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TEMA2

El celador en su relación con los


pacientes: traslado y movilización
de los mismos. Medios mecánicos
utilizados para facilitar la movilización.
Técnicas de movilización de pacientes
con importantes limitaciones de
movilidad. Traslado del paciente
encamado, en camilla y en silla de
ruedas. Posiciones anatómicas básicas
1. Conceptos fundamentales
Dos de las funciones más importantes de los celadores son el traslado de los enfer­
mos, camilla o en silla de ruedas, a las consultas o dependencias de la institución (tam­
bién en el servicio de ambulancias) y la participación junto con otros profesionales en la
. ovilización de pacientes. Para llevar a cabo este cometido el celador debe conocer una
m
serie de conceptos, que ayudarán a realizar su labor correctamente.

1.1. Ejes y planos en el espacio


Para conocer mejor las estructuras anatómicas, el cuerpo humano puede ser dividido
en planos y ejes. Los principales son:
- Eje longitudinal. Es aquel que recorre el cuerpo en toda su longitud.
- Eje transversal. Va de derecha a izquierda y es perpendicular al anterior.
- Eje sagital. Posee una orientación de adelante hacia atrás.

Existe una correspondencia entre cada uno de estos ejes básicos y una serie de planos
principales, que se utilizan como referencia para situar y orientar las diferentes posiciones
del paciente en el espacio. Estos planos son los siguientes:
- Plano sagital o plano medio. Es un plano vertical que atraviesa longitudinalmen­
te el cuerpo (está situado en la línea media del cuerpo). Lo divide en dos mitades
especulares, derecha e izquierda.

I ■ Pregunta de examen mayo 2017


¿Cuál de las afirmaciones es correcta relativa al "plano sagital"?

a) Se llama también coronal. □


b) Divide el cuerpo en dos mitades: izquierda y derecha. 0
c) Divide el cuerpo en dos mitades: anterior y posterior. □
d) Divide el cuerpo en dos mitades: superior e inferior. □

- Plano transversal u horizontal. Se trata de un plano que divide el cuerpo en una


zona superior y una zona inferior. Es perpendicular al plano sagital.
- Plano coronal medio o frontal. Es el plano que, situado a la altura de la sutura
coronal, divide el cuerpo en una parte anterior y una parte posterior. Es paralelo a
la frente.
- Plano oblicuo. Presenta una angulación de 45° respecto al plano sagital y al plano
frontal.

ri Sabías que...
El arquetipo humano clásico es el individuo modelo o estándar necesa­
rio para el estudio de la Anatomía General humana; y reúne una serie de
características, tales como: varón (actualmente se usan modelos feme­
ninos), peso: 70- 75 kg, talla: 1,75 m, constitución atlética, y situarse en
la Posición Anatómica (colocación fija, de pie, frente a frente al observa­
dor, cabeza erguida, mirada al infinito, miembros superiores extendidos
y pegados al cuerpo, palmas mirando hacia el explorador y miembros
inferiores unidos por los talones). En este modelo se estudia los ejes,
planos, direcciones, regiones, cavidades . . . anatómicas.

1.2. Regiones y cavidades del cuerpo humano


Clásicamente, en el cuerpo humano se han descrito dos cavidades situadas en el
tronco, que se hallan separadas por el diafragma: la cavidad torácica y la cavidad ab­
dominal.
- Cavidad torácica: en ella se encuentran la cavidad pleural, la cavidad pericárdica
y el mediastino, de situación central, y que se sitúa entre ambos pulmones, la co­
lumna vertebral y el diafragma.
- Cavidad abdominal: contiene la cavidad peritoneal y la cavidad pélvica.

Además de las cavidades antes referidas existen otras regiones anatómicas, como son:
extremidades superiores, inferiores, cabeza, tórax y abdomen.

El abdomen se ha dividido clásicamente en nueve cuadrantes:


- Cuadrantes superiores: hipocondrio izquierdo, hipocondrio derecho y epi­
gastrio.
- Cuadrantes medios: vacío renal derecho, vacío renal izquierdo y zona perium­
bilical.
- Cuadrantes inferiores: fosa ilíaca izquierda, fosa ilíaca derecha e hipograstrio en
el centro.
HD: hipocondrio derecho.
EP: epigastrio.
HI: hipocondrio izquierdo.
VRD: vacío renal derecho.
ZP: zona periurnbilical.
VRI: vacío renal izquierdo.
FID: fosa ilíaca derecha.
H: hipogastrio.
Fil: fosa ilíaca izquierda.

1 .3. Direcciones de los movimientos


Describen los movimientos y cambios de posición que efectúen los miembros en las
distintas situaciones.
- Flexión: movimiento que implica plegar o doblar una extremidad sobre una arti­
culación.
- Extensión: movimiento que implica extender o estirar una extremidad sobre una
articulación.
- Abducción: movimiento de alejamiento del plano medio.
- Adducción: movimiento de acercamiento al plano medio.

a. Abducción b. Adducción
- Eversión: cambio de dirección hacia fuera.
- Inversión: cambio de dirección hacia dentro.
Rotación: movimiento de giro sobre un eje.
Circunducción: movimiento circular alrede­
dor del eje del cuerpo.
- Pronación: giro del antebrazo que coloca la
palma de la mano hacia atrás o hacia abajo.
- Supinación: giro del antebrazo que coloca la
palma de la mano hacia delante o hacia arriba. a. supinación b. Pronación

1.4. Posiciones anatómicas básicas


1.4.1. Concepto
Se conocen como posiciones básicas del paciente encamado, todas aquellas pos­
turas o posiciones que el paciente puede adoptar en la cama, camilla, mesa de explora­
ciones, etc., que son de interés para el manejo del enfermo por el personal sanitario y no
sanitario y, de manera especial, por el celador.

1.4.2. Tipos de posiciones anatómicas


Son las siguientes:
a) Posiciones de decúbito:
- Decúbito supino o dorsal o posición anatómica.
- Decúbito lateral izquierdo o derecho.
- Decúbito prono.
b) Posición de Fowler.
c) Posición de Sims o semiprono.
d) Posición ginecológica o de litotomía.
e) Posición mahometana o genupectoral.
f) Posición de Roser o Proetz.
Los cambios frecuentes de postura en los
pacientes encamados tienen como finalidad:
- Evitar la aparición de isquemia en los
llamados puntos de presión, debido a la Úlcera por presión
acción de la gravedad y al propio peso.
- Evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones.
- Prevenir la aparición de úlceras por presión (anteriormente denominadas úlceras
por decúbito).
- Proporcionar comodidad al paciente.
Para ello el celador debe prestar atención a:
- Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas.
- Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas.
- Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama.
Para realizar los cambios posturales se necesitan los siguientes materiales:
- Almohadas y cojines.
- Férulas.
- Ropa limpia para cambiar la cama.
- Protectores de protuberancias si fueran necesarios.

11 Recuerda que...
Definimos los cambios posturales como las modificaciones realizadas
en la postura corporal del paciente encamado para evitar patologías
derivadas de la inmovilidad (úlceras por presión, atrofia muscular, etc.).
- El enfermo no permanecerá nunca más de tres horas en la misma
posición. Deberá ser colocado sucesivamente en decúbito supino,
lateral derecho e izquierdo y prono, tanto durante el día como por la
noche.
- Los decúbitos laterales se llevarán a cabo inclinando al paciente so­
bre un lado y apoyándole la espalda con almohadas, las piernas se
doblarán según el lado de donde esté y entre las rodillas se pondrá
un cojín.
- El programa de cambios posturales debe estar previsto para el día
y la noche, de manera que se consiga una continuidad entre las di­
ferentes personas que cuidan durante las 24 horas al paciente. Ge­
neralmente se realizan cada 2-3 horas para prevenir la aparición de
úlceras, salvo en los casos en que la presión es mayor (posición de
sentado donde se descarga todo el peso en una sola zona), los cam­
bios se tratan cada 15 o 30 minutos. Siempre que la enfermedad lo
permita se recomendará al paciente que camine o cambie de posi­
ción frecuentemente en la cama.
00 Actividad 1
Las modificaciones realizadas en la postura corporal de pacientes
encamados, se denominan:

a) Mecánica corporal. D
b) Arcos de movimiento. D
c) Cambios posturales. D

1 .4.3. Posiciones de decúbito

a) Posición de decúbito dorsal, supino o anatómica:

El paciente está acostado sobre su espalda. Sus piernas están extendidas y sus bra­
zos alineados a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo es paralelo al plano del suelo.
Se puede colocar un pequeño cojín bajo la zona lumbar para mantener la curvatura
anatómica.
Es una posición utilizada para la exploración del tórax, abdomen, piernas y pies así
como para la palpación de las mamas en las mujeres. Se emplea para comenzar con la
higiene del enfermo y como punto de partida para diferentes movilizaciones.
Junto con una tabla bajo el colchón y con almohadas se utiliza en los traumatismos
dorso-lumbares.

b) Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho

El paciente se halla acostado de lado. Las piernas extendidas y los brazos paralelos al
cuerpo. El brazo inferior, es decir, el que queda del lado sobre el que se apoya, está lige­
ramente separado y hacia delante, evitando que quede aprisionado debajo del peso del
cuerpo. La pierna que no está en contacto con la superficie de apoyo, está ligeramente
flexionada para dar mayor estabilidad.
El eje del cuerpo es paralelo al suelo. Es una posición que se emplea para dar cam­
bios posturales en los enfermos encamados. También, para la administración de enemas
de limpieza, para evitar broncoaspiraciones en pacientes que presentan vómitos o para
realizar la higiene del paciente (zona anal, genital, etc.). Es de mucha utilidad en las em­
barazadas para evitar el "síndrome de hipotensión en decúbito supino" que se produce
como consecuencia de la compresión del útero sobre la vena cava inferior.

e) Posición de decúbito prono

También llamado decúbito ventral. El enfermo se encuentra acostado sobre su abdo­


men y pecho (tumbado boca abajo). La cabeza girada lateralmente. Las piernas extendi­
das y los brazos también extendidos a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo paralelo
al suelo.

Esta posición se utiliza para las exploraciones de espalda, así como alternativa para
cambios posturales.

rJ Recuerda que...
Las tres posiciones son fundamentales para los enfermos encamados, ya
que los cambios posturales realizados frecuentemente (cada 2-3 horas)
evitan la aparición de úlceras por presión, al evitar una presión excesiva,
mantenida durante mucho tiempo sobre una parte o zona corporal.

1.4.4. Posición de Fowler


El paciente se halla semisentado, con la cabecera levantada formando un ángulo de
45 º. Las piernas están ligeramente flexionadas (semiflexionadas) y los pies en flexión
dorsal. Existen dos variantes que se denominan posición de semiFowler en la que la
inclinación es de 30°, y se utiliza básicamente para cambios posturales y para transporte
del enfermo (cuando su estado lo permita) y la posición de Fowler alta en la que la incli­
nación es de 90°.

Los enfermos con patologías cardiacas, digestivas como la hernia de hiato y respi­
ratorias (enfermedades pulmonares obstructivas crónicas -EPOC-) tales como el asma,
enfisema, bronquitis crónica, etc., prefieren esta posición para estar en la cama, puesto
que facilita la respiración.
Se utiliza para cambios posturales y exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oídos, nariz
(Otorrinolaringología), garganta (ej. cambios de cánula traqueal) y pecho. Es una posición
usada muy frecuentemente en los traumatismos costales.

I ■ Pregunta de examen mayo 2017


¿Cuál es la posición usada en exploraciones de cabeza, cuello y pecho?
a) Decúbito prono. □
b) Decúbito supino. □
c) Posición de Fowler. 0
d) Posición genupectoral. □

1.4.5. Posición de Sims


También llamada posición de semiprono o inglesa. Es similar al decúbito lateral iz­
quierda, pero el brazo que queda en la parte inferior se lleva hacia atrás y el otro se coloca
en flexión del codo. La cadera superior y rodilla del mismo lado están flexionadas sobre el
pecho. La cabeza está girada lateralmente.
En esta posición se colocan los enfermos inconscientes para facilitar la eliminación de
las secreciones. Es una posición frecuente para la exploración del recto.
También se utiliza en la administración de enemas y medicamentos por vía rectal. Es
en esta posición donde se colocan las sondas rectales.

l II Actividad 2
Si una celadora de UVI recibe la orden de colocar a un paciente en
posición de "decúbito prono'� deberá colocarlo:
a) De espaldas. D
b) De costado. D
c) Boca abajo. D

1.4.6. Posición ginecológica


También llamada de litotomía. La paciente se halla acostada boca arriba. Las piernas
separadas y colocadas sobre los estribos. Rodillas y cadera flexionadas 90°. Muslos en
abducción.

