Informe FINLA NCFAS G+R Academia FAI Curso A Tu Ritmo
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I) Identificación.
Al evaluar la situación habitacional de doña Julia y don Román, los padres refieren que
previamente presentaron problemas menores para regularizar aspectos jurídicos de su
propiedad, no obstante, lograron resolverlos satisfactoriamente, concluyendo que su
vivienda actual no se encuentra amenazada, constituyéndose en un recurso del sistema
familiar. De igual modo, se destaca positivamente que habitan en una comunidad libre de
disturbios o conflictos, lo cual otorga la oportunidad ambiental que los miembros de la
comunidad puedan pasar el tiempo afuera. Finalmente, son positivos los reportes de testigos
vecinales en cuanto a la higiene del niño, ya que no existen antecedentes de dificultades de
ropa inapropiada o de observar a Miguel desarreglado mientras estaba al cuidado parental.
Sin perjuicio de lo anterior, si bien es una comunidad libre de violencia comunitaria, no está
libre de riesgos ambientales, existiendo la presencia de alta congestión de tráfico vehicular
y un basural cercano. Lo anterior, sumado a la disminuida capacidad de los cuidadores para
detectar estos riesgos, se constituye en un factor de riesgo para la seguridad del niño. De
igual modo se destaca negativamente ciertas situaciones de insalubridad pesquisadas en
visitas domiciliaras iniciales, incluyendo basura es espacios de la cocina, sumado a peligros
al alcance de Miguel, tales como útiles de aseo y herramientas. Finalmente, se identifica
como una dificultad la baja atención que los padres del niño han invertido en su etapa del
desarrollo, justificado por el poco tiempo que los padres reportan tener, sumado de un
bajo involucramiento con la escuela de Miguel. De este modo, se concluye que el entorno
de la familia es un problema leve que debe ser abordados.
En cuanto a las interacciones familiares, esta área es una de las más comprometidas
negativamente del funcionamiento familiar, sin poder identificar actualmente recursos. En
primer lugar, desde la escuela reportan que los padres de Miguel eran cálidos y afectuosos
con el niño, no obstante, ambos cuidadores admiten el cambio y reportan sentir culpa por
haber perdido el cuidado de su hijo. En intervención con los padres y reflexionando sobre
lo ocurrido, por ejemplo, don Román refiere “soltamos nuestras responsabilidades como
padres, ya ni regaloneábamos con el Migue…”. De igual modo, don Román reporta que el
consumo de alcohol ha sido motivado en parte por las tensiones en la relación de pareja
con Julia, lo que ha aumentado los conflictos conyugales y ha generado dificultades de
comunicación que escalan a conflictos verbales. Se identifica también escasas oportunidades
recreativas que despresuricen el sistema familiar, no contando con momentos de recreación
o de juego, acomodando el tiempo familiar para las necesidades recreativas de los adultos,
tales como salir a beber alcohol con los amigos los fines de semana, lo cual es en perjuicio
de las necesidades del niño y sus necesidades de recreación y esparcimiento saludables y
sensibles a su desarrollo. Al abordar la estructura familiar, se identifica una ausencia de
rutinas, existiendo una impredecibilidad y falta de rituales que faciliten desarrollar un sentido
de pertenencia a la familia.
Al entrevistar a Miguel, reiteradas veces menciona que el padre era un “gritón cabezón”,
aludiendo a que constantemente lo retaban con severos sermones, identificando en los
padres una incapacidad para poder comunicarse de manera efectiva y afectuosa. Lo anterior
también se vincula con las dificultades que presentan los cuidadores respecto a mantener
expectativas realistas sobre Miguel, demostrando una baja comprensión del entendimiento
del niño y de sus capacidades, verbalizando justificaciones como “sí pues señorita, sabemos
que Miguel no debería andar solo en la calle, pero él sabe que podía ir a la casa de la Rosita o
de don Joaco para pedir ayuda”. Finalmente, al explorar las redes familiares que pudiesen
aportar a despresurizar al sistema familiar, se puede identificar una falta de apoyo emocional
e instrumental dentro de la familia extensa, resultando ineficaz las intervenciones de
activación de redes por parte del equipo de la residencia, pues ningún familiar demostró
interés en participar y colaborar en el proceso. Se concluye de este modo que las
interacciones familiares son un problema leve, requiriendo apoyo en esta área.
