Triduo de Oración Preparatoria
Triduo de Oración Preparatoria
Triduo de Oración Preparatoria
MOTIVACION: El amor a Jesús Niño expresado en la devoción al Niño de Isinche Peregrino, nos lleva a
reflexionar sobre tres aspectos fundamentales de nuestra fe: el misterio de la ENCARNACIÓN, el sentido de la
COMUNIDAD y nuestro compromiso MISIONERO como bautizados.
Como comunidad, vivamos con fe y alegría este triduo de oración que nos prepara para recibir acoger la presencia
de Jesús Niño en nuestra comunidad, que viene a animar y fortalecer nuestra vida, con su Palabra y su mensaje de
salvación.
Saludo: Queridos hermanos y hermanas, nos reunimos hoy en comunidad con la alegría del encuentro con el Dios
de la Vida, que nos alimenta con su Palabra y guía nuestros pasos con la luz del Espíritu. Estamos preparándonos
para celebrar la presencia viva de la Palabra hecha carne: Jesús, el Hijo de Dios, nuestro hermano y salvador.
Dispongámonos a participar con entusiasmo en este segundo a de la novena y en este camino sinodal que hemos
iniciado como Iglesia, convocados por el Papa Francisco.
Oración: Amigo Jesús, reconocemos que tú eres la Palabra de Dios hecha carne, realidad humana, que hiciste y
sigues haciendo del mundo tu morada; estamos aquí para darte gracias por ese regalo amoroso del Padre, don
inmerecido. Te pedimos que nos des la sabiduría del Espíritu para saber discernir el momento actual y actuante de
tu presencia. Haz que la Palabra se encarne cada vez más en nuestras vidas, de tal manera, que seamos ofrenda
martirial de amor. Te lo pedimos a Ti, que con el Padre y el Espíritu Santo eres un solo Dios, y vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén
Hecho de vida: Nuestra realidad personal y comunitaria está tejida de luces y sombras, de logros y dificultades,
de esperanzas y temores… en medio de todo ello, Dios camina con nosotros. Compartamos: ¿Qué cosas positivas,
valores y esperanzas vivimos en la comunidad? Y ¿Qué cosas negativas y dificultades estamos enfrentando en
este momento?
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio
junto a Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada Lo que se hizo en ella era la vida y la vida era la luz
de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios:
se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No
era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre,
viniendo a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a los
suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los
que creen en su nombre; los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que
nacieron de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria,
gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad. Palabra del Señor
Reflexión: Iniciemos compartiendo ¿Qué nos dice el texto bíblico? ¿Qué palabras claves podemos resaltar de este
prólogo del Evangelio de Juan? ¿Cuál fue la misión de Juan Bautista? ¿Qué consecuencias tiene para nuestra vida
acoger o rechazar a Jesús?
Jesús es “el Dios hecho hombre, el Verbo encarnado. “La Palabra se hizo carne y habita entre nosotros”. En
medio de nuestra realidad personal, familiar, comunitaria y social, Dios está caminando, acompañando,
iluminando… su presencia es luz para nuestro caminar; si acogemos su luz, podremos descubrir el sentido de
nuestra vida y transformar aquellas realidades que necesitan ser cambiadas para vivir la auténtica felicidad, a la
que somos llamados todos hijos de Dios.
La imagen del Niño de Isinche peregrino, nos invita a acoger a Cristo en nuestra vida, para reconocernos como
hijos de Dios y hermanos entre nosotros, y así celebrar la vida con alegría en familia, con el gozo que comunica
una paz interior y nos hace instrumentos de paz en nuestra sociedad.
Peticiones (Gozos):
Como Iglesia que peregrina dando testimonio de la Utopía del Evangelio para que anime con su esperanza a
todas las personas. Presentemos nuestras oraciones y a cada una respondemos cantando: Bienvenido seas mi
niño adorado, bienvenido seas, mi niño de amor.
- Por todas las situaciones de injusticia, explotación y violencia en que viven muchas personas, para que
confrontemos con ellas nuestra esperanza. Oremos.
- Por todas las personas de buena voluntad, por los sencillos, por los hijos del pueblo, para que nunca caigan en
la trampa de renunciar a la utopía y a la esperanza. Oremos.
- Por todos los que nos encontramos aquí reunidos, para que nos comprometamos con la transformación de
nuestro corazón y nuestra vida. Oremos.