Esta posición es utilizada en ginecología para el examen manual de pelvis, vagina,


recto y para la exploración de la embarazada. Es también la posición a adoptar en el
parto.
1 m Pregunta de examen mayo 2017
Señale la incorrecta con respecto a la posición de Litotomía:
a) La paciente se halla acostada boca arriba. □
b) Las piernas separadas y colocadas sobre los estribos. □
c) Los muslos de la paciente están en aducción. 0
d) Se llama también posición ginecológica. □

1.4.7. Posición de Trendelenburg


El enfermo se coloca como en decúbito supino, pero a diferencia de aquella posición,
el plano del cuerpo está inclinado 45° respecto al plano del suelo. La cabeza del paciente
está mucho más baja que los pies.
En esta postura hay que colocar a los pacientes con shock hipovolémico, desmayos,
lipotimias para intentar restablecer y salvaguardar el riego sanguíneo cerebral.

1.4.8. Posición de Morestin, antiTrendelenburg, o Trendelenburg inversa

Es la posición contraria a la anterior en la que el plano del cuerpo está inclinado 45°
respecto al plano del suelo pero la cabeza está mucho más elevada que los pies. Esta
posición es utilizada en pacientes que presenten problemas digestivos con reflujo gas­
trointestinal, hernias de hiato y enfermedades respiratorias.
1.4.9. Posición genupectoral
También conocida con el nombre, aunque menos frecuente, de posición mahometa­
na. El paciente adopta una posición similar a la que adoptan los mahometanos para sus
prácticas religiosas.
El paciente se coloca boca abajo apoyado sobre su pecho y rodillas.
Para colocarse en esta posición primero se arrodilla y luego flexiona su cintura de
forma que sus caderas quedan arriba y la cabeza abajo en el suelo.
Sirve para extraer fecalomas, exploraciones del recto y ano, etc.

1.4.1 O. Posición de Roser o Proetz


El paciente se halla en decúbito supino con la cabeza colgando, con el objetivo de
mantener el cuello en hiperextensión. Esta es una posición que se utiliza en: exploracio­
nes faríngeas, intubación endotraqueal, intervenciones quirúrgicas de la parte superior
del cuello, lavado de cabeza en paciente encamado.

1.4.11. Clasificación según su finalidad terapéutica


Otra clasificación de las posiciones anatómicas que podemos encontrar en diferente
bibliografía consultada es la diferenciación entre posiciones quirúrgicas y no quirúrgicas.

Posiciones no quirúrgicas
- Posiciones decúbito:
* Posición decúbito dorsal, supino o anatómica.
* Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho.
* Posición de decúbito prono.
- Posición de Fowler.
- Posición de Sims.
Posiciones quirúrgicas
- Posición de litotomía o ginecológica.
- Posición de Trendelenburg.
- Posición genupectoral.

1 LI
- Posición de Morestin.

Pregunta de examen mayo 2017


¿Cuál de las siguientes es una posición quirúrgica?
a) Decúbito prono. □
b) Fowler. □
c) Sims. □
d) Morestin. 0

1 00 Actividad 3
Relaciona las posiciones anatómicas básicas y su figura:

Posición anatómica Figura

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Decúbito dorsal
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Posición de litotomía

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2. Movilización de pacientes
Definimos movilización como el desarrollo
de un programa de ejercicios encaminados a
conseguir el restablecimiento de las funciones
disminuidas por la enfermedad.
Hay dos tipos de movilización activa y pa­
siva:
- Activa: las realiza el propio paciente
bajo la supervisión del profesional. Con­
siste en la movilización de los segmen­
tos corporales que quiera ejercitar por
medio de los músculos y articulaciones
de esos segmentos.
Se puede realizar con resistencia o con­
trarresistencia (poleas, manos, etc.).
- Pasiva: son realizadas sobre los distintos segmentos corporales del paciente por
fisioterapeutas. Se trata de pacientes, que por su incapacidad o bien por indica­
ción médica, no pueden realizar el esfuerzo que requiere el ejercicio.

La inmovilidad se define como la disminución o interrupción de la capacidad para des­


empeñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras o también
como la incapacidad para desplazarse de forma independiente en su espacio vital.

2.1. Causas del inmovilismo


El conjunto de causas desencadenantes de inmovilidad lo podemos dividir en dos
grandes grupos: las causas físicas y las causas psíquicas.
2.1.1. Causas físicas
Dentro de las causas físicas se encuent ra el envejecimiento fisiológico, el cual es res­
ponsable de una disminución de las facultades físicas y psíquicas y como consecuencia
de ello podrá llegar la inactividad del anciano. El otro gran g rupo de causas físicas que son
p roductoras de inmovilidad tenemos que relacionarlo con determinadas enfermedades:
- Enfermedades musculoesqueléticas: son responsables de dolor y rigidez (osteo­
porosis, artrosis, fracturas, etc.) y es una de las causas más frecuentes de invalidez.
- Enfermedades neurológicas: las más f recuentes son la enfermedad de Pa rkin­
son, los accidentes cereb rovasculares, las neuropat ías, etc.
- Enfermedades cardiorrespiratorias: insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmo­
nar obstructiva c rónica, vasculopatías pe riféricas, cardiopatía isquémica, etc.
- Alteraciones de la marcha y el equilibrio: hipotensión ortostática, caídas, sín­
drome postcaída, p roblemas podológicos, etc.
- Pérdidas sensoriales auditivas y de visión: p resbiacusia, tapones de ce ra, p res­
bicia, cataratas, glaucoma, etc.
- Enfermedades endocrinometabólicas: diabetes mellitus, hipoti roidismo, deshi­
d ratación, hiponatremia, etc.
- Enfermedades agudas: t raumatismos, f racturas, posoperatorio, etc.

2.1.2. Causas psíquicas


Dentro del conjunto de causas psíquicas que pueden desencadenar un síndrome de in­
movilismo se encuentran: la depresión, las demencias y los estados confusionales. Además
de estos g randes g rupos reseñados como elementos clave en el síndrome de inmovilismo,
no debemos de desmerecer la repercusión que tienen otros elementos como los citados
a continuación: las recomendaciones erróneas de reposo, el consumo de determinados
fármacos, la hospitalización, las barreras a rquitectónicas en el domicilio y en el exterior, la
ausencia de ayudas técnicas, la falta de apoyo social y la soledad y el aislamiento.

2.2. Consecuencias del inmovilismo


Las repercusiones de la movilidad son:
1 . En la función respiratoria: se p resenta una disminución en los reque rimientos
de oxígeno y tiende instintivamente a respira r de forma más lenta y supe rficial.
La capacidad ventilatoria disminuye, por lo que se p roduce un aumento de gases
residuales. Hay un éxtasis de sec reciones, que puede acumularse y favorecer el
medio para el c recimiento bacteriano (infección respiratoria).
2. En la función motriz: hay una pérdida de tono muscular unida a la posibilidad de
aparición de contracturas y de dolor (lumbalgias), alterando o lesionando el tejido
muscular. Aparición de atrofia muscular progresiva.
3. En la función cardiovascular: aparece hipotensión ortostática, con a umento del
trabajo cardiaco, además de la posibilidad de formación de trombos.
4. En la función gastrointestinal y metabólica: p uede darse un problema de al­
teración nutricional con anorexia, deshidratación o alteración de la temperatura
corporal. Aparición de estre ñimiento.

5. En la función urinaria: p uede darse una alteración en el vaciado vesical (reten­


ción urinaria), con riesgo de infección y formación de cálc ulos.
6. En la integ ridad cutánea (sistema tegumentario): dos son las problemáticas que con
mayor frecuencia afectan la integridad de la piel. Por un lado las úlceras por presión, so­
bre las que la presión mantenida y el tiempo expuesto a ella juegan un papel crucial para
su aparición. Y por otro lado las dermatitis de pañal ligadas a la incontinencia urinaria.
7. En la función cognitiva: la presencia de una deprivación sensorial al disminuir los estímu­
los sensoriales (visuales, auditivos, táctiles . . . ) lo que le hará cada vez más dependiente.

� Actividad 4
Define inmovilidad:

3. Principios de mecánica corporal para la correcta


manipulación de personas inmovilizadas
Las reg l as básicas para los celadores q ue realizan cambios posturales y transporte de
personas son las sig uientes:

1 . Proporcionar una base amplia de apoyo, manteniendo separados los pies, uno
ligeramente delante del otro. Se sabe q ue la estabilidad de un objeto es mayor
c uando tiene una base de s ustentación ancha y un centro de gravedad bajo.
2. Hacer el máximo uso de s u centro de gravedad sosteniendo los objetos cerca del
c uerpo. La fuerza req uerida para mantener el eq uilibrio del c uerpo aumenta con­
forme la l ínea de gravedad se aleja del p unto de apoyo.
3. Proteger la espalda:
- No doblarla incorrectamente.
- Hacer uso de los músculos de las piernas para moverse y levantarse. De este
modo el levantamiento estará a cargo de los músculos más grandes y fuertes
(abdominales y glúteos) que no se fatigan tan rápidamente como los peq ueños.
- Considerando excl usivamente la f uerza, el ángulo de tracción óptimo para
c ualquier músculo es de 90 grados.
4. Contraer los músculos abdominales y glúteos para estabilizar la pelvis antes de
movilizar un objeto. Esto protege los ligamentos y artic ulaciones contra la tensión
y las lesiones. Espirar en el momento de la f uerza.
5. Reducir al mínimo la fricción o el roce entre el objeto en movimiento y la superficie
en q ue está siendo movida. Esto req uerirá menos energía.
Poner a favor del c uidador la fuerza de gravedad, a ser posible no trabajar en con­
tra de ella.

Los músculos abdominales

niobra del
del paciente

con pies separados.


La derecha
adelantada y
flexionada.

6. Hacer q ue alg uien le ayude o usar un medio mecánico, c uando se tenga alguna
sospecha de q ue la carga res ulte demasiado pesada o difícil.
7. Colocar correctamente el pie en dirección hacia donde debe hacerse el giro para
no hacerlo con la col u mna.
8. Utilizar el contrapeso del propio c uerpo para a umentar la f uerza aplicada al movi-
miento.
9. Ayudarse con p untos de apoyo exteriores.
1 O. Siempre es mejor e mp ujar o deslizar un objeto q ue tirar.
1 1 . Trabajar, si es posible, a una altura adecuada. Demasiado alto: hipertensión l u m­
bar. Demasiado bajo: espalda doblada.
1 2. Antes de mover a un enfermo es necesario saber qué enfermedad o lesión tiene, si
se le puede mover y por dónde se le p uede coger.
1 3. Explicarle lo q ue se le va a hacer y buscar su colaboración.
4. Técnicas de movilización de pacientes con
importantes limitaciones de movilidad
Antes de iniciar cualq uier movimiento explique al enfermo lo que vamos a hace r y el
procedimiento a seg uir. P ídale q ue participe y ayude en la medida de lo posible, salvo
cont raindicaciones.
Los pasos previos a toda movilización son:
1 . P reparar el material q ue vamos a utilizar.
2. Frenar la cama.
3. Lavado de manos.

4. Solicitar info rmación acerca del paciente (al médico, enfermera, fisioterapeutas,
etc.). Es importante saber q ue no existe contraindicación alguna.
5. Observar con detención al paciente (sondas, s ue ros, drenajes, sistemas de inmo­
vil ización, etc.). Los t ubos de drenaje estarán en todo momento más bajos q ue el
paciente para drenar favoreciendo la g ravedad, la bolsa de orina por debajo de la
altura de la vejiga para q ue no exista rebosamiento de orina y los botes de s ueros
(gotero) colocado en los soportes del cabece ro p reparado para tal fin.
Si hay alguna incidenc ia con el gotero o con los d renajes se le comunicará al per­
sonal sanitario responsable del paciente.
6. Habla r con el paciente; explicarle lo q ue vamos a realizar. Ave rig uar su estado aní­
m ico (valoración mental); valoración f ísica de las partes de su c ue rpo q ue m ueve
con facilidad y las q ue no.
7. Utilizar ayudas mecánicas cuando sea posible, en el caso contrario adoptar una
posic ión adecuada (mecánica corporal).

00 Actividad 5
¿Qué principio de la mecánica corporal para la correcta manipulación
de personas inmovilizadas es incorrecto?

a) P roteger la espalda haciendo uso de los músculos de las pie rnas □


para moverse y levantarse.

b) Se debe emplear el contrapeso del propio c uerpo para aumentar □


la f uerza aplicada al movimiento.

c) Siemp re es mejor tirar de un objeto que empujar o deslizar. D


4.1 . Movilización del paciente imposibilitado en la cama
Una d e las funciones más importantes del personal sanitario es la d e mover y acomo­
dar al paciente en la cama, de forma que se sienta confortable y cómodo.
Con una sistemática de cambios posturales frecuentes y buenas posiciones se evitan
las úlceras por presión.
Además, al realizar movilizaciones frecuentes se mejora el tono muscular, la respira­
ción y la circulación.
Para ello es necesario colocar al paciente en unas posiciones o posturas especiales.
A la hora de movilizar al paciente encamado hay que tener en cuenta su estado y saber si
éste está en condiciones de colaborar o no y si es posible su ayuda para cambiarlo de postura.

