La Edad Media
La Edad Media
La Edad Media
No podía entenderse la economía sin el feudalismo, así pues, alrededor del año
1000 se produjeron diversas invasiones a Europa, además de la caída del Imperio
romano de Occidente, por lo que en general la economía en este entonces se
frenó. Fue ahí cuando las técnicas agrícolas tomaron gran importancia
convirtiéndose en algo innovador en la época, pues se frecuentó mucho el uso de
los molinos de agua y las acequias para regar las cosechas, dejando así
totalmente libre la mano de obra humana. Además, se aumentó
considerablemente la cría de caballos y buey tras la mejora del enganche de los
mismos, por lo que fue posible disponer más animales de tiro que en antaño; las
herramientas hechas en hierro igualmente se popularizaron, sustituyendo así las
de madera usadas que, de manera evidente, resultaban mucho menos resistentes.
Hablando de la nobleza, hay mucho que decir sobre estos mismos. Fueron un
grupo social que dominó en su totalidad la política y la economía durante muchos
siglos; en todo momento estos mismos lucharon por mantener su poder y
privilegios, los cuales sólo podían obtener por nacimiento. Tales privilegios eran
del tipo fiscal, militar, político y social, por esto, tenían el derecho de ser juzgados
por sus iguales y eludían, por tanto, comparecer ante los tribunales ordinarios de
justicia.
Los nobles en su mayoría actuaban con un tipo de mentalidad particular,
caracterizada por el orgullo, el mantenimiento del honor, la caballerosidad y la
necesidad de mantener la perfección en si mismos, valores que eran
predominantes en el antiguo régimen. La nobleza vivía de buena manera, pues
sus viviendas eran castillos o torreones en la reserva señorial de los feudos.
Algunos nobles, sobre todo en la Baja Edad Media, habitaban en palacios en las
ciudades o villas. Además, muchos de ellos eran guerreros que se dedicaban a
defender la sociedad en conjunto, he ahí su importancia en el feudalismo, pues al
encargarse del ámbito militar, comenzaban a entrenar el arte de la espada a una
edad muy temprana. Tal rol le brindaba muchos privilegios o tierras gracias a su
participación en guerras.
Muchas cosas caracterizaban a esta distinguida clase social, como, por ejemplo,
de ninguna forma pagaban determinados impuestos, y siempre tenían en su
posesión grandes extensiones de tierra, y gran cantidad de siervos y campesinos
a su servicio. Aunque, si un siervo lograba sobrevivir durante un año lejos de su
señor, podían obtener su libertad.
Fuera de la familia real, quien tiene más poder político es el Clero, pues
antiguamente, la iglesia poseía tanto poder como la realeza, teniendo a su vez
bastante influencia entre los habitantes del reino. Forman parte los obispos,
abades (alto clérigo) y monjes y sacerdotes (bajos clérigos).
Ahora bien, ¿cómo era el modo de vivir en aquel entonces? Ya con lo explicado,
es fácil hacerse una idea de como eran las cosas en la Edad Media, pero, a decir
verdad, todo era más complejo de lo que se hace creer, y precisamente por ello,
hay historiadores que consideran la Era Medieval como una época oscura, donde
apenas era posible sobrevivir gracias a las circunstancias del momento. Pues,
aunque la familia real y la nobleza vivían con cierto esplendor, para mucha gente
la vida era sucia, abrumadora y aburrida. No obstante, la vida no era tan mala
como también se hace pensar, pues aparte de que las personas estaban en pleno
contacto con la naturaleza, y podían estar cerca de sus seres queridos, los valores
familiares eran fuertemente protegidos y las complicaciones cotidianas eran
apaciguadas con festividades y fiestas ocasionales. Por lo general, la vida era tan
gris como siempre se ha imaginado, aunque muy pocas personas pudieron
alcanzar edades avanzadas dadas las frecuentes guerras y peligros que
afrontaban.
Aparte, hay también que destacar las limitaciones de los habitantes para
conocer más allá de sus tierras, pues, aunque para un Rey y un caballero esto era
posible, para el resto de personas podían sólo pensarlo. Algunos registros
evidencian que una gran proporción de los habitantes no viajó a ningún país
extranjero, o siquiera habían abandonado su propia región o pueblo natal. Y,
aunque tuvieran las posibilidades de hacerlo, algunas personas se retractaban, ya
que no podían protegerse contra peligros como ataques, robos o el mismo frío.