Mi Encuentro Conmigo Mismo
Mi Encuentro Conmigo Mismo
Mi Encuentro Conmigo Mismo
Es una película muy bonita, creo que refleja la gran problemática del hombre moderno,
quien esta tan sumido en lo material, que va ocultando o haciendo más chiquito su
interior, al grado de no reconocerlo.
Brinda momentos divertidos, los cuales disfruté y me reí como lo fueron: ir al baño juntos
al mismo tiempo, las luchas, y cuando le piden matrimonio a Amy. Sin embargo, la parte
cómica no disipa el verdadero mensaje que busca transmitir.
Cuando Russell habla con Amy de “su pasado vergonzoso y con recuerdos horribles que
desea olvidar”, inicialmente me entristeció, pero a la vez me identifique con él, considero
que todos tenemos un pasado del cual en algún momento quisiéramos huir. No me siento
orgullosa de parte del mío, sin embargo, comprendo que son cosas que yo decidí que
pasaran, que mis decisiones trajeron consecuencias que fueron trágicas. A la par entiendo
que, va a ser muy difícil aceptarlas y trabajar en ellas, pero solo así puedes crecer. Si las
guardas, mas adelante generaran conflicto e incongruencia en el ser.
Creo que la parte fundamental de la película es cuando Russell habla con la comentarista,
ahí se hace evidente muchas cosas. La primera de ellas, considero que fue el mensaje que
otorga al espectador en su dialogo: “Es posible que este aquí para que le enseñes algo, es
probable que este aquí para recordarte algo. […] si mi pequeña yo estuviera aquí le diría:
no te preocupes por nada, tendrás una vida fabulosa. […] Cuando somos niños, soñamos
con ser astronautas, o bailarinas, pero eventualmente al crecer […] hacemos lo que se
puede”.
Durante el dialogo, despertó en mi la idea de que, al crecer, es más difícil voltear al pasado
y mirarlo con cariño. En mi caso, suelo juzgado muy críticamente por las malas decisiones,
siendo que, le doy mas peso a ello, que, a los buenos recuerdos, y es por ello que prefiero
no hacerlo, debido a que siento dolor. No obstante, se requiere de dicho pasado,
aceptarlo, acogerlo, abrazarlo, sentirlo; y crecer gracias a él. Eso no quiere decir, que deba
permanecer encerrado, sino que es aquel impulso que te permite resurgir y convertirte en
una mejor versión de ti.
Otro punto que me gustaría compartir, del cual percibí en mi persona durante el dialogo,
fue que al crecer dejamos esa parte de ser niños, de divertirnos, de sentirnos. Me
entristece, porque algunos de los sueños que teníamos en la infancia los vamos dejando
de lado en busca de lo material o de lo que se espera “socialmente”; que llegamos a
perdernos o incluso a olvidar. El infante, no vive de preocupaciones, solo vive, siente,
piensa; de la manera mas natural e inocente posible (extraño eso).
Al explorar más en la platica entre ambos, me llama la atención la humanidad con la que
la comentarista se lo dice, puede que no viviera lo mismo que Russell, pero entendía ese
sentir. No lo juzgo como un “loco” al contrario, lo oriento, no diciéndole que hacer, sino
escuchando y compartiendo con en una cálida conversación, que lo fortaleció para tomar
acciones que el consideraba necesarias y correctas, es decir, lo ayudo a darse cuenta. Por
tanto, no es necesario ser un terapeuta para tener una relación de ayuda con otro. Lo
ideal, seria ser un profesional. Pero eso no quiere decir, que una persona común no pueda
desarrollar esas capacidades de escuchar sin juzgar, sentir y transmitir empatía, calidez y
aceptación. Puede ser un amigo, un familiar, incluso un desconocido que nunca volverás a
ver en tu vida, pero solo si cuenta con esas características, lograras dar grandes pasos
hacia tu crecimiento.
Finalizo esta escena con la siguiente frase: Nunca dejes de pedir ayuda, tal vez te la den.
Con esta frase estuve a punto de llorar. Comúnmente creemos que somos capaces de
resolver nuestros problemas por nosotros mismos, a lo cual preferimos guardar todo
aquello que nos preocupa o aqueja. Lo que no es malo, pero tampoco es la mejor opción
que podamos tener, pues no nos damos la oportunidad de sentir todo aquello que nos
provoca la situación, solo la reprimimos.
