parte, el inicio
temprano de la lactancia y la enseñanza directa sobre la técnica de
amamantamiento, así como de los aspectos primordiales en el cuidado del niño,
son asimilados más profunda y claramente por la madre en estos momentos.
El alojamiento conjunto representa un avance en la atención del recién nacido
porque permite una relación más estrecha entre la madre, el recién nacido y el
equipo de salud. Su interrelación diaria, sin duda, les reporta enormes beneficios,
en especial para el recién nacido.
El alojamiento conjunto permite a la madre convivir con su hijo, lo que fortalece los
lazos afectivos y desarrolla una mayor sensibilidad por los problemas prioritarios
de este; establece una estrecha relación madre hijo que estimula la lactancia
natural y sensibiliza a la madre para aceptar los consejos sobre los cuidados de su
hijo; promueve una mejor relación de la madre con el equipo de ,salud que
favorece la enseñanza directa y práctica de los cuidados de puericultura, al
implicar una participación activa de la madre; establece el vínculo madre pediatra
de manera más concreta, impulsa a la madre a concurrir al consultorio periférico
para el control adecuado del crecimiento y desarrollo de su ,hijo; capacita B la
madre para atender al recién nacido normal desde las primeras horas de vida, lo
cual permite al equipo técnico atender mejor al recién nacido de riesgo; disminuye
la posibilidad de infecciones cruzadas al evitar el confinamiento en la unidad de
internación, y permite al equipo de salud, a través de la práctica diaria de la
enseñanza, mejorar sus condiciones docentes y lograr una mejor comprensión de
las necesidades de la comunidad.
Objetivos
Este programa tiene como objetivos:
a) Capacitar a la madre para que atienda a su hijo
b) Incrementar el número de madres que amamantan a
sus hijos
c) Aumentar el número de recién nacidos controlados
en los consultorios periféricos
d) Disminuir la morbi-mortalidad de la población asistida
por el programa durante el primer año de vida. Para
que los objetivos del programa se cumplan es
necesaria una coordinación adecuada de la
maternidad y los consultorios materno-infantiles.

Beneficios
El contacto inmediato piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal de los
recién nacidos y los expone a bacterias beneficiosas que se encuentran en la piel
de las madres. Estas bacterias buenas protegen a los bebés de enfermedades
infecciosas y les ayudan a fortalecer sus sistemas inmunológicos.
El contacto piel con piel que empieza inmediatamente después del nacimiento y
dura hasta que el bebé termina de amamantar por primera vez tiene muchos otros
beneficios. Se ha demostrado que aumenta las probabilidades de que los bebés
sigan amamantando, amplía la duración de la lactancia materna y también mejora
las tasas de lactancia materna exclusiva.

Promoción de lactancia materna


Objetivo
La lactancia materna es una forma natural de alimentación que
no supone ningún costo al presupuesto familiar a diferencia de
lo que puede suponer la alimentación artificial. 
Además, la lactancia materna disminuye el gasto social y el
sanitario y asegura la igualdad en el acceso a la mejor salud en
todas las franjas sociales y esto, supone una importante
contribución a la reducción de la pobreza.
La lactancia materna exclusiva y durante dos años o más,
proporcionan nutrientes de alta calidad y una adecuada
energía, y puede ayudar a prevenir el hambre, la desnutrición y
la obesidad. La lactancia materna también significa seguridad
alimentaria y mejora de la nutrición en la niñez y posterior edad
adulta.