- Por los obreros y campesinos, por los emigrantes, por los pueblos del tercer mundo, para que dejen de ser las
víctimas del progreso y el bienestar de los países ricos y poderosos. Oremos.
- Por todos nosotros, para que respondamos a la llamada a estar vigilantes, no para bien morir sino para bien
vivir. Oremos
Compromisos:
- ¿Qué podemos hacer para trasformar las realidades de exclusión, dolor, sufrimiento y oscuridad que
conocemos?
- ¿Qué nos pide Jesús a nuestra comunidad en estas situaciones?
Ofrezcamos a Dios nuestro compromiso y nuestra vida. Diciendo la oración de la fraternidad: Padre nuestro…,
Ave María…, Gloria…
Oración final:
Jesús, hermano nuestro que te hiciste niño como nosotros, te damos gracias por tu Palabra que es vida y nos
hace ver mejor la voluntad del Padre, ilumínanos con tu amor, fortalécenos con tu misericordia para que
nuestras acciones sean como el Evangelio. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Saludo:
Nos encontramos en el segundo día de oración, de encuentro comunitario, de escucha de la Palabra de Dios, que
nos lleva a un mayor conocimiento y amor a Cristo en nuestra vida. Seamos todos bienvenidos y bienvenidas a
compartir con alegría nuestra fe y nuestra esperanza.
Oración:
Padre bueno, Tú has venido al mundo a traer la paz y la esperanza. Aviva nuestro ánimo y acaricia nuestro
corazón, para que nunca se apague en nuestra vida el aliento de la esperanza, y que nuestra sociedad cansada y
deprimida, vuelva a encontrar los motivos para vivir y esperar. Tú que eres garantía de toda esperanza, desde
siempre y para siempre. Amén
Hecho de vida:
El Ecuador ha sido uno de los países más golpeados por la pandemia del Covid-19. Mucho dolor y sufrimiento ha
dejado en las familias y comunidades. Sin embargo, la pandemia nos ha dejado también muchas lecciones de
vida: nos ha hecho valorar la vida, la familia, la comunidad. Nos sentimos corresponsables unos de otros, con el
auto cuidado también cuidamos a nuestros hermanos. Ahora valoramos más el encuentro, el compartir en
familia y comunidad; pero aún nos cuesta comprometernos y salir al encuentro de los que sufren. Dialoguemos
sobre las lecciones que nos ha dejado la pandemia.
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se
llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el
niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!»”
Palabra del Señor
Reflexión:
Volvamos a este hermoso relato del encuentro de estas dos mujeres: María e Isabel. ¿Cómo se da? ¿Qué le causa
tanta alegría a Isabel? ¿Qué nos enseña a nosotros?
EL Niño Dios viene apresuradamente a nuestra comunidad a visitarnos. El mensajero de la Paz trae la luz que
ilumina nuestras vidas, y ante las dificultades y miserias personales, nos invita a seguir adelante animados por el
Espíritu Santo, que nos hace comunidad, pueblo de Dios.
Hoy Jesús hecho niño nos visita, de la misma manera que su Madre la Virgen María visitó a su Prima Isabel y el
encuentro de estas dos mujeres, suscita el gozo y alegría de dos vidas que cada una llevaba en su vientre. La
cercanía con el Niños Dios nos permita vivir en comunidad, bajo una misma fe.
Peticiones (Gozos):
Presentemos al Señor nuestra oración, y unámonos cantando: Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras
almas, niñito, ven no tardes tanto.
- Por todos los hombres y mujeres del mundo, especialmente por los más necesitados, para que acojan con
amor y alegría al Dios que a todos sale al encuentro, roguemos al Señor.
- Para que el nacimiento de Jesús nos dé la confianza y el optimismo de saber que Dios no abandona a la
Humanidad, y que a toda ella la guía y conduce, roguemos al Señor.
- Para que el ambiente social navideño vaya acompañado en nuestras vidas por una vivencia intensa del misterio
de la navidad, con oración y contemplación llena de paz y de agradecimiento, roguemos al Señor.
- Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen familia, o están en soledad obligada o voluntaria; para
que experimenten gozosamente la comunión y el amor por encima del cerco soledad que les rodea, roguemos al
Señor.
Compromisos:
Mantengamos el autocuidado y las medidas de bioseguridad para evitar contagios del Covid 19.
A ejemplo de la Virgen María, hagamos una visita a una familia, un anciano, un enfermo, que necesita de
nuestro apoyo y consuelo.