A) Cuando el paciente no colabora


Cuando no es posible la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postura!,
hay que hacerlo entre dos celadores.
Se lleva a cabo de la siguiente forma:
a) Se coloca un celador al lado derecho y otro al lado izquierdo de la cama, frente al
enfermo/a.
b) Los pies del celador deben estar separados y las rodillas ligeramente flexionadas.
c) Se retira la almohada al paciente.
d) Cada celador introduce un brazo por debajo del hom bro del paciente y el otro
por debajo del muslo. Se sujeta al paciente y se va levantando con cuidado hasta
llevarlo a la posición deseada.
Otra forma de hacerlo es colocándose los dos celadores al mismo lado de la cama.
a) Un celador coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del enfermo y el
otro brazo por debajo del tórax.
b) El otro desliza los brazos a la altura y por de bajo de la región gl útea. Se eleva con
cuidado hasta llevarlo a la posición deseada.
c) Alinear correctamente el cuerpo del paciente.

B) Cuando el paciente colabora


Cuando es posi ble la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postura!, pue­
de hacerlo una sola persona.
a) De be colocarse al lado de la cama del enfermo, frente a él y a la altura de su cadera.
b) Indicarle al enfermo que se agarre a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas
colocando la planta de los pies apoyada sobre la superficie de la cama.
c) El celador debe colocar sus brazos por debajo de las caderas del paciente.
d) Pedirle que haga fuerza con sus pies y brazos intentando elevarse. En ese momen­
to los brazos del celador deben ayudarle a subir hacia la cabecera.
e) En la posición anterior puede desplazarse incluso sólo si se encuentra ágil.

4.2. Movilización del paciente con ayuda de una sábana


Se realiza entre dos celadores o bien entre un celador y un auxiliar de enfermería, uno
a cada lado de la cama.

a) Doblar la sábana en su ancho a la mitad.


b) Hacer un segundo doble en su largo a la mitad.
c) Colocarla al paciente por debajo, de forma que llegue desde el hombro hasta el muslo.

d) Se enrolla la sábana por los laterales sujetándola cada persona fuertemente, pu­
diendo mover al paciente hacia cualquier lado de la cama.
4.3. Procedimiento para mover al enfermo hacia el borde de la
cama
Su empleo está justificado en todo enfermo que por cualquier circunstancia no coo­
pere. Los pasos a seguir son:
1 . El celador se ubicará en el lado de la cama hacia donde se moverá al enfermo. Esta
posición va a evitar que el paciente se caiga.
2. Quitar la ropa de la cama, a excepción de la sábana encimera que quedará cu­
briendo al paciente.
3. Colocar el brazo del paciente que se encuentre más cercano a nosotros a lo largo
de su tórax. De esta manera se evita la resistencia al movimiento del paciente y se
impide que se lesione el brazo.
4. Colocar un pie delante del otro y flexionar las rodillas; de esta forma aseguramos el
uso del grupo de músculos de las piernas más adecuados durante el movimiento.
5. Situar un brazo debajo del hombro más alejado del paciente, de forma que la ca­
beza de éste descanse en el antebrazo manteniendo el codo doblado. Poner el
otro brazo debajo de la curvatura lumbar del paciente.
6. Tensar los músculos glúteos y abdominales, para de esta forma prepararlos para el
movimiento y proteger a la vez a los órganos internos de lesiones.

7. Tirar de la cabeza, hombros y tórax del paciente hacia el lado que se quiere mover,
balanceándose hacia atrás y cambiando el propio peso al pie trasero.
8. Para mover la zona de los glúteos del paciente, poner un brazo debajo de la cintura
de éste y el otro debajo de los muslos. Repetir los pasos 6 y 7 tirando de los glúteos.
9. Para mover los miembros inferiores del paciente, situar un brazo debajo de los
muslos y el otro debajo de las piernas. Repetir los pasos 5 y 6 tirando de las piernas.
4.4. Procedimiento para colocar al enfermo en decúbito lateral
Este procedimiento se lleva a cabo con el objeto de aliviar las zonas de presión po­
tencial desde la posición anterior, para proporcionar comodidad, para realizar la higiene
de la zona posterior del cuerpo, para la ejecución de curas en la misma zona mencionada
anteriormente, etc.
Los pasos a desarrollar son:

1 . Verificar que el enfermo no se encuentra muy cerca del borde de la cama. Si lo


está, hay que moverle hacia el centro.
2. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la encimera.
3. Situarse en el lado de la cama hacia el que se quiere girar al enfermo.
4. Colocar un pie delante del otro.

5. Situar el brazo del paciente que se encuentre más cerca lo más próximo a ti que
puedas y fuera de su cuerpo. Realizando esta maniobra se impedirá que el pacien­
te ruede sobre él.

6. A continuación flexiona el otro brazo del paciente sobre su tórax y coloca la pierna
más alejada sobre la más cercana. Al tirar hacia adelante del brazo y de la pierna
más alejados se facilita que el paciente se vuelva hacia este lado.
7. Tensa tus músculos glúteos y abdominales y flexiona tus rodillas.
8. Coloca una mano sobre el hombro más alejado y la otra sobre la cadera más
alejada.

9. A continuación gira al paciente hacia ti balanceándote hacia atrás y cambiando el


peso hacia el pie trasero a la vez que flexionas tu rodilla y bajas la pelvis.
1 O. Finalmente proceder a la alineación correcta del paciente y a la colocación de la
ropa de la cama.
4.5. Procedimiento para mover al enfermo hacia arriba de la cama
Estos procedimientos también se pueden emplear para los cambios posturales.

Primer procedimiento
Se emplea cuando los enfermos no cooperan, lo cual implica que se necesitan para
llevarlo a cabo dos celadores. Los diferentes pasos a seguir son:
1 . Explicar al paciente el procedimiento.
2. Quitar la almohada.
3. Cada uno debe de colocarse a un lado de la cama con el cuerpo girado ligeramen­
te hacia la cabecera de la cama, con el pie más cercano a la cabecera de la cama
mirando en esa dirección y con las rodillas flexionadas.
4. A continuación cada celador colocará su brazo más cercano al hombro del paciente por
debajo de éste mientras que el otro lo colocarán debajo de los muslos del paciente.
5. Finalmente, proceder a levantar y mover al enfermo manteniendo las rodillas rec­
tas. No debemos olvidar que el grupo de músculos que interviene de forma deci­
siva en el levantamiento del paciente es el de los miembros inferiores.

Segundo procedimiento
Tiene la misma indicación que el anterior pero se lleva a cabo con la sábana de arras-
tre. Para su ejecución es necesaria también la presencia de dos celadores.
1 . Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la sábana encimera.
2. Cada uno se situará a un lado de la cama.
3. Para la colocación de la sábana se pondrá primero al paciente a un lado de la cama
y por el lado que queda libre se colocará la sábana doblada por la mitad. A conti­
nuación se volverá al paciente hacia el otro lado de la cama y el celador que ahora
queda libre terminará de colocar la sábana.
4. Coger la sábana entre los dos celadores y, a la vez que se levanta al enfermo, mo­
verlo hacia arriba.
5. Retirar la sábana siguiendo el mismo procedimiento que se ha empleado para co­
locarla.

Tercer procedimiento
Se ejecuta cuando el enfermo coopera. Se requiere sólo una persona:
1. Utilizar el procedimiento del entrecruzamiento de brazos para levantar al paciente
y así poder retirar la almohada.
2. Acostar al enfermo de nuevo e indicarle que flexione las rodillas apoyando los pies
en la cama y que se agarre al cabecero de la cama con las manos.
3. Seguidamente pasar el brazo que se encuentra más cercano al hombro del pacien­
te por debajo del cuello de éste, mientras que el otro brazo lo situamos debajo de
sus muslos.
4. Una vez que se esté preparado, se le indica al paciente que tire con sus manos
hacia la cabecera, a la vez que se le ayuda moviendo su cuerpo hacia la misma.
S. Por último, se le coloca la almohada y se le arregla la cama.

4.6. Procedimientos para ayudar a un enfermo a ponerse de pie


4.6.1 . Cuando el enfermo está acostado en su cama
Se pueden emplear dos procedimientos:

Primer procedimiento
1 . I ncorporar al paciente aplicando el procedimiento de entrecruzamiento de
brazos.
2. A continuación proceder a girar las piernas del enfermo hacia nosotros, dejándo­
las caer por el borde de la cama.
3. Una vez que el enfermo se encuentra sentado en el borde de la cama, debemos
colocar un pie delante de los pies del enfermo y el otro a un lado. Seguidamente le
metemos por debajo de la axila la mano que tenemos libre.
4. El siguiente movimiento consiste en doblar nuestras rodillas para así obtener la
fuerza necesaria para levantar de forma suave y rítmica al enfermo. Para facilitar
aún más la movilización le indicaremos al enfermo que, mientras nosotros realice­
mos el movimiento, se apoye en n uestro hombro.

Segundo procedimiento
1 . Colocar al paciente en decúbito lateral (el tipo de decúbito lateral debe coincidir
con el lado hacia el cual se va a levantar al paciente).
2. Elevar el segmento superior de la cama hasta conseguir un ángulo comprendido
entre 45° y 60°. De esta forma la movilización requerirá menos esfuerzo y resultará
más fácil.
3. A continuación nos colocamos en la posición opuesta a las caderas del paciente.
Esta posición mejora el equilibrio y previene la torsión de n uestro cuerpo.
4. El paso i nmediato es pasar n uestro brazo m ás
cercano a los hombros del e nfermo por deba­
jo de e llos, mie ntras que el otro brazo lo co­
locamos sobre el m uslo más lejano. Con este
movimie nto prevenimos que el paciente se
caiga hacia atrás cuando esté sentado.
5. Girar hacia la pie r na de detrás de forma que
las pier nas del paciente se columpie n hacia
adelante y nuestro peso cambie a la pie rna de
atrás.
6. U na vez que el e nfermo está se ntado en el
borde de la cama, p rocede r como en el primer
p rocedimiento.

4.6.2. Cuando el enfermo está sentado en un sillón


- I ntroducir n uestros brazos por debajo de los s uyos.
- Pedirle que sitúe uno de sus brazos alrededo r de nuestra cintura.
- A co nti nuació n flexio namos las rodillas mantenie ndo la espalda lo m ás recta posi-
ble y levantamos al pacie nte de forma suave y firme.
- Mie ntras dura el proceso se debe p rotege r el c ue rpo del e nfe rmo con el nuestro.

4.7. Movilización en pacientes con afecciones graves en la


movilidad
Básicame nte la movilizació n de pacie ntes co n graves afecciones sigue el mismo p ro­
cedimie nto q ue la de pacie ntes i nconscientes o no colaboradores, pero hay que te ne r e n
c ue nta varios aspectos q ue, si no se realizan bie n, p uede n incluso agravar l a patología del
pacie nte; por ello es fundame ntal que el celador se info rme sobre los pacie ntes que debe
movilizar y los identifique correctame nte.
Algunas situaciones de las q ue hay que tener e n cue nta son:
- Existe n patologías e n las que el movimiento está co ntraindicado; algunas de éstas
so n aquellas e n las que el pacie nte presenta un traumatismo craneoe ncefálico o
espinal co n un a ume nto de la presió n i ntracraneal.
- Las personas con hemiplejía (parálisis de la mitad del cue rpo) y las que presentan
tetraplejías (parálisis de las extremidades superiores e i nferiores) necesitan co nstan­
teme nte del apoyo de los celadores para cubrir sus necesidades básicas. Además la
inmovilidad p uede provocar complicacio nes por lo que debemos tener concie ncia de
regular el tono normal mediante posturas corregidas para evitar daños secundarios.
Cuando se cambia de posición a un paciente con hemiplejía, el celador debe co­
locarse del lado del que conserva su movilidad, de esta manera el paciente puede
colaborar para realizar los cambios. Los celadores, al igual que el resto de profesio­
nales sanitarios, deben fomentar la autonomía del paciente y, cuando ésta no sea
del todo posible, al menos propiciar al máximo posible su independencia.
Cuando se pase a una persona hemipléjica de la cama al sillón debemos evitar que
el pie del lado afectado se deslice a la hora de realizar el apoyo y que la rodilla del
lado afecto se pueda doblar al realizar fuerza para erguirse.
Para lograr la deambulación lo más pronto posible, se pone énfasis en el lado sano
que ayudará a compensar al lado afectado y la movilización se realizará con un
apoyo externo (bastón en el lado sano).
- Cuando la gravedad lo exija el movimiento del paciente politraumatizado o con
traumatismos craneoencefálicos se hará con tres celadores y bajo la supervisión
del personal sanitario diplomado, de esta manera se aumenta la seguridad.
- Cuando el paciente presenta fracturas y se encuentra encamado con aparatos de
tracción por medio de pesas en los miembros inferiores, hay que realizar su higie­
ne evitando que se pierda la alineación de las fracturas.
Para ello, una persona debe presionar los miembros inferiores con la misma fuerza
que realizan las pesas, mientras otra eleve al paciente y realiza la higiene de los
genitales, glúteos y miembros inferiores.

