Angela K. West - Esposa Por Correspondencia 06 - Novia Dorada
Angela K. West - Esposa Por Correspondencia 06 - Novia Dorada
Angela K. West - Esposa Por Correspondencia 06 - Novia Dorada
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Nova Dorada
De: Angela K. West
Soft Kiss Books
Tabla de Contenidos
Novia Dorada
Novia Dorada
Antoinette Hughes se enfrentaba a capas y más capas de tul y encaje mientras ayudaba a su
La madre de la joven daba vueltas alrededor de su hija menor y hacía un alboroto al ver las
capas de material. Antoinette se sentó a esperar hasta que tuviera que ayudarle a su hermana menor a
quitarse el complicado vestido. Observó a la costurera poner alfileres aquí y allá mientras entallaba
Adalyn se veía preciosa. Tanto Adalyn como Celeste, la hermana de en medio, habían sido
bendecidas con la perfecta figura de muñeca de porcelana de su madre. Sin embargo, Antoinette había
Antoinette miró los delicados vestidos en la tienda. Oh, cómo había soñado el ponerse un
vestido como esos. Todos habían esperado que ella se casara primero, siendo la hija mayor.
Simplemente así era como las cosas deberían de ser. Pero una vez más se sentaba en la misma tienda
“No te preocupes querida, ya llegará tu día,” le dijo la costurera a Antoinette mientras buscaba
Ya casi anochecía para cuando Antoinette, Adalyn y su madre regresaron a casa en el lado este
de la ciudad de Nueva York, y Antoinette estaba exhausta. Subió a su habitación y se dejó caer en la
cama. ¡Vaya, qué día! Estoy feliz por Adalyn, ¿pero cuándo me tocará a mí? Metió la mano bajo la
almohada y sacó un anuncio que ella había escrito esa mañana. ¿Una esposa por correspondencia?
¿En esto se había convertido el hallar el amor? Supuso que esta era una manera de asegurarse de
encontrar a un hombre que estuviera buscando a una esposa. Y tal vez… tal vez finalmente podría
encontrar a alguien que la amara como era en vez de comparándola con sus hermanas. Se dirigió a
las escaleras con un suspiro para ver si sus padres seguían despiertos. Todavía se miraba algo de luz
en la planta baja. Empezó a bajar las escaleras con anuncio en mano.
“¿Antoinette?” dijo su padre al verla desde la sala de estar. Su cabello gris oscuro lo hacía
verse más joven de lo que era y Antoinette se recordó a sí misma que, si se iba, también lo dejaría a
él. “Pasa.”
“Sí, padre.” Entró en silencio a la habitación en la que sus padres conversaban.
“¿Te sucede algo? Casi siempre ya estás dormida a esta hora.” Sus grandes ojos castaños
mostraban preocupación.
A ella se le aceleró el corazón. Este era el primer paso para perseguir su sueño. “Bueno, la
“Yo… eh…” No podía hallar las primeras palabras para iniciar la conversación que había
estado evitando por días. “He estado pensando mucho acerca del matrimonio. Me siento muy feliz
por Adalyn, y creo que ha llegado el momento de que empiece a buscar matrimonio yo también.”
“¿Buscar?” La madre de Antoinette arrugó su pequeña nariz. “¿A qué te refieres?”
“He decidido enlistarme como esposa por correspondencia.” Antoinette aguantó la respiración
me gusta la idea.”
“Lamento escuchar eso, padre, pero ya he tomado una decisión. No puedo soportar la idea de
quedarme sentada más tiempo esperando a que un hombre me ponga atención,” insistió ella. “Estoy
“Tod Graham venía aquí porque estaba interesado en Celeste,” replicó Antoinette.
“Tal vez. Pero Celeste ya está casada, y he escuchado que el Sr. Graham sigue disponible.”
“No gracias, padre, no estoy interesada en ser la segunda opción de nadie. Además, tú sabes
que la vida aquí en la ciudad siempre me ha aburrido. Quiero aventura y emoción. La fiebre del oro,
“No puedo pretender entender tu elección, Antoinette,” dijo su padre mientras su madre lo
apoyaba asintiendo con la cabeza. “No puedo entender por qué querrías dejar la vida fácil que les he
dado a ti y a tus hermanas y por la que he trabajado tanto. Pero ya eres una mujer adulta, y no sería
apropiado que yo tratara de detenerte. Pero por favor considera mi oferta, ¿está bien?”
Antoinette regresó a su habitación. Eso no fue tan bien como esperaba, ¿pero qué más podría
desear? Supongo que esto realmente fue una sorpresa para ellos. Al menos no me prohibió que
continuara con mis planes, pensaba ella mientras se subía de nuevo a la cama. Publicaré mi anuncio
en la mañana.
Oh, Maddie, cuánto te extraño. Tyler suspiró mientras pasaba sus dedos sobre una fotografía
de su bella y joven prometida. Se sentó sobre la cama en el hotel de su padre. La vieja fotografía no
alcanzaba a mostrar lo mucho que ella había amado la vida. Le faltaba el resplandor de luz de su
cabello castaño oscuro y la forma en que sus ojos brillaban con entusiasmo. No, no estaba allí, pero
Tyler todavía podía verlo. Un llamado en la puerta lo regresó a la realidad de la que trataba de
escapar.
“Oye, Ty,” dijo Mac, su mejor amigo, asomando su cabeza por la puerta y sin esperar a que él
la abriera.
“Tú padre dijo que estabas aquí arriba. Esperaba que pudieras ayudarme con mis tareas de hoy.
Tengo que transportar una gran carga hasta el rancho Harrison.”
“Está bien, supongo.”
“Ty,” dijo Mac sentándose junto a su amigo, “Sé que es difícil. Sé que la extrañas, pero solo
“Lo sé.”
“El cólera toma víctimas de todas las edades. Una vida acortada nunca es justa, sin importar la
edad.”
padre hace tres meses y apenas si has salido de esta habitación del hotel. No puedes esconderte aquí
para siempre.”
“Todavía no estoy listo para seguir adelante, Mac. Creo que un día lo estaré… supongo.”
“Sí, pero no puedes simplemente dejar de vivir. Tienes que salir de esta habitación, ir a la
ciudad, hacer algo… lo que sea. Es lo único que te ayudará a aliviar el dolor,” insistió Mac.
“Supongo que sí,” dijo Ty con otro suspiro.
“Bien, puedes empezar ayudándome a llevar esta carga de madera hasta el rancho del Sr.
Harrison. También quiere que la descarguemos, así que será mejor que te cambies de ropa. Te
esperaré en el vestíbulo.”
Ty asintió a regañadientes y Mac bajó las escaleras.
***
En el vestíbulo, Mac hojeaba un catálogo mientras esperaba a su amigo. Las páginas llenas de
vajillas y equipo básico de granja lo aburrían, pero algo en la penúltima página llamó su atención.
¿Anuncios matrimoniales? Me pregunto… miró hacia el vestíbulo para asegurarse de que Ty todavía
no había llegado. ¿Qué haría Ty si mando pedir una esposa para él? Sé que dice no estar listo… pero
tal vez una nueva mujer en su vida lo ayudará a seguir adelante. Mmmm…
Examinó los anuncios. Todos ofrecían tan poca información que sería difícil escoger una
buena pareja. Señorita Antoinette Hughes, tú pareces ser buena para Ty. Mac encontró un bloc de
notas en el escritorio de recepción y escribió una respuesta. Justo cuando terminó, Ty apareció en las
escaleras, todavía con apariencia triste pero vestido adecuadamente para el trabajo.
“¿Estás listo?” le preguntó Mac.
“Excelente.” Mac dobló discretamente la carta y la metió en su bolsillo. “Solo necesito hacer
***
Pasaron las semanas y Antoinette se había cansado de revisar el correo todas las tardes. Con
cada día que pasaba, su preocupación aumentaba. ¿Sería posible? De todos los hombres disponibles en
el oeste… ¿ninguno me quiere? El día de hoy ni siquiera se había molestado en revisar el correo
pero, para su sorpresa, su padre entró en la sala de estar con un sobre en la mano.
“Es de un Sr. Tyler Miller. Ha elegido mi anuncio… quiere que viaje hasta Colorado lo antes
posible,” dijo ella con el corazón acelerado.
“Todavía tienes tiempo para aceptar mi oferta, Antoinette. No tienes que continuar con esto,”
dijo su padre.
“Gracias padre, pero quiero hacerlo. No estoy interesada en el Sr. Graham. Ya he empacado
propia entre personas que la verían por quien ella era en vez de comparándola con la imagen de sus
bellas hermanas. A pesar de que le rogaron que se quedara, Antoinette les dio un abrazo y se subió al
tren.
Encontró su asiento y respiró profundo tratando de calmar sus nervios. Pronto el tren empezó
a moverse y la pequeña plataforma desapareció de la vista. Finalmente, suspiró con alivio, estoy en
camino.
No pasó mucho tiempo para que los pensamientos de nostalgia fueran reemplazados por los
bellos paisajes que veía por la ventana. Los siguientes días pasaron con rapidez mientras el tren
avanzaba con buena velocidad por el campo. Pasaron días y noches y, aunque había empezado su
viaje con entusiasmo, Antoinette no pudo sentirse más aliviada al escuchar que anunciaban su
estación de destino. El tren entonces se detuvo delante de una plataforma desierta y pronto Antoinette
No había nadie esperándola a ella. Su corazón empezó a acelerarse al darse cuenta de que la
persona que esperaba ver no estaba ahí para recibirla. ¿Y si se había arrepentido? se preguntó llena
de pánico. No, cálmate, no llegues a conclusiones apresuradas. Se esforzó por cargar su pesado
equipaje y empezó a caminar hacia el pequeño pueblo. Cuando llegó hasta el primer edificio, se dio
cuenta de que era una tienda y entró.
“¿Discúlpeme, señor?” le dijo al encargado. “¿Sabe en dónde puedo encontrar al Sr. Tyler
Miller?”
Las cejas del encargado se levantaron mientras su mirada iba desde su sombrero que contenía
su cabello, bajando por su abrigo de viaje y hasta sus finas botas, y subiendo de nuevo. Antoinette se
sintió incómoda con tanto silencio.
“Sí, señora. Lo puede encontrar en el hotel del otro lado de la calle. Está a unos cuantos
edificios de distancia, pero es fácil de llegar.”
“Se lo agradezco mucho.”
Sonrió y volvió a tomar su equipaje con prontitud. Mientras avanzaba por la calle, trató de
examinar los alrededores. La calle estaba casi vacía aparte de algunos hombres dispersados que no
dejaban de verla. Supongo que me veo un poco fuera de lugar, pensó mientras sus nervios se elevaban
hasta los cielos.
