De La Organizacion Administrativa y Judicatura Laboral
De La Organizacion Administrativa y Judicatura Laboral
De La Organizacion Administrativa y Judicatura Laboral
1. INTRODUCCIÓN
Teniendo en cuenta que en la sociedad se producen constantes
transformaciones a las que no escapa el derecho, y por ende las instituciones y sistemas
jurídicos; se tiene que las normas sustantivas y adjetivas siguen ese curso, por lo que se
aprecian constantes reformas que se introducen a la legislación con la finalidad de
adecuarla y modernizarla, abarcando nuevas situaciones, nuevas exigencias y nuevas
soluciones para la búsqueda de mayor eficacia.
No es ajena esa situación al campo laboral, que por las características que tiene ese
derecho tutelar, requiere que sus mecanismos de aplicación logren su efectiva realización,
lo que no ha venido ocurriendo, apreciándose más bien un retardo y lejanía a momento de
efectivizar los derechos laborales de los trabajadores, más aún cuando ingresan a un
proceso judicial al que se ven obligados ante la negativa de pago consciente y espontáneo
por parte del empleador de sus beneficios sociales.
Resultando doble el sacrificio del trabajador, porque en caso de hallarse ante la ruptura de
una relación laboral puede encontrarse ante la evasión por parte del empleador del pago
de sus beneficios sociales por un lado y por otro lado no encontrar los mecanismos
apropiados para que por medio del Estado pueda ejercer su derecho de acción logrando
una efectiva realización de los mismos.
En Bolivia, como en otros países, una vez establecidos los derechos laborales, las normas
procesales aplicadas ante la emergencia de acudir a un juicio, fueron las correspondientes
al proceso civil, hasta que el 25 de Julio 1979 se promulgó el Código Procesal del Trabajo
como norma especializada que incorporo un sistema procesal escrito, que desde luego
constituyo una conquista por contener normas adecuadas al Derecho a ser aplicado, que
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además se inspiraron en los principios del Derecho de Trabajo, por lo que inicialmente fue
eficaz debido a que el número de causas que llegaban a estrados judiciales era
relativamente menor, toda vez que existía mayor estabilidad laboral, menor cantidad de
trabajadores desempleados.
Sin embargo, con el devenir del tiempo se advierte que ya no responde al requerimiento
actual, presentando falta de correspondencia con la realidad emergiendo la necesidad de
que se efectúen profundos cambios al sistema procesal laboral a la brevedad posible. Ya
que el régimen procesal laboral boliviano, aunque postula el principio de concentración, en
la práctica no siempre existe y por lo tanto los procesos se disgregan y se hacen más
complicados, carecen de celeridad, hecho que lo transforma en un procedimiento lento y
distante, donde los juicios se prolongan por años, en un país donde las fuentes de trabajo
alternativas son escasas, con una economía inflacionaria, lo que provoca mayor daño no
solo al trabajador, sino al sistema.
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Artículo 7°. - Los magistrados y jueces no pueden dictar reglas o disposiciones de carácter
general, que tengan por objeto la interpretación de las leyes aplicables a los juicios sociales.
Tampoco pueden aprobar, censurar o corregir la interpretación de las leyes hechas por sus
inferiores en el orden jerárquico, sino cuando administren justicia en virtud de los recursos
que las leyes establecen.
Artículo 8°. - La Judicatura del Trabajo y Seguridad Social, forma parte del Poder Judicial
con la competencia que le atribuye esta Ley y la Constitución Política del Estado.
Artículo 9°. - La Judicatura del Trabajo tiene competencia para decidir las controversias
emergentes de los contratos individuales y colectivos del trabajo, de la aplicación de las
leyes de seguridad social, vivienda de interés social, denuncias por infracción de leyes
sociales y de higiene y seguridad ocupacional, la recuperación del patrimonio de las
organizaciones sindicales, del desafuero sindical y otras materias y procedimientos
señalados por Ley.
Artículo 10°. - El personal de la Judicatura del Trabajo y Seguridad Social queda incorporado
a la carrera y escalafón judiciales establecidos en la Ley de Organización Judicial y demás
leyes especiales.
3. CONTEXTO DEL SISTEMA DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA LABORAL
Inicialmente a finales del año 1896 existía la Ley de Enganche por el apogeo de la
explotación de la goma y el caucho en el noreste de Bolivia, eran mínimos los derechos
adquiridos en favor de los trabajadores, por la dispersa y difusa que era esa ley, poco a
poco se fueron incorporando normas referentes a las horas de trabajo, seguridad social,
derecho a la huelga, protección a la mujer y a los niños, hasta crear un organismo
administrativo en el campo laboral.
Mineros y ferroviarios fueron quienes iniciaron las protestas para adquirir un trato laboral
más justo y fueron las normas que favorecieron a los presidentes militares Toro, Busch y
Villarroel de tendencia nacional socialista, quienes impulsaron a crear trabajadores.
Por las condiciones económicas y políticas era necesario contar con una ley que regule las
relaciones laborales, y es por esta razón que mediante Decreto Supremo de 24 de mayo de
1939 se dicta la primera Ley General del Trabajo, elevado a ley el 8 de diciembre de 1942.
En varias legislaciones laborales existen principios que deben ser respetados como ser el
Principio Proteccionista del Estado, el Principio de la Condición más beneficiosa para el
Trabajador, el Principio In Dubio Pro Operario, el Principio de No Discriminación, el Principio
de Continuidad de la Relación Laboral, el Principio Intervencionista y el Principio de la
Primacía de la Realidad, razón que se hizo necesario que el que el Estado vaya
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incorporando leyes que protejan a mas sectores de trabajadores, se promulguen nuevas
leyes y decretos específicas donde se describan más ampliamente las condiciones de
trabajo.
La actual Constitución Política del Estado de manera general en su sección III describe el
derecho al trabajo y al empleo, la protección del Estado al ejercicio del trabajo en todas sus
formas, la prohibición del trabajo forzoso, el cumplimiento obligatorio de las disposiciones
sociales y laborales y la protección al trabajo de los menores.
Al ser esta una época del auge de la minería, ferrocarriles y del trabajador en plantaciones
de castaña, las primeras leyes fueron específicas para ese rubro.
Citando como ejemplo diferentes modificaciones que se hicieron a la ley del año 1842
tenemos:
Ley s/n de 23 de noviembre de1943 regula aspectos de la jubilación de los trabajadores en
general y de los trabajos bancarios en particular debido a que la Ley de 29 de Abril del año
1941 sólo abarcaba la jubilación de los empleados del ferrocarril.
Para los empleados fiscales, municipales, de entidades autárquicas y de empresas
particulares en general que hubiesen cumplido sesenta y cinco años de edad eran obligados
a retiro forzoso salvo que los patrones donde trabajaban opten por su permanencia por un
tiempo máximo de tres años más.
Hoy la jubilación es para todos los empleados que hayan cumplido con los aportes
respectivos y tengan la edad para obtener este beneficio, que de acuerdo al riesgo del
trabajo se disminuye los números de aportes y la edad de jubilación.
Durante los años 1944 a 1948 se promulgaron muchas leyes y modificatorias a la ley
original, por ej. el 7 de febrero de 944 regula el Fuero de los Dirigentes Sindicales, la
protección a su trabajo.
Ley s/n de 23 de noviembre de 1944 regula el cómputo de tiempo de servicios para
empleados y obreros a efectos de desahucios e indemnización y deroga lo referente a
desahucio e indemnizaciones por inasistencia injustificada de más de tres días y por retiro
voluntario del trabajador.
Ley s/n de 29 de noviembre de 1944 establece la forma de indemnización en caso de
muerte, por enfermedad profesional o accidente de trabajo que tendrán derecho a cobrar
los parientes más próximos.
Ley s/n de 18 de diciembre de 1944 establece el pago obligatorio de aguinaldo de Navidad
a favor de los empleados y obreros como una especie de gratificación, el 11 de diciembre
del año 1951 se modifica la forma de cálculo del beneficio.
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Mediante Decreto Supremo de 12 de marzo del año 1945 se crea el subsidio a favor de los
hijos menores de 19 años de trabajadores de Bancos y Superintendencia de Bancos.
El año 1947 se regula sobre la asistencia médica y farmacéutica, amplía el ámbito de
aplicación de la Ley del Trabajo a diferente rama de empleados, regula el pago de
indemnización por retiro voluntario.
El año 1948 incorpora beneficios a empleados domésticos.
El año 1949 mediante la Ley 22 establece que los médicos, abogados, ingenieros, dentistas,
ingenieros, contadores y otros que trabajen en empresas comerciales o industriales, en
instituciones bancarias y que perciban un sueldo mensual, se beneficien de las leyes
laborales vigentes.
El año 1949 se modifica lo establecido referente al descanso de las mujeres embarazadas.
Esta modificación es hasta ahora vigente y a las embarazadas se les otorga un subsidio de
productos lácteos durante el primer año del bebé, cuentan con un tiempo de descanso por
maternidad pre natal y post natal, un tiempo diario de lactancia y mediante Ley 975 de 2 de
Mayo de 1988 se dispone la inamovilidad laboral de la mujer en periodo de gestación y
lactancia hasta que el infante haya cumplido un año.
