Jean William Fritz Piaget
Jean William Fritz Piaget
Jean William Fritz Piaget
Biografía [editar]
Nace en la zona francesa de Suiza. Hijo mayor de Arthur Piaget y de Rebecca Jackson. Su
padre era un destacado profesor de Literatura Medieval en la Universidad de Neuchâtel.
Piaget fue un niño precoz que desarrolló un interés temprano por la Biología y el mundo
natural, especialmente los moluscos. A los 11 años, mientras cursaba sus estudios en el
Instituto Latino de su ciudad natal, redactó un estudio referido a cierta especie de gorrión
albino y luego escribió un tratado de Malacología durante sus estudios medios.
Sin embargo, Piaget no se centró en el hecho de que las respuestas fuesen equivocadas, sino
en el patrón de errores que niños más grandes y adultos no mostraban. Esto lo llevó a la
teoría de que el proceso cognitivo o pensamiento de los niños jóvenes es inherentemente
diferente del de los adultos (al final llegaría a proponer una teoría global de las etapas del
desarrollo, afirmando que los individuos exhiben ciertos patrones de cognición comunes y
diferenciables en cada período de su desarrollo).
Retornado a Suiza, llegó a director del Instituto Rousseau de Ginebra. En 1923 contrajo
matrimonio con Valentine Châtenay, con quien tuvo tres hijos a quienes Piaget estudió
desde su infancia.
Teoría [editar]
Sus principales influjos iniciales, además de los de Binet, fueron los de James Baldwin, de
éste toma las nociones de adaptación por asimilación y acomodación en circularidad
(circularidad puede entenderse como retroalimentación). A través de Baldwin le llega el
influjo de la filosofía evolutiva de Spencer, filosofía directamente imbuida de la teoría de
Darwin. Piaget emprende así su teorización y logra sus descubrimientos teniendo una
perspectiva que es al mismo tiempo biológica, lógica y psicológica, reuniéndose en una
nueva epistemología. Es por ello que nos habla de una epistemología genética, entendiendo
aquí la epistemología no como la ciencia que estudia a la ciencia, sino como la
investigación de las capacidades cognitivas (de un modo absolutamente empírico, lo que le
diferencia también de la Gnoseología), en cuanto al uso del concepto genética, éste no se
refiere tanto al campo de la biología que estudia los genes, sino a la investigación de la
génesis del pensar en el humano, aunque ciertamente Piaget reconoce que tal génesis del
pensar tiene en gran proporción (aunque de ningún modo totalmente) patrones o patterns
que derivan de los genes. Sin embargo, y es uno de los grandes descubrimientos de Piaget,
el pensar se despliega desde una base genética sólo mediante estímulos socioculturales, así
como también el pensar se configura por la información que el sujeto va recibiendo,
información que el sujeto aprende siempre de un modo activo por más inconsciente y
pasivo que parezca el procesamiento de la información.
Es así que Piaget puede afirmar que los principios de la lógica comienzan a desarrollarse
antes que el lenguaje y se generan a través de las acciones sensoriales y motrices del bebé
en interacción e interrelación con el medio, especialmente con el medio sociocultural. En
La psicología de la inteligencia (1947) Piaget recopila las clases del curso que impartiera
en el Colegio de Francia durante el año 1942, resumiendo allí sus investigaciones
psicogenéticas de la inteligencia; en tal obra Piaget postula que la lógica es la base del
pensamiento; y que en consecuencia la inteligencia es un término genérico para designar al
conjunto de operaciones lógicas para las que está capacitado el ser humano, yendo desde la
percepción, las operaciones de clasificación, substitución, abstracción, etc. hasta -por lo
menos- el cálculo proporcional.
Piaget demuestra que existen diferencias cualitativas entre el pensar infantil y el pensar
adulto, más aún: existen diferencias cualitativas en diferentes momentos o etapas de la
infancia (lo cual no implica que no haya en la sociedad humana actual una multitud de
adultos cronológicos que mantienen una edad mental pueril, explicable por el efecto del
medio social).