Una vez que llegó al hotel, bajó su equipaje en el vestíbulo. No había nadie en la recepción, así
que se sentó para descansar un poco y esperar. El hotel era pequeño, mucho más pequeño que el hotel
en el que se quedaban los familiares de su madre cuando iban a visitarlos a la ciudad de Nueva York
desde Francia. Al vestíbulo realmente le habría venido bien un toque femenino, aunque
probablemente este no era un lugar en el que se hospedaban muchas mujeres. El letrero en recepción
con las tarifas por noche en realidad parecía favorecer a los mineros que venían al pueblo en busca
de fortuna. Me pregunto cómo es el Sr. Miller, pensaba mientras examinaba la habitación. ¿Se trataba
de un minero que estaba solo de pasada? Antoinette se arrepintió de haberse puesto su mejor vestido
para conocerlo, pues él tal vez pensaría que a ella no le gustaba levantar ni un solo dedo para trabajar.
¿En qué estaba pensando? ¡Debió haberse puesto algo más práctico!
Pero entonces sus pensamientos fueron interrumpidos por un hombre joven que entraba en el
vestíbulo desde la calle. Antoinette se puso de pie. La mirada de sorpresa en el rostro del hombre
confirmó sus sospechas de que las mujeres eran escasas en este lugar.
Mac subió las escaleras hacia la habitación de Ty. Ty entendería y perdonaría a Mac por lo que
había hecho a sus espaldas, o Ty… no lo haría. De cualquier modo, Mac no había pensado en los
sentimientos de la señorita Hughes, y ahora se sentía apenado.
Ty levantó la mirada al ver que Mac abría y cerraba la puerta con fuerza. “Oye, Mac. ¿Por qué
la prisa?”
“Bueno, es que hay alguien esperando abajo y tengo algo que decirte.”
“¿No está mi padre en el vestíbulo? Él se puede encargar de los clientes.”
“Su nombre es Antoinette Hughes, y”—Mac respiró profundo—“yo la mandé llamar… para
ti.”
que las cosas han sido muy duras para ti, pero pensé que ella podría ayudarte a, tú sabes, a superarlo.”
“No quiero superarlo. ¡Y no quiero una esposa!”
“Lo entiendo, pero al menos podrías darle una oportunidad. Conócela. No tienes que casarte
con ella de inmediato. Es mi culpa y no de ella. Ella piensa que tú le pediste que viniera. Por favor,
nos espera, y sin duda está nerviosa.” Mac señaló hacia la puerta.
“Tú adelántate, yo bajaré en un minuto,” respondió Ty.
Preocupado por la señorita Hughes y tratando de proteger sus sentimientos, Mac dejó la
quería a otra mujer. Ahora Ty tendría que bajar y decirle a esta mujer que había viajado para nada. Ty
esperaba sola. ¡Cobarde! Ahora tendré que explicar todo esto yo solo.
Respiró profundo tratando de decidir cómo manejar la situación. Solo le diría la verdad; ella
Entró en el vestíbulo y saludó a la joven mujer. Su cabello era de color dorado profundo y sus
ojos cafés claros. Le pareció que era bonita y que tenía buena figura, pero sintió una punzada de
culpa por fijarse en su apariencia y figura; le estaba siendo infiel a Maddie.
“Hola,” dijo él, obligándose a cambiar de pensamientos. “¿La señorita Hughes, supongo?”
qué esperar.” Ella siguió hablando. “Entiendo que me mandaste llamar porque estás buscando una
esposa. ¿Es tu plan el casarte de inmediato o pensabas tener un noviazgo primero?”
cuando se había presentado, pero ahora se dio cuenta de que estaba siendo frío e inabordable para
con ella.
“Muy bien,” dijo ella en voz baja.
“Este hotel pertenece a mi padre,” dijo él. “No será un problema el preparar una habitación
para ti. Bueno… nos tomaremos un tiempo para conocernos mejor.”
Antoinette asintió tratando de esconder su decepción. A pesar de no querer que se quedara, el
cerrar la puerta, se detuvo en el pasillo por un momento. ¡Tonto! ¿Por qué no le dijiste la verdad?
Ahora solo te será más difícil el darle la noticia después. Sé que no es su culpa, pero al final tendrá
que irse.
***
Antoinette se sentó en la cama. Los nervios que había sentido toda la mañana empezaron a caer
sobre ella. Todo estará bien, trató de consolarse. Tal vez yo no sea lo que estaba esperando, pero le
dormida.
cabello dorado. Al abrir la puerta se encontró con un caballero mucho mayor que ella. “Buen día,
señor,” dijo sonriendo.
“El placer es mío, señorita. Si ya has descansado de tu viaje, la cena está servida en la planta
baja. Si estás lista, puedo acompañarte.”
“Gracias,” dijo ella sonriendo. Siguió al Sr. Miller. Cuando llegaron al comedor, se dio cuenta
“Ya veo.” Recordó la forma fría en que él la había tratado esa tarde y se esforzó por no llorar.
Es verdad que no me quiere. ¿Es que ni siquiera me dará una oportunidad?
El Sr. Miller esperó hasta que ella se sentó en la mesa y después se sentó del otro lado. Se sentía
completamente decepcionada. Había venido hasta aquí en busca de un esposo. Quería un compañero y
una familia, y tal vez un poco de aventura. No sabía si podría realizar el viaje de vuelta a Nueva York
y si soportaría decirles a sus padres que había fracasado, que ni siquiera allá era deseada.
Antes de tomar su tenedor, Antoinette dijo, “Espero no ser imprudente pero, ¿hice algo malo?”
“¿Malo?” preguntó el Sr. Miller pareciendo un poco sorprendido. “No, claro que no. Es solo
“Lamento escuchar eso, pero es que él me mandó llamar. Al parecer no me quiere aquí. ¿Es
tiempo para arreglar algunas cosas. Por favor, sé paciente con él.”
“Entiendo,” respondió ella cortésmente, pero en su interior gritaba. ¿Paciente? Acabo de dejar
toda mi vida atrás para venir a casarme con él, ¿y ahora se supone que debo ser paciente para que él
decida si me quiere o no? ¡No lo puedo creer!
“Mientras tanto,” continuó su anfitrión, “hay muchas cosas qué hacer en el hotel. Cuando Ty se
mudó aquí hace algunos meses, fue con el propósito de que me ayudara a manejar el lugar. Sus
trabajos también serán tuyos. No tenemos los recursos para contratar sirvientes, así que nosotros
mismos nos encargamos de la limpieza y la cocina. Te escribiré una lista de tareas en la mañana. Te
esperaré en la planta baja a las cinco en punto. Te mostraré en dónde están las cosas en la cocina y
después tendremos que servir el desayuno a las seis y media.”
“Sí, por supuesto, señor,” dijo ella tratando de sonar agradable y placentera.
Pasaron el resto de la comida en silencio, lo que fue un alivio para Antoinette. De todos modos,
estaba muy perdida en sus pensamientos como para enfocarse en una conversación.
***
Muy temprano por la mañana, Antoinette se reportó en la cocina. Ahí encontró al padre de
Tyler esperándola. “Es bueno saber que eres puntual,” dijo él con una sonrisa. “Todo aquí es muy
sencillo de encontrar. Hay un menú colocado sobre el lavadero, que espero se siga con exactitud. Por
favor ten en cuenta que actualmente tenemos a veintiocho huéspedes. Ese es el número de comidas
que tenemos que preparar esta mañana. Tu deber será revisar el registro en recepción antes de cada
“Él bajará en un rato más,” le aseguró él. “Le he pedido que te explique el resto de tus deberes
El Sr. Miller salió de la cocina y Antoinette se puso a trabajar. Nunca había tendido que
preparar una comida para tantas personas antes, pero estaba determinada a hacerlo bien. Les probaré
Las tareas matutinas mantuvieron a Antoinette muy ocupada. Después de terminar el desayuno
y lavar los platos, se sentó después de horas de trabajo. Los huéspedes del hotel ya habían salido a sus
trabajos y el comedor estaba en completo silencio. Con una mañana tan ocupada, Antoinette había
tenido poco tiempo para pensar en Tyler, pero ahora que tenía un momento para descansar, sus
nervios aparecieron de nuevo. Antes de que pudiera pensar en lo que quería decirle, Tyler entró al
comedor.
“Buenos días, Sr. Miller,” dijo Antoinette poniéndose de pie. Tomó un momento para mirar a
su prometido, ya que casi no había tenido la oportunidad de echarle un vistazo ayer antes de que la
mandara a su habitación. Él no era lo que ella se había estado imaginando. De hecho, no se parecía en
nada a un minero. Se miraba limpio, bien vestido, y hablaba con educación. También era un hombre
muy apuesto, con su cabello rubio bien acomodado y el rostro finamente afeitado. Su corazón
empezó a latir más fuerte.
“Buenos días. Por favor, siéntate,” dijo él señalando hacia una silla y sentándose él mismo
cerca de ella. “Mi padre me dijo que ya te ha explicado los trabajos de la cocina, pero me ha pedido
“El hotel tiene cuarenta habitaciones y veintiocho están ocupadas. Cada cuarto ocupado tiene
que recibir sábanas limpias cada dos días a menos que un huésped se haya ido, en cuyo caso la
habitación será limpiada inmediatamente. Los utensilios de cocina…”
Sus ojos verdes eran suaves y acogedores, y su cabello rubio estaba bien acomodado hacia un lado.
Su corazón se elevó un poco y después se desplomó. ¿Por qué estás tan distante? Apenas si sabes de
“¿Qué sucede?”
“El día de ayer no fue muy bien, y me disculpo si hice algo que te ofendió. En tu carta dijiste
que buscabas a una mujer con la cual compartir tu vida, pero ahora no pareces muy seguro de eso.
Estaré feliz de trabajar aquí en el hotel, siempre y cuando tu estés seguro de querer que me quede.”
Tyler pausó.
Empezó a hablar pero se detuvo. Sacó un pañuelo de su bolsillo y se secó la frente.
“Señorita Hughes,” dijo finalmente, “no es nada en contra de ti. Es solo que estoy en el proceso
de arreglar algunas cosas. Sigamos con el arreglo tal y como está y veamos cómo progresan las
cosas.”
Antoinette ahora tenía un nudo tan grande en la garganta que no pudo vocalizar su respuesta. Se
esforzó por contener las lágrimas y simplemente asintió con la cabeza. Tan pronto como Tyler salió
de la habitación, las lágrimas empezaron a salir. Se inclinó sobre su regazo con la cabeza en las
manos para esconder su rostro. Mientras miraba hacia el suelo, alcanzó a ver una tarjeta blanca por
entre sus ojos borrosos y llenos de lágrimas. Al levantarla, su estómago dio un giro. Era una
fotografía de una mujer joven y hermosa. Se le debió haber caído a Tyler. Así que ese es el
problema… ¡está enamorado de alguien más! ¿Por qué me mandaría llamar si no es a mí a quien
No pudo contenerse más. Dejando la fotografía en la mesa, corrió hacia su habitación en donde
podría llorar en privado.
