Convivencia en El Tránsito
Convivencia en El Tránsito
Convivencia en El Tránsito
Una buena relación con las normas implica, necesariamente, una buena
relación con quienes conviven con nosotros.
La gran relevancia de las reglas reside en que éstas indican cuáles son los
cursos de acción a tomar.
El tránsito sería caótico -además de peligroso- si los vehículos y los peatones
circulasen por los mismos lugares, o bien si tanto unos como otros pudiesen
realizar cualquier maniobra en cualquier lugar.
Las normas son conocidas por la mayoría de los ciudadanos.
Por ejemplo, es sabido por el común de la población cual es el cartel (señal)
que indica permiso para estacionar. Del mismo modo, un cartel en la ruta,
con el número 60 refiere a la velocidad y permite comprender que la máxima
de 60 km. Estos signos, que se incorporan como una representación
universal, son cotidianamente modificados.
Es decir, se cambian los signos por símbolos. “Ha sido cambiado su sentido
primario de solidez interpretativa por un sentido ambiguo y cuasi personal,
caprichoso a las circunstancias, al lugar y al momento de tener que
reflexionar sobre cómo actuar ante un marco legal pre establecido”. (Pablo
Wright: 2014)
Libertad de circular
Como todas las libertades, la de circular puede ser pensada desde dos
perspectivas diferentes entre sí, que no sólo implican una serie de
consecuencias al momento de actuar, sino que además nos dicen mucho
acerca de cómo nos pensamos a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Lo más habitual es pensar la libertad como todo aquello que una persona
puede hacer sin que alguien o algo se lo impidan; esto es, la libertad como
ausencia de obstáculos. De esta comprensión de la libertad proviene la idea
según la cual la libertad de alguien termina donde empieza la de otro.
Si bien esto puede parecer razonable a primera vista, encierra una serie de
problemas.
Primero, presupone que nuestra libertad es, en principio, infinita; que si el
resto del mundo no existiera, seríamos completamente libres.
Segundo, nos lleva a pensar que todo aquello que se interponga entre
nuestra voluntad y nuestros objetivos es un obstáculo o un problema.