Entre los años 1949 al año 1951 se decretan días conmemorativos para el farmacéutico, la
empleada, el ferroviario.
El año 1951 mediante Decreto Supremo No. 2348 se establece el Reglamento
Básico de Higiene y Seguridad Industrial donde se toma en cuenta a diferentes rubros de
trabajadores y se garantiza la protección del Estado en cuanto a la asistencia médica e
higiénica y obliga al empleador a tomar todas las precauciones para proteger la vida, salud
y moralidad de los trabajadores.
El mismo año se implanta el desayuno escolar para todas las empresas sostenidas por
empresas mineras, ferroviarias e industriales.
El 29 de Julio de año 1949 se crea del Departamento Nacional de Higiene y Seguridad
Industrial.
El año 1952 en las relaciones obrero laborales se establecen una serie de medidas que
benefician al trabajador como ser la jornada de trabajo, asistencia médica, el salario que
debería ser en dinero y no en especies, ya se habla de la Legislación Agraria que
reglamenta la forma de trabajo, escuelas en los fundos rústicos, abolición del pongueaje,
desahucio, de trabajadores campesinos, juicios en materias campesinas, derechos y
obligaciones de patronos y colonos.
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De igual forma mediante Decreto Supremo No. 03049 de 29 de abril del mismo año, se crea
una oficina gratuita dependiente del Ministerio del Trabajo y Previsión Social para los
damnificados en la Revolución.
Se fijan los días conmemorativos para el trabajador fabril y para el trabajador petrolero.
El año 1952 fue de grandes cambios sociales, la inclusión de sectores agrícolas, fue una
época donde se emitieron mas leyes y decretos sociales y a favor de los trabajadores del
campo, citando algunos:
Decreto Supremo No. 02989 de 4 de marzo de 1952 amplia anteriores reglamentaciones
respecto al certificado médico de los trabajadores, esto a fin de que un trabajador que se
encuentre impedido para trabajar, mediante la certificación de un médico cuente con
determinados días de descanso.
Ley s/n de 29 de octubre de 1956 establece la implantación del salario dominical, la
extensión del seguro de enfermedad y maternidad para los empleados públicos, establece
asignaciones familiares y toca el tema de le vivienda.
Ley s/n de 13 de diciembre de 1956, regula los contratos de trabajo, la forma y los requisitos
necesarios para evitar contravenciones.
Ley s/n de 14 de diciembre de 1956 aprueba el Código de Seguridad Social estableciendo
normas protectoras tanto en seguridad social y seguridad industrial.
Hay una diferencia entre Seguro Social y Seguridad Social, el primero protege sólo a una
parte de la población, es como una solución parcial para determinado sector, en cambio la
Seguridad Social trata de proteger a gran ámbito de la población de un país, es una
respuesta para las necesidades o fatalidades que pudiesen ocurrir.
En la Ley se anexa una lista de enfermedades profesionales, la valoración de lesiones que
inciden en las incapacidades, se da un término improrrogable de seis meses a la Caja
Nacional de Seguridad Social para la promulgación de la ley y establezca las estadísticas
de los ex-trabajadores incapacitados permanentemente no comprometidos en su campo de
aplicación, con el fin de estudiar el régimen de asistencia social que les corresponda.
De igual forma incorpora al régimen de Vivienda Popular como parte integrante del Código
de Seguridad Social. El año 1960 se regula el procedimiento en las denuncias por infracción
de leyes sociales, la protección del Estado a través de jueces laborales.
Ley 194 de 28 de noviembre de 1962 ratifica el Convenio con la OIT referente a la libertad
sindical y protección al derecho sindical.
Decreto Ley 16896 de 25 de Julio de 1979 se promulga el Código Procesal del Trabajo que
da las pautas para la tramitación de un juicio puesto que existe una desigualdad entre la
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prestación de servicios y la remuneración percibida, y no siempre quienes desempeñan la
actividad judicial cumplen con la protección a los derechos de los trabajadores.
Por los cambios referentes a la movilización del capital, la globalización, la no intervención
de un Estado proteccionista, hizo que en materia laboral las leyes no estén en muchos
casos a favor del trabajador, el Decreto Supremo 21060 de 29 de Agosto de 1985 fue uno
de los más controvertidos pues establece la libre contratación, este tipo de contratación era
como una renuncia de los trabajadores a las conquistas logradas, genera el desempleo total
o parcial y los empleadores eran quienes más se beneficiaban.
En este periodo se crea las AFP's como el Fondo de Pensiones que administra los aportes
laborales y patronales.
El Decreto Supremo No. 28699 de 1 o de Mayo del año 2006 deroga el art. 55 del anterior
Decreto en cuanto a la inestabilidad laboral se refiere.
Ley 924 de 15 de abril de 1987 establece las cotizaciones laborales y patronales para el
régimen de enfermedad, maternidad y riesgo profesional a corto y largo plazo.
Ley 1658 de 2 de agosto de 1995 aprueba y ratifica el Convenio con la OIT referente a la
readaptación y empleo de las personas inválidas, hoy las empresas públicas deben
contratar en un determinado porcentaje a personas con cierto grado de incapacidad.
Ley 1871 de 15 de junio de 1998 ratifica el Convenio con la OIT relativo a la igualdad de
oportunidades y trato para los trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares.
En el capítulo VI de la Ley de 1842 se refería al trabajo de mujeres y menores, hoy se cuenta
con la Ley No. 2026: Código del Niño, Niña y Adolescente donde se norma el Derecho a la
Protección en el trabajo.
El año 1929 ya se contaba con un Decreto que normaba el trabajo de mujeres y menores,
pero desde el año 1937 se van creando los Patronatos de Huérfanos de Guerra, Nacional
de Menores y el cargo de director general del Patronato Nacional de Menores.
Hoy el Estado regula el régimen de protección y atención a todo niño, niña y adolescente a
fin de que cuenten con todas las garantías constitucionales.
El Titulo V se refería a la Higiene y Seguridad en el Trabajo, el 2 de agosto del año 1979 se
promulga la Ley General de Higiene y Seguridad Ocupacional.
El Título VI normaba sobre la asistencia médica y otras medidas de Previsión Social, hoy
se cuenta con la Ley de Pensiones promulgada mediante Ley No. 1732 y recientemente
modificada donde otra vez el Estado es quien se hace cargo.
Ley 2120 de 11 de Septiembre de 2000 aprueba y eleva a rango de ley varios Convenios
con la OIT referentes a la protección del salario, derecho al empleo, seguridad social,
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discriminación en empleo y ocupación, igualdad del trabajo, higiene de comercio y oficinas,
políticas de empleo, prestaciones de invalidez, vejez y sobrevivientes, inspección al trabajo
agrícola, fijación de salario mínimo, aplicación del descanso semanal en empresas
industriales, igualdad de trato entre los trabajadores nacionales y extranjeros en materia de
indemnizaciones por accidentes de trabajo, forma de fijar el salario mínimo.
Ley 2428 de 28 de noviembre de 2002 aprueba y ratifica el Convenio con la OIT referente
a la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su
eliminación, en cuanto al trabajo infantil se refiere no se da estricto cumplimiento a lo
estipulado.
Ley 2450 de 9 de abril de 2003 regula el trabajo asalariado de trabajadoras del hogar.
El Decreto Supremo No. 27477 de 6 de mayo de 2004, promueve, reglamenta y protege la
incorporación, ascenso y estabilidad de personas con discapacidad en el mercado laboral
en la prestación de servicios, en tareas manuales, técnicas o profesionales en las que sean
aptas. Ley 3613 de 12 de marzo de 2007 restituye el régimen laboral de la Ley General del
Trabajo a los trabajadores asalariados del Servicio Nacional de Caminos.
Ley 3725 de 3 de agosto de 2007 reduce la edad para jubilarse a los trabajadores mineros
y metalurgistas que expuestos en sus labores a radiaciones contaminantes.
Ley 3785 de 23 de noviembre de 2007 incorpora a los trabajadores estacionales en los
alcances de la Ley General del Trabajo y adecúa su participación en el Seguro Social
obligatorio a largo plazo.
De igual forma no se contaba con un ente que administrativamente y judicialmente vele por
los conflictos laborales, existía el Departamento Nacional del Trabajo y policías de
seguridad que llevaban un registro de contratos, accidentes de trabajo.
Bolivia al contar con Tratados con la OIT, organismo que se ocupa de establecer normas
laborales y vigilar su aplicación en los lugares de trabajo, debe respetar las políticas
laborales emanadas.
La OIT se guía por el principio de que la estabilidad e integridad social 'solo puede
sostenerse si se basa en la justicia social, sobre todo en el derecho al empleo con
remuneración equitativa y en lugares de trabajo saludables., promueve los derechos
humanos básicos, mejorar las condiciones de trabajo, aumentar las oportunidades de
empleo, promover las oportunidades de trabajo digno para el trabajador, ampliar la
cobertura y eficacia de la protección social de todas personas, fortalecer el diálogo entre los
gobiernos, trabajadores y empresarios.
