Trabajo Práctico N°3 de Historia de 4°4°
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Se conoce como Década Infame al período de la historia de la Argentina que comienza el 6 de septiembre
de 1930 con el golpe de estado cívico-militar que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen se inicia
un período marcado por la irrupción del autoritarismo y finaliza el 4 de junio de 1943 con el golpe de estado
militar que derrocó al presidente conservador Ramón Castillo.
Este golpe significó el retorno a las viejas prácticas del fraude electoral, a la corrupción y a los
negociados. Por esta razón este período de la historia argentina es conocido con el nombre de Década
Infame.
Se observa en la población un creciente descreimiento en la democracia y en sus instituciones. Las
elecciones de 1931 y de 1937 estuvieron signadas por toda clase de irregularidades. En los comicios de
1931, vetados sus candidatos, los radicales directamente se abstuvieron de participar. En 1937 los
resultados se cambiaron en el correo.
Los presidentes que se sucedieron a lo largo de este período fueron:
Gral. José Félix Uriburu (1930-1932)
Gral. Agustín P. Justo (1931- 1938)
Roberto M. Ortiz (1938-1940)
Ramón S. Castillo (1940-1943)
La sucesión de gobiernos civiles y militares (a partir de 1930) llevó a un camino complejo en el desarrollo
de la historia nacional.
La política del período
Luego del Golpe de 1930, Uriburu no llegó a gobernar dos años completos. El período fue difícil, ya que la
Argentina sufría las consecuencias de la crisis económica de los Estados Unidos (1929).
Por otra parte, Uriburu pretendía llevar adelante un proyecto corporativo que incluía la reforma de la
Constitución Nacional. Estas aspiraciones no tuvieron buena recepción y Uriburu fue perdiendo apoyos.
Esta situación lo llevó a buscar una salida electoral que le permitiera retirarse de la presidencia. La
Concordancia (unión de diversos sectores como conservadores, socialistas independientes, disidentes
radicales, entre otros) obtuvo el triunfo en las elecciones de 1932.
Este “triunfo” se alcanzó a través de la práctica del fraude electoral (no se respetaría la voluntad popular).
A esta práctica se la denominó fraude patriótico. De esta forma se garantizaba que los gobiernos no
cayeran en manos de la “chusma radical”.
Los recién electos Agustín P. Justo (Presidente) y Julio A. Roca (Vicepresidente) representaban los
intereses de los sectores conservadores y permitían el retorno al poder de los grupos que lo habían
controlado hasta antes de 1916.
El gobierno tomó importantes medidas, especialmente en el área económica, como la firma del pacto
Roca-Runciman. Por otra parte, el rol de Estado se transforma y se toma mucho más activo e
interventor. Frente a la crisis, el gobierno intenta que el Estado se convierta en una herramienta que
permita la regulación de la economía.
Gracias a la práctica sistemática del “fraude patriótico” en 1938 llega a la presidencia Roberto M. Ortiz, ex
radical antipersonalista trabajamos en la etapa y Ramón S. Castillo, conservador, como vicepresidente.
Es importante destacar que Ortiz intentó generar un cambio en la práctica política de la época. A pesar
de llegar al gobierno a través del fraude, una vez en él, intentó combatirlo interviniendo las provincias en
las que se produjeran elecciones corruptas.
Sin embargo, su presidencia estuvo plagada de dificultades. Su salud (sufría de diabetes muy aguda) se
deterioró (debió tomar algunas licencias) y la situación internacional (Segunda Guerra Mundial) influyeron
directamente en el desarrollo de la historia política y económica de la Argentina. La política exterior de la
Argentina frente a la Guerra fue la neutralidad. Sin embargo, la sociedad se dividió frente a la guerra:
Algunos (terratenientes y comerciantes vinculados con el comercio exterior) estaban a
favor de los aliados. Los nuevos sectores industriales se inclinaban por la neutralidad.
Los sectores más nacionalistas y los militares, se sentían atraídos por el Eje (Alemania-
Italia-Japón). Consideraba a Inglaterra y a los Estados Unidos como países imperialistas que avasallaban
la independencia de otros estados.