Propiedades y factores de protección de la leche materna


La leche materna es un el alimento ideal, completo y saludable para recién
nacidos y niños menores de 2 años o más; por contener más de 300 nutrientes y
cantidades exactas de grasas, azúcares, agua,
proteínas y vitaminas que el niño necesita para
crecer y desarrollarse, que a su vez brinda muchos
beneficios para el bebé, la madre, la familia, la
sociedad y a las empresas e instituciones de los sectores públicos y privados,
tales como:
La leche materna es la fuente de alimento natural para los bebés menores de 1
año.
Tiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasa
Proporciona las proteínas digestivas, minerales,
vitaminas y hormonas que los bebés necesitan
Tiene anticuerpos que ayudan a evitar que su bebé se
enferme
Su bebé amamantado es menos propenso a enfermarse
Alergias
Infecciones del oído
Gases, diarrea y estreñimiento
Enfermedades de la piel (tales como eccema)
Infecciones estomacales o intestinales
Problemas de sibilancias
Enfermedades respiratorias, como la neumonía y la
bronquiolitis
El bebé alimentado con leche materna pueden tener un
menor riesgo de padecer:
Diabetes
Obesidad o problemas de peso
Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
Caries en los dientes
La lactancia materna también es buena para usted
Establecerá un vínculo único entre usted y su bebé
Descubrirá que es más fácil bajar de peso
Demorará el inicio de sus periodos menstruales
Disminuirá el riesgo de enfermedades, como diabetes tipo 2, ciertos tipos de
cáncer de ovarios y de mama, osteoporosis, enfermedades del corazón y
obesidad
Amamantar puede ahorrarle tiempo y dinero
Ahorrar cerca de $ 1,000 por año cuando no compra leche maternizada
Evitar la limpieza de biberones (teteros)
Evitar el hecho de tener que preparar la leche maternizada (la leche materna
está siempre disponible a la temperatura adecuada)

Forma de almacenamiento Muestra


autocontrol, control
Antes de extraer o manipular la leche materna, lávate
las manos con agua y jabón. A continuación, guarda la
leche extraída en un recipiente de vidrio de calidad
alimentaria limpio y con tapa, o en un recipiente de plástico duro que no esté
fabricado con la sustancia química bisfenol A (BPA). También puedes usar bolsas
de plástico especiales diseñadas para la obtención y almacenamiento de leche.
No almacenes la leche materna en bolsas de plástico o botellas desechables
diseñadas para uso familiar general.
Usa etiquetas y tinta a prueba de agua y etiqueta cada recipiente con la fecha en
que se extrajo la leche materna. Si almacenas la leche extraída
en la guardería de tu bebé, añade el nombre de tu bebé a la
etiqueta.

Coloca los recipientes en la parte trasera del refrigerador o


congelador, donde la temperatura es más fresca. Si no tienes
acceso a un refrigerador o congelador, guarda la leche
temporalmente en un refrigerador aislado con bolsas de hielo.
Llena los recipientes individuales con la leche que tu bebé
necesitará para una sola toma. Podrías empezar con 2 a 4 onzas
(60 a 120 mililitros), y luego ajustar según sea necesario.
Considera también la posibilidad de almacenar porciones más pequeñas, de 30 a
60 mililitros (1 a 2 onzas), para situaciones inesperadas o retrasos en la
alimentación regular. La leche materna se expande cuando se congela, así que no
llenes los recipientes hasta el borde.

El tiempo que puedes mantener la leche materna extraída de forma segura


depende del método de almacenamiento. Considera estas pautas generales para
los bebés sanos:
Temperatura ambiente. La leche materna recién extraída puede mantenerse a
temperatura ambiente hasta seis horas. Sin embargo, es óptimo usar o
almacenar adecuadamente la leche materna en cuatro horas, especialmente si
la habitación está caliente.
Nevera aislada. La leche materna recién extraída puede almacenarse en una
nevera aislada con bolsas de hielo hasta un día.
Refrigerador. La leche materna recién extraída puede almacenarse en la parte
trasera del refrigerador hasta cuatro días en condiciones de limpieza. Sin
embargo, es óptimo usar o congelar la leche en tres
días.
Congelador. La leche materna recién extraída puede
almacenarse en la parte posterior de un congelador
hasta 12 meses, pero el uso de la leche congelada
dentro de seis meses es óptimo.