Tracción esquelética (cruentas)

Para el tratamiento de algunas fracturas de fémur, tibia y col umna cervical.


La tracción se apl ica directamente al hueso a través de un tornillo (Steinmann) o un alambre metálico
(Kirschner).

En la tracción esquelética se aplican 7 a 1 2 kg. para obtener el efecto terapéutico.


Tracción cutánea

Para controlar los espasmos musculares e inmovilizar una zona antes de la cirugía.
Se utilizan pesas sobre una cinta o pieza de hule espuma unida a la piel.
En la tracción cutánea se aplican 2 a 3 kg. en una extremiodad para obtener el efecto terapéutico.
Tipos: tracción de extensión de Buck, dispositivo de tracción cervical y el cinturón pélvico.

Elaboración propia a partir de "Enfermería Médico-quirúrgica" Brunner y Suddarth.


Editorial Mac Graw Hi/1

- En caso de pacientes tetrapléjicos, para realizar su higiene no se les debe girar


hacia la posición de decúbito lateral, sino levantarlos en bloque para llevar a cabo
la higiene posterior. ,.
- Al movilizar pacientes con fracturas en las extremidades inferiores y que como medida
terapéutica las tienen enyesadas se sostienen la extremidad respetando su posición.
- En la sala de reanimación con pacientes recién operados que tengan prescrito por
el cirujano una movilización precoz, se pondrá especial atención en acomodar al
paciente, alinearlo y el movimiento/levantamiento se hará por fases. Al comienzo
se hará movilizaciones simples donde se precise menor ayuda del paciente.
- Para proceder a la movilización de un paciente asistido por ventilación artificial
debe estar presente un DU E/ATS que vigile los sistemas y conexiones del respira­
dor, así como los tubos y cánulas, de manera que en ningún momento se altere o
interrumpa la ventilación.

i II Actividad 6
Indicar en orden los pasos a seguir de la movilización de un paciente
cuando el enfermo está sentado en un sillón y hay que ponerlo en
bipedestación.

S. Traslados
En las instituciones sanitarias los traslados constituyen una práctica diaria; son muy
comunes los desplazamientos de pacientes de unas áreas a otras (generalmente a servi­
cios como: radiología, quirófanos, etc.). En el Estatuto de Personal No Sanitario se recoge
que los celadores "tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Ins­
titución como en el servicio de ambulancias''.
Cuando el celador es requerido para trasladar un paciente a un determinado lugar del hos­
pital, debe hacerlo con profesionalidad, proporcionando a la persona seguridad y bienestar.
El traslado es la movilización del paciente de una zona a otra dentro del Hospital,
para ello el celador debe cumplir una serie de normas:
- Cuando un celador va a recoger a un paciente para trasladarlo a algún servicio del hos­
pital se presentará a la supervisora o persona delegada de esta explicándole su misión.
- Una vez que explica al paciente el propósito del traslado se comienza con este.
Desde ese momento el celador es el responsable del paciente y de la documenta­
ción que le acompañe.
- Si no es un traslado urgente y el paciente está estable el traslado se hará propor­
cionando seguridad y bienestar al paciente y sin prisas.
- Una vez llegado al destino el celador, y si el paciente se queda allí, volverá cuando
la persona responsable se haga cargo de él.

Hay dos medios habituales para el traslado de los enfermos: la silla de ruedas y la ca­
milla. Se realiza el transporte en un medio u otro según sea el estado físico del paciente.

5.1 . Traslados de la cama a la silla de ruedas


Hay dos situaciones:
a) Cuando el enfermo colabora.
b) Cuando no colabora porque está imposibilitado.

5.1.1. Cuando el enfermo colabora


Si el enfermo puede colaborar es su­
ficiente con la ayuda de un solo celador.
Forma de hacerlo:
Se coloca la silla frenada en para- -
lelo a la cama, con los soportes de
los pies levantados. Se coloca la
silla con el respaldo en los pies al lado de la cama que se considere más conve­
niente para el paciente. Se extiende una manta sobre la silla.
- Se ayuda al paciente a sentarse en la cama de la forma indicada y las piernas col­
gando hacia ese lado.
- Se le pone la bata y las zapatillas.
- Se le pide al paciente que coloque su brazo por encima de los hombros del celador
y éste, a su vez, debe pasar sus brazos por debajo de las axilas del paciente tratan­
do de rodear su cintura.
- Se le sujeta y se le ayuda a incorporarse de pie.
- Ahora hay que indicarle que se gire hasta colocarse de espaldas a la silla. Indicarle
a continuación que apoye sus manos sobre los apoyabr!3ZOS de la silla.
- Está en disposición de sentarse, asegurándose de que queda bien sentado.
- Se le cubre con la manta. Está en disposición de ser trasladado.

5.1.2. Cuando no colabora porque está imposibilitado


Si el enfermo no puede colaborar no es suficiente con la ayuda de un solo celador; e s
preciso la colaboración de dos.
Forma de hacerlo:
- Hasta sentar al p aciente se hace de forma similar al caso anterior.
- Los dos celadores se colocan al mismo lado de la cama, uno a cada lado del paciente.
- Cada celador pasará un brazo por debajo de la axila del enfermo y el otro p or de -
bajo del muslo. Los celadores se cogerán de las manos, y, poniéndose de acuerdo,
levantarán al paciente al mismo tiempo hasta colocarlo en la silla.
- Cubrirlo con la m anta y asegurarse de que quede sentado cómodamente. Ya se
puede trasladar.

5.2. Traslado de la silla de ruedas a la cama


En ambos casos se hace siguiendo los pasos anteriores pero a la inversa.

5.3. Forma de transportar al paciente en una silla de ruedas


Siempre se empuja por detrás, excepto cuando se
sale o entra en el ascensor. En e ste caso se vuelve la
silla y el celador entra o sale primero que el p aciente,
caminando hacia atrás.
De igual form a se hace cuando se cruza una puer­
ta de hojas elásticas (volverá la silla y pasará el celador
antes que el paciente, caminando hacia atrás) o se
baja una rampa (el celador camina hacia atrás).
Otros supuestos que ocurren muchas veces a lo
largo de la jornada laboral de un celador (sobre todo
en urgencias) son:
- El acompañar a un paciente en silla de ruedas
hacia un vehículo cuando es dado de alta. Aquí
se coloca la silla paralela al coche, frenada con
los reposapiés levantados y se sigue el mismo
procedímiento.
- Levantar a un paciente del suelo (desmayo, lipotimia, etc.) para colocarlo en una
silla de r uedas; para ello colocamos la silla detrás del pac iente y lo cogemos por
las axilas levantándolo y llevándolo hacia atrás hasta sentarlo. Si el paciente está
consciente, p uede colaborar s ujetando los hombros de los q ue le van a sentar.

00 Actividad 7
¿Qué debe hacer un celador para entrar y salir de un ascensor con
una silla de ruedas?
a) Entrar emp ujando la silla de r uedas de frente para q ue pase pri­
mero la paciente y q uede colocada mirando al fondo, para salir
tirando de la silla caminando de espaldas. D
b) Entrar primero, caminando de espaldas y tirando de la silla para
que la paciente también entre de espaldas. Una vez dentro girar la
silla de ruedas para salir de la misma manera a como han entrado. D
c) Entrar emp ujando la silla de r uedas de frente para q ue pase pri­
mero la paciente y q uede colocada mirando al fondo. Una vez
dentro girar la silla de r uedas para salir de la misma manera a
como han entrado. D

5.4. Traslado de la cama a la camilla


La camilla se coloca en paralelo a la cama, en posición horizontal y pegada a ella,
aseg urándonos de que la cama y la camilla están frenadas. Debe retirarse la sábana y el
c u bre hacia atrás para poder colocar al paciente. Según la constitución del paciente se
necesitan dos o tres celadores.
Es importante respetar la intimidad de los pacientes, para ello además de utilizar
biombos o separadores se c u brirá con una sá bana.
Forma de hacerlo:
- Uno de los celadores coloca uno de sus brazos por de bajo de los hombros del
paciente y el otro brazo por debajo de la espalda.
- El otro celador debe colocar uno de sus brazos bajo la región sacra del paciente
(nalgas) y el otro de bajo de las rodillas. Si fuera necesario una tercera persona se
encargaría de cogerle a la altura de los pies.
Los tres al unísono de ben levantar al paciente y colocarlo en la camilla.
- Se c u bre el c uerpo del paciente con la ropa de la camilla.
- Si el paciente llevase una sonda colocada o un gotero de perfusión, la tercera persona
se encargará de atenderlo, mientras que los dos celadores restantes harían el traslado.
En este caso el primer celador colocaría uno de sus brazos bajo los hombros del pa­
ciente y el otro brazo bajo la cintura.
El segundo celador colocaría uno de sus brazos debajo de la región sacra y el otro
debajo de los muslos.

S.S. Forma de transportar a un paciente en camilla


El celador siempre va detrás de la cabecera del paciente, colocando al paciente de
cara al sentido de la marcha. Los pies del paciente van por delante.
Al entrar en el ascensor, primero pasa la cabecera de la camilla y, al salir del mis­
mo, primero salen los pies del paciente. El celador camina hacia atrás al entrar en el
ascensor.
Lo mismo ocurre al subir y bajar una rampa; al subir el celador empuja la camilla por
los pies y al bajarla el celador se coloca delante de la camilla y camina de espaldas a la
pendiente.

6. Deambulación del paciente


6.1. Técnica para caminar correctamente
Una vez que se consigue la bipedestación (mantenerse parado en ambos pies) se co­
mienza a entrenar la deambulación.
En la deambulación el paciente debe empezar adoptando la llamada posición de
pie correcta. Para ello debe adelantar una pierna a una distancia que le resulte cómoda
inclinando a la vez la pelvis ligeramente hacia delante y abajo.
Al posar el pie, debe apoyarse en el suelo en primer lugar el talón seguido de la pro­
tuberancia situada en la base de los dedos y finalmente los dedos.

2. Base de dedos

3 . Dedos
A la vez que se hacen los movimientos anteriores se adelanta la otra pierna y el brazo
para que se mantenga el equilibrio y la estabilidad.

Para evitar accidentes es muy importante que el celador esté continuamente atento a
los movimientos del paciente.

00 Actividad 8
Indicar en orden los pasos a seguir de la movilización de un paciente
cuando el enfermo está sentado en un sillón y hay que ponerlo en
bipedestación.

6.2. Técnica para el uso de bastones en la deambulación


El uso de bastones en la deambulación proporciona apoyo y seguridad al caminar y
disminuye el esfuerzo que tiene que realizar el paciente para desplazarse.
El uso de bastón está indicado en pacientes que presentan algún tipo de lesión uni­
lateral, pérdida del equilibrio o problemas inflamatorios de una articulación que causa
dolor al apoyarse y precisa de descarga. Por el contrario, el uso de bastón está contraindi­
cado cuando la afectación es bilateral, en cuyo caso es preferible la utilización de muletas
o las andaderas.

La longitud del bastón debe adaptarse a la talla del paciente y debe extenderse des­
de el trocánter mayor hasta el suelo. El extremo del mismo para su apoyo debe tener un
regatón de goma que evite que éste resbale en determinado tipo de suelos.

,• ,• . ''• •



Poner el bastón a unos 1 O A continuación se desplazará el Mover el pie o pierna


cm de la pierna no afectada. peso a la pierna no afectada y se afectada hacia adelante, de
Distribuir el peso entre los pies moverá el bastón unos 1 O cm por forma que quede paralelo
y e/ bastón delante del cuerpo con el bastón
. ' .

, . o

Desplazar el peso a la pierna no afectada y al bastón. Adelantar la pierna afectada, de forma


Mover la pierna no afectada por delante del bastón. Si que quede paralela a la otra pierna
se ha dado correctamente este paso, el talón quedará
ligeramente más allá del extremo del bastón

Movimientos a seguirpara una deambulación correcta con bastón

6.3. Técnica para el uso de muletas en la deaa;nbulación


· Hay tres tipos fundamentales de mu­
letas:
- De aluminio o madera, que son
las muletas de uso habitual:
es frecuente su uso en casos de
enyesado de miembro infe rior o
esguinces. Su utilización exige
fuerza de la mitad superior del
cuerpo y de las extremidades su­
periores.
- Muletas de Lofstrand o muletas para antebrazo: tienen un anillo que se adapta
al antebrazo y una asidera para apoyarse. Se utilizan para personas que no tienen
fuerza en la parte inferior del cuerpo. Se suelen utilizar en pacientes parapléjicos.
- Muletas de plataforma: presentan superficies fo rradas o acolchadas. Son utiliza­
das en pacientes que no pueden soportar la descarga del peso corporal sobre sus
muñecas.

