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Conciencia Caustiva

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Don A.

Sanford

Conciencia Cautiva

Un breve relato histórico sobre los


bautistas del Séptimo Día.

Traducción: Ib7 Chile

Sociedad Histórica de los Bautistas del Séptimo


Día
Janesville, Wisconsin, USA
SUMARIO

Prefacio
Prefacio y edición en español
Capítulo 1: El Origen en Inglaterra y los Estados
Unidos
Capítulo 2: Conferencia General de 1802
Capítulo 3: Los desafíos del siglo XX
Apéndice: La Iglesia Bautista del Séptimo Día en
Brasil
La Iglesia Bautista de Séptimo Día en Chile
Lectura Adicional

PREFACIO
EL JUILEO DE 75 AÑOS (1916 – 1991)

La Sociedad Histórica de los Bautistas del Séptimo Día


presenta este breve relato de la trayectoria de los Bautistas del
Séptimo día para ayudar a celebrar los 75° aniversario de su
formación. Entre tanto las raíces le la Sociedad y su historia
comenzaran hace más de un siglo. En 1863, la Convención
General organizó un comité de historia para preservar dos
siglos de documentos importantes.

En 1881, ese comité de historia de nuestra denominación


presento un documento que decía parcialmente: “… una
necesidad de la denominación al momento y un relato
completo, más conciso, de su origen, progreso y condición
actual (…) Tal relato inspirará muchísimo a la generación
presente con respeto y admiración por sus antecesores que
hicieran tanto para llevarlos a la condición de usar y utilizar la
posición ventajosa presente”.

El presidente de Milton College, William C. Whitford,


comprometiéndose a hacer las pesquisas necesarias para ese
estudio, en 1897, el comité anuncio que la “historia popular”
estaba siendo impresa lo más rápido posible. En 1902, fue
comunicada la muerte del sr. Whitford, con la observación de
que él había recopilado muchos datos e informaciones sobre
los Bautistas del Séptimo Día, todavía se estima que la mayor
parte del material estaría en notas personales, que dificultaría
su pleno entendimiento por otra persona.

La celebración del centenario de la Convención General en


1902, produjo una serie de artículos históricos que resultarían
en una publicación de dos volúmenes con 1500 páginas con el
título Seventh Day Baptists in Europe and America (Los
Bautistas del Séptimo Día en Europa y América), en 1910. Más
tarde, en 1972, fue lanzado el tercer volumen, escrito por el
Rev. Albert N. Rogers. A pesar de la enorme contribución
hecha para el entendimiento de nuestra historia, todavía faltaba
un breve relato.

Una historia del patrón de migraciones de los bautistas del


séptimo día fue escrita por el autor de este libro en 1975 con el
título A free people in search of a free land (Un pueblo libre en
procura de una tierra libre), que presentaba un aspecto de la
historia, pero de alcance limitado. En 1987, cuando este
historiador estaba trabajando, parte de su trabajo seria
recolectar el trabajo de otros y producir un relato conciso
guardado hace tanto tiempo. Y él se encontró con alguna de las
mismas cuestiones que ellos se habían enfrentado. Escribir un
relato conciso, completo y preciso sin una pesquisa de
documentación cabal no era recomendado. Solamente después
de cuatro años de pesquisas y de haber escrito un relato más
abarcante (con el título A choosing people: the history of
Seventh Day Baptists [Un pueblo que elige: la historia de los
Bautistas del Séptimo día], lanzado en 1992 en UEA) y que su
autor se sintió preparado para resumir más y preparar este libro
menor.

Entiéndase que este breve relato servirá de introducción a los


casi 350 años de historia de los bautistas del séptimo día,
siendo útil para comprender la historia y la administración
interna de la denominación, y que será un instrumento para
transmitir esa herencia a los que no están familiarizados con
los bautistas del séptimo día; y también acortara el estudio más
detallado y del examen de las creencias y prácticas de los
bautistas que aceptaran el séptimo día de la semana como el
día de descanso bíblico.

El autor reconocer estar en deuda con Janet Thorngate,


bibliotecaria y archivista que ayudo en la producción de este
libro. En el proceso de pesquisa y escritura ella previno muchas
ideas construidas sobre el trabajo. También seleccionó las
ilustraciones y las subtitulo, a modo de tener preparado el
manuscrito para la publicación.

Rev. Don A. Sanford, historiador

Sociedad Histórica de los Bautistas del Séptimo día.

Prefacio y edición en español


Con gran satisfacción y alegría en nuestros corazones, es que
colocamos a disposición de los lectores hispanoparlantes,
hermanos en Cristo, y en especial al pueblo Bautista del
Séptimo día, esta obra que relata nuestra historia.

Agradécenos a DIOS por esta dadiva y deseamos que la


narrativa de los hechos que envolverán el origen de nuestra
denominación en Inglaterra y posteriormente en los Estados
Unidos, nos traiga incentivo de desenrollar de nuestra propia
historia, que esperamos publicar en breve.

Nuestra gratitud es a DIOS y a la Sociedad Histórica Bautista


del Séptimo día, a la querida hermana Janet Thorngate, y a la
Conferencia Bautista del Séptimo día brasileña, que nos ha
apoyado e incentivado en la formación de nuevas
congregaciones a través de Latinoamérica.

Agradecemos a DIOS y a nuestros líderes el formar, crear y


organizar un ministerio de Publicaciones a nivel hispano
parlante y un lugar de impresión y distribución para todas las
comunidades IB7 y BSD.

Casa Editora Latinoamericana IB7 – BSD

Capítulo I
El origen en Inglaterra y los Estados Unidos.

Cuando Martín Lutero se puso de pie frente a sus acusadores


en 1521, él dijo algo que transformo el curso de la Iglesia
Cristiana para las futuras generaciones.
A no ser que sea convencido por el testimonio de las Escrituras […] a
mi convicción mi conciencia esta cautiva a la palabra de DIOS – nada
consigo, no quiero retractarme, porque es difícil, maléfico y peligroso ir
en contra la conciencia. Dios que me ayude, Amen.

La devolución de las Escrituras a la Iglesia


La Reforma Protestante, de cual Martín Lutero fue parte, fue la
tentativa de reformar la Iglesia Católica las prácticas que
tenían poco o ningún fundamento bíblico. Los reformadores
acreditaban que la Iglesia cristiana había tomado caminos
errados y negligenciado las verdades expuestas en la Biblia.
Los Bautistas del Séptimo Día, por casi 350 años, están entre
los que acreditan que el bautismo posterior a la profesión de fe,
el sacerdocio de todos los creyentes, el séptimo día como día
de descanso so verdades negligenciadas por la mayor parte de
la iglesia cristiana. Sobre estos asuntos ellos tomaran una
posición, pues su conciencia estaba “cautiva a la palabra de
DIOS”.

Reformadores Protestantes

Los reformadores del comienzo del siglo XVI discordaban de


cuáles serían los cambios necesarios de la iglesia. Lutero en su
lucha personal, descubrió el principio bíblico de la justificación
por la fe y protesto contra la presentación de la Iglesia Católica
Romana de conceder salvación a alguien mediante el pago de
una tasa. Juan Calvino enfatizo la soberanía divina absoluta
sobre la vida de los hombres, incluyéndose la predestinación
de la salvación de los elegidos. Los anabaptistas intentarán
seguir las instrucciones del Nuevo Testamento: “Cree y se
bautizado”. André Fischer un anabaptista que vivió e Europa
Central en la misma época que Lutero y Calvino, afirmo que el
tiempo específico de apostasía comenzaría cuando la iglesia
abandonase el mandamiento de descaso del sábado o lo
sustituyese por el domingo.

Los reformadores ingleses de la época de Enrique VIII


separaran políticamente a la Iglesia de Inglaterra (Iglesia
Anglicana) de la Iglesia Católica Romana, pero mantendrían la
mayor parte de su teología y administración. Aun así, esa
reforma difícilmente habría acontecido si no fuese por el
trabajo anterior de hombres como John Wycliffe, que tradujo la
Biblia para la legua del pueblo. Armadas de la palara de DIOS,
las personas estaban prontas a los cambios. Los puritanos
querían “purificar” la Iglesia y sustituir en sus cultos y practicas
el Libro de oración común por la Escrituras. Los separatistas
estaban convencidos de que la única forma de restaurar las
normas del Nuevo Testamento en la iglesia, era separarse de
la iglesia nacional. Entre esos separatistas estaban los
bautistas y los congregacionalistas, que veían a la iglesia como
una comunión de creyentes.

El origen de los Bautistas

Los bautistas se remontan a John Smyth y Thomas Helwys. En


1609, John Smyth escribió que los niños no deberían ser
bautizados por dos razones bíblicas; la primera es porque no
hay ningún ejemplo en el Nuevo Testamento de que bebes
hayan sido bautizados por Jesús, ni por sus discípulos; la
segunda, Jesús ordeno a sus discípulos que enseñasen y
después bautizasen. Thomas Helwys, fundador de la Primera
Iglesia Bautista de Inglaterra en 1611, acepto las ideas de
Smyth expandiéndolas, incluyendo el mandato de Jesús de
testimoniar la propia fe.

Los bautistas ingleses del siglo XVII dependerán de los


reformadores del siglo anterior para tener solo preparado para
que reformas más profundas ocurriesen. Más los bautistas se
reusaran a identificarse con cualquier otro grupo, tal como los
anabaptistas con los cuales compartían varias creencias. Al
separarse de la Iglesia de Inglaterra por su dependencia y
tradición y por su régimen autoritario, los bautistas afirmaran
las bases de sus convicciones sobre el libre examen de la
Biblia, independiente de “sucesión apostólica”. Por lo tanto, los
Bautistas del Séptimo Día no intentan de trazar una línea de
observancia del sábado hasta llegar a la iglesia del Nuevo
Testamento. Las Escrituras proveen la razón suficiente para
esta práctica.

En 1620, el pastor John Robinson (que pertenecía a un grupo


de inmigrantes puritanos ingleses) permaneció en Holanda, en
cuanto muchos miembros de su congregación embarcaban
para las colonias americanas a bordo del navío Myflower. Al
hacer su predicación de despedida, presento honra a los
reformadores, más recordó a sus parroquianos que “El Señor
aún tiene muchas verdades y luz para mostrar en su Santa
Palabra … No es posible que el mundo cristiano haya salido
tan recientemente de tamañas oscuridades anticristianas y
que una completa perfección de conocimiento fuese mostrado
de una vez”.

Restauración de la observancia del sábado en Inglaterra

Los bautistas del séptimo día creían que el sábado era una de
las verdades que todavía tenían que ser restauradas de la
Santa Palabra de DIOS y que el conocimiento completo de ella
debería incluir el sábado. William S. Brackney comenzó su libro
titulado The Baptists (Los Bautistas) con un resumen de la
historia de los bautistas en Inglaterra. Después de describir el
comienzo de los bautistas particulares y generales, observo
que los bautistas del séptimo día eran parte de ese movimiento
separatista.
La tercera corriente de convicción bautista demanda atención.
Numéricamente pequeña, más fuertemente perseguida, ni por eso
menos flexible en relación a su fe son los bautistas del séptimo día. La
búsqueda de las bases bíblicas de la época, cuando las Escrituras
estaban siendo constantemente escrutadas como patrón de doctrina y
práctica de la iglesia libre, no causo admiración el hecho de que una
persona o iglesia llegara a la conclusión de que la observancia del
sábado fuese un requisito inevitable del cristiano bíblico.

A pesar de el mismo no ser bautista del séptimo día, es uno de


los escritores antiguos más influyentes sobre la observancia
bíblica del sábado fue Theophilus Brabourne, un sacerdote de
la iglesia de Inglaterra. En 1628 el público A discourse uppon
the Sabbath day (Discurso sobre el Sábado). El apelaba a los
líderes de la iglesia al retorno del día de descanso según la
Biblia. A pesar de estar convencido sobre el sábado, Brabourne
no fue exitoso en convencer a los líderes de la iglesia de
Inglaterra y continúo en ella, a pesar de haber pasado un
periodo en prisión.

El origen en Inglaterra en el siglo XVII

Los puritanos bajo el comando de Oliver Cromwell,


establecerán un estado democrático, después de la Guerra
Civil Inglesa y de la ejecución de Carlos I, en 1649. Cambios
políticos y religiosos favorecerán el desenvolvimiento de las
doctrinas bautistas. Una década de relativa paz sobrevino
después de años de autoritarismo por parte de la Corona
Inglesa y de la Iglesia Estatal. Ahora las personas podían
seguir las Escrituras en su adoración particular y publica. Los
bautistas del séptimo día remontan sus orígenes a esta época
como denominación separada.

Una década de libertad (1650 – 1660)

En los primeros escritos en apoyo al retorno del sábado bíblico


hecho por un bautista fue el de James Ockford. El escribe un
libro 1650 titulado The doctrine of the fourth commandment,
deformed by popery, reformed and restored to its primitive
purity (La doctrina del cuarto mandamiento, reformado por el
papado, reformada y restaurada a su pureza original). El
parlamento ingles prohibió el libro y ordeno que sus copias
fuesen quemadas. Pero el asunto continuó hasta atraer a otras
personas que buscaban restaurar el sábado bíblico en la
iglesia. Henry Hessey era uno de los que aceptaban el reposo
sabático. Él era el pastor de una Iglesia Congregacional libre,
conocida como “Iglesia de Jacob, Lathrop e Jessey”. El
continuó su pastorado, pero se reunía secretamente el sábado
para adoración, con miedo de alguna persecución. Sus
biógrafos escribirán que el “guardaba su opinión (sobre el
sábado) para sí mismo, y guardaba el día en sus aposentos,
con cuatro o cinco otros (hermanos), pero el primer día (de
semana) predicaba como de costumbre”.

El primer pastor mencionado, cuya congregación guardaba el


sábado en esa década, fue William Saller. Él sirvió a la iglesia
de Londres, que más tarde vendría a ser conocida como Iglesia
Bautista del Septimo dia de Mill Yard. La iglesia de Mill Yard,
que ahora está en el distrito de Tottenham, en Londres, es la
más antigua d las iglesias bautista del séptimo día que existe.
El Dr. Peter Chamberlen, médico personal de Carlos i y Carlos
II, era ligado a esta antigua congregación. En 1683, su lapida
dice que el guardo el sábado “por más de 32 años”,
demostrando la aceptación de tal práctica ya en 1651. Los
registros muestran que existían tres congregaciones de
cristianos que guardaban el sábado en Inglaterra en 1657: dos
en Londres y una en Colchester.
La observancia del sábado en tiempos de persecución

Cuando la monarquía fue restaurada 1660, hubo restricciones


en la libertad religiosa. La declaración de Breda, que colocó al
rey Charles II en el trono de Inglaterra, impuso algunas
restricciones a los poderes reales. No estaba incluida una
cláusula que prometía libertad “en asuntos religiosos que no
venían a interferir en la paz general del reino”. Rápidamente
quedo claro como esa interferencia de paz podía ser
interpretada de modo más amplio para el parlamento. El pastor
John Belcher y varios otros miembros de la congregación
bautista del séptimo día en Bell Lane, en Londres, fueron
aprisionados por sus convicciones religiosas no conformistas y
por ser sospechosos de alianza política con el movimiento de
Quinta Monarquía. En un sábado de 1661, John James fue
tirado de su púlpito debido a acusaciones parecidas. Él fue
juzgado, condenado y ejecutado. Cuando estaba por ser
ejecutado, declaro su fe bíblica, incluyendo la observancia de
los diez mandamientos. Sus últimas palabras incluirían la
siguiente declaración “Yo realmente acredito que el santo
sábado del Señor o séptimo día de la semana, es el día de
descanso del Señor “.

Francis Bampfield, formado en Oxford, fue excluido de la iglesia


de Inglaterra en 1662, por no conformarse con el uso del Libro
de oración común. Fue aprisionado, y en la misma prisión
organizo una iglesia para prisioneros y visitantes. Para luego
de 1665, sus estudios de las Escrituras y las preguntas que les
eran hechas sobre el sábado, no convencerían de su validez.
No contento, el guardo el sábado de forma privada, pero
después de conseguir algunos conversos, proclamo
abiertamente, y dirigió cultos el séptimo día. Después de ser
liberado el inicio la Iglesia Bautista del Séptimo día de Pinner´s
Hall, Londres, en 1676. Algún tiempo después, Bampfield fue
preso por predicar en un sábado. Los rigores de la vida en
prisión agotarían su forma física, pero no su capacidad
intelectual ni religiosa. Su último trabajo, publicado en el año de
su muerte en prisión en 1684, fue apropiadamente llamado The
Scripture (La Escritura).

La iglesia de Pinner´s Hall estaba íntimamente ligada a la


familia Stennett, de la cual saldrían cuatro generaciones de
ministros y escritores de himnos destacados entre los bautistas
del séptimo día y los demás bautistas. Edward Stennett,
bautista residente en Abingdon, acepto la observancia del
sábado y escribió un librito en 1658 titulado The royal law
contended for (La vindicación de la ley real). El intento probar
por medio de las Escrituras que los diez mandamientos todavía
seguían en vigencia. Stennett fue una voz de gran importancia
entre los bautistas del séptimo día en Inglaterra, por más de 30
años. Él se comunicaba con los sabatistas de Rhode Island, en
EUA.