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4. CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO JUDICIAL LABORAL
1. Clases de procesos:
De conformidad con lo establecido en el Código de Trabajo existen diferentes procesos
laborales, entre ellos podemos mencionar los siguientes: Juicio Ordinario de Trabajo; Juicio
Ordinario de Previsión Social; Incidente de Faltas Laborales; Juicio Colectivo de Carácter
Económico Social; Juicio Colectivo de Carácter Jurídico y otros procedimientos
incidentales.
Para los efectos de nuestro trabajo podemos tomar en consideración los juicios siguientes:
a. Incidente de Faltas Laborales:
Este proceso está establecido para que la Inspección General de Trabajo o cualquier
persona, formulen alguna queja en contra de los sujetos de la relación laboral por
incumplimiento de las leyes laborales y de previsión social.
Generalmente un Inspector de Trabajo previamente ha establecido las presuntas
violaciones a la normativa jurídica laboral y derivado de eso se hace necesario que el Juez
de Trabajo y Previsión Social, conozca de la falta cometida y una vez tramitado el
procedimiento correspondiente, se imponga la sanción respectiva, la cual se traduce en una
sanción pecuniaria atendiendo a la naturaleza y gravedad de la falta. El procedimiento
incidental fue instaurado después de que la Corte de Constitucional declarará
inconstitucional algunas normas de la reforma laboral del año 2001.
b. Juicio Ordinario de Trabajo:
Por medio de este proceso judicial se puedan dilucidar todas las diferencias existentes que
pudieran surgir a causa de las relaciones laborales entre empleadores, trabajadores y las
organizaciones sindicales.
A través de este procedimiento se plantean pretensiones laborales como indemnización por
tiempo de servicio, vacaciones, aguinaldo, bonificación incentivo, bonificación anual (bono
14), ventajas económicas, entre otras. Por lo general la mayoría de trabajadores se ven
obligados a acudir a este juicio por incumplimiento por parte del empleador en el pago de
sus prestaciones laborales, en especial la indemnización por tiempo de servicio (prestación
laboral por despido injustificado).
El demandante deberá plantear su demanda dentro de los treinta días hábiles siguientes de
haber concluido la relación laboral por despido directo e injustificado o de haber agotado la
vía administrativa ante la Inspección General de Trabajo. La demanda deberá contener los
requisitos establecidos en el Art. 332 del Código de Trabajo, debe ser por escrito; sin
embargo, la legislación contempla la posibilidad
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de presentar la demanda oralmente, la misma se hará ante el tribunal y se levantará un acta
donde se conste el acto procesal.
El trabajador puede comparecer con el auxilio de un abogado en ejercicio, también puede
ser sesorado por dirigentes sindicales de sindicatos, federaciones y confederaciones; por
los estudiantes de derecho de las universidades que funcionan legalmente en el país y que
hayan aprobado los cursos correspondientes a Derecho del Trabajo, esto último, bajo la
dirección y control de las respectivas facultades; así como por abogados de la Procuraduría
de la Defensa del Trabajador, dependencia del Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
1.3 Juicio Ordinario de Previsión Social:
A través de este juicio, también ordinario, se puede iniciar un proceso judicial contra del
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social a efecto de que pague cualquiera de los
beneficios que se contempla en la seguridad social y que el Instituto se niega a pagar por
considerar que un afiliado no tiene derecho a acceder a los beneficios de previsión social,
de conformidad con las leyes y reglamentos.
Estos derechos negados pueden versar sobre el pago de pensiones por invalidez, vejez y
sobrevivencia, o en su caso, la no inclusión dentro de dicho régimen. La negativa del
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social a reconocer gastos efectuados por los
trabajadores por emergencias y falta de asistencia médica-hospitalaria, entre otros.
1.4 Conflicto Colectivo de Carácter Económico Social:
Este tipo de procedimiento puede ser planteado:
a) por un sindicato de trabajadores; b) por un empleador; y c) por una coalición o grupo de
trabajadores no sindicalizados.
El referido conflicto colectivo de carácter económico social tiene por objeto buscar la
resolución de diferencias que existieren entre ambas partes de la relación laboral, pero en
especial lo relativo a peticiones de carácter económico social que no fueron atendidas o
resueltas directamente entre los trabajadores y el empleador.
Los trabajadores no sindicalizados tienen la facultad de acudir directamente ante un órgano
jurisdiccional, a efecto de plantear una demanda colectiva que permita la solución del
conflicto.
El sindicato de trabajadores, o en su caso, un patrono tiene también la posibilidad de
plantear este conflicto colectivo de carácter económico social, previo agotamiento de la vía
directa, respecto del proyecto de Pacto Colectivo de Condiciones de trabajo sobre el cual
no se hubieren puesto de acuerdo o se hubieren puesto de acuerdo parcialmente.
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Para conocer de las diferencias surgidas entre ambas partes de la relación laboral se
declarara competente el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, el cual está integrado por el
Juez de Trabajo y Previsión Social del Tribunal que corresponda
5 . PRINCIPALES PROBLEMAS DE ADMINISTRACION DE JUSTICIA LABORAL.
1. Falta de especialidad total de la justicia laboral en primera instancia y en segunda
instancia.
Hasta ahora los programas de capacitación en el Organismo Judicial no han fortalecido la
especialización. La capacitación del Juez de Paz, el Juez de Primera Instancia, Magistrado
de Corte de Apelaciones o de la Corte Suprema de Justicia, son muy limitados,
esencialmente en el conocimiento de las leyes laborales.
La forma de ingreso, por lo general, (con excepción de dos promociones que recibieron un
curso de formación por seis meses) no incluye ninguna capacitaciones el área laboral.
Consideramos que la capacitación fortalece la especialización y esto, a la vez, fortalece a
la independencia de juez.
Por lo tanto, consideramos importante que se reoriente la Unidad Técnica de Capacitación
(órgano de la carrera judicial), cambiando los métodos docentes clásicos pedagógicos, por
la actividad andragógica ya que se trabaja con adultos profesionales.216
2. Insuficiencia de tribunales: La cantidad de Juzgados laborales, Juzgados de Paz que
tienen competencia para conocer asuntos laborales de menor cuantía, y otros Jueces
mixtos a nivel
nacional suman en total 338. Actualmente existe al menos un Juzgado de Trabajo por
departamento que cubre las necesidades inmediatas de la población dentro de la
circunscripción territorial.
Existen tan sólo 4 Tribunales de Apelaciones, de los cuales 3 se encuentran en la Región
Metropolitana, la Ciudad Capital y el Tribunal restante se encuentra en la Región
Suroccidente del país.
Ante la evidente carencia de Tribunales de Primera Instancia, pero por sobre todo de
Tribunales de Segunda instancia, se hace necesario que el Organismo Judicial, reestructure
y cree mayor número de órganos de impartición de justicia en la materia, con la finalidad de
dar cumplimiento a la celeridad del proceso laboral, y evitar la carga excesiva de trabajo.
3. Mora judicial
Dentro de las principales deficiencias en los procedimientos judiciales se encuentran:
a) En los oficiales de los juzgados se concentran muchas atribuciones que humanamente
no le permiten cumplir con la agilización de los procedimientos, como por ejemplo: los
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oficiales tienen a su cargo el desarrollo de las audiencias, resolver dentro de los juicios,
atender al público y otras.
b) No se cumple el principio de inmediación procesal: Al juez le es imposible cumplir con
este principio, toda vez que en un mismo día a la misma hora se están celebrando más
de dos audiencias; sin embargo, recientemente la mayoría de tribunales ha establecido
un sistema de fijación de audiencias escalonada para dar cabida a este principio.
c) No se cumple con el principio de economía procesal, no existe rapidez en la tramitación
del juicio.
d) Poca capacidad técnica y jurídica en algunos oficiales
6. Carácter rutinario en la conciliación judicial.
La conciliación judicial es una etapa procesal dentro del proceso laboral, actualmente, es
poca efectiva. Los jueces, en la mayor parte de los casos, se limitan a mencionar las
ventajas de la conciliación prosiguiendo, seguidamente, con las otras etapas del proceso.
A las partes no se les proporciona técnicas o fórmulas alternas de solucionar el conflicto
para que no soporte el desarrollo en su totalidad y que a le vez se logre un acuerdo
conciliatorio justo para las partes y sin la renuncia de sus derechos.
El carácter rutinario de esta etapa procesal, hace que las partes en muchas oportunidades
ni siquiera la consideren como una alternativa viable para dar por concluido el proceso.
7. No utilización por los jueces de todos los poderes que les confiere la Ley.
Los Jueces a cargo de los órganos jurisdiccionales no siempre utilizan todas las facultades
que le confiere el sistema judicial y las leyes. Esto se debe, en gran parte, a la falta de
conocimiento de los jueces de estas facultades originados por la falta de especialización en
la materia.
9. Limitada utilización de las nuevas tecnologías.
Una mayor eficiencia de la justicia requiere del mejoramiento de sus capacidades para que
sea oportuna, moderna y con mejores posibilidades de brindar un servicio de calidad. Para
ello es necesario tener una organización judicial eficiente, una infraestructura adecuada y
un servicio de nuevas tecnologías a todos los operadores judiciales.