La guerra era un tema preocupante, pero su finalización y quien obtuviera el triunfo definitivo también
generaba ondas preocupaciones. La política de los Estados Unidos (a partir de su ingreso al conflicto en
1941) fue de hostigamiento hacia nuestro país, pues pretendía que la Argentina se alineara con los aliados
y analizaba su neutralidad como signo de simpatía por el Eje.
En 1942 el presidente Ortiz se vio obligado a renunciar a la presidencia, su salud muy deteriorada lo llevó a
la muerte y dejó el gobierno en manos del Vicepresidente Ramón Castillo.
Castillo retomó las prácticas fraudulentas y se ocupó de preparar el camino para quién sería su futuro
sucesor. Apoyaba la candidatura de Robustiano Patrón Costas, un político conservador hacendado de la
provincia de Salta, (considerado seguidor de los aliados) para las próximas elecciones presidenciales.
Esta candidatura no fue bien recibida por sectores nacionalistas del ejército que observaban con
preocupación las inclinaciones políticas de Patrón Costas. Por otra parte, la situación de efervescencia
social, la creciente actividad sindical y la posible extensión de ideologías de izquierda los alentó a preparar
un Golpe de Estado. El 4 de junio de 1943, aprovechando la apatía del pueblo hacia un gobierno corrupto,
conservador y fraudulento, los militares, encabezados por los generales Arturo Rawson, Pedro Ramírez y
Edelmiro J. Farrell (que fueron reemplazándose uno a otro) asumieron el poder. La Segunda Guerra
Mundial y una clase obrera largamente postergada en sus demandas formaron parte del trasfondo de los
reacomodos.
Fueron los miembros del GOU (grupo de oficiales unidos), una logia u organización secreta argentina de
tendencia nacionalista, creada en el seno del Ejército Argentino el 10 de marzo de 1943, los que llevaron
adelante el Golpe del 4 de junio de 1943. Con el principal objetivo de mantener la neutralidad de la Nación Argentina
durante la Segunda Guerra Mundial, evitar que el movimiento obrero se inclinara hacia la izquierda política y evitar en
consecuencia el acceso a la presidencia de Robustiano Patrón Costas, político conservador salteño.
La Crisis económica de 1929 y sus consecuencias para la economía mundial fueron desbastadoras. La
Argentina no quedó al margen y las repercusiones de la misma se hicieron sentir sobre la economía y la
sociedad de la época.
Cayó el precio de la materia prima, se paralizó la actividad económica generando desempleo y pobreza.
La situación de la Argentina se agravó aún más luego de que Inglaterra (aplicando políticas de protección)
redujera las compras de carne en beneficio de sus colonias y ex colonias como Australia y Nueva Zelanda.
Los británicos habían adoptado, en la conferencia de Ottawa de 1932, medidas tendientes a favorecer la
importación procedente de sus colonias y dominios, dañando seriamente a los hacendados argentinos.
El gobierno argentino organizó entonces una misión, presidida por el Vicepresidente Roca, para negociar
las condiciones de un acuerdo comercial entre ambos países. De dicha misión surgiría el denominado
Pacto Roca- Runciman, que se ratificó en 1933.
Por el Pacto Roca-Runciman:
Inglaterra se comprometía a mantener la cuota de compra de carne enfriada, que era similar al
volumen que había comprado desde julio de 1931 hasta julio de 1932.
La Argentina, a cambio, debía gastar todo el dinero que obtuviese de sus exportaciones en la
compra de productos británicos; no reduciría la tarifa de los ferrocarriles, mantendría libre de
derechos (impuestos de aduana) algunos productos como el carbón proveniente de Inglaterra y
proporcionaría un trato “benévolo” a las compañías y frigoríficos de origen inglés. También se creó
la Corporación Argentina de Transportes que ponía en manos inglesas todo el transporte urbano de
Buenos Aires.
Podemos concluir que la clase obrera crecía numéricamente y en importancia en la estructura productiva,
pero aún no había encontrado una identidad política que le permitiera unificarse y hacer valer su peso
como sector social. Esta entidad la hallaría recién a través del peronismo.
Los grupos dirigentes no diagramaron proyectos que permitieran el crecimiento armónico y equitativo para
todos los ciudadanos de la Nación.
Actividad 1
Leer atentamente el texto “La década infame (1930-1943)” y responder: