Caso Faride Herrera y Otros Contra Colombia
Caso Faride Herrera y Otros Contra Colombia
Caso Faride Herrera y Otros Contra Colombia
CASO 11.531
FARIDE HERRERA JAIME, OSCAR IVÁN ANDRADE SALCEDO, ASTRID LEONOR ÁLVAREZ JAIME,
GLORIA BEATRIZ ÁLVAREZ JAIME Y JUAN FELIPE RUA ALVAREZ
COLOMBIA
9 de marzo de 1999
I. RESUMEN
3. El 30 de agosto de 1995 la Comisión abrió el caso 11.531 y procedió a transmitir las partes
pertinentes de la denuncia al Estado con un plazo de 90 días para presentar su respuesta. El
Estado presentó su respuesta el 9 de mayo de 1996. El peticionario presentó observaciones el
19 de junio de 1996. El Estado volvió a presentar observaciones el 5 de diciembre de 1996,
tras la concesión de dos prórrogas, y el peticionario presentó su respuesta el 30 de enero de
1997.
5. El Comité de Trabajo fue creado con el mandato de: a) estudiar y recomendar las fórmulas
o medidas para atender la reparación integral de las víctimas y de sus familiares a que
hubiere lugar; b) estudiar y recomendar las posibles salidas jurídicas que permitan superar las
dificultades que hayan tenido las víctimas y sus familiares con ocasión de las investigaciones
penales y disciplinarias adelantadas por estos hechos; c) presentar un informe final de su
actuación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
7. Durante su 97° período ordinario de sesiones la Comisión celebró una audiencia sobre el
avance del proceso de solución amistosa. Las partes informaron que las víctimas y sus
familiares estaban en proceso de recibir las correspondientes indemnizaciones por los daños
sufridos. Finalmente, el 27 de mayo de 1998 las partes suscribieron el acuerdo de solución
amistosa.
9. Las alegaciones de hecho del peticionario señalan que el 13 de abril de 1992 Oscar Iván
Andrade Salcedo (30) de profesión abogado, se dirigía en su vehículo Toyota Samurai, color
verde, de placas SCK-297, con destino al municipio de Ocaña. Lo acompañaban Astrid Leonor
Álvarez (30), Faride Herrera, también abogada, Gloria Beatriz Álvarez (19) y Juan Felipe Rua
Álvarez (9), con el objeto de pasar juntos la Semana Santa. En horas de la mañana, al pasar
por el lugar conocido como "Alto del Pozo", sin que mediara señal para que se detuvieran o
advertencia alguna, fueron atacados con granadas y tiros de fusil por una patrulla de
contraguerrilla integrada por miembros de la Policía Nacional y del Cuerpo Élite de esa misma
institución que se encontraba emboscada en el lugar. La motivación del ataque habría sido la
existencia de información conforme a la cual integrantes de un grupo guerrillero habrían
estado desplazándose por la zona en un vehículo de igual marca pero de color azul. Estos
hechos fueron reconocidos como ciertos por el Estado en el acuerdo de solución amistosa.
10. Como consecuencia del ataque fallecieron Oscar Iván Andrade Salcedo y Faride Herrera.
Esta última falleció el 4 de junio a causa de las heridas recibidas. Astrid Leonor Álvarez Jaime,
Gloria Beatriz Alvarez Jaime y el niño Juan Felipe Rua Alvarez sufrieron lesiones. Los
miembros de la Policía Nacional que protagonizaron el incidente recogieron a las víctimas y las
llevaron al Hospital de Ocaña. Sin embargo, decidieron ocultar los hechos y no reportarlos
ante el Comando de Policía. Tras la denuncia formulada por la familia de Faride Herrera, la
Fiscalía Primera Especializada de Cúcuta abrió la investigación correspondiente, donde se
vinculó a cinco miembros de la Policía Nacional en el ataque.
11. El Comité de Trabajo concluyó que tanto la falta de actividad del ministerio público --
representado en este caso por la Procuraduría General de la Nación --como las actuaciones
abiertamente dilatorias de la Policía Nacional, obstaculizaron el esclarecimiento de los hechos
por la justicia ordinaria y contribuyeron a la manipulación y destrucción de importantes
elementos probatorios. Entre esta manipulación se cuenta la necropsia del cuerpo de Oscar
Iván Andrade Salcedo, que fue llevada a cabo en forma negligente.
13. Los vocales del primer Consejo de Guerra, celebrado en Bogotá en mayo de 1994,
profirieron veredicto absolutorio de los acusados. El Presidente del Consejo declaró
contraevidente el veredicto y el Tribunal Superior declaró fundada dicha declaratoria, con lo
cual se convocó un segundo Consejo de Guerra que deliberó en diciembre de ese mismo año.
Los vocales del Consejo --oficiales de la Policía Nacional-- volvieron a dictar veredicto
absolutorio.