Características de seguridad

Plataformas para
Cincha y copa ajustables
descansar la rodilla
para el antebrazo
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el impacto

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única en el mercado

Está indicado el uso de muletas en el caso de lesión o debilidad de los miembros


inferiores en los que no es recomendable descargar el peso del cuerpo sobre ninguno de
los miembros.
Para el uso de muletas es necesario:
1. Seleccionar el tipo de muleta que se debe utilizar.
2. Graduarla en altura estando el paciente de pie, ajustándolas a la talla del mismo.
Los artefactos deben quedar situados 4-5 cm por debajo de la axila. Al apoyarse
sobre ellas los codos del paciente deben quedar ligeramente flexionados fo rman­
do un ángulo de 15 grados.
3. Hay que indicarle al paciente el tipo de marcha que debe realizar con las muletas
en función de la lesión que presenta.
4. Enseñarle la marcha utilizando la secuencia de apoyo para caminar de cuatro pun­
tos, tres puntos o dos puntos, según que pueda soportar peso en ambas piernas,
pueda soportar algo de peso sobre una pierna, o no pueda soportar ningún peso
sobre ellas.
Para la secuencia de apoyo sobre cuatro puntos debe indicársele que apoye muleta
derecha, pie izquierdo, muleta izquierda, pie derecho.
Para la marcha sobre tres puntos debe avanzar primero ambas muletas y la pierna
afectada y luego que adelante la pierna sana soportando el peso sobre ambas muletas.
Para realizar la marcha sobre dos puntos hay que ejecutar un tipo de marcha oscilan­

,
te que consiste en la alternancia de brazos y pies. Debe avanzar simultáneamente muleta
derecha y pie izquierdo, seguida de muleta izquierda y pie derecho.

. '• ,• .
.• •
.
1
,

Con las muletas en su sitio,


L....J


Adelantar la pierna Equilibrar el peso en
se pondrá de pie erguido, lesionada al mismo ambas muletas mientras
con los hombros relajados tiempo que mueve las hace avanzar la pierna
y los brazos ligeramente muletas hacia adelante. lesionada
doblados. Utilizar las manos Mantener el equilibrio,
para apoyar el peso cargando algo de peso en
la pierna no lesionada

.' i
1•

.• ' ,• .
Avanzar la pierna sana Adelantar la pierna
hasta la posición que se lesionada a la primera
muestra aquí. Apoyar posición y comenzar de
el peso en esta pierna nuevo desde el primer
mientras mueve las punto
muletas hacia adelante

Movimientos a seguirpara una deambulación correcta con muletas

00 Actividad 9
Indica cómo debe adaptarse la longitud del bastón al paciente y
cuanto debe aproximadamente medir a nivel anatómico.
7. Actuación del celador/a en el servicio de
rehabilitación
La medicina física y rehabilitación es la especialidad médica que estudia el diag­
nóstico, evaluación, prevención y tratamiento de la incapacidad, encaminadas a facilitar,
mantener o devolver el máximo grado de capacidad funcional e independencia posible.
Dentro del Servicio de Rehabilitación de un Hospital, aparecen las figuras de distin­
tos profesionales, entre ellos el Médico Rehabilitador, el Fisioterapeuta, Auxiliar de En­
fermería, Logopeda, Terapeuta Ocupacional, Celador..... todos ellos trabajando de fo rma
coordinada dentro del Servicio con el objetivo de conseguir un óptimo tratamiento del
paciente.
La disposición geográfica de este personal dentro del Servicio varía de un hospital a
otro, así como la inclusión o no de algunos de estos profesionales, variará según la cartera
de servicios ofertada por cada hospital.
Todos los hospitales con Servicio de Rehabilitación disponen, al menos, de una o va­
rias consultas médicas, donde pasarán consulta los diferentes especialistas (Médico Re­
habilitador, Foniatra, Psicólogo, etc. .. ) y una o más Áreas de Fisioterapia, además de las
áreas administrativas.

7 .1 . Funciones del celador en el área de rehabilitación y en la sala


de fisioterapia
La figura del celador dentro de las áreas de fisioterapia es fundamental ayudando al
traslado de documentos y pacientes dentro del área.
Dentro de las tareas más comunes de un celador en el Servicio de Rehabilitación
están:
7 .1.1. En la zona de puerta del área de rehabilitación
- Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a s us dependen­
cias más q ue a las personas a utorizadas a ello.
- Recogerán los pacientes de Rehabilitación desde las amb ulancias o c ualq uier otro
medio de transporte. Estarán con ellos hasta q ue la persona responsable se haga
cargo de él.
- Vigilarán el acceso y estancia de los familiares y visitantes, según las normas del
Centro, c uidando q ue no se introduzcan en el Hospital más que aq uellos objetos y
paq uetes autorizados.
- No dejarán n unca abandonada la vigilancia de la p uerta de entrada.
- En caso de conflicto con un visitante o intruso, req uerirán la presencia del personal
de Seg uridad.
- En casos excepcionales podrán ser req ueridos para c ualq uier otra actividad con­
templada en su estatuto.
- Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfer­
mos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos q ue se estén realizando a
los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, de­
biendo siempre orientar las consultas hacia el Médico encargado de la asistencia
del enfermo.
- También serán misiones del Celador todas aquellas f unciones similares a las an­
teriores q ue les sean encomendadas por sus s uperiores y q ue no hayan q uedado
específicamente rese ñadas.

7.1.2. En la sala de fisioterapia


- Tramitarán o conducirán sin tardanza las com unicaciones verbales, doc umentos,
correspondencia u objetos que les sean confiados por s us s uperiores, así como
habrán de trasladar, en s u caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario
q ue se req uiera. C uando un celador traslada a un paciente sig uiendo las instruc­
ciones del personal sanitario se hará responsable del mismo y de la documenta­
ción q ue se le entreg ue.
- Realizarán, excepcionalmente, aq uellas labores de limpieza q ue se les encomien­
de en orden a la situación, emplazamiento, dific ultad de manejo, peso de los obje­
tos o locales a limpiar.
- Cuidarán, al ig ual q ue el resto del personal, de q ue los enfermos no hagan uso
indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instru­
yéndoles en el uso y manejo de persianas, cortinas y útiles del servicio en general.
- Darán c uenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías q ue
encontraran en la limpieza y conservación del edificio y material.
- Ayudarán al Fisioterapeuta, cuando sea necesario, en la colocación y sujeción del
paciente en su lugar de tratamiento. Para ello tendrán conocimientos de moviliza­
ción.
- Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfer­
mos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que estén realizando a los
mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, de­
biendo siempre orientar las consultas hacia el Médico encargado de la asistencia
al enfermo.
- Estarán siempre localizados en la Unidad a la que estén adscritos.
- En caso de conflicto con un visitante o intruso requerirá la presencia del personal
de Seguridad.
- Etc. ..

Dentro de todas estas tareas quizás la más importante sea la de ayudar al fisioterapeu­
ta con el enfermo durante su tratamiento así como realizar los distintos traslados de éste
dentro de la sala de fisioterapia o el traslado a las distintas salas del hospital o a puertas
para el transporte a su domicilio.

Para el correcto manejo del paciente durante los traslados, el celador deberá conocer
cuál es la forma de manejar el paciente según su patología, sus características físicas y
cuáles son los instrumentos y materiales más comunes utilizados por el paciente dentro
de la sala.

Es imprescindible saber manejar al paciente atendiendo a su patología, la figura del


fisioterapeuta será de gran ayuda, ya que será quien aconseje a realizar el traslado del
paciente de una manera u otra. Por ejemplo, un tetrapléjico en fase aguda deberá ser ma­
nejado "en bloque'; para no alterar la recuperación de la lesión; o un hemipléjico deberá
ser transportado de la silla de ruedas a la camilla de una manera concreta, sin tirones del
brazo afecto, ya que podríamos ocasionar una lesión en ese hombro.
7 .2. Funciones de los fisioterapeutas y de los auxiliares de
enfermería
Para co ntestar a este epígrafe recurriremos a l Estatuto que regulaban estas profe­
siones y donde estaban reflejadas sus fu ncio nes (aunque fue derogado por e l Estatuto
Marco, las fu nciones siguen e n vigor):
Funciones de los fisioterapeutas según el Estatuto de Personal Sanitario no
Facultativo.
Artículo 70. So n fu ncio nes de los Fisioterapeutas la ap licació n de tratamie nto con
medios físicos que por prescr ipció n facultativa se prestan a los e nfermos de todas las
especialidades de Medicina y Cirugía donde sea necesaria la ap licació n de dichos trata­
m ie ntos, e ntendiéndose por medios físicos: Eléctricos, térm icos, mecánicos, hídricos, ma­
nuales y ejercicios terapéuticos co n técnicas especiales en: Resp iratorio, parálisis cerebral,
neurología y neurocirugía, reumato logia, traumatología y ortopedia, coro narias, lesio nes
medulares, ejercicios maternales pre y post-parto y cuantas técnicas fisioterápicas pue­
dan utilizarse e n el tratamie nto de e nfermos.

Estas fu ncio nes se prestará n a I nstituciones abiertas y cerradas, sie ndo lugares de tra­
tam ie nto las co nsultas y locales de rehabilitació n, los gim nasios terapéuticos y a la cabe­
cera de l e nfermo e n los Centros de hosp italizació n.
Artículo 1 1 . Los Fisioterapeutas realizarán bajo la prescrip ció n de l Médico las fu ncio­
nes generales y específicas siguie ntes:
1 . Colaborar en las actividades deportivas de los pacie ntes e n e l pla no de asesora­
mie nto a los e ncargados de dichas fu ncio nes.
2. Aplicar las p rescripciones médicas cumplimentando las i nstrucciones que reciban
en relació n con la especialidad.
3. Tener a su cargo el control de ficheros y demás antecedentes para el buen orden y
funcionamiento del servicio.

4. Vigilar la conservación y el buen estado del material que se utiliza en fisioterapia,


así como de los aparatos, procurando que estén en condiciones de perfecta utili­
zación.

5. Poner en conocimiento de sus superiores cualquier anomalía o deficiencia que ob­


serven en el desarrollo de la asistencia o en la dotación del servicio encomendado.

6. Realizar las exploraciones manuales prescritas por el Médico.

7. Cumplimentar igualmente aquellas otras funciones que se señalen en los Regla­


mentos de Instituciones Sanitarias y las instrucciones propias de cada Centro, en
cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

Funciones de l as auxiliares de enfermería seg ún el Estatuto de Personal Sanita­


rio no Facultativo en el área de rehabilitación.

Artículo 83. Las funciones de las Auxiliares de Enfermería en la Unidad de Rehabilita­


ción serán:

1 . El aseo y limpieza de los pacientes.

2. La limpieza y ordenación del material utilizado en la Unidad, bajo la supervisión


del Personal Auxiliar Sanitario Titulado.

3. Ayudar a dicho personal en la colocación o fijación del paciente en el lugar espe­


cial de su tratamiento.

4. Controlar las posturas estáticas de los enfermos, con supervisión del Personal Au-
xiliar Sanitario Titulado.

5. Desvestir y vestir a los pacientes cuando lo requiera su tratamiento.

6. Recoger y reponer las ropas de uso en la Unidad.

7. En general, todas aquellas actividades que, sin tener un carácter profesional sani­
tario, vienen a facilitar las funciones del Médico y de la Enfermera, en cuanto no se
opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

(iJ Actividad 1 O
¿Dónde se recogen l as funciones de las auxiliares de enfermería en la
Unidad de Rehabilitación?
7.3 . Uso y mantenimiento del material auxiliar utilizado en
rehabilitación
7.3.1. Limpieza, ordenación y uso
a) La limpieza y ordenación del material y aparataje utilizado
La disposició n del material en el entorno ha de favorece r la seguridad del pacie nte
para las actividades de desplazamiento.
Hay algunos aparatos de mecanoterapia, ayudas téc nicas para la marcha y mobiliario
que son utilizados por más de u n paciente. Es necesario que el uso compartido de los
mismos se realice en condiciones de limpieza e higiene elimi nando los restos orgánicos
(piel, pelos ...) y sudor que su empleo pudiese haber p roducido.
b) La asistencia en la colocación y posicionamiento del paciente en el lugar de
su tratamiento
Aspectos a considerar: esta asistencia se p roporcionará, te niendo en cuenta aspectos
de seguridad así como las particularidades p ropias de la afectación de cada paciente.
En el uso del diferente aparataje y recursos terapéuticos, los apoyos, contactos y ajus­
tes han de ser los adecuados (no han de estar ni demasiado ap retados ni demasiado suel­
tos). Han de tener la fijación adecuada para que no compriman los paquetes vasculone r­
viosos y estar ate ntos a cualquier alteración de la piel (p. e. alteraciones de sensibilidad).
Es también importante estar pendiente de las reacciones adversas que p roduce ese
posicionamiento (por ejemplo, una i ncorporación o verticalización puede i nducir mareos
o vértigos por hipote nsión ortostática).
c) Vestir y desvestir a los pacientes
Algunas consideraciones: asiste al paciente en las actividades de autocuidado de ves­
tido y calzado, por lo que es necesa rio llamar la atención sobre tres puntos de i nterés:
- Elección de la ropa adecuada para realizar las actividades de rehabilitación física:
se elegirá ropa cómoda que pe rmita libe rtad de movimientos confeccionada en
u n tejido que no p roduzca reacciones e n la piel a la sudación (se recomienda el
uso de ropas de algodón para evitar alergias).
- La elección del calzado se realizará, por un lado, ate ndiendo a la idoneidad para la
actividad física y, por otro, a la seguridad.
El calzado ha de tener u na buena base de apoyo, ha de ser plano y correctamente
ajustado; las suelas del calzado han de se r flexibles y antideslizantes.
Los zapatos han de adaptarse pe rfectame nte a la a nchura y longitud del pie del
paciente y la parte posterior ha de ser cerrada. La buena adaptación evita resbalo­
nes o torceduras de tobillo.
Hay que desechar los calzados tipo chancleta o con suelas de madera.
Es conveniente revisar las suelas y tacones del calzado con regularidad así como
las buenas condiciones del calzado. Las zonas desgastadas pueden ser motivo de
caídas.
- Recoger y reponer las ropas de uso (sábanas para cubrir las camillas, fundas para
las almohadas ...).

