AZTECAS
AZTECAS
AZTECAS
La región mesoamericana fue cuna de dos de las más prodigiosas civilizaciones prehispánicas:
los olmecas y los zapotecas. Los primeros surgieron en la costa del golfo de México y se
extendieron en un territorio de unos 18.000 km2. Hacia el año 1250 a.C. construyeron
importantes centros ceremoniales y políticos, entre los que se destacan Tres Zapotes, San
Lorenzo y La Venta. Expertos talladores de piedra, legaron bajorrelieves y esculturas de
grandes dimensiones. Contemporáneos de los olmecas, los zapotecas vivían en comunas
agrícolas y tenían como principal divinidad a Cocijo, el dios de la lluvia. Establecieron como
centro de su cultura la ciudad de Monte Albán, frente al golfo de Tehuantepec.
En efecto, la agricultura azteca se caracterizó por el aprovechamiento del suelo para realizar
sus cultivos. Pero además para evitar la saturación de los suelos, utilizaron una especie de
balsas denominadas chinampas donde también cultivaban, sobre las aguas de lagos.
Por otra parte, el comercio les servía para poder obtener aquellos productos que no podían
producir y los intercambiaban por medio de trueque, aunque usaron el cacao como una forma
de dinero. El sistema de comercio era muy extenso y abarcaba todo el imperio.
Aparte, el sistema de cobro de impuestos se extendía cuando los aztecas lograban someter a
alguna comunidad, obligándolos a pagar tributos basados en las mercancías que producían. De
esa manera lograron obtener una buena generación de tributos para su sostenimiento.
La sociedad azteca se dividía en varias clases: en la cima estaba el rey, luego los sacerdotes, los
guerreros y los nobles; más abajo los artesanos y comerciantes y por último los trabajadores.
Fuera de la escala social quedaban los esclavos, que eran mayoritariamente prisioneros de
guerra.
ORGANIZACIÓN POLITICA: Para la administración del vasto imperio,
los aztecas implementaron un rígido sistema basado en el poder personal de la nobleza. A la
cabeza de la estructura de mando estaba el soberano o huey tlatoani (gran orador y jefe de los
hombres) con amplios poderes militares, civiles y religiosos.
RELIGION: Como otras tribus mesoamericanas, los mexicas poseían una cosmovisión fruto
de la herencia e hibridación de culturas anteriores, organizada en torno a la veneración de un
dios solar. Sin embargo, es posible y frecuente hallar evidencia de veneración de dioses
toltecas como Tláloc, Tezcatlipoca o Quetzalcóatl.
Incluso, a medida que el Imperio crecía nuevas deidades eran veneradas. Esto se debía a que
nuevas poblaciones eran asimiladas y el panteón mexica se expandía. Para ello, se enlazaban
sus relatos mitológicos con los de los dioses existentes.
Esto arrojó como resultado una religión llena de intrincadas y complejas historias de
parentesco entre los dioses, fruto del sincretismo entre civilizaciones. Sin embargo, conforme
el Imperio se establecía, surgió cierta concepción monista sobre lo divino, abandonando el
politeísmo tradicional. En esto los estudiosos no llegan a un consenso definitivo.
En todo caso, la religión de los aztecas era un elemento central en su cultura. Los ritos de
ofrenda a los dioses y sacrificios humanos (generalmente de prisioneros de guerra) era común
e importante en la consolidación de las castas militares.
ARTE: El arte azteca, también conocido como arte mexica, fue un estilo desarrollado
durante el Imperio Azteca en la región Mesoamericana, durante el periodo prehispánico o
precolombino. La cúspide de estas manifestaciones artísticas fue durante los siglos XV y XVI.
Las formas en las que se desarrolló esta cultura a través del arte, fue especialmente
en arquitectura, escultura y pintura, así como diversas artesanía en tanto a cerámica, joyería y
diversas figurillas, así como algunos elementos utilitarios como jarrones y demás.
En tanto los aztecas lograron conquistar gran parte de Mesoamérica, sus creaciones artísticas
se expandieron por gran parte del continente.
Las pinturas aztecas eran hechas en paredes de templos, tejidos o vasijas de cerámica,
utilizando colores fuertes y vivos, y los artistas representaban escenas de la vida cotidiana,
batallas, rituales e imágenes de personajes importantes del imperio. La pintura en el
pueblo azteca aparece ligada a la arquitectura.
ARQUITECTURA: La arquitectura azteca refleja los valores y la civilización de un imperio, y
estudiar la arquitectura azteca es fundamental para entender la historia de los aztecas,
incluyendo su migración de un lado a otro de México y su nueva representación de rituales
religiosos. La mejor manera de describir a la arquitectura azteca es como monumental. Su
propósito era el de manifestar poder, y al mismo tiempo adherirse a fuertes creencias
religiosas. Esto se hace evidente en el diseño de sus templos, adoratorios, palacios, y casas
para las gentes del pueblo.
Los aztecas estaban bien organizados y contaban con una fuerte infraestructura y sistemas que
movilizaban gentes y recursos materiales con el objetivo de construir grandes edificios que
satisficieran las necesidades de sus pobladores. Tenochtitlán, la ciudad capital, simbolizaba el
poder azteca. La arquitectura azteca, que era similar a la de otras culturas mesoamericanas,
poseía un innato sentido del orden y de la simetría. Los diseños geométricos y las líneas
extensas eran representaciones de dogmas religiosos y del poder del Estado. Además, los
aztecas usaron bajorrelieves, muros, plazas y plataformas como medios con los cuales
representar a sus dioses e ideales. Durante las distintas épocas del imperio, los aztecas
agregaron nuevas técnicas y materiales a sus estructuras. Ejemplos de la monumentalidad y
grandeza de los aztecas se hacen evidentes en el Templo Mayor, cuya plaza podía dar cabida a
8,000 personas, y en el mercado de Tlatelolco, que podía albergar a 20,000 personas en los
días de mercado. La adaptación arquitectónica azteca y su ingenio pueden verse en Malinalco
(véase la sección correspondiente más abajo), donde hay un templo que fue esculpido en la
roca misma y que quedó integrado a una montaña.