14. El Comité de Trabajo concluyó que la justicia penal militar no obró con la independencia e
imparcialidad que se demanda en la Constitución Política y en los instrumentos
internacionales, y que no fue eficaz para la realización de la justicia. Concretamente, señaló
que figuras jurídicas contempladas en la normativa penal militar, tales como la imperatividad
del segundo veredicto de los vocales en los consejos de guerra y la exclusión de la parte civil,
constituyeron un obstáculo para alcanzar la justicia. Como ejemplo, corresponde citar la
sentencia del Tribunal Superior Militar en la cual se señaló:
[este Tribunal] no puede adoptar otra decisión que la de impartirle confirmación al fallo que exonera de toda responsabilidad
a los policiales justiciables, sin importar desafortunadamente, que las pruebas que se incorporaron al plenario durante la
etapa instructiva, hagan demostración contraria. [..] La sentencia absolutoria será causa de confirmación, pero porque así lo
ordena la ley, no porque al abrigo de las probanzas allegadas se haya demostrado la inocencia o no responsabilidad de los
encausados.
El Código Penal Militar estipula en su artículo 680 que el segundo veredicto absolutorio debe
ser acatado en forma obligatoria a pesar de ser contraevidente, vale decir, que no responda a
la realidad procesal. En este caso, los Vocales del Consejo Verbal de Guerra profirieron
veredicto absolutorio en dos oportunidades. Consecuentemente, los miembros de la Policía
Nacional responsables por el fallecimiento de las víctimas fueron absueltos contra la evidencia
de las pruebas recaudadas en el expediente del caso.
15. El 27 de mayo de 1998 los representantes del Estado y los peticionarios suscribieron el
acuerdo de solución amistosa. El documento establece, textualmente, los siguientes
reconocimientos y obligaciones:
1. El Estado expresa su sentimiento de pesar y solidaridad a los familiares de las víctimas y manifiesta su voz de censura y
rechazo en relación con actuaciones de este tipo.
El Gobierno se compromete en un término no superior a dos (2) meses contados desde la firma del presente documento, a
celebrar un acto público de desagravio, con la presencia del Presidente de la República, las víctimas, sus familiares y sus
representantes, en el cual se le exprese a las víctimas y a sus familiares el reconocimiento de responsabilidad estatal en los
hechos.
2. El Estado Colombiano acordará con los familiares y sus representantes, en un plazo no superior a dos (2) meses, contados
desde la firma del presente documento, el mecanismo adecuado de recuperación de la memoria de las víctimas de los hechos
denunciados.
3. Teniendo en cuenta la obligación del Estado colombiano adquirida conforme a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante la Convención), de investigar, juzgar sancionar y reparar a las víctimas y a sus familiares, y la no
procedencia de alegar razones internas para eludir el cumplimiento de sus obligaciones internacionales, el Gobierno de
Colombia se compromete a continuar estudiando los mecanismos internos que conforme al ordenamiento vigente le permitan
satisfacer los derechos de las víctimas en materia de derecho a las justicia (artículos 8 y 25 de la Convención) y a informar a
los peticionarios y a la CIDH.
En tal sentido, el Gobierno se compromete a informar a los peticionarios y a la CIDH acerca del resultado del estudio que
sobre la viabilidad de ejercitar la acción de revisión adelantan los organismos competentes.
4. El Gobierno de Colombia asume el compromiso de observar, adoptar y materializar cada una de las recomendaciones
contenidas en el informe a que se ha venido haciendo referencia, en particular, la relacionada con la desvinculación de los
agentes del Estado comprometidos en graves violaciones de los derechos humanos, disponiendo que las personas vinculadas
a los hechos materia de cada uno de los dos casos a los que hace alusión el informe, si aun continúan vinculados a la Fuerza
Pública, sean llamados a calificar servicios o sean separados del servicio, conforme a las facultades constitucionales y legales
que le competen al Ejecutivo.
Debe entenderse el compromiso que adquiere el Gobierno en la implementación de las recomendaciones como "..una
obligación de medio o comportamiento que no es incumplida por el sólo hecho de que [..] no produzca un resultado
satisfactorio. Sin embargo, debe emprenderse con seriedad y no como una simple formalidad condenada de antemano a ser
infructuosa."(Corte I.D.H Caso Godínez Cruz, Sentencia del 20 de enero de 1989, Serie C No.5, párrafo 188)
5. El Gobierno de Colombia mantendrá informados a los peticionarios, sin perjuicio de lo previsto en el punto siguiente, sobre
el cumplimiento de los anteriores compromisos.
6. El Gobierno de Colombia y los peticionarios se comprometen a presentar en cada una de las sesiones ordinarias de la
CIDH, un informe detallado sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos. La CIDH determinará hasta cuando
subsiste tal obligación.
16. La Comisión expresa su satisfacción con los términos de este acuerdo --que fuera
oportunamente refrendado por el Profesor Robert K. Goldman, miembro de la CIDH y relator
para Colombia, y el Embajador Jorge Taiana, Secretario Ejecutivo de la CIDH-- y manifiesta su
sincero aprecio a las partes por sus esfuerzos en colaborar con la Comisión en la tarea de
arribar a una solución basada en el objeto y fin de la Convención Americana.
17. La parte dispositiva del acuerdo, transcrita más arriba, hace referencia a las
recomendaciones del Comité de Trabajo. Estas recomendaciones fueron plasmadas en el
Informe presentado a la Comisión en su 96° período de sesiones, considerado como parte del
acuerdo de solución amistosa. El contenido de las recomendaciones se detalla a continuación.
