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Entevista A Ex Combatientes

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Alumnos de .......

año relatarán lo vivenciado por ex combatientes de


Malvinas
Entrevista
Las historias se han sucedido. Hay infinidad de libros que detallan a la perfección día a día
los pormenores de cada incursión.
Pero en esta oportunidad, un reducido grupo de soldados ex combatientes relatarán sus
sensaciones y vivencias con el único propósito de recordarnos que esta historia sigue aún
vigente. Que esta historia aún no ha concluído. Y que a 32 años de finalizado el conflicto,
hay asignaturas pendientes hacia quienes con gallardía, ofrendaron sus vidas en pos de un
ideal.
Contarán parte de lo vivido ex combatiente que estuvieron en Malvinas:

Dilemas y emociones
¿Qué inquietudes o sensaciones les acontecieron cuando supieron que estaban a punto de
ser partícipes de un conflicto armado?

-T.E.- La inquietud se fundamentaba en no saber las dimensiones del conflicto y


paradójicamente, nos invadía un orgullo como Argentinos, de haber sido favorecidos para
defender nuestra soberanía.

-A.R.- Yo me enteré el 2 de abril por la noche que nuestro país había recuperado
militarmente las Islas Malvinas. La primer reacción fue de regocijo, sin embargo, dicha
alegría duró poco porque al otro día recibimos la orden de tomar posesión de las Islas
Georgias.

¿Estaban ustedes y sus camaradas preparados psicológica y técnicamente para enfrentar


ese desafío?

-M.F.- Para ser objetivos, pensamos que nadie estaba realmente preparado para ello. No
éramos soldados profesionales ni contábamos con los elementos básicos y adecuados para
enfrentar un conflicto de esa envergadura.

¿Cómo fue la convivencia entre soldados y superiores?

-L.B.- La convivencia entre soldados fue buena, a tal punto, que luego del conflicto, y
promesa mediante (si volvíamos con vida), decidimos ir juntos de vacaciones. Asimismo, la
relación con los superiores fue excelente.

¿Tenían noción de tácticas y estrategias o todo se desarrollaba en un marco de


desconcierto?

- Considerando la potencia a la cual nos enfrentábamos, nuestro entrenamiento era muy


limitado. No llegaba a tener apenas un mínimo grado de profesionalismo. Todo se basaba
en prácticas de tiro esporádicas, marchas, etc. Más bien, estábamos a la expectativa de las
órdenes a recibir de parte de nuestros superiores. pero en todos los casos esa falta de
idoneidad se suplió con temperamento y tenacidad.
¿Qué miedos y ansiedades los invadían?

- En un principio no teníamos noción de lo que estaba sucediendo, de la realidad, pero a


medida que avanzaban los días y se acrecentaba el tenor de la guerra, aparecieron los
miedos. Miedo a morir, miedo a ser herido, miedo a perder a camaradas y a que ya nada
fuera igual.

Coraje, valor y el doloroso momento del retorno

¿Fueron testigos de actos temerarios o de algún hecho que los haya conmovido?

Recuerdo que cuando estábamos replegando del combate, escuché los gritos de un
compañero que había sido herido. Allí tuve la plena convicción de acudir en su ayuda. Al ir a
su rescate, fui herido en las piernas y la cabeza. Jamás me arrepentí de haber hecho lo que
hice. Porque si bien pude morir tratando de rescatarlo, hoy puedo decir que ambos
estamos vivos. Nunca hubiera estado en paz con mi conciencia de no haber sido así.

¿El deponer las armas y ver arriar nuestro pabellón qué sentimiento te sugiere ________?

-Básicamente un sentimiento de frustración, de impotencia y mucha bronca por no haber


podido alcanzar el objetivo que era mantener, nuestra bandera flameando en las islas.

¿Cuál fue la experiencia de volver a casa, al continente y a su gente?

-L.B.- Alivio... Placer por volver a estar con mis seres queridos y con la idea de retomar la
vida que llevábamos antes.

-A.R.- En un principio fue dura la inserción en la sociedad, y con el tiempo, el recuerdo de


los hechos se fue acrecentando hasta que en el mayor de los casos terminó siendo una
pesadilla para muchos.

A tal punto nos sentimos heridos interiormente, que no podríamos soportar sonidos
relacionados con helicópteros, aviones, explosión de cohetes, etc.

El fantasma de la postergación y la lucha por derechos adquiridos.

¿Ustedes consideran que a 32 años del comienzo del conflicto de Malvinas aún se los
discrimina por ex combatientes?

- ¡Sin duda!, -es la opinión general-. La discriminación se percibe cuando por ejemplo, se
recurre a solicitar empleo. Muchas veces hay que ocultar el hecho de ser ex combatientes
para acceder al mismo.
¿Por qué creen que sucede esto?

-M.F.- Cuando regresamos al continente fuimos condecorados, recibidos como héroes,


felicitados por casi todos. Luego, con el paso de los años, Malvinas pasó al olvido de
muchos convirtiéndonos en un tabú hablar del tema. Quizás una gran parte de los
empleadores de este país piensan de esta manera. Y al enterarse que somos ex
combatientes opten por una persona que no haya pasado por un momento tan traumático
en su vida.

Volviendo al tema de los miedos..., consideraríamos que ellos también tienen miedos que
no pueden superar.

¿Cuáles son los derechos que reclaman?

-J.P.- En primer lugar, la falta de una atención médica idónea para veteranos de guerra y
ayuda a los familiares de los caídos en combate. La instrumentación de medidas
"concretas" para facilitar el libre acceso a las fuentes de trabajo, vivienda y educación.

Fomentar un sentimiento patriótico reivindicando Malvinas como una causa Nacional.

¿Aceptarían volver a Malvinas con pasaporte?

-L.B.- ¡Jamás! Porque nuestra propia Constitución señala que podemos transitar libremente
en nuestro territorio Nacional, y Malvinas..., es nuestro Territorio.

A partir de este año, por Ley Nº.25.370 publicada en Boletín Oficial de la República
Argentina Nº29.551 del 21/12/2000, todos los 2 de abril, se recuerda el día del Veterano y
los Caídos en la guerra de Malvinas.

Con todo, no percibo aún, que gran parte de la sociedad Argentina haya tomado conciencia
de esto. Lo cual, sería muy grato para quienes enfrentaron balas enemigas. En recuerdo
hacia aquellos jóvenes soldados que no regresaron, y para todos los familiares y amigos de
los ex combatientes, que el 2 de abril sea un día de blancas y celestes escarapelas, de
balcones engalanados con banderas Nacionales. Un día en donde cada habitante de
nuestro suelo levante su voz ante el son de nuestro Himno Patrio.

Un día de sueños y esperanzas. El sueño y la esperanza de que Malvinas sea tierra de


libertad para cada habitante de nuestro suelo. Sea tierra de fervor y de concordia.

Sea en definitiva..., un lugar en donde sin concesiones podamos transitar por sus calles y
darles a nuestros camaradas, amigos e hijos eternos el galardón merecido. Nuestra ofrenda
pendiente. El homenaje que sólo se tributa a los valientes.

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