Dia 1 Comp. de Textos
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DIA 2: INFERENCIAS
TEXTO 1
Desde 2017, el gobierno francés prohíbe que los escolares menores de 15 años acudan a las
escuelas públicas portando teléfonos móviles con pantallas táctiles (también llamados
smartphones o teléfonos inteligentes). Algunos docentes celebraron entusiastas la noticia. Otros
docentes sostenemos que, detrás de este tipo de medidas, triunfa la absurda idea de
contraponer educación y desarrollo tecnológico.
Ante esto, uno se pregunta por las razones que motivan a que las mismas instituciones, que
antes reclamaban recursos para poner computadoras en las aulas, ahora pretendan nada
menos que evitar que los estudiantes las lleven en sus bolsillos
Así pues, se nos presenta una visión triste y restringida del uso de la tecnología digital, que afecta
el desarrollo de varias generaciones de estudiantes para, por ejemplo, reconocer noticias falsas
o identificar fuentes de información confiables. No se tiene en cuenta que un adecuado
proceso de alfabetización digital puede contribuir, en gran medida, a que los estudiantes se
comporten responsablemente en el contexto en el que les toca vivir.
Ahora bien, no se trata tan solo de pedir a los estudiantes que lleven sus smartphones a las aulas
para que, en lugar de usarlos en casa, lo hagan en clases. De ser así, nos encontraríamos con
sesiones imposibles de gestionar y con distracciones constantes, que es lo que preocupa a
aquellos docentes que están de acuerdo con quitarlos de la escuela. El reto de la educación
actual consiste en integrar la tecnología en el aprendizaje, ofreciendo a los estudiantes
alternativas para usarla, y evitando que la consideren, únicamente, como una herramienta de
entretenimiento.
Para que ello ocurra, la educación debe evolucionar. Por diversas razones, seguimos
educándonos con los mismos métodos del siglo XX con los que se educaron nuestros padres y
nuestros abuelos. Aún existen instituciones que buscan desarrollar aprendizajes basándose en
un solo libro de texto cuyo contenido es necesario memorizar y repetir en un examen. Esto trae
como consecuencia que se produzca la dependencia por una sola fuente. En muchos casos,
los estudiantes se forman con la idea de que una información es indiscutible si está impresa en
un libro o aparece en una pantalla.
En la educación básica, cada día más, los mecanismos de verificación de fuentes resultan
fundamentales, considerando que vivimos en una sociedad caracterizada por la
hiperabundancia y la saturación de información proveniente de internet. Hasta ahora, la
escuela no ha sido capaz de dotar a los estudiantes de las habilidades y herramientas
adecuadas para lidiar con la gran cantidad de contenidos a los que tienen acceso.
Desde nuestro quehacer, los docentes podemos ayudar a que los estudiantes comprendan
que el conocimiento no está encerrado en un solo libro o una sola fuente, a que se manejen
entre cantidades ilimitadas de información, y que sean capaces de cualificarla, de reflexionar
críticamente sobre ella, descartarla cuando es mala y compartirla cuando es buena. Bajo esta
perspectiva, podríamos plantear retos o problemas significativos que los estudiantes tengan
que resolver con las fuentes que estén a su disposición. Nuestro rol consiste, entonces, en
guiarlos para que sepan bucear dentro de ese mar de información
En este sentido, es necesario promover que los estudiantes tengan un papel mucho más activo
y protagónico en la verificación y búsqueda de fuentes de información, de modo que utilicen
diversos métodos que les permitan revisar la validez de las fuentes de forma colaborativa. Así,
en lugar de asumir el papel de referente universal, los docentes debemos actuar como
moderadores de las actividades. Aunque es una tarea compleja, es importante reorientar las
dinámicas de las aulas, a fin de que la tecnología digital tenga un espacio en el proceso de
aprender y que los estudiantes también participen, en dicho proceso, reflexiva
a) El uso actual que se le suele dar a los libros electrónicos y a las pizarras digitales es una
muestra de que la escuela promueve la alfabetización digital.
b) El uso de un solo libro de texto puede ser un obstáculo para fomentar que los estudiantes
aprendan a contrastar la información de diversas fuentes.
c) El uso limitado que algunos docentes le dan a la tecnología digital se debe a que la
consideran una distracción para los estudiantes.
