Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Luis F. Aguilar Villanueva

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

LUIS FERNANDO AGUILAR VILLANUEVA: EL APORTE DE LA POLÍTICA PÚBLICA Y DE

LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA A LA GOBERNANZA.

LUIS FERNANDO AGUILAR VILLANUEVA es un reconocido intelectual mexicano, que luego


de haberse licenciado y doctorado en filosofía, llevó a cabo sus estudios posdoctorales en
filosofía política, en la Universidad de Tubinga, Alemania. A través de su vida académica
se ha especializado en temas vinculados con la ciencia política, la administración pública y
la gestión pública, convirtiéndose en el precursor, en América Latina, del enfoque analítico
de las políticas públicas.

En la obra EL APORTE DE LA POLÍTICA PÚBLICA Y DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA A LA


GOBERNANZA, el autor revela como las crisis estatales han desembocado en una profunda
discusión acerca de la actitud y comportamiento de las administraciones públicas.

En este sentido, señala que el problema sobre la capacidad y eficacia directiva de los go-
biernos se ha convertido en un asunto importante para la ciencia política. En el pasado, la
ineficacia de un gobierno se atribuía a sus vicios, esto es, a las características ilegítimas de
su posición y de sus acciones; sin embargo, debido a la democratización de los regímenes
políticos y a la instauración o restauración de los Estados de Derecho, se han resuelto tales
cuestionamientos.

El gobierno dejó de ser un problema, de modo que, las nuevas discusiones giran en torno a
aquellos gobernantes legítimos que no pueden gobernar, es decir, que sus decisiones y ac-
tuaciones tienen propósitos directivos pero no efectos directivos.

Los cuestionamientos se han desplazado entonces a los procesos de gobierno y, en conexi-


dad, a la capacidad y eficacia directiva que dichos procesos implican o deberían implicar, y
que además comprenden a la administración pública, como componente político, tecnológi-
co, organizativo y gerencial.

Tradicionalmente, frente a los momentos de crisis, los Estados exhibieron a los gobiernos
como elementos de desgobierno, lo que implicó una percepción social negativa de la admi-
nistración. Pero no siendo suficiente con ello, los gobiernos actuales tampoco están acredi-
tando la capacidad directiva suficiente en lo que respecta a seguridad pública, distribución
de riquezas y oportunidades, y crecimiento económico.

Sin duda, tanto la democratización de los regímenes políticos, que repartió entre varios
actores el poder que estaba supeditado a la rama ejecutiva, o que al menos lo estaba en
América Latina; como la liberalización de la economía, que implicó la privatización de las
empresas públicas y la desregulación económica; encauzaron la independencia y
autonomía, que las personas, familias y grupos sociales han conseguido en la atención de
sus necesidades, así como la sustitución de ciertas instituciones en el cumplimiento de
dicha labor.

Con todo, en lo que le resta al Estado como agente social, político y económico
imprescindible, debe éste esforzarse por garantizar condiciones de dirección, plenas de
certidumbre e imparcialidad jurídica, transparencia, seguridad, eficiencia, equidad,
competitividad, participación y deliberación.

Para ello, dos han sido las líneas generales de respuesta: la gobernabilidad y la gobernanza.
Dos enfoques que se relacionan con la acción del gobierno, que hacen referencia al
problema de la capacidad gubernativa y que buscan su solución.

- La gobernabilidad, por una parte, denota la posibilidad de que un gobierno oriente,


conforme con sus directrices, a la sociedad. Este enfoque es rigurosamente
gubernamental, pues parte del siguiente presupuesto: en la sociedad no existen o son
irrelevantes las capacidades de auto-organización, auto-regulación y auto-resolución de
conflictos, por lo que ésta debe agruparse como Estado y dejarse conducir por un agente
externo, dotado con los poderes y recursos para garantizar una paz duradera y el
desarrollo continuado.

En el contexto de las democracias, la desilusión o el descontento social representan la


principal amenaza de desgobierno. En las democracias consolidadas, la
ingobemabilidad se manifiesta por exceso, al tiempo que, en las democracias jóvenes se
debe a las deficiencias o insatisfacción en el cumplimiento de ciertas demandas.

Sin embargo, dos son las críticas más fuertes al modelo de la gobernabilidad: (i) es un
enfoque centrado en las capacidades del gobierno, no así en la relación del gobierno con
la sociedad, a pesar de reconocer que la capacidad de gobernar implica acciones de
interlocución y negociación con los actores sociales; y, (ii) es un enfoque
gubernamentalista, en tanto considera que un gobierno equipado con los elementos
idóneos es suficiente para dirigir a la sociedad, sin pensar que ciertos actores, naciona-
les e internacionales, no aceptarían ese modo impositivo de gobierno y lo demostrarían
a través de deserciones económicas y oposición política.

- El modelo de gobernanza, por otra parte, apunta a la necesidad y conveniencia de un


nuevo proceso directivo de la sociedad. Su presupuesto es que el gobierno es un agente
legítimo y esencial en la dirección de la sociedad, pero que sus poderes y recursos son
insuficientes, ya que los problemas y desafíos contemporáneos rebasan las capacidades
de respuesta que el gobierno posee.

Para superar tales retos se requiere ascender a un nivel de inteligencia, gestión de recur-
so, comunicación y organización, que destaque las potencialidades, tanto del gobierno
como de los actores sociales, y que haga uso de formas sinérgicas de interacción y aso-
ciación público-privada.

Sin duda, la gobernanza comprende a la gobernabilidad, en tanto reclama la acción de


un gobierno competente y eficaz, pero entiende que éste, en el proceso de dirección, se
caracteriza por ser incluyente, simétrico, racional y pacífico.

Durante las décadas de 1980 y 1990, el examen de las políticas públicas y la nueva gestión
pública se presentaron, en América Latina, como propuestas disciplinarias y profesionales
para superar la crisis en que habían caído algunos Estados, para restablecer la naturaleza
pública de las políticas, que los gobiernos autoritarios habían pervertido, y para mejorar la
prestación de los servicios públicos, entonces considerados como insatisfactorios en
calidad, cobertura y relación costo-beneficio.

Ahora bien, estudios más recientes en materia de políticas han cuestionado la débil base
cognoscitiva de las decisiones del gobierno, así como los arreglos jerárquicos y
burocráticos de la administración; acentuando, con la llegada del nuevo siglo, el enfoque de
la gobernanza.

En conclusión, una lectura sobre la recepción, empleo y efectos del estudio de las políticas
públicas y la gestión pública, en América Latina, le permiten a L. F. AGUILAR VILLANUE-
VA afirmar que el propósito de los gobiernos fue asegurar la gobernabilidad, pero que su
implementación ha conducido a aceptar mejor la gobernanza, como modo de dirección
asociado y participativo, que intenta restaurar el sentido de lo público y espera modificar
las actitudes y expectativas de los ciudadanos respecto del gobierno y los poderes públicos.

También podría gustarte