Correspondencias Planetarias
Correspondencias Planetarias
Correspondencias Planetarias
Según la tradición espagírica, cada planta, metal o gema posee la fuerza de uno o varios planetas.
De hecho se considera que así como un metal y una gema están fuertemente ligados a una sola
fuerza planetaria mostrando de forma inequívoca esa manifestación, en el caso de las plantas nos
encontramos con varias influencias como corresponde a la naturaleza mercurial del mundo vegetal.
Los antiguos espagiristas denominaban a esta relación y su manifestación, signatura rerum, que
era la impronta o marca que nos informa de su auténtica naturaleza. Crollius, discipulo de Paracel-
so nos dice
“Así pues, aquel que desee ser un médico experto (junto con la teoría de su arte),
debe poseer el conocimiento del significado interno de las Signaturas”.
Es posible asociar las distintas funciones del cuerpo con las energías simbolizadas por los siete
planetas. Las funciones y partes del cuerpo gobernadas por un determinado planeta se curarían,
de acuerdo a la ley de las signaturas, con plantas que «poseen» el mismo tipo de energía, que
«atraen» los elementos correspondientes en el cuerpo humano.
El significado simbólico de los planetas se extrae del mundo de los mitos, que tienen un valor uni-
versal para el hombre y representan las leyes profundas que regulan la existencia y la experiencia
humana.
EL SOL
Paracelso escribió:
«Los elementos que constituyen la vida del corazón del hombre
constituyen la vida del Sol.
La sede del Sol en el microcosmos está en el corazón».
El dios Sol, Febo (Apolo), es el guía que cruza el cielo con un carro de fuego arrastrado por caba-
llos alados. Esto simboliza el fuego de la inteligencia, la consciencia iluminada. El Sol es (en el
sentido de cualidades solares) calor, fuerte, masculino, expansivo, positivo, vital, tónico, seco, etc.
En el hombre simboliza la capacidad de autonomía, la vitalidad, la resistencia física y psíquica, la
capacidad de recuperación y el estímulo sexual. Por consiguiente, las plantas, metales y gemas
regidas por el Sol serán cardiacas, tonificantes, estimulantes, regenerantes, térmicas, reguladoras
de la actividad cardíaca y adecuadas para el sistema circulatorio.
Luna
Paracelso afirmó:
Las plantas con características lunares son refrescantes, emolientes, sedantes, influyen en las
secreciones líquidas, los órganos reproductores, la digestión y el sistema nervioso.
Mercurio
Desde el punto de vista de las funciones humanas Mercurio controla el sistema nervioso, el lengua-
je, el oído, la función del cerebro (junto con la Luna), la respiración y el intestino.
VENUS
La diosa Venus Afrodita es una imagen femenina con una conno-
tación sensual y afectiva. Nacida de la espuma del mar, diosa de
la belleza y del amor, expresa la energía de afinidad tanto hacia el
macrocosmos del universo como hacia el microcosmos humano.
La energía del amor representada por Venus es la que atrae a un
cuerpo a combinarse con otro, una sustancia con otra, para dar
vida a todas las manifestaciones transformadoras de la naturaleza
Fisiológicamente está asociada a la belleza y a la sensualidad fe-
menina, a los ovarios, a la circulación venosa, a la piel femenina, a
la duplicación celular y a la fertilidad. Controla el proceso de con-
servación del cuerpo, la hidratación, el cutis, el rostro, el pecho, el
abdomen y los riñones.
«Si no existieran las esencias del alma que caracterizan las in-
fluencias de Venus, no existirían los instintos que empujan a los
hombres y a los animales a propagar su propia especie».
(Paracelso.)
Las plantas venusianas son calmantes, depurativas, diuréticas, refrescantes, antiinfl amatorias.
Actúan sobre la esfera emotiva, sobre el encanto personal, sobre la capacidad de contacto afectivo
con el mundo exterior, tanto en forma de calor en los sentimientos como en la sensibilidad para
percibir la belleza y la alegría. Estimulan el temperamento artístico-creativo.
Marte
Es dinámico y agresivo el planeta de fuego y hierro, símbolo de la energía vital y la acción finali-
zada, del esfuerzo que sostiene el acto volitivo.
Fisiológicamente representa las defensas del cuerpo, entendidas como barreras mecánicas y bio-
químicas contra el ataque de los distintos microorganismos y como reacciones de inflamaciones y
de fiebre que queman las toxinas en el cuerpo y lo purifican; Marte es además la energía muscular,
la agresividad, el instinto sexual con características típicamen-
te masculinas; y la sangre. Interviene en la absorción del hierro
contenido en los alimentos por parte de la sangre (metal que con-
trola) y en la fijación de los glóbulos rojos en la formación de la
hemoglobina.
En 1500, Paracelso sin poder conocer la composición bioquímica
de la sangre y de la hemoglobina, escribió:
JUPITER
Este planeta obtiene su nombre del padre del Olimpo de los
dioses griegos, Zeus, Júpiter para los romanos. Es el padre de
la Luz, fuente de vida, sus instrumentos son el rayo y el trueno,
símbolos. de su potencia y del sentido de justicia. Sus atributos
simbólicos son la expansión y el carácter sagrado. En su lucha
contra los Cíclopes se manifiesta la sangrienta y la eterna con-
tienda entre el Cielo y la Tierra, en la que Júpiter representa la
Luz que vence a las Tinieblas. Por otra parte, Júpiter simboliza
también los placeres y la opulencia y el bienestar, convinién-
dose en la expresión de vital fecundidad y estabilidad.
Las plantas de Júpiter son antiespasmódicas, balsámicas, calmantes, pero también tonificantes,
emolientes, antiinflamatorias y reguladoras del metabolismo.
Saturno
Entre las plantas saturninas se encuentran la totalidad de las plantas funerarias, las plantas negras,
como decían los romanos para indicar un estado subliminal escondido, el «reino del más allá»,
donde tiene que acudir quien quiera transformarse, desde la muerte y al renacimiento; las plantas
perennes que simbolizan la inmortalidad, de madera incorruptible. Saturno es frío, ascético, astrin-
gente, austero, coagulante, cristalizador, constante, limitador, estabilizador del equilibrio cuando
está ausente (en este sentido es correctivo, castigador y redentor).
Las plantas saturninas son astringentes, antiflogísticas, refrescantes, sedantes, coagulantes, cica-
trizantes y antifebriIes Actúan en la psique puesto que devuelven las funciones sentimentales frente
a las del pensamiento racional, para construir una serenidad basada en la renuncia de lo que se ha
vuelto insuficiente y una fijación sobre lo esencial.