Descongela primero la leche más antigua. Coloca el


envase congelado en el refrigerador la noche anterior al
día que quieres usarlo. También puedes calentar
levemente la leche poniéndola bajo agua corriente caliente o en un tazón de agua
tibia.
No calientes el biberón congelado en el microondas o rápidamente en la hornalla.
Algunas partes de la leche pueden calentarse demasiado y otras pueden quedar
frías. Además, algunas investigaciones sugieren que el calentamiento rápido
puede afectar los anticuerpos de la leche.
Si bien es necesario continuar con las investigaciones para determinar si la leche
previamente congelada que ha sido descongelada puede volver a congelarse y
utilizarse con seguridad, muchos expertos recomiendan descartar la leche
descongelada que no se utilice en un plazo de 24 horas.

Alimentación del niño y de la


madre
Preparación de mamas
Durante el embarazo, los senos se preparan naturalmente para
la lactancia, después del desarrollo de los conductos mamarios
y de las células productoras de leche, además de una mayor
irrigación sanguínea en la zona, haciendo que los senos
crezcan al largo de la gestación.
A pesar de ser un proceso natural, es importante que la
embarazada también prepare el seno para amamantar,
adoptando algunos cuidados durante todo el embarazo que ayudan a evitar
problemas, como las grietas o fisuras en el pezón. Preparar los pezones,
haciéndolos más salientes para la lactancia también ayuda.
1. Lavar el seno sólo con agua y baño diario: Los senos y los pezones deben
lavarse sólo con agua, sin usar jabones o cremas. Los pezones tienen una
hidratación natural que deben mantener durante el embarazo, por eso, cuando
se utilizan jabones o cremas, esta hidratación se elimina, aumentando el riesgo
de grietas en los pezones.
2. Utilizar un sostén adecuado: Durante el embarazo, la gestante debe usar un
sostén que sea cómodo, de algodón, tenga tirante altos y un buen sostén.
Además, es importante que no tenga varillas para no lastimar los senos, que
tenga cierre para ir ajustando el tamaño y que los senos queden totalmente
dentro del sostén. El sostén de lactancia puede usarse a partir del tercer
trimestre para que la embarazada se acostumbre y sepa cómo utilizarlo antes
de utilizarlo por primera vez.
3. Masajear los senos: Los senos deben masajearse 1 o 2 veces al día, a partir
del 4º mes de gestación, para hacer los pezones más salientes y para facilitar
la toma del bebé y la succión de la leche.
Para hacer el masaje, la embarazada debe sostener uno de los senos con
ambas manos, una en cada lado, y hacer presión hasta el pezón, alrededor de
5 veces, y luego repetir, pero con una mano arriba y otra abajo

Técnica de alimentación
Agarre al pecho
Los signos que nos indicarán un buen agarre son: el mentón del bebé toca el
pecho, la boca está bien abierta y abarca gran parte de la areola, los labios están
hacia fuera y las mejillas están redondas (no hundidas)
cuando succiona. Si el bebé se coge bien al pecho la
lactancia no duele.
Posición sentada (o posición de cuna)
Se coloca al bebé con el tronco enfrentado y pegado a
la madre. La madre lo sujeta con la mano en su
espalda, apoyando la cabeza en el antebrazo, pero no
muy cerca del codo para que el cuello no se flexione, lo
que dificultaría el agarre. Con la otra mano dirige el
pecho hacia la boca del bebé y en el momento en que éste la abre, lo acerca
con suavidad al pecho.
Posición acostada
La madre se sitúa acostada de lado, con el bebé también de lado, con su
cuerpo enfrentado y pegado al cuerpo de la madre. Cuando el bebé abra la
boca, la madre puede acercarlo al pecho empujándole por la espalda, con
suavidad, para facilitar el agarre. Es una posición muy cómoda para las tomas
nocturnas y los primeros días de lactancia.
Posición en balón de rugby (o posición invertida)
Se sitúa al bebé por debajo de la axila de la
madre con las piernas hacia atrás y la cabeza a
nivel del pecho, con el pezón a la altura de la
nariz. Es importante dar sujeción al cuello y a los
hombros del bebé, pero no a la cabeza, que
necesita estar con el cuello un poco estirado para
atrás, para facilitar el agarre. Es una posición
adecuada para amamantar a gemelos y a
prematuros.