El uso de cada paciente de las camillas de tratamiento y del plano inclinado vendrá
precedido de la reposición del material de lencer ía correspondiente.
Se actuará de igual forma en la interposición de diferente ropa en la aplicación de
las técnicas de frío y de calor para evitar el contacto directo de estas aplicaciones
con la piel de paciente cuando la técnica así lo requiera.

7.3.2. Ayudas técnicas para la marcha


Es importante la comprobación del b uen estado de las conteras (parte distal de bas­
tones, muletas y andadores) y de las ruedas (en el caso de tratarse de andadores con
ruedas).

Las conteras han de ser anchas y cóncavas para permitir una buena fijación al suelo.
La parte de la contera que contacta con el suelo no debe estar gastada y las estr ías han
de estar bien marcadas ya que, de lo contrario, pueden producirse resbalones y caídas.
Es también un elemento importante a comprobar el estado de la empuñadura o apo­
yos de los miembros superiores en ayudas técnicas, su adecuada conservación para reali­
zar una prensión correcta y su higiene, dado que es la zona que se halla en contacto con
la piel del paciente (más aún si son de uso compartido) pues, en ocasiones, el empleo de
ayudas técnicas es temporal.

Otro punto a tener en cuenta en el mantenimiento, es comprobar si en la regulación


en altura de las ayudas técnicas los tubos se deslizan con facilidad y la fijación de la altura
resulta estable y segura.

7.3.2.1 . Sillas de ruedas


Constan de diferentes elementos cuya correcta conservación y mantenimiento favo­
recen la comodidad y la alineación corporal adecuada en sedestación (posición sentada),
la seguridad, las transferencias y el desplazamiento.

Hay que considerar la idoneidad de : la anchura del asiento, la altura a la que está del
suelo, la altura del respaldo y de los apoyabrazos y la longitud de los apoyapiés.
- Ruedas: hay que comprobar el buen estado de las cubiertas así como de los aros
manuales (si posee) para realizar el autoimpulso.
- Frenos: los frenos han de trabar correctamente el giro 'de las ruedas. Esta es una
maniobra básica para realizar cualquier traslado o transferencia. Los frenos deben
soltarse fácilmente y permitir el giro de las ruedas.
- Apoyabrazos: la altura del apoyabrazos ha de ser 2,5 cm m ás alta q ue la distancia
entre el asiento de la sil la y el codo del paciente. Los apoyabrazos se han de poder
retirar con faci lidad para poder despejar el campo de acción en los tras lados y
transferencias y así pode r actuar con mayor seguridad.
- Apoyapiés: para las transferencias es importante que éstos sean móviles y giratorios.

Si posee un soporte para apoyar las piernas, ha de evitarse la compresión sobre el hueco
pop líteo (parte posterior, de la rodilla), posicionando este soporte 2,5 cm inferior a éste.
Hay que evitar que e l paciente se incline hacia de lante para evitar las caídas. Si al
paciente se le cae un objeto hay que instr uirle para que sob repase ese objeto y que para
recogerlo se incline hacia un lado de la silla de r uedas.
En los casos de amp utaciones bilaterales se lastrarán ambos apoyapiés para corregir
el desequilibrio.
En el caso de amp utación por debajo de las rodil las, para preveni r el flexo de rodi llas
se utilizará una tabla almohadillada para favo recer la extensión de la rodil la.

7.3.2.2. Diverso material ortoprotésico


- Cojines antiescaras: se utilizan en pe rsonas afectadas por la inmovi lización para la
p revención de las úlce ras por presión en la región de apoyo isquiático. Para este obje­
tivo resulta también importante la corrección de los apoyos y de la oblicuidad pélvica,
así como los cambios posturales. Para las regiones muy húmedas se recomiendan co­
jines transpirables y para las regiones cálidas se los cojines de silicona (porque pier­
den temperatura). Los cojines antiescaras de materiales plásticos dan mayor calor y
a umentan la sudación por lo que hay que tener p recaución con las lesiones en la piel.
- Cinturón de movilización: si rve para facilitar el levantamiento, el giro, el acom­
pa ñamiento en la marcha y movimiento a los pacientes sin tene r que sujetarles
por sus ropas. Proporciona un incremento de la capacidad física para sujetar al
paciente y previene lesiones al realizar estos procedimientos a la vez que propor­
ciona al paciente una mayor sensación de comodidad y seguridad en el inicio de
los procesos de rehabilitación.
- órtesis posturales y de func ión. Su objetivo es prevenir la aparición de actitudes
viciosas a consecuencia de la inmovilidad (dispositivos para evitar la rotación exter­
na de caderas, p. e.) o bien compensar una función deficitaria (órtesis antiequina).
Estas órtesis suelen estar fabricadas con materiales plásticos termoconformables por
lo que hay que tomar dos precauciones: se produce una mayor sudación de la piel con el
mayor peligro de reacciones alérgicas por lo que se interpondrá alguna prenda de algo­
dón entre la piel y los materiales plásticos. Por otro lado, al ser termoconfomables, hemos
de tener la precaución de no acercarlos a las fuentes de calor para evitar deformaciones
y preservar su buen uso.

Por último hay que señalar que ciertos materiales sintéticos (neopreno o elásticos con
que están confeccionados las coderas, cabestrillos, rodilleras y tobilleras) pueden provo­
car escozor en pieles sensibles, por lo que hay extremar la higiene tanto de estas prendas
como de la piel del paciente.

7.3.3. Medios auxiliares de la marcha

A) Ayudas fijas:

- Pasamanos: se usan en pasillos, en hospitales, en residencias de ancianos...


- Barras paralelas. Se usan en la reeducación inicial de la marcha.

B) Ayudas autoestables:

- A ndadores. Se usan generalmente con personas de edad. Permiten una mar­


cha en tres tiempos (avance del a ndador, avance de un miembro, avance del
otro mie mbro). Existen gran variedad de andadore s: de ruedas, fijos, articulados
(avance alternativo de un lado y luego del otro, del andador, sin levantarlo).
- Bastones multi podales. Disponen de tres o cuatro puntos de contacto con e l suelo,
lo que otorga una amplia base de sustentación. Son difíciles de utilizar en escale ­
ras. Obliga al paciente a realizar pasos cortos debido a que la fuerza que se ejerce
debe estar centrada sobre la base de apoyo del bastón para que no pivote. En te­
rrenos irregulares funcionan mejor los trípodes que los bastone s de cuatro puntos.

C) Bastones:
- Bastones simples. Son los más utilizados. Proporcionan estabilidad y e quilibrio. Son
inestables, si sobre el bastón se ejerce una fuerza superior al 20-25% del peso cor­
poral. Si su e m pleo es bilateral se apoya en un mismo tie mpo los bastones y el
mie mbro afecto.

7.3.4. Transfer, grúas


A) Grúas: dispositivos metálicos que por medio de una bo mba hidráulica y de deter­
minados comple mentos, per miten la elevación, transporte y acomodamiento de
personas en diferentes lugares (cama, baño, etc.).

B) Distintos tipos de transfers:


- Cabestrillo flexible de gran ayuda para los asistentes a transferir y volver a co­
locar pacientes. Permite sujetarlos por detrás o por debajo según la situación,
y ya se trate de uno o de dos asistentes. Reduce considerable mente el esfuerzo
y aumenta la seguridad de las transferencias.
- Fabricada en madera laminada con sección que disminuye en los extre mos
para deslizar suavemente la tabla por debajo del paciente . Con orificios asidera
en ambos extremos para facilitar su agarre y transporte.
- De forma curvada para salvar fácil mente la rueda grande de las sillas de ruedas.
Sus cantos redondeados y superficie lisa permiten deslizarse có modamente
sobre la tabla . De plástico macizo y reforzado, resiste al agua y al astillado. Las
almohadillas antideslizantes de los extre mos de la parte inferior au mentan la
estabilidad durante la transferencia.

7.3.5. Otros materiales empleados en fisioterapia


Dentro del área de fisioterapia, ade más de los mencionados anteriormente existen
materiales que el celador adscrito a tal área deberá conocer co mo:
- Planos inclinados y bipedestadores, utilizados, mediante diferentes fijaciones o
cinchados, para colocar el paciente en posición vertical y realizar ejercicios postu­
rales y de columna.
- Barras paralelas regulables, de base móvil o fijas.
- Rueda de hombro, Se coloca fija a la pared. Mediante un soporte móvil puede su-
birse y bajarse el eje de giro para adaptarlo a la altura del paciente. Se utiliza para
realizar ejercicios de ho mbro.
- Espejo de Reeducación, de luna cuadriculada, de pared, con ruedas, etc. ..
- Saquitos de arena, utilizados como pesas en re habilitación (antes se empleaba
en planta como apoyo de uno de los mie mbros inferiores del paciente para fa­
vorecer su estabilidad cuando está acostado, hoy en día hay otros productos que
cu mplen la misma función).
- Poleas de pared, Se le adaptarán unas pesas y se utilizarán, sobre todo, para rea­
lizar ejercicios de musculación de mie mbros superiores.
- Mesa de mano universal o mesa de Kanavel, Está dise ñada para la recuperación
funcional de las extre midades superiores.
- Banco de cuádriceps o de Colson, Su utilización más co mún es la de fortaleci­
miento de cuádriceps.
- Bicicleta cinética.
- Tablas o discos de Bohler o Freeman, Son tablas de madera de forma rectangu-
lar o circu lar, utilizadas para la realización de diferentes ejercicios propioceptivos.
- Jaula de Rocher, formada por cuatro planos enrejados de unos 2 x 2 m de super­
ficie, dispuestos en forma cúbica que per miten la colocación de sistemas de sus­
pensión mediante la utilización de eslingas o reguladores, cuerdas, mosquetones,
eses metálicas, cinchas o hamacas de distintos tamaños, tobilleras, testeras y una
camilla de tratamiento para colocar al paciente.
11 Recuerda que...
Existen multitud d e materiales utilizados en las unidades .de fisioterapia
y Rehabilitación, los anteriores son algunos ejemplos, los más comunes,
los celadores deberán conocerlos y así integrarse dentro del equipo
multidisciplinar del Servicio de Rehabilitación.

8. Precauciones durante el traslado del paciente:


oxigenoterapia
El oxígeno (02) es un gas incoloro, inodoro, explosivo y altamente inflamable, por lo
que su manejo en Oxigenoterapia requiere importantes medidas de seguridad.
La oxigenoterapia consiste en la administración de oxígeno gaseoso (mezcla de aire
enriquecida con oxígeno) a un paciente, con la finalidad de establecer la tasa normal de
oxígeno en sangre. La administración de oxígeno se realiza en situaciones de hipoxia.
La administración de oxígeno puro mantenida por periodos prolongados, es peligro­
sa puesto que produce lesiones en el pulmón y cerebro además de ser un irritante de las
mucosas. Su uso en estado puro está desaconsejado y muy restringido.
La oxigenoterapia está indicada en todas aquellas personas que sufren hipoxia,
acompañada o no de hipercapnia (asfixia, elevaciones a grandes alturas donde descien­
de la Pp de 02, intoxicaciones por gases que bloquean la hematosis normal, insuficiencia
respiratoria, lesiones del Sistema Nervioso Central que afectan al centro regulador de la
respiración y alteraciones del transporte de oxígeno en sangre como en grandes hemo­
rragias, intoxicaciones por monóxido de carbono etc.).
La importancia de este tema para el celador es máxima, a menudo realizan traslados
de pacientes que estén sometidos a esta técnica y deben conocer todo el sistema para
actuar ante cualquier incidencia.
Es importante durante el traslado valorar el aspecto y el estado del paciente para de­
tectar situaciones de hipoxia que indicarían, o bien, un empeoramiento del cuadro o un
mal funcionamiento de los sistemas de administración de oxigenoterapia.

