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Biografia de Simon Bolivar Ricardo Vilchez Seccion 13

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RAFAEL MARÍA BARALT”
PERIODO: III – 2021 - TRAYECTO INICIAL
ASIGNATURA: REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Biografía de
Simón Bolívar

Profesor: Elaborado por:

Javier Delgado Ricardo Vílchez - 26.639.216

Sección: “13”

San Francisco, 24 de noviembre del 2021


Simón Bolívar
(24/07/1783 – 17/12/1830)

"Juro por Dios, juro por mis padres


y juro por mi honor que no descansaré
mientras viva hasta que haya
liberado a mi patria".

Nacimiento y Familia

El futuro libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar


y Palacios, nace el 24 de Julio de 1783 en su mansión familiar de la
plaza de San Jacinto en la ciudad de Caracas, es el cuarto hijo de una de
las familias más acaudaladas, su fortuna alcanzaba para la época más
de 8 millones de dólares.

Debido a que su madre estaba muy delicada de salud, la tarea de


amamantarlo correspondió a dos nobles esclavas negras, Matea e
Hipólita, a quienes el Libertador recordó siempre con cariño.

A los 3 años de edad, muere su padre, Juan Vicente Bolívar, Coronel


del ejército español, 6 años después pierde a su madre, María de la
Concepción Palacios y Blanco, Bolívar quedó huérfano a los nueve años
de edad.

Entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas discurrió la infancia y


parte de la adolescencia del joven Simón, desde temprana edad
comenzó a dar muestras de su carácter recio e indoblegable.
Formación y Estudios

Habiendo muerto su abuelo Don Feliciano Palacio su tutoría quedó a


cargo de sus tíos Esteban y Carlos Palacio, con quienes no se entendía
muy bien, con solo 12 años huye de sus tutores y término interno en casa
del maestro Simón Rodríguez.

Simón Rodríguez, declarado partidario de la independencia de España,


resultara un personaje clave en su formación, pues primero que nadie,
descubrió en Bolívar sus excepcionales cualidades.

Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez

“Usted maestro mío, cuánto debe haberme contemplado de cerca,


aunque colocado a tan remota distancia, con qué avidez habrá seguido
usted mis pasos dirigidos muy anticipadamente por usted mismo. Usted
formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo
hermoso. Yo he seguido por el sendero que usted me señaló. Usted fue
mi piloto”, expresó Bolívar.
Además de Simón Rodríguez, quien es un paradigma de la educación
latinoamericana, precursor de la temprana estimulación de la inteligencia
y del método de enseñanza para el trabajo, Bolívar contó entre sus
maestros a Andrés Bello, el joven filólogo dramático y codificador, mayor
que el alumno solo dos años, llamado a ser por su parte el humanista
más influyente de chile.

Andrés de Jesús María y Bello López

A comienzos de 1799, Simón Bolívar viajó a España. En Madrid, bajo la


dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectoría moral e
intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, se entregó con pasión al
estudio. Recibió allí la educación propia de un gentil hombre que se
destinaba al mundo y al ejercicio de las armas: amplió sus conocimientos
de historia, de literatura clásica y moderna, y de matemáticas, inició el
estudio del francés, y aprendió también la esgrima y el baile, haciendo en
todos rápidos progresos.

La frecuentación de tertulias y salones pulió su espíritu, enriqueció su


idioma, y le dio mayor aplomo.
La Estancia en Europa

A los 20 años, bolívar es por primera vez un hombre feliz. En Madrid, a


pesar de seguir sus estudios, el ambiente de la ciudad le seducía:
frecuentaba los salones de lectura, baile y tertulia, y observaba
maravillado la corte del reino desde los jardines de Aranjuez. Vestía de
soldado en esos tiempos en los cuales España comenzaba a hablar de
Napoleón, y así visitaba al marqués de Ustáriz, hombre culto con quien
compartía largas tardes de conversación.

En una de ellas conoció a María Teresa Rodríguez del Toro, con quien
se casaría el 26 de mayo de 1802 en la capilla de San José, en el palacio
del duque de Frías.

