El Principio Ne Bis in Idem
El Principio Ne Bis in Idem
El Principio Ne Bis in Idem
Santiago de Chile
2017
fiscalía nacional económica
2017
isbn: 978-956-8408-04-6
Coordinadores
Mario Ybar A.
Sebastián Castro Q.
Editores
Felipe Belmar T.
Pía Chible V.
impReso en chile
Por Impresos Lahosa S.A. que sólo actúa como impresor
Reflexiones sobRe el
DeRecho De la
libRe competencia:
I. INTRODUCCIÓN.
Para los efectos del presente informe, la pregunta fundamental está constituida por la
vigencia, y en su caso, el alcance que el principio ne bis in ídem puede reclamar en el
* Abogado de la Universidad de Chile. Doctor en Derecho por la Universidad de Bonn, donde también
realizó estudios postdoctorales por la Fundación Alexander von Humboldt. Es profesor titular del Departamento de
Ciencias Penales de la Universidad de Chile.
458 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
1
Véase por todos Valdés, Libre competencia y Monopolio, pp. 224 ss.
2
Suay Rincón, Sanciones Administrativas, p. 153; así también Nieto, Derecho Administrativo Sancio-
nador, p. 137, quien reconoce, no obstante, que “[e]xcepcionalmente, puede encomendarse a los jueces el castigo
de las infracciones administrativas”.
3
Véase Rodríguez Collao, “Bases para distinguir entre infracciones criminales y administrativas”, pp.
128, 150 s.
4
Véase Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 238 s.
5
Así sin embargo Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 226 s.
6
Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, p. 66.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 459
7
En este sentido, por ejemplo, Silva Sánchez, La expansión del Derecho Penal, pp. 125 s.
8
Para una visión comparada de la situación en Alemania, Francia, Italia y España, véase Huergo Lora,
Las Sanciones Administrativas, pp. 53 ss. Véase también Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 162 ss.
460 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
9
Véase en la discusión alemana, por ejemplo, Jakobs, Strafrecht Allgemeiner Teil, 3/6 ss.
10
Así explícitamente García de Enterría/Fernández, Curso de Derecho Administrativo II, pp. 163 ss., 167
s. Al respecto, y críticamente, Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 75 ss.; en igual sentido Huergo Lora,
Las Sanciones Administrativas, pp. 19 ss.
11
García de Enterría/Fernández, Curso de Derecho Administrativo II, pp. 168 s. Crítica y pormenoriza-
damente al respecto, Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 143 ss.; Huergo Lora, Las Sanciones Admin-
istrativas, pp. 30 ss., 41 ss.
12
Para una valoración crítica, contemporáneamente, García Cavero, Derecho Penal Económico I, pp.
66 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 461
13
Reconocidamente Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 151 ss.
14
En este sentido Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 137 ss., 146, 156 ss.
15
Así Kindhäuser, LPK-StGB, vor § 1, n.m. 1; véase también Hassemer/Neumann, NK-StGB, vor § 1,
n.m. 209, 218 ss., 236 ss. Nótese, de paso, que esta asociación de una carga expresiva de un reproche ético-social no
es algo que deba identiicarse con el contenido de la respectiva descripción de la forma de comportamiento ilícito
(véase sin embargo Rodríguez Collao, “Bases para distinguir entre infracciones criminales y administrativas”, p.
140, quien pretende encontrar en ello un argumento para refutar la tesis de una diferenciación cualitativa), sino que
cuenta como un dato intrínseco a la forma de sanción que se identiica, en sentido estricto, con la noción de “pena”.
Célebremente al respecto Feinberg, Doing & Deserving, pp. 95 ss., distinguiendo entre punishments y penalties.
16
Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 162 ss.
17
Así Silva Sánchez, La expansión del Derecho Penal, pp. 125 s.
18
Al respecto Mañalich, “La pena como retribución”, pp. 152 ss., 156 ss., 168 ss.
462 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
19
Véase al respecto Novoa, Curso de Derecho Penal Chileno I, pp. 39 s. Que en la disposición se emplee
la fórmula “no se reputan” en vez de “no son” (véase Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 221 s.) de ningún
modo alcanza a revertir la evidencia de que el legislador chileno reconoce una diferencia cualitativa entre pena y
sanción administrativa. El pleonasmo al que llega Valdés, al hablar de una “pena penal” (ibid., p. 225) -a lo cual
subyace, implícitamente, la contradicción en los términos que supondría hablar, como contrapartida, de una “pena
no penal”- cuenta como un indicio fuerte de la inadecuación de su comprensión de la diferencia supuestamente sólo
cuantitativa (ibid., pp. 217 ss., 228) entre una y otra forma de sanción. A favor de la comprensión de la referencia a
las sanciones impuestas “en uso de atribuciones gubernativas” como designación de sanciones administrativas en
sentido estricto, véase Rodríguez Collao, “Bases para distinguir entre infracciones criminales y administrativas”, p.
135; y Piña, Derecho Penal, pp. 121 s., quien también recurre, empero, a la poco afortunada noción de “penas pe-
nales” (ibid.). Sobre la “inelegancia” de dicha expresión, véase Rodríguez Collao, op. cit., p. 124, con nota 8, quien
preiere hablar de “penas criminales”.
20
La protesta de Piña, Derecho Penal, p. 128, en cuanto a que esta última disposición haría posible una
vulneración del principio ne bis in ídem da por sentado lo que su argumento debería probar. Al respecto infra, 5.2.
21
En este sentido Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 145 ss., 158 ss.
22
Por ende, en contra de lo sugerido por García Cavero, Derecho Penal Económico I, pp. 68 ss., así como
también por Piña, Derecho Penal, pp. 125 ss., no es la posición nuclear o periférica, en relación con la deinición de
“la identidad normativa de la sociedad”, de la respectiva norma (de comportamiento) sancionatoriamente asegurada
lo que permite determinar si la correspondiente norma de sanción ha de pertenecer al Derecho Penal o al Derecho
Administrativo, sino al revés: cuáles de esas normas son nucleares y cuáles no, se deja reconocer una vez que se
advierte cuáles de ellas se encuentran penalmente reforzadas. Y esto quiere decir, en lo fundamental, que se tratará
de aquellas normas cuyo eventual quebrantamiento necesariamente habrá de establecerse en el marco de la ritualidad
especíica del proceso penal.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 463
23
Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, p. 161 s.
De ahí, por ejemplo, que el Art. 26 del DL 211 reconozca, en su letra c), “el beneicio económico ob-
24
La razón por la cual parece tan autoevidente recurrir a los tradicionales principios
limitadores del ius puniendi, identiicados con el Derecho Penal ilustrado, para ha-
cerlos aplicables, con más o menos “matices”, en el ámbito propio de la regulación
del ejercicio de las potestades sancionatorias de la administración, no está lejos de
ajustarse a la razón mencionada, con alguna ironía, por Nieto: “Tales principios son
los únicos que se conocen”.30 Según ya se propusiera, la cuestión a establecer es
cuáles de estos principios reclaman aplicación frente a la imposición de penas por el
solo hecho de que éstas constituyen sanciones, de modo tal de obtener así, “inducti-
vamente”, un catálogo de estándares mínimos a ser aplicados, “deductivamente”, en
cualquier ámbito deinido por referencia a la imposición de sanciones.31
27
Kindhäuser, “Estructura y legitimación de los delitos de peligro del Derecho Penal”, pp. 44 s.
28
Así sin embargo Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 228 s., en relación con el derecho con-
travencional de la libre y competencia
29
Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 165 ss.
30
Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, p. 146.
31
Para esto véase Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 187 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 465
32
En este sentido, y en referencia directa al derecho sancionatorio europeo, Bitter, Die Sanktion im Recht
der Europäischen Union, pp. 2 ss., 37 ss., 71 ss.
33
Así Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 188 ss.
34
Así Bitter, Die Sanktion im Recht der Europäischen Union, pp. 13 ss., 27 s.
35
Véase sólo Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 227 ss., 234 s.
36
Así Suay Rincón, Sanciones Administrativas, p. 153.
466 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
de sanciones, por otro.37 Pues es sólo en este segundo ámbito que tiene sentido plan-
tear el reconocimiento de estándares comunes para el Derecho Penal y el derecho san-
cionatorio administrativo, como instancias diferenciadas de derecho sancionatorio.
La posibilidad de superposición de uno y otro conjunto de estándares se deja
reconocer en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional chileno. Así, en su senten-
cia del 27 de julio de 2006, rol Nº 480, ya citada, el tribunal invocó dos fundamentos
constitucionales para airmar la vigencia del principio de legalidad frente al ejercicio
de la potestad sancionatoria de la administración, a saber: por un lado, el Art. 7º de
la Constitución, que contiene una exigencia de legalidad para toda actuación de la
administración (c. 4º); y por otro, el Art. 19 Nº 3, cuyos incisos 7º y 8º consagran el
principio nulla poena sine lege (c. 5º). Y si bien no es en absoluto problemático reco-
nocer semejante fundamentación heterogénea del principio de legalidad como están-
dar del Derecho Administrativo sancionatorio, la diferenciación de uno y otro punto
de vista se vuelve determinante cuando la pregunta se plantea respecto de estándares
que, como el principio ne bis in ídem, carecen de reconocimiento constitucional -al
menos expreso- bajo el derecho chileno.
37
Así Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 235 ss.
38
En este sentido Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 359 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 467
todo, cuál tenga que ser el grado de correlación de su reconocimiento como principio
de Derecho Penal y como principio de Derecho Administrativo sancionatorio. Sólo
para dar un ejemplo: el principio de culpabilidad, como estándar jurídico-penal, se
traduce no sólo en una exigencia de imputación subjetiva -a título de dolo o im-
prudencia- del hecho, sino también en una exigencia de posibilidad individual de
conocimiento de la ilicitud del hecho de cuya imputación personal se trata, tal como
lo llegara a reconocer la jurisprudencia de la Corte Suprema chilena.39 En el ámbito
del Derecho Administrativo sancionatorio, en cambio, el principio de culpabilidad
tiende a circunscribirse a la sola exigencia de dolo o negligencia como criterios de
responsabilidad subjetiva.40
En lo que aquí importa, la pregunta es en qué medida el principio ne bis in
ídem también ha de ser entendido como un estándar internamente conectado con una
noción funcional de sanción, de modo tal de resultar aplicable como pauta de control
del ejercicio de potestades sancionatorias de carácter administrativo.41 Ésta parece
ser una cuestión especialmente necesitada de clariicación en el marco del derecho
sancionatorio chileno, dada la inexistencia de pautas vinculantes al respecto, tanto
a nivel constitucional y legal como a nivel jurisprudencial. Ello exige examinar, por
lo mismo, cuáles pueden ser las diversas implicaciones normativas del principio ne
bis in ídem, tanto en su dimensión de estándar sustantivo como en su dimensión de
estándar procesal. Y para esto resulta imprescindible establecer detalladamente cuál
es el alcance que el principio exhibe en el ámbito donde éste encuentra su desarrollo
más acabado, que es el ámbito jurídico-penal.