Lo anterior conlleva a perfeccionar la situación actual en todos los aspectos, tales como: la
simplificación de los procesos; un ingreso eficiente al sistema de asignación de número de
proceso, Juzgado y oficial a cargo, equipos de cómputo rápidos y con licencias de operación
originales con soporte técnico ante cualquier eventualidad; servicios de información a las
partes del proceso en línea por medio de la creación de un sistema de base de datos al cual
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se pueda ingresar con los datos del proceso y la fase procesal, la mejora de los servicios
comunes
(notificaciones vía electrónica, ahorro de papel y recurso humano); mejor gestión
administrativa, a partir del uso de información estadística confiable para la definición de las
políticas judiciales.
Mejorar la infraestructura, la tecnología de la información y la capacidad de manejo de
casos, así como incrementar los recursos disponibles para cubrir los gastos de capacitación
en tecnología de información básica para los operadores de justicia de los Tribunales de
Trabajo.
6. JUSTICIA, DEMOCRACIA Y GOBERNABILIDAD
La administración de justicia es un servicio muy importante que todo Estado democrático
tiene la obligación de prestar a sus ciudadanos; tan importante como la educación, la salud,
la inclusión social, y debe proporcionarla en condiciones de modernidad y eficiencia. Incluso
se ha acuñado la expresión “justicia democrática”, entendiéndose por ésta la enfocada en
función del ser humano y que se caracterice por su “independencia, acceso, transparencia,
participación ciudadana y tutela judicial efectiva”, precisándose “que sin estos elementos
interactuando entre sí, no se puede hablar de una administración de justicia de calidad.”
La administración de justicia laboral en la mayoría de los países de América Central necesita
una importante modernización y fortalecimiento, como parte de la tarea de construcción de
un sistema democrático de relaciones laborales basado en el concepto de trabajo decente,
así como del afianzamiento de la democracia y de la gobernabilidad de los países.
Respecto a la relación entre administración de justicia laboral y democracia, una interesante
investigación sobre justicia laboral en América Central señala que: “La situación es simple,
sin justicia no hay democracia. La práctica cotidiana ha demostrado que un régimen
democrático no puede consolidarse tan solo a partir de reformas constitucionales o el
cumplimiento de prácticas electorales, como tampoco simplemente con la creación y
adopción exclusiva de políticas públicas. Un Estado que se precie de ser democrático debe
contar además con un sistema judicial que respalde y sancione eficazmente cualquier
vulneración a los derechos y libertades fundamentales; pero sobre todo, que garantice a
cualquier persona un acceso razonable, igualitario y expedito.
En la mayoría de países de América Latina, la modernización judicial es una condición
previa para la consolidación de la democracia y del desarrollo sustentable. Sin desconocer
los avances, en el ámbito judicial laboral en diversas naciones, todavía tenemos
instituciones débiles e ineficientes. No siempre se ha podido garantizar un ágil y célere
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respeto pleno de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la
libertad sindical y de negociación colectiva, la no discriminación sindical y por género, el
acoso moral y sexual, que son otra forma de discriminación, el respeto y protección a la
vida privada del trabajador, la inviolabilidad de toda forma de comunicación privada, la
libertad de conciencia y de opinión, y de los derechos laborales en general. En síntesis, la
administración de justicia laboral, no ha podido proporcionar a los ciudadanos que trabajan
o que son empleadores los elementos esenciales de seguridad jurídica.
Por cierto que por otra parte destacan una serie de problemas en el derecho sustantivo del
trabajo, así como la inadecuación de las legislaciones nacionales a los convenios de la OIT
ratificados, tal como se puede apreciar de los comentarios de los órganos de control,
especialmente en materia de derechos fundamentales en el trabajo y sobre todo en materia
de libertad sindical y de negociación colectiva.
No obstante, tales aspectos no forman parte de este estudio que se enfoca sobre el tema
procesal laboral. La mejora de los sistemas de inspección del trabajo también constituyen
valiosos instrumentos para la aplicación de las normas internacionales de trabajo y de las
legislaciones laborales nacionales; si bien se mencionan en los diferentes estudios
nacionales, tampoco forman parte del objeto central de la presente publicación.
La reforma judicial consagrada por la nueva Constitución Política del Estado, parte
ideológicamente del supuesto de la disfuncionalidad total del sistema jurídico y judicial
precedente, que habría surgido en la época colonial y se habría perpetuado en la época
republicana, conforme a necesidades de la economía de libre mercado y de exclusión de
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las grandes mayorías nacionales. De acuerdo a ese particular enfoque de la realidad
jurídica y judicial de Bolivia, los mecanismos contemporáneos de dominación colonial en el
ámbito jurisdiccional habrían funcionado de la mano de la cooperación internacional, los
aliados locales, de las ONGs internacionales, las Universidades, los Colegios de Abogados
y el propio Poder Judicial . En forma concreta, se sostiene que: “La Nueva Constitución
Política del Estado Plurinacional, plantea al menos en el ámbito regional latinoamericano,
una revolución institucional, al lado de una reformulación política desde la Descolonización
del Derecho y la Nacionalización de la Justicia, conceptos ambos desconocidos en el ámbito
académico local, aunque presentes ya en los debates internacionales.” Actualmente, el
Sistema Judicial Boliviano atraviesa una coyuntura particular, pues se pretende un cambio
estructural de la antigua visión de la justicia denominada Republicana, hacía lo que
actualmente se denomina Justicia Plural, siendo el objetivo principal el lograr un cambio
cualitativo en las mismas estructuras de la justicia boliviana, una denominada reingeniería
de sus normas sustantivas y adjetivas, todo esto con el fin de lograr que la justicia sea plural,
digna, soberana, proba oportuna, y de acceso a todas y todos los bolivianos.
NATURALEZA JURÍDICA
El derecho procesal del trabajo, es la rama adjetiva del derecho laboral, fundada en el
reconocimiento de la condición inferior de los trabajadores, superando el principio de la
“igualdad de las partes ante la ley”, pregonado por el derecho civil. Para hacer efectivos los
derechos subjetivos derivados de la parte sustantiva de las normas laborales, se crea el
derecho procesal del trabajo, rama reciente del derecho objetivo, al respecto el Tratadista
Eduardo J. Couture sostiene que: “Un nuevo derecho procesal, extraño a todos los
principios tradicionales, sin exceptuar uno solo de ellos, ha debido surgir para establecer,
mediante una nueva desigualdad, la igualdad perdida por la distinta condición que tienen
en el orden económico de la vida, los que ponen su trabajo como sustancia del contrato, y
los que sirven de él para la satisfacción de sus intereses.” El derecho procesal laboral,
informal por naturaleza, contiene conceptos, principios e instituciones diferentes a las
demás disciplinas procesales especiales, que lo perfilan como ordenamiento jurídico de
naturaleza social, pues basta el análisis del artículo 3 del Código Procesal del Trabajo para
encontrar principios expresos que señalan sus características fundamentales y orientan el
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desarrollo de la actividad procesal laboral, en franca protección al trabajador y sus
beneficiarios. Con frecuencia se habla de cuál es la naturaleza de los seres, de los objetos,
de las Instituciones, es decir, se pregunta si son de naturaleza humana, económica, o
jurídica y se llega a la conclusión, que determinar su naturaleza, es conocer su esencia,
que en materia jurídica, representa poder ubicarlos en las distintas ramas o figuras
existentes en la ciencia jurídica, ya sea por los atributos de que gozan o por las obligaciones
y funciones que les correspondan, o si por otra parte vienen a constituir categorías jurídicas
especiales. Para fijar la naturaleza jurídica del Derecho Procesal del Trabajo, es
indispensable indicar primero que esta rama especial goza de las mismas características
del derecho procesal: autónomo, instrumental y público. El Derecho Procesal del Trabajo,
cuenta con las características mencionadas, ya que en relación a la de autonomía, posee
un dominio suficientemente amplio que queda integrado por la conflictiva social que en
materia laboral se presenta, tiene además una vasta doctrina procesal laboral, que en sus
líneas generales es homogénea ya que está precedida por conceptos comunes, los cuales
tienen, respecto de las otras ramas del derecho procesal, aspectos marcadamente
diferentes, contando para la aplicación o interpretación de las normas con un método propio
derivado del carácter proteccionista del derecho laboral. Si toda disciplina procesal tiene un
carácter formal, adjetivo o instrumental, respecto del derecho sustantivo, el Derecho
Procesal del Trabajo viene a constituir el instrumento jurídico para realizar el derecho laboral
sustantivamente considerado. El carácter público del Derecho Procesal del Trabajo, como
una de las disciplinas especiales de la ciencia procesal, es consecuencia del ejercicio de la
función jurisdiccional, actividad pública de impartir justicia. La finalidad del Derecho
Procesal del Trabajo, es mantener la paz laboral, previendo los diversos conflictos que se
pudieran generar entre capital y trabajo y señalando los procedimientos que debe seguirse
para la solución de los mismos. Una vez que el conflicto se presenta, el principal obligado
a buscar solución será el propio Estado, quien tiene la obligación de garantizar la paz social.
Consecuentemente se determina la naturaleza jurídica del Derecho Procesal del Trabajo,
como un conjunto de normas jurídicas adjetivas de carácter social, que regulan el proceso
jurisdiccional laboral y que tienen por objeto servir de instrumento para resolver
imperativamente los diversos conflictos que se generan entre los trabajadores y sus
empleadores.