El hijo de Edward, Joseph, fue ordenado en 1690, como pastor


de la iglesia de Pinner´s Hall, donde sirvió hasta el fin de su
vida. Joseph es recordado por su talento como escritor, y no
solo por los bautistas del séptimo día, así también en toda la
comunidad religiosa. El compuso muchos himnos sobre la cena
del Señor, el bautismo y el sábado. Su himno más conocido
sobre el sábado es Another six days work is done (Han
terminado otros seis días de labor).

Como la iglesia de Inglaterra se tornó preponderante por su


apoyo al gobierno, las minorías comenzaron a sentir
dificultades de mantención de su existencia. Algunas fuentes
arrojan más de 30 iglesias bautistas del séptimo día, durante
sus casi tres siglos y medio de existencia en Inglaterra. Muchas
de ellas eran pequeños grupos de personas que realizaban
estudios de las Escrituras de manera convincente sobre la
cuestión de guardar el sábado bíblico. El número de iglesias
genuinas probablemente no sobrepasaba las dieciséis – tres en
Londres y las otras esparcidas desde el Mar del Norte hasta el
canal de la Mancha. Apenas dos iglesias continuarían hasta la
última década del siglo XX: la Iglesia de Mill Yard en Londres, y
una más reciente la Iglesia de Birmingham. Los miembros de
ambas remontan a la Convención de la Iglesia Bautista del
Séptimo día de Jamaica.

En 1698, Francis Bampfield y Edward Stennett propusieron una


reunión general para todos los bautistas del séptimo día,
incluyendo representantes americanos. Entre tanto esas
reuniones jamás acontecieron en Inglaterra, pero en los
Estados Unidos ese relacionamiento entre las Asociaciones se
tornó muy importante.

Origen en los Estados Unidos

Los bautistas del séptimo día americanos remontan a tres


centros en colonias donde la libertad religiosa era alentada:
Rhode Island, Pensilvania y Nueva Jersey. Las iglesias de
Newport (en la región de Filadelfia) y de Piscataway que eran
originalmente independientes, y fueron fundadas sobre
diferentes circunstancias. Pero todas, las tres, comenzarían
como resultado del estudio de las Escrituras.

Rhode Island (1671)

La primera iglesia bautista del séptimo día en Estados Unidos


fue organizada en diciembre de 1671, por miembros de una
iglesia bautista que pasaron a creer en la observancia del
sábado según la Biblia. Stephen y Anne Munford, que
guardaban el sábado, eran miembros del a iglesia bautista de
Tewksbury, de Inglaterra, cuando emigraban para los Estados
Unidos en 1664, durante un periodo de persecución a los
disidentes por aquella misma época, de acuerdo con el diario
de Samuel Hubbard, su esposa, Tacy, “comenzó a guardar el
sabado del Señor, o séptimo día” el 10 de marzo de 1665. En
un año su esposo, sus tres hijas y uno de sus yernos la
seguirían. Al final de la década había nueve personas en la
congregación observantes del sábado, juntamente con otros
migrantes del oeste de la colonia.

Por varios años los sabatistas continuarían como miembros


activos de la Primera Iglesia Bautista de Newport. Pero en
1669, dos parejas rechazarían la guarda del sábado y se
posicionarían en contra de esta práctica. Otros encontraban
difícil participar de la Cena del Señor con quien entendiera la
verdad y después apostatara de ella. Los bautistas del séptimo
día ingleses, por intermedio de su correspondencia, pedirían
cautela y amor por todos los santos, continuando a tomar la
Cena del Señor con ellos, y que dejaran que ellos mismos
decidieran, si se sentían particularmente ofendidos. Por fin en
1671, cuando el pastor predico que la doctrina del sábado
llevaría a las personas a abandonar a Jesús y aceptar a
Moisés, aconteció la división. Cinco miembros (Samuel y Tacy
Hubbard con sus hijas, Rachel Langworthy, William Hiscox y
Roger Baster) se desligaron de ella. Ellos se unirían con
Stephen y Anne Mumford para formar la Primera Iglesia
Bautista del Séptimo día de los Estados Unidos.

Antes de que la iglesia de Newport se fundara, miembros de la


familia Hubbard se mudaron para la región de Narraganset, al
oeste de Rhode Island. Por casi treinta años un grupo de la
iglesia de Newport realizó cultos en un lugar antes llamado
Westerly. En 1708, fue organizada la Primera Iglesia Bautista
del Séptimo día de Hopkinton, actualmente Ashaway (Rhode
Island). Esta es la más antigua de las Iglesias Bautista del
Séptimo día que todavía actúa en los Estados Unidos.

Pensilvania
El movimiento bautista del séptimo día en Pensilvania nació de
la “división keithiana”, ocurrida entre los cuáqueros. George
Keith entro en conflicto con otros cuáqueros con respecto a las
creencias de ellos, de que cada persona posee en sí misma la
gracia divina suficiente para la propia salvación. Keith
acreditaba la salvación proveniente solo por medio de
Jesucristo y no de su propia persona. En 1691, cuarenta y ocho
personas firmaran una confesión de fe y una declaración
esclareciendo su separación de los cuáqueros. Esa declaración
daba preeminencia a la Biblia y a los mandamientos de Dios.
También insistía en que los nombres de los días de la semana
y los meses deberían derivar de los números, tal como el
primer día, segundo día, etc. En concordancia con las
Escrituras, en vez de nombres de origen pagano. Con tamaña
atención dada a las Escrituras como referencia para todos los
aspectos de su vida, era inevitable la percepción de
inconsistencia entre el culto presentado al primer día de la
semana (domingo) a dar paso a lo que la Biblia presenta su
realización en el séptimo día (sábado).

Abel Noble y William Davis estaban entre los subcreyentes de


“Declaración Keithiana”. Ellos se transformaron en el primer
grupo de bautistas de séptimo día en aquella región. No está
claro si Noble creyó en el sábado por medio de estudios
particulares de las Escrituras o por causa de contactos con
miembros de la iglesia de Newport, recién emigrados para Long
Island y para el Sur de Nueva Jersey. De cualquier modo esos
contactos los llevaran a conocer un grupo de personas con
quienes ellos se pueden identificar.

La Primera iglesia en la región de Filadelfia identificada con los


Bautistas del séptimo día fue fundada por miembros de grupos
bautistas keithianos. Esos autistas se comenzaron a reunir por
alrededor de 1700 en la casa de Thomas Powell en Newtown
(en el condado de Chester); Thomas Martin era su pastor.
La segunda iglesia ubicada en Pennepek, aproximadamente
catorce kilómetros de Filadelfia. Los registros de la iglesia de
Mill Yard, en Londres se refieren a una carta recibida en 1701
de una reunión trimestral acontecida en la casa de Thomas
Rutter, diciendo que muchas de las personas de ahí se habían
convertido en sabatistas.

La iglesia Nantmeal, fundada en 1722 en el condado de


Chester, fue la tercera iglesia de la región. Muchos registros se
refieren a esa iglesia como iglesia de French Creek. Era la
mayor Iglesia Bautista del Séptimo día en la región y la única
propietaria de un templo propio, construido en 1762. De esta
iglesia varias familias emigraran para formar comunidades de
corta duración en lugares como Broad River (Carolina del Sur)
y Tuckaseeking (Goergia).

La cuarta iglesia ubicada al sur del condado de Chester, cerró


la divisa como el Estado de Maryland, en Nottingham. Ella fue
directamente afectada por la ley estatal de reposo dominical de
1794 – destinada a fortalecer la observancia del domingo pero
que acabo con volverse muy discriminatoria en relación a los
sabatistas. Su número nunca fue muy grande y las migraciones
para las regiones del Oeste del Estado de Virginia la llevaron a
desaparecer.

Un movimiento bastante ligado a esas iglesias surgio entre los


pietistas alemanes bajo el liderazgo de Conrad Beissel. Debido
a la influencia de los Bautistas del séptimo día en la región de
Filadelfia y por el estudio cuidadoso de las Escrituras, ellos
aceptarían la observancia del sábado. 1733, fundarían la
Congregación Bautista del Séptimo día Alemana, como una
comunidad apartada en Ephrata (Pensilvania). Algunos de los
edificios de esa comunidad semi-monástica fueron restaurados
por el Estado y están abiertos para la visitación pública. A
pesar de no ser considerados parte del movimiento bautista del
séptimo día, ellos mantendrían un relacionamiento amistoso
con el pasar de los años.
Nueva Jersey (1705)

Piscataway, al norte de Nueva Jersey, fue el tercer lugar de


origen de los bautistas del séptimo día en los Estados Unidos.
En 1705, el diacono de una iglesia bautista, Edmund Dunham
vio a Hezekiah Bonham realizando “trabajos manuales” en
domingo. Encontrando que en su deber cristiano, lo reprendió
por estar quebrantando la ley de DIOS. Bonham exigió una
demostración de alguna prueba bíblica de que el primer día de
la semana debería ser guardado de acuerdo con el
mandamiento divino. Edmund Dunham acepto el desafío, y solo
con la Biblia procuro probar lo que pensaba, y el mismo
también pidió a otros miembros de su grupo de estudios
bíblicos, para que lo ayudaran a encontrar. Después de ese
estudio, el y más de diecisiete personas se convencerían de la
validez de la observancia del sábado y comenzaron a reunirse
en la casa de Dunham. La mayoría continuo siendo miembro
de la iglesia bautista, más el asunto era tan esencial que los
sabatistas se retiraban de la iglesia para que hubiese paz. Ellos
harían una alianza el 19 de agosto de 1705 y Edmund Dunham
fue electo pastor y enviado para Rhode Island, donde fue
ordenado en Hopkinton por la iglesia de Newport.

Otra colonia de bautistas del séptimo día se ubicó en


Cohansey, South Jersey (más tarde denominada Siloh).
Algunos delos primeros miembros de esa colonia eran
bautistas venidos del País de Gales que se habían quedado en
Swansea (Massachuset). Una serie de incursiones indígenas
acontecidas alrededor de 1675, les forzó a buscar refugio en la
vecina Rhode Island. Por causa de los contactos con los
bautistas del séptimo día de Newport y de Hopkinton, varias
familias se convencerán de la enseñanza bíblica de la
observancia del sábado. Con el aumento de las persecuciones
por parte de los puritanos en Massachusets, los bautistas del
séptimo día decidirán no volver a Swansea. En 1685 un
miembro de ese grupo, Robert Ayars, compro un lote de tierra
grande cerca del rio Cohansey (Nueva Jersey), donde el
gobierno prometió que nadie seria perturbado por causa de sus
creencias o prácticas religiosas. En 1687 y 1690, ocurrirían
migraciones que traerían a otros de New England para
Cohansey, donde pudiera seguir y enseñar la biblia sin
interferencia y libremente. En 1737, la iglesia bautista del
séptimo dia de Siloh fue fundada e incluida con miembros de
Newport, de la región de Filadelfia y de las iglesias de
Pistacaway.

El condado de Monmouth, Shewsbury fue la tercera colonia


bautista del séptimo dia en Neva Jersey. La escritura de tierra
garantía “libertad de culto para todos los trabajadores y
habitantes de la tierra”, dieron valor a los bautistas que vivían
en ella. Cerca de quince miembros de la iglesia de Hotkinton,
moradores de la región de Stonington, en Connecticut, se
mudaron para Shrewsbury en 1745. Su líder era William Davis,
que se uniría a Abel Noble en la “división keithiana” los
cuáqueros que venían pastoreando la iglesia en Pennepek
antes de mudarse a Connecticut.

De Rodhe Island, de Pensilvania y de Nueva Jersey, los


bautistas del séptimo día se programaran con sus migraciones
para el oeste, por el centro y le oeste del Estado de Nueva
York, del oeste de Virginia y los estados que componen el
antiguo territorio del Noroeste, por las grades planicies y
rocosas, hasta la costa del océano pacifico.

Separados si, sectarios no

Conforme los bautistas del séptimo día migraban, mantenían


unidad con otros grupos, basados en estrechos lazos
familiares, en reuniones anuales, en encuentros de adoración
y comunión, visitas de representantes y boletines. Ellos
establecían colonias en donde los miembros podían vivenciar la
práctica bíblica de la observancia del sábado. Eran alentados
por las migraciones de otros en procura de una comunidad
donde sería más fácil practicar su fe. Así mismo, como escribió
el historiador bautista Dr. Winthrop Hudson, los bautistas del
séptimo día son “separados, si, sectarios no”.
Sus devociones tienen que haber sido mayor que sus convicciones,
más fuertes que las de muchos miembros de iglesias más comunes, y
estas tenían que ser verdaderas para que ellos pudiesen sobrevivir. A
pesar de eso, ellos no son intolerantes. Ellos permanecen fieles a lo
que acreditan que se les dejo ordenado por las Escrituras, pero ellos
no hacen de este punto de discordia una muralla de separación entre
ellos y otros cristianos. Ellos se niegan a declaran que aquellos que no
están de acuerdo con sus prácticas, están fuera de la comunión con
Jesús.

En Inglaterra, esa apertura fue demostrada por la presencia de


sabatistas dentro de otras congregaciones y por los ministros
bautistas del séptimo día que predicaban en otras iglesias
bautistas independientes. Ese ecumenismo fue llevado para las
colonias americanas. La Iglesia Bautista de Newport de la cual
los bautistas del séptimo día se habían separado, se quedó sin
pastor el año 1694. Los registros muestran que ellos votaron
para “someterse por un tiempo, al ministerio del Rev. Sr.
William Hiscox, de la Iglesia del Séptimo día”. La mayor parte
del siglo XVIII, una capilla localizada en el litoral, Green End,
fue usada por varias iglesias bautistas de Newport, y ayudo a
preservar el testimonio bautista durante un periodo de
ocupación inglesa de aquella ciudad visitando y alentando a los
miembros de iglesias sin pastor en aquella región.

Responsabilidad política

La historia de los bautistas del séptimo día también muestra el


sentido de responsabilidad en cuestiones políticas. Varios
miembros de las iglesias de Newport y Hopkinton fueron líderes
políticos en la colonia de Rhode Island. Richard Ward fue
gobernador en 1740 a 1742 y dos de sus hijos fueron
secretarios de estado por cincuenta años, de 1747 a 1797. Su
tercer hijo, Samuel, fue representante de la ciudad de Westerly
e la Asamblea General, responsable del poder legislativo e
algunas ciudades americanas. Se trasformó en el Presidente
del Tribunal de Justicia de su colonia en 1761, y en 1762 fue
elegido gobernador. En 1774, él se hizo miembro del Primer
Congreso Continental. Al año siguiente, participo como
Presidente del Comité General para debatir la situación de los
Estados Unidos frente a Inglaterra, al Segundo Congreso
Continental, el habría sido uno de los designados para firmar la
Declaración de Independencia, el caso es que falleció tres
meses antes de la ratificación, por viruela.

Muchos bautistas del séptimo día fueron oficiales y soldados


durante la Revolución. Ebenezer David fue capellán del ejército
y ministró a las tropas antes de morir de tifus en 1778. El Rev.
Jacob Davis fue capellán en la región de Shrewsbury, pero
retornaba a casa para ministrar su iglesia. Otros se envolvieron
en la Revolución de manera más pasiva. La iglesia de
Pistacaway estaba localizada en el medio del territorio ocupado
por las fuerzas armadas, y sus miembros sufrieron
grandemente.

Resistencia valiente

Otros bautistas del séptimo día tomaran una posición más


pacifista, por temor en la lectura de las Escrituras y su propia
conciencia. Jhon Horn, pastor oriundo de las iglesias de
Pensilvania, fue tomado prisionero y multado por no enlistarse,
debido a su objeción de conciencia. Más tarde fue liberado por
causa de la apelación al consejo donde Benjamín Franklin era
Presidente. Los bautistas alemanes del séptimo día de Ephrata
mantuvieron su posición pacifista, pero así mismo se
involucraron en la guerra, ofreciendo ayuda humanitaria.
Después de la batalla de Brandywine, en 1777, George
Washington, propuso la idea de que los heridos fueran llevados
a Ephrata, donde sabía que serían cuidados de forma bastante
humanitaria. Por causa del tifus y de la fiebre que se esparcían,
muchos hermanos murieron y dos de sus mejores predios
tuvieron que ser quemados para no contaminar la colonia.

La desobediencia civil fue la elección de algunos cuando su


creencia en el sábado genero conflictos por causa de las leyes
estatales discriminatorias. En 1794, el Estado de Pensilvania
aprobó la ley de observancia dominical que se oponía a los
bautistas del séptimo día.

Un tratado firmado que incluía a muchos no sabatistas, fue


presentado al poder Legislativo. Los representantes pedían
inmunidad de penalidades previstas en la ley para que se
observase el sábado de forma consiente. El conflicto aconteció
cuando Richard Bond, miembro de la iglesia de Nottingham, fue
llamado para participar en el jurado. El participo fielmente hasta
que una noche de viernes, cuando entro el pidió ser escusado,
alegando ir en contra de su conciencia, el trabajar en sábado.
El juez lo trato de hipócrita y ordenó que continuase.

En 1788, Elhanan Winchester, conocido teólogo inglés,


homenajeó a los bautistas del séptimo día ingleses y alemanes,
después de ir a Pensilvania.
Cristianos como ellos nunca vi antes, los cuales utilizan la Escrituras
como única guía, para asuntos tanto de orden práctico, como de fe
(…) trabajadores, discretos, buenos, moderados, personas que gustan
de hacer caridad, sin envidiar a los ricos, ni despreciando a los pobres.
Ellos leen, cantan y oran mucho, están siempre prestos en los cultos
de Adoración a DIOS. Sus hogares son casas de oración. Andan bajo
las ordenanzas y los mandamientos de DIOS, sin pecar, tanto en
público como en privado … Cualquier orden que creen que proviene
del Salvador, ellos así lo hacen, sin importar las preguntas que otros
hacen.