¿Qué es lo que se supone que haga ahora? No tengo los recursos para regresar a casa y, además, allá
ya no hay nada para mí. Supongo que tendré que crear una nueva vida sola aquí. Esto no es para nada
Durante los siguientes días y semanas, Antoinette se acostumbró más a su nueva vida. Aunque
las cosas no habían ido muy bien al principio, rápidamente aprendió a manejar sus deberes. Era
obvio que Tyler no tenía idea de lo mucho que la había herido al distanciarse de ella de la manera
como lo había hecho. Pero a pesar de esto, Antoinette se resolvió a no dejar que su corazón se
rompiera más de lo que ya lo había hecho, y simplemente mantuvo tanta distancia de Ty como pudo.
***
Por supuesto, era necesario trabajar juntos hasta cierto grado, y Tyler empezó a disfrutar esto.
Pronto se dio cuenta de que Antoinette le daba cierto calor al hotel que le había estado faltando antes.
De cierto modo, el estar junto a ella aliviaba su penar, y ella le hacía sentir algo en su interior que le
hizo recobrar la esperanza. Ty peleaba con la culpa al pensar en Maddie y temía traicionar su
memoria de alguna forma, pero no podía negar que sus sentimientos crecían por Antoinette.
Ocasionalmente insistía en supervisarla al hacer sus tareas tan solo para pasar más tiempo con ella.
Cierto día, Tyler se sentó a revisar el registro del inventario mientras Antoinette revisaba los
gastos del hotel también. Sin embargo, aunque lo intentaba, no podía concentrarse en el registro. Sus
pensamientos seguían yendo hacia Antoinette y a la forma en que se habían conocido. Estaba tan
absorto en sus pensamientos que ni siquiera notó que su padre había entrado en la habitación.
ensimismamiento.
“Se ha ajustado al negocio hotelero muy bien,” dijo él, dándole a su padre el registro del
inventario. “Parece que ha logrado facilitar la adquisición de los suministros. Hemos tenido menos
pérdidas en la cocina y parece que ha llegado a un arreglo con el rancho Harrison en relación a la
trabajado duro para ajustarse a una nueva vida aquí. No quiero ser imprudente, pero ella llegará a ser
una buena esposa para un hombre algún día. No me gustaría verte perder tu oportunidad con ella. Sé
que amabas a Maddie, pero no puedes ser miserable por el resto de tu vida. Maddie no habría querido
a vivir de nuevo. He visto la forma en que observas a la señorita Hughes. Es obvio que tienes
sentimientos por la muchacha. ¿Qué es lo que estás esperando? Oh, ya he dicho suficiente. Piénsalo.”
por la puerta y vio que ella lavaba un plato mientras le daba la espalda. Había pasado mucho tiempo
desde que había escuchado a una mujer cantar, y Antoinette tenía una voz encantadora. Mientras la
observaba en silencio, no pudo evitar notar sus curvas femeninas. Se acentuaban incluso más con el
delantal atado en su cintura. Su cabello dorado estaba recogido hacia atrás y algunos mechones
enmarcaban su rostro; se imaginó cómo le acariciaban las mejillas y la parte trasera de la nuca. Su
corazón saltó un poco. No había duda de que ella avivaba algo dentro de él que creía había perdido
para siempre. ¿Qué estoy haciendo? ¡Tengo a una mujer hermosa, amable y trabajadora que vino
hasta aquí solo para casarse conmigo! Sí, Maddie siempre tendrá una parte de mi corazón, pero eso
no significa que no puedo amar de nuevo. ¿Por qué me estoy torturando de esta manera?
Entonces, Antoinette se dio la vuelta y vio que la observaba por entre la puerta medio abierta.
cabalgar?”
“Gracias, Sr. Miller, pero todavía tengo mucho trabajo que hacer.”
“No, no es necesario.”
Él no pudo estarse imaginando ese gesto en su rostro que mostraba emoción. La había
lastimado, y mucho.
“Por favor, sé que no tuvimos un buen comienzo,” dijo él tomándola del brazo antes de que
pudiera irse, “y por eso estoy muy arrepentido, pero las cosas han ido mucho mejor últimamente.
¿Puedes darme otra oportunidad? Si tan solo te das el tiempo de conocerme, creo que verás que no
querías. La única razón por la que sigo aquí es que no tengo a dónde ir. Ahora, si no te importa, tengo
trabajo que hacer.”
“Pero sí te quiero,” insistió él.
Antoinette dudó, como tomada por sorpresa por la confesión. “¿Por qué?” preguntó ella
recobrando la compostura. “¿Porque no puedes tener a la mujer que en realidad quieres? Vine aquí
lista para casarme contigo y, en vez de eso, me alejaste. ¡Estoy cansada de siempre ser la segunda
opción!”
Antoinette se quitó el brazo de encima y dejó a Ty solo en la cocina. Si tan solo le hubieras
dicho la verdad desde el principio, no estarías en este lío, pensó dentro de sí. Él había pensado que
nunca más llegaría a querer a alguien, pero ahora ahí estaba, de nuevo penando por una mujer que no
podía tener.
Era obvio que Antoinette no estaba de humor para hablar del asunto por el momento, así que en
vez de perseguirla, fue a dar un paseo él solo. Una hora de relajación y aire fresco ayudaron a que Ty
aclarara su mente. Tal vez Antoinette no querría escucharlo, pero tendría que explicarle todas las
***
Antoinette estaba limpiando los cuartos superiores cuando Tyler regresó. Al mirar más allá de
su reflejo por el vidrio recién limpiado de la ventana, vio a Ty en los establos detrás del hotel.
Lentamente se dejó perderse al verlo desensillar a su caballo. Atendía a su caballo con manos gentiles
y bien entrenadas. Por un breve momento, regresó el mismo latir de corazón del día en que se habían
conocido. Si tan solo hubieras sabido lo mucho que te quería, le dijo ella en su mente, lo mucho que
quería ser tu esposa. Por años había soñado con el momento en el que conocería al hombre con el que
me casaría. Pensé que mi sueño se había cumplido al conocerte.
Justo entonces, Ty miró hacia arriba y Antoinette se quitó de la ventana al no querer ser vista.
Se dirigió a la siguiente habitación y empezó a limpiar allí. Al terminar de cambiar las sábanas, se
Ella dudó, pero entonces bajó sus utensilios para escucharlo. Ella quería con desesperación
dejarlo entrar en su corazón, pero también se estaba protegiendo a sí misma de recibir más daños. No
estaba segura si podría emocionarse de nuevo por él o por cualquier otro hombre otra vez.
“Gracias,” dijo él. “Lamento haberte lastimado el día en que llegaste. Tienes razón, yo estaba
pensando en alguien más, pero no es lo que crees. La mujer de la fotografía que probablemente viste
es...”
Pero entonces, un agudo grito hizo que Antoinette sintiera un escalofrío en todo su cuerpo. Ty
corrió hacia la ventana, pero la ventana de la habitación en la que estaban solo daba a los establos. En
la distancia se escuchó un disparo seguido de gritos que venían de la calle.
***
Ty le indicó a Antoinette que se quedara ahí y corrió hacia una ventana que diera hacia la calle.
La escena que vio lo dejó congelado. ¡Es un ataque! ¡Estamos bajo ataque! Obligó a sus piernas
entumecidas a moverse y corrió por el pasillo.
la habitación.
“¿De qué se trata? ¿Qué está pasando?” rogó Antoinette mientras se agachaba dentro de un
Ty tomó el resto de las sábanas que Antoinette había lavado y las llevó con ellos hasta el
armario. Las acomodó encima de ellos para que ellos pudieran ver a cualquiera que entrara en la
“¿Qué?”
“Los guerreros Ute. Desde que los mineros empezaron a formar asentamientos aquí en los
últimos dos años, los Ute han invadido y saqueado los asentamientos tratando de recuperar sus
tierras.”
“¿Qué es lo que vamos a hacer?” dijo ella con miedo en su voz y acercándose más a él.
“No lo lograremos si salimos hacia la calle. Son guerreros entrenados. Nuestra mejor opción
las pistolas.
“¿Alguna vez has disparado una pistola?
“No,” dijo ella tragando saliva.
“Esperemos que no tengas que hacerlo, pero te mostraré qué hacer. Tenemos que avisarle a la
de ella, la envolvió con sus brazos. “Todo va a estar bien,” susurró él mientras ella le regresaba el
abrazo. Se sintió maravilloso el poder abrazarla, aunque solo fuera por un momento. “Antoinette, no
puedo quedarme aquí. Tengo que ir a encontrar a mi padre. Quédate aquí hasta que regrese.”
“No puedo dejar que mi padre pelee solo. Si logran entrar en el hotel estaremos muy superados
Él asintió y se quedó mirándola por un momento a los ojos. Nunca antes había visto tal
preocupación en sus ojos. Ella había estado muy distante desde su conversación en el comedor de
hacía varias semanas. Lo que él más deseaba era quedarse con ella y abrazarla hasta que la batalla
hubiera terminado, pero sabía que debía pelear para poder protegerla. Le apretó la mano
Antoinette se hizo más hacia atrás en el armario, escondiéndose detrás del montón de sábanas
que Tyler había puesto sobre ella. En la mano sentía el frío metal de la pistola que él le había dado.
Nunca antes había sostenido una pistola, y tan solo la idea de tener que usarla hacía que el estómago
se le volviera un nudo. Aguantó la respiración tratando de escuchar algún sonido, cualquier
mano a mano. Nos superan por mucho en número. Nuestra única esperanza es la caballería, pero
dudo que alguien haya logrado escapar para alertarlos. ¿Dónde está Antoinette?”
“Escondida arriba. Es solo cuestión de tiempo antes de que terminen con la tienda. No podemos
quedarnos sentados esperando a que vengan. Debemos encontrar algún punto de ventaja,” insistió Ty.
“¿Pero qué ventaja tenemos? La mayoría de los huéspedes salieron y no es probable que
regresen con los Ute bloqueando las calles. Eso nos deja a ti, a mí y a la señorita Hughes para
proteger el hotel por todos lados. Incluso si logramos engañarlos haciéndoles pensar que hay más
personas aquí que ellos, eso no nos ayudará mucho si deciden prenderle fuego al lugar.”
“Pues si las traían o no, ahora las tienen. La tienda estaba llena de ellas.”
***
había dejado. Sin embargo, muy pronto el rechinido de una ventana abriéndose rompió el silencio e
hizo que se le acelerara el corazón. Se agachó incuso más y jaló las sábanas encima de ella dejando
tan solo una rendija por la que alcanzaba a ver hacia afuera. Después vio una sombra que pasaba por
enfrente del armario mientras una persona entraba por la ventana. Primero fue una sombra, después
escucharían de todas formas. ¿Qué puedo hacer? Si les disparo, dudo que pueda matar a los tres antes
de que ellos me maten a mí. ¿Cuántos más habrá en el edificio? ¡Tengo que avisarle a Ty antes de que
sea emboscado! Estos hombres verdaderamente eran cazadores entrenados. Antoinette se sorprendió
por la forma tan silenciosa en que salían de la habitación. Las cortinas se movían lentamente con la
brisa que entraba por la ventana abierta.