María Teresa Josefa Antonia Joaquina Rodríguez del Toro Alayza

Dos semanas después de casado, regresa a Caracas, donde monta un


fondo de comercio, y ya lo han ascendido a Teniente en el ejercito de su
majestad, pero en uno de los insondables giros del destino la tragedia
nuevamente lo alcanza y el 22 de enero de 1803 su amada esposa
muere de fiebre amarilla y el Teniente Español Bolívar, viaja de nuevo
hacia Europa. Mas nunca volvió a casarse.
Luego del fallecimiento de su esposa, en 1803, junto a su amigo
Fernando Toro, y frente a su maestro Simón Rodríguez, juró el 15 de
agosto en la colina de Monte Sacro, para consagrar su vida a la
liberación del continente latinoamericano.

"¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro
por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni
reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por
voluntad del poder español!".

La Gestación de un Ideal

La revolución francesa le ha mostrado el potencial de cambio de los


pueblos en ebullición, y ya con una mentalidad crítica hacia la
dominación española, Bolívar, visita a Estados Unidos, la joven nación
que poco atrás obtuviera su independencia de Inglaterra. Las
conquistas de Napoleón alcanzan directamente a Latinoamérica y
Venezuela, la monarquía de Madrid es desplazada y un hermano del
emperador, José Bonaparte, ocupa el Reino de España.
Tras una corta estancia en Estados Unidos, Bolívar regresó a
mediados de 1807 a Caracas, donde hubo de retomar sus antiguas
ocupaciones de hacendado.

Es el histórico año de 1810, el 19 de abril, tras la renuncia del Capitán


General Español Vicente Emparan, se constituye en Caracas, una junta
que asume temporalmente el Gobierno de la capitanía y envía a Bolívar
con Andrés Bello y López Méndez para gestionar el apoyo de Inglaterra.

Allá en Londres, Bolívar busca al venezolano más famoso de la época,


Francisco de Miranda, héroe de la Revolución Francesa, General de la
Independencia Norteamericana y lo emplaza para que venga a dirigir la
liberación de su país de origen.

Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez Espinoza

Bolívar regresó a Caracas, Miranda no tardaría en seguirlo, casi nadie


lo conocía, pero Bolívar, convencido de la utilidad de Miranda para la
empresa que se iniciaba, lo introdujo en la Sociedad Patriótica de
Agricultura y Economía, creada en agosto de 1810.
La independencia de Venezuela

Partidarios a ultranza de proclamar una independencia absoluta para


Venezuela, Bolívar y Miranda instaron a los miembros de la Sociedad
Patriótica a pronunciarse en ese sentido ante el Congreso Constituyente
de Venezuela, reunido el 2 de marzo de 1811. Fue a propósito de ello
que Bolívar dictó su primer discurso memorable: "Pongamos sin temor la
piedra fundamental de la libertad suramericana. Vacilar es perdernos". El
5 de julio de 1811, el Congreso Constituyente declaró la independencia y
se aprobó la Constitución Federal para los estados de Venezuela.

5 de Julio de 1811: “Firma del Acta de la Independencia”

La primera República se perdió como consecuencia de las diferencias


de criterios entre los criollos, de los resentimientos entre castas y clases
sociales, y de las incursiones de Domingo Monteverde (capitán de
fragata del ejército realista) en Coro, Siquisique, Carora, Trujillo,
Barquisimeto, Valencia y, finalmente, Caracas. Estaba claro que una
guerra civil iba a desatarse de inmediato, pues la empresa en cuestión
era todo menos monolítica.
A pesar de su excelente labor política y militar en defensa del castillo,
todo fue inútil; las fuerzas del otro bando eran superiores, y a ello se le
sumaba la ruina causada por los terremotos ocurridos en marzo de 1812.

El 25 de julio se produjo la capitulación del generalísimo Francisco de


Miranda; si bien era necesaria en su opinión, Miranda no había
consultado a sus compañeros, y la rendición llenó de ira a Bolívar, quien,
al enterarse de los planes de Miranda de abandonar el territorio, participó
en su arresto en el puerto de La Guaira: "Yo no lo arresté para servir al
rey, sino para castigar a un traidor".