Expansión en los siglos XVIII y XIX


El fin de la Revolución Americana trajo incendios políticos y
geográficos para las migraciones hacia el Oeste. El
desenvolvimiento de la democracia codujo al crecimiento de los
bautistas. La individualidad y la autonomía de las iglesias
locales calzaban muy bien con los conquistadores y estaba de
acuerdo con el pensamiento bautista.

El tratado de Paris, que acabo con la guerra entre los


americanos y los ingleses, casi doblo el tamaño de los EUA. la
mayor ampliación de las rutas militares, proporciono nuevas
vías de acceso, hasta más allá de los obstáculos naturales que
son las montañas Apalaches que habían detenido a la joven
nación en las costas del Atlántico. Esa expansión de tierras no
habitadas, funcionaría como un imán, atrayendo personas para
el oeste, en busca de nuevas oportunidades económicas,
sociales y religiosas. Para los bautistas del séptimo día, las
nuevas fronteras ofrecerían oportunidades para establecer
colonias donde pudiesen ser libres, para practicar un estilo de
vida de acuerdo con su fe bíblica.

Las migraciones hacia el Oeste de Virginia y para Ohio

Uno de los ejemplos más admirables de migraciones bautistas


del séptimo día, aconteció en 1789, entre los miembros de la
iglesia de Shrewbury, al norte de Nueva Jersey. Los miembros
de la iglesia votaran por la venta de su templo y por la
migración para el oeste. Diez familias partirían en un viaje en
tren en una jornada que los llevo hasta las partes inexploradas
del Estado de Virginia. Otros se juntaron con ellos, venidos de
Piscaway y de la región de Filadelfia. Cerca de setenta
personas participaron del éxodo. Ellos pararían un tiempo en el
Condado de Fayette (Pensilvania) , donde había una iglesia
fundada en Woodbridgetown por los miembros de la iglesia de
Piscaway y por los convertidos dentro de las iglesias bautistas.
De esta puerta para la frontera, los migrantes fueron para el sur
hasta el rio Monongahela en Ten Mile Creek. En 1792, fue
fundada la iglesia de Salem (Virginia Occidental), a pesar de
los registros y la considerable extensión de la iglesia de
Shrewbury. Durante todo el siglo siguiente, más de doce
iglesias fueron fundadas entre las montañas y valles de Virginia
Occidental, en logares como Lost Creek (1805), Middle Island
(1832), Berea (1870), Greenbrier (1870) y Roanoke (1872).

De esta región del oeste de Virginia (que se transformó en el


Estado de Virginia Occidental, durante la Guerra de Secesión),
un gran flujo de migrantes atravesó el rio Ohio en Todd Fork,
Mud Run, Mad River y Nort Hampton, donde una iglesia fue
inaugurada en 1837. Otras iglesias vendrían después, como la
de Jackson Center y Port Jefferson (1840), y Stokes y Scoita
de Indiana, Illinois e Iowa. Ellos se unirían a los otros migrantes
y se asentarían en las regiones de grandes planicies.

Migraciones hacia Nueva York

De Rhode Island y Connecticut, los bautistas del séptimo dia


fueron para Housatonic Valley, hasta el Condado de
Rensselear, al Estado de Nueva York, donde formarían una
iglesia en Berlín, en 1780. Mas migraciones seguirían por el
valle de Mohawk atravesando el centro del Estado de Nueva
York, donde por medio de una subasta pública, el gobierno se
deshizo de varios sectores, incluida un área militar que
guardaba para recompensar a los veteranos de la Guerra de
Secesión. Después de 1791, las familias migraran para una
nueva región y convidaran a otras familias y amigos, para
unirse a ellos. En 1797, un buen número de miembros de la
iglesia Hopkinton se asentaría en el Condado de Madison y una
iglesia fue fundada en Brookfield. Y así siguieron fundando
otras iglesias, como las de Ruyter (1806), Verona (1820),
Adams (1822) y las segunda y tercera iglesia de Brokfield
(1823).
Más allá de estas, que sobrevivieron al siglo XX, existirían
varias otras cuya vida fue limitada a una generación o a dos,
antes de sucumbir a otras migraciones o a la muerte de sus
miembros. Se acredita que en 1844, Rachel Oakes Preston,
presento la observancia del Sábado a los ministros del
movimiento Millerista en Washington, New Hampshire. Los
escritos de uno de ellos llevaran la adoración en la observancia
del sábado a los Adventistas del séptimo día.

En 1792, el camino de Caskill fue abierto, uniendo el rio


Hudson a la naciente del rio Susquehanna, en Nueva York.
Durante 1806, varias familias de la iglesia de Berlín emigrarían
para el Condado de Allegany. Uniéndose a otros de Rhode
Island y del centro del Estado de Nueva York. 1816, una iglesia
bautista del séptimo día fue fundada en Alfred, Nueva York.
Más migraciones de estas regiones acabaran creando un
conglomerado de iglesias en Niles (1825), Little Genesee
(1827), Richburg (1827), Alfred Station (1831) e Independence
(1834). Algunos se aventuraron unos kilómetros más al sur del
norte de Pensilvania, donde iglesias fueron fundadas en
localidades como Hebron (1833), Hayfield (1829) y otra decena
de localidades en los condados del oeste de Nueva York y
Pensilvania. Muchas de esas pequeñas iglesias existirían por
apenas una generación o dos antes de desaparecer debido
otras migraciones, falta de liderazgo y otras causas.

Migraciones en Wisconsin

Con la apertura del canal del lago Erie (1825), y el aumento del
uso de los grandes lagos, el movimiento hacia el oeste de los
bautistas del séptimo día continúo. Los colonos venían tanto
por agua como por tierra hacia Wisconsin, donde iglesias
fueron fundadas en lugares como Milton (1840), Albion (1843),
Walworth (1845), Christiana o Utica (1850), y Dakota (1853).
Como un árbol que crece esparce sus simientes, nuevas
iglesias se enraizaban en los estados vecinos. En 1856, varias
familias de Milton y varias iglesias del este se mudaron hacia
Minnesota, donde una iglesia fue fundada y nombrada Dodge
Creek (1874). De esta ramificación, otra iglesia surgió de nuevo
en Wisconsin, en New Auburn, en 1882. La apertura de las vías
del ferrocarril al sur de Illinois atrajo personas de Milton, así
como de lugares como Berlín, Nueva York y de las iglesias de
Virginia Occidental. Ya, la iglesia de Farina fue fundada en
1866.

Las grandes planicies hacia el Pacifico

Algunos de los colonos de la ciudad de Dakota, en Wisconsin,


formaran una cooperativa de migración en 1871, para procurar
un lugar en las grandes planicies. Su objetivo era “dar la
oportunidad a nuestro pueblo, observante del séptimo día de la
semana como el día de descanso, y poder reunirse de acuerdo
con su conveniencia, y también de evitar incorporar a otros que
no concordaban con ellos en términos de fe, en cuanto llevaban
adelante sus convicciones de observar otro día de la semana
que no era el domingo”. Un año después, una porción
considerable de la iglesia emigro hacia Loup Valley de
Nebraska, donde con otros que habían aceptado la invitación,
fundaran la iglesia de North Loup en 1873.

El proceso de colonización fue también responsable de esparcir


iglesias, incluyendo las de Nortonville, en Kansas (1863),
Boulder (1891) y Calhan (1893) en Colorado, Taney, en Idaho
(1883), y en Colony Heights (luego llamada Riverside), en
California (1896).

Fundación por convicciones


Al pesar de todo eso, la colonización no fue la única forma por
la cual los bautistas del séptimo día fundaran iglesias. En la
década de 1880, varios pastores bautistas en actividad en el
sur de los EUA, se convencerían de la observancia del sábado
por los estudios bíblicos y los folletos que hablaban del asunto.
Leroy F. Skaggs y James F. Shaw estaban entre los
responsables de las iglesias de Missouri, en Arkansas y en
Texas. Otras iglesias comenzaran como resultado directo de
los cultos evangelisticos. En algunos casos ciertos miembros,
se tornaron observantes del sábado por medio de la enseñanza
de otras denominaciones observantes, pero que
fundamentaban otros elementos de su doctrina y
administración, que no eran aceptables. Así fue el caso de la
iglesia Battle Creek en Michigan. En 1904, observantes del
sábado que habían sido miembros de otra congregación
invitaran a Lewis A. Platts para que se reuniera con ellos. Una
iglesia fue fundada enseguida. Después de más de una
década, aquella iglesia financio cultos evangelisticos en White
Cloud, Michigan, por causa de esas reuniones algunos
miembros de la Iglesia de Dios del séptimo día de Michigan en
White Cloud pedirán ser aceptados en la Convención de
General de los bautistas del séptimo día, 1917.
Capítulo II

CONFERENCIA GENERAL DE 1802

Organización para el siglo XX

La extensión de territorio nacional en el siglo siguiente y la


Revolución Americana fue apenas uno de los factores que
influenciarían grandemente el número de iglesias. El
avivamiento de la década de 1790 (conocido como el Segundo
Gran Despertar) trajo cambios considerables al mapa religioso
de los Estados Unidos. El presbítero Henry Clarke de la iglesia
bautista del séptimo día en Brookfield, Nueva York, llamo la
atención para esos dos elementos. En 1801, ellos mismos
forman un plan para “la Unión de una Institución con el
propósito de propagar nuestra religión en diferentes partes de
los Estados Unidos, enviando misioneros de varias iglesias,
vado el soporte de ellas mismas”. Al año siguiente, crean las
bases y las medidas para la formación de La Conferencia
General de la Iglesia Bautista del Séptimo día, con ocho
iglesias, los Estados de Rhode Island, Connecticut, Nueva York
y Nueva Jersey.

Pasaron casi quince años hasta que la Conferencia realizará


algún esfuerzo serio para llevar a cabo el proyecto misionero –
de la propuesta original. El miedo a la pérdida de autonomía de
las iglesias locales, el concepto de misiones como
responsabilidad de cada iglesia individualmente y la enseñanza
de Jesús de “no llevar bolsa, ni alforja ni sandalias”, tendían a
limitar el rol misionero de la Conferencia General a una
capacidad de consejería. A pesar de eso, en su forma
organizada, la Conferencia General de los Bautistas del
Séptimo día desempeño varias funciones importantes: 1) dar a
los bautistas del séptimo día identidad propia; 2) ayudo a definir
la doctrina en líneas generales para que los miembros
examinaran candidatos al ministerio y mantener un consenso
en relación a las afirmaciones de fe y práctica; 3) sirvió como
un agente de comunicación, por medio de circulares, reuniones
anuales y de informes de iglesias y sociedades; 4) estimulo la
educación para la promoción de personas más preparadas; 5)
inicio programas de agencias o sociedades para realizar
muchos deseos declarados de iglesias individuales y personas.

Asociaciones

En 1834, representantes propusieron que las iglesias fuesen


agrupadas en asociaciones diferentes, y que las constituirían
un cuerpo activo de la Conferencia General o Comité
organizador, imaginando un tipo de organización basada en
principios de federación, la cual el poder es distribuido entre la
autoridad central y un número de unidades territoriales
constituyentes, semejantes al modelo de gobierno estatal y
nacional. Varias iglesias rehusaban en renunciar a la
representación directa, y así las asociaciones nunca se
tornarían parte de la Conferencia General. Así mismo, las
asociaciones regionales ahora formadas a trabajar en conjunto
con iglesias individuales, sociedades y con la Conferencia
General.

Identidad de pueblo

La formación de la Conferencia General fue importante para la


conducción de los planes y comunicaciones tanto con aquellas
de afuera y de dentro de la organización. La Conferencia
estableció criterios Generales para la afiliación y la acreditación
de ministros. Por cuatro veces la Conferencia General presento
una declaración de fe general, sustentada por los bautistas del
séptimo día para ser adoptada.

Por muchos años los bautistas del séptimo día evitaran hacer
cualquier declaración definitiva de fe que pudiese ser
interpretada como credo. En 1811, Henry Clarke afirmó: “como
esta denominación sustenta universalmente que la Biblia
contiene las santas bondades de DIOS revelada al hombre (…)
ellos consideran cualquier precepto humano, en nuestros
últimos tiempos, como reglas de fe y moral, apenas son
inútiles, más quizás arrogares”. Pero como nuevas iglesias
estaban siendo fundadas, y las personas pedían una
declaración como guía y para “mostrar a un mundo la
superioridad del Evangelio enseñados por ellos”.

En 1833 una declaración fue apreciada y adoptada dos años


más tarde. En 1852, ella fue mejorada para indicar que la
declaración no traía “ninguna fuerza de obligatoriedad en sí
misma, mas es simplemente una exposición de opiniones
generales aceptadas”. En 1874, una resolución expreso la
necesidad de un “sistema de doctrinas mayor y más completo”
para ayudar a nuevos miembros que ingresaban a la
denominación. De esto surgió la declaración de 1880, que
permanece prácticamente sin cambios hasta 1937, cuando una
nueva declaración fue adoptada. Cincuenta años después, la
Conferencia General introduce nuevamente a las iglesias una
declaración más definitiva, adoptada entonces.

El trabajo de las sociedades

En 1817, la Conferencia General pidió “una organización


sistemática de envío de misioneros o de predicadores
viajantes”. Ella solicito el esfuerzo conjunto para el
fortalecimiento y apoyo de sociedades locales para la
propagación del Evangelio. La forma de organización en
sociedades para las misiones se tornó popular entre los
bautistas de Inglaterra. Esas sociedades fueron fundadas en
1792, en respuesta al cuestionamiento de William Carey sobre
la validez continua del mandamiento de Jesús de “ir a todas las
naciones, haciendo discípulos” en aquella época. Una sociedad
tenía varias ventajas en relación a la organización
denominacional. Personas en vez de iglesias se unían a la
sociedad, así, la afiliación era limitada a quien poseía un
interés común. La sociedad podía responder de forma más
inmediata a las necesidades. Por ser compuesta por individuos
que apoyaban el trabajo directamente. Sus miembros no
sentían estar renunciando a la autonomía de las iglesias
locales. Las sociedades bautistas del séptimo día trabajaban de
forma cooperativa en pos de una práctica, su compromiso con
las misiones, las publicaciones, educación y servicio, por medio
de organizaciones femeninas, grupos de jóvenes e interesados
en la preservación y comunicación de la historia de la
denominación.

Área de acción misionera

Los bautistas del séptimo día experimentaban crecimiento por


medio del trabajo misionero, en cuatro áreas de actuación: 1)
En la búsqueda del fortalecimiento de quienes crecen en la
denominación o en el caso de alguien ligado a ella; 2) A los
cristianos no sabatistas, convenciéndoles de la necesidad del
sábado; 3) El alcance de otros sabatistas, si son cristianos; 4)
para testimoniar a los no cristianos o cristianos sin
denominación. Esas áreas de acción eran domesticas en
Estados Unidos, y fuera del país.

Fortalecimiento de dispersos

Los primeros misioneros enviados por la Iglesia Bautista del


Séptimo día fueron mandados, en su mayor parte, para
fortalecer a “los miembros de la denominación Bautista del
Séptimo día desamparados y dispersos”. En 1818, después
del final de las Sesiones de la Conferencia General. Un consejo
de Administradores y Directores de misiones fue organizado
para enviar misioneros a diversas iglesias esparcidas, bajo el
comando del Consejo Amos R. Wells viajo por un largo tiempo
por Nueva Jersey, el oeste de Virginia, Ohio, Pensilvania y
Nueva York. Durante los años siguientes, varios otros fueron
llamados para visitar iglesias y fundar otras más lejanas. Para
relatar esos viajes y estimular el interés de otros, se crea el
primer periódico The Seventh Day Baptits Missionary Magazine
(Revista de misiones Bautista del Séptimo Día) fue publicado
en agosto de 1821, a septiembre de 1825.

Unos treinta años posteriores, los bautistas del séptimo día


organizaran diversas sociedades misioneras, para expresar
intereses y diferentes preocupaciones. El Consejo General de
Misiones de la Iglesia Bautista del Séptimo día fue constituido
en 1824, para cooperar con las sociedades misioneras locales.
A ella se agregó la Sociedad Misionera Americana Bautista del
Séptimo día en 1828. El itinerario de los misioneros y pastores
que salían bajo el cuidado y la dirección de esas primeras
sociedades, era direccionado principalmente a las localidades
más apartadas de los bautistas del séptimo día que estaban en
regiones poco exploradas.
Alcanzando a otros cristianos con la observancia del
Sábado

En algunas de esas regiones más remotas, donde los servicios


de un ministro ordenado eran escasos, predicadores visitantes
generalmente encontraban oyentes atentos entre un segundo
grupo de acción, se dejaban cristianos de otras
denominaciones. En 1821, un presbiteriano de veinte años
llamado Alexander Campbell escucho que un judío estaba
predicando en una casa que distaba cerca de 6,5 km de la
suya. Por curiosidad él fue al culto y descubrió que aquel
hombre, Rusell Wells, no era judío, pero si un bautista del
séptimo día. A pesar de que Wells no había mencionado
ninguna palabra sobre el sábado, Campbell quedo convencido
de que un ministro con tal capacidad, honestidad y
espiritualidad, debería tener pruebas bíblicas convincentes para
guardar el sábado.