Se identifica que don Román y doña Julia han logrado solicitar y aceptar ayuda de sus
recursos disponibles, tanto de su empleador, quien ha flexibilizado el horario laboral para
que puedan asistir a las terapias, tanto como el apoyo de sus amigos de la iglesia, quienes
han brindado acompañamiento emocional y práctico en este proceso. Pese a los recursos
que la familia ha desplegado en cuanto solicitar apoyo, es posible señalar que dicho recurso
aún tiene una baja densidad, pues Julia y Román continúan vinculándose esporádicamente
con la comunidad y sus vecinos. La familia se mantiene aislada de las oportunidades
comunitarias, como municipio y vecindario en general, lo cual puede corroborarse con el
relato de la madre de Miguel “pero señorita si porque son todos habladores estamos aquí, ellos
nos denunciaron como quiere que cuente con ellos si gracias a ellos me quitaron al niño”. Esta
distancia social también puede observarse en la relación de la familia con el jardín infantil,
pues desde el establecimiento refieren que don Román y doña Julia han sido citados, pero
no han respondido ni dado razones de sus ausencias. De este modo, se concluye que la vida
social y comunitaria del sistema familiar es un problema leve, constituyéndose en un área
que necesitarán apoyo e intervención.
G. Autonomía: adecuado.
Comprende las subescalas de Empleo del cuidador, Ingreso familiar, Manejo financiero,
Comida y nutrición, Transporte.
Se destaca favorablemente la estabilidad laboral de ambos cuidadores, pues pese a los
conflictos familiares que se han agudizado en los meses pasados, su fuente de ingresos no
se ha visto amenazada. De igual modo, se destaca que los ingresos familiares son suficientes
para cubrir las necesidades básicas, tales como comida, renta y vestuario. Ambos padres
relatan orgullosos de su fuente laboral, trabajando para un empleador que otorga carros de
comida, “Nos gusta trabajar en el carrito El Julk, el nombre es porque al Migue le gusta Hulk y
le pusimos la letra Jota por la Julia que es la cocinera, lo tenemos hace dos años”. Este oficio ha
permitido que la familia no presente deudas significativas que atenten contra la estabilidad
financiera de doña Julia y don Román. De igual modo, las necesidades nutricionales básicas
están cubiertas, que, si bien no siempre es posible tener una dieta balanceada, tienen un
acceso diverso y suficiente a la comida, tendiendo a un exceso de comida chatarra debido
al acceso que tienen por el oficio de los padres. Finalmente, se logra identificar que la familia
tiene acceso regular a transporte, con algunas dificultades puntuales para poder encontrar
recorridos de buses nocturnos que ingresen a su población. De este modo, se concluye que
la autonomía familiar se encuentra en una línea base, la cual no requiere asistencia
profesional.
Se destaca positivamente que todos los miembros del sistema familiar, tanto los padres
como el niño, no cuenten con ninguna condición inhabilitante que interfiera con su
funcionamiento, tanto en su parentalidad, participación en la vida diaria o en los empleos de
los adultos, como con el desarrollo, socialización y educación del niño. De igual modo, se
identifica que ambos cuidadores presentan una buena salud básica: si bien se pesquisa que
don Román presenta hipertensión, él está controlado por el consultorio de la comuna. En
cuanto a la salud mental de los adultos, se puede identificar que don Román presenta un
diagnóstico de depresión moderada controlada farmacológicamente. Se logra identificar
como un recurso de la familia el hecho de que tengan sus necesidades básicas de salud
cubiertas por el servicio público. Sin perjuicio de lo anterior, se pesquisa que las trayectorias
de desarrollo del niño han sido afectadas negativamente por los cuidados del sistema
parental. A nivel físico, se identifica un leve sobrepeso en Miguel el cual los padres no han
abordado, y en cuanto a su salud mental, tras ser evaluado psicológicamente se pesquisan
indicadores de angustia y de ansiedad, abundando sentimientos de soledad y abandono. De
este modo, se concluye que la salud familiar es un problema leve que debe ser abordado.