Después de esperar algunos momentos más y al no ver a nadie más entrando en la habitación,
Antoinette salió en silencio del armario. No se miraba nadie, así que cuidadosamente fue hacia la
puerta y se asomó hacia el pasillo. Vacío. Se movían tan sigilosamente que temía que salieran de una
de las puertas en cualquier momento. ¡Piensa, Antoinette, piensa! Debe haber alguna manera de
obligarlos a revelar su posición.
Miró hacia abajo y vio que la canasta con artículos de limpieza seguía en el pasillo.
¡Amoníaco! Su mirada volvió hacia las cortinas que flotaban con la brisa entrando en la habitación.
Con esa brisa entrando por la única ventana abierta, los vapores rápidamente llenarán la planta alta.
Se ató un trapo en el rostro para poder filtrar los vapores y luego tomó la botella y mojó las cortinas
Pronto la habitación se llenó con los vapores de fuerza sofocante. La brisa llevó los vapores y
los mandó flotando por todo el pasillo. Antoinette esperó en silencio orando por que su plan
funcionara. No paso mucho tiempo antes de que pudiera escuchar tos ahogada que venía de una
habitación del otro lado del pasillo. Primero fue una tos callada, pero después fue fuerte e
incontrolable. ¡Perfecto!
Tan solo para asegurarse de que fueran escuchados al bajar las escaleras, Antoinette tomó el
resto de la botella de amoníaco y lo arrojó por el pasillo. La botella de vidrio se rompió contra la
pared derramando su contenido en el suelo. Justo cuando la botella se rompió, una flecha chocó con
en el vestíbulo, así que continuó hasta el pasillo de las habitaciones. La tos continuó, revelando la
posición de los guerreros, pero no estaban muy lejos detrás de ella. Mientras corría por el pasillo, de
repente un brazo la tomó de la cintura haciéndola entrar en una de las habitaciones mientras otro
brazo le tapaba la boca silenciando su grito. El pelear era en vano contra la fuerza de su captor, pero
al ver hacia arriba dejó de pelear. Se encontró viendo unos ojos verdes familiares.
padre?”
Antoinette le dijo en silencio que había tres hombres hasta donde ella sabía. Tyler asintió con la
cabeza y preparó su arma para pelear. Le indicó que se quedara ahí y empezó a levantarse, pero ella
lo tomó de la manga.
“No puedo quedarme aquí y dejar que nos encuentren. No tenemos ninguna oportunidad en este
espacio tan pequeño. Voy a alejarlos de ti. No te muevas hasta que veas que todo está despejado, ¿me
entiendes?”
perderé a otra.”
Pasó un momento para que Antoinette pudiera absorber lo que él acababa de decir. ¿Me ama?
La otra mujer… ¿está muerta? Oh, ¿qué es lo que he hecho?
Miró con horror como Ty salía hacia el pasillo y disparaba. El grito que le siguió a esto fue
evidencia de que había dado en el blanco, pero pronto el pasillo se llenó con el sonido de disparos y
había ido. Antoinette sintió su corazón acelerarse mientras se ponía de pie. Temía lo peor mientras se
acercaba a la puerta. Había manchas de sangre en el pasillo y había un Ute muerto. Tyler no se veía en
ninguna parte. Obligó a sus manos temblorosas a preparar el arma como Tyler le había enseñado y
Llorando por el Indio muerto mientras se preocupaba por Tyler, corrió hacia el lado de Tyler.
***
Cuando Tyler despertó, se dio cuenta de que estaba en su propia cama con una venda apretada
alrededor de su abdomen. Su cabeza palpitaba y le dolía terriblemente. Trató de sentarse, pero vio que
esto fue un error cuando la habitación inmediatamente empezó a dar vueltas. Al acostarse de nuevo,
escuchó que la puerta se abría.
“Estás despierto,” dijo Antoinette mientras ponía una bandeja en la mesita junto a la cama.
y lo mojó en la jarra de agua. Entonces procedió a limpiar un poco de sangre que le quedaba en el
brazo. Ella se enfocó en lo que hacía, pero él no dejaba de mirarla.
“No, esto no puede esperar,” él insistió, levantándose un poco. “Se trata de tu llegada aquí y de
la mujer que viste en la foto. La verdad es que… yo no te pedí que vinieras.”
“¿Qué?”
“El año pasado, mientras estaba en la escuela en San Francisco, perdí a mi prometida a causa
del cólera. Era su foto la que hallaste. Me mudé aquí para ayudar a mi padre, pero todavía no podía
olvidar los sueños rotos que me perseguían día y noche. No sabía cómo podría vivir sin ella.”
Antoinette bajó las manos y se sentó en silencio en la orilla de la cama.
“Pasó un año y yo seguía abrumado por el duelo, así que Mac quiso ayudar. Él es el que te
“No, no fue tu culpa. Tú no lo sabías. El punto es que, en ese momento, yo no creía poder amar
a alguien otra vez, pero tú cambiaste eso. Antoinette, te amo más de lo que había pensado era posible.
Por favor, no dejes que nuestro áspero inicio nos prevenga de estar juntos. Quiero casarme
contigo… si tú me aceptas.”
“¡Oh, Ty! En verdad te amo. Te he amado desde el momento en que te conocí. Es por eso que tu
distanciamiento me dolió tanto. Pero vine aquí para convertirme en tu esposa, y no hay nada en el
“Entonces nos casaremos lo antes posible,” dijo él, tomándola de la mano y acercándola más a
él. A pesar de sus heridas, la abrazó y le dio un suave beso, susurrando, “Te amo, mi esposa por
correspondencia.”
FIN
Una Hija en Occidente
Tillie Montero caminaba por la calle principal disfrutando del calor del sol que caía sobre su
espalda. Una brisa ligera hacia que las orillas de su vestido flotaran alrededor de sus piernas. Le
encantaba sentir el viento en su largo cabello, pero hoy lo llevaba rizado y peinado hacia atrás.
Después de todo, no había muchas personas a las quienes impresionar; muy pocos hombres
considerarían a una divorciada, pero el tener su mejor apariencia hacía que Tillie se sintiera bien.
Había terminado sus tareas matutinas en la casa de su padre rápidamente para tener tiempo de tomar
aire fresco antes del almuerzo. Nunca se había imaginado que la casa en la que había crecido y la que
había llamado hogar por veinte años pudiera sentirse tan extraña, pero así era. Los eventos de los
Cuando se había casado con su esposo, ella conocía la intención de él de tener hijos. Después
de todo, esa era una de las cosas que la habían atraído hacia él. Ella siempre había soñado en
convertirse en madre. Pero después de cuatro largos años de tratar de quedar embarazada, él la
declaró estéril y se divorció de ella. Las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos al pensar en
ese día. No estaba segura de qué era lo que le había dolido más, el ser sentenciada a una vida sin hijos
o el escuchar que tan solo su amor no era suficiente para conservar un esposo.
No, se dijo a sí misma, resistiéndose a las lágrimas, eso no me hará ningún bien. Tengo que
olvidar el pasado y seguir adelante. Las cosas no pasaron como yo las esperaba, pero aun así tendré
una familia un día. Se secó los ojos y trató de recobrar la compostura cuando vio la Sra. Barnes
saliendo de una tienda cercana.
“Me va muy bien, gracias. Tú eres justo la mujer a la que estaba buscando. Escuché que
volviste a casa recientemente y estoy buscando a una niñera para nuestros dos hijos. Seguramente
recuerdas a Amy, nuestra hija. Y ahora tenemos a un hijo pequeño también. Nació un poco después de
que te marcharas.”
“Oh, eso es maravilloso,” Tillie sonrió.
“Sí, gracias. Bueno, pues parece que tendré que empezar a trabajar pronto. Ya sabes cómo está
la economía estos días. Y quiero encontrar a alguien en quien confíe para cuidar a mis hijos. ¿Estás
interesada?”
“Sí, señora. También necesitaré encontrar trabajo pronto, y usted sabe que he trabajado con
niños por muchos años. Por el momento estoy viviendo de nuevo con mis padres, y he estado
cuidando de la casa por ellos. Permítame ver que ellos están de acuerdo y, si lo están, puedo empezar
inmediatamente.”
“¡Excelente! Estaré esperando escuchar de ti. Que tengas un buen día, querida.”
Tillie trató de disfrutar la idea de trabajar con niños otra vez, incluso si no eran suyos. Había
trabajado como niñera desde que tenía quince años. Pero parte de su corazón seguía desanimado. De
alguna manera esto ya no sería lo mismo. Una vez que una chica se ha casado y ha esperado tener
hijos propios, el cuidar a los hijos de alguien más simplemente no llena ese vacío. Tal vez un día
pueda mostrarle a un pequeño el amor de una madre, soñaba mientras seguía caminando por la calle.
Incluso si no puedo tener hijos propios, tal vez pueda encontrar a un hombre que esté dispuesto a
adoptar. O tal vez encuentre a un viudo en alguna parte que necesite a una madre para sus hijos.
“¡Periódico! ¡Lleve su periódico!” le decía un muchacho cerca de un puesto de periódicos a un
transeúnte.
Tillie al principio no le hizo caso, pero después pensó que a su padre tal vez le gustaría leer el
periódico. Dirigiéndose hacia el puesto de periódicos, vio una revista que llamó su atención. En la
portada estaba la foto de una niña pequeña. Parecía tener entre seis o siete años de edad, y tenía largo
mechones color castaño. Algo en la niña de la portada le conmovió el corazón. Tomó la revista y se
dirigió a la página que correspondía con la foto. Las palabras Se Busca Esposa por Correspondencia
llamaron su atención. Es un anuncio matrimonial… e incluye a una niña pequeña. Intrigada, decidió
llevarse la revista a casa. Después de pagarle al muchacho por la revista y el periódico, empezó a
caminar a su hogar.
***
Al regresar a casa, Tillie inmediatamente tomó la revista. La pequeña niña de la portada la
había cautivado. Dirigiéndose al anuncio que correspondía con la foto, Tillie se puso cada vez más
emocionada. El anuncio decía claramente que el padre de la niña de la portada buscaba a una mujer
que viajara hasta Nevada para cuidar de su niña de seis años. Él explicaba que no estaba listo para
casarse inmediatamente, pero sí estaba interesado en encontrar a una mujer e intentar ver si sería una
buena madre para su hija. El anunció prometía una compensación por el viaje y por el tiempo y, si su
Tillie dudó por un momento, ya que el mudarse hacia el oeste no era una idea que le hubiera
pasado por la cabeza. Pero la idea de finalmente tener la oportunidad de tener una familia… una hija;
esto la animaba. Tomó un pedazo de papel y empezó a escribir una respuesta.