18. Las recomendaciones generales emitidas por el Comité de Trabajo versan sobre la reforma
de la justicia penal militar, las actuaciones de las instituciones de investigación y control y el
accionar de la administración en casos relativos a graves violaciones a los derechos humanos.
19. Específicamente, en materia de justicia penal militar se recomendó que el tipo de delito al
cual se refiere el caso en cuestión sea investigado y juzgado por la justicia penal ordinaria,
conforme a los estándares establecidos por la Corte Constitucional de Colombia en
la Sentencia C-358 del 5 de agosto de 1997.1 También se instó al Consejo Superior de la
Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación y el Tribunal
Superior Militar a seguir estos preceptos, cuyo acatamiento es obligatorio.
20. El Comité de Trabajo recomendó que entre las reformas de la justicia penal militar a
consideración del Congreso Nacional se incluya la supresión de la figura de los Vocales en los
Consejos de Guerra. Ello ayudará a asegurar que estos procesos se ajusten a los principios de
independencia e imparcialidad y, en general, a las garantías procesales consagradas en los
instrumentos internacionales y en la propia Constitución. Se recomienda también garantizar la
participación de la parte civil, con el pleno respeto a todos sus derechos, en los mismos
términos en que se regula por el Código de Procedimiento Penal ordinario.
23. El Comité también recomendó la reforma del Código Disciplinario Único a fin de balancear
la gravedad de las infracciones cometidas con las penas impuestas; permitir la participación
de las víctimas, sus familiares o representantes como sujetos procesales en las
investigaciones de naturaleza disciplinaria; contemplar la interrupción del término de
prescripción cuando se inicien las investigaciones, y la imprescriptibilidad de los crímenes de
lesa humanidad según ha sido reconocida por el derecho internacional.
A. Acto de Desagravio
28. El 29 de julio de 1998, en cumplimiento del compromiso de llevar a cabo un acto público
de desagravio de las víctimas y sus familiares, el entonces Presidente Ernesto Samper Pizano
reconoció públicamente la responsabilidad del Estado en este y otros casos tramitados ante la
Comisión. En esa oportunidad, el Presidente dijo:
En los hechos de [..] Faride Herrera [y otros] expreso mis reconocimientos a las familias que en un acto de tolerancia y
perdón, han creído en nuestra justicia y en el deseo del Estado para prevenir la violencia de los servidores públicos.
[..]ofrezco en este acto de contrición, disculpas a las familias de las víctimas por estos actos de violencia [..] [que] ponen de
presente una meta para que esta historia no se repita, para que se prevengan este tipo de situaciones y para que se castigue
a los que de manera hostil y terca, continúan ejerciendo el imperio de la violencia..
29. El Estado accedió a acordar con los familiares y sus representantes la forma y el
mecanismo más adecuado para recuperar la memoria histórica de Oscar Iván Andrade
Salcedo, Astrid Leonor Álvarez, Faride Herrera, Gloria Batriz Alvarez y Juan Felipe Rua
Alvarez. El acuerdo del 27 de mayo de 1998 señala la existencia de un plazo de dos meses
para llegar a dicho acuerdo.
30. A este respecto, corresponde señalar que el Comité de Trabajo propuso la creación de una
condecoración anual con el nombre de las víctimas, mediante la cual se distinga a los
miembros del Ejército que se destaquen por su comportamiento de respeto a los derechos
humanos.
31. Los peticionarios han presentado una serie de propuestas para el cumplimiento con este
compromiso, a la luz de la recomendación del Comité de Trabajo. Sin embargo, conforme a la
información recibida en el curso de los 100° y 102° períodos de sesiones de la Comisión, este
compromiso ha quedado pendiente de cumplimiento, a pesar de haber expirado el plazo
establecido en el acuerdo.
C. Derecho a la justicia
VI. CONCLUSIONES
33. Con base en las consideraciones que anteceden y en virtud del procedimiento previsto en
los artículos 48(1)(f) y 49 de la Convención Americana, la Comisión desea reiterar su
profunda satisfacción por la conclusión del acuerdo de solución amistosa en el presente caso y
su sincero aprecio por los esfuerzos de las partes en arribar a un acuerdo basado en el objeto
y fin de la Convención Americana.
34. La Comisión desea resaltar el cumplimiento del Estado con su compromiso de llevar a
cabo un acto de reconocimiento público de su responsabilidad. Al mismo tiempo, lo llama a
continuar cumpliendo con el resto de los compromisos asumidos y a cooperar en el proceso de
seguimiento correspondiente.
DECIDE:
1. Aprobar los términos del acuerdo de solución amistosa suscrito el 27 de mayo de 1998.
2. Instar al Estado a tomar las medidas necesarias para cumplir con los compromisos
pendientes.
3. Continuar con la supervisión del cumplimiento con los compromisos asumidos con
relación a la recuperación de la memoria histórica de las víctimas y el acceso a la justicia.
4. Hacer público el presente Informe e incluirlo en su Informe Anual a la Asamblea General
de la OEA.