Después de ese encuentro Alexander Campbell se dirigió a la


Biblia en busca de respuestas. Cuanto más estudiaba, más
convencido quedaba de la validez de la observancia del
sábado. Su pastor intento disuadirlo de unirse a los bautistas
del séptimo día, afirmando que los presbiterianos estaban
dispuestos a pagar todos los cursos de sus estudios para
transformarse en ministro. “En el caso que tú nos dejes – dijo
su pastor -, no puedo vislumbrar ningún otro lugar para que te
sigas congregando, a no ser entre los bautistas del séptimo día,
pero ellos son tan pocos y analfabetos”. Campbell en tanto
respondió: “Si es mi destino estar entre los bautistas del
séptimo día, con la ayuda de Dios, yo quitare ese estigma de
ellos”. Alexander Campbell hizo buen uso de su resolución,
pues trabajo unos setenta años siguientes tanto en el área de
publicaciones, como en la educación de los bautistas del
séptimo día.
En 1843, la Conferencia General decidió ser “oportuna e instar
a varias denominaciones cristianas en cuanto a la observancia
bíblica del sábado, incentivándola a hacer un examen completo
del asunto y considerándolo como de los más importantes para
la causa de DIOS”. Un comité presidido por Thomas B. Brown
esbozó una apelación a “los miembros de denominación
bautista en todos los EUA que acreditan la observancia del
primer día de la semana (domingo) como una ordenanza
divina”. H. Leon McBeth, profesor de Historia de Southwestern
Baptist Theological Seminary (Seminario Teológico Bautista de
Sudoeste), incluyo una buena parte de esa carta en su libro
editado en 1990, Sourcebook for Baptist heritage (Fuentes de
herencia Bautista). En la introducción de ese capítulo, McBeth
escribió: “No sería fácil encontrar mejor defensa para la
observancia del sábado. La apelación fue hecha de modo
tranquilo, con enfoque bíblico y en un tono fraternal. Los
autores escribirán un pedido a los bautistas que observan el
domingo para que adoptasen sus opiniones sobre el sábado y
que, en caso de o hacerlo, que mostraran más comprensión
con sus hermanos sabatistas”.

Una generación después, Abram Herbert Lewis lideró un gran


esfuerzo para alcanzar a otros cristianos con el mensaje de la
observancia del sábado. El argumentó a la iglesia cristiana con
todo, de 1870 hasta su muerte e 1908, en libros como Biblical
teachings concerning the Sabbath and the Sunday
(Enseñanzas bíblicas concernientes al Sábado y al Domingo),
Wath´s Next? (Que vienen a seguir?) y Spitirual Sabbathism
(Sabatismo Espiritual).

Lewis acreditaba que después de las explicaciones y dada las


razones bíblicas para la observancia del sábado, y estas
fuesen conocidas, muchas personas aceptarían. Como parte
de ese movimiento de restauración del sábado, un periódico,
inicialmente llamado Outlook (Panorama) y luego después,
Outlook and Sabbbath Quarterly (Panorama y sábado – Edición
trimestral), fue enviado a los líderes religiosos del país. De
1882 a 1897, unas 55 mil copias de cada edición, fueron
enviadas regularmente a los seminarios y a los líderes de los
EUA y Canadá. Una edición especial de 1889, contenía
informaciones sobre Blair Sunday Rest Bill (Ley de descaso
dominical de Blair), fue también enviada a 65 mil abogados. De
1885 a 1889, un folleto llamado Light of home (Luz de hogar)
fue publicado para los lectores con especial énfasis en la
restauración del sábado y la vida moderada.

Cierto número de personas comenzó a guardar el sábado y se


unieron a los bautistas del séptimo día, por medio de esos
esfuerzos, incluyéndose varios ministros. William C. Daland,
ministro conocido, pastor misionero de Londres y Presidente de
Milton College (Facultad Milton) de 1902 a 1921, reconoció
haber pasado a observar el sábado por medio de la lectura de
Outlook cuando estudiaba en Union Theological Seminary
(Seminario Teológico Unido) de Nueva York. Ente tanto, el
propio Lewis – el escritor y promotor más prolífico de la
denominación de la observancia del sábado – quedo
extremadamente decepcionado con los cristianos, al no
corresponder a la verdad y a las bendiciones de la observancia
del séptimo día.

Misión a los Judíos

Desde los primeros tiempos en la Iglesia Católica y la Reforma


en Inglaterra, muchas personas tenían rechazo a la
observancia del sábado, al verlo como una característica
“extremadamente judaica”. En la década de 1830, algunos
bautistas del séptimo día percibirán en esa identificación una
ventaja, y no una debilidad. Como los judíos ya observaban el
sábado, en el caso de que ellos se convirtiesen en cristianismo,
serian un óptimo acrecentamiento a la denominación. Así, en
1838, la Seventh Day Baptist American Society for the
promotion of Christianity Among the Jews (Sociedad Americana
Bautista del Séptimo día para la Promoción del Cristianismo
(entre los judíos) fue fundada para el trabajo entre los
migrantes judíos en la ciudad de Nueva York. Su lengua, las
barreras culturales y religiosas, dificultara el trabajo misionero.

El aumento del interés por misiones internacionales, durante la


década de 1840, impulsó la idea de que una misión entre los
judíos de Palestina, tal vez no encontrase las mismas
dificultades, encontradas en los emigrantes judíos. En 1854, la
Sociedad Misionera envió al Rev. William Jones y al sr. Charles
Saunders y sus respectivas esposas, hacia Palestina, donde la
pareja Jones intentó iniciar un trabajo misionero de predicación
en Jerusalén y los Saunders comenzaran una misión en el
medio rural de Haifa. Por motivos de salud, falta de apoyo
financiero y otras dificultades, ellos fueron forzados a detener
esa fase del trabajo en 1859.

Sociedad Misionera de los Bautistas del Séptimo día

En 1844, una nueva Asociación Misionera (actualmente


Sociedad Misionera), mejoro su constitución al acrecentar su
propósito en la frase “y para otras partes del mundo”. Ese fue el
inicio del esfuerzo consciente para llevar el Evangelio, hacia la
cuarta área de trabajo: al mundo fuera de las culturas
judeocristianas. El primer esfuerzo hacia un campo extranjero
de la Sociedad a Abisinia (antiguo nombre de Etiopia y Eritrea)
al oeste de África, donde se acreditaba que los cristianos
etíopes que observaban el sábado, aceptarían las doctrinas
distintivas de los Bautistas del séptimo día. Después de una
larga averiguación, llegaría a la conclusión de que en China,
recién abiertas las puertas para Occidente, sería un lugar más
viable.

China

En enero de 1847 Salomon y Lucy Carpenter, junto a Nathan y


Olive Warder embarcarán para China. Durante un siglo China
fue u gran objetivo en los trabajos misioneros de los bautistas
del séptimo día. En 1850 ellos fundaran una iglesia en
Shanghái con siete miembros. Después de casi un siglo, en
1948, esa iglesia relato el poseer 599 miembros y el haber
realizado 93 bautismos aquel año, en aquella época la iglesia
de Shanghái, era mayor iglesia bautista del séptimo día en el
mundo.

E 1883, la Dra. Ella Swinney comenzó un trabajo misionero en


el área de salud, más tarde expandido y transformado en un
hospital en Liuho. Un colegio internado, para niños y niñas fue
fundado en Shanghái. El equipo de misioneros incluía
profesores y profesionales del área de la salud, también
algunos ministros. La misión fue forzada a salir después de la
dominación comunista en 1950, pero su influencia continuó.

Ese primer gran empeño de alcanzar culturas alejadas de la


judeocristiana, enseño varias lecciones valiosas: 1) demostró la
importancia de suplir necesidades físicas, educacionales y
económicas a las personas, juntamente con el aspecto
espiritual: 2) mostró el valor del entrenamiento de líderes
locales, que pudiera continuar el trabajo, sin asistencia externa:
3) aumento la visión de muchas personas, de que la Gran
Comisión de Jesús era una verdad, de ir a todo el mundo y
hacer discípulos.

Naizalandia (Malawi)

Para el final del siglo XIX, una puerta se abrió para las misiones
de los bautistas del séptimo día en África. En 1898, Joseph
Booth, un misionero industrial de Naizalandia (hoy Malawi), en
África Central, predicó en Plainfield, una iglesia bautista del
séptimo día en Nueva Jersey. El confeso no haber conseguido
comprender ciertas partes de las Escrituras concerniente al
sábado, y sentir cierta inquietud. Después del culto Abram H.
Lewis y A. E. Main comenzaron un debate tan persuasivo, que
el termino aceptado y convirtiéndose e u bautista del séptimo
día. Por causa de esa decisión, Booth perdió amigos y el
apoyo de sus antiguos colegas. Algunas personas interesadas
de la región de Plainfield, organizaron una Asociación Industrial
y de Evangelización Sabatina, para apoyar la misión industrial
en Naizalandia, para instruir a personas locales en la doctrina
cristiana, habilidades industriales y agricultura. Ellos pensaban
que con el tiempo, esa misión podría suplir las propias
necesidades.

Una plantación de café fue comprada, y llego a emplear a 478


funcionarios, una congregación de cuatrocientas personas
participaba de los cultos del sábado, a pesar de que solo 29 era
miembros la quiebra de la fábrica de café, problemas
financieros, mala salud y envolvimientos políticos desastrosos
forzaron el abandono de la misión en 1912.

Treinta años después, en 1947, un pedido para formación de


liderazgo, hecho por grupos dispersos de sabatistas africanos,
fue respondido por Ronald Barr de Nueva Zelandia. Dos
enfermeras, Joan Clement y Beth Severe, de la Asociación de
Costa del Pacifico, se ofrecerían como voluntarias para trabajar
en el área de salud, y afuero enviadas como misioneras por la
Directiva de Misiones. Con el termino forzado de la misión en
China, después de la toma de poder por los comunistas e 1950,
la Misio en Malawi se trasformó en la misión principal. El
entrenamiento de líderes locales originó la Conferencia Bautista
del Séptimo día Independiente de Malawi, que en 1989 registro
5.041 miembros, con casi cien iglesias y congregaciones. Ellos
administraban cuatro escuelas primarias, un hospital y tres
farmacias.

A pesare de eso, la mayor parte de las actividades misioneras


en el siglo XX, acontecieron e respuesta a pedidos de ayuda y
solidarias, en vez de actividades planificadas.

Respondiendo a “los clamores de Macedonia”

Varias puertas se abrirán para la actividad misionera en África,


por medio de estudios bíblicos a personas locales y contactos
con los bautistas del séptimo día. Al final del siglo XIX, una
misión en Costa de Oro (Gana) se mostró muy fértil, pues
muchos que veía creer la observancia del sábado, clamaban
por ayuda. El clima difícil y otros intereses e otras regiones,
limitara el trabajo en esta región. Sudáfrica poseía iglesias que
guardaban el sábado gracias al trabajo de Joseph Booth,
cuando vivió allá. En 1990, la iglesia bautista local en
Camarones convidó al Director de Servicios Pastorales,
Rodney Henry, para ayudar a preparar a pastores locales, en
una visita hacha e ese país e 1991, pudiendo tener la
oportunidad de participar en la doctrina de la observancia del
sábado con otros pastores observantes del sábado y con otros
pastores que guardaban el domingo. La única restricción
impuesta fue usar solamente la Biblia como base, lo que en
verdad, no era una limitación.

En México, un ministro bautista convenciéndose de la guarda


del sábado, el fundó varias iglesias independientes. Alrededor
de 1965, el pastor Elías Camacho recibió folletos de los
Bautistas del Séptimo día, y después de estudiarlos, escribió
“decimos que no somos iguales, pero, al contrario, somos del
mismo rebaño, y queremos aproximarnos más a ustedes”. Este
país vecino jamás había sido considerado como campo
misionero, más relaciones fraternales fueron formadas,
individuos e iglesias terminaron ayudándose mutuamente.

El mayor número de “llamados de Macedonia“, para “ir a


ayudarlos”, vino de quienes aceptaron la observancia del
sábado por medio de otras iglesias sabatistas, pero no podían
aceptar ciertos dogmas, de la doctrina o de la administración.
En 1902, el rev. T.L.M. Spencer acepto la doctrina del sábado
por medio de un libro lanzado por la Iglesia Adventista del
Séptimo día. Por varios años. Por varios años él sirvió como
misionero adventista en Gana, pero, como el mismo dice: “su
corazón lo llevo a los bautistas del séptimo día”.

En 1913, él fue a los EUA para participar de una Conferencia


General y se unió a la primera iglesia bautista de Hopkinton.
Cuando retornó a Gana, fundo la iglesia que se transformó en
base de la Conferencia Bautista del séptimo día en Gana.
Varias familias misioneras servirían en Gana, pero actualmente
la asistencia mayor, termino siendo dada por el entrenamiento
de sus líderes locales.

En 1918, cierto número de iglesias adventistas del séptimo día


de los EUA en las colonias británicas de las indias occidentales
(pertenecientes al Reino Unido en el Caribe), se retiraron de la
denominación y formaron la Iglesia Adventista del séptimo día
libre. Diecisiete de esas iglesias estaban localizadas en
Jamaica, ellas usaban las copias de una publicación llamada
The Voice (La Voz), editada por Robert St. Clair, pastor de la
iglesia bautista del séptimo día en Detroit, Michigan, que
respondía a algunas de sus preguntas. Algunos de los
representantes de los EUA viajaran a Jamaica, y catorce de
esas iglesias Jamaicanas se unirían como miembros de la
Conferencia General en 1924. Al año siguiente, esas iglesias
se reportaran como Asociación de Jamaica, y continuarán así
hasta transformarse en una Conferencia hermana.

Mucho del empeño, en este ministerio fue educacional. El


Crandall High School (Escuela de enseñanza media Crandall),
fue fundada en 1948 y ofrece oportunidades educacionales
para muchos jóvenes. Dentro de sus exalumnos, hay varios
líderes eclesiásticos en Inglaterra, Canadá y EUA, Joe
Samuels, electo en 1990. Una escuela técnica en Maiden Hall,
funcionó de 1954 a 1961, por la Conferencia Jamaicana.

Otros grupos verían la observancia del sábado por intermedio


de la enseñanza de otras iglesias, pero sentirán más afinidad
con los bautistas del séptimo día, y ellos se unirían a las
iglesias de Nueva Zelandia, Australia, Brasil, Birmania,
Alemania, India, Filipinas, Polonia y Nigeria. Con el freno de la
cortina de hierro en Europa Occidental, hubo un deseo en las
personas en seguir la enseñanza de la Biblia sobre el sábado,
en los Balcanes, en Republica Checa y en Eslovaquia y hasta
en Rusia, algunos de estos grupos establecieron relación con
los bautistas del séptimo día de Finlandia y de Polonia.

Federación Mundial de los bautistas del séptimo día

En 1964, siete Conferencias bautistas del séptimo día, enviaran


representantes a la Primera sesión Mundial de Conferencias
Bautistas del séptimo día – ligada a sesiones de la Conferencia
General en Salem, en Virginia Occidental -, y, al año siguiente,
esas Conferencias fundaran la Federación Mundial Bautista del
séptimo día. En 1990, las diecisiete conferencias enlistadas
abajo, se transformaran en miembros: Australasia (Australia y
Nueva Zelandia), Brasil, Birmania, Inglaterra, Alemania, Gana,
India (Andhra Pradesh y Kerala), Jamaica, Malawi, México,
Holanda, Nigeria, Filipinas, Polonia, Sudáfrica, EUA y Canadá.

Los objetivos de esa Federación Mundial, descritos en su


constitución, son: 1) aumentar la comunicación: 2) estimular la
fraternidad: 3) promover el evangelismo y otros proyectos
beneficiosos para la cooperación internacional: 4) coordinar
esfuerzos mutuos, por medio de escritorio del secretario
ejecutivo: 5) recibir y avalar relatos de necesidades: 6) mediar
entre individuos recomendados por un grupo o una
Convención. Sesiones acontecerán en UEA en 1971 y 1986,
con otra programada para 1986, en Nueva Zelandia.

PUBLICACIONES

Periódicos

Los bautistas del séptimo día han disfrutado de una secuencia,


casi ininterrumpida de periódicos por más 165 años. Antes del
surgimiento de la radio y la televisión, estos periódicos incluían
noticias nacionales e internacionales de las localidades más
remotas. Para algunas personas de las regiones de expansión
de la frontera americana, el periódico de la denominación era
su principal conexión con el mudo exterior, pero la mayoría de
los artículos era de corte religioso. Algunos artículos eran sobre
doctrina, otros informativos, y otros devocionales o
evangelisticos. La fuente de sustento de su circulación, era los
relatos de las actividades de la denominación, y las novedades
de las iglesias locales. Ya en 1823, el fallecimiento de
miembros fue incluido en los periódicos de la denominación y
en 1830, los matrimonios comenzaran a ser registrados, así
mantener una genealogía.

El Missionary Magazine (Revista Misionera) 1821-1825, fue


sucedida por la Protestant Sentinel (Sentinela Protestante),
1830-1839, pero Seventh Day Baptist Register (Archivador
Bautista del séptimo día) 1839-1843, y luego Sabbath Recorder
(Cronista Sabático) de 1844 hasta el presente. Al comienzo
ellos eran publicados por individuos, o comités, al inicio de la
Conferencia General, con poco y nada de soporte financiero.
Por algún tiempo, espacios publicitarios fueron vendidos, para
subvencionar los costos más elevados, con el precio de las
materias.