Sr. Howell,
periodo de “prueba”. Siempre me han encantado los niños y desearía tener los míos; sin embargo,
al parecer no me es posible. Espero que no sea inapropiado el que yo se lo diga, pero creo que no
hay razón para esconder el hecho de que soy divorciada. Si esto no afecta mis probabilidades de
ser aceptada para el periodo de prueba, entonces estoy dispuesta a viajar a Nevada lo antes
posible. Gracias.
Saludos cordiales,
Tillie
Se apresuró hacia la oficina postal para enviar su respuesta antes del almuerzo. Con una mezcla
de emoción y nerviosismo, le entregó la carta al administrador del correo. Esta podría ser su última
inseguridad le abrumaba la mente día y noche. Finalmente una tarde Tillie llegó a casa después de
cuidar a los niños de la Sra. Barnes y encontró una carta esperándola en la mesa. Era de una tal Sr.
Daniel Howell. ¡Es él! Hizo pedazos el sobre.
Señorita Montero,
Gracias por tu respuesta. Me gustaría tener la oportunidad de saber un poco más acerca
de ti antes de que vengas a visitarnos. El anuncio explicaba mucho de mi situación, pero voy a
explicar un poco más por este medio. Tengo una niña de seis años llamada Rosette. Su madre ya
no está con nosotros, y siento que ella necesita el cariño y amor de una mujer. Seguramente
habrá situaciones en el futuro cercano que podrán ser manejadas mejor por una madre que por
mí. Rosette es una niña muy tímida, y por lo general le toma tiempo aceptar a nuevas personas en
su vida. Es por esto que me gustaría un periodo de prueba, para poder estar seguro de tomar la
mejor elección para ella. Espero pronto tener otra respuesta de ti.
Sinceramente,
Daniel
Tillie se aferró a cada palabra. Puede que sea lento al principio, ¡pero estoy segura de que
puedo hacerme amiga de Rosette! Rápidamente olvidó que se suponía debería estar preparando la
cena, y en vez de eso subió corriendo las escaleras para escribir una respuesta.
Sr. Howell,
Fue muy agradable el recibir tu respuesta. Entiendo el que quieras obtener más
información acerca de mí. Tengo veinticinco años. He estado casada una vez, pero mi esposo
recientemente se divorció de mí debido a que fui incapaz de darle hijos. Como seguramente tú
entenderás, esto me pone en una situación poco favorable para encontrar a un esposo otra vez.
Espero que esto no sea un problema para ti, ya que en realidad quiero tener la oportunidad de
amar a Rosette como una madre. Entiendo que puede tomar algo de tiempo hasta que ella se
abra conmigo, pero estoy más que dispuesta a darle todo el tiempo que necesite. Espero que
podamos llegar a algún arreglo.
Sinceramente,
Tillie
Tillie empezó a cerrar su carta dentro de un sobre, pero se detuvo un momento. Tomando otra
hoja de papel, empezó a escribir una segunda carta.
Querida Rosette,
Mi nombre es Tillie, y tu padre me ha contado muchas cosas sobre ti. Espero que estés bien
y que estés disfrutando tu vida en Nevada. ¿Qué clase de cosas te gusta hacer? Mi cosa favorita
cuando yo era una niña era jugar con mis muñecas. Espero poder conocerte pronto.
Con cariño,
Tillie
Tillie esperaba que no fuera muy inapropiado el enviarle una carta a Rosette, pero la decisión
de Daniel obviamente estaría basada en su elección. Colocó esta carta en el sobre junto con la
primera y lo cerró. La envió en el correo al día siguiente después del desayuno y entonces volvió a
esperar la respuesta.
Dos semanas después, Tillie se emocionó al ver que la respuesta ya la estaba esperando al
volver a casa después del trabajo. Para su deleite, dentro del sobre venían dos cartas. Rápidamente
leyó la carta de Rosette primero. En medio de una hoja de papel, solamente había un par de líneas
garabateadas con la letra infantil de una niña de seis años.
Papa me dijo de ti. Yo estoy bien. Me gusta jugar con mis muñecas.
Cariño,
Rosette
¡Tillie se llenó de emoción! ¡Le había respondido! Tillie entonces se dirigió con rapidez a la
carta de Daniel.
Señorita Montero,
Fue un muy buen detalle el que hayas incluido una nota para Rosette. Ella es muy tímida,
pero le alegró el ser tomada en cuenta. Si la situación te parece cómoda, estoy listo para que
vengas a visitarnos. He incluido suficiente dinero para tus gastos de viaje. Espero conocerte en
persona muy pronto.
Daniel
Tal como había leído, Tillie encontró en el sobre suficiente dinero para pagar su viaje. El
corazón de Tillie se aceleró al pensar en el viaje que estaba a punto de hacer y en la familia que
Los siguientes días pasaron volando mientras ella les explicaba la situación a sus padres y
hacía todos los preparativos necesarios. Antes de que siquiera se tomara algo de tiempo para poder
procesarlo todo, ya estaba sentada en el tren y mirando por la ventana partes del país que nunca antes
había visto. Aunque todo era muy diferente a lo que ella había experimentado, el paisaje y el estilo de
vida de su destino importaban poco para ella. Todo lo que importaba era ganarse la confianza y el
amor de esa niña pequeña que esperaba pronto pudiera llamarla ‘madre’.
***
Cuando Tillie despertó después de otra noche de viaje, se sorprendió al ver que el paisaje había
cambiado casi por completo. Los árboles y las llanuras que había visto el día anterior ahora habían
sido reemplazados por arena y artemisas. En la distancia se alcanzaban a ver las montañas con
Rápidamente salió del vagón y afuera ya la esperaba un ayudante con sus pertenencias. Al salir hacia
la plataforma del tren, se vio recibida por una brisa agradable que traía el fresco aroma de las
artemisas. Una vez que sus ojos se ajustaron a la brillante luz del sol, solo le tomó un momento el ver
al Sr. Howell de pie bajo una sombra cerca de la estación. Era un hombre alto, casi 30 centímetros
más alto que ella, midiendo ella 1.60 m. de altura. Asomándose detrás de él estaba una hermosa
jovencita en un vestido azul brillante. Tillie respiró profundo y se acercó.
“Hola, Sr. Howell,” sonrió ella. “Soy Tillie Montero.”
Daniel se enderezó pareciendo un poco sorprendido. Tillie le dio una sonrisa vacilante.
“Es un placer conocerla, señorita,” dijo él. “Por favor, llámame Daniel.” Su voz había parecido
al principio un poco temblorosa, pero tal vez Tillie se lo había imaginado ya que él se aclaró la
garganta y continuó con una voz más fuerte. Su voz era grave y profunda, como la pradera bajo la
luz de las estrellas. Se quitó el sombrero y dejó que su cabello negro hasta los hombros brillara bajo
el sol de mediodía.
“Estoy encantada de conocerte,” dijo Tillie.
“Esta es mi hija, Rosette,” dijo él señalando a la niña que ahora se aferraba a su pierna.
“Hola, Rosette,” dijo Tillie suavemente. “Mi nombre es Tillie. Me puse muy feliz cuando recibí
tu carta.”
Rosette no dijo nada y se quedó escondida detrás de su padre. Tillie le sonrió esperando poder
conectar con ella. Era una niña hermosa. Su cabello largo y oscuro caía por su espalda y flotaba con
“Ella es muy tímida,” le dijo Daniel a Tillie mientras ponía un brazo sobre Rosette, “pero creo
que no tardará mucho en poder abrirse contigo. Si ya tienes todas tu cosas podemos irnos.”
Ella le aseguró que ya tenía todo. Él cargó las maletas por ella y la llevó hasta un carruaje del
otro lado de la estación. Después de ayudar a Tillie y a Rosette a subir a sus asientos, puso sus cosas
Avanzaron por el ajetreado sendero lleno de baches. No muy lejos en la distancia Tillie pudo
ver el pequeño pueblo. No había mucho, solo algunos edificios. Era muy diferente al constante
bullicio y emoción de la ciudad. Pero eso no le importaba mucho a Tillie. Ahora todo lo que
importaba era la niña sentada junto a ella. No habían avanzado mucho cuando Daniel detuvo el
taberna y nosotros vivimos en los apartamentos de arriba.” Ayudó a Tillie y a Rosette a bajar del
carruaje.
“Por favor, llámame Tillie,” dijo ella sonriendo.
“Me temo que solamente tenemos dos dormitorios,” dijo Daniel mientras subía las escaleras
con Tillie detrás de la taberna. “He sacado mis cosas de mi habitación y tú podrás quedarte allí.
Espero que esto te parezca bien.”
“Tengo un catre en la sala de estar. Creo que ese será el mejor arreglo mientras tanto.”
“Gracias,” dijo ella mientras él ponía sus maletas en su nueva habitación.
“Seguramente estás cansada por el viaje. Rosette y yo te dejaremos descansar,” dijo él
excusándose cortésmente.
Tillie se sentó en la cama para ver sus nuevos alrededores. No fue sino hasta ahora que se puso
a pensar en algo. Me pregunto qué pasó con su esposa. ¿Hace cuánto que no está? ¿Sigue Rosette en
duelo por la pérdida? Buscó en la habitación por cualquier evidencia del toque de una mujer. Las
paredes estaban vacías y las cortinas eran lisas. La única fotografía en la habitación era una de
Rosette. Parecía como que había pasado mucho tiempo desde que una mujer había vivido ahí. Eso fue
un alivio para Tillie, no porque deseara que estuvieran adoloridos, sino porque no deseaba revivir
heridas resientes. Sin haberlo planeado, Tillie lentamente se quedó dormida sin haber desempacado
sus cosas.
Cuando despertó, ya estaba anocheciendo. Salió hacia la sala de estar y encontró a Rosette
jugando sola. Entonces escuchó a Daniel en la cocina. Se asomó en la cocina y pudo ver que él ya
ocasión. Mientras tanto, cualquier intento de hablar con Rosette solo hacía que ella se pusiera muy
nerviosa, pero esto no desanimó a Tillie. Estaba determinada a dejar que Rosette se acercara a ella a
su propio ritmo.
Después de cenar, Daniel envió a Rosette a ponerse su pijama. Ella regresó por un momento
con sus pijamas puestas y esperó a su padre. Él se excusó y la siguió hasta su habitación. Tillie pudo
escuchar que él hablaba con ella. Acercándose sigilosamente a la puerta, descubrió que no solo
hablaba, sino que le leía. Es algo muy dulce, pensó Tillie, feliz de saber que habían cuidado muy bien
de Rosette. Tillie les dio privacidad y regresó a la sala de estar. Cuando Daniel regresó de poner a
dormir a Rosette, Tillie estaba sentada cerca de la chimenea y observaba la danza de las llamas.