2. En el texto, el autor menciona un hecho que, según él, muestra que la idea de
contraponer educación y tecnología ha triunfado. ¿Cuál es ese hecho?
a) A que estas escuelas procuran evitar que los estudiantes asistan a clases con sus
smartphones.
b) A que estas escuelas introducen las tecnologías digitales en las aulas de forma superficial
y anecdótica.
c) A que estas escuelas están comprometidas con el desarrollo digital de varias
generaciones de estudiantes
“Hace poco, recuerdo haber propuesto a mis estudiantes llevar a cabo una actividad que
consistía en crear perfiles de personajes históricos en la red social que más utilicen. La actividad
los motivó a investigar en la web sobre la vida de esos personajes. Para ello, tenían que buscar
y contrastar diversas fuentes de información acerca de sus datos biográficos. Además, tuvieron
que realizar una selección de imágenes, determinar ‘los contactos’ de dichos personajes y
explicar qué relación existió entre ellos en función de la época en que vivieron”.
Adaptado de https://peru21.pe/peru/facebook-profesor-ica-ensena-alumnos-historia-
peru-perfiles-red-social-fotos-nndc-465982
5. La actividad descrita en el comentario anterior está basada en una idea que también se
desprende del texto. ¿Cuál es esta idea?
a) Cada día más, la educación básica es fundamental para enseñar a los estudiantes los
mecanismos de búsqueda de información en internet.
b) Un adecuado proceso de alfabetización digital puede contribuir a que los estudiantes
se desenvuelvan con responsabilidad en el contexto que les toca vivir.
c) El reto de la educación actual consiste en integrar las tecnologías digitales en las
actividades de aprendizaje, aprovechando lo que los estudiantes ya conocen sobre
ellas.
TEXTO 2
Vivimos en un mundo donde nos encontramos unos frente a otros cruzando las brechas de la
geografía, el lenguaje y la nacionalidad. Todos dependemos de personas que jamás hemos
visto y que, a su vez, dependen de nosotros. Si las personas que se encuentran distantes no se
unen para cooperar como jamás lo han hecho, no es posible resolver los problemas
económicos, ambientales, religiosos y políticos. Tomemos como ejemplos el calentamiento
global, los regímenes de comercio internacional, los peligros de las armas nucleares, los flujos
migratorios de mano de obra y la elaboración de normas laborales dignas. Son problemas que
solo pueden afrontarse de verdad si existe un diálogo multinacional.
Este aspecto de la educación requiere más que una simple manifestación de principios como
mostrar respeto por el otro o ser consciente del carácter diverso del mundo. Es necesario que
se desplieguen una gran cantidad de conocimientos fácticos: se trata de conocimientos sobre
los varios subgrupos étnicos, religiosos, nacionales, que conforman la propia nación, y sobre los
logros, las luchas y los aportes de esos subgrupos, pero también acerca de sus tradiciones y
costumbres. Por eso, es necesario procurar que, desde edades muy tempranas, los estudiantes
aprendan a relacionarse con el mundo a través de una curiosidad respetuosa, que les permita
entender tanto las diferencias que impiden la comprensión mutua entre naciones y grupos
distintos como las necesidades y los intereses compartidos que inciden en esa misma
comprensión para la resolución de problemas en común. El verdadero pensamiento crítico solo
puede adquirir vigor si las escuelas nos proveen, desde niños, de esos conocimientos fácticos
para formar ciudadanos que piensen cooperativamente, más allá de sus intereses y fronteras
nacionales.
Quizás es difícil imaginar que, en efecto, una escuela busque desarrollar dichos conocimientos;
sobre todo, en un contexto en el que se prioriza “producir” futuros adultos que compitan entre
sí en un mundo globalizado. Pero ¿no es acaso esperanzador pensar que sí es posible tener ese
tipo de escuela?
Ejemplos como estos demuestran que se puede aprovechar la curiosidad natural de los niños y
las niñas para contarles historias que sean acordes a su edad sobre las diversas tradiciones del
mundo, pidiéndoles que describan sus prácticas y creencias, y fomentando el respeto por
dichas tradiciones. En este sentido, los programas curriculares de educación básica podrían
planificarse enfatizando el desarrollo de las competencias necesarias para que, desde las
primeras etapas, los niños puedan valorar la diversidad del mundo, sus historias y cultura.
Adaptado de Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades, Martha Nussbaum.