Sociedades de publicación de tratados

El primer Sabbath Recorder, en 14 de junio de 1844, fue


editado e impreso por George Utter. Por 25 años, Utter fue el
editor, o publicador o ambos al mismo tiempo, y aves en
cooperación con una sociedad editorial o de publicación de
panfletos. Desde 1872, el Recorder está bajo la
responsabilidad de la Sociedad de Publicaciones de Tratados
Sabáticos y su encargado es el Consejo de Comunicaciones y
Tratados de la Conferencia General. El Sabbath Recorder
también ha servido como el mayor portavoz para las iglesias
bautistas del séptimo día, por más 150 años.
La impresión y distribución de folletos y panfletos, se
transformó en los mejores medios de testimonio, para los
bautistas del séptimo día en el siglo XIX. En 1825, varias
denominaciones protestantes, se unirán para formar la
Sociedad Americana de Tratados, para imprimir y distribuir
folletos, que pudieran fácilmente leídos por las personas. En
1831, medidas fueron tomadas para formar la Sociedad
Bautista del séptimo día de Tratados, cuyo propósito principal
era producir folletos, para esparcir la doctrina de la observancia
del sábado. En 1842, la Sociedad de Tratados de la ciudad de
Nueva York, también se fundó con el mismo propósito. E 1844,
esos intereses fuero combinados, en la Sociedad Americana de
Tratados sobre el sábado, que se transformó en la mayor
división de publicaciones de periódicos, folletos y libros de la
denominación. En 1986, esa sociedad fue absorbida por la
Conferencia General, pasando a ser denominada Consejo
Americano de Comunicaciones y Tratados sobre el Sábado.

El ministerio de folletos fue el responsable mayoritariamente de


la formación de la Iglesia bautista del séptimo día en Holanda.
En 1858, Gerald Velthuysen se separó de la Iglesia Reformada
y fundo una ramificación de la Sociedad para la Propagación de
Verdad, considerando la Biblia su única regla de conducta.
Alrededor de 1876 el recibió varios panfletos sobre la
observancia del sábado por Nathan Wardner, estando como
misionero en Escocia. Después de estudiar cuidadosamente se
convenció de la observancia, y con otras 20 personas, fundó la
iglesia Bautista del séptimo día de Haarlem e 1877, las iglesias
de Holanda permanecerán activas en el ministerio del material
impreso.

EDUCACION

Los bautistas del séptimo día siempre reconocerán la


importancia de ser un pueblo con buena instrucción. Cualquier
iglesia cuya autoridad esta sobre el individuo y su
entendimiento de las Escrituras y en último análisis,
independientes, con mentes esclarecidas y bien informadas.

Escuelas sabatinas

La mayoría de los historiadores registra al comienzo del


movimiento de escuelas en las iglesias, iniciado por Robert
Raikes de Gloucester, Inglaterra, en 1780. Pero las escuelas
bautistas del séptimo día precederán en décadas. En 1740,
Ludwing Hocker, bautista alemán del séptimo día, comenzó
una escuela sabatina en Ephrata. En 1761, el rev. Jonathan
Dunham de la iglesia bautista del séptimo día de Piscaway,
escribió un catecismo titulado A fried instrucción in the
principles of the Christian religion (Breve introducción a los
principios de religión cristiana), utilizado por adultos y niños. En
1836, la Conferencia General designo un Comité “para compilar
un libro de preguntas de tamaño conveniente, abarcando los
hechos, doctrinas y deberes prominentes, contenidos en el
Nuevo Testamento, para uso de las escuelas sabatinas y aulas
de estudio bíblico ligadas a nosotros”.

En 1870, las primeras medidas fueron tomadas, para organizar


una directiva de las escuelas sabatinas en cooperación de la
formación de profesores y con la producción y distribución de
material para las lecciones de escuela, tanto para niños como
para adultos.

Una variedad de publicaciones fue lanzada fue lanzada ya en


la década de 1850, incluyendo el Sabbath School Visitor (el
Supervisor de Escuela Sabbatina), Sabbath School Paper
(Periódico de Escuela Sabatina), Sabbath School Gem (Joya
de Escuela Sabatina) y Sabbath School Journal (Revista de
Escuela Sabatina). En 1882, una nueva Directiva comenzó a
publicar una revista de escuela sabatina para niños, Our
Sabbath Visitor (Nuestro Supervisor Sabático), que continuo
hasta 1923. En 1948, la Directiva de Educación Cristiana
resumió su publicación, bajo el titulo Sabbath Visitor
(Supervisor Sabático).

La lección trimestral de mayor impacto es la Helping Hand


(Mano Auxiliadora), desde 1885.

Enseñanza General

Al inicio, en varias comunidades donde los bautistas del


séptimo día fundaran iglesias, ellos organizaban escuelas para
proporcionar oportunidades educacionales, antes que el
sistema público de enseñanza consiguiera suplir las
necesidades.

Algunas de esas escuelas eran limitadas a los ciclos primarios,


pero más de doce ofrecían enseñanza media, y tres se
transformarían en Facultades. Seis de esas escuelas
sobresalen al desenvolvimiento de liderazgo.
Sociedades Educacionales y de Educación Superior

Un artículo de Protetant Sentinel (Centinela Protestante) de


1833, pedía por una institución denominacional “para la
educación de quien Dios llamará y separará como ministro de
la cruz de Cristo”. Al año siguiente la convención recomendó la
formación de una sociedad educacional, para levantar fondos y
ayudar a jóvenes en la preparación del ministerio. Las
sociedades locales formaran la Sociedad Educacional
Americana Bautista del Séptimo día en 1835. En el primer año,
fue dado sustento financiero a los jóvenes: Bethuel Church y
William Kenyon.

Church, un converso al sabatismo, seria reclutado como primer


profesor en una escuela fundada en Alfred, Nueva York, en
1836. Kenyon también había enseñado en Alfred y era su
director cuando se transformó en colegio académico en 1843, y
su primer presidente cuando fue transformado e Universidad en
1857. El permiso para ser una Universidad permitió a la
Escuela de Alfred ofrecer un curso a nivel superior de Teología.
De 1871 a 1963, la Escuela de Teología de la Universidad de
Alfred sirvió como el principal seminario de formación de
ministros bautistas del séptimo día.

Alrededor de la misma época que Alfred comenzó, Alexander


Campbell, que había retirar el estigma de poca instrucción
dentro de la denominación, lideró un movimiento que llevo a la
fundación de un Colegio Académico en DeRuyter, Nueva York.
En 1837, las primeras aulas fueron ministradas en el Instituto
DeRuyter. El cual nunca logro alcanzar el nivel de Facultad, por
más de que por cuarenta años proporcionó educación para los
líderes de la denominación en el ministerio, educación,
publicación, misiones y generación de negocios.

En 1844, cuando Joseph Goodrich comenzó una escuela en


Milton, Wisconcin, reclutó a Bethuel Church como su primer
profesor. La Academia Milton fue reconocida como Facultad en
1867, y ofreció oportunidades educacionales para los
habitantes de la frontera oeste americana en expansión.
Alumnos bautistas del séptimo día de lugares tan distantes
como en China, se matriculaban en Milton, donde encontraban
las ventajas de una buena educación y el ambiente para la
observancia del sábado, dentro de la iglesia y la comunidad.
Ella fue forzada a cerrar las puertas en 1982, pero su influencia
continua entre sus muchos exalumnos y amigos.

A pesar de estas tres Instituciones (Alfred, ReRuyter y Milton)


no se encontraron las fuerzas de apoyo de sociedades
educacionales locales ni de miembros de la Iglesia Bautista del
Séptimo día, ellas fueron fundadas como resultado de la visión
y del trabajo de algunas pocas personas. Otras instituciones de
enseñanza ligadas a los bautistas del séptimo día, deben su
existencia a las sociedades. La Academia Albion en Wisconcin,
fue el producto del esfuerzo de Northwestern Association
(Asociación del Nordesde), que trabajo por medio de la
Directiva de Mantenedores de 1854na 1894, la Southwestnner
Associaton (Asociación del Sudoeste) en Virginia Occidental,
sirvió de inspiración para la Facultad de Salem en 1888. En
1889, la Facultad de Salem se incorporó a la Universidad de
Teikyo de Japón, para formar la Universidad de Salem-Teikyo,
un emprendimiento único de educación intercultural. La
Academia de Escuela Misionera de Fouke en Arkansas,
fundada en 1901, fue fundada por la necesidad que se tenía en
Southwestern Association.

Cada una de esas escuelas poseía fuerte ligación con la


denominación, inicialmente, pero nunca fueron sectarias, ni su
enseñanza en una forma de trabajo. Una placa en la Capilla All-
faiths (de todas sus creencias), dedicada al centenario de la
Facultad de Salem en 1988, expresa esa política de apertura,
con las palabras de sus fundadores: “Ningún tipo de distinción
sectaria es hecha, y todos son bienvenidos con la misma
cordialidad”.
AGENCIAS DE APOYO A LA CONFERENCIA

Cuatro agencias de la Conferencia General merecen un


destaque especial, por el apoyo dado a la misión bautista del
séptimo día: 1) o Memorial Fund (un fondo de inversiones),
fundado en 1872; 2) la Sociedad Femenina, organizada en
1884; 3) un Comité Joven, fundado por la Convención General
en 1889 y que se unió a la Sociedad Educacional y a la
Directiva de Escuelas Sabatinas, para formar la Directiva de
Educación Cristiana Bautista del séptimo día en 1940; 4)
Sociedad de Historia, que comenzó como Comité Histórico de
la Conferencia en 1863, y que fue incorporado a la Sociedad de
Historia en 1916.

O Memorial Fund (fondo de inversiones)

En 1871, como parte de las conmemoraciones del bicentenario,


de la fundación de la Iglesia Bautista del séptimo día de
Newport, un fondo de investimentos fue hecho para apoyar
financieramente a los alumnos bautistas del séptimo día, en
sus necesidades para recibir educación de nivel superior,
especialmente los ministros.

Con el tiempo ese fondo se transformó en una agencia de


inversiones, por medio de la cual préstamos y donaciones
fueron realizadas, de muchas formas, para el trabajo de la
denominación.

Sociedad Femenina Bautista del séptimo día

Desde los primeros convertidos al sabatismo en EUA, hasta los


misioneros, ministros y presidentes de la Conferencia, las
mujeres han tenido un papel vital en la vida de los bautistas del
séptimo día. Muchos de los acontecimientos de la Misión
China, se debe al trabajo dedicado de médicas, enfermeras y
profesoras. Hace más de cien años, los bautistas del séptimo
día aceptan la ordenación de las mujeres, como ministras del
evangelio, comenzando por la ordenación de la rev.
Experiencie FitzRanfolph Burdick en 1885. Desde 1964, cuatro
mujeres ya fueron electas para la presidencia de la Conferencia
General, y una sirvió como presidenta de la Conferencia
General, y varias en el Consejo General.

Las mujeres bautistas del séptimo día han ejercido varios


cargos de liderazgo en la iglesia. A pesar de eso, por muchos
años ellas eran recordadas por su apoyo. El termino familiar
“laidies aid” (ayuda femenina) era una fiel descripción de cómo
se entendía su rol. Ellas ofrecían ayuda en términos morales,
financieros y por medio de oraciones para muchos programas
que dependían de contribuciones voluntarias para su
realización.

Al comienzo del siglo XIX, las sociedades femeninas


misioneras, del Estado de Maine hasta Georgia, fue organizada
para apoyar, tanto los trabajos locales, en cuanto a misiones
internacionales. Ya en 1826, una circular de la Conferencia
General pedía por “señoras y señoritas”, para que se
comprometieran. “Si cada mujer inteligente, espiritual y
benevolente se dedicara de corazón y alma a este trabajo,
grande será su realización. Su influencia será sentida no solo
en todas las iglesias, sino en todo el mundo”.

Las mujeres de la denominación estuvieron envueltas en la


reforma social, especialmente en áreas de abolición de la
esclavitud, y en el control de la venta de bebidas alcohólicas.
Muchas de ellas trabajaban en organizaciones paralelas, tal
como Women´s ChristianTemperance Union (WCTU) (Unión
Cristiana Femenina por la Temperancia), de donde ellas
recibían una larga lista de correspondencia, para el periódico
Light of Home (Luz del hogar), que se dedicaba tanto a la
observancia del sábado, como a la reforma de una vida en
temperancia.

A pesar de esa esa acción “indirecta” y de su influencia, solo en


1866, las mujeres fueron enlistadas como representantes de la
Conferencia General. Una acción de aquella Conferencia
“resolvió que todos los miembros de la iglesia tienen directa
igualdad, de participar en todos los negocios y transacciones
disciplinares”. Apenas un nombre de una mujer apareció en
aquel año, en todas las nominaciones de comités y como
habiendo hablado en la Conferencia. Por casi veinte años, la
relación de representantes femeninas de iglesias quedo
limitada, en su mayoría, a nombre de esposas de ministros.

La organización de sociedades femeninas al nivel de


asociaciones llevo al movimiento a fundar sociedades de la
denominación.

Una reunión informal de mujeres en la Conferencia General en


1884, resulto en un pedido por una Directiva Femenina, como
parte de la Conferencia. Los deberes de esa Directiva
constituida todavía reflejan el papel de apoyo a las mujeres.
El deber de esa Directiva será levantar fondos para las varias
iniciativas, de nuestra denominación para alistar mujeres en todas las
iniciativa, de tal modo y por todos medios que les parezcan ser los
mejores y más prácticos, pero que no envuelvan a la Convención en
alguna responsabilidad Financiera, y relaten anualmente sus acciones
para la Conferencia.

Inicialmente, bajo el liderazgo de personas como la sra. Mary


Bailey de Milton Wisconsin, las mujeres no quedaran
satisfechas con ese rol meramente de apoyo. Ellas se verán
envueltas en el reclutamiento y apoyo a misioneros y grupos de
evangelistas de campo y trabajadores voluntarios, en
campamentos y escuelas bíblicas. En 1964, la Directiva
Femenina patrocino la Primera Corporación de Servicios
Cristianos de Verano de jóvenes para formación y servicio
dedicado para iglesias locales. Ese programa CSCV, continúa
por más 35 años. En cuanto ayudaba iglesias, formó a muchos
jóvenes, para el liderazgo, incluidos varios candidatos al
ministerio.

Directiva Juvenil

El comienzo del trabajo organizado de jóvenes entre los


bautistas del séptimo día se remonta a un avivamiento
espiritual entre los alumnos de la Universidad de Alfred, en
1868. El presidente Jonathan Allen ayudo a canalizar su fervor
religioso para el trabajo evangelistico, esos alumnos hicieron la
visitación de comunidades vecinas, llevando el Evangelio. Un
movimiento de cuartetos evangelisticos, tanto de hombres
como de mujeres, estableció y reforzó el número de iglesias
durante los últimos treinta años, de aquel siglo.

En 1882, George Babcock, superintendente de la escuela


sabatina en Plainfield, Nueva Jersey organizo un grupo joven
con el nombre de Excel Band (Banda Talentosa). Por varios
años, la Revista de escuela Sabatina y la Directiva de Tratados
(Our Sabbath Visitor), tenía una Columna para la comunicación
entre las bandas talentosas, que se habían desarrollado en
otras iglesias de la denominación.

Al poco tiempo, la Banda Talentosa fue sustituida por la


organización interdenominacional, conocida como Sociedad
Juvenil de Esfuerzo Cristiano, que comenzó en una iglesia del
Estado de Maine cerrado por Francis Clark. Esa organización,
junto a varias uniones en nivel local, distrital, estatal, nacional e
internacional, proporciono áreas de servicio y fraternización no
disponibles dentro de una denominación tan dispersada como
los bautistas del séptimo día. Los grupos de EC continuarían
durante el siglo XX, fortaleciendo la formación que llevo a
mayor participación de las iglesias locales y de la
denominación. El primer encuentro Joven de los bautistas del
séptimo día registrado, aconteció en 1892, en Plainfield, Nueva
Jersey, con representantes de la denominación presentes en la
Convención Internacional de Esfuerzo Cristiano, celebrado en
la ciudad de Nueva York.

Ese aumento de concientización a la importancia de los


jóvenes en la iglesia llevo a la Conferencia General a incluirlos
en la vida denominacional. En 1888, las sesiones anuales de la
Conferencia General, fueron cambiadas de septiembre para
agosto, para que los jóvenes pudiesen participar sin tener
problemas con el calendario escolar. En aquella reunión “el
comité nombrado por los jóvenes de la Conferencia, reunidos
en un grupo masivo”, declaro haber llegado la hora para la
“acción conjunta de jóvenes en trabajos de la denominación”. Al
año siguiente, 1889, la Conferencia formo la Comisión
permanente de trabajo Juvenil, que en 1904, fue renombrada
Directiva Juvenil.

Bajo la tutela de la Directiva los jóvenes de la denominación se


volverían más activos al trabajo evangelistico personal. Ellos
ayudaban a pequeñas iglesias por medio de trabajos de verano
de cuartetos, apoyo al evangelismo y la ayuda a misioneros.

En 1895, la Directiva registró 2575 inscritos en grupos jóvenes


de la denominación.

El primer campamento de jóvenes fue promovido por la


Directiva de Tratados en 1926, bajo la dirección del director de
Promoción del Sábado, Rev. A.J.C. Bond, ayudado por Marjorie
Burdick, miembro activo de la Directiva Juvenil de 1917 a
1934. Por más de 65 años, los campamentos también han sido
una parte importante de la educación religiosa y de la
formación para jóvenes. Varias iglesias y Asociaciones poseen
y mantienen instalaciones de campamento propios.