39
A partir de la sentencia recaída en el caso “Contra Castro Muñoz”, de 4 de agosto de 1998, rol Nº 1338,
publicada en: Gaceta Jurídica 218 (1998); para un análisis pormenorizado véase Mañalich, “Condiciones generales
de la punibilidad”, pp. 446 ss., 457 ss.
40
Al respecto Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 303 s.; Huergo Lora, Las Sanciones Ad-
ministrativas, pp. 377 s.
41
Véase sólo De León Villalba, “Sobre el sentido del axioma ne bis in ídem”, pp. 17 s.; Cano Campos,
“Non bis in idem, prevalencia de la vía penal y teoría de los concursos en el Derecho Administrativo sancionador”,
pp. 201 ss.
468 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
42
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/12.
43
Kindhäuser, LPK-StGB, vor §§ 52-55, n.m. 6.
44
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/34.
45
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/6.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 469
46
Así lo ha airmado, en relación con el derecho chileno, la Corte Suprema chilena, por sentencia de 24 de
marzo de 2009, rol Nº 169, en referencia a un caso de imposición de multas en materia laboral, en cuyo considerando
7º se sostiene que el principio ne bis in ídem “conigura una garantía individual innominada, originaria del Derecho
Natural y cuyo sustento se halla en el debido proceso legal exigido por el Nº 3 del artículo 19 de la Constitución
Política nacional y en la idea de que al admitirse una segunda condena por la misma infracción se produce una man-
iiesta desproporción entre la falta y su castigo”.
470 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
La consideración anterior, sin embargo, no basta para dar cuenta del cabal
alcance que doctrinalmente se atribuye al principio ne bis in ídem en sentido sus-
tantivo en el marco de la tradición del Derecho Penal de inluencia europeo-conti-
nental. Pues la prohibición de sanción múltiple por un mismo hecho no se encuentra
restringida al caso hipotético de que un tribunal pudiera imponer dos veces la pena
legalmente prevista para el autor de un hecho delictivo determinado, lo cual, como
instancia de incorrecta aplicación del derecho, constituiría ya un error aritmético (y
en tal medida, un error lógico).47 El núcleo de signiicación práctica del principio
como estándar sustantivo concierne, más bien, a aquellas situaciones en que el he-
cho objeto del juzgamiento puede satisfacer dos o más descripciones de formas de
comportamiento delictivo, en términos de lo que se conoce como un concurso de
delitos. Y ante tales situaciones, el principio ne bis in ídem se vuelve especíicamente
operativo al modo de una “prohibición de doble valoración” (Doppelverwertungs-
verbot),48 de manera tal que, en la medida en que una misma circunstancia o aspecto
del hecho (o de los hechos) objeto de juzgamiento tenga relevancia bajo más de una
descripción, haya que reconocer el carácter “aparente” o impropio del respectivo
concurso de delitos, para evitar así una contravención de la prohibición de punición
múltiple por un mismo hecho.
En esta dimensión como estándar sustantivo de adjudicación, orientado a
la evitación de fundamentar o agravar una sanción por un mismo hecho, el principio
ne bis in ídem no representa más que una concreción de la prohibición de exceso que
se deriva del principio (general) de proporcionalidad: considerar dos veces un mismo
hecho -o más exactamente, la misma propiedad de un hecho- para fundamentar o
agravar la sanción a ser impuesta sobre una persona, constituye una contravención de
esa prohibición de exceso. Lo fundamental es que, desde este punto de vista, el prin-
cipio ne bis in ídem representa un estándar vinculante para el adjudicador, pero no sin
más, al menos directamente, para el legislador. Esto, porque la premisa metodológica
que subyace a la aplicación del principio, en su modalidad de prohibición de doble
valoración, es la necesidad de evitar las consecuencias de una eventual redundancia
legislativa circunstancial, asociada a la superposición de los supuestos de hecho de
dos o más normas de sanción en relación con un mismo objeto de subsunción. Esto
es precisamente lo que se constata cada vez que se airma un concurso impropio o
aparente de delitos, que da lugar a la exclusión de la aplicación de las consecuencias
que normalmente estarían asociadas a un auténtico concurso (real o ideal) de delitos.
Es crucial reparar aquí en que la prohibición no se ve quebrantada, por lo
mismo, si el reconocimiento de un auténtico concurso de delitos expresa adecuada-
mente, y en conformidad con la representación legislativa, la magnitud de desvalor
correspondiente al hecho o a los hechos que le son personalmente imputables. Ello se
expresa en la proposición doctrinaria según la cual la prohibición de doble valoración,
en la cual se traduce el principio ne bis in ídem, tendría como contrapunto preciso lo
47
Puppe, Strafrecht Allgemeiner Teil II, § 52/2.
48
Puppe, Strafrecht Allgemeiner Teil II, § 52/2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 471
que (en los términos de la doctrina penal alemana) se conoce como un “mandato de
exhaustividad” (Ausschöpfungsgebot): la sentencia condenatoria ha de hacer explí-
cito todo el contenido de ilicitud de las descripciones de formas de comportamiento
delictivo cuya realización es (simultáneamente) imputable al condenado.49
Por ello, si hay base suiciente para atribuir al legislador la sobrevaloración
de una misma propiedad de determinado hecho, entonces esa sobrevaloración no
es prima facie interpretable como redundancia, sino como énfasis en su valoración
negativa. Ello es así hasta el punto de que cada tipiicación de un delito compuesto,
esto es, un delito que se estructura como la conjunción de dos (o más) delitos dis-
tintos, no es más que la articulación de un reconocimiento legislativo especíico del
correspondiente concurso (prototípicamente: ideal o medial).50
49
Puppe, Strafrecht Allgemeiner Teil II, § 52/3.
50
Así por ejemplo, la tipiicación del robo (con violencia o intimidación en las personas) no es sino la
tipiicación de una combinación medial de una coacción (mediante violencia o mediante amenaza) y un hurto.
51
Colomer Hernández, “Conlictos de jurisdicción, non bis in idem y litispendencia internacional en la
Unión Europea”, p. 69; Satzger/Kayser, “Ne bis in ídem en el Derecho Penal Internacional: muchas preguntas a
segunda vista”, p. 97.
52
Hecker, Europäisches Strafrecht, § 13/2.
53
Hecker, Europäisches Strafrecht, § 13/5 s.
54
Aquí destacan, paradigmáticamente, los casos de Holanda y Canadá. Al respecto Satzger/Kayser, “Ne
bis in ídem en el Derecho Penal Internacional: muchas preguntas a segunda vista”, p. 97.
472 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
Pero sí signiica que, a menos que un Estado efectivamente se someta a ese constre-
ñimiento, el ejercicio de su propia jurisdicción, así como de sus propias potestades
sancionatorias, no queda en modo alguno sometido por el eventual ejercicio de juris-
dicción de otro Estado, aun cuando uno y otro puedan referirse a un mismo hecho.
A este respecto, resulta ilustrativo el proceso tendiente al progresivo aian-
zamiento de un principio de “reconocimiento mutuo” entre los Estados miembros de
la Unión Europea, proceso marcado por la consagración (matizada) del principio ne
bis in ídem en el marco del Acuerdo Shengen.55 En efecto, el Art. 54 del Convenio de
Implementación del Acuerdo Shengen dispone que
“[u]na persona que haya sido juzgada en sentencia irme por una par-
te contratante no podrá ser perseguida por los mismos hechos por otra
parte contratante, siempre que, en caso de condena, se haya ejecutado la
sanción, se esté ejecutando o no pueda ejecutarse ya según la legislación
de la parte contratante donde haya tenido lugar la condena”.
55
La Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea también contempla, en su Art. 50, una
consagración del principio ne bis in ídem con alcance transnacional. Al respecto Hecker, Europäisches Strafrecht,
§ 13/12 ss.
56
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 35/29.
57
Sarmiento, “El principio ne bis in ídem en la jurisprudencia del TJCE”, pp. 41 ss. Para un análisis
pormenorizado véase, entre otros, Hecker, Europäisches Strafrecht, § 13/23 ss., 53 ss.
58
Sarmiento, “El principio ne bis in ídem en la jurisprudencia del TJCE”, pp. 45 ss.
59
Sarmiento, “El principio ne bis in ídem en la jurisprudencia del TJCE”, p. 49.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 473
En el derecho estadounidense, las dos dimensiones del principio ne bis in ídem hasta
aquí distinguidas se encuentran integradas en la cláusula de la “doble exposición”
(double jeopardy) establecida en la Quinta Enmienda de la Constitución federal.62
De acuerdo con la comprensión más generalizada, explicitada, por ejemplo, en la de-
cisión de la Corte Suprema federal en el caso North Carolina v. Pearce,63 la cláusula
contendría una triple prohibición: la prohibición de que una persona sea sancionada
dos veces por un mismo delito (same offence); la prohibición de que una persona
sea nuevamente sometida a juicio, tras haber sido absuelta, por un mismo delito; y
la prohibición de que una persona sea nuevamente sometida a juicio, tras haber sido
condenada, por el mismo delito.
Ahora bien, es enteramente posible reducir las tres funciones precedente-
mente diferenciadas a solamente dos, consistentes en una prohibición de juzgamiento
múltiple por un mismo delito y en una prohibición de punición múltiple por un mismo
delito.64 La razón por la cual puede ser pertinente, sin embargo, tener de todas formas
60
Sarmiento, “El principio ne bis in ídem en la jurisprudencia del TJCE”, pp. 43 s.
61
Así Hecker, Europäisches Strafrecht, § 13/35.
62
Originariamente, en cuanto establecida en la Quinta Enmienda, la cláusula de la doble exposición se
entendía vinculante solamente para el Derecho Penal federal, pero no para el Derecho Penal de los Estados. El punto
de quiebre de este entendimiento tuvo lugar en 1969, cuando la Corte Suprema federal sostuviera, en Benton v.