Frecuencia y duración de la alimentación


Durante las primeras semanas de vida, se deberá amamantar a su bebé "a
demanda" (cuando tenga hambre), lo que suele ser cada hora y media a tres
horas. Conforme los recién nacidos vayan creciendo, necesitarán mamar con
menos frecuencia y desarrollarán un horario de lactancia más regular y predecible.
Algunos maman cada 90 minutos, mientras que otros pueden aguantar dos o tres
horas entre tomas consecutivas. Los recién nacidos no deben pasar más de unas
cuatro horas sin alimentarse, ni siquiera por la noche.
Dieta de la madre
Durante la lactancia la madre necesita beber agua, leche y zumos. Las
necesidades de calorías son mayores y la madre lactante debe tomar alimentos
con gran contenido de energía. Se aconseja hacer al menos 5 tomas de alimentos
al día. Se aconseja una dieta variada en la que se incluyan todos los alimentos.

Dieta de la madre
Al igual que en la etapa de preconcepción y embarazo, durante la lactancia es
importante que las fuentes de alimentos sean diversas y los alimentos de ALTA
calidad (No es lo mismo comerse 1 naranja rica en vitaminas, minerales, fibra y
azúcares naturales, que un jugo de naranja
industrializado que pierde la fibra, vitaminas y minerales
que naturalmente están en la fruta). 
En general el cuerpo asegura que la leche materna sea
una fuente de nutrición óptima para el bebé, sin
embargo, es importante saber que existen ciertos
nutrientes que, si la madre no los consume, puede verse
afectada la calidad y la presencia de estos en la leche,
especialmente los ácidos grasos, algunos minerales y
vitaminas (liposolubles). Como la alimentación de la
madre impacta en la calidad de la leche que se produce, es recomendable
asegurarse de obtener los minerales y vitaminas consumiendo todos los grupos de
alimentos:
Frutas
Verduras – Especialmente las de hojas verdes
Alimentos de origen animal – Carnes, pescados, lácteos, quesos y huevo
Leguminosas – Frijol, habas, lentejas
Cereales integrales, granos enteros y oleaginosas -
Avena, trigo, nueces, semillas
Durante la lactancia es importante incluir pescado al
menos dos veces a la semana; el salmón, la sardina, el
atún y el bacalao contienen Omega 3, también conocido
como DHA. Éste es un nutrimento que ayuda al óptimo
desarrollo del sistema nervioso central y la vista del
bebé.
 
Destete
Destetar es hacer que un niño pase de tomar el pecho a nutrirse de otras formas.
El destete es un proceso que requiere paciencia y comprensión, tanto de su parte
como de parte del bebé.
¿Cuál es el momento adecuado para el destete?
Cuando destetar a un niño es una decisión personal. Una madre podría verse
condicionada porque debe regresar a trabajar, por su salud o la del bebé, o
simplemente considere que llegó el momento adecuado.
La Academia Americana de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) recomienda
alimentar a los bebes únicamente con leche materna durante los primeros seis
meses de vida. Después, la AAP recomienda una combinación de alimentos
sólidos y leche materna hasta que el niño tiene por lo menos un año. Más tarde,
los bebés pueden comenzar a tomar leche de vaca.
La mayoría de los expertos coinciden en que el amamantamiento debe continuar
tanto tiempo como la madre y el bebé lo deseen. Muchas mujeres optan por
destetar al bebé después de su primer cumpleaños. A esta edad, los bebés están
comenzando a caminar, hablar y comer más alimentos sólidos; por eso es posible
que naturalmente pierdan el interés por mamar.
Otras madres continúan amamantando a sus hijos durante más de un año (esto
recibe el nombre de lactancia extendida). La lactancia extendida es una opción
saludable y razonable para las madres y los niños que no están preparados para
el destete. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que
las madres amamanten a sus hijos hasta los dos años de edad.
El destete no tiene por qué ser drástico. Algunas mujeres optan por destetar
durante el día y amamantar durante la noche, según su situación laboral y sus
horarios.
Cuando decida destetar, es posible que su hijo tenga otra
cosa en mente. Algunos niños dejan de mamar por sí
mismos antes de lo que la madre tenía planeado y otros se
resisten al destete cuando la madre está lista. Quienes se
destetan más tarde suelen ser más resistentes. Por
ejemplo, un niño de dos años probablemente esté más
apegado y esté menos dispuesto a dejar de mamar que un
bebé de un año. En momentos como estos, es importante
tomar las cosas con calma y estar atentos a las
necesidades de ambos.