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El proceso laboral diferente del proceso ordinario, se encuentra regulado por disposiciones
propias que le hacen particular, es así que en materia laboral el Juez puede condenar en
sentencia con pretensiones distintas a las pedidas o incluso mayores (facultad extra y ultra
petita), asimismo el Juez Laboral tiene la facultad de otorgarle en la demanda, petición,
recurso o incidente, el trámite que legalmente le corresponde, aun cuando el señalado por
las partes aparezca equivocado, esta potestad jurisdiccional no se presenta en los procesos
ordinarios y garantiza la celeridad del proceso. La improcedencia de la perención de
instancia es otra de las disposiciones propias del proceso laboral, debido que en el mismo
se expresan normas de orden público. Al dictar sus resoluciones, el Juzgador en materia
laboral, tendrá en cuenta que el objeto del proceso laboral es el reconocimiento de los
derechos de los trabajadores consignados en la norma sustantiva, debiendo interpretarse
así las disposiciones del Código Procesal del Trabajo. Los principios que inspiran el proceso
laboral, como se ha mencionado son distintos a los de materia civil, su principal
característica es defender al trabajador debido a la naturaleza social del trabajo y por ser
de orden público, estos principios protectores del trabajador, se encuentran plasmados en
el artículo 3 del Código Procesal del Trabajo , son los siguientes:
PRINCIPIO DE GRATUIDAD
Se ha ratificado el principio de la gratuidad de la administración de justicia laboral, por tanto
se facilita la defensa de los derechos del trabajador en las diferentes actuaciones laborales
que afecten su paupérrima economía.
PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN
Por este principio se hace obligatoria la presencia del juzgador en la celebración de
audiencias, en la recepción de pruebas y otros trámites. El Juez debe entrar en relación
directa con las partes, recibir personalmente las declaraciones de los testigos, apreciar sus
condiciones morales, pedir aclaraciones o explicaciones; interrogar a los peritos, verificar
las inspecciones de lugares o cosas, todo con el fin de pronunciar una sentencia justa sobre
extremos que personalmente conste.
PRINCIPIO DE PUBLICIDAD
Todas las actuaciones y trámites laborales deben ser públicos, lo que quiere decir que el
proceso no debe ser secreto, sino que debe llevarse en audiencias públicas a las que
puedan asistir todos los que libremente así lo deseen. Este principio es fundamental dentro
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del procedimiento moderno, ofrece garantía a los litigantes en la averiguación de la verdad
sobre los extremos de la demanda y su contestación.
PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN
Este principio faculta al juez para clausurar una etapa procesal, cuando las partes dentro
del término legal no han cumplido un acto establecido en el Código Procesal del Trabajo.
El vocablo preclusión significa caducidad, extinción, clausura del derecho a efectivizar un
acto procesal por haber perdido la oportunidad de hacerlo o por determinación de la ley.
Los procesalistas manifiestan que el proceso debe cumplirse en todas sus etapas en forma
sucesiva, sin que se permita el retroceso a etapas y momentos procesales clausurados o
extinguidos, en cumplimiento al principio de la preclusión; de manera que corresponde a los
patronos y trabajadores dar cumplimiento a la secuencia procesal.
PRINCIPIO DE PROTECCIONISMO
Los procesos laborales deben buscar la protección y la tutela de los derechos de los
trabajadores. En los litigios laborales la parte débil es el trabajador, frente al poderío
económico del patrono, situación que impone una protección amplia en los derechos
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consagrados a favor de los trabajadores, de manera que estos no sean burlados en sus
intereses, toda vez que el trabajo tiene un valor social.
DEMANDA El proceso laboral se inicia con la demanda, que deberá contener la cuantía de
los beneficios sociales adeudados al trabajador, la relación de los hechos y del derecho en
los que basa su acción, la petición se efectúa ante el juez de trabajo, señalando el nombre,
domicilio de las partes. “La demanda es el escrito de la parte actora en el cual se ejercita la
pretensión procesal laboral, solicitando la tutela jurídica frente al demandado. El carácter
del acto inicial del proceso o punto de partida que constituye la demanda, exige que la
misma contenga todos los elementos para su identificación y justificación, así como la
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legitimación o fundamentación de la pretensión” Cuando se han cumplido con los requisitos
exigidos por ley, el juez admite la demanda e instruye la notificación del demandado.
CITACIÓN
Es el acto por el cual se le hace conocer personalmente a la parte demandada que se ha
incoado proceso laboral en su contra y debe comparecer al juzgado para asumir defensa o
efectuar el pago de los beneficios sociales.
CONTESTACIÓN
El demandado deberá contestar dentro los plazos establecidos por la legislación, señalando
si adeuda o no los beneficios reclamados, en caso de contestar negativamente el proceso
continúa, si contesta afirmativamente a la demanda se dicta sentencia. En la legislación
boliviana la contestación deberá efectuarse en el término de 5 días a partir de su legal
notificación, asimismo podrá oponer excepciones que es una concepción paralela a la
acción, es decir que toda demanda es un ataque y toda excepción es una defensa contra
ese ataque según el tipo de excepción se puede detener el proceso hasta que se subsanen
los puntos observados y en otros casos se extingue la acción. Las excepciones pueden ser
dilatorias o perentorias.
PRUEBAS
Una vez que el juez ha dispuesto la apertura de término de prueba y notificadas las partes
con dicha resolución, éstas pueden ofrecer dentro de este periodo las pruebas que vean
convenientes de acuerdo al procedimiento, las mismas pueden ser de documentos o
literales, confesión provocada, testigos, inspección judicial, peritos, indicios y presunciones.
SENTENCIA
Es el fallo del juez de primera instancia que intima al pago de beneficios sociales o exonera
del mismo, de acuerdo a la valoración del proceso y las pruebas aportadas. La sentencia
puede declarar probada la demanda, probada en parte o improbada.
8. VOLUNTAD POLITICA
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El artículo segundo del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, dispone la
igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de raza, color, sexo, lengua, religión,
opinión política o de toda otra opinión, origen nacional, social, fortuna, de nacimiento o
cualquier otra situación. En el parágrafo III se establece que todas las personas cuyos
derechos fundamentales hayan sido vulnerados, tiene derecho a un recurso efectivo, siendo
la autoridad competente, judicial, administrativa o legislativa, o cualquiera otra autoridad
competente prevista por el sistema legal del Estado, quien decidirá sobre los derechos de
toda persona que interponga tal recurso, y desarrollará las posibilidades de recurso judicial.
El artículo décimo cuarto, establece que todas las personas son iguales ante los tribunales
y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en
la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la
determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.
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reconocidos por la Constitución, la ley y la citada Convención, aun cuando tal violación sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales. Por otra parte,
señala que los Estados que firman la Convención se comprometen: a garantizar que la
autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado, decidirá sobre los derechos
de toda persona que interponga tal recurso; a desarrollar las posibilidades de recurso
judicial y garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en
que se haya estimado procedente el recurso.
Una justicia laboral eficiente y transparente hace que el sistema beneficie a las empresas y
a los trabajadores, y que se privilegie la conciliación por encima de los pleitos judiciales.
Las dificultades que enfrentan las empresas y las personas en sus relaciones laborales
terminan por influir en las decisiones de largo plazo de las empresas para contratar gente,
de la gente para participar en el mercado de trabajo, y de las modalidades de esa
contratación. Los costos para despedir se acaban convirtiendo en costos para contratar. En
la medida en que la justicia laboral funciona de manera clara y transparente, las reglas son
las mismas para todas las empresas y las personas, se logra el mejor equilibrio para toda
la sociedad.
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En Bolivia la justicia laboral se convirtió en un negocio de abogados en la materia y ha
terminado por no beneficiar ni a trabajadores ni a empresas. Una justicia laboral eficiente y
transparente hace que el sistema beneficie a las empresas y a los trabajadores, y que se
privilegie la conciliación por encima de los pleitos judiciales.
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por el sólo hecho de serlo, tiene la facultad para dirigirse al Estado, a través de sus órganos
jurisdiccionales competentes, y exigirle la tutela jurídica plena de sus intereses.
Actualmente se sostiene que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva comprende los
siguientes derechos: Acceso a la justicia: La posibilidad de acceder a los órganos
jurisdiccionales, ya sea como demandante o demandado, con el propósito de que se
reconozca un interés legítimo.
El derecho a un proceso con todas las garantías mínimas: Que sería, precisamente, el
derecho al debido proceso.
Sentencia de fondo: Los jueces deben dictar, por regla general, una sentencia sobre el
fondo del asunto materia del petitorio para solucionar el conflicto intersubjetivo de intereses
o eliminar la incertidumbre, ambas con relevancia jurídica; empero, en el caso de no poder
entrar al fondo, porque no concurren los presupuestos procesales y las condiciones de la
acción, dictarán una resolución fundada en derecho.
Doble instancia: Es la posibilidad que tienen las partes de impugnar la sentencia que
consideren contraria a derecho, con el propósito de que sea exhaustivamente revisada por
el superior jerárquico y, de ser el caso, se expida una nueva sentencia adecuada.