Maryland (395 US 784 [1969]), que la cláusula resultaba oponible a los estados a través de la Decimocuarta Enmien-
da, en el entendido de que debía considerarse como una garantía comprendida por la cláusula del debido proceso de
ley (due process of law), en el sentido de la doctrina de la incorporación. Por lo demás, el mismo día de la decisión
de Benton, la Corte Suprema federal explicitó, en North Carolina v. Pearce , que Benton era aplicable con efecto
retroactivo. Benton signiicó repudiar una línea jurisprudencial establecida ya en 1833, en la decisión recaída en el
caso Barron v. Baltimore (32 US 7 Pet. 243 [1833]), por la cual la Corte Suprema federal había airmado que el Bill
of Rights de la Constitución federal no vinculaba a los estados.
63
395 US 711 (1969).
64
Moore, Act and Crime, p. 308.
474 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
65
Moore, Act and Crime, p. 309.
66
En la jurisprudencia más reciente del Tribunal Supremo federal al respecto, véase Harmelin v. Michi-
gan, 501 US 957 (1991) Atkins v. Virginia, 536 US 304 (2002), Roper v. Simon, 543 US 551 (2005).
67
Moore, Act and Crime, pp. 309 s.; Amar/Marcus, “Double Jeopardy Law after Rodney King”, p. 29.
68
Westen y Drubel, “Toward a General Theory of Double Jeopardy”, p. 108.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 475
69 85 US 173 (1873).
70 Moore, Act and Crime, p. 310.
71 Moore, Act and Crime, p. 312.
72 Moore, Act and Crime, p. 311.
476 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
Blockburger exige que el tribunal compare ambas deiniciones para así ve-
riicar que cada uno requiera a lo menos un elemento que el otro no requiere. Si esto
se da, entonces puede castigarse por más de un delito. Por el contrario, si la deini-
ción de uno de los delitos incorpora todos los elementos que exige la deinición del
otro, entonces se trata de un solo delito, en la medida en que el segundo constituye
un delito “menor incluido” (lesser included offense).82 Esto signiica que el test de
la misma evidencia introducido en Blockburger se corresponde con el criterio de
la especialidad para la constatación un concurso impropio o aparente. La norma de
sanción cuya deinición del respectivo delito incluye todos los elementos de la dei-
nición de otro y a lo menos un elemento adicional que el otro no requiere, constituye
78
284 US 304 (1932).
79
En Grady v. Corbin (495 US 508 [1990]), por ejemplo, el juez Brennan sostuvo, en la redacción de la
opinión del tribunal, que el test de la misma evidencia constituía un misnomer: “El test de Blockburger nada tiene
que ver con la evidencia presentada en el juicio. Sólo concierne a los elementos del delito imputado. Un genuino
test de “la misma evidencia” o de “evidencia efectiva” impediría al Estado presentar, en un nuevo juicio, cualquier
evidencia ya presentada en una prosecución precedente. Es en este sentido que discutimos, y no adoptamos, un test
de “la misma evidencia” o de “evidencia efectiva” (495 US 521 [1990], nota 12).
80
Thomas, “A Uniied Theory of Multiple Punishment”, p. 35.
81
Moore, Act and Crime, p. 368.
82
Amar/Marcus, “Double Jeopardy Law after Rodney King”, p. 28.
478 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
83
Véase Thomas, “A Uniied Theory of Multiple Punishment”, p. 6.
84
Westen/Drubel, “Toward a General Theory of Double Jeopardy”, p. 111.
85
Moore, Act and Crime, pp. 314 s., 325 ss.
86
Thomas, “A Uniied Theory of Multiple Punishment”, pp. 37 ss.
87
397 US 436 (1970).
88
397 US 451 (1970).
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 479
Así, aun no habiendo identidad entre los elementos exigidos por la deinición
de uno y otro delito considerados en abstracto, esto es, aun no habiendo relación de
delito menor incluido, la decisión de Grady posibilita airmar la existencia de un
mismo delito si hay coincidencia en las “cuestiones de hecho” de las cuales hubiera
89
397 US 454 (1970).
90
495 US 508 (1990).
91
495 US 523 (1990), nota 15: “Adoption of a ‘same transaction’ test would bar the homicide and assault
prosecutions even if the State were able to establish the essential elements of those crimes without proving the con-
duct for which Corbin previously was convicted”.
92
495 US 521 (1990): “La cláusula de la doble exposición proscribe cualquier prosecución subsecuente
por la cual el gobierno, para establecer un elemento esencial del delito imputado en la prosecución, vaya a probar
una conducta que constituye un delito por el cual el imputado ya ha sido juzgado. Este no es un test de ‘evidencia
efectiva’ o ‘misma evidencia’. La indagación crucial es qué conducta va a probar el Estado, no la evidencia que el
Estado va a usar para probar la conducta”.
93
432 US 161 (1977).
94
432 US 166 s. (1977), nota 6.
480 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
95
Como observa Moore, Act and Crime, p. 316, este criterio (más laxo) de identidad sólo constituye
-directamente- un criterio relativo a la identidad entre tipos (o descripciones) de acciones, y no a la identidad entre
acciones particulares.
96
509 US 688 (1993).
Sobre la insuiciencia del test de Blockburguer, aun para fundamentar las soluciones que éste supues-
97
tamente fundamenta, véase Amar/Marcus, “Double Jeopardy Law after Rodney King”, pp. 28 ss.; y Amar, “Double
Jeopardy Law Made Simple”, pp. 1813 ss.
98
Fundamental al respecto Amar/Marcus, “Double Jeopardy Law after Rodney King”, pp. 4 ss.
99
474 US 82 (1985).
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 481
Heath implicó una extensión de esa doctrina más allá de su justiicación bajo el prin-
cipio del federalismo. Pues en Heath no se trataba de que una persona fuese juzgada
y sancionada, en relación con un mismo hecho, bajo la legislación federal y bajo la
legislación de un estado, sino que bajo la legislación de dos estados distintos.100 El
fundamento de la aplicación de la doctrina de la soberanía dual que ofreció la corte,
antes bien, apuntaba a la legitimidad de la pretensión, por parte de cada estado, de
hacer valer jurisdiccionalmente su propio ordenamiento jurídico: “El interés de un
estado en vindicar su autoridad soberana a través de la ejecución de sus leyes por
deinición no puede ser satisfecho por la ejecución por otro estado de sus leyes”.101
Esta decisión de la Corte Suprema federal ha sido objeto de críticas. Pues pa-
rece innegable que la doctrina de la incorporación, en virtud de la cual la cláusula de la
doble exposición pasara a ser vinculante no sólo a nivel federal sino también para cada
uno de los estados, constituye una base para el cuestionamiento de la doctrina de la so-
beranía dual.102 Que a pesar de ello, empero, la doctrina de la soberanía dual conserve
su vigencia, muestra que la posibilidad de juzgamientos y sanciones múltiples por un
mismo hecho delictivo es inherente a la coexistencia de dos o más entidades capaces
de reclamar y ejercer jurisdicción sobre ese mismo hecho delictivo.103
100
Alabama juzgó y condenó al imputado (Heath) por asesinato, después de que Georgia hiciera lo mismo.
101
474 US 93 (1985).
102
Amar/Marcus, “Double Jeopardy Law after Rodney King”, p. 4.
103
Al respecto Thomas, “A Blameworthy Act Approach to the Double Jeopardy Same Offense Problem”,
pp. 1055 ss.
482 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
104
Piña, Derecho Penal, p. 256.
484 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
hecho no tiene por qué coincidir necesariamente con el concepto de hecho que hacen
suyas las reglas que instituyen y regulan el proceso penal. Y esto se sigue de la adop-
ción de un punto de vista funcional: en la medida en que las funciones desempeñadas
por el Derecho Penal (sustantivo) y el Derecho Procesal Penal no sean idénticas, es
enteramente posible que, en cuanto categoría de uno y otro ámbito jurídico, el con-
cepto de hecho exhiba un contenido diferente, según corresponda.
Lo anterior, ciertamente, no deja de ser trivial. Lo importante es combinar
esta consideración trivial con la consideración menos trivial de que las funciones
desempeñadas por el Derecho Procesal Penal sólo pueden ser entendidas como fun-
ciones secundarias, por referencia a su contribución a la realización de las funciones
(primarias) atribuibles al Derecho Penal. Lo cual descansa en la idea de que el Dere-
cho Penal se realiza a través del Derecho Procesal Penal.105 Y si bien esta proposición
sigue representando un lugar común, de ella puede extraerse una base para establecer
una relación de prioridad entre la deinición del concepto jurídico-penal y la deini-
ción del concepto procesal de hecho.
Sin que sea pertinente aquí detenerse pormenorizadamente en ello, y asu-
miendo la perspectiva de una teoría expresiva o comunicativa de la pena,106 puede
sostenerse que la función del Derecho Penal se identiica con el restablecimiento
simbólico de la vigencia de normas fundamentales para la coexistencia social, le-
gitimadas en atención al principio de protección de bienes jurídicos, a través de la
institucionalización de la irrogación de un mal de cierta naturaleza como una res-
puesta jurídica que expresa desaprobación por el quebrantamiento imputable de una
(o varias) de esas normas.107 Así, el conlicto que determina el horizonte de operación
del Derecho Penal se corresponde con el conlicto que representa el quebrantamiento
imputable de una norma semejante frente a la pretensión (estatal) de vigencia gene-
ralizada de esa misma norma. Pero la conianza generalizada en la vigencia de una
norma tal puede verse afectada ya por la sospecha de que ella haya sido quebrantada.
De esto resulta, entonces, que el horizonte de operación del Derecho Procesal Penal
está constituido por la sospecha, y por ende, por la incertidumbre acerca de que haya
tenido o no lugar tal quebrantamiento imputable de una norma,108 esto es, la perpe-
tración de un delito. De este modo, el proceso persigue la superación de esa incerti-
dumbre, sea por la vía de refutar la sospecha, sea por la vía de conirmarla; y sólo en
este último resulta procedente, a través del pronunciamiento de la correspondiente
sentencia condenatoria, la imposición de la sanción penal correspondiente.
La manera en que la operación del Derecho Procesal contribuye a la reali-
zación de la función del Derecho Penal, bajo ese horizonte de sospecha, admite ser
desglosada en una tripartición de funciones: una función de verdad, una función de
105
Fundamental Binding, Handbuch des Strafrechts, pp. 192 ss.; véase también, en clave sociológica,
Piña, Derecho Penal, pp. 99 ss.
