Tips Oratoria
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Exponer en público no es una tarea fácil, ya que la mayoría de las personas tienen miedo a
equivocarse y eso les provoca nerviosismo y tensión. Para realizar una exposición es
necesario estar calmado, tener carisma, destrezas comunicativas y conocimientos sobre la
materia. Todo esto se va mejorando con el tiempo a medida que se va practicando.
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Una exposición oral consiste en hacer una ponencia sobre un tema del que previamente
se ha investigado. Para que todo salga bien y estés contento con el resultado hace
falta prepararla muy bien. Si deseas comunicar algo tienes que estar muy seguro de lo
que hablas y ser contundente en tus palabras para que calen en los oyentes.
Aprender a comunicar es un proceso lento y que requiere invertir mucho tiempo en ello si
se desea mejorar. Hay que ser consciente de esta situación y no frustrarse si al principio
las cosas no salen como queremos. A continuación, te vamos a dar una serie de consejos
para que puedas enfrentarte a tus miedos cuando tengas que hablar en público.
Prepara tus exposiciones una semana antes. Es muy importante que dediques
una parte del día a preparar todo lo que vas a decir. Organiza tu tiempo para que
poco a poco vayas adquiriendo más seguridad y confianza en ti mismo. De esta
forma, el aprendizaje de la exposición costará menos esfuerzo y todo será más
fluido. Llegar con la ventaja de saber lo que vas a decir te permitirá dejar a un lado
los nervios y estar más motivado para exponer.
Infórmate bien acerca del tema que vas a exponer. Es fundamental que te
informes de todo lo que vas a hablar antes de montar el guion. Dibuja un esquema
con las palabras clave en el centro y a partir de ahí desarrolla el contenido de cada
una de ellas.
Fija la idea central y elabora tu discurso entorno a ella. Hay que tener muy claro
cual es el tema sobre el que queremos hablar y para ello hay que saber cual es la
idea sobre la que se van a ir desarrollando los subapartados. Es importante exponer
la idea principal los primeros dos o tres minutos. De esta forma el público sabe
desde el principio de lo que se va a hablar.
Elabora una introducción llamativa. Los primeros minutos de exposición son
cruciales, ya que estos son los que determinarán si el tema sobre el que se va a
hablar es importante para los oyentes o no. Resulta muy interesante empezar con
una pequeña historia que enganche al público.
Lee tu discurso en alto. Una vez terminado, tienes que repasar la presentación en
voz alta. Así, te darás cuenta de los errores que cometes y podrás rectificarlos.
Practica delante de algún familiar o amigo que te pueda aconsejar, incluso delante
de un espejo.
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