Directiva de Educación Cristiana


En1940, cuando la Directiva Juvenil se unió a la Directiva de
Escuela Sabatina y a la Sociedad de Educación, para formar la
Directiva de Educación Cristiana, su trabajo con los jóvenes
continuó. En los primeros programas de la nueva Directiva, fue
a la institución de un retiro de jóvenes antes de las sesiones de
Conferencia de 1940. Esos retiros, pre-conferencia continuaran
por más de 50 años. El Comité de trabajo Joven y la Directiva
son los responsables de la publicación de Beacon (farol), como
medio de compartir las ideas entre los jóvenes. Trabajadores
de campo juveniles han sido contratados para ayudar a grupos
de jóvenes locales.

La Sociedad de Historia

En los primeros datos oficiales de la Conferencia General fue


publicado el libro de Henry Clarke A History of the Sabbatarians
or Seventh Day Baptist in America (La Historia de los
Sabatistas, o Bautistas del Séptimo día en UEA), en 1811. La
actualización de la obra fue hecha cuarenta años después. De
1852 a 1854, en el periódico trimestral Seventh Day Baptist
Memorial (Memorial Bautista del séptimo día) fue publicado, y
sus descripciones resumían la vida de los primeros líderes, y
las historias de iglesias son una fuente valiosa de información,
para las generaciones posteriores.

En 1863, un Comité de Historia de la denominación fue


formado, y se hicieron planos con la Universidad de Alfred para
que abrigase y mantuviese en seguridad, documentos
históricos. Miembros del cuerpo docente del Departamento de
Teología fueron nombrados para la Directiva de Historia.

Como parte de la conmemoración del centenario de la


Conferencia General en 1902, documentos históricos fueron
dados y luego editados y agrupados en 1910, en dos grandes
volúmenes, bajo el título Seventh Day Baptist in Europe and
America (Los Bautistas del Séptimo día en Europa y EUA). Elk
tercer volumen cubre desde 1900 a 1955, fue escrito por Albert
Rogers y publicado en 1972 por la Sociedad de Historia.

En 1916, el Dr. Julius Sasche de Filadelfia dejo disponible una


colección valiosa de manuscritos, libros y objetos relacionados
a los Bautistas del séptimo día, de la Comunidad de Ephrata.
Para que el Comité de Historia adquiriese e investigase en
directo la colección, era preciso transformarse en una entidad
separada de la Conferencia y el 28 de junio de 1916, la
Sociedad Histórica de los Bautistas del Séptimo día consiguió
autorización del gobierno.

La organización de la Sociedad como una corporación


independiente cambio su relación con la Conferencia General,
pero no su trabajo. El Presidente del Comité de Historia, Carliss
f. Randolph, se transformó en presidente de una nueva
sociedad, cargo ejercido entre 1916 y 1954. Cuando un nuevo
predio de la denominación fue levantado en Plainfield, en 1929,
la Sociedad de Historia ocupo el tercer piso, con sus
escritorios, biblioteca y archivos. Los objetos de la biblioteca
que estaban en la Universidad de Alfred fueron trasladados en
1932. Un índice de fichas es mantenido con los nombres de los
individuos, iglesias y otras informaciones pertinentes,
encontradas en los principales periódicos de la denominación,
publicados del 1821. En 1990, ese índice catalogaba 116
gavetas de archivos, una ayuda valiosa para pesquisadores de
historia de la iglesia, las familias y de la doctrina de la
observancia del sábado.

En 1982, cuando los escritorios de la Conferencia General


fueron llevados para Janesville, Wisconsin, la Sociedad de
Historia incorporada a aquel Estado y su biblioteca, archivos y
escritorios, fueron llevados para e nuevo Centro, localizado en
Kennedy Road.
Capitulo III

Los desafíos del siglo XX


Los primeros doscientos años de existencia en Estados Unidos,
los bautistas de séptimo día fueron grandemente influenciados
por la expansión de las colonias en las fronteras americanas,
mudándose con las migraciones, e cuanto se mudaban,
fundaban iglesias y escuelas. Durante el primer siglo su
crecimiento fue lento, partiendo con tres centros, con menos de
cien personas, y en total ocho iglesias sobrevivientes hasta el
siglo XIX. Esas ocho iglesias estaban localizadas en cuatro
Estados, y poseían cerca de 1200 miembros cuando se fundó
la Conferencia General, en 1802.

Cien años después, había 116 iglesias, localizadas en 23


Estados, con 9292 miembros. Más allá de eso, había más de
80 otras iglesias fundadas durante el siglo XIX, que no duraran
hasta el siglo XX. Menos de 10 de las 116 que existían estaban
localizadas en ciudades con una población de 5000 personas o
más. La denominación antes poseía características
fuertemente rurales.

Con la estabilización de las fronteras de los UEA continental


(que los sociólogos datan en 1890) una mudanza considerable
aconteció con los bautistas del séptimo día. Ellos continuarán a
trabajar en misiones por medio de la Conferencia General y las
agencias colegiadas de publicaciones y de educación para
fortalecer las iglesias y alcanzar a otros cuatro grupos
principales, mencionados anteriormente. A pesar de eso, la
revolución industrial y científica, la globalización y los
intercambios interculturales, trazarían nuevas fronteras de
mudanzas.

La Asamblea de Chicago de 1890

Al reconocer algunos cambios, la Conferencia General convocó


a una Asamblea de representantes de iglesias y sociedades
para que se reunieran en Chicago en 1890. Ellos se reunirían
“para referir y comunicar todos los asuntos relativos al
momento presente y los trabajos futuros, y los estatutos y
deberes de nuestra denominación”. Alrededor de cien
representantes participaran de los catorce Comités de esa
Asamblea de Chicago, que generaciones posteriores pedirían
llamar “pozo de ideas”. Ellos examinaran y fijaran proyectos de
trabajos de las sociedades, de la organización denominacional,
de la administración de iglesias y de la reforma y programación
de la observancia del sábado. La Asamblea confirmo su
compromiso con los principios bíblicos y la convicción de
bendición divina sobre su verdad y sus mantenedores. Ella
termino con un aviso de que “nuestro pueblo no debe perder la
fe, en tanto DIOS honraría a otras personas en su triunfo final”.

Con la administración bautista y la autonomía basada en las


iglesias locales, la Asamblea fue apenas de carácter consultivo.
Tanto así, que ella fue la base para el enfrentamiento de los
problemas del siglo XX: 1) organización y programa; 2)
identidad denominacional dentro de la familia de iglesias
cristianas; y 3) ministración a la iglesia y a la sociedad en
general.

Reorganización Denominacional

Al comienzo del siglo XX, varios líderes denominacionales,


eran hombres de negocios prósperos. Cuando percibían no
haber tenido crecimiento en la denominación, seguían la
adoración en una organización más eficiente.

En diciembre de 1902, una Asamblea Consultiva se reunió en


Alfred, Estado de Nueva York, para examinar algunos ajustes
de la organización denominacional. Esa Asamblea era diferente
de aquella de Chicago, por ser compuesta de representantes
de las directivas, agencias, comités y asociaciones, envueltas
en la administración de programas de la denominación.
Algunas de las recomendaciones incitaran a Boothe C. Davis a
decir:
Por medio siglo, la Conferencia ha sido constituida por sociedades y
no por un pueblo unido. Hoy, por primera vez en nuestra historia, la
forma de la Conferencia se moldea en un espíritu de unidad que, de
modo incansable, viene ganando terreno al recorrer dos siglos en
nuestra vida denominacional.

Infelizmente el optimismo de Davis fue prematuro. Desde su


comienzo los bautistas del séptimo día rechazaran cualquier
organización que amenace la autonomía local como antibíblico.
A pesar de eso, ellos reconocían el valor de las acciones
congregacionales consultivas y de coordinación de la
Conferencia, varias formas surgirán en los noventa años
siguientes. Esos cambios incluían en secuencia, el Comité
Ejecutivo, la Directiva Consultiva, con más de 30 miembros, el
Comité Ejecutivo de la Directiva Consultiva, el Comité sobre
Actividades Denominacionales, una comisión formada de
nueve miembros, otra comisión formada de seis miembros, y
por último, e 1978, el Consejo General de doce miembros,
igualmente dividido entre miembros comunes y miembros ya
participantes de agencias de la denominación.

Por varios años la administración de las actividades de la


denominación fue hecha por medio de voluntarios y ejecutivos
aportados por las sociedades. Fue apenas en 1951, que la
Conferencia General voto por el trabajo de un Director
Ejecutivo, para proporcionar un liderazgo administrativo en
planificación de programas, activándolo por medio de la
cooperación entre agencias y del estímulo de una planificación
y cumplimiento de un presupuesto.

Centro Denominacional

Juntamente con los esfuerzos para la obtención de unidad


organizacional, surgió el deseo de un centro físico, que sirviera
como un local de trabajo y también como un símbolo de la
denominación. Ya en 1852, el ideal de un edificio que abrigase
las Sociedades, Misionera, de Tratados y la Editora y que
tuviera una Biblioteca de acceso público, con libros sobre el
sabatismo y una Colección de curiosidades Misionera tomo
forma.
Setenta y cinco años después, un comité fue designado para
planear las instalaciones, más adecuadas para las
publicaciones relato en 1917, que ya era tiempo de transformar
el ideal en algo concreto. “Así como la iglesia expresa el
espíritu de la comunidad”, dirán “también ese edificio será un
lugar de reunión de la denominación”. En 1921, la parte de
atrás de un terreno fue aplanado para la construcción de la
Editorial, queda casi en frente a la prefectura de Plainfield,
Nueva Jersey. En 1929, un edificio de la denominación fue
construido, en la parte de al frente de aquel terreno.

La llamada Gran Depresión de la economía americana, de la


década de 1930 deriva en la quiebra de la Bolsa de Valores, la
dependencia de voluntariado de algunas regiones, para la
gerencia o el trabajo de las Directivas de agencias, además de
otros factores, impidió la realización completa del ideal de la
denominación. Así mismo, por más de cincuenta años, el
edificio de los bautistas del séptimo día sirvió como centro
denominacional para publicaciones, administración de fondos
investigación, preservación histórica y pesquisas, y luego de
1950, como centro para la coordinación de programas por
medio de escritorio de la Conferencia General. De 1964 a 1981,
el Consejo de Ministros también quedo localizado en ese
edificio. La Sociedad Misionera y los escritorios de la Directiva
de Educación Cristiana, continuaran, respectivamente en
Rhode Island en el oeste de Nueva York.

En 1975, un grupo de trabajo nominado para evaluar la


efectividad denominacional, levanto un cuestionamiento de
hacer una localización. En 1981, la Conferencia General votó
por la mudanza de los escritorios y servicios de Nueva Jersey,
para un local más centralizado, en un edificio relativamente
nuevo, y que conservase más energía en Janesville,
Wisconsin. La mudanza ocurrió en menos de un año, pero en
anterior no quedo olvidado.
La ciudad de Janesville honró el pedido de la denominación de
rebautizar las dos calles, entre las cuales quedaba la nueva
propiedad. El Centro Bautista del séptimo día quedo localizado
en la calle Kennedy 3120, entre las avenidas Newport y
Plainfield.

El objetivo final de todas las mudanzas físicas y


organizacionales era concentrar un máximo de esfuerzos y de
recursos, para traer a las personas al conocimiento que las
lleve a la experiencia y la salvación en Jesucristo, y para
compartir la observancia del sábado como parte de su fe.
Juntamente con ese énfasis de organización, los objetivos del
programa fueron adoptados, envolviendo esfuerzos
coordinados de cada directiva y de agencia de la
denominación.

OBJETIVOS DEL PROGRAMA

En 1915, en medio de la Primera Guerra Mundial, un reporte de


la Sociedad Misionera terminaba con una apelación para la
denominación para la toma de posición “conformista o
reformista que ayudase a promover a las personas a tener una
vida sana y útil”.

La Conferencia General adopto un programa intensivo de tres


años, llamado Forward Movement (Movimiento para el Futuro),
incorporando algunos de los variados objetivos sugeridos por la
Directiva Juvenil, con relación a las conversaciones y la
afiliación en escuelas sabatinas y al Esfuerzo Cristiano. El plan
exigía objetivos tangibles, para ser alcanzados hasta 1919. Se
avanzó bastante en un Comité de Actividades
Denominacionales, delineando el plan de New Forward
Movement (Nuevo Movimiento para el Futuro) en 1919.

Ese Nuevo Movimiento de cinco años, fue planeado para


“disponer de todas las fuerzas espirituales y materiales, de
forma unida y eficiente, para llevar adelante el trabajo de DIOS
en la Tierra”. El gran énfasis fue aumentar fondos para las
misiones, educación ministerial y jubilaciones, y el aumento de
otros programas denominacionales, por medio de las agencias.
Lo inicio un director, luego fue contratado para trabajar en
tiempo integral, pero después de un año el rev. A,J.C. Bond
comenzó a dividir su tiempo entre el trabajo como director de
Nuevo Movimiento para el Futuro y la Directiva de Tratados
para la Promoción del Sábado.

Un número de miembros continuó estable, pero hubo un


aumento suficiente de donaciones, para dar continuidad al
movimiento como Onward Movement (Movimiento Progresivo),
adoptado en 1924. A pesar de que las donaciones habían
aumentado, el secretario W. D. Burdick hizo la siguiente
observación: “las personas están a punto de apoyar esfuerzos
extras, en prejuicio de las formas de trabajo de cuales la
denominación dependía”.

En 1940, un plan de cinco años para la denominación fue


adoptado con la recién organizada Directiva de Educación
Cristiana. Después de dos años el plan fue dejado, a favor de
la participación de United Christian Advance Movement
(Movimiento de Avanzada Cristiano Unido), de alcance
interdenominacional, con más recursos en material y
conocimiento.

Para conmemorar el centenario de misión en China, fue


iniciado un fondo de inversiones en el segundo siglo. La
reconstrucción de predios de las misiones, devastados por la
Guerra recibió 35% de los fondos, con el resto yendo a parar a
las construcciones de las casas para evangelismo de campo.
Durante las décadas siguientes, una sucesión de programas
fueron implantados, a veces en cooperación con otras
denominaciones. Dentro de esos, se destacaba el Programa
para Expansión y Crecimiento, o el Avanzada Bautista de
Jubileo, el Programa para Avances, el Misión 65, y el
Enfrentando Fronteras con Fe. Varios de esos programas
producirían beneficios inesperados, continuados después en
fase inicial. Dentro de ellos se destacaron el RON – Reach Out
Now (Alcancemos Ahora), un antiguo modelo para el
desenvolvimiento de las nuevas iglesias urbanas, la
Corporación de Servicios Cristianos de Verano (SCSC, en
inglés), que llevaran a la formación de liderazgos jóvenes, o
Formación de Liderazgo Natural (NET, en inglés), que llevaran
a la formación de la Federación Mundial de los Bautistas del
Séptimo día.

En 1975, la Conferencia General se unió a Fuller Evangelistic


Association (Asociación de Evangelismo Total) a través de un
documento de compromiso con énfasis en el crecimiento.

El desenvolvimiento de voluntad de crecer, por intermedio de


estudios bíblicos y de la concentración de dones espirituales,
llevo a cambios de actitud, en relación al potencial de
crecimiento. Nuevas iglesias fueron fundadas por causa de ese
programa, y la lenta disminución en el número de miembros fue
paralizado. Las iglesias reconocidas y registradas en Seventh
Day Baptist Yearbook (Anuario Bautista del Séptimo día), 46%
fueron fundadas antes de 1900, 17% entre 1901 – 1969 y 36%
desde 1970. La Década de Discipulado ocupo todos los años
de 1980, con énfasis anuales, alternándose entre sustento,
expansión y ministerio. Desde el ambiente de trazar objetivos
de programas, surgió una nueva estrategia para ayudar iglesias
individuales y movilizar recursos locales y denominacionales,
llamada More 2000 (Mas para el año 2000).

INTERVENCION ECUMENICA

Así como el impulso misionero de comienzo del siglo XX fue el


responsable por la organización de la Conferencia General, del
mismo modo fue el impulso misionero al final del siglo, que
aproximo iglesias en organizaciones ecuménicas nacionales e
internacionales. Los Bautistas del Séptimo día fueron miembros
fundadores del Consejo Federal de Iglesias, el Consejo
Nacional de Iglesia y el Consejo Mundial de Iglesias. Esos
consejos mostraran ser una oportunidad y un obstáculo para
los bautistas del séptimo día. Ellos se retirarán de esas
organizaciones en 1970.

Participación

Los bautistas del séptimo día fueron representados en la


Conferencia Ecuménica de Misiones Internacionales, realizada
en 1900. Se encontró pedido para que las denominaciones
enviaran representantes “con el propósito de organizar una
Federación de denominaciones”. Con la garantía de que tal
organización no interferiría en la autonomía de las
denominaciones participantes, ni que hubiera una elaboración
de un credo en común, la Conferencia Federal se tornó
miembro fundador del Consejo General de Iglesias, en 1908.
Cuando el Consejo fue incorporado a otros siete consejos
interdenominacionales para formar el Consejo Nacional de
Iglesias en 1950, los bautistas del séptimo día estaban entre
los miembros fundadores, por ser miembros del Consejo
Federal y de tres otros consejos: del de Misiones, de Educación
y de Intereses Femeninos.