Ejecución: Es el derecho a solicitar y obtener el cumplimiento material efectivo de la
sentencia definitiva, pues resulta insuficiente la declaración de que la pretensión es fundada
o infundada (aun cuando se sustente en sólidos fundamentos doctrinarios). La efectividad
de las sentencias exige, también, que ésta se cumpla (pese a la negativa del obligado) y
que quien recurre sea repuesto en su derecho violado y compensado, si hubiera lugar a
ello, por los daños y perjuicios ocasionados; de lo contrario, las sentencias, y el
reconocimiento de los derechos que ellas comportan a favor de alguna de las partes, se
convertirían en meras declaraciones de intenciones.
En este sentido, Jesús González Pérez ha señalado que: ―El derecho a la tutela
jurisdiccional despliega sus efectos en tres momentos distintos: primero, en el acceso a la
justicia, segundo, una vez en ella, que sea posible la defensa y poder obtener solución en
un plazo razonable, y tercero, una vez dictada la sentencia, la plena efectividad de sus
pronunciamientos. Acceso a la jurisdicción, proceso debido y eficacia de la sentencia
10.2-. Tutela Judicial Efectiva En La Constitución Política Del Estado
Tras la Segunda Guerra Mundial se produjo el fenómeno de la constitucionalización de las
garantías mínimas que debía reunir todo proceso judicial, como consecuencia del régimen
político totalitario nazista, donde el irrespeto de los principios y garantías constitucionales
de los ciudadanos fue el elemento característico del sistema alemán, lo que motivó y originó
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la inclusión de los derechos fundamentales tradicionales y procesales dentro de la Ley
fundamental de la República Federal Alemana del 23 de mayo de 1949.
En tal sentido, la constitucionalización del derecho para Rivera, es el proceso de
incorporación a la ley suprema o fundamental de las normas de derecho que limitan el poder
del Estado y que establecen parámetros superiores a las leyes; especialmente, a la ley
procesal, para que sea efectiva la realización de las libertades y la tutela de los derechos
de las personas.
Para Bello y Jiménez, es al sujeto o ciudadano -particular- a quien le corresponde ejercitar
su derecho a las garantías constitucionales procesales, cuando es lesionado o violado su
derecho, pudiendo en todo momento renunciar al ejercicio de su derecho, no así al
contenido del derecho constitucional.
Por ello, uno de los derechos esenciales de los individuos es el derecho a la jurisdicción,
entendido como el derecho de ocurrir ante un órgano judicial en procura de justicia. En
orden a posibilitar el ejercicio efectivo de ese derecho el Estado debe establecer tribunales,
asignarles jurisdicción y competencia y dictar normas de procedimiento.
Asimismo, el derecho a la jurisdicción no se agota con el acceso al órgano judicial, sino que
debe brindar a los administrados una tutela judicial efectiva a sus derechos individuales, en
orden a satisfacer un adecuado servicio de justicia. Para ello, es necesario que se cumpla
la garantía del debido proceso, cuyo problema radica en el respeto del derecho de defensa
y que la pretensión se resuelva mediante una sentencia que debe ser oportuna, fundada y
justa. Conviene destacar que para Pico I Juno y, una cosa son los derechos del hombre y
otra cosa sus garantías, siendo que las garantías constitucionales procesales, son medios
procesales a través de los cuales se hace posible la realización y eficacia de los derechos
constitucionales, esto es, que las garantías hacen posible los derechos constitucionales
por lo que el fin de la constitucionalización de las garantías procesales no es otro que la
realización de la justicia, como valor superior del ordenamiento jurídico.
También resulta pertinente acotar que el derecho a la tutela judicial efectiva se encuentra
consagrado en diversos tratados aprobados y ratificados por el Estado Boliviano, tales
como: La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, La Declaración
Universal de Derechos Humanos, La Convención Americana sobre Derechos Humanos y
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Política
10.3-. Concepto de la tutela judicial efectiva
Para el estudio del derecho a la tutela judicial efectiva se debe previamente aclarar lo que
se entiende por tutela judicial efectiva, ya que existen dos corrientes a saber: Una corriente
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ha establecido que la tutela judicial efectiva se limita al derecho que tiene toda persona para
acceder a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses, e incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener
con prontitud la decisión correspondiente.
Por su parte, Pico I Juno y argumenta que el derecho a la tutela judicial efectiva comprende
palabras del Tribunal Constitucional Español- un contenido complejo que incluye los
siguientes aspectos: el derecho de acceso a los tribunales; el derecho a obtener una
sentencia fundada en derecho congruente; el derecho a la efectividad de las resoluciones
judiciales; y el derecho al recurso legalmente previsto.
En el mismo orden de ideas, Carroca, expresa que la tutela judicial efectiva garantiza: la
posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales iniciando un proceso; la obtención de
una sentencia motivada que declare el derecho de cada una de las partes; la posibilidad de
las partes de poder interponer los recursos que la ley provea; y la posibilidad de obtener el
cumplimiento efectivo de la sentencia.
El derecho a la tutela judicial efectiva apunta a garantizar un mecanismo eficaz que permita
a los particulares reestablecer una situación jurídica vulnerada y está integrado por el
derecho de acceso; el derecho a la gratuidad de la justicia; el derecho a una sentencia sin
dilaciones indebidas, oportuna, fundamentada en derecho y congruente; a la tutela cautelar
y a la garantía de la ejecución de la sentencia.
Igualmente, Escoba , al analizar la tutela judicial efectiva ha expresado que el concepto es
de raigambre española y se encuentra estrechamente vinculado con la indefensión,
involucrando a otros principios como son: el derecho al acceso a los tribunales; el derecho
a la efectividad de las decisiones judiciales; y el derecho al ejercicio del recurso previsto en
la ley.
Al comentar el principio del debido proceso señala que es el concepto aglutinador de lo que
se ha llamado el derecho constitucional procesal, que como principio constitucional alude a
la suma de los derechos y garantías procesales consagradas en la Constitución.
En todo caso, este criterio evidencia una clara distinción del derecho constitucional procesal
del debido proceso, y el derecho a la tutela judicial efectiva, hasta el punto de considerar,
que dentro del derecho al debido proceso, se encuentra el derecho a la tutela judicial
efectiva.
Puede observarse que, para los autores previamente citados el derecho a la tutela judicial
efectiva se circunscribe únicamente al derecho que tiene toda persona para acceder a los
órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, e incluso
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los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente, arriba mencionado.
En contraparte, otra corriente considera que la tutela judicial efectiva es la suma de todos
los derechos constitucionales procesales; es decir, que por tutela judicial efectiva se
entiende el derecho de acceso a los órganos de administración de justicia, el derecho a una
justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente,
responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos, sin
reposiciones inútiles, derecho al debido proceso, derecho a la defensa, derecho a ser
notificados de los cargos que se imputan, derecho a la presunción de inocencia, derecho
de acceso a las pruebas, derecho a ser oído en toda clase de proceso, derecho a un tribunal
competente, derecho a intérprete, derecho a ser juzgado por jueces naturales y derecho a
no confesarse culpable, entre otros.
Esta corriente encuentra sustento en la sentencia constitucional 0600/2003- RSucre, 06 de
mayo de 2003; expediente: 2003-06026-12-RAC, cuyo Magistrado Relator fue el Dr. José
Antonio Rivera Santivañez, que ha expresado:
―Que, de otro lado corresponde señalar que según la norma prevista por el art. 8.1 del
Pacto de San José de Costa Rica, "toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente
e imparcial, establecidas con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter", como podrá
advertirse la norma transcrita consagra dos derechos humanos de la persona: 1) el derecho
de acceso a la justicia; y 2) el derecho al debido proceso, entendiéndose por aquélla la
potestad, capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la autoridad
jurisdiccional competente para demandar que se preserve o restablezca una situación
jurídica perturbada o violada que lesiona o desconoce sus derechos e intereses, a objeto
de lograr, previo proceso, una decisión judicial que modifique dicha situación jurídica.
Conocido también en la legislación comparada como "derecho a la jurisdicción" (art. 24 de
la Constitución Española), es un derecho de prestación que se lo ejerce conforme a los
procedimientos jurisdiccionales previstos por el legislador, en los que se establecen los
requisitos, condiciones y consecuencias del acceso a la justicia; por lo mismo, tiene como
contenido esencial el libre acceso al proceso, el derecho de defensa, el derecho al
pronunciamiento judicial sobre el fondo de la pretensión planteada en la demanda, el
derecho a la ejecución de las sentencias y resoluciones ejecutoriadas, el derecho de acceso
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a los recursos previstos por ley. Finalmente, este derecho está íntimamente relacionado
con el derecho al debido proceso y la igualdad procesal
Puede apreciarse de la sentencia precedente que no basta con el hecho de que el
ciudadano acceda a los tribunales, sino que se requiere la sustanciación de un juicio
apegado al debido proceso, que se dicte una sentencia ajustada a derecho, y finalmente,
que sea efectiva; es decir, que la decisión se pueda ejecutar.