8.1. Métodos de administración de oxígeno


8.1 .1 . Equipos de oxigenoterapia
La administración de oxígeno tanto en el Hospital como en los centros de Salud pro­
cede de: La Central de Oxígeno o bien de balas, bombonas o tanques de oxígeno.
En la mayoría de Hosp itales existe ce ntral de oxíge no. El oxíge no se e ncue ntra alma­
ce nado en la Ce ntral, situada fuera del edificio ge neral del hospital, y llega a las habitacio­
nes de los e nfermos/as a través de tuberías.
A co ntinuació n pasamos a describir los difere ntes compo ne ntes de los equipos de
oxige noterapia:
- Balas de oxígeno. Las balas de oxígeno son cilindros de acero que contie ne n oxíge­
no a una presió n super ior a la atmosférica y a temperatura de 21 °C. Hay difere ntes
tamaños de balas, las mayores contie ne n 6.000 l., mientras que las peque ñas son de
350, 1 75 y 1 50 l. Este sistema se usa e n el transporte de e nfermos a los que hay que
administrarles oxíge no y e n pacie ntes a los que se suministra oxígeno a dom icilio.
Las u nidades en que se expresa la capacidad de u na bala puede ser: Litros (1), At­
mósferas de P, mm . de Hg o Kg/cm 3•
- Manómetro. Todo tanque está provisto de u n manómetro que m ide la presió n
de oxíge no e n el interior de la bala. El manómetro co nsta de u n reloj co n una cir­
cu nfere ncia graduada expresada en 1, mm de Hg, atmósferas, etc. y u na aguja que
expresa en cada mome nto la pres ió n existe nte en la bala.

1 ■ Pregunta de examen mayo 2017


El instrumento que mide la presión de oxígeno en el interior de la
bala se denomina:
a) Caudalímetro. □
b) Manómetro. 0
c) Soporte. □
d) Flujómetro. □

Manómetro, caudalímetro y bala de oxígeno


- Caudalímetro, manorreductor o flujómetro. En cualquiera de los casos, tanto
si el oxígeno se toma de la llave de paso existente en la habitación como si se
toma de una bala, es necesario para poder aplicarlo al paciente un Caudalímetro
o Flujómetro. Este permite controlar la cantidad de oxígeno que sale de la toma
por minuto. Se expresa en !/minuto. Consta de una válvula para regular el flujo de
salida de oxígeno.
- Sistema de humidificación:
Para administrar el oxígeno a los pa­
cientes hay que proveerlo del grado
de humedad adecuado para que las
mucosas del enfermo no se sequen y
mantengan la humedad adecuada tra­
tando de evitar su irritación.
Para ello se hace pasar el gas por un fras­
co humidificador que contiene agua des­
tilada. Se llena de agua destilada hasta el
nivel indicado. Debe vigilarse que el fras­
co siempre contenga agua a 37 °C. Vaso y caudalímetro

La tapa del frasco está perforada por dos tubos. Uno de ellos se introduce por uno
de sus extremos en el agua, unos 7-1 O cm. aproximadamente y por el otro extre­
mo se conecta con la toma de oxígeno. El otro tubo, se introduce por uno de sus
extremos en el frasco humidificador quedando 2-3 cm. por encima del agua y se
conecta al dispositivo del paciente (cánula, mascarilla, etc.).

li1 Actividad 1 1
Indica si la siguiente cuestión es verdadera o falsa:
El EPOC es un síndrome de hiperactividad bronquial desencadenado
por múltiples causas, que produce estrechamiento de la vía aérea de
severidad variable, que puede mejorar de forma espontánea o con
tratamiento y que desde el punto de vista clínico se caracteriza ge­
neralmente por disnea, tos y sibilancias de curso paroxístico.

Verdadera D Falsa D

8.1.2. Dispositivos para la a dministración de oxígeno


En la actualidad existen varios métodos para la administración de oxígeno, con carac­
terísticas propias y distintas aplicaciones.
Se pueden clasificar en dos grupos:
- Sistemas de circuito abierto:
* Mascarillas: Gafas nasales, mascarillas oronasales.
* Sonda o catéter nasal.
- Sistemas de circuito cerrado:
* Tienda de oxígeno.
* Campana de oxígeno.
Cuando el paciente está en coma o inconsciente y tiene dificultades para respirar por
sí solo, debe hacerse una intubación endotraqueal que facilita la administración de oxí­
geno. Si está lúcido y colabora deben utilizarse los otros métodos (sonda o catéter nasal,
gafas nasales, etc.).

liJ Actividad 1 2
Si en la unidad de hospitalización nos ordenan el traslado de un en­
fermo con oxígeno:

a) Un enfermo con oxígeno no se puede mover de la habitación. D


b) Se puede trasladar siempre que lleve una bala de oxígeno. D
c) No se puede trasladar dado que le falta el gotero. D

8.1 .2.1 . Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito
abierto
a) Sonda o catéter nasal
Es un tubo de grosor variable y 25 cm de longitud aproximadamente, de goma o plás­
tico flexible y transparente. Su extremo o punta es roma y presenta uno o varios orificios
en los 3 últimos cm del tubo. Se introduce por la fosa nasal hasta la orofaringe. Se fija
exteriormente con esparadrapo hipoalérgico.

Hay que vigilar su correcta posición y debe cambiarse cada 48 h. En cada cambio se alter­
na la fosa en que se coloca el catéter ya que puede irritar la mucosa nasal y de la orofaringe.
b) Mascarillas
Las mascarillas pueden ser nasales o gafas nasales y oronasales.
1 . Gafas nasales
Son tubos similares a las sondas, pero se adaptan a las dos fosas nasales simultánea­
mente. El oxígeno se administra al interior de las dos fosas nasales y no a una sola.
Tienen el inconveniente de q ue no llevan dispositivo para reg ular la concentración
de oxígeno y resecan m ucho las m ucosas. Su ventaja es q ue el enfermo p uede hablar,
comer, beber, etc.

Gafas nasales

2. Mascarillas oronasa/es tipo Venturi o Ventimask


Son dispositivos de plástico transparente que cubren nariz y boca. P ueden tener va­
rios orificios laterales con la finalidad de q ue el ox ígeno q ue fluye se mezcle con el aire
ambiental que respira el paciente.
Cada mascarilla está preparada para administrar una concentración de oxígeno de­
terminada q ue puede oscilar entre el 24 % y 40 %. Las más usadas son las que permiten
ádministrar una concentración del 24 % y 28 %.
También permite regular el fl ujo de oxígeno por minuto. Se expresa mediante un nú­
mero (2, 4, 6, etc.), e indica los litros por minuto q ue hay q ue administrar.
Cada mascarilla presenta una numeración: Ej: 24/2. Esto significa que para conseg uir
una concentración de oxígeno del 24 % hay q ue administrar un flujo de 2 litros por minuto .

..
Mascarilla oronasa/

Las concentraciones de oxígeno que se alcanzan son s uperiores a las conseguidas


con la sonda nasal pero, al ig ual q ue la anterior, se usan c uando se req uiere administrar
concentraciones bajas de oxígeno.
Además del anterior hay varios modelos en el mercado, con características peculiares:
- Mascarilla con bolsa reservorio, para administrar concentraciones superiores; 60 %
de oxígeno.
- Mascarilla de traqueotomía.
- Mascarilla oronasal de no reinhalación, la que produce una concentración de oxí-
geno más alta (90-95 %).

8.1.2.2. Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito cerrado
a) Tienda de oxígeno
Son tiendas de plástico transparente tendido de un soporte metálico. El paciente res­
pira dentro de un ambiente aislado. Se usa especialmente en niños/as, a los que resulta
incómodo y difícil colocarles una mascarilla de oxígeno y cuando se requiere administrar
concentraciones de oxígeno elevadas.
Para mantener las condiciones óptimas de temperatura, la tienda está provista de un
dispositivo refrigerador con ventilador incorporado que regula la temperatura. También
existe sistema de control de la humedad y concentración de oxígeno.

b) Campana de oxígeno
Es parecida a la tienda de oxígeno. Se pone a la cabecera de la cama y se limita a la
cabeza y cuello, dejando libre el resto del cuerpo.
Procedimiento para instalar una sonda o catéter nasal
- Material necesario:
* Sonda de calibre adecuado.
* Esparadrapo hipoalérgico.
* Lubricante.
* Gas y cremas para el cuidado de la nariz.
* Sistema completo de administración de oxígeno.
* Guantes estériles.
* Material para la higiene bucal.
- Técnica para instalarlo:
* Hay que calcular los cm de sonda que hay que introducir. Para ello se mide la distancia nariz-oreja-cuello.
* Colocarse guantes estériles.
* Lubricar la sonda en su extremo distal.
* Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión (Roser).
* Introducir la sonda despacio, sin forzar, hasta que llegue a la altura de la úvula.
* Fijar la sonda con el esparadrapo, a un lado de la cara, procurando que quede fijada a la altura de la oreja.
* Conectar la sonda al sistema de administración de oxígeno.
* Calibrar el flujo de salida de oxígeno.
* Cambiar la sonda de fosa nasal cada 48 h aproximadamente. A veces es necesario hacerlo antes.
* Hacer la higiene bucal.
* Cuidados de las fosas nasales {limpieza y aplicación de cremas).
* Vigilar su funcionamiento.
... .. ... ... ...n v v 1 1 ... . . JU 111.1.n ... 1 v 1 1 ...u .. 1.UJ I n... , .. . . . .. ..,, ' .... .., ........ V . ... v . ....... .... v .. VI. 1.UJ UIIJIUVJ 11111

Procedimiento para instalar mascarillas

- Material:
* Mascarilla nasal u oronasal, del calibre adecuado, y con la concentración y flujo de oxígeno ade-
cuado (24/2, 28/4, 35/6, etc.).
* Gasas.
* Sistema de administración de oxígeno.
* Material para la higiene de la boca y nariz.
- Técnica para instalarla:
* Colocar la mascarilla sujetándola con la goma por detrás de las orejas.
* Hay que tener la precaución de que al instalarla el oxígeno no llegue
a los ojos para evitar irritaciones.
* Regular el flujo de oxígeno que hay que administrar.
* Conectar la mascarilla con el sistema de administración.
* Abrir la llave de paso.
* Vigilar su funcionamiento.

8.2. Ventilación mecánica


Se denomina ventilación mecánica (VM) a todo procedimiento respiratorio que em­
plee un aparato, denominado genéricamente respirador, para i ntroducir aire en los pul­
mones del paciente.
Los procedimientos para i n crementar la ventilación alveolar se divide n en dos gran­
des grupos, dependiendo de cómo se acceda a la vía aérea.
Se habla de Ventilación mecánica invasiva (VMI), para referirse a aquellos casos en
los que se accede al interior de la vía aérea de forma artificial, por medio de la i ntubación
e ndotraqueal, y de Ventilación mecánica no invasiva (VMNI), para referirse a aquellos
otros en los que se emplean mascarillas nasales o faciales, en lugar de tubo endotraqueal.

rfl Sabías que...


La finalidad de la oxigenoterapia es aumentar el aporte de oxígeno a los
tejidos utilizando al máximo la capacidad de transporte de la hemoglo­
bina. Para ello, la cantidad de oxígeno e n el gas inspirado debe ser tal que
su presión parcial e n el alvéolo alcance niveles suficie nte para saturar
completamente la hemoglob i na. Es indispensable que el aporte ventila­
torio se complemente con una concentración normal de hemoglobina y
una conservación del gasto cardíaco y del flujo sanguíneo tisular. El efec­
to directo es aumentar la presión del oxígeno alveolar, que atrae consigo
una disminución del trabajo respiratorio y del trabajo del miocardio, ne­
cesaria para mantener una presión arterial de oxígeno definida.
8.2.1. Ventilación mecánica invasiva (VMI)
La asfixia se produce como consecuencia de la falta de aire (oxígeno) en los p ulmones
o bien por la imposibilidad de q ue el aire llegue a los alveolos p ulmonares (obstr ucción
de las vías respiratorias; falta de los movimientos respiratorios de la caja torácica).

El respirador sustituye en estos casos a


las funciones que en condiciones normales
realizaría la caja torácica (costillas, músculos
respiratorios, etc.) y el diafragma.
Hay dos tipos básicos de respiradores, a
saber:
- Respiradores de presión. Estos apa­
ratos permiten reg ular solamente la
presión de insuflación y exigen una es­
trecha vigilancia del paciente. Se usan
por lo general por periodos de tiempo
Respirador de presión
cortos y rara vez para la reanimación.
- Respiradores de volumen. Estos aparatos permiten la regulación de la presión
de insuflación, la frec uencia respiratoria por minuto, el volumen corriente, el por­
centaje de oxígeno y la relación inspiración-espiración. Son fáciles de regular y no
exigen una vigilancia tan estrecha como en el caso anterior. Se utilizan principal­
mente en la reanimación respiratoria.

Atención a los c uidados del paciente int ubado:


* Facilitar higiene bucal y nasal del paciente frec uentemente debido a que la
cavidad b ucal es una f uente primaria de infección para estos pacientes.
* Cambios de los sistemas según protocolo de la unidad. Generalmente los
h umificadores se cambian cada 24 horas y los tubos corrugados cada 48
horas.