6. Según el texto, ¿a qué se debe que nuestras acciones como consumidores o productores
afecten el estándar de vida de otros?
a) El desarrollo del pensamiento crítico puede permitir que los ciudadanos actúen
cooperativamente para la resolución de problemas en común.
b) El reconocimiento del carácter heterogéneo de las naciones es insuficiente para que las
personas se desenvuelvan eficazmente en el mundo.
c) Las instituciones educativas deben centrarse en formar estudiantes capaces de
competir entre sí en función de las demandas económicas.
10. ¿Cuál de las siguientes alternativas expresa la idea principal del texto?
b) Los niños y las niñas muestran una curiosidad natural que debe ser aprovechada para
fomentar el diálogo y el respeto por las distintas tradiciones del mundo.
c) Las interacciones humanas están mediadas por normas como las del mercado, que
consideran a las personas como instrumentos para generar ganancias.
TEXTO 3
Cada día, 1500 millones de niños y jóvenes en todo el mundo acuden a edificios que se llaman
escuelas. Allí pasan largas horas en salones donde algunos adultos tratan de enseñarles a leer
y a escribir, así como matemáticas, ciencias y otras materias. Esto cuesta, aproximadamente,
el 5% de todo lo que produce la economía mundial en un año (en 2016, ascendió a casi 76
billones de dólares, según datos del Banco Mundial).
Lamentablemente, mucha de esta inversión se pierde. Una gran parte de esos 1500 millones
de estudiantes aprende poco que les vaya a ser útil para moverse eficazmente en el mundo.
Los esfuerzos que hace la humanidad para educar a sus niños y jóvenes son titánicos, pero sus
resultados no son los esperados.
Según el Informe sobre el desarrollo mundial (2018) del Banco Mundial, el 75% de los estudiantes
de tercer grado en Tanzania y Uganda tiene problemas para leer una frase sencilla como “El
perro se llama Fido”. En Kenia, el 50% de los estudiantes de quinto grado de primaria no puede
restar números de dos dígitos; en Ghana, en segundo de primaria, este porcentaje asciende al
70%. Hacia 2016, Brasil ha logrado mejorar las habilidades de los estudiantes de 15 años, pero al
actual ritmo de avance les llevará 75 años alcanzar la puntuación promedio en matemáticas
de los países con mejor rendimiento; en lectura, aunque suene irrisorio, les llevará más de dos
siglos.
La buena noticia es que los progresos en escolarización han sido enormes. A finales de 2010, el
número de años de escolaridad completados por un adulto promedio en los países de menores
ingresos se triplicó. En 2008, esos países tenían una cobertura educativa equiparable con la de
las naciones de mayores ingresos. Claramente, el problema ya no es la falta de escolaridad.
No se trata de que niños y adolescentes no puedan ir a la escuela, el problema es que, una vez
llegados allí, no aprenden lo que deberían. Más que una crisis de escolaridad, lo que hay es
una crisis de aprendizaje.
El informe del Banco Mundial enfatiza que la escolarización sin aprendizaje no es solo una
oportunidad perdida, sino también una gran injusticia hacia los estudiantes pobres, quienes
tienen por lo general un menor rendimiento educativo que los estudiantes más favorecidos. En
Uruguay, por ejemplo, los niños de sexto grado de primaria provenientes de familias con
menores niveles de ingresos fracasan en matemáticas cinco veces más que aquellos que
provienen de hogares más ricos. Sin embargo, la escolarización por sí sola no les da las
herramientas para superar esta situación. Todo esto se convierte en una diabólica maquinaria
que perpetúa la desigualdad, la cual, a su vez, es un fértil caldo de cultivo para conflictos de
toda índole.
Ante todo lo expuesto, ¿qué se debe hacer? Lo primero es medir. Por razones políticas, muchos
países se resisten a evaluar de manera transparente a sus estudiantes y profesores. Y si no se
sabe qué estrategias educativas funcionan y cuáles no, es imposible ir mejorando la puntería.
Lo segundo es comenzar a darle un mayor peso a la calidad de la educación, es decir, al
aprendizaje. Si bien es políticamente atractivo anunciar que un alto porcentaje de los jóvenes
de un país van al colegio, eso de nada sirve si la gran mayoría de ellos aprende poco. Tercero:
mejorar la calidad de la educación inicial. Cuanto más mejore la educación a edades
tempranas, más capaces de aprender serán los estudiantes de primaria y secundaria. Cuarto:
usar la tecnología de manera selectiva y no como una solución mágica, porque no lo es.