106
Al respecto Mañalich, “La pena como retribución”, pp. 135 ss., 161 ss., con ulteriores referencias.
107
En detalle Mañalich, Terror, pena y amnistía, pp. 53 ss., 89 ss.
108
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 1/5 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 485
En términos del Derecho Penal sustantivo, el sentido primario en que puede hablarse
de “hecho” es para designar, propiamente, un determinado hecho delictivo, esto es,
de un hecho que se distingue por constituir un delito. Para los efectos del principio
ne bis in ídem, lo que importa es dar cuenta de cómo se individua un delito, de modo
tal de poder identiicar bajo qué condiciones existe un único delito. El criterio para
ello es evidente sin más: un delito está constituido por una realización imputable de
un tipo delictivo, esto es, de una determinada descripción de una forma de comporta-
miento delictivo. Es fundamental advertir, sin embargo, que aquí aparecen envueltas
dos cuestiones de identidad, que pueden y deben ser diferenciadas: (a) una cuestión de
identidad relativa al tipo delictivo realizado, por un lado, y (b) una cuestión de iden-
tidad relativa a la concreta instancia de realización de ese tipo delictivo, por otro.110
109
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 1/8 ss.
110
Fundamental Moore, Act and Crime, pp. 314 ss., 325 ss., 365 ss., 383 ss.
486 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
Para la existencia de un solo delito es necesario, por una parte, que venga
en consideración la realización (imputable) de un solo tipo delictivo; si en un caso
cualquiera, en cambio, se constata la realización de más de un tipo delictivo, habrá
que reconocer tantos delitos como sean los tipos delictivos realizados, con total inde-
pendencia de si la realización de los distintos tipos delictivos tiene lugar a través de
una sola acción (u omisión), o bien a través de varias acciones (u omisiones). Lo que
se da en una situación semejante, entonces, es un concurso (ideal o real) de delitos
entre cada una de las realizaciones de los diferentes tipos delictivos. Pues en este
sentido, hay tantos hechos delictivos como tipos delictivos realizados (de manera
imputable).111 Y la única restricción que impone aquí el principio ne bis in ídem, en la
forma de la ya considerada prohibición de doble valoración, afecta aquellos casos en
que, por razones formales o materiales, dos o más de los tipos delictivos realizados
puedan ser considerados (parcialmente) idénticos entre sí. Pues en tal situación, por
exigencia del principio ne bis in ídem, habrá que reconoce el carácter “aparente” del
concurso de delitos en cuestión.
Pero para la existencia de un solo delito también es necesario, por otra parte,
que el tipo delictivo de cuya realización se trata se encuentre realizado una sola vez.
Pues es obvio que si una misma descripción de una forma de comportamiento de-
lictivo se ve realizada más de una vez, por acciones (u omisiones) diferentes, prima
facie habrá que reconocer tantos delitos como instancias de realización del tipo de-
lictivo en cuestión. Y la única restricción que puede hacerse operativa aquí concierne
a la posibilidad de que lo que en principio pudiera parecer como un conjunto de va-
rias realizaciones de un mismo tipo delictivo, también por exigencia del principio ne
bis in ídem, en deinitiva tenga que ser entendido, por razones formales o materiales,
como una sola realización del tipo delictivo en cuestión. Esto es precisamente lo que
se da en los casos en que en que se reconoce una “unidad de acción (u omisión)” de-
lictiva, cuya consecuencia es la negación de un concurso de delitos y la constatación,
en cambio, de un solo delito, esto es, de un solo hecho delictivo.
Lo crucial de este análisis del concepto de hecho delictivo, en lo que es re-
levante para los problemas de individuación que interesan bajo el principio ne bis in
ídem, está en la idea de que el primer paso siempre está constituido por la pregunta
de si en un caso cualquiera concurren una sola o varias realizaciones de uno o más
tipos delictivos, y no así por la pregunta de cuántas acciones (u omisiones) concu-
rren. Esta última pregunta sólo tiene relevancia una vez que se ha establecido que
concurren varias realizaciones de uno o más tipos delictivos. Esto quiere decir, en
otros términos, que el concepto de hecho delictivo del Derecho Penal sustantivo es
un concepto intensional (= no extensional), en el sentido de que la identiicación de
un determinado hecho delictivo es siempre relativa a, o dependiente de, una deter-
minada descripción: cada realización (imputable) de un determinado tipo delictivo
cuenta como un hecho delictivo per se. Así, si a través de un solo disparo de un arma
de fuego tiene lugar la realización de dos tipos delictivos diferentes, por ejemplo,
111
Binding, Handbuch des Strafrechts, pp. 565 s. En igual sentido Jakobs, Strafrecht Allgemeiner Teil,
32/12 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 487
El Derecho Penal sustantivo también conoce, empero, una noción diferente de “he-
cho”, a saber, aquella que sirve para la caliicación de un (auténtico) concurso de
delitos como un concurso ideal, precisamente en atención a que las dos o más reali-
zaciones del mismo o de varios tipos delictivos tienen lugar en “unidad de hecho”.
Así, en el primero de los ejemplos mencionados precedentemente, puede decirse
que el delito homicidio y el delito de aborto han sido cometidos a través de “un solo
hecho”-consistente en un único disparo de un arma de fuego, por el cual se causara
tanto la muerte de la mujer embarazada como la muerte del feto-, tal como lo prevé
el Art. 75 del Código Penal.
Aquí es crucial, en todo caso, advertir que este concepto de (unidad de) hecho,
en virtud de cuya aplicación la concurrencia de dos o más hechos delictivos (imputa-
bles a la misma persona) asume la forma de un concurso ideal, no es el mismo concep-
to de hecho que se tiene en cuenta para airmar que, en ese mismo caso, el homicidio y
el aborto constituyen (dos) hechos delictivos diferentes.112 Cuando se dice, en atención
al caso ya mencionado, que el tipo delictivo del homicidio y el tipo delictivo del aborto
son realizados en unidad de hecho, este concepto de hecho funciona como un concepto
débilmente extensional (= no-intensional), esto es, como un concepto que hace posible
la identiicación de un solo hecho no por referencia exclusiva a alguna de las dos des-
cripciones en cuestión, sino más bien a través de las mismas.113
Ello, porque la uniicación (como un solo hecho en sentido débilmente ex-
tensional) de las dos o más realizaciones del mismo o de distintos tipos delictivos por
deinición no puede fundarse en una identiicación de éstas como una sola realización
típica, puesto que el presupuesto de reconocimiento de un concurso ideal lo representa,
precisamente, una pluralidad de hechos delictivos concurrentes, tal como lo sugiere,
112
Binding, Handbuch des Strafrechts, pp. 573 ss., en relación con el doble signiicado del concepto de
acción (Handlung), bajo el Código Penal (imperial) alemán de 1871.
113
La caracterización de este concepto de unidad de hecho como débilmente extensional se explica
porque aquí sigue siendo determinante la cuestión de cómo sea descrito el hecho en cuestión; el punto es que se
reconoce como un solo hecho un objeto de subsunción que satisface dos o más descripciones alternativas.
488 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
por lo demás, la correlación de los encabezados de los Arts. 74 y 75 del Código Penal.
Y tampoco parece demasiado sensato recurrir a un criterio “naturalista”, en el sentido,
por ejemplo, de que habría unidad de acción siempre que las realizaciones típicas con-
currentes hayan tenido lugar a través de un mismo movimiento corporal voluntario,
criterio que ni siquiera alcanza a ser aplicable respecto de cualquier forma de compor-
tamiento delictivo; piénsese, por ejemplo, en un delito de omisión.
Antes bien, lo correcto es recurrir a un criterio con relevancia normativa para
fundamentar la uniicación (relativa) de las diferentes realizaciones típicas concurren-
tes, que en todo caso explique el tratamiento punitivo más favorable que el legislador
asocia al concurso ideal frente al concurso real, que es aquella forma de concurso (au-
téntico) que se distingue, precisamente, por no presuponer una unidad de hecho entre
las distintas realizaciones típicas concurrentes.114 Y tal criterio tendría que descansar
en la posibilidad de una aproximación de las distintas realizaciones típicas imputables
a la misma persona, en el sentido de una relación de identidad total o parcial entre las
respectivas acciones ejecutivas,115 bajo un test de “evitabilidad conjunta”: si para el
autor de los varios hechos delictivos concurrentes hubiera sido posible evitar las dos
o más realizaciones típicas a través de la omisión de una misma acción, entonces pue-
de airmarse una unidad de hecho.116 En el ejemplo ya recurrentemente mencionado:
puesto que para el autor del homicidio y del aborto era posible evitar ambas realizacio-
nes típicas absteniéndose de efectuar el disparo del arma de fuego, puede concluirse
que ambos hechos delictivos (en sentido intensional) han sido cometidos en unidad de
hecho (en sentido extensional), esto es, en una relación de concurso ideal.
Es importante advertir, sin embargo, que este criterio de reconocimiento de
una unidad de hecho, conducente a hacer aplicable el régimen punitivo correspon-
diente al concurso ideal, sólo pretende proveer una base racional que explique, aun-
que no necesariamente justiique, la decisión legislativa a favor de la diferenciación
del régimen aplicable al concurso ideal y el régimen aplicable al concurso real. Pues
los argumentos a favor de la relativización de este principio de diferenciación, que
pueden llegar incluso a favorecer la solución inversa, consistente en la adopción de
un principio de uniicación de uno y otro régimen,117 no dejan de ser atendibles. La
discusión al respecto muestra, en todo caso, que la adopción de un régimen punitivo
más favorable para los casos de concurrencia de realizaciones típicas en unidad de
114
El Derecho Penal chileno prevé dos regímenes punitivos alternativos aplicables al concurso real: el del
Art. 74 del Código Penal, que consiste en un régimen de acumulación material de las penas asociadas a los hechos
delictivos concurrentes; y el del Art. 351 del Código Procesal Penal, que consiste en un régimen de formación de
una pena única, o bien de exasperación de la pena mayor, siempre que los delitos concurrentes sean de la misma
especie, esto es, siempre que afecten un mismo bien jurídico. Frente a ambos regímenes resulta más favorable, en
todo caso, el régimen del concurso ideal (y medial), que consiste en la asperación o absorción agravada de la pena
correspondiente al delito más grave.
115
Al respecto, y por todos en la doctrina alemana, Kindhäuser, LPK-StGB, § 52, n.m. 4 ss.; en la doctrina
española, por todos, Mir Puig, Derecho Penal Parte General, 27/44 ss.
