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Segundas Nupcias y Curador Especial

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Hoy día vemos que el concepto de familia ha evolucionado, y ya no sólo se

ciurcunscribe al concepto tradicional nuclear (papá-mamá-hijo) o ampliado


(con abuelos, nietos, parientes políticos, etc.), aceptando nuevas relaciones
que hacen tambalear los paradigmas. Y esto, con no pocas dificultades, ha
sido aceptado en nuestra legislación, siendo casos paradigmáticos la Ley de
Filiación o la de Matrimonio Civil.

La reconstitución de familias, así las cosas, es un fenómeno frecuente, y la


posibilidad de contraer matrimonio por segunda vez es una de las tantas
consecuencias de lo anterior. ahora bien, nuestra legislación ha puesto
ciertos requisitos especiales, y en este caso al acto jurídico por excelencia del
Derecho de Familia, el Matrimonio, tiene algunas restricciones para ciertas
personas, en razón de su edad (como el asenso para los contrayentes de 16 y
17 años), su situación personal (la mujer viuda, divorciada o anulada dentro
de los primeros 270 días, que debe pedir autorización judicial) u otras
razones.
En este artículo me centraré sólo en una situación, la del matrimonio en
segundas (o posteriores) nupcias, que requiere una autorización judicial
especial cuando el contrayente tiene hijos menores de 18 años. Esto, por
cuanto la poca información disponible no entrega mayores antecedentes al
respecto.

QUÉ ES EL INVENTARIO SOLEMNE POR


SEGUNDAS NUPCIAS

El art. 124 del Código Civil establece:

“El que teniendo hijos de precedente matrimonio bajo su patria potestad, o bajo su
tutela o curaduría, quisiere volver a casarse, deberá proceder al inventario solemne
de los bienes que esté administrando y les pertenezcan como herederos de su
cónyuge difunto o con cualquiera otro título.
Para la confección de este inventario se dará a dichos hijos un curador especial.”
Uno puede preguntarse por qué el legislador ha establecido esta restricción a
las segundas nupcias, y la respuesta se halla en la protección de los hijos
menores de edad.  Primero, en un plano estrictamente económico, y
especialmente tras la reforma de 1998, los hijos son presuntos herederos de
sus padres en conformidad al art. 988 del Código Civil. El tema es que el
cónyuge sobreviviente también entra a la sucesión en estos casos, lo cual
perjudica las expectativas de la descendencia.

Por otro lado, no debemos olvidar que el matrimonio no exime al padre o


madre de las obligaciones que tiene respecto de los hijos, sobre todo lo
relativo a cuidado personal, patria potestad, derecho de alimentos, etcétera.
Como el matrimonio también implica derechos y obligaciones mutuas entre
los cónyuges lo cual afecta también a los hijos es que se debe tener especial
cuidado. Aquí, entonces, entra el principio general del “interés superior del
niño” recogido en el art. 222 del mismo cuerpo legal,

Por ello, es necesario que el padre demuestre que sabe manejar bien los
bienes de sus hijos, y que el matrimonio que va a celebrar con la futura
madrastra o padrastro no va a ser perjudicial para los intereses de los niños
involucrados. Por ello, es que debe “pasarse lista” a cómo ha manejado los
asuntos económicos de estos y para ello está esta institución. Por otro lado,
siendo parte interesada, el padre no tiene la independencia como para
resguardar en el intertanto los intereses de sus hijos, razón por la cual se
exige la presencia de un tercero que vele por ellos, quien es el curador ad
litem.

Conste que, conforme al art. 125, el nombramiento de curador es necesario


aun cuando los hijos no tengan bienes, ya que en este caso el curador deberá
declarar, tanto en el inventario como en la audiencia respectiva, esta
situación.

TRIBUNAL COMPETENTE Y NATURALEZA


DEL JUICIO DE INVENTARIO

Al no haber una disputa entre el padre y los hijos no es un juicio en el


sentido estricto de la palabra, sino un “acto judicial no contencioso”, esto es
un trámite en el que interviene la justicia sin que exista una contradicción de
partes.

En cuanto al tribunal competente, siendo el matrimonio la institución


jurídica por excelencia del Derecho de Familia, corresponde su conocimiento
y tramitación a los juzgados de familia, en conformidad a lo dispuesto en el
art. 8 N° 8 de la ley 19.968 de Tribunales de Familia, en cuanto a las acciones
“que digan relación con la constitución o modificación del estado civil de las
personas” (esto es, volver al estado de casado), y al N° 6 del mismo artículo,
referido a las guardas, ya que la curaduría de los hijos durante el proceso es
una forma de guarda.

En cuanto a la tramitación, al no haber un procedimiento especial, rige


primero la norma del art. 102 de la ley 19.968, esto es, aplicar las normas de
esa ley y en su defecto lo regulado en el Libro IV del Código de
Procedimiento Civil en cuanto sea compatible con los principios de un juicio
oral y concentrado. Así las cosas, rigen los arts. 858 a 865 de ese código para
el inventario solemne, y del 838 al 857 para el nombramiento del curador
especial.

Como son muchas normas, voy a hacer un esquema breve de la tramitación


del proceso.