Daniel se aclaró la garganta para anunciar su presencia.
“Sí, gracias. Eso suena encantador,” dijo ella con una sonrisa.
Él regresó con dos tasas y una tetera para calentarla sobre el fuego.
“Debes estar cansada después de un viaje tan largo,” dijo él mientras ponía el agua sobre el
fuego.
“Sí, pero también fue emocionante. Estaba ansiosa por conocer a Rosette.” Tillie se detuvo por
un momento antes de continuar. “Sr. Howell, espero que esto no sea muy atrevido, pero es mi deseo
que Rosette se pueda abrir conmigo. ¿Hay algo sobre lo que debo tener cuidado al estar con ella… tal
Me apena decir que Rosette nunca conoció a su madre. Ella me dejó cuando Rosette apenas tenía unas
semanas de nacida.”
entones, e hice algo de lo que no estoy orgulloso. Me acababa de mudar a este lugar y me sentía muy
solo. Una noche fui a un burdel y me pasé con las bebidas. Ambos somos adultos; creo que no
necesito explicarte qué fue lo que pasó después,” dijo él en voz baja.
mi responsabilidad. Poco después del nacimiento de Rosette, su madre decidió que no quería verse
amarrada por las responsabilidades de estar en una familia. Desapareció una noche dejando una nota
junto a la cuna de Rosette y nunca regresó.”
“Lo siento mucho,” dijo Tillie gentilmente.
“Gracias. Pero las bendiciones a veces vienen de los errores, y Rosette se ha convertido en la
más grande bendición de mi vida. La amo profundamente y creo que he hecho un buen trabajo
criándola hasta ahora. Pero sé que hay muchas cosas en la vida en las que una chica necesita una
“Espero que ella me deje entrar en su vida. Siempre he querido hijos… saber lo que se siente
escuchar una pequeña y dulce voz llamándome ‘madre.’ Temía nunca llegar a tener esa oportunidad.”
“Gracias.” Pausó un momento antes de continuar. “Hay algo que quería preguntarte, y espero
que no sea inapropiado. Suponiendo que Rosette llegara a aprobarme, ¿será mi infertilidad un
problema para ti?” Ella aguantó la respiración esperando la respuesta. Muy a menudo, la infertilidad
“No, por supuesto que no. No me imagino por qué eso sería un problema para cualquier
hombre… lamento que ese haga sido un problema en tu caso.”
Ella suspiró, aliviada. Con ese asunto arreglado, ahora podía enfocarse en Rosette sin el miedo
de tener que llegar a separarse de ella. Tomaron su té y disfrutaron el llegar a conocerse un poco más
El siguiente día, Daniel despertó a Rosette y la ayudó a prepararse para el día como
acostumbraba. Le cepilló el largo cabello de manera que le quedara liso. Una vez que Tillie y Rosette
se llevaran bien, esta probablemente sería una de las tareas de Tillie y hasta le podría trenzar el
cabello. Pero por ahora, seguiría cuidando a su hija; no quería apresurar las cosas entre ella y Tillie.
Tillie pronto tuvo el desayuno preparado y sobre la mesa. Con Rosette en la mesa junto con
ellos, la conversación no fluyó tan fácilmente como lo había hecho la noche anterior. Pero esto
estaba bien, ya que Daniel deseaba que Tillie tuviera la oportunidad de conocer más a Rosette.
Después de todo, si Rosette no la aceptaba en su vida entonces todo habría sido para nada.
Daniel pronto estuvo cautivado por Tillie. Era una mujer muy encantadora, con cabello oscuro
y ojos profundos y castaños. Tenía hermosos labios rojos que resaltaban el color de sus ojos todavía
más. Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que había tenido a una mujer en su vida, y él
ya empezaba a sentir que la deseaba, especialmente por la manera gentil en la que trataba a Rosette.
Era obvio que ella tenía un espíritu muy cariñoso cuando se trataba de niños. Le era difícil creer que
un hombre pudiera divorciarse de una mujer como ella por cualquier razón. Podía entender la idea de
querer tener hijos, ¿pero cómo podía un hombre dejar ir a una mujer a la que ama simplemente
porque no le puede dar herederos? A él le parecía que había muchas cosas qué amar cuando se trataba
de Tillie.
Después del desayuno, Daniel le permitió a Rosette levantarse de la mesa para ir a jugar.
Quería hablar con Tillie a solas antes de ir a trabajar. Estaba un poco ansioso acerca de dejar a
Rosette sabiendo lo tímida que podía llegar a ser, pero sabía que esta era la única manera en la que
“Necesito bajar y abrir la taberna, pero quiero que Rosette se quede aquí arriba contigo hoy.
Estoy seguro de que será muy tímida, pero ten en cuenta que esto todavía es muy nuevo para ella.
Rara vez se queda con nadie más que yo. Pero creo que será bueno para ella el acostumbrarse a estar
a solas contigo.”
“Muy bien,” dijo Tillie. “¿Qué clase de cosas le gusta hacer? Ciertamente no quiero
presionarla, pero quiero familiarizarme con ella lo antes posible.”
“Le encantan las muñecas. Apenas está aprendiendo a leer, pero yo no tengo mucho tiempo
para enseñarle. Y su cosa favorita es jugar en el jardín detrás de la taberna. Generalmente se llena de
lodo, pero yo se lo permito ya que parece disfrutarlo.”
“Estoy segura de que la pasaremos bien,” le aseguró Tillie. “Puede que las cosas vayan lentas
al principio, pero estoy segura de que pronto ya se sentirá cómoda conmigo.”
“Sí, eso espero,” respondió él, perdiéndose en su sonrisa.
Daniel ya podía sentirse atraído hacia ella, pero se recordó a sí mismo que Rosette debería
aprobarla antes que nada. Le dio un beso a Rosette en la mejilla y después bajó las escaleras para ir a
abrir la taberna, dejándolas a ella y a Tillie solas por primera vez.
***
Rosette estaba sentada en la alfombra cerca de la cama jugando en silencio con sus muñecas. La
luz cálida entraba por la ventana del dormitorio. Tillie observaba mientras ella jugaba al té con sus
queridos juguetes. Pronto ya estaba sentada junto con ella en el suelo.
Rosette por un momento quitó la mirada de sus muñecas, pero rápidamente siguió jugando con
ellas.
“A mí me encantaba jugar con mis muñecas cuando yo tenía tu edad,” le dijo Tillie esperando
conectar de alguna manera. “Mi muñeca favorita tenía un hermoso vestido azul y largo cabello
castaño como el tuyo. Tus muñecas son muy bonitas, ¿puedo jugar contigo?”
Rosette dudó por un momento antes de empujar una muñeca hacia Tillie. Rosette siguió
jugando sola, pero ese pequeño gesto le dio a Tillie un destello de esperanza. Por favor, déjame
entrar a tu mundo, dijo ella en su mente. No te apresuraré. Deseo con toda mi alma darte el amor de
una madre.
Mientras cepillaba con cuidado el cabello de la muñeca, Tillie le dio una mirada a la habitación
de Rosette. Era una habitación perfecta para una niña. Las cortinas eran color rosa pálido y estaban
amarradas con un lazo blanco. El marco de su cama tenía floras talladas en este. Y tenía una repisa en
una esquina, con pequeñas sillas para que sus muñecas se sentaran. Era obvio que Daniel adoraba a su
hija.
Aunque hubiera preferido quedarse y jugar, Tillie sabía que había algunas tareas que realizar,
así que decidió darle espacio a Rosette. Dejó que Rosette siguiera jugando mientras ella retiraba los
platos del desayuno y limpiaba la cocina. Puede que tome un tiempo, pensó mientras lavaba los platos,
pero espero que podamos acercarnos más.
Así pasaron las siguientes dos semanas. Tillie intentó todo en lo que podía pensar para que
Rosette se abriera con ella. Jugaba con sus muñecas y trató de jugar con ella en el jardín. Se sentó y
leyó junto con ella. Pero sin importar cuánto lo intentaba, parecía que ella solo estaba cerca de ella
pero no realmente jugando con ella. Rosette siempre terminaba alejándose y jugando sola. Tillie
incluso trató de preparar la comida favorita de Rosette, sopa de pollo, pero ni siquiera esto le dio la
Una noche, mientras Daniel metía a Rosette en la cama, Tillie se escabulló hasta la puerta del
dormitorio. Vio a Daniel sentado en la cama de Rosette junto con ella, abrazándola con un brazo y
abrazando a una de sus muñecas con el otro. Le leía un libro sobre una niña a la que le encantaba
andar a caballo. Rosette parecía encantada por la historia y por el fluir de la voz de su padre. De vez
en cuando se detenía y le preguntaba a ella si le gustaría hacer algo como eso. Ella le respondía y
después él se volteaba y le preguntaba lo mismo a la muñeca, lo que siempre hacía reír a Rosette.
Tillie se quedó en silencio, viendo cómo Rosette adoraba a Daniel. ¿Qué necesito hacer para que me
veas de la misma forma? Si tan solo me dieras la oportunidad, seríamos muy buenas amigas.
“Buenas noches, papá. Te amo,” dijo Rosette dándole un gran abrazo a Daniel.
“Buenas noches, princesa,” dijo Daniel gentilmente mientras acomodaba las sábanas alrededor
de ella.
Tillie se alejó de la puerta y regresó a su habitación, pero la escena que había visto se quedó en
su mente. Tal vez he manejado esto de la forma incorrecta, pensó. Tal vez no necesita que me acerque a
ella por medio de cosas, sino por medio de la persona que ella ama más en el mundo. Con esto en
antes de que Daniel se fuera al trabajo. Después de que se fue, Tillie acompañó a Rosette en la sala de
estar en donde ella jugaba con sus muñecas. Pero en vez de sentarse en el suelo con ella como lo
había hecho antes, se sentó en la silla mecedora y se puso a coser.
“Rosette, estaba pensando, ¿te gustaría ayudarme a hacer algo para tu padre?”
Rosette no habló inmediatamente, pero Tillie pudo ver que había captado su atención.
“Tiene muchas camisas que están muy gastadas, y estaba pensando que sería bueno hacerle una
“Sí,” dijo con una voz tímida. La respuesta fue muy calmada, pero Tillie casi saltó de su silla.
Rosette nunca había respondido antes.
“¡Eso es maravilloso!” dijo Tillie con una sonrisa. “Si vienes, te enseñaré todos los diferentes
Rosette asintió y, para la sorpresa de Tillie, se acercó y se asomó por sobre su regazo para ver
todo el material que tenía sobre la silla mecedora.
“Tengo varios diseños de algodón verdes,” dijo Tillie buscando en su material. “¿Cuál de estos
te gusta más?”
“Me gusta el liso,” dijo Rosette, señalando un diseño color bosque verde profundo con líneas
negras.