Asimilación [editar]
Consiste en la interiorización o internalización de un objeto o un evento a una estructura
comportamental y cognitiva preestablecida. Por ejemplo, el niño utiliza un objeto para
efectuar una actividad que preexiste en su repertorio motriz o para decodificar un nuevo
evento basándose en experiencias y elementos que ya le eran conocidos (por ejemplo: un
bebe que aferra un objeto nuevo y lo lleva a su boca, -el aferrar y llevar a la boca son
actividades prácticamente innatas que ahora son utilizadas para un nuevo objetivo-).
Acomodación [editar]
Consiste en la modificación de la estructura cognitiva o del esquema comportamental para
acoger nuevos objetos y eventos que hasta el momento eran desconocidos para el niño (en
el caso ya dado como ejemplo, si el objeto es difícil de aferrar, el bebe deberá, por ejemplo,
modificar los modos de aprehensión).
Desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. En tal estadio el
niño usa sus sentidos (que están en pleno desarrollo) y las habilidades motrices para
conocer aquello que le circunda, confiándose inicialmente en sus reflejos y, más adelante,
en la combinatoria de sus capacidades sensoriales y motrices. Así, se prepara para luego
poder pensar con imágenes y conceptos.
Suceden entre el primer y cuarto mes de vida extrauterina. En ese momento el humano
desarrolla reacciones circulares primarias, esto es: reitera acciones casuales que le han
provocado placer. Un ejemplo típico es la succión de su propio dedo, reacción sustitutiva de
la succión del pezón, -aunque el reflejo de succión del propio dedo ya existe en la vida
intrauterina-.
Entre el cuarto mes y el año de vida, el infante orienta su comportamiento hacia el ambiente
externo buscando aprender ó mover objetos y ya observa los resultados de sus acciones
para reproducir tal sonido y obtener nuevamente la gratificación que le provoca.
Ocurren entre los 12 y los 18 meses de vida. Consisten en el mismo proceso descrito
anteriormente aunque con importantes variaciones. Por ejemplo: el infante toma un objeto y
con este toca diversas superficies. Es en este momento que el infante comienza a tener
noción de la permanencia de los objetos, antes de este momento, si el objeto no está
directamente estimulando sus sentidos, para él, literalmente, el objeto "no existe".
Tras los 18 meses el cerebro del niño está ya potencialmente capacitado para imaginar los
efectos simples de las acciones que está realizando, o ya puede realizar una rudimentaria
descripción de algunas acciones diferidas u objetos no presentes pero que ha percibido. Está
también capacitado para efectuar secuencias de acciones tales como utilizar un objeto para
abrir una puerta. Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos del tipo juguemos a
que...'
Este estadio se caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando
lugar a acciones mentales que aún no son categorizables como operaciones por su
vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.
Son procesos característicos de esta etapa: el juego simbólico, la centración, la intuición, el
animismo, el egocentrismo, la yuxtaposición y la reversibilidad (inhabilidad para la
conservación de propiedades).
Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades
numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por 'conservación' se entiende la
capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma.
Antes, en el estadio preoperativo por ejemplo, el niño ha estado convencido de que la
cantidad de un litro de agua contenido en una botella alta y larga es mayor que la del mismo
litro de agua trasegado a una botella baja y ancha (aquí existe un contacto con la teoría de la
Gestalt). En cambio, un niño que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está
intelectualmente capacitado para comprender que la cantidad es la misma (por ejemplo un
litro de agua) en recipientes de muy diversas formas.
Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los materiales. Por
ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer varias bolillas el niño ya
es consciente de que reuniendo todas las bolillas la cantidad de arcilla será prácticamente la
bola original. A la capacidad recién mencionada se le llama reversibilidad.
Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de conservación:
la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a cuadrados de papel se puede
dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén esos cuadrados amontonados o
aunque estén dispersos.
Es desde los 12 años en adelante cuando el cerebro humano está potencialmente capacitado
(desde la expresión de los genes), para formular pensamientos realmente abstractos, o un
pensamiento de tipo hipotético deductivo.