Ofrezcamos nuestros compromisos al Señor, con un corazón sincero y lleno de esperanza:
Padre nuestro…. Ave María…
Oración final:
Dios, Padre Nuestro, que en Jesús nos has dado tu Palabra, hecha carne y sangre, fuerza y ternura, muerte y
resurrección; te pedimos nos des la fuerza necesaria para seguir sus pasos por el camino que él nos trazó para
llegar hasta ti, abrazando en nuestro caminar hacia ti a todos los hermanos y hermanas. Por Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
Saludo;
Hermanas y hermanos seamos bienvenidos a este tercer día de oración. Queremos que cada día nazca una
lucecita nueva en el pesebre de nuestros corazones. Pidamos que reine en nuestros hogares el amor y la
comprensión. Entonemos con alegría nuestro canto:
Hecho de vida:
Partiendo del canto de las posadas, conversemos sobre la historia que nos narra el canto. ¿Qué relación tiene el
canto con nuestra vida?
Iluminación Bíblica: Del Santo Evangelio según San Marcos: Mc 16, 15-20
"Jesús les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se niegue a creer se condenará. Estas
señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán
nuevas lenguas; tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les
hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos.». Después de
hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos, por su
parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba
el mensaje con los milagros que lo acompañaban."
Reflexión:
Compartamos: ¿Qué nos narra el texto? ¿Cuál es la misión que reciben los discípulos de Jesús? ¿Qué misión nos
confía a nosotros?
Dios nos ama tanto que nos envía a su propio hijo para salvarnos. Pero confía tanto en cada uno de nosotros, que
nos invita a contribuir con su plan de salvación y nos da a cada uno nos da una misión concreta, “Vayan por todo
el mundo y hagan que sean mis discípulos”.
Seamos discípulos misioneros, anunciemos la Buena Noticia con nuestra propia vida, demos testimonio de
alegría, caridad, solidaridad; seamos misericordiosos como nuestro Padre Dios es misericordioso. Vivamos este
discipulado en sinodalidad (caminando juntos), como nuevo pueblo de Dios que camina, en peregrinación hacia el
Reino de Dios.
Peticiones (Gozos):
Coloquemos en el corazón de Jesús, nuestras súplicas y necesidades. A cada petición nos unimos cantando:
Bienvenido seas mi niño adorado, bienvenido seas oh niño de amor.
- Por toda la Iglesia, para que los cristianos nos sintamos comprometidos con la misión que Él nos ha confiado
de llevar su Buena Nueva a toda la creación. Oremos al Señor.
- Para que hagamos de nuestras comunidades una verdadera familia en la que no haya discriminaciones, sino
que reinen la justicia, el amor y la fraternidad. Oremos al Señor.
- Por todos cristianos, para que seamos solidarios en la tarea de hacer de este mundo una única familia
humana llena de paz y fraternidad. Oremos al Señor.
- Por las familias cristianas, para que estén abiertas a todas las transformaciones positivas que vive hoy la
institución familiar abiertas y en diálogo con los nuevos modelos de familia. Oremos al Señor.
- Por las familias rotas, los hijos que sufren las consecuencias de una separación, los que estén alejados de sus
familias, los que no aciertan a saber convivir con los suyos, para que las leyes mal interpretadas de la Iglesia
no las rechacen de la comunión y la participación. Oremos al Señor.
- Por las familias sin vivienda, sin trabajo, emigrantes, para que encuentren en la sociedad acogida,
solidaridad, justicia y dignidad. Oremos al Señor.
Compromisos:
A la luz del envío misionero que realizó Jesús a sus discípulos, asumamos con mayor radicalidad el compromiso
que tenemos todos en la construcción del RIENO DE DIOS. ¿Qué acciones concretas podemos emprender en
nuestra comunidad o en la parroquia, para ser discípulos misioneros en salida?
Ofrezcamos nuestros compromisos al Señor, para que nos ayude a ponerlos en práctica:
Padre Nuestro… Ave María….
Oración final:
Dios de la Paz, Padre y Madre de todos los hombres y mujeres, que quieres que vivamos como hermanos en
unidad fraterna. En este día, te pedimos con todo el corazón nos concedas la Paz, don tuyo y a la vez fruto de la
Justicia, y que hagas de nosotros esforzados constructores de la Paz, la justicia y la fraternidad; para que
merezcamos la bienaventuranza que anunció Jesús, Hijo tuyo y hermano nuestro, por los siglos de los siglos.
Amén.