Al comienzo del siglo, fueron tomadas medidas, para realizar


una Conferencia Mundial de Fe y Orden para considerar “los
puntos divergentes y los puntos comunes de las
denominaciones”. En 1912, los bautistas del séptimo día
participaran de esa conferencia. Con el inicio de la Primera
Guerra Mundial, la Conferencia fue pospuesta, más el Comité
declaratorio de la declaración de fe bautistas del séptimo día,
presento una a la Conferencia General de 1917, donde
aceptada “como declaración de fe inicial”. Esa declaración
contenía tres grandes divisiones: 1) doctrinas armónicas con
los protestantes modernos; 2) afirmaciones sobre
administración y practicas diferentes a los protestantes; 3)
declaraciones sobre la observancia del sábado, justificaciones
de la existencia de una denominación independiente.

La reunión de la Conferencia Mundial de Fe y Orden que


aconteció en 1927, en Lausanne, Suiza,A.J.C. Bond relato
nunca haber notado antes en cuanto a la posición bautista del
séptimo día era lógica. “Ella es histórica y bíblicamente así.
Tenemos en directo ser eufóricos, por causa de ella …
Tenemos el derecho de estar en tales movimientos. Somos un
pueblo pequeño, pero nosotros pues, estamos afirmados en la
piedra fundamental, a quien debemos temer”. De esa
Conferencia de Fe y Orden y de una conferencia paralela sobre
la vida y el trabajo, una propuesta para el Consejo Mundial de
Iglesias se materializó. Nuevamente, los bautistas del séptimo
día estaban envueltos en su organización, y participaran en las
cuatro primeras asambleas, en 1948, 1954, 1961 y 1968.

Oportunidades

Los bautistas del séptimo día se beneficiaran la participación en


esas organizaciones ecuménicas de varios modos. Como parte
del cuerpo de Cristo, ellos fueron identificados como una
denominación legítima, y no como secta. A. J. C. Bond expresó
ese sentimiento al escribir “ser miembro (de esas
organizaciones) nos definió como organización cristiana con un
pasado, un mensaje y una visión de futuro, en vez de una secta
intolerante, deseosa de esquivar las grandes cuestiones que
envuelven el desafío de unidad de la iglesia, como el
paganismo y como el mundo materialista.

Los bautistas del séptimo día fueron capaces de tomar parte,


en los programas nacionales e internacionales de servicio, de
formas imposibles como una organización pequeña. La
participación ha levantado el nombre de los bautistas del
séptimo día y sus doctrinas y se ha hecho circular de modo
más amplio. Después de la publicación de un libro que tenía
dedicado un capítulo dedicado a la historia y a los principios de
cada denominación del Consejo Federal, A. E. Main escribió:
“Nunca en nuestra historia fue dada tal oportunidad a los
bautistas del séptimo día de volverse conocida al mundo, la
existencia de cristianos que observan el sábado de manera
organizada y de anunciar las características de nuestra
organización”.

En varias ocasiones, los representantes conseguirán influenciar


ciertas acciones, especialmente con relación a leyes de
observancia al domingo.

Obstáculos

A pesar de algunas ventajas, la participación en la familia más


amplia de la iglesia cristiana, algunos bautistas del séptimo día
consideraban eso como un impedimento, basados en razones
políticas, teológicas y bíblicas. Para una iglesia cuya
“conciencia es llevada cautiva por la palabra de DIOS”,
cualquier cooperación es señal de unión con quien no acredita
el sábado bíblico era interpretado como una negación de una
característica distintiva básica de enseñanza bíblica.

Las diferencias eran mayores, que apenas la divergencia sobre


la observancia del sábado. Los bautistas del séptimo día
habían aprendido, a lo largo de los años, como cooperar con
otras iglesias sin comprometerse. Para muchos, el problema de
envolvimiento ecuménico estaba muy ligado a cuestiones
teológicas de fundamentalismo versus modernismo. Según el
ideario popular, eso había sido comentado por los libros The
origin of man (El origen del hombre), (1859) y The descent of
man (El linaje humano), (1871), de Charles Darwin. La Teoría
de la Evolución, entendida popularmente, era lo opuesto del
concepto bíblico, de la creación relatada en el Génesis.

Más seria todavía era la aplicación de las Teorías de evolución


y de los métodos científicos al estudio de la Biblia. Durante la
década de 1920, esa diferencia teológica alcanzó proporciones
epidémicas, que resultaran en las mayores divisiones de
algunas denominaciones y serias grietas en otras. Entre los
bautistas del séptimo día esa diferencia teológica resultó
formación de una Liga de Defensa de la Biblia y la publicación
de un periódico fundamentalista llamado The Exponent (El
Expositor), que circuló de 1925, hasta ser sustituido por la
“página fundamentalista” del Sabbath Recorder en 1929.
Muchos miembros de las organizaciones ecuménicas, en las
cuales los bautistas del séptimo día se habían unido, pendían
para el lado liberal de la balanza teológica, y eran inaceptables
para los fundamentalistas y para los conservadores.

El tercer impedimento, que por fin llevo a la salida del Consejo


Nacional de Iglesias, en 1973 y del Consejo Mundial de
Iglesias, en 1976, se centraba en las cuestiones de
administración. Teóricamente, la autonomía local estaba
garantizada, pero en la práctica era frecuentemente negada.
Como el Consejo Nacional y Mundial se tornaron más político y
socialmente envueltos, quedaron más propensos en hablar en
nombre de sus miembros, la política democrática, y el voto de
la mayoría prevalece y se entiende ser el correcto, y por lo
tanto la minoría se somete a ella. Pero, en una organización
religiosa, la mayoría generalmente esta errada. En las iglesias
libres, el derecho de conciencia individual es violado cuando un
grupo al cual el pertenece, emite una afirmación presentada
como mayoría. Eso quedo bastante claro en la Quinta
Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, ocurrido en 1975 en
Nairobi, en Kenia. Declaraciones oficiales fueron dadas,
afirmando representar al protestantismo mundial, pero, no es
verdad, reflejan una voz de activistas políticos y sociales de
países del Tercer Mundo, que condenaban a las naciones
capitalistas, a pesar de haber sido blandos en la carga, de los
derechos humanos de las naciones comunistas.
La Cooperación bautista

La separación de los Concejos Mundial y Nacional de iglesias,


permitió a los bautistas del séptimo día cooperar más
plenamente con otros bautistas de la Alianza Bautista Mundial
(ABM), con la North American Baptist Fellowship (Alianza
Bautista Norteamericana NABF) y con el Baptist Joint Committe
on Public Affairs (Comité Mixto Bautista sobre Asuntos
Públicos). Creciente número de historiadores bautistas incluirán
a los bautistas del séptimo día en sus publicaciones como parte
de la familia bautista. A pesar de que algunos bautistas del
séptimo día en el pasado tenían mayor preocupación en el
acercamiento con otros grupos cristianos sabatistas, hoy la
mayoría acredita que las diferencias básicas son de
administración, una barrera mayor para la comunicación, que la
diferencia sobre el día de descaso. Por ejemplo, la iglesia
autista local los Camarones, incluido iglesias que guardan el
sábado. Sería difícil imaginar otras iglesias sabatistas aceptado
las marcas distintivas de los bautistas del séptimo día, como la
administración, la libertad de expresión y doctrinas sobre la
salvación por la gracia, creando barreras más difíciles que estar
de acuerdo sobre el día de descanso.

Estrategias para el Ministerio

La tercera área de cambios y desafíos, entre los bautistas del


séptimo día en el siglo XIX se encontraba en el ministerio.
Algunas cuestiones fueran: 1) formación de líderes; 2) cambio
de cultura rural a urbana; 3) preocupaciones sociales; 4) el
propósito sabático en una sociedad sin descanso.

La formación de líderes

Los bautistas del séptimo día siempre reconocerán que el


llamado ministerial debería provenir inicialmente de DIOS. Más
así que ese llamado fue reconocido y confirmado, la iglesia
está convencida de la aplicabilidad, en los días de hoy, la
instrucción de Pablo a Timoteo: “Procura presentarte a DIOS
aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que
maneja bien la palabra de verdad” (2 tim:15). Hubo un buen
número de pastores consecutivos que se formaron de manera
formal, con un procedimiento normal o el ingreso a algún
seminario teológico. Mucho antes de que la denominación
tuviera un seminario propio (Alfred, en 1871), entre los
ministros habían algunos graduados en Brown, Princeton,
Columbia y la Union Theological Seminary (Seminario
Teológico Unión).

El departamento de Teología de la Universidad de Alfred, tuvo


su primer turno de formados en 1874, con siete alumnos. Los
primeros 20 años, 28 bachilleres en teología se formaran. Por
la falta de apoyo financiero y por la muerte de dos líderes del
departamento en 1893, varios alumnos fueron transferidos para
lugares como la Morgan Park en Chicago.

En 1902, la Universidad Alfred transformó el departamento en


Seminario Teológico Alfred, y nombró al dr. A. E. Main como su
Rector. La escuela se tornó nuevamente en el principal Instituto
de formación para ministros bautistas del séptimo día. La
mayoría de los alumnos cursaba Alfred, Milton o Salem, y los
profesores de la Escuela de Teología generalmente vivían de
estas Instituciones, garantizando un Ministerio homogéneo.

La controversia del fundamentalismo versus el modernismo de


la década de 1920 destrozó un poco esa unidad, entre los
pastores. Algunos alumnos frecuentaban seminarios más
conservadores, sin conexión con los bautistas del séptimo día.
El pequeño número de alumnos, las exigencias cada vez
mayores de agencias académicas confiables y la insuficiencia
de fondos en la Universidad de Alfred y de la denominación
formaran el término de la Escuela de Teología, en 1963 y la
creación de un programa alternativo para la formación de
ministros.

Consejo de Ministros

La responsabilidad por la educación ministerial fue lanzada por


la Directiva de Educación Cristiana y dada al Consejo de
Ministros, formado por la Conferencia General. El Centro para
los Ministros comenzó en 1964, con instalaciones en un predio
bautista del séptimo día Plainfield. Fue dado apoyo a los
alumnos para el ingreso al seminario con formación teológica,
reconocida de su predilección. Cursos con formación
equivalente a bachillerato, con una visión general de las
características distintivas de los bautistas del séptimo día,
sobre su historia, administración y teología sobre el sábado,
fueron Ministrados en Instituto de Verano.

A pesar de la formación convencional, todavía era la forma


recomendada para la recepción de pastores, la Conferencia
General en 1983 recomendó la iniciación del programa de
formación de pastores, para suplir la formación efectiva al
ministerio, para líderes con otra profesión o a jubilados que se
sintiesen llamados al ministerio también. El programa de
Formación para el Ministerio y Extensión (TIME), desarrollado
por el Consejo de Ministerio, ha hecho mucho ´para suplir las
necesidades de las iglesias, que, por razones de tamaño,
economía y disponibilidad, tal vez no conseguían tener un
pastor entrenado con formación tradicional.

El cierre de la escuela de Teología de Alfred, también trajo


mayor diversidad al ministerio. La variedad de experiencias de
aprendizaje, proporcionó mayor exposición a nuevas ideas y
nuevos métodos. Eso alentó a los alumnos en su
desenvolvimiento de dones específicos e intereses que
contribuyesen, para una nueva perspectiva de los campos de
acción y crecimiento de los bautistas del séptimo día.
De las áreas rurales a las áreas urbanas

Por más de doscientos años los bautistas del séptimo día


fueron un pueblo rural. La independencia de una comunidad de
agricultores posibilito para la familia y la comunidad centrar sus
vidas en una semana de trabajo, dejando el sábado para el
descanso. En 1912, el presidente Boothe C. Davis de la
Universidad de Alfred, dirigiéndose al presidente de la
Conferencia en estas palabras: “Los Bautistas del séptimo día
no tienen certeza de su continuidad en el futuro, su crecimiento
y prosperidad independientemente de nuestras iglesias rurales
… Nunca podemos trabajar de manera mayor o menor entre
los habitantes de las ciudades”. La mayoría de los ministros
vino de iglesias rurales, frecuento facultades alrededor de las
zonas rurales de Alfred, Milton o Salem, recibió educación
ministerial en ambiente rural de profesores con pasado
parecido y fijaran trabajo de campo en iglesias rurales de la
región.

Cuando la denominación entro en un periodo de compromiso


de Crecimiento, su enfoque comenzó a mudar hacia las áreas
urbanas. En un periodo de catorce años (de 1975 a 1989),
treinta y cuatro nuevas iglesias fueron fundadas,
comparándose con las 22 del periodo anterior de 50 años. De
esas nuevas iglesias 28 (el 82% de ellas) estaban en áreas
metropolitanas. Más allá de eso, había otra docena de iglesias
ligadas, las cuales todas en áreas urbanas. Muchas de ellas
tenían ministros formados en seminarios localizados en
ciudades, o por los alumnos del TIME, con experiencia de
trabajo en ambientes urbanos.

PREOCUPACIONES SOCIALES
Las convicciones bíblicas que llevaran a los bautistas del
séptimo día cautivos no cambiaran. Pero, con los cambios de
ambiente del siglo XX, el mensaje del Evangelio fue adaptado a
situaciones diferentes.

Los bautistas, en general, no destacan no de otras


denominaciones con respecto a acciones sociales. Ellos
trabajan basados en el ideal de que la sociedad no puede
cambiar, a no ser por el cambio individual. Ellos rechazan en
parte el evangelio social que predica que el hombre, por su
propio esfuerzo, puede traer el Reino de DIOS a la Tierra. Para
ellos, el evangelio social que trata a la moral como relativa, los
problemas sociales como producto del medio, sin lidiar con la
naturaleza pecaminosa del hombre y sin necesidad de un
Salvador, no es el Evangelio.

El presidente de la Conferencia en 1901, enfatizó como


individuo a decir que el principal motivo para los bautistas del
séptimo día, trabajaran en áreas de reformas sociales es “para
descubrir la verdadera actitud cristiana, para con esos
problemas y para fomentar y fortalecer trabajadores, en varias
áreas de reforma moral”.

Una iglesia bíblicamente centrada y rápida para reconocer, que


la propia misión de Jesús incluía no solo la predicación de
buenas nuevas a los pobres, mas también “proclamar libertad a
los cautivos y recuperación de vista a los ciegos, poner en
libertad a los oprimidos (Lucas 4:18). Así, el ministerio de
predicación es generalmente acompañado por ministerio
médico y educacional. El Comité de Acción Social Cristiana de
la Conferencia General, nombrado en 1961, fue fundado
inicialmente para tener un rol de definición de políticas y de
información. Luego expandió sus funciones, para incluir una
respuesta en las situaciones de emergencia. En 1873, un fondo
Unido de Alivio fue fundado, por medio del cual, individuos e
iglesias podían canalizar contribuciones, para ayudar en
situaciones de emergencia.
El principio de reforma social, por medio de reforma individual
tiene o crea a veces tensiones sobre el principio de separación
entre iglesia y estado. Algunos bautistas del séptimo día
clamarán a la iglesia a declarar abiertamente su apoyo a
acciones de gobierno, para prohibir la guerra, el aborto, el
libertinaje sexual, la pornografía y otros problemas morales
semejantes. Otros acreditan sinceramente que la iglesia, como
institución, no se puede involucrar, pero sin relegar esas
decisiones totalmente al individuo.

La mayoría de las declaraciones hechas por las organizaciones


representativas de los bautistas del séptimo día, tanto hechas
por la iglesia local, como por la Conferencia General, han
intentado representar principios básicos, y entonces fomentar a
las personas a reaccionar apropiadamente como cristianos. En
ejemplo es la declaración hecha en 1981, sobre el derecho de
los bebes por nacer. Ella comenzó con el reconocimiento de
santidad de vida y con la reprobación de poco asunto de la
sociedad con relación a ella, y llama a individuos e iglesias a
proponer leyes y políticas que reviertan esa tendencia, instando
a las personas a dar ejemplo a la sociedad por su modo de vida
y enseñar los patrones bíblicos de moralidad, responsabilidad y
respeto por la vida humana.

Los bautistas del séptimo día también han sido incentivados a


participar, individualmente en el proceso de toma de decisiones
de gobierno. En 1964, la Conferencia General se opuso a la
discriminación racial y exigió que las iglesias nuevas y
antiguas, no practicasen ninguna forma de distanciamiento de
raza, para la adhesión de nuevos miembros. En una
declaración final, la Conferencia pidió la contribución individual,
para la vida política, votando de forma inteligente y alineada
con las convicciones cristianas, apoyando y elogiando cuando
sea merecido, y criticando cuando sea justificado, participando
en trabajos con capacidad, y fomentando a los jóvenes con
talento y habilidades a ser formados y preparados en las áreas
de actuación política y de bienestar social. Un bautista del
séptimo día, Jeannings F. Randolph, sirvió por cuarenta años
en el Congreso de los EUA, como Diputado y Senador. En sus
últimos proyectos del Congreso fue el de apoyar la creación de
una ley que fundase el National Peace Institute (Instituto
Nacional de Paz) en 1984, un objetivo por el cual él había
luchado por décadas.

Los bautistas del séptimo día individualmente han fomentado la


participación en grupos como la Sociedad Bíblica Americana y
en la distribución de biblias por los Gedeones Internacionales, y
en grupos juveniles de formación, como el Women´s Christian
Temperance Union (WCTU, Unión Cristiana Femenina por la
Temperancia), y con muchas otras agencias sociales y
religiosas, que procuran llevar ayuda a los pobres, a los
deficientes físicos, y a aquellos con necesidades especiales.