Bolívar libró unas cuantas batallas, incluso desobedeciendo órdenes, y


bajo el mismo procedimiento inició su arremetida hacia Venezuela. En
mayo de 1813 emprendió la «Campaña Admirable», gesta que consistió
en la reconquista de los territorios del occidente del país hasta entrar
triunfalmente en Caracas en agosto del mismo año. A su paso por Mérida
le llamaron «el Libertador», y con ese título fue ratificado por la
municipalidad de Caracas, que lo nombró, además, capitán general de
los ejércitos de Venezuela. Pero la Segunda República iba a ser, en
esencia, tan efímera como la primera.

Bolívar en la Batalla de Araure (5 de diciembre de 1813)


Estaba claro que la naturaleza de la guerra era cambiante, lo cual no
tardaría en demostrarse nuevamente. La astucia con la cual Bolívar
intentó polarizar los bandos a través del Decreto de guerra a muerte de
1813:

"Españoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis


activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida,
aun cuando seáis culpables.”

La furia de los ejércitos realistas, al mando del español José Tomás


Boves, forzó a los patriotas a abandonar Caracas en julio de 1814. La
República caía nuevamente.

Había que repensar la situación. Después de un corto pero victorioso


tránsito por la Nueva Granada (dirigió las tropas que ocuparon Santafé
de Bogotá, sellando así la adhesión de Cundinamarca a las Provincias
Unidas de Nueva Granada), Bolívar marchó hacia Jamaica en mayo de
1815. En Kingston se dedicó a divulgar, a través de una copiosa
correspondencia con personalidades de todo el mundo, el propósito de la
guerra que se estaba librando en el territorio de la América meridional.
Hasta entonces, el mundo sólo conocía la versión de los realistas.

De estos documentos divulgativos, el más famoso es la Carta de


Jamaica. En ella reproduce el panorama de todas las luchas que se
llevaban a cabo simultáneamente en América, especula acerca del futuro
del territorio y adelanta la idea de la unión colombiana. Y es que la
escritura fue un capítulo importante en la vida de Bolívar. Puede decirse
que el poder que ejercía su pluma le garantizó gran parte de sus triunfos.
Revolucionó el estilo de la prosa haciendo de su letra el reflejo vivo de
sus pasiones, pensamientos y acciones. Sus amanuenses y secretarios
convenían en que los dictados del Libertador "tenían ganada la imprenta
sin un soplo de corrección". Al mismo tiempo, desde el despacho de
Jamaica, Bolívar preparaba la nueva estrategia para Venezuela.
La Gran Colombia

La reconquista de Venezuela tardaría seis años en conseguirse. Las


expediciones se iniciaron en la isla Margarita y continuaron su escalada
por el oriente en dirección hacia Guayana. La batalla de San Félix (1817)
dio a los independentistas la región de Guayana y la navegación por el
Orinoco. En 1819, Bolívar emprendió la Campaña de los Andes, y, tras
derrotar a los realistas en la batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819),
obtuvo el control de las Provincias Unidas de Nueva Granada (la actual
Colombia), que habían caído en manos de los españoles en 1816.

En febrero de 1819 convocó el Congreso de Angostura, ante el que


pronunció un célebre discurso en el cual instaba a los representantes a
promulgar una constitución centralista que había de ser el fundamento
jurídico de la soñada República de la Gran Colombia. Presidida por el
mismo Bolívar, la «Gran Colombia» quedó constituida ese mismo año, y
agrupaba por el momento los territorios de las actuales Venezuela y
Colombia. Finalmente, la victoria en la batalla de Carabobo (24 de junio
de 1821) selló definitivamente la independencia de Venezuela y
Colombia.

24 de junio de 1821: “Batalla de Carabobo”


El sur se encontraba en la mira de la Gran Colombia, es decir, de
Bolívar. La liberación y adhesión de las provincias de Quito y Guayaquil
(el actual Ecuador) resultaba fundamental para consolidar y mantener la
hegemonía en el continente de la recién creada República. Ello fue
logrado, desde el punto de vista militar, en la batalla de Pichincha (1822),
y desde el punto de vista político, por las negociaciones adelantadas
por Antonio José de Sucre y Simón Bolívar, gracias a las cuales la región
aceptó integrarse en la Gran Colombia una vez liberada.