Según Molina considera que la tutela judicial efectiva es una garantía constitucional
procesal que debe estar presente desde el momento en que se accede al aparato
jurisdiccional, hasta que se ejecuta de forma definitiva la sentencia dictada en el caso
concreto, es decir, que una vez garantizado el acceso a la justicia, cada uno de los demás
principios y garantías constitucionales que informan al proceso, tales como el debido
proceso, la celeridad, la defensa y la gratuidad deben ser protegidos en el entendido de que
el menoscabo de alguna de esas garantías, estaría al mismo tiempo vulnerando el principio
a la tutela judicial efectiva.
Por lo expuesto, se identifican dos corrientes claramente diferenciadas, la primera que limita
el alcance de la tutela judicial a los siguientes derechos: el derecho de acceso a los órganos
de administración de justicia., el derecho a obtener una sentencia motivada, justa, correcta
y congruente, el derecho a recurrir de la sentencia y el derecho a ejecutar las decisiones
judiciales.
Esta corriente no involucra los derechos o garantías constitucionales procesales que se
refieren al debido proceso legal.
Por otra parte, existe una segunda corriente que plantea que la tutela judicial efectiva está
conformada por todos los derechos o garantías constitucionales que integran el debido
proceso.
10.4-. Garantías que integran el derecho a la tutela judicial efectiva
La definición de la tutela judicial efectiva dentro de la cual se enmarca esta investigación
presenta un conjunto de derechos que son los siguientes: derecho de acceso a los órganos
jurisdiccionales, derecho al debido proceso; decisión ajustada a derecho; derecho a recurrir
de la decisión y
derecho a ejecutar la decisión.
11-. LA MORA JUDICIAL
Uno de los tantos problemas que tiene la justicia en el país es la mora en los procesos
judiciales. Basta recorrer las oficinas de los tribunales para ver a los litigantes protestan
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porque están semanas, meses y hasta años peregrinando para que sus causas sean
atendidas.
En esta gestión, el panorama fue aún más complicado y, de hecho, es más que seguro que
la mora alcanzará cifras récord. Por la pandemia, todo el sistema de justicia dejó de trabajar
con normalidad más de cinco meses.
Luego retomó las actividades, pero en horario continuo. Los funcionarios no han
implementado un sistema especial para recuperar las horas perdidas y mucho menos para
tratar de poner al día las causas que se fueron acumulando de manera preocupante
Mientras los administradores de justicia y otro personal de esa institución toman un
descanso, las personas que tienen juicios siguen peregrinando para ser escuchadas y que
un juez se apiade y revise sus causas.
Se conoce que en todo el territorio nacional hay más de 300 mil casos pendientes por
resolver; muchos se arrastran desde hace varios años. Pese a que el trabajo fue
completamente irregular en el sistema de justicia debido al mortal virus y hay miles de casos
que necesitan ser atendidos, esa institución haya ingresado en un receso escalonado desde
el 21 de este mes hasta el 15 de enero del próximo año.
Aunque ahora le hayan cambiado de nombre y le llamen receso y no vacación colectiva,
como sucedía hasta la gestión 2019, lo cierto es que el sistema judicial no está trabajando
con normalidad, pese a que tiene una elevada mora judicial, superior a la de años
anteriores.
¿Será posible que en un país, que necesita que todos trabajen para recuperar el tiempo
perdido, exista una institución que se tome un receso? Es cuestionable desde todo punto
de vista que eso suceda. Es momento de que todos le pongan el hombro al país para salir
de la profunda crisis social, económica, judicial y política que estamos viviendo.
No pueden existir sectores “privilegiados” mientras que otros hacen lo imposible para
aportar con su granito de arena y superar los problemas que provocó el mortal
11.1-. ELIMINAR LA MORA PROCESAL
La “dilación judicial” es un mal congénito de la República. Cuando en diciembre de 1825
apenas a cuatro meses de haberse fundado Bolivia el mariscal Antonio José de Sucre creó
por decreto el Tribunal del Distrito Judicial de La Paz, lo hizo para encarar la ya existente
“retardación”. Entonces, La Paz tenía 400.000 habitantes, cuatro jueces y un fiscal,
insuficientes para atender una sociedad con rasgos de conflictividad.
Desde entonces, la sombra de la “mora procesal” ha minado la imagen del sistema judicial
boliviano como un mal crónico. En 2015, esa carga llegó a 850.000 causas en los nueve
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tribunales departamentales, donde trabajaban poco más de 1.000 jueces. En materia
familiar y de la niñez, una jueza enfrentaba la dura responsabilidad de atender hasta 3.500
trámites judiciales.
Cuando fui presidente del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz, los poco
más de 200 jueces que operaban en las 20 provincias del departamento recibieron 300.000
causas durante 2015. Esto significaba un incremento de más de 15.000 en relación a 2014
y 87.000 respecto de 2013; quiere decir que en los últimos tres años, los trámites crecían
en 54%, sobrepasando toda capacidad humana, técnico-jurídica y económico-
administrativa.
Con todo, en promedio, los TDJ resolvían poco más de 50% de esa carga procesal, dejando
una mitad como causas remanentes para la próxima gestión. Hasta aquí, lo que se hizo fue
evitar que el sistema colapse y siga funcionando un sistema judicial precario pero que
ofrecía un mínimo de seguridad jurídica.
Será una utopía enfrentar y eliminar la mora procesal? Al preparar mi propuesta como
candidato al TSJ vi que no era imposible y prometí eliminar ese mal para comenzar a
cambiar la imagen de la Justicia.
En los últimos 20 años vi cómo la “retardación” se convertía en un instrumento dilatorio que
la parte perdidosa usaba para impugnar e impugnar hasta que la causa haga turno y el
trámite se demore por más de dos años, obteniendo una resolución que en el peor de los
casos era una “nulidad de obrados”, quebrándose así los principios de justicia pronta y
oportuna, con gran perjuicio para los sujetos procesales.
Frente a esto, se hizo un diagnóstico para conocer el estado de: a) la carga pendiente, b)
la jurisprudencia trascendental y c) la mecánica laboral. Los resultados fueron negativos: 1)
Excesiva mora procesal, 2) Ausencia total de una visión y misión actualizadas y certeras, y
3) Técnica de gestión de despacho inexistente. Se definió una nueva visión: “Resolver todas
las causas remanentes e ingresadas, de manera que el TSJ se convierta en un real y
correcto intérprete de la Ley. Uniformador de jurisprudencia tendiente a limitar el instituto
de la nulidad procesal a los casos estrictamente necesarios y delinear de manera clara en
qué casos procede el recurso extraordinario de casación”.
Para alcanzar esos objetivos, la Sala Civil planteó estrategias a corto plazo: sortear una
mayor cantidad de procesos pendientes y resolverlos máximo en 30 días. Y para cumplir
con los plazos legales, la jornada laboral de los equipos de trabajo sobrepasó las ocho
horas, llegando a 12 o más horas al día, incluyendo sábados y domingos. A mediano plazo,
se emitió el Auto Supremo AS 633/218-RI de 10 de julio, acorde a las finalidades que nace
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del recurso de casación, determinando las causales de improcedencia de dicho recurso;
clasificándolas en objetivas y subjetivas.
Entonces teniendo un norte, para entender en qué casos deben o no admitirse los recursos
de casación, la comisión de admisión de esta Sala en ejercicio del Art. 277 de la Ley 439
(Código Procesal Civil) y art. 400 de la Ley 603 (Código de las Familias y del Proceso
Familiar), actuó de forma más efectiva admitiendo casos que merecen un análisis de fondo.
Ese avance jurisprudencial fue de vital importancia porque permitió no solo tener una idea
rectora para el trabajo de la comisión de admisión, sino que fue un elemento vital para que
los tribunales de apelación tengan una herramienta jurídica para tener certeza al momento
de conceder o no los recursos. Los abogados, por el contenido del mismo fallo, ya tenían
presente si su recurso sería o no admitido, entonces admitiendo simplemente los procesos
que van a merecer una respuesta de fondo, disminuyó una parte de la carga procesal.
Los resultados de esta nueva ecuación jurídica fueron alentadores. Para muestra un botón.
A julio de 2020, la Sala Civil Especializada del TSJ a cargo de los magistrados Berríos Alvizú
(La Paz) y James Molina (Oruro) presentaron, por segunda vez consecutiva en la historia
de la justicia boliviana, un cuadro estadístico con “cero mora procesal”. De las 61 causas
remanentes que heredaron de la gestión 2019, todas fueron resueltas conforme a ley. De
las 181 causas nuevas ingresadas entre enero y julio de 2020, todas fueron resueltas hasta
el 6 de julio de esta gestión.
Este es un ejemplo paradigmático digno de imitar por las otras salas del TSJ y por cada una
de las salas y juzgados de los tribunales departamentales de justicia. Si continuamos por
esta ruta habremos abierto el sendero expedito para que Bolivia, luego de haber convivido
casi 200 años con “retardación”, comience a resolver con eficiencia y dejar, cada gestión,
con “cero mora procesal” para beneficio de la población litigante, el mejoramiento de la
imagen de la Justicia y el fortalecimiento de la seguridad jurídica que, finalmente, repercute
en la calidad de la vida democrática.