Esquema de Tramitación

1.- Presentación de Solicitud: debe hacerse por escrito, y en ella debe


colocarse en lo principal que se decrete por el tribunal la realización de
inventario solemne por causa de querer contraer matrimonio
2.- Primera resolución del tribunal: primero, ordenando que se haga el
inventario solemne, y segundo, llamando a Audiencia Preparatoria, a la que
deberán concurrir el futuro cónyuge, su abogado, y el Defensor Público,
para el nombramiento del curador especial.
3.- Audiencia de Nombramiento del Curador: en ella, el solicitante (y/o su
abogado) debe ratificar la solicitud, especialmente en cuanto a la persona
que propone para curador, tras lo cual el Defensor Público interviene dando
su parecer sobre el candidato. Finalmente, el tribunal resuelve el
nombramiento, y fijará audiencia de juicio, o dejará en suspenso esto hasta
que se haga el inventario (podría fijar un plazo al solicitante para ello).
4.- Elaboración del Inventario Solemne: debe previamente haberse avisado
tres días en un diario de circulación comunal o regional, para que se enteren
los posibles interesados (art. 860 CPC). El inventario solemne debe hacerse
ante Notario, y en pocas líneas consiste en que el notario más dos testigos
mayores de edad dan fe de los bienes declarados que pertenezcan a los hijos,
detallándolos de la forma más precisa posible. Si los hijos no tienen bienes,
entonces se declarará en ese inventario la inexistencia de los mismos.
Aunque la ley no lo diga, se hace preciso que el curador especial se halle
presente a efectos de lo establecido en el art. 125 CC. Concluido el proceso,
se protocolizará en el registro del notario que lo haya formado, señalándolo
expresamente en el inventario mismo.
5.- Presentación del Inventario Solemne y Audiencia de Juicio: Una vez hecho
el Inventario, éste debe ser presentado al tribunal, sea que se haya fijado o
no audiencia de juicio. Puede el tribunal fallar de inmediato, o convocar a
una nueva audiencia, a efectos de oir al curador especial y recibir el
inventario, dando su aprobación al mismo y con ello la autorización al
solicitante para que contraiga segundas nupcias.

SANCIONES AL INCUMPLIMIENTO

Antes de ver las sanciones a que se vería afectado el que contrae matrimonio
sin cumplir este requisito, el art. 126 del Código señala:

“El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitirá el matrimonio del que
trata de volver a casarse, sin que se le presente certificado auténtico del
nombramiento de curador especial para los objetos antedichos, o sin que preceda
información sumaria de que no tiene hijos de precedente matrimonio, que estén
bajo su patria potestad o bajo su tutela o curaduría.”
Esto es, hay una norma que faculta al oficial que vaya a oficiar el casamiento
a impedir la boda sin que se pruebe que el futuro cónyuge se halla exento de
la obligación, o que ha cumplido al menos la etapa de nombramiento de
curador de los hijos.

Como vemos, lo que se requiere para que el matrimonio se celebre no es que


se haya hecho efectivamente el inventario, sino sólo el nombramiento del
curador de los hijos menores. Podría ser, entonces, que el matrimonio se
celebre por comprobarse el nombramiento y finalmente el padre o madre no
haga finalmente el inventario.
Entonces, entra a obrar aquí el art. 127 del Código Civil, que preceptúa:

“El viudo o divorciado o quien hubiere anulado su matrimonio por cuya


negligencia hubiere dejado de hacerse en tiempo oportuno el inventario prevenido
en el artículo 124, perderá el derecho de suceder como legitimario o como heredero
abintestato al hijo cuyos bienes ha administrado.”
Esto es, hay una consecuencia de orden económico para el padre o madre
incumplidor, cual es quedar fuera de la sucesión de sus hijos, para el caso de
que fallezcan antes que sus padres, lo que producirá efectos como la
“representación” en la descendencia del inhabilitado (art. 984 y ss. CC). Con
todo, creemos que es aplicable por analogía la figura del art. 203 CC, la
rehabilitación por escritura pública o testamento de parte del hijo, ya que
responde a una misma lógica, la del descuido negligente del padre que ha
sido perdonada por su descendiente.

Por el contrario, el matrimonio celebrado en contravención a estas reglas no


queda anulado, ya que no existe esta causal en la Ley de Matrimonio Civil
(véase arts. 5 a 8 y 44).

CONCLUSIONES

El Inventario Solemne por Segundas Nupcias tiene por objetivo proteger a


los hijos ante una decisión tan trascendente de su padre o madre, como lo es
el matrimonio con alguien que no es su otro progenitor, ya que acarrea
consecuencias no sólo en lo afectivo, sino también en lo económico.

Si bien pudiera ser un proceso rápido, se complejiza por la intervención de


dos auxiliares de la administración de justicia: el Notario, para hacer el
inventario, y el Defensor Público, que debe informar al juez sobre el tema
del curador. Ambos funcionarios cobran por sus servicios, lo que debe
agregarse a los honorarios del abogado y los avisos en el diario. En mi
opinión, creo que se hace innecesario toda esta faramalla de juicio, y debería
simplificarse esto a un simple inventario notarial como requisito previo, sólo
para ser presentado al oficial del Registro Civil, como lo han propuesto
algunos parlamentarios.

Es de notar que las consecuencias de la vulneración de estas normas no


tengan efecto en el matrimonio celebrado, sino en los derechos del cónyuge
infractor, pese a que la institución tiene un rol de protección general de los
hijos.

Eso es todo, otro día hablo del otro gran problema de las segundas nupcias,
cuando la mujer está dentro de los 270 días tras el fin de su matrimonio.

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