“Es una buena elección. ¿Qué te parece si lo mantenemos en secreto y después le puedes dar la
“Oh, sí. Papá es muy bueno. Juega conmigo y me compra vestido aunque yo los ensucio en el
jardín.”
sacar los materiales de su camisa. Rosette se acercaba y se sentaba junto a ella mientras ella trabajaba,
y dejaba que Tillie le diera voz a una de sus muñecas mientras jugaba al té.
El día en que Tillie finalmente terminó la camisa de Daniel, ella la dobló y cortó un trozo de
cinta de su equipo de costura. Amarró la cinta alrededor de esta he hizo un hermoso moño. Cuando
escuchó que Daniel subía las escaleras para venir a comer su almuerzo, rápidamente llamó a Rosette
para que lo sorprendiera con la camisa.
“Aquí, querida, puedes esperarlo en la sala de estar. Yo lo recibiré y le diré que venga para
acá.”
“Bueno,” dijo Rosette. Estaba sonriendo tanto que Tillie apenas si podía creer en la
transformación.
***
Daniel subió las escaleras hacia las habitaciones aliviado de poder tomar un descanso del viejo
Pete, uno de sus clientes más malhumorados. Él siempre estaba agradecido por tener clientes, pero en
días como este se sentía muy afortunado de poder subir las escaleras y darse un respiro.
importaba lo mucho que tratara de reprimir sus sentimientos por ella; estos estaban ahí y eran fuertes.
Ya estaba empezando a preocuparse de que Rosette no se abriera con Tillie, y este pensamiento
siempre lo entristecía. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera mejor para su pequeña niña.
“Hola, Daniel. ¿Cómo te está yendo en el trabajo?” le preguntó Tillie mientras tomaba el
“Va algo lento. Al parecer no habrá muchas personas hoy,” respondió él, disfrutando el hecho
“¡Sí, papá, y yo ayudé! ¡Yo escogí el color porque sabía que era tu favorito!”
Daniel miró a Tillie, topándose con su mirada y dándole un ‘gracias’ en silencio. Ya no había
ninguna duda. Se había enamorado de Tillie y de la forma en que trataba a Rosette. El hecho de que
Rosette finalmente se estaba acercando a ella le dio a Daniel la esperanza de que pudiera finalmente
casarse con ella con la bendición de Rosette. Tillie le sonrió, sintiéndose muy feliz de que finalmente
había podido conectar con Rosette.
***
Unos días después, Rosette había estado jugando en el jardín cuando entró para buscar a Tillie.
“Tillie, no me siento bien,” le dijo Rosette después de quitarse los zapatos llenos de lodo.
“¿Qué es lo que pasa, querida?” le preguntó ella tocándole la frente.
Tillie fue a la habitación de Rosette con un trapo frío para su cabeza y un tazón de sopa que
acababa de preparar para el almuerzo. Justo cuando empezaba a atender a Rosette, Daniel entró al
Daniel se arrodilló junto a la cama y acarició el largo cabello de Rosette. Fue a buscar su
muñeca favorita y se la trajo. Daniel y Tillie comieron el almuerzo en la habitación de Rosette ese día
hasta que ella se quedó dormida. Después de salir de la habitación en silencio, Daniel detuvo a Tillie
en la cocina.
“¿Crees que vaya a estar bien?”
“Se suponía que viajara hacia el este mañana. Tengo una reunión con la compañía con la que
consigo la mayoría del alcohol para la taberna. Voy a necesitar un buen cargamento pronto y quería
poder cerrar un trato con ellos. Pero no me puedo ir si Rosette está enferma.”
“Estoy segura de que la enfermedad se le pasará en un par de días. Estaría más que encantada
parado frente a ella. Se había quedado dormida en la silla. “Oh,” dijo ella en voz baja. “Buenos días.”
Miró hacia Rosette que estaba dormida en la cama junto a Tillie. “¿Cómo está?”
“Parece estar bien. Tuvo algo de problemas para dormir así que vine a leerle. Supongo que me
quedé dormida.”
“¿Estás segura de que vas a estar bien cuidándola? Si no, puedo cancelar el viaje.”
“No necesitas hacer eso,” le aseguró ella. “Estaremos perfectamente bien aquí.”
la cabeza.
“¿Recuerdas que te dije que tendría que viajar al este por un par de semanas?” le susurró él
“Pues necesito irme esta mañana. Tillie se va a quedar contigo para asegurarse de que te sientas
mejor pronto. ¿Te parece bien esto?”
“Sí, papá,” dijo ella en voz baja y con la garganta todavía inflamada.
“Muy bien. Te amo princesa. Te voy a ver muy pronto.”
Tillie sintió una ternura en su corazón al ver a Rosette levantarse para darle un abrazo a Daniel
antes de regresar a meterse entre las sábanas.
sintiera muy atraída hacia él y el corazón se le aceleró. Si no la hubiera tomado por sorpresa, ella
en su interior no dejaba de pensar en ese beso y en los sentimientos que había despertado. Esperaba
Tillie le pidió a Rosette que se quedara dentro de la casa las siguientes dos semanas. A Rosette
no le gustaba quedarse adentro, pero le dijo a Tillie que estaba de acuerdo siempre y cuando Tillie
jugara con ella. Tillie se encargó de pasar tiempo extra con ella deseando hacer que ella no extrañara
mucho a su padre. Le ayudaba a lavarse el largo cabello y después se lo cepillaba. Incluso se sentaba
cada noche con ella a leerle una historia. Después de una semana de sopa y té, Rosette empezó a
sentirse mucho mejor.
Una tarde, mientras Tillie estaba cocinando el almuerzo, se dio cuenta de que Rosette la estaba
mirando.
“Es una trenza,” respondió ella. “¿Nunca te han hecho una trenza en el cabello?”
Rosette negó con la cabeza.
“Mi madre siempre me hacía trenzas en el cabello cuando yo era pequeña,” le dijo Tillie a
Rosette mientras empezaba a tejer los mechones uno dentro del otro. “Te puedo enseñar a hacerlo
algún día si lo deseas.”
Rosette asintió mientras Tillie terminaba y le colocaba el lazo con un delicado moño alrededor
de la punta de la trenza. Rosette regresó a jugar con una sonrisa y Tillie la observó por un momento
antes de regresar a su trabajo. Si tan solo supieras cuánto significas para mí, querida, pensó ella.
***
Unos días después, Daniel regresó en el carruaje y lo amarró afuera de la taberna. Tenía que
atender a los caballos, pero estaba muy ansioso por ver a Rosette y a Tillie. Empezó a rodear la
taberna dirigiéndose hacia las escaleras, pero se detuvo al ver que estaban juntas en el jardín.
Rosette estaba de rodillas escogiendo flores para un ramo. Su cabello estaba peinado hacia
atrás en una hermosa y larga trenza. Tillie estaba arrodillada en el suelo del jardín junto a Rosette,
haciendo una cadena de margaritas para el cabello de Rosette. Daniel las miró en silencio,
sorprendido con la hermosa escena que se desarrollaba frente a él. La belleza de Tillie lo había
cautivado desde el día en que la había conocido, pero hoy, cubierta en lodo y jugando con su preciosa
Daniel la levantó en sus brazos y le dio vueltas en círculos. Tillie se puso de pie pero se quedó
atrás hasta que Daniel bajó a Rosette. Él se acercó a Tillie y la tomó de las manos.
el poder sentir su toque y poder besarla desde el momento en que se había ido. Se inclinó hacia sus
labios acercándola un poco más hacia él, pero se detuvo al sentir que Rosette tiraba de su camisa.
“¿Viste mi cabello, papá? Tillie hizo una trenza para mí. ¿Está bonito?”
“Debes estar hambriento por el viaje. Iré a empezar el almuerzo,” dijo Tillie.
“Eso suena maravilloso. Tengo que ir a desenganchar a los caballos, después subiré.”
Rosette siguió a Tillie subiendo las escaleras mientras Daniel llevaba a los caballos al establo.
Incluso antes de que subiera al apartamento, Tillie ya casi tenía el almuerzo terminado y Rosette
“Oh sí, papá. Hacemos muchas cosas juntas. ¡Tillie hasta hizo nuevos vestidos para mis
muñecas!”
A Daniel le costaba creer que pudiera querer a Tillie más de lo que ya lo hacía, pero al ver lo
mucho que Rosette la adoraba hizo que la deseara todavía más. Después de lavarse, se sentó y
observó cómo ella se movía por la cocina. Su cabello largo y castaño estaba trenzado al igual que el
de Rosette y fijado en un moño. Su vestido rosado hacía que se resaltara el rubor en sus mejillas por
hecho en su ausencia. Todavía hablaba en voz baja, pero su entusiasmo era evidente. Daniel la
escuchaba mientras discretamente observaba a Tillie, esperando que sus ojos se cruzaran. Había
muchas cosas que deseaba decirle, pero sabía que primero necesitaba la aprobación de Rosette.
Después del almuerzo, Daniel desempacó sus cosas mientras Tillie limpiaba la cocina y Rosette
jugaba. Esa misma tarde le pidió a Tillie que lo dejara meter a Rosette en la cama ya que había estado
lejos por mucho tiempo. Ella estuvo de acuerdo y se sentó felizmente a coser.
Después de leerle una historia, se quedó un momento en el cuarto de Rosette.
“Me alegra mucho el que hayas disfrutado pasando tiempo con Tillie,” dijo él, preguntándose
cómo iba a mencionar el tema que le pesaba en la mente.
“Nos divertimos mucho,” dijo ella con una sonrisa, “y me hizo sopa y té todos los días para
Rosette se sentó en la cama como sintiendo que esto era importante para él.
“¿Te gustaría que Tillie se convirtiera en tu madre?” le preguntó él con el corazón acelerado y
orando por que dijera que sí.
“Maravilloso,” sonrió él. “Voy a hablar con ella muy pronto. Por ahora, tú necesitas dormir.
***
Cuando Daniel regresó a la sala de estar, Tillie ya se había ido a la cama. Decidió que esto era
bueno ya que le daría algo de tiempo para pensar en cómo se lo diría. Se sentó por un momento
Después del desayuno la mañana siguiente, Tillie y Rosette fueron al jardín mientras Daniel
atendía a los caballos. Se tomó un poco más de tiempo ya que seguía pensando en la mejor manera de
mencionar el tema del matrimonio. Después de terminar con ellos, se dirigió con las chicas hacia el
jardín. Tillie se limpió las manos y dejó que Rosette siguiera haciendo pasteles de lodo ella sola.
mujer las hubiera manejado de una mejor manera, pero siempre me he esforzado al máximo por
darle la mejor vida posible. El verla contigo… es un gozo que no estaba seguro que sentiría. En
realidad eres una mujer asombrosa. Hasta ahora ella ha sido mi mundo, pero también hay una parte
dentro de un hombre que necesita a una mujer. Es un vacío que nada más puede llenar.”