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12. Sistema de juicios eminentemente escritos y carentes de concentración e
inmediación
Pasco señala que “el proceso oral es proclamado y reclamado por toda la
doctrina procesal laboral, sin excepción. No hay un solo estudioso que se
pronuncie a favor de la escrituración, y ese es un argumento importante.
La oralidad, a su vez, es lo único que nos permite hacer realidad los demás
principios procesales de inmediación, concentración, celeridad, primacía de la
realidad, entre otros.
Eso implica que la prueba se proponga, y en su caso, de ser pertinente, se
admita también verbalmente durante la audiencia de juicio. En consecuencia,
los litigantes deben acudir a dicha diligencia provistos de los medios de prueba
de que intenten valerse, así como que la valoración de la prueba y las
conclusiones definitivas de los litigantes, se expongan también verbalmente por
éstos, pudiendo variarse las iniciales expuestas a la luz de lo acontecido en la
audiencia de juicio.
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procesales se realizan en unidad de acto, sin la posibilidad de
compartimentación estanca. Este principio tiende al establecimiento de plazos
muy breves, perentorios e improrrogables, que además de imprimir celeridad al
proceso, introducen sencillez en las formas procesales. Lo que se requiere es
que el proceso se realice en el menor tiempo posible y con la mejor unidad.
Hay cierta doctrina procesalista que afirma que un procedimiento así diseñado
garantiza mejor los principios de contradicción y defensa. No obstante, esa
estructura más compleja se traduce en un mayor coste económico para el
Estado y también para los litigantes.
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Para Alcalá Zamora, Los medios de impugnación son actos procesales de
las partes dirigidos a obtener un nuevo examen, total o limitado a
determinados extremos, y un nuevo proveimiento acerca de una resolución
judicial que el impugnador no estima apegada a Derecho, en el fondo o en
la forma o que reputa errónea en cuanto a la fijación de los hechos.
De los diferentes conceptos revisados, se puede concluir que los medios de
impugnación son los actos por el cual las partes y terceros legitimados,
refutan alguna acción judicial, y están dirigidos a obtener un nuevo examen,
que puede ser total o parcial, y a una nueva decisión acerca de una
resolución judicial.
34
15. CARENCIA DE MODALIDADES ESPECIALES PARA LA TUTELA DE LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES EN EL TRABAJO
El procedimiento de tutela laboral es una modalidad procesal que tiene por objeto conocer de
lesiones a ciertos derechos fundamentales de los trabajadores y, en caso que la lesión se
confirme, obtener el cese de la conducta antijurídica y medidas reparatorias.
En la cual carece de modalidades especiales para la tutela laboral el mecanismo procesal que
permite al trabajador reclamar de aquellos actos provenientes de una relación laboral que vulnera
garantías fundamentales de los trabajadores.
A pesar que existe formas de denuncia cuando se viola un derecho constitucional carece de
importancia a las investigaciones internos o una junta de revisión ciudadana de quejas; en la
mayoría de los casos podrás presentar tu denuncia de manera anónima si deseas pero con la
poca probabilidad que lo lleven a la ejecución.
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El Conflicto Colectivo jurídico se define como las demandas que afecten a intereses generales de
un grupo genérico de trabajadores sobre la aplicación e interpretación de una norma estatal,
convenio colectivo o de una decisión o práctica empresarial
En las últimas décadas, esta situación ha sido parte de un progresivo retroceso que ha restringido
la capacidad de defensa de las organizaciones sindicales de sus afiliados. Lo cual se traduce en
la afectación del derecho a la tutela judicial efectiva de los trabajadores, al imponerse restricciones
o barreras que impiden a sus organizaciones sindicales acceder a la justicia en forma colectiva.
Asimismo, se afecta el derecho fundamental de la libertad sindical al restringir la capacidad de
defensa de los sindicatos que le reconoce la Constitución Política, el Convenio 87 de la OIT y
otros tratados sobre derechos humanos que conforman nuestro bloque de constitucionalidad.
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En procesos voluntarios si se suscitare contienda, la conciliación será obligatoria por cuanto antes
de ingresar a un proceso ordinario se debe cumplir con el requisito de intentar la conciliación
previa.
Finalmente, no es necesaria la conciliación previa cuando la parte demandada tuviere su domicilio
en jurisdicción departamental distinta al lugar donde se promoverá la demanda principal o en el
exterior, o cuando su domicilio fuera desconocido. En los procesos ejecutivos y otros procesos
monitorios no es obligatoria la conciliación salvo que lo solicite el demandante (Art.294)
“en el orden jurisdiccional civil, con carácter general, se considerará requisito de procedibilidad
acudir previamente a algún medio adecuado de solución de controversias para que sea admisible
la demanda”
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colectivos. Algunos son identificados como conflictos relativos a derechos, otros como
conflictos relativos a intereses. Un conflicto individual tiene lugar entre un empleado y su
empleador.
También se considera como individual el conflicto entre un número de empleados y su
empleador, siempre que los empleados actúen de forma individual y no como grupo.
Un conflicto colectivo tiene lugar entre un número de empleados que actúan en conjunto
contra su empleador. Un conflicto sobre derechos es aquel referido a derechos existentes
fijados por ley, por un acuerdo de convenio colectivo o por un contrato de trabajo individual.
Estos conflictos por lo general toman la forma de un reclamo de los empleados dado que no
han visto satisfechos sus derechos, tales como el pago de su salario, el pago de horas extra,
el goce de vacaciones y un entorno laboral adecuado (en efecto, todo derecho que ya exista
por ley).
Los conflictos sobre derechos pueden ser individuales o colectivos. Un conflicto sobre
intereses es aquel concerniente a la creación de nuevos derechos y obligaciones. En la
práctica, la mayoría de estos conflictos son una manifestación del fracaso del proceso de
negociación, en el cual las partes no han logrado llegar a un acuerdo acerca de las
condiciones de empleo que aplicarán en el futuro. Los conflictos sobre intereses son por lo
general de naturaleza colectiva.
Algunas jurisdicciones identifican varios tipos especiales de conflictos sobre derechos,
incluidos aquellos que se refieren al reconocimiento de sindicatos, a la determinación de
grupos de negociación, a la interpretación y aplicación de acuerdos colectivos y aquellos
concernientes a despidos improcedentes. Esto plantea la cuestión de si dichos conflictos
“especiales” se deberían manejar de manera distinta a los principales conflictos sobre
derechos, involucrando instituciones y procesos especiales.
Resolución de conflictos Por lo general, existen cuatro enfoques sobre la resolución de
conflictos, a saber:
La elusión, cuando una parte simplemente no es capaz de abordar un conflicto. El poder,
cuando una parte emplea la coacción para forzar a la otra a hacer lo que ella desea. Los
derechos, cuando una parte usa una norma de derecho o equidad para resolver el conflicto;
y, El consenso, cuando una parte se empeña en conciliar, transigir o adoptar posturas o
necesidades subyacentes. Con frecuencia el enfoque que se da a la resolución de conflictos
sigue la secuencia anterior pero, idealmente, el enfoque debería darse en el orden inverso
comenzando por el consenso, luego los derechos y finalmente el poder, descartando la
elusión.
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Es importante notar respecto al sistema ineficaz, que: el grado en el que las partes controlan
el resultado del conflicto disminuye en esta secuencia, el grado de probabilidad de que las
partes se sientan satisfechas con el resultado disminuye con esta secuencia, el grado en el
que se abordan las causas reales de la disputa disminuye el tiempo y los costos que el
conflicto implica probablemente aumenten al seguir esta secuencia
19. COMPETENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA LABORAL
Podemos darnos cuenta que la justicia laboral es parte de la justicia ordinaria, ya que en El
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) es la máximo instancia de la jurisdicción ordinaria, cuya
función es impartir justicia en materia civil, comercial, familiar, niñez y adolescencia,
tributaria, administrativa, trabajo y seguridad social, anticorrupción, penal y otras que señale
la norma. (Código Procesal del Trabajo, 25 de julio de 1979)
Artículo 5 La administración de justicia en materia del trabajo, seguridad social y vivienda
de proyección e interés social, es un servicio público que se presta gratuitamente en todo
el territorio de la República y se instituye para decidir las controversias en la rama social
del Derecho. Sus titulares intervendrán en todos los conflictos que se originen entre los
diversos elementos de la producción, juzgando y resolviendo los actos de aquellos en
cuanto se refieren al Derecho Social establecido. Al efecto, interpretarán y aplicarán las
normas legales pertinentes y ejecutarán sus propias decisiones.
Artículo 6°.- La jurisdicción especial del trabajo y seguridad social se ejerce de modo
permanente:
a. Por los Juzgados del Trabajo y Seguridad Social, como juzgados de primera instancia;
b. Por la Corte Nacional del Trabajo y Seguridad Social, como Tribunal de Apelación; y
c. Por la Corte Suprema de Justicia en su Sala Social y Administrativa, como Tribunal de
Casación.
20. JUSTICIA LABORAL NO ESPECIALIZADA
Dentro de la justicia laboral no especializada tenemos a las disposiciones de la legislación
nacional que reconozcan los sistemas de justicia indígena, ya que a través del Convenio 169
de la OIT
(Organización Internacional del Trabajo) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes, ratificada por Bolivia a través de la Ley nún. 1257
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