Dentro de los detalles mas simples, incluyeron aspectos significativos como en el tornillo
del pequeño Rusty: No le quiero decir a papá cuando algo sale mal, porque me grita muy
feo… me da miedo. Creo que es evidente lo que busca reflejar ese comentario: Si le digo
que hice algo mal, se va a enojar y ya no me va a querer. Tal vez sea extremista el “ya no
me quiere”, pero se refiere mas a una exclusión, ya sea a una falta de cariño o una falta de
aceptación ante una equivocación, es decir, si yo le digo a papá que perdí el tornillo (ser
yo mismo -honesto-) se enojara conmigo (me gritará tan fuerte haciendo evidente mi
equivocación, que sentiré su rechazo por no hacer lo correcto. Entonces, mejor miento).
Lo cual me parece muy triste, por que buscamos en “el papá”, en este caso (quien pueden
reflejarse en muchas imágenes representativas), sentir esa calidez y acogimiento;
podemos redirigirnos a ser quienes no somos, sino a quien “debemos ser” para encajar.
Aunado a eso, la escena en donde el padre le grita a Rusty (Russell de pequeño) es muy
fuerte, casi me hizo llorar (lo viví, lo sentí y a veces, lo sigo sintiendo): ¡NO LLORES!
¡¡MADURA YA!!. La madurez no se trata de edad, logros materiales o profesionales e
incluso aspiraciones; yo podría tener una casa y mucho éxito, pero al tenerlo podría
sentirme igual de vacía como cuando empezaba a trabajar por obtenerlo. La madurez, es
saber quién eres y que es lo que REALMENTE quieres, aquel estado de comprensión y
aceptación de ti mismo, sin sentirte presionado por lo que “deberías ser o tener”. Se
puede leer fácil, pero no lo es. Estamos tan socialmente enjuiciados sobre lo que creemos
“querer”, que es difícil darse cuenta.
Recientemente me paso algo similar, al graduarme mi familia esperaba que consiguiera un
trabajo en psicología. Y la verdad es que no lo quería, no me sentía lista emocionalmente
(aun lo sigo sintiendo), pero si les comentaba esto los argumentos mas prontos eran: yo
esperaría que dentro de tu carrera tuvieras las herramientas para trabajar en ello. Sentí
que antes de apoyarme, me estaban juzgando. Esperaban que madurará y me hiciera
responsable de mi futuro, porque “el tiempo pasa y no perdona”. Ya no era una niña sino
una profesionista que debía comportarse como tal. Fue decepcionante y angustiante para
mí, pues tenia muchos sentimientos reprimidos que, deseaba externar, sin embargo, por
otra parte, sentía que, al comentarlos, inmediatamente serian juzgados. Un día lo hice,
externé algunos de ellos; por parte de mi madre no sentí comprensión ni aceptación (tal
vez enojo y decepción hacia mi), por su parte mi padre se vio un poco mas abierto a
escuchar, lo siento decepcionado, pero me brindo su apertura a escuchar con atención lo
que me aquejaba.
Volviendo con la película, otro detalle que me pareció conveniente y divertido incluir, fue
Chester (el perro). Para mí, marca un aspecto significativo como aquellas cosas que
deseamos de pequeños, que olvidamos al crecer, pero que aun tenemos la posibilidad de
cumplir y que solo necesitamos recordar.
El pasado, el presente y el futuro, son 3 estados diferentes de una misma línea temporal.
Pueden existir mundos alternativos (no descarto la idea), pero mientras tanto, vivimos en
nuestro propio universo. En el cual, nosotros somos los creadores de esa línea, de las
direcciones que queremos tomar para ir hacia adelante.
Solo hay 1 persona que estará contigo en esos 3 estados temporales y eres tú. Solo TÚ
serás la persona que te apoyará, mas que nadie, en cualquier camino, sea hermoso o sea
rocoso.
El pasado puede doler, pero eso no significa que seas un DONNADIE, tú ya eres alguien. El
éxito no garantiza la paz, el ser yo-mismo sí, porque me conozco y me acepto como soy. Es
cierto que, “hacemos lo que podemos” con nuestros recursos. Sin embargo, es
conveniente detenernos un momento de nuestra vida y preguntarnos: ¿Qué haría mi niño
interior? ¿Le gustaría ver en lo que me estoy convirtiendo?
Si la respuesta es sí, que maravilloso. Y si la respuesta es no, no deja de ser maravilloso,
pues crea la oportunidad de echar un vistazo a ¿Cómo me encuentro? ¿Quién soy? ¿Qué
es lo que quiero? ¿Qué es lo que no me gusta y por qué? E incluso ¿Qué podría hacer (con
mis recursos) para cambiarlo?