EL REPOSO SABATICO EN UNA EPOCA SIN DESCANSO

En ninguna otra área de compromiso con las Escrituras fue


más marcada entre los bautistas del séptimo día, lo que
conlleva a la observancia de reposo del sábado bíblico. Al
mismo tiempo, en ninguna otra área, los bautistas del séptimo
día fueron desafiados, y a veces, frustrados, como en su
defensa de validez eterna del cuarto mandamiento: “Acuérdate
de día sábado, para santificar” (Éxodo 20:8).

En 1900, A.H. Lewis escribió Letters to Young preachers


(Cartas para jóvenes predicadores) el cual alentaba a los
nuevos alumnos de teología, sobre las dificultades de llevar
adelante su trabajo, en una época caracterizada por él cómo,
“sin descanso”.
Es una pena que el final del siglo pasara a ustedes, una herencia que
no es a favor de trabajos radicales y sinceros, para la reforma del
sábado. Muchas tradiciones en nuestra vida denominacional son en
contra de tal trabajo radical. Hay muchísimas iglesias para los cuales
ustedes serán llamados para ministrar, que no están preparadas, para
opiniones más elevadas, planes más amplios y más consagrados en
la observancia del sábado. Nuestro pueblo ha sido moldeado,
inconscientemente, por las influencias prevalecientes. A baja estima
con que el mundo ve nuestra posición, han encontrado mucho lugar
en nuestras avaluaciones del trabajo próximo.

…Ustedes deben comenzar su vida con la verdad completamente


cierta, de que nuestra historia esta inseparablemente ligada al tema
del sábado. Nuestro futuro no pude ser separado de eso.

El énfasis de la observancia del sábado por los bautistas


del séptimo día

Lewis no era el único en tener esa preocupación del siglo XX,


ser una época sin descanso. En 1904, el rev. Lewis A. Plantts
sugirió cinco modos que los bautistas del séptimo día, pudieran
trabajar para cumplir la misión especial de DIOS, sobre el
reposo del sábado. Esas cinco áreas de énfasis han sido
adoptadas de varias maneras, desde el siglo XX, en su
tentativa de preservar y aumentar la concientización de la
observancia del sábado.

El primer énfasis es el más espiritual: “DIOS no dio el sábado


principalmente por causa de una necesidad física de descanso,
sino porque el alama precisa de elevación. Cuando ese es el
significado del sábado para nosotros, y cuando el
relacionamiento de nuestra vida con DIOS es la mejor cosa que
conocemos, estaremos exactamente donde DIOS quiere que
seamos usados por su verdad”, escribió Platts.

El libro de Albert H. Lewis, Spiritual Sabbathism (Sabatismo


Espiritual), publicado en 1910, fue probablemente el libro que
más preparo a los bautistas del séptimo día, para la era
científica en la cual la iglesia estaba entrando. Al enfatizar los
valores espirituales y eternos del sábado, el mostraba su
relevancia para los hombres, a parte la dependencia de
interpretación literal de creación en seis días. Como símbolo de
DIOS en el tiempo, el sábado tenia relevancia para la ciencia,
cuyo concepto de tiempo se extiende por millones de años, del
mismo camino que tiene relevancia para quien opina que la
Tierra tiene apenas seis mil años. Casi todos los programas
implementados por la Conferencia General incluirán el
crecimiento espiritual, como la base para cualquier crecimiento
numérico o financiero. El sábado es visto como uno de los
vehículos esenciales para ese crecimiento.

El segundo énfasis es la obediencia y lealtad personal a DIOS


y su Palabra. A veces es difícil diferenciar entre obediencia
como respuesta leal o amor de DIOS y como respuesta a un
mandamiento legalista. Los bautistas del séptimo día
conmemoraran el siglo XX, con un fuerte énfasis en la Teología
de Alianza. Casi todas sus iglesias tenían dentro de su
organización, alguna concordancia sobre la guarda del sábado,
será una condición de relacionamiento en Alianza.

Con el pasar de los años, los bautistas del séptimo día, primero
como miembros de la sociedad, y después como bautistas,
enfatizaran los derechos individuales, el concepto de Alianza se
tornó cada vez menos importante para sus miembros. La
adopción de la Declaración de fe de los bautistas del séptimo
día, en 1987, coloca en libertad de conciencia, dentro del
concepto de obediencia y voluntad de DIOS.
Los bautistas del séptimo día consideran la libertad de conciencia,
bajo la dirección del Espíritu Santo, esencial para la fe cristiana y su
práctica. Por tanto fomentamos al estudio sin ningún impedimento y su
discusión en las Escrituras. Creemos en una libertad de conciencia al
individuo en procurar, determinar y obedecer a DIOS.

La declaración sobre el sábado en esa Declaración de fe,


contiene las bases bíblicas para la observancia del sábado y
termina reconociendo la obediencia y su respuesta.
…Creemos que, por obediencia a DIOS, y en respuesta de su amor y
de su gracia en Cristo, el sábado debe ser fielmente guardado como
un día de reposo, adoración y celebración.
El tercer énfasis mencionado por Platts y el evangelismo de la
observancia del sábado: “Tenemos que llamar la atención a los
otros, de modo más sistemático, más sincero y con más amor”.
Los bautistas del séptimo día, durante el siglo XX, presentaran
el sábado como señal de obediencia, en un relacionamiento de
Alianza con DIOS y no como condición para salvación. Ellos no
condenan a quienes no aceptan el sábado, pero quedan
frustrados con la aparente inconsistencia de quienes dicen
aceptar la Biblia como única fuente de fe y práctica, y así
mismo, siguen tradiciones populares y eclesiásticas.

El cuarto énfasis sobre el sábado y el apoyo mutuo: “Para


salvar al débil o al que está siendo tentado, por la apostasía
entre nosotros, y aumentar nuestra fuerza para seguir la
programación de verdad, debemos estar unidos en todos los
asuntos necesarios”. Mucho esfuerzo ya fue realizado por la
Conferencia General y por las asociaciones de Comité
Vocacionales, para encontrar futuros empleados con
ocupaciones, y locales apropiados para la observancia del
sábado.

Algunas de esas tentativas fueron exitosas, pero muchas


fallaron porque la idea era muy limitada y restrictiva. La
sociedad cambió, pero muchas de esas tentativas pensaban el
sábado como un patrón de pasado, en tiempos de colonia.

Un último énfasis para ayudar en la observancia del sábado en


el siglo XX y en los siguientes y la remoción, o por lo menos la
disminución, de barreras que la sociedad que no levanto y
mantuvo. Para algunos, especialmente no comenzó en el siglo
XX, las barreras eran legales y pasaran a leyes de Sunday
Blue.

Los sabatistas serán entonces obligados a guardar dos días de


descanso, el primero por causa de una ley humana, y el último
por causa de la ley divina.
Algunas de las barreras económicas y sociales eran mayores
todavía que las leyes. La sociedad que por muchos años
trabajo en una semana de seis días, los sabatistas se sentían
limitados en elección de trabajos y lugares laborales.
Proporcionalmente, un alto número de bautistas del séptimo
día, se volvían profesores, pues tradicionalmente trabajan en
una jornada de cinco días. Con el aumento de actividades
extracurriculares, las escuelas, profesores y alumnos, fueron
haciendo elecciones difíciles en relación al sábado.

La necesidad actual del reposo sabático

Con la mayor aceptación de la jornada de trabajo de cuarenta


horas, el número de personas que trabajaban apenas cinco
días aumentó. Entre tanto, con un gran aumento de empleos en
industrias, los fines de semana son muchas veces los días más
agitados de la semana. Para así ajustas los deseos de quien
gusta los fines de semana para relajarse, muchos trabajadores
son forzados a hacer ruedas (turnos), permitiendo apenas uno
o dos sábados o domingos libres al mes.

Ese cambio de jornada de trabajo ha desafiado a los bautistas


del séptimo día, más esto también ha presentado nuevas
oportunidades. Muchas veces fuera de nuestro circulo también
se ha levantado también se ha levantado una forma de
descanso. En medio de una crisis de recursos naturales, en la
década de 1970, el editor de Christianity Today (Cristianismo
Hoy) (una de las revistas cristianas americanas mas leidas)
escribió un artículo titulado “the case for quiet Saturdays”
(Buenos motivos para condiciones de sábados silenciosos). El
pedía los cierres de todas las industrias consumidoras de
energía, por un día. El dialogo que se siguió, K, D, Hurley,
secretario ejecutivo de la Conferencia General, escribió:
Como seria de optimo, que las denominaciones más antiguas que
observan el sábado pudiesen aprovechar las atenciones vueltas para
el articulo “Quiet Saturdays”, para mejorar nuestra observancia al
sábado y hacer que otros cristianos conscientes no apenas aumenten
sus convicciones religiosas, pero también perciban y validen de
nuestra herencia bíblica singular.

Otros escritores de la década de 1980, también pedirán el


reconocimiento del sábado. En 1984, en su libro Ordering your
private world, Gordon MacDonald observa:
Alguien que fije un periodo de descanso sabático de forma regular,
estará más predispuesto de poner toda su vida en una perspectiva
correcta y permanecer libre de colapsos nerviosos y estresarse … El
mundo y las iglesias precisan de cristianos descansados, que se
revigorizan por el descanso del verdadero sábado, no solo con ocio y
feriados. Cuando el descanso religioso sea hecho, usted vera cuan
alegres y consistentes los cristianos pueden ser.

En 1988, el Christianity Today hizo una pesquisa con sus


lectores, para la evaluación de la importancia de una serie de
cuestiones religiosas y teológicas. La pregunta “Usted cree que
los cristianos deberían llevar más en serio la observancia del
día del Señor?”, recibió la más alta evaluación. En respuesta
Eugene Peterson hizo su confesión al escribir: “El pecado
americano más frívolo, y que puede ser hallado en todas las
iglesias, es la desobediencia del sábado, la violación
consciente del cuarto mandamiento”. A pesar de que el mismo
observaba el domingo como “día de descanso”, pedía por una
nueva perspectiva, en relación al sábado, concluyendo:
Como la minoría de los cristianos en pocas iglesias, en algunas
ciudades americanas guardan el sábado, focos de resistencia se
aparecen y providencian acceso al ocio y al divertimento para las
personas de su alrededor, al mismo tiempo que los parques
nacionales impiden el acceso a las bellezas de la naturaleza. Esos
bolsones de santidad escondida preservan nuestros días americanos,
y guardan cada semana accesibles al trabajo de creación de las
apariciones de la resurrección.

Los bautistas del séptimo día pueden ser esos bolsones de


santidad escondida y traspasar lo que Peterson sugirió. Ellos
pueden mostrar esa experiencia, del único día que DIOS
explícitamente bendijo, el sábado bíblico. Por casi tres siglos y
medio, los bautistas del séptimo día han defendido
permanentemente ante el mundo el santo sábado de DIOS, no
como bolsa de santidad, pero como medio de vida de acuerdo
con el propósito creativo de DIOS.

En la época que muchas iglesias están procurando


nuevamente una teología bíblica, el mensaje del descanso
sabático no puede ser ignorado. Para un pueblo llevado cautivo
por la Palabra de DIOS, no hay mayor desafío que defender y
aplicar la Palabra de DIOS, en relación al santo sábado de
DIOS. “Nosotros no podemos ir en contra de nuestra
conciencia, nada conseguimos ni podemos retratar, nosotros
no podemos ir en contra de nuestra conciencia, que DIOS nos
ayude, Amén.
Apéndice

La Iglesia Bautista del Séptimo día en Brasil

El origen de la Iglesia Bautista del Séptimo Día en Brasil se


remonta a 1913. En una reunión administrativa regional de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día - Conferencia de Paraná,
realizada el 19 de enero de ese año, en la ciudad de Curitiba,
Paraná, cinco líderes y otros miembros de esa iglesia dimitieron
por no estar de acuerdo en algunos puntos doctrinales,
especialmente en cuanto a la importancia que se le da a los
escritos de Ellen Gould White. En esa ocasión abandonaron
esta iglesia los hermanos Theodoro P. Neumann, Jorge P.
Wischral, Júlio Nísio, Gustavo Schier y Cândido M. de Godoy,
siendo los dos primeros miembros de la Comisión
Administrativa de la referida Conferencia.

Al día siguiente, estos hermanos, junto con otro líder que


dimitió, Germano Echterhoff, se reunieron en esa ciudad y
decidieron fundar una nueva denominación bajo el nombre de
"Adventistas del Séptimo Día Evangélicos". El 25 de enero de
1913 se publicó un manifiesto, firmado por los seis líderes,
aclarando las razones de su actitud y confirmando su nueva fe.

El 21 de junio de 1916 se aprobaron los Estatutos y


Reglamento Interno, bajo el nombre de "Conferencia de la
Iglesia Evangélica Adventista", los cuales fueron hasta el 4 de
noviembre de 1950, cuando, en la Asamblea General
Extraordinaria celebrada en Curitiba, Paraná, se modificaron
los mismos, siendo adoptados , luego, el nombre de Iglesia
Bautista del Séptimo Día en Brasil, después de los acuerdos
protocolares con la Iglesia Bautista del Séptimo Día de
Hamburgo, Alemania, frente a la identidad de doctrinas.

Posteriormente, en Asambleas Generales realizadas en 1960,


en la ciudad de Itararé, São Paulo, y en 1965, en Curitiba,
estos documentos fueron reformados, y en esta última reunión
la “Declaración de Fe de los Bautistas del Séptimo Día” y la
asociación fueron aprobados de la iglesia brasileña a la
Federación Mundial Bautista del Séptimo Día, actualmente con
sede en Janesville, Wisconsin, en los Estados Unidos de
América. Los bautistas del Séptimo día son miembros de la
Alianza Bautista Mundial.

Cada cinco años son realizadas las sesiones de la Federación


Mundial de Bautistas del Séptimo día (SDB World Federation
Sessions.) las últimas sesiones fueron realizadas en Brasil, del
10 al 16 de febrero del 2003, de Bocaiúva do Sul,PR.

Los Bautistas del Séptimo día tienen a la Biblia como una regla
de fe práctica. Creen que ella se completa y tiene todo el plan
de DIOS para salvación y orientación de la humanidad y el
Espíritu Santo es quien orienta a los cristianos en toda verdad
(Juan 16:13).

Extraído y adaptado de BSD

Breve Exposición Histórica, p 12-17

Folleto editado en 1985


La Iglesia Bautista del Séptimo Día en Chile

El pastor Manuel Marambio Torres se instaló en Brasil y fue


recibido (en un inicio) como presbítero por el Pr. Daniel Miranda
Gomes. Al regresar a Santiago, el Pb. (en aquel tiempo)
Manuel Marambio hizo los primeros contactos misioneros con
algunos pastores chilenos interesados en la doctrina bautista
del séptimo día.

Tras contactos con pastores de Brasil y con la Sociedad


Misionera de la Federación Bautista Mundial del Séptimo Día,
se llevó a cabo una reunión administrativa el 28 de abril de
2012 en Santiago para iniciar la formación de la Iglesia Bautista
del Séptimo Día de Chile.

En los meses siguientes, algunos seguidores comenzaron a


reunirse en Santiago en la casa del presbítero Manuel
Marambio Torres, y en Concepción en la casa del Pr. Pedro
Aguilera. En mayo del mismo año nació otra iglesia en la
ciudad de Cauquenes, dirigida por el presbítero Franklin
Martínez Rivas.

En Septiembre del 2014 se efectúa la organización de lo que


ahora se llama Convención Bautista del Séptimo Día de Chile,
con 4 iglesias y algunos grupos.

Actualmente la Iglesia Bautista en Chile (Ib7 Chile) colabora


con la formación de grupos e Iglesias, pastores y presbíteros
Bautistas del séptimo día nacientes en toda Latinoamérica.
ANEXOS

LIST OF SDB WORLD FEDERATION MEMBER


CONFERENCES

(LISTADO DE BSD MIEMBROS DE LA FEDERACION DE


CONFRENCIAS EN EL MUNDO).

1. Australia 10. Netherlands

2. Brazil 11. New Zealand

3. Burundi 12. Nigeria

4. England 13. Philippines

5. Guyana 14. Poland

6. India (Andhra Pradesh) 15. South Africa

7. Jamaica 16. USA/Canada

8. Kenya 17. Uganda

9. Malawi/Mozambique 18. Zambia


LIST OF NON-WORLD FEDERATION COUNTRIES (SDB’s
exist but they are not yet World Federation members)

(LISTADO DE PAISES CON PRESENCIA BSD, QUE AUN NO


SON MIEMBROS DE LA FEDERACION)

1. Bangladesh 15. Indonesia

2. Cameroon 16. South Korea

3. Chile 17. Liberia

4. Congo 18. Nepal

5. Croatia 19. Nicaragua

6. Czech Republic 20. Pakistan

7. Ecuador 21. Peru

8. Estonia 22. Russia

9. Ethiopia 23. Rwanda

10. Finland 24. Serbia

11. Gambia 25. Sierra Leone

12. Ghana 26. Spain (canarias)

13. Guinea Conakry 27. Sri Lanka

14. Haiti 28. South Sudan


29. Tanzania 35. Cuba

30. Togo 36. Colombia

31. Ukraine 37. Bolivia

32. Argentina 38. Puerto Rico


33. México

34. Uruguay

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