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Alianza de Amor

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MOVIMIENTO APOSTOLICO DE SCHOENSTATT

RAMA FAMILIAR AYOLAS.


CELEBRACION DEL 18 DE SEPTIEMBRE DIA DE ALIANZA DE AMOR
1.- ESPÍRITU SANTO, ALMA DE MI ALMA ( P. José Kentenich)
Espíritu Santo, eres el alma de mi alma,
te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.
Y en cuanto corresponde al plan del eterno Padre Dios, revélame tus deseos.
Dame a conocer lo que el Amor eterno desea en mí.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar,
cargar y soportar.
Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la voluntad del Padre.
Pues toda mi vida no quiere ser otra cosa que un continuado y perpetuo Sí a los
deseos y al querer del eterno Padre Dios.

2.- Lectura del Evangelio del día.

3.- Alianza de Amor

Este el motivo por el cual el Movimiento de Schoensttat revive en cada 18 la AA:

La Alianza de Amor con la Virgen María es una actualización original de la Alianza de


Amor que Dios hace con los hombres. Los cristianos nos incorporamos en la Nueva
Alianza mediante el bautismo. Por el bautismo pasamos a formar parte del nuevo
Pueblo de la Alianza, la Familia de Dios, que es la Iglesia. En este contexto entendemos
la Alianza de Amor en Schoenstatt, como una forma original de asumir la alianza
bautismal, de renovarla y profundizarla en estrecha unión a María.
La Alianza del 18 de octubre de 1914 en el Santuario es una concreción más de la
voluntad de Dios de entrar en diálogo con el hombre, por medio de María. Esta
búsqueda encontró respuesta en el Padre José Kentenich, quién asoció en su respuesta
a los jóvenes que tenía a su cargo como Director Espiritual.
Desde la Alianza de Amor, vivida en profundidad, nace también una fuerte conciencia
de misión; lleva a quienes la sellan a convertirse en eficaces instrumentos en manos de
María, para colaborar con ella en la renovación religioso-moral del mundo.
"La Alianza de Amor con la Virgen, tal como se ha desarrollado y proyectado
históricamente, es una profunda y eficaz renovación, una confirmación y un seguro de
la alianza bautismal, es decir de la Alianza con Cristo y la Santísima Trinidad. Cada
consagración, renovación y profundización de la Alianza es para el intelecto y la
voluntad una nueva, libre y consciente decisión por Cristo; una nueva decisión por su
persona, por sus intereses y por su Reino... Ella equivale a un crecimiento más
profundo en una íntima comunión de amor entre nosotros, Cristo, y el Dios Trino."
(Padre José Kentenich, 1952).
4.- ORACION DE CONSAGRACION

Oh Señora mía. Oh Madre mía, yo me ofrezco todo a Ti y en prueba de


mi filial afecto te consagro en este día: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi
corazón, en una palabra todo mi ser; ya que soy todo tuyo oh Madre de
bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y
posesión tuya. Amén.
Querida Madre y Reina: Vengo a tu Santuario a buscar el silencio que afuera en el mundo
lleno de ruidos , no es facil encontrar.

En mi ambiente muchas veces se vive la intranquilidad y en mi familia no siempre se vive la


alegría, por eso a veces la vida se me hace dificil.

Hoy junto a Ti, quiero encontrar la paz; quisiera silenciar mi corazón ya que muchas veces no
puedo rezar porque mi alma no puede descansar en Ti.

Ahora no sé qué decirte pues mi corazón está lleno de tantas cosas...deseo renovarme
interiormente en tu presencia, aquí ante tu trono, ante tu Hijo vivo y presente en el Sagrario.
Con mucha esperanza he venido a tu Santuario, quisiera quedarme aquí espiritualmente
para siempre y recibir con el corazón abierto todo lo que tú me tienes preparado.

Madre, al mirar tu imagen, descubro que tú me miras como si hubieras estado


esperándome. Yo sé que quieres ser mi madre; Cristo tu Hijo te dio esta gran misión desde la
cruz cuando dijo a Juan: "He aquí a tu Madre". Y Tú me aceptas tal cual soy; con todo lo que
me preocupa y alegra, con mis deseos y necesidades, con mis talentos y miserias y en tu
corazón encuentro hogar, seguridad y paz.