Alimentación con biberón


La única alternativa aceptable a la lactancia
materna durante el primer año es la leche artificial para
bebés; el agua puede provocar hiponatremia, y la leche entera de vaca no es
nutricionalmente completa. Las ventajas de las leches maternizadas incluyen la
posibilidad de cuantificar el grado de nutrición y la oportunidad para los miembros
de la familia de participar en la alimentación. Pero si todos los demás factores son
iguales, estas ventajas son superadas por los beneficios indiscutibles de la
lactancia materna para la salud.
Las leches maternizadas se comercializan como polvos, líquidos concentrados y
líquidos prediluidos (listos para el uso); todos contienen vitaminas, y la mayoría
suplementos de hierro. La fórmula debe prepararse con agua fluorada; deben
administrarse gotas de fluoruro por vía oral (0,25 mg/día) después de los 6 meses
de edad en zonas donde no se dispone de agua fluorada y cuando se utiliza leche
artificial líquida prediluida, que se prepara con agua no fluorada.
La elección de la fórmula depende de las necesidades del bebé. La fórmula
basada en leche de vaca es la elección convencional, a menos que los vómitos,
la diarrea (con sangre o sin ella), la erupción (urticaria) o el escaso aumento de
peso sugieran sensibilidad a la proteína de la leche de vaca o intolerancia a la
lactosa (sumamente rara en recién nacidos); en estos casos, puede recomendarse
un cambio en la fórmula. Las leches artificiales de soja de los Estados Unidos no
tienen lactosa, pero algunos lactantes alérgicos a la proteína de la leche de vaca
también pueden serlo a la proteína de la soja, en cuyo caso está indicada la leche
hidrolizada. Las fórmulas hidrolizadas son derivados de la leche de vaca, pero las
proteínas se descomponen en cadenas más pequeñas, haciéndolas menos
alergénico. Existen preparados veraderamente elementales elaborados con
aminoácidos libres para los pocos lactantes que presentan reacciones alérgicas a
las fórmulas hidrolizadas.
Los lactantes alimentados a biberón son
alimentados a demanda, pero como la leche
artificial para bebés se digiere más lentamente que
la leche materna, suele haber intervalos más
prolongados entre las tomas, al principio de 3-4
horas. Los volúmenes iniciales de 15 a 60 mL (0,5
a 2 oz) pueden aumentarse en forma gradual
durante la primera semana de vida hasta 90 mL (3
oz) alrededor de 6 veces/día, lo que aporta
aproximadamente 120 kcal/kg tras 1 semana para un lactante de 3 kg.