Quizás el mensaje más importante del informe es que los países de menores ingresos no están
condenados a que sus jóvenes no aprendan. En 1950, Corea del Sur era un país devastado por
la guerra y con altos índices de analfabetismo. Pero solo en 25 años logró crear un sistema
educativo que produce algunos de los mejores estudiantes del mundo. Entre 1955 y 1975,
Vietnam también sufrió un terrible conflicto. Hoy sus estudiantes de 15 años tienen el mismo
rendimiento académico que los de Alemania. Entre 2009 y 2015, Perú fue uno de los países
cuyos resultados de aprendizaje en lectura y matemáticas mejoraron con mayor rapidez,
gracias, en buena parte, a una acción concertada en materia de políticas por parte de las
autoridades educativas y la comunidad. Entonces, ¿es posible lograr mejoras en el aprendizaje
de los estudiantes? La evidencia habla por sí sola, y deja lugar a la esperanza.
Adaptado de https://elpais.com/elpais/2018/02/17/opinion/1518885620_434917.html.
11. ¿Por qué el autor afirma que una gran parte de la inversión educativa se pierde?
a) Porque los estudiantes de países de menores ingresos aún tienen dificultades para
acceder a una escuela.
b) Porque los estudiantes desarrollan pocas habilidades que los ayuden a moverse
eficazmente en el mundo.
c) Porque los estudiantes pasan demasiadas horas realizando actividades de lectura,
matemáticas y otras materias.
12. En el texto, ¿por qué el autor afirma que “la escolarización sin aprendizaje no es solo una
oportunidad perdida, sino también una gran injusticia hacia los estudiantes pobres”?
a) Porque perpetúa la desigualdad entre los estudiantes pobres y aquellos que provienen
de hogares con mayores ingresos.
b) Porque las autoridades ignoran que la problemática educacional tiene que ver con una
crisis de los aprendizajes.
c) Porque la evidencia muestra que los estudiantes pobres fracasan en las evaluaciones
cinco veces más que los estudiantes de hogares más favorecidos
a) Una de las conclusiones más importantes del informe del Banco Mundial es que los países
de menores ingresos tienen posibilidades reales de que sus jóvenes aprendan.
b) Los esfuerzos por ampliar la cobertura educativa serán insuficientes si no están
acompañados por políticas orientadas a la mejora significativa de los aprendizajes.
c) Además de ser una oportunidad perdida, la escolarización de baja calidad es una
injusticia que puede generar el surgimiento de conflictos de toda índole.
14. En el texto, el autor propone un conjunto de medidas para mejorar los aprendizajes de
los estudiantes. ¿Cuál de las siguientes NO es una de estas medidas?
15. ¿Cuál es el objetivo principal por el que el autor utiliza esta pregunta en el texto?
TEXTO 4
Desde mi experiencia, la gran mayoría de docentes se queja de que los padres de familia
no se involucran en la educación de sus hijos: no participan de las reuniones del colegio,
no acuden a la cita personalmente, dejan a sus hijos en la escuela para que ella se
encargue de educarlos, eludiendo así su responsabilidad.
Alguna de estas apreciaciones puede ser cierta, aunque la verdad yo pondría a varias en
tela de juicio, o les daría algo de contexto antes de interpretarlas. Hay razones culturales
por las cuales los padres delegan la responsabilidad de educar a la escuela y a los
docentes, a los que consideran mucho mejor preparados que ellos mismos para asumir
con éxito esa tarea. Y hay también actividades escolares que no valen la pena, escuelas
para padres pésimamente hechas, a las que se va realmente a perder el tiempo. Algunos
colegios las convocan a las 2:00 de la tarde, (¿creen que las madres no trabajamos?), pues
peor aún. En esas circunstancias, muchos padres no pueden participar y prefieren incluso
pagar la multa que ilegítimamente algunos colegios aplican a quienes faltan a sus
actividades.
Aun así, hay padres muy dispuestos y deseosos de colaborar con la escuela a la que asisten
sus hijos. Tengo una amiga que es de este grupo de padres. Al cabo del segundo
bimestre escolar pidió una cita con la profesora de su hijo (que está en inicial) para saber
cómo le estaba yendo y en qué podía colaborar desde la casa. La reunión no pudo ser
más desalentadora. Le dijeron que el niño “estaba bien”, así en general, sin especificar
nada. Y cuando ella insistió y preguntó cómo le estaban enseñando a leer y qué podía
reforzar en casa, le respondieron que no tenía que hacer nada, que ellos se encargaban
de todo y que ella no debía preocuparse ni intervenir…
C. Los padres creen en la preparación del docente por eso les confían a sus hijos.