116
Kindhäuser, “Normverstoß und natürliche Handlungseinheit - BGH NJW 1984, 1568”, pp. 104 s.
117
Representativo en esta dirección, aunque matizando su planteamiento original, Freund, Strafrecht
Allgemeiner Teil, §11/58 s.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 489
hecho -esto es, para los casos de concurso ideal- es una determinación que el legis-
lador ciertamente puede hacer suya, pero que en ningún caso está obligado a hacer
suya. Y puesto que todo concurso ideal es, en efecto, un concurso de delitos cuyos
respectivos contenidos de ilicitud son recíprocamente independientes -pues de lo
contrario habría que airmar, más bien, un concurso aparente-, la cuestión se encuen-
tra fuera del alcance del principio ne bis in ídem. Lo cual quiere decir: la pregunta
acerca de cuál ha de ser el régimen punitivo aplicable en casos de concurso ideal, en
comparación con aquel aplicable en casos de concurso real, no concierne al alcance
de la prohibición de punición múltiple, desde ya porque se trata aquí de una deter-
minación legislativa, en circunstancias que la prohibición de punición múltiple no es
vinculante para el legislador.
118
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/1 ss., 4.
119
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/5 ss.; en relación con el Derecho Procesal Penal chileno, Del Río,
Los poderes de decisión del juez penal, pp. 131 ss., 147 ss. Véase también Horvitz/López, Derecho Procesal Penal
chileno II, pp. 37 ss.
490 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
menos estrecha conexión espacio-temporal entre sucesos que, entonces, tendrían que
ser juzgados como una unidad, el cual puede verse completado por un criterio sub-
jetivo que exija algo cercano a una “unidad de voluntad”.124 Como contrapartida, la
concepción normativo-fáctica, si bien atribuye relevancia a los criterios relativos al
tiempo y lugar de los acontecimientos, y al objeto de su incidencia, postula la nece-
sidad de recurrir también a criterios “normativamente cargados”, tales como la “di-
rección de ataque”, la conmensurabilidad de los respectivos contenidos de ilicitud,
la correspondencia de signiicación jurídico-penal de los diferentes tipos delictivos
eventualmente realizados, entre otros.125
Una ventaja asociada a esta última concepción frente a la primera se halla
referida a que ella, preservando la autonomía del concepto procesal de hecho, de
todas maneras reconoce relevancia indirecta a criterios de valoración que son jurídi-
co-penalmente relevantes. La clave se encuentra, a este respecto, en que el concepto
procesal de hecho ha de posibilitar la identiicación de un conjunto de sucesos que
hayan de constituir un objeto de juzgamiento jurídico-penal unitario, en el sentido
preciso de que ese conjunto de sucesos necesariamente haya de constituir el objeto
de una única acusación. Y esta es una pregunta que en ningún caso puede ser con-
fundida con la pregunta acerca de si, en atención a razones de economía procesal,
es procedente una acumulación de varias acusaciones, tal como lo prevé el Art. 274
del Código Procesal Penal.126 Pues en este último caso, el objeto de cada una de las
acusaciones acumuladas sigue representando un objeto procesal independiente,127 de
modo tal que respecto de cada objeto procesal rigen, por separado, las deiniciones
relativas al alcance del principio de congruencia y del efecto de cosa juzgada.
Puesto que el criterio último para la aplicación del concepto procesal de hecho
apunta a la adecuación de un juzgamiento jurídico-penal unitario, la concepción nor-
mativo-fáctica está en mejor posición para reconocer la función (puramente) indiciaria
que en este contexto asume la contraposición de las nociones de unidad de hecho y plu-
ralidad de hechos en sentido jurídico-penal, que se corresponde con la distinción entre
concurso ideal y concurso real, respectivamente. Así, mientras una posible relación de
concurso ideal entre dos o más presuntos hechos delictivos -que han de encontrarse,
en tal medida, en relación de unidad de hecho- puede considerarse como un indicio
prácticamente irrefutable de la existencia de un solo hecho en sentido procesal,128 una
posible relación de concurso real entre dos o más presuntos hechos delictivos -que han
de encontrarse, en tal medida, en relación de pluralidad de hechos- sólo cuenta como
124
Del Río, Los poderes de decisión del juez penal, pp. 149 ss., 152 ss.
125
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/16.
126
Al respecto Horvitz/López, Derecho Procesal Penal chileno I, pp. 206 s., II pp. 54 s.
127
Así ya Beling, Derecho Procesal Penal, pp. 119 s.
128
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/13. Al respecto Del Río, Los poderes de decisión del juez penal,
pp. 169 ss. Una conexión de medio (necesario) a in entre dos hechos delictivos, que el legislador chileno toma en
cuenta para someter el así llamado concurso medial al régimen punitivo del concurso ideal (Art. 75 CP), también
tendría que contar como indicio fuerte de la existencia de un solo hecho procesal.
492 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
El contexto intraprocesal
129
Kindhäuser, Strafprozessrecht, § 25/14.
130
Véase supra, 4.1.2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 493
131
Ello está lejos de constituir una anomalía. Si bien el Código Penal español de 1995 contiene regulación
expresa relativa tanto al así llamado “delito continuado” (Art. 74) -aunque sin conigurarlo, propiamente, como una
forma de unidad de acción delictiva- como a los criterios de reconocimiento de un concurso aparente (Art. 8º), esto
representa más bien la excepción. El Código Penal alemán, por ejemplo, tal como la generalidad de los códigos
españoles anteriores al de 1995, no conocen regulación alguna en tal sentido.
132
Véase Piña, Derecho Penal, pp. 256 s.
133
Kindhäuser, LPK-StGB, vor §§ 52-55, n.m. 20.
134
Véase por todos, y con matices, Novoa, Curso de Derecho Penal Chileno II, pp. 236 ss.; Garrido,
Derecho Penal Parte General II, pp. 440 ss. En la jurisprudencia más reciente, el reconocimiento de la construcción
del delito continuado es bastante generalizado, lo cual no obsta, por cierto, a que sus contornos permanezcan aún
altamente indeterminados. Para una muestra representativa véase, por ejemplo, las sentencias: Corte Suprema, de
26 de marzo de 1996, rol Nº 311-96; Corte de Apelaciones de Temuco, 24 de abril de 2008, rol Nº 345-08; Corte de
Apelaciones de Arica, 24 de mayo de 2010, rol Nº 80-10.
135
Véase por todos, y con matices, Novoa, Curso de Derecho Penal Chileno II, pp. 247 ss., 251 ss.; Gar-
rido, Derecho Penal Parte General II, pp. 457 ss.
136
En este sentido ya Novoa, Curso de Derecho Penal Chileno II, p. 251.
137
Véase supra, 3.1.1.
494 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
del Código Penal, que tipiica las distintas variantes de homicidio stricto sensu, incor-
pora la cláusula “no esté comprendido en el artículo anterior” (que tipiica el parrici-
dio), se hace maniiesta la preocupación legislativa frente a una eventual contravención
de la prohibición de doble valoración, que se produciría si al autor de un parricidio
también se lo condenase como autor de un homicidio por el mismo hecho (en sentido
extensional). El otro ejemplo que cabe mencionar aquí es el de la regla del Art. 63 del
mismo código,138 relativa a la eventual inherencia (formal o material) de determinadas
circunstancias agravantes respecto de la tipiicación del respectivo delito. Si una cir-
cunstancia, legalmente reconocida como agravante, es constitutiva ya del hecho delic-
tivo de cuya imputación se trata, o se encuentra contenida explícita o implícitamente
en su tipiicación, entonces -por exigencia del principio ne bis in ídem- no puede ser
tomada en consideración en la determinación de la pena correspondiente.
El contexto interprocesal
138
Dispone el Art. 63:
“No producen el efecto de aumentar la pena las circunstancias agravantes que por
sí mismas constituyen un delito especialmente penado por la ley, o que ésta haya expresado
al describirlo y penarlo.
Tampoco lo producen aquellas circunstancias agravantes de tal manera inherentes
al delito que sin la concurrencia de ellas no puede cometerse”.
139
Al respecto supra, 4.1.4.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 495
bien, es que la inhibición de la punición múltiple, bajo esta consagración del princi-
pio ne bis in ídem como estándar de clausura procesal, deviene un efecto relejo de la
prohibición de juzgamiento múltiple, siempre que el resultado de un eventual primer
juzgamiento haya sido la imposición de una sanción a través de la correspondiente
sentencia condenatoria.140
Hay que apuntar, de paso, que en la disposición citada el principio ne bis in
ídem se encuentra exclusivamente formulado como una prohibición de juzgamiento
sucesivo múltiple, lo cual se obtiene como consecuencia interpretativa de que el
presupuesto de aplicación de la regla está constituido por el pronunciamiento de una
sentencia ejecutoriada que haya dado lugar, con efecto de cosa juzgada material, a
una condena, una absolución o un sobreseimiento deinitivo de la misma persona
en relación con el mismo hecho. Esto no quiere decir, ciertamente, que el Derecho
Procesal Penal chileno no reconozca una prohibición de juzgamiento simultáneo
múltiple; ésta se expresa, antes bien, en la consagración de la litispendencia como
excepción de previo y especial pronunciamiento, en paralelo a la excepción de cosa
juzgada, tal como lo prevé el Art. 264 del Código Procesal Penal.141
Como ya se adelantara, lo fundamental es reparar, en segundo término, en el
alcance que la disposición legal coniere a la prohibición de juzgamiento múltiple. Su
extensión es mayor que la que determina el alcance de la prohibición de punición múl-
tiple en el contexto intraprocesal. En efecto, para que se haga operativa la prohibición
de juzgamiento múltiple del Art. 1º del Código Procesal Penal basta con que el objeto
de juzgamiento constituya “el mismo hecho” que fuera objeto de juzgamiento anterior.
Y por “el mismo hecho” cabe entender aquí lo que más arriba fuese deinido como un
solo hecho en sentido procesal.142 La razón para esto se conecta con un doble aspecto
del diseño del proceso penal. Por una parte, se trata de una condición imprescindible
para la existencia de continuidad en el desarrollo del proceso en caso de producirse
una modiicación en su caliicación jurídica (provisional). Pues lo que garantiza esa
continuidad es precisamente la identidad del objeto procesal en el tiempo. Luego, si
el objeto del proceso está constituido por un mismo hecho en sentido procesal, la vi-
gencia del principio de congruencia, complementado por el principio de recaliicación,
exige que la identidad de ese hecho no se vea alterada por su eventual recaliicación.