Contraindicaciones para amamantar


Cardiopatías, dependiendo de la gravedad de la lesión y de la posible
incapacidad que pueda causarle a la madre. Si está controlada, no hay
problema alguno, ya que se ha demostrado que no afecta a la frecuencia
cardíaca, ni aumenta el gasto cardíaco ni la presión arterial.
Cirugía mamaria, si la madre se ha sometido a una cirugía radical de la mama
o grandes extirpaciones se pierde la posibilidad de lactar por esa mama,
siempre se ha de dar lactancia desde la glándula que conserve el sistema
excretor íntegro, ya sea de una o ambas mamas.
Enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, es una
enfermedad de tipo infeccioso provocada por el parásito Trypanosoma cruzi.
La transmisión se lleva a cabo a través de vías de transmisión vectorial, vía
sanguínea, por transfusión de sangre y trasplante de órganos contaminados.
Enfermedad de Lyme, es producida por garrapatas y causada por Espiroqueta
borrelia burgdorferi, no existen pruebas definitivas de que la enfermedad de
Lyme pueda transmitirse por vía mamaria, por lo que si a la madre se le
diagnostica y se trata durante el embarazo puede ofrecer lactancia materna,
pero si se le diagnostica después del parto, la madre debe recibir tratamiento
inmediato, y si el niño presentara síntomas, como fiebre o exantemas, se le
deberá tratar de la enfermedad contagiada, pero una vez que madre e hijo han
iniciado el tratamiento se puede volver a ofrecer la lactancia materna.
Enfermedad psiquiátrica, si la madre sufre una enfermedad de este tipo, se
valorará su estado, y si el tratamiento que le es administrado es compatible con
la lactancia materna.es el adecuado, y si no es así, buscar un medicamento
alternativo menos tóxico para poder así ofrecer la lactancia materna.
Enfermedad de Sheehan, enfermedad de tipo endocrino que causa fracaso de
la lactancia materna, es una hemorragia postparto grave, provocando un infarto
trombótico y una necrosis de la hipófisis, esa necrosis produce
hiperprolactinemia, que conlleva a la involución mamaria, y al fracaso de la
lactancia.
Epilepsia, casi todos los fármacos antiepilépticos son compatibles con la
lactancia materna. Valoraremos la situación de la enfermedad de cada madre,
la frecuencia con la que sufre las crisis y los tipos de crisis.
Miastenia gravis, la lactancia no está contraindicada, aunque depende de los
niveles de anticuerpos de la madre, que pasan a través de la leche materna,
por ello si las concentraciones son muy elevadas, se
recomienda suspender la lactancia. También está
contraindicada si el tratamiento de la miastenia lo
trata con metotrexate.
Práctica de pruebas radiológicas y análisis, para el
estudio radiológico simple, y la extracción para
analíticas no es contraindicada la lactancia.
Procesos oncológicos, la lactancia materna no está
recomendada por los efectos adversos de los
fármacos antineoplásicos, y los compuestos
radioactivos.
Citomegalovirus, no existe problema alguno para la
lactancia materna cuando el recién nacido es a término cuya madre es
seropositiva para el citomegalovirus.
Brucelosis, es transmisible al ser humano a través de la ingestión de leche, de
carne, de alimentos contaminados, por contacto directo con animales que
estén enfermos, o a través de la leche materna; si la madre ya estaba
diagnosticada al comenzar la lactancia, es altamente probable que el niño esté
contagiado y ambos deben ponerse en tratamiento, no tiene porqué
suspenderse la lactancia materna hasta que el tratamiento se haya
completado.
Sarampión, si la mujer ha estado expuesta con anterioridad al parto,
separaremos al niño de la madre unas 72 horas desde la aparición del
exantema, para evitar el contagio, en ese período puede dar leche materna
que se haya extraído anteriormente; si el contagio se ha producido durante la
lactancia, no separaremos a la madre del niño, ya que la enfermedad se
considera contagiosa desde antes de iniciarse el exantema.
Sífilis, lo definimos como la presencia de una serie de lesiones cutáneas en el
pecho o pezón que totalmente contraindica la lactancia materna, por la
posibilidad de contener una treponema.; cuando la madre haya finalizado el
tratamiento, y esas lesiones se hayan curado, reanudaremos la lactancia
materna.