Concurridos tres meses desde el ingreso del niño a la residencia, se identifica como fortaleza
del sistema parental que doña Julia y don Román hayan aceptado sus responsabilidades en
cuanto a la remoción de cuidados de Miguel, estando dispuestos a abordar las dificultades
que han presentado en los últimos meses, siendo receptivos y responsivos a los servicios
de apoyo, tanto de rehabilitación, como de protección. Otro recurso significativo es el
apoyo de la cuidadora de trato directo, refiriendo que el equipo de psico-social cuenta con
todo su apoyo para poder apoyar en el proceso, “el Migue los echa mucho de menos, de
verdad espero que hagan todo lo posible para que vuelvan a estar juntos”, refiere. Otro aspecto
positivo es, que, en la primera visita de Miguel a la casa de sus padres, se observa que el
niño se presenta contento y ansioso de volver a su hogar, refiriendo que quiere quedarse
en su hogar. Si bien se pesquisan conductas de respuesta poco sensible de parte de los
padres ante las señales comunicativas del niño, estas pueden seguir siendo intervenidas para
mejorar su sensibilidad parental. En la misma visita se observa que Miguel, mientras jugaba
y disfrutaba con sus padres, experimenta súbitamente rabia y los golpeaba, lo cual se aborda
como oportunidad de intervención en regulación emocional para el niño, realizando
andamiaje con los padres de estrategias de regulación efectivas como validación, reflejo,
regulación del adulto (para luego regular al niño), entrega de mensaje de seguridad, entre
otros. El segundo foco abordado fue educar a los padres en cuanto a gatillantes del niño y
sus temores de que vuelvan a beber y ser abandonado, sintiendo desconfianza de sus
cuidadores a la vez que amor y necesidad de estar con ellos. Finalmente, se puede observar
a los padres del niño desbordados de tristeza, reconociendo el dolor en la separación y
movilizándose para retomar los cuidados, Miguel, a la vez que se puede observar que el niño
está expectante de volver a su hogar. De este modo, se concluye que la ambivalencia de los
cuidadores y del niño es un problema leve que requiere intervención.
Se identifica como recurso la organización que doña Julia y don Román han diseñado y
establecido para cuidar mejor de Miguel ante su eventual retorno. Los padres han
construido una red de apoyo con sus amigos de la iglesia que se han organizado para
ofrecerles ayuda práctica en la crianza. Además, es importante señalar que los cuidadores
están involucrados en resolver las dificultades legales que han conllevado sus conductas
negligentes, estando dispuestos a recibir el apoyo necesario para poder recuperar el cuidado
de Miguel. Pese a la activación de las redes de apoyo, sigue siendo un factor de riesgo las
condiciones de la parentalidad que activaron al sistema de protección, ya que en entrevista
con los cuidadores, estos manifiestan que temen volver a recaer en el consumo de alcohol.
Si bien los reportes del centro de rehabilitación son satisfactorios en cuanto a la adherencia
de los padres, aún quedan pendientes diversos objetivos que requieren continuar trabajando
para poder recuperar el cuidado legal del niño. Otro factor obstaculizador es la baja
comprensión de los padres en cuanto a las necesidades de tratamiento de Miguel, pensando
que de retomar los cuidados del niño, será mejor no rememorar este episodio ni tener que
continuar las terapias “pero tía si estamos con el Migue, ir a las terapias va a ser una y otra vez
recordarle que no estuvo con nosotros y así, ¿cómo vamos a avanzar?”. De este modo, se
concluye que la preparación para la reunificación familiar es un problema leve, que debe
continuar recibiendo apoyo e intervención.
VI) Conclusiones y recomendaciones.
Evaluado el sistema familiar en las múltiples dimensiones que se han descrito, se concluye
que es posible trabajar la reunificación familiar, siempre y cuando se aborden e intervengan
las siguientes áreas de funcionamiento: Entorno, Competencias Parentales,
Interacciones Familiares, Protección Familiar, Bienestar del niño, Vida Social
Comunitaria, Salud Familiar, Ambivalencia cuidador/niño, Preparación para la
reunificación.
- Realizar ingreso efectivo del niño al programa “niño sano” del consultorio, para poder
recibir apoyo en su estado nutricional y comenzar un seguimiento oportuno de sus
trayectorias de su desarrollo físico y psicológico.
- Mantener las atenciones del niño por su equipo psico-social, acompañando, conteniendo
y elaborando el proceso vivido.