Pero esto también se vincula, por otra parte, con una condición de legitima-
ción de la persecución penal, que concierne a dos de las funciones cuya realización
compete al diseño del proceso penal.143 De un lado, existe un requerimiento de jus-
ticia procedimental, relativo a la asimetría de la posición de los intervinientes en el
proceso, que se traduce en que al Ministerio Público se reconozca, prima facie al
menos, una única oportunidad para hacer efectiva la pretensión punitiva estatal a
través del ejercicio de la acción penal pública. De lo contrario, el órgano persecutor
140
Véase supra, 3.2.1.
141
Véase supra, 4.1.4.
142
Al respecto supra, 4.1.4.
143
Al respecto supra, 4.1.1.
496 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
El contexto interjurisdiccional
144
Véase supra, 4.1.4.
145
Al respecto supra, 4.2.3.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 497
cuencia, nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual
hubiere sido ya condenado o absuelto por una sentencia irme de acuer-
do a la ley y al procedimiento de un país extranjero, a menos que el
juzgamiento en dicho país hubiere obedecido al propósito de sustraer al
individuo de su responsabilidad penal por delitos de competencia de los
tribunales nacionales o, cuando el imputado lo solicitare expresamente,
si el proceso respectivo no hubiere sido instruido de conformidad con
las garantías de un debido proceso o lo hubiere sido en términos que
revelaren falta de intención de juzgarle seriamente.
Es decir: siempre que el proceso ante el tribunal extranjero haya dado lugar
a la imposición de una pena, y siempre que ésta haya sido efectivamente ejecutada
o cumplida en el extranjero, ello tendrá que computarse en el cumplimiento de la
498 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
146
Puesto que el Art. 13 presupone la existencia de una decisión de condena o absolución establecida por
sentencia irme, cabe concluir el principio ne bis in ídem no opera, en este contexto, frente a sentencias extranjeras
que dieran lugar, meramente, a un sobreseimiento.
147
Véase supra, 4.1.2.
148
El Art. 449 b) del Código Procesal Penal exige, como requisito de la extradición pasiva, que “de los
antecedentes del procedimiento pudiere presumirse que en Chile se deduciría acusación en contra del imputado por
los hechos que se le atribuyen”.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 499
mal,149 esto es, como la exigencia de que la extensión de una y otra sea exactamente la
misma, de modo tal que cada hecho subsumible bajo una de ellas sea al mismo tiempo
subsumible bajo la otra, y viceversa.150 Antes bien, en este contexto puede resultar
sensato orientar la pregunta acerca de la identidad de dos o más descripciones de for-
mas de comportamiento delictivo hacia los criterios relativos a la independencia del
respectivo fundamento de la ilicitud que son invocados, en el contexto intraprocesal,
para airmar el carácter aparente o impropio de un concurso de delitos.151 Y estos cri-
terios se dejan sintetizar a través de la siguiente fórmula: dos descripciones de formas
de comportamiento delictivo son (total o parcialmente) idénticas cuando comparten
una o más de aquellas propiedades que cuentan como fundamento del carácter espe-
cíicamente delictivo del objeto de la respectiva descripción.152
Lo importante, en lo que aquí interesa, es reparar en una consecuencia fun-
damental que se sigue de esto para la determinación del alcance del principio ne bis
in ídem en el contexto interjurisdiccional. Pues en conformidad con lo anterior, en la
medida en que un hecho (en sentido extensional) haya sido objeto de juzgamiento o
haya dado lugar a la imposición de una sanción por parte de un tribunal extranjero
bajo una descripción que no comparta el mismo contenido de ilicitud con la descrip-
ción bajo la cual ese hecho pudiera ser objeto de juzgamiento o dar lugar a la impo-
sición de una sanción por parte de un tribunal chileno, no vendrá en consideración,
entonces, un mismo delito para los efectos del Art. 13 del Código Procesal Penal.
Éste sería desde luego el caso, por ejemplo, si la especíica lesividad de la realización
de una y otra descripción fuese divergente en atención a la diversidad de la naturale-
za o de los titulares de los bienes jurídicos concretamente afectados.
149
Coincidentemente acerca de la interpretación de la exigencia de “un mismo delito” en el contexto de la
cláusula de la doble exposición de la Constitución federal de los EE.UU., Thomas, “A Blameworthy Act Approach
to the Double Jeopardy Same Offense Problem”, pp. 1033 s.
150
Para este deinición de la relación lógico-formal de identidad entre dos o más descripciones de formas
de comportamiento delictivo, véase Klug, “Zum Begriff der Gesetzeskonkurrenz”, p. 404.
151
Véase por todos, en la doctrina alemana, Jakobs, Strafrecht Allgemeiner Teil, 31/12; Kindhäuser, LPK-
StGB, vor §§ 52-55, n.m. 20; en la doctrina española, Mir Puig, Derecho Penal Parte General, 27/64.
152
Precisamente en esta dirección se orientan los criterios normativos propuestos por Moore, Act and
Crime, pp. 337 ss.; y Thomas, “A Blameworthy Act Approach to the Double Jeopardy Same Offense Problem”, pp.
1041 ss.
500 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
El reconocimiento del principio ne bis in ídem como estándar de control del ejercicio
de las potestades sancionatorias de orden administrativo constituye un proceso de
creciente consolidación, que en lo fundamental ha respondido a una doble varia-
ble: de un lado, la proliferación y especialización de instancias de reglamentación
administrativa sectorial reforzada por mecanismos sancionatorios a disposición de
órganos de la propia administración; de otro, la progresiva expansión de ámbitos de
superposición entre el Derecho Penal y el Derecho Administrativo sancionatorio.
Esto explica que en la exposición de su alcance como principio del Derecho Ad-
ministrativo sancionatorio tiendan a ser diferenciados dos frentes: el de la posible
concurrencia de pretensiones sancionatorias de orden penales y administrativo en
relación con un mismo hecho, y el de la posible concurrencia de varias pretensiones
sancionatorias de orden administrativo en relación con un mismo hecho.
Antes de entrar en ello, sin embargo, es necesario retomar la pregunta que
quedara planteada en la primera parte, en cuanto a la medida en que el principio ne
bis in ídem puede constituir un principio intrínseco a cualquier régimen de derecho
sancionatorio propio de un Estado de Derecho.153 Y la respuesta debe venir dada por
las implicaciones del concepto funcional de sanción, cuyo contenido mínimo fuese
analizado más arriba: por “sanción” cabe entender la irrogación de un mal como re-
acción institucionalizada a la contravención de una norma de comportamiento, que
recae sobre la(s) persona(s) responsable(s) de esta contravención, a través de la cual
se reairma la vigencia de la norma en cuestión. Este mecanismo de reairmación jurí-
dica, ahora bien, descansa en la representación de la reacción sancionatoria como una
reacción adecuada frente a la contravención que genera la ocasión para la reacción. Y
esta exigencia de adecuación, que es intrínseca a la noción de sanción, es articulada
más precisamente como una exigencia de proporcionalidad. Pero se trata aquí de una
exigencia de proporcionalidad que no es absoluta, sino relativa a la representación
legislativa de la relación de congruencia recíproca entre contravención y sanción.
El principio ne bis in ídem, en su dimensión sustantiva como prohibición
de sanción múltiple, no representa más que una especiicación de esa exigencia de
proporcionalidad relativa a la valoración legislativa.154 Y en esta medida, se trata de
un estándar de control susceptible de reclamar aplicación frente a cualquier ejercicio
de una potestad sancionatoria. Esta consideración no basta, sin embargo, para dar
cuenta de la otra dimensión del principio ne bis in ídem, a saber, su dimensión pro-
cesal como prohibición de persecución múltiple,155 siempre que el alcance de ésta no
se restrinja a casos de previa condena por la misma contravención. Pues sólo en este
153
Véase supra, 2.2.
154
Véase Cano Campos, “Non bis in idem, prevalencia de la vía penal y teoría de los concursos en el
Derecho Administrativo sancionador”, pp. 201 ss., aunque privilegiando una concepción estrictamente preventiva o
disuasoria de la función de la sanción.
155
Aquí es preferible hablar de “persecución” y no de “juzgamiento” (múltiple), por la circunstancia de
que, normalmente, la pretensión sancionatoria de carácter administrativo tiende a no presuponer, al menos de entra-
da, su ejercicio frente a un tribunal que adjudique o juzgue, en la medida en que sea un órgano de la administración,
de tipo no-jurisdiccional, el competente para la eventual imposición de la sanción, sin perjuicio de la existencia de
vías de impugnación a través de las cuales ésta pueda verse “judicializada”. Al respecto supra, 1.1.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 501
156
Véase sólo Amar, “Double Jeopardy Law Made Simple”, pp. 1810 ss., 1836 s.
157
Así la sentencia del Tribunal Constitucional Federal alemán, de 2 de mayo de 1967, BVerfGE 21, pp.
378 ss., 383 s.
158
Véase por ejemplo Suay Rincón, Sanciones Administrativas, pp. 167 s.; García Enterría/Fernández,
Curso de Derecho Administrativo II, p. 185; Cano Campos, “Non bis in idem, prevalencia de la vía penal y teoría de
los concurso en el Derecho Administrativo sancionador”, pp. 206 s.
502 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
“No podrán sancionarse los hechos que hayan sido sancionados penal o
administrativamente, en los casos en que se aprecie identidad del sujeto,
hecho y fundamento”.
159
Latamente al respecto Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 171 ss., 217 ss., quien sostiene,
sobre todo teniendo a la vista la jurisprudencia del Tribunal Constitucional español, que lo que regiría sería más bien
una exigencia de cobertura legal, y no una genuina exigencia de reserva legal. Véase también Huergo Lora, Las
Sanciones Administrativas, pp. 364 ss., con nota 545.
160
Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 439 s.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 503
161
Al respecto supra, 3.1.1.
162
El Art. 14 Nº 7 del primer tratado dispone que no puede haber juzgamiento ni sanción por un “delito”
en relación con el cual ya se haya pronunciado sentencia irme en conformidad con “el procedimiento penal” del
respectivo país; el Art. 8º Nº 4 del segundo tratado se reiere exclusivamente al “inculpado”, en circunstancias que el
contexto de la disposición deja claro que se trata de una “persona inculpada de delito” (Art. 8º Nº 2).