Tuberculosis, enfermedad que se transmite por transmisión aérea, si la
enfermedad está activa sin recibir el tratamiento para tratarla, la
consideraremos enfermedad infecciosa, por lo que estaría contraindicada la
lactancia materna.
Virus gripe A, cuando la madre tiene esta infección, deberemos aislarlas de sus
hijos temporalmente, hasta que remita la fiebre, pero se puede ofrecer la leche
extraída, para alimentar al recién nacido. Debemos extremar la higiene, y
debemos aconsejar que utilicen mascarillas a la hora de la extracción de la
leche.
Virus del Herpes Simple, cuando la madre presente lesiones en forma de
herpes activas en los pezones o alrededor de ella interrumpiremos la lactancia
materna hasta que desaparezcan las lesiones sanen. Para prevenir el contagio
debemos desechar la leche extraída, muy importante es el lavado de manos y
tapar las lesiones activas.
Virus del Herpes Zoster, cuando se contagia entre los 20 y 5 días antes del
parto, generalmente, se produce un leve cuadro en el bebé por la adquisición
de los anticuerpos maternos; si ocurriera entre los 5 días tras el parto o durante
las primeras 48 horas posteriores al parto puede producir una grave infección
de varicela al bebé, para su prevención administraremos al niño
inmunoglobulina, y lo aislaremos de forma temporal de la madre hasta que ésta
se cure de la infección. Si la madre no tiene lesiones en el pezón, podrá
extraerse leche para ofrecer lactancia materna; si la infección se produce en la
madre tras 48 horas del parto, y no presenta lesiones en el pezón podrá
continuar la lactancia materna. El tratamiento con Aciclovir para el herpes, no
contraindica la lactancia materna.
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se ha demostrado la transmisión
del VIH tipo 1 a través de leche materna, por ello es contraindicada la lactancia
materna; el riesgo de transmisión del VIH aumenta con la duración de la
lactancia, mayormente a partir de los 6 meses.
Virus de la leucemia humana de células T (HTLV tipo I o II), está
contraindicada la lactancia materna; el mayor riesgo lo encontramos en las
madres con una carga viral alta y si la lactancia se prolonga más de 6 meses.
DROGAS, TABACO Y ALCOHOL
Cuando la madre abusa de estas sustancias no tiene por qué ser una
contraindicación absoluta para la lactancia materna; por ello la contraindicación
debe ser estudiada individualmente.
Sustancias como la cafeína, el café, el té, los refrescos con cafeína y el
chocolate, pasan a la leche; si los consumimos en cantidades elevadas
provocan irritabilidad y trastornos en el sueño del bebé.
Drogas, la metadona es compatible con la lactancia materna; las drogas
sintéticas, la cocaína y el cannabis son detectadas en la leche materna,
pueden influir en el neurodesarrollo del niño, por lo que está totalmente
contraindicada la lactancia materna.
Las madres que consumen marihuana pueden presentar síntomas como
temblores, dificultades para relajarse, alteraciones del sueño y alteraciones de
la motilidad.
Alcohol, sustancia que pasa directamente a la leche materna, al mismo nivel
que la sangre materna, aunque también descienden rápidamente ya que el
alcohol no se acumula en las glándulas mamarias. El alcohol inhibe la
secreción de la prolactina durante dos horas, ésta se encarga de la producción
de la leche.
Los efectos del alcohol sobre el bebé dependen de la cantidad de alcohol que
consuma, ya que una cantidad pequeña de alcohol menor de 0,5 gr/kg no
produce daño, si es mayor a esa cantidad puede producir sedación y menor
producción de leche.
Tabaco, la nicotina pasa a la leche materna, pero no a niveles tóxicos o
nocivos para el bebé.
Está demostrado que la nicotina produce un efecto estimulante, por ello hay
que evitar el cigarrillo en las horas previas a la lactancia. El gran problema
serio es el humo, que es perjudicial al respirarlo el lactante, pudiendo
ocasionarle enfermedades respiratorias. Los bebés hijos de padres fumadores
tienen una mayor incidencia en el síndrome de muerte súbita en el lactante,
infecciones respiratorias, otitis o asma. Aun así, no está contraindicada la
lactancia materna, ya que tiene más beneficios que consecuencias, eso sí,
alejar al bebé del humo.

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