El proceso de emancipación de Latinoamérica terminaría en Perú dos


años después. El valor estratégico que tenía la conquista y liberación de
este territorio por parte del ejército libertador era vital: en tanto que
verdadero centro neurálgico del poderío español, la caída del Virreinato
del Perú significaría la salida definitiva de los españoles del territorio
americano. Tal victoria supondría, además, el triunfo de la ideología
bolivariana republicana sobre la propuesta de construir monarquías en
los territorios del sur, defendida por la oligarquía peruana y secundada,
aparentemente, por otro gran caudillo de la independencia
americana: José de San Martín.

En una inolvidable gesta que incluyó la travesía de los Andes desde


Argentina, San Martín había liberado Chile en 1817; desde allí, al frente
de un nutrido ejército que trasladó por mar, desembarcó en Perú, ocupó
Lima en 1821 y proclamó la independencia. Pero apenas un año
después, las disensiones internas y el hostigamiento de los realistas, que
controlaban de hecho la mayor parte del territorio, habían debilitado
sensiblemente su posición. Ambos libertadores se reunieron en
Guayaquil en julio de 1822 con el fin de tratar éste y otros asuntos
relativos a la guerra. Nunca se supo de qué hablaron Simón Bolívar y
José de San Martín, pero el curso de los acontecimientos brinda la
evidencia de un profundo desacuerdo; poco después, San Martín
renunció a su cargo de Protector del Perú y regresó a Chile.
La definitiva liberación del Perú quedó así en manos de Bolívar. Apenas
dos años después, tras hacerse cargo en persona de los preparativos,
las batallas de Junín y de Ayacucho (agosto y diciembre de 1824)
acabaron con la resistencia realista: la caída del Virreinato del Perú ponía
fin a tres siglos de dominación española. En el Alto Perú, liberado en los
primeros meses de 1825, se constituyó la actual República de Bolivia,
presidida por su lugarteniente Antonio José de Sucre. Culminadas así
todas las operaciones militares, Bolívar regresó a rendir cuentas al
Congreso colombiano.

Bajo su impulso medio continente había alcanzado la independencia,


pero, pese a haber reflexionado largamente sobre la forma de gobierno
que convenía a los territorios americanos, ni la fortuna ni la clarividencia
le acompañarían en su acción política.
Bolívar abogó en todo momento por la edificación de un Estado
centralista que lograra cohesionar aquello que, en virtud de una
heterogeneidad racial, cultural y geográfica de la que era muy
consciente, no resistía la perfección de una federación; pronto se puso
de manifiesto, sin embargo, que el proyecto de mantener unidas en
confederación a las nuevas naciones era una quimera.

Separación de La Gran Colombia

Si bien logró todavía aplacar la sublevación de la Cosiata (1826),


Bolívar intentó luego evitar la desmembración de la Gran Colombia
invistiéndose de poderes dictatoriales (1828), lo que sólo sirvió como
pretexto para que, el 25 de septiembre del mismo año, se perpetrase un
atentado fallido contra su persona que minó profundamente su moral.

Todo era inútil, el general victorioso en las luchas por la libertad de las
naciones se veía vencido en aquella nueva etapa de lucha para la
verdadera construcción de las mismas. El 27 de abril de 1830, Bolívar
presentó su renuncia ante el que sería el último Congreso de la Gran
Colombia. Las pugnas caudillistas y nacionalistas desbarataron toda
posible conciliación y condujeron a la separación de Venezuela y
Ecuador.

Muerte de Simón Bolívar

La historia oficial relata que luego de su renuncia y de recibir la noticia


del asesinato de Sucre, solo y desengañado, Bolívar había decidido
dirigirse a Europa. Llegó a Santa Marta en estado de postración el 1 de
diciembre de 1830, tras una penosa travesía por el río Magdalena desde
Bogotá.
A pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a
los pocos días, razón por la cual aceptó la invitación del español Joaquín
de Mier y Benítez y fue trasladado a la Quinta de San Pedro Alejandrino,
al suroccidente de Santa Marta, donde llegó el 6 de diciembre.

Momentos de lucidez le permitieron dictar su testamento y su Última


proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamaba porque su
muerte, por lo menos, permitiera la consolidación de la unión y la
desaparición de los partidos.

Finalmente, Simón Bolívar fallece de tuberculosis el 17 de diciembre de


1830, a los 47 años de edad. «A la una y tres minutos de la tarde murió
el sol de Colombia», según rezó el comunicado oficial.

Muerte de Simón Bolívar, por Antonio Herrera Toro.

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