504 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
163
Véase supra, 1.2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 505
164
Así, sin embargo, Cano Campos, “Non bis in idem, prevalencia de la vía penal y teoría de los concurso
en el Derecho Administrativo sancionador”, pp. 218 ss., quien pretende sustentar el argumento en la dimensión
“positiva y fundamentadora” que exhibiría el principio de la ultima ratio. Ciertamente, esto no constituye más que
una inversión del sentido originario del principio en cuestión, que explica que la consecuencia a ser extraída de éste
se vea igualmente invertida.
165
Al respecto supra, 3.1.1., 4.2.1. Acerca de la pertinencia de ese recurso, en el ámbito que aquí interesa,
véase Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, pp. 352 ss.; Cano Campos, “Non bis in idem, prevalencia de la
vía penal y teoría de los concurso en el Derecho Administrativo sancionador”, pp. 212 ss.
506 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
Observaciones generales
166
Aquí, ciertamente, se trata de un uso parasitario y no-técnico de las expresiones “jurisdicción” y
“proceso”, en la medida en que la discusión abarque el ejercicio de potestades sancionatorias por parte de órganos
no jurisdiccionales, en términos del concepto de Derecho Administrativo sancionatorio en sentido estricto. Véase
supra, 1.1.
167
Nieto, Derecho Administrativo Sancionador, p. 385.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 507
El contexto intraprocesal
El contexto interprocesal
La aplicabilidad del principio ne bis in ídem frente a una eventual ejercicio concurrente
de pretensiones sancionatorias de carácter administrativo en un contexto interprocesal
resulta mucho menos segura. Pues aquí no sólo se presenta la variable adicional repre-
sentada por la posible aplicabilidad de una prohibición de persecución múltiple, tanto
en términos simultáneas como en términos sucesivos, sino que a esto se añade la cir-
El contexto interjurisdiccional
172
Véase al respecto Cano Campos, “Non bis in idem, prevalencia de la vía penal y teoría de los concurso
en el Derecho Administrativo sancionador”, pp. 240 ss.
173
Al respecto Pierry, “Tribunales Contencioso-Administrativos”, passim.
174
Véase supra, 3.3., 4.2.3.
175
Al respecto supra, 4.1.2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 509
176
Véase supra, 1.1., 5.1.
177
Al respecto Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 589 ss.
510 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
El frente intercompetencial
si la reforma del régimen jurídico previsto por el DL 211 (introducida por la Ley
19.911), a partir de la cual dicho régimen ya no contiene normas de sanción penal,
pudiera tener alguna incidencia en el alcance del Art. 285 del Código Penal. Y la res-
puesta debe ser negativa. Pues sostener lo contrario implicaría desconocer la plena
independencia de las normas del Código Penal (y de la legislación penal especial)
frente a su eventual superposición con normas sancionatorias de otro orden.
Esto no excluye que, por vía de hipótesis, pudiera existir alguna objeción
en cuanto a que determinados hechos constitutivos de contravenciones al derecho
de la libre competencia sean subsumibles bajo la descripción típica del Art. 285 del
Código Penal. El punto es que estas objeciones, y desde luego en la medida en que
pretendan sustentarse en el principio de legalidad como límite a la aplicación de las
normas de sanción, conciernen exclusivamente a la determinación del sentido y al-
cance de la norma establecida en ese artículo del Código Penal. Que el tenor literal
del Art. 285 del Código Penal haga posible la subsunción de los hechos en cuestión,
empero, es una pregunta a ser exclusivamente respondida por los tribunales que
ejercen jurisdicción en lo penal, para lo cual es enteramente irrelevante si los hechos
también pudieran ser subsumibles bajo el supuesto de hecho de normas de sanción
de otro orden, como lo son algunas de las normas del DL 211. Al respecto, quizá no
sea enteramente superluo mencionar que el principal especialista en la materia ex-
presamente sostiene que, no obstante la reforma introducida por la Ley 19.911, “aún
subsisten delitos penales contemplados en el Código Penal que guardan relación con
el bien jurídico tutelado [de la] libre competencia”.178
Para determinar el alcance del principio ne bis in ídem como estándar even-
tualmente vinculante para el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, en lo que
aquí interesa, basta con asumir, por vía de hipótesis, que podría darse algún caso en
que tanto las normas del DL 211 como alguna norma de sanción penal pudieran re-
sultar aplicables al mismo conjunto de hechos. En este punto se vuelve signiicativa
la cuestión relativa a la naturaleza cuantitativa o cualitativa de la diferencia entre el
Derecho Penal y el Derecho Administrativo sancionatorio, incluyendo dentro del
campo de este último el régimen del DL 211 para el derecho contravencional de la
libre competencia. Pues es claro que si se favorece la segunda solución, de entrada
no podrá plantearse vulneración alguna, ya sea de la prohibición de juzgamiento
múltiple, ya sea de la prohibición de sanción múltiple, según corresponda.179
Mas ello está lejos de signiicar que, en caso de asumirse la corrección de la
otra solución, consistente en la tesis de la diferenciación puramente cuantitativa, la
consecuencia necesariamente tendría que ser la airmación de una vulneración del
principio ne bis in ídem en una u otra dimensión, según corresponda. Esto, porque ya
fue establecido que, aun bajo esta hipótesis, la cuestión sigue dependiendo, en primer
término, de si el legislador podría, sin vulneración del principio general de propor-
cionalidad, prever la acumulación de sanciones múltiples en relación con hechos que
178
Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 225 s.
179
Véase Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 436 s., en relación con la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional Federal alemán.
512 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
El frente intracompetencial
Cabe poner la vista ahora en las preguntas más relevantes que se plantean, en refe-
rencia exclusiva al derecho chileno, en el frente intracompetencial. Puesto que el
Tribunal de Defensa de la Libre Competencia es el único órgano con competencia,
de acuerdo con el derecho vigente, para la imposición de sanciones de orden admi-
nistrativo frente a contravenciones tipiicadas en el DL 211, lo que hay que determi-
nar es la medida en que el principio ne bis in ídem se hace operativo como estándar
sustantivo de adjudicación y como estándar de clausura procesal en el ejercicio de
jurisdicción en el ámbito de su especíica competencia. Aquí se examinará la primera
de las dos cuestiones, esto es, aquella relativa al alcance del principio ne bis in ídem
en su dimensión de prohibición de sanción múltiple.
Una primera cuestión, de inequívoca relevancia práctica, que se suscita en
este contexto se reiere a la viabilidad de una imposición (sucesiva o simultánea) de
medidas de carácter sancionatorio y medidas de carácter no-sancionatorio, de aquellas
previstas en el Art. 26 del DL 211. El aparente problema se suscita por lo dispuesto
en el inc. 1º del Art. 3º del DL 211, que establece que el responsable de alguna de las
contravenciones tipiicadas en el mismo artículo “será sancionado con las medidas se-
ñaladas en el artículo 26 de la presente ley, sin perjuicio de las medidas preventivas o
prohibitivas que […] puedan disponerse en cada caso”. Esto ha llevado a que Valdés,
por ejemplo, sostenga que sería contrario al principio ne bis in ídem que el Tribunal
de Defensa de la Libre Competencia llegase a imponer sanciones de aquellas previs-
tas en el Art. 26 y medidas preventivas, correctivas o prohibitivas en relación con los
mismos “hechos, actos o convenciones” que constituyen la respectiva infracción.182
Pero ello desconoce, maniiestamente, que el principio ne bis in ídem cons-
tituye un principio de derecho sancionatorio, lo cual signiica que aquél sólo puede
resultar aplicable frente al ejercicio de potestades sancionatorias. Es claro, por ejem-
180
Véase supra, 5.2.
181
Al respecto supra, 1.2.
182
Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 369 s.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 513
plo, que compromisos de contribución pecuniaria que pudieran ser asumidos con
efecto vinculante por una persona jurídica en el marco de un acuerdo celebrado con
un organismo administrativo, que ni siquiera da lugar a un establecimiento conclu-
yente de la efectividad de una eventual infracción, carecen de toda connotación san-
cionatoria, desde ya porque el concepto de sanción es incompatible con el carácter
consensuado de semejantes compromisos.183 E igualmente, las medidas preventivas,
correctivas o prohibitivas a las que se reiere el Art. 3º del DL 211 carecen, desde el
punto de la representación legislativa, de carácter sancionatorio, en la medida en que
el propio Art. 3º contrapone explícitamente la mención de las medidas (señaladas
en el Art. 26) a través de cuya imposición el responsable de la contravención ha de
ser “sancionado”, de aquellas otras medidas (preventivas, correctivas o prohibiti-
vas) que pueden ser impuestas “sin perjuicio” de aquéllas. Precisamente el carácter
“preventivo, correctivo o prohibitivo” de dichas medidas sugiere que ellas carecen
de signiicación propiamente represiva y, por ende, de connotación sancionatoria.184
La prohibición de sanción múltiple no puede venir en consideración, ex deinitione,
tratándose de medidas no sancionatorias.185
Ahora bien, y más allá de lo anterior, el propio Valdés observa que en todo
caso se encontraría excluida la posibilidad de una imposición simultánea de sancio-
nes y medidas preventivas, correctivas o prohibitivas, con arreglo a lo establecido en
el Auto Acordado Nº 5, de 2004, del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia,
en el entendido de que “las medidas propiamente tales [esto es, las medidas pre-
ventivas, correctivas o prohibitivas] sólo caben dentro del proceso consultivo”, de
modo tal que no sería viable una imposición simultánea de unas y otras.186 Si bien
esto no concierne al alcance del principio ne bis in ídem, por el hecho de que éste
no es aplicable frente a medidas no sancionatorias, puede ser oportuno clariicar el
punto. Ello, porque Valdés incurre en una confusión aquí. Pues del hecho de que, con
arreglo al auto acordado mencionado, no sea posible el desarrollo simultáneo de un
proceso jurisdiccional y un proceso consultivo en relación con un mismo conjunto
de “hechos, actos o convenciones”, no se sigue en modo alguno que las medidas no
sancionatorias sólo puedan ser impuestas en el marco de un proceso consultivo. No
hay disposición alguna del DL 211 que sugiera que dichas medidas no puedan ser
impuestas en el marco de un proceso jurisdiccional; más bien, el inc. 1º del Art. 3º
sugiere exactamente lo contrario.
La confusión en que incurre Valdés puede explicarse, eventualmente, por
su intento de recurrir analógicamente, en el ámbito que aquí interesa, a la distinción
entre penas y medidas de seguridad que reconoce el Derecho Penal.187 Valdés pasa
183
En referencia a los “compromisos de obligación” (Verplichtungszusagen) en el marco del derecho
europeo de la libre competencia, véase Frenz, Europäisches Kartellrecht, n.m. 1540 ss.