“He estado pensando sobre esto desde el momento en que me fui. Tillie, te amo, y deseó que
seas mi esposa. ¿Te casarías conmigo?”
Él se estremeció cuando ella le tomó el rostro con ternura con las manos, acariciando sus
mejillas y sus cejas con los pulgares. Entonces abrazó su cuello y se acercó. Él también se acercó.
Ella lo besó suavemente pero entonces se hizo hacia atrás, como si de repente se sintiera muy tímida.
Ella se rio mientras miraba su vestido. Él le levantó la barbilla con gentileza para mirarla.
Sentía que su corazón estaba por estallar, pero necesitaba que le respondiera con palabras y no solo
con acciones.
***
Dos semanas después, Tillie esperaba en una habitación al lado del santuario de la iglesia.
Podía sentir el corazón latiéndolo por sobre su vestido y su corsé se sentía insoportablemente
apretado. Rosette estaba sentada junto con ella, tirando y levantando pétalos de flores de su canasta y
observándolos flotar hasta su regazo.
por primera vez, ella se había quedado sorprendida; había estado tan enfocada en Rosette y en
ganarse su confianza que había olvidado el pensamiento de ser esposa al igual que madre. Pero no le
había tomado mucho tiempo el aceptar la propuesta de Daniel. El amor que sentía por él y por Rosette
era fuerte y profundo.
Ahora Daniel estaba enfrente en una iglesia llena de personas. Casi todos en el pueblo lo
conocían de alguna u otra manera, y todos adoraban a Rosette. Pronto, Tillie escuchó que el
predicador les pedía a todos que guardaran silencio y tomaran sus asientos.
“Ya es hora, queridas,” susurró la mujer en la puerta. “Están listos para ti, Rosette.”
Con un último apretón en la mano de Tillie, Rosette empezó a caminar por el pasillo. Tillie
tragó saliva sintiéndose llena de emoción. Se le acumularon las lágrimas al pensar en esta pequeña
niña deseando que ella fuera su madre. ¡Me ama! Y Daniel… es un hombre asombroso, dulce y
caritativo. Ha hecho todo lo posible para que me sienta bienvenida. Es el tipo de hombre con el que
sueña casarse cualquier mujer.
Rosette avanzaba en su nuevo vestido blanco y con su cabello trenzado en un lazo de flores.
Mientras caminaba, dejaba un sendero de pétalos de flores que ella y Tillie habían escogido de su
jardín. Las mujeres la miraban y decían lo hermosa que se miraba, mientras sus esposos acordaban
en silencio. Todos parecían emocionados de que Daniel hubiera encontrado a alguien con quien
compartir su vida y que cuidara de Rosette. Cuando Rosette llegó al frente, se unió a su padre y se dio
la vuelta para mirar a su nueva madre.
ramo de flores perfecto de su jardín esa misma mañana, y lo habían amarrado con un delicado lazo
azul. Llevaba una pieza de encaje que le cubría la cara. Sabía que debía sentirse nerviosa, pero en vez
de eso sintió que todo en su vida estaba a punto de ser perfecto.
Al llegar al frente de la iglesia, le dio el ramo a Rosette antes de ver a Daniel. Sus manos le
temblaron un poco mientras le levantaba el velo, pero se tranquilizó al ver sus suaves ojos cafés. Ahí,
juntos y rodeados de viejos y nuevos amigos, dijeron sus votos. La ceremonia terminó con un beso
Después de dejar la iglesia, todos se juntaron en la taberna en donde varias mujeres del pueblo
habían preparado la recepción. Había todo tipo de comidas y postres para los invitados. Algunos
hombres trajeron guitarras y violines, y el baile empezó muy pronto.
Para cuando la fiesta estaba terminando y los invitados empezaban a irse, ya casi estaba oscuro.
Rosette había estado jugando con sus muñecas en una esquina. El cansancio de la emoción de todo el
día había hecho que se quedara dormida. Daniel la levantó mientras Tillie recogía los juguetes y la
sábanas. Tillie observó en silencio desde la puerta mientras él besaba cariñosamente a Rosette en la
Daniel se movió un poco más cerca y le tocó la rodilla para que ella subiera los pies. Tillie
la vuelta y dejó que sus pies descansaran sobre su regazo. Él le desabrochó las botas y se las quitó.
Sus fuertes manos se sentían muy bien mientras le masajeaba un pie y después el otro.
detrás de su cabeza, quitó el sujetador de su cabello dejando que su larga trenza cayera por su
espalda. Se detuvo y la miró a la cara para ver si ella estaba cómoda. Ella le sonrió asegurándole que
lo estaba.
“Sabes,” susurró él, “Rosette está dormida, pero no quisiera que entrara de repente. ¿Te parece
Ella asintió y miró hacia el dormitorio. Él la tomó de las manos y la llevó hacia la privacidad.
Cerró la puerta con cuidado y al darse la vuelta vio que ella ya lo esperaba sentada en la cama. Él fue
“Ha pasado bastante tiempo desde que he estado con una mujer,” dijo él de manera nerviosa.
“Haré lo que pueda por ayudarte a recordar.” Ella sonrió y guio sus manos temblorosas hacia
ritmo.
Pasaron la noche abrazados, aprendiendo el uno del otro y amándose más de lo que habían
soñado posible.
***
Aunque Tillie ya había vivido con Daniel y Rosette por casi seis meses, todo se sentía un poco
diferente ahora. Los días después de la boda parecían ser un sueño. Una mañana ella estaba en la
cocina, lavando los platos y mirando por la ventana arriba del lavabo. Podía ver a Daniel abajo en el
jardín con Rosette. Le ayudaba a recoger flores para ponerlas en la jarra de la mesa. ¿Esto realmente
está pasando? Su mente recordó por un momento su primer matrimonio fallido y el haber sido
desechada como algo indeseable. ¿En realidad he encontrado a un hombre que me ama como soy? ¿En
realidad tengo a una pequeña niña que me llama mamá? Finalmente se sentía completa.
Daniel esperó a que Rosette se fuera para escabullirse detrás de Tillie y rodear su cintura con
sus brazos.
“Hola, hermosa,” le susurró en el oído.
Ella sonrió y se dio vuelta en sus brazos para verlo. Él se inclinó y le dio un beso juguetón en
la mejilla.
“¡Daniel Howell! Rosette pudiera entrar en cualquier momento,” lo regañó ella jugando.
“¿Y qué si lo hace? Verá a su papá amando a su mamá tal como debería ser.”
Ella rio y lo invitó a que continuara. Él le dio un abrazo. Ella suspiró y se relajó en su abrazo.
“Todo me parece muy asombroso para que sea cierto,” le susurró ella. “Dime que es real.
Dime que en realidad estamos casados y que honestamente somos una familia.”
“Realmente eres la Sra. Howell,” le dijo él frotando su nariz con la de ella. “Realmente tienes a
una hija de seis años que te adora y a un esposo que te ama más de lo que te puedes imaginar.”
Ella sonrió y él la besó.
Las siguientes semanas parecieron pasar volando. Rosette ahora era mucho menos tímida y
Tillie disfrutaba el verla intentar leer. Se sentaba junto a Rosette y le ayudaba con las palabras
difíciles. Las cosas también le iban bien a Daniel. La compañía con la que se había reunido le había
dado un gran descuento en su cargamento, ahorrándole una gran cantidad de dinero. Parecía que la
de malestar, pero para el mediodía el sentimiento ya había pasado. No pensó mucho en esto hasta que
le volvió a pasar la mañana siguiente. Se sentó en la cama mientras el cielo empezaba a dar las
primeras señales del día y tratando de controlar su náusea. Mientras el sol se levantaba, la luz entró en
la habitación y Daniel despertó.
“Buenos días, mi amor,” dijo él. “¿No te sientes bien? Casi siempre ya estás de pie a estas
horas.”
“Creo que estoy bien,” respondió ella pero él frunció el ceño, como si pudiera darse cuenta de
que no era la misma de siempre.
“Por qué no te relajas por un rato,” le ofreció él. “Te traeré algo de té.”
Ella sonrió y se lo agradeció. Él regresó pronto con el té y, para cuando se lo había terminado,
ya se sentía mucho mejor. Esto es extraño, pensó ella. Pero bueno, al menos no me quejaré de que ya
se me haya pasasdo. Tal vez todo lo que necesito es comer algo. Se unió a Daniel y Rosette en la mesa
para el desayuno. Después de que hubieron comido, Daniel bajó a abrir la taberna. Rosette estaba
jugando, así que Tillie continuó con su día. Pero durante todo el día había estado recordando lo que
le había pasado en la mañana.
La siguiente mañana despertó antes del amanecer como era su costumbre y sintiéndose
enferma otra vez. Esta vez supo que algo andaba mal. Mientras el sol empezaba a salir, se obligó a
levantarse de la cama y se dirigió al pequeño escritorio del otro lado de la habitación. Sabía que
Daniel tenía un libro de registros en el cajón superior y, después de revisarlo, su esperanza creció. Su
ciclo ya tenía dos semanas de retraso. ¿Podría ser posible? No… bueno, ¿tal vez? No quería
esperanzarse tan pronto y decidió esperar dos días más antes de decirle a Daniel. Pensamientos de
infertilidad estuvieron en su mente todo el día mientras seguía pensando en si podría realmente
Tres días después, el malestar matutino continuó. Se obligó a levantarse a pesar de la náusea y
fue a preparar té. Al escuchar que Daniel despertaba, fue a hablar con él.
Daniel se sentó en la orilla de la cama, sonriendo pero sorprendido. Ella lo tomó de las manos
y se sentó a su lado.
“Creía que no era posible,” dijo ella con voz temblorosa, “pero el malestar matutino y el ciclo
retrasado… tiene que ser verdad.”
Daniel la abrazó y ella empezó a llorar, regocijada. Él se separó lo suficiente para poder ver su
rostro y sus ojos también se empezaron a llenar de lágrimas. Rio y la abrazó incluso más fuerte.
“Papá, ¿qué sucede?” preguntó Rosette desde la puerta. “Escuché llorar a mamá.”
“No es nada malo, princesa,” dijo él señalándole que viniera. Miró a Tillie, preguntándole con
la mirada si ya deberían decirse. Tillie asintió y él sentó a Rosette en su regazo. “Tu mamá y yo
Rosette se sentó y puso atención; seguramente sabía que ese tono de su padre significaba algo
importante.
“Nos preguntábamos… ¿qué te parecería tener una hermana o un hermano?”
Los ojos de Rosette se agrandaron y miraron a Daniel. “¿En verdad? ¿Es en serio?” exclamó
ella.
“¡Creo que esto merece una celebración!” dijo Daniel. “¡Vayamos juntos a la cocina y hagamos
panqueques!”
susurró en su oído, “Nunca había soñado el poder ser tan bendecido. Me has completado.”
FIN
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