8.2.2. Ventilación mecánica no invasiva


La Ventilación mecánica no invasiva (VMNI) se usa reg ularmente desde mediados del
siglo XX, pero fue en la década de los 80 c uando se pop ularizó definitivamente su uso,
especialmente en los tratamientos domiciliarios y er. las emergencias prehospitalarias y
hospitalarias. El aumento en la utilización de este procedimiento terapéutico se debe, por
un lado, a la mejora en la fabricación de las mascarillas de silicona y, por otro, a la dismi­
nución de las complicaciones en relación con la VM I.

Ventajas de la VMNI:
- Suele ser mejor tolerada por el paciente.
- No suele req uerir sedación.
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- Su uso es más rápido y seguro y menos traumático.


- El destete suele ser igualmente más rápido y seguro.
- Permite la tos y eliminación de secreciones.
- Permite que el afectado siga usando su propia musculatura respiratoria.
- Evita las complicaciones que supone la intubación traqueal: lesiones, neumonías
nosocomiales, barotraumatismos.
Contraindicaciones de la VMNI: coma, PCR, vómitos, alteración hemodinámica gra­
ve, etc.

A) Presión positiva continua en la vía aérea (CPAP)


El paciente respira espontáneamente (tanto en la inspiración como en la espiración)
un flujo de aire a una presión por encima de la atmosférica. Al administrar un nivel de
presión constante en la vía aérea, se consigue reclutar los alveolos colapsados.
La presión durante la inspiración (IPAP), es igual a la presión durante la espiración
(EPAP), consiguiéndose una presión positiva al final de la espiración (PEEP).

ril Sabías que...


La CPAP permite mejorar la oxigenación durante los primeros minutos
del tratamiento, siendo considerada como la forma de ventilación más
fisiológica y menos traumática. El sistema más usado es el de flujo libre
mediante el denominado Método CPAP Boussignac.

B) La ventilación con presión de soporte (PSV)


En este caso el respirador administra
una presión inspiratoria que se programa
a un determinado valor, mientras que la
espiración se realiza a presión atmosférica.
Dentro de los sistemas de P SV, el más co­
nocido y usado es la Presión de soporte bi­
nivel (BIPAP). En esta situación, se le añade
una presión al final de la espiración (PEEP).
Al utilizar la BIPAP, aplicamos un nivel
de presión durante la inspiración (IPAP)
y un nivel menor durante la espiración
(EPAP).
La VMNI, en cualquiera de sus variantes, se está demostrando como una alternati­
va válida en el tratamiento de muchos trastornos respiratorios, que hasta ahora estaban
abocados a la intubación orotraqueal y la conexión a ventilación mecánica, con todos los
efectos secundarios que esto producía.

En la actualidad sus principales indicaciones son:


- Insuficiencia respiratoria aguda ( I RA) hipercápnica y/o hipoxémica: EPOC reagu­
dizado, edema pulmonar cardiogénico, crisis asmática, bronquiectasias, síndrome
de distrés respiratorio agudo, deformidades de la caja torácica, trastornos neuro­
musculares (miastenia grave, distrofias . . . ).
- Insuficiencia respiratoria crónica hipercápnica. EPOC, asma, fibrosis quística.
- Síndrome de las apneas obstructivas del sueño.
- Síndromes de hipoventilación alveolar por afectación de SNC.
- Apoyo para el destete del respirador tras ser sometido a VMI.

8.3. Aerosolterapia
La aerosolterapia es un tratamiento habitual en los servicios de ORL, pediatría, neu­
mología y alergología, aunque también lo vienen utilizando los médicos de Atención Pri­
maria. La aerosolterapia es la forma de tratamiento que utiliza aerosoles de manera que
éstos son pulverizados para ser empleado por inhalación.

El fármaco más utilizado es el salbutamol, que es un agonista beta-adrenérgico de los


receptores /32• Este fármaco en aerosol es utilizado en el tratamiento del asma bronquial y
del broncoespasmo asociado a EPOC, bronquilectasia o infecciones pulmonares.
Como reacciones adversas del salb utamol destacan la taquicardia, palpitaciones,
temblor, ansiedad y cefaleas.

8.4. Vías aéreas artificiales: intubación endotraqueal y


traqueostomías
La actuación de los celadores en relación con estas vías artificiales de oxigenación se
limita a conocer los procedimientos y los sistemas para cuando sea necesario una movili­
zación de los pacientes se haga con las máximas garantías.

También en los procedimientos, el celador puede ser requerido para que ayude al
facultativo. Esta ayuda consistirá en colocar al paciente en la posición de Roser (con el
objetivo de mantener el cuello en hiperextensión) para llevar a cabo la intubación, con­
trolar la seguridad del paciente y facilitarle al facultativo la ayuda que necesite dentro de
sus funciones.
8.4.1. lntubación endotraqueal
La Intubación endotraqueal es la mejor manera de aislar una vía aérea comprometida,
siendo la técnica de elección en los casos que peligre la vida del paciente.
En la práctica hay tres tipos de intubación:
- Intubación orotraqueal. Es la más empleada. Se realizará con la ayuda de un la­
ringoscopio, precisando un tubo endotraqueal con neumotaponamiento del ta­
maño adecuado (n.0 8 en mujeres y n.0 8,5 en hombres).
- Intubación nasotraqueal. Se puede realizar en pacientes en los que se sospecha
lesión de columna cervical, fractura mandibular, o en los que la intubación orotra­
queal no sea posible. Los tubos serán de menor diámetro (n.0 7 o 7,5) y la mucosa
nasal debe ser irrigada previamente con una solución anestésica y vasoconstricto­
ra para evitar epistaxis.
- Intubación con transiluminación. Cuando una luz brillante se introduce en la vía
aérea superior, puede ser percibida a través de los tejidos del cuello cuando se en­
cuentra en el interior de la laringe o tráquea. Esto permite guiar la punta del tubo
a través de la glotis sin visualizar directamente las cuerdas. Se denomina «método
visual indirecto)).

Material necesario para una intubación

Cuando no es posible la intubación se utilizan otras técnicas:


- Punción cricotiroidea. Para ello se punciona con un angiocatéter del número 14
a través de la membrana cricotiroidea. Esta técnica precisa de conexiones especia­
les para asegurar una oxigenación de alta presión.
- Cricotiroidotomía . Existen sistemas preparados para esta técnica. En toda caso, y
en situaciones extremas, se puede realizar una incisión de 1 cm sobre el cartílago
cricoides, introduciendo el mando del bisturí girándolo posteriormente 90° para
introducir la cánula de traqueotomía.
8.4.2. Traqueostomía
Denominamos la traqueostom ía como técnica quirúrgica mediante la cual se abre un
orificio entre el segundo o tercer anillo traqueal, cuyo objetivo es el paso de aire entre la
tráquea y el exterior, para permitir la respiración, por medio de una cánula.

La traqueostomía se practica en los casos de perturbación grave de la función ven­


tilatoria, de forma que asegure la entrada de aire en el árbol traqueobronquial. Dichas
perturbaciones pueden ser debidas a:
- Obstrucción respiratoria a nivel de orofaringe, laringe o tráquea, secundaria a:
edema local (infección, alergia o reacción a tóxicos), traumatismos, tumores, mal­
formaciones, disfunciones neurológicas o cuerpos extraños.
- Intubación prolongada.
- Retención de secreciones con aspiraciones frecuentes y neumonía de repetición.
- Reducción del espacio muerto en la insuficiencia respiratoria crónica.

Se puede dar el caso de que ante una disnea severa, en la que no sea posible la intu­
bación y se prevea una parada cardiorrespiratoria, haya que realizar una traqueotomía
de urgencia.

Además de la traqueotomía reglada o la urgente, existen otras formas para permitir la


entrada de aire por la tráquea:
- Traqueotomía percutánea, menos cruenta, reduciendo el riesgo de estenosis
traqueal y disminuyendo la incidencia de infecciones, pudiéndose además realizar
en la cama del paciente.
- Traqueotomía translarínge a, aunque al igual que la anterior también puede rea­
lizarse en la cama del paciente, tiene un menor uso por su complejidad, riesgos y
medio de abordaje (desde el interior de la tráquea).

8.5 . Precauciones en la oxigenoterapia


Es necesario un comportamiento técnico correcto para evitar los accidentes. Con e l
fi n de evitar toda clase de errores e s necesario l o sig uiente:
- Prohibir fumar, así como el manejo de llamas, cerca de la instalación y del paciente.
- Las botellas se colocan verticalmente y siempre sobre un portabotellas.
- Comprobar la presión de oxígeno en las balas y tomas de la habitación, etc.
- Comprobar que el frasco humidificador contiene agua destilada hasta la señal in-
dicada.
- Comprobar que no existan fugas en las tomas de las habitaciones.
- - - - - · ·- - · · -· • - - ··--· ·-· - •• -- '' ........ ' ' · - · - · · ' -- · " ••• ·- -· · - - ' , . , _ " · - · - · ·-· • •• ""00 -·- . . . . . . . . . _ 1111•

- Controlar la temperatura de la habitación. Las tempe raturas elevadas pueden au­


mentar la p resión.
- Al instalarlo ve rificar que la concentración de oxígeno, humedad y flujo son ade­
cuados a lo prescrito.
- Comp robar la instalación a menudo.
- Comprobar que el paciente se coloca en posición de Fowler (si no tiene contrain-
dicación) ya que esta es la posición ideal para realizar este p rocedimiento.
- Comprobar el estado de la piel del paciente.
- Humedece r la cavidad o ral del paciente para evitar resecaciones.
- Comprobar el estado de las fosas nasales.
- Administrar líquidos según prescr ipción médica.
- Especial vigilancia a los recién nacidos y prematuros. Comp robar frecuentemente
el estado de las tiendas y campanas de oxígeno.

00 Actividad 1 3
Enumera las modalidades de intubaciones endotraqueales que existen:

1.
2.
3.
Sol ución a l as actividades
Actividad 1 .

a) Mecánica corporal. □
b) Arcos de movi miento. □
c) Cambios posturales. 0
Actividad 2.

a) De espaldas. □
b) De costado. □
c) Boca abajo. 0

Actividad 3.

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POSICIÓN ANATÓMICA
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FIGURA
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Decúbito dorsal
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Posición de Fowler ��-


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Posición de litotomía

Posición de T rendelenburg
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Posición de Sims �
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Actividad 4.

La inmovilidad se define como la disminución o interrupción de la capacidad para des­


empeñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras o tam­
bién como la incapacidad para desplazarse de forma independiente en su espacio vital.

Actividad 5.

a) Proteger la espalda haciendo uso de los músculos de las piernas para moverse
y levantarse. D
b) Se debe emplear el contrapeso del propio cuerpo para aumentar la fuerza
aplicada al movimiento. D
c) Siempre es mejor tirar de un objeto que empujar o deslizar. 0
Actividad 6.

a) Introducimos nuestros brazos por debajo de los del enfermo.


b) Se le pide que sitúe uno de sus brazos alrededor de nuestra cintura.
c) Flexionamos las rodillas, manteniendo la espalda lo más recta posible, y levanta­
mos al paciente de forma suave y firme.
d) Se debe proteger el cuerpo del paciente con el nuestro mientras dura el procedimiento.

Actividad 7.

a) Entrar empujando la silla de ruedas de frente para que pase primero la pacien­
te y quede colocada mirando al fondo, para sali r tirando de la silla caminando
de espaldas. D
b) Entrar primero, caminando de espaldas y ti rando de la silla para que la pacien­
te también entre de espaldas. Una vez dentro girar la silla de ruedas para salir
de la misma manera a como han entrado. 0
c) Entrar empujando la silla de ruedas de frente para que pase primero la pacien­
te y q uede colocada mirando al fondo. Una vez dentro girar la silla de ruedas
para salir de la misma manera a como han entrado. D
Actividad 8.

a) Introducimos nuestros brazos por debajo de los del enfermo.


b) Se le pide que sitúe uno de sus brazos alrededor de nuestra cintura.
c) Flexionamos las rodillas, manteniendo la espalda lo más recta posible, y levanta­
mos al paciente de forma suave y firme.
d) Se debe proteger el cuerpo del paciente con el nuestro mientras dura el proce­
dimiento.
Actividad 9.

La longitud del bastón debe adaptarse a la talla del paciente y debe extenderse
desde el trocánter mayor hasta el suelo.

Actividad 1 O.

Se recogen las funciones de las auxiliares de enfermería en la Unidad de Rehabilita­


ción en el artículo 83 del Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo (aunque fue
derogado por el Estatuto Marco, las funciones siguen en vigor).

Actividad 1 1 .

Falsa.

Actividad 1 2.

a) Un enfermo con oxígeno no se puede mover de la habitación. D


b) Se puede trasladar siempre que lleve una bala de oxígeno. 0

c) No se puede trasladar dado que le falta el gotero. D


Actividad 1 3 .

1 . Intubación orotraqueal.
2. Intubación nasotraqueal.
3. Intubación con transiluminación.

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