184
En relación con las así llamadas “medidas de restablecimiento de la legalidad” bajo el Derecho Admin-
istrativo sancionatorio español, véase Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 250 ss.
185
Véase sólo Huergo Lora, Las Sanciones Administrativas, pp. 436 s.
186
Valdés, Libre Competencia y Monopolio, p. 370.
187
Véase Valdés, Libre Competencia y Monopolio, pp. 371 ss., quien habla de un “paradigma dualista”.
514 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
por alto, sin embargo, dos consideraciones decisivas. La primera: que si bien bajo el
derecho chileno vigente resulta excluida la posibilidad de una imposición conjunta
de penas y medidas de seguridad, dado que la imposición de una pena presupone
una declaración de culpabilidad, mientras que -bajo el Art. 455 del Código Procesal
Penal- la imposición de una medida de seguridad presupone la constatación de una
condición de enajenación mental que es incompatible con una declaración de cul-
pabilidad, esta no es la única posibilidad de articular la relación entre unas y otras;
en el Derecho Comparado son muchas las legislaciones que contemplan, en cambio,
la posibilidad de imposición conjunta de penas (fundamentadas en la culpabilidad
personal) y medidas de seguridad (fundamentadas en la peligrosidad individual).188
Y la segunda: que el legislador chileno haya optado por un régimen de incompati-
bilidad recíproca entre penas y medidas de seguridad, en el ámbito estrictamente
jurídico-penal, no es razón suiciente para pretender trasladar semejante régimen a
otro ámbito regulativo, en el cual, por lo demás, y como lo expresa el Art. 3º del DL
211, el legislador parece haber optado por un régimen esencialmente distinto.
La segunda cuestión de signiicación práctica que cabe discutir en este con-
texto concierne a la eventualidad de que, con ocasión del pronunciamiento de una sen-
tencia condenatoria, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia pueda constatar
una pluralidad de contravenciones atribuibles a una misma persona, en el sentido de
lo que cabría llamar un “concurso de infracciones”. A este respecto, rigen sin más las
consideraciones ya formuladas en cuanto a la posibilidad de recurrir, en el ámbito del
Derecho Administrativo sancionatorio, a las categorías de la dogmática de los con-
cursos de delitos, en particular respecto de la inviabilidad, no existiendo declaración
legislativa, de pretender hacer aplicables regímenes distintos para la determinación
de las sanciones en casos de concurso ideal (en situación de unidad de hecho) y de
concurso real.189 Pues, en todo caso, esta es una pregunta que no se vincula con el
alcance del principio ne bis in ídem. Lo que interesa examinar, más bien, son las con-
diciones para el reconocimiento de un eventual concurso aparente o impropio entre
dos o más contravenciones al derecho de la libre competencia. Pues en caso de darse
un concurso aparente, el principio ne bis in ídem sí prohíbe la imposición conjunta
de las sanciones correspondientes a la totalidad de las infracciones cuyo respectivos
contenidos de ilicitud no fuesen plenamente independiente entre sí.
Lo que interesa aquí es enunciar, someramente, cuáles son los criterios en
conformidad con los cuales puede reconocerse el carácter aparente de un concurso
de infracciones, de modo tal que el órgano jurisdiccional deba prescindir de una o
más de ellas como eventual objeto de condena. Recurriendo aquí a las propuestas
más estandarizadas en la dogmática del Derecho Penal, dichos criterios son: el de
especialidad, el de subsidiariedad y el de consunción (o absorción), pudiendo dis-
cutirse si acaso el criterio del así llamado “hecho anterior o posterior co-penado”
188
En relación con el derecho alemán véase Kindhäuser, LPK-StGB, vor §§ 38-45b, n.m. 1 ss., § 61, n.m.
1 ss., § 66, n.m. 1 ss.; en relación con el derecho español, véase Mir Puig, Derecho Penal Parte General, Lección
34/1 ss., 18 ss., 26 ss.
189
Véase supra, 5.3.2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 515
190
Así, entre otros, Kindhäuser, LPK-StGB, vor §§ 52-55, n.m. 21 ss.
191
De ahí que en el ámbito del derecho europeo de la libre competencia, la tesis de que puede haber
concurso auténtico (y más precisamente, ideal) entre la contravención de la prohibición de formación de carteles y
la contravención de la prohibición de abuso de posición de mercado dominante cuenta con reconocimiento jurispru-
dencial y doctrinal. Véase sólo Frenz, Europäisches Kartellrecht, n.m. 278 ss.
516 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
192
Véase supra, 4.2.2.
193
Véase supra, 5.3.1.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 517
194
Dicho técnicamente: el concepto de hecho en sentido procesal que ha de reclamar aplicación bajo el
DL 211, en referencia al Art. 177 del Código de Procedimiento Civil, no es un concepto extensional, sino un con-
cepto intensional de hecho.
518 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
una “unidad de acción delictiva” en los términos del Derecho Penal: ha de tratarse
de una misma descripción de una forma de comportamiento contravencional, que
se vea realizada una sola vez.195
Lo fundamental es que, inmediatamente a continuación, el tribunal haya
explicitado la conexión entre esta última cuestión de doble identidad y las condi-
ciones de admisibilidad de la excepción de litispendencia:
195
Véase supra, 4.1.2.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 519
196
Esto no se ve alterado, como es obvio, por la eventual existencia de acuerdos de cooperación inter-
nacional que no conciernan al ejercicio de tales potestades, sino a otros aspectos operativos de la persecución de
comportamientos contravencionales.
520 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
197
Véase Frenz, Europäisches Kartellrecht, n.m. 1595 ss.
198
Véase supra, 3.2.3.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 521
199
Así Frenz, Europäisches Kartellrecht, n.m. 1595 ss.
REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA 523
Para inalizar, puede ser oportuno especiicar, a modo de recapitulación del análisis
propuesto en la presente subsección, cuál es la medida precisa en que el principio ne
bis in ídem ha de operar como estándar vinculante para el Tribunal de Defensa de la
Libre Competencia, especíicamente en el contexto interjurisdiccional, asumiendo
(sólo) por vía de hipótesis, por las razones ya planteadas, la aplicabilidad del Art. 13
del Código Procesal Penal.
De acuerdo con lo ya sostenido, la exigencia de que se trate de uno y el
mismo “delito” se traduce, desde ya, en una importante relativización del alcance de
la prohibición de juzgamiento múltiple en este contexto. Pues el Tribunal de Defensa
de la Libre Competencia sólo podrá establecer en qué consiste la eventual infracción
de cuya posible identidad con una infracción que ha sido objeto del ejercicio de
una pretensión sancionatoria por parte de un órgano extranjero en la medida en que
dé curso, inicialmente al menos, al proceso correspondiente. La excepción de cosa
juzgada, por lo mismo, sólo podría resultar operativa una vez que el tribunal haya
podido efectuar tal determinación.
200
Véase supra, 2.1.
524 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA
V. CONCLUSIONES
Es posible diferenciar dos sentidos, uno estricto y otro amplio, del concepto de Dere-
cho Administrativo sancionatorio. El derecho contravencional de la libre competen-
cia, de acuerdo con su régimen bajo el ordenamiento jurídico chileno, cuenta como
instancia de Derecho Administrativo sancionatorio en sentido amplio.
Los estándares mínimos de control de la potestad sancionatoria aplicables a las
distintas variantes de derecho sancionatorio han de encontrarse intrínsecamente aso-
ciados a una noción funcional de sanción. La función especíicamente distintiva de una
sanción en sentido estricto consiste en la reairmación de la pretensión de validez del
derecho ante su quebrantamiento. Esto posibilita identiicar un conjunto de garantías
que han de ser aplicables por estar en juego el ejercicio de potestades sancionatorias.
Que el principio ne bis in ídem forme parte de ese conjunto de garantías no
alcanza a prejuzgar, sin embargo, cuál haya de ser su coniguración especíica en el
ámbito regulativo del cual se trate.
En el Derecho Penal de inluencia europeo-continental, el principio ne bis in
ídem es entendido como la conjunción de un estándar de adjudicación (al modo de
una prohibición de punición múltiple) y un estándar de clausura procesal (al modo de
una prohibición de juzgamiento múltiple). El alcance del principio se encuentra cir-
cunscrito, prima facie, al ámbito correspondiente a la respectiva jurisdicción estatal.
En el ámbito del Derecho Penal de los E.E.U.U. de Norteamérica, ambas
dimensiones del principio se encuentras expresadas en la cláusula de la “doble expo-
sición” de la Quinta Enmienda de la Constitución federal. A este respecto, destacan
tanto la controversia en torno a la interpretación de la expresión “un mismo delito”
como la restricción del alcance de la cláusula que se sigue de la así llamada “doctrina
de la soberanía dual”.
Es en todo caso imprescindible diferenciar los contextos en que puede llegar
a activarse la aplicación del principio ne bis in ídem, dado que el respectivo contexto
determina el alcance especíico que exhibe el principio. A este respecto, es posi-
ble diferenciar dos contextos básicos: el contexto interjurisdiccional (deinido por el
ejercicio concurrente de pretensiones sancionatorias por parte de órganos de dos o
más Estados) y el contexto intra jurisdiccional (deinido por el ejercicio concurrente
de pretensiones sancionatorias por parte de órganos de un mismo Estado). Al interior
de este último, cabe diferenciar, a su vez, dos subcontextos: el (sub)contexto inter-
procesal (deinido por la concurrencia de pretensiones sancionatorias entabladas en
procesos distintos) y el (sub) contexto intraprocesal (deinido por la concurrencia de
pretensiones sancionatorias entabladas en un mismo proceso).
En el marco del Derecho Penal chileno, es imprescindible diferenciar los va-
rios sentidos atribuibles a la expresión “un mismo hecho”, tal como ésta aparece en
la formulación del principio ne bis in ídem. Así, cabe reconocer un concepto procesal
de hecho, por oposición al concepto de hecho propio del Derecho Penal sustantivo,
siendo. A la vez, dentro del ámbito del derecho propio del penal sustantivo es posi-
ble distinguir entre un concepto de “hecho delictivo” y un concepto de “unidad de
hecho”; la relevancia de este último concepto se circunscribe a la aplicación de las
526 REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE LA LIBRE COMPETENCIA