Allí me siento cobijado. Madre, escribe mi nombre en tu corazón y no lo borres jamás; desde
allí enséñame el arte de descubrir el amor Misericordioso del Padre en todas las
circunstancias de mi vida. Edúcame para que siempre pueda dar un sí dispuesto a la voluntad
de Dios. Transforma mi pequeño corazón, dame la fortaleza en el dolor, paciencia y valor en
las adversidades de la vida y dame la gracia que me impulse a colaborar en la construcción
del Reino de Dios en mi ambiente.

Ayolas, Abril de 2016

 Primera Lectura. Pablo, por medio de Timoteo, urge a los cristianos a ser mediadores e
intercesores  con sus súplicas y oraciones por toda la humanidad. La razón es que Cristo
es el único mediador entre Dios y los hombres y que Dios quiere que todos se salven y
lleguen al conocimiento de la verdad. ¡Qué universal es el Plan y la voluntad salvífica de
Dios para salvar a todos!
    Evangelio. Hoy contemplamos la bella escena del centurión romano, quien, por medio
de emisarios, pide a Jesús que cure a su esclavo. Él amaba al pueblo judío y tenía fe en
Jesús por lo que había oído acerca de él y de sus milagros. Y, algo insólito en un mundo
de esclavitud, otra señal de su fe es que pidió por la curación de un esclavo. --- De él
tomamos también las palabras que utilizamos en la celebración eucarística, en el momento
de la comunión: que “no es digno de que Jesús vaya a su casa.”

Oración Colecta
Señor Dios, Padre de todos:
Tú llamas a gente de toda lengua, cultura y nación
para adorarte y vivir en tu amor.
Que tu Hijo Jesucristo hable en medio de nosotros,
como lo hizo con el centurión, 
tu palabra salvadora que lleva curación a todos.
Que muchos acepten su invitación
a sentarse con nosotros a su mesa.
Danos suficiente fe y amor
para que nosotros también, como tú y tu Hijo, 
sepamos hacer de gente extraña y desconocida
verdaderos amigos.
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.

Intenciones

 Para que los que creen en el Señor Jesús expresen su fe en obras de justicia y
amor, de servicio responsable y de compasión sin límites, roguemos al Señor.
 Para que todos los pueblos de la tierra oigan dónde se puede encontrar al Señor
Jesús, llegar a conocer su nombre, creer en él, aceptarle en su corazón y orarle
confiadamente, roguemos al Señor.
 Para que acojamos con franca hospitalidad a desconocidos y extranjeros en
nuestras comunidades cristianas y les hagamos sentirse como en su casa entre nosotros,
roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas 
Señor Dios nuestro:
Te presentamos pan y vino aquí sobre el altar
para celebrar nuestra gratitud a ti
mientras estamos reunidos en torno a Jesús, tu Hijo.
en quien  y por quien tú nos has acogido y aceptado.
Que hombres y mujeres de todas las culturas, 
sentados alrededor de su mesa acogedora, 
puedan comer su pan de vida
y  beber su vino de alegría y redención,
para que todos conozcan tu nombre
y te alaben por tu misericordioso amor. 
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Oración después de la Comunión


Padre del cielo:
Te damos gracias porque tu Hijo Jesús ha venido a nosotros,
en su palabra y en el pan de vida,
aun cuando no somos dignos.
Que él encuentre gran fe en nosotros y en todo su pueblo.
Que su palabra llene nuestras palabras vacías
y que su amor inspire todo lo que hacemos,
para que con toda nuestra vida
y en la armonía de nuestras muchas lenguas
te cantemos a ti, Padre, nuestra acción de gracias y alabanza.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Para Dios no hay extraños ni extranjeros. Él conoce a todos, los acepta y los
ama a todos, lo sepan ellos o no, porque todos son hijos suyos. Que nosotros también
sepamos aceptarlos como lo hace Dios. 
Y para ello, que la bendición del Dios universal y rico en misericordia, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, descienda sobe nosotros y nos acompañe siempre.

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